Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La guerra de las ondas




Enviado por afdez81



Partes: 1, 2

    1. El dial nazi
    2. El dial de la
      B.B.C.
    3. Bibliografía

    Introducción

    Era el año de 1939. En el suelo terrestre,
    en los mares y en las capas de la atmósfera más
    próximas a la corteza se libraba la parte ruidosa de la II
    Guerra
    Mundial, la de los bombardeos, la de las batallas
    aéreas y terrestres y los ataques navales. Mucho
    más alto que el alcance de los aviones, allá donde
    las luces de los bombardeos se verían acaso como diminutos
    fogonazos producidos por cerillas, otra batalla, no tan ruidosa
    ni tan espectacular, se llevaba a cabo permanentemente. Las
    ondas de radio alemanas e
    inglesas, y también las de otras nacionalidades, rebotaban
    sin cesar en la ionosfera, difundiendo por onda corta su
    versión de los hechos que en ese momento interesaban al
    mundo.

    Estas ondas, al descender a la superficie de la tierra, se
    enredaban en las antenas de los
    muchos aparatos de radio que por ese entonces ya había en
    el planeta, haciéndoles contar las noticias que segundos
    antes los locutores habían pronunciado ante los
    micrófonos, con esa inmediatez tan propia de la radio.
    Entonces, en esos momentos, los oídos de la judía
    Anna Frank, los del columnista colombiano Enrique Santos Montejo,
    Calibán, los de los miles de habitantes del París
    ocupado por los alemanes y muchos otros se ponían en
    alerta, y sus cuerpos cesaban cualquier otra actividad, como bien
    lo narró Anna Frank en su diario al escribir, en un relato
    de la rutina del refugio en el que se ocultaba con su familia de los
    alemanes, lo siguiente: "La una. Nos reunimos alrededor de la
    radio para escuchar la B.B.C. Es el único momento de
    silencio entre los refugiados". También en el libro
    "¿Arde París?", de los periodistas Larry Collins y
    Dominique Lapierre, es posible leer sobre los habitantes de
    París que "durante la media hora que duraba el suministro
    de electricidad, con
    la oreja pegada a los aparatos de radio, trataban de oír,
    a través de las interferencias alemanas, las prohibidas
    noticias de la B.B.C. de Londres". Se entregaban a una escucha
    activa, que "es la propia de los oyentes interesados en un
    espacio o espacios determinados, manteniendo la atención en sus contenidos de modo
    voluntario y consciente". Las razones de esta escucha tan atenta
    fueron enunciadas por Joseph Goebbels, el hombre
    detrás de la propaganda
    nazi, cuando escribe que "en los periodos agitados hay que saciar
    siempre la sed de noticias, de una manera u otra".

    EL DIAL
    NAZI

    Viniendo de Goebbels, el propagandista nazi, esa manera
    no puede ser otra que la propaganda. Él mismo llegó
    a afirmar que "las noticias son un arma de guerra. Su
    propósito es alimentar la guerra y no brindar información". Es bien cierto que al dar
    noticias es imposible conservar lo que tradicionalmente se
    entiende por imparcialidad y objetividad, porque su sola
    jerarquización, el tono empleado por el locutor al leerlas
    y los filtros ideológicos del medio, por solo mencionar
    algunos aspectos, condicionan la manera en que éstas son
    asimiladas por el perceptor. Sin embargo, si se pasa de "la pura
    exposición de los hechos y de la
    identificación de ideas y puntos de vista… a la
    tergiversación o a presentar determinadas opiniones como
    únicas posturas válidas" y si estas noticias son
    una "tentativa para ejercer influencia en la opinión y en
    la conducta de la
    sociedad, de
    manera que las personas adopten una opinión y una conducta
    determinadas", nos hallamos ante un caso de
    propaganda.

    Ahora bien, si la idea es llegar a un gran número
    de personas y modificar su opinión acerca de algo, nada
    como los medios
    masivos, y en este caso específico la radio, porque "el
    mismo mensaje que, manifestado por método
    directo persona a persona
    está sometido al filtro de la crítica del receptor
    respecto al emisor, manifestado a través de un medio de
    comunicación colectivo cobra un valor de
    aceptación notorio". "Está comprobado que la voz
    humana confiere a la argumentación vida y presencia, de
    las que carece un texto impreso,
    y la refuerza notablemente". De hecho, el mismo Hitler
    comprendía el poder de la
    radio, ya que sobre ella escribió, en Mein Kampf, que "es
    un arma terrible en manos de quien sepa hacer uso de
    ella".

    Los objetivos de
    las emisoras nazi

    Ese "arma terrible" de las ondas, en manos de los nazi,
    disparaba todo tipo de información, dirigida, a pesar de
    su masividad, a públicos selectivos, con lo que se
    sintonizaba con los receptores, que es una de las reglas
    básicas de una campaña de propaganda según
    Young Kimball. No olvidemos que, según la Unesco, para
    1941 la radio alemana emitía en 31 idiomas, lo que le daba
    la capacidad de llegar a varios países. Con estas
    emisiones los nazi buscaban dedicarse a la guerra
    psicológica, entendida como un intento de "modificar la
    relación de las fuerzas en provecho propio, no mediante el
    uso exclusivo de armas, sino
    ejerciendo una influencia en las mentes".

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter