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¿Dónde está Neptuno? Parque Gonzalo de Quesada, La Habana, Cuba




Enviado por Lazaro Numa Aguila




    ¿Dónde está Neptuno? – Monografias.com

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    Fue el destino el que quiso que estando en la parroquia de El Buen Pastor de Jesús del Monte conociera a una señora que desbordaba emociones, mexicana, hija de descendientes de españoles llegados a La Habana de indianos[1]en el siglo XIX, buscaban una luz para sus vidas, aquí echaron raíces y crearon familia. Me comentó que había venido a Cuba tras las huellas de sus antepasados y por los insistentes pedidos de su octogenaria abuela, ella necesitaba volver a ver – por lo menos a través de imágenes fotográficas – los lugares donde habían transcurrido su niñez y adolescencia, sitios que no ha olvidado jamás. Lamentablemente – me dijo -: en este viaje he constatado que algunos lugares ya no existen y otros, posiblemente mi abuela no será capaz de reconocer, como pudiera ser el caso del antiguo colegio de "Las Dominicas Francesas" donde estudió. Habló sobre la necesidad que tenía de ir al parque "Villalón", ubicado en la barriada del Vedado, allí jugó su padre cuando era niño y del que no se cansaba de hablar mientras vivió, a él siempre lo llamaron en México "el cubano", noté en su hablar y en la mirada una extraña mezcla de sentimientos.

    Esta conversación devolvió a mi memoria una historia vivida que voy a compartir con los lectores, estimo que es un caso muy curioso – quizás raro -, en el que sentido de pertenencia e historia, dos cuestiones que habitualmente caminan de la mano, se convirtieron en contrarios. Este relato no está alejado de lo contado por la señora mexicana, no solo por el sitio del que voy a hablar, también por las cosas que van sucediendo en el continuo día a día y sus consecuencias.

    Terminando el siglo XX, justo el 10 de abril de 1999, fue reinaugurado
    el teatro Amadeo Roldán en la capital cubana, también
    se devolvió a la comunidadya restaurado – el parque
    Gonzalo de Quesada – conocido como Villalón -, una amplia sección
    de sus áreas fue ocupada como espacio de trabajo en la reconstrucción
    del teatro. Ambas cosas eran – desde hacía mucho tiempo – viejos
    anhelos de los habaneros, el teatro por haber sido meca de las artes
    en la capital, el parque por ser un espacio urbano de relevante importancia
    dentro de la comunidad.

    Un hecho sorprendió a los habitantes de la zona, lejos de mostrar alegría por la apertura del teatro, quedaron boquiabiertos cuando constataron la ausencia de la escultura del Dios Neptuno y el pedestal que siempre habían estado en el centro de la fuente del espacioso parque, estaban allí antes de que se cerrara el área, en su lugar se encontraba ahora una figura de producción en serie, vista en la ciudad en infinidades de usos ornamentales y algo "kitsch"[2] si la analizamos desde los preceptos estéticos actuales, que evidentemente fue colocada como salida de paso para que el nuevo e imitativo pedestal no estuviera vacío.

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    Nueva figura colocada en la fuente del parque Gonzalo de Quesada – Villalón – en el Vedado.

    Inmediatamente afloró el sentimiento de indignación de los heridos vecinos, se elevaron muchas voces reclamando a su Neptuno, el barrio mostraba sentido de pertenencia, nadie entendía lo que había pasado y por qué había ocurrido tal cosa. Recuerdo que una amiga que ha vivido siempre muy próximo al lugar me dijo: mi abuela Dalia dice que desde que ella tiene uso de razón el Neptuno estaba ahí y ya casi cumple ochenta años, ciertamente tenía razón su abuela.

    Las aguas alcanzaron tal nivel que fue necesaria la presencia de los directivos de Patrimonio para que le explicaran a la comunidad la causa del acontecimiento, lo hicieron desde su posición y a su manera, esto "aplacó" los ánimos, pero el hecho quedó como una espina clavada en el pecho de los moradores de la zona, ellos tienen y sienten al parque Villalón y a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús del Carmelo del Vedado como dos preciadas joyas de su historia local, muy rápido se percataron que la fuerza, en algunos casos, puede más que la razón – o por lo menos, en este caso, de sus razones -, analicemos la cuestión detenidamente para que se pueda entender mejor lo sucedido.

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    Vista del parque Gonzalo de Quesada – Villalón – en tiempos del Neptuno.

