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Historia Medieval de los Reinos Hispánicos




Enviado por Carlos Barros



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Monografía destacada

  1. La transición de la antigüedad a la Edad Media
  2. Invasiones germánicas
  3. Invasión islámica y Al-Ándalus
  4. La reconquista
  5. Reinos cristianos del norte
  6. El feudalismo pleno peninsular: siglos XI- XIII
  7. Economía y sociedad en la plena Edad Media (Siglos XIXII-XIII)
  8. Mentalidades y sociedad feudal (siglos XI – XII)
  9. Iglesia, cristianización y religiosidad
  10. Monarquía, reinos y coronas en la península ibérica
  11. Identidades medievales en la península ibérica
  12. Mujeres en Hispania medieval
  13. Cultura e historiografía hispano-cristiana
  14. La crisis del feudalismo en los reinos hispánicos
  15. Conflictos, revueltas y modernidad en el XV

*Curso impartido por Carlos Barros en el Grado de Historia de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela. Apuntes tomados por Javier Domínguez Oubiña y Adrián de la Fuente Díaz el año académico 2015-2016. Vídeos de la clases en: https://www.youtube.com/playlist?list=PL-D-LPIfgFNSbl2wF_KCrbVaA-ry6tiI_

TEMA 1.

La transición de la antigüedad a la Edad Media

En España y en el resto de Europa dividimos la Historia en Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Contemporánea. Aparentemente son cronológicas. Esta divisiones de Edades proviene de la Historia tradicional, de la cronológica, acontecimental, puramente política, marcada por el positivismo decimonónico. Hay la tentación a partir de las nociones historiográficas del XX de cuestionar, sobre todo, con respecto a la vieja historia.

Todo esto responde a una base real. Ni las divisiones ni las subdivisiones son gratuitas. Porque esto, aunque se refiera a la Historia acontecimental -de los eventos -, dichos eventos están condicionados por cuestiones de fondo que dan cambios históricos entre unos períodos y otros. Aunque es mejor hablar de una periodización global, que no solo tenga en cuenta los acontecimientos, la política, las batallas…, sino que se tengan en cuenta los hechos de tipo económico-social, cultural y de las mentalidades. Sería una periodización que respondiese a una concepción global de la Historia, aunque para su análisis se divide en dimensiones separadas entre sí.

La historiografía en el XXI tiene que reflejar, de un modo global – lo que antes se llamaría total- el estudio la mayoría de la sociedad. También una periodización global en cuanto a la temporalidad, ya que es muy difícil que se produzca el cambio de una era a otra a partir de una fecha determinada. Necesitamos, como anclaje para las transiciones históricas, esos hechos que reflejan los cambios de fondo, pero los hechos difieren según la escala. No es lo mismo hablar de cambios en Galicia, en la Península Ibérica o en Europa. Por lo tanto, se debería centrar en el concepto de transición entre edades, del proceso en sí. No hay que centrarse en una fecha como lo único necesario para el cambio, aunque las utilicemos.

Para el concepto de Edad Media, en concreto, surge con el Renacimiento y el Humanismo, a finales del XV y principios del XVI. Nace como una idea de paréntesis, de provisionalidad. La Edad Media transcurre desde la Antigüedad hasta la Época Moderna. Esta segunda, pretendía copiar y reivindicar a la Antigüedad. El nombre servía para cerrar el período entre estas dos Edades que, según la cultura de élite, sí que habían hecho una aportación importante a la Historia. Es un enfoque culturalista y restrictivo. Éste es en el origen de la división de las Edades, ya que primero se le puso el nombre a la Edad Media y, después, al resto; Antigüedad y Moderna, matizándose según se avanza en el tiempo.

La Edad Media, por lo tanto, nace como concepto negativo. Como una época de barbarie, de inseguridad, de violencia desatada. Es parte verdad, parte mentira. Ese mito de una Edad Media brutal permanece hasta el día de hoy. Para un historiador – medievalista para el caso -, la Edad Media tiene un concepto de violencia más epidérmico que en épocas posteriores, pero menos brutal. La causa es que los muertos en guerras y revueltas medievales son ínfimos en relación con los muertos de la Época Moderna o Contemporánea. La Edad Media vivió sus períodos de Renacimiento, de florecimiento y de bienestar antes del Renacimiento del XV.

La Edad Media se divide en Alta (V-X), Plena (XI-XIII) y Baja Edad Media (XIV-XV). La división de los siglos se establece con matices y criterios historiográficos que se quieran aplicar. Ésta es la periodización que se acepta mayoritariamente con un fuerte consenso. Al mismo tiempo esta subperiodización refleja el período de formación, madurez y crisis, junto con la decadencia de la sociedad medieval.

