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Cine




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    Indice
    1.
    Introducción

    2. Antecedentes
    3. Cinematografía en
    color

    4. Técnica
    Cinematográfica

    5. Industrias
    Cinematográficas

    6. Efectos Especiales
    7.
    Géneros

    8.
    Bibliografía

    9. Glosario

    1.
    Introducción

    En un principio, el cine fue poco
    más que una curiosidad de feria, un invento que
    permitía mostrar la realidad en movimiento.
    Con el paso de los años, sin embargo, se
    consolidaría como un espectáculo de masas, que
    atrae a las salas a miles de espectadores de cualquier
    nacionalidad, y como un arte característico del mundo
    contemporáneo.
    Hoy en día, el cine
    constituye uno de los principales medios de
    entretenimiento de gran prestigio, en el ámbito mundial y
    nacional, sin embargo pocas personas conocen algo más
    allá de lo que ven en la pantalla o acerca de su evolución en el tiempo.
    Esperamos que con este trabajo pueda servirles de utilidad, para
    futuras investigaciones
    ATENTAMENTE
    El Equipo.

    2.
    Antecedentes

    La invención del cinematógrafo estaba en
    el aire desde
    hacía ya cerca de cincuenta años, cuando los
    hermanos Lumière acertaron no sólo a idear un
    aparato capaz de efectuar tomas y de proyectar su positivo, sino
    también a explotar aquella invención organizando
    proyecciones públicas. El destino de los hombres se juega
    así ante ellos; Joseph Planteau había inventado el
    Fenaquistiscopio en 1.828; Emile Reynaud hacía moverse a
    unos personajes dibujados que él proyectaba con su
    Praxinoscopio; Edward Muybridge abandona muy pronto sus
    experiencias; Marey no se interesaba más que por sus
    estudios fisiológicos y otros no terminarían sus
    investigaciones. Pero nada permitía
    aún adivinar el futuro del cine.
    Louis Lumière; era un químico e industrial
    francés, el cual ideó el mecanismo de arrastre de
    la película, lo que le permitió, con la
    colaboración de su hermano Auguste, construir el primer
    aparato cinematográfico en 1895. En junio de ese mismo
    año, Louis Lumière fue incluso el primer operador
    de actualidades al filmar a los asistentes del Congreso de
    fotografía
    descendiendo del barco en Neuville-Sur-Saône. Fundadores de
    una escuela de
    operadores que recorrerá el mundo con cámaras de su
    fabricación, los dos hermanos iban a contribuir al
    nacimiento de un género
    cinematográfico: el documental. El cine mostraría
    sus innumerables posibilidades gracias a su múltiple
    actividad.
    Con el aparato cinematográfico se filmó la primera
    película, La Salida de los Obreros de las Fábricas
    Lumière, que fue exhibida el sábado 28 de Diciembre
    de 1.895 cuando se celebraba la primera proyección del
    cinematógrafo de los hermanos Lumière, patentado el
    13 de febrero del mismo año. La sesión se
    celebró en el Grand Café de
    París, organizada por Clément Maurice. La entrada
    valía 1 franco, y asistieron 33 personas. Se
    proyectó un programa formado
    por once películas.
    La Llegada del Tren, de Louis Lumière, fue un breve
    reportaje documental que, a pesar de su trivialidad, obtuvo un
    gran éxito
    popular. Lumière siguió produciendo breves cintas
    documentales y a él se debe la creación del
    género
    de los noticiarios; sin embargo, el inventor francés,
    más científico que empresario, no llegó a
    captar las posibilidades comerciales del aparato
    cinematográfico que había inventado.
    El propio padre de Louis y Auguste Lumière habla de la
    primera proyección de sus hijos como de una simple
    "curiosidad científica". Sin embargo, si no lo inventaron
    todo, los hermanos Lumière serán los primeros en
    comercializar aquella "novedad". Ya como fotógrafos y
    asegurando el desarrollo de
    sus fábricas de placas fotográficas y de productos
    químicas, realizaron, en un año, cincuenta
    pequeños filmes de todo género.
    Desde 1.895 hasta el año 1903, los hermanos Lumière
    produjeron más de 2.000 películas de 16 mm, que en
    la mayoría de los casos eran filmaciones de escenas
    naturales, algunas de ellas de carácter
    cómico (como El regador regado), vistas de distintos
