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La cultura taína




Enviado por amar137



    1. Introduccion
    2. La cultura
      taina.-
    3. Arte rupestre y
      artesania
    4. La
      agricultura
    5. La escultura entre los
      tainos
    6. Algunos elementos dejados por los
      tainos a nuestra cultura.-
    7. Conclusion
    8. Bibliografía para el
      estudio de la cultura taina

    INTRODUCCION

    Desde el momento mismo del descubrimiento de la
    Española, cuando Colón y sus acompañantes
    pisan tierra y
    entran en comunicación con los aborígenes,
    tiene lugar un proceso
    más o menos complejo de relaciones raciales y culturales
    entre los unos y los otros.

    Los contactos de los españoles con los nativos de
    la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que
    produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de
    los nativos. Ya hacia 1560 apenas quedaban algunos grupos dispersos
    de indígenas, sin mayores consecuencias para el futuro
    progreso de miscegenación que daría nacimiento al
    hombre
    dominicano. A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la
    actualidad el nuevo tipo étnico común a otras
    latitudes del continente: el mestizo.

    La temprana desaparición de los naturales de la
    Española fue también causa que su cultura, que a
    la llegada de los conquistadores atravesaba por una etapa
    neolítica, de cultivo intenso de la agricultura y
    producción de cerámica y materiales
    líticos, no pasara a integrarse por completo a la
    simbiosis operada más tarde con la cultura de otros
    grupos
    foráneos.

    De la cultura taína restan muy pocos remanentes,
    y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de
    la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de
    esos aspectos perduraron a través del esclavo africano,
    quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y
    hábitos de trabajo.

    Así, por ejemplo, cuando los taínos
    empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya
    dominar la técnica del cultivo de la yuca y la
    preparación del casabe, que era el alimento básico
    de aquellos. A través de los esclavos africanos, los
    taínos legaron a nuestra cultura el cultivo de roza, cuya
    quema y tala de árboles
    serían luego continuadas por los plantadores
    azucareros.

    En el siguiente material encontraremos una
    recopilación de la cultura de nuesros ancestros: Los
    taínos, su forma de vida, sus costumbres y el legado que
    nos dejaron.

    LA
    CULTURA TAINA.-

    En el año 1492 Cristóbal Colón toca
    las costas de la isla y descubre en sus habitantes una raza
    indígena desconocida llamada taínos que en
    lengua arawaca
    quiere decir bueno o noble. Los taínos habitaban
    esta isla desde el año 800 A.D.

    Se organizaban en unidades tribales que se regían
    diariamente y dedicados a una vida sedentaria simple y rica en
    tradiciones religiosas y agricultoras, la expresión de su
    cultura en nuestra isla era la más rica del área
    del Caribe.

    Sin embargo, el descubrimiento y sus métodos de
    conquista exterminaron esta raza en un período aproximado
    de 50 años, lo cual limitó el impacto de dicha
    cultura indígena sobre la dominicana.

    El sistema de
    colonización tuvo que traer al Continente Americano,
    personas más fuertes y resistentes a las duras faenas de
    trabajo.

    ARTE RUPESTRE Y
    ARTESANIA

    El gran desarrollo
    alcanzado en las actividades artísticas y artesanales fue
    uno de los rasgos más característicos de esta sociedad.

    La confección de una extraordinaria cerámica para fines funerarios y rituales y
    la fabricación de una enorme cantidad de ídolos,
    amuletos y otros artículos de lujos, confeccionados en
    piedra, madera,
    concha, hueso y otros materiales no se han conservado tanto, como
    los de algodón y otros (cuyo semi principal se encuentra
    en el Museo de Turín, Italia).

    Se han encontrado muestras del arte rupestre
    taíno en diferentes localidades de la isla como en las
    cuevas de las Maravillas y del Pomier; también, al dar la
    vuelta al Lago Enriquillo se pueden ver las famosas
    Caritas.

    Otras cuevas conocidas por sus pictografías se
    encuentran en el Parque del Este y en los Haitises.

    Las piezas de alfarería taína halladas en
    nuestra isla son de superior calidad a las de
    otras islas, al igual que los artefactos líticos y en
    madera que
    conformaron toda una parafernalia para la realización de
    rituales mágicos religiosos taínos.

    Los dos productos de
    cestería más importantes que quedan como herencia de esta
    cultura precolombina son la hamaca y el macuto.

    El arte de los
    indios taínos como el de todos los pueblos
    aborígenes refleja su particular concepción del
    mundo. Los taínos creían en espíritus
    superiores que controlaban, a veces caprichosamente, la naturaleza humana
    y el mundo.A estos espíritus el hombre
    debía halagar, apaciguar o neutralizar por medio de ritos
    y ceremonias sagradas. El arte taíno, encarnación
    de dichas creencias, se expresaba, con relativo o absoluto
    dominio
    técnico en agradables formas convencionales, elaboradas
    con los más diversos materiales. De algunos de sus
    ejemplares, ejecutados con materia
    perecedera, sólo nos resta la descripción que de ellos nos dejaron los
    cronistas de Indias.

    Pocos objetos de valor
    artístico se salvaron de la destrucción
    sistemática, llevada a cabo por los misioneros y
    colonizadores, de todo lo que para ellos, tenía
    significación mágico-religiosa, es decir los
    ídolos y otros objetos de uso ceremonial. De la
    destrucción, que obedecía a las ideas religiosas de
    la época, sólo se salvaron aquellas que se
    enviaron, como objetos exóticos, a príncipes
    europeos renacentistas quienes los conservaron en sus gabinetes
    de curiosidades, y aquellos que, a tiempo, lograron
    esconder los indios en cuevas y otros lugares inaccesibles para
    los conquistadores, y que serían, siglos más tarde,
    re-descubiertos por arqueólogos y campesinos.

     Lo que hoy podemos denominar arte taíno no
    es otra cosa que la expresión simbólica y estética de su sociedad, de sus
    necesidades, y sobre todo, de sus creencias y prácticas
    mágico-religiosas. Es dentro de esta realidad que podemos
    apreciar e interpretar sus diversas expresiones.

    LA
    AGRICULTURA

    Los Taínos nos dejaron una gran herencia social,
    podemos citar, por ejemplo: varias plantas
    domesticadas como la yautía, el tabaco, el
    ñame, el maní, el maíz, el
    mapuey y ni decir la yuca y la elaboración del cazabe,
    cuyo proceso se
    mantiene casi intacto hasta nuestros días. Son herencia
    taína sobreviviente a la conquista.

    LA ESCULTURA ENTRE
    LOS TAINOS

    Las creencias taínas en la magia
    simpática, así como en seres espirituales capaces
    de controlar la naturaleza,
    permeaban y moldeaban su cultura. Para el indio la naturaleza
    estaba animada de poderes sobrenaturales con los que los
    bohiques o chamenes y los caciques podían
    comunicarse a través de estrictas y elaboradas
    prácticas y ritos ceremoniales. Fray Romón
    Pané (1974, Cap. XIX), a comienzos de la conquista en La
    Española, recogió valiosa información que nos ilustra la manera como
    el artista taíno recibía la inspiración o
    más bien la orden de elaborar un objeto sagrado. Refiere
    el fraile que cuando un indio que transitaba por un oscuro y
    solitario lugar veía moverse las ramas de un árbol
    sin la intervención de brisa alguna, persuadido de que se
    trataba de un fenómeno sobrenatural, se detenía y
    le preguntaba al árbol quién era y qué
    deseaba. El árbol, según el fraile le
    decía:

    "…Llámame a un behique y te diré
    quién soy."

