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La FEU y su función de acompañamiento formativo al estudiante (Cuba)



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Características de la adolescencia y juventud
  5. Sistema de acciones para el acompañamiento formativo a los estudiantes del primer año intensivo de la UCP "Frank País García"
  6. Conclusiones

Resumen

La educación cubana desarrolla en estos momentos la Tercera Revolución Educacional, esta abarca todos los subsistemas del sistema nacional de educación. Las transformaciones en el subsistema que se encarga de la formación del personal docente implican el desarrollo de un primer año intensivo en las Universidades de Ciencias Pedagógicas que habilita a los futuros maestros y profesores para su trabajo en las escuelas del segundo al quinto año, situación que a partir del próximo curso se transformará pues el segundo año y en algunos casos el tercero también será intensivo. El proceso pedagógico en este primer año intensivo, tiene como una de sus características el trabajo de orientación y supervisión por dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); lo que denominamos acompañamiento formativo, en función de contribuir a la formación de la personalidad de los futuros docentes, a partir de la concepción de un proyecto de vida vinculado estrechamente a la profesión de maestro. El trabajo de diploma La FEU y su función de acompañamiento formativo al estudiante de primer año intensivo, es resultado de las experiencias del autor como dirigente estudiantil de esta organizaciòn y miembro de lo que fue en un momento el grupo de trabajo educativo de la FEU. En el mismo se propone un sistema de acciones formativas para lograr mayor eficiencia en el trabajo de los dirigentes de la FEU con el primer año intensivo en el proceso de su formación.

Introducción

La educación en el siglo XXI requiere de un perfeccionamiento radical en relación con las exigencias sociales de un mundo globalizado, de abundante flujo informático y creciente desarrollo tecnológico. En este contexto, la sociedad cubana actual se caracteriza, entre otros aspectos, por profundas transformaciones en los diferentes niveles educacionales, orientados a lograr mayor calidad en el aprendizaje y en la formación integral de la personalidad de los estudiantes, para asegurar el futuro que necesita el país. Esto exige de profesionales de la educación con un elevado nivel de preparación científico- pedagógica y con un significativo desarrollo de sus valores morales y ética pedagógica. Como parte de este proceso se trabaja por el fortalecimiento de los valores en las nuevas generaciones, condición indispensable para el logro del nuevo proyecto de sociedad que pretendemos construir.

El maestro tiene en esta labor una función fundamental ya que es el principal ejecutor de la política del Partido. Los dirigentes de la FEU por su incidencia en la formación de los estudiantes de las Universidades Pedagógicas desempeñan en esta labor un papel muy importante, en especial en el proceso de construcción de identidad personal y profesional de los que se forman como docentes en las Universidades de Ciencias Pedagógicas.

La construcción de la identidad es un proceso complejo, dentro de la formación de la personalidad, que transcurre en un contexto sociocultural específico, a través de la mediación de los adultos y la influencia de la cultura. En este proceso se incluye la construcción de los proyectos de vida. En el proyecto de vida tienen un lugar fundamental los intereses y propósitos profesionales. Los proyectos de vida profesionales y su desarrollo en la edad juvenil son importantes, porque pueden contribuir significativamente al proceso de profesionalización, en este caso en la formación de los docentes.

Para la elaboración de un proyecto de vida que se acerque a los intereses de los jóvenes que están en las aulas hoy en día es necesario un trabajo cohesionado de todos los factores que intervienen en su educación, además del acompañamiento de estos estudiantes, por compañeros de años superiores.

Esta idea del acompañamiento se relaciona directamente con las peculiaridades del proceso educativo en las universidades en las actuales condiciones de universalización en la que los estudiantes sólo permanecen en las instalaciones centrales de los mismos, durante el primer año intensivo y desarrollan la carrera de segundo a quinto en las micro universidades y sedes pedagógicas, por lo que no conviven durante el primer año, con estudiantes de años superiores.(para el próximo curso escolar se mantendrán en la instalaciones centrales intensivamente 2do y en algunos casos 3er año)

Con el propósito de propiciar la relación entre estudiantes de primer año y de dirigentes de la FEU, de años superiores, y a partir de reconocer los efectos positivos que el acompañamiento provoca en la formación de ambos, se crearon los grupos de trabajo de la FEU formados por dirigentes de la FEU y por estudiantes de años superiores que se encargan de orientar, guiar, acompañar a los estudiantes del primer año intensivo(acompañantes) para que estos puedan asimilar formas de estudio y trabajo en las brigadas y desarrollar la capacidad de concebir y cumplir sus metas profesionales y personales, en el proceso de su formación inicial, en las condiciones actuales solo desarrollan esta tarea los dirigentes estudiantiles de la Federación Estudiantil Universitaria que radican en las instalaciones centrales y son a la vez en algunos casos, alumnos ayudantes.

La labor que desarrollan estos dirigentes de la FEU tiene el propósito de crear modelos de actuación acordes con la ideología de la Revolución Cubana dada la naturaleza ideológica de la educación. Su trabajo se encamina al desarrollo de la responsabilidad, disposición, conciencia de los problemas, autonomía, capacidad de decisión, flexibilidad, capacidad de comunicación, cooperación y compromiso a través de lo que constituye en esencia: el acompañamiento formativo. Además contribuye a entrenar a los estudiantes del primer año en el trabajo de la FEU.

La experiencia de los dirigentes de la FEU en el acompañamiento a estudiantes de los primeros años de las carrera universitarias se realiza desde el surgimiento de esta organización, pero en las Universidades de Ciencias Pedagógicas surge el Grupo de Trabajo Educativo de la FEU en el curso 2003-2004 cuando se universalizan las carreras pedagógicas con el objetivo de apoyar y orientar el trabajo educativo con los estudiantes de primer año y para que estos asimilaran formas de estudio y trabajo en las brigadas y desarrollaran la capacidad de concebir y cumplir sus metas profesionales y personales en conjunto con los miembros de este grupo. Este grupo a raíz de las nuevas transformaciones en la educación superior pedagógica desaparece para el curso 2009 – 2010 siendo el trabajo que realizaba este grupo el antecedente inmediato del acompañamiento formativo con el estudiante de primer año como se concibe en este trabajo.

El modelo de las universidades pedagógicas propicia la formación integral de los futuros maestros y profesores, sin embargo aunque se han obtenido resultados aún estos son insuficientes tanto en la preparación de sus miembros para la labor formativa como en su preparación para su futura labor como docentes de las distintas educaciones.

En el diagnóstico inicial realizado en la carrera de Humanidades se constató que los estudiantes tienen desmotivación por la carrera pedagógica, deserción, incumplimiento de los deberes escolares y poco hábito de estudio lo que denota limitaciones e insuficiencias en la labor de acompañamiento para el desarrollo de los proyectos de vida profesionales y personales, relacionadas con su preparación para la tarea y la organización de la misma.

Además en el estudio de los documentos de la FEU revisados se constató que no existen regulaciones referidas a la labor de acompañamiento. En el UCP "Frank País" se trabajó a partir de una resolución emitida por la vicerrectoría de extensión universitaria para el trabajo de lo que fue el Grupo de Trabajo Educativo de la FEU. (Anexo 1). Además se consultó un documento emitido por el Consejo Nacional de la FEU. (Anexo 2) pero el mismo aunque hacía referencia a las funciones del Grupo de Trabajo Educativo de la FEU, no abordaba el proceso de acompañamiento formativo con los estudiantes de primer año intensivo, sino que para realizarlo había que forzar este proceso, estas funciones estaban dirigidas al control y no al acompañamiento de los estudiantes.

Se constató además que no se tiene en cuenta que los estudiantes que atienden la FEU, al mismo tiempo que acompañan a los de primer año deben prepararse para su futura actividad profesional, por tanto de manera explícita en los documentos señalados no se tiene en cuenta el proceso de acompañamiento formativo que debe realizar la FEU con los estudiantes.

Este trabajo se propone como objetivo: la elaboración de un sistema de acciones para el acompañamiento formativo a los estudiantes del primer año intensivo por parte de la FEU en la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Frank País García".

Desarrollo

Consideraciones teóricas acerca del acompañamiento formativo a los estudiantes del primer año intensivo

La Universidad de Ciencias Pedagógicas como institución académica, tiene como misión formar profesionales competentes para que puedan contribuir a la formación de las nuevas generaciones y la consecución de nuestro proyecto de sociedad. Su encargo social se concreta en la formación de los profesionales de la educación, maestros y profesores que requiere la sociedad cubana, con una sólida preparación científico – técnica y capacitados para su constante actualización en los avances de las Ciencias Pedagógicas, con altos valores principalmente morales y políticos, con un sólido sistema de convicciones y una alta tendencia orientadora de la personalidad hacia su profesión.

La formación de la personalidad es un proceso complejo y dinámico que se inicia desde los primeros momentos del nacimiento del ser humano, implica la formación de la identidad personal, proceso que trascurre bajo la influencia del medio social, en un contexto determinado .Este proceso tiene como premisas las condiciones biológicas y se desarrolla a través de la actividad. Es en esta interrelación dialéctica que se forma la subjetividad, la forma individualizada, única e irrepetible de la personalidad.