En el manual de Cortázar sobre la Edad Media se habla de los diferentes acontecimientos que se tienen en cuenta, como la crisis de Roma (siglo III), las invasiones germánicas (V, VI) y la ocupación islámica de la P.I. en el VIII. Se ve como hay una transición desde la crisis de Roma hasta la ocupación musulmana. Hoy en día se consideran a las invasiones germánicas como el punto de partida de la Edad Media más aceptado, aunque no es lo mismo si hablamos para

Galicia (V), o para el resto que la Península Ibérica (VI). Por eso, cuando se habla del inicio de la Alta Edad Media nos referimos al V, VI. Para el caso de la P.I.,[1] la Edad Media comienza con los suevos en el 411 hasta los Reyes Católicos, incluyéndolos, en el XV.

Dentro de estas divisiones internas para la Edad Media en el ala de la Historia tradicional lo hay que coger con relativismo. Por ejemplo, ese antes y después del establecimiento de los suevos en el noroeste. Hay un antes y un después, pero es un sí y no. Sí, porque es un acontecimiento histórico importante y no, porque la continuidad de Roma era muy palpable. La Alta Edad Media también tiene sus divisiones; los siglos V, VI, VII como una A.E.M germánica, y tras la invasión musulmana, los siglos VIII, IX, X con una A.E.M cristiana occidental prefeudal, donde se crean las precondiciones para el feudalismo, que se irá creando alrededor del año 1000. Por lo tanto, se ve una Alta Edad Media germánica donde la influencia de la continuidad romana es clara, y una Alta Edad Media en el norte peninsular caracterizada por los reinos cristianos donde se irán desarrollando las precondiciones para el feudalismo.

Se presenta el mismo problema con la Alta Edad Media y, en general, con los conceptos modernos y contemporáneos decimonónicos. Se trata de una mitificación (relativa) de los períodos históricos que para el caso de la Alta Edad Media se considera como una Edad Oscura. Ambos conceptos se utilizan como sinónimos en los viejos manuales. Parece el paréntesis dentro de un paréntesis hasta el feudalismo pleno.

El medievalista no la ve como una época de barbarie, sino que la ve como que, tras la caída de Roma, se inicia un ascenso en la Alta Edad Media hasta el Renacimiento cultural, social, político y económico que suponen los siglos pleno-medievales, sobre todo, en el XII, XIII. No se puede hablar de una etapa de transición que dure cinco siglos. Supone un escaso reconocimiento a los protagonistas (unas 20 generaciones) de esos siglos, que para nada pensaban que vivían una transición.

Cada vez más se acepta la Alta Edad Media como una realidad política, social, económica y cultural diferente a la Época Antigua, y a su vez, de la Plena Edad Media. Es decir, se explica por sí misma, por sus propios factores, así como con su propia identidad.

Si cada vez se tiene más dificultades para hacer las clasificaciones y definir conceptos en la evolución histórica. Es, también, por influencia del marxismo. Se nos habla de los cinco estadios del modo de producción; el primitivo, el esclavismo, el feudalismo, el capitalista y el socialista. Para el caso del feudalismo, abarcaba todo el período medieval y el moderno. Están en los manuales como concepción materialista de la Historia. Se sacó de los escritos de Marx, pero jamás pensó que se pudiesen aplicar de esa manera tan simple y contraria a la realidad que estudian los historiadores profesionales.

El modo o forma de producción es la forma que cada tipo de sociedad adopta para producir aquellos bienes que necesita dicha sociedad para reproducirse familiar y socialmente, para sobrevivir, sobre todo, las capas populares. En los períodos de expansión repercute en la forma de reproducirse, con la mirada en el futuro. Es importante, pero lo que hay que aplicar como los hacía Marx en sus escritos; un concepto que se adecuara a cada hecho histórico que el autor estaba comentando. Es, en los textos que anteceden al "El Kapital," donde habla de los orígenes y desarrollo del Capital hasta el tiempo que le tocó vivir (XIX). Antes estudió las formas de producción, pero de un modo plural, procurando captar las diferencias de las formas de producción, aunque tuviesen un denominador común. Se hablará, pues, desde un punto de vista utilitario, y no como una filosofía dogmática, mediante marxismo codificado tras la revolución rusa en la época de Stalin.

La Alta Edad Media se identifica como una forma de producción específica. Dividida entre el período germánico y el cristiano occidental, que tienen que ver con acontecimientos políticos. Éstos, a su vez, reflejan cambios de fondo de tipo económico social y en las mentalidades. Durante esa subdivisión, en la época germánica hay un peso mayor de la continuidad romana, mientras que en la época cristiano occidental hay una presencia del pre-feudalismo, última parte de la Alta Edad Media que para la P.I. son los siglos marcados por los reinos cristianos del norte. Al mismo tiempo que combaten con Al-Ándalus, van creando una forma de economía, de sociedad, y de mentalidades acorde con el resto de Europa. Por lo tanto, más ruptura con Roma en esta segunda parte y creación de una forma de producción tras la invasión islámica.

En la P.I. hay una evolución histórica a dos velocidades. Una parte está en el modo de producción musulmán, llamado por Marx, el modo de producción asiático. En la otra, los reinos cristianos estaban participando junto con el occidente medieval en lo que sería el feudalismo.

