Indice
1.
Introducción
2. Marco
teórico
3. El estado Argentino desde 1880 hasta la
crisis de 1929
4. El primer gobierno de
Menem
5.
Conclusión
1. Introducción
Desde la antigüedad hasta nuestros días, se
ha venido desarrollando una discusión que aun parece no
tener fin, al contrario se abre a nuevos debates y tendencias
producto de
nuevas ideas y/o acontecimientos que impulsan una
reformulación de los presupuestos
para pensar el tema de este trabajo: el rol del Estado ante la
sociedad. No
solo pensado como conjunto de instituciones
y actores encargados de satisfacer las necesidades colectivas,
sino también, como un actor mas dentro del gran sistema
social.
Desde Platón,
con su modelo
organicista, donde no estaba pensado el estado tal
como lo conocemos actualmente, hasta Hobbes, con su
gran Leviatán (El soberano) donde el estado regula desde
lo mas mínimo, como podrían ser las relaciones
familiares hasta lo máximo, como pueden ser las libertades
individuales, etc, siguiendo con Locke, donde se abre a la
teorizacion sobre un estado mínimo o e estado
máximo, como estado "garante" o estado "protector"; vemos
la gran preocupación por el rol del estado ante la
sociedad, que se acentúa y sé complejiza a partir
de fenómenos como la Revolución
Industrial o la grandes crisis
económicas del siglo XX.
Es a partir de estas ideas generales, y en especial a partir de
esta ultima distinción y discusión (estado
máximo o estado mínimo) analizaremos los diferentes
rostros que pudo asumir el estado en la historia de nuestro
país en diferentes aspectos, pero el que más nos
compete la faceta económica – administrativa, y los
diferentes enfoques que podamos encontrar y formular para
analizar este profundo debate que aun
no se ha acabado.
Antes de comenzar este análisis, seria conveniente exponer algunos
conceptos e ideas lo suficientemente explicitas y sencillas, de
teóricos que analizan el papel del
estado en los diferentes ámbitos de la sociedad, y en
especial, como mencionamos en la introducción, en el ámbito
económico – administrativo, y lo que no encierran
ambas esferas.
Uno de los primeros que se preocupo en analizar el rol del estado
en pleno, fue sin duda, Adam Smith. La
economía
clásica y los fisiócratas pugnaron por el laissez
faire que implica la nula intervención del estado en los
asuntos económicos, salvados los aspectos necesarios para
la subsistencia de la sociedad, como era para asegurar la paz
exterior e interior y la garantía de la propiedad. Su
famosa teoría
de la "mano invisible", en donde el mercado se
equilibraba naturalmente, y por ende la necesidad de la
intervención estatal era innecesaria. Pero acontecimientos
posteriores evidenciaron y obligaron, a reformular los supuestos
donde el estado va a ocupar una posición central como
elemento de filtro de las necesidades del sistema (imputs), y de
satisfacción de dichas demandas (outputs).
Uno de lo mas conocidos exponentes del sigloXX acerca del rol del
estado es John Keynes. Sus
ideas acerca del rol intervensionista del estado, han contribuido
a la recuperación de la economía norteamericana
después de la gran crisis del 30, además de la
adopción
del keynesianismo como modelo a seguir en situaciones criticas,
evidenciadas a través de problemas como
altos niveles de desempleo,
recesión económica, etc.
Keynes concede al estado un papel central en la
determinación del nivel de actividad económica y
administrativa del estado. Es así que el keynesianismo
trata de evitar cambios bruscos en el sistema económico
(desempleo, desequilibrios fiscales, etc), y así evitar y
amortiguar la vulnerable conducta de los
actores privadas a través de un fuerte papel del estado en
el sistema social.
Podemos concluir que, según Keynes, para lograr el retorno
del equilibrio y
mantener una plena ocupación, es necesaria la
intervención del estado, ya que es este quien puede
mantener el nivel del gasto y de la inversión, ya sea controlando las tasas de
interés mediante una adecuada política
monetaria y crediticia y, ejercitando un control en los
tipos de inversión.
Entonces estamos ante una dualidad de estado mínimo, y un
estado cuasi – máximo. Esta dualidad va a ir
adquiriendo diferentes facetas a lo largo del siglo XX, en donde
los fenómenos políticos y económicos
demandaron que el estado se reacomode retomando y/o delegando
viejas obligaciones y
funciones.
