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Impacto y experiencia del uso de la máscara laríngea




Enviado por marlene



    (LMA).

    1. Resumen
    2. Material y
      método
    3. Resultados
    4. Discusión
    5. Conclusiones
    6. Referencias
      bibliográficas

    RESUMEN

    Por la dificultad de la máscara laríngea
    como una causa significativa de morbimortalidad a pesar del alto
    beneficia y/o ayuda que ha reportado la intubación
    endotraqueal, nosotros evaluamos el lugar de la máscara
    laríngea como una técnica menos riesgosa y como
    alternativa de la vía aérea. Después del
    consentimiento de los pacientes estudiamos a 60 desde Abril hasta
    Noviembre del 2000, en el Mpilo Central Hospital, Bulawayo,
    Zimbabwe para cirugía electiva, con criterios ASA I y II,
    fueron excluidos pacientes que no requerían
    posición supina y anormalidades anatómicas de la
    vía aérea. Después de la conducción
    de la anestesia fue insertada la máscara laríngea
    con el uso de propofol entre 1,25 y 2,5 mg/Kg. Previa
    medicación con midazolan, incluye monitorización
    estándar para cada paciente. No hubo diferencia
    significativa en la correcta posición entre la
    máscara de mayor y menor talla en cualquiera de las usadas
    (tallas 3, 4 y 5). La inducción con propofol permitió la
    inserción temprana de la máscara Laríngea,
    al mismo tiempo que la
    dosis puede ser disminuida con la premedicación con
    midazolan. El uso de la máscara 4 y 5 permiten ser de
    mejor cierre que la máscara de menor talla (talla 3). La
    máscara Laríngea es una medida primaria de
    establecimiento de la vía aérea como alternativa de
    la intubación endotraqueal.

    Palabras claves:

    LMA: Laryngeal Mask Airway.

    ASA: Anaesthesia Society American

    INTRODUCCION.

    La dificultad de la vía aérea es una causa
    significativa de morbilidad y mortalidad, a pesar del alto
    beneficio y/o ayuda que ha reportado la intubación
    endotraqueal. La máscara laríngea ha encontrado un
    lugar en esta arena, y ha sido desarrollada como una principal
    medida de la intubación endotraqueal (3, 4)

    La máscara laríngea ha ganado en
    popularidad como un propósito general de la vía
    aérea y tiene algunas ventajas sobre el tubo endoctraqueal
    y la máscara facial. Un factor limitado con el uso de la
    máscara Laríngea es la falta de protección
    de la vía aérea desde la reubicación del
    contenido gástrico, y algunos médicos consideran
    que la presencia del mecanismo de la faringe puede proporcionar
    la regurgitación (5). La ausencia de complicaciones como
    también se registran en la literatura médica,
    revela la efectividad y seguridad del uso
    de la máscara laríngea, convirtiéndola en
    una técnica menos riesgosa, como alternativa de la
    vía aérea. (5, 6)

    MATERIAL Y
    METODO

    Se realizó un estudio descriptivo en 60 pacientes
    desde Abril hasta Noviembre del 2000, en el Mpilo Central
    Hospital, Bulawayo, Zimbabwe en pacientes con criterio de ASA I y
    II, para cirugía electiva, fueron excluidos pacientes
    menores de 18 anos, pacientes que requerían
    posición no supina, y con anormalidades anatómicas
    de la vía aérea. La premedicación fue
    admitida con midazolan 0.015 mg/kg, próximamente 30
    minutos antes de la inducción. Incluimos
    monitorización estándar lo cual incluyó ECG,
    pulso oxímetro, capnografía y métodos no
    invasivo de monitorización de la presión
    arterial. Los pacientes fueron preoxigenados por 2 minutos,
    inducimos luego con petidina a 1 mg/Kg, luego propofol en un
    rango entre 1,25 a 2,5 mg/kg. en un tiempo mayor de 30 segundos.
    Los pulmones de los pacientes fueron ventilados por
    máscara facial con oxígeno
    al 100%. La máscara fue insertada usando la técnica
    estándar una vez lograda la pérdida de los reflejos
    de las pestañas, relajación de la mandíbula
    y apnea del paciente, lográndose un adecuado nivel de
    anestesia para la inserción en el sitio de la
    máscara laríngea. La anestesia fue mediante 0,5
    – 1,5 % de halothane y 50 % de O2 y N2O. Asignamos talla 3
    para adulto pequeño (30 – 60 Kg), talla 4 para
    adulto pequeño masculino y femenino (50 – 75 Kg) y 5
    para adultos masculinos (mayores de 75 Kg). La adecuada
    ventilación fue valorada por los movimientos de las
    paredes del pecho, capnografía y la presión de
    cierre de la vía aérea mayor de 10 cm/H2O durante
    la asistencia de la ventilación manual. La
    adecuada ventilación fue categorizada en 3 grados: Optima
    (no hay salida de gases de via
    aérea a 18 cm/H2O, Subóptima (salida de gas de la via
    aérea no menor de 10 cm/H2O y no mayor de 18 cm/H2O) e
    Inadecuada (salida de gas a menos de 10 cm/H2O). Del mismo modo
    evaluamos los intentos de incubación para la
    colocación de la máscara laríngea
    categorizados en Excelente (primer intento), Bueno (segundo
    intento) y Regular (tercer intento).

    RESULTADOS

    La efectividad de la dosis baja de propofol para la
    inserción de la máscara laríngea en 41
    pacientes inducidos fue de un 68,3 %. No hubo diferencia
    significativa referente al peso y la dosis empleada. En un total
    de 19 pacientes para el 31,7 % la anestesia fue profundizada con
    un incremento de la dosis de propofol hasta que la máscara
    laríngea fue tolerada.

    En nuestro estudio en 28 pacientes en quienes la talla 5
    fue usada, en 5 fue vista en la cavidad oral para un 8,33 %,
    obteniéndose una ventilación óptima en un
    33,3 %. En 25 pacientes para el 41,67 % en quienes fue usada la
    talla 4 fue vista la cavidad oral en 2 para el 3,33 % y la salida
    de gases ocurrió sólo en 1 paciente para el 1,66 %.
    En los pacientes en los que fue usada la talla 3 la salida de gas
    ocurrió en 2 pacientes para el 3,33 %. No hubo diferencia
    significativa en la correcta posición de la máscara
    de menor o mayor talla en cualquiera de las usadas (tallas 3, 4 y
    5). El escape de gas fue significativamente menos frecuente en la
    máscara de mayor tamaño que en las máscaras
    de menor tamaño.

    En la tabla 3 en un total de 58 pacientes se obtuvo una
    evaluación excelente con una frecuencia de
    éxito
    de un 96,67 %, del total de pacientes en 2 la máscara fue
    removida e insertada otra de menor talla para el 3,33
    %.

    DISCUSION

    La puesta de la máscara Laríngea, poco
    después de la inducción de la anestesia, así
    como la depresión
    faríngea y reflejo laríngeo es facilitado por el
    uso de propofol. Los resultados de un estudio previo en niños
    sugieren que la dosis de propofol requerida para la
    inserción de la máscara laríngea puede ser
    mayor que la aceptada para la máscara facial (1). Sin
    embargo, han habido estudios no formales para determinar la curva
    dosis-respuesta de la dosis efectiva. El midazolan intravenoso es
    un sedante efectivo para la premedicación en adultos, y su
    efecto es sinergizado con propofol y puede reducir la dosis
    requerida para la inserción de la máscara
    laríngea.

    Nuestros resultados apoyan la sugerencia que la dosis de
    propofol requerida para la inserción de la máscara
    laríngea puede ser menor que la requerida para la
    inserción de la máscara laríngea en
    niños. Los requerimientos incrementados para el propofol
    en niños pueden ser explicado por un mayor volumen central
    de distribución de la droga y mayor
    volumen cardiaco por peso en Kg, que debe resultar en una
    más baja dosis de concentración de propofol en la
    perfusión sanguínea del cerebro,
    después del bolo de inyección (1, 2). Como es
    conocido el propofol produce depresión cardiorespiratoria
    y es mayor que la asociada con un bolo de dosis de un
    barbitúrico y es probablemente la causa de
    hipotensión profunda en pacientes hipovolémicos o
    en pacientes con enfermedades cardiacas (1),
    sin embargo, durante el estudio nosotros no observamos diferencia
    en la incidencia de efectos cardiorespiratorios entre bajas y
    altas dosis de propofol (Tabla 1)

    La presencia o ausencia de salida de gas fue examinada
    por la presión en la vía aérea entre 10 y 18
    cm/H2O por presión de la bolsa reservorio, por 10 segundos
    para cada presión, la ventilación adecuada fue
    categorizada en tres grados: Optima, Subóptima e
    Inadecuada.

    Es razonable la sugerencia que máscaras
    más grandes debe ser puesta primero en el lugar, y si el
    coff es visible en la cavidad oral, entonces reemplazar esta de
    mayor tamaño por una talla de menor tamaño que
    pueda ser apropiada (3, 4).

    La incidencia de visibilidad del coff en la cavidad oral
    pudo ser visto en un 5 % para LMA más pequeña,
    mientras puede ser visto en un 25-30 % para LMA más
    grande, (4, 5). Nuestros resultados coinciden con estudios que
    muestran que tallas más grandes de LMA (tallas 4 y 5) es
    una mejor selección
    que máscaras más pequeñas (talla 3), sin
    embargo, en estudios previos, cuando las más grandes
    fueron puestas en su sitio, el coff algunas veces fue visto en la
    boca. (5).

    Brain y colaboradores exigen que el coff puede ser
    posesionado a nivel caudal de la rama de la mandíbula y
    amígdala, y de este modo si el coff es visto abriendo la
    boca del paciente, la máscara pude ser considerada larga
    también (5, 6). Nosotros valoramos los criterios para una
    talla inapropiada de LMA por investigaciones,
    además de la posición de la máscara con
    relación a la glotis y la incidencia de salida de gas
    alrededor de la misma.

    Máscaras más grandes salida dentro de la
    boca han sido vista frecuentemente y son asociadas con un gran
    riesgo del
    coff posesionado en la cavidad oral, mientras esto puede
    interferir con adenotonsilectomia y puede incrementar y/o causar
    riesgo de dolor de garganta o daño del nervio lingual. (7)
    (Tabla 2).

    La decisión de reemplazar la máscara por
    una de mayor tamaño depende de varios factores, como por
    ejemplo, pequeñas máscaras son preferibles cuando
    la adenotonsilectomia es planeada y puede causar dolor de
    garganta o daño del nervio lingual, o la cirugía es
    de larga duración (7, 8). En nuestro caso el éxito
    de inserción fue valorado como satisfactorio en un primer
    intento por el chequeo de los movimientos de las paredes del
    tórax, cardiografía y una presión de cierre
    de la vía aérea entre 10 y 20 cm/H2O durante la
    ventilación manual asistida; si la ventilación
    adecuada no fue posible, la máscara laríngea fue
    removida e insertada en un segundo intento en 2 pacientes al
    notarse un fallo de la ventilación de presión
    positiva con una saturación de oxígeno menor que el
    25% con FiO2 del 0,33, presencia de tos e hipo, similares
    resultados obtuvieron Brain y colaboradores, donde la frecuencia
    de éxitos en un primer intento resulto en el 97 % del
    total de sus casos, lo cual fue asociado por el uso de la
    maniobra de extensión, lo cual mejora significativamente
    la frecuencia de éxito (8) Autores han intentado la
    "maniobra de flexión" descrita por Kapila y colegas,
    quienes interesantemente describieron deterioro en la vista de la
    laringe con el laringoscopio de fibra
    óptica en la mayoría de los pacientes
    estudiados. (8, 9) ( Tabla 3).

    Tabla No. 1 Dosis de propofol en
    mg/kg.

    Dosis de propofol
    (mg/kg)

    Años

    Rango mg/kg

    1,25 –
    1,5

    Rango mg/kg

    2 – 2,5

    Total

    No.

    %

    No.

    %

    No

    %

    41 – 50

    5

    8,33

    6

    10

    11

    18,33

    51 – 60

    18

    30

    4

    6,67

    22

    36,67

    61 – 70

    9

    15

    3

    15

    12

    29,00

    > 70

    9

    15

    6

    10

    15

    25,00

    Total

    41

    68,33

    19

    31,67

    60

    100,00

    Tabla No. 2 ventilación
    adecuada y talla

    Ventilación adecuada y
    talla

     

    Talla

    Ventilación
    optima

    Ventilación
    suboptima

    Ventilación
    inadecuada

    Coff visto en la cavidad
    oral

    Total

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    No.

    %

    Talla 3

    2

    3,33

    5

    8,33

    7

    11,66

    Talla 4

    18

    30,00

    1

    1,67

    6

    10,00

    25

    41,67

    Talla 5

    20

    33,33

    3

    5,0

    5

    8,33

    28

    46,67

    Total

    40

    66,66

    9

    15,00

    11

    18,33

    60

    10,00

    Tabla No. 3 Evaluación de los
    pacientes

    Evaluación de los
    pacientes

    Evaluación

    No pacientes

    %

    Excelente

    58

    96,67

    Bueno

    2

    3,33

    Regular

    Total

    60

    100

    CONCLUSIONES:

    1. La inducción de la anestesia con propofol
      permite la inserción temprana y con resultados
      satisfactorios de la máscara laríngea, y al mismo
      tiempo la dosis de inducción puede ser disminuida con la
      premedicación con midazolan.
    2. El uso de las máscaras tallas 4 y 5 promete
      ser de mayor cierre que las máscaras tallas 3 sin
      empeoramiento relativo de la posición de la
      máscara en la glotis, siendo menos frecuente la salida
      de gas alrededor de la vía aérea.
    3. La máscara laríngea es una de las
      medidas primarias de establecimiento de una vía
      aérea por intubación traqueal a
      ciega.

    REFERENCIAS
    BIBLIOGRAFICAS

    1.Allsop E, Innes P, Jackson M, Cunliffe M. Dose of
    propofol required to insert the Laryngeal Mask Airway in
    chlidren. Paediatric Anaesthesia 1995; 5: 47 – 51

    2. Ahmad NS, Gentis S. M, L. Marway and Linguel Nerve
    injury anesthesia 1996; 51: 707 – 8

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    – 5

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    adults. Bar J. Anaesthesia 1998; 81: 657-5

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    size and inflation of the LMA. Anaesthesia 1998; 80:
    470-4

    7. Berry A.M, Brimacombe Jr, Mc Manus K.F, Goldblatt
    M. An evaluation of the factors influences selection of the
    optimal size of the LMA in normal adults. Anaesthesia 1998; 53:
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    8. Benumof JL. Laryngeal Mask Airway and the ASA
    difficult airway algorithm. Anaesthesiology 1996; 84: 686 –
    699

    9. Brain AIJ, Verghose L, Addy EV, The intubation
    Laryngeal Mask. I. Development of a new device for intubation
    of the trachea. British Journal of anaesthesia 1997; 79: 699 –
    703

     

     

    Dr Arístides de Jesús Luna
    González

    Especialista de 1er Grado en Anestesiología y
    Reanimación.

    Hospital Provincial Clinicoquirúrgico Docente
    "Dr. Ambrosio Grillo" de Santiago de Cuba

     

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