    El fraile sigue diciendo:

    …y aquel hombre ido al
    susodicho médico, le dice lo que ha visto y el hechicero o
    brujo corre enseguida a ver el árbol de que el otro le ha
    hablado, se sienta junto a él, y le hace la caoba… Hecha
    la caoba, se pone de pie y le dice todos sus títulos, como
    si fuera un gran señor y le pregunta, "Dime quién
    eres y qué haces aquí y, que quieres de mí y
    por qué me has hecho llamar Dios si quieres que te corte o
    si quieres venir conmigo y cómo quieres que te lleve, que
    yo te construiré una hereda."

    Este sentimiento de hermandad con la naturaleza,
    típico de los pueblos aborígenes, produce en el
    artista taíno un profundo respeto por los
    materiales con los que plasma sus obras. La piedra, la madera, el
    hueso, la concha de caracol, no sólo representan el medio
    sobre el cual ha de trabajar sino la identidad
    existente entre esa materia y el
    espíritu mismo de la deidad que en la obra ha de
    plasmarse. Sólo diestros artífices eran capaces de
    elaborar los ídolos y demás objetos del culto
    mágico-religioso.

    La celebración de los ritos y ceremonias
    taínas, tales como los areytos y la cojoba
    (inhalación de los polvos alucinógenos),
    conllevaban toda una serie de expresiones artísticas,
    manifestadas a través de un rico y vistoso despliegue de
    cantos, danzas, música,
    indumentarias, objetos sagrados y adornos personales. En esta
    forma rendía homenaje la sociedad indígena a los
    dioses y espíritus tutelares; requería, mediando
    ruegos y ayunos, su protección y ayuda y así
    lograba conocer sus mandatos y decisiones.

    El areyto, ceremonia celebrada por diversos motivos y
    con actividades desde festivas hasta luctuosas, ejemplifica la
    unión de las distintas expresiones artísticas al
    servicio del
    grupo, de la
    misma manera que la propia sociedad taína representaba la
    unión de todos los miembros en la conservación de
    su supervivencia física y
    espiritual.

    Los cronistas de Indias describen los areytos como
    complejas y largas ceremonias en las que la
    literatura oral, en forma de declaraciones poéticas,
    historias míticas y canciones, acompañadas por la
    música y
    los ritmos producidos por trompetas y tambores de madera,
    maracas, flautas, silbatos y fotutos de caracol, así como
    por el tintineo de sartas de caracoles, servían para
    recordar las gestas históricas de los taínos e
    impartir la enseñanza de sus valores
    tradicionales.

    A los cantos y la música acompañaba el
    baile comunitario, elaborándose para cada ceremonia una
    complicada coreografía en la que se en lazaban los
    movimientos de la danza con el
    despliegue, por los bailarines de la rica gama de
    ornamentación y de color
    representado por los llamativos diseños pintados sobre sus
    cuerpos, las máscaras que cubrían sus rostros, los
    vistosos adornos de cabeza, hechos de algodón, plumas,
    paja y oro, y los bellos collares, pulseras, orejas y colgantes
    con que completaban su atuendo.

    El arte de los taínos, conceptual y a la vez,
    utilitario, refleja antes de nada, su visión
    mágico-religiosa, del mundo. Sus obras de arte
    están representadas por una vasta gama de objetos de uso
    personal y
    doméstico, y, en particular, por un rico repertorio
    ceremonial. La variedad y cantidad de estos objetos,
    trabajosamente elaborados (recordemos que no disponían de
    instrumentos metálicos) en los más diversos
    materiales obtenibles en su ambiente o
    derivados de su comercio,
    constituyen la muestra
    más fehaciente de su innata inclinación
    artística.

    El arte taíno logra sus más bellas
    expresiones plásticas en el medio escultórico. Con
    el propósito de lograr su objetivo
    artístico, los taínos utilizaron las duras piedras
    como el granito, la diorita, el basalto y otras más
    fáciles de tallar como el mármol y la serpentina.
    En muchos casos el color de la
    piedra, las vetas de la misma y el pulimento que lograba darle
    facilitaba y enriquecía la obra
    artística.

    También se hacía uso de las bellas y duras
    maderas de los bosques tropícales como el guayacán,
    el moralón
    y el capá. El huesos del
    manatí, el mamífero de mayor tamaño en la
    fauna antillana,
    le proveyó de material para algunos de los más
    bellos artefactos de uso ceremonial así como para tallar
    idolillos. El hueso humano, en particular el fémur y el
    cráneo también le ofrecían la oportunidad de
    grabar representaciones antropomorfas de carácter
    mágico-religioso y adornos ceremoniales.

    Desgraciadamente, la rápida desintegración
    de la sociedad aborigen, el clima tropical
    tan devastador para muchos de los materiales utilizados por los
    taínos para expresarse artísticamente; así
    como la falta de interés de
    los colonizadores para conservar estas manifestaciones de la
    cultura aborigen, ha sido responsable de que hasta nosotros
    sólo haya llegado una fracción de los objetos
    representativos del arte taíno.

    Las mejores manifestaciones de la escultura taina son
    los ídolos de la cojoba. Estos representan figuras
    antropomorfas masculinas, generalmente acuclilladas, en Io que
    parece ser una posición ceremonial. Sobre la cabeza,
    directamente o sostenido por una pieza de madera que salía
    del dorso del ídolo, figura un plato circular, ligeramente
    cóncavo, en el que colocaba el polvo alucinógeno
    que aspiraba el oficiante de la ceremonia.

    Al hablar del uso del tejido como complemento de las
    tallas en madera no podemos dejar de referirnos a la única
    escultura taína existente totalmente elaborada en tejido
    de algodón. Nos referimos a una pieza excepcional
    conservada en el Museo de Turin, Italia, que en la
    imposibilidad de obtener en préstamo para esta exposición, hemos ilustrado a través
    de fotografías. Tejida con una técnica parecida al
    macramé, la figura masculina conserva en el interior de la
    cabeza un cráneo humano, posiblemente el de un
    chamán o cacique. El cronista Du Tertre relata la
    impresión de temor de los caribes de Martinica ante el
    hallazgo de un ídolo parecido:  

    "… algunos ídolos de
    algodón con forma de hombres que tenían granos de
    jaboncillo en lugar de ojos y una especie de casco hecho de
    algodón sobre la cabeza, aseguran que era el dios de los
    igneris que ellos habían masacrado, ni un solo salvaje se
    atrevía entrar en esta caverna y temblaban de miedo cuando
    se acercaban a ella ".

    Los cemís o ídolos trigonolíticos
    de varios tipos iconográficamente reconocibles, son las
    piezas escultóricas más abundantes e interesantes
    de su parafernalia mágico-religiosa. Por su forma
    básica, los argueólogos los han identificado con
    montañas, con la yuca germinando, con los pechos de
    la mujer y con
    dioses o espíritus superiores.

    Los cemís trigonolíticos tienen tres
    partes fundamentales: la proyección anterior, el cono
    central y la proyección posterior. El cono central,
    levemente inclinado hacia el frente, define las partes cuando el
    cemí es sencillo, sin talla alguna. La base del
    ídolo es, por Io general, ligeramente cóncava, Io
    que ha hecho creer a algunos estudiosos que estuvo adherida a
    otros objetos de madera o piedras.

    MEDIOS DE COMUNICACIÓN UTILIZADOS POR LOS
    TAINOS.-

      Los taínos tenían formas muy
    peculiar para comunicarse una de ella era el uso de canoas, para
    transportarse de un lugar a otro.

    ALGUNOS ELEMENTOS
    DEJADOS POR LOS TAINOS A NUESTRA CULTURA.-

    Elementos importantes de la cultura taina que
    subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad
    cotidianas del dominicano son:

    a) instrumentos como la canoa, la hamaca, el
    –usado como trompeta para
    dar avisos– y la cuchara de
    higüero
    ;

    b) técnicas
    como el sistema de
    pesca
    denominado barbasco o "encandilamiento", el ahumado para la
    conservación de las carnes, la cestería
    –especialmente mediante el empleo de
    cuerdas de
    cabuya
    y la petaca de
    yagua
    –, el encendido de hornos de
    carbón, la utilización de la piel de
    ciertos peces para
    limpiar y rayar vegetales, etc.;

    productos agrícolas como la batata, la
    yautía, la
    jagua
    , el
    jobo
    , el maíz,
    el
    lerén
    , el maní, etc. Todos
    ellos forman parte de la dieta dominicana.

    El mundo espiritual del taíno apenas dejó
    huellas en la cultura criolla, y las pocas muestras de ese mundo
    se hallan fuertemente sincretizadas con las creencias y ritos
    cristiano-africanos. Podemos citar, al respecto, la
    sacralización de ciertos caciques taínos, elevados
    a la categoría de luases o divinidades del panteón
    voduísta; las supersticiones relativas a las hachas
    indígenas, popularmente conocidas como "piedras de rayo" y
    el mito de la
    ciguapa, entidad femenina que camina con los pies al
    revés.

    La mayor aportación del taíno a la cultura
    dominicana hay que buscarla, sin duda, en el lenguaje.
    Numerosos vocablos forman parte del habla criolla (Emiliano
    Tejera, 1935; Emilio Tejera, 1977).

    CONCLUSION

    Desgraciadamente, la rápida desintegración
    de la sociedad aborigen, la naturaleza perecedera -máxime
    en un clima tropical
    como el nuestro- de muchos de los materiales utilizados por los
    tainos para expresarse artísticamente, así como la
    falta de interés de
    los colonizadores para conservar las manifestaciones de la
    cultura aborigen, han sido causas de que hasta nosotros
    sólo haya llegado una pequeña fracción de
    los objetos representativos del arte taino.

      Esta apretada síntesis
    de las principales expresiones escultóricas, del arte y de
    la forma de vida de los taínos, sólo nos permite
    tener una visión limitada del arte de los antiguos
    pobladores de nuestras islas. Futuras investigaciones
    arqueológicas continuarán enriqueciendo con sus
    hallazgos las colecciones antillanas que hoy atesoran esta
    herencia.

    Sin duda alguna, que los taínos nos dejaron un
    legado muy apreciado: su cultura, su baile, sus alimentos; los
    cuales se encuentran hoy presentes en nuestra sociedad y en
    nuestros museos. Esperemos que sean transmitidos de
    generación en generación y que sean conocidos por
    otras culturas.

    BIBLIOGRAFÍA
    PARA EL ESTUDIO DE LA CULTURA TAINA

    FUENTES ETNO-HISTORICAS

    Anglería, Pedro Martir de

    1965    Décadas del Nuevo
    Mundo. José Porrúa e hijos. México– (2
    vols.).

    Casas, Bartolomé de las

    1909    Apologética Historia de las Indias,
    Madrid.

    1957    Historia de las Indias,
    Biblioteca de
    Autores Españoles. Madrid.

    Colón, Cristóbal

    1858    "Memorial que para los Reyes
    Católicos dio el Almirante", en Colección de los
    Viajes y
    Descubrimientos…, Editor. Fernández de Navarrete. Vol.
    1, Madrid.

    1962 Diario de Colón. Editor, Carlos Sanz.
    Madrid.

    ARTICULOS Y LIBROS DE ARTE
    Y ARQUEOLOGÍA

    Alegría, Ricardo E.

    1978   Apuntes en torno a la
    mitología de los indios tainos de las
    Antillas Mayores y sus orígenes suramericano San Juan:
    Centro de Estudios Avanzados de Puerto y el Caribe: Museo del
    Hombre Dominicano.

    INTERNET

    www.altavista.com

    www.dominicana.com

     

     

     

     

    Autor:

    Ana Mercedes Abreu

     

     

     

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