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¿Que ves cuando me ves? Los pactos psicológicos del público con la televisión (página 2)




Enviado por luis buero



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R: Leía no hace mucho que en un radio de 180 metros del piso de Londres en el que George Orwell escribió su mítico libro 1984 hay en la actualidad 32 cámaras de circuito cerrado. ¿Ironías de la historia? Es cierto que en el marco de la sociedad líquida las barreras son cada vez más difusas, en todos los órdenes. La profusión de cámaras y de pantallas nos ha introducido en una sociedad transparente, en lo que alguien ha denominado la sociedad de la post-privacidad, una sociedad en la que todo es susceptible de ser aireado. Neil Postman hablaba de la desaparición de la infancia, en el sentido de que hoy los niños están expuestos desde una edad muy temprana a unos secretos de la vida que antes estaban reservados a los adultos. Están expuestos a dimensiones muy duras de la realidad, mucho antes de que sean capaces de asumirlas e integrarlas de manera madura. Por otra parte, la contrapartida a la profusión de informaciones que caracteriza nuestra cultura es la banalización de estas informaciones. Se prima la cantidad sobre la calidad, se privilegia la actualidad por encima de la relevancia, la anécdota por encima de la esencia, la información por encima de del conocimiento o de la sabiduría. Tampoco en este caso la respuesta adecuada es la denuncia apocalíptica. Hay que aprender a convivir con el nuevo entorno, pero al mismo tiempo hay que aprender a humanizarlo. La educación ha de contribuir a ello marcando unos límites. Compaginar el derecho a la libertad de expresión con el derecho a la intimidad, por ejemplo. O aprender a distinguir entre lo esencial y lo accesorio, entre la información irrelevante y la que es crucial para el desarrollo como personas.

P: ¿Actualmente ocurre que el público es el mensaje? (modificando la frase de Mc Luhan)…

R: Creo que la mayor parte de las cuestiones vinculadas con el ser humano habría que afrontarlas desde una perspectiva aditiva y no disyuntiva. Es decir, no desde el dilema sino desde la sinergia. Pienso que es tan cierto que el medio es el mensaje como que el contenido es el mensaje. Y, a partir de ahí, que el público es el mensaje, tanto en el sentido de que cada vez más los mensajes se elaboran en función de un público como en el de que es el receptor el que acaba dándole un sentido personal y único. Cada aforismo revela una parte de una verdad compleja, caleidoscópica. Pienso, pues, que lo ideal es aproximarse a la problemática de la comunicación mediática desde una mirada comprensiva, sinérgica, integradora, incorporando siempre la paradoja, la contradicción, el contrapeso, el matiz del punto de vista opuesto.

P: ¿El público ve en la tele (deportes, sexo, juego) lo que ya no hace en la vida?

R: Pienso que puede ser tan cierta esta afirmación como la opuesta. Las pantallas pueden actuar como sustitutivo de las realidades (del juego, del deporte o del sexo) o como aliciente para enfrentarse a ellas. La realidad virtual puede suscitar el alejamiento de la realidad cotidiana o incitar a vivirla con una mayor intensidad y riqueza. Puede haber (hay) casos patológicos de personas que viven exclusivamente para las pantallas. Hay personas para las que lo mejor de cada día ocurre en una pantalla. Seguramente la dependencia progresiva que estamos generando en relación con las nuevas pantallas puede potenciar esta tendencia. Pero no olvidemos que también la patología de don Quijote fue generada por una dependencia, en su caso de la lectura. Y a nadie se le ocurriría pensar que la solución fuera prohibir la lectura. O quemar los libros. Habrá que aprender a convivir con los nuevos medios, garantizando que se pongan al servicio de un desarrollo integral de la persona.

P: ¿Cuál sería para usted el pacto psicológico implícito del público con la televisión? (hazme olvidar de todo y diviérteme por un rato sin pagar platos rotos de nadie? O es infórmame y edúcame? O es, permíteme drenar mis deseos de violencia y sexo en tus ficciones? O es, quiero que me cuentes la noticias de acuerdo a mi ideología, a mi lectura de la realidad?…)

R: Me encanta el listado que has hecho. Creo que es un buen mosaico de opciones, pero que no son incompatibles. Depende de las personas. Y depende también de los momentos. Creo que yo mismo suscribiría por momentos algunos de estos pactos psicológicos implícitos. Lo importante es la actitud global, la dieta mediática en su conjunto, para asegurarse de que las pantallas están al servicio de la autonomía personal.

P: Desde su libro LA TELEVISION SUBLIMINAL ¿qué cambios ve en la tele con relación a los estereotipos? (por ejemplo, ahora los "malos" de las series americanas son iraquíes, iraníes y pakistaníes?).

R: Podría responder a la pregunta desde la perspectiva de los medios y desde la de la persona que interacciona con esos medios. En los dos ámbitos ha habido cambios. Se podría recrear la historia de los Estados Unidos revisando la historia de su cine, y más en concreto revisando la nacionalidad, la raza y la etnia de los personajes malvados que se han ido sucediendo a lo largo de las décadas. Es una prueba de que el cine y las pantallas necesitan conectar con la realidad, pero también de que crean realidad. Las pantallas han funcionado (y siguen funcionando) como reflejo social, pero también como catalizadores de la realidad. Pero las pantallas no ejercen su influencia sobre una tábula rasa, no imprimen su huella sobre una cera blanca e inerte. El consumo audiovisual es una experiencia de interacción entre un mensaje y una persona. Es el interlocutor el que acaba confiriendo el sentido y el valor último a los mensajes. En definitiva, en una buena medida los cambios producidos en los mensajes son consecuencia de los cambios producidos en las audiencias, lo que comporta que un incremento en la madurez de las audiencias comportará una mejora en la calidad de los productos. De ahí la importancia de incorporar en el currículum educativo la educación mediática de la ciudadanía.

P: ¿La televisión es un instrumento liberador o de dominación?

R: Depende de ti y de mí, es decir, depende del pacto que establezcamos con ella, de la actitud que adoptemos ante ella. No es cierto aquello de que los medios son neutros y de que todo depende del uso que hagamos de ellos. Un martillo puede ser utilizado con objetivos diversos y de maneras distintas, pero siempre dentro del estrecho margen que impone su especificidad tecnológica. A partir de ahí es cierto que con un martillo se puede construir o destruir. Algo parecido ocurre con la televisión. Como todas las herramientas tecnológicas, la televisión tiene sus posibilidades y sus límites. Lo importante es tomar conciencia de su especificidad y canalizar sus potencialidades hacia unos objetivos liberadores. Y, desde la educación mediática, ayudar a tomar conciencia de aquellos usos que son degradantes, regresivos.

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CHARO LACALLE

Escritora española. Licenciada en Periodismo y Filosofía, y doctora en Ciencias de la Comunicación, Es profesora en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad autónoma de Barcelona y autora de numerosas publicaciones sobre la televisión, entre ellas, el libro EL ESPECTADOR TELEVISIVO, 2001, GEDISA EDITORES.

P: ¿Por qué crees que cierta (y amplia porción) de los espectadores televisivos (de acuerdo a lo que marcan los ratings) eligen masivamente productos simples, previsibles, banales?

R: No puedo contestar de manera taxativa a esa pregunta porque no soy psicóloga. Sin embargo, yo creo más bien que la popularidad de ese tipo de productos se debe en buena medida a su enorme capacidad de integrarse en los procesos de recepción (distraídos, constantemente interrumpidos) que se llevan a cabo en el hogar. Piensa, por ejemplo, que este tipo de programas le encanta a la gente mayor.

P: Pero la gente mayor se queja de esos programas que mira…dice que son muy malos….

R: La verdad es que esta actitud es un clásico de los estudios de recepción, así como de las encuestas políticas o incluso, me atrevería a decir, de cualquier tipo de encuesta, en el sentido en que con frecuencia tendemos a proyectar fuera de nosotros mismos una imagen propia más ideal que real. No obstante, también hay otros factores que pueden "dar al traste" con nuestras buenas intenciones de ver "televisión de calidad", como las circunstancias de recepción a las que me refería más arriba (estímulos externos, cansancio…), la "negociación" que implica el visionado compartido, etc.

P: ¿Por qué te interesaste tanto en observar GRAN HERMANO y tenerlo como objeto de estudio en uno de tus libros?

R: Qué duda cabe que el interés casi obsesivo de una buena parte de la crítica y éxito audiencia sin precedentes de la primera edición me llamaron poderosamente la atención. Pero lo que más me asombró desde las primeras emisiones fue la reversibilidad de los relatos; es decir, la coherencia de las historias construidas a posteriori. Estaba convencida de que el programa iba a marcar un antes y un después en la historia de los formatos televisivos, así que decidir eliminar el capítulo sobre late shows que estaba escribiendo para El espectador televisivo e introducir uno sobre Gran hermano, puesto que el número de páginas había sido determinado por la editorial y no podía alterarlo.

P: ¿Por qué los programas de entretenimientos atraen al espectador?

R: Aunque los concursos de preguntas y respuestas (tipo quiz) suelen tener un indudable valor didáctico, dicho carácter didáctico suele brillar por su ausencia en la mayor parte de los programas de entretenimiento. Como diría Steven Johnson, integran una dieta que engorda pero no alimenta, esto lo expresa en su libro: Everything Bad Is Good for You: How Today's Popular Culture Is Actually Making Us Smarter. Por otro lado en estos ciclos el público es el mensaje. En los formatos de entretenimiento, sin duda. De hecho, la característica común a todo este tipo de programas es seguramente su auto-reflexividad.

