- ¿Qué es el
analfabetismo? - La alfabetización
como educación de adultos - Sistema educativo
argentino - El Estado Nacional y la
educación - El
liberalismo - Las tasas de
escolaridad - La escuela
pública - Los planes de
alfabetización - Algunas cuestiones acerca del
analfabetismo - Conclusión
- Anexos
- Bibliografía
La lucha contra el analfabetismo,
en sentido universal, se inició desde la constitución de las Naciones Unidas.
Los esfuerzos orientaron a lograr que los gobiernos de los
países más atrasados formularán políticas
educativas y se movilizara a la opinión
pública. Esta acción culminó en la
Conferencia de
la
Educación de Adultos, celebrada en Montreal en 1960.
En ella se elaboraron las bases para realizar una basta y
continua campaña que erradicase el analfabetismo en el
mundo para el año 2000.
Aunque el objetivo pleno
está todavía distante, hay muchos logros. Se ha
llegado a centenares de millones de personas que antes no
recibían instrucción, se ha acumulado rica
experiencia en métodos y
recursos
técnicos de enseñanza en regiones del planeta donde
predominaba la ignorancia. Es de tener en cuenta, también,
que la UNESCO ha trabajado desde 1958 con un concepto ampliado
de la alfabetización, no sólo limitada al aprendizaje de la
lecto–escritura y el
cálculo, sino también abarcativa de
necesidades de la vida cotidiana. En 1965, se profundizó
esa noción y se afirmó que la alfabetización
debía considerarse un medio y no un fin, destinado a
insertar al hombre en un
proceso de
educación
permanente, que sirviera a su mejor desarrollo social
y económico. Todo culminó en la conferencia de
Jomtien (Tailandia, 1990), cuyo lema fue "Educación para
todos". Es dable recordar que el derecho a la educación figura
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
proclamada en 1968, en la Asamblea General de las Naciones
Unidas.
El origen del analfabetismo esta dado por diversos
factores, entre los que se pueden nombrar: 1) Dimensión
socio–económica. 2) Diferencia entre el proceso de
urbanización y atraso rural. 3) Diferencia
socio–educativa. 4) Problemas
étnicos–culturales no resueltos. 5) Pobreza nacional
(insuficiencia global o mala distribución de los recursos
disponibles)
Los analfabetos son hombres concretos. Saben que hacen
cosas, que su trabajo, aunque rudimentario, puede brindarle una
escasa expectativa para su subsistencia. Lo que ellos no saben es
que no tienen "voz" para ejercer un cambio en la
transformación de la sociedad. Los
analfabetos entran en un círculo vicioso en el cual son
rechazados por no saber leer ni escribir, y no pueden aprender
estos saberes porque ya fueron excluidos.
Un aspecto muy injusto que revela las estadísticas es que la mayor
proporción de analfabetos es femenina. Así, entre
los hombres adultos, la relación es 1 cada 5; entre las
mujeres es 1 cada 3. En esto han jugado su parte los prejuicios
culturales muy arraigados y determinantes.
Cabe señalar, por fin, que los progresos
más relevantes se han logrado cuando se trata de un
contexto social que desarrolla y expande el mercado de
trabajo, cuando la
motivación parte de la gente que necesita la enseñanza, cuando se organiza una labor
continuada de pos–alfabetización. Esto supone una
voluntad política que fija
objetivos,
elige estrategias y
alienta a las fuerzas vivas de una nación.
En todos los casos, la cooperación internacional puede
aportar medios,
experiencias y recursos
humanos.
El problema del analfabetismo puede agravarse en lugar
de mejorar si al incrementarse la población de un Estado no
aumenta también, y de forma proporcional, el número
de escuelas y maestros. Incluso podría darse el caso de
que los presupuestos
destinados a la enseñanza primaria crecieran en cifras
absolutas y, en cambio, el
número de analfabetos también
aumentaran.
Así, pues, se analiza esta característica fundamental que puede ser,
en algunos casos, la respuesta. Pero también, se debe
pensar que el Sistema Educativo
Argentino, desde el inicio, tuvo conciencia de que
la formación socio–cultural ciudadana
constituía el eje central del plan de gobierno que le
posibilitaba a estas personas la
alfabetización.
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