Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Conciencia cuidadana (página 2)




Enviado por ciceron.geo



Partes: 1, 2

Las normas expresan un acuerdo existente en un grupo social;
y todos los miembros de un grupo para los que rija determinada
norma tienen derecho a esperar, que en determinadas ocasiones o
situaciones se ejecuten u omitan, respectivamente, las acciones
obligatorias o prohibidas. El concepto central de observancia
de una norma
significa el cumplimiento de una expectativa
generalizada de comportamiento. Este modelo
normativo de acción es el que subyace a la teoría
del rol social.

El concepto de acción regulado por normas tuvo
una significación especial en el desarrollo de
la teoría sociológica, a través de Durkheim y
Parsons.

3.- Nuestro autor también nos dice "El concepto
de acción dramatúrgica, no hace referencia
ni a un actor solitario ni al miembro de un grupo social, sino a
participantes en una interacción que constituyen los unos
para los otros un público ante el cual se ponen a
sí mismos en escena" (Habermas, 1987, 123). El actor
transmite en su público determinada imagen o
impresión de sí mismo al poner de manifiesto lo que
desea, es decir, su propia subjetividad. Aquí el concepto
central es el de autoescenificación, lo que
dignifica no un comportamiento expresivo espontáneo sino
una estilización de la expresión de la propias
vivencias a fin de influir en los espectadores. Este modelo de
acción sirve fundamentalmente a las descripciones de
orientación fenomenológica de la
acción.

El concepto de acción dramatúrgica se
utilizó a través de Goffman.

4.- Finalmente, nuestro autor nos dice "…el concepto
de acción comunicativa se refiere a la
interacción de a lo menos dos sujetos capaces de lenguaje y de
acción que (ya sea con medios verbales o con medios
extraverbales) entablan una relación interpersonal"
(Habermas, 1987, 124).

Los actores buscan entenderse sobre una situación
de acción para poder
coordinar de común acuerdo sus planes de acción y
con ello sus acciones. El
concepto central aquí, es el de
interpretación, que se refiere a la negociación de definiciones de la
situación susceptibles de consenso. En este modelo de
acción, el lenguaje ocupa, un sitio
prominente.

El concepto de acción comunicativa tuvo una
significación paradigmática a través de Mead
y después a través de Garfinkel.

Según Habermas "llamo acciones sólo
a aquellas manifestaciones simbólicas en que el actor…de
la acción teleológica, la acción regulada
por normas y la acción dramatúrgica entra en
relación al menos con un mundo (pero siempre con el mundo
objetivo)"
(Habermas, 1987, 139). Distingo de ella, los movimientos
corporales y las operaciones que
se co-realizan en las acciones y que sólo secundariamente
pueden llegar a adquirir la autonomía que caracteriza a
las acciones, a saber, por inclusión en un juego o en un
aprendizaje.
Esto es fácil de ver en el caso de los movimientos
corporales.

Las acciones tienen aspecto de procesos
observables en el mundo y así aparecen como movimientos
corporales de un organismo. Estos movimientos corporales son
gobernados por el sistema nervioso
central y constituyen el sustrato en que se ejecutan las
acciones; con sus movimientos, el agente o actor cambia algo en
el mundo.

Sin embargo, podemos distinguir los movimientos con que
un sujeto interviene en el mundo (actúa instrumentalmente)
de los movimientos con que un sujeto transmite un significado (es
decir, se expresa comunicativamente). En ambos casos, los
movimientos corporales producen un cambio
físico en el mundo. En el primer caso, es
causalmente relevante; en el segundo,
semánticamente relevante. Ejemplos de los primeros,
son: erguir el cuerpo, extender la mano, levantar el brazo,
cruzar las piernas, etc. Ejemplos de los segundos: los
movimientos de la boca, de los labios, de la laringe, en la
producción fonética o de fonemas;
las inclinaciones de cabeza, los encogimientos de hombros, los
movimientos de los dedos al tocar el piano, los movimientos de la
mano al escribir, al dibujar, etc.

Danto ha descrito estos movimientos como acciones
básicas (basic actions), lo que ha dado lugar a una amplia
discusión, que se ha planteado por la idea de que los
movimientos corporales no representan el sustrato mediante el
cual las acciones entran en el mundo, sino que ellos mismos son
acciones primitivas. Por ejemplo, girando el interruptor,
levantando el brazo derecho para saludar; dando un
puntapié al balón metiendo un gol. Estos son
ejemplos que son ejecutadas mediante una acción
básica. Una acción básica se caracteriza por
no poder
ejecutarse mediante otra acción. "Considero falso este
concepto" (Habermas, 1987, 141).

