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El desempleo en los jóvenes del Perú (página 2)




Enviado por bedermosca



Partes: 1, 2, 3

En condiciones en que la demanda
agregada disminuye, como en la fase recesiva del ciclo
económico, se produce también un incremento en el
desempleo que, por lo tanto, suele llamarse cíclico. La
disminución en la demanda de trabajo presiona los
salarios hacia la baja hasta que llegan a un punto en que,
finalmente, se reactivan las inversiones
y la economía en general, con lo que el
desempleo comienza a decrecer. En la economía keynesiana
se habla también de un desempleo producido como
consecuencia de deficiencias en la demanda
agregada que no tienen carácter
cíclico: la preferencia por la liquidez hace que no
todos los ingresos se
canalicen hacia la inversión o el consumo, lo
que produce una deficiencia de la demanda que lleva a un
equilibrio
económico en una situación que no es de pleno
empleo, y que sólo puede ser compensada mediante el
incremento en la demanda que origina el gasto
público. El desempleo, además, es producido
también por factores de tipo legal o institucional:
cuando las autoridades de un país fijan un salario
mínimo impiden que se ofrezcan colocaciones a un nivel
inferior a éste, con lo que no es posible el descenso de
los salarios reales y se dificulta el crecimiento de la demanda
de trabajo; del mismo modo opera la fijación de salarios
diferenciales para diversas categorías de trabajadores y
cualquier limitación al desplazamiento de la mano de
obra, ya sea geográfica o según ramas de
actividad. Las limitaciones que pueden imponer los sindicatos y
grupos de
presión
a la contratación de mano de obra -según edad,
sexo o
nacionalidad– o los requisitos formales de aprendizaje que se
establezcan operan en el mismo sentido. Por último, se
ha comprobado que el propio seguro de
desempleo, cuando ofrece compensaciones tan altas o tan largas
que desestimulan la búsqueda de trabajo, aumenta el
desempleo global de un país, y lo mismo sucede cuando se
establecen subsidios directos a sectores pobres de la población que estarían, de otro
modo, dispuestos a conseguir una colocación. En estos
casos las personas reciben un ingreso que, aunque menor que el
salario, se
ofrece sin la contraprestación de su trabajo; la
relación costo/beneficio se altera así de modo
sustancial, por lo que se reduce notablemente la oferta de
trabajo. La combinación de estas compensaciones de
pobreza o
desempleo con la fijación de un salario mínimo
alientan notablemente el desempleo de una sociedad y
estimulan en muchos casos, paralelamente, la emergencia de la
economía informal. El desempleo se ha visto frenado por
la habilidad de una población con gran espíritu
de superación, que ha dado lugar al nacimiento de un
nuevo grupo
social: el empresario popular. Estos nuevos empresarios han
trabajado en mercados muy
competitivos, empleando técnicas intensivas en la mano
de obra y jornadas laborales muy extensas. Lamentablemente,
parece que el Gobierno
peruano no ha sido capaz de poner en marcha los mecanismos
necesarios para incorporar a la normalidad laboral a este
amplio y dinámico sector productivo que se encuadra
dentro de la economía sumergida.

  1. Explicación:

En economía, el desempleo es aquella
situación en la que la demanda de trabajo no es igual a
la oferta.
Suele considerarse desempleo a una situación en la que
existe mayor demanda de mano de obra y menor oferta de
trabajo.

El desempleo existe naturalmente porque al total uso
de los factores productivos, que llegan al pleno empleo,
siempre habrá una tasa natural de desempleo, porque la
Población Economicamente Activa tiene un mayor
crecimiento que el de la producción.

La búsqueda de pleno empleo ha sido un objetivo
central de las políticas macroeconómicas
keynesianas, que consideran que el Estado
debe intervenir activamente para procurarlo ante las supuestas
fallas del mercado,
especialmente ante la falta de inversión. Pero ello se ha logrado a
costa de aumentar la inflación, ya que ésta
provee un medio de hacer descender los salarios reales sin que
los nominales desciendan. En tales circunstancias las políticas keynesianas han tenido un
relativo éxito
en eliminar el desempleo, pero a costa de crear procesos
inflacionarios de carácter
permanente.

Justificación:

La preocupación por el alto nivel de desempleo
de los jóvenes es ampliamente compartida no solamente en
los países andinos sino en toda América
Latina y otras regiones también. Ello se fundamenta
en varios elementos:

Primero, la tasa de desempleo de los jóvenes de
15-24 años es el doble o triple de la tasa de adultos.
Esto no es un fenómeno reciente, sino una
característica visible desde hace varios años.
Además, los jóvenes desempleados representan
cerca de la mitad del total de desempleados cuando su
participación en el total de la fuerza
laboral no pasa del 30 por ciento. Por lo tanto, el desempleo
de los jóvenes, que se ubica muy por encima del
desempleo promedio, merece un análisis pormenorizado.

Segundo, la precariedad de la inserción laboral
de los jóvenes, sobre todo de aquellos de hogares pobres
(alto desempleo, o empleos precarios por el ingreso, la
duración y el tipo de contrato
laboral y las condiciones de trabajo) suele convertirse en un
problema social, es decir, en violencia,
drogadicción, lo que a su vez genera una
respuesta inadecuada de parte de la sociedad, dado
el origen social y laboral del problema en cuestión. Es
bien sabido, que si los jóvenes se tornan hacia
actividades ilícitas es debido a que no disponen de
otras alternativas.

Tercero, la difícil inserción laboral de
los jóvenes pone de relieve
muchas interrogantes en cuanto a su preparación
educativa y profesional. El rápido proceso de
apertura de los países andinos en el contexto general de
una liberalización acelerada de los intercambios de todo
tipo, ha impactado en la demanda de habilidades en el mercado
laboral, enfatizando nuevas y más completas habilidades
en una situación en la cual el grueso de la oferta sigue
siendo de tipo no calificada.

Esto plantea un desafío enorme a todas las
instituciones, tanto públicas como
privadas, que capacitan a los jóvenes para adaptarse al
nuevo entorno.

Por último, se ha venido observando que dentro
del grupo de
jóvenes, algunos sub-grupos que se
definen con características de edad, de sexo, de
ingreso familiar y de nivel educativo no enfrentan la misma
probabilidad de
desempleo y/o de empleo precario. Las mujeres y los
jóvenes de hogares pobres se enfrentan a un mayor
desempleo y a trabajos más precarios que otros grupos
sociales.

En la literatura
disponible, el análisis sobre el alto desempleo de los
jóvenes de 15-24 años se fundamenta en las
cuatros explicaciones siguientes:

  • La primera destaca las condiciones globales
    prevalentes en el mercado laboral como determinante
    fundamental del desempleo de los jóvenes. Ello en base
    de la estrecha vinculación entre la tasa de desempleo
    de los adultos y la de los jóvenes que suele moverse
    en forma muy paralela. Cálculos econométricos
    de la elasticidad entre una y otra tasa de desempleo
    arrojan una elasticidad cercana a la unidad. De ser eso
    cierto, sin embargo, ello no explica por qué el nivel
    de desempleo de los jóvenes es mucho más alto
    que el de los adultos, sino que ambas tasas reaccionan a las
    mismas condiciones laborales determinadas por el ciclo
    económico.
  • La segunda explicación pone de relieve un
    fenómeno conocido como desempleo estructural que
    radica en un desajuste entre las calificaciones y habilidades
    demandadas por el mercado laboral y la oferta de mano de
    obra. Este desajuste se agudiza en el caso de los
    jóvenes por tener éstos poca experiencia
    laboral que puede en cierta medida paliar la falta de una
    adecuada capacitación en los
    adultos.
  • La tercera explicación se basa en la
    observación de que el alto desempleo de
    los jóvenes no es un fenómeno de los
    jóvenes en general, sino de ciertos grupos
    determinados que reúnen características
    negativas, como el caso específico de los
    jóvenes de hogares pobres con educación formal incompleta y sin
    experiencia laboral, o jóvenes de ciertas ciudades o
    regiones afectados por una crisis
    económica local.
  • La última explicación es un tanto
    circular, ya que vincula el desempleo de los jóvenes
    con características laborales determinadas por
    aquellos jóvenes que salen a buscar un trabajo con
    pretensiones salariales por encima de su productividad
    marginal y por lo tanto, cambian frecuentemente de empleo
    hasta que su experiencia laboral y sus aspiraciones se
    adecúen a un empleo más estable.

