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Los valores en el centro de la Cultura Organizacional




Enviado por daylenes



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Los valores éticos.
    ¿Qué son? ¿Fines o
    medios?

    3. Las Creencias, las Conductas y su
    relación con los valores

    4. ¿Qué son las
    normas?

    5. ¿Qué son las
    actitudes?

    6. El proceso de Formación de los
    Valores en la empresa

    7. Importancia de los
    valores

    1.
    Introducción

    "El objeto de la educación es
    formar seres aptos para gobernarse a sí mismo, y no para
    se gobernados por los demás"
    Herbert Spencer
    En los momentos actuales, dada la coyuntura económica,
    política y
    social que se vive a nivel mundial, se ha generalizado la
    necesidad de mejorar la competitividad
    de las empresas.
    Cuba no es la
    excepción, como país subdesarrollado busca
    respuestas más acordes a sus condiciones concretas y para
    ello requiere de planteamientos más actualizados y
    reales.
    Naturalmente el mejoramiento de la competitividad empresarial es
    un problema complejo, por lo que requiere abordarse en forma
    integral, es decir desde una perspectiva que considere todos los
    factores que tienen que ver con su mejoramiento.
    A partir del éxito
    japonés y más tarde de otros países
    asiáticos, comienza un cuestionamiento de las formas
    tradicionales de gestión
    que hasta ese momento se venían aplicando en el mundo
    empresarial desarrollado, cuya génesis está en los
    estudios de Taylor, Mayo y
    otros, se critican los viejos paradigmas y
    se introducen otros nuevas formas de gestión donde se
    concede un peso importante a la participación de los
    trabajadores en la toma de
    decisiones, al liderazgo, a
    la formación de valores sólidos donde prime una
    visión de futuro, planteándose que la Productividad
    depende esencialmente de dos motores: el
    orgullo de pertenecer a la empresa y el
    entusiasmo por el
    trabajo.
    Si pensamos en cuáles son los paradigmas de gestión
    que han prevalecido en la realidad empresarial cubana (aunque en
    estos momentos se está produciendo un cambio en ese
    sentido), nos encontramos con realidades tales como:
    Producir a toda costa sin tener en cuenta, los costos,
    autoritarismo, tradicionalismo, falta de capacitación entre otros.
    Justamente una cultura débil o deficiente provoca el
    estancamiento y la decadencia de las empresas, trayendo consigo
    fenómenos tales como: la insatisfacción laboral, la
    fluctuación de personal,
    empresas improductivas entre otras.
    Yvan Allaire y Mihaela E. Firsirotu hablan de que el éxito
    y la vitalidad organizacional dependen del desarrollo de
    culturas y valores apropiados. Sobre este último estaremos
    hablando.
    Muchas organizaciones
    exitosas, desde corporaciones hasta entidades no lucrativas,
    escuelas y agencias gubernamentales, han iniciado intentos de
    hacer explícitos sus valores. La elaboración de
    valores juega un rol decisivo en el desarrollo (no solo de los
    individuos) sino de las organizaciones, y la sociedad como un
    todo.
    El presente trabajo tiene como objetivo
    explicar desde una base conceptual el papel que
    posen los valores en
    la formación, y desarrollo de la cultura
    organizacional.
    Por estas razones nos podemos preguntar: ¿Qué son
    realmente los valores?
    Los valores son esencialmente prioridades basadas en la
    integridad o elecciones. Están presentes en lo que hacemos
    y no hacemos, en las cosas a las que nos hemos acostumbrado y lo
    que somos capaces de tolerar. Los valores están basados en
    alternativas reales y en una consideración genuina de sus
    consecuencias. Son expresados de manera pública y abierta,
    actuados de manera repetida, y defendidos cuando van contra el
    autointerés personal.
    Para Salvador García y Simón. I Dolan
    "los valores son aprendizajes estratégicos relativamente
    estables en el tiempo de que una
    forma de actuar es mejor que su opuesta para conseguir nuestros
    fines, o que nos salgan bien las cosas" .
    Los valores son palabras. Sin embargo, no hay duda de que las
    palabras que se identifican como valores tienen una especial
    potencia para dar
    sentido y encauzar los recursos
    humanos, tanto a nivel personal como a nivel de empresa.
    Los valores son los creadores de la integridad y la responsabilidad, son los forjadores del optimismo
    y la autoestima, y
    de las definiciones de quiénes somos. Se vuelven
    manifiestos y vivos mediante la acción, incluso la
    acción de la declaración sincera.
    Cuando las organizaciones son dirigidas por valores, están
    claras sobre asuntos éticos y afirmados en la integridad,
    los empleados son capaces de elegir conscientemente, de definir
    públicamente y vivir de acuerdo a sus más altos
    valores. Desdichadamente, un gran número de las
    organizaciones cubanas ignora los valores, nada más que en
    la forma de leyes, reglas y
    regulaciones, y sin pensarlo reducen sus valores al mínimo
    común denominador. Otras intentan imponer sus valores,
    convirtiéndolos en moralidad.
    De manera fundamental, las organizaciones tienen una
    opción entre reglas conducidas por valores y valores
    guiados por reglas. Pueden imponer un conjunto de reglas y
    normas
    uniformes para los empleados mediante métodos
    más o menos coercitivos, hacer que tomen el asiento
    trasero en la toma de decisiones, y hacer sólo lo que a
    ley exige (lo
    que hemos planteado anteriormente es lo que sucede en un grupo de
    instituciones
    y empresas cubanas, que no quiere decir que es su generalidad). O
    pueden alentar a los empleados a desarrollar sus propios valores
    en diálogo
    unos con otros, y trabajar hacia un terreno común
    más elevado. Cada uno de estas orientaciones a la
    creación de valores representa, en sí, un conjunto
    más profundo de valores.
    Dentro de los valores podemos distinguir niveles diferentes. Un
    valor de
    "primer orden" radica en todas las cosas importantes para
    nosotros. Un "segundo orden" consiste en el valor de tener
    valores, volviéndonos hacia adentro, y forzándonos
    a considerar lo que es importante y porqué. Un "tercer
    orden" de valores consiste en actuar sobre los valores sin
    incluso darnos cuenta de ellos, de forma que se vuelven una parte
    integral, inseparable de quienes somos.
    El primer orden de valores en las organizaciones se orienta hacia
    el comportamiento, y es correctivo o defensivo en su
    propósito. Su finalidad es proteger a la gente y las
    organizaciones de conductas no éticas. El segundo orden se
    orienta hacia la comprensión, y su propósito a
    menudo es de transformación o de desarrollo. Está
    hecho para alentar progreso, aprendizaje,
    cambio, perfeccionamiento y evolución en las condiciones bajo las
    cuales trabajan las personas. El tercero se orienta hacia el
    carácter, y es de propósito
    integrador o trascendente. Apunta a que las acciones
    fluyan naturalmente desde quienes somos, en lugar de hacerlo
    desde lo que creemos.
    Estas distinciones son útiles para ayudar a la gente a
    darse cuenta de que hay un valor en tener valores, y a elevar su
    consciencia, de manera que vivan naturalmente de acuerdo a sus
    valores, y gradualmente los sobrepasen. Alentar a la gente y las
    organizaciones a ocuparse en dialogar sobre los tres
    órdenes de valores y la implementación de valores
    en la vida diaria.
    Las organizaciones que crean un contexto de valores,
    éticas e integridad progresan del primer al segundo y
    tercer orden de valores integrándolos en su
    cultura.

    2. Los valores
    éticos. ¿Qué son? ¿Fines o

    medios?

    Los valores éticos son estructuras de
    nuestro pensamiento
    que mantenemos preconfiguaradas en nuestro cerebro como
    especie humana de cara a nuestra supervivencia.
    Los valores éticos son medios adecuados para conseguir
    nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante
    diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los
    valores de tipo instrumental. Los valores instrumentales son
    modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir
    nuestras finalidades o valores existenciales.
    Estudios realizados por Rockeach demuestran, que mientras el
    número de valores finales que las personas dicen
    usualmente poseer no son mucho más de una decena, el
    número de valores instrumentales es más elevado,
    aunque no llega al centenar.
    No necesariamente debe existir una correspondencia puntual entre
    los valores finales e instrumentales. Además, para la
    obtención de un determinado valor final, puede ser
    necesario un determinado conjunto de varios valores
    instrumentales.
    Debemos tener en cuenta que cuando un valor meramente
    instrumental se le atribuye un valor extraordinario, pasa a ser
    percibido como final por su poseedor.
    Los Valores de Competencia son
    otros valores instrumentales, los que se pueden llamar de
    competencia, son más individuales, aunque también
    están socialmente condicionados y no están
    directamente relacionados con la moralidad ni con la
    culpabilidad. Y responde a la pregunta: ¿qué cree
    que hay que tener para poder competir
    en la vida?
    Es primordial destacar que nadie se siente culpable, ni tan
    sólo incomodo, por no asumir un valor de competencia, a no
    ser que dicho valor sea compartido por un grupo de personas del
    cual queremos formar parte. Es decir, nadie se siente culpable
    por el hecho de no comportarse de forma creativa, a no ser que se
    corresponda a un grupo de referencia.
    Los valores finales (objetivos
    existenciales) pueden dividirse en dos tipos: personales y
    éticos – sociales.

    • Valores personales: aquellos a los que aspira el
      individuo para si mismo y responden a la pregunta de
      ¿qué es para usted lo más importante en la
      vida?
    • Valores éticos –
      sociales: constituyen
      aspiraciones o propósitos que benefician a toda la
      sociedad. Y responde a la pregunta ¿qué quiere
      usted para el mundo? Dentro de los valores éticos
      – sociales encontramos:
    • Valores ético –
      morales: se refiere a
      los modos de conducta
      necesarios para alcanzar nuestros valores finales, y no son
      necesariamente fines existenciales. De hecho, la palabra
      "moral"
      proviene del latín mores, que significa costumbre. Y
      responde a la pregunta ¿cómo cree que hay que
      comportarse con quienes les rodean?

    Los valores
    morales son un tipo de valor instrumental que tienen dos
    características esenciales:

    1. Se ponen en práctica en la relación con
      las demás personas.
    2. En las personas mentalmente equilibradas, cuando se
      incorporan pero no se traducen en conductas consecuentes,
      tienden a generar sentimientos de culpabilidad o, al menos, de
      molestar con uno mismo.

    Debemos tener en cuenta después de analizar los
    valores finales e instrumentales, que una persona puede
    experimentar conflicto
    entre dos valores morales, entre dos valores de competencia o
    entre un valor moral y un valor de competencia.

    ¿Todos los valores no valen lo mismo?
    Todos los valores no poseen el mismo valor, ya que, cada uno
    ostenta un nivel de jerarquización y prioridad
    según su importancia relativa. La importancia que se le
    atribuya a los diferentes valores se va reajustando a lo largo de
    la vida según las experiencias, reflexiones y las
    atracciones sociales que nos acaban influyendo.
    Es difícil defender que los valores sustentados por las
    personas, dentro de su propia escala de
    prioridad relativa, sean unos mejores que otros en
    términos absolutos. La clasificación entre valores
    finales e instrumentales tampoco permite efectuar dicha
    diferenciación.
    Por lo que, los valores tendrán el valor que cada una de
    las personas y las organizaciones sea capaces de darles
    así como la prioridad que ellos deseen que
    tengan.

    3. Las Creencias, las
    Conductas y su relación con los valores

    Existen tres términos propios de la psicología
    social que se encuentran estrechamente relacionados con los
    valores ellos son: las creencias, las normas y las actitudes.
    Y nos podemos preguntar: ¿Qué son las
    creencias?
    Los valores pueden concebirse como elecciones estratégicas
    con relación a lo que es conveniente para conseguir
    nuestros fines. Es importante entender que estas elecciones
    provienen, a su vez, de supuestos básicos o creencias
    sobre la naturaleza humana
    y el mundo que nos rodea. En definitiva, preferimos pensar y
    actuar de un modo u otro, según creamos que son las
    personas y las cosas.
    Las creencias es la acción de creer en la verosimilitud o
    en la posibilidad de una cosa.
    Las creencias son estructuras de pensamiento, elaboradas y
    arraigadas a lo largo del aprendizaje, que sirven para
    expresarnos la realidad y que preceden a la configuración
    de los valores (Figura 1).
    Figura 1: Secuencia entre creencias y resultados.
    La relación existente entre creencias y valores es
    fuertemente estrecha. Por eso, hoy se habla mucho del cambio de
    creencias y valores, más que del cambio de valores
    aisladamente. El desaprendizaje de creencias es fundamental para
    replantear valores, cambiar conductas e influir positivamente
    sobre los resultados de la empresa.
    En la empresa cubana, hoy no se conjuga estos dos elementos,
    creencia y valores producto de
    que no se tienen bien definidos los valores que en las mismas
    existen, si las trabajáramos ayudará a un mayor
    desarrollo de la misma, las creencias son el sustento de los
    valores.
    Sin embargo no podemos dejar de decir que las creencias no son
    ajenas a los resultados como tampoco están ajenos los
    resultados a las creencias. Es importante señalar que las
    creencias sirven de soporte para poder alcanzar los resultados y
    para ello es inevitable pasar por las diferentes
    categorías que son: los valores, las normas, las actitudes
    y conductas como se presentan en la figura anterior.
    Las creencias no es solo tener fe en lo creemos sino en lo que
    estamos haciendo, es tener la virtud de confiar (en ti mismo, en
    los demás y en todo lo que nos rodea), es dar nuestra
    palabra, ser fiel, sincero, honesto y sobre todo de ser
    consecuente con lo que creemos.

    4. ¿Qué son las
    normas?

    Los valores juegan un papel especial en la
    formación de normas o reglas. Los valores pueden
    conservarse a nivel individual. Sin embargo, las normas nacen de
    las interacciones grupales.
    Los valores inspiran la razón de ser de cada
    Institución, las normas vienen a ser los manuales de
    instrucciones para el comportamiento de la empresa y de las
    personas.
    Las normas son reglas que se deben seguir, modelo al que
    se debe ajustar un trabajo.
    Las normas son reglas de conductas consensuadas, entre tanto los
    valores son criterios para evaluar y aceptar o confeccionar
    normas. Asimismo, el incumplimiento de normas puede traer consigo
    sanciones externas, al mismo tiempo el incumplimiento de valores
    puede trasladar sentimientos de culpabilidad y sanciones
    internas.
    La teoría
    de la norma emergente plantea que en situaciones de
    confusión, novedad y ambigüedad (como en las
    situaciones de crisis), el
    individuo tiende a buscar una guía o norma que le permite
    estructurar y comprender la situación, así como
    interaccionar más con los demás, y a dejarse
    influir por los que hacen y dicen los demás, aumentando su
    sugestionabilidad.

    5. ¿Qué son
    las actitudes?

    Una actitud es la
    consecuencia de los valores y normas que la preceden, a su vez es
    una tendencia evaluadora (ya sea positiva o negativa) con
    respecto a personas, hechos o cosas. Las actitudes reflejan
    cómo nos sentimos con respecto a algo o a alguien y
    predice nuestra tendencia a actuar de una manera determinada.
    En el caso de nuestro país podemos observar como el
    reflejo de las actitudes caracterizan las distintas
    organizaciones y empresas, es decir, las actitudes están
    precedidas por las normas las cuales si se encuentran fuertemente
    presente en cada unas de ellas, pero no así los valores,
    los cuales no son aparentemente parte de su cultura
    organizacional, ya que no se encuentran definidos.
    Para modificar conductas, más que pretender cambiar
    directamente actitudes, hay que modificar los valores y creencias
    que las preceden.

    ¿Se aprenden o se heredan los valores?
    La sociología, disciplina
    científica que estudia las bases biológicas del
    comportamiento social (en animales y
    humanos), plantea que buena parte de nuestros más nobles
    sentimientos podría derivar de conductas seleccionadas a
    partir de su utilidad para la
    supervivencia básica.
    Los valores individuales se constituyen y se aprenden
    fundamentalmente en la infancia y la
    adolescencia a
    partir de los modelos
    sociales de padres, maestros y amigos.
    En el caso de las organizaciones podemos plantear que ocurren los
    dos procesos,
    herencia y
    aprendizaje, ya que se heredan porque se van trasmitiendo de
    individuo a individuo producto del proceso de
    formación de la persona en esa organización o empresa, y la vez se
    aprenden fruto de la formación del proceso de
    evolución de los seres humanos, donde ya hemos
    desarrollado algunos y nos falta adquirir otros a través
    de formar parte de una determina organización.

    ¿Cómo se comunican los
    Valores?
     Todo el mundo comunica sus
    valores, quiénes
    son, y qué es importante para ellos. Las comunicaciones
    más significativas sobre valores tienen lugar a
    través de las conductas en lugar de las palabras, actuando
    en lugar de hablando.
     Los valores se comunican a cualquier
    nivel de la interacción humana (interpersonalmente,
    organizacionalmente, culturalmente, psicológicamente,
    socialmente, políticamente y económicamente). Se
    comunican de soslayo y en silencio, y mayormente por lo que
    hacemos. Los valores más frecuente y efectivamente
    comunicados en las organizaciones son: 

    • Por lo que recompensamos: Cuando los que causan los
      mayores problemas
      son a los que se les presta la mayor atención.
    • Por lo que castigamos: Cuando castigamos el trabajo en
      equipo llamándolo fraude.
    • Por lo que decimos: Cuando negamos responsabilidad
      por lo que hemos hecho.
    • Por lo que hacemos: Cuando nos ponemos bravos contra
      los que nos critican.
    • Por Congruencia o Hipocresía: Cuando nuestras
      palabras no se corresponden con nuestras acciones.
    • Por Procesos: Cuando nos inclinamos ante alguien, o
      nos quedamos callados ante el jefe.
    • Por Relaciones: Cuando no decimos la verdad a
      aquellos que amamos o respetamos.
    • Por Carácter: Cuando actuamos diferente en
      público que cuando estamos en privado.

    Las comunicaciones de valores fracasan
    típicamente cuando las organizaciones actúan o
    parecen ser hipócritas, cuando sus valores entran en
    conflicto directo de unos con otros, y cuando los valores
    adoptados no concuerdan con nuestras acciones. La dificultad con
    estas discusiones es que no conducen a ninguna parte,
    precisamente porque todavía no se han enfocado sobre lo
    que realmente se discute: los valores subyacentes del
    conflicto.
    No obstante los conflictos
    sobre los valores pueden ser altamente productivos,
    particularmente cuando los valores que no son realmente
    contradictorios, sino complementarios opuestos, que, como todos
    los opuestos, están conectados por un eje
    común.

    Pensar sobre los Valores
    Por muchas razones los valores son difíciles de apreciar,
    articular y actualizar. Estimulan ricas y complejas preguntas
    esenciales para el progreso ético, y que sugieren
    alternativas útiles a considerar por individuos y
    organizaciones antes de comenzar a determinar sus valores.
     

    • ¿Por qué la gente no actúa de
      acuerdo a sus valores? ¿Por qué todo el mundo
      tiene que luchar para mantenerlos? ¿Si dejamos de
      luchar, serían valores todavía?
    • ¿Cuál es el valor de admitir que no
      siempre actuamos de acuerdo a nuestros valores?
      ¿Qué valor reafirmamos cuando reconocemos que
      actuar de acuerdo a nuestros valores es una lucha?
      ¿Cómo reconocemos nuestra lucha común
      para vivir de acuerdo a nuestras más altas
      expectativas de forma que alienten nuestro desarrollo
      mutuo?
    • ¿Cuál es la importancia
      estratégica de las razones que damos para no vivir de
      acuerdo a nuestros valores? ¿Cuál es el valor
      de articular claramente un valor que no estamos cumpliendo, y
      las razones por las que somos incapaces de
      hacerlo?¿Puede ser que las razones por las que no
      vivimos de acuerdo a nuestros valores nos ayuden a establecer
      objetivos y tomar decisiones estratégicas, como
      individuos, equipos, organizaciones y sociedades?
    • ¿Cómo enseñamos los valores
      sin predicarlos o moralizarlos, o convertirlos en dogmas?
      ¿Dónde y cómo aprendemos nuestros
      valores? ¿Cómo sería una educación orientada a los valores?
      ¿Qué valores se aprenden mediante la
      experiencia, diálogo y contemplación?
      ¿Cómo pueden las organizaciones estructurar
      experiencias sobre valores, o impactarlas, una vez que han
      ocurrido, para alentar el
      aprendizaje basado en los valores?
    • ¿Qué hacemos cuando los valores
      chocan o nos halan en direcciones opuestas?
      ¿Qué determina el sitio en que chocan los
      valores organizacionales? ¿Cuáles son los
      mecanismos por los que elegimos un valor por encima de otro?
      ¿Cómo priorizamos los valores cuando nos halan
      en direcciones opuestas?
    • ¿Qué hacemos cuando están
      cambiando los valores? ¿Qué hacemos cuando
      valores importantes y en rápido cambio tales como
      diversidad racial y cultural, o identidades y actitudes
      sexuales, aparecen en el puesto de trabajo? ¿Hay
      vías mejores de aprender o enseñar nuevos
      valores que no sean culpar, castigo y pérdida de la
      carrera?
    • ¿Qué hacemos cuando las conductas no
      se corresponden con los valores? ¿Cómo sabemos
      si alguien no está actuando de acuerdo a sus valores?
      ¿Cómo evitamos convertirnos en "policías
      de valores", mientras ofrecemos, al mismo tiempo, una
      retroalimentación honesta sobre
      cómo las conductas están fuera de
      sincronía con los valores?
    • ¿Cómo mejorar continuamente nuestros
      valores? ¿Cómo pueden las organizaciones
      aclarar sus prioridades sobre los valores?
      ¿Cómo pueden articular los niveles de
      mejoría valores dentro del mismo valor?
      ¿Cómo pueden aprender a mejorar continuamente,
      y no dormir en los laureles?
    • ¿Cómo creamos una cultura de valores?
      ¿Cómo alteramos las culturas organizacionales
      para alentar valores, y fomentar consciencia y
      aceptación? ¿Cómo mejoramos la
      motivación, el reconocimiento y el apoyo a las
      conductas basadas en los valores? ¿Cómo podemos
      institucionalizar valores sin violar lo que los hizo valores
      en primer lugar?

    Estas preguntas no son para incitar respuestas, sino
    para instar el diálogo y la búsqueda de respuestas
    que serán diferentes para cada organización y
    persona. Su propósito es revelar una verdad esencial: un
    proceso mutuo de búsqueda de respuestas a preguntas
    abiertas orientadas hacia los valores que revelan la compleja y
    paradójica naturaleza de la formación y el logro de
    los valores.

    Los Valores Residen en el Corazón de
    las Organizaciones.
    Valores, juegan un papel definitorio en cualquier aspecto,
    característica y elemento de la vida organizacional. Lo
    más importante, mantienen humanas a las organizaciones.
    Alientan a los líderes, dirigentes y empleados a hablar y
    actuar desde sus corazones, así como desde sus
    cabezas.
    En The Art of Japanese Management, Richard Pascal y Tony
    Athos, presentaron un Modelo "7 S" de organizaciones, creado con
    Tom Peters y Bob Waterman (ver figura 2). El Modelo de las 7 S
    deja claro que los valores compartidos vinculan y conforman cada
    otro aspecto de la vida organizacional.
    Estrategia
    Estructuras Sistemas
    Valores
    Compartidos
    Estilos Habilidades
    Personal
    Figura 2: Modelo "7S" de
    Organización

    El "Modelo de las 7 S" guía el cambio
    organizacional basado en los valores, y forma consenso sobre
    la dirección futura centrando acciones e
    iniciativas en los valores compartidos. 
    Valores Compartidos, reflejan tanto los valores adoptados y los
    verdaderos, aquellos de los que se dicen de "boca para afuera" y
    aquellos sobre los que se actúa cada día. Los
    valores de los equipos pueden ser tácitos, y a pesar de
    eso forman el corazón de la cultura organizacional.
    Estrategias, es
    el cómo llevar a vías de hecho los valores
    compartidos. Incluye planes para llevar a cabo el rumbo futuro
    general de la
    organización, que son los lineamientos para la
    acción de los equipos creados por los empleados que la
    implementarán.
    Sistemas, son los
    métodos o procedimientos,
    por medio de los cuales se conducen los negocios
    internos y externos de la organización. Los sistemas son
    efectivos cuando se basan en valores de equipo y conducen a
    soluciones
    éticas.
    Estructuras, se reflejan en los organigramas, la
    configuración del trabajo, y la
    administración. Las organizaciones tienen estructuras
    formales e informales que puede que no se parezcan unas a otras.
    Las estructuras de equipos reflejan valores a través de su
    aplanamiento, interactividad y diseño
    heterárquico.
    Habilidades, abarcan los recursos humanos
    disponibles en la organización. El perfil de habilidades
    de cada persona incluye sus valores, capacidades colaborativas y
    capacidad para resolver conflictos de equipos.
    Personal, incluye el número, naturaleza y variedad del
    personal. Los valores se reflejan en las diferentes formas de
    diversidad, trabajo en equipo, satisfacción laboral y
    motivación.
    Estilo, se expresa en la cultura organizacional y los
    métodos de liderazgo, gerencia,
    negociación, manejo de conflictos, y
    relaciones
    interpersonales. Estos pueden ser colaborativos o
    antagónicos, interesados o insensibles, centrados en los
    equipos o individualistas, de abajo hacia arriba o de arriba
    hacia abajo.

    6. El proceso de
    Formación de los Valores en la empresa

    La formación de valores en la empresa es un
    fenómeno complejo que depende de multitud de variables
    entre las que se encuentran:

    • Las creencias y valores de fundador. Toda empresa
      surge de un impulso fundamental a partir de una idea y unos
      principios
      de acción más o menos implícito. La
      consecución de recursos financieros, materiales y
      humanos para llevar a cabo dicha idea es un paso
      posterior.
    • Las creencias y valores de la dirección
      actual. La dirección de la empresa, en un momento dado,
      puede pretender perpetuar, revitalizar o incluso modificar
      radicalmente las creencias y valores de su fundador, debiendo
      gestionar adecuadamente el conflicto entre lo tradicional y lo
      moderno.
    • Las creencias y valores de los empleados. Como ya
      hemos comentado la mayor fuerza
      formadora de creencias y valores en los empleados está,
      sin duda alguna, constituida por los mecanismos de recompensa
      existente.
    • La formación y la influencia de consultores.
      Naturalmente, un mecanismo esencial para modificar creencias y
      valores es la formación. El verdadero aprendizaje radica
      en el desaprendizaje de creencias y la incorporación de
      otras nuevas. Esta formación puede provenir de la
      asistencia a cursos como de
      la lectura
      de publicaciones o de la interacción con
      consultores.
    • Normativas legales existentes. La legislación
      laboral, medioambiental, economía, etc, de
      cada país también influye significativamente
      sobre las creencias y valores de sus empresas.
    • Las reglas de juego del
      mercado.
      Obviamente, el mercado de libre competencia impone determinadas
      reglas del juego que impregnan el sistema de
      creencias y valores de la empresa. Una de las creencias
      más influidas por la presión
      de los competidores es la de que el resultado inmediato es lo
      que importa, independientemente de los medios para conseguirlo
      o incluso de sus efectos sobre la viabilidad del negocio a
      largo plazo.
    • Los valores sociales de cada momento
      histórico. A principios del siglo XX, los valores
      sociales predominantes en los países desarrollados no
      eran los mismos que los actuales, y éstos no tienen
      porqué ser los mismo que los futuros.
    • La tradición cultural de cada sociedad. Existe
      una influencia mutua entre los valores sociales y los valores
      empresariales. En este sentido, buena parte del éxito
      económico de Japón
      es debido a su ímpetu para demostrar valía
      colectiva al mundo accidental a través de la
      incorporación a la sociedad industrial de valores
      sociales tradicionales de orientación al
      perfeccionamiento continuo, a la armonía, al orgullo de
      pertenencia, etc.
    • Los resultados de la empresa. Es de destacar que los
      sistemas de creencias y valores de la empresa se retroalimentan
      en función
      de sus resultados.

    7. Importancia de los
    valores

    La importancia de los valores radica en que se convierte
    en un elemento motivador de las acciones y del comportamiento
    humano, define el carácter fundamental y definitivo de la
    organización, crea un sentido de identidad del
    personal con la organización.
    Son importantes porque describen lo que es primordial para sus
    implicados, porque identifican los resultados que la
    mayoría espera, guían nuestras actuaciones y
    determinan si nuestras organización tendrá
    éxito.
    También lo son porque, cuando los valores están en
    línea obtenemos varios beneficios como son: moral alta,
    confianza, colaboración, productividad, éxito y
    resultados.
    Por lo tanto, los valores son formulados, enseñados y
    asumidos dentro de una realidad concreta y no como entes
    absolutos en un contexto social, representando una opción
    con bases ideológicas con las bases sociales y
    culturales.
    Los valores deben ser claros, iguales compartidos y aceptados por
    todos los miembros y niveles de la organización, para que
    exista un criterio unificado que compacte y fortalezca los
    intereses de todos los miembros con la
    organización.

     

     

     

     

    Autor:

    Lic. Daylenes Martín Fors
    Profesora del Centro de Estudio de Técnicas
    de Dirección de la Facultad de Contabilidad y
    Finanzas de la
    Universidad de La
    Habana.

    La Habana, Diciembre de 2002

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