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LA BRECHA DIGITAL




Enviado por alvarezr



    1. Sumario
    2. Tecnologías
      primitivas
    3. Profundidad de la brecha
      digital
    4. Nueva economía
      (n-economía)
    5. Economía de la
      información (e-información) y del conocimiento
      (e-conocimiento)
    6. Trabajadores del conocimiento
      (t-conocimiento)
    7. Realidad y
      esperanza
    8. Citas
      bibliográficas

    SUMARIO

    El avance tecnológico que se inició desde
    cuanto el hombre
    actual asumió su humanidad no se detuvo. Las
    transformaciones fueron permanentes y unas se produjeron
    acompasadamente a través de la deriva y, otras, emergieron
    de la contingencia. La brecha digital es producto de la
    evolución natural de la sociedad y la
    tecnología
    y no de la casualidad.

    TECNOLOGÍAS
    PRIMITIVAS

    El lenguaje no es
    un simple carril conductor de mensajes e ideas, es
    fundamentalmente el más fiel testigo de la
    evolución de las sociedades. El
    acervo de términos y expresiones en uso se vinculan con el
    devenir, como si acabaran de nacer o su historia recién
    comenzara e imperceptiblemente se pasa de un concepto a otro
    como a través de un puente. Es el caso del término
    tecnología. Siguiendo la transformación de la
    sociedad, primero, se reconocieron las palabras técnica y
    ciencia, eran
    las más expresivas del avance y la memoria
    colectiva da por sentado que la tecnología sólo
    alcanzó preponderancia en la contemporaneidad.

    Aún cuando se emplea generalizadamente el
    significado es esquivo. Con la intención de allanar el
    camino me adelanto a decir que entiendo por tecnología el
    conjunto de conocimientos aplicables, repetitivos y vendibles que
    va descubriendo el hombre y que
    luego los encauza a transformar, utilizar, aprovechar o explotar
    los recursos.
    Habitualmente se asocia con actividades militares o empresariales
    muy elaboradas; a pesar de eso, también se extiende a
    detalles de la cotidianidad. Por ejemplo, es tecnología la
    manera como interactuamos unos con otros, la forma como se
    construyen las relaciones con los clientes y el
    modo como se distribuyen los productos y
    servicios. Se
    entenderá que tiene una escala que abarca
    desde lo rudimentario hasta los aspectos más
    espinosos.

    Se habla de brecha como si se tratara de una herida
    recién abierta. Lo cierto es que la brecha
    tecnológica la comenzaron a cavar el ferrocarril, las
    máquinas de producción en serie de productos tangibles
    como las de manufactura,
    automotrices, eléctrica, aérea, etc.
    Particularmente, la de las comunicaciones
    en su versión actual la inició el teléfono y la continuaron los satélites,
    la robótica,
    los cohetes y la culminó el computador.

    Sin presentirlo desde cuando el hombre se valió
    de medios
    diferentes de los que estaba dotado para subsistir inició
    el proceso de
    consolidación de la tecnología. Desde entonces ha
    librado una batalla tenaz y las naciones que anticiparon o
    precipitaron el despegue son las mismas que se mantienen
    orientando el progreso de la humanidad y la hegemonía se
    ha perpetuado.

    Las tecnologías que el hombre usó en los
    primeros tiempos -primitivas-ahora se juzgarán
    rudimentarias, burdas; más en su momento impactaron a la
    sociedad de entonces como las modernas desconciertan.

    Si bien en principio las naciones más avanzadas
    han conseguido el progreso siguiendo básicamente las
    mismas etapas, unas las sortearon mejor que otras; no solamente
    por las ventajas que le ofrecían los recursos con que la
    naturaleza las
    había dotado sino también y, principalmente, debido
    a la decisión de los gobiernos y al empuje de sus gentes.
    Sobre esos dos pivotes descansa el progreso de la humanidad. En
    este aspecto, no es necesario acudir a malabarismos forzados ya
    que la historia lo ha demostrado a través de la
    experiencia, las iniciativas definitivas las han emprendido los
    gobiernos; porque, es posible que haya personas aisladas
    interesadas o conscientes de lo que está ocurriendo, pero
    quien cuenta con mayor información y puede mirar desde mejor
    óptica
    son quienes encabezan los gobiernos.