La personalidad es "un sistema de alto nivel de integración de funciones psíquicas del individuo, un complejo de formaciones estructuradas sobre ciertos principios que funcionan dirigidos a un objetivo" [1]

El objetivo constituye el sentido fundamental de la actividad del individuo, se expresa en el proyecto de vida que es "el conjunto de representaciones mentales sistematizadas sobre cuya base se configuran las actitudes y disposiciones del individuo, y que para ejercer una dirección auténtica de la personalidad, este modelo debe tomar una forma determinada en la actividad social del individuo y en las relaciones con las personas.¨[2]

El proyecto de vida debe de convertirse en "un modelo de vida sobre la base de aquellas orientaciones de la personalidad que definen el sentido fundamental de su vida, y que adquieren una forma concreta de acuerdo con la construcción de un sistema de actividades instrumentadas, las que se vinculan con las posibilidades del individuo y, de otro lado las posibilidades objetivas de la realidad externa para la ejecución de esas orientaciones de la personalidad". [3]

Los proyecto de vida tienen que incidir en la formación o educación en valores morales donde el contenido axiológico de determinados conocimientos hechos , formas de ser, sentimientos , actuaciones y comportamientos humanos con una significación social positiva que provocan una reacción de aprobación y reconocimiento en el contexto de las relaciones interpersonales, trascienden a nivel de la conciencia individual de los niños, adolescentes y jóvenes, y se incorporan a su manera de actuar cotidiano.

Los valores interiorizados y jerarquizados (jerarquía de valores) conforman la esencia del modelo de representaciones personales, constituyen el contenido del sentido de vida, y de la concepción del mundo, permiten la comprensión, la interpretación y la valoración del sujeto y brindan la posibilidad de definir el proyecto de vida, integrado por objetivos y finalidades para la actividad social.

Puntualiza Crozier (1999) que los alumnos necesitan tener configurado su proyectos de vida, entendido este como una conducta anticipatoria, que supone la capacidad de representar aquello que aún no existe, de imaginar un tiempo futuro ya que esto les permitirá tener un desenvolvimiento más certero en su vida personal y también en los trabajos académicos.

También Rodríguez-Moreno, (2002) comenta que una tarea de la orientación en la universidad, (pero también en otros ámbitos) es la construcción del proyecto profesional y que este, es parte de un todo, el proyecto de vida, así que se debe apoyar al estudiante con actividades que servirán para que recoja datos objetivos sobre su propio bagaje personal y profesional, para que reflexionando continuamente acabe por ubicarse en su carrera y en el puesto de trabajo a que aspira.

Como punto de partida del proceso de orientación para construir un proyecto de vida, se asume este como "un subsistema psicológico principal de la persona en sus dimensiones esenciales de la vida… es un modelo ideal sobre lo que el individuo espera o quiere ser y hacer, que toma forma concreta en la disposición real y sus posibilidades internas y externas de lograrlo, definiendo su relación hacia el mundo y hacia sí mismo, su razón de ser como individuo en un contexto y tipo de sociedad determinada"[4].

Esto quiere decir que las direcciones u orientaciones vitales específicas de la persona se ubican en su contexto social propio y se estructuran sobre la base de un sistema de estructuras individualizadas que conforman funciones autorreguladoras de procesos y estructuras psicológicas como las motivacionales, autovalorativas, y otras.

El proyecto de vida comprendido como la vía o camino para alcanzar una meta es la estrategia que una persona o grupo de personas se traza a fin de conseguir un objetivo. El proyecto da coherencia a la actividad de una persona en sus diversas facetas y marca un determinado estilo, en su forma de actuar, de pensar, en la forma de relacionarse con las demás personas, en el modo de ver la vida y de proyectarse en ella.

La construcción de un proyecto de vida se debe basar en tres preguntas existenciales que son: quiénes somos, hacia dónde vamos y qué debemos hacer. Tener un proyecto de vida es pensar en qué hacer en la vida y cómo conseguir lo que se desea. Se trata pues, de tener claro qué se quiere hacer con la vida, qué metas alcanzar, cuáles van a ser los medios que se utilicen para alcanzar las metas y cuáles son las posibilidades de conseguirlas.

El proyecto de vida se concreta en la disposición real y las posibilidades internas y externas de alcanzar los propósitos trazados, define la relación del individuo hacia el mundo y hacia sí mismo, su razón de ser como individuo en un contexto histórico concreto.

En la toma de partido sobre la problemática de cómo ayudar al estudiante a elaborar un proyecto de vida se coincide con los estudios de Torres Padilla (2005) cuando dice "… pareciera que una gran mayoría de los jóvenes que ingresan y están en estas instituciones educativas carecen de un proyecto de vida, dejando a un lado la posibilidad de tener una visión de su propio futuro, en donde podrían anticipar y resolver algunas de la situaciones anteriores

La escuela contribuye a la fundamentación de estos objetivos dentro de un marco de búsqueda, de experimentación que le permita ver y sentir los problemas de los estudiantes como oportunidades, retos, desafíos profesionales y no como un impedimento difícil de asumir.