P. ¿Los medios y en especial la televisión influyen poderosamente en la opinión pública?

R: Hay claros indicios de que la información en general no sólo está perdiendo influencia de manera galopante en la sociedad actual, sino que los jóvenes cada vez consumen menos este tipo de contenidos, contrariamente a lo que ocurre con otros géneros como, por ejemplo, la ficción televisiva.

P: ¿Las imágenes truculentas de los noticieros atentan contra el buen gusto del televidente? ¿Lo desensibilizan?

R: Es posible, pero la situación pudiera ser aún más grave. De la misma manera en que el uso reiterado de figuras retóricas acaba despojándolas de su valor simbólico, la reiteración constante de imágenes "truculentas" acaba "normalizándolas" hasta tal punto que incluso llegan a dejar de sorprendernos. Lo que implica que, al no ser conscientes de su influencia, pueden llegar a abatir cualquier tipo de resistencia.

P: ¿La lucha por el rating lo justifica todo, para los productores?

R: Lamentablemente, sí. Desde el momento en que todo programa que no supere el mínimo de audiencia esperado es eliminado de la programación, los responsables se ven obligados a tentar cualquier tipo de combinatoria que les permita mantenerse en antena. Otro de los efectos indeseados del ultra-liberalismo, en una sociedad que equipara el valor con la rentabilidad.

P: ¿La televisión promueve una vida más sedentaria? ¿Veo en vez de actuar?

R: Para el couch potato, el gran consumidor de televisión, quizás sí. Sin embargo, quiero esperar que no se trate de una actitud generalizada. Piensa, por ejemplo, en el auge de algunos deportes como el running, al alcance de todos los ciudadanos, sin problemas de coste ni de horarios.

P: ¿Cual sería para vos el pacto psicológico implícito del público con la televisión?

R: Estoy convencida de que, desde el momento en que no hay un único prototipo de espectador televisivo, tampoco hay un único "pacto". Aún así, el escapismo y el reforzamiento de las propias actitudes siguen revelándose componentes claves de la recepción.

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SERGIO ZABALZA

Sergio Zabalza es licenciado en psicología por la Universidad de Buenos Aires. Desarrolla su práctica psicoanalítica en privado e integra el dispositivo de Hospital de Día y el Equipo de Trastornos Graves Infanto Juveniles del Hospital General de Agudos "Dr Teodoro Alvarez", donde además dicta cursos de posgrado. Revista como profesor Adjunto de la cátedra Clínica psicológica: Adolescentes en la Universidad de las Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Es autor de los siguientes libros: La Hospitalidad del Síntoma ( Letra Viva, 2005); El Lugar del Padre en la Adolescencia ( Letra Viva, 2010); Neoparentalidades. El Porvenir de la Diferencia ( Letra Viva, 2012; La Palabra que falta es Una mujer ( Letra Viva, 2013) y de Intimidados en Internet ( Letra Viva, 2013). Sus artículos son publicados asiduamente en el diario Página12, el diario Clarín, la revista Imago Agenda y el sitio de psicoanálisis El Sigma ( www.elsigma.com), en el que coordina la sección de Lecturas. Ha sido convocado por medios radiales y televisivos para tratar temas relacionados con la práctica clínica y aportar opiniones desde el punto de vista psicoanalítico.

P: Muchos televidentes se quejan de la televisión abierta pero la siguen viendo….

R: No se trata de una cuestión regresiva sino que las personas somos sujetos divididos, desde la perspectiva del psicoanálisis freudiano, y hay muchas elecciones que nosotros hacemos que no solo no sabemos por qué las hacemos sino que además las vivimos de una manera dis-placentera. Las personas hacemos cosas que no nos gustan o no nos interesan pero estamos empujados a eso.

P: ¿Podría ser que les resulte placentero ver ciertos programas muy bizarros pero les de vergüenza reconocerlo?

R: También, puede ser, esto coincidiría con lo que en los 90 se llamó el voto-vergüenza, mucha gente decía "yo no voy a votar a fulano y después fulano ganaba las elecciones". Ahora bien, a mi me interesan las elecciones inconscientes, aquellas que uno vive con cierto malestar pero no sabe porqué lo hace, porqué se siente empujado a mirar tal o cual programa, a meterse en internet y a estar todo el tiempo tomado por los celulares y por la televisión, que forma parte del mismo combo mediático. Un concepto que tal vez sirva es la tensión que hay entre el panóptico y el sinóptico. El panóptico es un concepto de Jeremy Bentham del siglo XVIII para armar una cárcel donde desde un punto, un lugar, se podía ver todo, y hay quienes dicen que hoy vivimos bajo la égida de un panóptico desde donde nos están vigilando; pero el sociólogo Zygmunt Bauman en su libro En Busca de la Política, plantea que de lo que padecemos es de un sinóptico, y esto significa que si yo no soy mirado, no existo. El empuje es que si yo no aparezco, no existo, si no estoy en la foto de Facebook en la fiesta que se hizo es como si yo no hubiera ido a la fiesta, si yo no miré tal programa después no sé de qué están hablando en la reunión. Hay como un empuje social, acéfalo, loco, insensato. El actual cogito cartesiano pareciera ser: soy mirado, luego existo. Lo cual significaría: no pienso, luego existo. Padecemos un individualismo de masas.

P: Pero este deseo de trascendencia parece estar teñido por la pulsión de muerte, si tomamos como ejemplo exagerado el caso de Ricardo Fort, porque produce que las personas hagan cosas para llamar atención que terminen siendo autodestructivas.

R: Es un extremo el ejemplo. Me suena que el deseo de trascendencia es dejar un legado, dejar un mensaje, y creo que de lo que hablamos no es de eso sino de quedar bajo los espejitos de colores que te puede dar la exposición mediática, quedar como un objeto. Ricardo Fort me interesa como ícono social, como emblema, por los valores que esa persona encarnaba, esta cosa loca de opulencia a la que todo el mundo se plegaba y por eso era famoso. Hablamos de él por la trascendencia que logró por ser un homo-quirúrgico objeto de la ciencia, y objeto de lo que querían los medios de él, y encarna esta sacralización de la estética y está expulsión de la finitud. Horror a todo lo que sea viejo, a las arrugas, de esto no se habla.

P: ¿Cómo entra en todo esto la banalidad de la televisión actual?

R: En esta exacerbación de lo emocional.

P: ¿Esto incluye los noticieros actuales que colocan en su cantar el orden de las noticias los romances o divorcios de personajes de la farándula? ¿ los"chimentos"?

R: Lo emocional hueco, el brillo hueco, donde no hay un compromiso, donde lo emocional borra la experiencia. Lloramos un rato hoy por Wanda Nara porque no se qué, mañana lloramos otro rato por Ricardo Fort, después nos alegramos porque la abuelita de Andrea Rincón siente que ya no va a sufrir más, y entonces no hay un registro, una experiencia, hay un filósofo italiano que se llama Giorgio Agamben que menciona este arrasamiento de la experiencia, de lo que los analistas definimos como el trabajo psíquico. Agamben también se refier a esta invasión de los celulares, las tablets, los smarthphones…a propósito de la paradoja de que uno dice "yo tengo el comando"…falso, hay gente en algún lado que maneja estas máquinas y que te formatea la vida en función de los supuestos comandos que vos crees que vos haces.

P: ¿A qué llamás el individualismo de masas?

R: Es como si lo que prima hoy es el individuo, yo, la satisfacción del ego, por lo que fuere. Todo este aparataje, incluida la televisión, lo que hace es satisfacer caprichos de individuos.

P: Este deseo de trascendencia pública justificaría la aparición y paralelamente el éxito de ciclos como Gran Hermano?

R: Si. Gran Hermano es un analizador privilegiado para ver la subjetividad de la época, porque tiene una cuestión perversa: no es una dramatización, no es una representación, no es una ficción, es gente que simula privacidad. Hace de sí misma, pero no se pueden reír de sí mismos, no guardan una distancia de su propio semblante. Y el público lo ve por una cuestión morbosa. Hay algo de escena primaria, por otro lado los analistas hablamos del objeto mirada, objeto vista, son objetos de la pulsión que en el siglo actual están a la orden del día. Lo escópico. Objeto voz, y objeto mirada. El objeto voz que aparece en cualquier celular que suena en cualquier momento. Yo tenía una paciente que venía a verme por mal de amores y a cada rato le sonaba el celular con un tema de los Babasónicos que la hacía llorar. Y lo traía grabado ella. Una cosa casi siniestra. Y la hacía sufrir. Hay gente que llega al consultorio y me cuenta: "mire lo que dice mi novia" y no es el relato de lo que dijo la novia, me está mostrando el mensaje directamente.

P: Yo pensaba que lo invocante se relacionada con la pulsión de hablar…

R: Eso es lo convocante, lo que convoca al otro. Podemos poner en palabras el dolor, las preocupaciones, la angustia. Pero lo in-vocante, es eso que te borra las distancias, vos sos la voz, entonces es terrible, estremecedor, lo que Lacan llamaba "lo Real". Y en Gran Hermano los integrantes son personajes que hacen de sí mismos, pero es un simulacro de privacidad.

P: ¿Pensás que hubo una degradación de la educación escolar en los últimos cuarenta años como motivo principal de las elecciones del telespectador ante las propuestas de la televisión abierta?

