"Integrando la región con equidad de género,
las mujeres frente a los Tratados de
Libre
Comercio".
"abordar el significado de la
globalización para las mujeres exige una mirada que no
sólo tenga en cuenta la esfera pública, el mercado, sino
también la esfera privada, los cuidados
personales."
La propuesta de firmar un Tratado de Libre
Comercio (TLC) con
Estados
Unidos, responde al objetivo de
ampliar el mercado de este país hacia nuestra
región, con lo cual se hace realidad una producción continua de mercancías
(reproducción ampliada) que permita paliar
las crisis del
ciclo económico mundial, la recesión o
desaceleración económica. Los TLC que nos ha
propuesto EUA responden básicamente a sus necesidades en
la actual recesión mundial.
Los procesos de
negociación de tratados de libre comercio, con
sus beneficios y costes implican la existencia de ganadores y
perdedores, de forma que en cada caso debería estudiarse
el resultado final. En ese sentido es necesario determinar que
sectores económicos, zonas geográficas, clases y
sociales, etc. saldrán perjudicados de los efectos
derivados de dicho acuerdo, lo cual demandará una
articulación de políticas
(regionales, sectoriales y sociales) que permitan redistribuir de
forma equitativa los beneficios y costes. Para ello se requiere
alcanzar un alto grado de participación y
concientización de los agentes económicos para
unificar medidas de política
económica.
En la definición de medidas de política
económica, hay que distinguir entre políticas
microeconómicas y políticas macroeconómicas,
tanto por su contenido como por sus efectos. En las medidas de
políticas microeconómicas se debe tomar en cuenta
que a escala
microeconómica las mujeres somos las más
desfavorecidas, por las condiciones económicas y sociales
que no son las mismas para hombres y mujeres en cuanto al acceso
a los recursos
públicos o privados, a tierra,
capital,
crédito, educación, salud, sueldos, precariedad
laboral, entre
otros. Y de acuerdo a esta realidad enmarcar la estrategia de
competencia,
especialización, de transporte, de
calidades, de integración de mercados, etc. y
en las medidas de política macroeconómicas se debe
considerar desde la perspectiva de género la
interdependencia económica doméstica y entre
países, así como la Equidad, la distribución del Ingreso, el desarrollo y
el crecimiento
económico, la política
fiscal, entre otros.
Los países subdesarrollados presentan dependencia
en el plano comercial, financiero, productivo y
tecnológico. Y de entrar en este momento a la firma de un
TLC con Estados Unidos, con el mismo esquema de los que ya
conocemos con México y
el TLC de México con Honduras, Guatemala y El
Salvador, la región tendrá una posición
desventajosa en todos los aspectos. La aplicación de los
principios de
los TLC no permiten la superación de esa estructura
dependiente, por lo siguiente:
- La exigencia de igualdad de
trato entre los países centrales y periféricos no puede derivar más
que en una acentuación de sus diferencias estructurales.
Es algo parecido al trato igualitario entre hombres y mujeres,
trato igual a agentes desiguales, sólo genera mayor
desigualdad. Trato igual a multinacionales y a grandes o micro
y pequeña empresas
salvadoreñas sólo genera la quiebra de
estas últimas. - La atención preferente del TLC se orienta
básicamente a la producción de bienes
industriales, quedando al margen del comercio
internacional una serie de productos
primarios de los que dependen en gran medida los países
periféricos. - Libre comercio en la práctica equivale a un
cúmulo de libertades y posibilidades para las
multinacionales (bancos,
seguros,
etc. ). - No se incluye cláusulas laborales.
- No se incluyen cláusulas
ambientales. - Los TLC presuponen que previamente se han concluido
los procesos de privatización, desregulación, y
reducción del rol del Estado.
Un ejemplo es el TLCAN, el
cual entre otras cosas establece:
- Contenidos del TLCAN:
OBJETIVOS.
PARTES GENERALES
COMERCIO DE BIENES
BARRERAS TÉCNICAS
AL COMERCIO
COMPRAS AL SECTOR PUBLCO
INVERSIÓN SERVICIOS Y
ASUNTOS RELACIONADOS
PROPIEDAD INTELECTUAL
DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS INSTITUCIONALES
OTRAS DISPOSICIONES En el apartado referido al comercio
de bienes, con relación a la exportación e importación de textiles y vestidos
establece: Anexo 300 TLCAN. SECCION IV. La parte importadora
puede subir aranceles o
restringir importaciones si
le afecta sus variables
macroeconómicas. Es decir que la parte importadora de
textiles y vestido (léase Estados Unidos o Canadá)
si pueden poner restricciones si esto les afecta el empleo, los
precios, u
otras variables macroeconómicas.
