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Bioquímica




Enviado por resnick_halliday



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Nutrientes
    esenciales

    3. Funciones de los
    nutrientes

    4. Vitaminas
    5. Grasas
    6. Tipos de alimentos
    7. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Pues bien, una definición aproximada es "El
    estudio de las sustancias presentes en los organismos vivos y de
    las reacciones
    químicas en las que se basan los procesos
    vitales. Esta ciencia es una
    rama de la Química y de la
    Biología.
    El prefijo bio- procede de bios,
    término griego que significa "vida". Su objetivo
    principal es el
    conocimiento de la estructura y
    comportamiento
    de las moléculas biológicas, que son compuestos de
    carbono que
    forman las diversas partes de la célula
    y llevan a cabo las reacciones químicas que le permiten
    crecer, alimentarse, reproducirse y usar y almacenar
    energía. Los ácidos
    nucleicos son responsables del almacén y
    transferencia de la información genética.
    Son moléculas grandes formadas por cadenas largas de unas
    subunidades llamadas bases, que se disponen según una
    secuencia exacta. Éstas, son "leídas" por otros
    componentes de las células y
    utilizadas como patrones para la fabricación de proteínas.
    Las proteínas son moléculas grandes formadas por
    pequeñas subunidades denominadas aminoácidos.
    Utilizando sólo 20 aminoácidos distintos, la
    célula
    elabora miles de proteínas diferentes, cada una de las
    cuales desempeña una función
    altamente especializada. Las proteínas más
    interesantes para los bioquímicos son las enzimas,
    moléculas "trabajadoras" de las células. Estas
    enzimas actúan como promotores o catalizadores de las
    reacciones químicas.
    Los hidratos de carbono son las moléculas
    energéticas básicas de la célula. Contienen
    proporciones aproximadamente iguales de carbono e
    hidrógeno y oxígeno. Las plantas verdes y
    algunas bacterias
    utilizan el proceso de la
    fotosíntesis para formar hidratos de
    carbono simples (azúcares) a partir de dióxido de
    carbono, agua y
    luz solar. Los
    animales, sin
    embargo, obtienen sus hidratos de carbono de los alimentos. Una
    vez que la célula posee hidratos de carbono, puede
    romperlos para obtener energía química o
    utilizarlos como base para producir otras moléculas.
    Los lípidos
    son sustancias grasas que desempeñan diversos papeles en
    la célula. Algunos se almacenan para ser utilizados como
    combustible de alto valor
    energético, mientras que otros se emplean como componentes
    esenciales de la membrana celular. Las células tienen
    también muchos otros tipos de moléculas. Estos
    compuestos desempeñan funciones muy
    diversas, como el transporte de
    energía desde una zona de la célula a otra, el
    aprovechamiento de la energía
    solar para conducir reacciones químicas, y como
    moléculas colaboradoras (cofactores) en las acciones
    enzimáticas. Todas éstas, y la misma célula,
    se hallan en un estado de
    variación constante. De hecho, una célula no puede
    mantenerse viva a menos que esté continuamente formando y
    rompiendo proteínas, hidratos de carbono y lípidos;
    reparando los ácidos nucleicos dañados y utilizando
    y almacenando energía. El conjunto de estos procesos
    activos y
    dependientes de la energía se denomina metabolismo.
    Uno de los objetivos
    principales de la bioquímica
    es conocer el metabolismo lo suficiente como para predecir y
    controlar los cambios celulares. Los estudios bioquímicos
    han permitido avances en el tratamiento de muchas enfermedades
    metabólicas, en el desarrollo de
    antibióticos para combatir las bacterias, y en métodos
    para incrementar la productividad
    industrial y agrícola. Estos logros han aumentado en los
    últimos años con el uso de técnicas
    de ingeniería
    genética.

    2. Nutrientes
    esenciales

    Los nutrientes se clasifican en cinco grupos
    principales: proteínas, hidratos de carbono, grasas,
    vitaminas y
    minerales.
    Estos grupos comprenden un total aproximado de entre 45 y 50
    sustancias que los científicos consideran, sobre todo por
    las investigaciones
    realizadas con animales, esenciales para mantener la salud y un crecimiento
    normal. Aparte del agua y el oxígeno, incluyen
    también unos ocho aminoácidos constituyentes de las
    proteínas, cuatro vitaminas liposolubles y diez
    hidrosolubles, unos diez minerales y tres electrólitos.
    Aunque los hidratos de carbono son una fuente de energía,
    no se consideran esenciales, ya que para este fin se pueden
    transformar proteínas.

    Energía
    El cuerpo utiliza energía para realizar actividades
    vitales y para mantenerse a una temperatura
    constante. Mediante el empleo del
    calorímetro, los científicos han
    podido determinar las cantidades de energía de los
    combustibles del cuerpo: hidratos de carbono, grasas y
    proteínas. Un gramo de hidrato de carbono puro o de
    proteína pura producen 4 calorías; 1 gramo de grasa
    pura produce unas 9 calorías. En nutrición la
    kilocaloría (kcal) se define como la energía
    calorífica necesaria para elevar la temperatura de 1 kilo
    de agua de 14,5 a 15,5 ºC. Los hidratos de carbono son
    el tipo de alimento más abundante en el mundo, mientras
    que las grasas son el combustible más concentrado y
    más fácil de almacenar. Si el cuerpo agota sus
    reservas de grasas e hidratos de carbono, puede utilizar
    directamente las proteínas de la dieta o descomponer su
    propio tejido proteico para generar combustible. El alcohol es
    también una fuente de energía que produce 7
    calorías por gramo. Las células del cuerpo no
    pueden oxidar el alcohol, por lo que el hígado tiene que
    procesarlo para convertirlo en grasa, que luego se almacena en el
    mismo hígado o en el tejido adiposo.

    3. Funciones de los
    nutrientes

    Las funciones de las diversas categorías de
    nutrientes se describen a continuación.
    Proteínas
    La función primordial de la proteína es producir
    tejido corporal y sintetizar enzimas, algunas hormonas como
    la insulina, que regulan la
    comunicación entre órganos y células, y
    otras sustancias complejas, que rigen los procesos corporales.
    Las proteínas animales y vegetales no se utilizan en la
    misma forma en que son ingeridas, sino que las enzimas digestivas
    (proteasas) deben descomponerlas en aminoácidos que
    contienen nitrógeno. Las proteasas rompen los enlaces de
    péptidos que ligan los aminoácidos ingeridos para
    que éstos puedan ser absorbidos por el intestino hasta la
    sangre y
    reconvertidos en el tejido concreto que
    se necesita.
    Es fácil disponer de proteínas de origen animal o
    vegetal. De los 20 aminoácidos que componen las
    proteínas, ocho se consideran esenciales es decir: como el
    cuerpo no puede sintetizarlos, deben ser tomados ya listos a
    través de los alimentos. Si estos aminoácidos
    esenciales no están presentes al mismo tiempo y en
    proporciones específicas, los otros aminoácidos,
    todos o en parte, no pueden utilizarse para construir las
    proteínas humanas. Por tanto, para mantener la salud y el
    crecimiento es muy importante una dieta que contenga estos
    aminoácidos esenciales. Cuando hay una carencia de alguno
    de ellos, los demás aminoácidos se convierten en
    compuestos productores de energía, y se excreta su
    nitrógeno. Cuando se ingieren proteínas en exceso ,
    lo cual es frecuente en países con dietas ricas en carne,
    la proteína extra se descompone en compuestos productores
    de energía. Dado que las proteínas escasean
    bastante más que los hidratos de carbono aunque producen
    también 4 calorías por gramo, la ingestión
    de carne en exceso, cuando no hay demanda de
    reconstrucción de tejidos en el
    cuerpo, resulta una forma ineficaz de procurar energía.
    Los alimentos de origen animal contienen proteínas
    completas porque incluyen todos los aminoácidos
    esenciales. En la mayoría de las dietas se recomienda
    combinar proteínas de origen animal con proteínas
    vegetales. Se estima que 0,8 gramos por kilo de peso es la dosis
    diaria saludable para adultos normales.
    Muchas enfermedades e infecciones producen una pérdida
    continuada de nitrógeno en el cuerpo. Este problema debe
    ser compensado con un mayor consumo de
    proteína dietética. Asimismo, los niños
    también precisan más proteína por kilogramo
    de peso corporal. Una deficiencia de proteínas
    acompañada de falta de energía da origen a una
    forma de malnutrición proteico-energética conocida
    con el nombre de marasmo, que se caracteriza por pérdida
    de grasa corporal y desgaste de músculos.