Para explicar este fenómeno del intervensionismo estatal,
podemos citar a las tres teorías
sobre el tamaño del estado que cita Roberto
Esteso:
- La primera conocida como la ley de Wagner,
que a través de un estudio de los casos estadounidense,
alemán y japonés, reflejo que los gastos del
estado crecen más rápido que el PBI de los
mismos, atribuyendo ese comportamiento al crecimiento de las funciones
administrativas del Estado, a la creciente complejidad
legal y a la ampliación de la división del
trabajo. - El otro enfoque según un estudio de Peacock y
Wiseman, la tendencia anterior descrita se da en épocas
de contiendas bélicas, y que si bien al terminar las
guerras el
gasto es menor, es aun alto con respecto al estado anterior del
enfrentamiento. - La tercera esta explicada en función
de estadios de desarrollo.
Lo podríamos resumir en una fórmula bastante
reduccionista.
+ atraso económico = + participación del
estado en el desarrollo
Evidenciemos en la historia
argentina los diferentes enfoques antes descritos.
3. El estado Argentino desde
1880 hasta la crisis de 1929
Desde los tiempos de la colonia, la argentina ha
estado caracterizada, por una incipiente presencia de capital
extranjero: ingles, francés, americano, etc. Estos
países, grandes naciones con actitudes
imperialistas vieron en nuestro hemisferio, potenciales fuentes de
riqueza natural, ya sea territorio, recursos
naturales y demás.
Es a partir de la formación del estado nacional en 1853, y
acentuado a partir de 1880, donde se lanza lo que después
se convirtió en el llamado "modelo agro exportador" que
será la estrategia
económica de la argentina hasta la crisis del 30.
Como dijimos anteriormente, si bien la presencia estatal era
importante, la carencia de una burguesía nacional, no
permitió realizar un desarrollo
económico autónomo, lo cual hubiese sido
importantísimo para impulsar el desarrollo local, desde
adentro. O sea que se dio a la inversa. La llegada de capitales
extranjeros modernizo gran parte de la actividad productiva, pero
a su vez limito la intervención del estado en sus asuntos,
mas allá de los enfrentamientos que pudo haber habido.
Como dice Madoery: "en sus comienzos, el estado nacional
desarrolló una actividad sustentada en intervenciones
esporádicas que no alcanzaban a definir un perfil
empresarial. Luego comenzó a desarrollar actividades
bancarias y de servicios
públicos, además como promotor de actividades
industriales y comerciales". Tal como lo describe, se observa el
carácter limitado del estado argentino dado
por su inmadurez y por sus limitaciones en tanto recursos.
Este modelo económico impulsado desde el estado, pero no
administrado por este estuvo cruzado por, como dijimos antes, la
preeminencia del capital extranjero pero el estado, con la
necesidad de integrar a la nación
"llevaron a efectuar una creciente actividad empresaria, motivada
también por la ausencia de capitales privados nacionales
que pudieran realizarlos en su totalidad".
Esa ausencia de capitales privados es a mi entender un signo
positivo y otro negativa para medir el rol del estado. Por un
lado positivo, debido a que esa ausencia, posibilitó que
el estado se convierta desde el vamos, en una especie de agente
encargado de estimular y mejorar los medios
(transporte,
comunicaciones, correo) para el desarrollo de las
actividades productivas, como sea a través del crédito, con la creación de bancos tales como
el Banco Provincia
de Buenos Aires
(1863) y el Banco de la Nación Argentina (1854) o la
creación del Correo (1826) y el Ferrocarril (1857), junto
con YPF (1922). Pero el lado negativo, es aquel que no nos
permitió realizar un desarrollo local autónomo.
A comienzos del siglo XX, en pleno apogeo del modelo impuesto por la
Generación del ‘80, puede atisbarse la existencia de
dos dimensiones en lo que respecta a la relación entre el
Estado y los sectores más necesitados: la
instauración de ciertas regulaciones protectoras a la par
del aplazamiento de la
organización de sectores marginales, en algunos casos,
a través de la violencia.
El estado se iba haciendo cada vez más grande. Tanto en su
dimensión empresarial, como administrativa. Junto con la
presencia de capitales extranjeros, se iba a ir perfilando la
modernización del país, junto con la construcción del ideal de
nación.
