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Programa de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores



  1. Conciencia de sí mismo
  2. Motivación
  3. Empatía
  4. Empleo de las técnicas de modificación de conducta
  5. Consideración de la etapa de desarrollo
  6. Cibergrafía

En América la familia, la comunidad educativa y la sociedad en general se encuentran amenazadas por un doble efecto: las violencias verbal-física y, el consumo de sustancias psicoactivas (SPA) En apariencia se nota una contradicción en la afirmación, pero si se revisa el principal supuesto de la misma, la pobre identidad cultural, conduce directo a la transculturación, a la pérdida de la actividad creadora y, a la formalidad de dos de los impedimentos mayores que padece la familia: la escasa comunicación, y el conflicto entre los elementos que la conforman. Solemos decir que el hombre es un animal social. Por ello nos referimos a que el hombre para ser tal hombre tiene que vivir con otros hombres, para que se dé el proceso de humanización, a través del proceso de socialización. La socialización es el proceso a través del cual el individuo se convierte en miembro de un grupo social: la familia, comunidad o tribu. Incluye el aprendizaje de las actitudes, creencias, valores, roles y expectativas de su grupo. Es lo que permite hacer a un individuo miembro de su cultura. El proceso de socialización ocurre a lo largo de toda la vida, aunque su mayor importancia se produce en el período que va de la Primera Infancia a la adolescencia mayor (Craig, 1997).

Para el consumo de SPA la adolescencia puede ser considerada el periodo crítico ya que es en esos años cuando se dan los primeros consumos y cuando se pueden producir los procesos de abuso y dependencia. Sin embargo, también hay que indicar desde aquí que el consumo de SPA es un hecho esporádico en el conjunto de los adolescentes y no lo normativo, ya que los que llegan a probar sustancias, especialmente las más peligrosas, es reducido porcentualmente y un porcentaje muy grande de adolescentes y jóvenes, aparte del alcohol y del tabaco, no van a probar el resto de SPA. También es importante considerar el concepto de cohorte, que es un grupo de personas nacidas aproximadamente en el mismo momento, porque las cohortes varían en lo que hacen en su adolescencia, especialmente por los cambios sociales que se van produciendo a lo largo de la historia, y que explica, por ejemplo, porque se consumen hoy SPA en un grado mucho mayor que en la cohorte de adolescentes de su misma edad de hace 50 años. Esto también tiene una gran relevancia para la comparación de estudios realizados con adolescentes en distintos momentos históricos.

Uno de los elementos importantes de la vida social es el proceso que se da mediante la comunicación, la influencia social y la creación de la cognición social. Aunque el Departamento del Quindío, Colombia, (Caucanos, Pastusos, Vallunos, Santandereanos, Cundinamarqueses, Boyacenses, Antioqueños) es una pluralidad de familias, con sus específicos códigos culturales y lingüísticos que permiten intrincados canales de información, no se está exento, de caer en procesos de incomunicación diaria, conducentes a situaciones difíciles y, que hoy se denominan crisis de familia, aumento de los antecedentes delincuenciales e información, incremento de los factores que influyen para que los menores caigan en el consumo de SPA: ideación suicida, sentimiento de vacío interior, violencia inter e intra-muros, violencia inter e intra-familiar, son estrategias de poder que al mismo tiempo están en juego en su relación política con el sistema de garantías jurídicas, en cuanto a la salud mental del pueblo colombiano. La drogadicción no sólo se da por factores económicos, sociales y culturales. Es un dilema de todos los sectores de gobierno y de poder.

CRAIG G. J. (1997). Desarrollo psicológico (7ª ed.). México: Prentice-Hall Interamericana Para muchas culturas consumir SPA es un imperativo cultural (Westermeyer, 1996). El caso del alcohol en nuestro medio es quizás el ejemplo más claro. Junto a las celebraciones religiosas (vino en la misa), están la ceremonias del nacimiento, bautismo, matrimonio u otras, donde el vino y/o el aguardiente es un elemento de la ceremonia o de la fiesta posterior. Junto a ello está la intensificación de las relaciones sociales a través del alcohol, al beber con frecuencia en lugares públicos y la utilización del alcohol en las reuniones económicas y políticas, Westermeyer (1996) analiza los usos ceremoniales y rituales de las SPA, cuando el consumo es requerido o está permitido. Por todo ello, sin un conocimiento sociocultural, y de las SPA habituales en esa cultura o grupo social, junto a su evolución histórica, medidas que se han tomado a lo largo de la misma, éxito o fracaso que han obtenido, relación entre creencias y valores culturales y consumo de SPA, nos veremos abocados al fracaso, no sólo del conocimiento, sino de poder implan-tar medidas adecuadas siempre con el objetivo de mejorar la salud de las personas, si se da el caso de que dichas sustancias les afectan, dado que cuando los usos están "ritualizados" son parte de esa cultura, más que un elemento distorsionador de la misma. Por desgracia, en nuestra sociedad actual se ha pasado de un uso ritualizado, normativizado y controlado socialmente de décadas o siglos pasados de algunas sustancias, a un uso abusivo, descontrolado, para satisfacer nuevas necesidades en una sociedad compleja como la nuestra. Y que, todo ello, implica en muchas ocasiones riesgos, riesgos que se asocian así la persona puede ejercer control o autocontrol sobre sí misma, sobre las SPA y sobre su entorno y amigos. También como éste es un fenómeno que se circunscribe de modo muy importante a la adolescencia y primera juventud, declinando la relevancia de la vida recreativa en la vejez y, paralelamente el consumo de SPA y los problemas que ellas pueden acarrear, cuando la persona tiene que asumir sus responsabilidades de adulto al tener un trabajo, formar una familia, tener hijos. Las conductas de autocontrol son necesarias para el funcionamiento humano. La resistencia a la tentación y la demora en la gratificación son dos de los elementos más importantes del autocontrol y básicas para considerarnos como humanos (Rosenbaum, 1993). Vienen a constituir una especie de Inteligencia Emocional IE que nos hace ser más adaptativos al medio. El concepto de autorregulación se utiliza con frecuencia para exponer conjuntamente estos dos conceptos, aplicados ya a la esfera de lo humano y del manejo que éste hace de su conducta. El control percibido o la percepción de control son importantes para el proceso de la autorregulación. Unido a la creencia de que uno puede controlar la acción que elabora, está la creencia de que uno puede exitosamente ejecutarla. Esto es lo que se ha llamado expectativa de eficacia o autoeficacia por parte de Bandura (1997a), el cual ha elaborado toda una teoría de la conducta humana basada en la misma. Las personas ponen en marcha metas o cursos de acción habitualmente bajo su nivel de ejecución personal y de la aceptación de los estándares sociales Mischel, (Cantor y Feldman, 1996). Si hay un plan es mucho mejor.

Uno de los métodos desde el cual se ha abordado la Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, lo constituye el basado en la relación existente entre el desarrollo de habilidades y competencias emocionales, el conocimiento hacia el fortalecimiento de los factores protectores. Veamos algunos aspectos importantes:

Conciencia de sí mismo

Capacidad de saber lo que estamos sintiendo en un determinado momento y, de utilizar nuestras preferencias para guiar la toma de decisiones, basada en una evaluación realista de nuestras capacidades y en una sensación permanente de confianza en nosotros mismos.Autorregulación: Manejo de las emociones para que faciliten la tarea que estemos llevando a cabo, que no interfieran con ella; ser conscientes y demorar la gratificación en nuestra búsqueda de objetivos; ser capaces de recuperarnos prontamente del estrés emocional.

WESTERMEYER, J. (1996). «Cultural factors in the control, prevention, and treatment of illicit drug use: The earthlings´psychoactive trek». En W. K. Bickel J

BANDURA, A. (1997). Self-efficacy. The exercise of control. Nueva York: Freeman.

 

Motivación


Utilizar las preferencias más profundas para encaminarnos hacia nuestros objetivos; ayudarnos a tomar iniciativas, ser más eficaces, perseverar a pesar de los contratiempos y las frustraciones que se presenten.

Empatía

Darse cuenta de lo que están sintiendo los consumidores de SPA, ser capaces de ponerse en su lugar y cultivar la relación y el ajuste con una amplia diversidad de personas.
Competencias sociales: Manejar bien las emociones en las relaciones, interpretando adecuadamente las situaciones y las redes sociales; interactuar fluidamente; utilizar estas competencias para persuadir, dirigir, negociar y resolver disputas; cooperar y trabajar en equipo. (Daniel Goleman, 1999)
Aunque se podría argumentar que el origen del consumo de SPA se sitúa en la Primera Infancia, la iniciación real en el consumo comienza normalmente, para la mayoría de los individuos, en la pre adolescencia, y avanza a partir de aquí, según una secuencia bastante bien definida, a lo largo de la adolescencia media (Millman y Botvin, 1992). En sus primeras etapas, el consumo de SPA es raro, se limita a una única sustancia y a situaciones sociales determinadas. A medida que aumenta la implicación, el consumo se incrementa tanto en frecuencia como en cantidad y progresa hacia múltiples sustancias. Conocer los factores de riesgo y de protección se convierte así en un punto de gran relevancia para la Prevención al consumo de SPA. De modo semejante, a la hora de elaborar o seleccionar un Programa de Prevención hay una serie de cuestiones a tener en cuenta:
1. Hay que partir de un modelo teórico adecuado, que se apoye en datos empíricos por lo que haya demostrado que con él se pueden obtener buenos resultados.
2. También es necesario conocer los factores de riesgo para la posterior construcción de dicho Programa (Botvin y Botvin, 1992), los factores de riesgo específicos para la comunidad en la que vamos a aplicar el Programa, lo que implica estudios previos de los mismos junto a los factores de protección (Hawkins, Catalano y Miller, 1992)
3. El conocimiento de la problemática de un modo realista y objetivo, tanto a partir de datos epidemiológicos, estudios clínicos, como de la experiencia acumulada a través de otros múltiples estudios e indicadores que hoy ya tenemos sobre esta problemática (Becoña, 1995).
Nótese que los factores de riesgo los tenemos que tener claramente definidos para una edad específica o etapa evolutiva. Junto a estos dos importantes aspectos también hay que considerar los factores que suelen influir en el impacto de los Programas; reflexionar los factores que son básicos en los Programas de Prevención de la enfermedad y la Promoción de la salud en la infancia (Coie et al., 1993); y, tener en cuenta la implementación del Programa y, si ha demostrado una eficacia adecuada en los distintos estudios piloto y en el ámbito de la investigación. El conocimiento de los factores de riesgo y protección constituyen un elemento esencial.
MILLMAN, R. B. y BOTVIN, G. J. (1992). «Substance use, abuse, and dependence». En M. Levine, N. B. Carey, A. C. Crocker y R.T. Gross (Eds.), Developmental- behavioral pediatrics (2nd. ed., pp. 451-467). Nueva York: Saunders.
BOTVIN, G. y BOTVIN, E. (1992). «Adolescent tobacco, alcohol, and drug abuse: Prevention strategies, empirical findings, and assessment issues». Developmen- tal and Behavioral Pediatrics, 13, 290-301.HAWKINS, J. D., CATALANO, R. F. y MILLER, J. Y. (1992). «Risk and protective factors for alcohol and other drug problems in adolescence and early adulthood: Impli- cations for substance abuse prevention». Psychological Bulletin, 112, 64-105.
COIE, J. D., WATT, N. F., WEST, S. G., HAWKINS, J. D., ASARNOV, J. R., MARKMAN, H. J., RAMEY, S. L., SHURE, M. B. y LONG, B. (1993). «The science of prevention: A conceptual framework and some directions for a national research program». American Psychologist, 48, 1013-1022.
BECOÑA, E. (1995a): «Drogodependencias», en A. Belloch, B. Sandín y F. Ramos (Eds.), Manual de psicopatología (vol. 1, pp. 493-530). Madrid: McGraw-Hill.
Una mayor comprensión de las causas que generan la problemática de las SPA, permite centrar el abordaje preventivo desde el interés de los riesgos socioemocionales; empieza por tenerse en cuenta a la familia en sus diferentes acepciones, desde el ángulo muy preciso de los factores de riesgo. Respecto al consumo de drogas es clara la relación que tienen los distintos estilos de crianza sobre el consumo de SPA (Vielva, Pantoja y Abeijón, 2001), aunque parece que la relación es más relevante en las drogas ilegales que en las legales. De este modo, el estilo de crianza es una variable de gran relevancia en la Primera Infancia, en la niñez y la adolescencia para explicar luego en la vejez el consumo de SPA.
La Promoción de la Prevención será uno de los principios, aunque no el único, por los que el niño aprende mecanismos para entender lo que le pasa, cómo y cuándo se filtran estados de ánimo negativos y, por ello podrá acudir a sus instrumentos aprendidos sin necesidad de recurrir a agentes químicos externos. La Prevención de las SPA se ve como la alternativa al estado de cosas anterior o a una parte de ello. Pero para poder responder adecuadamente al reto que poseemos por delante, tenemos que disponer de suficientes recursos teóricos y técnicos para lograrlo. Requerimos de una conceptualización moderna de los tipos de Prevención y del cómo se entienden:
1. Universal, es aquella que va dirigida a todo el grupo de trabajo sin distinción: Primera Infancia a Ancianos.
2. Selectiva, es aquella que va dirigida a un subgrupo de la población trabajo que tienen un riesgo mayor de ser consumidores que el promedio de las personas de esa edad. Se dirige a grupos de riesgo.
3. Indicada, es aquella que va dirigida a un subgrupo concreto de la comunidad, que suelen ser consumidores o que tienen problemas de comportamiento. Se dirige a individuos de alto riesgo.

Es así como nace un método preventivo, basado en el desarrollo de competencias de las personas para que estas puedan ser capaces de valerse por sí mismas, reconociendo su caudal potencial que les permitirá enfrentarse y responder pro-activamente ante las exigencias y retos, a veces no saludables que comprometen malamente sus vidas. Se busca encaminar destrezas, competencias y estrategias de las personas para que estas puedan utilizarlas en el diario vivir. La experiencia está basada en la IE que, "es la capacidad que tenemos los seres humanos para reconocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos". El término fue popularizado por el psicólogo Daniel Goleman, en su libro: Inteligencia Emocional IE (1995). La propuesta de Goleman fue dividir la IE en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones, lo que nos ha permitido reconocer que es un abordaje más amplio, pero que además exige no sólo el aprendizaje de técnicas para ser utilizadas como defensa, sino que nos permite reconocer que la efectividad de los procedimientos y el aprendizaje de los mismos, sólo es posible cuando estos han sido internalizados y, por supuesto, implica el precio de conocerse, de revisarse interiormente, de permitirse un crecimiento y desarrollo personal que asume un estilo de vida, siendo la mejor manera para prevenir conforme al mundo de hoy .Para el crecimiento personal, para un matrimonio satisfactorio y para un mundo más pacífico, lo que todos necesitamos es más empatía, compasión, receptividad, emotividad y vulnerabilidad, ni menos.

Otra tendencia, especialmente entre los jóvenes, es que existe hoy una predisposición a no confiar en las palabras. Los medios de comunicación no siempre dicen o escriben la verdad científica.

Los jóvenes oyen los discursos de los políticos que hablan de paz, de equidad, de igualdad, de libertad y luego en los barrios, las ciudades, las calles se ven enfrentados con la pobreza, la furia desatada, la hipocresía, la guerra y la corrupción en sus aspectos más crudos.

Nace en los muchachos el recelo hacia las palabras, a la par con un sentimiento general de desequilibrio y, un afán por lograr la inmediata satisfacción en sus relaciones personales.

Nada casual el hecho de que nos haya regalado un especial aporte teórico que podemos llevar con facilidad a la práctica en el terreno de lo educativo y preventivo y que según García-Señoran; Gonzáles y Gonzáles (1998) "es una aportación teórica clave tanto para explicar la iniciación en el consumo de SPA como para desarrollar estrategias preventivas". (I) "Según dicha teoría, a través de la observación el niño adquiere expectativas y una representación simbólica de la conducta modelada; estas estructuras y representaciones cognitivas guiarán la actuación del observador. Los niños aprenden a comportarse a través de los procesos substitutos", y esto conlleva a la exigencia de Prevenir más allá de la información y responder científicamente a los consumidores de SPA.

La teoría fundamenta de algún modo, el Programa de Desarrollo de Competencias para la Vida, agregando la condición que sólo pueden ser adquiridas no sólo desde el aprendizaje de la técnica sino, desde la vivencia y el modelaje como fuerza capaz de influir positivamente la vida de los que comparten "nuestra cotidianidad". Aunque no quisiéramos ahondar más en explicaciones acerca de los métodos planteados, sentimos la necesidad de tomar en cuenta una aportación significativa para no crear confusiones. En primer lugar es importante decir que cada método trae consigo, un sinfín de estrategias y herramientas que tienen su importancia y valor y, pueden ser efectivos para Prevenir.

La Prevención de las distintas SPA está dirigida desde la Primera Infancia al inicio del hábito, hasta la Ancianidad, por lo que caen dentro del ámbito infantil y de envejecimiento y les son aplicables a todos ellos. Veamos:

Empleo de las técnicas de modificación de conducta.

Puesto que se intenta implantar en los niños lo que se ha dado en llamar un inmunógeno conductual (no fumar tabaco, no beber alcohol, no fumar marihuana), es lógico que se utilice toda la metodología existente en el almacenaje de los psicólogos y ello conllevará desde el uso del reforzamiento positivo hasta la utilización de las técnicas de la teoría del aprendizaje o las cognitivas, como el modelado y el reforzamiento. No debe olvidarse que estamos hablando de un comportamiento, por lo que deberemos utilizar técnicas desarrolladas en la investigación comportamental y que hayan mostrado su efectividad en la modificación de la conducta. Creemos sumamente importante que a los profesores se les entrene en los distintos procedimientos de modificación de conducta (Becoña et al., 1994). Estos facilitan adquirir estrategias adecuadas y son parte central de los Programas más efectivos en Prevención de SPA actuales, metodológicamente bien evaluados y con seguimientos de varios años, especialmente en el Modelo Preventivo de Desarrollo Social e IE.

Consideración de la etapa de desarrollo

La etapa evolutiva en la que se encuentra el grupo al que va a aplicarse el Programa de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, es un elemento a considerar tanto en la complejidad de las tareas que se vayan a desarrollar durante las sesiones del Programa, como en la presentación formal de las mismas. Puesto que los Programas de Promoción Preventivos se suelen dirigir a poblaciones entre los tres y los noventa y nueve años (antes de la edad de inicio del hábito), es necesario que tanto el lenguaje utilizado como los temas que se traten sean comprensibles y adecuados a dicha edad. Más aún, existen diferencias cualitativas importantes en cuanto a la forma de enfocar ciertos temas dentro de los Programas. Como ejemplo podemos considerar que a la edad de doce años, en el caso del tabaco, las consecuencias inmediatas de fumar más importantes pueden ser las referentes al rendimiento deportivo, mientras que a la edad de quince años cobran más importancia aspectos como el mal olor del aliento o del cabello y sus repercusiones en sus relaciones con miembros del sexo opuesto, y con base a ello, los ejemplos que se planteen en las tareas a desarrollar dentro del Programa, deben hacer hincapié en uno o en otro de los aspectos citados. BECOÑA, E., PALOMARES, A. y GARCÍA, M. P. (1994). Tabaco y salud. Guía de Prevención y tratamiento del tabaquismo. Madrid: Pirámide.

Cibergrafía

http://www.hogarescrea.org/inteligenciaemo.htm

Programa de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo.

 

 

Autor:

Francisco Castro Amórtegui. Ps. Ped.

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