    países, etc. El auge industrial de la
    cinematografía les llevó a abandonar esta
    actividad. Louis se dedicó al estudio de la fotografía
    en color y en
    relieve. En
    1920 obtuvo la fotoesterosíntesis, y en 1935, el cine
    estereoscópico.
    El primer estudio de cine del mundo, verdadera fábrica de
    sueños en película, fue concebido, financiado y
    organizado por Méliès en octubre de 1.896, en el
    parque de su propiedad de
    Montreuil-Sous-Bois. Su realización costó a su
    propietario unos 70.000 francos-oro; pero, ¿qué
    importaba el dinero a un
    hombre que
    así daba a su pasión un medio de realizarse? de
    1.897 a 1.914 Méliès produjo unos 4.000 filmes.
    Entre las paredes de este estudio se hicieron realidad las
    invenciones de este creador-inventor que se obstinaba en hacer
    del mundo mágico una regla de oro para un
    espectáculo cinematográfico. Méliès
    creó el rodaje en estudio y la mayor parte de los trucajes
    del cine moderno y fue el legítimo inventor del
    género fantástico con la película Viaje a la
    Luna (1902).
    En 1.900, el estudio tenía 23m de ancho y dos pisos, donde
    se encontraban los camerinos de las mujeres y de los hombres. A
    cada lado del escenario, dos grandes departamentos
    contenían los decorados y todos los accesorios
    indispensables a los mecanismos de la realización. Los
    primeros estudios americanos fueron construidos por Stuart
    Blacktone, en Florida, en 1.905.
    En este mismo año, sólo habían 10 salas en
    todo Estados Unidos,
    luego una oleada de emigrantes recientes había alquilado
    todos los emplazamientos disponibles para mostrar al
    público unos filmes que los pioneros del cine fabricaban y
    montaban ellos mismos, con lo que para 1.919 ya se alcanzaba la
    cifra de 10.000 salas en todo el país.
    Durante los primeros años del siglo, el cine,
    además de ser medio de expresión, empezó a
    transformarse en una poderosa estructura
    industrial: pronto surgieron en Francia las
    primeras sociedades de
    producción, como la Pathé y la
    Gaumont; este fenómeno resultó muy evidente
    también en EE UU, donde Thomas A. Edison (1847-1931)
    fundó la Edison Co., una productora que, junto con la
    American Biograph Co. y la Vitagraph Co., controló
    desde el primer momento el mercado
    norteamericano.
    Edison no tardó en desencadenar la llamada «guerra de las
    patentes» con el objeto de monopolizar toda la producción de la incipiente industria
    cinematográfica, para la que el célebre inventor
    financió películas de tanto éxito
    como El Beso (1896) y, sobre todo, Asalto y Robo de un Tren
    (1903), de E.S. Porter, título fundamental de uno de los
    géneros cinematográficos por excelencia: el
    western.
    La completa gestación del lenguaje
    artístico del cine se logró entre 1908 y el final
    de la I Guerra Mundial,
    período que antecede
    al apogeo del cine mudo de los años veinte. En este
    proceso
    intervino una serie de innovaciones técnicas
    que mejoraron la calidad de las
    imágenes.
    La eliminación del molesto centelleo de las proyecciones
    primitivas permitió alargar las exhibiciones y, con ello,
    la longitud de las películas; además, las
    exhibiciones tendieron a estabilizarse en salas de
    proyección y el público se acostumbró a
    asistir a las sesiones de modo regular. En la formación de
    este hábito contribuyó en gran medida la
    aparición del cine de episodios, uno de cuyos mayores
    especialistas fue el francés L. Feuillade, colaborador
    habitual de la Gaumont. En EE UU, otro francés, L.
    Gasnier, llevó este género a su máxima
    expresión con los 36 episodios de Los misterios de Nueva
    York (1914-1915).
    En los años anteriores a la I Guerra Mundial,
    el cine danés ocupó un papel muy
    destacado gracias a sus melodramas pasionales y a su audacia en
    la presentación de temas eróticos; de esta
    cinematografía surgió una de las primeras
    «mujeres fatales» de la pantalla: la actriz A.
    Nielsen. El cine nórdico contribuyó al joven
    arte
    cinematográfico con la obra de dos directores de primer
    orden: V. Sjöstrom y C.Th. Dreyer, realizador de una de las
    películas capitales del cine mudo: La pasión de
    Juana de Arco (1927).

