Reflexiones sobre la importancia de la asimilación de los conceptos en la formación de ingenieros
Indice
1.
Introducción
2. Determinación
Recíproca
3. Comprensión y
extensión
4. Concepto y
conocimiento
5. Lógica
proposicional
6. Construcción del
conocimiento
7. Conclusión
8. Bibliografía
El concepto, es el
elemento lógico central en la construcción del conocimiento,
por lo tanto, es una forma de razonamiento lógico, reflejo
de las propiedades y nexos internos, esenciales y determinantes
en la captación intelectual de los objetos. Regulado por
leyes, entre
los objetos del mundo material y la interpretación ideal.
Por tanto, es uno de los componentes
determinantes del saber básico de toda disciplina
científica, tecnológica o humanística.
El concepto es resultado de la captación intelectual de
las características esenciales de un objeto.
Ellos no afirman ni niegan,
sólo designan objetos del mundo ideal o real. Es por medio
de él que el hombre
conoce el mundo, lo interpreta y se lo apropia.
Se denomina pensamiento
conceptual, a la serie de operaciones
intelectuales y estrategias que
el sujeto ejecuta para la
aprehensión de las características esenciales o
definitorias de los objetos. Por el contrario, la noción,
-que es una operación también intelectual pero
dual- no es precisa y no incluye ni hace referencia a la esencia
del objeto.
La conceptualización, es por tanto, un proceso
lógico por el cual la mente humana elabora conceptos que
sirven para identificar los objetos o fenómenos de la
realidad real o ideal. En tal sentido conceptuar es ir más
allá de la noción, es comprender, captar la
esencia, lo invariable de las cosas.
Históricamente el pensamiento conceptual surge en
el período en que hacen aparición las relaciones
gentilicias en la sociedad, cuando
se han desarrollado los diferentes sistemas de vida
social y la producción. Sobre este desarrollo
surgen las primeras actividades de análisis y síntesis
de la conciencia
humana, formas que son necesarias para que se formen en primera
instancia las nociones y a continuación los
conceptos.
Los primeros conceptos eran difusos e indivisos, se
confundían con las nociones generales. No cabe la menor
duda, de que
en esta primera etapa no había un proceso de
comprensión en forma consciente, pero sí un proceso
orientado a solucionar en forma más independiente la
relación hombre
naturaleza. Es
indudable que este fue el inicio de la actividad analítica
y sintetizadora que facilitó dicha
relación.
El desarrollo del lenguaje, del
pensamiento y el nexo orgánico entre el concepto y la
proposición facilitan el surgimiento del
pensamiento científico. Los primeros rudimentos de
la ciencia se
dan en Egipto en las
antiguas sociedades
esclavistas, quienes crearon el primer calendario del mundo, en
el que el año tenía trescientos sesenta y cinco
días y doce meses de treinta días, lo que confirma
la elaboración de conceptos en referencia al tiempo que
representa una de las categorías más complejas en
el pensamiento humano. También alcanzaron notables
conceptos para el desarrollo de las matemáticas, la geometría
y el álgebra.
Al igual que ellos, otras culturas también desarrollaron
notables conceptos científicos en el mundo
antiguo.
El hombre es un individuo capaz de comprender las
condiciones de su propia existencia y ser consciente de los fines
que persiguen sus actos, gracias a su capacidad de
conceptualizar. El concepto como forma, ente lógico,
reflejo y manifestación de la esencia de la verdad,
determina también el pensamiento del propio hombre
relativizando su propia comprensión.
Los textos son vehículizadores de conceptos, por
lo tanto, no es posible comprenderlos sin tener claro su
significación. La época actual es totalmente
alfabetizada y casi todo el saber humano está expresado en
libro en los
que se encuentran cantidades millonarias de conceptos. Se puede
decir que la fortaleza de una cultura
depende del grado de conceptualización y que la
civilización es su mayor manifestación.
La lógica
surge cuando se cuantifica un concepto, porque en todo concepto
siempre vamos a encontrar un número de notas o
características predicables que lo determinan y que
impiden que se le confunda con otro y perturben su
comprensión.
El concepto científico es la síntesis en
la cual se expresan los conocimientos adquiridos acerca de un
proceso o grupo de
procesos, de
una de sus propiedades o de alguna relación entre diversos
procesos. Desde su forma más elemental hasta la más
compleja, el concepto se establece por medio de la
reconstrucción racional de los datos conocidos,
que son entrelazados, ordenados, organizados y constituidos en
una representación unitaria. Al principio, la
reconstrucción puede ser poco precisa y estar mal acotada,
pero ya desde entonces refleja en su integridad al proceso, la
propiedad o la
relación de que se trate.
Después, el concepto se va afirmando y
determinando, en la medida en que se desarrolla. El concepto
formulado de esa manera, permite entender mejor los datos
conocidos y sirve para descubrir nuevos aspectos y otros enlaces
entre los procesos o entre sus propiedades. Cuando se descubren
efectivamente otros aspectos, su incorporación al concepto
lo enriquece, amplía su comprensión y hace posible
imaginar nuevos matices. Ahora bien, para asegurar la objetividad
del concepto, es necesario comprobar, en cada estado de su
desarrollo, la concordancia entre dicho concepto y la realidad
que representa.
