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Ramon Llull y el islam: ¿es posible un diálogo entre occidente y oriente?




Enviado por Josep Bernis



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Contexto histórico y político
  3. El Corán y el islam
  4. El cristianismo y el Islam
  5. Ramón Llull y el diálogo con el Islam
  6. Cristianismo e Islam: el diálogo imposible
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía
  9. Webgrafía

Ramon Llull i l "Islam: l"enunciat del tema resulta massa obvi. Resultaria més bé difícil el contrari: pensar Ramon Llull sense cap referència a l "Islam. La imatge popular, però també la investigació científica o bona part de l "interès contemporani per Llull, inclou necessàriament la particular relació de Ramon Llull amb l "Islam Medieval.

Infideles sunt homines, sicut et nos. Jordi Gayà Por eso les envió a Mahoma como profeta que les iluminó y les proporcionó conocimiento verdadero de Dios, iluminación y conocimiento que concuerdan con la gran bondad de Dios, con la que no concordarían si no existiese el profeta. Y puesto que un bien debe concordar con otro, en el bien de Dios y en el bien que Mahoma hizo enderezando a los equivocados se prueba que Mahoma es mensajero y profeta de Dios.

Libro del gentil y los tres sabios. Ramon Llull Si queremos una política cristiana es porque sabemos bien, este es un artículo fundamental de nuestra fe, que no hay salvación sino en Jesucristo.

Política cristiana. Guillermo Devillers

Introducción

Ramón Llull (1233-1315), conocido en su tiempo por los apodos de Arabicus Christianus, Doctor Inspiratus o Doctor Illuminatus ha generado una abundante bibliografía a lo largo de los siglos. Las biografías más fiables se basan en la Vita Coetanea que el mismo Llull dictó en París en 1311, probablemente a un monje de la cartuja de Vauvert.

Ramon Llull vivió en la corte de Jaime I, rey de Aragón. Se casó a los treinta años, era padre de dos hijos y llevaba una vida poco ordenada. Según él mismo explica, tuvo unas visiones de Cristo crucificado mientras escribía una canción. Estas visiones cambiaron su existencia de modo radical y le hicieron abandonar la vida que llevaba para dedicarla a Dios mediante un sistema de pensamiento, al que llamó Ars, que serviría para la conversión de los infieles al cristianismo mediante el razonamiento.

"Llull not only mastered the Arabic language, but also conceived the idea of a new science which would serve high missionary purpose. This new science was based on both Latin and Arabic models. But because it was addressed to peoples of all faiths, it was not to be specifically theological, but rather a general science which could be applied to all the particular sciences of the time."1

Siguiendo el modelo de San Francisco, Ramon Llull decide dedicarse a tres objetivos, con la intención de reformar la Iglesia y convertir a los no cristianos. El primer objetivo consistía en llevar a cabo una tarea misionera de conversión de infieles (musulmanes y hebreos). El segundo, escribir libros que corrigieran los errores de éstos, con la misma finalidad. El tercer objetivo consistía en crear escuelas para enseñar la lengua y la cultura de los no creyentes a los misioneros para que pudieran difundir el cristianismo por medio de la razón.

"Obviamente, cuando Llull pretendía vencer el error de los musulmanes, aunque fuera mediante el diálogo, pretendía la conversión de los mismos. No estamos del todo seguros de si Llull era plenamente consciente de que es imposible pretender la conversión y la convivencia entre religiones al mismo tiempo. "2

El proyecto apostólico luliano tenía implicaciones políticas, ya que buscaba la aprobación de la Iglesia y necesitaba el apoyo de las monarquías occidentales. Este apoyo para un apostolado en tierra de infieles nunca llegó a concretarse. Desde un principio, Ramon Llull se encontró, todavía en tierras hispanas, con la oposición de los poderosos.

"Ni al rey ni a los cristianos pudientes les interesaba la conversión de la población cautiva musulmana y por eso no la favorecían oficialmente. Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que Llull, cuando más tarde exigía la conversión de los musulmanes, actuaba en contra de los intereses de la sociedad cristiana mallorquina y también contra las influyentes órdenes militares del Temple y del Hospital".3

Ramon Llull, hombre de cultura enciclopédica que contaba con una excelente base de teología y filosofía cristianas, fue el primer erudito europeo que propugnó el diálogo de manera sistemática con los infieles desde la aparición del islam, a principios del siglo VII.

"Llull intenta atraer a los infieles hacia el cristianismo y sabe que el mayor problema será el dogma de la Trinidad y de la Encarnación. Dándose cuenta de los puntos de coincidencia y divergencia de estas religiones con la cristiana, opta por una vía de persuasión que no implique tanto refutar las creencias de los infieles como demostrar la superioridad de las de los cristianos. Además, rehúye apoyarse en autoridades, ya que éstas, lógicamente, serían aceptables sólo para la religión cristiana y daría lugar a inacabables discusiones".4

Llull escribió en cuatro idiomas: catalán, occitano, latín y árabe, dejó alrededor de 275 obras escritas y fue el primer autor europeo en explicar temas de filosofía, teología, pedagogía y medicina en lenguas diferentes al latín, que era la única utilizada para esos temas hasta ese momento.

