Utilice las categorías industria
cultural y vanguardia,
para el análisis de: televisión, cine, radio e internet en la actualidad.
Para este trabajo deberá emplear la bibliografía obligatoria de
la cátedra:- Horckheimer y Adorno, La industria cultural,;
Walter Benjamin, La obra de arte en la era de
su reproductibilidad técnica; Matei Callinescu, Cinco
Caras de la Modernidad ;
Peter Bürguer, Teoría
de la Vanguardia- y los conceptos expuestos durante las clases
teóricas correspondientes a la segunda unidad del programa.
Según Benjamin la obra de arte ha sido
siempre fundamentalmente susceptible de reproducción. Lo que los hombres
habían hecho, podía ser imitado por los hombres,
pero incluso en la reproducción más acabada falta
algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia
irrepetible en el lugar en que se encuentra, es decir que una
obra de arte debe ser entendida en el paradigma y en
el momento histórico en el que fue creada.
El aquí y ahora del original constituye el
concepto de
autenticidad. El ámbito entero de la autenticidad se
sustrae a la reproductibilidad técnica. Cara a la
reproducción manual, que
normalmente es catalogada como falsificación, lo
auténtico conserva su autoridad
plena, mientras que no ocurre lo mismo con la reproducción
técnica. Esto se debe a que la reproducción
técnica se acredita más independientemente que la
manual respecto del original.
La autenticidad de una cosa es la cifra de todo lo que
desde el origen puede transmitirse en ellas desde su
duración material hasta su testificación
histórica.
Para continuar con este planteo debemos tener en cuenta
el concepto de "AURA" de Benjamin. Esta podría definirse
como la manifestación irrepetible de una lejanía
por cercana que pueda estar.
Lo que plantea este autor es que en la época de
la reproductibilidad técnica lo que se atrofia es el aura
de la obra. Este proceso es
sintomático; su significación señala por
encima del ámbito artístico. Al multiplicar las
reproducciones pone su presencia masiva en el lugar de una
presencia irrepetible. Y confiere actualidad a lo reproducido al
permitirle salir, desde su situación respectiva al
encuentro de cada destinatario. Ambos procesos
conducen a una fuerte conmoción de lo transmitido a una
conmoción de la tradición, que es el reverso de la
actual crisis y de la
renovación de la humanidad. Están además en
estrecha relación con los movimientos de masas de nuestros
días.
Su agente más poderoso es el cine. La importancia
social de este no es imaginable incluso en su forma más
positiva, y precisamente en ella, sin este otro lado suyo
destructivo catártico: la liquidación del valor de la
tradición en la herencia
cultural.
Dentro de grandes espacios históricos de tiempo se
modifican, junto con toda la existencia de las colectividades
humanas, el modo y manera de su percepción
sensorial. Dichos modo y manera en que esa percepción se
organiza, y el medio en el que acontecen están
condicionado no sólo natural, sino también
históricamente.
Por otro lado lo que pretende explicar el autor es que
cada día cobra más vigencia la necesidad de
adueñarse de los objetos en la más próxima
de las cercanías en la imagen,
más bien en la copia, en la reproducción. Y la
reproducción, tal y como la aprestan los periódicos
ilustrados y los noticiarios, se distingue inequívocamente
de la imagen.
Ahora, la unicidad de la obra de arte se identifica con
su ensamblamiento en el contexto de la tradición. Esa
tradición es desde luego algo muy vivo, algo
extraordinariamente cambiante. Pero el modo aurático de la
existencia de la obra de arte tiene una función
ritual de la que jamás puede desligarse. Y esta
función es la función ritual, es decir el valor
único de la autentica obra artística se funda en el
ritual en que tuvo su primer y original valor útil, y
aquí radica el problema de la reproductibilidad
técnica: esta emancipa a la obra artística de su
existencia parasitaria en un ritual. Esto trae como consecuencia
que en el mismo instante en que la norma de la autenticidad
fracasa en la producción artística, se transforma
la función integra del arte. En lugar de su
fundamentación en un ritual aparece su
fundamentación en una praxis distinta, en la política.