Los conceptos formulados racionalmente, como resultado
de la actividad científica, son abstracciones de los
procesos, de sus propiedades y de sus relaciones. Como ya lo
hemos dicho anteriormente, la abstracción consiste en
considerar solamente un aspecto de la existencia,
aislándolo y destacándolo con respecto a los otros
aspectos, que no son tomados en cuenta. El fundamento objetivo de la
abstracción se encuentra en el hecho de que el universo es
susceptible de descomponerse en partes aisladas, aunque siempre
de manera relativa y transitoria.
Sobre esa base objetiva, la formulación del
concepto se hace justamente por medio de abstracciones sucesivas,
que permiten destacar las propiedades y vínculos comunes
de un grupo de procesos semejantes, aunque no idénticos.
Como resultado de esa actividad de abstracción, las
propiedades concretas de los procesos singulares se funden en la
unidad general del concepto.
Por lo tanto, el concepto es una cristalización
del conocimiento, en la cual se condensan las propiedades comunes
de un grupo de procesos, constituyendo su contenido. Dicho
contenido es objetivo en la medida en que el concepto refleja los
rasgos y aspectos efectivamente existentes en los procesos. En
todo caso la condición ineludible para poder
establecer racionalmente una conexión conceptual entre dos
o más propiedades, o entre dos o más procesos,
consiste en la posibilidad de su verificación en la
experiencia.
Los conceptos científicos se formulan en el curso
de la evolución histórica del conocimiento
y son fundamento en la práctica social de la ciencia. Por
eso los conceptos científicos no son simples productos de
la creación o la imaginación humanas, y su validez
puede ser verificada concretamente en la experiencia por
cualquier persona. Incluso
en el dominio de la
matemática, a pesar de la
abstracción de sus estructuras
racionales, sus conceptos son creados por la imaginación,
pero siempre como representaciones ideales de ciertas relaciones
objetivas, que luego se van enriqueciendo a través de su
desenvolvimiento lógico y mediante su comprobación
experimental en otras disciplinas científicas
La determinación de un concepto se produce
siempre en conjugación con la de otros conceptos, de tal
manera que cada concepto viene a ser determinado por otros
conceptos y, simultáneamente, sirve como determinante para
ellos. Además, todo concepto se encuentra sometido a una
determinación incesante y progresiva, a través de
la cual se penetra cada vez más en el
conocimiento de los procesos, de sus propiedades y de sus
relaciones.
La determinación de cada concepto se va
desarrollando, entonces, a través del descubrimiento de
las relaciones que guarda con otros conceptos. Y, como el juicio
es la función
lógica en la cual se expresan las relaciones entre los
conceptos, resulta que la determinación de cada concepto
se realiza por medio del establecimiento de una sucesión
de juicios en que interviene dicho concepto. Por lo tanto, en el
desenvolvimiento que experimenta el juicio dentro de la investigación científica, se ponen
de manifiesto las diversas fases que adopta la ampliación
y la profundización de la determinación del
concepto.
El concepto se enriquece como resultado de los juicios
en que interviene. Pero, al propio tiempo, el concepto se
desprende del juicio únicamente para conectarse de nuevas
maneras con otros conceptos, convirtiéndose así en
elemento integrante de nuevos juicios. Por su parte, el juicio
condiciona recíprocamente a los términos que lo
forman, esto es, a los conceptos cuya relación es
expresada en el juicio. En este sentido, los conceptos
desempeñan la función de ser los elementos de cada
uno de los juicios de que forman parte.
Pero, a la vez, el concepto adquiere la
determinación que el avance del conocimiento le va
imponiendo, justamente por intermedio de los juicios en que dicho
concepto interviene. Por lo tanto, el concepto tiene como
elementos primarios a los juicios que lo determinan. De esa
manera, existe una correlación funcional entre el juicio y
el concepto: el juicio se origina en los conceptos y, a su vez,
el concepto se forma en una sucesión de juicios. O sea,
que el concepto se determina en el juicio y éste es
determinado por el concepto.
El juicio, por su parte, se establece y se desenvuelve a
través de la función lógica de la
inferencia. La inferencia es la operación que permite
formular un juicio determinado, derivándolo nacionalmente
de las relaciones ya establecidas en otros juicios. Por
consiguiente, la inferencia es la función lógica
que enlaza activamente a los juicios, ampliando y profundizando
su determinación. La determinación del juicio se
enriquece, entonces, como resultado de las inferencias en que
interviene. Y, al propio tiempo, la determinación
resultante de cada inferencia es también un juicio- Por lo
tanto, el juicio es el elemento primario de la inferencia y, a la
vez, la inferencia es el componente elemental del
juicio.
Por otra parte, la determinación del concepto
progresa igualmente a través de las inferencias, por
intermedio de los juicios que lo forman. Es más, la
relación expresada en el juicio que resulta como
conclusión de una inferencia, es simplemente una
relación diferente entre los mismos conceptos que forman
parte de los otros juicios que intervienen en dicha
inferencia.
