Indice
1.
Museos
2. Monumentos Históricos
Nacionales
3. Bibliografía
En esta monografía
me ocupo de algunos de los museos y monumentos históricos
nacionales, los cuales permiten conocer la historia de la inmigración que llegó a partir de
mediados del siglo XIX.
Evocan la historia de los inmigrantes, en nuestro país,
los museos que atesoran sus enseres, cartas,
vestimentas. Uno ellos fue creado hace muchos años, y se
lo ha mejorado notablemente en este último tiempo; otros,
surgieron hace muy poco, merced al esfuerzo de las autoridades
locales, los descendientes de los colonos, y organizaciones
que apoyaron la iniciativa.
Museo Nacional de la Inmigración, Buenos Aires En
1998, Laura S. Casanovas nos daba una buena noticia, referida al
Hotel de Inmigrantes de Puerto Madero: "Afortunadamente, el
proyecto de
transformarlo en museo está en marcha". Y agregaba: "el
proyecto que reviste una enorme trascendencia cultural, no es
nuevo".
Recordaba cómo había surgido la idea: "Todo
comenzó en 1983, cuando a instancias de las colectividades
de inmigrantes de nuestro país, el Ministerio del Interior
emitió una resolución por la cual encomendó
a la Dirección Nacional de Migraciones realizar
un estudio de
factibilidad de creación de un museo, que reviviera
las circunstancias del hecho histórico de la
inmigración en la Argentina. Dos
años después, una segunda resolución
creó, en el ámbito de la Dirección Nacional
de Migraciones, un área responsable del Museo, Archivo y
Biblioteca de
la Inmigración. En 1990, mediante un decreto, se
declaró Monumento Histórico Nacional al edificio
del ex Hotel de Inmigrantes y el año último (1997)
el Ministerio del Interior desarrolló el programa Complejo
Museo del Inmigrante, con dependencia funcional de la
Dirección de Migraciones. Serán sede del museo el
hotel y las dos plazoletas aledañas. Los edificios
restantes continuarán funcionando como dependencias de la
Dirección Nacional de Migraciones" . Ese programa
está dirigido por el profesor Jorge Ochoa de Eguileor y la
arquitecta Graciela Seró Mantero.
Hubo quien se manifestó en oposición a
esta iniciativa. Escribió Horacio Di Stéfano en
1999: "Parado hoy entre silencios añosos y trozos de
postales de la
Buenos Aires poco recordada, el maravilloso cuerpo del Hotel de
Inmigrantes parece no inmutarse por el paso del tiempo, aunque su
interior, vacío y abandonado, conserve ecos imperceptibles
y leyendas que
mezclan esperanzas, fantasmas, muertes y angustia. Da
vértigo mirar su fachada desgastada, rodeada por la
sosegada paz de los espacios verdes que lo separan de las
inmediaciones de la estación Retiro, e imaginar que
albergaba un mundo de personas pululando ruidosamente, donde hoy
hay olores viejos. Sus inmutables paredes vieron reemplazar el
blanco de color original
por un amarillo que lastima los recuerdos de sus horas, pero no
es esto únicamente lo que se ve frente a la imponente
figura de sus pabellones, y su historia tampoco estuvo a salvo de
los maltratos a los que nos han acostumbrado desde siempre. De
sólo pensar que el proyecto de hacerlo Museo, tal cual se
ha planteado por las autoridades de la Dirección Nacional
de Migraciones, lo acerca más al Shopping o a una pintada
de labios y resaltado de pestañas, da ganas de dejarlo
ahí, quieto, con sus secretos enquistados en la
ignorancia" .
En septiembre de 2000, el Hotel fue abierto al público,
pues allí se realizó una edición de la
prestigiosa muestra Casa FOA.
La misma se llevó a cabo "en dos edificios que forman
parte del Patrimonio
Arquitectónico de nuestra Ciudad. (…) Tratándose
en ambos casos de edificios que son Monumentos Históricos
todos los trabajos a ejecutar fueron analizados y evaluados por
la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares
Históricos" .
