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Trastornos del lenguaje (página 2)



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Afasia infantil

"La afasia infantil es un trastorno del aspecto emisor del lenguaje. Para llegar a una mejor clarificación, la afasia infantil ADQUIRIDA se sitúa entre el trastorno denominado disfasia (posteriormente descrito) y un trastorno específico del lenguaje. En el primero, el déficit es en la estructuración del lenguaje, en el segundo, la perturbación se produce en el inicio y en la elaboración del lenguaje. "Esta afasia infantil adquirida es la resultante de la aparición de una lesión cerebral entre los dos – tres primeros años de vida." (Serón y Aguilar, 1992). Se diferencia de la afasia adulta por el tipo de desórdenes que produce y no tanto por la lesión en sí, ya que en el niño (dependiendo de la edad), al no estar totalmente elaborados los esquemas neurolingüísticos, la lesión no produce tanta alteración como en el adulto.

Como causa de las lesiones cerebrales causantes de la afasia encontramos la encefalitis, accidentes cerebro-vasculares o tumores cerebrales. El pronóstico será más favorable mientras menos definida estuviese la lateralización hemisférica de la zona del lenguaje en el momento de producirse la lesión.

Según Barraquer Bordas (1977, en Serón y Aguilar, 1992), la afasia infantil se diferencia de la adulta en que hay reducción del lenguaje espontáneo, acompañado de pobreza de vocabulario y estilo telegráfico (palabras yuxtapuestas en una frase sin nexos gramaticales); en ocasiones, las frases emitidas están correctamente articuladas y con adecuada construcción gramatical, no hay estereotipias ni parafasias y la recuperación es más rápida que en el adulto.

En las afasias adquiridas existe predominancia de los trastornos expresivos por sobre los receptivos, especialmente una reducción del lenguaje espontáneo; se presentan trastornos del lenguaje escrito y en la lectura que pueden hacerse permanentes. Los criterios de diagnóstico de la afasia son: retraso severo de la comprensión y expresión del lenguaje, disfuncionamiento en la percepción de los estímulos presentados, desorganización en el almacenamiento de la información, inteligencia normal.

En la afasia congénita encontramos uno o varios déficits en la construcción del lenguaje, sin que exista necesariamente una lesión, como en la afasia adquirida. Además de estos signos, los niños que tienen afasia congénita suelen presentar desórdenes en la discriminación y asociación fonética, junto a problemas en la memoria secuencial auditiva. Como causa de la afasia congénita, se ha sugerido un retraso en la maduración de los centros encargados de la integración de sonidos, o bien la presencia de lesiones cerebrales precoces. (Serón y Aguilar, 1992)

3.5. DISFASIA.

El concepto de disfasia no ha sido consensuado por los distintos autores y los esfuerzos se han centrado en realizar diagnósticos por exclusión de los trastornos que no podrían ser encuadrados dentro de esta categoría. La disfasia, entonces, "se aplica en general a los niños que presentan un trastorno severo del lenguaje, y cuyas causas no se deben a razones obvias como pueden ser: sordera, retraso mental, alguna dificultad motora, desórdenes emocionales o alteraciones de la personalidad". (Serón y Aguilar, 1992).

Las disfasias se caracterizan por un desarrollo del lenguaje severamente alterado en niños intelectualmente normales mayores de 5 años, tanto en la comprensión como en la emisión del lenguaje, no posible de explicar por problemas intelectuales, sensoriales, motores o a lesiones neurológicas, acompañado de problemas asociados (atención dispersa, aislamiento, labilidad emocional). Este déficit en el lenguaje oral se caracteriza, además de por un retraso cronológico en la adquisición del lenguaje (Aidex, 2000b)

-Características diferenciales.

Es necesario hacer diagnóstico diferencial con, deficiencia mental, autismo, déficit auditivo, alteraciones neurológicas (afasias).

Resulta difícil establecer la frontera entre retraso del lenguaje y disfasia; muchas veces, el diagnóstico viene determinado por la falta de evolución ante la intervención y el nivel de la gravedad de la sintomatología. Los trastornos disfásicos tienen peor evolución con una intervención sistemática. Se considerarán como criterios de distinción, la mayor gravedad de los indicadores y la persistencia de esa gravedad. En el retraso del lenguaje, aunque en un momento determinado pudiera constatarse como de la misma gravedad que una disfasia, encontraríamos una mejor evolución, como consecuencia, no sólo de la intervención, sino también porque los factores ambientales dificultantes asociados, van perdiendo fuerza frente a esa buena intervención y orientación escolar y familiar.

El problema disfásico, se complica aun más, por sus mayores dificultades en los aprendizajes básicos y su mayor y más persistente fracaso escolar.

-Criterios de diagnóstico de la disfasia

Según DSM-IV(1995), los criterios de diagnóstico de la disfasia son los siguientes: .

  • Déficit persistente en el lenguaje en todos los niveles, comprensivos y expresivos.

  • Retraso cronológico y desviación respecto a los patrones normales de adquisición y desarrollo.

  • Graves dificultades para la comunicación.

  • Dificultades, en los aprendizajes escolares.

  • Todo ello, no es debido a deficiencias sensoriales, intelectuales o motóricas graves.

-Características descriptivas de la disfasia.
Campo lingüístico

  • Deficiencia expresiva: puede ir desde el mutismo a cuadros cercanos a la dislalia. En general, la intencionalidad comunicativa es pobre y se presentan grandes dificultades para adaptarse al interlocutor; en relación al lenguaje propiamente tal, se presentan dificultades para repetir frases y estructurar de manera adecuada las estructuras sintácticas (agramatismo) y se observa deficiencia en la integración auditiva y en el vocabulario (Aidex, 2000b). Según Ajuriaguerra(1975, en Serón y Aguilar, 1992), los disfásicos, en cuanto a la producción, se pueden clasificar en aquellos que son parcos y que ocupan frases simples – produciendo emisiones que pueden ir desde de la palabra-frase hasta la expresión telegráfica (Aidex, 2000b)- y los que son poco controlados, que no respetan el orden de las palabras y presentan desfase entre la comprensión y la expresión.