La Universidad junto a la familia y la comunidad debe potenciar los proyectos de vida de las nuevas generaciones de educadores ya que el maestro desempeña un papel fundamental en este mismo sentido con respecto a niños, adolescentes y jóvenes, de ahí la importancia de acompañar a los estudiantes de las carreras pedagógicas a crear sus proyectos de vida.

Un lugar importante en la construcción de los proyectos de vida lo ocupa la elección de la profesión y la preparación para ejercer las funciones profesionales propias de la carrera elegida.

Especialmente en el caso de la profesión de maestro esto cobra gran significación, pues el joven que se forma como profesional de la educación, además de construir sus propios proyectos de vida debe prepararse para colaborar en el proceso construcción de los proyectos de vida de sus alumnos. En este proceso debe ser acompañado por las razones antes expuestas, no sólo por sus profesores, sino además por sus coetáneos.

El acompañamiento es una forma de relación social que se estableceentre dos o más personas para brindarse apoyo recíproco y lograr algo juntos. En este caso acompañar pretende favorecer y estimular en los alumnos el desarrollo de los valores, actitudes y comportamientos personales y sociales positivos, relacionados con los modelos de comportamiento propios de la profesión de maestro, en este propósito la FEU juega un papel importante.

El acompañamiento no es simplemente el encuentro periódico con los estudiantes, sino que implica la presencia del acompañante como guía y animador en el proceso formativo del universitario, para caminar con él acompañado, confrontando e invitándole en su viaje hacia la meta formativa. El acompañamiento formativo ha de tocar la vida real e interior de los estudiantes, ayudándoles a vivir procesos de consolidación y crecimiento.

El acompañamiento resulta de gran importancia en el proceso de formación del futuro profesional. Lo formativo no hace referencia a aprendizajes particulares, aunque no se desatiende de estos. El aprendizaje constituye un medio para la formación. La formación está ligada a las regularidades del proceso educativo que se encuentra en su base. En este caso se trata de la formación de docentes cuya labor social es decisiva para el futuro, de ahí su importancia. El concepto formación connota lo educativo, se refiere al proceso de humanización, de creación de un tipo de hombre de acuerdo a determinados ideales y fines sociales; destaca la dimensión axiológica de la educación. Se orienta a la obtención de determinado fin, implica el rescate de la tradición humanista y tiene en cuenta los determinantes ideológicos y culturales de la educación.

Se define acompañamiento formativo al estudiante de primer año intensivo como: el proceso de fortalecimiento de las relaciones entre dos o más estudiantes que en estrecha vinculación les permite ofrecerse apoyo mutuo, logrando cumplir metas profesionales y personales, incidiendo fundamentalmente en la formación de valores morales y actitudes positivas ante la sociedad y en la preparación para su futura labor profesional a partir de la elaboración de los proyectos de vida fuertemente vinculados con la profesión.

Mediante el acompañamiento formativo al estudiante de primer año se deben crear espacios educativos de acompañamiento personal y grupal. Además propiciar espacios para la comunicación siempre que sea necesario. Esto permite orientar de un modo particular, personalizado al educando, promoviendo a su vez que, en concordancia con la etapa de desarrollo en que este se encuentra, alcancen mayor autonomía en el proceso educativo y de autoformación en general. En este proceso de acompañamiento el acompañante debe ser un crítico constructivo, que ayuda al acompañado a salir de ciertas dificultades y explorar nuevos campos.

Se espera como resultado de estas influencias, y del resto de las influencias educativas una serie de transformaciones que se traduzcan en un ser humano culto, con nuevas actitudes que le permitan un mejor desempeño para asumir los retos que le esperan en el futuro y para convertirse en creador, autor de su propio proyecto de vida vinculado a su futura profesión. Este proceso no implica la simple transferencia de conocimientos y valores, sino un proceso educativo que se da en un espacio social determinado.

La FEU debe desarrollar un proceso concientemente organizado, dirigido y sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica determinada, con el propósito esencial de contribuir a la formación integral de sus miembros, donde se establecen relaciones constructivas entre los estudiantes; lo que implica acoger, aceptar y acompañar a los estudiantes, respetando sus características individuales y ofreciéndoles experiencias vitales que los fortalezcan como personas y como futuros profesionales de la educación. Para esto hay que desarrollar actividades lúdicas, recreativas, socio – culturales y preventivas, enmarcadas dentro de un proceso educativo que incentive el desarrollo de sus capacidades.

Desde el concepto de acompañamiento como proceso donde se conduce la formación de un grupo de seres humanos, se considera pertinente declarar las siguientes características del acompañamiento formativo:

• La formación integral: dirigida a toda la personalidad en su conjunto. El fin último, es guiar y orientar al estudiante en todos los aspectos del desarrollo de su vida personal y profesional.

• El carácter sistémico: la acción de acompañamiento ha de entenderse como un proceso sistemático que se inicia cuando el estudiante comienza sus estudios universitarios y finaliza al concluir el mismo.

• El carácter preventivo: se promueven no sólo la resolución de problemas sino de anticipación a estos y habilidades de los adolescentes.

En fin crear un vínculo de amistad entre los estudiantes con el fin de motivarlos a participar activamente en el proceso educativo, siendo protagonistas de su propia formación.

El acompañamiento debe propiciar que el estudiante consiga un mejor aprendizaje de las materias que estudia, de sí mismo y de los demás en el orden de configurar su proyecto profesional y de vida, por tanto este proceso ha de caracterizarse por ser:

• Motivador, de manera tal que despierte el deseo del estudiante de abrirse al acompañante y de expresarle sus necesidades y dudas y sienta la necesidad creciente de su ayuda y asesoría y de volver siempre en búsqueda de ayuda.

• Dinámico, en el sentido que le facilite al acompañante una secuencia de actividades interesantes y retadoras que le permitan la estructuración de nuevas adquisiciones personales.

• Desarrollador, en la medida que estén conectadas cada actividad que se realiza con el diagnóstico dinámico que se tenga del crecimiento personal del acompañado.

• Participativo, al favorecer que los estudiantes expongan sus opiniones y necesidades, las discutan y decidan en consecuencia con esa discusión, el acompañante tratará siempre de orientar y no imponer su opinión, siempre convencer y nunca vencer.

Características de la adolescencia y juventud

En la adolescencia tardía, etapa de la vida en que se encuentran los estudiantes del primer año, aunque la personalidad ha alcanzado un determinado nivel de estructuración y estabilidad, aún la regulación del comportamiento está determinada esencialmente de manera externa, sus motivaciones principales están relacionadas con la búsqueda de la aceptación social fundamentalmente del grupo de coetáneos. Esta situación fundamenta la necesidad y las posibilidades del éxito del proceso de acompañamiento formativo por sus contemporáneos de años superiores y dirigentes de la FEU.

En esta etapa además tiene lugar la consolidación del sistema motivacional y cognitivo que orienta la actuación del joven. Se estabilizan y perfeccionan los aspectos fundamentales de la estructura de la personalidad que se ha venido formando desde edades anteriores.

En la misma el joven tiene la necesidad de encontrar entre sus coetáneos un modelo a seguir, que le permitiría en un futuro desarrollar, elaborar sus proyectos de vida y los dote de una preparación cultural y política ideológica que le sirva de modelo para su vida personal y profesional sobre la base de la ideología de la Revolución Cubana. De ahí la importancia del modelo, que sustentado en el ejemplo personal, puedan y deban ofrecer a los estudiantes del primer año los estudiantes de años superiores que dirigen la organización estudiantil.

Si en la etapa anterior solo puede hablarse de bases formativas de futuros proyectos de vida, ya en esta etapa, éstos cobran una dimensión más real y profunda. El proyecto de vida, precisamente, es la estructura general que encauza las direcciones de la personalidad en el sistema autorregulador de sus procesos psicológicos esenciales, en las diferentes áreas de la actividad y la vida social, de manera flexible y consistente, en una perspectiva temporal que organiza las principales aspiraciones y realizaciones actuales y futuras de las personas.

Todo el trabajo de formación orientado a la construcción de sus proyectos de vida tiene que considerar las peculiaridades y contradicciones de esta etapa de la adolescencia, determinada por el tránsito a la adultez, la necesidad de independencia y autoafirmación, de encontrar un lugar en la sociedad, de definir su identidad personal, de encontrar sentido a la existencia. Toda su actividad se dirige hacia el futuro.

Sin embargo, vale la pena destacar algunos aspectos de esta etapa, que poseen implicaciones para el trabajo formativo de los proyectos de vida.

En estos momentos se produce una ampliación significativa del espacio vital o radio de acción de la persona, del ámbito familiar y escolar hacia la sociedad, y el mundo. El campo de intereses se hace potencialmente amplio, abarcando todo el universo de profesiones, actividades humanas y situaciones sociales.

El desarrollo en los procesos de pensamiento, la capacidad de conceptualización y de anticipación de relaciones, etc., la maduración de la autoconciencia, la formación de ideales morales y una concepción del mundo basada en valores asumidos, la necesidad de elegir y tomar decisiones propias y plantearse propósitos para alcanzarlas, crean la posibilidad de que puedan regular su propia conducta se guíen más por el punto de vista propio que el de los otros.

La elección de su futuro tiene la posibilidad de ocurrir como un acto de autodeterminación. En este sentido, la construcción del futuro personal, abarca todas las esferas de vida, desde la sentimental-amorosa, socio-política, la cultural-recreativa, hasta la profesional.

Todas estas esferas de la vida pueden poseer una importancia fundamental en la vida del joven y determinar la formación de orientaciones o direcciones de su personalidad muy significativas.

Por tanto, se trata de distintos planos de consideración de las dimensiones de los proyectos de vida, entre los que pueden presentarse situaciones de oposición, contradicciones y conflictos, que se reflejan en las motivaciones y planes específicos de esas esferas de vida, que pueden afectar la coherencia y consistencia general de los proyectos de vida del joven.

Sin embargo, uno de los aspectos que muchos autores destacan, es el de los momentos de elección profesional, en tanto ello implica la definición de la vocación, la elección de un determinado camino de la vida, la búsqueda de un lugar en el sistema social. Tanto en el momento del paso a la enseñanza media a la superior como a la superior, y el de incorporación a la vida laboral activa, cobran gran importancia los procesos de elección y decisión vital.

Propiciar la elección sustentada, con conocimiento de las posibilidades y realidades del mundo de profesiones y de las propias posibilidades y necesidades constituye una tarea de orientación y formación permanente de maestros y profesores sensibilizados hacia la construcción de las líneas de desarrollo de los proyectos de vida de los jóvenes. De la misma manera que en las demás esferas de la vida, la posibilidad y capacidad de autodeterminarse constituye el momento decisivo del desarrollo.

Es decir, que el trabajo de formación y orientación dirigida a la construcción de proyectos de vida, en el adolescente y en el joven, presenta toda la complejidad, amplitud y contradicciones propias de estas etapas. Es aquí posible y necesario, en mayor grado, abarcar la estructura total de la vida presente y futura para determinar las líneas esenciales de desarrollo, su consistencia, bases de sustentación, carácter multifacético, que se dirijan en la perspectiva de proyectos de vida reflexivos, creativos, flexibles, integrados armónicamente y autorrealizadores.

Según Laura Domínguez (1990) este camino de conquista de la autodeterminación comienza desde edades tempranas, cristaliza en la juventud y se continúa en la adultez; es un proceso en el que se presentan diferentes contradicciones, tanto del sujeto con el medio, como del sujeto consigo mismo y con los demás sujetos, que representan las fuerzas motrices del desarrollo humano. Esto debe ser tomado en consideración a la hora de proyectar y desarrollar el acompañamiento formativo.

En el tránsito de la adolescencia a la edad juvenil cristaliza la formación del pensamiento conceptual, se diversifica y amplía la actividad y la experiencia social, se acerca la perspectiva de una inserción en el mundo adulto, ocurre un desarrollo significativo de la identidad personal y la autoconciencia, los valores y normas morales son analizados y asumidos desde un prisma personal más profundo.

En la elección de las carreras pedagógicas, una vez otorgada las carreras, estos no tienen sus proyectos de vida del todo conformado por lo que es necesario su acompañamiento por los miembros de su organización que le permita conformarse sus proyectos de vida profesional y personal. Los jóvenes que ingresan a la organización inician su vida universitaria generalmente sin haberse formado del todo un proyecto de vida, en algunos casos en débiles vínculos entre su idea de la vida y la profesión de maestro. Además en las condiciones del actual Plan de Estudios no comparten la vida estudiantil con estudiantes de años superiores por lo que resulta de gran importancia la labor de acompañamiento que los dirigentes estudiantiles pueden realizar con ellos.

La educación de valores adquiere en este período una importancia extraordinaria ya que es en este momento que existen mayores posibilidades para la consolidación de valores que funcionan con perspectiva mediata, posición activa, reflexión personalizada, flexibilidad y perseverancia en la regulación de la actuación. Además se comienza a incorporar a la jerarquía de valores los valores característicos de la profesión de maestro. Lo que debe ser estimulado durante el proceso de acompañamiento formativo.

En esta etapa es necesario que los dirigentes estudiantiles estén preparados para asumir la responsabilidad de acompañar a sus coetáneos y contribuir a la formación de un proyecto de vida profesional y personal.

Estos jóvenes que deben realizar el acompañamiento por parte de FEU deben poseer las siguientes características.

-Como cualidades de su personalidad:

  • Ejemplaridad.

  • Creatividad.

  • Responsabilidad.

  • Facultad para la comunicación.

  • Alta motivación por la profesión de maestro y manifestar incondicionalidad ante las tareas de la Revolución.

-Como cualidades de su labor:

  • Saber negociar.

  • Saber orientar, coordinar y asesorar.

  • Lograr la empatía con los estudiantes.

  • Tener sentido de amistad y compañerismo.