En el Desembarcadero se pudo apreciar espacios creados por
importantes arquitectos, decoradores y paisajistas. Por la "Calle
Histórica", restaurada por Augusto Oneto, se accede a la
salida o a la "Calle del inmigrante", que llega al Hotel,
diseñada por Matilde Oyharzábal y el arquitecto
Alberto Boselli. En este espacio –dice la paisajista-
ubicaron imágenes
realizadas con computadora a
partir de fotos: "Y
allí están –en esas gigantografías que
hemos colocado frente al Hotel- en un presente perpetuo e
inolvidable que evoca en la lejanía el sueño
industrial de nuestra patria" . A la izquierda de esta calle se
encuentra la "Plaza de rosas", en la que
Valentina Casucci brinda un sentido tributo a quienes llegaron a
estas tierras, entre ellos, sus padres.
"El proyecto de casa FOA tiene el carácter
de ambientación y decoración homenaje tendiendo a
resaltar y restaurar los elementos arquitectónicos propios
del edificio. Por eso se mantuvieron y repusieron los pisos
calcáreos originales y azulejos con sus zócalos y
listeles moldurados. Además se colocaron vidrios en toda
la caja de la escalera. En cuanto a los colores de las
paredes se efectuaron cateos para poder
recuperar los tonos originales" .
Se colaboraba así con un objetivo
valioso: "Con esta iniciativa de Casa FOA en el Hotel se
hará realidad un sueño por todos esperado:
‘El Museo del Inmigrante’"; mientras tanto,
ofrecían un anticipo de lo que se vería poco
después.
Los inmigrantes se detenían frente a un mostrador en el
que recibían su primer documento argentino. Ese
salón fue el lobby de la muestra. En el comedor, frente al
visitante –que quizás se haya hospedado allí
en el ‘30- se encontraban alineadas tres mesas con panes
frente a cada lugar, como esperando a alguien que vendrá.
Una grabación reproducía el murmullo de muchas
personas (eran setecientas por turno) conversando en diversos
idiomas.
Quienes se interesan por la sociedad de
principios de
siglo, encontraron una selección
de la muestra Buenos Aires 1910. Memoria del
Porvenir, que se vio en el Abasto. El CEMLA puso a
disposición del público sus bases de datos,
para rastrear a ese abuelo del que se sabe solamente en
qué aldea nació.
En el salón contiguo se encontraba la librería y
Gift Shop, donde se pudo hojear o adquirir libros y
revistas sobre los hoteles de
inmigrantes -que fueron varios y no uno solo, como piensa la
mayoría de la gente- y muchos otros temas relacionados con
éste. Los más llamativos eran los libros de Jorge
Ochoa de Eguileor y Edmundo Valdés, Donde durmieron
nuestros abuelos. Los Hoteles de Inmigrantes de la Ciudad de
Buenos Aires, y el de Graciela Swiderski y Jorge Luis Farjat, Los
antiguos Hoteles de Inmigrantes, y el número 398 de la
revista Todo
es Historia, que dirige Félix Luna.
En el dormitorio, el estudio de Laura Ocampo y Fabián
Tanferna "antes que una reconstrucción histórica,
prefirió hacer un homenaje a todos aquellos que vinieron
con el coraje de iniciar una nueva vida" . Para ello, contaron
con la colaboración de algunos de los inmigrantes que se
hospedaron en el hotel, quienes narraron sus historias en sendas
grabaciones. En ese ambiente se
pudo ver pequeños objetos que traían, facilitados
para la exhibición por ellos y sus descendientes
-pastillas para la tos, monedas de varios países, una
medalla de la Virgen, un cortaplumas, un espejo, anteojos y un
juguete-, así como en el comedor pudimos apreciar sus
baúles.
En el Desembarcadero, se exhibió la muestra de la Galeria
Zurbarán, en el espacio decorado por Celina Aráuz
de Pirovano. Los cuadros fueron dispuestos enfrentados en dos
hileras, separadas por bancos de
madera.
Mirando hacia el río, a la izquierda se encontraban las
obras de José Marchi, artista que desde hace mucho tiempo
pinta acerca de esta temática. Eran escenas de la vida
cotidiana, protagonizadas por hombres, mujeres y niños,
en las que se reiteraba la idea de la búsqueda: el cielo,
el horizonte, la tierra. A
la derecha, Carlos Alonso evocaba paisajes relacionados con los
edificios históricos, y pintaba asimismo a una familia de
italianos, eternizada durante una de sus comidas.
En la "Plaza de los Inmigrantes", la Virgen de Medugorje, traida
de Bosnia Herzegovina, protegía a todos pueblos.
En octubre de 2001 se inauguró la primera etapa del
proyecto. Los nietos de quienes vivieron en este hotel sus
primeros días americanos pudimos volver a estar entre esas
paredes que fueron testigos de tantos sueños e
ilusiones.
Museo Judio de Buenos Aires "Hace treinta y cuatro años el
abogado Salvador Kibrick tuvo la idea de fundar el Museo
Judío de Buenos Aires, y lo hizo aportando piezas y
documentos de
su colección particular y con la ayuda de la
Congregación Israelita de la República Argentina.
Hoy, ofrece una muestra permanente organizada en dos sectores: el
Area Testimonial, que contiene documentos, fotos, libros y
publicaciones que exhiben la evolución histórica de la comunidad
judía en la Argentina; y una galería de Arte
Judío, que atesora pinturas y esculturas de maestros
locales e internacionales en las que se representan escenas de la
vida cotidiana de los judíos". Lo apadrina "un
Comité de Honor que integran Marcos Aguinis, Daniel
Baremboim y Jorge Glusberg" .
Museos de Olavarría, Prov. de Buenos Aires En
2000, un plan del gobierno
municipal, "apoya el proyecto que fuera presentado en el Primer
Congreso de Museografía y Museología, celebrado en
San Clemente del Tuyú en 1990 y que comprendía la
creación de varios museos, que en conjunto dieran con sus
contextos, la idea de los principios socio-culturales y
económicos, origen del desarrollo de
lo que es hoy Olavarría". Este proyecto fue "presentado
por el entonces encargado del Museo Etnográfico
‘Dámaso Arce’, del Instituto de Investigaciones
Antropológicas I.I.A.O., Museólogo A. E.
Chiérico". Encontramos información sobre tres de ellos.
Museo de los Alemanes del Volga, Colonia Hinojo, Prov. de Buenos
Aires Este museo fue inaugurado en febrero de 1998. "funcionando
como un verdadero museo viviente, como un verdadero centro de
difusión cultural, donde su contexto histórico
conforma los principios de la agricultura de
la provincia de Buenos Aires en el año 1878". El museo
"actualmente cuenta con un archivo fotográfico y enmarcado
en una medida uniforme para su presentación, de 230
personajes y familias de esta Colonia Madre; una biblioteca
específica; museo de la palabra; cursos de idioma
alemán; genealogías de las familias tradicionales;
archivos de
expedientes referidos a la historia de los 122 años del
arribo de estos inmigrantes a la zona y que nos proporcionara el
comienzo de la agricultura en la provincia de Buenos
Aires".
Museo de la Piedra Emma Ochi, Sierra Chica, Provincia de
Buenos Aires En noviembre de 1998, Chiérico escribe:
"quiero hablar (..) de la historia de las canteras, de la
inmigración italiana venida en el siglo pasado a trabajar
la piedra, el granito rojo, de aquellos que se denominaban los
picapedreros y cuyas familias tradicionales todavía tienen
descendientes con ganas de recordar a sus ancestros a
través de la construcción de un museo municipal
histórico zonal, que refleje esa vida de trabajo, cuya
seña o exponente más real en la actualidad es la
abertura inmensa de sus canteras, con profundidades que
estremecen y dan vértigo cuando uno se asoma a
ellas"
"En Sierra Chica, se trata del estudio de los primeros
movimientos de sus pobladores, la importancia del ferrocarril que
llega para el transporte de
la piedra y de los cereales, las familias venidas de Italia, apellidos
caros como Bonavetti, Gregorini, Sampatti, Ochi y muchos otros
que completarían la lista; la construcción de sus
viviendas, hechas completamente de piedra sus paredes, con vigas
y sostenes de gruesas maderas de quebracho, con sus
típicas chapas sostenidas por piedras". El proyecto "no es
solamente la construcción de otro museo sino un circuito,
tipo turístico museológico que vaya entrelazando lo
descripto".
En diciembre de 1999 se inauguró el Museo de la Piedra
"Emma Ochi", "que ya corresponde a otra inmigración, a los
italianos ‘picapedreros’ que llegados desde su pueblo
Vezza D’Oglio, casi en la misma época de los
volguenses (invitación del presidente más joven de
los argentinos, Nicolás Avellaneda, que promulgara la
ley 1147 de
Inmigración) y cuyo contexto histórico se reparte
entre esta gente de Canteras y la necesidad nacional de proveer
una mano de obra barata para la construcción de adoquines,
que se utilizarían para las calles de las ciudades
importantes como Buenos Aires, motivo que daría la
implantación del Penal".