    Minerales
    Los minerales inorgánicos son necesarios para la
    reconstrucción estructural de los tejidos corporales
    además de que participan en procesos tales como la
    acción de los sistemas
    enzimáticos, contracción muscular, reacciones
    nerviosas y coagulación de la sangre. Estos nutrientes
    minerales, que deben ser suministrados en la dieta, se dividen en
    dos clases: macroelementos, tales como calcio, fósforo,
    magnesio, sodio,hierro, yodo y
    potasio; y microelementos, tales como cobre,
    cobalto, manganeso, flúor y cinc.
    El calcio es necesario para desarrollar los huesos y
    conservar su rigidez. También participa en la
    formación del citoesqueleto y las membranas celulares,
    así como en la regulación de la excitabilidad
    nerviosa y en la contracción muscular. Un 90% del calcio
    se almacena en los huesos, donde puede ser reabsorbido por la
    sangre y los tejidos. La leche y sus
    derivados son la principal fuente de calcio.
    El fósforo, también presente en muchos alimentos y
    sobre todo en la leche, se combina con el calcio en los huesos y
    los dientes. Desempeña un papel
    importante en el metabolismo de energía en las
    células, afectando a los hidratos de carbono,
    lípidos y proteínas.
    El magnesio, presente en la mayoría de los alimentos, es
    esencial para el metabolismo humano y muy importante para
    mantener el potencial eléctrico de las células
    nerviosas y musculares. La deficiencia de magnesio entre los
    grupos que padecen malnutrición, en especial los
    alcohólicos, produce temblores y convulsiones.
    El sodio está presente en pequeñas cantidades en la
    mayoría de los productos
    naturales y abunda en las comidas preparadas y en los alimentos
    salados. Está también presente en el fluido
    extracelular, donde tiene un papel regulador. El exceso de sodio
    produce edema, que consiste en una superacumulación de
    fluido extracelular. En la actualidad existen pruebas de que
    el exceso de sal en la dieta contribuye a elevar la
    tensión arterial.
    El hierro es necesario para la formación de la
    hemoglobina, pigmento de los glóbulos rojos de la sangre
    responsables de transportar el oxígeno. Sin embargo, este
    mineral no es absorbido con facilidad por el sistema
    digestivo. En los hombres se encuentra en cantidades
    suficientes, pero las mujeres en edad menstrual, que necesitan
    casi dos veces más cantidad de hierro debido a la
    pérdida que se produce en la menstruación, suelen
    tener deficiencias y deben tomar hierro fácil de
    asimilar.
    El yodo es imprescindible para la síntesis
    de las hormonas de la glándula tiroides. Su deficiencia
    produce bocio, que es una inflamación de esta
    glándula en la parte inferior del cuello. La
    ingestión insuficiente de yodo durante el embarazo puede
    dar lugar a cretinismo o deficiencia mental en los niños.
    Se calcula que más de 150 millones de personas en el mundo
    padecen enfermedades ocasionadas por la insuficiencia de
    yodo.
    Los microelementos son otras sustancias inorgánicas que
    aparecen en el cuerpo en diminutas cantidades, pero que son
    esenciales para gozar de buena salud. Se sabe poco de su
    funcionamiento, y casi todo lo que se conoce de ellos se refiere
    a la forma en que su ausencia, sobre todo en animales, afecta a
    la salud. Los microelementos aparecen en cantidades suficientes
    en casi todos los alimentos.
    Entre los microelementos más importantes se encuentra el
    cobre, presente en muchas enzimas y en proteínas, que
    contiene cobre, de la sangre, el cerebro y el
    hígado. La insuficiencia de cobre está asociada a
    la imposibilidad de utilizar el hierro para la formación
    de la hemoglobina. El cinc también es importante para la
    formación de enzimas. Se cree que la insuficiencia de cinc
    impide el crecimiento normal y, en casos extremos, produce
    enanismo. Se ha descubierto que el flúor, que se deposita
    sobre todo en los huesos y los dientes, es un elemento necesario
    para el crecimiento en animales. Los fluoruros, una clase de
    compuestos del flúor, son importantes para evitar la
    desmineralización de los huesos. La fluorización
    del agua ha demostrado ser una medida efectiva para evitar el
    deterioro de la dentadura, reduciéndolo hasta casi un 40%.
    Entre los demás microelementos podemos citar el cromo, el
    molibdeno y el selenio.