Por cierto, estas cuatro grandes áreas de
investigación del desempleo de los
jóvenes exhiben numerosas dimensiones que esta breve
presentación no puede abarcar, pero que sí nos
servirá de guía en el análisis que se
intenta realizar para la situación del Perú.
Estas cuatro dimensiones pueden reformularse en base a las tres
formas clásicas de desempleo conocidas como el desempleo
de tipo friccional, estructural y cíclico. El desempleo
friccional se origina en el tiempo necesario para la
búsqueda de empleo o en la conexión entre los que
buscan empleo y las vacantes disponibles.

El desempleo cíclico es de tipo
macroeconómico y se basa en una reducción de la
demanda agregada que ocasiona una demanda de trabajo inferior a
la oferta. Por último, el desempleo estructural se
fundamenta en un desajuste entre el tipo de calificaciones y
habilidades en la mano de obra disponible y las demandas que
provienen de las empresas y del
mercado de trabajo. Esto se explica en base a los mismos
conceptos de desempleo arriba mencionados y se combate con
políticas derivadas de
tales conceptos. Es importante entender mejor el
fenómeno del desempleo y las diferentes
características vinculadas a éste, (como la pobreza),
pero resulta aún más importante examinar
alternativas de políticas en diferentes ámbitos,
educativo, laboral, entre otros, a fin de combatir el alto
desempleo y lograr una disminución significativa en un
plazo determinado.

  1. ¿Porqué la tasa de desempleo se ha
    incrementado en los jóvenes con respecto a la tasa
    de desempleo de la población adulta en los
    últimos 5 años, que van del periodo 1995-
    2000?

  2. Enunciado o pregunta Principal:
  3. Otras Preguntas:
  • ¿Cuále es el factor que hace crecer
    la tasa de dempleo en los jóvenes del pais
    ?
  • ¿Los salarios tiene influencia en el
    desempleo de los jóvenes del pais?
  • ¿El crecimiento del producto
    bruto interno, es suficiente para llegar al pleno empleo, con
    una tasa natural de desempleo?
  • ¿Cuál es la composición de la
    PEA en el periodo 1995- 2000?
  • ¿Qué factores son los que impiden la
    lucha contra el desempleo?
    1. Objetivos Generales:
  1. OBJETIVOS:
  • Describir los niveles de producción y las repercuciones en el
    desempleo en las zonas rurales y urbanas del
    país.
  1. Objetivos Específicos:
  • Enumerar y presentar, programas e
    iniciativas que se están tomando el país para
    combatir el alto desempleo de los jóvenes.
  • Describir los diferentes modelos
    económicos, para reducir los niveles de
    desmpleo
  • Enumera las consecuencias y repercuciones sociales
    que conlleva el desempleo.
  1. Análisis Conceptual:

CICLO ECONÓMICO. Fluctuación
regular de las actividades económicas a lo largo del
tiempo, usualmente medida o expresada como variaciones del
producto
nacional bruto. Las fases principales del ciclo son la de auge
o expansión, donde crecen la actividad económica
total y el empleo, y la de recesión o
contracción, donde disminuye el ritmo de la
economía y descienden -o se estancan- dichas variables.

CLASES SOCIALES: Podríamos decir que las
clases
sociales emergieron, durante el período
histórico en que se crearon y desarrollaron las sociedades
industriales, como un tipo de división social mucho
más flexible que la característica de sociedades
más cerradas y estamentales, pero aún así
como divisiones efectivas en muchos sentidos
importantes.

COSTO SOCIAL. El término se suele usar
para indicar los problemas
sociales que acarrean las bajas de ingresos de los
grupos de menor poder
adquisitivo cuando se retiran subsidios o se disminuyen los
gastos
públicos sociales.

DESEMPLEO. Ausencia de empleo u
ocupación: están desocupadas o desempleadas
aquellas personas que, deseando trabajar, no encuentran quien
las contrate como trabajadores. Las causas del desempleo son
múltiples y variadas, originando en consecuencia
diferentes tipos o modalidades de desempleo.

DIVISIÓN DEL TRABAJO. En su sentido
más directo, separación de las actividades
productivas de modo tal que cada tarea parcial de las mismas es
hecha por distinto personal.

ECONOMÍA DE MERCADO: Llamada
también economía de libre mercado -o,
simplemente, economía libre- es la que se desenvuelve a
través de empresas
privadas sin el control
directo de parte del gobierno.

ECONOMÍA KEYNESIANA. Término
empleado para describir las teorías macroeconómicas que se han
desarrollado usando los conceptos creados y las técnicas
utilizadas por John M. Keynes.

EXPLOTACIÓN. El término tiene dos
usos: por una parte se aplica para designar la
utilización económica de ciertos recursos, como
cuando se explotan determinadas minas, tierras, canteras, etc.;
por otra parte, entre los marxistas, designa la
condición del trabajador dentro del sistema
capitalista

INFLACIÓN. La inflación consiste
en un aumento general del nivel de precios que
obedece a la pérdida de valor del
dinero.

MERCADO DE TRABAJO. Dícese del mercado
en el que se ofrece y se demanda trabajo

MOVILIDAD (DE LOS FACTORES PRODUCTIVOS).
Capacidad de los factores productivos para trasladarse de un
mercado a otro.

NIVEL DE VIDA. Se refiere a la cantidad de
bienes y
servicios
que es posible consumir con un ingreso determinado y, en
términos más generales, al estilo de vida
material y a las necesidades que pueden satisfacer, en
promedio, los habitantes de un país, o los integrantes
de un sector social, un grupo o una familia
determinada

PLENO EMPLEO. En economía, aquella
situación en la que la demanda de trabajo es igual a la
oferta, al nivel dado de los salarios reales. Suele
considerarse de pleno empleo una situación en la que
sólo existe desempleo friccional

POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA.
Llámase así a la parte de la población
total que participa en la producción
económica.

PRODUCTIVIDAD. La productividad es una medida
relativa que mide la capacidad de un factor productivo para
crear determinados bienes en
una unidad de tiempo.

SALARIO. En un sentido amplio salario es la
retribución del factor productivo trabajo, incluyendo
toda los ingresos provenientes del empleo o del autoempleo, los
honorarios profesionales, las cantidades entregadas por las
empresas a los fondos de jubilación, etc.

SECTOR INFORMAL. Parte de la economía de
un país que está constituida por trabajadores por
cuenta propia y pequeñas empresas que no están
integradas plenamente en el marco institucional que regula las
actividades económicas.

SUBEMPLEO. Suele llamarse subempleados, en las
estadísticas sobre ocupación, al
conjunto de personas que no trabajan un numero mínimo de
horas a la semana o que lo hacen sólo de modo
esporádico, sin suficiente regularidad

TASA NATURAL DE DESEMPLEO. Llámase
así a la tasa de desempleo que determina la estructura
presente de una economía. Dicho en otros
términos, la tasa natural incluye el desempleo
friccional y estructural, e implica un nivel que no puede ser
reducido por un aumento de la demanda agregada.

TRABAJO. Uno de los factores productivos
básicos, junto con la tierra y
el capital, que
se combina con ellos para la producción de bienes y
servicios.

2.5 Diseño
Metodológico

2.5.1. Ámbito de Estudio:

PERÚ

Ficha de
presentación

(última
actualización: julio de 2001)

 Nombre oficial

República del Perú

Superficie

1.280.219 km2

Población

25.662.000 habitantes

Capital

Lima (8.000.000 habitantes – del 30% de la
población total)

Densidad hab/km2

19.0

Lengua oficial

Español

Moneda

Nuevo Sol (1$ = 3,62 nuevo Sol)

PIB mill. $

+/- 55.000

PIB per cápita en $

2.140

PIB %crecimiento real en 2000

3,6

Tasa de inflación

3,7

Tasa de desempleo

7,5 (10,3% en Lima en marzo de 2001)

Saldo presupuestario

déficit fiscal
del 3% del PIB

Deuda total mill. $

28.200

 

2.5.2. Tiempo Social:

El Desempleo En Los Jóvenes En Las Zonas
Rural Y Urbana Del Perú: Se desarrolla en los periodos
de 1995- 2000

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

  1. ANTECEDENTES:

A. Modelo
neoclásico del mercado de trabajo y el
desempleo

El análisis de las razones del desempleo,
quizá por la importancia social del problema que
estudia, es un campo muy fértil en desarrollos
teóricos. A pesar de ello no existe ningún
modelo que
pueda explicar globalmente y de forma satisfactoria la
reincidente realidad del desempleo laboral. Pero aunque cada
uno ofrezca sólo explicaciones parciales, más o
menos acertadas, un repaso al conjunto de los modelos
propuestos nos proporcionará una panorámica
bastante completa.