    Esas naciones tomaron la ventaja desde el principio: a
    la brecha digital le abrió camino primero el acelerado
    proceso de desarrollo, le
    siguió la revolución
    industrial y más tarde la tecnológica. Tirando
    del mismo cordel al llegar al borde, al último nodo de la
    red, se converge
    en la brecha digital. Al fin y al cabo -en el fondo- no es sino
    una prolongación de la industrialización aun cuando
    observada detalladamente se trata de una manifestación que
    provocará perturbaciones imprevistas. Luego, el papel de la
    historia se ha limitado a recordar que la brecha digital no es un
    parto
    retardado o una encrucijada a la que se llegó por obra de
    la casualidad, sino, un pasaje obligado del devenir, un retazo
    del collage de la compleja arquitectura de
    la sociedad actual.

    A través del tiempo se ha
    logrado comprobar que los adelantos tecnológicos han
    proporcionado ventajas competitivas a los grupos
    sociales que los impulsaron. La brecha tecnológica
    -como ya quedó establecido- se abrió desde los
    albores de las primeras organizaciones
    humanas concediéndoles prerrogativas que las convirtieron
    en polos de dominio que se
    han distanciado hasta llegar a establecer diferencias
    inalcanzables entre los países que vieron a tiempo la
    dirección en que viajaba el progreso y los
    que no se percataron y hoy aparecen rezagados a la vera del
    camino. La apertura de la brecha se fue profundizando atrofiando
    los mecanismos de reacción temprana y al final creando
    abismos sociales que ahora se constituyen en el principal
    impedimento para reincorporarse, al tiempo que se acentúan
    las diferencias quedando como residuo una actitud que ha
    asumido todas las dimensiones de vicio.

    PROFUNDIDAD DE LA
    BRECHA DIGITAL

    La versión moderna de la brecha
    tecnológica es la brecha digital, expresión que se
    acuño para describir las limitaciones de acceso a las
    nuevas
    tecnologías de la información: telecomunicaciones e informática. La apertura de la brecha
    digital la inició el teléfono análogo, la
    apuntaló el computador y terminaron ahondándola
    internet y la
    revolución
    de las comunicaciones.

    La vía preferencial para tener acceso a la
    autopista digital es el teléfono. A medida que aumente la
    proporción de población colgada a la red
    telefónica se apresurará el tránsito a las
    nuevas tecnologías. La conexión a internet se
    constituirá en el indicador líder
    del progreso. En virtud de esta realidad no es difícil
    admitir que en esta era, en la del conocimiento,
    las diferencias no se establecerán entre ricos y pobres
    sino entre alfabetos -los conectados a la red- y los que no lo
    están, los analfabetas. Internet y el e-business son
    las herramientas
    más poderosas de esta nueva ola que controvierte las
    convenciones tradicionales.

    El nexo entre la brecha tecnológica y digital con
    el desarrollo
    económico de las naciones es evidente. Las que
    impulsen estos proyectos -tal
    como ya ocurrió- serán las que estarán
    labrando mejor futuro. Y, ratificando la regla, aquí
    también son las naciones más desarrolladas las que
    están canalizando mayores recursos y esfuerzos para montar
    la infraestructura. Contrariamente, en las de retaguardia surgen
    obstáculos de toda naturaleza que impiden ver la luz en el fondo
    del túnel. Se reincide, porque el fenómeno se
    realimenta a sí mismo, se vuelve pernicioso y traba el
    sistema.