    4. Vitaminas

    Las vitaminas liposolubles son compuestos
    orgánicos que actúan sobre todo en los sistemas
    enzimáticos para mejorar el metabolismo de las
    proteínas, los hidratos de carbono y las grasas. Sin estas
    sustancias no podría tener lugar la descomposición
    y asimilación de los alimentos. Ciertas vitaminas
    participan en la formación de las células de la
    sangre, hormonas, sustancias químicas del sistema nervioso
    y materiales
    genéticos. Las vitaminas se clasifican en dos grupos:
    liposolubles e hidrosolubles. Entre las vitaminas liposolubles
    están las vitaminas A, D, E y K. Entre las hidrosolubles
    se incluyen la vitamina C y el complejo vitamínico
    B.

    Vitamina A
    La vitamina A es un alcohol primario de color amarillo
    pálido que deriva del caroteno. Afecta a la
    formación y mantenimiento
    de la piel,
    membranas mucosas, huesos y dientes, a la vista y a la reproducción. Uno de los primeros
    síntomas de insuficiencia es la ceguera nocturna
    (dificultad en adaptarse a la oscuridad). Otros síntomas
    son excesiva sequedad en la piel; falta de secreción de la
    membrana mucosa, lo que produce susceptibilidad a la
    invasión bacteriana, y sequedad en los ojos debido al mal
    funcionamiento del lagrimal, importante causa de ceguera en los
    niños de países poco desarrollados.
    El cuerpo obtiene la vitamina A de dos formas. Una es
    fabricándola a partir del caroteno, un precursor
    vitamínico encontrado en vegetales como la zanahoria,
    brécol, calabaza, espinacas, col y batata. La otra es
    absorbiéndola ya lista de organismos que se alimentan de
    vegetales. La vitamina A se encuentra en la leche,
    mantequilla, queso, yema de huevo, hígado y aceite de
    hígado de pescado. El exceso de vitamina A puede
    interferir en el crecimiento, detener la menstruación,
    perjudicar los glóbulos rojos de la sangre y producir
    erupciones cutáneas, jaquecas, náuseas e
    ictericia.

    Las vitaminas B
    Conocidas también con el nombre de complejo
    vitamínico B, son sustancias frágiles, solubles en
    agua, varias de las cuales son sobre todo importantes para
    metabolizar los hidratos de carbono.

    B1
    La tiamina o vitamina B1, una sustancia cristalina e
    incolora, actúa como catalizador en el metabolismo de los
    hidratos de carbono, permitiendo metabolizar el ácido
    pirúvico y haciendo que los hidratos de carbono liberen su
    energía. La tiamina también participa en la
    síntesis de sustancias que regulan el sistema nervioso.
    La insuficiencia de tiamina produce beriberi, que se caracteriza
    por debilidad muscular, inflamación del corazón y
    calambres en las piernas y, en casos graves, incluso ataque al
    corazón y muerte. Muchos
    alimentos contienen tiamina, pero pocos la aportan en cantidades
    importantes. Los alimentos más ricos en tiamina son el
    cerdo, las vísceras (hígado, corazón y
    riñones), levadura de cerveza, carnes
    magras, huevos, vegetales de hoja verde, cereales enteros o
    enriquecidos, germen de trigo, bayas, frutos secos y legumbres.
    Al moler los cereales se les quita la parte del grano más
    rica en tiamina, de ahí la probabilidad de
    que la harina blanca y el arroz blanco refinado carezcan de esta
    vitamina. La práctica, bastante extendida, de enriquecer
    la harina y los cereales ha eliminado en parte el riesgo de una
    insuficiencia de tiamina, aunque aún se presenta en
    alcohólicos que sufren deficiencias en la
    nutrición.

    B2
    La riboflavina o vitamina B2, al igual que la tiamina,
    actúa como coenzima, es decir, debe combinarse con una
    porción de otra enzima para ser efectiva en el metabolismo
    de los hidratos de carbono, grasas y especialmente en el
    metabolismo de las proteínas que participan en el
    transporte de oxígeno. También actúa en el
    mantenimiento de las membranas mucosas. La insuficiencia de
    riboflavina puede complicarse si hay carencia de otras vitaminas
    del grupo B. Sus
    síntomas, no tan definidos como los de la insuficiencia de
    tiamina, son lesiones en la piel, en particular cerca de los
    labios y la nariz, y sensibilidad a la luz. Las mejores fuentes de
    riboflavina son el hígado, la leche, la carne, verduras de
    color verde oscuro, cereales enteros y enriquecidos, pasta, pan y
    setas.