Para este momento, ya no hay tantos esclavos. Son sustituidos por siervos, es decir, por los pequeños propietarios que se diferenciaban según estuviesen sujetos a relaciones de dependencia de los grandes propietarios, o una simple relación de arrendamiento para el caso de los colonos. Por el lado de los grandes propietarios, la transición entre los terratenientes de tipo romano a una nobleza laica y eclesiástico se consolidará con la aportación germánica, con la fusión entre la aristocracia germánica y los terratenientes romanos.

El segundo cambio social que caracterizará este tránsito a la Alta Edad Media es la caída de las ciudades y la ruralización plena de la sociedad. Son característicos los pequeños propietarios con un status de servidumbre o libres. Las únicas ciudades que en este tránsito sobreviven, son aquellas que son cabezas de diócesis episcopales, es decir, las residencias de los obispos, caso de Lugo, Chaves o Tui. Es un mundo rural frente a uno romano más urbano y después en la Plena Edad Media.

También, un factor diferencial es el creciente peso de la Iglesia cristiana en la sociedad. El Imperio deja actuar al cristianismo tras el "Edicto de Milán" de Constantino, a principios del IV.

La Iglesia, desde el punto de vista institucional, siempre será una realidad subordinada al Imperio y a las autoridades romanas. La Iglesia será la estructura que más mantenga la continuidad romana. Al mismo tiempo, va adoptando una posición de poder propia en lo cultural, político y económico, que no tenía en época romana. En el período altomedieval la Iglesia de adapta a los muchos cambios históricos. Por ejemplo en el cambio de concepción del trabajo con la regla de San Benito (siglo VI). Antes se consideraba indigno, desagradable para las clases cultas. El monaquismo con el ora et labora juega un fuerte papel en la dignificación del trabajo.

Desde la superestructura política, se pasa del imperio romano de administración provincial a una monarquía soberana construida por los ocupantes germánicos. Es una autocracia, coronada y divina, apoyada por la Iglesia tras la conversión al cristianismo por parte de sus reyes. De ser una provincia romana, se pasa a tener un "poder propio." Paso para el resto de la población de la ciudadanía libre romana (no esclavos), a ser súbditos dependientes de un rey. En la Alta Edad Media, perduran todavía los tributos a la administración. Se han detectado en el siglo IX, tributos públicos que pagaban los campesinos a lo monarca altomedievales. Queda como secuela de la impronta romana.

La forma de producción altomedieval se puede ver en un sentido de retroceso económico y cultural. La Iglesia juega un papel de continuidad romana para lo cultural, con la copia de manuscritos pero también creativa, pero es un legado cultural inferior al romano, ya que más bien está basado en la conservación de la herencia, además de adaptarse a los cambios. El intelectual laico, relativamente, es un fenómeno pleno y bajomedieval.

Es ésta una época de inseguridad general, aunque ni los señores terratenientes -que irán evolucionando hacia la nobleza – estaban consolidados como para asegurar el bienestar de su gente y territorio, ni el Estado tampoco. La característica de toda la Edad Media es la flaqueza del Estado. Esta inseguridad no solo lo era por las guerras o las invasiones, sino también por conflictos y revueltas.

LA CRISIS BAJO-IMPERIAL

La crisis bajo-imperial se extiende entre los siglos III-V. En el siglo V asistimos a una situación mixta; por un lado se van asentando los primeros reinos germánicos, y, por otro lado, se mantiene la autoridad romana en muchos territorios. En el caso de Hispania, coexiste el Reino Suevo con la autoridad romana en la provincia Tarraconense. El obispo San Cipriano de Cartago, cuenta a mediados del siglo III en "Carta a Demetríades" la situación del Imperio romano occidental. Habla de una crisis ecológica, económica y demográfica, confirmada por posteriores investigaciones. Ejemplo:

"El invierno no tiene suficiente lluvia para alimentar la simiente y el grano. No hay bastante Sol para calentar las cosechas" "Faltan campesinos en el campo, marinos en el mar, soldados en los campamentos" "La epidemia diezma al género humano"

También hay que hablar de la crisis de la moneda con su alza de precios, de cual, San Cipriano no habla. Son testimonios de época sobre la crisis de las ciudades y del comercio.

San Cipriano habla sobre la moralidad y las mentalidades; "No hay justicia en los juicios, competencia en los oficios y disciplina en las costumbres." Termina la epístola con el Apocalipsis de San Juan mediante una forma milenarista, con la segunda advenida de Cristo y el Juicio Final; "Se aproxima el día del Juicio Final"

La crisis avanza en todos los ámbitos, caracterizándose por dos factores:

Un ámbito social. Los terratenientes responden a la crisis tratando de sacar provecho de la situación, y procediendo a la concentración de las tierras. Asumen, en muchos casos, funciones públicas que antes desempeñaba el Estado, ya que sus funcionarios abandonan los puestos ante la caída y desaparición romana. El poder económico se va enlazando al poder jurisdiccional. De la misma forma, el aumento de la administración provoca onerosos impuestos, que son causa directa de los descontentos entre la población de los siglos IV – V.