    Durante el mismo período se fraguó también
    la cinematografía italiana, con grandes y espectaculares
    producciones, como Quo Vadis? (1912), de E. Guazzoni, y Cabiria
    (1913), de G. Pastrone, en la cual intervino como operador S. de
    Chomón. Sin embargo, en la creación del lenguaje
    artístico cinematográfico intervinieron de modo
    preferente los cineastas estadounidenses, muy en particular D.W.
    Griffith, quien sintetizó los mejores hallazgos expresivos
    que habían de conformar la sintaxis básica del cine
    mudo (la utilización con fines dramáticos de la
    técnica del montaje, el uso alternado de los encuadres con
    el plano medio y el primer plano y con la innovación del gran plano general de un
    paisaje, la técnica del jump cut -corte sobre un mismo
    emplazamiento de cámara con el objeto de representar un
    paso de tiempo , la
    narración de dos historias paralelas y el flash back-, la
    técnica de la profundidad de campo). Todo este
    cúmulo prodigioso de innovaciones se dio cita en sus dos
    obras maestras: El Nacimiento de una Nación
    (1915), la película más taquillera de la historia del cine mudo, e
    Intolerancia (1916).
    En la época en que Griffith triunfaba, EE UU
    alcanzó la supremacía cinematográfica a
    escala mundial.
    La industria
    estadounidense se asentó de forma progresiva desde 1913 en
    un arrabal de Los Ángeles denominado Hollywood, donde
    fueron acudiendo los productores independientes que abandonaban
    Nueva York para eludir los ataques del trust organizado por
    Edison. Algunos de estos productores forman parte de la historia del cine, como W.
    Fox, S. Goldwyn, los hermanos Warner y A. Zukor, quien, en 1914,
    fundó la Paramount, que llegó a gestionar un
    circuito de cinco mil salas de exhibición. La nueva
    industria afincada en Hollywood se vinculó desde sus
    inicios a dos fenómenos cinematográficos: el
    western y el star-system; el western se convirtió en el
    género cinematográfico más popular, gracias
    en gran parte al productor y realizador Th. Harper Ince, y, al
    popularizar a determinados actores, contribuyó a la
    aparición del star-system, fórmula que cifraba el
    éxito comercial en el renombre y en la celebridad de las
    estrellas que intervenían en una película y en cuyo
    arraigo desempeñaron un papel esencial
    el uso del primer plano y el encasillamiento de los actores en
    ciertos arquetipos idealizados.
    La supremacía del cine estadounidense de este
    período – que no tardó en emprender el camino de
    las costosas y espectaculares superproducciones, como Los diez
    mandamientos (1923), de C.B. de Mille- vino dada, asimismo, por
    el desarrollo del
    cine cómico, impulsado en primer lugar por M. Sennett, en
    cuyos estudios se formó el más célebre de
    los actores cómicos, Ch. Chaplin, quien, a partir de 1916,
    se hizo mundialmente famoso con el personaje de Charlot; otras
    figuras primordiales de la escuela
    cómica estadounidense fueron H. Lloyd y B. Keaton.
    El cine mudo alcanzó su edad de oro en los años
    veinte. Tras superar la paralización impuesta por la
    guerra , el
    cine europeo volvió a brillar con luz propia
    gracias al cine alemán, soviético y francés.
    La revelación del cine alemán tuvo lugar en 1919
    con el estreno de El gabinete del doctor Caligari, de R. Wiene,
    que abrió las puertas a la estética del expresionismo
    cinematográfico, cuyos dos grandes maestros fueron F.W.
    Murnau, autor de Nosferatu, el vampiro (1922) y de El
    último (1924),
    y F. Lang, autor de Los Nibelungos (1923-1924) y de
    Metrópolis (1926).
    El cine sonoro (1928-1945). Pese a las reticencias iniciales con
    que fue acogido, el cine sonoro fue ganando posiciones desde su
    invención en 1928, hasta desplazar por completo al cine
    mudo a lo largo de los años treinta. Las pimeras
    películas de calidad se
    debieron a J. von Sternberg, René Clair y King Vidor; de
    forma paulatina, los grandes maestros del cine mudo, como
    Chaplin, Lang y Eisenstein, se adaptaron al nuevo medio y
    prosiguieron su brillante filmografía. El cine sonoro