De esa manera los conceptos vienen a ser, directamente,
los elementos componentes de la inferencia; al mismo tiempo que
cada concepto se desarrolla a través de las inferencias de
las cuales resultan los juicios integrantes de ese concepto.
Entonces, tenemos que el concepto es un resultado de los juicios
y las inferencias en que interviene, mientras que el juicio se
constituye en las inferencias y está integrado por
conceptos y, por su parte, la inferencia tiene como elementos
componentes a los juicios y los conceptos. En consecuencia, entre
el concepto, el juicio y la inferencia existe una
vinculación activa de carácter
recíproco.
La lógica comienza en el momento que podemos
cuantificar "lógicamente" un concepto, en esa medición encontramos un número de
aspectos inteligibles o notas características reunidas que
forman el concepto. La "suma" de estas notas o aspectos
inteligibles se denomina la comprehensión del concepto. Se
denomina comprehensión al conjunto de notas inteligibles
que integran un concepto. Por ejemplo el concepto ingeniería
industrial incluye notas relativas a máquinas,
materias primas, información, informática, energía y conceptos de
las matemáticas, física, química, ciencias
sociales y técnicas
de procesos, todos tendientes a resolver y solucionar problemas de
orden teórico o prácticos.
Los conceptos científicos poseen siempre un
contenido concreto. Ese
contenido expresado en el concepto es una forma de la existencia
objetiva entre formas de existencia. El aspecto cualitativo de
ese contenido recibe el nombre de intensión del concepto.
Y el aspecto cuantitativo de ese mismo contenido constituye la
extensión del concepto. La intensión significa el
grupo de cualidades de los procesos que el concepto contiene en
su determinación. La extensión, en cambio, indica
la cantidad de procesos en los cuales se refiere la
determinación del concepto. Entre todos los conceptos que
se pueden formular, el concepto del universo es el
más general, porque comprende a la totalidad de los
procesos objetivos y
refleja su existencia en todas sus formas y modalidades. En
consecuencia el concepto del universo es más rico en
contenido cualitativo o intensión y,
simultáneamente, es el que tiene el máximo de
contenido cualitativo o extensión.
Los procesos que constituyen el universo se manifiestan
como procesos individuales en cierto nivel de la existencia.
Pero, al propio tiempo, cada proceso está formado por una
conjugación de otros procesos más simples, que
manifiestan su individualidad cuando se penetra hasta un nivel
más profundo de la existencia. Además, cada proceso
es parte integrante de un conjunto de procesos vinculados e
interpretados de tal manera que forman un todo unitario y, por
consiguiente, dicho conjunto constituye otro proceso individual,
sólo que en un nivel diferente.
Así, por ejemplo, un átomo es
un proceso individual que, a la vez, está constituido por
dos o más partículas elementales; y cada una de
estas partículas es también un proceso individual
en su nivel propio. Por otra parte, ese mismo átomo,
conjugado con otros átomos, puede constituir una
molécula que, a su vez, es otro proceso individual en su
nivel de existencia. Por lo tanto, cada proceso contiene como
elementos a otros procesos y, al mismo tiempo, es uno de los
elementos de otro proceso más complejo.
En esas condiciones, cada concepto es
simultáneamente genérico y específico: es
genérico en tanto que representa un conjunto de procesos
individuales; y es específico porque es también uno
de los elementos integrantes de otro proceso individual
más complicado. En consecuencia lo genérico se
encuentra vinculado ineludiblemente con lo específico, en
el mismo concepto. De esa manera en el aspecto genérico
del concepto queda incluida toda la riqueza concreta de lo
específico. Y, por eso mismo, el incremento de la
generalidad de un concepto no excluye nada de lo concreto de su
particularidad.
El desarrollo de cada concepto pone claramente de
manifiesto la relación directa que existe entre su
intensión y su extensión. El incremento de la
intensión de un concepto coincide, en unos casos, con un
aumento de su extensión; en tanto que, en otros casos,
dicho incremento en la intensión no afecta a su
extensión.
Análogamente, el incremento en la
extensión del concepto puede producir un crecimiento de su
intensión, o bien, hacer que su intensión se
mantenga en el mismo nivel que ya tenía. Por lo tanto, la
intensión y la extensión del concepto se encuentran
en una relación tal que, lejos de ser proporcionalmente
inversa tiene la particularidad de que no admite ningún
decrecimiento en su magnitud. Por lo tanto, la extensión
que adquiere un concepto puede aumentar después, o se
puede conservar, pero ya no puede disminuir. Y lo mismo sucede
con respecto a su intensión.
La relación existente entre la extensión
de dos conceptos diferentes se puede hacer ver de la manera
siguiente. Si representamos simbólicamente a un concepto
por la letra X y al otro por la letra Y, tendremos que entre
ambos son posibles las cuatro relaciones que siguen:
1) el concepto X se encuentra contenido íntegramente en el
concepto Y;
2) el concepto Y está comprendido por entero en el
concepto X;
3) el concepto X y el concepto Y coinciden parcialmente; y
4) no se conoce nada en común entre los conceptos X e
Y.
