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Programa de Promoción en Prevención para la reversión de los elementos de riesgo



    Programa de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo. Doc. II

    No sólo debe pensarse en la etapa del estadio evolutivo en que por su edad se hallan los participantes en el Programa, sino también en el estadio del proceso de llegar a ser fumador o bebedor en que se encuentren (Prochaska y Prochaska, 1993).

    Si a la edad en que se aplica el Programa la mayoría de los adolescentes participantes aún no han probado los cigarrillos o el alcohol, es interesante que desarrollen argumentos que puedan desmantelar la imagen de persona agradable, triunfadora en las relaciones sociales y en los deportes, que suelen presentarles los anuncios de cigarrillos y alcohol. En el caso de que un porcentaje importante de los jóvenes se encuentren en la etapa de experimentación, conviene enseñarles a interpretar los síntomas asociados a fumar los primeros cigarrillos (toses, lagrimeo, picor de garganta, mareo, náuseas), como señales de alerta que el organismo envía para indicar que está siendo dañado, y su desaparición como indicativa de la destrucción de dicho sistema de aviso, en lugar de interpretarlo como una señal de fortalecimiento del organismo, tal como suelen hacerlo los que se

    Inician en el hábito. Por ello, los Programas de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, deben tratar con respeto a los fumadores y bebedores, intentando hacer caer la imagen idealizada que los adolescentes suelen tener de los mismos, pero respetando en todo momento a la persona fumadora o bebedora, enseñando a comprender a los que han caído en la adicción y la dificultad que tienen para salir de ella, mientras se aprovecha esa misma comprensión como elemento preventivo. Lo mismo es aplicable para el hachís.

    3. Influencias sociales. Los adolescentes adoptan comportamientos que se consideran normativos en el grupo social de referencia en el que se mueven. No es extraño que los individuos que pertenecen a un grupo en el que la mayoría de los miembros son bebedores o fumadores, sufran una gran presión para adoptar el hábito y tener así un elemento común más con sus compañeros. En este sentido los Programas de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, deben incorporar entrenamiento en técnicas que ayuden al adolescente a resistir la mencionada presión sin dejar de pertenecer al grupo y sin que ello les cree enfrentamientos con algunos de sus miembros.

    4. Medios de comunicación. En nuestra cultura los niños y adolescentes dedican un número de horas a ver la televisión. Ello unido a la gran receptividad que muestran hacia la propaganda y la publicidad, hace necesario que cualquier Programa de Promoción Preventivo deba tener presente dicha influencia. El ambiente que en un momento determinado establecen los anuncios televisivos o de otros medios de comunicación, puede actuar a favor o en contra de la efectividad del Programa y, por esto es conveniente incluir dentro del mismo elementos del ambiente que en ese momento existan, en unos casos para contrarrestarlos y en otros para potenciarlos cuando sean favorables a los efectos del Programa. La aparición de Internet, y el creciente uso del mismo por los jóvenes, es otro elemento nuevo al que le hay que prestar atención, especialmente por la relación que en individuos vulnerables puede tener con las SPA, el incremento de información a través de la red, la obtención de drogas en ella.

    5. Ámbito educativo. La escuela es un agente primario de socialización y en ella confluyen alumnos, padres y educadores por lo que supone un medio idóneo para la implantación de los Programas de Promoción Preventivos y de Promoción de la Salud. Los profesores constituyen un modelo para muchos de sus alumnos por lo que debieran iniciarse campañas de sensibilización hacia la educación para la salud. En algunas regiones se dedican un cierto número de horas lectivas a la enseñanza de materias de salud, aunque en nuestro Programa de Promoción Preventivo esto se hace transversalmente en el currículo

    Sería deseable que los Programas de Prevención de SPA se implantasen dentro de un marco general de educación para la salud y la educación con un mayor nivel de intensidad. Por otro lado no debemos perder de vista el tema de la calidad educativa, la cual es una de las mejores bases para una buena educación sobre SPA (Vega, 1995).