    propició el desarrollo de dos nuevos géneros: la
    comedia y el cine de gángsters, muy cultivados en EE UU.
    Maestros consumados de la comedia fueron E. Lubitsch y F. Capra,
    cuyas obras, elegantes y refinadas, coexistieron con el
    género romántico en una época en la que el
    star-system femenino se hallaba dominado por dos actrices de
    origen europeo: M. Dietrich y G. Garbo. El cine de
    gángsters, por su parte, fue cultivado, entre otros, por
    H. Hawks y M. Le Roy. La depresión
    económica estadounidense propició la
    aparición de un cine social, de fuerte acento
    crítico, entre cuyos realizadores cabe citar a W. Wyler.
    Aunque, sin duda, uno de los directores más relevantes del
    cine estadounidense de estos años fue J. Ford, que
    dignificó el western en La diligencia (1939).
    El cine sonoro conllevó la aparición de nuevos
    talentos cómicos, como O. Hardy y S. Laurel y como los
    hermanos Marx , famosos a
    raíz de la comicidad disparatada de Sopa de Ganso (1933) y
    Una noche en la Ópera (1935), y resultó muy
    beneficioso para las películas de dibujos
    animados – género que, iniciado en los años veinte,
    siguió desarrollándose gracias en gran parte a
    la
    personalidad de W. Disney para las adaptaciones literarias,
    entre las que cabe destacar la realizada por V. Fleming de
    la novela de
    M. Mitchell Lo que el Viento se Llevó (1939). En el
    capítulo de las innovaciones, esta época vio surgir
    uno de los genios más significativos de la historia del
    cine: el actor y director estadounidense Orson Welles, quien, con
    Ciudadano Kane (1941), aportó sugestivas y originales
    técnicas (la composición en
    profundidad, el plano-secuencia, la utilización
    sistemática del flash -back y el
    enfoque de audaces perspectivas visuales, facilitadas por el uso
    de decorados con techos). La influencia de Welles se hizo notar
    en el cine negro, que nació en 1941 con El halcón
    Maltés, de John Huston.
    En el cine estadounidense de posguerra, se asistió a un
    apogeo del cine negro y a la progresiva aparición en
    escena de los miembros de la llamada «generación
    perdida», duramente golpeada por el maccarthismo (J.
    Huston, B. Wilder, E. Kazan, N. Ray y F. Zinnemann); el
    género musical conoció por entonces su época
    dorada, con los filmes de V. Minnelli, Un Americano en
    París (1951), y S. Donen, Cantando bajo la Lluvia (1952),
    que lanzaron al estrellato a G. Kelly y a F. Sinatra. El cine
    contemporáneo. La implantación acelerada de
    la
    televisión en EEUU y en Europa entre los
    años cincuenta y sesenta significó para la
    industria cinematográfica un nuevo reto.
    El cine estadounidense reaccionó impulsando producciones
    colosales, como la nueva versión de Los Diez Mandamientos
    (1956), de C.B. De Mille, y Ben-Hur (1959), de W. Wyler, y
    auspiciando la aparición de un cine de autor, basado en la
    libertad
    creadora y en la alta calidad artística del producto (R.
    Aldrich, A. Penn, M. Nichols, S. Peckinpah y S. Kubrick). En los
    últimos años, el cine estadounidense cuenta, entre
    otros, con P. Bogdanovich, W. Allen, M. Scorsese, F. Ford Coppola
    y S. Spielberg, quien ha revitalizado el género de
    aventuras con la serie de Indiana Jones (1981, 1984, 1989).
    El cine de autor alcanzó también un notable
    desarrollo en los países del bloque socialista, donde se
    hicieron valer realizadores como A. Wajda, R. Polanski, J.
    Skolimowski y M. Forman. La cinematografía
    británica fue renovada en los años sesenta por el
    movimiento del
    free cinema, integrado, entre otros, por L. Anderson, K. Reisz,
    J. Schlesinger y T. Richardson; de forma paralela a este
    movimiento desarrollaron su actividad D. Lean – Lawrence de
    Arabia (1962), Doctor Zhivago (1966) – K. Russsell y J.
    Losey.
    El cine de autor español se
    consolidó tras el advenimiento de la democracia y
    en virtud de realizadores como M. Gutiérrez Aragón,
    P. Miró, V. Erice, J. Chávarri, G. Suárez,
    J.L. Garci y J.J. Bigas Luna. Con posterioridad, el cine español ha
    adquirido proyección internacional a través de las
    películas de P. Almodóvar.