  • Deficiencias en el campo receptivo: se puede presentar desde una severa deficiencia para reconocer sonido con significado, hasta formas más leves, donde hay confusiones en la discriminación a nivel de fonemas o a nivel semántico (Serón y Aguilar, 1992); en general, se puede observar dificultad para repetir y recordar enunciados largos y problemas en la evocación, reflejada en expresiones interrumpidas con sustituciones de palabras, uso de palabras y muletillas. (Aidex, 2000b)

Campo no lingüístico.

Según Monfort y Juárez (1997), los niños disfásicos presentarían las siguientes características en el campo no lingüístico:

Aspectos cognitivos

  • Dificultades en el desarrollo del juego simbólico y en otras funciones simbólicas

  • Dificultades en la construcción de imágenes mentales

  • Déficit de memoria secuencial, auditiva a corto plazo y verbal

  • Alteraciones en la estructura del tiempo y el espacio

  • Heterogeneidad de los resultados en las distintas subpruebas de las escalas de la inteligencia no verbal.

Aspectos perceptivos

  • Dificultades en la discriminación de estímulos auditivos.

  • Tiempo de latencia más largo necesaria para la percepción auditiva.

  • Problemas de lateralización en el tratamiento de los estímulos auditivos.

Aspectos psicomotores

  • Dificultades práxicas.

  • Alteraciones del proceso de lateralización.

  • Inmadurez de las destrezas motoras.

Aspectos conductuales

  • Alteración de la capacidad de atención, hiperactividad.

  • Alteración de las relaciones afectivas y del control de las emociones.

-Mundo social y afectivo de los niños disfásicos.

Según Monfort y Juárez (1997), las dificultades en el progreso en el desarrollo del lenguaje, junto a una carencia de una justificación clara de éstas, crea en el seno de la familia una situación de gran tensión y ansiedad, con sentimientos de culpabilidad expresados hacia sí mismo o hacia el otro miembro de la pareja de padres. La alteración en los patrones normales de interacción familiar, produce una alteración cuantitativa de la estimulación externa (menos interacciones espontáneas) y también cualitativas (intervenciones más directivas, menos flexibles y no ajustadas al nivel de desarrollo del niño).

Es importante considerar que los padres ajustan su nivel de lenguaje al nivel del niño, aunque en los casos muy graves se presenta un desfase muy grande entre la complejidad de los contenidos que se desea comunicar y la capacidad del niño para asimilarlos, lo que limita en mucho la posibilidad de interacción.

Las alteraciones de la interacción social también pueden observarse en el contacto del niño con sus pares, ya que reciben menos peticiones de comunicación y establecen interacciones más cortas.

-Etiología.

Seeman (1965, en Serón y Aguilar, 1992) considera que la precocidad en la aparición de la disfasia indicaría que el factor constitucional sería importante, tal vez no como causa, pero sí como factor predisponente; por otra parte, diferentes autores señalan que la disfasia es producto de factores tanto heredados como ambientales.

El componente perceptivo-auditivo es fundamental en el desarrollo de la disfasia. Es posible encontrar niños con sordera verbal (audición de sonidos sin discriminación de estímulos verbales por problemas de percepción a nivel central).

Evaluación de la disfasia.

Según Serón y Aguilar (1992), el diagnóstico de disfasia sólo se debe realizar a partir de los 6-7 años, pues si se hace en edad temprana confundirla con el cuadro de retraso simple del lenguaje.

Una evaluación de un caso de disfasia debe tener en cuenta los siguientes apartados:

  • La evaluación de los procesos de producción y comprensión del lenguaje que deberían ser evaluados en términos cualitativos y no cuantitativos para ser distinguidos de los cuadros no disfásicos.

  • Se deben considerar los procesos cognitivos que actúan en la adquisición del lenguaje y que nos pueden dar luz de la etiología de dicha alteración:

  • Atención sostenida, imitación generalizada, hábitos de simbolización que se entienden como requisitos previos al lenguaje.

  • Requisitos formales del lenguaje, vocalizaciones espontáneas (balbuceo), discriminación auditiva y seguimiento de secuencias rítmicas.

  • Requisitos sociales, establecimiento temprano de patrones de interacción social con niños o con adultos. Contacto ocular, sonrisa social.

  • Estudiar los procesos de producción del habla, exploración de las praxias buco-faciales y de la articulación del niño.

  • Estudio de la conducta general del niño y ver posibles alteraciones conductuales o de aislamiento.

  • Realizar exploraciones complementarias: audiométricas (para descartar posibles deficiencias auditivas) y pruebas neurológicas.

  • Exploración con pruebas psicométricas, ya que en muchas ocasiones el niño disfásico presenta trastornos psicomotrices asociados como alteraciones del espacio, conocimiento de izquierda, derecha, alteración del esquema corporal y expresión gestual.

-Intervención en niños disfásicos.
Principios de intervención

Según Monfort y Juárez (1997), existen 10 principios generales de intervención aplicables a los niños disfásicos. Estos son:

  • Principio de intensidad y larga duración: se trata, esencialmente, de permitir y facilitar el acceso a la comunicación y al lenguaje a pesar de una deficiencia de base, que suele permanecer a lo largo de todo el proceso de desarrollo del lenguaje. De este modo, la intervención debe realizarse en forma intensiva, estable y continua, especialmente en los primeros años.

  • Principio de precocidad: la intervención debe hacerse de la manera más temprana posible, ya que el aprendizaje se realiza mejor en su período crítico, mientras más temprano se produzcan los cambios el niño presentará una mayor flexibilidad cerebral y controlamos de manera más eficaz las posibles interacciones ineficaces del niño con su entorno.

  • Principio etiológico: debe tomarse en cuenta la familia del niño y hacérsele participar en la intervención, ya que su rol es fundamental en el desarrollo del lenguaje oral.

  • Principio de prioridad a la comunicación: es necesario mantener en cada actividad y en cada procedimiento de aprendizaje el mayor grado posible de funcionalidad comunicativa.

  • Principio de potenciación de actitudes: deben registrarse aquellos aspectos que presentan los mejores niveles de desarrollo para potenciarlos al máximo, y su utilidad en el proyecto de construcción del lenguaje

  • Principio de multi-sensorialidad: es preferible dar desde el principio el máximo de posibilidades de éxito al niño y no reservar el empleo de refuerzos sensoriales aumentativos a los casos que fracasan con una intervención estrictamente limitada a la estimulación de la vía audio-oral normal.

