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La inmigración en historietas



    1. Abuelos
      inmigrantes
    2. Emigrar
    3. Desde lejos
    4. Notas

    En esta monografía
    me refiero a algunas de las historietas en las que aparece la
    inmigración de los abuelos a la Argentina y la
    emigración de los nietos hacia la tierra de
    sus mayores.

    La historieta ha sido también el medio elegido
    para evocar la inmigración que llegó a la Argentina
    entre 1850 y 1950, y la dura realidad que lleva a los
    descendientes de esos emigrantes a tentar suerte en los
    países de los que vinieron sus abuelos.

    Abuelos
    inmigrantes

    El historiador Exequiel César Ortega sostiene que
    "La inmigración jugó importante papel ya a
    mediados de esta etapa del ’80 al ’30. En ciudad y
    campaña, en oficios diversos que abarcaron la agricultura y
    la naciente industria; e
    incluso se dieron lugares como ejemplos de cuánto
    podía una colonización bien planeada…". Comenta
    qué sucedió con los inmigrantes llegados a nuestra
    tierra: "El
    medio nuestro los asimiló bien pronto y sus descendientes
    inmediatos se sintieron integrantes ‘de la tierra’. A
    menudo ascendieron de Status, integraron profesiones, comercio e
    industria; impulsaron los nuevos partidos
    políticos mayoritarios".

    El gobierno de esa
    época "En lo social favorecería cada vez más
    la inmigración, sobre todo la europea en general, perdidas
    bastante las esperanzas de la anglosajona y francesa en
    particular. Inmigración que cubriese las necesidades
    crecientes de mano de obra ciudadana y sobre todo rural, mediante
    la colonización y la ocupación de dependencia o el
    arrendamiento y la mediería".

    A criterio de Ortega, el régimen se caracterizaba
    por complementos que radicaban en los aspectos culturales; se
    refiere a la "Universalidad y amplitud de conocimientos y
    contenidos de cultura
    generales, universales; huida de la religiosidad excesiva;
    aspectos prácticos y utilitarios; enseñanza difundida de tipo
    enciclopedista-informativa, apta para todos, incluso sin chocar a
    los diferentes credos y formas de la
    inmigración".

    Hubo "paz, pan y trabajo" para quienes llegaron a la
    Argentina: "se dio una limitada o encauzada movilidad social, con
    grupos
    mayoritarios en condiciones de locación de servicios,
    incluyéndose la gran inmigración y descendientes
    inmediatos, salvo una minoría de entre ellos, que
    proporcionó estratos de clase media comercial, profesional
    y propietaria".

    En cuanto a la composición de la sociedad,
    señala: "La mayoría empero pertenecía a los
    grandes estratos derivados de niveles humildes
    ‘criollos’ (a los que pronto habrán de sumarse
    los provenientes de inmigraciones interiores provincianas), o
    derivados de inmigración creciente, de poco antes, los
    ‘hijos de gringos’, con ocupaciones manuales en su
    casi totalidad, salvo las excepciones ya aludidas de
    comerciantes, estancieros y profesionales, ‘hijos de
    gringos con plata’" (1).

    Los inmigrantes se integraron a la sociedad que los
    recibió. Inodoro Pereyra, el personaje de Fontanarrosa,
    pregunta por un cacique ranquel. El personaje con el que dialoga
    le dice que el cacique se llama "Capobianco. No desciende de
    ranqueles. Desciende de calabreses" (2).

    En otra oportunidad, Inodoro se encuentra con don Nino.
    El italiano lleva en el hombro un loro, al que le ha
    enseñado a cantar el himno de su tierra (3).

    Décadas después, la situación
    cambia. En una viñeta de Fontanarrosa, referida a las
    perspectivas de los universitarios en la Argentina, un abuelo
    dice al nieto: "Vos, Cachito, tenés que aprovechar las
    oportunidades que ahora, te brinda el país… Yo, como
    vine de Italia sin nada,
    tuve que ir a una escuela
    pública… Vos, en cambio, hoy
    por hoy, tenés la posibilidad de ir a levantar la
    cosecha…" (4).

    El pasado parece fantasía en este contexto. Un
    hombre dice a
    su mujer, en una
    historieta de Emilio Ferrero: "Pensar que voy a ser papá y
    le voy a contar las historias que me contaba mi abuelo… Como
    esa de cuando vino de España
    siendo muy joven y se encontró con un país rico y
    lleno de oportunidades…". La reflexión es amarga:
    "¡¡Claro que ahora, visto a la distancia,
    parecería que el pobre nono desde chico ya tenía
    arterosclerosis!!" (5).

