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Paradigmas científicos




Enviado por ferelquien



     

    Indice
    1.
    Presentación

    2. Paradigma aristotélico y su
    aplicación en astronomía

    3. Aportes de Proclo y
    Ptolomeo

    4. El paradigma
    Galileano

    5. Problemas para las afirmaciones de
    Galileo

    6. Paradigma aristotélico aplicado
    a la geología

    7. Conclusion
    8. Bibliografia

    1.
    Presentación

    En el siguiente trabajo se persigue la exposición
    más fiel de las afirmaciones que Juan David García
    Bacca vierte en torno a los
    paradigmas de explicación científica propuestos por
    Aristóteles y por Galileo.
    Si consideramos que dichos paradigmas fueron creados con el fin
    de resolver y explicar cierto tipo de problemas,
    notaremos la necesidad de que esta exposición haga
    referencia a la Astronomía como un campo de
    aplicación para la propuesta aristotélica y la
    galileana. Pero sin olvidar que Ptolomeo y Proclo incorporaron lo
    lógico-geométrico a la explicación
    astronómica.
    Al señalar los problemas que acercaron a Galileo y a
    Aristóteles se pretende descubrir las insuficiencias de
    sus modelos y
    establecer los requisitos para que un modo nuevo de
    explicación emergiera. Con lo que seguramente nos
    percataremos del tipo de respuestas exigidas a Newton.
    Finalmente se busca poner en acción el paradigma
    aristotélico; dentro de un campo diferente al de la
    Astronomía, con el propósito de verificar su
    cumplimiento y hallar los problemas a los que se pudo haber
    enfrentado.

    2. Paradigma
    aristotélico y su aplicación en
    astronomía

    Juan García Bacca principia por llamarle al
    paradigma aristotélico "Primera Verdad Física del Tipo
    Patencia de Invención: Plan Causal". Con
    lo que establece una clara diferencia entre el hacer
    científico de Aristóteles y el de Platón, no
    sin antes afirmar que "Física comenzó por
    significar aquel conjunto más o menos sistemático,
    de cosas que tienen por dentro las cuatro causas". Así que
    en este sentido causal Platón no hizo Física, pues
    no buscaba las causas reales. Aristóteles; por el
    contrario, buscó las causas y sus efectos, aquello que
    hace padecer a las cosas y a veces las cambia o destruye. Ese
    invento de Aristóteles que "consistirá en buscar
    programática y temáticamente las causas y los
    elementos de las cosas" es la llamada Patente de Invención
    Causal.
    La estrategia con la
    que Aristóteles buscó extraer la verdad de lo
    físico (lo real) consistió en la explicación
    causal, pero sus cuatro causas: eficiente, material, formal y
    final, actúan en dos planos. El plano real o
    físico, y el plano eidético (lugar de lo que
    permanece; la Idea). De modo que en lo físico está
    contenido lo eidético, y hacer ciencia es
    desplegar lo eidético de lo físico. Por lo que un
    fenómeno se deberá explicar en esos dos planos con
    una coordinación exacta, exigencia que Bacca
    califica así: "Lo malo de su invención reside en
    que creyó que las funciones
    eidéticas y las reales de las causas iban apareadas; y que
    si los aspectos eidéticos fundamentalmente eran cuatro, y
    con un cierto orden, las funciones reales debían
    parecidamente ser cuatro y conservar el mismo orden…Las cosas
    naturales o físicas se caracterizan por una
    coadaptación y ajuste perfecto de las cuatro causas".
    Dentro del plano real, la causa Final es el orden terminado; como
    el "hasta" a donde se llega. La causa Eficiente el principio de
    transmutación; el "a partir de". La causa Material
    establece las condiciones que hacen posible la sensoriedad, es un
    "por". Y la causa Formal será un "hacia"; la potencia en
    Acto.
    En el plano eidético por su parte, la causa Final es una
    meta; un "por gracia de". La causa Eficiente el "principio de
    movimiento".
    La causa Material se interpreta como un "aquello de donde todo
    viene". Y la causa Formal es una "esencia existente".
    Aunque hay una separación de estos dos planos, las causas
    se entraman bajo dos condiciones: La Convergencia del todo hacia
    lo Final, y la Conservación de todos los estadios del
    proceso en una
    unidad de perfección; lo Final.