R: Yo prefiero no hablar de un deterioro de la educación, porque se le termina culpando a los educadores o al sistema educativo, me parece que se trata de un empuje de lo que Lacan llama la última vuelta del capitalismo. Donde ya no es el capitalismo industrial, sino que se trata del capitalismo financiero, es decir, el capitalismo que busca la ganancia espúrea, rápida y meramente especulativa. La política (la palabra) queda totalmente aplastada por las corporaciones. De manera que toda la tramitación entre el capital, los trabajadores, la salud del planeta y demás, queda aplastada por un empuje loco de optimizar ganancias lo antes posible. Y con lo cual nos terminamos hundiendo todos. Es un discurso astuto el del capitalismo pero muy poco inteligente porque nos lleva al límite de la salud del planeta. Cuando las más grandes potencias no respetan los mínimos acuerdos para controlar los gases que larga la industria, esto no es pavada.

P: Te referías a la política y a la palabra, ¿crees que los medios "tienen la palabra"? quiero decir, ¿pensás que influencian de manera absoluta la conducta y las tendencias políticas del telespectador, por ejemplo?

R: Hoy por hoy el fenómeno me parece que son las redes sociales en internet, que son anárquicas, es muy difícil controlarlas, antes quizás había dos o tres señores que podían manejar la opinión pública, hoy creo que este fenómeno ha desbaratado esa posibilidad. Yo no le otorgo un poder omnímodo a los medios pero tampoco creo en la razón, las personas no somos racionales. Es el gran error de la economía liberal que cree estar trabajando para personas racionales que toman decisiones racionales. Es un mito absoluto. Las personas tenemos muy poco de racionales y este va más allá de cualquier juicio de valor, nos movemos por cosas impredecibles a veces muy locas e insensatas. Entonces alguien puede estar ganando mucho dinero y votar en contra del gobierno que le está haciendo ganar mucho dinero o viceversa. O alguien puede votar a un sátrapa que lo está explotando por una cuestión de fascinación.

P: ¿Y con relación a las ficciones? ¿La televisión se nutre y potencia estereotipos? Por ejemplo, los villanos en las series americanas según las épocas…Yo veo un iraní y me cruzo de calle porque pienso que trae una bomba bajo su saco…

R: La televisión construye imaginarios, así los llamaba Cornelius Castoriadis, como una acumulación, como un sedimento que formatea fantasmas, fantasías sociales, Slavoj Zizek habla de las fantasías ideológicas por las cuales predominan determinados gustos u horrores, que forman una especie de delirio común. Cualquier sociedad se organiza en base de segregar algo: "ahí está el mal". Y entonces nosotros somos buenos. Esto es un disparate que nos permite armar algo social. La televisión contribuye a formar estos imaginarios, por ejemplo, si a través de los años en los relatos se repiten toda una serie de estereotipos de personajes malignos esto por supuesto que construye determinadas figuras, representantes que ejercen toda una pregnancia sobre los valores de una sociedad.

P: ¿Cuál sería el pacto psicológico del público masivo con la televisión? ¿Qué es lo que está buscando el espectador promedio cuando llega a su casa y enciende el televisor?

R: La palabra pacto habla de una tramitación. Me parece que no hay una tramitación, lo que hay es una extorsión mediática cuya frase sería: si no estás conectado, si no estás mirando ese programa, no existís. La amenaza, el imperativo que rige a través de los medios. Es una extorsión, es una demanda en tiempo real. Vos hoy tenés al mismo tiempo la televisión encendida, la computadora, el whats up, estás conectado por el celular al Twitter, todo un escenario que aplasta la experiencia, aplasta la tramitación del trabajo psíquico, y empuja a estar ahí. Si no estás conectado no estás, si no soy mirado no existo.

P: Una extorsión bien superyoica…

R: Si, pero en términos freudianos es un superyó loco, insensato, no es el superyó del padre que pacifica, que pone los tantos y ordena la cosa.

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BELEN IGARZABAL

Lic. En Psicología y Magister en Periodismo. Investigadora (FLACSO). Colabora en distintos medios periodísticos. Docente en la Universidad de San Andrés.

P: ¿La televisión facilita que utilicemos un pensamiento primario?

R: ¿Tu pregunta apunta a la búsqueda de la satisfacción inmediata, principio del placer puro, sin contacto con la realidad porque va cambiando de canal de acuerdo a su placer?

P: Eso para empezar, y en quedarse pegado con productos simples mayoritariamente…

R: Me parece que en tu pregunta ya se da por sentado que las elecciones de los productos masivos, los programas que tienen más rating, son simples, previsibles, y banales. Habría que analizar esas tres características o atributos que se les da. Me parece que simple en televisión hay pocas cosas, detrás de cada producto audiovisual hay una construcción de un significado, de una narrativa que está muy estudiada, muy analizada y repetida. Las cosas que funcionan tienen una complejidad que va más allá de lo psicológico, también abarcan lo social, el contexto sociocultural en el que están insertas las audiencias. Cuando se consume un determinado producto hay ciertas características que están dentro de ese vínculo que se genera con ese producto, que tienen que ver con diferentes búsquedas y matices de una relación.

P: ¿Por qué entonces son elegidos?

R: Los productos que funcionan tienen una consonancia con el momento sociocultural de las audiencias, no es lo mismo un producto masivo del prime-time que funcionó en los años 70, en los 80, o en los 90. Hay un estudio detrás que hizo que eso que se cuenta toque fibras del momento sociocultural de las audiencias.

P: Lo que planteás es que los productores que hacen la televisión tienen real conciencia de lo que están haciendo.

R: Por supuesto, saben lo que funciona, saben cómo enganchar al público. El problema es que eso nunca se analiza desde lo académico. Hay un bache muy grande entre el análisis del comportamiento de las audiencias por parte de los psicólogos, los sociólogos, y lo que hacen los productores televisivos que saben lo que las audiencias van a buscar a la noche para relajarse, informarse, divertirse, entretenerse, aprender. Y lo que da el éxito y acelera el vínculo con las audiencias es la forma de narrar, es el formato, sea una ficción, el reality, o un programa de entretenimientos.

P: ¿Y en el "caso" Tinelli?

R: Lo que funciona en Tinelli es principalmente su personaje, el humor, la relajación, pues el uso que las audiencias hacen de la televisión tiene que ver con el distenderse, y también, esta estructura dramática que se genera en sus programas, el juicio, la competencia, el malo, el bueno, el morbo, él que defiende al concursante, la identificación, el voyeurismo, como una serie de cuestiones que interceden en ese vínculo, no se trata solo de "pongo un lisiado a bailar y listo". No es lo mismo el Showmatch de hoy que el Videomatch de hace 20 años. El Tinelli de los bloopers no es el Tinelli del Cantando…o del Bailando…Se piensa un formato y después de un tiempo se va cambiando, en el fondo es que cambie todo para que no cambie nada…

P: ¿A qué te referìs cuando hablás de identificación?

R: Me refiero a la exposición de un tipo de argentinidad con el que se identifica mucha gente, con un tipo de humor y de química que se hace con la audiencia constantemente en el que Tinelli es uno como yo. Y eso es fundamental en el vínculo de las audiencias con la televisión: la identificación. Es la principal característica del éxito de los programas.

P: Ha habido cómicos famosos desde Pepe Arias, pasando por Luis Sandrini hasta Olmedo o Francella, que han representado prototipos argentinos…

R: Pero en esos casos había un guión, en cambio para mi, Tinelli no es un humorista, es un conductor pero que te hace sentir que no está conduciendo, Tinelli mira muy pocas veces a cámara, le habla al panel de cómicos, a los jurados, a los participantes…Y Tinelli es el formato, tiene mucho oficio y mucha intuición, sabe hacer cosas que le gustan a las audiencias, y tiene la flexibilidad para saber que si algo no gusta y le baja el rating, lo modifica enseguida. Pero no es algo simple, como hablábamos al principio. No somos niños que se identifican con algo muy simple.

P: Si vos entrás a una librería vas a hallar libros para todos los gustos y targets, la televisión es un medio masivo y la masividad significa en términos prácticos que de las 800 familias cuyo rating mide IBOPE un porcentaje amplio haya visto un determinado programa. Para lograr la masividad ¿No se deben simplificar los mensajes para que sean comprendidos por la mayor cantidad de gente?

R: Yo creo que hay generalmente una mirada peyorativa con relación a los gustos populares. Porque, primero, a Tinelli no lo ven solo las clases bajas y medias bajas, sin educación, a Tinelli lo ve también un chico egresado de la Universidad de San Andrés, y lo ve uno egresado de la Universidad Di Tella y de Ciencias Económicas de la UBA. Tinelli atraviesa todas las clases sociales. Y también Gran Hermano. Vos crees que bajó el nivel educativo y por eso tiene éxito Tinelli. Pero Roberto Galán con Si Lo Sabe Cante o Yo Me Quiero Casar y Usted eran éxito en otras épocas y Susana Giménez empezó en Canal 7 hace casi treinta años.

P: Pero no había tantos ciclos de chimentos….

R: Tinelli no es el programa de la tarde de la pelea, una cosa es un ciclo como el de Tinelli que marca 30 puntos de rating y otra un programa de la tarde que garronea con el éxito de Tinelli, y con las peleas, porque es barato. ¿Por qué hay tantos mediáticos que están en paneles?. Porque es barato. Tinelli no es eso. Hay que diferenciar programas y formatos. Por otro lado este es un momento sociocultural de las audiencias que lo permite. En otra época hubiera sido impensable que un travesti condujera un programa de televisión al mediodía. La mirada se va corriendo. Nosotros miramos a los jóvenes de hoy y decimos que está todo mal, y mi abuela decía lo mismo de mi mamá. La televisión siempre fue criticada por los analistas, y la radio también. La radionovela se la criticaba: "¡qué horror, la gente sigue escuchando eso!".

