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El islam es… Introducción al islam y sus principios



Partes: 1, 2

  1. ¿Qué es el Islam?
  2. Monoteísmo
  3. Los seis artículos de la Fe
  4. Los cinco pilares del Islam
  5. El Corán
  6. La historia de Adán y Eva
  7. La ley islámica
  8. Ciencia y tecnología
  9. Resumen

El objetivo de esta obra es presentar las verdaderas enseñanzas del Islam. No presentamos ninguna versión específica o única del Islam. Presentamos el Islam tal como es, sin agregados, y hacemos que se valga por sus propios méritos. Existe un solo Islam y solo un ejemplo de cómo debe vivirse – el del Profeta Muhammad (?)[1]. Nuestra intención es ofrecer un panorama básico de los principales dogmas del Islam, tal como están presentados en el Corán y ejemplificados por el Profeta. También es nuestra intención responder algunas de las preguntas más frecuentes sobre el Islam.

A pesar de que más de una quinta parte de la población mundial es musulmana, el Islam sigue siendo malentendido y mal presentado en las sociedades occidentales. Es nuestro anhelo que la presente obra ayude a echar un manto de luz sobre el Islam tal como fue comunicado de manera divina a Muhammad y a disipar cualquier error de concepto que perpetúe el prejuicio y el odio. Escribimos este manual con la esperanza de que las personas de todos los credos se sumen a nosotros para hacer de este mundo un mundo de tolerancia, bondad, comprensión y paz.

¿Qué es el Islam?

La palabra árabe Islam significa literalmente 'rendición' o 'sumisión'. El Islam, como una fe, significa rendirse total y sinceramente ante Dios para poder llevar una vida de paz y tranquilidad. La paz (Salam en árabe, Shalom en hebreo) se logra a través de una obediencia activa a los mandamientos revelados por Dios, pues Dios es El Justo, La Paz.[2]

El nombre Islam[3]es universal en su significado. El Islam no es solo un nombre asignado a una tribu de personas o a un individuo, como el judaísmo, que recibe su nombre de la tribu de Judá, el cristianismo de Cristo, y el Budismo de Buda. El Islam no es un nombre escogido por seres humanos; fue comunicado de manera divina por Dios. El Islam es una fe global, no es de oriente ni de occidente. El Islam es una manera completa de vida, e implica una total sumisión a Dios. Aquel que someta su voluntad a Dios de manera voluntaria[4]será llamado musulmán. No fue Muhammad sino Adán (()[5] quien trajo por primera vez el Islam a la humanidad. Entonces, cada Profeta y Mensajero vino para exhortar a la gente a entender claramente los mandamientos de Dios. Ofrecían enseñanzas relevantes a sus tiempos, hasta que Dios escogió al Profeta final, Muhammad, para que trajera el Último Testamento, conocido como el Corán.

Allah es una palabra árabe que significa 'La Única y Verdadera Deidad', el nombre propio del Único que creó los cielos y la tierra. Los judíos y cristianos de habla árabe también llaman a Dios con el nombre Allah. Para un musulmán, Allah es el Supremo y el más exclusivo de todos los nombre de Dios, denota al Único que debe ser adorado, el Único que creó todo lo que existe.

Monoteísmo

El concepto de monoteísmo (conocido como 'tawhid' en árabe) es el concepto más importante en el Islam. El monoteísmo señala al primero de los Diez Mandamientos, y en el Islam todo se construye en torno a la unicidad de Dios. El Islam llama a que la humanidad se aleje de adorar cualquier ser creado y convoca a adorar al Único y Verdadero Dios. Ningún acto de adoración o devoción tiene significado o valor alguno si compromete el concepto de monoteísmo de alguna manera.

Debido a su importancia, el concepto de monoteísmo (unidad y singularidad divina) debe ser entendido plena y correctamente. Para facilitar la exposición, el monoteísmo puede observarse desde tres perspectivas:

  • a. La Unicidad de Dios y Su Dominio (Omnipotencia)

  • b. La Devoción de todo acto de adoración al Único Dios.

  • c. El Carácter Único y la Unicidad de Dios en Sus Nombres y Atributos.

Esta división no representa en absoluto la única manera de encarar el tema de que Dios es uno y único, pero permite que el tema pueda analizarse y discutirse más fácilmente (el monoteísmo es la clave para entender el Islam, y se recomienda refrescar ese concepto cada tanto).

La Unicidad de Dios en Su Dominio

La Unicidad de Dios en Su Dominio significa que Dios, El Creador Que Originó los Cielos y la Tierra, tiene un dominio perfecto del universo. Solo Él es El Creador de todas las cosas. Solo Él hace que las cosas sucedan. Él es El Único que ofrece sustento y que determina la vida y la muerte. Él es El Poderoso, El Omnipotente, absolutamente perfecto y libre de cualquier defecto. Nadie comparte Su dominio. Nadie puede resistirse a Su Decreto. Él es El Único que nos creó a todos nosotros a partir de una sola célula y nos convirtió en lo que somos. Él es El Único que creó más de cien mil millones de galaxias y todos los electrones, neutrones, y quarks que existen en ellas, manteniendo todo lo que existe y todas las leyes de la naturaleza en orden absoluto. Ni una hoja de un árbol puede caer sin Su permiso. Todo se mantiene bajo un preciso control.