    Se llega al límite de la Física con la
    definición (por género
    próximo y diferencia específica) de la cosa que
    estudiamos, y a partir de ahí, nos "elevamos" al plano
    eidético; el estudio metafísico. "Es decir, el
    conjunto de fases por las que pasa el desarrollo de
    una cosa estará regido por una forma cuando formen una
    definición y se organicen precisamente por el orden de
    límite típico, interior típico, dentro de
    los horizontes o marcos más generales; el fijado por los
    predicados unívocos y por el horizonte trascendental del
    Ser".
    A la luz de las cuatro
    causas, Aristóteles definió movimiento, espacio y
    tiempo.
    El movimiento "es ese mismo ímpetu por el que una y la
    misma cosa pasa de estado a
    estado, en dirección a estado eidético, de modo
    que de estar en estado de potencia, se impele ella misma a darse
    el estado de
    acto".
    Por su parte, el Espacio se organiza en "lugares", tendiendo a
    definirse como lo delimitante de cada cosa física. Como
    unidad, el Espacio es sólo punto de partida; su evolución natural consistirá en que
    se divida y se defina para dar paso a los "lugares".
    La
    organización entre estos lugares se da por las
    relaciones: detrás-adelante, arriba-abajo. "Abajo es un
    hacia la Tierra y
    arriba es un hacia el Cielo. No es posible definir la simple
    dirección, la distancia, sin referencia a un cuerpo
    concreto y
    definido".
    De modo similar al Espacio y al Movimiento, el Tiempo se da en
    partes (presente, pasado, futuro) y organizándose con un
    orden especial (de futuro a presente, de presente a pasado;
    anterior-posterior; ya, ahora mismo, ahora, después,
    más tarde, más adelante). Sujetando su ser
    físico, el Tiempo se vuelve "ahoras típicos" :
    día, mes año, etc.
    En lo que respecta a la Astronomía, Aristóteles se
    planteó la necesidad de explicar a la luz de su paradigma
    los fenómenos celestes. Partiendo de dos ideas
    fundamentales; las formas de las cosas se comportan de acuerdo
    con formas naturales, y la disposición que ellas
    tenían formaba el Cosmos; un conjunto con orden
    jerárquico.
    Un primer problema por resolver fue el de los movimientos
    celestes. Para Aristóteles "El movimiento se
    producía respecto a un punto fijo, el centro de la
    Tierra en
    cuanto centro del universo… El
    comportamiento
    natural de los cuerpos dependía, por tanto, de su lugar
    actual en el universo tanto
    como de la sustancia de la que estaban compuestos".
    Aristóteles dividió el universo en dos regiones
    separadas por la esfera lunar. En la región terrestre o
    sublunar, los cuerpos se movían hacia su lugar natural de
    acuerdo con el elemento de que estaban compuestos. Lo mismo
    ocurría en la región supralunar; pero allí
    "los cuerpos estaban compuestos de un quinto elemento o
    quintaesencia que era ingenerable e incorruptible y que
    padecía sólo un tipo de
    cambio, el movimiento circular uniforme".
    Con la aseveración aristotélica de que la Tierra
    era el centro del universo se explicó la caída de
    los cuerpos. La contradicción a este postulado fue una de
    las dificultades a superar por Galileo. Y con el acomodamiento de
    los elementos (agua, tierra,
    aire, fuego) en
    la región supralunar o en sublunar, aunado a la idea de
    que cada movimiento requería una causa; Aristóteles
    explicó también la "elevación" de algunas
    cosas.
    Para explicar los movimientos irregulares de los planetas,
    Aristóteles los imaginó "metidos" en esferas
    subsecuentes girando alrededor de la Tierra. "Supuso entonces que
    el eje de la esfera que portaba al planeta estaba a su vez unido
    al interior de otra esfera giratoria, cuyo eje iba unido a una
    tercera esfera, ya sí sucesivamente. Al postular un
    número suficiente de esferas, disponiendo los ejes en
    ángulos apropiados y variando las velocidades de
    rotación, fue capaz de representar las observaciones con
    bastante aproximación…. Para impedir que una esfera
    asociada con un planeta determinado impusiera su movimiento a
    todas las esferas interiores a ella, introdujo entre el sistema de cada
    planeta y el del planeta vecino esferas compensadoras que giraban
    sobre el mismo eje y con el mismo período que una de las
    esferas planetarias del sistema externo, pero en dirección
    opuesta. En total había 55 esferas planetarias y
    compensadoras y una esfera estelar".