La Península era en aquella época un cruce de culturas y el Reino de Aragón no fue una excepción: judíos, musulmanes y cristianos convivían en la mayor parte de pueblos y ciudades.

"(…) la naissance, la formation et l"action de Lull ont eu lieu dans un univers où se mêlaient plusieurs civilisations : la civilisation islamique, mais privée de son assise politique dans la Majorque des années qui ont suivi la conquête; celle du Judaïsme (…) ; la civilisation occitane, de laquelle la Catalogne commence à se séparer mais très progressivement (…); enfin la civilisation de l"Église romaine qui étend son contrôle en particulier en Espagne à la faveur de la reconquista, mais aussi en Occitanie à la faveur de la lutte contre les hérésies."5

Aunque Llull empezó su tarea intentando usar la palabra en vez de la violencia, al final acabó aceptando la cruda realidad.

"En general se admite una inicial actitud pacífica de Ramon Llull con un claro rechazo a la cruzada como opuesta al espíritu de Cristo que va cambiando hasta aceptar abiertamente la necesidad de acciones militares punitivas contra los infieles que se niegan a aceptar la conversión."6

Llull murió a principios de 1316 cuando volvía de Túnez, lugar al que había ido con el propósito de debatir con los musulmanes. Según la leyenda murió en el barco que lo devolvía a Mallorca, justo frente a las costas de la isla, debido a las graves heridas producidas por la lapidación sufrida en el norte de África.

"Donar la vida per Crist és el risc que comporta el fet de consagrar la pròpia existència a la conversió dels musulmans. Tanmateix Ramon Llull és ben conscient ara què un canvi d"aquesta mena no es fa solament amb la defensa de la creu per mitjà de la paraula, sinó, en primer lloc, amb el raonament aprofundit dels principis inamovibles que la sostenen".7

Contexto histórico y político

Cristianos y musulmanes convivieron en España durante más de siete siglos, pero sin apenas darse una fusión entre ambos, como sí había ocurrido con los visigodos en la sociedad hispanorromana. Hubo momentos de convivencia pacífica, pero también los hubo de enfrentamiento. Visto en conjunto, los comienzos fueron de un claro predominio musulmán, siguió una fase de equilibrio para concluir con otra de predominio cristiano, que se cierra en 1492 con la conquista de Granada.

Los cristianos fueron avanzando lentamente hacia el sur, a través de una lucha armada, la Reconquista, acompañada, a su vez, de la repoblación de los territorios conquistados. El enfrentamiento militar iba seguido del asentamiento humano, aunque, a veces, se dio al revés: se colonizaban nuevas tierras y los pobladores debían defenderse de los posibles ataques musulmanes (el ejemplo de Barcelona y Al-Mansur en el siglo X).

La Reconquista contribuyó a singularizar la historia de España en el contexto europeo. La propia resistencia a dejarse dominar por los musulmanes determinó la formación de diferentes reinos que, en los inicios, a lo más que podían aspirar era a resistir ante las acometidas musulmanas. Más adelante, tras la caída del califato se pasó de la resistencia a la Reconquista con avances espectaculares para los cristianos.

"La idea de reconquista (…) resulta compleja, y en ella se suman componentes distintos. Está concebida como una exigencia histórica, en cuanto existe en continuidad un mismo enemigo; contra el musulmán ha de asegurarse la propia existencia". 8

En el siglo XIII, en la época de Ramon Llull, como consecuencia de la batalla de las Navas de Tolosa la balanza se desniveló definitivamente a favor de los cristianos. A Fernando III se debe la Reconquista del valle del Guadalquivir: conquista de Córdoba, Jaén y Sevilla. Mientras tanto su hijo, el futuro rey Alfonso X el Sabio, ocupaba el reino de Murcia. La conquista de la Baja Andalucía correspondió ya a Alfonso X el Sabio (1252-1284), con la ocupación de Cádiz y del reino de Niebla.

Mucho antes, Jaime I el Conquistador (1213-1276), rey de la Corona de Aragón, conquistaba las islas Baleares y el reino de Valencia (1238). Los musulmanes habían quedado reducidos al reino de Granada gobernado por la dinastía nazarí.

La repoblación por repartimiento caracteriza a la desarrollada en el siglo XIII y se utilizó en el valle del Guadalquivir, Murcia, Valencia y las islas Baleares.

" En estos casos, una vez adquirido físicamente el espacio -por medio de la diplomacia o de las armas-, hay que dominarlo mediante la instalación -exclusiva o compartida con los antiguos habitantes musulmanes- de pobladores cristianos." 9

La mayor parte del territorio fue repartido en forma de grandes señoríos a los nobles, a los clérigos y a las órdenes militares. La distribución de las tierras tenía en cuenta la participación en la conquista y la condición social: la alta nobleza recibía más que la de rango inferior (hidalgos). La población musulmana permaneció tras la conquista hasta que, en 1264, la sublevación de la población mudéjar de Andalucía y Murcia les obligó a emigrar a Granada o al norte de África.