    La revista The
    Economist
    con la IBM acaban de publicar el estudio "The
    2002 e-readiness rankings
    " en el que aparecen clasificadas
    las 60 economías más poderosas del mundo,
    contribuyen con el 95% del PIB mundial, y
    la relación convida a presagiar lo que sobrevendrá.
    Para confeccionar la lista se tomaron en cuenta estos referentes:
    conectividad e infraestructura, clima
    empresarial, actitud de las empresas y los
    consumidores, marco legal y político, rasgos sociales y
    culturales y soporte a los servicios electrónicos. Tomo de
    la relación los casos que reflejan más
    nítidamente lo que he venido
    sosteniendo.1

    Clasificación

    2002

    2001

    País

    Puntuación

    (sobre 10)

    1

    1

    Estados
    Unidos

    8,41

    2

    10

    Holanda

    8,40

    3

    3

    Reino Unido

    8,38

    4

    11

    Suiza

    8,32

    11

    7

    Singapur

    8,17

    13

    13

    Hong Kong

    8,13

    18

    20

    Nueva
    Zelanda

    7,67

    20

    16

    Taiwán

    7,26

    21

    21

    Corea

    7,11

    22

    24

    España

    7,07

    25

    18

    Japón

    6,86

    Fuente: Economist Intelligence
    Unit.

    Guillermo Perry, ex ministro de hacienda y Jefe para la
    región de América
    Latina y el Caribe del Banco Mundial,
    (El Tiempo, 25-10-02; p. 1-19), anota que la
    mayoría de los países latinoamericanos acusan
    brechas grandes y crecientes en materia de
    educación,
    tecnología e ingresos.
    Mientras en América
    Latina, en la segunda mitad del siglo XX, el ingreso se duplico,
    en los industrializados se triplicó y se multiplicó
    por cuatro en los "tigres asiáticos". Estos países
    tenían niveles educativos similares a los nuestros en 1960
    y hoy el estudiante promedio termina secundaria (mientras que en
    América Latina solo lo consigue un 53 por ciento) y el
    trabajador promedio tiene dos años más de
    educación.

    La relación y los resultados del estudio del
    Banco Mundial
    son suficientemente elocuentes. Antes resalté los pilares
    del progreso: la actitud de los gobiernos y la gente. Ahora
    corroboro la afirmación, dos condiciones son necesarias
    para tener acceso a las nuevas tecnologías: ingresos
    decentes y educación. Aparentemente las dos variables
    residen en la gente, con todo, tras el telón de fondo
    aparece la sombra invisible del Estado,
    principalmente, en estos países mal llamados en vía
    de desarrollo. Tanto el impacto de los ingresos como los de
    la
    educación puede atenuarlos el Estado
    impulsando frontalmente programas de
    penetración de las redes telefónicas y
    la infraestructura que demandan las nuevas
    tecnologías.

    En el mismo estudio del Banco Mundial a que hice
    alusión se insiste que los países latinoamericanos
    requieren mayor competencia en el
    sector de telecomunicaciones y un impulso más decidido y
    coherente para el desarrollo de la informática.

    NUEVA ECONOMÍA
    ( e-conomía) o ECONOMIA DIGITAL
    (e-digital)

    El mundo en que vivimos se nos escapa como el agua entre
    las manos. Y tratando de conseguir una nueva explicación
    al acontecer cotidiano nos hundimos en mayor confusión. En
    medio del aturdimiento el interés se
    acrecienta, sencillamente, porque muchos de los pronósticos que hasta hace poco se
    catalogaban cercanos a lo imposible, ya son una palpitante
    realidad.

    Ya se ha evidenciado con claridad -y esto no es un
    invento del siglo XXI- que el cambio no es
    predecible, no siempre lo que sucedió antes determina lo
    que sucederá; algunas tendencias van evolucionando
    acompasadamente al tiempo que, otras, emergen inesperadamente,
    sin presentirse, y reorientan abruptamente la dirección
    del acontecer y la realidad, lo mismo que el sentido en que se
    interpretaban.