    B3
    La nicotinamida o vitamina B3, vitamina del complejo B cuya
    estructura responde a la amida del ácido nicotínico
    o niacina, funciona como coenzima para liberar la energía
    de los nutrientes. También se conoce como vitamina PP. La
    insuficiencia de niacina o ácido nicotínico produce
    pelagra, cuyo primer síntoma es una erupción
    parecida a una quemadura solar allá donde la piel queda
    expuesta a la luz del sol. Otros síntomas son lengua roja e
    hinchada, diarrea, confusión mental, irritabilidad y,
    cuando se ve afectado el sistema nervioso
    central, depresión
    y trastornos mentales. Las mejores fuentes de niacina son:
    hígado, aves, carne,
    salmón y atún enlatados, cereales enteros o
    enriquecidos, guisantes (chícharos), granos secos y frutos
    secos. El cuerpo también fabrica niacina a partir del
    aminoácido triptófano. Se han utilizado
    experimentalmente sobredosis de niacina en el tratamiento de la
    esquizofrenia,
    aunque ninguna prueba ha demostrado su eficacia. En
    grandes cantidades reduce los niveles de colesterol en la sangre,
    y ha sido muy utilizada en la prevención y tratamiento de
    la arterioesclerosis. Las grandes dosis en periodos prolongados
    pueden ser perjudiciales para el hígado.

    B6
    La piridoxina o vitamina B6 es necesaria para la
    absorción y el metabolismo de aminoácidos.
    También actúa en la utilización de grasas
    del cuerpo y en la formación de glóbulos rojos. La
    insuficiencia de piridoxina se caracteriza por alteraciones en la
    piel, grietas en la comisura de los labios, lengua depapilada,
    convulsiones, mareos, náuseas, anemia y piedras en el
    riñón. Las mejores fuentes de piridoxina son los
    granos enteros (no los enriquecidos), cereales, pan,
    hígado, aguacate, espinaca, judías verdes (ejotes)
    y plátano. La cantidad de piridoxina necesaria es
    proporcional a la cantidad de proteína
    consumida.

    B12
    La cobalamina o vitamina B12 también se conoce como
    cianocobalamina, una de las vitaminas aisladas recientemente, y
    es necesaria en cantidades ínfimas para la
    formación de nucleoproteínas, proteínas y
    glóbulos rojos, y para el funcionamiento del sistema
    nervioso. La insuficiencia de cobalamina se debe con frecuencia a
    la incapacidad del estómago para producir una
    glicoproteína (factor intrínseco) que ayuda a
    absorber esta vitamina. El resultado es una anemia perniciosa,
    con los característicos síntomas de mala
    producción de glóbulos rojos,
    síntesis defectuosa de la mielina (vaina nerviosa) y
    pérdida del epitelio (cubierta membranosa) del tracto
    intestinal. La cobalamina se obtiene sólo de fuentes
    animales: hígado, riñones, carne, pescado, huevos y
    leche. A los vegetarianos se les aconseja tomar suplementos de
    esta vitamina.

    Otras vitaminas del grupo B
    El ácido fólico o folacina es una coenzima
    necesaria para la formación de proteínas
    estructurales y hemoglobina; su insuficiencia en los seres
    humanos es muy rara. El ácido fólico es efectivo en
    el tratamiento de ciertas anemias y la psilosis. Se encuentra en
    las vísceras de animales, verduras de hoja verde,
    legumbres, frutos secos, granos enteros y levadura de cerveza. El
    ácido fólico se pierde en los alimentos conservados
    a temperatura ambiente y
    durante la cocción. A diferencia de otras vitaminas
    hidrosolubles, el ácido fólico se almacena en el
    hígado y no es necesario ingerirlo diariamente.
    El ácido pantoténico, otra vitamina B,
    desempeña un papel aún no definido en el
    metabolismo de proteínas, hidratos de carbono y grasas.
    Abunda en muchos alimentos y también es fabricado por
    bacterias intestinales.
    La biotina, vitamina del grupo B que también es
    sintetizada por bacterias intestinales y se encuentra muy
    extendida en los alimentos, participa en la formación de
    ácidos grasos y en la liberación de energía
    procedente de los hidratos de carbono. Se ignora su insuficiencia
    en seres humanos.