En las Baleares los repobladores fueron preferentemente catalanes. La población musulmana no fue expulsada por el momento.

"Una última diferencia podemos señalar en la repoblación efectuada por los dos grandes reinos peninsulares: en la zona castellana se expulsó del campo a la mayor parte de la población musulmana tras la sublevación de 1264; en cambio, en los dominios catalanoaragoneses la nobleza trató de evitar que los colonos abandonaran sus tierras (…) en consecuencia, los musulmanes permanecieron en el campo como colonos de los nuevos dueños (…)."10

El Corán y el Islam

La palabra arábiga islam significa sumisión a Dios y paz. El Corán, libro de las revelaciones a Mahoma, designa islam a la religión de los musulmanes. La persona que practica el islam se llama musulmán es decir "el que se entrega a Dios". Para ellos todo el mundo sería musulmán. Para los seres humanos que pueden escoger seguir la práctica de la religión, esta no consiste en cumplir la ley sino en la aceptación de las leyes divinas.

La religión islámica puede dividirse en dos partes: una, teórica o relativa a los artículos de fe y otra, práctica o comprensiva de las ordenanzas y reglas. Una persona puede entrar en el islam con sólo creer en la unidad de Dios y en el apostolado de Mahoma, pero la aceptación de la fe le obligaría a creer en Alá, en la vida del Más Allá, en los Ángeles, en los Libros y en los Profetas.

El nombre del ser divino es Alá. Es uno en persona, uno en sus atributos y uno en sus obras. El primer concepto significa que no existen ni pluralidad de dioses ni pluralidad de personas en el Dios supremo. El segundo, que ningún otro ser posee todos sus atributos de perfección. El tercero, que nadie puede hacer lo que él ha hecho o hará. La shadada, o profesión de fe islámica, consiste en pronunciar la oración No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta.

El Corán es la palabra de Dios revelada a Mahoma por medio del arcángel Gabriel. El Corán recoge los diferentes pasajes revelados a Mahoma durante casi 22 años de su vida profética. A medida que las revelaciones eran recibidas, o poco después, eran recitadas por el profeta en presencia de sus seguidores, uno de los cuales se encargaba de transcribirlas.

"El Corán consta de tres partes bien diferenciadas. La primera y más antigua ofrece, en un lenguaje de visionario, descripciones del fin del Mundo y del Juicio Final. La segunda, narrativa, reproduce relatos sobre los pueblos antiguos y su conducta con los profetas que Alá les envió. Finalmente, en la tercera parte se exponen las leyes civiles. El Corán anuncia felicidad eterna para los creyentes e infunde alegría para los desheredados, huérfanos y pobres."11

En su conjunto, las revelaciones fueron compiladas después de la muerte de Mahoma por su secretario Zayd-ibn-Thabit, a quien ordenó realizar esta tarea el primer califa Abu Bakr. Unos diecisiete años más tarde Osmán, tercer califa, revisó el texto e hizo la edición definitiva. El Corán original está escrito en árabe y consta de 114 suras o capítulos que varían en longitud, desde unas pocas líneas a muchos versos. La creencia en lo que ha sido revelado a ti (Mahoma) y en lo que fue revelado antes que a ti es artículo de fe para el musulmán.

El cristianismo y el Islam

Para comprender el dilema en el que se hallaba Llull conviene recordar las palabras que, referidas a los musulmanes, escribió Tomás de Aquino hacia 1260 en su Suma contra los gentiles:

"Siguieron, en cambio, un camino contrario los fundadores de falsas sectas. Así sucede con Mahoma, que sedujo a los pueblos prometiéndoles los deleites carnales, a cuyo deseo los incita la misma concupiscencia. En conformidad con las promesas, les dio sus preceptos, que los hombres carnales son prontos a obedecer, soltando las riendas al deleite de la carne. No presentó más testimonios de verdad que los que fácilmente y por cualquiera medianamente sabio pueden ser conocidos con sólo la capacidad natural. Introdujo entre lo verdadero muchas fábulas y falsísimas doctrinas. No adujo prodigios sobrenaturales, único testimonio adecuado de inspiración divina, ya que las obras sensibles, que no pueden ser más que divinas, manifiestan que el maestro de la verdad está interiormente inspirado. En cambio, afirmó que era enviado por las armas, señales que no faltan a los ladrones y tiranos."12

El Corán se opone a todos los dogmas cristianos fundamentales. Los versículos contra la Trinidad son muy claros. La figura de Cristo como segunda persona de la Trinidad es condenada. En el Corán se dice de forma explícita a los cristianos:

"¡Gente del Libro! No exageréis en vuestra religión ni digáis, sobre Dios, más que la verdad. Realmente el Mesías, Jesús, hijo de María, es el enviado de Dios, su Verbo, que echó a María un espíritu procedente de Él. Creed en Dios y en sus enviados, pero no digáis "Tres". Dejad, es mejor para vosotros. Realmente, el Dios es un dios único. ¡Loado sea! ¿Tendría un hijo cuando tiene lo que está en los cielos y en la tierra? ¡Dios basta como garante!" Contra el dogma de la trinidad. Sura V, 169.13

Además, el Corán niega la divinidad de Cristo:

"Acordaos de cuando Dios dijo: "Jesús, hijo de María, ¿has dicho acaso a los hombres "Tomadme, junto a mi madre, como dos dioses, prescindiendo de Dios"? Respondió: "¡Loor a Ti! No me incumbe decir lo que no es verdad; si lo hubiese dicho lo sabrías; Tú sabes lo que hay en mi alma, pero yo no sé lo que hay en tu alma. Tú, Tú conoces perfectamente lo oculto". Jesús, simple Profeta. Sura V, 116.14

Por último, en el Corán se niega la redención. Directamente se afirma que Jesucristo no murió en la cruz:

"Ellos dicen: "Ciertamente, nosotros hemos matado al Mesías, Jesús, hijo de María, Enviado de Dios", pero no le mataron ni le crucificaron, pero a ellos se lo pareció. Quienes discuten y están en duda acerca de Jesús, no tienen conocimiento directo de él: siguen una opinión, pues con certitud, no le mataron, al contrario, Dios le elevó hacia Él, pues Dios es poderoso y sabio." Contra los judíos de Medina. Sura IV, 156.15

El Corán cita a Jesús como profeta menor porque probablemente pretende completar la revelación de Cristo para exaltar a Mahoma. Respecto al resto, viendo cuánto Jesús y María hacen en el Corán, nos damos cuenta de que ellos, según los musulmanes, no hacen más que aplicar las oraciones y el ayuno según el Corán. María es ciertamente la figura más bella entre todas las presentadas en el Corán: es la Madre Virgen, que ningún hombre jamás ha tocado. Pero no puede ser la Theotokos, la Madre de Dios. Más bien es una buena musulmana.

En síntesis, el Corán y los musulmanes niegan los dogmas esenciales del cristianismo: la Trinidad, la Encarnación y la Redención.

El islam: lengua, filosofía y religión en las principales obras de Llull Para empezar, conviene recordar que Llull no dominaba la lengua latina, por lo que tenía que pedir ayuda para sus traducciones. En el prólogo a Els cent noms de Déu, Llull asegura:

"Suplec, doncs, al sant paire Apostoli e als senyors cardenals que el facen posar en llatí, en bell dictat, car jo no li sabria posar per ço car ignor gramàtica. E si jo en alcuna nosa erre en est llibre contra la Fe, sotsmet lo dit llibre a correcció de la Sancta Esclésia Romana".

Sin embargo, dedicó varios años de su vida al aprendizaje del árabe, ayudado por un esclavo musulmán, idioma que llegó a dominar. Parece lógico, pues, que esta fuera una lengua en la que Llull pudiera expresar sus pensamientos (aparte del catalán y el occitano) de una manera más fluida, al mismo tiempo que los escritos en árabe le influyeran al menos tanto como los escritos en latín.

"L"esclau musulmà que, com hem vist, li ensenyà la llengua aràbiga just després de la conversió, li donà una clau per a entrar en una nova cultura científica i filosòfica, llavors tan alta, si no més, com la provençal en els camps e la poesia i de la prosa literària, i més forta que la llatina en el domini de les ciències i de la filosofia".16

El conocimiento del árabe que tenía Ramón Llull lo convirtió en un caso único entre los teólogos latinos. Estaba muy orgulloso de su dominio del idioma, como demuestran las referencias frecuentes a sus conocimientos en este campo. No solamente cita y explica ocasionalmente algunas palabras árabes sino que, al menos una vez, también defendió las formas verbales latinas inusuales que él mismo había acuñado modeladas en árabe. A menudo anota en sus obras de diálogo con el islam que estaban escritas no solo en latín y catalán, sino también en árabe. A pesar del buen uso que pretendía hacer de ella, la utilización de la lengua de los infieles le creó algunas dudas y reticencias.

" La blasphème du sarrasin, forme raffinée de la violence la plus extrême, met en question Raymond au point vital de son être, Il lui rappelle que, s"étant approprié une langue et un système de pensée dont le Chris est exclu, il risque désormais de désespérer de reconnaître un sens à sa vie".17

Al comienzo de su larga carrera literaria compuso una primera versión en árabe de una de sus obras más importantes, el Llibre de contemplació en Déu. Del mismo período data la versión árabe original de su Compendium logicae Algazelis.