P: Y no todos los programas de televisión, como bien vos afirmás, son iguales…

R: También hubo ficciones como Vidas Robadas, que hablaban de trata de blancas, o Montecristo que se refería al tema de los desaparecidos, y tuvieron mucho éxito. Entonces la gente de hoy mira esos programas, como también mira Los Simuladores, El Puntero, pero también mira a Tinelli. La televisión de hoy se resume en un montón de productos que tienen que ver con el momento sociocultural de la audiencia. Y con el país. Cuando se adaptan programas argentinos en otros países hay cambios, por ejemplo en la versión de Los Roldán había un personaje travesti, en otro país ese personaje fue modificado y era una prostituta.

P: Cómo ves el tema de la educación actual…

R: Nosotros en FLACSO analizamos mucho la escuela y las tecnologías digitales y vemos que estamos en un momento bisagra con toda la invasión de las nuevas tecnologías. Nosotros pertenecemos a una escuela en la que todos debíamos estar mirando al frente a un profesor que "iluminaba" a los alumnos…Hoy también el docente debe aggiornarse y cambiar. Estamos en una época donde los jóvenes están avanzando muy rápido con las tecnologías y con otro tipo de lecturas. Se la pasan leyendo: chats, emails, Messenger, Facebook, mensajes de texto….leen, pero leen otras cosas. Los padres dicen que los chicos no leen libros pero… ¿los padres leen? ¿Cuando el chico llega a la casa, el padre está con un libro en el sillón leyendo? Tampoco, entonces es toda la sociedad la que está cambiando.

P: La visión de Giovanni Sartori en Homovidens es que el hombre actual no lee y se guía solo por lo que ve en tv, entonces puede votar un actor famoso sin trayectoria política…Yo pienso que si Tinelli quisiera ser presidente y se postula, capaz que gana.

R: Y…Nito Artaza es senador…pero yo disiento con Sartori. Es como esta dicotomía de la letra o la imagen. Es esto de "lo que tiene valor es la lectura, el libro, el diario, la prensa escrita, y la imagen en cambio no te hace reflexionar". Me parece que estamos comparando dos tipos de registros que aportan cosas diferentes. Hoy en internet tenes todo junto también. Encontrás lo audiovisual, el diario que te pone la versión impresa, la tele, videos, películas….Me parece que se está enjuiciando a lo audiovisual con las categorías de lo letrado. En otros siglos los que sabían leer eran los eruditos, y la imagen en la Iglesia era para los que no sabían leer y miraban los vitrales. Entonces volvemos siempre a la imagen asociada a lo emocional y la letra asociada a lo racional. La ilustración estaría basada en el valor de la palabra, y lo audiovisual refiere a lo emocional, a lo animal. Ese pensamiento lo adoptamos nosotros para la televisión y Tinelli viene en la ola de lo animal, lo no racional, lo emocional, el relato en vez del discurso.

P: Y la discusión más profunda cual sería, entonces….

R: Es pensar: bueno, a ver, este programa tiene éxito, ¿por qué tiene éxito?. No simplificar y decir que los que lo ven son todos unos tarados. ¿Qué le pasa a la gente con eso que ve? Lo principal es el vínculo, la emoción, y la identificación. Eso pasa. ¡Y no es algo menor! Y no está mal, y no es mediocre. Me informo con el diario y con el noticiero, y a la noche hay cosas que pasan con Tinelli, con Susana, con Gran Hermano, que tienen que ver con factores psicológicos. Con el verme reflejado en el otro. Lo que mejor maneja Tinelli es la curva dramática, es esta tensión que genera el jurado, más el chiste, y yo me identifico, me rio, me emociono, lloro. Eso de tocar ciertas cuestiones emocionales que están tan defenestradas desde el mundo académico y desde el mundo erudito, que es visto como mediocre e infantil.

P: Vos estás escribiendo una tesis sobre las neuronas espejo…

R: Si, es una teoría de neurociencias. Unos investigadores de Parma, Italia, antes veían que las neuronas estaban divididas en motoras, perceptivas, y cognitivas. La teoría de las neuronas espejo sostienen que hay un sustento neuronal de la identificación. Entonces cuando yo veo un partido de fútbol, se me activan las neuronas motoras de jugar al fútbol, antes se creía que solo se activaban las perceptivas o receptivas, y estas neuronas motoras crean una identificación. No es que te viene ganas de, creés que lo estás haciendo.

P: Lo mismo que si veo un video pornográfico…

R: Lo mismo, por eso te excitas. Porque ahí hay un sustento donde vos estás viviendo lo que el otro vive. Después están las supra neuronas espejo que lo que hacen es diferenciar, poner en juego el criterio de realidad. Esto partió de un montón de experimentos con monos, donde por ejemplo el investigador agarraba una gaseosa y al mono se le activaban las neuronas motoras, no las perceptivas como se creían antes.

P: Cómo lo relacionás con la tele…

R: Tiene que ver con esto de lo emocional, con llorar con el otro, sentir lo que siente el otro, no le pasa a todo el mundo con lo mismo, a vos por ahí te engancha más Lie To Me porque tal vez te interese más el género detectivesco, pero eso no significa que las ocho millones de personas que lloran con Tinelli sean poco eruditas, mediocres, infantiles, sino que hay una serie de factores psicológicos que suceden en ese vínculo, que nunca se estudiaron hasta ahora y que tienen que ver con esta sintonía con lo que se está mirando. Por eso lloramos con Bambi y con las ficciones como Love Story, aunque sabemos que Ryan O ´Neil no está perdiendo a la mujer, es un actor interpretando un personaje, pero igual lloramos en esa escena final.

P: Es evidente que para ver a Superman volando y creer que vuela, o al mismo actor haciendo de policía en una serie y de ladrón en otra, debemos hacer una suspensión del principio de realidad, pero…¿es distinto en el cine que en la tele, este proceso?

R: Es distinto el ámbito donde ves el producto, porque mientras vos ves la película en la tele en tu casa, te están pasando un plato con la milanesa, tenés al lado a tu hijo que te grita, te llaman por teléfono, pues la televisión se mete en tu cotidianeidad, como fue la radiofonía antes. Hasta te marca los horarios del día: almorzás con el noticiero, meriendas mirando la telenovela de la tarde, entonces hay cierta suspensión de la realidad que es el "como si", el jugamos a qué. En este "jugamos a qué" hay otros programas que supuestamente son "realidad" pero siempre son un recorte de la realidad.

P: Tal vez Tinelli no esté tan emocionado con la chica discapacitada que va a su programa…y esté en un "como si"…

R: Pero yo me estoy emocionando con eso que está pasando ahí, estoy siguiendo emocionalmente igual eso que está pasando ahí…estas características no son menores y no hay que desprestigiarlas, hay mucho contenido ahí para analizar y para evaluar. Y no solo lo que hizo siempre la "academia" que es: "eso se erradica porque es simple, mediocre, porque no tiene valor. Se erradica de todo tipo de análisis".

P: Y se vuelve a lo mismo, a pedir que pongan documentales…Eduquemos con la televisión…

R: Valerio Fuenzalida, profesor ecuatoriano que vive en Chile, escritor, afirma que hay gente que mira la televisión para aprender sobre relaciones sociales, no sobre contenidos formativos, académicos, racionales. Cuando desde la televisión se genera una posición asimétrica donde hay alguien que hace uso de poder, la gente cambia de canal. Por eso no funcionan en la televisión abierta los programas educativos. La gente no los quiere ver. Quiere relajarse y distenderse.

P: Con sistemas tipo "on demand" la gente va a poder armar su propia programación…

R: Pero la televisión abierta masiva va a seguir existiendo porque la gente no quiere ser activa constantemente, quiere sentarse en el sillón y recorrer 30 canales y hacer zapping, y que algo te sorprenda y mirar de una manera pasiva en lo actitudinal, la televisión. Eso no significa que seamos pasivos cognitivamente, no. Pero tiene que ver con la relajación, con el placer, con el colgarse a ver lo que hay. No hay que descartar estas categorías del placer, del disfrute, de la emoción y de la identificación. Para mí ahí están las claves del consumo televisivo masivo.

P: ¿Y por qué en las encuestas la gente te dice que a Tinelli hay que sacarlo de la televisión porque es una porquería?

R: Por la presión cultural de la encuesta, el deber ser, el Súper-yo que nos aniquila, lo mismo pasaba con Gran Hermano, nadie dice que lo mira pero conocen qué sucede en el programa, esto tiene que ver con el "consumo vergonzante", es el consumo televisivo que no le contamos al vecino pero lo miramos en la intimidad del hogar. Hay consumos privados que están socialmente aceptados, pero la televisión masiva no está socialmente aceptada.

P: En Psicología de las Masas, Freud explica qué es enamorarse antes de dar su versión sobre cómo elegimos un líder político. ¿Hoy lo elegimos por influencia de los medios?

R: Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, tuvo éxito porque había una sintonía con determinados grupos, pero para mi los medios no tienen tanto poder y si, los políticos creen en la teoría de la aguja hipodérmica. Los políticos cuando están en el poder creen que hay que controlar los medios tradicionales: los diarios, la televisión y la radio, y tampoco toman en cuenta Twitter, Facebook, todas las redes sociales, internet. De La Rúa no se fue en helicóptero porque se equivocó el nombre de una mujer en el programa de Tinelli, había algo que estaba pasando en la calle. Si vos no llegás a fin de mes para comer no hay mensaje televisivo a favor que se sostenga. Igualmente siempre parece que hay una complejidad en la construcción del mensaje que no hay que dejar de tener en cuenta. Por ejemplo, algunos publicistas son los que tocan la fibra de lo que está pasando, un buen mensaje es aquel que retoma algo, lo mastica, y lo devuelve y ahí la gente se lo apropia. Pero no comparto esto de pongo lo que sea y por repetición o por fuerza va a meterse en la cabeza de la gente. Si el personaje de De Narvaez en 2009 en Gran Cuñado gustó más o gustó menos puede ser, pero había algo en el imaginario popular y en la representación de ese candidato.

P: Hablando de psicología de los medios….Recuerdo a mi madre contarme que Lo que el Viento se Llevó la vio cuatro veces y lloró toda la película siempre….

R: Esto se relaciona con el gradiente negativo del placer, o el placer por el gradiente negativo. Es muy complejo el vínculo con lo audiovisual, pues tal vez sentís una valoración altísima de algo que narrativamente es muy negativo, muy deprimente. Y por otro lado, de la teoría o corriente de usos y gratificaciones, viene aquello de que la relación del público con los medios tiene que ver con entretenimiento, relajación, sociabilidad, que es también esto de pertenecer a un colectivo. Hay gente que mira Gran Hermano o Tinelli para participar de la conversación que se da al día siguiente en su trabajo, y esto también es pertenecer a un colectivo.

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DRA. MONICA CRUPPI

Psicóloga, Psicoanalista, Escritora.

Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina y de la International  Psychoanalytical Association .Especialista en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes. Child and Adolescent Psychoanalist. Internacional Psychoanalytical Association. London 2002. Investigadora  en  temas de Pareja y Familia. Doctora en Psicología Social en la Universidad Argentina J.F. Kennedy. Estudios de realización cinematográfica. Es invitada frecuentemente a programas de TV, de radio y colabora con sus artículos con medios gráficos y digitales. Docente autorizada de la Universidad de Buenos Aires y Docente de grado y posgrado de distintas Universidades en el ámbito privado. Dictante de cursos y presentadora de trabajos en jornadas, symposiums y congresos nacionales e internacionales. Autora de artículos científicos publicados en revistas con y sin referato de la especialidad, en el ámbito nacional e internacional.. Miembro de la comisión de cine de la .Asociación Psicoanalítica Argentina. Miembro del departamento de niños Arminda Aberastury  de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Profesora del Instituto  Angel Garma de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Libros: Psicoodontologia Pediátrica técnicas para el tratamiento del miedo. WM Ediciones Bs. As., 2005. /Una travesía por la fábrica de sueños. Ed. Letra Viva, 2012

P: Un productor me dijo una vez que el espectador no tiene más de seis años de edad cuando mira la tele. Hablemos del espectador, sus regresiones si existen, lo que motivan las elecciones que realiza ante la televisión….la relación entre edad cronológica y edad mental al ver la televisión…hay teorías que apoyan este supuesto…

R: Hay distintos tipos de espectadores, algunos entrarán en una cuestión regresiva, y otros no. Pero en realidad el medio, no el contenido, favorece cierto estado mental distinto, hipnótico, y eso puede acompañar la regresión. Aparte habrá algunos contenidos que no propician esa regresión, otros que si, algunas personas utilizan el televisor incluso para dormirse. Para los trastornos del sueño está contraindicado tener el televisor en el dormitorio y sin embargo mucha gente ve la tele y se duerme. Si el contenido tiene que ver con la violencia y lo sexual a lo mejor el televidente no se duerme, si le pones un contenido académico a lo mejor se duerme. Pero el cine favorece la regresión, el cine y el sueño tienen mucho que ver…hay una relación entre cine y sueño…con el soñar…

P: ¿Vos te referís al cine ficcional?

R: Si, la ficción y el cine cumplen una función terapéutica. Por lo catártico, por la identificación y por contactarte con otra realidad. Mucha gente ve ficción justamente para salir de su día a día, de lo cotidiano, de las angustias. Entonces se identifica con tal o cual personaje al que le pasan cosas terribles o cosas maravillosas. Y el efecto Tinelli a su vez tiene que ver con esto de que cualquier ignoto surge a la fama de manera violenta, increíble, y eso lo asocio con la película de Woody Allen "A Roma Con Amor", el personaje que es un tenor que solo canta en la ducha y él lo hace famoso. Y en el filme también hay un fenómeno parecido con el personaje de Roberto Benigni que no se explica porqué se hace tan popular de golpe y termina sin saber luego porqué dejó de ser famoso, la película nos está mostrando una de las singularidades de la post-modernidad o hiper-modernidad.

P: En las ficciones, ¿el final feliz también responde a una necesidad psicológica del público?

R: Si, de pronto puede ser que en un ciclo como Mujeres Asesinas, que es un ciclo de unitarios, el episodio "termine mal", porque el personaje va preso, pero las mujeres que se identifican con la violencia de esa mujer que mata al villano, mata al matador, lo ven distinto.

P: Yo siento que ficción y realidad, lo público y lo privado, han perdido su límite, veo, escucho en televisión a los artistas contar en un reportaje hasta cómo son sus relaciones sexuales…o se filman teniendo sexo y luego ellos o alguien los sube a youtube y se arma un lío bárbaro…

R: Acabo de escribir un artículo al respecto titulado La Inquietante Transformación de la Intimidad. Al contarlo o mostrarlo lo íntimo se vuelve espectáculo, lo íntimo se vuelve consumo, lo íntimo es una manera de ganar dinero. Estuve rastreando la definición de la palabra íntimo, de intimidad, y me fui hasta San Agustín, y ahí me encontré con que San Agustín había sido el filósofo de la intimidad. Porque antes de él se hablaba en plural, no se hablaba de esta comunicación de uno con uno, se hablaba de un nosotros, y él estableció la intimidad. Y estas cuestiones de la sexualidad actual que ahora están bajo luces de neón implican una pérdida, porque ya deja de ser una intimidad. ¿Y qué vuelta hay frente a todo esto? Ya parece contagioso. Hoy día en cualquier charla grupal que participes todo el mundo cuenta sin pudores aspectos de su sexualidad, por decirte algo. Ese tema se banalizó, se perdió la vergüenza. Hay una desvergüenza.

P: ¿Y el público: por qué se engancha con esos relatos?…

R: Ahí entra la "escena primaria", están capturados por la escena primaria, la sexualidad en sí no es banal, no solamente se expone la sexualidad sino hasta lo más escabroso u oculto de una persona. O las que les dan más vergüenza, de esta manera si se banaliza. Por otra parte los actores, los conductores, son considerados por algunos telespectadores "como parte más de la familia". Ya ni es necesario llamarlos a algunos por nombre y apellido, ya sabés quienes son Marcelo, Mirtha, Susana. Se familiarizan, la gente los va como adoptando: "Ayer la vi a Susana" dicen…Son "parafamiliares".

P: También la gente se engancha con los realities que supuestamente son la realidad…

R: Pero están guionados porque también tienen que contar con todos estos aditamentos. Un crítico escribió que la película EL ACORAZADO POTEMKIN contaba con determinados detalles para que produjeran un efecto emocional en la gente; llevado al siglo 21, me parece que los realities shows cumplen con estos efectos, sumados a la fama instantánea y el tema del dinero, sobre todo el tema del dinero.

P: ¿Y los noticieros y el efecto sobre la gente? Cuando la presidenta fue a Mar del Plata a recibir la Fragata Libertad, el canal C5N lo mostraba como una música que parecía una película de guerra americana…

R: Todo alude a lo emocional y quiere captar la atención y producir un efecto. Si, es un efecto de marcha triunfal americana, "¡recuperamos la fragata!". Yo hice un estudio hace años titulado Los Medios del Miedo. Desde hace tiempo estamos atrapados por este sensacionalismo de los noticieros. Magnifican tanto la noticia y te meten tanto miedo en el caso de robos, crímenes, las tormentas, que eso se traduce hasta en síntomas planteados en el consultorio. En los últimos tiempos hemos tenido, varios colegas, un auge del miedo a las tormentas. Cada vez más hay angustia, fobia a las tormentas. Hoy hasta el servicio meteorológico es un show, pero la consigna es hacer un show de todo, porque sino ¿cómo vendes?:..Los medios son empresas…El miedo, el horror, produce mucha excitación psíquica, que puede convertirse en física, corporal, y en una adicción, como ocurre a los adolescentes con las películas de terror. Esto si te lleva a un lugar regresivo, infantil.

P: Melanie Klein se refiere a lo terrorífico que resulta para el humano el momento del nacimiento, ¿puede suceder que el terror ficcional nos atraiga porque nos retrotrae a esos primeros momentos de vida?

R: Si, justamente a eso me refería. Hay una etapa que se llama histeria de angustia infantil por la cual pasan los chicos, que tienen miedo a todo, que va de los 3 a los 5 años, de alguna manera todas estas teorías, de Winnicot, de Klein, lo que te marcan es que el miedo a niveles equilibrados "estructura", es estructurante del aparato psíquico, porque de alguna manera el chico tiene que saber cuáles son los peligros a los que enfrentarse en el mundo exterior. El miedo es el que dispara todos los mecanismos de defensa. Pero demasiado miedo, desestructura.