    6. Mantenimiento de los efectos del Programa. En las distintas técnicas de tratamiento, que no es el Objetivo del presente Artículo, se ha abordado la investigación de la divulgación (en el tiempo y a distintas situaciones) de los efectos del tratamiento. En la implementación de los Programas Preventivos debe pensarse desde su diseño en este problema y disponer formas que ayuden al mantenimiento en el tiempo de los efectos conseguidos. Para ello se ha propuesto la utilización de sesiones de recuerdo, pero sería deseable la inclusión de técnicas específicas como los Programas de refuerzo intermitente, o la enseñanza del autorrefuerzo y del autocontrol en las conductas adecuadas para el mantenimiento de la salud.

    7. Perspectiva de la actuación. Antes de iniciar un Programa debe valorarse si el objetivo puede ser conseguido con una mejor relación costo-beneficio desde una perspectiva poblacional, mediante la actuación sobre el entorno o sus condiciones (promulgación de leyes, construcción de instalaciones,) o si, por el contrario, no se puede alcanzar mediante actuaciones sobre los individuos (programas educativos, campañas en colegios). Estas dos opciones, lejos de ser antagónicas, son complementarias en el caso de la Prevención de la conducta de fumar y beber alcohol y los efectos de un tipo de actuación actúan de forma sinérgica sobre los del otro.

    Como conclusión de todo lo visto, son bien representativas las palabras de Swisher (2000) cuando dice que a pesar de existir algunas razones para el optimismo en la situación actual, es importante para el campo desarrollar un punto de vista más estratégico y a más largo plazo de cómo sostener los Programas de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, que están siendo ahora implementados más ampliamente que en el pasado.

    Pero el hecho es que estas pautas tienen muy poco que ver con lo que, en la escuela, nos dicen que es importante para prevenir la drogadicción o, dejar de ser consumidores de SPA.

    Desde esta nueva perspectiva, las competencias académicas son prácticamente criterios que han de integrarse, complementándose entre sí para una mayor operatividad. Este nuevo criterio parte de la base de que ya disponemos de suficiente capacidad intelectual y destreza técnica para llevar a cabo nuestro trabajo de Prevención Primaria de los riesgos socioemocionales de los consumidores de SPA, ya que son enfermos de las emociones; para Prevenir hay que centrar la atención en cualidades personales como la iniciativa, la empatía, la adaptabilidad o la capacidad.

    VEGA, A. (1995). «La Prevención educativa en los centros educativos». En E. Becoña, A. Rodríguez e I. Salazar (cord.), Drogodependencias. 4. Prevención (pp.105-136). Santiago de Compostela: Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico de la Universidad de Santiago de Compostela.

    SWISHER, J. D. (2000). Sustainability of prevention. Addictive Behaviors, 25, 965- 973.

    Otro aspecto de esta situación, creemos de acuerdo con lo expresado por García-Gonzáles (1998), es que la efectividad de los programas de Prevención puede verse limitada si se dirigen exclusivamente al consumidor.

    Es necesaria una intervención que alcance tanto al individuo como a su contexto social y familiar más inmediato: en lo económico, en lo social, en lo político, en lo religioso, en Lo espiritual, en lo tecnológico y en lo científico.

    Un Programa Preventivo es un conjunto de actuaciones con el objetivo específico de impedir, o retrasar, la aparición del problema al que se dirige dicho Programa, que en el caso de las drogas es impedir, o retrasar, la aparición de conductas de consumo y abuso de las distintas drogas (Becoña, 1995). La mayoría de los Programas Preventivos del abuso de SPA se orientan a la Prevención de drogas legales (tabaco y alcohol), en algún caso a Prevenir el consumo de marihuana, y prácticamente ninguno a drogas ilegales (ver Hansen, 1992). Lo que pretendemos es que las personas no lleguen a probar y luego consumir regularmente esas sustancias o, a retrasar la edad de inicio de la prueba y posterior consumo regular, abuso y dependencia. Subyacente a todo ello está la idea de que si prevenimos, impidiendo el consumo o retrasando el inicio del mismo de las drogas por así decir de iniciación, evitaremos no sólo los graves problemas físicos, psicológicos y sociales que las drogas legales producen, sino que también impediremos que las personas pasen al consumo de sustancias consideradas más peligrosas, las drogas ilegales, como es por excelencia la heroína y el bazuco.

    Es importante diferenciar entre aquellas actividades que tienen teóricamente una intencionalidad preventiva. Esta es una cuestión importante y que a veces se olvida, siendo necesario distinguir entre el concepto genérico de Prevención del más específico de Programa o Programas Preventivos. Y ello aplicado tanto al campo de las SPA como a cualquier otro campo donde se haga Prevención. Dado que es muy fácil, cómodo y muchas veces vacío hablar de Prevenir, el término ha perdido contundencia en su sentido para muchas personas, específicamente en el campo de las SPA. Al estar el término droga y drogodependencia en boca de todos (afectados, padres de afectados, ciudadanos, docentes, autoridades, colectivos profesionales, iglesias), de modo insistente, continuo y con puntos de referencia cambiantes por la complejidad del fenómeno, lleva a que un término como el de SPA pueda con el tiempo quedar vacío de contenido. No significa ello que el término no sea importante, como lo es, sino que el abuso de su uso puede llevar, y a veces lleva, por su mala utilización, a un uso inadecuado, descontextualizado o carente de sentido. Como ya indicamos anteriormente, por Prevención al consumo de SPA se entiende, siguiendo a Martín (1995), "un proceso activo de implementación de iniciativas tendentes a modificar la calidad de vida de los individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la oferta de drogas". Un Programa es el diseño de un conjunto de actuaciones, entre sí relacionadas, para la consecución de una meta (Escámez, 1990). Un Programa Preventivo es un conjunto de actuaciones con el objetivo específico de impedir la aparición del problema al que se dirige. En el caso de las SPA a impedir, o retrasar, la aparición de conductas de consumo, uso y abuso de las distintas drogas. Puede ser global para toda la comunidad o, específico para un subgrupo de personas, barrio concreto, grupo de edades. Con los términos y distinciones anteriores queremos dejar claro que en muchas ocasiones se confunde o se utiliza inadecuadamente las denominaciones de Prevención y de Programa Preventivo, que son distintas.

    Becoña, E. (1995). Drogodependencias. En A. Belloch, B. Sandín y F. Ramos (Eds.), Manual de psicopatología (Vol.

    1, pp. 493-530). Madrid: McGraw-Hill.

    Hansen, W.B. (1992). School-based substance abuse prevention: a review of he state of the art in curriculum, 1980-1990. Health Education Research, 7, 403-430

    MARTÍN, E. (1995): «De los objetivos de la Prevención a la "Prevención por objetivos"», en E. Becoña, A. Rodríguez e I. Salazar (coord.), Drogodependencias. 4. Prevención (pp. 51-74). Santiago de Compostela: Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico de la Universidad de Santiago de Compostela.

    Mientras que el primero es un término genérico y que como tal puede llegar a carecer de significado por la mala utilización del mismo el segundo, es específico y lo será más conforme vaya orientado a objetivos concretos o grupos claramente delimitados, lo que permite tomar medidas más directas, hacer diseños más realistas y, lo más importante, evaluar el impacto de dicho Programa. La evaluación es algo que debe estar íntimamente unido siempre a cualquier Programa Preventivo, que utilice y se base en la evidencia científica y, que es el fundamentalmente basado en el aprendizaje de distintos tipos de habilidades y competencias.

    Un modo de conocer qué funciona y qué no funciona en la Prevención de las SPAs es mediante la técnica de meta-análisis. Este, que viene a significar el análisis de los análisis, es una técnica de análisis estadístico de los estudios de investigación realizados en un campo del saber, que nos permiten concluir si la aplicación de una intervención o, de un tratamiento es más eficaz que la comparación con un grupo control o la no intervención. Concretamente, Glass (1976) define a esta técnica como "el análisis estadístico de una gran colección de resultados de análisis de trabajos individuales con el propósito de integrar los hallazgos obtenidos". Aunque en diversos campos científicos la utilización de la técnica del meta-análisis es habitual, como ocurre en el campo del tratamiento médico o psicológico (ej., Labrador, Echeburúa y Becoña, 2000), en el campo de las SPAs se han realizado contados meta-análisis, a pesar de que su utilización puede hacerse como en otras áreas de la ciencia (Bangert-Drowns, Wells-Parker y Chevillard, 1997). Sólo disponemos de los realizados por Nancy S. Tobler sobre Programas Preventivos norteamericanos, pero que por su meticulosidad, extensión y calidad de la información analizada, como por sus conclusiones, son de referencia en este campo.

    Tiene que haber una concordancia entre los conocimientos técnicos existentes y el trabajo cotidiano que hay que realizar. Aunque la Prevención de las SPAs puede ser un tema complejo en algunos ámbitos, momentos o lugares, de Colombia y América, es necesario ir avanzando en la línea de utilizar aquellos conocimientos útiles y efectivos para mejorar la eficacia de nuestras intervenciones y que el trabajo que realicemos sea valorado en su justa medida. Este es el camino adecuado.

    La ciega política prohibicionista imperante, ha hecho posible que hoy exista en el mundo, una variedad sin antecedentes de SPAs naturales y sintéticas; que se consuman más estupefacientes a menor precio y con mayor pureza y, que se genere la más patente criminalidad transnacional organizada, capaz de conducir a varios Estados al colapso total.

    El mundo de la familia rayará con la creación y la fantasía; cuando la buena salud física y mental, el sexo seguro, la autoestima, el trabajo, la estabilidad, el afecto, el cariño, la espiritualidad y el amor sean ingredientes que a diario intensifiquen el calor que necesitan sus componentes. La autoestima es igual a la autoconfianza más el autorrespeto: "El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma ni con los demás, es una de las características más significativas de una autoestima sana". En caso contrario el desafecto, la indiferencia, el desamor son caldos de cultivo para la emoción negativa, la depresión, el conflicto de pareja y de familia. "Las personas que saben manejar la IE en su vida personal son capaces de reconocer los propios

    Escámez, J. (1990). Directrices para la elaboración de programas preventivos en drogodependencias. En J. Escámez

    (ed.), Drogas y escuela. Una propuesta de Prevención (pp. 193-208). Madrid: Diyinson.

    GLASS, G. V. (1976). «Primary, secondary, and meta-analysis of research». Educational Researcher, 5, 3-8.

    LABRADOR, F. J., ECHEBURÚA, E. y BECOÑA, E. (2000). Guía para la elección de tratamientos psicológicos efectivos. Hacia una nueva psicología clínica. Madrid: Dykinson.

    BANGERT-DROWNS, R. L., WELLS-PARKER, E. y CHEVILLARD, I. (1997). «Assessing the me- thodological quality of research in narrative reviews and meta-analysis». En Bryant, IK. J., Windle, M. y West, S. G. (Es.), The science of prevention. Methodological advances from alcohol and substance abuse research (pp. 405-429). Washington, DC: American Psychological Association.

    procesos emocionales, tomar conciencia de sus propias fortalezas y debilidades, entenderse a sí mismas, auto motivarse; expresar una gama de sentimientos de manera apropiada y empatizar con Otros externos". Todas esas capacidades van a repercutir en la relación de pareja, lo mismo que el decremento en el consumo de "porros" o marihuana. En otro horizonte, el del consumo personal, está en la esfera de lo privado y aquí actúan otros factores que se hallan relacionados, por ejemplo, con el contexto sociocultural del individuo, con sus intereses, con su ambiente familiar, pero particularmente con su proyecto de vida.

    Las elaboraciones conceptuales, las cosmovisiones legítimamente construidas, no están aportando a nuestra época los elementos de savia que podrían esclarecernos la confusa relación con el universo social, con el universo natural o con el propio e interior universo personal.