Él es muy superior a lo que podamos imaginar. Él es tan poderoso que para crear cualquier cosa, basta con que diga: "¡Sea!" y es. Él creó todos los mundos conocidos y desconocidos, pero no es parte de ninguno de ellos. Muchos credos reconocen que El Creador del universo es solo uno, sin socios ni compañeros. El Islam incluye el conocimiento de que Dios no es parte de Su creación ni nadie que Él haya creado comparte Su poder.

En el Islam, creer que cualquier parte de la creación de Dios comparte Su poder o Sus atributos se considera politeísmo e incredulidad. Algunos ejemplos de esas falsas creencias es creer que los adivinos o astrólogos pueden predecir el futuro; Dios, El Que Todo Lo Sabe, dice que solo Él conoce el futuro. Solo el Divino puede dar la ayuda divina. Nadie excepto Dios tiene la capacidad de dar ayuda u orientación divina. Creer que los amuletos o talismanes tienen algún tipo de poder es una forma de politeísmo. Esos conceptos son negados en el Islam.

La Devoción de todo acto de adoración al Único Dios

Solo Dios debe ser adorado. Esto fue proclamado por todos los Profetas y Mensajeros del Islam que fueron enviados por Dios a lo largo de los siglos y es la creencia central del Islam. Dios nos dice que el fin de la creación de la humanidad es adorarlo sólo a Él. El propósito del Islam es alejar a la gente de la adoración a los seres creados y dirigirla sólo al Creador.

Es allí donde el Islam se diferencia de otras religiones. Si bien la mayoría de las religiones enseñan que existe un creador que creó todo lo que existe, casi todas poseen alguna forma de politeísmo (idolatría) con respecto a la adoración. Estas religiones convocan a sus fieles a adorar a otros seres además de Dios (normalmente poniendo a esos dioses en un nivel por debajo del Dios Creador), o les exigen a sus fieles a que acudan a otros seres como intercesores entre ellos y Dios.

Todos los Profetas y Mensajeros de Dios, desde Adán (() a Muhammad ((), llamaban a la gente a adorar sólo a Dios, sin socios ni intermediarios. Es la forma más pura, simple y natural de fe. El Islam rechaza la noción de los antropólogos culturales que dicen que la primera religión de los seres humanos fue el politeísmo – y que gradualmente evolucionó hacia un monoteísmo. De hecho, los musulmanes creen lo opuesto, es decir, que las culturas humanas descendieron a la idolatría durante aquellos intervalos de tiempo que hubo entre los Mensajeros de Dios. Aún cuando los Mensajeros estaban entre los hombres, muchos se resistían a su llamado y practicaban la idolatría a pesar de las advertencias. A los Mensajeros posteriores les fue encomendado por Dios hacer que la gente regrese al monoteísmo.

Dios creó a los seres humanos con una inclinación innata y natural a adorarlo sólo a Él. Satán, por otro lado, hace lo imposible para que la gente se aleje del monoteísmo, tentando a la humanidad a adorar a distintos seres creados (idolatría). La mayoría de las personas tiende a desviar su devoción a algo que puedan ver, algo imaginable, aún cuando tienen el conocimiento instintivo de que El Creador del universo es mucho más grande que cualquier cosa que puedan imaginar. A lo largo de la historia humana, Dios envió una serie de Profetas y Mensajeros para convocar a la gente a adorar sólo al Único y Verdadero Dios. Debido a la atracción de Satán, la gente se desvía constantemente y adora distintos seres (idolatría y politeísmo).

Dios creó a los seres humanos para adorarlo solo a Él. En el Islam, el pecado más grande que existe es adorar a algo o a alguien que no sea Dios, aún si la persona lo hace con la intención de acercarse a Dios ofreciendo su devoción a otro ser. Dios, El Suficiente, no necesita intercesores ni intermediarios. Él escucha todas nuestras plegarias y tiene un conocimiento total de todo lo que sucede.

Al mismo tiempo, Dios no necesita nuestra adoración, pero nos dice que se complace con ella. Él es totalmente independiente de todas las cosas. Todo lo creado depende de Él. Si todas las personas del mundo se unieran para adorar sólo a Dios, no Lo beneficiaría a Él en lo más mínimo. No le agregaría ni un ápice a Su majestuoso dominio. De igual manera, si toda la creación dejara de adorar a Dios, no disminuiría en lo más mínimo Su dominio. Al adorar a Dios, beneficiamos nuestras almas y cumplimos con el noble propósito para el que fuimos creados. Dios no tiene necesidades; Él es El Eterno, El Absoluto.