P: Pero en la adultez cuando vemos un espectáculo, una ficción, sabemos que el personaje es un actor que está actuando…en el teatro, en el cine, en la tele…

R: Para que uno se identifique con las ficciones comunes deben ofrecer un efecto de verosimilitud, ya sabemos es una realidad virtual, pero hay una necesidad del público de creer que es real para divertirse. Y las ficciones sobre super-héroes apelan a nuestros deseos infantiles y a la imaginación del niño, al deseo humano de volar como Superman. El ser humano tiene la necesidad de soslayar la castración, olvidarse por un rato de todo lo que no puede. Incluso olvidarse de la muerte. En lo audiovisual precisamente contás con la imagen que es cien por ciento sensorial y efectiva, va directamente al inconsciente. Es pensamiento en imágenes, regresivo, más la música, y un discurso que penetra subliminalmente.

P: Volviendo a los noticieros, a los programas periodísticos, ¿hay una teoría sobre la influencia de las encuestas?R: Si, hay una teoría psicológica de las encuestas, que indica que la gente tiende a votar al que se presume que va a ser el ganador. Pero también en nuestro país el periodismo cumple funciones de investigación que pareciera que la policía no realiza, o recibe denuncias de violencia de género y a cada rato y donde se ve el déficit institucional que hay. Hay un montón de funciones que los medios cumplen por el déficit institucional, pero que a los medios también les da rédito económico. Pero aparte, hay estudios que afirman que lo que hace la televisión es un aprendizaje a través de la experiencia del otro, llamado "aprendizaje vicario". Los televisores deberían tener el mismo aviso de prevención que traen los atados de cigarrillos. En nuestro país se ha investigado a nivel universitario la violencia que hay ya en los dibujos animados, esta violencia la consumen los chicos, que repiten lo mismo que ven en la televisión.

P: ¿Hay una des-patologización que produce la televisión? Digo, comportamientos, elecciones sexuales, que antes se las consideraba patológicas hoy hay sido socializadas por la tele y vista como normales? Un ejemplo: el personaje de Florencia de la Ve, como travesti, en un programa de ficción. ¿La televisión tiene una función socializante?

R: Normalizadora, normaliza lo que no está bien. Pero no me refiero con esto a la sexualidad. Freud nunca consideró patológica la homosexualidad, él hablaba de la elección de objeto y de que existen varias elecciones de objeto diferentes, y se refería a que hay varias clases de homosexuales: invertidos absolutos, o aquellos que podían tener experiencias homosexuales después de haber sufrido algo esquís. La palabra homosexualidad surge hace 200 años, antes no se hablaba de patologías con relación a la homosexualidad.

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PEPE ELIASCHEV

José Ricardo Pepe  Eliaschev, Lic. En Relaciones Internacionales,  periodista y escritor argentino. Autor de doce libros, columnista en medios gráficos, ejerce el periodismo actualmente y son muy conocidas sus entrevistas a personalidades mundiales. Condujo programas de tv desde la década del 80 como Cable a Tierra por Canal 7. Fue director de Radio Municipal de Buenos Aires de 1989 a 1991. Su programa insignia en radio es Esto que pasa. (Radio Mitre) que lleva el título de su último libro. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Se inició a los 19 años en periodismo, hace 50 años.

P: ¿El periodismo es una vocación?

R: La palabra "vocación" siempre fue para mi muy resbaladiza, yo les digo a los chicos que se sienten interesados por la comunicación que está muy bien que estudien y se quemen las pestañas leyendo, que es lo que hoy día no se hace, pero primero que nada debe existir una convocatoria interior, un llamado, yo creo mucho en eso. Y para esta profesión tiene que existir una dotación de recursos naturales, para hablar, para escribir, para expresarse. Y sino, qué significa la famosa cuestión del "ángel televisivo", qué es la fotogenia, es una relación, una empatía profunda, un vínculo que existe entre el emisor, puede ser una persona ante una cámara de televisión, ante una computadora, ante un micrófono de radio, y quien te escucha.

P: Hablando de quienes ven y escuchan…¿qué opinión te merece hoy el televidente promedio?…

R: Yo primero quisiera ponerle signos de interrogación al concepto de televidente promedio. Yo no sé si existe, yo no sé si es exactamente lo mismo un tipo como yo que anoche, como casi todas las noches, vi Film & Arts y me fui a dormir después de ver las noticias de la BBC de Londres, o la persona que está viendo Farsantes en Canal 13 o los programas cómicos o de certámenes o de torneos. El rating es como el resultado de las elecciones, establece un número. Yo ante la estadística no puedo enojarme. Claro que en el ejemplo del rating no vota todo el país, pero la estadística establece que hay para estos casos un criterio de veracidad que es que determinado número de entrevistados te da en una proyección lo que sucede en la vida real. Hecha esta aclaración me da la sensación de que la televisión funciona para los seres humanos en una ciudad compleja como Buenos Aires, como un escape, como un relajamiento, como un momento de goce, y posiblemente eso incluya una infantilización. Este sentarse en el sillón frente a la pantalla misma y quitarse los zapatos puede ir acompañado mentalmente de un desactivar toda una serie de preconceptos o mecanismos de defensa que uno tiene en la vida cotidiana. Entonces lo que no le vas a creer al tipo de la esquina cuando salís, si se lo vas a creer al actor, o al conductor, o al animador, o al periodista en la televisión.

P: Y al programa le sube el rating….

R: Si, pero también tengo mis reticencias sobre la relación que existe entre preferencias en el rating y vínculo profundo con ese exitoso, yo no sé si necesariamente por darle rating al programa más exitoso de la noche, se está entregando una confianza profunda en esa persona. Probablemente yo estoy eligiendo por una cuestión que satisface mis necesidades más primarias. Que un partido de fútbol, por ejemplo, sea lo más visto un domingo a la noche, no me dice mucho, me informa apenas que hay un montón de gente que se desactivó, se desconectó, y que vio ese partido de fútbol. Yo no le daría a la elección de lo que estoy viendo una valencia total.

P: ¿Por qué en una encuesta la gente te dice que ve un canal de documentales cuando en realidad ve a Susana Giménez y a Marcelo Tinelli?…

R: Está instalado en el imaginario colectivo también gracias a tipos como yo que fastidian pasando a Beethoven, Mahler y Haydn en la radio, una idea culposa que indica que la televisión chatarra es bueno consumirla pero no es necesario proclamarlo demasiado. Lo que vale para la votación mediática no creo que necesariamente se extienda a un voto de confianza absoluto en esa persona. No se debe trasladar mi preferencia de programación a una decisión de vida.

P: Hablando de votos de confianza y política, nunca hemos tenido un presidente conductor de tv y mucho menos periodistas…salvo Sarmiento. ¿De allí la desconfianza de los políticos con los periodistas?

R: Si, Sarmiento era un periodista, Mitre escribía, Roca también, pero es cierto, periodistas en el sentido moderno no, y desde 1930 hasta ahora hemos tenido presidentes militares, abogados y un médico, creo que ni siquiera hubo un ingeniero. Ahora bien, yo en 1964 tenía 19 años cuando era presidente de la nación el doctor Humberto Arturo Illia; en aquel momento cuando yo inicio mi vida profesional en los medios sin tener la más remota imaginación de dónde me iba a llevar eso, yo era consciente que había una gran cantidad de medios gráficos, revistas y diarios, que conspiraban abiertamente contra ese gobierno. Hablo de Primera Plana, de Confirmado, y de todos los medios que fueron preparando el golpe de estado de 1966. Si me remonto a esa época podría decir que sí, que los medios de comunicación eran eminentemente gráficos, pues la gente leía diarios y revistas, y podría afirmar que la opinión pública fue trabajada para crear un clima de desconfianza y de suspicacia con aquel gobierno que era muy débil, pero democrático.

R: Recuerdo que en las caricaturas se lo comparaba con una tortuga o una paloma…

R: La revista Tía Vicenta, con la labor de Landrú, pero sobretodo la revista Primera Plana, de Jacobo Timerman, fueron instrumentos realmente muy pero muy penetrantes que ayudaron a crear un clima en connivencia con los militares, los empresarios, la iglesia y los sindicatos peronistas, para vaciar de toda sustentabilidad ese gobierno. Con los años la escena se ha ido complicando muchísimo. Si yo hago un salto cincuenta años después y aterrizamos en 2013, ¿qué es lo que veo? Que nunca como ahora la Argentina tuvo un gobierno tan absolutamente convencido de que los medios son todo-poderosos. Efectivamente esta patraña, porque yo para nada creo que esto es así, es uno de los argumentos centrales del gobierno argentino actual. En infinidad de notas, de artículos, de entrevistas, de ensayos, de declaraciones, de los principales voceros intelectuales del kirchnerismo aparece este concepto de que el pueblo se equivoca, de que su cerebro es lavado sistemáticamente, que efectivamente los medios funcionan como una inyección endovenosa. Que a la gente las tapas de los diarios, palabras que se usan que son un enorme arcaísmo porque hoy las tapas de los diarios no cambian el amperímetro de nada, son las que definen el voto de esa gente.