    Vitamina C (ácido ascórbico)
    La vitamina C es importante en la formación y
    conservación del colágeno, la proteína que
    sostiene muchas estructuras
    corporales y que representa un papel muy importante en la
    formación de huesos y dientes. También favorece la
    absorción de hierro procedente de los alimentos de origen
    vegetal. El escorbuto es la clásica manifestación
    de insuficiencia grave de ácido ascórbico. Sus
    síntomas se deben a la pérdida de la acción
    cimentadora del colágeno, y entre ellos están las
    hemorragias, caída de dientes y cambios celulares en los
    huesos de los niños. La afirmación de que las dosis
    masivas de ácido ascórbico previenen resfriados y
    gripe no se ha obtenido de experiencias meticulosamente
    controladas. Sin embargo, en otros experimentos se
    ha demostrado que el ácido ascórbico previene la
    formación de nitrosaminas, unos compuestos que han
    producido tumores en animales de laboratorio y
    quizá los produzcan en seres humanos. Aunque el
    ácido ascórbico no utilizado se elimina
    rápidamente por la orina, las dosis largas y prolongadas
    pueden derivar en la formación de cálculos en la
    vejiga y el riñón, interferencia en los efectos de
    los anticoagulantes, destrucción de la vitamina B12 y
    pérdida de calcio en los huesos. Las fuentes de
    vitamina C se encuentran en los cítricos, fresas
    frescas, pomelo (toronja), piña y guayaba. Buenas fuentes
    vegetales son el brécol, las coles de Bruselas, tomates,
    espinacas, col, pimientos verdes, repollo y nabos.

    Vitamina D
    Es necesaria para la formación normal de los huesos y para
    la retención de calcio y fósforo en el cuerpo.
    También protege los dientes y huesos contra los efectos
    del bajo consumo de calcio, haciendo un uso más efectivo
    del calcio y el fósforo. Llamada también
    ‘vitamina solar’, la vitamina D se obtiene
    de la yema de huevo, hígado, atún y leche
    enriquecida con vitamina D. También se fabrica en el
    cuerpo cuando los esteroles, que se encuentran en muchos
    alimentos, se desplazan a la piel y reciben la radiación
    solar. La insuficiencia de vitamina D, o raquitismo, se da
    rara vez en los climas tropicales donde hay abundancia de rayos
    solares, pero hubo un tiempo en que era común entre los
    niños de las ciudades poco soleadas antes de empezar a
    utilizar leche enriquecida con esta vitamina. El raquitismo se
    caracteriza por deformidad de la caja torácica y el
    cráneo y por piernas arqueadas, todo ello producido por la
    mala absorción de calcio y fósforo en el cuerpo.
    Debido a que la vitamina D es soluble en grasa y se almacena
    en el cuerpo, su consumo excesivo puede causar
    intoxicación vitamínica, daños al
    riñón, letargia y pérdida de
    apetito.

    Vitamina E
    El papel de la
    vitamina E en el cuerpo humano
    aún no se ha establecido claramente, pero se sabe que es
    un nutriente esencial en más de veinte especies de
    vertebrados. Esta vitamina participa en la formación de
    los glóbulos rojos, músculos y otros tejidos y en
    la prevención de la oxidación de la vitamina A
    y las grasas. Se encuentra en los aceites vegetales, germen de
    trigo, hígado y verduras de hoja verde. Aunque la
    vitamina E se aconseja popularmente para gran variedad de
    enfermedades, no hay pruebas sustanciales que respalden estas
    afirmaciones. Si bien se almacena en el cuerpo, parece que las
    sobredosis de vitamina E tienen menos efectos tóxicos
    que las de otras vitaminas liposolubles.

    Vitamina K
    La vitamina K es necesaria principalmente para la
    coagulación de la sangre. Ayuda a la formación de
    la protrombina, enzima necesaria para la producción de
    fibrina en la coagulación. Las fuentes más ricas en
    vitamina K son la alfalfa y el hígado de pescado, que
    se emplean para hacer preparados con concentraciones de esta
    vitamina. Las fuentes dietéticas incluyen todas las
    verduras de hoja verde, yema de huevo, aceite de soja o soya e
    hígado. Para un adulto sano, una dieta normal y la
    síntesis bacteriana a nivel intestinal suele ser
    suficiente para abastecer el cuerpo de vitamina K y
    protrombina. Las alteraciones digestivas pueden provocar una mala
    absorción de vitamina K y, por tanto, deficiencias en
    la coagulación de la sangre.
    Las vitaminas hidrosolubles (vitamina C y complejo
    vitamínico B) no se pueden almacenar, por lo que es
    necesario su consumo diario para suplir las necesidades del
    cuerpo. La vitamina C, o ácido ascórbico,
    desempeña un papel importante en la síntesis y
    conservación del tejido conectivo. Evita el escorbuto, que
    ataca las encías, piel y membranas mucosas, y su principal
    aporte viene de los cítricos.
    Las vitaminas más importantes del complejo
    vitamínico B son la tiamina (B 1), riboflavina (B 2),
    nicotinamida (B 3), piridoxina (B 6), ácido
    pantoténico, lecitina, colina, inositol, ácido
    para-aminobenzoico (PABA), ácido fólico y
    cianocobalamina (B 12). Estas vitaminas participan en una amplia
    gama de importantes funciones metabólicas y previenen
    afecciones tales como el beriberi y la pelagra. Se encuentran
    principalmente en la levadura y el hígado.

    Hidratos de carbono
    Los hidratos de carbono aportan gran cantidad de energía
    en la mayoría de las dietas humanas. Los alimentos ricos
    en hidratos de carbono suelen ser los más baratos y
    abundantes en comparación con los alimentos de alto
    contenido en proteínas o grasa. Los hidratos de carbono se
    queman durante el metabolismo para producir energía,
    liberando dióxido de carbono y agua. Los seres humanos
    también obtienen energía, aunque de manera
    más compleja, de las grasas y proteínas de la
    dieta, así como del alcohol.
    Hay dos tipos de hidratos de carbono: féculas, que se
    encuentran principalmente en los cereales, legumbres y
    tubérculos, y azúcares, que están presentes
    en los vegetales y frutas. Los hidratos de carbono son utilizados
    por las células en forma de glucosa, principal combustible
    del cuerpo. Tras su absorción desde el intestino delgado,
    la glucosa se procesa en el hígado, que almacena una parte
    como glucógeno, (polisacárido de reserva y
    equivalente al almidón de las células vegetales), y
    el resto pasa a la corriente sanguínea. La glucosa, junto
    con los ácidos grasos, forma los triglicéridos,
    compuestos grasos que se descomponen con facilidad en cetonas
    combustibles. La glucosa y los triglicéridos son
    transportados por la corriente sanguínea hasta los
    músculos y órganos para su oxidación, y las
    cantidades sobrantes se almacenan como grasa en el tejido adiposo
    y otros tejidos para ser recuperadas y quemadas en situaciones de
    bajo consumo de hidratos de carbono.
    Los hidratos de carbono en los que se encuentran la mayor parte
    de los nutrientes son los llamados hidratos de carbono complejos,
    tales como cereales sin refinar, tubérculos, frutas y
    verduras, que también aportan proteínas, vitaminas,
    minerales y grasas. Una fuente menos beneficiosa son los
    alimentos hechos con azúcar
    refinado, tales como productos de confitería y las bebidas
    no alcohólicas, que tienen un alto contenido en
    calorías pero muy bajo en nutrientes y aportan grandes
    cantidades de lo que los especialistas en nutrición llaman
    calorías vacías.

    5. Grasas

    Aunque más escasas que los hidratos de carbono,
    las grasas producen más del doble de energía. Por
    ser un combustible compacto, las grasas se almacenan muy bien
    para ser utilizadas después en caso de que se reduzca el
    aporte de hidratos de carbono. Resulta evidente que los animales
    necesitan almacenar grasa para abastecerse en las estaciones
    frías o secas, lo mismo que los seres humanos en
    épocas de escasez de alimentos. Sin embargo, en los
    países donde siempre hay abundancia de alimentos y las
    máquinas han reemplazado a la mano de obra
    humana, la acumulación de grasa en el cuerpo se ha
    convertido en verdadero motivo de preocupación por la
    salud.
    Las grasas de la dieta se descomponen en ácidos grasos que
    pasan a la sangre para formar los triglicéridos propios
    del organismo. Los ácidos grasos que contienen el mayor
    número posible de átomos de hidrógeno en la
    cadena del carbono se llaman ácidos grasos saturados, que
    proceden sobre todo de los animales. Los ácidos grasos
    insaturados son aquellos que han perdido algunos átomos de
    hidrógeno. En este grupo se incluyen los ácidos
    grasos monoinsaturados que han perdido sólo un par de
    átomos de hidrógeno y los ácidos grasos
    poliinsarurados, a los que les falta más de un par. Las
    grasas poliinsaturadas se encuentran sobre todo en los aceites de
    semillas. Se ha detectado que las grasas saturadas elevan el
    nivel de colesterol en la sangre, mientras que las no saturadas
    tienden a bajarlo. Las grasas saturadas suelen ser sólidas
    a temperatura ambiente; las insaturadas son
    líquidas.