La adoración no se trata solamente de ceremonias o prácticas religiosas tradicionales. El concepto de adoración es holístico. Cambiar un pañal, respetar y cuidar a nuestros padres, levantar un vidrio roto de la vereda – todos esos actos pueden ser formas de adoración si se hacen con la intención de complacer a Dios. Si hay algún otro tipo de interés más importante que adorar a Dios, como riqueza, trabajo, poder o reconocimiento, entonces se transforma en una forma de politeísmo.

El Carácter Único y la Unicidad de Dios en Sus Nombres y Atributos

La Unicidad y el Carácter Único de Dios en Sus nombres y atributos indican que Dios no comparte los atributos de los seres creados, ni ellos tampoco comparten los Suyos. Dios es único en todas las formas. Dios no puede ser limitado de ninguna manera, pues Él es El Creador de todo. Dios, El Supremo dice:

"¡Allah! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. No Lo toma somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sino con Su anuencia? Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. Su Trono se extiende en los cielos y en la Tierra, y la custodia de ambos no Le agobia. Y Él es Sublime, Grandioso." [Corán 2:255]

En el Islam está prohibido atribuirle a Dios características de Su creación. Los únicos atributos que se le pueden asignar a Dios son los que Él mismo reveló en el Corán, o aquellos usados por el Profeta para describirlo a Él. Muchos de los nombres y atributos de Dios parecieran tener equivalentes en el nivel humano, pero se trata sólo de un reflejo del idioma. Los atributos de Dios, como Dios Mismo, no se parecen a nada que conozcamos. Por ejemplo, Dios tiene conocimiento divino. El hombre tiene conocimiento. Sin embargo, el conocimiento absoluto de Dios no tiene semejanza alguna con el conocimiento de los seres humanos. El conocimiento de Dios es ilimitado (omnisciente, El Que Todo lo Sabe). No se aprende ni se adquiere. El conocimiento de Dios incluye todas las cosas, y no aumenta ni disminuye. Por otro lado, el conocimiento humano se adquiere y es limitado. Cambia constantemente, aumenta y disminuye, y está sujeto a olvidos y errores.

Dios, El Irresistible, tiene voluntad divina. El ser humano también tiene voluntad. La voluntad de Dios siempre se cumple. Al igual que Su divino conocimiento, Su voluntad incluye todas las cosas que Dios quiere que sucedan en la creación – pasado, presente, y futuro. Por otro lado, la voluntad humana, es simplemente una intención, un deseo. Sólo se cumple si Dios así lo desea.

Los atributos humanos no pueden asignársele a Dios. Todos los atributos humanos son limitados. Dios no tiene género, debilidades ni deficiencias. Dios está más allá de la atribución de género característica de lo humano y de la creación. De hecho, utilizamos el pronombre "Él" simplemente porque no existe un pronombre neutro en castellano o en las lenguas semíticas, y porque sigue las convenciones de la lengua castellana. Cuando en el Corán se utiliza el pronombre "Nosotros" para referirse a Dios, es por respeto, y de ninguna manera implica pluralidad. Asignarle atributos terrenales a Dios es una forma de politeísmo. De igual manera, es politeísmo asignarle atributos divinos a objetos o cosas creadas. Por ejemplo, aquel que crea que hay otro Dios aparte del Todopoderoso habrá incurrido en el pecado de politeísmo.

"¡Bendito sea el nombre de tu Señor! Él es el poseedor de la majestuosidad y generosidad." [Corán 55:78]

Los seis artículos de la Fe

Existen ciertos dogmas que debemos creer sin dudar para ser considerados musulmanes. Esos artículos se enumeran a continuación:

  • a. Creer en Dios

  • b. Creer en Sus Ángeles

  • c. Creer en Sus Libros

  • d. Creer en Sus Profetas y Mensajeros

  • e. Creer en el Día del Juicio

  • f. Creer en el Designio Divino

Creer en Dios

El Islam hace hincapié en el hecho de que Dios es El Único sin socios, El Que abarca todo lo que existe, y es único de todas formas. Solo Dios, El Más Benevolente, tiene derecho a ser adorado.

Creer en Sus Ángeles

Los ángeles son creaciones de Dios. Dios, El Que Da Origen, los creó a partir de la luz. Son poderosos, y siempre actúan según lo ordenado por Dios.

Dios nos ha revelado los nombres y responsabilidades de algunos de los ángeles. El musulmán debe creer en la existencia de los ángeles. Gabriel y Miguel son dos de los ángeles mencionados en el Corán. Por ejemplo, la responsabilidad del ángel Gabriel (() es llevar la revelación de Dios a los Profetas y Mensajeros.

Creer en Sus Libros

Los musulmanes deben creer en las escrituras originales reveladas por Dios a Sus Mensajeros. El musulmán debe creer en todas las escrituras mencionadas por Dios en el Corán. Dios, El Que Da, las reveló y las mismas son, en sus formas originales, la palabra de Dios. Las escrituras que Dios menciona en el Corán son las siguientes:

  • 1. Los Rollos originales revelados a Abraham.

  • 2. La Torah original revelada a Moisés.

  • 3. Los Salmos originales revelados a David.

  • 4. El Evangelio original revelado a Jesús.[6]

  • 5. El Corán revelado a Muhammad (que aún conserva su forma original).

Los musulmanes no consideran que las escrituras reveladas antes del Corán, que siguen en circulación en distintas versiones y ediciones, sean una representación precisa de su forma revelada originalmente. Según el Corán, la gente ha ido distorsionando esas escrituras según sus propios intereses mundanos. Dichas distorsiones se dan de muchas maneras, como ser agregados u omisiones del texto o cambios en el significado o el idioma. Tales distorsiones fueron adoptadas con el pasar del tiempo, y lo que queda es una mezcla del texto divino original y una interpretación y contaminación humana del mismo. Si bien los musulmanes creen en todos los libros revelados que se mencionan aquí, el medio definitivo a través del cual juzgan los distintos asuntos y buscan orientación es el Corán y las auténticas tradiciones del Profeta Muhammad (().

Creer en Sus Profetas y Mensajeros

Los Profetas y Mensajeros fueron personas que recibieron revelación de Dios y la transmitieron a la gente. Fueron enviados a la humanidad para regresar a las personas al monoteísmo, para ser ejemplos vivientes de cómo rendirnos ante Dios, para guiar a las personas por el camino de la salvación. Ninguno de los Profetas y Mensajeros comparte la divinidad de Dios. Eran simples seres humanos. Está prohibido que un musulmán adore a los Profetas o Mensajeros o que los utilice como intermediarios para acercarse a Dios. El musulmán nunca debe invocarlos, suplicarles, ni buscar la piedad y el perdón de Dios a través de ellos. Por lo tanto, el termino "Mahometanismo" es un insulto y no debe nunca aplicarse a los musulmanes. Todos los Profetas y Mensajeros enseñaron que dichos actos son politeístas, y que cualquiera que los cometa estará fuera de la órbita del Islam.

A lo largo de los tiempos, Dios, El Bienhechor, ha enviado Profetas a todo el mundo. El musulmán debe creer en todos los Profetas y Mensajeros enviados por Dios. Dios ha mencionado algunos de ellos en el Corán. Algunos de los mencionados son Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad (().[7]

Todos los Profetas y Mensajeros de Dios trajeron las enseñanzas del Islam. A lo largo de la historia, los pueblos monoteístas que se sometieron a la voluntad de Dios y siguieron la revelación de Dios a sus Profetas y Mensajeros de su tiempo son considerados musulmanes. El derecho a la herencia de Abraham se adquiere mediante el apego a la fe monoteísta de Abraham y el sometimiento a Dios, no sólo por sucesión. Cuando Moisés (() proclamó ser Profeta, todos los que lo siguieron en su monoteísmo eran musulmanes. De igual manera, cuando Jesús (() declaró ser Profeta con señales y milagros claros, se hizo obligatorio que todos lo aceptaran incondicionalmente si querían ser considerados musulmanes. Todos lo que rechazaron a Jesús (() pasaron a descreer del Islam[8]Rechazar o desaprobar a alguno de los Mensajeros de Dios descalifica a la persona como musulmán. Los musulmanes deben amar y respetar a todos los Profetas y Mensajeros de Dios que convocan a la humanidad a adorar al Creador sin asignarle ningún compañero. Todos los Profetas y Mensajeros se rendían completamente ante Dios, y eso es el Islam.

Los Profeta, desde Adán (() a Muhammad ((), eran hermanos en la fe. Todos guiaban a la gente hacia la misma Verdad. Los distintos Mensajeros traían distintas leyes enviadas por Dios para guiar y regir a la gente, pero la esencia de sus enseñanzas era la misma. Todos instaban a que la gente se alejara de la adoración de seres creados y que adoraran solo al Creador, El Supremo.

En el Islam, Muhammad (() tiene la distinción de ser el Mensajero final de Dios y el último de los Profetas[9]La razón de esto es, primeramente, porque Dios completó Sus revelaciones a la humanidad y las preservó perfectamente por siempre en el Corán, y segundo, Su último Profeta y Mensajero llevó una vida ejemplar durante los veintitrés años que fue Profeta, estableciendo pautas claras para todas las generaciones venideras. Dios dice en el Corán que no vendrá ningún Profeta ni Mensajero después de él. Esa es la razón por la que Muhammad (() es conocido como el último de los Profetas. Esto significa que la ley divina que fue revelada y que tomó forma en las enseñanzas del Profeta Muhammad (() es para toda la humanidad hasta el Día de la Resurrección (Día del Juicio Final). Para ser creyente, es obligatorio creer en Muhammad (() y en las leyes que han sido reveladas a través de él, como también en todos los Profetas y Mensajeros de Dios que pasaron antes que él. Muhammad ((), y los Profetas y Mensajeros que lo antecedieron también tenían que creer, obedecer, y rendirse ante Dios Todopoderoso. Si bien los musulmanes creen en todos los Profetas y Mensajeros de Dios, siguen y emulan las enseñanzas y el ejemplo del último Mensajero Muhammad ((). Dios, El Más Glorioso, dice lo siguiente sobre Muhammad:

"Y no te enviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como misericordia para los mundos." [Corán 21:107]

Creer en el Día del Juicio Final

Los musulmanes deben creer, sin lugar a dudas, en el Día del Juicio Final y la resurrección física, cuando el cuerpo será recreado y el alma se reunirá con el cuerpo gracias al poder ilimitado de Dios. De la misma manera que Dios, El Iniciador de la Humanidad, nos creó la primera vez, también será El Resucitador que nos traerá de la muerte para enfrentar un juicio perfecto ante Él. Después del Día del Juicio, la muerte no será tal, y nuestra existencia será eterna. El Día del Juicio es cuando todos y cada uno deberán pararse frente al Creador y ser cuestionados por sus acciones. En ese día tan importante, todos veremos en detalle los resultados de todo el mal o bien que hayamos hecho, por más pequeño que haya sido, en nuestras vidas. Ese día, la mentira y el engaño no serán posibles. La recompensa final es el Paraíso y el castigo es el Infierno. El Cielo y el Infierno son lugares literales que existen de verdad. No son símbolos ni metáforas.

Dios, El Que Reconoce y Recompensa con el Bien, describe al Paraíso (el Jardín de los Cielos) como un lugar maravilloso de placer, lleno de espectaculares jardines eternos y ríos que corren por debajo de los árboles. En el Paraíso no hay frío ni calor, enfermedades ni fatiga, tampoco existe el mal. Dios, el Que Da Seguridad, eliminará las enfermedades de los corazones y los cuerpos de sus habitantes, y se cumplirán todos los deseos de quienes allí vivan. Al entrar al Paraíso, será dicho: "Has heredado este Paraíso como resultado de la misericordia de Dios y de tus buenas acciones". El mayor de los placeres del Más Allá será la posibilidad de contemplar el rostro de Dios, El Altísimo. Ser musulmán en sí no garantiza alcanzar el Paraíso a menos que uno muera en estado de sumisión al Islam y a Dios, El Único.

Dios, El Calculador, describe al Infierno como un lugar eternamente horrible, que va más allá de toda imaginación, cuyas llamas son alimentadas con hombres y piedras. Cuando los ángeles más severos envían gente al Infierno, dirán lo siguiente:

"Esto es lo que desmentíais." [Corán 83:17]

Creemos que Dios es El Más Compasivo y Misericordioso; sin embargo, es severo en Su castigo a quienes lo merecen.

La justicia infinita de Dios es absoluta y perfecta. El Día del Juicio, se revelerán todas las acciones y todos serán tratados con justicia. No entraremos al Paraíso solo por nuestras acciones, sino por la misericordia de Dios.

Creer en el Divino Decreto de Dios

Dios, en Su eternidad, sabe todo lo que sucede en Su creación. Desde la perspectiva de los seres temporales como nosotros, esto significa que Dios, El Que Todo Lo Ve, sabe todo lo que sucedió en el pasado, lo que sucede ahora, y lo que sucederá en el futuro. El conocimiento divino de Dios es perfecto. Dios es El Que Todo Lo Sabe, y todo lo que el sabe así sucederá.

Dios, El Dominador, tiene soberanía absoluta sobre Su creación. Todo lo que existe en Su creación y todo lo que suceda en ella es resultado directo de Su voluntad. Nada sucede en la creación si no es por Su poder, Su voluntad y Su conocimiento.

El Libre Albedrío del Ser Humano

Un aspecto importante del Islam es que todo ser humano tiene el libre albedrío de elegir entre lo bueno y lo malo. Dios, El Que Otorga, ha honrado a la humanidad con este don. Ese don llega con una gran responsabilidad, y el Día del Juicio tendremos que rendir cuentas por su uso.

El libre albedrío no contradice de ninguna manera el hecho de que Dios, El Testigo, sabe todo lo que sucederá en la creación. Tal vez alguien pregunte: "Si Dios sabe que cometeré un pecado mañana, entonces es inevitable que así suceda porque el conocimiento de Dios es infalible, y Dios sabe que así sucederá". El conocimiento que tiene Dios de la decisión de esta persona no significa que él o ella tengan la obligación de tomar esa decisión.

El libre albedrío no contradice de ninguna manera la soberanía absoluta de Dios sobre todo lo que existe en la creación. Tampoco contradice el hecho de que nada sucede en la creación excepto a través de la voluntad de Dios. Quizás alguien diga: "Entonces, no tengo libre albedrío. Mi libre albedrío no es más que una ilusión". Al contrario, Dios nos creó a todos y cada uno de nosotros con la capacidad de formular una intención. Dios quiere que podamos tomar nuestras propias decisiones. Cuando una persona escoge hacer algo, Dios, a través de Su divina voluntad, crea las acciones y circunstancias que permitirán que se lleve a cabo la intención de esa persona. La voluntad de Dios es que los seres humanos tengan libre albedrío. Dios no siempre está complacido con las decisiones tomadas por las personas, pero quiere que puedan tomar dichas decisiones por elección propia. Un ejemplo de esto es la voluntad de una persona de hacer una buena acción. Puede que esa acción nunca se lleve a cabo, pero quizás Dios recompense a esa persona por tener la intención de hacer una buena acción. Si la buena acción llega a buen término, Dios recompensará tanto a la intención como a la acción. En otras palabras, Dios, El Juez, puede recompensar por aquellas buenas acciones que no se realizaron, pero por las cuales hubo una intención; sin embargo, no castiga por las malas acciones que no se llevan a cabo.

No se Puede Forzar a Creer

A partir de ese énfasis en el libre albedrío, podemos decir que el Islam solo puede aceptarse por libre elección. El objetivo de la vida humana es adorar a Dios a partir de nuestro propio libre albedrío. Por lo tanto, la fe solo tiene valor si se acepta a partir de la libertad de elección. Si una persona es obligada a aceptar cualquier religión, esa aceptación es falsa y no tiene valor. Dios, El Gentil, dice:

"No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío. Quien se aparte de Satanás y crea en Allah, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que nunca se romperá. Y Allah es Omnioyente, Omnisciente." [Corán 2:256]

Los Cinco Pilares del Islam

Existen cinco actos obligatorios de adoración que todo musulmán debe llevar a cabo minuciosamente. El no hacerlo implica un pecado grave. La estructura del Islam descansa sobre estos cinco pilares. No se puede decir que alguien es musulmán si niega la obligatoriedad de alguno de estos actos.

Las cinco obligaciones de los musulmanes son las siguientes:

  • a. La declaración de fe, "Testificar que no existe ninguna verdadera deidad excepto Dios, y que Muhammad (?) es Su Mensajero" (Shahaadah).

  • b. Orar cinco veces al día (Salah)

  • c. Pagar la caridad anual (Zakah)

  • d. Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm)

  • e. Realizar la peregrinación a La Meca (Hayy)

La Declaración de Fe (Shahaadah)

Es obligatorio que toda persona que pretenda ingresar al Islam crea y diga: "Testifico que no existe ninguna deidad verdadera excepto Dios, y que Muhammad (?) es Su Mensajero". Con esta simple, importante y poderosa declaración, se considera que una persona es parte del Islam. No existe ningún rito de iniciación en el Islam.

Los conceptos incluidos en ese testimonio de fe pueden explicarse analizando las tres partes del mismo. La primera parte, "No existe ninguna deidad verdadera…" es una negación del politeísmo[10]Es una negación de la existencia de toda otra deidad que no sea Dios, de todo ente que comparta los atributos divinos de Dios. La segunda parte que dice "excepto Dios" es una afirmación del monoteísmo. Dios es el único que merece ser adorado.

"Muhammad (?) es el Mensajero de Dios" es la tercera parte de la declaración de fe. Se trata de la afirmación de que Muhammad (?) es el último Profeta y Mensajero de Dios.[11] Ese punto requiere, además, aceptar incondicionalmente el Corán y las tradiciones auténticas de Muhammad (?).

Al creer y pronunciar el testimonio de fe, una persona estará rechazando todos los falsos objetos de adoración y afirmando que Dios es el único digno de ser adorado. Dios no tiene pares ni iguales. Dios promete que una vez que una persona afirma y dice con sinceridad "Testifico que no existe ninguna deidad excepto Dios, y que Muhammad (?) es Su Mensajero", se perdonan todos sus pecados anteriores. Las buenas acciones que uno haya hecho previamente también serán recompensadas por Dios, El Más Misericordioso.

Orar cinco veces al día (Salah)

Todo musulmán debe realizar cinco oraciones obligatorias al día. Al realizarlas, el musulmán debe orientarse hacia La Meca, hacia la primera casa construida para adorar al Único Dios. Esta casa es llamada la Ka"bah, una estructura cúbica ubicada en lo que hoy es Arabia Saudita. Fue construida por el profeta Abraham y su hijo Ismael para adorar al Único y Verdadero Dios.

Uno debe recordar que el Islam no tiene reliquias ni símbolos sagrados. No adoramos la Ka"bah; simplemente adoramos a Dios orientándonos hacia la Ka"bah. Al mirar hacia la Ka"bah en la oración, se unifican todos los musulmanes al adorar al Único Dios. Aquel que adore la Ka"bah o a cualquier otro objeto creado será considerado un idólatra. Dicho en otras palabras, los materiales con los que fue construida esta casa no son más sagrados que los utilizados para construir cualquier otra casa.

Dichas oraciones tienen lugar durante el día y la noche, y son un recordatorio constante de la obligación y la sumisión a Dios. Son un vínculo directo entre quien las realiza y Dios. Es la oportunidad de acudir a Dios, de dar gracias, de pedir perdón, y de pedir que nos otorgue Su guía y misericordia.