  • Principio de referencia al desarrollo normal del lenguaje: los contenidos de los programas de intervención y su secuencia de ordenación, deben inspirarse en lo conocido sobre el desarrollo lingüístico del niño normal, siempre que las características específicas que presenta la disfasia en un determinado caso no indiquen lo contrario.

  • Principio de la dinámica de sistemas facilitadores: la idea es proporcionar el máximo de ayuda al niño que se encuentra en dificultades, desde el principio, para luego ir reduciéndolas a medida que el niño se va independizando de ellas.

  • Principio de revisión continua: se debe realizar una evaluación frecuente de cada caso para adecuar las orientaciones a las características de éste en cada momento de su evolución.

  • Principio de ajuste del tiempo: los datos recomiendan en forma general un enlentecimiento del ritmo de la interacción y una mayor claridad en la presentación de las relaciones iniciales entre el referente y los modelos verbales; esto, no sólo en lo referido a hablar más despacio y más claro, sino sobre todo alargar los tiempos de espera de las respuestas.

Estrategias de intervención

De acuerdo a lo señalado por Monfort y Juárez (1997), la intervención en los niños disfásicos se puede dividir en tres niveles:

  • Nivel de estimulación reforzada: consiste en apuntalar el modelo natural de adquisición de lenguaje, dentro de su propia dinámica de funcionamiento. Se trata de presentar los estímulos comunicativos y verbales en un entorno facilitador, aumentando la intensidad de las interacciones duales con los adultos, aumentando su intensidad, controlando la conducta que los adultos presentan a lo largo del proceso de adquisición del lenguaje.

Este nivel de estimulación incluye sesiones de estimulación funcional, cuyo objetivo es proporcionar modelos claros en un entorno facilitador y estable; y programas familiares, que tienen como objetivo informarlas sobre el trastorno del lenguaje del niño y formarlas en nuevas maneras de interacción con el niño.

  • Nivel de reestructuración: se deben modificar ciertos aspectos de la comunicación lingüística y del propio proceso de adquisición para intentar que este se desarrolle a pesar de los déficit utilizando, si es necesario y por cierto tiempo, vías inéditas o infrautilizadas en el niño normal, con la introducción de elementos visuales, táctiles o motrices a la comunicación lingüística normal; esto debe combinarse con las directrices del nivel uno, ya que la introducción de estos sistemas no debería limitarse a las sesiones de ejercicio.

  • Sistema alternativo de comunicación: el sistema elegido deberá insertarse en la interacción abierta, siguiendo los principios de la estimulación natural reforzada del nivel uno. El objetivo general es lograr que el niño logre comunicarse manera adecuada con su entorno ocupando, en caso necesario, sistemas alternativos al lenguaje oral.

  • Programas para la familia: consta de información y de formación. En la primera se informa a la familia de la naturaleza del trastorno de sus hijos, de la evolución que cabe esperar y de la importancia de su papel en su educación.

La formación consta de seis puntos principales:

  • Desarrollar las aptitudes de observación.

  • Reducir la tendencia directiva.

  • Aprender a ajustar mejor nuestro lenguaje.

  • Aprender a crear situaciones comunicativas activas.

  • Eliminar las conductas negativas.

  • Aprender técnicas de sistemas aumentativos o alternativos de comunicación.

 3.6. DISGLOSIAS 

Se trata de un trastorno de la articulación de origen no neurológico central y provocado por lesiones físicas o malformaciones de los órganos articulatorios periféricos.

 -Etiología:

Las causas que van a provocar una disglosia son muy variadas, y se pueden dar en los diferentes órganos del habla, tales como malformaciones congénitas craneofaciales, trastornos del crecimiento, traumatismos, parálisis periféricas, anomalías adquiridas debido a lesiones en la estructura oro facial o extirpaciones quirúrgicas.

 

Tipos de disglosias:

1. Disglosias labiales: hacen referencia a la dificultad articulatoria que se produce como consecuencia de una alteración en la forma, movilidad, fuerza o consistencia de los labios. Las causas que la pueden provocar son las siguientes:

Labio leporino: es una malformación congénita que abarca desde la simple depresión del labio superior hasta su total hendidura, la cual puede ir asociada a una fisura palatina y a una hendidura alveolar. Esta malformación puede ser unilateral o bilateral. La manifestación más grave con la que nos podemos encontrar es con el labio leporino central. Como consecuencia de esta malformación, el habla de la persona se va a ver afectada en cuanto a la articulación de los fonemas vocálicos posteriores o velares y en los fonemas consonánticos bilabiales (/p/, /b/, /m/), con lo que a intervención logopédica puede comenzarse a partir de los 6 meses.

Frenillo labial superior hipertrófico: esta alteración dificulta la normal movilidad del labio superior, produciendo una diastemia entre los incisivos centrales, es decir, un espacio entre los dientes contiguos. Estos niños podrán articular adecuadamente estos fonemas con una intervención logopédica planificada.

Fisura del labio inferior: la cual suele ir acompañada de labio leporino superior.

Paralálisis facial: se puede deber a un trauma obstétrico (empleo de fórceps durante el parto), afecciones del oído medio, por causa de una poliomielitis o difteria. La parálisis puede afectar a uno o a varios lados de la cara.

Macrostomía: consiste en el alargamiento de la hendidura bucal que suele asociarse a malformaciones del pabellón auricular, con posible afectación de los ojos y de las mandíbulas. También se suele acompañar de atrofia del maxilar inferior o anomalías el oído.

Heridas labiales: en raras ocasiones originan problemas en el habla.

Neuralgia del trigémino: este nervio es el responsable de la sensibilidad de la cara. Esta alteración se caracteriza por un dolor brusco, muy intenso y generalmente de corta duración, que aparece en cualquiera de las zonas de la cara inervada por las tres ramas sensitivas de este nervio.