Un ámbito político-militar. Hay una situación de anarquía, con guerras civiles casi permanentes. Las regiones quitan y ponen emperadores a su gusto. En el IV y V la mayor parte de los emperadores murieron por causa violentas. El último emperador, Rómulo Augusto, será depuesto en 476 por el hérulo Odoacro. Es ese vacío de poder lo que hace que, por ejemplo, los terratenientes aprovechan para fortalecerse. Se abandonan las fronteras, tanto en Oriente

como en el Rin, y un abandono de las provincias por parte de los funcionarios. Para el caso de Hispania, ésta era una referencia administrativa para Roma que tenía menos importancia que las propias provincias que se constituyeron.

Con lo que respecta a los germanos, hay dos formas de incursión:

  • Una más militar. Atravesar la frontera del Rin, y por la fuerza militar quedarse en unterritorio. Es lo que hicieron en el V suevos, vándalos y alanos.

  • Otra más política, como hicieron los visigodos en el III. Entrar sigilosamente, aprovechando lacrisis del Imperio, para mediante pactos con Roma ir situándose internamente, consolidarse, y después, desembarazarse de la dependencia romana.

Otra característica de la crisis es la desconexión del centro imperial con respecto a la periferia. Comienzan a aparecer, según Perry Anderson con "Transiciones de la antigüedad al feudalismo," en escritos romanos. Hablan de Hispania o la Galia como tierras remotas, primitivas. En la Península Ibérica, se da una reactivación de la estructura religiosa y social de carácter tribal. Las realidades étnicas se van abriendo camino. Está bien documento en el libro "De correctione rusticorum" de Martín de Dumio, en el VI. Intenta combatir el paganismo romano y las anteriores supersticiones que reviven tras Roma. Encontramos, pues, realidades tribales muy potentes en galaicos, astures, cántabros, vascones y gente de los Pirineos. Está documentado que existía un limes que separaba a los pueblos del norte del resto de la Península. Aquí hubo fuerzas permanentes a lo largo de todo el Imperio.

Las primeras incursiones germanas en la Península fueron protagonizadas por los francos. En el258/260, los francos atraviesan la frontera del Rin, la Galia y los Pirineos, arrasando Cataluña, País Valenciano e incluso llegan a Andalucía. Con la arqueología urbana y de villas romanas se demuestra que hubo destrucción, aunque sin instalarse con un poder permanente. Se habla de una segunda incursión franca en el 285, aunque bastantes historiadores piensan que pudo haber sido una revuelta social.

También hay abundantes revueltas sociales. La más conocida es la de los astures, en tiempos de Nerón. En el siglo II d.C. hay una dirigida por un tal Materno, que va desde Italia hasta la Galia e Hispania. En el Bajo Imperio se activan más las revueltas sociales por la crisis de Roma. En 285 hay noticia de un general romano enviado a reprimir una sublevación en la Península, en la zona del valle del Ebro. En el siglo IV tiene lugar, en Gallaecia, un fenómeno de disidencia religiosa con base social, que es el priscilianismo, cuyo líder, Prisciliano, murió degollado en el año 385. Vincens Vives en su "Historia social y económica de España y América" decía de los priscilianistas que; "se llamaban hermanos. Practicaban la pobreza, la continencia y la abstinencia de carne y se reunían para leer los Evangelios, e interpretarlos libremente." Fue un movimiento socio – religioso crítico con la Iglesia y con la realidad. Surge también como respuesta al vacío de poder de Roma en el lugar. Los ritos de este movimiento perduran hasta el siglo IX, como es el caso de la lectura de los Evangelios, en la zona de Boqueixón.

Curiosamente, las mayores revueltas sociales tienen lugar en el siglo V, debido a esa opresión de los terratenientes, y a la carga que supone la administración romana. En el siglo V se les denominó, a estos rebeldes sociales, como ""bagaudas" (bandoleros), con el fin de descalificar. Perry Anderson dice que, esta revuelta, era algo como así como la respuesta al golpe aristocrático desde arriba, de cara a la concentración de poder. En el otro extremo, los suevos se alían siempre que pueden con los rebeldes. Los suevos y visigodos se enfrentan, entre ellos, según el apoyo o confrontación a causa de los bagaudas.

Las noticias que nos llegan de esas revueltas son bastante vagas, pero queda claro que eran en su mayoría campesinos. Son esclavos, campesinos libres, colonos etcétera, sobre todo, a causa de las referencias de los generales que son enviados a reprimirlos. En el 441/443 se producen por la zona de Pamplona. En el 449, se conoce el nombre de su líder para ese momento; Basilio. Suevos y bagaudas, en alianza, llegarán a tomar Zaragoza y Lleida. Poco después, en el 454, los visigodos pactan con Roma concesión de tierras, a cambio de, en nombre de Roma, combatirlos. Entran en la Península, y derrotan a rebeldes y suevos. En 456, hay otra revuelta en la zona de Braga en contra de las autoridades galaico-romanas. Éstas ya son las vinculadas al reino suevo. De este tiempo es esta cita de Salviano de Marsella (400-490): ""en estos tiempos los pobres se han arruinado. Emigran de todas partes hacia los godos y bagaudas, o hacia los otros bárbaros que eliminan por todas partes. Prefieren ser libres bajo una apariencia servil, que ser esclavos bajo una apariencia de libertad"".

Terminamos recordando lo que aporta al modo de producción altomedieval las incursiones y revueltas sociales. Facilitarán esa evolución interna. La ruralización se completará con la entrada de los germanos. La ciudad deja de ser la célula básica del Imperio, a partir del siglo III. También la fragmentación de las provincias con el poder central, y la sustitución de ese poder administrativo por el poder de los monarcas. Un descenso de esclavos, y un aumento de los pequeños propietarios a través del colonato. El auge de la Iglesia, con la bandera de los beatos y el milenarismo. La anarquía militar y la consecuente inseguridad, mediante revueltas sociales o incursiones germánicas.

TEMA 2.

Invasiones germánicas

Las tribus que ocupan los territorios en la P.I. son diversas. Hay dos oleadas, una en el siglo V, y otra en el VI. Difieren, también en la ocupación. Hay una simple ocupación miliar con suevos, vándalos y alanos, y otra más pacífica, de construcción de un Estado, por parte de los visigodos. En este segundo caso es una ocupación más pacífica, pero no siempre con mejores resultados. Unos son Estados duraderos, mientras que otros son Estados efímeros, como vándalos y alanos. Entran en la Península empujados por los hunos. Es decir, antes de romperse la frontera occidental se rompe la oriental, con los hunos desplazando tribus hacia el sur, pasando por Francia. Se dan resultados diferentes, para luego instalarse en la P.I.

En esta dinámica, de caída de fichas de dominó, que son las invasiones germánicas parece explicar la caída del Imperio romano occidental. Los vándalos, divididos en asdingos y silingos, junto a los suevos, penetran en el siglo V. Se instalan en el noroccidente hispano. Para ello, atraviesan todo el norte peninsular, y buscan, estratégicamente, la Gallaecia para seguir su instinto expansionista que termina por fracasar. Pasan por lo tanto el Rin, en el 406. Aproximadamente, 25.000 y 35.000, siendo la primera oleada, con saqueos y destrucción, en la Galia. Tres años después atraviesan los Pirineos por Roncesvalles. Todo ello sin acuerdo previo con el imperio. Flavio Constancio (411) firma en nombre del emperador, una paz con suevos vándalos y alanos sin contrapartida. Es una paz que reconoce de facto la ocupación del norte y de la parte occidental de la P.I. No es un foedus, el típico pacto con las tribus germánicas

El Imperio quería conservar el poder en la provincia Tarraconense, y tratan de retenerlos en el arco noroccidental de la Península (antigua Gallaecia). En la propia distribución de las restantes provincias no parece casualidad, aunque Hidacio (400 – 469), obispo e historiador hispano – romano, asegura que fue por sorteo. Los suevos, que eran la fuerza dirigente de la federación germana se queden con Gallaecia, junto a los vándalos asdingos. Incluía los 3 conventos romanos; la Galicia Lucense, la Galicia Bracarense y la Galicia Asturiciense, con León.

Se incluye la idea de regnum desde el principio. Es el regnum suevorum o regnum Galiciaren. Con la ocupación, es un componente monárquico y un componente identitario. Pronto, los vándalos dejan Galicia y se instalan en la Bética, en Andalucía. Los alanos se instalan en Lusitania (centro y sur de Portugal) y la provincia cartaginense (Valencia y entrando en Castilla). Son experimentos políticos que duran poco. Los vándalos serán expulsados por Bizancio en el 533 del norte de África. Los alanos son expulsados en el 418 por el poder visigodo como lanza del poder romano

La estrategia sueva fue la que dio mejor resultado. Se integraron con la población autóctona, sobre todo, con su clase dirigente. Dan lugar al primer Estado creado por los germanos tras la caída del imperio romano. En el siglo V, se produce la pugna entre poder romano y el germánico en la P.I. Es un siglo de transición, aunque, tempranamente, los suevos crean un primer estado germánico que dura 174 años (411-585), hasta ser por los visigodos. Es, al mismo tiempo, la primera monarquía germánica que sustituye a una provincia romana, así como la que busca una mayor integración con los galaico-romanos. Se convierten a la religión mayoritaria en Gallaecia; el catolicismo. Es la mayoritaria porque, en esos momentos, está viva la herejía del priscilianismo. Los germanos vienen con el arrianismo. Es el caso de Reciario, el primer rey germano que se convierte al catolicismo en Europa. Estuvo 17 años y, cuando murió, sus sucesores volvieron al arrianismo. Luego, poco antes de de ser absorbidos por los visigodos, se volvieron a convertir. Reciario, a mediados del siglo V, aparece en la Tarraconense, apoyando a los bagaudas contra los visigodos.[2]

El reino suevo es la primera forma institucional de la identidad medieval gallega. Es una entidad militarista y no acaban de generar una administración separada (pública). Dejan una débil impronta en la sociedad galaico-romana, sobre todo, si la comparamos con la impronta visigoda. Se adaptaron en exceso a la situación preexistente doble; comunidades indígenas y los gallegos más romanizados. Éstos últimos, normalmente vivían en las ciudades, pero acaban yéndose al campo por la transición inicial a la Edad Media.