    La civilización avanza a grandes zancadas
    empujada por el avance tecnológico y en algunos aspectos
    ha sobrepasado los límites de
    la ficción. En su apresurada carrera va forjando un mundo
    nuevo con argumentos rejuvenecidos que alteran la vida política,
    económica y social hasta ahora compartida. Los contrastes
    sorprenden. En la era agrícola descollaron el arado y la
    mula; a la industrial la impulsaron el acero, los
    motores, el
    combustible, los caminos, las autopistas, las redes
    eléctricas, la producción en serie; con todas estas
    manifestaciones estamos familiarizados. Luciendo atuendos
    atractivos y desconocidos la (n-economía) será tan
    diferente de la actual como ésta lo fue del taller
    artesanal de la época feudal, y serán la
    información, el
    conocimiento, la red, el silicio, los microprocesadores, la sintética, la fibra
    de vidrio y la
    biotecnología los artífices del
    progreso.

    Vivimos la era de la inteligencia
    interconectada en red. El impacto de este nuevo medio de comunicación superará con creces al
    que produjeron las revoluciones provocadas por la imprenta, el
    teléfono, la
    televisión y el computador. Ahora, la multimedia
    interactiva y la denominada autopista de la información
    con su característica más insinuante
    -internet- como por ensalmo, por arte de magia,
    han alterado dramáticamente el ya complejo acontecer
    diario. Todos también, curiosamente, asociados con el
    conocimiento y la información.

    La economía de la era de la inteligencia en red
    es una economía digital expresada mediante unos y ceros
    que a su vez se pueden representar en un computador como la
    presencia o ausencia de una señal eléctrica. A
    medida que la información pasa de análoga a
    digital, los elementos físicos tradicionales se convierten
    en virtuales, cambiando sin previa prescripción
    médica el metabolismo
    del sistema económico. En la economía agonizante el
    flujo de información es físico: dinero,
    cheques,
    facturas, documentos,
    fotocopias, etc. En la digital todo se reduce a bits almacenados
    en computadores, desplazándose a través de las
    redes a la velocidad de
    la luz.

    Una pregunta puede aletear en el ambiente:
    ¿Y eso que tiene que ver conmigo? La n-economía
    como la actual extiende sus tentáculos a todo el quehacer
    humano y lo hace por igual cuando se trata del pobre o del rico,
    la mujer o el
    hombre, el negro o el blanco, el israelí o
    el palestino y no se detiene a establecer diferencias, excluir o
    estigmatizar. Se trata, sin rodeos, de una nueva forma de
    desarrollar las actividades. Mientras la economía en que
    hemos crecido permite apreciar en vivo todas las transacciones,
    la nueva -bajo el prodigio de la virtualidad- exhibe una
    arquitectura diferente: será fundamentalmente invisible.
    Ahora los seres humanos pueden, a través de las redes,
    intercambiar información, conocimiento y creatividad
    generando cambios sin precedentes en la creación de
    riqueza y desarrollo
    social.

    La n-economía ya ha dejado entrever sin pudor -a
    través de sus ligeros atavíos- la sugestiva silueta
    con que la premió la nueva tecnología y sugiere la
    forma como se desenvolverán los negocios. Como
    la materia prima
    que circula por la red y la sabia que la nutre es la
    información y no productos físicos, asume como
    propios sus atributos.

    ECONOMÍA DE
    LA INFORMACIÓN (e-información) Y DEL CONOCIMIENTO
    (e-conocimiento)

    El itinerario de la sociedad del conocimiento en que
    estamos embarcados lo definirán: la información y
    el conocimiento, es así como se podrá hablar de la
    economía de la información (e-información) y
    de la economía del conocimiento (e-conocimiento). Umberto
    Eco recuerda la sugerencia de McLuhan, "la información ha
    dejado de ser un instrumento para producir bienes
    económicos, para convertirse en el principal de los
    bienes".3 En otro documento estableceré las
    diferencias que es posible identificar entre datos,
    información y conocimiento.

