- Augusto Guillermo Federico
Froebel - Juicio
Critico - Conclusión
- Juan Enrique Pestalozzi
(1746-1827) - Juicio
crítico - Conclusión
- Bibliografía
Augusto Guillermo
Federico Froebel
Nacido el 2 de abril de 1782 en Oberweissbach, fue un
autodidacta, pero pudo estudiar durante algún tiempo en las
universidades de Jena, Gotinga y Berlín. Trabajó en
diferentes ámbitos, como silvicultura, topografía o arquitectura
antes de descubrir su verdadera vocación: la enseñanza. Llegó a ser profesor en
la Escuela Modelo de
Frankfurt, en Frankfurt del Main, y desde 1806 hasta 1810
trabajó y estudió con el relevante reformador de la
educación
suiza Johann Pestalozzi en Yverdon (Suiza).
La carrera de profesor de Fröbel se
interrumpió de 1813 a 1815 para servir en la Armada
prusiana y trabajar como asistente en el Museo de
Mineralogía de la Universidad de
Berlín.
En 1816 fundó en Griesheim una escuela llamada
Instituto Universal de la Educación Alemana y en 1817 la
trasladó a Kelhau, cerca de Rudolstadt, donde
desarrolló ideas para la educación de los niños
en edad preescolar de
3 a 7 años. Estas ideas culminaron cuando
estableció la primera institución dedicada
exclusivamente a la educación de los niños en
Blankenberg (Turingia), en 1837; para esta escuela
acuñó el término Kindergarten, que significa
'jardín de niños'.
Fröbel es considerado uno de los más grandes
innovadores de la ciencia de
la educación en el siglo XIX. La institución del
jardín de infancia sigue
vigente en todo el mundo, lo que da muestra de la
validez de sus propuestas. Entre los principales escritos de
Fröbel destacan Educación del hombre (1826) y
Juego de la
madre y canciones de la institutriz (1843).
Federico en Gotinga se entregó por completo al
cultivo del estudio y de su espíritu. Defiende la
convivencia entre los hombres pone principal énfasis en la
JUSTICIA, PAZ,
LA VERDAD Y EL BIEN. Sus discípulos fueron : Heinrich
Langethal, Wilhem Middendorf y Andreas Bauer. Era un educador
"doméstico".
En el año de 1826 es relevante para la vida de
Froebel porque aparece su obra capital: La
educación en el Hombre,
aquí contiene los principios de la
teoría
pedagógica. La gran tarea de la educación es la
contemplación de la naturaleza (algo
parecido a Rousseau), del
hombre y Dios, llevando al hombre a conocerse a si mismo, a vivir
en paz con ella y en unión siempre con Dios.
El objetivo en la
educación de Froebel en el hombre es "actividad
juego-trabajo". Desde pequeño puede educarse para el trabajo. La
educación integral del educando se aprecia mediante la
educación moral, los
estudios artísticos, la observación y el estudio de la metafísica, el contacto con los animales, el
estudio de las matemáticas como base fundamental de todo
el
conocimiento. El pensamiento
lúdico de Froebel se destacan condiciones que el juego
debe cumplir:
Debe facilitar al niño el modo de crear y una
expresión satisfactoria en su mundo interior
En el juego queda reflejado el mundo exterior del
comportamiento
del niño
Cada juego debe representar una unidad sin perder su
espontaneidad.
La educación tiene por objeto formal al hombre La
sabiduría es el puente culminante hacia el cual debe
dirigirse todos los esfuerzos del hombre. Es la cúspide
más elevada de su destino.
El niño – hombre, debe ser dirigido hacia
la naturaleza de su ser, así como el libre empleo de sus
posibilidades.
La curiosidad y el conocimiento
infantil es importante en el niño, ya que revuelve en todo
sentido, los objetos y los lleva a su boca para reconocerlos y
distinguirlos.
El niño, el joven sobretodo, debe esforzarse en
ser para cada uno de los grados de su desarrollo lo
que cada grado exige que él sea.
El valor del
trabajo no tiene otro fin que el de asegurar al hombre el pan, el
techo y el vestido.
La infancia es la época en que se debe cultivar
la afición y el amor al
trabajo.
El juego no debe ser mirado como cosa frívola,
sino como algo profundamente significativo.
El destino del niño, miembro de la familia,
consiste en desenvolver y en manifestar por sí mismo el
ser de la familia, las
aptitudes, las Fuerzas que aquella obtiene en su
unión.
Vivimos pues por nuestro hijos, vivamos con ellos y por
ellos, y que ellos vivan con nosotros y por nosotros.
El fin de la educación familiar es que los
ciudadanos paternos y maternos tienen que responder a las
exigencias y necesidades del niño.
El educador es el que da el ejemplo y la palabra y
encamina al adolescente hacia la verdad.
La utilidad de los
viajes y
largos paseos, la vida en el campo, fortifica, realza y ennoblece
su ser
Página siguiente |