    3. Cinematografía en
    color

    Las películas en color han
    existido desde los comienzos mismos del cine, gracias al procedimiento
    artesanal de pintar fotograma a fotograma, o de virar la
    película en tonos monocromos por medio de un baño
    colorante. Siguiendo las experiencias de Newton en el
    s. XVII y las teorías
    de la visión cromática establecidas por Young y
    Helmholtz en el XIX. Maxwell demostró en 1861 el principio
    de la tricromía, que Ducos du Hauron aplico en 1868 a la
    fotografía; diez años después, éste
    logro superponer las tres emulsiones necesarias para reproducir
    los colores en una
    misma película.
    El primer sistema patentado
    de cine en color en la historia, el Kinemacolor, se basó
    en el principio de la bicronomía; fue registrado en 1906
    por G.A. Smith y Charles Urban, y permitía teñir
    alternativamente de rojo y de verde las imágenes
    durante la proyección, a una cadencia de 32 por segundo,
    por medio de unas pantallas coloreadas transparentes dispuestas
    ante el objetivo. En
    1911 el alemán Rudolf Fischer patentó un sistema que,
    perfeccionado en 1936 por el trust Agfa, se denomino Agfacolor;
    industrializado en 1940, se aplicó al cine por primera vez
    en el film de Veit Harlan La Ciudad Soñada (Die Goldene
    Stadt, 1942) y utilizaba tres emulsiones superpuestas sobre los
    mismos soportes, sensibilizadas al azul, verde y rojo
    respectivamente, invirtiendo luego los colores en el
    negativo para tirar copias sobre otra película con tres
    emulsiones. Pero el primer procedimiento que
    alcanzó un renombre mundial fue el Technicolor, fruto de
    lo trabajos iniciados en 1914 por los ingenieros Herbert T.
    Kalmus, Daniel Frost Comstock y W.B Westcott en el Instituto
    Tecnológico de Massachusetts, en su primera edición
    se trataba de un sistema bicrómico de dos películas
    de colores complementarios, que se dio a conocer en el cine
    comercial con The Toll of The Sea (1922) de Charles M.
    Franklin.
    La progresiva estabilización de los diferentes sistemas surgidos
    posteriormente, que se basan en los principios ya
    descritos, simplificó los procesos y
    contribuyó a popularizar el color tras el gran
    éxito mundial de Lo que el Viento se Llevo (Gone with the
    wind, 1939), de Victor Fleming; entre ellos cabe destacar el
    Gevacolor de la casa belga Gevaert, Ferranicolor de la italiana
    Ferrania, Anscolor de la americana Ansco, el sistema
    japonés Fujicolor, el soviético Sovcolor basa do en
    la Agía, etc. A partir de 1956 se generalizó el uso
    de negativos monopack (de una sola emulsión) para la
    filmación y de positivos technicolor para el tiraje de
    copias, de resultados menos inestables y más
    económicos.
    La creciente adaptación por directores de primera
    línea, como Visconti (Senso, 1954) o Mizoguchi (Yang Kwei
    Fei, 1955), significó una mayor prestigio para el cine
    cromático, que recibió un definitivo espaldarazo
    internacional con el triunfo en Venecia del filme de Antonioni Il
    Deserto Rosso (1964)¡. La madurez de los profesionales, la
    estabilidad de los sistemas, La
    integración del color a todas las esferas
    de vida cotidiana, el mercado
    suplementario de la televisión, han motivado que, en la
    actualidad, la producción las películas
    cromáticas tienda a superar en todo el mundo a las
    filmadas en blanco y negro.