Las acciones son realizadas en cierto modo, mediante
movimientos corporales, pero esto lo entendemos en el sentido de
que el actor co-realiza esos movimientos cuando sigue una
regla de acción, técnica o social. El concepto
central aquí es que co-realización significa que
el fin del agente o actor es la ejecución de un plan de
acción,
y no de los movimientos corporales con cuya
ayuda realiza las acciones. Así que nuestro autor nos dice
"Un movimiento
corporal es elemento de una acción, pero no una
acción" (Habermas, 1987, 141).

Los movimientos corporales son similares a aquellas
operaciones
que Wittgenstein se vale para desarrollar su concepto de regla y
de seguir una regla. En las operaciones de pensamiento y
de habla, tienen siempre que co-realizarse con otras
acciones. A lo sumo, pueden constituirse en acciones
independientes en el marco de un ejercicio, como en el caso de un
profesor de inglés
que explica a una clase, la transformación a pasiva de un
verbo en voz activa.

Sigamos ahora, la línea principal de este
trabajo, referida a que en la acción medio-fin, Habermas
distingue dos modalidades. La primera, la acción
instrumental,
se rige por normas técnicas
que descansan en un saber empírico e implican prognosis
observables sobre acontecimientos observables que pueden ser
físicos o sociales. Así por ejemplo, para llevar un
hombre al
espacio, se requieren algunos aparatos con estas y otras
condiciones; o si se introducen estos y otros factores en la vida
social, como una mejor calidad de
vida traducida en menos enfermedades en la población adulta, entonces en el plazo de
una década la productividad de
la población económicamente activa se
habrá elevado entre un 8 a 10%.

La segunda es decir, La acción
estratétiga o elección racional
, "se orienta
por estrategias
basadas en un saber analítico" (Gabás, 1980, 104),
es decir, a partir de ciertas reglas de preferencia o sistemas de
valor y de
máximas generales se deducen correcta o falsamente ciertas
consecuencias. Por ejemplo, el dinero ha
de invertirse de manera tal que conserve su valor y
produzca altos beneficios ..esto se da en las autopistas de
peaje, por lo que es aconsejable invertir en la construcción de autopistas; la democracia
tiene estas ventajas ..y la dictadura
estas otras.

Yo prefiero o elijo la democracia.
Incluso muchas acciones son una combinación de la
acción instrumental y de la acción
estratégica. Estos tipos de acción pueden
realizarse monológicamente, es decir, sin necesidad de una
acción dialógica (diálogo)
con otros hombres.

LA ACCIÓN
COMUNICATIVA

A la esfera del trabajo, nuestro autor Habermas,
contrapone el ámbito de la acción
comunicativa
, que define como "una interacción mediada
por símbolos" (Gabás, 1980, 104). Dicha
acción tiene como núcleo fundamental las normas o
reglas obligatorias de acción que definen formas
recíprocas de conducta y han de
ser entendidas y reconocidas intersubjetivamente. Este tipo de
acción da lugar al marco institucional de la
sociedad en
contraposición a los sistemas de acción
instrumental y estratégica.

Habermas asigna al marco institucional de la sociedad,
las siguientes funciones:
Organización colectiva para la
conservación de la especie, la cual no está
asegurada exclusivamente por el instinto; –
institucionalización de los procesos de
aprendizaje y
acomodación, y especialmente, – la represión y
canalización de tendencias libidinosas o agresivas que
resultan disfuncionales para la propia conservación
colectiva de la sociedad.

Esta última función
del marco institucional de la sociedad, implica un doble factor:
-La
organización del poder a fin de reprimir dichas
tendencias agresivas y – la articulación y
satisfacción de nuestras necesidades. Esta
articulación y satisfacción de las necesidades se
cumplen mediante la tradición cultural. En este
sentido, los valores
culturales interpretan las necesidades humanas mucho más
ampliamente de lo necesario para la propia conservación
(contenidos míticos, religiosos y utópicos, es
decir, los consuelos colectivos, así como las fuentes de la
filosofía y de la crítica).