    Para evadir complicaciones hablaré en
    términos generales de información. La lógica
    de la información regirá la e-información y
    la e-conocimiento. Por el momento sólo enfocaré las
    incidencias de la información. Las connotaciones
    más significativas son: 1. No es consumible o, más
    precisamente, como bien no se extingue con el uso; 2. Tiene el
    don de la ubicuidad, expresado de manera diferente, no es
    transferible, quien la suministra no se deshace de ella, la sigue
    poseyendo y puede estar al mismo tiempo en todas partes; 3. Es
    indivisible, no se puede fragmentar, sólo puede utilizarse
    como conjunto; 4. Es acumulativa, cada gota de información
    posibilita conseguir más información. 5. El
    valor de la
    información no es proporcional a su extensión,
    volumen o
    cantidad, más bien se determina por la calidad, la
    pertinencia y el momento en que se requiere; la utilidad no
    está siempre e incondicionalmente relacionada con el
    tiempo. 6. Ha permitido que el tiempo y el espacio resulten, en
    sí mismos, irrelevantes; 7. Como bien es producido en el
    mercado donde
    circulan ideas, innovación y conocimientos; 8. Puede ser
    empleada al tiempo por uno para varios usuarios o de varios para
    uno; 9. No pertenece a ninguna industria ni
    tampoco a ningún negocio en particular; 10. La
    información -como anota Peter Drucker- se distingue
    radicalmente de los demás productos básicos porque
    no encaja en el teorema de la escasez; por el contrario, se
    sitúa en el marco de la abundancia; dimensión que
    obliga a revisar radicalmente la teoría
    económica fundamental. Estos atributos no han sido
    descubiertos ahora, los ha tenido desde siempre, desde los
    sumerios.

    Hasta hace poco no se había logrado establecer la
    diferencia entre la vieja y la n-economía, pero a
    raíz del fracaso de las empresas punto.com se ha
    caído en cuenta que: primero, el cambio ha cambiado, ha
    dejado de ser continuo para tornarse inesperado y se produce
    más rápidamente; segundo, se ha evidenciado otra
    característica muy peculiar de la n-economía que ya
    Bill Gates -en
    su libro Camino
    al futuro- había bautizado como "capitalismo
    sin fricción", c-s/fricción.

    En el argot económico el concepto de
    fricción es distinto al que domésticamente se le
    otorga, significa: "Influencia que impide el pleno o
    rápido funcionamiento de las «leyes»
    económicas. …En la práctica la ignorancia de
    las oportunidades y los obstáculos a su libre movimiento,
    como p. e., un mercado ineficiente de la vivienda o las
    restricciones sindicales, producirán la fricción
    que restringe y amortigua el ajuste a las nuevas y cambiantes
    condiciones".2

    En el lenguaje de
    los hombres de este mundo la fricción está
    conformada por el conjunto de circunstancias que frenan,
    obstaculizan, impiden o distorsionan el libre juego de las
    leyes de oferta y demanda.
    Los roces se van generando en el tránsito del productor al
    consumidor. Los
    negocios electrónicos implican la "reditización" de
    la cadena de valores. Se
    habla en estos términos cuando los pasos de la
    transacción se encajan en un proceso que se inicia en la
    concepción del producto, pasa por la creación,
    producción y distribución hasta llegar al
    consumidor.

    En la práctica este enfoque provocaría la
    desaparición de los intermediarios. El dilema surge porque
    en la mayoría de las empresas, puntualmente, en las de
    servicios financieros la ignorancia del cliente -derivada
    de la falta de información- ha sido fuente de utilidades.
    Cuando todos los procesos
    funcionen reditizados se vivirá en un mundo plano, en
    donde desaparecerían las diferencias de todo género. En
    el artículo que titule La eficiencia del
    mercado: una utopía, aborde el tema de la asimetría
    de la información, por lo mismo, ahora no
    insisto.

    Por el perfil que deja traslucir la n-economía se
    inspirará principalmente en el conocimiento y, por lo
    tanto, dirigida por los trabajadores del conocimiento:
    profesionales y técnicos y por los consumidores del
    conocimiento. Su fuerza y
    latido se encontrará en el cerebro y no en
    el músculo. Esta premisa es de suyo amenazante. Solamente
    encontrarán un futuro despejado quienes se esmeren por
    mantenerse permanentemente informados y de pulir sus
    conocimientos y se embarquen para toda la vida en el tren del
    aprendizaje
    continuo. Es un reto que tienta y atiza una hoguera de
    expectativas delirantes.