    4. Técnica
    Cinematográfica

    La técnica del cine consiste en hacer pasar ante
    nuestros ojos varias imágenes por segundo, dándonos
    así la ilusión del movimiento; en efecto las
    imágenes percibidas por nuestra retina no se borran
    instantáneamente. Esta es la razón por la que
    nuestro ojo no percibe más que una línea continua
    de fuego cuando agitamos un tizón en la oscuridad. La
    observación de este fenómeno se
    remonta en la Antigüedad, pero fue necesario que los hombres
    necesitasen fotografiar las sucesivas fases del desplazamiento
    para que de una observación naciese una invención
    que iba a convertirse en un nuevo medio de expresión.
    El proceso
    creador de una película se inicia con la redacción del guión – que
    puede ser un texto original
    o una adaptación literaria – por el director, por
    uno o varios guionistas o en colaboración mutua. Cuando el
    guión es aceptado por el productor o una empresa
    productora dispuesta a financiar la película, se establece
    los reparto de actores que deberán interpretarla, se
    localizan los escenarios de rodaje, se construyen los decorados
    de estudios, si los hubiere, y se selecciona al personal
    técnico y artístico que trabajara a las
    órdenes del director. Una vez comenzado el rodaje, el
    director es la máxima autoridad en
    el terreno artístico – técnico, mientras que la
    responsabilidad de la buena marcha
    económica y administrativa de la película recae en
    el director general de producción o en el jefe de
    producción, representa los intereses de la empresa.
    A las órdenes del director están, además, de
    los actores, operador jefe, responsable de la iluminación y de la calidad de
    fotografía, su ayudante o cameraman, encargado del
    encuadre de cada toma, el maquillador, el técnico de
    sonido, el
    ayudante de dirección y los obreros y maquinistas del
    equipo. En la operación de rodaje se impresiona la
    película virgen a la cadencia de 24 imágenes por
    segundo (16 en cine mudo) y puede registrarse también el
    sonido en toma
    directa, aunque en algunos registra se prescinde del registro de
    sonido, o se graba únicamente un sonido de referencia.
    Salvo rarísimas excepciones, la película no se
    rueda siguiendo la continuidad establecida en el guión,
    sino según convenga en cuestiones de economía y organización, velando la scriptgirl (o
    secretaria de rodaje) para que a pesar de ello no se produzcan
    fallos de raccord u otras anomalías en la continuidad
    narrativa.
    La película que se impresiona cada día, sigue el
    plan de rodaje
    establecido, es enviada al laboratorio
    para ser revelada, positiva y controlada directamente por el
    director, quien selecciona las tomas que le resultan más
    satisfactorias. Este material llamado copión, pasa a manos
    del montador, que es el encargado de eliminar los trazos
    inservibles (descartes) y
    de restablecer a partir de dicho material la continuidad
    narrativa del guión en la llamada copia del trabajo, en la
    que se empalman ordenadamente los planos que la compones.
    Cuando el rodaje a concluido, el director y el montador de
    aplican a realizar las operaciones
    propias del montaje en dicha copia con la ayuda de la moviola y
    empalmando los planos entre sí mediante un adhesivo con
    acetona. Cuando la copia del trabajo entera satisfacción
    del director, se procede a sonorizarla, en caso de que se hubiera
    sido rodada sin sonido, o ha montar la banda sonora, en caso
    contrario, en sincronía con la película
    montada.
    Para la sonorización se emplean tres bandas sonoras,
    independiente correspondiente a las grabaciones de
    diálogos, músicas y efectos sonoros
    respectivamente, que el ingeniero de sonido funde luego de una
    banda única mediante la operación de la mezcla. A
    partir de la copia positiva montada se establece idéntica
    continuidad con la película negativa correspondiente, y de
    esta película negativa así montada se tiran las
    copias positivas para la explotación, que llevan
    incorporadas en el mismo soporte los fotogramas y la banda
    óptica
    de sonido.
    Del negativo original puede también tirarse una copia
    positivo de grano muy fino, llamada lavender, de la que se
    obtiene un segundo negativo, utilizado para tirar las copias de
    explotación, quedando depositada la película
    negativa original en un almacén
    que reúna condiciones de seguridad
    (llamado voltio en el argot cinematográfico). La primera
    copia positiva se denomina copia estándar o copia cero y a
    partir de ella se efectúan las correcciones de luminosidad
    de los diversos planos para obtener uniformidad en la calidad
    fotográfica de cada escena, operación que realiza
    él director de fotografía y que se llama etalonaje.
    Las sucesivas copias positivas se denominan copia 1 copia 2, etc.
    La proyección de la película sobre la pantalla se
    efectúa haciéndole desfilar, en el aparato
    proyector situado ante ella, entre una fuente de luz intensa y el
    objetivo de
    proyección que se utilizó para impresionarla.
    Cuando las cadencias no son las mismas, se produce el
    fenómeno anómalo de movimiento retardado o
    acelerado.
    Por su longitud la película puede ser un largometraje o un
    cortometraje. Atendiendo a su estructura se
    divide en secuencias, escenas y planos que han sido comparados,
    sin gran rigor, al capítulo, párrafo
    y frase de una novela. El plano
    es una dramática fundamental, computa por una serie de
    fotogramas estáticos impresionados por la cámara
    con rigurosa continuidad de tiempo y se define por cinco
    elementos: encuadre (espacio transversal abarcado), campo
    (espacio longitudinal abarcado), ángulo (incidencia de eje
    óptico sobre el sujeto), movimiento (panorámica
    travelling o grúa) y metraje (o longitud de plano).
    El montaje de los diversos planos, que hace nacer la unidad
    orgánica del film, permite crear un espacio y un tiempo
    cinematográficos distintos a los reales. Pero en el
    interior del plano el espacio y el tiempo son reales, a menos que
    intervengan trucajes distorsionadores (acelerados, maquetas,
    transparencias, etc.).