Una parte de los contenidos culturales se transforma
funcionalmente y sirve a la legitimación del sistema de
dominio; sobre
este último y sobre el grado de represión, decide
el marco institucional, así como sobre el grado de
emancipación e individuación, por ejemplo, fijando
la oportunidad de satisfacción de necesidades
específicas del estrato, así como las necesidades
de carácter
general.

Mediante la distinción mencionada entre
trabajo e interacción
, Habermas reconstruye la
evolución de la sociedad desde la Edad Media
hasta nuestros días.

Así tenemos, que en la sociedad
tradicional
(hasta la burguesía moderna), el marco
institucional se legitima mediante interpretaciones
míticas, religiosas y metafóricas de la realidad en
su conjunto. La acción instrumental
(técnica, estratégica) se mantiene subordinada a
las tradiciones legitimantes. En la sociedad capitalista se
amplían cada vez más, los subsistemas de
acción instrumental, particularmente, la economía.

El tipo tradicional de racionalidad comunicativa se ve
confrontada en los tiempos modernos con la nueva racionalidad de
tipo científico-técnico (instrumenta). En dicha
confrontación, sale derrotada la anterior racionalidad
comunicativa, en virtud de que la interpretaciones
mítico-religiosas son sustituidas por las interpretaciones
científicas. No obstante, la sociedad capitalista se
encuentra ante el problema de lograr un nuevo marco institucional
es decir, un nuevo conjunto de normas y de
legitimarlo.

Si por ejemplo, los estratos sociales o la diferencia de
clases se legitimaban antes, utilizando una concepción
jerárquica del mundo (de tipo religioso) y si la
burguesía organiza la revolución
contra la clase noble y su base legitimatoria,
¿Cómo se justifica entonces la diferencia entre la
clase de los propietarios y la de los
desposeídos?

Según nuestro autor, "El capitalismo
resolvió este problema por una singular fusión
entre marco institucional (interacción) y sistema
económico (trabajo). Las normas de integración social (de justicia, de
reciprocidad de acción) se insertan en el sistema
económico mismo (mercado)…"
(Gabás, 1980, 106). El intercambio de mercancías
(la acción económica), en cuanto equivalente, es
justo, ya que es una interacción
legítima.

En efecto: "….de esta manera, la desigualdad de poder
económico se

enmascara y legitima "desde abajo", ya no utilizando
criterios religiosos-culturales (dominio
político de clase), sino por la aparente racionalidad
(*)

—————————————

(*) Concepto de Racionalidad. (Tomado de Habermas,
Teoría de la Acción C, tomo I).

inherente a las relaciones de producción" (Gabás, 1980,
106).

A su vez, la
organización estatal se despoja de toda
pretensión de dominio y se establece como una esfera de
interés
común, como garante del libre juego social,
pero sin asumir un rol propio en el juego mismo, sin intervenir
directamente en el mercado. Por
tanto, el marco institucional es inmediatamente económico
(supuesta justicia del
mercado) y sólo mediatamente político:
superestructura y concepción del Estado
como

ideología que encubre y hace posible la
"injusticia real" del mercado
. De aquí podemos inferir
que la creciente expansión de las fuerzas de
producción lleva a un tipo de sociedad donde el factor
dominante e integrante es el económico. Por ello, las
tradiciones culturales pasan a un

segundo plano (por ejemplo, subjetivación de la
fe y de la ética).
Ahora, se buscan legitimaciones que pretenden un carácter
científico, pero que tienden realmente
también a relaciones de poder. "Y ése es
para Habermas el contexto del nacimiento de las ideologías
en sentido estricto, o sea, de las doctrinas que justifican el
dominio bajo capa de ciencia"
(Gabás, 1980, 107).

Es que la ciencia que
surge desde Galileo, se desarrolla en un marco
metodológico en el cual se refleja ya el punto de vista
trascendental de la posible tendencia hacia la técnica; es
decir, la nueva ciencia no avanza como afán de conocimiento
de la realidad, sino en un clima de
primacía del interés
económico, de la acción instrumental
(técnica). Este tipo de interés actúa como
un marco trascendental en la constitución de la nueva ciencia, que en su
momento inicial no manifiesta todavía su verdadera
naturaleza, es
decir, su potencial de aplicación
técnica.