En el primer caso, el concepto X se encuentra
subordinado al concepto Y, o sea, que X es una especie de
género
Y. A la vez, el concepto Y tiene una extensión mayor que
la de X. También se puede decir que el concepto X resulta
de la particularización de Y, en tanto que el que el
concepto Y es el producto de la
generalización de X y de los otros conceptos
específicos que incluye.
En el segundo caso, las relaciones entre los conceptos X
e Y son justamente las inversas, de tal modo que el concepto Y es
la especie subordinada y el concepto X es el género
subordinante. Como ejemplo de estas relaciones tenemos las que
existen entre la clase de los rotíferos y el phylum de los
troquelmintos. Así tenemos que el concepto de
rotífero se encuentre subordinado como especie al concepto
genérico de troquelminto y, por ende, constituye una de
sus particularizaciones. Mientras que el concepto de troquelminto
es el género subordinante del concepto de rotífero,
tiene una extensión mayor y es el resultado de la
generalización de los rotíferos y de los
gasterótricos, que es la clase comprendida en el mismo
phylum.
En el tercer caso, los conceptos X e Y están
coordinados, constituyendo especies de un género
común. Por consiguiente, la extensión de los
conceptos X e Y es parcialmente equivalente. Así, por
ejemplo, los conceptos de ave y de reptil tienen una
extensión parcialmente equivalente y se encuentran
coordinados por el hecho de que ambos son especies de un mismo
concepto genérico, que es el del subphylum de los
vertebrados al que pertenecen.
En el cuarto y último caso, los conceptos X e Y
no muestran implícitamente ninguna relación. Por lo
tanto, su extensión no se puede comparar, porque se
desconocen las referencias pertinentes. Así
sucedía, por ejemplo, entre el concepto masa y el concepto
de energía, que se encuentra expresada en la famosa
ecuación: E = mc.
Los ejercicios que hasta ahora hemos realizado
estuvieron referidos a la preparación cognitiva para
acceder a uno de los instrumentos más valiosos que haya
inventado el ser humano para trabajar el discurso: los
conceptos. Las proposiciones cono dijimos antes, son los
instrumentos que sirven para vehiculizar los conceptos y
éstos a su vez vehiculizan, también, el
pensamiento.
Los conceptos no son simples palabras; los hay que se
identifican con palabras, pero como instrumentos de conocimientos
van mucho más lejos. Recordemos que el objetivo radica en
comprender cómo funciona la información y
cómo el conocimiento y ambos utilizan conceptos pero
aquí estamos buscando no sólo la diferencia sino
apropiarnos de su manejo y adquirir habilidades para ir tanto a
la decodificación como a la codificación.
Interpretar discursos y
elaborarlos.
La lógica en su sentido estricto, ha existido
desde que apareció el hombre; porque este siempre ha
razonado. Pero como ciencia data del siglo V a de C, con la
escuela de Elea,
siendo Parménides quién formuló el principio
de identidad y
Zenón el formulador de las leyes del razonamiento.
Más adelante, Sócrates
precisa el concepto de inducción, y Platón
profundiza en la deducción y el
análisis.
Pero sin duda, el padre de la lógica como ciencia
es Aristóteles, quien escribió seis
tratados sobre
lógica, conocidos con el nombre de Organón (que
significa instrumento del saber). La lucidez y
sistemartización de esta obra es tan genial que hoy sigue
siendo marco de referencia para toda discusión
lógica.
Fue la Escolástica medieval la que
perfeccionó la lógica del maestro
Aristóteles y es a partir del siglo XVII cuando se notan
nuevos planteamientos producto de los nuevos tiempos, Francisco
Bacón en su Novum Organon cuestiona la primacía del
método
deductivo en Aristóteles y reivindica la inducción,
a partir de la experiencia como método básico de la
ciencia, su teoría
fue ampliada por Galileo, John Stuart Mill en el siglo
XIX.
Hegel, reivindica el método dialéctico, en
su lógica se fundamenta en los trabajos de
Heráclito. Este método también va a ser
empleado por Marx quien
construye uno de los modelos de
pensamiento de mayor influencia en la primera mitad del siglo XX.
Este siglo conoció el más grande de los
lógicos Bertrand Russell, creador de la lógica
matemática.
Lógica es la ciencia de los pensamientos en
cuanto tal, es una disciplina formal que sólo estudia
conceptos y los actos de la razón. Es por tanto, una
ciencia teórica fundamentada en los principios de:
identidad, contradicción, tercero excluido, razón
suficiente. Los lógicos dividen la lógica en dos
grandes ramas: la lógica proposicional y la de
términos.
La palabra lógica viene del griego logos que
significa razón de ser, núcleo fundamental que se
proyecta o se despliega. También es una ciencia que puede
responder a las preguntas de: ¿cuáles son las
reglas que debe seguir el pensamiento para encontrar la verdad? o
¿cómo pensar correctamente? o ¿Cuál
es la naturaleza del pensamiento?. En la lógica no se
piensa en fórmulas físicas, ni ecuaciones
matemáticas, ni en acontecimientos de la vida política, sino en el
pensamiento como tal. Por eso, para conocer su naturaleza,
estructura y
sus operaciones, es preciso el estudio de las tres operaciones
del pensamiento (el concepto, el juicio y el
razonamiento).