Dominique Urvoy explica en su obra Penser l"Islam que Llull evidencia una gran influencia árabe en su obra, que habría desembocado en su adaptación de la Logica Algazelis. En su Liber de fine (1305) Llull aconseja a los misioneros que irán a tierras de religión musulmana que lean el Llibre del gentil, del que se hizo una versión en lengua árabe, la Apología del cristianismo de Al-Kindi, muy difundida en Al Andalus y una obra árabe, Contrarietas alfolica, que habla de la polémica surgida del conflicto entre el movimiento almohade y el malikismo tradicional. Estas dos últimas obras habrían tenido influencia en las ideas de Llull.

Conviene también destacar que la obra tardía de Llull, desde la Ars inventiva veritatis hasta la Ars generalis ultima, evolucionaría integrando elementos cuyo origen se encontraría en su coetáneo Ibn Sab'in de Murcia y su obra Budd al-'arif, de pensamiento neoplatónico. La lógica de Ibn Sab'in y la de Llull son instrumentos de unificación mística, aunque ambos difieran en la aplicación final. Al mismo tiempo, ambos autores consideraban que la filosofía y la teología estaban muy relacionadas, sin que ninguna estuviera subordinada a la otra.

En su obra Els cent noms de Déu, Llull se refiere a la tradición musulmana que asegura que, más allá de los noventa y nueve nombres conocidos, quien descubra el nombre número cien alcanzará la esencia divina.

Las obras de Llull parecen haber merecido una cierta atención en tierras africanas. Conocemos una discusión que tuvo lugar hacia 1394 en el palacio del sultán de Fez, que se refería a uno de los tratados tardíos de Llull.

Mientras los escolásticos latinos sólo estaban familiarizados con las pocas obras filosóficas árabes que habían sido traducidas al latín, Llull se distinguió por su conocimiento, no solo de la filosofía árabe, sino también de la religión musulmana, conocimiento que evidenciaba en sus obras. Llull se refiere con frecuencia al Corán y cita a veces textos específicos de dicha obra. No conocía únicamente el Corán, sino también la hadith (dichos y acciones del profeta Mahoma) y los comentarios de los estudiosos musulmanes sobre las colecciones de las tradiciones. También estaba familiarizado con las prácticas rituales musulmanas:

" Cuando el sarraceno vio que había llegado el momento de que él hablara, va hacia la fuente, se lava sus manos, la cara y los oídos, la nariz y la boca. Después lavó sus pies y algunos otros miembros de su cuerpo en señal de la limpieza de su corazón y del pecado original". La ley de los sarracenos. Proemio.18

En el Libro del gentil reúne un sumario popular de las creencias musulmanas en doce artículos:

"Cuando el sarraceno terminó su oración, dijo el gentil que los artículos de su ley son doce, a saber, creer en un único Dios; creador; que Mahoma es su profeta; que Alcorán es la ley entregada por Dios (…)"19

Además, en la Doctrina pueril hace una relación de los orígenes del islam. En la literatura mística islámica pueden hallarse paralelismos de las principales preocupaciones de Llull. Nuestro autor consideraba que una aproximación al Dios verdadero podía encontrarse en la contemplación de los nombres divinos. Los denominaba "dignidades" o "virtudes", y en la forma definitiva de su Ars incluyó nueve: bondad, grandeza, duración, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad y gloria.

"Behind the general science which Llull thought of as applicable to all the sciences there lay the fundamental vision of a natural theology which should approach the true God through a method of contemplation on the divine names. Llull called these names «dignities» or «axioms» and listed in the final form of the art nine of them: goodness, greatness, eternity; power, wisdom, love; virtue, truth and glory. His idea seems to have been based on an Islamic method of contemplation which attempted to ascend by way of created reflections of the divine perfections to the infinite perfection which is God himself. He thought that through contemplation on combinations of these names, which are common to all religions, agreement could be reached between Moslems and Jews, Greek and Latin Christians."20

Siguiendo este punto de vista, compuso diálogos como el Llibre del gentil, en el que tres sabios representan las tres religiones importantes del mundo. Diversos estudiosos han intentado precisar los préstamos árabes concretos de algunos aspectos del pensamiento de Llull sin poder aportar, sin embargo, pruebas definitivas. Uno de los más destacados es Charles Lohr, que propone una fuente árabe para la forma definitiva del Arte luliana: la ya mencionada con anterioridad Budd al-?arif, del filósofo y teólogo musulmán Ibn Sab?in de Murcia, contemporáneo de Llull. La lógica del Budd al-?arif ofrece, en efecto, paralelismos con la Lógica de Llull.

Ramón Llull y el diálogo con el Islam

Ramon Llull, personaje de una cultura que podríamos denominar enciclopédica, fue el primer erudito que quiso dialogar de manera amplia con los infieles desde la aparición del islam, a principios del siglo VII. Había estudiado ampliamente la teología y la filosofía cristianas junto con la lengua árabe, el Corán, los hadith y otros textos islámicos. Sus largos años de preparación con este fin suscitaron críticas por parte de un buen número de detractores.