Entonces el capitalismo
realiza una transformación decisiva en su ideología legitimante con la
transición al estado social. El desarrollo de
los grandes monopolios y sociedades de
acciones, las crisis
económicas, la crítica social y la organización del proletariado, hacen
estallar el equilibrio del
Estado liberal, exigiendo una nueva forma de estabilizar el
sistema y de justificar la desigualdad social. La nueva forma de
equilibrio se
logra cuando el Estado
abandona la figura de mero garante y espectador neutral del libre
mercado, para convertirse en conductor y orientación del
sistema económico.

Este intervencionismo estatal implica para nuestro autor
"…una repolitización del marco institucional…"
(Gabás, 1980, 108). En donde el término
repolitización significa que el intercambio equivalente ya
no puede realizarse bajo la figura de integración social, ya que ha sido
desenmascarado como falso y desintegrador. Por ello, el estado
que antes se mantenía al margen del mercado ahora le toca
intervenir con su poder en el movimiento
económico y en relación de las partes
antagónicas. Nuestro autor, nos dice al
respecto:

"La sociedad ya no se integra por la libre
interacción económica, sino por la dirección del poder estatal; el Estado es
ahora árbitro de la interacción justa, de las
normas sociales….ahora tiene que legitimar el poder
directo
que ejerce en la ordenación del mercado y de
la sociedad, pues, en términos marxistas, ya no se
presenta como simple superestructura, sino que controla la base
económica misma" (Gabás, 1980,. 108).

De la cita anterior, podemos deducir que el
intervencionismo estatal se justifica en virtud de la desigualdad
social existente y de la concentración de la economía en pocas
manos, cuestiones que obligaron a una repolitización de la
economía, bajo la figura dominante del Estado.

Esta necesidad de legitimación directa se
satisface ahora, según Habermas, mediante la
ideología tecnocrática. El Estado se escuda
para su propia legitimación en la nueva mentalidad
aceptada, la del progreso técnico. Habermas explica
el nacimiento de esta ideología desde el desarrollo del
movimiento científico. En efecto:

"Hemos visto, que en su nacimiento, la ciencia moderna
estaba afectada por el interés técnico
(económico)… se ha llegado a un entrelazamiento cada
vez más claro, entre ciencia, técnica y su
utilización"…Esto significa que si el Estado dirige la
economía y si la ciencia está al servicio de
la economía, entonces el Estado pasa a ser
también el director del proceso
científico…." (Gabás, 1980,
108-109).

El pensador francfurtense, explica cómo es el
Estado mismo el que encarga la investigación que mayoritariamente
está orientada al campo militar, desde donde las
informaciones pasan a la producción de bienes
económicos. Así, la ciencia y la técnica se
convierten en la primera fuerza de
producción y por otra parte, se fusionan la
producción y el marco institucional, encarnado ahora de
nuevo en el Estado.

Ahora, el Estado tecnocrático se legitima a
sí mismo, por la evolución científica; se
presenta como ejecutor de las leyes y
exigencias del progreso técnico; se presenta como ejecutor
de las leyes y
exigencias del progreso técnico. Aparte de esta cara
científica, el Estado tecnócrata ofrece a la
población un programa de
bienestar, seguridad y
estabilidad de ingresos.

Esta mezcla de política y ciencia
técnica implica, para Habermas, dos consecuencias
fundamentales: 1.- El Estado no se orienta a fines
prácticos (felicidad de los seres humanos, ética
social, elevación cultural,…) sino a la solución
de tareas técnicas;
y así la economía (la acción técnica)
absorbe cada vez más el marco institucional. 2.- Como las
cuestiones técnicas exigen conocimientos especializados,
la mayor parte de la población queda excluida de las
decisiones políticas.

En cuanto a la disputa sobre la técnica en
Alemania
, las cuales estuvieron focalizadas o centradas en
Jacques Ellul, Arnold Gehlen y Hebert Marcuse, Habermas se
interesa especialmente por el proceso
histórico que acabamos de mencionar. Nuestro autor discute
fundamentalmente dos posiciones, a saber: Una, liberal y
la otra, conservadora.

La interpretación liberal de la técnica
descansa en que el hombre
tiene aún en sus manos la dirección del progreso técnico y ve
en éste, la posibilidad de la libertad
subjetiva: exoneración del trabajo físico,
eliminación de riesgos, marco
más amplios entre medios alternativos, ampliación
del ámbito de conducta racional, posibilidad de darle un
sentido a la historia, pues de suyo
carece de sentido. Sin embargo, Haberlas objeta a esta
interpretación un desconocimiento de la situación
fáctica, en la que no se permite la formación de
una libre voluntad colectiva.