Los economistas neoclásicos consideraron el
mercado del factor trabajo en la misma forma que al resto de
los mercados
de factores, bienes, y servicios. Los salarios son el
precio que
hay que pagar por los servicios prestados por el factor
trabajo. Cuanto mayores sean los salarios, menor será
la cantidad demandada y mayor la cantidad ofrecida. En el
tema cinco se analizaron con cierto detalle las
características y la forma de las funciones de
demanda y oferta de trabajo por lo que ahora podemos pasar
por alto aquellas matizaciones. El análisis
neoclásico se basa en el supuesto de la flexibilidad
de los salarios. Los desplazamientos que se puedan producir
en las funciones de
demanda y oferta de trabajo provocarán reajustes
salariales que en cualquier caso quedarán determinados
en el punto en que se igualen la oferta y la
demanda.

Hay dos clases desempleo, voluntario e involuntario,
que pueden producirse dentro de este esquema. En el punto de
equilibrio todos los trabajadores que lo deseen
encuentran un empleo, pero habrá una cierta cantidad
de personas que no estarán dispuestas a trabajar por
encontrar excesivamente bajos los salarios, eso será
desempleo voluntario. Si algún factor externo-
sindicato,
gobierno- impide el reajuste de los salarios,
aparecerá el desempleo voluntario. La persistencia de
un cierto nivel de desempleo involuntario permanente es
explicada en el modelo neoclásico mediante dos tipos
de razones: el desempleo friccional y el
estructural.

El desempleo friccional está originado porque
muchos de los que acaban de obtener un título
profesional no tienen un empleador esperándoles a la
salida del centro de estudios, o porque algunos trabajadores
deciden dejar su puesto para buscar otro mejor y tardan
algún tiempo en encontrarlo. El desempleo estructural
se produce por desajustes en la localización y la
cualificación ofrecida y demandada. Es posible que la
inversión empresarial se esté produciendo en
una región determinada mientras que la oferta de
trabajo esté en otra. La resistencia de los trabajadores y empresas a
trasladarse provocará desempleo. De forma similar, es
frecuente que los empleos de nueva creación requieran
unas habilidades peculiares de difícil
adquisición por el trabajador. Al acelerarse la
velocidad
en la innovación tecnológica se
amplía la brecha entre las habilidades requeridas y
ofrecidas por lo que el desempleo estructural aumenta. Estos
tipos de explicación se han desarrollado modernamente
con el llamado modelo de búsqueda de empleo. La idea
básica es que los trabajadores y los empleos
están muy diferenciados. No todos los empleos son
adecuados para todos los trabajadores. El individuo en
desempleo tiene por tanto que realizar una búsqueda
laboriosa del empleo que mejor se ajuste a sus aspiraciones.
Conforme pasa el tiempo sin encontrar un puesto adecuado, los
beneficios esperados van disminuyendo mientras que los costes
que le origina el proceso de
búsqueda son cada vez mayores.

El proceso de búsqueda se prolongará
hasta que esos beneficios y costes se igualen, momento en que
aceptará la mejor proposición que haya
conseguido. Incluso en la coyuntura económica
más favorable, en las situaciones de pleno empleo,
permanecerá siempre un cierto número de
trabajadores en desempleo por razones friccionales o
estructurales. Es la llamada tasa "normal" o inevitable de
desempleo. Esa tasa varía según los
países y las épocas. En los EEUU, por ejemplo,
la mano de obra tiene mucha movilidad, los trabajadores
cambian de empresa con
mucha mayor frecuencia que en otros países, por lo que
la tasa normal de desempleo será también
mayor.

Escuela de Lausanne. Escuela
económica surgida en la segunda mitad del siglo XIX en
la Universidad de Lausanne, Suiza, que
recurrió extensamente al uso de las matemáticas en la ciencia
económica para explicar, fundamentalmente, el modo en
que se establecen los complejos equilibrios de una
economía de mercado. El logro principal de León
Walras y Wilfredo Pareto fue demostrar cómo se alcanza
el equilibrio
general en una economía donde compradores y vendedores
interactúan definiendo un conjunto de precios y
de cantidades producidas. La moderna teoría del equilibrio general,
desarrollada posteriormente por Hicks, Arrow y Hahn, debe
mucho al sólido trabajo de la Escuela de
Lausanne; de esta misma fuente, aunque con un sesgo distinto,
parten también los trabajos de la denominada
Economía del Bienestar.

B. Keynesianismo Del Mercado De Trabajo Y El
Desempleo

En el modelo keynesiano, la causa principal del
desempleo hay que buscarla en la insuficiencia de la demanda
agregada. Un simple cambio
negativo en las expectativas de los empresarios puede
provocar una disminución de su demanda de bienes de
inversión, lo que originará una serie de
reacciones en cadena en la que se irá perdiendo empleo
sucesivamente en diferentes ramas industriales. La
consiguiente disminución en la capacidad adquisitiva
de los trabajadores puede agravar el círculo vicioso
prolongando indefinidamente la situación de
desempleo.

Los keynesianos rechazan la capacidad del mercado
laboral de ajustarse a la nueva situación modificando
los salarios. Y si el equilibrio en el mercado de un factor o
un bien no puede alcanzarse por la vía de los precios,
se conseguirá por la vía de las cantidades,
apareciendo una disparidad entre las cantidades ofrecidas y
demandadas. Es la rigidez a la baja de los salarios la que
impide que la disminución de la demanda, se traduzca
en descensos salariales por lo que se producirá una
situación de desempleo involuntario.

El supuesto de la rigidez de los salarios puede
suavizarse si se considera que los trabajadores tienen
ilusión monetaria, es decir, que lo que negocian en
sus convenios son salarios nominales, no reales, por lo que,
si se dan simultáneamente situaciones de desempleo e
inflación, puede producirse un cierto reajuste de los
salarios reales.

Esta posibilidad quedaba excluida por las modernas
propuestas del modelo de las expectativas racionales: No hay
ilusión monetaria, por lo que la política monetaria expansiva se traduce
inmediatamente en subidas de precios y salarios sin que tenga
ningún efecto sobre la producción real. Los
keynesianos, en respuesta, dieron la vuelta al argumento.
Aceptando el supuesto de las expectativas racionales
conjuntamente con el de la rigidez de los salarios nominales,
dedujeron que las políticas expansivas sí
pueden tener efecto sobre la producción real. Por
ejemplo, el anuncio de un aumento en la cantidad de dinero en
circulación provocará subidas en los precios,
pero no en los salarios nominales, por lo que los salarios
reales bajarán; esto permitirá el aumento del
empleo y de la producción real.

Pero si los trabajadores tienen expectativas
racionales ¿Porqué serían rígidos
los salarios nominales? Actualmente, cuando se firman
convenios colectivos suele incluirse una cláusula de
revisión condicionada al comportamiento del IPC (índice de
Precios al Consumo)
por lo que los aumentos salariales acordados son reales.
Además, si los salarios nominales fueran
rígidos, los salarios reales actuarían
anticíclicamente, bajando en los procesos
inflacionistas y subiendo en los deflacionistas, lo que no
sólo no es lógico sino contrario a la
experiencia empírica.

C. Mercado Laboral

Lo que distorsiona el mercado laboral y por tanto lo
que hay que explicar, es la rigidez de los salarios reales,
que se mantengan al mismo nivel a pesar de las variaciones
que se produzcan en la tasa de desempleo. Con ese fin han
surgido en los últimos años varios modelos.
Aunque ninguno de ellos es completamente satisfactorio por
sí solo, tomados en conjunto sirven ciertamente para
describir los mecanismos reales por los que se forman los
salarios en las empresas.

El modelo de los contratos
implícitos parte de considerar que los trabajadores
tienen una aversión al riesgo
superior a la de sus empleadores. Por tanto prefieren empleos
seguros, con
salarios estables aunque sean bajos, en vez de salarios altos
con peligro de cierre de la empresa y
pérdida del empleo. El mecanismo funciona como si en
el contrato
laboral existiera una cláusula implícita
según la cual los trabajadores pagarían
(renunciando a parte de su salario) a sus empleadores un
"seguro"
contra el desempleo. Este modelo ha sido considerado
inconsistente por algunos autores ya que el mismo argumento,
la aversión al riesgo de los
trabajadores, podría conducir precisamente a lo
contrario de lo que se desea demostrar, es decir, a que los
trabajadores estarían dispuestos a tener salarios
volátiles y a que les bajaran sus ingresos reales en
momentos críticos para la empresa, antes de poner en
peligro sus empleos.

El modelo del mercado interno de las empresas trata
de explicar porqué la existencia de trabajadores
desempleados, teóricamente dispuestos a aceptar un
empleo a cualquier precio, no
provoca la caída de los salarios. En cada empresa hay
un gran número de puestos de trabajo que requieren
cierto grado de confianza en la persona que los ocupa. Para
esos empleos se buscarán trabajadores conocidos, que
ya lleven un tiempo en la empresa. Muchos otros puestos
exigen una formación muy especializada que sólo
se consigue permaneciendo mucho tiempo en el mismo empleo.
Por tanto los trabajadores desempleados no sirven para ocupar
esos empleos y, aunque estuvieran dispuestos a aceptar
salarios más bajos, no representan una competencia real para los que ya están
empleados desde hace tiempo en la empresa.