Ramon Llull fue un hombre lleno de contradicciones. En sus obras encontramos duros juicios contra el islam y a la vez encontramos también multitud de intentos de acercamiento, aunque habitualmente desde la perspectiva del convencimiento razonado por parte de los infieles.

Llull dice en el prólogo de Cent noms de Déu: "Con los sarraïns entenen provocar llur llig ésser donada de Déu per ço car l'Alcorà és tan bell dictat que no el podria fer null hom semblant d 'ell, segons que ells dien, jo Ramon Llull, indigne, me vull esforçar ab ajuda de Deu fer aquest llibre en qui ha mellor matèria que en l'Alcorà, a significar que en axí com jo faç llibre de mellor matèria que l'Alcorà, pot ésser altre home qui aquest llibre pos en axí bell dictat com l'Alcorà. E açò fa per ço que hom pusca argüir als sarraïns que l'Alcorà no és dat de Déus, ja sia que sia bell dictat; emperò deïm que aquest llibre e tot bé és donat de Deu, segons que dir se cové." Ramon Llull utiliza la expresión pusca argüir als sarraïns para indicar que, aunque está convencido de los errores del Corán, un libro que no és dat de Déus, desea convencer a los musulmanes por medio de la palabra.

Llull obvia las palabras y las enseñanzas de Tomás de Aquino, que muchos de sus coetáneos compartían. Según ellos, era totalmente inútil pretender dialogar con los musulmanes. Bastaba con rezar por ellos y por su conversión. Los problemas que Ramon Llull tuvo cuando pretendía predicar en las mezquitas y sinagogas, junto con los enfrentamientos que tuvo en sus diversos viajes apostólicos al norte de África, abonarían dicha actitud.

A pesar de todas las adversidades, Llull no cejará en su empeño de dialogar con los infieles, sobre todo partiendo del contacto con sus eruditos, para intentar atraerlos a la causa cristiana.

"En el clima de diàleg somniat per Llull, la missió que vol respondre a les circunstàncies presents de la història, seria una discussió entre savis. Una discussió, per tant, que se farà amb tot rigor científic, amb els recursos de la lògica, de la filosofia, fins i tot de les ciències de la natura.

Partir de punts comuns."21. Llull desea seguir las directrices de Francisco de Asís y, más adelante, entra a formar parte de la Orden tercera Franciscana con el deseo de formar misioneros para cristianizar a los árabes, enseñándoles las técnicas misioneras y métodos para desautorizar la filosofía islámica, junto con la lengua árabe.

" El monje se siente catequista y militante, debía velar por su salvación y la de la humanidad, llevar la palabra de vida a aquellos que no la conocían, llevar la buena nueva de Cristo a través de la palabra."22

En su afán de proselitismo cristiano Ramon Llull viajó a Túnez y al importante puerto argelino de Bugía, donde llegó a predicar. Según Llull, se imponía tomar decisiones, ya que los cristianos eran perseguidos e incluso obligados a convertirse al islam. Sin embargo, estaba muy claro que, después de más de seis siglos, la situación no mejoraba.

Después de cuarenta años de esfuerzos por parte de Llull, a pesar de la gran cantidad de obras escritas por él, a pesar de sus largos estudios preparatorios en diversos dominios, el mallorquín no conseguirá el apoyo de las autoridades eclesiásticas, incluidos cinco papas ni verá cumplido su deseo de poder ir a África del Norte y a Palestina, acompañado de una delegación oficial y bien preparada. Los papas dudaban mucho y, al final, acababan muriendo sin haberse dejado convencer.

Cabe preguntarse cómo consiguió Llull, un simple laico, obtener las audiencias necesarias con los sucesivos papas, incluido Celestino V. Ramon Llull nos recuerda a Catalina de Siena, una laica de treinta años que se atrevió a dirigir sus críticas a papas y antipapas un siglo más tarde, con el fin de intentar solucionar el Cisma de Occidente.

En esta faceta de diálogo debemos destacar, además de los intentos de Francisco de Asís, la actuación de Pedro Nolasco, fundador de los frailes mercedarios en 1223, tres años antes de la muerte de Francisco. La misión de los frailes de la Merced consistía en la liberación de los cristianos hechos prisioneros por los musulmanes en las diversas guerras o por actos de piratería. Era una actividad similar a la que realizaban los frailes trinitarios.

A lo largo de su vida Llull fluctúa entre el acercamiento a los infieles por medio de la palabra y la aceptación del uso de la fuerza cuando la palabra no es suficiente.

"Els estudis de caràcter teològic sobre Llull i les missions se centren sobretot en les seves posicions, en part contradictòries, sobre les diverses estratègies missionals possibles, és a dir, si calia fer ús d"armes espirituals" –la predicació missionera- o d"armes sensuals" –les croades i les conversions forçoses-. En concret, s"ha intentat descobrir una evolució coherent en les opinions de Llull sobre aquesta dualitat i perioditzar-les (…)"23

Cristianismo e Islam: el diálogo imposible

Existen evidentes similitudes entre el Dios de los cristianos y el Alá de los musulmanes que van más allá del simple monoteísmo. Ambas religiones creen en un Dios creador de todo lo que existe, un Dios santo, todopoderoso y misericordioso que se sitúa más allá de toda representación. Los católicos creen en un Dios que comunica su palabra a por medio del testimonio de unos profetas que lo son también para los musulmanes: Abraham, Isaac e Ismael, Jacob, Moisés, Juan el Bautista y Jesús. Lo que también nos acerca es que creemos que Dios tiene un proyecto para la humanidad, que su mensaje se dirige a todos sin excepción y que nuestro destino es el de encontrarnos cerca de Dios más allá de la muerte.

"Y como para todos ha quedado de manifiesto que existe un solo Dios, un solo Creador y un único Señor, por tanto tenemos una sola fe, una sola doctrina y una única forma de alabar y honrar al Altísimo Creador, y que nos damos amor y auxilio unos a otros, y que entre nosotros no hay ninguna diferencia, ni contradicción de fe ni de costumbres."24

Sin embargo, estas similitudes no pueden esconder las diferencias reales entre la fe en Dios de los cristianos y de los musulmanes. A menudo no adjudicamos el mismo objeto al mismo concepto, sean nombres propios como Abraham, Moisés, David o Jesús, o bien nombres comunes como profeta, plegaria, fe o juicio final. Al mismo tiempo, tampoco estamos de acuerdo en la forma o el contenido del mensaje de Moisés o del evangelio de Jesús.

Pero lo que nos divide más profundamente es seguramente el carácter decisivo y definitivo que los cristianos reconocen en Jesús, y los musulmanes en el Corán, sin olvidar el estatuto, reconocido o no, de Mahoma como profeta.

En la exhortación apostólica Evangelii gaudium de 2013, el Papa Francisco intentaba un acercamiento al islam a base de buscar aquello que une dicha religión con el catolicismo (o el cristianismo ecuménico).

"En la actualidad adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam, hoy particularmente presentes en muchos países de tradición cristiana donde pueden celebrar libremente su culto y vivir integrados en la sociedad. Nunca hay que olvidar que ellos, «confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día final». Los escritos sagrados del Islam conservan parte de las enseñanzas cristianas: Jesucristo y María son objeto de profunda veneración, y es admirable ver cómo jóvenes y ancianos, mujeres y varones del Islam son capaces de dedicar tiempo diariamente a la oración y de participar fielmente de sus ritos religiosos. Al mismo tiempo, muchos de ellos tienen una profunda convicción de que la propia vida, en su totalidad, es de Dios y para Él. También reconocen la necesidad de responderle con un compromiso ético y con la misericordia hacia los más pobres."25

Aunque la publicación de la exhortación partía de buenas intenciones, no dejó de ser algo prácticamente inútil, un brindis al sol, como en su día lo fueron los múltiples intentos de diálogo de Ramón Llull. En la actualidad el acercamiento de tipo luliano a los sabios que, una vez convencidos por los razonamientos, transmitirían la verdad a la población, choca con una realidad que convence sólo mediante el uso de las armas.

Basta con que cualquier estudioso del Corán tome uno de los múltiples versículos sobre el tema que llenan las suras de libro santo musulmán, libro de cabecera del IS, para que se dé cuenta de que no hay posibilidad de acercamiento.

"Te hemos hecho descender el Libro con la verdad, confirmando los Libros que ya tenían y vigilando por su pureza. Juzga entre ellos según lo que Dios ha revelado y no sigas sus seducciones apartándote de la verdad que te ha venido. Hemos instituido para cada uno de vosotros un sendero, una ley y un camino." Actitud de judíos y cristianos frente a la nueva revelación. Sura VI 52.26

Es cierto que la Iglesia católica completó el Antiguo Testamento de la Biblia con un Nuevo Testamento en el que Dios, encarnado en su hijo Jesús, es amor. Sin embargo, existen asociaciones católicas ultra ortodoxas como la Hermandad sacerdotal San Pío X que, aunque no disponen del absoluto control del poder político del que dispuso la Inquisición en sus buenos tiempos, jamás aceptarían un diálogo que supusiera ceder en los principios básicos del catolicismo preconciliar.

La cuestión estribaría en saber si las divergencias anteriormente expuestas llevan a cristianos y musulmanes a excluirse mutuamente como poseedores de una única verdad o si pueden servir de estímulo en la búsqueda y el servicio de un Dios que se encuentra más allá de unos simples nombres de religiones. Podríamos decir que cristianos y musulmanes poseen el mismo Dios pero que la comprensión de Dios diverge en puntos decisivos en la medida en que la medida o el acceso al Dios de los cristianos, a su palabra y a su voluntad es diferente: en un caso Jesús, del que la Biblia rinde testimonio y en otro el Corán, del que Mahoma es el testimonio. Sea el que sea el respeto de un musulmán por Jesús, el Corán será siempre el criterio definitivo de la palabra de Dios, si no, no se es musulmán. Y, de la misma manera, sea la que sea la apreciación de un cristiano por el mensaje del Corán o de la vida de Mahoma, su criterio definitivo residirá en la Biblia.