En la interpretación conservadora, nuestro autor
se refiere a las posiciones asumidas por Geblen y Ellul-Shelsky.
El primero manifiesta que el hombre a
través de la evolución técnica, el hombre ha
objetivado progresivamente sus acciones en las máquinas:
pies y manos en los medios de locomoción, vista y oído en
los medios audiovisuales y el cerebro en los
sistemas cibernéticos. Finalmente, en los sistemas
hombres-máquinas
se conjugan las acciones mecánicas y las reacciones
humanas.

En este sentido, el nacimiento de la técnica
moderna es para Geblen mencionado por Gabás, "una
continuación del proceso natural de evolución
del hombre. Los nuevos aparatos pertenecen al hombre como la
coraza a los crustáceos" (Gabás, 1980, 110). Se
produce a su juicio, una estabilización
antropológica en virtud de que el progreso técnico
y el marco institucional se funden en un proceso
meta-biológico.

Schelsky entiende que dicha fusión
obedece a una necesidad objetiva, a las leyes inmanentes del
progreso científico-técnico. A la sociedad
técnica corresponde un Estado técnico que suprime
las formas tradicionales de dominio político en una
administración total. Schelsky mencionado
por Gabás "El dominio se transforma así en una
administración
científica de relaciones cosificadas" (Gabás,
1980, 110-111). Esto se interpreta diciendo que el Estado
está sometido a la ley de que los
medios determinan los fines, de que las
posibilidades técnicas implican con necesidad la manera de
su aplicación.

Lo acertado en esta interpretación es,
según Habermas mencionado por Gabás "…que en ella
se pone de manifiesto cómo la evolución
fáctica conduce a una fusión de
trabajo y marco institucional
, de ciencia,
técnica, industria,
mundo militar y administración…." (Gabás, 1980,
111). Sin embargo, pone en duda, que tal fusión obedezca a
una necesidad objetiva de la evolución
técnica.

Analizando el aspecto de necesidad objetiva,
nuestro autor compara o confronta la posición de Marcuse
con la de Gehlen y Schelsky. Así descubre en Marcuse una
ambigüedad en la relación entre fuerzas
técnicas de producción y relaciones de
producción. En opinión de nuestro autor, Marcuse
nos dice:

"… desenmascara acertadamente…que la
técnica está entremezclada con el dominio
político y el poder social (relaciones de
producción, marco institucional): el creciente nivel de
vida implica como envés la regulación y
manipulación administrativa de la existencia humana: con
el bienestar aumentan la represión, la
reglamentación del trabajo y del tiempo libre,
el peligro de autodestrucción nuclear; la creciente
racionalidad técnica se trueca en irracionalidad
práctica, pues el control de
las necesidades se sustrae a la decisión de los
hombres…." (Gabás, 1980, 111).

De la cita anterior, podemos deducir que Marcuse sale
bien librado en el análisis que hace Habermas, pues realmente
reconoce que aquél establece una estrecha conexión
entre dominio político a través de las relaciones
de producción y el poder social mediante el "marco
institucional" 2. Para Marcuse el aumento en el nivel de vida es
directamente proporcional al grado de regulación y
manipulación de la sociedad tecnológica sobre el
ser humano, mediante la represión y en donde la
racionalidad se trastoca en irracionalidad, ya que las
necesidades humanas están supeditadas a las decisiones de
los hombres.

————————–

2 Ver definición de marco institucional en las
páginas anteriores de este trabajo.

Sin embargo, Habermas critica a Marcuse que establece
una relación

ineludible entre la técnica y tales
fenómenos, por lo que cae en la misma posición de
Geblen. Así, Marcuse se ve arrastrado a la
afirmación "de que no es posible suprimir el dominio
político sin suprimir la técnica. Y en
consecuencia, dice que los sistemas sociales de oriente y
occidente no pueden revolucionarse sin el desarrollo de una nueva
técnica…" (Gabás 1980, 111).