Sobre esta base se debe tener en cuenta que ser ejemplo es tener alguien o algo de patrón en sentido positivo o negativo, pero en el caso de la profesión de maestro es desarrollar una acción o mantener una conducta que incline a sus estudiantes a que lo imiten positivamente en aquellas cualidades que se relacionan directamente con la profesión de maestro.

Para ser creativo hay que lograr que sea un proceso de descubrimiento o producción de algo nuevo, que cumpla con la exigencia de una determinada situación social, que tenga un carácter personológico, sobre la base de rasgos como motivación, independencia cognoscitiva, interés por resolver y proponer problemas, capacidad de buscar alternativas, autonomía, dominio de las operaciones lógicas al pensar.

Para generar soluciones que ayuden a la eficacia y calidad del proceso, para modelarlo y reajustarlo cuando las condiciones lo reclaman que permita desarrollar la motivación, elevar la autoestima y la confianza de sus alumnos, paliar la sensación de soledad y aislamiento en el estudio, crear colectivos. Para estimular la creatividad de los alumnos, este proceso debe ser, imaginativo, combinar métodos, ideas y materiales viejos y nuevos y además de ser integrador, enseñar a descubrir relaciones reforzando la iniciativa.

En el proceso de acompañamiento un factor que incide positivamente en las relaciones de acompañamiento entre profesor – alumno y acompañante – alumno de primer año es ser un buen comunicador.

La comunicación considera por Andreieva como "un modo de realización de las relaciones sociales, que tiene lugar a través de los contactos directos e indirectos de las personalidades y los grupos en el proceso de su vida y actividad social" [5]

Mientras que Ojalvo considera que es "un proceso complejo, de carácter material y espiritual, social e interpersonal, que posibilita el intercambio de información, la interacción y la influencia mutua en el comportamiento humano, a partir de la capacidad simbólica del hombre"[6]

En estas definiciones, existen elementos comunes y esenciales al definir la comunicación, estableciéndola como: una forma de interrelación humana. Donde se expresa cómo los hombres interactúan y a su vez, ella constituye una vía para la interacción, es una forma de transmisión de significados, de información, ideas, emociones, sentimientos y habilidades, a través de palabras, imágenes, figuras y gráficos, entre otros, es un elemento trascendental en la formación de la personalidad, esta implica el intento de influir sobre los otros.

Al tener que reflexionar sobre estas cuestiones en torno al proceso pedagógico, se hace necesario que se precise ante todo que es ser un comunicador en el ámbito de la pedagogía, que es en esencia realizar una comunicación pedagógica, que crea las mejores condiciones para desarrollar la motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar correctamente la personalidad del alumno.

Comunicación pedagógica un tipo especial de comunicación profesional la del profesor con sus alumnos, tanto en el aula como fuera de ella que tiene lugar en la institución educativa y en otros espacios educativos y posee determinadas funciones pedagógicas y no meramente instructivas sólo tiene lugar cuando las relaciones entre profesor y alumnos y/o acompañante – acompañado no son únicamente de transmisión de información, sino de intercambio, de interacción e influencia mutua, cuando se establece una adecuada percepción y comprensión entre los protagonistas del hecho educativo.

En el desarrollo de la actividad educativa en función de formar profesionales de la educación es necesaria una comunicación eficiente, un buen comunicador debe poseer las siguientes cualidades: ser cooperativo, sensible, saber hablar, saber escuchar, no debe ser temperamental, hacer uso correcto de la lengua materna, saber seleccionar el léxico adecuado según el contexto donde se desenvuelva, ser paciente, y directo, elementos que deben tener en cuenta los acompañantes para realizar una labor de acompañamiento eficaz.

Otra cualidad de la personalidad que es de vital importancia en la labor de acompañamiento es ser responsable que como se plantea en el VIII Seminario Nacional para Educadores es ¨ el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad.¨[7] la misma permite desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor las tareas asignadas y propicia un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas asignadas.

Además de las cualidades antes mencionadas se deben tener otras como es saber orientar, coordinar y asesorar dándole tratamiento a las principales deficiencias que presentan algunos estudiantes.

Se debe lograr la ayuda y no la imposición de todas aquellas actividades programadas por la organización, la institución y del mismo interés de los acompañados.

En el proceso de acompañamiento un elemento que incide positivamente es la orientación ya que esta dentro de si misma tiene la necesidad de ayudar al individuo a conocerse a sí mismo y a su medio, de que se desarrolle su inteligencia, lo que permite un mayor desarrollo de los proyectos de vida de aquellos que no lo tienen conformado completamente todavía.

La orientación en el marco educativo se define de la siguiente manera:

La orientación debe ser considerada como el servicio destinado a ayudar a los alumnos a escoger con inteligencias entre varias alternativas, ayudarlos a conocer sus habilidades y limitaciones y ayudarlos a adaptarse a la sociedad donde viven. ¨[8]

El propósito de la orientación es asistir al educando para que adquiera suficiente conocimiento de sí mismo y de su medio, para ser capaz de utilizar más inteligentemente sus potencialidades educacionales ofrecidas por la escuela y la comunidad.

El fin de la orientación – que corresponde a los fines de la educación más profunda y completa- es el de formar una personalidad sana, eficiente y madura con un desarrollo integral en todas sus potencialidades, capacidades, y habilidades fundamentales para preparar al hombre para la vida, que es prepararlo para realizar las tareas propias de cada edad.

Más que dar una definición de orientación como es la asumida en el párrafo anterior es de vital importancia comprender la necesidad de una buena orientación de los estudiantes por sus acompañantes porque esto se revierte en prevención, ayuda y desarrollo de la personalidad para una buena proyección del futuro de cada individuo.

De esta forma, también el acompañante debe estar atento al proceso de transformación de la persona que va ocurriendo con la aplicación de los nuevos métodos de orientación, para hacer más efectiva su labor de acompañamiento y apoyo, así como su actividad directa de guía u orientación personal.

El tratamiento de los temas en los que tiene lugar el trabajo de asesoramiento, que comienza siempre con una detenida escucha acerca de las inquietudes o problemas que formulan los estudiantes que garantice la comprensión de lo que se va hacer, antes de iniciar la ejecución de las actividades, logrando que en el alumno se formen procedimientos generalizados para abordar la solución de diversas tareas y mientras más completa resulte esta, mayor eficiencia y calidad se logra en las actividades realizadas a través de acciones de forma ordenada, con vistas a un objetivo común el acto de gestionar las interdependencias entre actividades como consecuencia de la cooperación.

La función orientadora del acompañante se sustenta en:

• Acompañar y orientar al estudiante en el proceso de desarrollo integral de su personalidad con el fin de que pueda ir formulando su propio proyecto de vida a medida que vaya madurando.

• Despertar en los estudiantes altos valores humanos de compromiso social y con la Patria.

• Mantener una relación de comunicación con las familias, asesorándolos sobre como conducirse ante las posibles deficiencias académicas, conductuales, emocionales, etc., de los estudiantes.

• Apoyar y coordinar con los profesores el proceso educativo para prevenir dificultades de aprendizaje y/o conductas que obstaculicen el buen desempeño del estudiante.

Los acompañantes en la labor educativa que realizan con los estudiantes se pondrán en el lugar de otro, aprenderán a vivir juntos para poder cooperar y participar, ayudando a favorecer la paz, a solucionar los conflictos y fomentar el intercambio cultural conquistando así la simpatía a través del proceso, lo que permite que se resuelvan conflictos, se acuerden líneas de conducta, se busquen ventajas individuales o colectivas se procuren resultados que sirvan a sus intereses mutuos.

Siempre que se logren unir estos factores en función de la labor formativa se va adquirir un sentido de amistad y compañerismo aprendiendo a cooperar, creando un vínculo para lograr un fin y un acompañamiento mutuo, estableciendo una relación afectiva entre acompañante – estudiante(acompañado). Alcanzando la confianza y sinceridad entre ambos, facilitando hablar y actuar como naturalmente se piensa y se es, minimizando los frenos sociales que normalmente se tienen. Interesándose por el bienestar del otro, es decir, de sus problemas y logros, apoyándose mutuamente en los buenos y en los malos momentos.; dando ánimos y entendiendo cómo se sienten los otros en situaciones desagradables.

Otro elemento que hay que tener en cuenta para un buen funcionamiento del acompañamiento formativo es el protagonismo estudiantil que se entiende como: ¨la participación de los estudiantes en su propia formación, está determinada fundamentalmente, por su nivel de implicación y compromiso que asume en las diferentes actividades que realiza ¨[9].

Se asume que el protagonismo debe estar vinculado al proceso formativo de la personalidad, que debe ser de naturaleza educativa al convertirse los estudiantes en sujetos activos y conscientes en todas las tareas que se desarrollan en su centro y la organización estudiantil (Federación Estudiantil Universitaria), demostrando las potencialidades que poseen estos para su desarrollo personal.

Para ello el trabajo debe ser a la vez, individual y colectivo para que florezca mejor la personalidad. Así el estudiante podrá regular y controlar, mediante su propia acción, su propio aprendizaje. Aprenderá a conocer y a transformar lo que le rodea y a transformarse a sí mismo.

La labor de acompañamiento que realizan los miembros de la FEU se encamina a potenciar la dimensión moral de la educación y favorecer y estimular en los estudiantes el desarrollo de los valores, actitudes y comportamientos personales y sociales positivos, fundamentalmente aquellos relacionados con el ejercicio de la profesión pedagógica.

Partes: 1, 2

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