Conclusiones

En su época, Ramon Llull consideró posible la conversión de los infieles mediante la palabra.

"Para Llull (como para muchos de los autores anteriores) Mahoma carece de los signos de la profecía y el Corán está lleno de contradicciones. Asegura que los propios musulmanes cultos son conscientes de esto y no creen que Mahoma fuera su Profeta. Son una audiencia madura para la conversión (como la audiencia musulmana imaginada por Pedro el Venerable un siglo y medio antes), si los cristianos son capaces de atender debidamente a esta tarea."27

Si Ramon Llull viviera en el siglo XXI y decidiera reiniciar su tarea de conversión de infieles se encontraría con muchos más problemas de los que se encontró en el siglo XIV. El diálogo y la razón que esgrime en el Llibre del gentil i els tres savis por boca de los representantes de las tres grandes religiones se encuentran fuera de lugar en nuestros días:

"Los tres sabios le respondieron: "Puesto que cada uno tiene su convicción para que elijas su ley, no queremos saber qué ley quieres elegir tú, especialmente porque para nosotros es motivo y razón de que discutamos entre nosotros para que examinemos, según la fuerza de la razón viva y la naturaleza del entendimiento, qué ley debes elegir por naturaleza. Y si tú nos manifiestas abiertamente qué ley prefieres, no tendríamos tan buena materia por la que poder discutir ni por la que poder buscar la verdad".28

En primer lugar, encontraría una religión cristiana que ya no es única, a partir, sobre todo, de la reforma de Lutero del siglo XVI. Encontraría religiones cristianas que tienen mucho que ver con la política, como ocurría en la Edad Media: la reina de la Gran Bretaña es la cabeza de la Iglesia de Inglaterra y el Partido Republicano (muy conservador) de los EEUU todavía basa su ideología en las famosas siglas WASP (white, anglosaxon, protestant) que resumen lo que debe tener un candidato de su partido.

De manera más cercana, Llull se daría de bruces con la Hermandad sacerdotal San Pío X, de la que hemos hablado con anterioridad, que aglutina a personas e ideas que no favorecen el acercamiento ecuménico.

"Si queremos una política cristiana es porque sabemos bien, este es un artículo fundamental de nuestra fe, que no hay salvación sino en Jesucristo. El fin de este estudio es recordar brevemente los verdaderos principios que deben orientar la acción social y política de los cristianos, refutando los errores modernos correspondientes. Ciertamente no todos están obligados a hacer política. Todos están obligados, en cambio, a contribuir desde su lugar al bien común de la ciudad. Y todos los que hacen política deben sin duda alguna ordenar su acción a la gloria de Dios y a la salvación de las almas. Dicho de otro modo: hacer una política cristiana. "29

Por otro lado, en Occidente, la religión católica adolece de una gran tibieza en su cercanía al pueblo llano, a diferencia de la religión musulmana, y sólo en los países de Latinoamérica posee algo de fuerza. La consecuencia más clara la encontramos en las vocaciones religiosas, que han descendido de manera espectacular en los últimos decenios, sólo compensadas, en parte, por los nuevos sacerdotes de países del tercer mundo (África y Latinoamérica, sobre todo).

En los últimos años, los países de religión musulmana han radicalizado sus políticas, en algunos casos, como ocurre en Arabia Saudí, con la aquiescencia de Occidente, más interesado en la economía del petróleo que en las mismas ideologías. Hoy en día sería impensable que Llull decidiera predicar en algún país árabe. Son contados aquellos de ellos que permiten la existencia de iglesias cristianas en su territorio.

El Corán que conoció Llull inspira con sus suras más incendiarias a los musulmanes radicales, en contra del modo de vida capitalista y occidental, que parecen ser los únicos que tienen voz en los medios de comunicación actuales, aunque sólo sea en la crónica del terrorismo.

"Lo hicimos descender a fin de que no digáis: "Si se nos hubiese hecho descender el Libro, hubiésemos estado mejor guiados que ellos." Os ha llegado una prueba manifiesta procedente de vuestro Señor, una dirección y una misericordia. Quién es más injusto que aquellos que desmienten las aleyas de Dios y se apartan de ellas? Recompensaremos a quienes se aparten de nuestras aleyas con un pésimo tormento porque se habían apartado." El Islam completa la Revelación. Sura VI, 158.30

Además, en los últimos años se ha dado un gran movimiento migratorio desde los países árabes hacia occidente. Millones de musulmanes se encuentran en la actualidad en todos los países de religión cristiana. Son personas que mantienen su religión y su cultura, que han construido mezquitas y que se han integrado sólo de manera muy parcial en las sociedades que los han acogido.

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