    Comencemos la historia desde su génesis allá por el año 1797, siendo capitán general el Teniente General D. Juan Procopio Bassecourt, Conde de Santa Clara[3](1796 -1799), aunque la idea original había surgido de su predecesor Luis de las Casas:

    "La primera fuente del dios de las aguas, que tuvo la Habana, data del año 1797 en que gobernaba el Teniente general D. Juan Procopio de Bassecourt […] Conde de Santa Clara […] Era de fundición, y sobre un pedestal de mármol, imitando riscos, aparecía el dios de pie, con su tridente en la mano diestra. Varios delfines, también de mármol, arrojaban el agua en la fuente propiamente dicha; y un grupo de mitológicas sirenas, y varias figuras alegóricas, completaban su adorno".[4] (Martí, Carlos, 1918, p.69)

    Jacobo de la Pezuela en "Crónica de las Antillas" nos revela su ubicación:

    "Las fuentes y surtidores que se encuentran en la Habana son de muy escaso mérito artístico […] solo mencionamos como las más notables la de Neptuno, que aparece hacia el estremo setentrional [Sic.][5] del muelle de Caballería y se compone de una graciosa pila de mármol de regulares dimensiones con un pedestal ocupado por una figura que representa á aquel dios mitológico".[6] (De la Pezuela, Jacobo, 1870, p.150)

    La fuente servía para abastecer de agua a los barcos que fondeaban en el puerto de La Habana. Producto del uso y las condiciones en las que se efectuaban las operaciones sufrió varios accidentes que le provocaron daños, hasta que se decidió su trasladó para el Paseo de Isabel II [7]por orden del entonces Capitán General Miguel Tacón[8](1834 – 1838): A él débese el arreglo y adorno del Nuevo Prado, con esta fuente y la de los genios (Martí, Carlos, 1918, p.69), ya en el Paseo deambuló por varios lugares. En este punto hay que poner mucho cuidado porque el propio Jacobo de la Pezuela señala en el Tomo – III de su "Diccionario geográfico, estadístico, histórico":

    "En los últimos meses de su activo mando, habiendo manifestado el capitán general Tacón su sentimiento de que sus recursos, absorbidos por las importantes obras de su tiempo, no hubiera alcanzado para dotar á la ciudad de buenas fuentes públicas, algunos pudientes resolvieron obsequiarle construyendo á espensas del comercio hacia el extremo septentrional del muelle de Caballería una regular fuente que se denominó de Tacón. Compúsose de una graciosa pila de mármol de regulares dimensiones con un pedestal ocupada con una pequeña figura de Neptuno, cuyo nombre ha prevalecido sobre el anterior".[9] (De la Pezuela, Jacobo, 1863, p.133)

    En el periodo de gobierno de Tacón – anteriormente señalado – ya existía la fuente del Neptuno, lo que realmente sucedió fue su traslado para el Pasero del Prado y la creación de otra terminando su gobierno. Existe constancia gráfica de la estancia en la zona de la fuente que estuvo en el muelle de Caballería, también se sabe que fue la que le dio nombre a la popular calle capitalina que inspiró a Enrique Jorrín a escribir su conocida canción "La engañadora", los habaneros la llegaron a nombrar también como la "Fuente del Neptunito".

    "La cabecera del Paseo era frente a la entrada de la bahía y el Castillo de La Punta y corría hasta lo que es hoy la calle Neptuno, donde había una pequeña fuente de bronce con sirenas y delfines. Esta fuente de Neptuno fue la que le dio nombre a la calle".[10] (San Pedro del Valle, Sergio R.)

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    Fuente del Neptuno – o del Neptunito – en el paseo del prado habanero.

    Como se puede observar en la imagen, el surtidor y su estanque se corresponden con la descripción de Jacobo de la Pezuela y era pequeña, algunos aseguran que estando en el Prado nunca echó agua. El detalle que más debe interesarnos es la figura del Neptuno, recordemos que andamos tras la pista del "Dios del Mar" que "desapareció" del parque Villalón en el Vedado. Hago alusión a esto porque la causa que se le comunicó a los vecinos fue que: el Neptuno era una pieza de la fuente original que existió en La Habana y que sería nuevamente integrada a su sitio primigenio. Precisamente esta es la primera fuente con el Dios del tridente, pero cuando se encontraba en el Prado, no en el muelle de Caballería, continuemos la historia.

    Durante el gobierno de Joaquín Ezpeleta[11](1838-1840) sucesor de Tacón, exactamente en 1839, se termina una nueva fontana con otro Neptuno, mandada a hacer a Italia, fue colocada al otro extremo del Paseo del Prado, frente a la explanada de la fortaleza de La Punta y a la cárcel de Tacón, en un espacio en forma de rotonda con bancos aledaños para el descanso de los transeúntes, esta fue la segunda, nada tenía que ver con la primera, excepto en que también tenía una escultura del mitológico Dios, aunque rápidamente marcó el final de aquella.

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    Postal de la nueva fuente del Neptuno frente a la explanada de La Punta.

    Sin lugar a dudas, esta era más hermosa y mejor lograda que la primera, teniendo en cuenta sus proporciones pudo haber sido la causa por la que llamaron a la anterior como la del Neptunito, ambas convivieron un breve lapso de tiempo hasta que se decidió retirar del paseo a la pequeña:

    "La fuente se demolió en 1840 y el pedestal y los delfines pasaron a formar parte de otra fuente, en la Quinta de los Molinos".[12](Arquitectura e Ingeniería, Cuba)

    Si lo planteado a los vecinos del Vedado era cierto ¿cuál de los dos Neptunos era el del parque Villalón? Una imagen de 1926, luego de haber pasado el devastador ciclón que dejó a La Habana bastante afectada me aclaró la interrogante.

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    El Neptuno de la fuente del parque Villalón.

    Evidentemente este Neptuno de la imagen y su pedestal, se parecen mucho al que se observa en la postal de la fuente que se encontraba en el Prado frente a la cárcel de Tacón, pero entonces, ¿dónde está actualmente ese Neptuno?

    Es el que se encuentra en la fuente colocada en la Avenida del Puerto, para su reconstrucción se tomaron del parque Villalón la estatua, el pedestal y las conchas y del parque Víctor Hugo, también en el Vedado, se utilizó el estanque, no me consta que fuera el original pero es muy parecido, luego fue necesario un complejo proceso constructivo que permitiera situar todos los elementos en su lugar, de esta manera se rescató la segunda fuente del Neptuno, la que un día estuvo en el Paseo del Prado.

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    El Neptuno del parque Villalón y el que se encuentra en la fuente ubicada en la Avenida del Puerto.

    Esta es la cuarta fuente con un Neptuno que ha tenido La Habana y la tercera con la misma figura escultórica. La segunda provocó el final de la primera y para que esta última existiera, fue necesario acabar con el sentido de pertenencia que una barriada habanera tenía por la tercera y su conjunto escultórico desde 1914, muestra de ello es el estado en que se encontraba que permitió que llegara hasta la cuarta fuente, aunque hubo que hacerle algunos trabajos de restauración – como es lógico – debido al paso del tiempo. Ochenta y tres años resguardaron con esmerado celo su Neptuno los vecinos del parque Gonzalo de Quesada, este no es poco tiempo, de hecho es más que el que permaneció en el Paseo del Prado y vinculada directamente con la vida de un sector poblacional capitalino.

    Si fuera puesto en una balanza lo ganado y lo perdido con toda esta historia, pienso que la aguja se inclinaría a favor del platillo negativo, la nueva fuente no se pudo situar en el lugar original donde estuvo la segunda, para lograrlo había que transformar el Prado, la estructura vial y retirar el monumento a Juan Clemente Zenea de la cabecera del paseo, esto debió ser conocido de antemano, tampoco se colocó en un sitio próximo a su emplazamiento original aunque existían posibilidades aledañas disponibles que hoy están siendo reanimadas con la construcción de nuevos hoteles y parques, esto pudo haber sido muy válido. Teniendo en cuenta el lugar donde se encuentra hoy, hubiera sido más factible y rentable haber realizado una reproducción de la fuente del Neptunito que estuvo en el muelle de Caballería, a pocos metros del emplazamiento actual, históricamente hubiera tenido mejor sentido ya que representaría a la primera, estaría aproximadamente en el lugar correcto porque la original se encontraba colocada en una especie de islote artificial – por lo menos eso señalan algunas publicaciones -, rememoraría un hecho verdadero y sería una buena atracción, todo dependería de la Interpretación del Patrimonio[13]que se lograra hacer, eso sí, menos bella. Estimo que este último aspecto fue la causa principal de lo ocurrido, teniendo en consideración el empeño que existe desde hace bastante tiempo por embellecer la Avenita del Puerto y hacer de ella un llamativo paseo.

    Es cierto que es una reconstrucción bien lograda, que "rememora" de algún modo la que existió un día en el Prado – pero que no es aquella -, y que le aporta temáticamente algo de belleza al entorno de la avenida del puerto dentro del Centro Histórico de la ciudad – que no es toda La Habana ni lo único que vale en ella -, pero ¿qué más?, invito a pensar en algo, no se puede, ni se debe, desterrar cuanto valga en la ciudad para dotar de valor agregado al Centro Histórico, de esta forma no se hace historia, el valor que ha logrado alcanzar tan colosal y meritoria obra es producto de la rehabilitación de los elementos autóctonos, incluyendo a su gente, queda aún mucho por hacer dentro de los límites de lo que fue La Habana amurallada, de concretarse todo eficazmente, entonces sí tendríamos todos "una Habana maravilla".

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    Es una reconstrucción bien lograda de la fuente del Neptuno que un día estuvo en el Paseo del Prado habanero.

    En el asunto que analizamos, el costo sociológico fue más grande que el beneficio, si se observa el caso con frialdad, no sería difícil llegar a la conclusión de que es históricamente contradictorio, por lo menos dentro de las concepciones de la historia local, de la preservación de los sentidos de pertenencia y de la cohesión ciudadana. La Habana es una megalópolis[14](Gottmann, Jean, 1957, p.2), en ella cada rincón tiene su propia historia que tenemos la obligación de respetar, cuidar, documentar adecuadamente y amar, por el bien de la gran urbe y sus habitantes. Las historias nacen de las entrañas de los pueblos y en ellos se desarrollan, reconstruirlas en ocasiones es bueno, pero nunca se debe intentar hacerlo sobre las espaldas de otras, no tendría sentido.

    Nuevamente recuerdo a la señora mexicana que conocí en
    Jesús del Monte, de haber llegado a visitar el parque Villalón,
    puede ser que regresara a su país muy desilusionada, evidentemente tuvo
    poco que ver en él, si por alguna casualidad su querido padre, "el
    cubano
    ", le habló sobre la fuente, solo podrá hacerse
    una pregunta lógica: ¿Dónde está Neptuno?,
    espero que alguna persona le respondiera aunque fuera con pesar: "está
    allá, en la Habana Vieja
    ".

     

     

    Autor:

    Lázaro Numa Aguila.

     

    [1] RAE:- Indiano (s): Denominaci?n corriente que se le profer?a al emigrante espa?ol que iba a Am?rica con el prop?sito de retornar a la pen?nsula rico. La categor?a social se traspasaba a los descendientes, el t?rmino pod?a alcanzar connotaci?n peyorativa seg?n el caso.

    [2] RAE:- Kitsch: Est?tica pretenciosa, cursi y de mal gusto o pasada de moda.
    "al kitsch se le supone una degradaci?n de lo art?stico que procura interpretaciones f?ciles".

    [3] Juan Procopio de Bassecourt, Conde de Santa Clara (22 abril 1740 a 12 abril 1820): Fue gobernador de Luisiana y Capit?n General del Caribe e isla de Cuba desde el 6 diciembre 1796 al 13 mayo 1799.

    [4] Mart?, Carlos. (1918). ?Los catalanes en Am?rica (Cuba)?. Barcelona: Editorial Minerva S.A.

    [5] Se respeta la ortograf?a original.

    [6] De la Pezuela, Jacobo. (1870). ?Cr?nica General de las Antillas?. Madrid: Editores Rubio, Grilo y Vitturi.

    [7] Paseo de Isabel II: Nombre oficial que ten?a en la etapa colonial el actual Paseo del Prado.

    [8] Miguel Tac?n y Rosique (Cartagena, 10 de enero de 1775 – Madrid, 12 de octubre de 1855): Marqu?s de Uni?n de Cuba y Gobernador de la isla a partir del 7 de junio de 1834, en materias cotidianas y de obras p?blicas, sobre todo en La Habana fue bueno pero se vi? ensombrecido por actos desp?ticos y aliento del comercio de esclavos, termin? su gobierno en 1838.

    [9] De la Pezuela, Jacobo. (1863). ?Diccionario geogr?fico, estad?stico, hist?rico. Madrid: Imprenta del establecimiento de Mellano?.

    [10] San Pedro del Valle, Sergio R. ?El Paseo del Prado?
    (http://www.diocesispinardelrio.info/active/verunarticulo.php?ID=142)

    [11] Joaqu?n Ezpeleta Enrile (La Habana, 19 de septiembre de 1788 – Madrid, 24 de marzo de 1863): Pol?tico, militar y gobernador colonial espa?ol. Fue Gobernador en Cuba entre los a?os 1838-1840.

    [12] Arquitectura e Ingenier?a, Cuba. ?Fuentes de La Habana?. (http://www.encaribe.org/es/article/fuentes-de-la-habana/1353)

    [13] Interpretaci?n del Patrimonio: Disciplina que se basa en tres instrumentos fundamentales: investigaci?n, conservaci?n y difusi?n. La interpretaci?n es una actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones a trav?s del uso de objetos originales, por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limit?ndose a dar una mera informaci?n de los hechos. (http://www.interpretaciondelpatrimonio.com/definiciones)

    [14] Megal?polis: Ciudad de grandes dimensiones que es el resultado de la uni?n de varias ?reas metropolitanas.
    Gottmann, Jean. (1957).?Megalopolis or the urbanization of Northeastern seaboard?. United States: Clark University, Economic Geography, Vol. 33, No. 3 (Jul., 1957).

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