    El panorama descrito es nítido: sólo
    tendrán participación activa en la e-conocimiento
    -en la n-economía- y por tanto medios de subsistencia
    apropiados, quienes estén dispuestos a navegar en un viaje
    sin regreso en la era digital, quienes cuenten con las
    posibilidades de hacerse a un computador o tener acceso a
    él y, luego, desarrollen las habilidades mínimas
    para explotar su potencialidad sin límites.

    Con el objetivo de
    realizar una medición de la Sociedad de la
    Información, la Asociación Española de
    Empresas de Tecnologías de la Información (SEDISI),
    propone utilizar 39 indicadores
    distintos de la Nueva Economía. El informe
    "Métrica de la Sociedad de la Información, Datos
    1999-2000" agrupa los indicadores en cinco grandes apartados: la
    propia industria TIC, la infraestructura disponible, el
    equipamiento de terminales de acceso de todo tipo, la
    penetración de los servicios más habituales, su
    utilización real y otros diversos aspectos sobre
    penetración empresarial y social.4

    ¿Cómo está Colombia en estos
    aspectos? Sobre el particular las cifras son escuetas e
    inconsistentes, no son creíbles; con todo se mencionan
    para tratar de dibujar la silueta de su evolución. Hace
    poco (El Tiempo – Caribe, 05-07-02, p. 1-12) un
    grupo de
    inversionistas de Barranquilla y Cartagena crearon a EnRed, y en
    esa oportunidad se dijo que la cobertura de Internet en
    Barranquilla llegaba apenas a un 2 por ciento con respecto al
    resto del país y un 1 por ciento en Cartagena.
    Bogotá y Medellín, tenían una
    penetración de equipos del orden del 52 y 27 por ciento,
    respectivamente. La Cámara Colombiana de
    Informática y Telecomunicaciones (El Tiempo,
    21-10-02, p. 3-12) dio a conocer una encuesta
    realizada entre 663.253 "usuarios del ciberespacio" que
    arrojó estos resultados, expresados en porcentaje:
    Bogotá, 54,21; Cali, 16,05; Medellín, 15,8;
    Barranquilla, 12,08 y Pereira, 1,86. Como se puede advertir los
    datos no dan pié para analizarlos desde ningún
    punto de vista. No percibo que haya alguna política seria
    cuando los inversionistas del sector y la entidad encargada de
    promocionarlo no manejan sus estadísticas. Estas señales solo
    sirven para percatarnos en qué dirección se tiene
    enrumbado el futuro.

    Una inquietud aguijonea y gira alrededor de la pregunta:
    ¿Quiénes tienen o tendrán acceso a esta
    n-economía? Ya se enumeraron las cualidades que deben
    tener, la pregunta persigue identificarlos.

    TRABAJADORES DEL
    CONOCIMIENTO (t-conocimiento)

    Tratando de abarcar en una sola frase el panorama
    descrito, subrayo que la sociedad del conocimiento,
    s-conocimiento, está bajo el yugo de la n-economía
    en donde la e-información y la e-conocimiento son los
    motores que la impulsan maniobrados por los
    t-conocimiento.

    Las angustias que antes se padecían por falta de
    información ahora se ahogan en medio de la cascada que se
    ha venido encima, a la par, nuevas exigencias aparecen o
    adquieren renovada importancia. La e-conocimiento espera de los
    t-conocimiento niveles cada vez más comprometedores de:
    educación, habilidades en informática, pensamiento
    crítico, análisis de la información y
    capacidad de síntesis.
    Simultáneamente se ha aumentado en razón
    exponencial la complejidad del ambiente laboral cambiando
    la forma de: pensar, trabajar y aprender. No hay forma de
    establecer en cuál de esos campos la escisión es
    más profunda. Tal vez el efecto se perciba más
    contundentemente en la forma de pensar, de concebir el mundo;
    porque sobre este estrado se levantará la nueva estructura.

    Siguiendo este carril, estimo, que el esfuerzo
    más exigente se necesitará para soltar las amarras
    que lo aprisionan al pasado, borrar los paradigmas que
    sirvieron de eje articulador y, al tiempo, concebir el mundo en
    forma diferente, renunciando a la linealidad y consintiendo que
    los opuestos jueguen y se confundan. Flexibilidad, tolerancia,
    compromiso, son los nuevos meridianos.

    El segundo escalón lleva a reconsiderar los
    modelos de
    trabajo. El t-conocimiento tiene que desplazarse pensando al
    unísono en varios frentes: asumir el trabajo
    como un proyecto de vida
    en donde él mismo será su propio gerente,
    desaparecerán los jefes; él será su propio
    jefe. Los sistemas de
    contratación también se han rectificado
    radicalmente. Desaparecerán del entorno laboral los
    contratos a
    término indefinido y los reemplazarán el outsourcing o los
    contratos a término fijo; la vinculación
    será por horas. Será un trabajador itinerante, el
    área física de trabajo no
    será preestablecida y, por supuesto, estará fuera
    de las tradicionales "oficinas"o trabajará desde la casa,
    en otros casos; el salario
    será integral y él mismo definirá la
    cuantía.

    Otros requerimientos no provocan tanto sorpresa como
    perplejidad. El trabajo que ha sido ancestralmente considerado
    como manual; en los
    nuevos tiempos su naturaleza es básicamente
    conversacional; el lenguaje es el instrumento y las
    organizaciones y los hombres se entienden como redes de
    conversaciones: nuevos atajos habrá que tender para
    sobrellevar estos desafíos que acosarán la vida
    laboral.5

    El tercer escalón toca a las formas de aprender.
    La tecnología que revolucionó los negocios
    también reconfiguró los modelos de aprendizaje. El
    lugar de aprendizaje conquisto una dimensión desconocida:
    el don de la ubicuidad. Sobre los empresarios se cernirá
    una gran pregunta: ¿usted estimula el aprendizaje o
    la capacitación a fin de generar el cambio, o,
    se limita a permitir que ocurra? La visión indica que el
    aprendizaje es una estrategia para
    alcanzar competitividad. Desde este perfil, los recursos
    humanos no se capacitarán como alternativa para
    estimularlos sino como una estrategia para garantizar la
    supervivencia de la empresa en el
    mercado.

    El aprendizaje electrónico -el e-Learning es una
    de las novedades más impresionantes de la virtualidad.
    Está en pleno desarrollo en los centro de formación
    y a no dudarlo contribuirá poderosamente a definir el
    futuro de los modelos de enseñanza. No sustituirá totalmente
    el sistema tradicional, más bien lo complementará
    dadas sus cualidades: facilidad de acceso, permite la
    difusión de contenidos actualizados, dinámicos y
    personalizados, propicia mejores experiencias de aprendizaje,
    fomenta la colaboración con pares y expertos, está
    disponible para todos en cualquier momento y lugar; genera
    ahorro
    sustancial, permite acceder just-in-time a información
    oportuna, garantiza mayor retención del contenido;
    propicia la colaboración y comunicación entre los
    participantes y la capacitación es menos intimidatoria que
    la dirigida por un instructor. Lo que alcanzo a visualizar es que
    de cada modelo se
    privilegiará lo mejor.

    De todo este rosario de expectativas la amenaza
    más seria para los trabajadores del conocimiento no es
    precisamente el e-Learning, sino el mar de información que
    la red ha puesto al alcance de cualquier persona. Ante
    semejante avalancha, es necesario estar dispuesto a enfrentar
    provocaciones no previstas que invadirán espacios hasta
    entonces vedados. En internet encuentra información sobre
    lo divino y lo humano, lo que antes costaba muchos dolores de
    cabeza ahora lo consigue en un santiamén: pulsa clic y
    basta. Acceder a internet significa vivir experiencias y, con el
    tiempo, paulatinamente, y sin ayuda, el navegante se va
    familiarizando con el sistema y llegará a contar con
    información privilegiada, y, quien cuenta con
    información tiene poder.