    La forma como enfrentamos los conflictos personales, habla claro acerca de nuestro verdadero Ser. Los consumidores de SPAs dotados de las competencias de negociación y resolución de conflictos, tratan a sus compañeros difíciles y en situaciones tensas, con habilidad y tacto. Reconocen los posibles conflictos, sacan a la luz los desacuerdos y fomentan la desescalada de la tensión. Alientan el debate y la discusión abierta. Buscan el modo de llegar a soluciones que satisfagan plenamente a todos los implicados.

    Nada que revele mejor nuestro estilo de convivencia que observar si, en medio de una situación conflictiva, surge desde nuestro interior una fiera indómita o un maestro sereno; por caso, un adulto que tiene problemas en su casa y no tiene muchos elementos para afrontarlos o, una mujer que convive con un alcohólico. Todos están en riesgo.

    La convivencia consiste en auto-regularse y regular. Radica en cómo negociar límites en una interacción social, mediante el respeto, pero no entendido como un aspecto de jerarquía, sino a manera del reconocimiento de los derechos y deberes propios y de los demás.

    Es muy importante que los niños, desde la Primera Infancia tengan un modelo identificatorio para que puedan tomar decisiones básicas como qué quieren comer, qué se quieren poner, qué quieren hacer en sus tiempos libre, llano y vacío. Eso les brindará también la posibilidad de ser autónomos y que, cuando en el futuro tengan que tomar una decisión mucho más importante, ellos ya tengan la capacidad de hacerlo; obviamente, hay que establecer metas durante la enseñanza.

    Gran parte de la población americana, colombiana y sobre todo Quindiana, están en riesgo y en conflicto porque, entre otras, hay una cultura consumista: de videos, de artículos superfluos y en esa sociedad, la droga es un elemento más a consumir. Hay que fortalecer a las personas para que tomen decisiones con más elementos, que tengan claro cuál es su proyecto de vida. No sólo es decir no consumir, no es motivar la represión; sino un control emocional a los menores de edad mientras ellos tienen claro su plan de vida y, frente a los adultos enseñarles cuáles son las consecuencias del abuso, entendido éste, como consumo frecuente y repetido de sustancias que afectan la cotidianidad de una persona.

    Nos referimos preferencialmente al control de las emociones, cuando no es oportuno manifestar lo que sentimos. Se afirma que la ingobernabilidad emocional es el trasfondo neurótico que determina el desarrollo del alcoholismo y la drogadicción y que, mientras no se supere este trasfondo, será muy difícil que el consumidor se recupere. Estas son reacciones subjetivas al ambiente que van acompañadas por respuestas neuronales y hormonales. En general, se experimentan como agradables o desagradables y se consideran reacciones adaptativas que afectan nuestra manera de pensar.

    En las emociones sociales subyace, como rasgo fundamental, algún tipo de evaluación relativa al propio yo. Surgen, cuando se produce una valoración positiva o negativa del propio yo con relación a unos criterios de lo que es una actuación adecuada en diversos ámbitos. Son también autoconscientes. Tienen sentido en relación con los demás, y surgen en un contexto social determinado. Son además relacionadas entre sí, y muchas tienen su base en las emociones primarias, siendo la culpa, la vergüenza, el orgullo, los celos, el enamoramiento, la envidia y la empatía las principales.

    Los celos son la percepción de que una relación significativa está amenazada y pueden llegar a desaparecer o, deteriorarse como consecuencia de una tercera persona. (II)

    Los celos son una emoción compleja, que están compuestos al menos por tres emociones básicas: ira, tristeza y miedo. Los tipos de celos son: (III)

     

    CIBERGRAFÍA

    II. http://www.slideshare.net/hbussenius/psicologia-del-amor

    III. http://linux.alfamaweb.com.br/sgw/downloads/161_074454_PONTODEVISTA2-Diferenciasentresexosenloscelosromanticosunaconfrontacionteorica.pdf

     

     

     

    Autor:

    Francisco Castro Amórtegui. PS. PED.

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