Hay una cierta incapacidad administrativa de los suevos, que queda resuelta por la alianza con la Iglesia. La Iglesia es tempranamente, más en el VI que en el V, una especie de estructura administrativa en obispados y parroquias. Se convierte en la columna vertebral del Estado suevo. Consiguen una alianza entre la aristocracia sueva y la aristocracia galaico-romana (terratenientes) y la Iglesia, que va ganando fuerza con figuras como Martin de Dumio. También las buenas relaciones con las estructuras indígenas emergentes, a partir de la caída del Imperio romano, es decir, la cultura de los castros, con su componente celta. Es mejor esta relación que la posterior con el reino visigodo, más pacífico en su ocupación, pero más jerárquico, y con menos facilidades para integrar a las comunidades indígenas.

Prueba de esto, del componente gentilicio y el administrativo, es, en el siglo VI, el "Parroquiale suevorum." Es una lista fantástica de parroquias y sedes episcopales, que deja ver la extensión del embrión de la Iglesia institucional en Galicia. Además, es muy adaptativa a la realidad gentilicia étnica anterior (cultura castreña), que empezaba a salir de las alturas de los castros a las llanuras, a causa del cambio en la ordenación de territorio que supone la Alta Edad Media. Los reyes también empiezan a utilizar derivaciones hacia el latín vulgar, que acaban llegando, en la Edad Media, a las dos formas actuales de Galiza/Galicia. Tras la integración en el mundo visigodo, seguirán con la terminología del Reino de Galicia suevo hasta la llegada de los árabes.

En el siglo VI tiene lugar el segundo proceso de ocupación germánica en la P.I. Los visigodos siguen una estrategia distinta. Sirven como tropas auxiliares desde el siglo III al imperio romano, es decir, desde la crisis económica y social. En el 418, los visigodos se instalan, mediante un foedus, en plena Galia. Es el reino de Tolosa (Toulouse). El Imperio lo ve como una garantía para la paz en la Galia. Roma quería un Estado amigo, confederado, mientras que los visigodos se apropiaron del territorio.

Pronto siguen su propia agenda. En el 439 se independizan relativamente de Roma, ejerciendo protectorado sobre la P.I. Está de acuerdo, en general, con los preceptos Roma, pero no siempre. A petición de Roma, hacen incursiones en la antigua Hispania para combatir a los suevos, alanos o bagaudas, o a todos de forma conjunta. Siempre en nombre de Roma, como estado federado.

Rompen con Roma en el 479. El centro de poder es Tolosa. Se trata de una independencia total, siguiendo el camino de los suevos sesenta años después a la hora de crear un Estado independiente, con relaciones, incluso, de hostilidad

En el año 507, desaparece, al ser derrotados por los francos, por lo que tienen que escapar de la Galia y quedarse en Hispania, adonde habían venido grupos de visigodos en el siglo V, posiblemente fruto de una estrategia de cara a ampliar el estado de Tolosa a la Península Ibérica. Se instalaron unos cuatro años después de la derrota. En el año 511 se dirigen a aquella parte de la Tarraconense donde se habían instalado esos grupos. La migración en masa converge con los ya instalados. Entre 555-557, se constituyen como el nuevo reino visigodo.

Cortázar da por buena la cifra de, entre 80.000/100.000 ocupante visigodos en la

Tarraconense, sobre una población de aprox. de 4 millones de hispano – romanos. Se instalan en lo que, la documentación de la época, se llaman los campus gotorum (campos góticos). Según la investigación documental de Claudio Sánchez Albornoz, se encontrarían contra la zona de Valladolid y Segovia. La capital es la actual Medina del Campo. Ampliaron los límites de su Estado a lo que hoy es Castilla la Vieja, sobre todo, entre el río Duero y el Tajo.

Ellos mismos restauraron el limes militar, aquel límite que los separaban de cántabros, astures y vascones, siempre en rebeldía. Escogen la Meseta porque es una zona estratégica para controlar la Península Ibérica, entre otros motivos.

En el 585, integran al reino suevo de Gallaecia. El artífice fue Leovigildo, en el momento de mayor esplendor del reino de Toledo. Avanzan en el sentido de buscar un reino en la P.I. que se aproximase a lo que fue la Hispania romana. Encontramos una doble causalidad.

  • a) Fase de botín y fase de ocupación efectiva de territorio con destrucción.

  • b) En esta segunda fase podía quedar ese instinto expansionista de la sociedad, al mismotiempo muy militarizada.

Eran guerreros libres, guerreros – campesinos, que elegían a sus jefes militares como a sus reyes en asamblea. En las tribus germánicas, en un primer momento, el rey es electivo. Pasado el tiempo se transforma en hereditario. No se desprenden de sus orígenes comunales, militares o expansionistas, pero miran hacia Roma. Como los suevos, buscan cerrar el espacio que ocupan, logrando cerrar los límites de su Estado.