    3. Aportes de Proclo y
    Ptolomeo

    La importancia de Proclo y Ptolomeo para la historia filosófica
    de la ciencia,
    radica en la incorporación de la geometría
    y las matemáticas para explicar el inquietante
    fenómeno de lo errante en el cielo, el movimiento de los
    planetas.
    Como filósofo Proclo afirma que lo real del
    fenómeno es exactamente eso que miramos, y los planetas
    nos muestran su realidad al mostrarnos su geometría. Por
    lo que no debemos construir hipótesis (peldaños hacia algo
    más real) en la ciencia astronómica, contrario a
    esto "el oficio de las hipótesis ha de
    consistir…solamente en proporcionar a los datos un tipo de
    conexión ideal, en demostrar tales datos como
    consecuencias…Lógica
    o geometría a servicio de lo
    real dado". En este último sentido las hipótesis
    son ficciones que explican.
    En Proclo hay la intención de salvar los fenómenos
    (de hacer que los fenómenos luminosos errantes ya no lo
    sea, dotándolos de movimientos circulares y lisos), a
    través de la demostración matemática, y usando -a manera de
    restricción- las hipótesis más
    sencillas.
    De modo que "las hipótesis astronómicas ya no se
    proponen cual plan óntico, sino cual plan
    fenomenológico. Hacemos que los astros y sus
    fenómenos reales, hablados realmente en luz y no en
    geometría, me hablen a mí en lógica". Con lo
    que además se lograba un dominio
    técnico sobre el fenómeno pues lo errante ya no lo
    era más, los movimientos podían ser deducidos como
    una consecuencia lógica.
    Al igual que Aristóteles, Ptolomeo imaginó a la
    Tierra como el centro del cosmos, alrededor de la que giraban los
    planetas, mientras que las estrellas permanecían fijas,
    sólo que ahora incorporaba epiciclos y un centro
    móvil a su artificio geométrico para explicar los
    movimientos errantes.
    El centro móvil o excéntrico móvil,
    "consistía en suponer que los planetas se movían en
    círculo alrededor de un punto, no situado en el centro de
    la Tierra, sino en alguna parte de la línea que une este
    centro con el Sol. Este
    punto excéntrico se movía alrededor de la
    Tierra".
    La función
    del epiciclo dentro del sistema era la siguiente: "Era el
    equivalente geométrico del excéntrico móvil,
    consistía en suponer que un planeta se movía en
    círculo alrededor de un centro que a su vez se
    movía en otro círculo cuyo centro era estacionario
    respecto a la Tierra, aunque no necesariamente situado sobre
    ella. El círculo interior era llamado el deferente; y el
    exterior, que portaba al planeta, el epiciclo".
    Gracias a este modelo se
    pudieron elaborar tablas numéricas que facilitaran algunos
    cálculos arquitectónicos y de navegación,
    sin embargo causaba problemas para la física
    aristotélica la existencia de un centro no fijo y la
    existencia de algunos movimientos contradictorios de las esferas
    de las estrellas para explicar los equinoccios.

    4. El paradigma
    Galileano

    Al acercarnos al paradigma galileano debemos recordar
    las consideraciones contenidas en Proclo y Ptolomeo sobre las
    hipótesis. Porque Galileo no siguió con esa
    "construcción de ficciones" para salvar a
    los fenómenos, sino que se aventuró en la
    formulación de proposiciones en firme, con
    pretensión de verdad.
    Afirmó que "el Sol era real y verdaderamente el centro del
    mundo; y que, real y verdaderamente, la Tierra no lo era; que el
    Sol, en realidad de verdad, no se movía ni con movimiento
    local; mientras que, en realidad de verdad, la Tierra se
    movía toda ella, y aún todos los días con el
    movimiento diurno". La seguridad
    galileana para atribuir valor de
    verdad a una hipótesis fue provocada por la confianza de
    que a través de la razón propia se podía dar
    cuenta del cosmos.
    Galileo choca con Aristóteles al afirmar que lo
    físico se manifiesta en un lugar, en un plano horizontal e
    infinito. Condiciones que rompen con la división sublunar
    y supralunar del universo, eliminan la primacía de
    categorías como la esfera, el círculo y la
    circunferencia, y anulan las cualidades que hacían a los
    cuerpos; graves o leves. Así, para Galileo lo real ocurre
    en el plano-horizontal-infinito.
    Para la física galileana "un móvil cualquier
    [concebido mentalmente] sobre un plano horizontal, [al que se le
    da un empujón hacia adelante], consta en firme que, si tal
    plano horizontal se extiende al infinito, el movimiento de tal
    cuerpo sobre tal plano será uniforme y perpetuo".
    Rebelándose contra la concepción
    aristotélica de movimiento, pues no hay más
    movimientos naturales, ni causas intrínsecas.
    La categoría de espacio cambia rotundamente en Galileo,
    toma un aspecto unitario y no individual (lugares), "recobra su
    aspecto de realidad unitaria, independiente de los cuerpos; y
    correlativamente los lugares, tomados en plural, formarán
    una multitud inconsistente, semejante a las figuras que se
    escriben en el
    agua…Lugar será nada más delimitación
    arbitraria e inconsistente de "el" Espacio". Este cambio
    también es resentido por la categoría de
    tiempo.
    Un nuevo concepto aparece
    en Galileo, experimentar; "ver que resulta cuando se coge a las
    cosas desprevenidas, fuera de su curso normal, forzándolas
    por un conjunto de circunstancias fijadas por nosotros a que se
    manifiesten como fuerzas, es decir, como desvinculadas del
    natural curso de las cosas". Cabe agregar que el experimentar
    requiere una construcción de instrumentos que nos permitan
    una "vista de mente" para lo real.