    6. Tipos de
    alimentos

    Los alimentos se pueden clasificar en panes y cereales,
    leguminosas o legumbres, tubérculos y rizomas, frutas y
    verduras, carne, pescado, huevos; leche y derivados, grasas y
    aceites, y azúcares, confituras y almíbares.
    El grupo de panes y cereales incluye el trigo, arroz, maíz y
    mijo. Son ricos en almidones y constituyen una fuente
    fácil y directa de suministro de calorías. Aunque
    la proteína no abunda en los cereales integrales, la
    gran cantidad que se consume aporta cantidades significativas,
    las cuales, sin embargo, deben complementarse con otros alimentos
    ricos en proteínas para obtener todos los
    aminoácidos esenciales. La harina de trigo blanco y el
    arroz refinado son bajos en nutrientes, pero, como todos los
    cereales enteros que contienen el germen y la capa exterior de la
    semilla, el trigo y el arroz aportan fibra al cuerpo: las
    vitaminas B tiamina, niacina y riboflavina, y los minerales cinc,
    cobre, manganeso y molibdeno. Las legumbres o leguminosas abarcan
    una amplia variedad de frijoles o judías, chícharos
    o guisantes, lentejas y granos, e incluso el maní. Todos
    ellos son ricos en almidón, pero aportan bastante
    más proteína que los cereales o tubérculos.
    La proporción y el tipo de aminoácidos de las
    leguminosas es similar a los de la carne. Sus cadenas de
    aminoácidos a menudo complementan a las del arroz, el
    maíz y el trigo, que constituyen los alimentos
    básicos de muchos países. Los tubérculos y
    los rizomas incluyen varios tipos de papa o patata, la mandioca y
    el taro. Son ricos en almidón y relativamente bajos en
    proteína, pero aportan gran variedad de vitaminas y
    minerales.
    Las frutas y verduras son una fuente directa de muchos minerales
    y vitaminas que faltan en las dietas de cereales, en especial la
    vitamina C de los cítricos y la vitamina A
    procedente del caroteno de las zanahorias y verduras con hoja. En
    las verduras están presentes el sodio, cobalto, cloro,
    cobre, magnesio, manganeso, fósforo y potasio. La celulosa
    de las verduras, casi imposible de digerir, proporciona el
    soporte necesario para hacer pasar la comida por el tracto
    digestivo. Muchas de las vitaminas más frágiles
    hidrosolubles se encuentran en las frutas y verduras, pero se
    destruyen con gran facilidad con el exceso de cocción. La
    carne, el pescado y los huevos aportan todos los
    aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para
    ensamblar sus propias proteínas. La carne contiene un 20%
    de proteína, 20% de grasa y 60% de agua. Las
    vísceras son fuentes ricas en vitaminas y minerales. Todos
    los pescados contienen un alto porcentaje de proteínas, y
    los aceites de algunos de ellos son ricos en vitaminas D y A. La
    clara del huevo es la forma más concentrada de
    proteína que existe.

    7.
    Bibliografía

    Burns Ralph, "Fundamentos de Química", Segunda
    edición, Editorial: Prentice Hall, México,
    1996, 710 P.p.
    "Enciclopedia Autodidacta Quillet", 27ª edición,
    4ª reimpresión, Editorial: Cumbre, S.A.,
    México D.F., 1989, Tomo I, 560 P.p.
    "Enciclopedia Microsoft
    Encarta 98", quinta edición, Editorial: Microsoft
    Corporation, Estados Unidos, 1998, Tomo I, CD I
    "Grolier: Enciclopedia multimedia",
    versión 9.0, Editorial: Grolier Interactive, Mindscape
    INC, 1997, CD I.
    Tapscott, Caston, "Cambio de
    Paradigmas
    empresariales", Segunda edición, Editorial: Mc Graw Hill,
    México, 1995, 365 P.p.

     

     

     

    Autor:

    Iván Escalona M.

    Ocupación: Estudiante
    Materia:
    Moral
    Estudios de Preparatoria: Centro Escolar Atoyac
    Estudios Universitarios: Unidad Profesional Interdisciplinaria de
    Ingeniería y Ciencias
    sociales y Administrativas (UPIICSA) del Instituto
    Politécnico Nacional (IPN)
    Ciudad de Origen: México, Distrito Federal
    Fecha de elaboración e investigación: Noviembre de 1999
    Profesor que revisó trabajo: Juan Pedro Olivares Nava
    (Alias el Chilletas)

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