La Lógica proposicional es útil
porque:
X
P1. Perfecciona el pensar natural al intentar suplir sus
deficiencias.
X P2. Da mayor orden y claridad a los
pensamientos.
X P3. Ayuda a descubrir errores producidos por
el mal uso de las reglas del pensamiento.
X P4. Te permite pensar en
forma rigurosa.
X P5. La Lógica es una facultad o
capacidad de pensar coherente y consistentemente.
El concepto es una aplicación de una
lógica, porque la idea es una representación del
objeto y como tal responde a unos criterios de verdad. Por eso,
el pensamiento no sólo elabora conceptos sino que
también los analiza y los clasifica, estableciendo la
siguiente división:
X
Simple: cuando significa una sola nota. Ejemplo:
hombre.X
Compuesto: cuando significa varias notas. Ejemplo:
motocicleta.X
Múltiple: cuando significa múltiples
notas. Ejemplo: Universidad Santiago de Cali.- Por su comprensión:
X
Singular: cuando el concepto designa a una sola persona
o cosa. Ejemplo: Pedro, lápiz, gato.X
Particular: cuando designa algunas personas, cosas o
animales.
Ejemplo: Algunos hombres son adultos.X
Universal: cuando el concepto abarca a todos los seres
de la misma clase. Ejemplo: todas las aves son
vertebradas. - Por su extensión el concepto es:
X
Intuitivo: cuando el concepto proviene de los sentidos.
Ejemplo: risa.X
Imaginativo: tiene su origen en la imaginación.
Ejemplo: "Superman".X
Discursivo: cuando tiene su origen en el razonamiento.
Ejemplo: Democracia.El pensamiento es considerado como una actividad
intelectual que realiza el hombre a través de la cual
entiende y comprende, por eso, los resultados del pensar son:
conceptos, juicios y raciocinios. El texto es
una estructura de pensamiento destinado a la
divulgación del conocimiento y como tal es una
estructura lógica.Juicio es el acto del pensamiento que consiste en
relacionar dos o más conceptos afirmando la
conveniencia o negando. Todo juicio consta de sujeto, verbo
(cópula) y predicado. Se dividen por la cualidad,
cantidad, la materia y
por la forma.El razonamiento es el tercer acto de la mente y
consiste en relacionar juicios conocidos, evidentes o
comprobados, para descubrir otro juicio desconocido, o para
comprobar hipótesis no comprobadas.El pensar es un proceso que no se constituye como un
simple acto mecánico, sino que se establece a partir
de una asociación de ideas, en donde la inteligencia determina la relación,
coherencia, cohesión de los contenidos y las formas
del pensamiento.Los principios de la lógica son los
fundamentos que orientan ciertas reglas para determinar la
coherencia y sistematicidad del texto y del pensamiento.
Entre ellos tenemos:El principio de identidad expresa la igualdad
de la idea consigo misma. Una cosa, un objeto, un animal o
una persona siempre es igual a sí misma. Este
principio se representa mediante la fórmula X es X.
Ejemplo: un perro es un perro. Este principio es importante
en la medida que el predicado expresa notas complementarias
del sujeto.El principio de contradicción afirma la
imposibilidad de concebir dos juicios contradictorios y
verdaderos con relación a un mismo objeto. Si se
tienen los juicios S es P y S no es P, es imposible que ambos
juicios sean verdaderos a la vez en el mismo tiempo y
circunstancia. Si el uno es verdadero el otro ha de ser
necesariamente falso.El principio de tercero excluido, dado dos juicios
contradictorios entre sí: (A es B); (A no es B) hemos
de reconocer que uno de los dos es falso y el otro verdadero
y no existe un tercer modo de ser (se excluye una tercera
posibilidad).El principio de razón suficiente, plantea la
necesidad de razonar en forma ordenada y lógica, y
sólo es verdadero
aquello que se puede probar suficientemente en referencia a
otras razones y demostraciones. Ejemplo: "el todo es mayor
que las partes". Esta proposición es verdadera porque
se cumple ya sea por experiencia o por la pura
intuición.El texto, entonces, es una construcción
intelectual que contribuye al conocimiento, porque se
fundamenta en conceptos, juicios y raciocinios. De ahí
que:
X
P1. El primer acto de la mente es la elaboración
de conceptos.
X P2. El segundo acto de la mente es la
elaboración de juicios.
X P3. El tercer acto
de la mente es la elaboración de
razonamientos.
X P4. Los tipos de razonamientos son:
deductivos, inductivos y analíticos.Los textos son elaborados con pensamientos; por lo
tanto, ellos están estructurados por razonamientos,
juicios y conceptos que contribuyen a su
interpretación y comprensión. La primera parte
de la articulación de las proposiciones en un texto
cualquiera, es descubrir la conclusión mayor. La
segunda estudia la estructura interna de las proposiciones,
que se dividen en términos, y la tercera presenta las
conclusiones.Las proposiciones son oraciones calificables de:
lógicas, verdaderas o de falsas. En tal sentido, toda
proposición es oración gramatical; pero no toda
oración es proposición. Ellas pertenecen al
lenguaje funcional y argumentativo. Por ser unidades de
pensamiento permiten afirmar o negar. Su estructura se
compone de: sujeto, verbo, predicado y un cuantificador.