La recepción de las obras de arte sucede bajo
diversos acentos entre los cuales hay dos que se destacan por su
polaridad. Uno reside en el valor cultural, es decir que la
recepción en el caso del cine depende de la cultura ante
la cual se esté presentando el film y el otro en el valor
exhibitivo de la obra artística.
Con respecto a la distinción que el autor realiza
del cine con respecto a otras artes, es importante mencionar
entre otras cosas que en él la comprensión de cada
imagen aparece prescrita por la serie de todas las imágenes
precedentes, y no es así por ejemplo en el caso de la
pintura. Entre
estas dos artes hay una distinción notoria en cuanto a la
recepción, es decir si bien la comprensión y la
interpretación depende de cada uno, es decir de la
duración según Bergson y del Einfülen de cada
receptor, la pintura manifiesta el sentimiento o la ideología de una sola persona, en un
film puede manifestarse el sentimiento de una sociedad o la
ideología de esta con respecto a un hecho social, como por
ejemplo "Rapsodia en Agosto" de Kurosawa.
Además lo que destaca el autor es que el cine
todavía no ha captado su verdadero sentido, sus
posiblidades reales, que consisten en su capacidad singular de
expresar con medios
naturales y con una fuerza de
convicción incomparable lo quimérico lo
maravilloso, lo sobrenatural.
Ahora bien podría definirse al cine como un gran
mecanismo al que le importa mucho más que el actor se
represente a sí mismo ante el mecanismo, que represente un
personaje ante el público.
Esto trae como consecuencia que por primera vez el hombre
tenga que actuar con toda su persona, pero renunciando a su
aura.
Siguiendo con la representación podría
decirse que al cine le interesa que en esa representación
participan las masas, como es el caso de todo el cine
revolucionario latinoamericano, por ejemplo "La hora de los
hornos" de Solanas pero esto lo hace por medio de
representaciones ilusorias y especulaciones ambivalentes.
Además el cine no solo se caracteriza por la manera como
el hombre se
presenta ante el aparato, sino además por como con ayuda
de éste se representa el mundo en torno. Esto se
relaciona estrechamente con que la reproductiblidad de la obra
artística modifica la relación de la masa para con
el arte. Si citamos intentos de teorías
cinematográficos que intentaron modificar la actitud de las
masas con respecto al cine podemos hablar de la "Estética del hambre" y la "Estética
del sueño" del director brasileño Pereyra Do
Santos. Volviendo al tema de la masa, esta es una matriz de la
que actualmente surge, como vuelto a nacer, todo comportamiento
consabido frente a las obras artísticas. La cantidad se ha
convertido en calidad: el
crecimiento masivo del número de participantes ha
modificado la índole.
Podría decirse que en la actualidad, esto se ve
reflejado en la poca importancia que se le da a quien consume el
producto, y a
la gran importancia que tienen los números del raiting o a
la cantidad de espectadores.
Para desarrollar el tema Benjamin toma a otros autores,
y entre ellos nos parece importante destacar a Duhamel, quien
dice que le agradece al cine la participación peculiar que
despierta en las masas. La llama "pasatiempos para parias,
disipación para iletrados, para criaturas miserables
aturdidas por sus trajines y sus preocupaciones….., un
espectáculo que no reclama esfuerzo alguno, que no supone
continuidad en las ideas, que no plantea ninguna pasión,
que no alumbra ninguna otra esperanza a no ser la esperanza
ridícula de convertirse un día en star en Los
Angeles".
En base a esto podríamos decir que tanto el cine
como la
televisión plantean modelos de
belleza y actitud a seguir.
Y es aquí donde se da una gran paradoja: las
masas buscan disipación, pero el arte reclama
recogimiento.
Ahora pasemos a Horkheimer y a Adorno
La civilización actual concede a todo un aire de
semejanza. Film, radio y semanarios constituyen un sistema. Cada
sector está armonizado en sí y todos entre
ellos.
Film y radio no tienen ya más necesidad de
hacerse pasar por arte. La verdad de que no son más que
negocios les
sirve de ideología, que debería legitimar los
rechazos que practican deliberadamente. Se autodefinen como
industrias.
La participación en tal industria de millones de
personas impondría inevitablemente métodos de
reproducción que a su vez conducen a que, innumerables
lugares, necesidades iguales sean satisfechas por productos
standard.
Esto es claro en la televisión si observamos la
franja horario de la tarde en que sólo se pasan novelas o
programas de
chimentos. En el caso de los programas de chimentos podría
decirse que son standard ya que todos presentan un conductor, un
panel de gente que opina, obviamente gente del "medio", e
invitados que se dedican a armar escándalos y a hablar de
la vida privada de los demás.
Con estos productos standard se conforma una sociedad
alienada de sí misma, en la que abundan los
clichés, que habrían surgido en un comienzo de la
sociedad de los consumidores y sólo por ello fueron
aceptados sin oposición.
Es esta misma industria la que ofrece al público
una jerarquía de cualidades en serie que sólo sirve
para una cuantificación más completa. Es decir que
cada uno debe comportarse espontáneamente, de acuerdo al
nivel que pertenece, y dirigirse a la categoría de
productos que le ha sido destinada, o preparada para su
tipo.
El esquematismo del procedimiento se
manifiesta en que al fin los productos mecánicamente
diferenciados se revelan como iguales.
Por ejemplo: un programa como "Rumores" plantea una
estética mucho más seria y respetable que el
programa de Mauro Viale, pero en definitiva lo único que
muestran son escándalos, tanto uno como el
otro.
Incluso los gags, los efectos son calculados y
planificados. Si podemos considerara gags los episodios en que un
artista se pelea con otro, que no son trágicos sino
cómicos, podemos mencionar como ejemplo de estos en la
televisión actual los episodios entre Silvia Suller y su
familia que
son circos que salta a primera vista que están armados
desde antes.
Por otro lado cuanto más completa e integral sea
la duplicación de los objetos empíricos por parte
de las técnicas
cinematográficas, tanto más fácil resulta
hacer creer que el mundo exterior es la simple
prolongación del que se presenta en el film. Otra vez si
pasamos este ejemplo a la televisión podemos citar los
productos de Cris Morena, como "Chiquititas", o "Rebelde Way",
programas donde se pretende mostrar que los huérfanos
viven llenos de lujos y comodidades, o que hay colegios donde los
niños
malcriados hacen lo que quieren, como ir de campera de jean al
colegio, donde todos son perfectos y hay una solo gorda pero que
igual encuentra quien la quiera, haciendo creer de este modo a
niños y adolescentes
que la vida de los desgraciados es color de
rosa.
La obra mediocre ha preferido siempre semejarse a las
otras, se ha contentado con el sustituto de la identidad. La
industria cultural absolutista la imitación. Reducida a
puro estilo, traiciona el secreto de éste, o sea declara
su obediencia a la jerarquía social.
Cada manifestación aislada de la industria
cultural reproduce a los hombres tal como aquello en que ya los
ha convertido la entera industria cultural.
El catálogo explícito e implícito,
exotérico y esotérico de lo prohibido y de lo
tolerado, no se limita a circunscribir un sector libre, sino que
lo domina y lo controla desde la superficie hasta el fondo.
Incluso los detalles mínimos son modelados según
sus normas.
Estas prohibiciones funcionan de igual manera que en su
antítesis la
vanguardia, como medio para fijar un lenguaje.
Pero esto se agrava más todavía con el
conformismo de los consumidores, así como la impudicia de
la producción que éstos mantienen en vida,
conquista una buena conciencia. Tal
conformismo se contenta con la eterna repetición de lo
mismo. Es decir ante lo nefasto de la producción el
consumidor no se
queja, sino que continúa consumiéndolo.
Esta repetición lleva a una exclusión de
lo nuevo. Esto es notable en el cine, en la gran
producción de remakes. Citando al autor: "los cineastas
consideran con sospecha, todo manuscrito, tras el cual no haya ya
un tranquilizador best seller".
La mecanización ha conquistado tanto poder sobre el
hombre durante el tiempo libre y sobre su felicidad, y determina
tan íntegramente la fabricación de los productos
para distraerse, que el hombre no tiene acceso más que a
las copias y a las reproducciones del proceso del trabajo mismo.
El supuesto contenido no es más que una pálida
fachada; lo que se imprime es la sucesión
automática de operaciones
reguladas. Sólo se puede escapar al proceso de trabajo en
la fábrica y la oficina
adecuándose a él en el ocio. El placer se petrifica
en aburrimiento, el espectador no debe trabajar con su propia
cabeza, toda conexión lógica
que requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada. Y si
observamos la televisión argentina esto es
notorio en la gran diferencia que hay entre la tv abierta y la tv
por cable, donde si podemos mirar biografías
interesantes e informes sobre
gente importante en la historia mundial, o
documentales a los que no podemos acceder en tv abierta. Es decir
claramente se nota que el cable apunta a un publico que ya se
diferencia en el simple hecho de que no todos pueden tener una
señal de cable.
Pero este ejemplo del cable nos sirve claramente para
volver al concepto de industria cultural, tenemos mas de sesenta
canales, pero diez son de deportes, diez de documentales,
diez de películas, y así sucesivamente, pero que en
definitiva son todos lo mismo.
Este ejemplo también nos sirve para mostrar como
la industria cultural excluye a ciertos sectores de la sociedad,
que no tiene nivel económico para acceder a este servicio. Y lo
mismo sucede con Internet. Supuestamente esta permite que todos
nos conectemos con todos, pero no es cínico ver a un
político en la tv afirmando que los planes de ayuda del
gobierno son
accesibles a todos porque las planillas se encuentran en la
Web, cuando si
la gente que pide el plan trata de
vivir con ciento cincuenta lecops por mes, ¿como va a
tener un peso para conectarse a Internet y bajar la
planilla?
Pero volvamos a las características de los productos que
realiza esta industria.
Es notorio una tendencia del producto a volver
malignamente al puro absurdo, del que participaba
legítimamente el arte popular y la payasada. Nuevamente
podemos mencionar los episodios de los programas de
chimentos.
Otro caso para destacar es el de los dibujos
animados. Estos eran en un principio exponentes de la
fantasía contra el racionalismo.
Hacían justicia a los
animales y a
las cosas electrizados por su técnica, pues pese a
mutilarlos les conferían una segunda vida. Ahora no hacen
más que confirmar la victoria de la razón
tecnológica sobre la verdad. La diversión
organizada pasó a ser ferocidad organizada, cuyo mayor
exponente es la violencia.
Ejemplos de esto son todos los dibujos de la industria
japonesa como "Pokemon" violentos por demasía.
Pero esta industria cultural defrauda permanentemente a
sus consumidores, no cumpliendo lo que promete. Al deseo
suscitado por los espléndidos nombres e imágenes se
le sirve al final sólo el elogio de la rutina de que
pretendía escapar.
Otras característica de la industria cultural es
que es pornográfica y convierte al amor en
historieta, además de la producción en serie del
sexo.
Citemos programas de tv, como los reality show (Gran
Hermano, Confianza ciega) que manipulan la información para crear falsas historias de
amor, a las que todos seguimos esperando el momento del coito,
que nunca llega, o nunca nos muestran. O programas de radio, como
"Tarde Negra" en la Rock & Pop,
en el cual todos los chistes se
basan en dobles sentidos haciendo alusión a todo lo que
tenga que ver con lo sexual.
Con respecto al sexo, el texto destaca
que la industria cultural, enseña y muestra
permanentemente a sus víctimas la frustración
permanente impuesta por la sociedad. Ofrece y priva a las
víctimas de algo en un mismo acto. Esto es calificado por
los autores como el efecto del aparato erótico, en el cual
todo gira en torno al coito, justamente porque este no puede
cumplirse jamás.
Historias idiotas, cuyos trozos absurdos son unidos por
asuntos biográficos.
La industria solo se interesa en los hombres como
clientes y
empleados.
Adopta el culto del hecho, limitándose a elevar
la mala realidad. Además considera como bello solo lo que
la cámara reproduce, incluso el gusto dominante toma su
ideal de la publicidad, de la
belleza de uso. Ejemplos de esto son bellezas estereotipadas,
modelos que son actrices, o programas que buscan modelos como
"Super M 2002"
Lo trágico sirve para proteger de la
acusación de que no se toma a la realidad lo
suficientemente en serio, cuando en cambio se la
utiliza con cínicas lamentaciones.
Pasemos a la vanguardia comenzando por
Callinescu.
El autor se remite a Pasquier para definir a la
vanguardia.
Citemos: "la vanguardia era simplemente una figura
estilística sugerente, que junto con otros mecanismos
retóricos similares, trasmitieron su sentido de cambio y
evolución a la literatura…".
Además el autor considera que la autoconciencia o la
ilusión de autoconciencia es crucial para la
definición de vanguardia.
Siguiendo a Saint-Simon, que considera que son las
artistas quienes al servirse como vanguardia, tienen el poder
más inmediato y rápido, que es el del arte,
podríamos decir que la vanguardia es un medio de lucha. De
hecho Balzac dice que la vanguardia se ha convertido en una
retórica revolucionaria. La imagen que dibuja la
vanguardia ideológica es la de la fuerza subversiva que
prepara la gran explosión que volara todas las estructuras
sociales y hará posible un mundo mejor, oponiéndose
al sistema existente. Esto se debe que la misma se
desarrolló siempre como una cultura de crisis, y si esta
no existe hay que crearla, intensificando y dramatizando los
sistemas de
decadencia existente.
Pero esto también implica que ser parte de una
vanguardia sea ser parte de una elite, aunque esta este
comprometida con un programa antielitista, cuya utópica
meta final es la igual participación de toda la gente en
todos los beneficios de lavida.
Pero este autor no solo habla de la vanguardia sino que
también habla del modernismo,
explicando el paso del modernismo al posmodernismo, por el
surgimiento de una "sociedad de masas" en la que la
distinción de clases es borrosa, en la que los centros
tradiciones de autoridad como la familia
pierden poder, en donde la actitud social es la pasividad, y el
hombre se transforma en su consumidor, el mismo producido en masa
como los productos, las diversiones y los valores
que absorbe.
Volvamos a los reality shows, donde se supone que cada
participante representa a un sector de la sociedad, y debemos
identificarnos con ellos.
En cambio Burguer habla de un predominio de una
estética donde se orienta la recepción hacia la
sensibilidad de los receptores, es decir en los movimientos de
vanguardia se busca que el shock que se produce en los receptores
sea el principio supremo de la intención
artística.
Un gran ejemplo de esto, que si bien comenzó en
radio pero posteriormente incursionó en teatro y
televisión lo constituye el esquizofrénico
conductor de radio Fernando Peña, quien rompió con
todos los tabúes como por ejemplo preguntar como una madre
mataría a sus hijos, y lograr que los oyentes le
contesten, o decir abiertamente por radio que es ay y tiene
SIDA.
Pero como toda vanguardia, que acarrea una actitud
revolucionaria, se agotó.
Tanto la reproductibilidad de la obra artística
como la industria cultural, y la vanguardia, conllevan a un
proceso en el que los medios como el cine, la tv, la radios o
internet, alienan a la sociedad, determinan estereotipos de lo
bello, y excluyen determinados sectores sociales, aunque
así y todo nos consideran a todos como meros consumidores
y no como personas, desaprovechando la capacidad de estos medios
para expresar ideologías entre muchas otras
cosas
No olvidemos que esto producto de la posmodernidad
que exalta el culto al cuerpo y el dominio de
los medios de
comunicación en todos los ámbitos
sociales.
NAYLA SOFFITA
GUADALUPE TELLADO
ARIEL COCERES
SANTIAGO PEREZ CUÑARRO
KARINA PELLMAN
GARCIA TORNADU MANUEL
BAEZ MARIANO