P: Y están aquellos que insisten que con cinco tapas negativas de Clarin cae un gobierno…

R: Entonces yo les pregunto cómo es posible que la presidenta haya obtenido en 2011 con la misma escena mediática, el 54 por ciento de los votos, con el mismo famoso grupo hegemónico en contra: no tienen respuesta. No, sería ingenuo negar la influencia y la proyección de los medios, claro que la tienen, pero creo que hay un fenómeno del que se olvidan ellos, son muy antiguos conceptualmente. La escena mediática se ha diversificado como no conocí yo nunca en medio siglo de profesión. Hoy por hoy las herramientas disponibles para la información en línea y en tiempo real son prácticamente infinitas para prácticamente cualquier cosa. En consecuencia, la capacidad que hoy día tiene el poder político para formatear la realidad y la agenda cotidiana, es mucho menor que hace cincuenta años. Hace cincuenta años la revista Primera Plana te ponía a Illia como una tortuga y se instalaba en la sociedad la idea de que el presidente Illia era una tortuga que le daba de comer a las palomas en la Plaza de Mayo. Ni era una tortuga ni le daba de comer a las palomas. Pero no había manera de corroborarlo. La radio como hoy la conocemos no existía, no existía la FM, no existía el satélite ni internet, no existía nada de eso. Hoy cualquier criatura, mi nieta de doce años, con sus deditos en un teléfono inteligente te puede leer desde algo sobre el tifón en Filipinas hasta sobre el aniversario del asesinato de Kennedy. En conclusión: la parte buena y venturosa del mundo actual es que se ha democratizado tecnológicamente de una manera brutal la comunicación. Ya no han posibilidad de hegemonía mediática más allá de los malos que sea los hegemónicos, porque la información está muy en la calle y es muy accesible para todo el mundo.

P: ¿Te produce alguna reflexión la existencia que ha habido en la tv de programas como Gran Hermano?

R: Yo creo que el éxito que han tenido los realities shows o autodenominados espectáculos de la realidad, me parece mucho que tiene que ver con la curiosidad enfermiza o patológica de la gente por ver detrás del ojo de la cerradura. El ojo de la cerradura es una muy vieja imagen muy pre-tecnológica…

P: Además es la escena primaria freudiana, es ver por el ojo de la cerradura que están haciendo mis padres sin estar yo presente…

R: Esa es la idea hasta llegar al sexo explícito cuando el chico y la chica finalmente consuman ante las cámaras, creo que eso atiende a pulsiones muy primitivas, muy primarias, y que a lo largo del mundo han dado resultado porque apelan, como la pornografía, a apetitos que existen, que son imposibles de negar, la curiosidad, el despojo de todos los velos, esta idea de que nada puede impedir mi contacto con lo que realmente sucede, presumiendo que lo que sucede es una cámara puesta en una casa artificial montada en un estudio, como en el famoso film The Truman Show. Yo creo que eso ha ido descendiendo, la televisión abierta argentina sigue siendo en gran medida un canal de chismes y de relatos, y nunca tuvo menor calidad que la que yo veo ahora en 2013. Es una televisión que chapotea en el barro más espeso.

P: Es como una panadería que se dedica a fabricar churros porque los vende seguro y deja el pan dulce solo para un momento del año…

R: Si, pero inclusive arrastrando una enorme incompetencia profesional, porque no es una televisión exitosa. Yo tuve durante muchos años un programa en televisión por cable de una hora de duración, en la que me di unos lujos que me los voy a llevar de por vida. Programas de una hora con Carlos Fuentes, con Augusto Roa Bastos, con Vargas Llosa, con Ernesto Sábado, con David Viñas, y podría continuar, y tuvieron una enorme repercusión. Yo no creo en esta "verdad" de que cuanto más chato sea el denominador común mayor es el impacto.

P: Hay programas bizarros en la televisión abierta a los que les va mal…

R: Uno ve que el índice de fracasos de estos programas es altísimo, no es cierto que ellos conozcan la televisión, los programadores, creo que han hecho una televisión a la medida de sus propias incapacidades, de sus propias ignorancias, de sus propios vacíos, es una televisión en gran medida formateada desde el analfabetismo de los programadores. Con esto no quiero decir que la gente esté desesperada por escuchar un concierto.

P: Pero un programa de importantes entrevistas como el que vos hiciste en cable, lo hizo también Antonio Carrizo en los años 70 en Canal 11, en televisión abierta. Y en esos años en el ciclo Alta Comedia del considerado popular Canal 9 se representaban obras que hoy no se hacen ni en los teatros oficiales…algo sucedió camino al foro….

R: Si yo comparo mi propia educación primaria y secundaria, lo que eran los intereses de la época, el tipo de programación que había en el Canal 7 en blanco y negro…recuerdo un ciclo de grandes autores hecho por Sergio Renán, y el programa La Gente, conducido por Augusto Bonardo, donde había una columna de artes plásticas a cargo de Cordova Ituburú, una de cine a cargo de Carlos Burone, de teatro a cargo de Pablo Palant, era un nivel de televisión…¿en dónde está ese país?

P: Cosa Juzgada con el grupo Stivel en el Canal 11…

R: Si uno lo mira desde esa perspectiva hay que llegar inexorablemente a la desoladora conclusión de que la Argentina ha retrocedido en apetitos culturales, en necesidades de información, y lo que se ha expandido brutalmente es el denominador común más bajo. Yo creo que este dato es irreversible. Y en la radio sucede lo mismo, cuál era el nivel de la programación de otras épocas. Acá hemos caído en un punto a la supuesta espontaneidad que termina siendo un culto a la ignorancia. Porque ojalá fuera la espontaneidad entendida en un sentido de expresarse libremente desde el conocimiento. Ahora, expresarse libremente desde la ignorancia es una catástrofe.

P: Los noticieros incorporaron como centrales las notas de chimentos…

R: Acá pasó una cosa fundamental sobre todo cuando uno compara los actuales con los noticieros de los años 60. Acá interviene en la realidad cotidiana de la gente una herramienta nueva que ha explotado que son las redes sociales y que han quitado toda posibilidad de primicia para los medios tradicionales. Los diarios de la mañana que recibe un locutor de radio que conduce un programa a las seis de la mañana son diarios cuya edición se cerró como mínimo seis o siete horas antes. Para el interior se cerraron a las ocho de la noche. En consecuencia la idea de primicia ha desaparecido por completo para los medios gráficos. Yo estoy conduciendo un programa de radio a las cinco de la tarde y estoy contando lo que está pasando en ese momento y paralelamente tengo Facebook, Twitter, correo electrónico. En consecuencia cómo hace por ejemplo un noticiero tipo Telenoche para hacerse cargo a las ocho de la noche del programa cuando las informaciones ya dieron vuelta todo el día por las redes sociales, las radios…entonces se ha producido este fenómeno en los noticieros de "revistarse", han pasado a convertirse los noticieros en la Argentina en programas de interés muy variado, con mucho de chisme, de farándula, mucho de crónica roja, y cuando hay un caso policial como el de Angeles Rawson, le sacan la leche durante tres meses. Pasan un mismo video que dura quince segundos de la chica llegando a su domicilio, durante horas y horas…Y esto va de la mano de una decrepitud del rigor informativo de la televisión que es brutal. Decrepitud. Los noticieros en la Argentina han perdido su razón de ser como noticieros. Pero no es un fenómeno mundial, no son así los noticieros extranjeros. En la Argentina ha habido una degradación brutal, un deterioro notable del valor agregado periodístico de los productos que hoy están en el aire en la radio y en la televisión. Mucho comentario, mucha anécdota, y mucha chácara y mucha regurgitación, seguir digiriendo una y otra vez las cuestiones de las últimas horas.

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GUILLERMO FONTANA

Ex productor y corresponsal a cargo oficina de la CNN en BUENOS AIRES, subdirector de DIARIO REGISTRADO. Estudió periodismo en TEA, y antes de ser corresponsal de la oficina de CNN en ARGENTINA fue productor en distintas radios, y con ARI PALUCH en tv por cable. Es docente en la UBA. Y en la Universidad de Belgrano, de Periodismo. Realiza documentales para el canal National Geographic.

P: ¿Cuál es la historia de CNN en Español?

R: Primero la CNN comienza a transmitir un noticiero de una hora en español dentro de CNN INTERNACIONAL; luego se decide hacer una cadena y se abren oficinas en distintos países, no muchas en realidad, después de Estados Unidos se abrió una en México y otra acá en 1997. Yo empecé en ese año como productor. ¿Cómo funciona la sede? Hay una reunión de producción cada mañana y se elige la nota del día, se trabaja generalmente una sola nota por día. Se trata de buscar algo que tenga impacto internacional o que pueda interesar también en otros países. Hoy CNN en Español tiene su sede principal en Atlanta, Estados Unidos.

P: ¿Y qué es Diario Registrado? ¿Es un diario de videos?

R: Es un diario audiovisual, la idea es que la mayor parte de las notas tengan algún tipo de apoyo audiovisual. Muchas veces es alguna entrevista de algún experto que salió hablando de algo en un canal, o algún video con archivo. Tenemos un camarógrafo para hacer alguna nota en particular pero en general la mayoría de las notas las levantamos de la televisión. Se hace un análisis de medios, se editan cosas de diferentes canales sobre el mismo tema para hacer el video que apoya la nota para mostrar los enfoques diferentes que les dan al tema.

P: ¿Hay un límite en la cantidad de minutos que podes tomar y usar de materia de los canales?

R: En la Argentina no hay una todavía legislación muy clara sobre eso, si tal vez hay algún tipo de restricciones en Youtube, pero no en los canales. La productora que hace el diario audiovisual es la de TVR, la de Diego Givrtz.

P: Yendo al tema del libro. ¿Qué reflexiones te provoca el telespectador en cuanto a sus elecciones de programación?

R: El hecho de que la gente vive pegada al televisor viendo un informe que tal vez no le interesa, y cambia el informe y la gente se queda viéndolo igual, revela que el aparato funciona como una especie de chupete, la gente se queda pegada a las imágenes, por eso la idea de un diario de imágenes. Evidentemente es mucho más atractiva la imagen de la televisión de lo que puede ser una nota leída o escuchada por radio.

P: ¿Por qué se mantiene el rating cuando pasan una y otra vez un caso policial como el de Angeles Rawson?