Relacionan dos conceptos clasales: el proponente y el
referente. Un texto se compone esencialmente de proposiciones
que suministran información sobre la aplicación
de los conceptos.El pensamiento humano es una condición
propositiva, esto quiere decir que no conocemos de manera
inmediata, de simple golpe de vista, sino mediante procesos
que son complejos que van de lo conocido a lo desconocido. La
proposición, o sea la conexión de un predicado
con un sujeto, de un concepto con otro, es la estructura
lógica por ser cuantificada y manifestación de
un juicio.Las proposiciones normales se componen de: sujeto,
verbo, predicado y. Además, toda proposición
está cuantificada. Los cuantificadores son
también términos importantes para sacar
conclusiones. Por tal razón, de la cantidad o
extensión de las proposiciones pueden ser: universales
o no universales, también particulares o singulares.
En síntesis, las proposiciones son pensamientos
complejos contenidos en estructuras o textos construidos como
operaciones de intelectuales para la comprehensión y
asimilación de la realidad.La lectura y
escritura
proposicional tienen importancia primordial dentro de la
actividad académica y científica, porque
constituyen el medio de expresión y de comunicación de los conocimientos
adquiridos, al mismo tiempo que se defienden o se demuestran
las tesis que
han sido sometidas a la discusión.La redacción de un texto proposicional
debe ser la parte final y en cierto modo culminatoria de un
trabajo de investigación en las
ingenierías. Por lo tanto, el ensayo
se convierte en instrumento a través del cual se
consigue la adhesión a las hipótesis. A
demás es también un medio para expresar
conocimientos que deben ser sometidos a prueba o
crítica racional.Ahora bien, el propósito fundamental de la
escritura proposicional es la
comunicación, desafortunadamente muchas veces no
se cumple tal objetivo por falta de una
conceptualización adecuada. A este respecto, una
preparación en lógica y epistemología permitiría que los
docentes universitarios asumieran una actitud
más crítica en relación con sus propios
escritos y mejorar la manera como escriben los
estudiantes.El cultivo del pensamiento crítico es
indispensable en todo proceso de investigación e
imprescindible a la hora de
presentar los resultados. En todos los casos una buena
escritura proposicional se aprende leyendo esencialmente a
los grandes clásicos, por ser estos verdaderos
tratados de lógica humanista.El valor de
un ensayo
depende tanto de las proposiciones que argumentan y aportan a
la sustentación de la tesis – o sea, de su
contenido- como de la presentación que se le da, es
decir, su forma. En realidad existe una estrecha
relación entre la forma y el contenido, tanto que no
es aconsejable exponer o someter a la crítica un
trabajo que no haya sido rigurosamente corregido y que
conjugue de manera armónica un contenido valioso con
una forma correcta y una presentación
convincente.La escritura proposicional debe acentuarse en
conceptos inteligibles y proposiciones sencillas, de tal
manera que toda la argumentación sea clara y precisa,
se deben eliminar las palabras y frases superficiales, las
reiteraciones innecesarias, los lugares comunes, las
exageraciones, y sobre todo las expresiones incompletas. En
todos los casos el ensayo
debe ser breve, claro y conciso.La demostración es el fundamento del ensayo y
se logra por medio de la argumentación lógica o
por medio de la inferencia, de esta manera se consigue
explicar unos conocimientos por medio de otros, de tal manera
que las tesis son comprobadas racionalmente con fundamento en
afirmaciones o negaciones, falseadas o
verificadas.6.
