¿Asambleas o Soviets?

Considero este artículo en sí mismo un resúmen. Pero de ser necesario esto sería lo más parecido a una introducción: Este es un artículo que trata el tema de las asambleas populares y el problema intrínseco de la tendencia a la regresión totalitaria de las democracias que basan su seguridad acerca de la preservación de la libertad en la mera igualdad a la participación política colectiva, cuya seguridad absoluta solo se puede conseguir mediante el socialismo absoluto de un totalitarismo puro que iguale a todos social y económicamente y que haga desaparecer hasta el menor rastro de posible contradicción de intereses entre partes. 

La Argentina está viviendo una versión tercermundista de los sucesos que dieron origen al tipo de régimen que se instauró en la Unión Soviética, y cuya característica mas destacable ha sido transformar a Rusia en madre de todas las dictaduras socialistas, tanto marxistas como fascistas, durante un siglo XX que se vió así degradado por la permanente acechanza del colectivismo. Lo que para la izquierda había parecido un método perimido de toma del poder, ha regresado con virulencia en la Argentina. Hay que recordar al lector olvidadizo que "soviet" significa "asamblea popular".

El "cacerolazo" no era, al menos en un principio, más que la legítima protesta de millones de clientes bancarios que vieron violado el derecho de propiedad privada sobre sus propios ahorros por culpa de un decreto presidencial que en última instancia no convenía ni a banqueros ni a depositantes.

En cambio el movimiento "piquetero", que hoy seduce a los famosos movimientos "anti-globalización" de todo el mundo, no es otra cosa que la ilegítima e ilegal protesta de otros cientos de miles, en su mayoría, empleados estatales que jamás adhirieron y acaso no conocieron los principios liberales de la Constitución de 1853 y que esperan vivir de políticas económicas de corte socialista.

Los orígenes sociales del "cacerolazo" se encuentran en una clase media expropiada, formada por profesionales, comerciantes, empresarios y otros ciudadanos asalariados.

Los orígenes sociales de los "piqueteros" se encuentran, por el contrario, en una clase media baja y baja, de carácter esencialmente marginal, cuya pobreza no es fruto de la expropiación sino de falta de oferta de capitales; y que tienden a adherir a los colectivismos de inspiración totalitaria, ya sean de tinte comunista o nacionalsocialista.

Es sencillamente imposible que, a largo plazo, a estos dos movimientos pueda unirlos alguna vez una misma reivindicación, ya que los grupos de empleados estatales aglutinados en sindicatos de izquierda tienen un profundo desprecio por la propiedad privada, y se valen de las justas demandas de los ahorristas asaltados por el Estado para encauzarlas y finalmente subordinarlas a sus propias injustas demandas, que por necesidad requieren de la violación de la propiedad privada de terceros.