    En los nuevos tiempos del cólera -10 años
    atrás-, por ejemplo, un docente se desempeñaba
    solitario en el manejo del conocimiento que impartía. Se
    podía dar por seguro que los
    estudiantes no tenían acceso a los libros por su
    costo; por esta y
    otras razones de índole diferente, era muy difícil
    que un alumno consultará o propusiera temas que estuvieran
    fuera de su alcance. Hoy la situación es totalmente
    distinta, la vía está disponible para encontrar los
    temas más difíciles o controvertidos. Los docentes
    y todos los trabajadores del conocimiento están corriendo
    el mismo riesgo.

    Naturalmente, se conectarán a la red los que por
    la naturaleza de su trabajo tengan que hacerlo y, por cierto, se
    convertirá en una fortaleza. No correrán la misma
    suerte quienes no estén trabajando o sus medios
    -especialmente los económicos- le nieguen esa posibilidad.
    Y este es el aspecto que más desasosiega porque
    contribuirá soterradamente a profundizar la brecha,
    será al igual que la presión
    arterial el enemigo silencioso, agazapado.

    REALIDAD Y
    ESPERANZA

    Los argumentos precedentes inducen ratificar que desde
    siempre ha persistido la intención, y recurrentemente se
    renueva la esperanza, de superar la aberrante pobreza que
    recorre el mundo avergonzando a todos los humanos sin distingos.
    Los esfuerzos por reducir los estragos que genera se multiplican
    sin cesar y contrariando la sabiduría convencional, en vez
    de aplacarse embiste con más furia. Todo parece indicar
    que se incrementa inversamente proporcional a la magnitud de los
    esfuerzos que se despliegan para atenuarla. Y la paradoja no
    parece conseguir un talismán que logre al menos
    intimidarla o apaciguarla.

    Si bien el hombre ha logrado avances sin parangón
    en su lucha contra las enfermedades incurables que
    diezmaban a los pueblos, las que se han librado y emprendido
    contra la pobreza han
    sido inútiles y basta tan solo un instante de
    reflexión para apreciar más claramente cómo
    todos los experimentos se
    sumergen en una retórica inocua equivalente a intentar
    llenar un saco sin fondo. A pesar de lo que sostienen los
    jerarcas de la informática, paradójicamente,
    internet también contribuirá a echarle leña
    a la hoguera.

    CITAS
    BIBLIOGRÁFICAS

    1GARCÍA, Jacinto. Un análisis
    de la penetración de las TI en las economías
    mundiales. Boletín, 26-09-02; http://www.n-economia.com.

    2SELDON, Arthur y PENNANCE, F. G. Diccionario de
    economía. Barcelona, Hyspamérica, 1983. p.
    266.

    3ECO, Umberto. Para una guerrilla
    semiológica.
    www.nombrefalso.com
    .

    4PULIDO, A Métrica de la sociedad de
    la información: los 39 indicadores propuestos por SEDISI.
    Boletín, 26-09-02; http://www.n-economia.com.

    5NEWFIELD CONSULTING. ¿Qué es
    coaching?
    www.coachingempresarial.com
    .

    *JESÚS ALVAREZ RODRÍGUEZ.
    Ingeniero Industrial. Universidad
    Industrial de Santander. Postgrado en Elaboración y
    Evaluación
    de Proyectos de Desarrollo Económico. Convenio
    OEA-Universidad de
    Cartagena-Atlántico-CETREDE. (Brasil).
    Máster en Administración de Empresas. Convenio
    OEA-INSORA. (Universidad de Chile).
    Especialista en Teoría, Métodos y
    Técnicas de Investigación
    Social. Convenio Universidad de Cartagena-ICFES, 2001. Ex
    profesor de pre y postgrado de la Facultad de Ciencias
    Económicas de la Universidad de Cartagena. Instructor SENA
    en el Área de Recursos Humanos.

     

     

     

    JESÚS ALVAREZ RODRÍGUEZ

    www.jalvarezr.com

     

     

     

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