Construcción del conocimientoDesde Kant, se
ha aceptado el postulado que conocimiento es igual a ciencia,
en tal sentido los procesos pedagógicos deben
centrarse en desarrollar, potencializar las operaciones
intelectuales y valorar los conceptos, los juicios y los
razonamientos. Puesto que el concepto y la
proposición, por su carácter abstracto y
universalizante, permiten el
aprendizaje del mundo de la realidad.El concepto precede al juicio, aunque todo concepto
implica varias proposiciones. Hay rastro de un juicio hasta
en la simple percepción, es un juicio
implícito debido a la presencia real del objeto. Por
lo tanto, si percibimos un objeto, una persona, afirmamos
implícitamente la existencia de lo que hemos percibido
y, tenemos un verdadero juicio cuando se pasa de la
percepción, por medio de la reflexión, al
juicio explícito.Juzgar consiste en captar en un acto de conciencia
dos percepciones, dos representaciones o relacionar dos
conceptos. Ello significa unir dos términos con una
afirmación o separarlos con una negación. Para
emitir un juicio, no es suficiente que dos términos se
asocien en nuestra conciencia por contigüedad, por
semejanza o por contraste, sino que se necesita que los dos
términos se reconozcan explícitamente y que se
establezca entre ellos una relación.El razonamiento, es pues, una serie de relaciones de
juicios en un todo y que terminan en otro juicio. De tal
manera, que, de hechos o datos particulares pasamos por un
procedimiento
inductivo a los principios generales; o por el contrario,
procedemos en forma deductiva, de las leyes y los principios
generales, pasamos a los datos o las consecuencias
particulares.La ciencia constituye un importante elemento de la
cultura espiritual y la forma superior de los conocimientos
humanos; es un sistema
que se obtiene mediante métodos cognoscitivos, se expresa por
medio de conceptos, juicios y tesis cuya veracidad se debe
demostrar por medios
teóricos o empíricos. Ella permite comprender
los fenómenos, leyes del mundo y de la actividad
social, permite prever y transformar la realidad para el
beneficio del hombre y de la sociedad.Todo acto pedagógico debe estar centrado en
la tarea de reflexionar en función de la ciencia. Por
lo tanto, se debe fundamentar en la investigación, en
la reciprocidad de los saberes, en la autonomía frente
a cualquier ideología; su propósito debe ser
la búsqueda de la verdad dentro de la racionalidad, y
de la critica sin dogmatismo, y sin caer en los extremos de
reducir la verdad a certezas incuestionables.Enmanuel Kant, en su análisis,
"Crítica de la razón pura", plantea que el
conocimiento nos llega través de los canales
deformados de los sentidos; por el contrario, la razón
pura, es un saber que no nos llega por los sentidos sino
independiente de toda experiencia de ellos. Si pasamos del
extenso campo de la sensación y de la
percepción al pequeño recinto del pensamiento,
se va produciendo un paso del conocimiento "perceptual" de
los objetos al conocimiento "conceptual" de las relaciones,
las sucesiones
y las leyes. En estos instrumentos de la mente se refinan la
experiencia hasta convertirla en ciencia.La sensación es estímulo
desorganizado; la percepción es sensación
organizada; la conceptualización es percepción
organizada; la ciencia es un conocimiento organizado, y la
sabiduría es la misma vida organizada. Somos nosotros,
con nuestra mente, la que produce la luz sobre el
extenso mar de las sensaciones.Para Kant, Locke estaba equivocado, porque para
él "No hay nada que este en el entendimiento que antes
no haya pasado por las sentidos" y afirma que Leibniz
tenía razón al añadir: "Nada excepto el
entendimiento mismo". Las percepciones sin concepciones
– afirma Kant- son ciegas, no se entretejen en forma
automática, es a la mente la que le corresponde hacer
el esfuerzo de ordenar. El orden que vemos en el mundo es
producto de la acción del hombre, de ahí que
Kant estaba seguro de que
no hay nada que se pueda conocer en forma segura.El conocimiento se queda en la experiencia, en el
objeto transformado en idea. Pero no podemos saber en
sí. De ahí deduce, que cualquier intento, ya
sea desde la ciencia, ya desde la religión; por descifrar la
última realidad se queda en el campo de lo
hipotético, porque el entendimiento nunca puede ir
más allá de los límites de lo sensible.El pensamiento de Kant está ligado a lo
moderno como una premisa universalistas, hace parte de los
grandes proyectos
antropocéntricos y a las cosmovisiones que desatienden
lo concreto y particular. El pensamiento moderno nos presenta
la historia
como una entidad unitaria que implica la existencia de un
centro organizador y que para el mundo occidental es Europa:
centro desde donde se construye y se reconstruye la sociedad
y la cultura que como un espiral avanza en forma positiva y
permite imaginar el desarrollo y el progreso.Lo moderno es progreso inevitable, es confianza
ilimitada en la racionalidad, es decir, confianza exagerada
en conocer sin fronteras y transformar la vida. Hay un
exagerado énfasis en la razón, de esta
situación, surgen mundos inteligibles donde la
razón es la ordenadora y la que potencializa las cosas
hacia un fin.Termina el siglo XX, y la pretensión de
construir un mundo ordenado por la razón fue un
fiasco, igual una historia universalizante que responda a la
lógica del progreso para todos fue una necedad. Hoy
sólo es posible hablar de mundos posibles y la ciencia
ya no es la panacea, la solución para todos los
problemas humanos. Hoy vemos que sus resultados a pesar de
ser asombrosamente vertiginosos en los últimos
cincuenta años, son visiblemente limitados frente a
todos los problemas del hombre.Asistimos a la irrupción de racionalidades,
producto de las múltiples miradas; por lo tanto, la
historia ya no es única, tampoco hay una realidad
única, lo que prima es la heterogeneidad y se entiende
que los conocimientos están mediados por los saberes
de los otros. El fin del siglo XX se vio convulsionado por
una nueva revolución, rebelión en contra
de los padres del mundo moderno – Descartes,
Locke, Kant y Marx- las nuevas propuestas no giran en
torno a
grandes proyectos universalizantes, sino en pequeños
procesos y realidades concretas, se habla en la historia, no
de un rumbo, sino de muchos rumbos posibles.Las ideas de Karl Popper, sin duda constituyen el
desarrollo más importante de la rebelión contra
los padres del mundo moderno, sus ideas son consideradas un
logro dentro de la tradición filosófica
iniciada por el mismo Kant, su filosofía rompe con la
perspectiva Hegeliana y su preocupación central es la
defensa de las ideas liberales y la validez del
conocimiento.Tanto a Kant, como a Popper, les preocupa el tema de
la razón, el buen uso de ella y su
recomendación es que si queremos conformar una
sociedad razonable es necesario que aprendamos a distinguir
con claridad lo que es un conocimiento
científico, de las simples creencias y
convicciones personales, políticas o religiosas no
fundamentadas. A esta tarea se le ha llamado "Problema de la
demarcación", y a ella dirigió Popper toda su
atención. La demarcación implica
entender muy bien lo que es un conocimiento
científico, porque no se trata de cómo
creyó el positivismo moderno un conocimiento verdadero,
e inconmovible. Siguiendo la tradición kantiana el
hombre no está en la posibilidad de acceder a dicho
conocimiento.La ciencia está conformada de
hipótesis que merecen nuestra confianza –
señala Popper- por ser efectivas para predecir lo que
va acontecer, en ellas debemos apoyarnos para orientar
nuestra acción. Pero ello no les otorga el
carácter de conocimiento (incuestionable) verdadero.
Incluso para que sean reconocidas como realmente
científicas es indispensable que puedan ser sometidas
a la prueba de la experiencia y constatar si son o no
confiables.Si una teoría no puede ser sometida a prueba
por la experiencia; si no puede ser falseada usando un
término popperiano, no debe ser considerada como
científica, y por lo tanto no debe merecer nuestra
confianza. En eso consiste lo fundamental del "Falsacionismo"
de Popper.Tomemos un ejemplo: la democracia es un camino
bastante largo y propiamente indefinido en el cual hay un
mínimo de condiciones -señala Estanislao
Zuleta- como derecho a elegir, a ser elegido, a disentir, a
diferir, a pensar diferente. Democracia es la búsqueda
de una nueva comunidad que
piense, que reclame y que produzca. Zuleta citando a Kant
plantea una democracia racional, consistente esencialmente en
tres principios: 1. Pensar por sí mismo, 2. Pensar en
el lugar del otro y 3. Ser consecuente. Por lo tanto la
democracia es racional.
De acuerdo con lo anterior se desprende que Popper sigue la
tradición de Kant, reconoce que el capitalismo y la democracia no son dos
doctrinas idénticas, pero si tienen importantes
vínculos, en ambos se enfatiza en lo individual frente
a lo colectivo, lo heterogéneo sobre lo
homogéneo y esto implica reconocer la divergencia en
las opiniones. Esto fue lo que llevó a Popper a
rechazar los totalitarismos colectivizantes y masificantes
por ser sistemas fundamentalistas.Resumiendo, su sistema es esencialmente
crítico, no busca verdades sino "contrastar", porque
una teoría es científica cuando resiste la
refutación de sus postulados. Por lo tanto, el
problema del conocimiento está en cómo
descubrir y encontrar razones fuera de nuestra experiencia
sensible y de nuestros sentimientos que sirvan de fundamento
para comprender y proponer soluciones
científicas a los problemas humanos. Pero como no es
posible la pretendida objetividad cientista y la objetividad
de la ciencia no depende de la objetividad del
científico, porque no es posible superar las pasiones
y los sentimientos, no es posible superar la subjetividad del
investigador, la pureza de la ciencia seguirá siendo
un ideal inalcanzable.A propósito de los aprendizajes, la
universidad está llamada a propiciar el desarrollo del
pensamiento conceptual y las potencialidades humanas del
alumno, para lo cual se hace absolutamente pertinente el
dominio de las reglas que determinan la estructura interna de
los conceptos. Aprender a vivir, aprender a hacer, aprender a
conocer y aprender a comprender, sólo es posible con
la asimilación de los conceptos. - Por su origen el concepto es:
- De Gortari, E. Iniciación a la lógica.
Editorial Grijalbo, 1970 - Gorski, D.P. y Travans. Lógica. Editorial
Grijalbo, 1958. - Grech, Pablo. Introducción a la ingeniería. Printice Hall,
2001 - Kursanov, G.A. El materialismo
dialéctico y el concepto. Editorial Grijalbo,
1966 - Mina, P. Álvaro. Aprende a pensar el texto.
FAID, 2001. - Serrano, J.A. Pensamiento y concepto. Editorial
Trillas,1988 - Serrano, Jorge. Pensamiento y concepto. Editorial
Trillas, 1995
Abstrac
El concepto científico es el elemento lógico
central en la formación de personas de ciencia, su
asimilación determina la solidez y estructura intelectual
del investigador. Por eso, los ingenieros deben desarrollar
conocimientos del mundo de las matemáticas, de las
ciencias
naturales y de las sociales. El éxito
de un ingeniero depende del grado de comprehensión de los
conceptos propios del área de su formación, de la
experiencia vivida y de la habilidad adquirida a lo largo de su
formación profesional.
Autor:
Álvaro Mina Paz*
Docente de humanidades
Programa
Ingeniería Industrial USC