    Ya nadie se quiere establecer en la Argentina del siglo
    XXI. "No hay que dejarse vencer por las circunstancias…
    –dice un personaje de Sergio Ibáñez.
    Acá tenemos un proyecto para
    promover el turismo y la
    inmigración hacia Argentina… Sólo hay que saber a
    qué segmento del público dirigirse…" "Ah..
    ¿sí…? –pregunta el interlocutor. ¿Y
    cuál es?". "Bueno… contesta el primero. Faquires,
    masoquistas, autoflageladores…" (6).

    Emigrar

    Los jóvenes plantean la posibilidad de emigrar.
    Largas filas se forman a las puertas de las embajadas con el
    objetivo de
    obtener la doble ciudadanía. En ese trance, una madre
    creada por Maitena pregunta a su hijo: "¿Pero vos
    sabés lo duro que es, a los veinte años, irte a
    vivir a un país que no conocés?. El hijo le
    contesta: "Mamá, esto de ahora, para mí,
    también es estar viviendo en un país que no
    conocía…" (7).

    Los adultos también quieren emigrar. En una
    viñeta de Fontanarrosa se ve un hombre atado a una enorme
    cañita voladora, mientras la mujer dice:
    "…y aunque mi marido insiste en que se iría de este
    país de cualquier forma, ahora salió al patio a
    festejar el fin de año…" (8). La nota a la que se
    refiere esta historieta se titula "Adiós año
    cruel", y en ella se expresa: "Fue la peor crisis de la
    historia. La
    convertibilidad terminó con el default y la devaluación y desnudó las
    consecuencias de la ilusión primermundista de los 90. Todo
    cambió: la sociedad, la cultura, la política. Y los
    argentinos comenzaron a preguntarse qué habían
    hecho para merecer el 2002".

    Pero irse no es fácil. Hay afectos, lugares,
    historias que atan a los emigrantes. Rste sentimiento se
    evidencia en una viñeta de Fontanarrosa, en la que una
    mujer pregunta a un hombre que tiene en la mano un puñado
    de tierra con lombrices: "¿Y han tenido algún
    inconveniente con la exportación de lombrices?". "Bueno…
    –contesta el hombre– Son
    lombrices… Para ellas es mucho más duro abandonar
    nuestra tierra…" (9).

    La emigración es evocada por Matt en un dibujo en el
    que se ve una bandada de pájaros, con expresión
    triste, surcar el cielo con sus pocas pertenencias bajo la
    lluvia. A medida que avanzan, la lluvia va cesando
    (10).

    La Argentina homenajea ese sacrificio. ."¿Y
    qué significa este pedestal sin nada encima?"
    –pregunta un turista, en una viñeta de Fontanarrosa.
    "Es que –contesta un hombre de traje-, ante la tendencia
    que se manifiesta últimamente, se decidió levantar
    un monumento al Emigrante…" (11).

    Desde
    lejos

    En los tiempos que corren, muchos descendientes de
    inmigrantes buscan en la tierra de sus mayores la posibilidad de
    empezar de nuevo. Horacio Fernández se establece,
    desengañado de la Argentina, en España, de donde
    vinieron sus padres: "Horacio vive ahora en el lugar que siempre
    conoció a través de relatos. Todo está igual
    a como le fue contado. Pero todo, también, es diferente.
    Por empezar, la barba ya fijó su color de nube y
    el pasaje no tiene fecha de regreso. Igual que hace setenta y dos
    años, cuando Felipa y Antonio desembarcaban en Puerto
    Nuevo con un par de bolsos y un papel con la dirección de unos paisanos –porque en
    España amenazaba el hambre-, el hijo, ahora, llegaba a
    Barajas –porque en la Argentina se come tierra- con un
    bolso y una anotación: ‘Carretera Pandorado 7,
    Sopeña de Carneros, Astorga’ " (12).