2. Disglosias mandibulares: se trata de un trastorno en la articulación de los fonemas debido a una alteración en la forma de uno o varios maxilares. Su origen puede ser congénito, del desarrollo, quirúrgico o traumático. Entre sus causas se encuentran las siguientes:

Resección del maxilares superior/inferior, que puede ser ocasionada por accidentes, tumores…

Atrexia mandibular: consiste en una anomalía producida como consecuencia de una detención en el desarrollo del maxilar superior de origen congénito (raquitismo, trastornos endocrinos…) o adquirido (chuparse el dedo, el uso de chupetes…), con los cual se producirá una mal oclusión de los maxilares presentando los sujetos lo que se conoce como "cara de pájaro" y anomalías en la posición de los dientes.

Distosis maxilofacial: es una forma particular de malformación mandibular asociada a otras anomalías.

Progenie: crecimiento exagerado de la mandíbula inferior que provoca una mala oclusión de los maxilares.

3. Disglosias dentales: son trastornos de la articulación debidos a una alteración en la forma o posición de las piezas dentarias, y sus causas pueden ser debidas a la herencia, a desequilibrios hormonales, a la alimentación, al uso de ortodoncias, prótesis

4. Disglosias linguales: la lengua necesita una extraordinaria sincronía en sus movimientos durante el habla, por lo que cuando la articulación se ve afectada por un trastorno orgánico de la lengua nos encontramos con una motilidad lingual afectada, y sus causas pueden ser las siguientes:

Anquiloglosia o frenillo corto: no es muy frecuente y suele ocasionar un rotacismo, es decir, una distorsión de la r doble.

Glosectomía: es la extirpación total o parcial de la lengua mediante una intervención quirúrgica.

Macroglosia: es el aumento desmesurado del tamaño de la lengua que genera una disminución de movimientos produciendo alteraciones articulatorias.

Malformaciones congénitas de la lengua debidas a una alteración en el desarrollo embriológico.

Parálisis uni-bilateral del hipogloso (nervio director de los movimientos linguales).

5. Disglosias palatales: Son alteraciones en la articulación de los fonemas debido a malformaciones orgánicas del paladar óseo y del velo del paladar. Causas desencadenantes de la disglosia palatal.

Fisura palatina: Malformación congénita en la que las dos mitades laterales del paladar no se unen en la línea media. La fisura puede afectar al velo del paladar, al paladar óseo y a la apófisis alveolar del maxilar superior. Se asocia el labio leporino a esta fisura. Causas de la fisura palatina: de carácter exógeno (alcoholismo, radiaciones, virus, carencia de vitaminas A y B), de carácter endógeno (herencia).

- Hendiduras palatinas: se caracterizan por golpes de glotis (la articulación de los fonemas /p/,/t/,/k/,/b/,/d/,/g/ es sustituida por un pequeño ruido con o sin vibración, en función de la sonoridad o sordez del fonema en cuestión), ronquido faríngeo (a veces se acompaña de vibraciones laríngeas y reemplaza las consonantes /s/,/c/,/x/,/z/ y en ocasiones /f/ y /r/ ), soplo nasal (escape de aire por la nariz durante la emisión de las palabras, produciendo una alteración de todos los fonemas, excepto de las nasales), rinofonía (debida a una obstrucción nasal y a la insuficiencia del velo palatino).

Fisura submucosa del paladar: Malformación congénita por la que el paladar óseo no se ha unido en la línea media pero sí la mucosa que lo recubre. Es una afección muy poco frecuente y suele encontrarse un acortamiento global de todo el paladar.

Paladar ojival: puede favorecer la producción de distorsiones en la articulación de /t/, /d/ y /l/ patología orgánica.

Otras causas: paladar corto, úvula bífida, velo del paladar largo, perforaciones… Hay que tener en cuenta otra serie de factores, tales como la deficiencia intelectual, la deprivación sociocultural y la hipoacusia, que si bien no tienen relación directa con las disglosias, sí que desfavorecen el cuadro patológico interfiriendo de forma negativa en la intervención.

4. Pronóstico.

4.1 DISARTRIA.

Pronóstico de la parálisis cerebral infantil:

La recuperación del habla en el paralítico cerebral depende de muchos factores: edad que tenía cuando se produjo la lesión, inteligencia, habilidad, tipo de afección, gravedad y localización de la lesión, estado sensorial…

El pronóstico es bastante bueno si el niño posee una inteligencia suficiente y se empieza la rehabilitación precocísimamente.

En los débiles metales la recuperación del habla es muy difícil, por no decir imposible. La parálisis cerebral no puede curarse, las células nerviosas destruidas no se regeneran; por lo que lo único que puede intentarse es la rehabilitación funcional. Las formas espásticas y atetósicas tienen mejor pronóstico que la forma atáxica.

Los resultados dependen en gran parte del clima ambiental, de la comprensión, dulzura y autoridad del reeducador, pues la espasticidad se acentúa por estimulaciones mínimas de orden táctil, auditivo y emocional. En conclusión, para hacer un pronóstico en cuanto al lenguaje, hay que realizar primero un test mental.

Si el nivel del habla es igual al de la inteligencia el niño no mejorara más.

En algunas ocasiones, habrá que renunciar al amor propio del reeducador y aceptar cuando hemos llegado a un nivel del cual el niño no puede pasar.

4.2 DISFEMIA.

Borel afirma rotundamente que la Disfemia no se cura jamás, pero se compensa. Se acostumbra a ella y se aprende a disimularla. A veces por una técnica precisa y automática se aprende a disfrazarla, como si no existiera. Pero de verdad, en su pensamiento, como en otras manifestaciones motrices, un disfémico siempre queda disfémico.

En realidad, el tratamiento se dirige a corregir el síntoma y no la enfermedad.

Hacer un pronóstico es difícil aun para un especialista de la talla de Seeman. Depende de la personalidad del terapeuta, es decir, de su influencia sugestiva sobre el paciente.

En los niños neurópatas con herencia cargada el pronóstico es menos favorable, pues son frecuentes las recidivas.

La lectura mejora a los disfémicos anártricos, porque impone un ritmo respiratorio, fonatorio y articulatorio preciso y disciplinado. La Disfemia que mejora con el ensordecimiento tiene un mejor pronóstico que los otros tipos, pues es de origen bulbar y, por lo tanto, es más fácil que los dos niveles superiores ejerzan su influencia moderadora. En cambio, la Disfemia de origen diencefálico sólo tiene una etapa neurológica por encima, y la Disfemia cortical, ninguna.