El modelo del pago de la lealtad se fija en ciertos
comportamientos que, aunque no sean fácilmente
explicables racionalmente, todo el que haya trabajado en
una empresa
sabe que son muy comunes. Hay un amplio grupo de trabajadores
que se esfuerza más de lo que les exige la empresa. Es
comprensible por tanto que la empresa les pague más de
lo estrictamente necesario para que permanezcan en sus
puestos. Se produce una especie de lealtad mutua entre
empleados y empleadores.

D. Las Políticas De Empleo

La intervención del Estado
para fomentar el empleo topa con grandes dificultades. Las
políticas expansivas pueden producir desagradables
efectos secundarios, provocando inestabilidad monetaria y
otros desequilibrios. Si lo que se busca es una oferta de
empleo bien remunerado, sostenida a largo plazo, habrá
que actuar de forma muy cuidadosa para que no sea peor el
remedio que la enfermedad.

En 1953 el profesor A.W. Phillips publicó un
estudio sobre la evolución seguida a largo plazo por los
precios y el empleo en la economía británica,
en el que se ponía de manifiesto una
correlación inversa entre ambas variables,
a mayor inflación menor desempleo, que podía
ajustarse a una curva decreciente. La curva de Phillips no
describía funciones teóricas que relacionasen
de forma lógica las dos variables implicadas;
era, simplemente, la constatación de un hecho y su
representación plástica.

La curva de Phillips se popularizó
rápidamente por varias razones. Por una parte
resultaba consistente con el paradigma
keynesiano dominante en la época, según el cual
la inflación se producía sólo en
situaciones de alta demanda agregada y pleno empleo.
Además, en los años sesenta los datos sobre
el desempleo y la inflación en los principales
países occidentales se ajustaron con bastante
fidelidad a una curva así. Pero la principal
razón de su popularidad fue quizá su utilidad para
explicar a los políticos y a los votantes que
había un momento para las políticas expansivas
y un momento para las políticas estabilizadoras y que
no podía cumplirse la pretensión de alcanzar un
mundo perfecto con tasas de desempleo e inflación
iguales a cero.

La curva de Phillips: pero en los años
setenta el mundo cambió. Las tasas de inflación
y desempleo empezaron a crecer conjuntamente con lo que la
curva de Phillips desapareció de los gráficos estadísticos. El
fenómeno de la estanflación, estancamiento e
inflación, no cabía en los esquemas
keynesianos. Los nuevos fenómenos económicos
exigían nuevas y diferentes explicaciones.

Los monetaristas, a través de su miembro
más prestigioso, el profesor Milton Friedman,
propusieron el modelo que se llamó la curva de
Phillips a largo plazo. La curva de Phillips,
argumentó, no es estable sino que se desplaza como
consecuencia de los ajustes en las previsiones de los agentes
económicos. Cualquier intento por parte del gobierno
de aumentar el empleo tendrá éxito sólo a corto plazo pero
provocando desplazamientos de la curva de Phillips. A largo
plazo la curva de Phillips, parece existir una tasa natural
de desempleo, y todo intento de restringirla está
condenado al fracaso a largo plazo.

La teoría de las expectativas racionales
viene a introducir aún más pesimismo en esta
cuestión. Si los agentes son capaces de prever las
consecuencias de las políticas económicas y
adaptar inmediatamente su comportamiento a esas previsiones, el
crecimiento de la inflación será inmediato. Las
políticas expansivas no tendrán éxito ni
siquiera a corto plazo.

Aun teniendo en cuenta estas limitaciones a las
políticas expansivas, siempre se podrán tomar
medidas de fomento del empleo que, según los modelos
que hemos estudiado, eliminen o suavicen las dificultades
para encontrar empleo y faciliten el ajuste entre la oferta y
la demanda de trabajo. Para reducir el desempleo friccional y
eliminar los problemas
que denuncia el modelo de la búsqueda de empleo una
medida elemental, debe consistir en la
organización de un sistema de
oficinas de empleo que funcione de forma eficiente, con
ficheros organizados de forma que faciliten la
búsqueda rápida del empleo más adecuado
a cada trabajador y del trabajador más adecuado para
cada empleo. Para solucionar el desempleo estructural, son
necesarias medidas que faciliten la movilidad espacial y
funcional de los trabajadores. La movilidad espacial
está obstaculizada principalmente por los altos
precios de las viviendas y los alquileres que desaniman la
migración interior. La movilidad
funcional requiere la organización de un sistema educativo
con una formación profesional adaptada a las
necesidades de las empresas y que tenga la flexibilidad
suficiente para adaptarse a la rápida evolución
de las tecnologías.

El aumento de la demanda de trabajadores puede
conseguirse con medidas fiscales que reduzcan los costes
salariales para las empresas, bien reduciendo las
contribuciones obligatorias a la Seguridad
Social (que tendrían que ser substituidas por
otros ingresos del Estado),
bien subvencionando la contratación de trabajadores
que por alguna circunstancia sean menos eficientes,
minusválidos, jóvenes en su primer empleo, etc.
La flexibilización de los empleos, autorizando
contratos
temporales y facilitando los despidos, supone de hecho
abaratar los costos laborales de las empresas aunque a costa
de la precarización del empleo.

Finalmente siguen siendo muchos los partidarios de
las tradicionales medidas keynesianas de aumentar la demanda
agregada mediante el aumento del gasto
público, bien mediante contratación directa
por el
Estado-patrón, bien mediante la realización
de obras o inversiones públicas. A pesar de las
argumentaciones de Friedman, los programas y
gobiernos socialdemócratas siguen siendo partidarios
de políticas activas de creación de empleo
especialmente en países con tasas altas de
desempleo.

E. El Contexto Actual Nacional

El contexto local e internacional, caracterizado por
un persistente aumento de la desocupación y subocupación,
agravado en muchos casos por una tasa de crecimiento
poblacional positivo y un cuadro fuertemente recesivo, no es
propicio para el surgimiento de micro y pequeñas
empresas con capacidad de insertarse en un mercado
competitivo.

El desarrollo
tradicional de la micro empresa en el Sur, se ha
caracterizado por el surgimiento de emprendimientos, a menudo
de carácter familiar, que tienen el objetivo
de lograr un ingreso (único o adicional)para permitir
la subsistencia del grupo. Estos emprendimientos, que
nacían y evolucionaban en la informalidad, contaron en
general con una escasa utilización de tecnología, un uso intensivo de mano de
obra, rudimentaria organización del trabajo y ninguna
utilización (ni conocimiento) de herramientas de negocios
ni estrategias de comercialización.

Se ha observado en el Perú, durante los
últimos años, en forma concomitante con la
depresión de la actividad
económica y la aplicación de políticas
tendientes a desrregular las relaciones
laborales, un fuerte proceso de precarización del
empleo. Esto se pone de manifiesto en un incremento del
empleo total o parcialmente no registrado, la
extensión de diversas formas de subcontratación
fraudulenta que procuran evitar el cumplimiento de las
normas
laborales de orden general y evadir los salarios
convencionales de la rama o la profesión, deteriorando
las condiciones de trabajo y acentuando la inestabilidad de
los empleos. Esta precarización del empleo difiere,
por su naturaleza,
de formas tradicionales de empleo eventual.

La prolongada caída de la demanda de trabajo
generada por las políticas económicas, ha
provocado aumentos importantes de las tasas de desocupación y reasignación de
fuerzas de trabajo desde los sectores productivos (industria
y construcción) hacia las ramas
terciarias (comercio y
servicios). Las tasas de desempleo han tenido su mayor
impacto en los jefes de los hogares más pobres que,
sin embargo, no pueden permitirse estar desempleados durante
períodos prolongados, generando de esta manera altos
índices de subempleo. En consecuencia los casos de
desempleo más duradero provienen de los hogares
considerados "no pobres".

La inestabilidad, por otra parte, genera condiciones
propicias para la extensión de la desprotección
laboral, que es mayor entre las personas provenientes de
hogares pobres. En consecuencia, las personas desocupadas o
bien carecen de todo ingreso o bien obtienen ingresos menores
de carácter precario en actividades no asalariadas. La
incidencia del desempleo abierto es mayor entre los
trabajadores no calificados, es decir, entre aquellos que
cuando están ocupados reciben las remuneraciones menores. La incidencia
también es elevada entre los trabajadores
jóvenes que buscan empleo por primera vez, los que
también se encuentran en la parte inferior de la
estructura
de ingresos. El desempleo, por lo tanto, tiene dos efectos
diferentes: es, en primer lugar, generador directo de
pobreza y
acentúa además el grado relativo de pobreza de
los hogares ubicados en los estratos inferiores de
ingreso.

Se trata, entonces, si se quieren contrarrestar
estos efectos nocivos de la reestrucuración de las
economías, de estrechar la inserción de las
micro empresas de menores recursos
económicos a sectores más modernos,
vinculándolas a mercados más amplios,
dinámicos y rentables, mediante instrumentos como la
promoción de la subcontratación
entre empresas y el establecimiento de canales de comercialización que incluyan
también al mercado externo. Este apoyo productivo
tiende a mejorar la capacidad de competir, corrigiendo la
falta de acceso a recursos productivos.

Frente a la alta competitividad, los volúmenes de
demanda y las consecuentes aplicaciones de las
tecnologías de punta que exige el mercado, muchos
productos
a micro escala se
ven excluidos de los mismos debido a su reducido
tamaño, a la carencia de maquinaria y equipos
indispensables para elevar la capacidad productiva,
así como a insuficiencias en su capacidad organizativa
y gerencial. A ello pueden agregarse sus dificultades de
acceso al crédito y a las redes sociales y
comerciales en las que operan empresas de mayor
tamaño. Las empresas de menor tamaño
también enfrentan costos de transacción
más elevados, particularmente en contextos de alto
riesgo e incertidumbre.

En el marco de estos procesos se ha desarrollado lo
que se conoce como economía informal. Se trata de un
complejo muy diferenciado de estrategias de supervivencia puestas en marcha
por sectores marginados de la economía formal. Estas
estrategias comprenden prácticas micro empresariales
altamente heterogéneas, que van desde unidades de
subsistencia hasta verdaderas empresas con capacidad
potencial de participación en el mercado
formal.

La micro empresa no puede desarrollarse sin una
provisión adecuada de infraestructura industrial y de
servicios empresariales: la información oportuna y
actualizada sobre mercados y tecnología, la asesoría y las
gestiones promocionales en el comercio
internacional, los servicios de asesoría
técnica y consultoría en diversas áreas,
la
organización de ferias y eventos
comerciales, la capacitación técnica y
gerencial. Sólo la construcción de instituciones democráticas y
descentralizadas puede conducir al desarrollo
sostenible de la micro empresa. Las experiencias exitosas
tienen en común la solidez de las instituciones y el
rol de promotor de las asociaciones empresariales y de los
gobiernos locales y regionales.

Por lo tanto, cuando nos referimos a economía
informal, estamos hablando de un sector cuyo rasgo
común -paradójicamente- no está
constituido por la falta de formalidad, sino que más
bien por la concreta imposibilidad de acceso a instrumentos
básicos tales como el crédito o la formación y la
actualización técnico-organizativa. La
población económicamente activa peruana
ascendió a un total de 8,9 millones de personas en el
año 1995, sobre una población de poco
más de 23,5 millones de habitantes. De este total, el
65,3% eran hombres y el 34,7% eran mujeres; del total de
participación en la actividad económica, el 72%
procedía del sector urbano y el 28% restante del
rural. Las previsiones señalan que más de diez
millones de personas conformarán la población
económicamente activa en el año 2000 .Por
actividades económicas, es la agricultura la que absorbe un mayor
número de ocupación (37%), aunque viene
disminuyendo pese a la gran importancia del sector pesquero
nacional, que se incluye en este apartado; por su parte, la
industria
ocupa al 22% de la población activa y el resto
corresponde al sector de los servicios.

Desde comienzos de los años ochenta, la
población activa ha tenido un crecimiento interanual
medio del 3,7%, mientras que el empleo generado por las
grandes empresas manifiesta un goteo decreciente y constante,
aunque todavía no alarmante. Y aunque las tasas de
desempleo no han crecido de forma importante, puede deberse a
la aparición de un fenómeno que ha creado un
nuevo grupo social; está formado por personas llegadas
principalmente de las zonas rurales que se autoemplearon a
través de la venta
ambulante o de la creación de microempresas
de carácter familiar, aliviando así un
crecimiento mayor del índice global de
desempleo

Perú, como la mayoría de los
países iberoamericanos, mantiene una tasa de desempleo
urbano inferior al 10%. En 1997, el 9,1% de la
población económicamente activa no tenía
un puesto de trabajo en las zonas urbanas.

La insuficiente demanda de mano de obra en los
sectores industrial y comercial se ha incrementado en los
últimos veinte años, debido fundamentalmente a
la escasa inversión registrada en el país y a
un entorno macroeconómico caracterizado por la
inestabilidad. Así, entre 1981 y 1991 la
población económicamente activa mantuvo un
crecimiento medio anual del 3,9%, mientras que el empleo en
las grandes empresas del sector formal de la economía
cayó en un 0,8%. Ahora bien, desde 1993 se ha
registrado un cierto incremento gradual de la tasa de empleo
como consecuencia de la recuperación de la actividad
económica del país y de una mayor flexibilidad
laboral, aunque con grandes variaciones en los distintos
años; así por ejemplo, la tasa de desempleo
abierto de los jóvenes urbanos de 14 a 24 años,
que representan la cuarta parte, se ha elevado del 15,2% de
1996 al 16,1% de 1997. Sin embargo, durante el ciclo
expansivo de 1993-1995, esa misma tasa de desempleo
descendió casi cinco puntos, del 16,1% en 1993 hasta
el 11,2% en 1995. Este comportamiento de la tasa de desempleo
refleja, en gran medida, la dificultad del mercado para
absorber la mano de obra más joven y, sobre todo, a
los trabajadores más recientemente incorporados al
mercado de trabajo. Por ello, cuando se observan las cifras
de desempleo desagregado por grupos de edad, se constata que
las tasas para los grupos de trabajadores cuya edad se
sitúa entre los 25-44 y entre los 45-54 años no
son alarmantemente altas (6,6% y 5,7% durante el año
1997), mientras que la tasa para el grupo de 14-24
años es del 15,2%, es decir, casi el triple que para
los grupos de más experiencia.

F. Naturaleza y
medición

A pesar de que los factores productivos,
tierra,
trabajo y capital— son recursos escasos, por diversas
razones siempre hay una parte mayor o menor de ellos que no
está usándose. Ese es el fenómeno
conocido como desempleo aunque casi siempre se utilice esa
palabra, y así lo haremos aquí, para aludir
principalmente al desempleo del factor trabajo. Sus terribles
repercusiones sociales lo convierten en un problema
económico fundamental y su solución es un
objetivo prioritario para la política
económica. Para describir la situación del
empleo en una sociedad, los datos suelen
ofrecerse en forma de tasa de desempleo: la proporción
de trabajadores en desempleo con respecto al total de la
población activa. Pero medir esa tasa no es tarea
fácil. Por mucho que se precisen los conceptos de
"desempleado " y "población económicamente
activa" siempre encontraremos individuos a los que no
sabremos con exactitud en qué categoría
clasificarlos. Se llama población
económicamente activa (PEA) al conjunto de los
individuos de una sociedad que estando en edad de trabajar y
capacitados para hacerlo, tienen o desean tener un empleo
remunerado. Los miembros de este grupo que están
buscando activamente empleo y no lo encuentran
recibirán la calificación de trabajador
desempleado. Quedan por tanto excluidos de la
condición de población activa los jubilados,
los enfermos o físicamente incapacitados, los
estudiantes, los menores de edad (por necesidad se han visto
en la obligación de trabajar), y ese numeroso grupo de
personas que por estar trabajando en sus casas para sus
familias no pueden tener un empleo remunerado fuera del
hogar.

Pero hay otras muchas razones por las que la tasa de
desempleo puede resultar sobrevalorada. En nuestro
país hay un gran número de trabajadores
empleados en la llamada economía sumergida, empleados
por cuenta propia o ajena, que tratan de eludir sus obligaciones fiscales. Se pueden hacer
estimaciones imprecisas sobre el volumen del
empleo sumergido por medios
indirectos, por ejemplo, mediante el consumo de energía
eléctrica, pero son estimaciones en cualquier caso
muy insatisfactorias. Por otra parte, los subsidios y las
facilidades sociales que se conceden a la población de
bajo nivel socio económico- para el acceso a viviendas
subvencionadas y otras- hacen que se presenten como tales
muchas personas que no están realmente dispuestas a
aceptar un empleo fijo a jornada completa.

  1. Tasa de desempleo y mercado laboral El
    desempleo es un fenómeno siempre presente, en mayor o
    menor grado, en toda sociedad. De la población total
    de un país, existe un grupo que pertenece a la
    fuerza
    laboral y otro que se encuentra fuera de ella debido a
    actividades educativas o quehaceres del hogar. Del mismo
    modo, entre los individuos que forman parte de la fuerza
    laboral, algunos se encuentran ocupados y otros se encuentran
    desocupados Se utiliza la tasa de desempleo, es decir, el
    porcentaje de la fuerza laboral desempleada, como un
    indicador resumen del estado del mercado laboral, aunque
    eventualmente puede constituir sólo una
    aproximación parcial al fenómeno. Una
    limitación importante de la tasa de desempleo es que
    no dice nada sobre los niveles de ingreso y la calidad del
    trabajo de aquellos que se encuentran empleados.
  2. Desempleo y Desarrollo Se pueden establecer,
    por lo menos, dos hipótesis con respecto a la
    relación entre el nivel de desarrollo
    y la tasa de desempleo. Por un lado, se puede argumentar que
    los países desarrollados tienen mayores oportunidades
    de empleo y, por lo tanto, el nivel de desempleo registrado
    debería ser menor en estos países. En este
    sentido, existiría una relación inversa entre
    el desarrollo de un país y su tasa de desempleo. De
    otro lado, en los países de bajos ingresos, las
    familias pobres no pueden financiar largos periodos de
    desempleo y deben idear estrategias de empleo e ingresos de
    manera de maximizar el bienestar familiar, dadas la
    múltiples restricciones que enfrentan. Por tanto, las
    tasas de desempleo en países subdesarrollados no
    podrían ser muy altas. En la realidad concreta no
    encontramos una relación clara entre el nivel de
    desarrollo y las tasas registradas de desempleo abierto,
    probablemente debido a que las dos hipótesis
    actúan simultáneamente y a que la tasa de
    desempleo es afectada por otros factores como el ciclo
    económico y la presencia de diferentes regulaciones en
    el mercado laboral. En Sudamérica, aún cuando
    existen diferencias metodológicas involucradas en el
    cálculo de las tasas de desempleo, se
    observa que los niveles registrados son bastante variables.
    Las tasas fluctúan entre el 4%y el 18% para
    países cercanos y que no presentan diferencias tan
    marcadas en sus niveles de desarrollo. La tasa de desempleo
    abierto peruana se sitúa en el promedio
    sudamericano.
  3. Perú: Desempleo por
    ámbitosgeográficos Esta información ha
    permitido confirmar algunos hechos ya conocidos, pero ha
    evidenciado diferencias interesantes entre los procesos
    laborales existentes en el país. Las diferencias
    más importantes se refieren a los niveles que muestran
    las tasas de desempleo en diferentes regiones del
    país. Así por ejemplo, se observa que las zonas
    Central y Sur del país presentan comparativamente
    tasas más elevadas de desempleo que las del Norte,
    incluida la Selva. Estos fenómenos, que merecen una
    investigación de mayor detalle, pueden
    estar asociados a los desiguales procesos de desarrollo
    experimentados por las ciudades del interior del país
    y a la mayor cercanía de los mercados de trabajo
    rurales en las ciudades intermedias, lo cual
    determinaría comportamientos diferenciados de la
    oferta laboral y un patrón estacional que debe ser
    analizado. Lo que sí es claro es que algunas estructuras del desempleo son similares tanto
    en Lima como en el resto del país, si se consideran
    las variables edad, sexo y educación. En el caso de la
    edad, por ejemplo, los jóvenes presentan mayores tasas
    de desempleo llegando, en el caso de la Costa Sur, a estar
    por encima del 28%. Del mismo modo, excepto en la Sierra
    Norte, en todo el país son las mujeres quienes se ven
    afectadas en mayor proporción por el fenómeno
    del desempleo. Obviamente, el nivel educativo, con algunas
    diferencias de niveles, en todas las regiones vuelve a
    presentar una relación no lineal con la tasa de
    desempleo. No obstante, en ninguno de estos casos se puede
    establecer una relación causa efecto entre las
    diversas variables socioeconómicas y la incidencia del
    desempleo pues no se mantiene el principio de 'ceteris
    paribus' Para ello, se requiere un
    análisis.

G. Duración del Desempleo

Tanto en medios
académicos como políticos, parece existir una
percepción del desempleo como un
fenómeno estático, como si su estructura no
cambiara en el tiempo y los desempleados fueran los mismos
siempre. Dichas apreciaciones olvidan el carácter
eminentemente dinámico del mercado laboral y la
presencia de permanentes flujos desde y hacia él. El
fenómeno de la duración del desempleo en el
Perú, ha sido escasamente estudiado y no existen
antecedentes confiables que permitan hacer una
comparación de esta variable en el tiempo. El estudio
de la duración del desempleo es importante debido a
que nos permite aproximarnos al conocimiento del tipo de desempleo existente
en un país. Según su duración y el
comportamiento de la demanda de mano de obra, el desempleo
puede ser friccional o estructural. Cada situación
expresa características distintas y permiten, por lo
tanto, políticas diferentes. Esta evidencia sugiere
que el fenómeno del desempleo persistente no es tan
significativo en nuestro país como sí lo es en
otros países. Por el contrario, el tipo de desempleo
predominante en nuestro medio sería más de
corto plazo, es decir friccional o estacional. El desempleo
friccional surge principalmente porque los mercados de
trabajo son dinámicos. En efecto,
simultáneamente coexisten en el mercado laboral,
nuevos ingresantes (aspirantes) al mismo tiempo que otros
individuos están dejando la fuerza laboral (jubilados
o desalentados). Existen personas que están
renunciando a sus empleos para buscar otros y también
existen empresas que reducen su nivel de empleo mientras que
hay otras que buscan trabajadores.

Dado que los flujos de información son
imperfectos tanto los empleadores como los trabajadores,
suelen demorar en encontrar exactamente lo que buscan en el
mercado. Es decir, debido a la ausencia de mecanismo de
información, toma tiempo para que se produzca el
encuentro entre empleadores y trabajadores generándose
así el desempleo friccional.

Como se mencionó este desempleo prolongado o
persistente, afecta más a los siguientes grupos
poblacionales:

  1. Mujeres,
  2. Aquellos que en el contexto familiar son
    hijos,
  3. Los individuos con niveles educativos secundarios o
    superiores,
  4. Las personas solteras, y
  5. Los jóvenes.

La dinámica del mercado laboral implica
que no todos los desempleados son los mismos siempre y que
muchos de ellos se encuentran cambiando de status
frecuentemente. De hecho, en cualquier punto del tiempo el
desempleo está conformado por flujos que entran al
desempleo y por flujos que salen de él.

H. Los Flujos Hacia y Desde El
Desempleo:

En cualquier periodo de tiempo, los individuos que
ingresan a la condición de desempleo son de dos tipos:
aquellos que antes eran empleados y aquellos que antes eran
inactivos. Entre los que antes eran ocupados existen dos
motivos principales de llegada: los recesos (despidos) que
pueden ser temporales o permanentes, y las renuncias. Entre
los que antes eran inactivos existen también dos
tipos: los nuevos ingresos al mercado de trabajo y los re
ingresos por parte de personas que alguna vez estuvieron en
el mercado de trabajo y por algún motivo salieron de
él hacia la inactividad.

Para analizar la importancia de cada uno de estos
componentes, se ha realizado una descomposición simple
del desempleo, en términos de sus flujos de entrada
para Perú Urbano.

Se observa que casi la mitad de la tasa de desempleo
abierto en el tercer trimestre de 1997 (7.7%) estuvo
explicada por reingresos de personas que previamente estaban
inactivas a la condición de desempleo. Esto es
consistente con el hallazgo anterior que las principales
transiciones existentes en el mercado de trabajo peruano son
entre la inactividad y el desempleo antes que entre empleo y
el desempleo. Vale la pena observar también que entre
los grupos que tienen más reingresos al mercado de
trabajo a través del desempleo, destacan las mujeres,
los menores de 25 años y los que tienen estudios
secundarios o superiores no universitarios.

En un segundo nivel de importancia se encuentran los
flujos que provienen del empleo: las renuncias y los recesos
(despidos). En las renuncias se incluye a aquellos que
dejaron su empleo por que ganaban poco, por estudios, por
motivos de salud, asuntos
familiares, para establecerse por su cuenta o por
jubilación. Estos representan el 21% del total de
desempleo destacando los hombres, las personas con
educación secundaria y las mayores de 55 años.
Por otro lado, en el grupo que ingresan al desempleo por
despido se incluye a aquellos desempleados porque
terminó su contrato, debido a los cierres de empresas
o a los despidos arbitrarios. Representan el 20% del total de
desempleo siendo los grupos más afectados los hombres,
las personas entre 45 y 54 años y las que tienen
educación secundaria.

Finalmente, solo el 10% de los desempleados son
aspirantes, es decir personas que previamente eran inactivas
y por primera vez intentan conseguir un empleo. En este
grupo, evidentemente predominan los jóvenes,
especialmente mujeres con educación secundaria. Esta
composición del desempleo no siempre ha sido
así. La década de los setenta, la principal
fuente del desempleo era los aspirantes, mientras que
actualmente estos son la minoría. Esto es resultado de
la notable movilidad que se observa en el mercado de trabajo
que ha determinado que la mayor parte de las personas tengan
experiencia laboral aunque sea parcial.

I. Los Flujos De Salida Del
Desempleo:

Al ingresar al desempleo, por definición las
personas empiezan a buscar trabajo, tanto dependiente como
independiente. La pregunta que se intenta resolver en esta
sección es como se componen los flujos de salida del
desempleo. En este caso, nuevamente existen dos grandes
posibilidades: el empleo o la inactividad. En el caso que
salgan hacia el empleo, la pregunta es ¿Qué
tipo de empleo consiguen luego de estar desempleados?. En el
caso de salir a la inactividad, interesa averiguar las causas
de esta decisión

Dos observaciones muy importantes se derivan del
análisis: En primer lugar, las salidas hacia la
inactividad explican aproximadamente el 51.7 % del desempleo,
es decir, no todos los desempleados terminan como empleados.
¿Qué explica el elevado flujo de salida hacia
la inactividad?. Por un lado, puede reflejar desaliento, es
decir, dada la incapacidad para encontrar un empleo muchas
personas dejan de buscar un empleo y deciden salir de la
fuerza laboral. Por otro lado, muchos de ellos deciden dejar
la fuerza laboral voluntariamente, ante la ausencia de
oportunidades de empleo que satisfagan sus
expectativas.

En segundo lugar, las salidas al empleo explican el
48.3 % de los casos. En términos muy gruesos, estos
estimados pueden relacionarse a conceptos muy utilizados en
la literatura.
Los que cambian de rama/ocupación pueden ser
considerados como recesos permanentes mientras que los que
vuelven a la misma rama/ ocupación pueden ser
considerados como recesos temporales22. Los
recesos temporales ocurren principalmente por efectos de la
estacionalidad o inestabilidad en la producción de las
empresas y constituyen una práctica mediante la cual
los empleadores convocan nuevamente a trabajadores que ya han
laborado en sus empresas a fin de enfrentar nuevos pedidos o
campañas, ya que con ello aseguran un mínimo de
experiencia en el
trabajo. Si tomamos estos datos como referencia, este
fenómeno explicaría uno de cada cinco casos de
desempleo.

J. Situación De Empleo En El
Perú

Existen dos formas de ver el mercado de trabajo a
nivel nacional. Un primer enfoque distingue claramente entre
economía rural y economía urbana, enfatizando
la estrecha relación del funcionamiento del mercado
laboral rural con el desarrollo de actividades
agrícolas. Una visión más integral es la
que pone énfasis en la articulación entre las
actividades económicas de las zonas rurales y las
urbanas. A continuación se señala las
principales características de estas dos maneras de
ver el empleo a nivel nacional.

  1. Es importante considerar como unidad de
    análisis de las decisiones laborales en el
    área rural a los hogares, pues los miembros del
    hogar deciden en conjunto sus niveles de consumo de bienes,
    la asignación de su fuerza de trabajo y sus recursos
    entre las varias opciones o actividades disponibles, y la
    inversión en capital
    humano (educación), de acuerdo con la
    disponibilidad de tiempo productivo de sus miembros, con su
    restricción presupuestaria, y con la
    tecnología disponible en su unidad productiva. La
    asignación del tiempo depende de las
    características demográficas del hogar, pues
    sus miembros (niños, adulto-hombre,
    adulto-mujer)
    se diferencian en cuanto a sus ventajas comparativas
    realizando las actividades en las que son relativamente
    más productivos. La decisión de
    participación de un miembro en el mercado de trabajo
    asalariado se hace en función de la productividad de cada
    miembro del hogar y el pago que puedan obtener. En este
    sentido, la oferta familiar de trabajo asalariado
    está afectada por los requerimientos de mano de obra
    de la unidad productiva. De esta forma, la magnitud de
    oferta de trabajo en el mercado de trabajo asalariado de
    los hogares no depende sólo del salario, sino
    también del tamaño de la fuerza laboral
    familiar, sus otros ingresos, los factores fijos (herramientas, ganado, tractores, etc.) que
    afectan la productividad de la unidad productividad
    familiar, y los precios de los productos de la propia unidad
    productiva.

    En general, los hogares destinan más mano
    de obra a actividades no agropecuarias fuera del hogar o la
    venden en el mercado cuando la campaña
    agrícola resulta mala. En las etapas del proceso
    productivo en las cuales hay posibilidad de
    sustitución entre el
    trabajo de un niño/a y un adulto/a (luego de la
    siembra o luego de la cosecha), los hogares destinan a sus
    miembros con mayor valor en
    el mercado asalariado a actividades fuera del
    hogar.

  2. Economía Rural Y Funcionamiento Del Mercado
    De Trabajo Ruralopciones De Ocupación Del Hogar En
    El Área Rural:

    Para entender el funcionamiento de la
    economía nacional, y los mecanismos a través
    de los cuales se puede favorecer el crecimiento
    económico y el desarrollo rural, es importante
    analizar las relaciones económicas entre las zonas
    rurales y las urbanas. En este sentido, lo rural no debe
    verse como contrapuesto a lo urbano. Una manera de enfocar
    las relaciones entre ambas zonas es considerar que la
    economía nacional se compone de varias
    economías regionales, cada una de ellas conformada
    por un hinterland rural que rodea a algunas ciudades
    importantes. Dentro de cada una de estas economías
    existen interrelaciones entre el campo y la ciudad. El
    campo ofrece bienes agropecuarios y no agropecuarios a la
    ciudad y ésta ofrece a cambio
    bienes manufacturados y servicios, sobre todo financieros.
    Además, existe movilidad de factores productivos,
    sobre todo mano de obra, y flujo de información
    entre el campo y la ciudad, ya que estas zonas se
    encuentran actualmente más articuladas, no
    sólo por el transporte sino, fundamentalmente, por el
    desarrollo de los medios de comunicación

    Desde esta visión, los propios mercados,
    incluyendo el mercado laboral no serían rurales sino
    regionales y no se puede hablar en sentido estricto de
    empleo rural. El desarrollo de estos mercados será
    mayor cuanto más grande sea la ciudad y el peso de
    las relaciones de mercado en el conjunto de las
    transacciones de la región, que llevaría a un
    mayor desarrollo rural en la medida en que la
    economía rural sea más abierta al comercio
    regional, nacional e internacional (eliminación de
    intermediarios), aunque se debe enfrentar, en algunos
    casos, la competencia entre productos urbanos y
    rurales.

    La existencia o formación de varias
    ciudades grandes favorecería el desarrollo de
    economías regionales por la existencia de mercados
    modernos de insumos, empresas compradoras de productos
    agrícolas y proveedoras de servicios. El desarrollo
    de las ciudades en una región tiende a transformar
    las relaciones no mercantiles en relaciones de mercado y
    explica la evolución del intercambio de mano de obra
    y del mercado laboral. Anteriormente, las transacciones se
    hacían a través de intermediarios que usaban
    sus lazos sociales en las comunidades rurales para
    contratar trabajadores y llevarlos a las áreas donde
    se requiere mano de obra (sistema de
    "enganche").

    El crecimiento de las ciudades permite el
    fortalecimiento de las economías regionales que
    sustentan y, por lo tanto, el desarrollo de las
    áreas rurales a la cuales están vinculadas.
    Debe fomentarse la inversión privada y el
    crecimiento de las ciudades tomando en cuenta que uno de
    los factores necesarios para lograr esto es la
    acumulación de capital
    humano ya que éste permite el desarrollo de
    actividades con uso de tecnología
    avanzada.

    Los cambios ocurridos en los últimos
    años en las características del mercado de
    trabajo en las zonas rurales hacen que su funcionamiento ya
    no se adecue a la visión tradicional del empleo
    rural. El empleo rural no puede verse sólo como
    empleo agropecuario.

    K. Características Del Mercado De
    Trabajo Peruano:

    a. Características de la oferta laboral
    por tamaño de centro poblado

    En 1998, la población económicamente
    activa en el país (PEA) ascendía a 11
    millones 294 mil personas, donde el 30 por ciento se
    encontraba en Lima Metropolitana, el 36.5 por ciento
    residía en las otras áreas urbanas, y el
    restante 33.5 por ciento se encontraba en el área
    rural. Cabe resaltar que si bien la PEA nacional es
    predominantemente urbana, el área rural tiene una
    importancia similar al resto urbano en cuanto a magnitud de
    oferta laboral.