Con relación a los requisitos de desempeño de las empresas que inviertan en
otro país (léase las multinacionales) establece lo
siguiente: ART.1106.CAP.XI INVERSIÓN. REQUISITOS DE DESEMPEÑO.
Que a pesar de no estar obligados a cumplir requisitos de
desempeño, no se les prohibe, si ellos lo tienen a bien,
realizar alguna capacitación laboral, transferencia
tecnológica o incorporación de contenido nacional a
sus productos.
Como cláusula ambiental este Tratado contiene lo
siguiente: 114. ART. SOBR MEDIO
AMBIENTE: no se debería estimular a que se dañe
la salud humana o el medio ambiente, si
alguna de las partes presume que eso esta ocurriendo, las partes
deben hablarlo y aclararlo.
En lo referente a la solución de controversias,
es bastante obvio que cualquier controversia finalmente
sería resuelta a favor de los demandados, ya que estos
contarían con los mejores expertos, y en todo caso es
mínima la posibilidad de presentar una demanda que,
de acuerdo al tratado, se considere válida.
Este tratado no incluye un tratamiento al problema
migratorio.
Este tratado no tiene ninguna consideración de
los problemas o
implicaciones sociales derivadas de su
aplicación.
Con la estructura misma del documento podemos ver
claramente que no se debe confundir un TLC con un plan de
desarrollo. Adicionalmente queda claro que no es que contenga
nichos para nosotros, sino que debemos trabajar para abrir
nuestros espacios, o nichos.
Los tratados de libre comercio son una herramienta de
la política comercial de los países, la
política comercial es parte fundamental de la
política económica la cual en teoría debe estar sustentada en un
análisis objetivo de la economía del
país y en una idea, diseño o modelo del
tipo de país y del tipo de desarrollo
económico que se busca. En Centro América se pone como objetivo liberalizar
el comercio, insertarse en la economía mundial y no
aparece por ningún lado como estos objetivos
contribuyen a alcanzar un desarrollo
humano, equitativo y sostenible. Y mucho menos aparecen
respuestas a la necesidad de erradicar la discriminación hacia las mujeres. Con
estos tratados se busca generar un impacto en la propia
realidad económica, el supuesto que proponen los
promotores de estos tratados es que con su firma y
aplicación la región entrará a disfrutar
de la posibilidad de vender al inmenso mercado norteamericano,
lo cual generaría ingresos a
nuestro país, estimularía el empleo, la
producción y sería una alternativa para superar
el subdesarrollo. Sin embargo, si los TLC siguen la
ruta que hasta hoy han traído, lo que sucederá es
que se incrementará la desigualdad entre países y
la desigualdad dentro de cada país. Más si
tomamos en cuenta que nuestros países son
agroexportadores, se nos exige suprimir subsidios, mientras
Estados Unidos incluso ha incrementado recientemente los
subsidios a sus productos agropecuarios a fin de poder
competir con precios bajos frente a nuestros productos
similares, esto ya ha traído graves consecuencias a
nuestros países.En el proceso
económico, de producción, distribución,
comercialización y consumo de
bienes y servicios, intervienen diferentes actores en cada una
de sus fases. Y es en todas estas fases que tendremos ganadores
y perdedores, por lo que una demanda básica para
discutir contenido, reglamentaciones, y tiempos de
ejecución de un tratado de libre comercio, sería
que estos actores sean realmente tomados en cuenta.
En el caso de las mujeres, que en la región
somos más de la mitad de la población, y que somos el sector laboral
que ha sido incorporado a la industria
maquilera, es obvio que, de no implementar algunas
políticas en el ámbito regional, nos veremos
seriamente afectadas. En principio podemos anticipar algunos
resultados: el incremento de la pobreza y el
desempleo,
hará incrementarse la carga doméstica que ya
tenemos. La oferta
laboral femenina continuará siendo la maquila, que si
bien genera empleo, también nos vuelve trabajadoras
descartables en todo sentido. Los TLC implicarán la
continuación de las medidas de desregulación de
la economía lo que ya nos ha hecho perder una serie de
conquistas y aleja la posibilidad de las conquistas de
género propiamente dichas (ejemplo igual salario por
igual trabajo, maternidad sin riesgos, la
obligatoriedad de guarderías en los centros de trabajo,
el acceso a la salud integral gratuita ) los TLC son
acompañados de la privatización de los activos del
estado y de los servicios básicos, los cuales con el TLC
pueden perfectamente pasar a ser propiedad de
multinacionales, como ya ha ocurrido con los fondos de
pensiones, en este caso, el derecho a la salud integral para
todas las mujeres se vuelve más difícil de
alcanzar si se privatizan los servicios de salud, la
privatización y apertura a la inversión de
empresas multinacionales en áreas básicas como
energía
eléctrica y agua
están ya encareciendo y volviendo inaccesible estos
servicios básicos tan importante en nuestros
hogares.