De la crisis del 29 a la la llegada del peronismo
Con la crisis del 29, el estado argentino adopta un papel
muchísimo mas fuerte en la economía. El fuerte
impacto producido en nuestra economía golpeo de muerte a un
modelo monoproductor, muy ligado a los ciclos económicos,
y por ende esa situación le permitió al estado
reformular el modelo y adquirir un rol intervensionista y de
control más fuerte, y además de un perfil
más empresario y comercial
Es en este período donde se empieza a observar un
crecimiento más acelerado del tamaño del estado,
medido en la cantidad de industrias y
negocios que
participaba el mismo. El estado comenzaba su etapa de
industrialización liviana., el estado comenzaba a
modernizarse.
Se profundiza en este período, lo que se llamo el estado
de bienestar, o estado keynesiano. Un rol mas activo del estado
en todos los ámbitos de la sociedad. Un estado
comprometido con la gente, un estado que podríamos
llamarlo, protector, impulsor, promotor, controlador, etc.
Para resumir, en la argentina de este período, la
intervención estatal en el campo productivo que, aunque
tímidamente, había iniciado el líder
radical y cuyos orígenes pueden remitirse a la crisis de
1.890, se verá intensificada. Aparecen juntas reguladoras,
que tratarán de impedir la formación de excedentes
sin destino y, en caso de no lograrlo, procederán a la
destrucción de parte de la producción para evitar la baja de los
precios. Se
crean, entre otros, el Instituto Movilizador de Fondos Bancarios,
el monopolio del
transporte urbano a través de la Corporación de
Transportes de la ciudad de Buenos Aires (en manos inglesas), y
el Banco Central con carácter mixto estatal-inglés.
El estado ahora era un actor mas, bien posicionado, dentro del
sistema económico y que cumpliría un rol mucho
más activo, como dijimos antes, y además mucho
más comprometido in crecentum, hasta fines de la
década del 60 donde el estado ya no va a poder afrontar
y mantener, los desafíos y su status, y volverá a a
renunciar a ciertos atributos que el mercado
adquirirá.
De la llegada del peronismo al
proceso
militar de 1976
Este período esta marcado por una cuasi plena
intervención estatal. Es una etapa de la historia
argentina donde crece la empresa
pública, se consolida el estado como proveedor de
servicios públicos y promotor de la actividad
industrial.
La adquisición de los ferrocarriles, la compra de los
teléfonos para luego conformar lo que se llamó
ENTEL (Empresa Nacional
de Telecomunicaciones), la incursión del
estado en el sector metalúrgico, aeronáutico y
sobre todo como principal explotador de los recursos naturales,
marcan a este período, según mi opinión como
el más intervensionista de la historia Argentina.
También se puede observar la intervención del
estado en otras áreas como la producción, el agro,
la actividad financiera, las relaciones
laborales, etc. Medidas como la creación en 1946 del
IAPI (Instituto Argentina para la promoción del intercambio), donde el estado
controlaba y regulaba la actividad destinada al intercambio
comercial. La creación de bancos destinados a financiar la
actividad industrial, como el Banco Industrial de la
República Argentina creado en 1943 permitieron a la
argentina empezar a transitar un camino hacia una
industrialización más compleja de bienes tales
como el acero, los
químicos o la industria
militar.
Con respecto al último eje que mencione anteriormente
sobre las relaciones laborales, fue uno de los pilares e la
filosofía peronista. Recordemos las "astas" según
Perón:
soberanía política, independencia
económica y justicia
social. Un estado claramente encarado hacia la
satisfacción de las necesidades colectivas, reformó
la constitución en 1949, dándole
jerarquía constitucional, como derecho inalienable, al
trabajo, la salud y la educación.
Se visualiza un estado pleno y activo en el período
peronista, un intervensionismo en todos los sectores productivos,
como sociales. Un período, como dijimos anteriormente, de
una gran presencia del estado, no solo como actor sino como
agente promotor, regulador, protector, y coincidiendo con Esteso
"se puede hablar de un conjunto de funciones coordinadoras del
proceso de valorización a escala nacional,
como la aproximación más general al patrón
de acumulación que se gesta como la nueva modalidad de
intervención"
La Revolución Libertadora que usurpa el poder
"significó un cambio
político profundo que alcanzó en alguna medida a
las empresas
públicas, especialmente porque se dispuso la
liquidación de algunas de ellas". Hago hincapié en
esta simple frase, debido a que el gobierno militar
vino a destruir todos lo logrado y creado por el estado en
épocas anteriores. Como dice Ugalde "un cambio
político profundo", si eso fue, un cambio de políticas,
en donde el estado volvía a abandonar esa función
de coordinación, promoción,
protección y regulación que había asumido
anteriormente. Se inicia el período en donde la palabra
"privatización" comienza a cobrar fuerza,
inclinándose a desprenderse de servicios públicos,
y adquiriendo otros como SEGBA (Servicios eléctricos del
gran Buenos Aires) en1958.
Esta etapa llamada por algunos ingenuos de "modernización
del estado", significó el inicio de un período en
donde el capital extranjero con uñas y dientes afilados,
viene a desembarcar tal como en la colonia, para no irse del
país, por un tiempo largo.
Ya en el período llamado "desarrollista"caracterizado por
el intento de una industrialización más profunda
impulsada por el estado que nos iba a permitir modernizar el
aparato productivo y así lograr el desarrollo, se
realizaron, como dice Ugalde, "durante este período
ocurren los cambios más importantes en el sector
[industrial], tanto por la importancia de las empresas
públicas que se crearon como por las modificaciones
institucionales que se llevaron acabo". Estos cambios
institucionales de los que habla, se refieren cambios en el
patrón orientativo de la actividad económica. Ahora
el ojo va a estar puesto en la actividad industrial, como
motor de
crecimiento, si bien la tendencia viene de más
atrás, ahora se consolida.
Tal tendencia se refleja, con la creación de la
Comisión Nacional de Energía Atómica en 1968
con Atucha y Embalse. Se construyeron dos grandes entes
binacionales Salto Grande y Yaciretá, con Paraguay y
Uruguay.
Este período se vio también marcado por la
intervención del estado en la actividad privada, tal es
así, que las empresas que hayan quebrado, seguían
actuando bajo administración estatal. Este
"intervensionismo moderno", según mi opinión
caracterizado por no una intervención directa, sino al
estado como subsidiario de la misma, si bien la
intervención es clara.
Del proceso militar al regreso al primer gobierno de
Menem
Este período se caracteriza por lo que Madoery llama "la
caída del estado empresario". Este estado es partidario de
apartarse aun más de las empresas estatales y lo que es
más reducir la actividad estatal. Desprenderse de dos
roles la de promotor y de contralor. O como dice Schvarzer: "la
necesidad de un repliegue del Estado fue intensamente planteada
en cuanto a sus funciones económicas, pero sin mencionar
jamás la incoherencia entre esos postulados y el creciente
papel totalizador del Estado en todos los aspectos de la vida
privada durante el gobierno militar" o como dice Esteso, prima
"la necesidad de disminuir la presencia del estado en la
economía, ya que la presencia estatal es valorada como
perturbadora y obstaculizadora del mundo mercanti"l En este
gobierno de facto, se trato de descentralizar muchas actividades
y en algunos casos, participar junto al sector privado en
actividades secundarias. Según algunos de los autores, la
falta de consenso obstaculizó la privatización de
las empresas más importantes, por lo cual se implementaron
mecanismos para realizar una "privatización
periférica". Empezar por la "privatización parcial
de actividades de las grandes empresas públicas, con el
siguiente perjuicio de las mismas" Esta lógica
estatal, este estado "subsidiario" como dijo Martinez de Hoz,
implemento un programa de
reducción del tamaño del estado de tal forma que
profundizó e impulso un modelo de acumulación
centrado no ya en la actividad productiva, sino en la
improductiva, como es la actividad financiera, el vivir del
endeudamiento y la especulación.
Con el regreso a la democracia
coincidimos con Arango de Maglio que estábamos frente a un
modelo de desarrollo en crisis y un alto endeudamiento externo, y
que era necesario "reformar la administración
pública a través de la democratización y
transparencia". El estado con esta consigna se planteaba sanear
ética y
moralmente a la
administración pública y terminar con una
administración fraudulenta, corrupta e ineficaz.
Con el gobierno radical se profundiza la crisis fiscal, y por
ende el endeudamiento. La intención de lograr la mayor
eficacia por
parte de las empresas publicas, era una utopía ya que la
burocracia,
malos manejos, y la ineptitud de muchos funcionarios por encarar
una reforma del estado en serio, partiendo por donde más
duele que es reformar la administración pública y
los entes estatales, donde grupos elitistas
parasitarios, un sistema de privilegios increíble,
obstruyeron y acrecentaron la impronta y la quiebra del
estado y sus empresas en 1989.
Planes tras planes se sucedieron para apalear una crisis
hiperinflacionaria y fiscal que llevaron al estado a la
bancarrota. Y hay que recordar que las intenciones de privatizar
vienen de este momento. Se habían hecho un par, pero con
la misma orientación de la privatización
periférica, pero esta vez un poco más profundo. Una
mayoría justicialista impidió un proceso de
"privatización estructural" o en términos
entendibles, un desguace completo del estado.
La etapa radical estuvo marcada por un crecimiento de las
empresas del estado, junto a una creciente improductividad de las
mismas. Una marcada falta de voluntad por parte del estado no de
privatizarlas, sino de sanearlas moral,
ética y así transformarlas en empresas de
servicios, y no en una morada de prebendas y favores
políticos. Y no hablo por hablar.
4. El primer gobierno de
Menem
En el período que describiremos a
continuación podemos decir que llevo a cabo una reforma o
"entrega" del estado, y como principal pilar de este proyecto: la
"privatización estructural" de las empresas tales como,
ENTEL, Aerolíneas Argentinas, YCF, Ferrocarriles
Argentinos, YPF, SEGBA, etc. A través de la ley 23696 de
Reforma del estado, las mencionadas empresas estaban sujetas a
privatización.
Aquí se profundiza una discusión de sí el
estado es eficaz y eficiente en el manejo de las empresas
publicas o si se debe desligar de ellas, y romper con ese
"patrón de centralidad estatal" y achicarse.
Es aquí donde el estado abandona por completa aquellas
funciones de coordinador, promotor, protector y contralor;
quedándose "formalmente" con esta última, de manera
virtual, porque nunca ejercicio ese papel.
Como dice Madoery "el argumento central utilizado para justificar
la transferencia de empresas estatales a manos privadas, fue la
ineficiencia demostrada en la prestación de servicios y en
la producción de bienes, sumado al altísimo
costo social y
operativo que conllevaba el déficit". Y fue así, el
estado mediante estos argumentos se alejaba para siempre de sus
funciones naturales, entregando no empresas, sino bienes, que son
la riqueza de un país.
La influencia del neoliberalismo
que tiene nombre y apellido, nos apuraban a terminar con un
patrón de acumulación dirigista por parte del
estado, y empezar con otro ligado liso y llanamente al mercado y
a la economía de las principales potencias del mundo. O
citando otra vez al trabajo de Madoery: "El sistema
político argentino mostraba asi una fortísima
incidencia de actores privados con poder económico, al
punto de ser éstos los que terminaban otorgándole
el sentido último al proceso de reforma"
Pero la cuestión esta en la forma que el estado se aparto
o dejo de intervenir, o sino también de ser un estado
empresario. La mala administración del proceso
privatizador y de contralor posteriormente, hizo que por un lado
se liquiden (regalen) las empresas del estado con una forma de
pago que da risa, y por el otro el aumento de tarifas, la poca
inversión de los dueños de la concesión; nos
da la pauta del grado de burocracia y corrupción
que hubo en ese proceso desorganizado, no proyectado, solo hecho,
hecho de una forma que significó el achicamiento del
estado, frente al agrandamiento del capital privado trasnacional
y el incremento del peso de este en la toma de
decisiones.
En general la intervención del Estado en la
economía se conforma a partir de una acumulación de
respuestas coyunturales, más que por un proyecto
deliberado que regule y precise de antemano las formas, alcances
y límites
de la intervención estatal en la economía.
El Estado se ha visto en la necesidad de desarrollar una serie de
formas y de acciones
tendientes a recuperar las condiciones del equilibrio general,
condiciones que no pueden ser recuperadas por medio del mercado,
ya que los mecanismos de autorregulación no funcionan en
circunstancias de irregularidad propias de la crisis.
Las causas que provocan la intervención estatal no se
originan solamente en épocas de crisis, sino que se
observan también en las épocas expansivas del
ciclo.