    5. Industrias
    Cinematográficas

    La cinematografía constituye una de las industrias
    más importante de bienes de
    consumo, de
    origen reciente y que generan mayor cantidad de economías
    externas, que inciden en una serie de actividades, desde las
    publicaciones gráficas hasta la industria de
    confección, abarcando buena parte de los bienes de
    consumo.
    El film, eje central de la industria cinematográfica,
    reviste la característica de ser un producto de
    consumo masivo. La cinematografía como fenómeno
    económico presenta dos peculiaridades: a) la demanda de
    filmes es una demanda
    dirigida, por tanto no libre; b) se trata de una industria ligada
    a la evolución de las condiciones
    técnicas incluso sociales de este siglo XX. La industria
    cinematográfica se inicia con una carácter
    acentuadamente artesanal en las postrimerías del s. XIX y
    principios del
    s. XX.
    En una primera etapa, que abarca hasta la I Guerra Mundial, la
    industria cinematográfica se enfrentó, por un lado,
    con la escasez de película virgen y, por otro, con una
    oferta escasa
    para hacer frente a una demanda débil. La distribución de los filmes se
    realizó en esta primera etapa a partir de los productores,
    que suministraban filmes directamente a los exhibidores, a menudo
    ambulantes.
    Surgen los primeros locales cinematográficos, lo que
    impulsó notablemente a la demanda e hizo aparecer filmes
    de duración superior a 200 mts. Pathé, Edinson,
    Biographa, Vitagraph y Messter son los nombres que corresponden a
    los primeros años de esta época, en que se
    condolida definitivamente el comercio del
    film y se separan las tres ramas de la actividad
    cinematográfica: producción, distribución y exhibición siendo en
    definitiva los distribuidos quienes controlan en definitiva el
    mercado, especialmente frente a la atomicidad de los
    productores.
    Hacia 1.910 aparecen las primeras tentativas
    monopolísticas: Pathé et Gaumont, distribuidora
    francesa, se extendió por toda Europa y
    consiguió llegar a la concentración vertical al
    abarcar la producción, distribución y la
    exhibición. En EE.UU la Motion Pictures Patents Company
    desempeñaba un papel semejante. La Primera Guerra
    Mundial interrumpió el rápido crecimiento de la
    oferta y el
    proceso de concentración industrial. Surgieron las
    compañías independientes, que impusieron los
    largometrajes y el Start-Systems, con lo que se consiguió
    aumentar el valor
    comercial del film.
    La Segunda Etapa abarca el período 1918 al 1927. En
    Alemania
    surgió la UFA, y en EE.UU, las compañías
    independientes Paramaunt, Goldwyn, Warner Bros, Fox, etc., se
    prepararon para la conquista del mercado mundial. En 1920 EE.UU,
    produjo 796 largometrajes, frente a 646 producidos por Alemania y 65
    en Francia. En
    este año cerca del 80% de las películas proyectadas
    en Europa fueron estadounidenses. Hollywood surgió en esa
    época como sede mundial de la industria
    cinematográfica, y con ello se impuso definitivamente la
    necesidad de cambiar la estructura financiera anterior. En la
    década de los 20 la banca
    inició su dominio de la
    industria cinematográfica, y al final de la etapa del cine
    mudo había absorbido en EE.UU todas las
    compañías independientes, excepto las 7 grandes de
    su época: 20th Century Fox, Warner Bros,
    Paramount Universal Pictures, United Artits, First National y
    Metro-Goldwyn Mayer. En esta época inciaron su
    producción masiva Gran Bretaña, la U.R.S.S.,
    Japón y
    la India.
    La Tercera Etapa del cine como industria abarca el período
    de 1948 al 1945. Rasgos característicos en esta fase son
    la consolidación del cine sonoro y con ello la
    aparición de la industria electrónica en el control de la
    industria cinematográfica. En EE.UU destacará la
    importancia de la American Telephon and Telegraph y de la General
    Electric (a través de la RCA).
    Con la aparición del sonoro el control de la industria se
    pierde definitivamente para las empresas
    puramente cinematográficas, y se concentra en manos de la
    gran banca y de la
    industria electrónica. Esta etapa marca la cada vez
    mayor trascendencia del filme como producto de exportación. En este mismo período
    se introduce y se consolida el cine en color, que representa
    mayor comercialización del producto, y un nuevo
    acicate a la demanda. En Gran Bretaña surgirá como
    gran empresa de rango
    internacional The Arthur Rank. Japón e
    Italia
    consolidarán en esta época su
    cinematografía.
    La Cuarta etapa de la industria cinematográfica abarca el
    período de 1945 al 1957, y tiene como
    característica esencial la competencia con
    la
    televisión en los países industrializados. Esta
    competencia
    obliga a la continua introducción de nuevos sistemas en la
    década de los años 50 (Cinerama, Cinemascope,
    Todd-AO, etc.) y la reconversión de la producción
    ante la necesidad de realizar telefilms, especialmente en los
    EE.UU, lo que repercute en l descenso de la
    producción.
    Surge, por otra parte, una industria cinematográfica de
    carácter estatal, en los nuevos países socialistas
    de modo especial en Checoslovaquia y en Polonia (cabe destacar el
    film Polsky de este último país). En 1946 se inicia
    una nueva forma de producción de filmes, la
    coproducción realizada mediante el acuerdo entre
    productoras de distintas nacionalizadas para compartirse los
    costes y conseguirse mayores beneficios, realizando copias con
    escenas distintas según el rigor de la censura de los
    distintos países. Italia, Francia
    y, posteriormente, España y
    Alemania, son los primeros países en régimen de
    coproducción.
    La última etapa de la industria cinematográfica se
    abre entre 1958 y 1960. En ella destaca la creciente
    producción del Japón, que con sus cinco grandes
    productores (Shochiku, Toho, Daiei, Tohei y Shintoho) cubre las
    necesidades no sólo del Japón y de gran parte del
    sudeste asiático, sino que se ha convertido en uno de los
    mayores exportadores mundiales. India y Hong
    Kong son ejemplos de productores que han incrementado
    extraordinariamente su producción. Los países
    iberoamericanos únicamente mantienen una posición
    destacable Méjico, Argentina y
    Brasil,
    habiendo descendido notablemente la producción argentina y en
    menor grado la mejicana.
    En España
    la producción cinematográfica se inició a
    finales del último decenio del siglo pasado, pero durante
    la primera mitad del actual mantuvo en gran parte el
    carácter artesano inicial; entre 1939 y 1953 se produjeron
    639 filmes por 199 productoras.
    El despegue de la industria cinematográfica se
    inició al final de la década de los 50, propiciado
    por las coproducciones (en 1967, de 140 largometrajes 91 lo eran
    en régimen de coproducción) generalmente con
    Italia. Sin embargo, el mercado español continua dominado
    por los filmes EE.UU. la exportación de filmes españoles,
    independientemente de las coproducciones, es bajísima
    debida a su escasa comercialidad provocado por el rigor de la
    censura y insuficiente calidad comercial.

    6. Efectos
    Especiales

    Son procedimientos
    que permiten intervenir sobre el contenido visual o sonoro de las
    escenas presentadas al espectador. La denominación engloba
    las diferentes técnicas con las que se crean efectos
    artificiales mediante la manipulación de los
    parámetros (velocidad,
    iluminación, etc.) que caracterizan la
    imagen
    registrada por la cámara cinematográfica.
    Entre los diversos dispositivos utilizados para crear efectos
    especiales destacan los filtros, que permiten absorber parte de
    la luz, generar imágenes múltiples (gracias a una
    superficie tallada de forma concreta), enfocar
    simultáneamente dos motivos (uno cercano y otro lejano),
    etc. Asimismo, se consideran efectos especiales los fundidos
    (desaparición gradual de una escena), los encadenados
    (doble exposición
    que permite transformar una escena en otra), las cortinillas
    (para ocultar una imagen y revelar
    otra) y la sobreimpresión (doble exposición
    que permite que una imagen aparezca superpuesta a otra). La
    modificación de la velocidad de
    registro
    permite crear efectos de aceleración o frenado de las
    imágenes (cámaras lenta y rápida) o la
    exposición a intervalos (gracias a la cual se pueden hacer
    «aparecer» y «desaparecer» objetos o
    personas). Forman parte de las técnicas de efectos
    especiales la utilización de maquetas, la
    superposición de vidrios pintados que ocultan partes del
    motivo que se desea ocultar (mat-painting), el empleo de
    viñetas (para superponer personajes a fondos, limitar
    imágenes, etc.), las composiciones de espejos y la
    proyección de fondos animados. Finalmente, las
    técnicas para la creación de efectos especiales
    incluyen todo cuanto se relaciona con los dibujos
    animados.

    Partes: 1, 2

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