Indudablemente Centro América y el Caribe
tienen que buscar caminos para salir del subdesarrollo y el
atraso en que se encuentran, estos caminos incluyen no
sólo una política comercial que amplíe
nuestras posibilidades de intercambio con el resto del mundo,
requieren de una estrategia integral al servicio de
la cual se negocien convenios comerciales, una estrategia
integral de integración regional que permita abordar el
problema del desarrollo económico y social desde una
óptica diferente, que nos permita
negociar con más fuerza, que
permita homologar las políticas sociales y mejorarlas,
tomando en cuenta la precaria situación de la
población femenina, que permita acuerdos para defender
los derechos
laborales en los países sin temor a que alguno ceda y
vayan hacia ese país las inversiones,
permitiría valorar en conjunto los problemas
ambientales y poner a los pueblos de la región al
frente de este proceso, cualquier tratado de libre comercio que
no se base en una estrategia regional con estas características será
contraproducente para los objetivos del desarrollo.
La región necesita una propuesta que considere
como estimular el desarrollo de los sectores productivos
nacionales, que considere como atender las necesidades de salud
y educación, que considere como atraer inversión
productiva de largo plazo y lograr algún grado de
transferencia tecnológica, que considere como lograr la
propia seguridad
alimentaria , que considere como mejorar la calidad de
vida de nuestros pueblos y como mejorar la condición
y posición de la
mujer.
Esto sólo es posible si se trabaja un verdadero
proyecto de
integración con la participación de todos los
sectores, de tal manera que puedan reflejarse lo más
adecuadamente las diferentes problemáticas y
necesidades.
Para una participación justa en los procesos de
integración y en los Tratados de Libre Comercio es
necesario:
– en primer lugar establecer como premisa
básica el respeto a
los compromisos contraídos en la IV Conferencia
Mundial de la Mujer
(Beijing 1995) y Beijing + 5 (New York 2000).
– Fortalecer prioritariamente el proceso de
integración regional como condición básica
para cualquier inserción positiva en el proceso de
globalización: fortalecer y unificar las
políticas fiscales, arancelarias, laborales y sociales,
tratando de mejorar estas últimas.
- Que las políticas, tratados y leyes
aseguren que la mujer tenga la protección de los
derechos civiles, laborales, reproductivos, sexuales y
humanos. - Impedir la privatización del agua y su
venta a
monopolios extranjeros para que esta continúe siendo
un bien público. - Garantizar la creación de programas de
capacitación laboral en nuevas especialidades y en
tecnología de punta para las mujeres
trabajadoras, de tal forma que su trabajo genere mayor
valor
agregado. - Acceso de las mujeres a tecnología,
crédito y propiedad para iniciativas de micro y
pequeñas empresas. - Establecer claramente los requisitos de
desempeño de las empresas extranjeras, particularmente
en lo referido a género, medio ambiente, lo laboral y
transferencia tecnológica. - Salvaguardar la producción agropecuaria,
como garantía de la seguridad alimentaria, y como
fuente de empleo para las mujeres y hombres del sector
rural. - Adoptar propuestas únicas como países
para que puedan tener más posibilidades de éxito. - Fortalecer la participación de los
organismos comunitarios de la región y de las redes de organizaciones sociales, especialmente de
mujeres, en el proceso de integración regional y en
las negociaciones de tratados con países
extrarregionales.
Ciertamente esta no es una tarea fácil,
más cuando la región depende en grado sumo de las
decisiones de los organismos financieros internacionales, a los
cuales les debe un porcentaje importante del PIB, y
cuando Estados Unidos busca salir de su recesión
mediante la suscripción de estos convenios, que en
consecuencia no están diseñados sobre la base de
un diagnóstico objetivo de la realidad
económica y social de la región y nuestras
necesidades.
Hasta el momento, a pesar de que ya hay importantes
elaboraciones teóricas, tratados
internacionales y propuestas de políticas
públicas, las mujeres en general no hemos logrado
incidir en los posicionamientos del gobierno, ni de
la sociedad civil,
por ello sólo se refieren a nosotras como
víctimas de la situación a que se van a ver
expuestos los hombres, obviando que ya somos una gran parte de
la población ocupada en las maquilas, en el sector
informal, que somos quienes mejor conocen el impacto de estas
medidas a nivel del consumo familiar y que no bastaría
con hablar de los sectores productivos y del empleo en general,
sino de las productoras, las obreras y las microempresarias y
las amas de casa que nos seguimos ocupando casi de forma
exclusiva del trabajo doméstico y de cuidados, que
tenemos condiciones específicas que deberían
reflejarse en una propuesta de desarrollo.
Lorena Peña.
Diputada del Parlamento
Centroamericano