Museo Colonia San Miguel, Sierras Bayas, Prov. de Buenos Aires En
febrero de 1878, el vapor "Hohenstab" trajo a diecinueve familias
alemanas que llegaban desde el Volga. Después de estar en
el Hotel de Inmigrantes, toman un tren que los deja en Azul y
luego, en una carreta hacen los 35 km que quedan hasta San
Jacinto, su primer asentamiento. Dos años después
se ubican en lo que luego sería esta colonia.
La casa en la que viviera don Miguel Stoessel Muller, fue donada
por sus herederos a la Municipalidad de Olavarría, para
que allí se instale el museo que lleva su nombre.
"Una promoción del legislador Ernesto Cladera
(UCR) con el fin de recuperar el pasado y el presente de la
comunidad olavarriense movió a las arquitectas Silvina
Deluca y Gladiz Dami, de la Dirección de Museos,
Monumentos y Sitios Históricos de la Provincia de Buenos
Aires, a procurar que Colonia San Miguel fuera propuesto para
convertirse en el ‘Primer Poblado Histórico
Provincial’, debido a que ‘no ha sido contaminado por
la ciudad’".
Museo de la Colonización, Esperanza, Santa Fe Este museo
consta de "tres grandes salas en las que se exhiben elementos
significativos de la inmigración suizo-alemana de
Esperanza".
Museo Histórico Comunal y de la Colonización
Judía Rabino "Aaron Halevi Goldman", Moisés Ville,
Santa Fe. "La vieja casa que le sirve de asiento, fue hasta el
año 1983 sede del correo. Por ordenanza N° 334/89 con
motivo de la celebración del Centenario de la
Colonización y de la inmigración judía en la
Argentina, se inaugura el museo en lugar propio, donado por los
descendientes de la familia
Brener, el día 25 de octubre de 1989".
Museo de la Colonia San José, Entre Ríos En octubre
de 1999 se inauguró la nueva colección permanente
del Museo Histórico Regional de la Colonia San
José, en la provincia de Entre Ríos, la cual
"representa también el trabajo
final de un seminario sobre
conservación, que apoyaron organizaciones nacionales y
extranjeras, como el Fondo Nacional de las Artes, la
Fundación Antorchas y el Smithsonian Institute de Estados Unidos"
.
En 1957, "al cumplirse el centenario de la
fundación de la colonia, fue inaugurado el Museo: Los
descendientes de los pioneros donaron los objetos más
queridos, que se convirtieron en patrimonio de todos" . En esa
fecha, "a un grupo de
vecinos se le ocurrió pedir a la gente que donara
algún objeto querido que hubiera pertenecido a los
fundadores. Pronto llegaron un arado de madera, barriles gigantes
en donde hacían el vino, carruajes de ruedas altas,
mantillas y monederos, contratos de
propiedad,
vestidos de novias bordados a mano y cartas amarillas escritas
con caligrafía gótica. Desde entonces, el museo
recibió más de seis mil objetos de la vida
cotidiana y se convirtió en una suerte de rincón de
los recuerdos: la gente del pueblo vuelve una y otra vez para ver
las cosas que pertenecieron a su familia y traer nuevos objetos
que encuentran en viejos baúles".
"Las piezas donadas por la comunidad son consideradas uno de los
conjuntos
más ricos del género en
virtud de su valor
testimonial, pero el desconocimiento de las actuales técnicas
de conservación hacía que muchas de ellas corrieran
peligro" . En 2000, "se completó la renovación del
Museo hasta convertirlo en uno de los más avanzados del
país".
La "profesora e historiadora local Celia Vernaz, descendiente de
saboyanos y suizos" expresó al inaugurarse la muestra
"Nuestros abuelos, los pioneros": "Nuestros pioneros debieron
borrar la memoria por
necesidad, casi para sobrevivir y hacerse parte de la nueva
tierra. Luego,
la Guerra Mundial
del 14 hizo desaparecer a casi todos los familiares que
habían quedado en Europa. Hoy, las
nuevas generaciones luchan por rescatar ese pasado que se
quedó enterrado entre los surcos de la labranza" .
"A la vera del río Uruguay, en
las plácidas praderas entrerrianas, el Museo
Histórico Regional de la Colonia San José cuenta la
historia de los argentinos que descendemos de los barcos. Una
historia sin magnos bronces ni héroes individuales, esa
historia que está ausente en los museos repletos de
figuras de cera con nombres de calles. (…) Sabiamente
dispuestos, los objetos revelan historias de hombres que labraban
la tierra, curaban enfermos y compartían las más
actualizadas tendencias de la época, desde la educación
pública hasta el socialismo
utópico; historias de mujeres que bordaban abecedarios,
lavaban ropa en tambores a manija, sembraban vergeles hasta crear
ciudades jardín" .
Museo y Centro Ucraniano, Apóstoles, Misiones. En agosto
de 1997 se inauguró este museo, "con motivo de celebrarse
el Centenario de la llegada de los Primeros Colonos Inmigrantes,
polacos y ucranianos. (…) El lugar que actualmente ocupa, fue
el lugar donde estuvo la primera Cooperativa
Agrícola de Apóstoles". El objetivo de este museo
es "el de dar a conocer la historia y cultura del
pueblo ucraniano, tanto en sus manifestaciones y vivencias
religiosas y artísticas, así como para proveer
informaciones acerca del mismo y transmitir a las nuevas
generaciones conocimientos, como idioma, pintura,
bordados, artesanías, etc".
2. Monumentos
Históricos Nacionales
No sólo en los museos se encuentran testimonios
de la vida de los pioneros. "El Apostadero Naval Buenos Aires,
las antiguas bodegas mendocinas y la localidad santafesina de
Moisesville guardan el legado de los primeros inmigrantes. Por
eso, la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares
Históricos decidió protegerlos y declararlos
monumentos históricos nacionales". En 1990 había
sido declarado como tal el ex Hotel de Inmigrantes.
Apostadero Naval "La tierra natal ya había quedado
atrás y los inmigrantes pisaban por primera vez suelo argentino
en el Apostadero Naval, muy cerca de lo que ahora es Puerto
Madero. En esa amplia galería sobre el río,
inaugurada en 1907, les revisaban los documentos. Después
venía el control
médico y, si aprobaban, pasaban al Hotel de
Inmigrantes".
Moisésville "En Santa Fe (…) los inmigrantes
judíos levantaron Moisesville. De los primeros que
llegaron a la colonia quedó el Cementerio Israelita de
1891, el más antiguo del país".
"Las primeras familias judías llegaron a lo que por ese
entonces no era más que un paraje despoblado en octubre de
1889. De aquellos pioneros se conservan templos de principios de
siglo y las sedes de la Biblioteca Popular Barón Hirsch,
fundada en 1913, y de la Sociedad Kadima (1909). El patrimonio
cultural y arquitectónico que guarda la ciudad la
convirtió en poblado histórico. Además, la
sinagoga Brener, fundada en 1905 y aún en pie con todo su
mobiliario original, fue declarada monumento histórico
nacional".
Bodegas mendocinas Otros inmigrantes "fueron a Mendoza y
cambiaron su paisaje: hicieron de aquel desierto una tierra
fértil para la vitivinicultura. Y son justamente los
rastros y las influencias de aquellos pioneros lo que se pretende
proteger. En Mendoza, el patrimonio bodeguero que fue declarado
monumento histórico nacional definió la identidad de
esa provincia. Es que ‘contribuyó a reorganizar el
territorio como espacio productivo, social y simbólico
(…) y potenció el crecimiento de ciudades
importantes’, según los fundamentos del decreto de
declaración".
…..
Museos y monumentos nos hablan de una historia de sacrificios y
renunciamientos. La misma que hoy homenajeamos quienes
descendemos de aquellos que cruzaron el mar.
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Inmigrantes".
Casanovas, Laura S.: "Una historia de inmigrantes", en La
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Feijoo, Sebastián: "La magia de rastrear el propio
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Ocampo, Laura: y Tanferna, Fabián: "Testimonios" . Casa
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Ochoa de Oguileor, Jorge y Valdés Edmundo: Donde durmieron
nuestros abuelos. Los Hoteles de Inmigrantes de la Ciudad de
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S/F: www.museosjudiosdeladiaspora.htm
Tollier, Verónica: "Recrean la vida de los pioneros de la
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Trabajo enviado por
María González Rouco
Lic. en Letras UNBA, Periodista Profesional
Matriculada