Los visigodos habían expulsado a los alanos, mientras que los vándalos se habían ido para África. Había desaparecido el último emperador romano, y en el siglo VI pueden extenderse en toda la P.I., solamente con dos limitaciones: los vascones, con el limes militar que los separa de ellos, y la instalación bizantina en sur y levante de la Península. En el año 554 empiezan a instalarse, aunque los bizantinos estarán poco tiempo en sur y oriente de la P.I., porque, en el año 628, termina su poder en la región.

Los visigodos tienen la tarea, ya hecha en su momento por los suevos, de fusionarse con las comunidades y las clases dirigentes autóctonas, lo cual, recibe un impulso veinte años después de la formación del reino de Toledo por parte de Recaredo, hijo de Leovigildo, convirtiéndose al catolicismo.

2.2 Aportaciones germánicas en el sistema de producción altomedieval

La impronta dejada por los visigodos fue más fuerte que la dejada por los suevos en el noroeste. Los suevos están siglo y medio en Gallaecia, mientras que los visigodos están en Hispania desde el 507 hasta el 711. Para el caso de Gallaecia, se suma la impronta sueva y la visigoda, es decir, unos tres siglos.

En primer lugar, porque se da una colonización visigoda en los campos góticos. Hay menos fuentes para los suevos. Sabemos que la sede del reino (suevo) estaba por Braga y, en principio, se piensa que están dispersos, sobre todo, en la Galicia lucense y en la Galicia bracarense. En el caso visigodo, las fuentes, escritas y arqueológicas, son claras. Se trata de una ocupación concentrada, por lo menos en Castilla. Esa mayor impronta está justificada demográficamente. Hay grandes diferencias en la toponimia, onomástica, fuentes arqueológicas, aunque tanto en la numismática a causa de la moneda de oro sueva. El argumento es político, ya que los visigodos dominaban más. Tenían lo que hoy se llamaría un "proyecto de Estado," con mejor estrategia que los suevos. Con eso, los visigodos lograron configurar un Estado mucho mejor organizado que el suevo, gracias a los dos II siglos de experiencia cosechada de convivencia con Roma (con contacto amistoso) y, por supuesto, del primer estado visigodo, el de Tolosa.

Cuando, en el 511, se produce la migración, es una migración de Estado. No se mueven unas comunidades guerreras con un jefe militar al mando. Emigran, tanto la aristocracia, como la plebe, además de los de experiencia administrativa y los intelectuales. Es una pirámide política que emigra colectivamente a los campos góticos. Además, llegan a la Península muy polarizados socialmente, facilitando la fusión entre la población hispano – romana. A mayor influencia de Roma, hay una mayor diferencia social. Es por el contacto, donde se conformaría lo que hoy se llamaría una casta dirigente. Esto favorece la fusión en los campos góticos, tanto por arriba, como por abajo de las clases sociales. Desde el momento en que se diferencian socialmente, y generan una monarquía con aparato administrativo propio, se acaban las comunidades de guerreros libres. La monarquía deja de ser electiva. Con todo, se mantiene en la base de la sociedad un espíritu comunitario. Ha quedado muy estudiado por el libro de los profesores Abilio Barbero y Marcelo Vigil "La formación del feudalismo en la Península Ibérica"

En esta fusión de las clases dirigentes y cultas visigodas no renuncian a sus tradiciones comunitarias y, sobre todo, a la tradición militar. Prueba de esto es el "Libro de los Jueces," una especie de fusión del derecho romano y el germánico. Esto genera un debate entre romanistas y germanistas, por si el derecho visigodo es una simple copia del derecho romano o una creación autóctona germánica. Puede ser un derecho sintético, original y adaptado al Estado godo pre- feudal. La argumentación de Sánchez Albornoz parece sólida, cuando destaca, sobre todo, lo que el derecho visigodo tiene de germanismo.

Las relaciones sociales son pre-feudales. Perry Anderson en, "Transiciones de la antigüedad al feudalismo," dice que el Estado visigodo fue pre-feudal un siglo antes que el de Carlomagno. Aunque se dice que con Carlomagno se establecen las bases, ya, un siglo antes, hay unas precondiciones, por lo menos, en la Hispania visigoda.

Las relaciones pasan de una preeminencia del esclavismo, en lo tocante a la mano de obra, a una transición hacia la servidumbre. Encontramos aquí al esclavo y al siervo. El primero es propiedad del amo. El segundo también, pero está vinculado a la tierra. Los esclavos también se diferenciaban entre domésticos, rurales o artesanales. Los siervos también son domésticos y rurales. La mano de obra pasa, progresivamente, de la esclavitud y el colonato, a la servidumbre y a los campesinos libres. Seguirá habiendo esclavos hasta el final de Edad Media, pero será a causa del botín de guerra, no como la base de la estructura económica social.