    Porque, como escribe el nicaragüense Sergio
    Ramírez, "Ahora que tantos argentinos
    descuajados de la normalidad de sus vidas se quieren subir a los
    viejos barcos en que sus antepasados llegaron desde Calabria, o
    desde Marsella, o desde Vigo, a buscar un refugio quizás
    imposible frente a la catástrofe que la repetida corrupción
    ha traido sobre la Argentina, el rollo de la película es
    echado a andar, pero hacia atrás" (13). "La tierra
    generosa se ha vuelto marchita –escribe Héctor
    Gambini. Y la nueva inmigración se está volviendo.
    Y muchos de los hijos de la vieja inmigración
    también se quieren ir. A la aventura de cruzar el
    océano al revés que los abuelos" (14).

    Esa realidad aparece en las historietas, así como
    también aparece la nostalgia que aflige a quienes han
    partido. En una viñeta de Fontanarrosa, una mujer dice a
    otra: "Escribió Beto… Dice que no extraña. Que
    sólo alguna noches recuerda a la Argentina". "Mejor
    así", contesta la segunda. "Sí…-aclara la
    primera- Pero lo que pasa es que vive en Finlandia y las noches
    duran seis meses" (15).

    "Quiero volver a la Argentina…! -dice, desesperado, un
    personaje de Sergio Ibáñez. ¡Quiero ver a los
    muchachos…! ¿Quiero ver el obelisco, Marta…!
    ¡Olvidáte de lo que pactamos…! ¡Marta,
    quiero comer un buen asado! ¡Martaaa…!". Mientras el
    hombre grita, engrilldo a la pared, la mujer explica a una amiga:
    "Es un pacto que hicimos desde que vinimos a España…
    Cuando uno de los dos se quiebra, el
    otro se pone firme…" (16).

    …..

    Los abuelos llegaron, encontraron un país rico y
    lleno de posibilidades. Se adaptaron a la sociedad y aportaron
    sus costumbres y tradiciones. Ahora, los nietos no ven futuro en
    esta tierra, y quieren dejarla, aunque la nostalgia empañe
    sus días. Esta es la historia que evocan Fontanarrosa,
    Maitena, Sergio Ibañez, Matt y Ferrero, en escenas que
    reflejan la Argentina que fue y la que es.

    Notas

    1. Ortega, Exequiel César: Cómo fue la
      Argentina 1516-1972. Buenos Aires,
      Plus Ultra, 1972.
    2. Fontanarrosa, Roberto: "Inodoro Pereyra ‘El
      renegáu’ ", en Clarín Viva, 16 de
      abril de 2000.
    3. Fontanarrosa, Roberto: "Inodoro Pereyra ‘El
      renegáu’ ", en Clarín Viva, 24 de
      febrero de 2002.
    4. Fontanarrosa, Roberto: en "Qué hacer con la
      Universidad", en Clarín, Buenos
      Aires, 16 de mayo de 1999.
    5. Ferrero, Emilio: "S.O:S: Somos primerizos", en La
      Capital
      , Mar del Plata, 14 de mayo de 2000.
    6. Ibáñez, Sergio: "Metahumorfosis", en
      La Nación, Buenos Aires, 7 de abril de
      2002.
    7. Maitena: "Superadas", en La Nación,
      Buenos Aires, 7 de julio de 2002.
    8. Fontanarrosa, Roberto: en "Adiós año
      cruel", en Clarín, Buenos Aires, 29 de diciembre
      de 2002.
    9. Fontanarrosa, Roberto: en "Negocios de
      aldea", en Clarín, Buenos Aires, 26 de agosto de
      2001.
    10. Matt: "Humor", en La Nación Revista, 24 de agosto de
      1997.
    11. Fontanarrosa, Roberto: "Fontanarrisa", en
      Clarín Viva, Buenos Aires, 13 de agosto de
      200.
    12. Palomar, Jorge: "Diario del exilio", en La
      Nación Revista
      , 15 de septiembre de
      2002.
    13. Ramírez, Sergio: "Yo quería ser
      argentino", en El Tiempo, Azul, 15 de septiembre de
      2002.
    14. Gambini, Héctor: "Cuando la historia se muerde
      la cola", en Clarín, Buenos Aires, 16 de mayo de
      2002.
    15. Fontanarrosa, Roberto: en "Argentinos hasta en la
      crisis", en Clarín, Buenos Aires, 21 de julio de
      2002.
    16. Ibáñez, Sergio: "Metahumorfosis", en
      La Nación, Buenos Aires, 10 de febrero de
      2002.

     

     

    Trabajo enviado por

    María González Rouco

    Licenciada en Letras UNBA, Periodista Profesional
    Matriculada

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