Los efectos que de aquellos fenómenos en los que se
manifiesta la naturaleza
siempre cambiante ( debido a la innovación tecnológica) y la
complejidad de los procesos
productivos y de intercambio, procesos que, en última
instancia, son los que determinan el ritmo y profundidad de los
cambios sociales así como el de los agentes o grupos
sociales, imprimiéndoles un sentido y
proporcionándoles un marco explicativo y valorativo. Estos
cambios en definitiva, son los que decidirán las características, los alcances y los
límites de la intervención estatal en la
economía, y en otros ámbitos.
En el caso argentino, vemos, que la intervención y
participación del estado en la economía ha tenido
vaivenes muy fuertes: después de la crisis del 30 el
estado intervino activamente, en el peronismo no cabe duda que
si, después de Perón, los gobiernos han venido
perdiendo esa capacidad hasta desembocar en este desastre.
Medir una empresa solo
por el grado de eficiencia, es
muy limitado. Medir la participación del estado en la
economía por la relación costo – beneficio no
nos proporciona nada. ¿Es un costo la gente?
¿Cuál es un beneficio?. Cuando confundimos nuestros
objetivos,
vislumbramos otros recursos que no tenemos, vivimos de prestado,
ese es el problema, y no una empresa que es orgullo nacional y
que costo tanto trabajo. La famosa frase que cita Pesenti de las
"joyas de la abuela" se vendieron. Y la abuela, espero que no nos
vendan, porque la abuela somos todos nosotros.
Para terminar quiero citar, debido a mi actitud
pluralista, un fragmento de un artículo del Profesor
Gabriel Zannotti que tiene otra idea de intervensionismo y de lo
acontecido, pero es muy descriptivo por las discusiones actuales
sobre el modelo económico y la participación del
estado:
"En todos los casos, los efectos del intervencionismo son
exactamente los contrarios a los que se buscan, pero hay un
efecto, no buscado, que es un común denominador: el
subdesarrollo
y la pobreza
consecuente. "
"Frente a todo esto, resulta curioso ver a la opinión
pública convenciéndose gradualmente de que la
Argentina ya ha atravesado el camino del mercado libre, de la
democracia capitalista, y que ahora debería abandonarlo.
No se puede abandonar lo que nunca se comenzó. En procesos
sociales no hay comienzos o finales, pero se podría decir
que en 1930 la Argentina comenzó a transitar el camino del
fascismo y el
estatismo. Perón profundiza el modelo, pero la
caótica sucesión de gobiernos militares y civiles
desde 1955 en adelante lo mantienen tal cual. Con Alfonsín
descubrimos la obviedad de que las instituciones
democráticas son importantes, y Menem parece
vislumbrar la obviedad de que el estado industrial no ha dado
resultados. Ahora parece que descubrimos, por fin, de que gastar
más de lo que se tiene es más ilusorio que la mejor
ciencia-ficción. ¡Excelente!
¡Descubrimos América! ¡Rodrigo de Triana grita
tierra! Pero,
¿bastan esas obviedades para suponer que hemos atravesado
el camino de la democracia capitalista y que debemos volver
atrás? El gobierno de Menem no eliminó ninguna de
las características señaladas del intervencionismo
estatal. Los impuestos a la
renta, los progresivos y los confiscatorios se mantuvieron tal
cual. Creyó que podía hacer gambeta con los
sindicatos y
mantuvo tal cual toda su organización fascista. Las protecciones
industriales no cambiaron: nuestra industria sigue siendo tan
protegida y dependiente del estado como siempre. Los precios
sostén continuaron y los salarios fijados
por encima de la productividad
también. Al lado de todo ello, privatizó con
privilegios a los servicios públicos y, dado que
descubrió América, él y su equipo decidieron
no emitir moneda por encima del presupuesto. Esas
dos medidas (que parecen ser el "colmo" del capitalismo)
manteniendo exacto todo lo demás, esto es,
intervencionismo más aumento del gasto
público, iban a producir necesariamente toda la
recesión y desocupación que sufrimos actualmente
más el aumento desmedido de la deuda
pública. Ni él ni nadie de su equipo
sabía nada acerca de esto. Mises y toda la escuela austriaca
de economía siguen siendo un paradigma
alternativo y desconocido para los más brillantes
asesores, funcionarios o ministros que tengan uno o 1500
doctorados en Harvard o Chicago"..
Autor:
Familia
Mularz