R: Por el morbo, el caso Angeles en particular tiene como muchas aristas y se dijeron muchas cosas y siempre aparece un sospechoso nuevo, y parecía que el asesino era el padrastro y ahora es el portero, todo esa novela en cierta medida también la van construyendo los medios, la va construyendo la televisión, lo van construyendo los periodistas que opinan, los expertos que te van tirando teorías, entonces la gente se sube a esas teorías y las discute en la calle, y mientras tanto, la Justicia va por otros carriles.

P: En el caso de la desaparición de la familia Pomar yo escuché en un canal de noticias explicar a un entrevistado famoso que probablemente los Pomar habían sido abducidos por extraterrestres. O sea que mientras no se sabe demasiado los medios tiran todo tipo de teorías para llenar ese vacío de información, lo que habitualmente se llama "carne podrida"…

R: Exacto, a mi me parece que en la Argentina se produce ese efecto particular en los canales de 24 horas de noticias. Hay que llenar 24 horas de noticias, muchas veces es muy difícil hacerlo y hay cinco canales que suman 24 horas de noticias, y vos primero debés tratar de decir algo distinto a lo que dice el resto, y muchas veces se cae en difundir información que no está chequeada, o hacer elucubraciones sobre cosas muy chiquitas para agrandarlas como para llenar ese espacio, llamar expertos que se supone conocen de algo, para ir dando contenidos a esas 24 horas, y muchas veces hace que una noticia crezca mucho más de lo que realmente es. De hecho el caso Angeles es un ejemplo de eso.

P: En las provincias desaparecen chicos o chicas y no se difunden tanto…

R: El caso Angeles tuvo ese efecto porque era una nena de Palermo, porque la tiraron a la basura, una chica de clase media, en un barrio donde vive mucha gente famosa, donde hay muchos canales de televisión cerca, una familia que no reaccionó como se esperaba porque los padres no salieron a pedir la pena de muerte, a los llantos, a mi me hizo acordar al caso Candela, que tenía otras aristas, el tema de la droga, la policía, son contados los casos que tienen tanta repercusión mediática aunque todos los días desaparecen personas, violaciones. ¿Por qué algunos trascienden tanto y otros no? Es un efecto raro.

P: La gente parece confiar más en los medios que en la policía para denunciar, ¿te han llegado casos a la CNN?

R: Si, muy seguido, han venido a contarme casos puntuales de chicos desaparecidos, pero la señal no se ocupaba de ese tipo de casos, de hecho notas policiales se hacían muy pocas, salvo que tuvieran algún tipo de revolución mediática, justamente por el efecto que producía en la gente, más que por el caso en sí. Pero si, la gente va a los canales a hacer denuncias y depende de donde caigas si prospera o no, si le caíste a un productor que ese día no tiene nada y tu denuncia le resultó interesante la toma, y con la medición de rating minuto a minuto si la historia empieza a medir, comienza a reproducirse en todos lados. Y todos los canales siguen la medición minuto a minuto de todos los programas y si el otro mide, saben por qué está midiendo, y saber que el otro está midiendo a mi también me sirve, entonces ahí se empieza a hacer la red y después es un poco imparable en realidad.

P: ¿Hay un show de la noticia? En la CNN no posible porque se trata de informes muy sintéticos…

R: Si, pero sin duda que la noticia pura y llana no vende, la noticia política y la economía no venden, el espectáculo vende, el fútbol vende, los policiales venden. Maradona por ejemplo es un personaje que vende, cualquier cosa que hace es noticia para cualquier programa de televisión, para cualquier radio, para cualquier diario; Messi hoy también es noticia, si va a un restaurante, toma una Coca Cola y sale en todos lados que tomó una Coca Cola porque su anunciante es Pepsi, digamos. Son personajes atractivos y se ha desvirtuado el sentido del noticiero de informar para convertirlos más en show, un poco más espectáculo, un poco más de venta, porque al final y al cabo los noticieros también tienen que vender, tener pauta publicitaria y rating. Y si no son comerciales no siguen.

P: ¿Y la pelea gobierno, medios? Ha habido presidentes aquí y en otras partes del mundo que con los medios en contra ganaron las elecciones, pero aquí no soportan crítica alguna los políticos, y a veces hasta les molestan las caricaturas de los dibujantes…

R: Si, se sobrevalora el poder de los medios, veo muy difícil que en la Argentina un periodista llegue a ser presidente, porque me parece que el periodista de profesión, el que está todo el día viviendo, conviviendo con la política, en el fondo no cree en la política, en el fondo cree que las ideologías han muerto y todo es una lucha de poder o de dinero. El paradigma ha cambiado, hoy la política pasa por otro lado, pero la gente no confía en la política y vota gente, pero no vota ideologías o partidos. Entonces se hacen alianzas para una elección para ir en contra de, pero sin una idea. Pero también ha pasado que De Narvaez ganó la elección del 2009 por un programa de Tinelli, no sé si fue totalmente por eso pero tuvo mucho que ver, o Clarín ayudando a que voltearan a De La Rúa. Pero igual creo que se sobrevalora el poder de los medios.

P: ¿La guerra Cristina/Clarín ha generado un estado anímico belicoso en la gente? La famosa grieta de la que se habla…

R: Me parece que en un principio sí, yo creo hoy ya no, me parece que es una batalla interminable porque está el poder económico detrás del grupo Clarín contra el poder que va cambiando por el voto popular, o sea que no se va a quedar eternamente, me parece que es una batalla perdida de algún modo, pero también antes cualquier cosa que salía en Clarín era la verdad absoluta, y hoy la gente por lo menos desconfía….Ya no es una verdad tan absoluta. Creo que hay más de un tercio de la población que no le cree ni al gobierno ni a Clarín. Por otro lado, cerrar un medio me parece un error, es coartar la libertad de expresión.

P: ¿Qué opinás el programa 678 de Canal 7? ¿Le hace bien a un gobierno contar con un programa que solo lo elogia y justifica?

R: 678 es un programa que casi ha perdido el sentido con el que nació que era esto de sacarle credibilidad a Clarín.

P: Por qué te parece que la gente ve realities….

R: La atracción que puede tener un programa como Gran Hermano radica en que justamente pone gente común, normal, ese que está ahí adentro puedo ser yo, no es un famoso, un político, un experto, no es un pensador, es una persona cualquiera, y eso es una experiencia antropológica, como ver ratones cerrados en una pecera, ver qué hacen, cómo reaccionan ante determinados estímulos, a mi me parece que no tienen ningún tipo de contenido pero hay algo que atrae a la gente y por eso cada tanto los siguen haciendo, no solo acá sino en otros países con mucho éxito. Obviamente que como todo formato le llega el momento en que se agota, en parte porque la gente que está adentro no tiene ningún valor agregado interesante.

P: No es gente tan común, no estamos vos y yo, ni personas de nuestra edad, hay un casting, un seguimiento guionado…

R: Está claro que no es la vida real y creo que sea gente joven tiene la intención de generar algo que tenga que ver con la sexualidad, poner minitas que son lindas, pibes jóvenes y atléticos, y entonces puede llegar a producir situaciones que sean atractivas para el público….Ahora hay un proyecto en Estados Unidos circulando de gente que se va a ir a vivir a Marte y van a hacer el programa desde allá, hay personas ya se está anotando y pagando porque es un proyecto para dentro de unos años, y el que vaya se va a quedar a vivir en Marte, es sin retorno y va a ser transmitido las 24 horas…

P: ¿Qué pasó para que tengamos en la pantalla tantos ciclos de panel, chimentos, y aquellas producciones ficcionales de nivel hayan desaparecido? Porque las actuales siguen con el boxeador, los amigos, el bombero…

R: Creo que todo es un tema de costos, es mucho más barato llevar un tontito y sentarlo en un estudio y hacerlo decir cualquier cosa y pelearse con otro, y eso vende, y por ahí te vende más que producir un programa con guionistas, director, etc… Me parece que los costos tienen mucho que ver con eso, lamentablemente. También en el aspecto educativo se ha nivelado para abajo, por eso resulta más atractivo ver a un tarado peleándose por cualquier cosa con otro en la tele que ver una obra importante.

P: ¿La televisión le impone estereotipos a la gente?

R: La televisión intenta, prueba estereotipos, aquí pasó con las comedias costumbristas, empezó con La Familia Falcón y cuando un estereotipo funciona lo repiten. Y el vivo, el vivo es lo que atrae a la gente de los canales abiertos con relación a los canales de cable donde todo es mayormente grabado. Yo prefiero los canales sectorizados, segmentados, del cable. Yo creo, para terminar, que la gente lo que busca en la televisión es básicamente entretenimiento, desconectarse de su realidad, entretenerse y tener algo de qué hablar después con el vecino.

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CRISTOBAL DEL RIO

Productor de la televisión chilena, director de la productora GEO IMAGEN, PRODUCTORA GEOIMAGEN / REALIZACIÓN DE 12 TEMPORADAS DE LA SERIE DE FICCIÓN EL DÍA MENOS PENSADO DESDE EL AÑOS 1998 AL 2010 PARA TELEVISIÓN NACIONAL DE CHILE

REALIZACIÓN DE 9 TEMPORADAS DE LA SERIE DE FICCIÓN MEA CULPA ENTRE LOS AÑOS 2002 Y 2010 PARA TELEVISIÓN NACIONAL DE CHILE.

REALIZACIÓN DE 2 TEMPORADAS DEL PROGRAMA DE FICCIÓN AUTOPSIA PARA MEGAVISIÓN.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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