    5. Problemas para las
    afirmaciones de Galileo

    Es famoso el juicio a que la Inquisición
    sometió las proposiciones de Galileo [el Sol es el centro
    del mundo y no se mueve, la Tierra no es el centro y se mueve].
    El resultado de este juicio fue el siguiente: "las dos
    proposiciones son estúpidas y absurdas
    filosóficamente. Y, desde el punto de vista
    teológico: la primera es formalmente herética; la
    segunda cuando menos errónea en la Fe".
    Aristóteles había establecido que los cuerpos
    graves caían hacia la Tierra, por ser ella el centro del
    mundo. Cuando Galileo afirmó que en el centro estaba el
    Sol se vio imposibilitado para explicar -a la luz de
    Aristóteles-, por qué los cuerpos graves no
    caían hacia el Sol. Pero además, a la luz de las
    Escrituras, por qué la Tierra, (donde viven los
    depositarios de la palabra de Dios) no era el centro del
    mundo.
    Aunados a estos problemas venía el de la no preferencia de
    categorías tales como esfera, círculo,
    circunferencia (todas ellas simples y con la cualidad de que
    cualquiera de sus puntos es equidistante del centro), que eran
    sustituidas por el plano horizontal e infinito, donde
    existían Espacio y Tiempo en un modo general.
    ¿Dónde queda entonces la causa Final, el "hasta
    donde", de un proceso? Para Galileo era ya innecesaria, al no
    existir la naturaleza hacia
    la que se tiende, aparece por lo tanto la posibilidad de lo
    "uniforme y perpetuo".

    6. Paradigma
    aristotélico aplicado a la
    geología

    Como es de suponerse, la Geología;
    permeada del modelo aristotélico debía de someterse
    a las cuatro causas, a las ideas cosmológicas, a la idea
    de movimiento con causas naturales, etc. Para explicar "los
    cambios de las posiciones relativas de las principales masas de
    los elementos agua y tierra que formaban el globo
    terráqueo en el centro del universo, el origen de los
    continentes y océanos y de las montañas y
    ríos, y por la causa productora de los minerales y de
    los fósiles".
    Para Aristóteles los cambios en la Tierra se debían
    a la erosión
    del agua, agua que se producía en el interior de la propia
    Tierra por transformaciones de elementos. Con el sol, esta agua
    interna era exhalada; lo que producía fósiles si
    era seca, y minerales en caso de ser húmeda.
    "Afirmó que los ríos se originaban de fuentes
    formadas en su mayor parte de agua, que tras haber sido evaporada
    del mar por el sol, formaba nubes, y éstas al enfriarse
    caía en forma de lluvia y se filtraban en las rocas esponjosas.
    De ahí brotaba el agua como fuente y retornaba por los
    ríos al mar".

    7.
    Conclusión

    Propongámonos ahora un ejercicio para concluir,
    el ejercicio de cuestionarnos sobre nuestras expresiones
    cotidianas, para descubrir las categorías
    científicas que entrañan; y tratemos de ubicarlas
    en la historia filosófica de la ciencia.
    Si logramos hacer esto, tendremos claridad sobre las diferentes
    invenciones históricas de verdad científica, al
    mismo tiempo que redescubrimos algunos aspectos de nuestra
    realidad.

    8.
    Bibliografía

    ABBAGNANO, Nicola 1996 Diccionario de
    Filosofía, Fondo de Cultura
    Económica, México.
    BACCA, García Juan David 1963 Historia Filosófica
    de la Ciencia, Col. "Problemas
    Científicos y Filosóficos", No. 26. UNAM,
    México.
    CROMBIE, A. C. 1974 Historia de la Ciencia: De San
    Agustín a Galileo. Alianza Editorial, Madrid.
    FERRATER, Mora José 1979 Diccionario de Filosofía,
    4 Vols. Alianza Editorial, Madrid.

    Resumen
    De la mano de Juan García Bacca, nos acercamos a los
    paradigmas científicos de Aristóteles y Galileo,
    dos paradigmas que se enfrentaron en su momento y cuyas
    reminiscencias en nuestro lenguaje
    aún se destacan. En un ejercicio complementario, se aplica
    el paradigma aristotélico a un área del conocimiento
    científico, tanto para apreciar sus limitaciones como
    para hacerlo trabajar en una de las formas originales para la que
    fue creado.

     

     

     

     

     

    Autor:

    Romero Fernando

    Estudios: Lic. En Filosofía
    Categoría: Filosofía

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