El musulmán puede realizar oraciones voluntarias con más frecuencia. Las oraciones, en el sentido general de súplica, pueden realizarse prácticamente en cualquier momento y lugar.

Pagar la caridad anual (Zakah)

Todo musulmán con suficiente prosperidad para acumular y retener un cierto monto de su riqueza tiene la obligación religiosa de dar a quienes lo necesitan. Dicha caridad es llamada Zakah en árabe, que literalmente significa "purificación". Todas las cosas pertenecen a Dios, El Más Misericordioso, y la riqueza simplemente le es confiada a los seres humanos. El pago de dicha caridad es una manera que tienen las personas solventes para purificar todo lo ganado éticamente y que Dios les ha otorgado. Además, es un medio directo de distribuir la riqueza en la sociedad y ayudar a los pobres y necesitados. El Zakah (caridad) también purifica el alma del que da, reduce la avaricia, y fortalece la compasión y la generosidad en la humanidad. La tasa básica de esa caridad es un 2,5% de la riqueza ahorrada durante todo un año. Se calcula sobre los ahorros, no sobre los ingresos.

Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm)

Todo musulmán pubescente físicamente capaz, debe ayunar durante el mes lunar de Ramadán. Este mes tiene un gran significado pues las primeras revelaciones del Corán a Muhammad (?) sucedieron durante este mes. Dado que un año del calendario lunar es once días más corto que en el calendario solar, el mes de Ramadán se va dando en distintas épocas del año conforme van pasando los años. Al igual que la caridad es una manera de purificar la riqueza, el ayuno es una forma de auto-purificación. El ayuno comienza al alba y termina al atardecer del lugar donde uno se encuentre. Durante el día, la persona debe abstenerse de comer, beber y mantener relaciones sexuales con su cónyuge[12]Estas actividades son permitidas desde el ocaso hasta el alba del día siguiente. El ayuno enseña autocontrol y paciencia. Al igual que la oración, ayunar es una manera de acudir a Dios en una sincera adoración. Las dos festividades para los musulmanes son "Eid Al-Fitr, que se celebra al finalizar Ramadán, y "Eid Al-Adha, que se celebra al terminar la peregrinación (Hayy). El ayuno nos recuerda las condiciones de los necesitados y nos ayuda a apreciar las simples bendiciones que a menudo damos por sentadas, como un vaso de agua fresca o de poder comer a voluntad.

Realizar la peregrinación a La Meca (Hayy)

Todo musulmán debe realizar la peregrinación a la Ka"bah, en La Meca, al menos una vez en su vida si es que tiene los medios y la posibilidad de hacerlo. Allí se unen musulmanes de todo el mundo con el fin de adorar y complacer a Dios. Millones de peregrinos visitan la Ka"bah y realizan el Hayy anualmente.

El rito de Hayy tiene su origen en el Profeta Abraham y fue restablecido por Muhammad (?). La peregrinación a La Meca obliga a los peregrinos a romper todas las barreras raciales, económicas y sociales que puedan contaminar sus sociedades. También invita a cada peregrino a practicar la paciencia, el auto-control y la piedad. Los peregrinos usan ropa simple que dejan de lado las distinciones de clase y cultura. Todos estos actos obligatorios de adoración mantienen vivo el recuerdo de Dios y les recuerdan a los musulmanes que de Dios venimos y que a Dios retornaremos.

El Corán

El Corán es el registro final, infalible, directo y completo de las palabras exactas de Dios, traídas por el ángel Gabriel[13]e implantadas firmemente en el corazón de Su Profeta y Mensajero final, Muhammad (?). El Corán fue aprendido y memorizado por muchos de los compañeros de Muhammad (?) y transmitido a nosotros a través de una preservación meticulosa vía oral (primaria) y escrita (secundaria) a lo largo de los siglos.

Los libros revelados antes del Corán a través de los Profetas y Mensajeros de Dios también fueron enviados por Él. Al revelar el Corán, el mensaje de Dios fue restablecido y clarificado. El Corán es único por diversas razones. Dios, El Guardián, ha conservado perfectamente el Corán, y garantizado que no sea corrompido hasta el final de los días. El Corán es considerado, no solo por los musulmanes sino por los historiadores de la religión, como el texto religioso más auténtico de todas las religiones mundiales[14]Ningún otro libro revelado nos ha llegado en su forma o idioma original. Algunos de ellos, como los rollos que le fueron revelados a Abraham, ni siquiera nos han llegado. A lo largo del tiempo, fueron rescritas o eliminadas partes de otras escrituras, con la consiguiente distorsión del mensaje.

Dios no permitió que tal tergiversación le sucediera al Corán porque es Su libro final para toda la humanidad hasta el Día del Juicio. No vendrá ningún otro Profeta ni Mensajero. Si Dios no hubiera protegido al Corán, jamás nos habría llegado en su forma pura y original. Por esta razón, Dios no les confió a los seres humanos la conservación del Corán.[15]

La preservación divina de las primeras escrituras no fue tan importante porque Dios siguió enviando Profetas y Mensajeros a la gente. La ley tal como estaba en esas antiguas escrituras no se encontraba en su forma completa. Por orden de Dios, Jesús introdujo modificaciones a la ley, por ejemplo, haciendo lícitas algunas cosas que antes no lo eran, pero sin cambiar el concepto básico de monoteísmo.

Otra cualidad única del Corán es que es un milagro sorprendente en sí mismo. Un milagro es un fenómeno que va contra el orden natural de las cosas y que demuestra claramente la intervención directa de Dios, El Todopoderoso.

Todos los Profetas y Mensajeros trajeron milagros de Dios que demostraron claramente la verdad de su carácter de Profetas. Abraham salió ileso después de ser arrojado a las llamas. Moisés levantó su bastón y Dios hizo que el mar se dividiera por Su misericordia. Jesús, el hijo de María, tocaba a los muertos y enfermos terminales y les devolvía la vida y la salud por el permiso de Dios. Todos estos milagros revelaron la legitimidad y validez de los Profetas y Mensajeros, pero solo pudieron ser vistos por las personas que estuvieron allí en ese momento.

Si bien el carácter de Profeta en Muhammad (?) fue comprobado de igual manera por diversos sucesos milagrosos, el más importante de todos ellos es el Glorioso Corán. Dios desafía a aquellos que dudan de la autenticidad del Corán a producir un solo capítulo que se asemeje a un capítulo del Corán. (Cabe señalar que el capítulo más corto del Corán está compuesto de solo tres versículos cortos). Nunca se ha podido lograr esto, aunque hubo a lo largo de la historia muchas personas que se han dedicado a desacreditar al Corán y alejarse del Islam. El desafío de Dios sigue en pie hasta el Día del Juicio. Uno de los milagros del Corán es que se trata del pináculo de la excelencia literaria. Es la prosa árabe más elocuente que existe. Su estilo no tiene parangón en la lengua árabe, es un estilo inimitable. El Corán es para toda la gente, y está disponible en su lengua viva y original, el árabe, que sigue siendo usada por millones de personas en todo el mundo. Los textos originales de muchos otros libros religiosos se han perdido con el pasar de los años y sus lenguas originales ya no se hablan en la actualidad.

Ni siquiera una palabra del Corán es palabra de Muhammad (?), sino que son las palabras de Dios. Muhammad (?) en realidad no sabía leer ni escribir. Él recitaba el Corán tal como le fue revelado por el ángel Gabriel, mientras que sus compañeros, por indicación suya, lo escribían y memorizaban. El Corán es la palabra directa de Dios. Por lo tanto, el Corán es el único libro que tenemos en la actualidad tal cual fuera revelado por Dios. No existen diferentes versiones del Corán. Si bien hay diversas traducciones del significado del Corán, ni siquiera se acercan a la magnificencia y belleza del Corán en árabe. La siguiente es una muestra del Corán, capítulo 112 de la traducción castellana de su significado:

"En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso"

"Di: Él es Dios, la única divinidad. Dios es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él."

El Profeta Muhammad (?) y Su Sunnah

Muhammad (?) nació en el año 570 d.C. desciende de los dos grandes Profetas de Dios, Abraham y su primogénito, Ismael. Muhammad (?) creció con el título de "El Fidedigno". A la edad de cuarenta años, Muhammad (?) fue elegido por Dios para ser Su último Profeta y Mensajero.

La Sunnah se refiere a los dichos, acciones y aprobaciones tácitas del Profeta Muhammad (?). Los reportes y narraciones sobre la Sunnah se conocen como el Hadiz, y están recopilados en conocidos libros. Al igual que el Corán, la Sunnah está inspirada por la revelación de Dios a través del Profeta Muhammad (?). A diferencia del Corán, no se trata de la palabra directa y literal de Dios. Las enseñanzas pertenecen a Dios (revelación divina) y las palabras son del Profeta Muhammad (?) (un ejemplo para la humanidad). La Sunnah también fue preservada meticulosamente.

Es obligatorio que los musulmanes sigan la Sunnah del Profeta Muhammad (?). En el Corán, Dios ordena a los creyentes obedecer al Mensajero (enviado de Dios). Dios nos dice:

"¡Oh, creyentes! Obedeced a Allah y obedeced al Mensajero." [Corán 4:59]

El propósito de la vida es servir y obedecer a Dios. Esto se logra siguiendo las enseñanzas y prácticas del Profeta. Dice Dios:

"Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Allah." [Corán 33:21]

El Profeta les enseñó a los musulmanes cómo llevar a cabo todos los aspectos de la adoración. Murió a los 63 años (en el año 632 d.C.) y fue enterrado en su casa en la ciudad de Medina (Yazrib). Siempre saludaba a sus compañeros al llegar o partir con salutaciones e invocaciones de paz, algo recomendado para todos los musulmanes. En el lapso de un siglo, el Islam se extendió por tres continentes, desde China a toda Asia, y por toda África, y de allí a España.

Los Peligros de las Innovaciones en el Islam

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