La causa del paso a la servidumbre obedece a motivaciones de tipo religioso y económico. En el religioso es donde la Iglesia altomedieval trate de humanizar las relaciones sociales, eliminando así la esclavitud. El factor principal es que, a los terratenientes simplemente les salía más barato. A un siervo vinculado a la tierra no había que alimentarlo como a un esclavo, con la posible excepción de un siervo doméstico. Estaba sometido a ciertas rentas y tareas de tipo productivo o militar para con su señor, pero se auto – mantenía.

El segundo componente son los pequeños propietarios, que ya existían en el período romano como colonos. Ahora aparece un elemento nuevo; el patrocinio o la encomienda. A esto lo ayudará el clientelismo que favorecerá la encomienda y el patrocinio de campesinos libres cara a un señor, para que lo proteja. Es resultado del clientelismo germánico junto con la inseguridad de la época. Será el inicio del vasallaje, al igual que lo es la vinculación a la tierra de los siervos de la época visigoda, en vez de la vinculación al amo, que existía pero no definía el período

El tercer cambio en las relaciones sociales es uno de cambio/continuidad. Reforzará el peso de la nobleza terrateniente surgida de la fusión entre la aristocracia romana y la germana. Primero en Galicia con los suevos, y ahora en el reino de Toledo, con los visigodos. Leovigildo elimina la prohibición de matrimonios mixtos, promoviendo esa fusión en el ámbito familiar de las clases dirigentes hispanorromana y visigoda.

En cuanto a la ruralización de la sociedad y abandono de las ciudades, es un paso más en esa tendencia que se inicia a partir de la crisis del siglo III. Los visigodos (los mismo que los suevos) aprovechan las ciudades como cabeza de las diócesis episcopales. La novedad, es que de una manera más clara, se abandonan las vilae romanas (haciendas de terratenientes de explotación agropecuaria). El término permanece, ya que nos encontraremos el término vila o vilae a la hora de analizar la sociedad medieval del momento posterior. El sentido es mucho más campesino. La vila tendrá dos significados. Una aldea dependiente de un señor, o también una granja agrícola con casa y terrenos a trabajar En los siglos VIII-X, los terratenientes las prefieren, antes que vivir en palacios, castillos o torres. Las villas altomedievales son unidades de explotación o de habitación, o ambas cosas. Nacen en las comunidades de aldea. En éstas, viven siervos o campesinos libres, pero desde el punto de vista identitario tienen, o bien un componente indígena prerromano, o bien uno germánico, sobre todo, en las zonas de concentración de población visigoda. Son campesinos con el mismo status que los anteriores prerromanos. Este papel de las comunidades de aldea es distinto. En Castilla la relación el componente indígena es menor. En Gallaecia es mayor, y una de las pruebas es la continuidad del priscilianismo, una herejía popular muy igualitaria que se vio favorecida por el componente castreño. En Galicia sí que se sabe de la transición del paso del hábitat castreño (lugares elevados), con recinto amurallado, a las aldeas, que se van formando conforme cambie el modo de producción en las laderas de los montes y los valles. Lo que se hereda es el sentido comunitario, en un hábitat concentrado o disperso, pero que se rigen por compartir toda una serie de tareas comunes. La cultura castreña aún llegó, con su influencia, a los primeros siglos de la Edad Media

La Iglesia también tendrá un papel importante. Tenemos una Iglesia entronizada. Es el período donde tiene más poder político, superando a la Iglesia sueva. Tiene además quien la dirija. San Isidoro de Sevilla, en el III Concilio de Toledo de 589, lanza su tesis providencialista. Trata la necesidad de subordinar el poder civil al poder eclesiástico. Es un poder rector en la generación de un poder público. Es lo contrario, con la orientación y posible influencia de Martín de Dumio, que para el reino suevo. Martín plantea el problema de la evangelización, mientras que San Isidoro piensa en la necesaria conversión de la mayor parte de la sociedad pagana supersticiosa desde el poder político. Pero, al mismo momento, donde la Iglesia avanza en cuanto al poder político, es en el económico donde no está tan claro. Surgen las iglesias propias. Son iglesias creadas por los laicos donde el poder eclesiástico depende del obispo, pero en su dimensión económica pertenece a sus propietarios laicos. Son iglesias privatizadas. La iglesia siempre pretendió combinar estos dos poderes. Es una debilidad, ya que una buena parte de las iglesias/ monasterios son fundadas por señores laicos que controlan las rentas. Utilizan los monasterios como seguros de vejez.

Estos Estados utilizan la conversión, con sus reyes, para tener un mayor arraigo social y no tener tanta diferencia entre invadidos e invasores. Combinan su aspecto expansivo con el servicio a las poblaciones que deben servir. Una vez establecidas las fronteras, lo que primará será la seguridad que el Estado pueda ofrecer a sus súbditos. Hay un doble lazo de los súbditos con el poder. Por un lado, son súbditos del rey, mientras que por el otro, son clientes o están patrocinados por un señor. Es una doble obediencia, aunque acaban obedeciendo al rey a través del señor. Es un Estado que consigue una unificación religiosa, unos límites precisos y una mayor seguridad para sus súbditos. Se produce cuando los visigodos terminan por dominar la P.I.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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