    Conviene señalar que las definiciones del
    área urbana y rural están asociadas al
    tamaño del centro poblado (2,000 y más
    habitantes, y menos de 2,000 habitantes respectivamente)
    por lo que en la caracterización del mercado de
    trabajo peruano que realizamos a continuación prima,
    en la medida de lo posible, la variable "tamaño del
    centro poblado" sobre la división tradicional
    "urbano- rural", lo que permite tener una visión
    más detallada del mismo.

    b. PEA por niveles de
    educación

    La oferta laboral del país se caracteriza
    por su reducido nivel educativo. Aproximadamente, el 54 por
    ciento de la PEA nacional no ha terminado la
    educación secundaria, el 25 por ciento tiene
    secundaria completa y el restante 21 por ciento tiene
    estudios superiores sean universitarios o no
    universitarios. Incluso en Lima Metropolitana, que tiene la
    mayor infraestructura educativa, un tercio de la PEA no ha
    completado la
    educación secundaria.

    Esta situación es más preocupante
    cuando se reduce el tamaño del centro poblado, que
    se refleja en las diferencias en el nivel educativo de la
    oferta laboral urbana y rural .

    La calificación de la mano de obra es mucho
    menor en el área rural, donde cerca del 15 por
    ciento de la PEA no tiene instrucción educativa, y
    la mitad sólo tiene educación primaria. Los
    menores años de estudio promedio de la mano de obra
    rural influyen en la baja productividad. Debe tenerse en
    cuenta que un mayor nivel educativo, especialmente si
    incluye un componente de capacitación laboral, es
    importante porque eleva la productividad y permite
    incorporar tecnología más
    avanzada.

    Estas diferencias en los niveles educativos de la
    oferta laboral se acentúan por grupos de edad, y
    entre hombres y mujeres. En el caso del área urbana;
    los hombres y las mujeres hasta los 29 años de edad
    tienen igual años promedio de estudio,
    presentándose diferencias entre ambos a partir de
    los 35 años de edad. En el caso del área
    rural, si bien los más bajos niveles educativos se
    presentan en la PEA femenina adulta, los hombres adultos
    también tienen pocos años de estudios,
    incluso menores que las correspondientes mujeres adultas
    del área urbana. De esta forma, si es que se
    pretende revertir la baja calificación de la oferta
    laboral es importante implementar programas de
    educación dirigidos a esta población
    principalmente en el área rural.

    De esta forma, para elevar los bajos niveles de
    productividad de los sectores económicos es
    necesario invertir en capital humano, lo que
    redundará en mayores ingresos de la
    población. Esto es primordial en el área
    rural, donde la mayoría de los trabajadores se
    dedican a la actividad agrícola, sector altamente
    generador de empleo y que sin embargo tiene la más
    baja productividad sectorial. Una elevación en la
    calidad
    del capital humano facilitará el manejo de nueva
    tecnología en el área rural, necesaria para
    aumentar la productividad.

  3. Visión Del Mercado De Trabajo A Nivel
    Nacional
  4. Tasa De Desempleo

En el área rural, el mercado de trabajo es
poco desarrollado, por lo que las personas no tienen la
opción de búsqueda activa de trabajo en la
misma zona. En general, en el área rural, las personas
pasan de una situación de ocupados a una
situación de inactivos, dependiendo, en gran medida,
del ciclo agrícola.

Debido al poco desarrollo del mercado de trabajo
rural, la tasa de desempleo abierto es muy reducida.
Así, mientras en el área urbana la tasa de
desempleo abierto es de 7.8 por ciento, en el área
rural es de sólo 2.8 por ciento. Un indicador que
permite medir mejor la problemática del empleo en el
área rural es la tasa de desempleo pasiva, entendida
como el porcentaje de la población en edad de trabajar
que desea trabajar, pero que no buscó activamente
trabajo por razones económicas o de mercado. Esta tasa
de desempleo pasiva asciende a 4.8 por ciento, superior a la
tasa de desempleo abierto. Entonces, la tasa de desempleo
total en la zona rural sería de 7.5 por
ciento.

Dicha tasa de desempleo total rural considera el
poco desarrollo del mercado de trabajo, que se traduce
principalmente en un reducido nivel de demanda laboral, salvo
en épocas de siembra y cosecha. Esta situación
lleva a migraciones temporales y, por tanto, a que las
personas incurran en mayores costos de transacción, y
a un contexto de pobreza. Para revertir esta situación
es necesario crear mercado.

Un ejemplo de lo que se puede hacer en el
área rural lo ofrece el Programa de
Caminos Rurales del Ministerio de Transportes, el cual,
mediante la creación de microempresas locales, dedicadas al mantenimiento de los caminos rurales, ha
contribuido a dinamizar el mercado de trabajo
rural.

L. Características
Sectoriales

a. Ramas de actividad

El panorama sectorial del empleo nacional se
presenta en algunos aspectos diferente al urbano, pues la
agricultura cobra mayor importancia. A esta actividad se
dedica el 26 por ciento de los trabajadores del
país, constituyéndose en la segunda actividad
generadora de empleo. Esta importancia está marcada
por la gran incidencia que tiene la agricultura en los
centros poblados de menor tamaño denominados rurales
donde constituye dos tercios del empleo. A pesar de ello,
no se puede identificar lo rural con lo agrícola;
existe un 35 por ciento de trabajadores rurales que se
dedican a otras actividades económicas

En segundo lugar, los servicios, al igual que en
el área urbana, conservan el primer lugar en la
generación de empleo a nivel nacional. En esta
actividad labora cerca de un tercio de la PEA ocupada del
país. Evidentemente su importancia es mayor en la
zona urbana, principalmente en los centros urbanos de mayor
tamaño. Incluso en la zona rural, aunque con una
incidencia en el empleo mucho menor, es la segunda
actividad generadora de empleo.

En tercer lugar, la industria representa cerca del
11 por ciento del empleo nacional. Cabe indicar que su
participación en el empleo no difiere tanto por
tamaño de centro poblado, como sí sucede con
la agricultura y el sector terciario.

En cuarto lugar, la actividad minera -tanto en el
área urbana como rural- es poco significativa en la
generación de empleo; representa menos del 1 por
ciento del empleo nacional. Sin embargo, tal como hemos
señalado anteriormente, tiene una alta productividad
y es marcadamente generadora de divisas.

En suma, el área urbana y rural comparten
la característica de que es un sector
económico el que predomina fuertemente en la
generación del empleo. La diferencia se encuentra en
cuál es ese sector -el sector primario
(principalmente la agricultura) y el sector terciario
(servicios y comercio), respectivamente- y, principalmente,
en las relaciones salariales que se establecen en los
mismos.

b. El empleo asalariado y no
asalariado

En el país prevalece el empleo no
asalariado y su incidencia es mayor en los centros poblados
más pequeños. Aproximadamente, el 61 por
ciento de los trabajadores del país son no
asalariados (donde el 6 por ciento son empleadores) y el
restante 39 por ciento son asalariados. Entonces, las
diferencias por tamaño del centro poblado son
notorias en la distribución del empleo
agrícola- no agrícola y del empleo
asalariado- no asalariado

La mayor incidencia del empleo no asalariado en el
área rural ( 77.2 por ciento de la PEA ocupada) se
debe a que en la actividad principal que es la agricultura-
la mano de obra es básicamente familiar. De esta
forma, las relaciones que se establecen en la agricultura
son no salariales, ya sea porque el agricultor cultiva su
propia parcela como trabajador independiente o porque
utiliza mano de obra familiar (ambas categorías
ocupacionales representan cerca del 80 por ciento del
empleo agrícola rural). Igualmente, la industria de
bienes de consumo en el área rural –en la que
deben primar las relaciones salariales- presenta una mayor
incidencia del empleo no salarial (cerca del 87 por ciento
de la PEA ocupada sectorial), debido a que está
conformada principalmente por artesanos que laboran
independientemente o con mano de obra familiar en microempresas. Entonces, lo que caracteriza
al empleo rural sea en la agricultura o en la industria son
las relaciones
laborales que se establecen en su interior, que son
básicamente no salariales y familiares.

Los sectores del área rural donde
prevalecen las relaciones asalariadas son la
construcción y los servicios no personales (70.5 por
ciento y 82.4 por ciento respectivamente). Cabe indicar que
en este último sector, el empleador principal es el
Estado (emplea al 55 por ciento de la PEA ocupada
sectorial), por los servicios de educación y
salud que
brinda.

Partes: 1, 2, 3
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