La Disfemia traumática tiene un mejor pronóstico, pues en general se someten al tratamiento inmediatamente y, por lo tanto, se corrigen antes de que se presente el desarrollo de la personalidad neurótica.

4.3 DISLALIA.

Con una inteligencia suficiente, buena audición, edad correspondiente y tiempo de varios meses, es siempre posible la curación completa. Las recaídas son excepcionales.

Si el enfermo conoce su defecto y no le molesta, es un mal caso para reeducar. En cambio si el enfermo es consciente de su defecto y sufre por ello, la educación será fructífera.

5. Tratamiento.

  • DISARTRIAS.

Parálisis cerebral infantil:

El tratamiento debe iniciarse lo más precozmente posible. El tratamiento consiste en someter al niño a una serie de estimulaciones que faciliten su evolución psicomotriz normal y evitar todo aquello que favorezca las respuestas motrices anormales.

La técnica de educación de las madres consiste en preparar a las madres de forma que sepan en qué posturas deben colocar a sus hijos para no desencadenar toda su movilidad refleja y a la vez que aprendan cómo relacionarse con el niño.

A partir de los tres años ciertos aspectos del tratamiento deben ser aplicados ya por personal especializado.

El internado o la asistencia a centros de rehabilitación se inicia a los cinco años, en ellos reciben asistencia de cuatro tipos: fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y pedagogía.

  • Fisioterapia: Una buena posición corporal y una buena relajación son aspectos importantes para obtener un habla lo más correcta posible.

  • Terapéutica médica: no existe una terapéutica específica ni verdaderamente eficaz. En general, los relajantes pocas veces producen resultados aparatosos, es adecuado intentar obtener un a relajación medicamentosa, sometido a control sus resultados, suspendiéndola si estos son negativos.

  • Tratamiento logopédico: el tratamiento es complejo y requiere un equipo compuesto por el neurólogo, el pediatra, el foníatra, el oftalmólogo, el ortopeda, el psicólogo y el logopedista. Si la parálisis cerebral se descubre precozmente antes de la aparición normal del lenguaje, la madre desempeña un papel importantísimo en su eclosión. Cuando el pequeño en su balbuceo producen sonido parecido a un fonema, la mamá debe repetirlo incansablemente hasta que aquel lo vuelva a repetir varias veces. Para que el niño adquiera el lenguaje es necesario que vea cosas, que se mueva, que las pueda coger. Son muy útiles los libros de imágenes, las historietas que se cuentan con gestos, las canciones infantiles, tanto para enriquecer el vocabulario como para dar entonaciones y la melodía del habla.

Los familiares del niño no deben emplear con él un vocabulario complicado ni tener conversaciones superiores a su capacidad.

El lenguaje es muy influenciable por las emociones y por los fracasos lingüísticos. El niño y su expresión verbal deben rodearse de una atmósfera de comprensión y ternura. No hay que agobiar al niño, si no que es conveniente que además él trate con niños normales para su estimulo y prepararle paulatinamente para futuros desengaños. Pasos:

  • relajación general

  • masticación y deglución

  • audición

  • reparación

  • fonación

  • articulación

  • creación del lenguaje interior

  • comunicación con artificios. Comunicación aumentativa.

Tratamiento de la epilepsia.

El tratamiento debe ser llevado a cabo durante muchos años por un neurólogo.

Desde el punto de vista logopédico y de escolaridad Kerfridon y Cols informan de los excelentes resultados obtenidos en la escuela especial. La adhesividad, la amnesia y las alteraciones de carácter fueron desapareciendo.

Mejora le lentitud en el hablar, la inteligencia y el aprendizaje escolar.

Estas mejoras coinciden con la supresión de las hidantoinas. También nosotros tenemos la impresión que el retraso intelectual, lingüístico y escolar de estos niños se están ocasionando por un exceso de medicación.

  • DISFEMIAS.

a) Directrices generales: Es absurdo establecer un único tratamiento para esta enfermedad. El método de hacer ciertos ejercicios puede ser benéfico. Los ejercicios deben ser sugestivos educacionalmente y de valor psicoterapéutico. Debe buscarse siempre un cambio de ritmo, con metrónomo, repetición, hablando juntos, articulando sílabas sin sentidos o con masticación, etc.

Las recaídas ocurren como en todas las neurosis. Sólo deben considerarse curados los casos que llevan años sin tartamudear.

b) Duración del tratamiento: la duración del tratamiento varía según la edad, constitución neuropática, persistencia y gravedad de los síntomas.

Si se trata de manifestaciones recientes, sobre todo en los niños pequeños, se llega a la curación a las 2 ó 3 semanas.

c) Cuidados generales: La terapéutica general se indica con el objeto de mejorar las condiciones somáticas y nerviosas del enfermo, procurar sueño tranquilo y prolongado, administrar reconstituyentes a los niños delgados y anémicos, etc.

No se emplearán la hidroterapia fría, la electroterapia local, la helioterapia y los hipnóticos. Se dice que no es conveniente la estancia cerca del mar o en lugares muy ventosos.

Se indicarán los ejercicios gimnásticos y la práctica de deportes como el tenis, la natación y el montañismo… En otro aspecto produce un dominio sobre la respiración y también restablece el equilibrio ácido básico de la sangre.

El tratamiento higiénico debe consistir en reforzar la salud, evitar la enfermedad, programa ocupacional ordenado diario, sueño suficiente, recreo, tiempo de asueto, descanso, relaciones sociales, escuela y trabajo. Evitar fatiga excesiva, programas recargados y prisas. Se evitarán los locales cerrados, cines y clubs, así como la lectura o espectáculos misteriosos, truculentos, bélicos o violentos.

Una dietética bien dirigida puede favorecer la rehabilitación del disfémico. Así, es recomendable una alimentación a base de cereales, huevos, legumbres, leche, nata, carnes blancas, pescado blanco, espinacas y frutas. En cambio, se restringirán el queso, pescado azul, carne de buey y se prohibirá el Alcohol, café, Coca-Cola y similares, y los condimentos salados y especias.

d) Tratamiento farmacológico.

  • Tratamiento neurovegetativo.

  • Sedantes

  • Tranquilizantes

  • Neurolépticos

  • Anticonvulsivos

  • Ácido glutámico

  • Vitaminas

  • Antiparkinsonianos

  • Anfetaminas

  • Dinitrilos

  • Anhídrido carbónico

  • Ionización cálcica

  • Vacunas

  • Otros fármacos.

e) Terapéutica psíquica.

  • Psicoterapia: Al disfémico hay que inculcarle la confianza en sí mismo, la decisión, el optimismo, la alegría,… Además hará ejercicios de relajación muscular y mental.

La ayuda psicológica es necesario en cualquier tratamiento que se haga al disfémico. Si no cura la enfermedad, al menos cura su personalidad.

  • Hipnosis. La mayoría de los foniatras se oponen a este tratamiento. Se aprueba sólo para los disfémicos adultos. Se debe evitar su empleo en niños o jóvenes.

  • Narcoanálisis. Se ha probada también esto para la curación de la Disfemia. Se utilizan inyecciones intravenosas de pentotal hasta la desaparición del control consciente pero sin llegar al sueño hipnótico total. No está indicado en los niños ni en adolescentes.

  • Relajación: Las sesiones de relajación pueden empezarse a los ocho años pero incluso en niños de pocas semanas podemos obtener sus efectos a través de un masaje suave.

En todos los casos hay que decir que el paciente lo hace muy bien. Es lo que se llama la estimulación positiva.

  • Descarga cinética: Con la descarga cinética el foníatra intenta que las potencias instintivas no descargadas del disfémico lo sean a través de movimientos específicos en los que toma parte todo el cuerpo.

  • Método norteamericano: Este método es una combinación del procedimiento basado principalmente en la psicoterapia.

f) Terapéutica foniátrica: El fin de esta terapéutica es dar al enfermo un lenguaje exteriormente correcto. Pro ello ejercita el aparato de la fonación para que el sujeto aprenda a hacerlo espontáneamente. Distinguiremos unos tipos de métodos:

-Métodos reflexivos: En estos métodos se hacen seguir ejercicios sistemáticos de todos los movimientos articulatorios, primero de una manera aislada y luego asociados, aprender una correcta coordinación muscular y llegar a la automatización del habla.

  • Método de Gutzmann

  • Método de Froeschels

  • Método de Stein

  • Práctica voluntaria

  • Método de Seeman

  • Método de Borel- Maisonny

  • Método de Ryan

  • Método de Sheerhan

  • Método de Boberg

  • Técnica de Perkins

  • Bradilalia.

-Métodos diversivos: Es necesario persuadir al enfermo de que cada palabra es fácil u natural cuando se forma de una manera psicológicamente correcta.

  • Método de Liebmann.

  • Método masticatorio.

  • Ejercicios monorrítmicos.

  • Método hilarante.

  • Música.

-Métodos combinados. La enfermedad es rebelde, los enfermos distintos y las terapéuticas irregulares. Todo ello hace que en la práctica los foníatras vayan alternando los métodos o aplicándolos simultáneamente o combinados entre sí.

g) Terapéutica en los niños pequeños: En este grupo se incluyen a los niños pequeños que no se dan cuenta de su trastorno y aun no han establecido reacciones secundarias, y también se incluye a los adultos que empiezan a tartamudear. La madre debe frenar su impaciencia y deseos de corregir al niño y asegurase de que su habla no es ridiculizada. Debe aceptar los titubeos del habla de su hijo como una cosa transitoria de su desarrollo y evitar sus emociones.

El recuerdo de la tartamudez debe ser olvidado y adquirir una confianza inconsciente.

h) Terapéutica en los escolares. El papel del maestro de escuela es importante. Este debe darles valor, confianza y propio respeto. Debe tener una actitud calmada, sin prisa y una actitud mantenida. Esta actitud influye en los otros niños y hace la vida del disfémico más soportable. No debe impacientarse si el niño tarda en contestar.

La escuela normal no es recomendable para el niño disfémico, por eso se deberían fundar especiales para ellos. Los textos son los mismos que las escuelas normales. Las lecciones especiales son cinco horas a la semana y consisten en ejercicios de: respiración, lectura, rítmica, cambios en el acento melódico, asociación de ideas, narraciones y conversación.

i) Terapéutica de grupo: El tratamiento debe empezar lo antes posible. En el grupo cada uno cuenta sus trastornos, sus problemas y sus dificultades. Sus compañeros comentan, observa, aconsejan, sugieren y colaboran bajo la orientación discreta del especialista.

j) Terapéutica con aparatos.

5.3. DISLALIA.

La reeducación logopédica debe empezar hacia los cuatro años y medio de edad. Antes de ésta no tendremos la colaboración del niño, las sesiones no deben prolongarse más de quince minutos.

Earnest afirma que, si se instruye a la madre sobre cómo ayudar a la recuperación del niño dislálico, es mejor y más rápida. Si hay varias dislalias es preferible simultanear la reeducación de todas ellas. Si es posible, se han de contraponer los rasgos articulatorios, es decir, trabajar una fricativa y una oclusiva, una oral y otra nasal.

La reeducación de la dislalia no debe intentar corregir el fonema mal articulado, sino enseñarlo de nuevo. Habría que enseñar palabras nuevas que el niño no conozca y que contengan el fonema que intentamos enseñar.

Hass dice que antes de enseñar los sonidos fonéticos hay que mostrar al niño los lugares y el modo de articulación.

En la enseñanza logopédica es muy útil graduar las prioridades según la dificultad de articulación de cada fonema.

Es útil, que el logopedista alterne la articulación correcta del fonema, con la dislalia que produce el niño. Este debe aprender a "oír" la diferencia entre uno y otro e indicarlo al logopedista.

Hay que "despertar" la sensibilidad discriminativa de la audición ya que nos será más útil para la corrección.

Una regla general es hacer articular los fonemas aislados y empezar siempre por los fonemas sordos.

Obtendremos ventajas en empezar la corrección por el mayor número posible de articulaciones a la vez.

En los ejercicios de lectura tendremos cuidado que el niño silabee o corte la oración de una manera fonética y no según la escritura.

Los padres deben hablar lentamente, pronunciando claramente y repitiendo de una manera relajada, las palabras que el niño articule mal.

Si a los seis años de edad el niño no ha adquirido una articulación normal, la dislalia persistirá toda su vida por tanto hay que iniciar la logopedia.

6. Evaluación.

Para determinar el nivel de habilidades lingüísticas de un niño se evalúan sus capacidades intelectuales. Los tests psicológicos de inteligencia, como el Wechsler u el Stanford-Binet, se apoyan en ítems e instrucciones verbales. Por lo tanto, cuando se utilizan estas dos pruebas es imposible determinar si la baja intelectuales, independientemente del trastorno en la comunicación.

Por esta razón, se deben evaluar también las capacidades no-verbales. Algunos de los instrumentos psicológicos no-verbales utilizados son el Test Hiskey-Nebraska y la Adaptación Arthur de la Escala Internacional Leiter.

El Test Nebraska de Aptitudes (TNA) (Hiskey, 1969) se utiliza en edades que van desde los 3 hasta los 16 años. Contiene doce subpruebas con instrucciones para la aplicación pantomímica a niños y adolescentes sordos e instrucciones verbales para aquellos niños y adolescentes que pueden oír. Las repuestas son no-verbales y requieren la elección de varias alternativas o una respuesta motora.

Subpruebas del TNA:

Patrones de cuentas (3/10 años). Evalúa la capacidad de ensartar cuentas, copiar y reproducir de memoria patrones de las mismas.

Memoria para los colores (3/10 años). Evalúa la capacidad para recordar una serie de colores presentada en forma visual.

Identificación de figuras (3/10años). Mide la capacidad par emparejar figuras idénticas de complejidad creciente.

Asociación de figuras (3/10 años). Evalúa la habilidad para emparejar figuras con otros pares de figuras, sobre la base de relaciones preceptúales y conceptuales.

Intervalo de atención visual (3/16 años). Evalúa la capacidad para recordar secuencias de figuras.

Patrones con cubos (3/16 años). Mide la capacidad par construir patrones con cubos partiendo de representaciones pictóricas.

Completar dibujos (3/16 años). Mide la capacidad de búsqueda de partes omitidas en dibujos.

Memoria de dígitos (/11/16 años). Evalúa la capacidad para reproducir una serie de secuencias de dígitos presentados visualmente.

Rompecabezas con cubos (11/16 años). Evalúa la habilidad para armar cubos.

Analogías con figuras (11/16 años). Mide la habilidad para resolver analogías representadas visualmente.

Razonamiento espacial (11/16 años). Mide la capacidad par completar figuras.

Del TNA se obtiene la EM y el CI. Además, cuando se aplica a niños sordos facilita la edad de aprendizaje (EA) y el cociente de aprendizaje (CA).

La Escala Leiter Internacional de Ejecución (Adaptación de Arthur, 1950), es una escala no-verbal que se utiliza con niños que presentan dificultades verbales. Se aplica de los dos hasta los doce años y contiene un total de sesenta reactivos (cuatro para cada nivel de edad). Mide la discriminación, generalización, ordenamiento en secuencias, analogías y completar patrones. Facilita la EM y el CI.

La evaluación en la comunicación incluye el habla (articulación), la voz, la fluencia, la sintaxis, la morfología, el vocabulario y el pragmatismo. Además, la evaluación enfoca en la habilidad del niño para producir sonidos.

Las destrezas lingüísticas se evalúan en un formato de producción y comprensión. Las tareas de producción consisten en ítems que requieren que el niño nombre o describa algo. Las tareas de comprensión requieren que el niño procese el lenguaje y responda de forma no-verbal.

La evaluación completa de las capacidades en el lenguaje y el habla del niño responde a los siguientes propósitos:

Describir los tipos de trastorno del habla y del lenguaje que el niño presenta.

Identificar los posibles factores causales.

Identificar los factores relevantes que pueden influir en la intervención.

Dicha evaluación global sitúa el énfasis tanto en lo formal (test normativos) como en lo informal (evaluación descriptiva). La evaluación formal genera puntajes numéricos (EM, CI, edad de lenguaje, puntajes tipificados) que pueden ser comparados con los puntajes de niños evaluados durante el proceso de elaboración el test.

Tests de evaluación formal más utilizados:

Peabody Picture Vocabulary Test (Dunn and Dunn, 1981)

Test of Language Development (Newcomer and Hammill, 1977)

Goldma-Fristoe Articulation Test (Goldman and Fristoe, 1972)

Fisher-Logemann Articulation Test (Fisher and Logemann, 1971)

Test for Auditory Comprehension on Language (Carrow-Woolfok, 1985)

Por otra parte, la evaluación informal o descriptiva se adapta a las competencias del niño a evaluar. Algunas de estas técnicas en niños pequeños son el uso espontáneo del lenguaje y el juego con muñecos. Para niños mayores el lenguaje escrito y relatar historias.

Kelly y Rice (1986), sostienen que estos dos enfoques (formal y descriptivo) son complementarios y si se desea obtener datos eficaces ambos deben estar combinados.

Antes de llegar a establecer un diagnóstico de trastorno en la comunicación se debe comparar los datos obtenidos en la evaluación (formal e informal) con los del maestro del aula donde recibe instrucción el niño y con los datos obtenidos de sus padres.

Así mismo, la APA (1984, 1995) incluye entre los trastorno de comunicación: el trastorno del lenguaje expresivo, el trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo, el trastorno fonológico, el tartamudeo y el trastorno de la comunicación no especificado.

Las cuatro tablas siguientes señalan los criterios para los cuatro tipos de diagnóstico de trastornos de la comunicación según la APA.

-Trastorno del lenguaje expresivo.

Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan substancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas tanto de la capacidad intelectual no verbal como del desarrollo del lenguaje receptivo. El trastorno puede manifestarse clínicamente a través de unos síntomas que incluyen un vocabulario sumamente limitado, cometer errores en los tiempos verbales o experimentar dificultades en la memorización de palabras o en la producción de frases de longitud o complejidad propias del nivel evolutivo del sujeto.

Las dificultades del lenguaje expresivo interfieren el rendimiento académico o laboral o la comunicación social.

No se cumplen criterios de trastorno mixto del lenguaje recptivo/expresivo ni de trastorno generalizado del desarrollo.

Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o provocación ambiental, las deficiencias del lenguaje deben exceder de las habitualmente asociadas a tales problemas.

Prevalencia: 3,5% de los niños del tipo evolutivo. El tipo adquirido es menos frecuente.

-Trastorno del lenguaje receptivo-expresivo.

Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan substancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas incluyen los propios del trastorno del lenguaje expresivo, así como dificultades para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como términos espaciales.

Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren significativamente el rendimiento académico o laboral, o la comunicación social.

No se cumplen los criterios de trastorno generalizado del desarrollo.

Si hay un retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Prevalencia. El tipo evolutivo puede ocurrir en un 3% de los niños en edad escolar.

-Trastorno fonológico.

Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y propios de la edad e idioma del sujeto (p. Ej., errores de la producción, utilización, representación u organización de los sonidos tales como sustituciones de un sonido por otro (utilización del sonido /t/ en lugar de /k/ u omisiones de sonidos tales como consonantes finales).

Las eficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren el rendimiento académico o laboral, o la comunicación social.

Si hay un retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Prevalencia. Aproximadamente 2-3% de los niños entre 6-7 años. Desciende al 0,5% hacia los 17 años de edad.

-Tartamudeo.

Alteraciones de la fluidez y la organización temporal normales del habla (inadecuadas par la edad del sujeto), caracterizada por ocurrencias frecuentes de uno o más de los siguientes fenómenos:

Repeticiones de sonidos y sílabas

Prolongaciones de sonidos

Interjecciones

Palabras fragmentadas (p. Ej. Pausas dentro de una palabra)

Bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el habla)

Circunloquios (sustituciones de palabras para evitar palabras problemáticas)

Palabra producidas con un exceso de tensión física

Repeticiones de palabras monosilábicas (p. Ej. Yo, yo-yo lo veo)

La alteración de la fluidez interfiere el rendimiento académico o laboral, o la comunicación social.

Si hay un déficit sensorial o motor del habla, las deficiencias del habla son superiores a las habitualmente asociadas a estos problemas.

Prevalencia. En niños prepuberales 1% y desciende al 0,8% en la adolescencia. La proporción varón a mujer es aproximadamente 3:1.

NOTA DE CODIFICACIÓN PARA LOS CUATRO TRASTORNOS

Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificarán en el Eje III.

ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR DESTREZAS LINGÜÍSTICAS

PROGRAMA PARA EL APRENDIZAJE DE LA COMPOSICIÓN ESCRITA

Desarrolla las habilidades lingüísticas, como la formación de frases, la descripción, el diálogo, la narración y estrategias de composición (6-8 años.

1.- La redacción

  • Generar ideas sobre un determinado tema y estructurarlas adecuadamente en forma de frases coherentes.

  • Describir personas, lugares, objetos y animales. Se requiere un amplio conocimiento del vocabulario (sinónimos, antónimos…) así como de los adjetivos calificativos que ilustren o fotografíen a través de las

Características todo lo que se describe por escrito.

  • Establecer diálogos entre los personajes que intervienen en una historia o relato, (si es el caso.

  • Narrar hechos, acontecimientos, vivencias, etc. , de acuerdo con la sucesión temporal lógica y ubicados en determinadas secuencias espaciales.

  • Escribir características de las personas.

  • Ordenar frases cuyas palabras están en desorden.

  • Formar familias de tareas. Actividad par inducir la generación de ideas y la construcción de frases.

  • Escritura de frases y unión de ellas par la construcción de sencillas expresiones.

  • Ordenar las frases que componen una historieta.

2.- La descripción:

  • Descripción de personas.

  • Descripción de lugares.

  • Descripción de objetos.

  • Descripción de animales.

3.- El diálogo

4.- La narración:

  • Narración real.

  • Narración imaginaria.

EJEMPLOS:

1.- ¿Qué harías si fueses….? astronauta__________________________________________________________________________________________________________________________

¿A dónde irías?______________________________________________________________________________________________________________________

¿Con quién irías? ______________________________________________________________________________________________________________________

2.- ¿Cómo son las personas?

Los ojos_______________________________________________________________________________________________________________________

La nariz_____________________________________________________________________________________________________________________

El pelo_______________________________________________________________________________________________________________________

3.- Los lugares

¿Cómo es la entrada de tu casa? ______________________________________________________________________________________________________________________

¿Cómo es tu habitación?__________________________________________________________________________________________________________________

4.- Escribe una frase con estas palabras:

bonito______________________________________________________________________________________________________________________

tranquilo____________________________________________________________________________________________________________________

EJERCICIOS DE ARTICULACIÓN FONÉTICA

Conjunto de actividades de articulación fonética par corregir las dificultades en la pronunciación de la /r/, /c/, /s/, sílabas trabadas, etc. Indicado para los alumnos de 6-9 años que necesiten adquirir hábitos correctos en la comunicación oral.

1.- Vocabulario gráfico como soporte visual para su ejercitación.

  • Pronunciar lentamente cada una de las palabras:

Ratón jarra carrito cigarrillo rana guitarra

2.- Pronuncia estos sonidos

fla

fle

fle

fli

flo

flu

Repetir estas palabras

flotador

aflojar

flojo

flecha

flan

flotar

flexo

flaco

flores

7. Conclusión.

Desde nuestro punto de vista, éste nos ha parecido un tema muy interesante; ya que creemos que es necesario conocer la evolución del habla en el niño al igual que las diferentes dificultades que éste pueda tener a la hora de llevar a cabo el proceso de lenguaje.

Nos han llamado la atención las diversas formas que hay para ayudar a estos niños, muchos de ellos desde pequeños sometidos a un tratamiento específico para su enfermedad, lo cual en varias ocasiones puede resultar muy duro, y no sólo para él, sino para padres, educadores,…

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Monografias.com8. Bibliografía.

  • Serón y Aguilar. (1.992)

  • Monfort y Juárez (1.997)

  • Adams M.R. (1.966)

  • García, F. (1.967)

  • Mosovich, A. (1.959)

  • Genesee, F. (1.981)

  • Tarneaad, J.

  • Perelló, Jorge (1.990)

WEBS

  • http://www.psicologoinfantil.com

  • http://www.morale.galeon.com

 

 

Autor:

David Arroyo López

Vanessa García Esteban

Maria del Valle de Pinto Juarez

Elena García González

Cristina Escribano Gutiérrez

Fiore S. Vera Galindo

Enviado por:

Ing. Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®

Partes: 1, 2
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