Marcuse cree que en la moderna ciencia técnica
existe un a priori contingente con un matiz
ideológico en su génesis, el cual impone violencia
tanto al objeto como al hombre. La ciencia así
estructurada tiende al aumento de las fuerzas de
producción, que permiten el enmascaramiento de la
represión ante la población porque el dominio se
legitima
por el aumento de la productividad y
el creciente dominio sobre la naturaleza.

Pero es en este a priori técnico donde
Habermas discrepa de Marcuse, pues aquél sostiene que la
acción medio-fin lleva implícito un interés
técnico. Sin embargo, Habermas se muestra
escéptico sobre una naturaleza no sometida al dominio del
hombre mediante la técnica. Considera por tanto, que la
idea de una "técnica nueva" en Marcuse, no es un
alternativa real, ya que la estructura de
la acción medio-fin, no es un proyecto
contingente (casual o incidental) del hombre sino una constitución trascendental del mismo
(del hombre), en virtud de que su conservación va ligada
al intercambio con la naturaleza mediante el
trabajo.

Habermas coincide con Geblen en que se han fundido la
técnica y el marco institucional; coincide con Marcuse en
que dentro de dicha función,
la ciencia técnica asume la función
ideológica de legitimar las actuales relaciones de poder.
No obstante, discrepa de ambos en cuanto al vínculo
necesario que ellos establecen entre "sociedades industriales" y
"Estado tecnocrático"

Habermas mencionado por Gabás, a diferencia de
Marcuse, no postula una reestructuración de la
técnica para la superación del estado
tecnocrático, "sino que recurre a su propio marco
categorial: la distinción entre trabajo e
interacción. Y así se ve lo ideológico de la
ciencia técnica y del Estado tecnocrático en el
encubrimiento de la diferencia entre acción
instrumental e interacción
" (Gabás, 1980,
112-113).

Aquí la palabra encubrimiento, significa
que la distinción continúa existiendo de hecho y de
derecho, pues al menos en ciertos niveles, se discute y decide
que técnicas han de realizarse, se establecen prioridades
de valores, se
finge un consenso democrático, etc, todo lo cual pertenece
a la esfera de la interacción. Pero se recurre a una
ciencia "fetichada" a fin de que no aparezca tal diferencia y
para que la población no tome conciencia de la
manipulación de que es objeto, por los intereses de una
oligarquía. De esta manera no pone en práctica su
derecho a la autodeterminación y no internaliza que la
lucha de clases prosigue de manera latente. En definitiva,
parea Haberlas mencionado por Gabás nos señala que
"..la ciencia y la técnica son pues, ideológicas
(de acuerdo en esto con Marcuse) en tanto se recurre a ellas para
fingir una racionalidad legitimadora del dominio"
(Gabás, 1980, 113).

A pesar de las críticas que hace Habermas,
reconoce que la conciencia
tecnócrata es menos ideológica que otras
ideologías ya que no sólo finge el
cumplimiento de intereses de los ciudadanos sino que
parcialmente, los satisface también. Pero tiene más
ideología que otras ideologías antiguas, ya que no
solo justifica el dominio de una clase sobre otra y reprime la
necesidad de emancipación de la clase reprimida, sino que
afecta al interés emancipatorio de la especie como tal.
Así, la ciencia criatura del hombre, se instala como un
demonio impersonal que decide la vida de la humanidad.

Finalmente, desea reestablecer la interacción en
su autonomía frente al trabajo, es decir, la
participación de los ciudadanos en las decisiones políticas,
y en eso lo acompañamos. Pero deja en el aire un aspecto
del asunto: el materialismo, el
confort, poder adormecedor de la sociedad de consumo, el
cual es consecuencia directa de la declinación de los
aspectos espiritualistas o idealistas. Habermas cree que los
antiguos ideales han muerto, pero cree también que se
mantiene en pie el ideal por la emancipación,
cuestión que se estudiará en la sección
correspondiente a los intereses del conocimiento.

BIBLIOGRAFÍA

Gabás, Raúl (1980). Jürgen
Habermas: Dominio Técnico y Comunidad
Lingüística.
Editorial ariel. Barcelona, España.

Habermas, Jürgen. (1987). La Acción
Comunicativa
. Tomo I.Editorial Taurus. Madrid. España.

FJAF/febrero de 2002

Universidad Nacional Experimental Rafael María
Baralt (UNERMB).

 

Francisco Avila Fuenmayor

Visite mi web site
en http://www.geocities.com/ciceron.geo/

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter