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Manual de bioseguridad en microbiología




Enviado por Eric Caballero J



    1. Normas generales de bioseguridad
      en el Laboratorio de microbiología
      clínica.
    2. Clasificación por grupo
      de riesgo
    3. Niveles de
      contención
    4. Característica de los
      niveles de contención
    5. Medidas de contención
      para los diferentes niveles
    6. Las cabinas de seguridad ( CBS
      )
    7. Normas de seguridad en la
      utilización de Equipos
    8. Plan de emergencia en
      microbiologia clinica
    9. Eliminación de los
      residuos peligrosos en el laboratorio de microbiología
      clínica
    10. Almacenamiento, transporte y
      envío de material biológico.
    11. Bibliografía de
      referencia

    A-
    INTRODUCCIÓN

    Durante el trabajo
    diario de la sección de microbiología, se dan situaciones de
    potenciales riesgos que
    varían según el agente infeccioso y los procedimientos
    utilizados. Las Normas de
    Bioseguridad pretenden reducir a un nivel aceptable el riesgo inherente
    a la manipulación de material peligroso .

    El trabajo en el laboratorio de
    microbiología es, como en la mayoría de las otras
    secciones del Laboratorio Clínico, un trabajo de grupo. La
    actitud ante
    las practicas seguras de cada uno de los integrantes del equipo,
    determinan su propia seguridad,
    así como la de sus compañeros y la de la
    colectividad del Laboratorio.

    El Comité de Bioseguridad de los Laboratorios
    Clínicos de la Caja de Seguro Social,
    ha elaborado un Manual de
    Bioseguridad que marca las pautas
    a seguir en la materia.

    Por otra parte, el equipamiento y el diseño
    del Laboratorio de Microbiología es parte fundamental en
    el esfuerzo de protección de los empleados en el ejercicio
    de sus labores. También en éste contexto un grupo
    de profesionales ha elaborado un protocolo de
    normas básicas en la construcción de laboratorios
    biológicos.

    Sin embargo, las características especiales del trabajo en
    la sección de Microbiología, hacen imperante un
    Manual que sirva de guía a los microbiólogos en su
    trabajo diario. La formación es pues clave en la eficacia de los
    programas de
    seguridad y ésta debe ser facilitada a todas las personas
    que están expuestas a los riesgos del
    laboratorio.

    Un programa de
    seguridad gestionado por profesionales bien entrenados, con un
    alto grado de participación por parte de los trabajadores,
    puede llevar no sólo a una disminución del
    número de lesiones y enfermedades, sino
    también a un incremento de la satisfacción del
    trabajador y de su productividad.

    El propósito de este Manual es describir la
    metodología a seguir en un programa de
    Bioseguridad en microbiología, tal que sea una guía
    para el trabajo seguro en el
    laboratorio que envuelve microorganismos potencialmente
    peligrosos. 

    1. NORMAS GENERALES
      DE BIOSEGURIDAD EN EL LABORATORIO DE MICROBIOLOGÍA
      CLÍNICA :

    La peligrosidad de un agente está directamente
    relacionada con el tipo de microorganismo y la
    manipulación a la que es sometido. Por ello es
    básico:

    1.Conocer los agentes, sustancias y productos
    peligrosos que existen en el laboratorio.

    2. Conocer la metodología de trabajo del
    laboratorio.

    3. Conocer el equipamiento del laboratorio.

    4. Conocer las medidas a tomar en caso de
    emergencia.

    5. Conocer las leyes
    relacionadas con la seguridad biológica.

    6. Respetar y hacer cumplir todo lo anterior.

    Para que se produzca un accidente por agente
    biológico deben concurrir básicamente cuatro
    elementos:

    1. Un huésped susceptible
    2. Un agente infeccioso
    3. Una concentración suficiente de
      éste
    4. Una ruta de transmisión apropiada.

    De todos ellos, el que mejor se puede controlar en el
    laboratorio es la ruta de transmisión.

    Las rutas de transmisión más comunes en el
    laboratorio son la aérea y la inoculación directa,
    muy por encima de todas las demás, aunque la oral, la
    percutanea y el contacto directo con la piel o las
    mucosas también son posibles.

    Siendo imposible determinar a ciencia cierta
    si cualquier material biológico está contaminado
    con microorganismos del grupo 2 ó 3, ciertas muestras
    (respiratorias, etc.) en las que sea posible que exista un
    microorganismo del grupo 3 deben manipularse rutinariamente en
    las Cabinas de Seguridad Biológica (CSB).

    1. MEDIDAS GENERALES

    Las siguientes medidas son de obligado cumplimiento en
    cualquier área del laboratorio:

    • El acceso al laboratorio estará limitado al
      personal
      autorizado.
    • No deben entrar en el mismo familiares ni
      amigos.
    • El personal del laboratorio debe implicarse en el
      cumplimiento de las normas de
    • seguridad.
    • Todas las áreas estarán debidamente
      marcadas con la señal de riesgo biológico y su
      nivel de contención.
    • Las puertas y ventanas deben permanecer cerradas para
      mantener la adecuada contención
      biológica.
    • Todas las superficies de trabajo se limpiarán
      y desinfectarán diariamente y siempre que se produzca un
      derrame. Los residuos y muestras peligrosas que van a ser
      incinerados fuera del laboratorio deben ser transportados en
      contenedores cerrados, resistentes e impermeables siguiendo las
      normas específicas para cada tipo de
      residuo.
    • El laboratorio debe permanecer limpio y ordenado y no
      es aconsejable utilizar los pasillos como almacén.
      Siempre debe quedar un espacio libre no inferior a

    120 cm para poder
    evacuar el laboratorio en caso de emergencia.

    • El transporte
      de las muestras dentro o entre laboratorios se realizará
      de tal manera que, en caso de caída, no se produzcan
      salpicaduras. Lo recomendable es hacerlo en cajas
      herméticas o neveras transportables. Estas cajas o
      neveras deberán ser rígidas y resistentes a los
      golpes, contar con materiales
      absorbentes en su interior y de fácil
      desinfección. Se etiquetarán o
      identificarán de forma oportuna y no podrán ser
      utilizadas para otros fines. Bajo ningún concepto se
      deben transportar las muestras a mano.
    • La ropa protectora, fácilmente ajustable y
      confortable, así como guantes, gafas, etc. debe estar
      disponible en todo momento. La ropa protectora de las
      áreas con nivel de contención 3 (batas) nunca
      debe ser usada fuera del área de trabajo y si se quita
      debe de ser desechada automáticamente en una bolsa de
      material contaminado. Jamás debe volver a ser
      usada.
    • Todo el personal debe poner especial cuidado en
      evitar el contacto de la piel con materiales potencialmente
      infecciosos. Con este fin deben usarse guantes cuando se
      manipulen muestras o cultivos que contengan posibles
      patógenos. Los guantes siempre serán desechados
      antes de salir del área de trabajo. Jamás se
      saldrá de la misma con los guantes puestos, ni con ellos
      se cogerá el teléfono, se tocarán las hojas de
      examen, maniguetas de las puertas, etc.
    • Tras quitarse los guantes, se realizará un
      lavado de manos.
    • Se usarán gafas protectoras y mascarillas
      faciales si existe riesgo de salpicaduras y/o
      aerosoles.
    • Se pondrá extremo cuidado en minimizar el
      riesgo de autoinoculación y de generación de
      aerosoles.
    • Los derrames y accidentes
      deben ser informados inmediatamente al Supervisor y al Jefe del
      Laboratorio y hacerse constar por escrito.
    • Nadie podrá trabajar en el área de
      tuberculosis
      con una prueba de Tuberculina negativa.
    • Está rigurosamente prohibido pipetear con la
      boca. Se realizará pipeteo automático con
      material adecuado y cada trabajador será instruido para
      manejarlo debidamente.
    • En la zona de trabajo no debe colocarse material de
      escritorio ni libros ya
      que el papel
      contaminado es de muy difícil
      esterilización.
    • No deberán usarse lentes de
      contacto.
    • El personal con el cabello largo debe llevarlo
      recogido.
    • Comer, beber, fumar y aplicarse cosméticos
      esta formalmente prohibido en el área de trabajo del
      laboratorio, así como el almacenamiento de comida o bebida.
    • El personal debe lavarse las manos frecuentemente
      durante las actividades rutinarias, tras acabar la jornada
      laboral y
      siempre antes de abandonar el laboratorio (almorzar). Se
      usará un jabón antiséptico y el secado se
      realizará con papel.
    • Las heridas y cortes en las manos, si se han
      producido en el Laboratorio, serán comunicados al
      responsable de la Sección correspondiente, así
      como al Supervisor de Bioseguridad que lo registrará
      haciendo constar todas las circunstancias. Las heridas y cortes
      deben ser convenientemente vendados y después es
      imprescindible ponerse guantes.

    C –
    CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES BIOLÓGICOS POR GRUPO
    DE

    RIESGO :

    1. Se refiere a aquél que resulta poco probable
      que cause una enfermedad en el
      hombre.

      Ejemplos : B. Subtilis, Naegleria, E. Coli K 12,
      Saccharomyces sp.

    2. Agente biológico del grupo 1.

      Es aquél que puede causar una enfermedad en
      el hombre y
      puede suponer un peligro para los trabajadores, siendo poco
      probable que se propague a la colectividad y existiendo
      generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.

      Ejemplos : Actinomyces sp, Bacteroides sp,
      Enterobacterias, Shigella sp, Candida sp,

      Cryptococcus neoformans.

      . Agente biológico del grupo
      3.

      Aquél que puede causar una enfermedad grave
      en el hombre y presenta un serio peligro para los
      trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad
      y existiendo frente a él generalmente profilaxis o
      tratamiento eficaz.

      Ejemplos : Mycobacterium tuberculosis y bovis,
      Histoplasma capsulatum, Neisseria meningitidis , Coccidioides
      inmitis, Chlamydia trachomatis.

    3. Agente biológico del grupo
      2.
    4. Agente biológico del grupo
      4.

    Se refiere a aquél que causando una enfermedad
    grave en el hombre supone un serio peligro para los
    trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la
    colectividad y sin que exista generalmente frente a él
    profilaxis o tratamiento eficaz.

    Ejemplos : Virus de Lassa,
    Machupo y Ebola.

    D- NIVELES DE
    CONTENCIÓN

    La Seguridad Biológica se fundamenta en tres
    elementos:

    1. Las técnicas
      de laboratorio.
    2. El equipo de seguridad ( Barreras
      primarias)
    3. El diseño de las instalaciones internas (
      Barreras secundarias).
    4. El diseño estructural del edificio
      especializad ( Barrera terciaria )
    1. De las técnicas de laboratorio:
    2. El elemento más importante para contener los
      riesgos biológicos es el seguimiento estricto de las
      prácticas y técnicas microbiológicas.
      Como parte de estas prácticas está el desarrollo
      o adopción por parte de cada laboratorio
      de un Manual de Seguridad Biológica en la que se
      identifican los riesgos que pueda sufrir el personal y que
      especifique los procedimientos que puedan minimizar esos
      riesgos.

      Tal y como su nombre indica, las llamadas barreras
      primarias son la primera línea de defensa cuando se
      manipulan materiales biológicos que puedan contener
      agentes patógenos. El concepto de barrera primaria
      podría asimilarse a la imagen de una
      "burbuja" protectora que resulta del encerramiento del
      material considerado como foco de contaminación. El ejemplo más
      claro de contención primaria lo constituyen las
      cabinas de seguridad biológica.

      Cuando no es posible el aislamiento del foco de
      contaminación, la actuación va encaminada a la
      protección del trabajador mediante el empleo de
      prendas de protección personal. En la mayoría
      de las ocasiones se practica la combinación de ambos
      tipos de medidas, tal como puede ser el empleo de la cabina
      junto con guantes y mascarilla. Todo ello sin olvidar que la
      máxima contención del riesgo biológico
      sólo se da cuando, además, se emplean las
      técnicas de trabajo correctas unidas a un
      diseño del laboratorio acorde con el nivel de
      riesgo.

      Se incluyen en este apartado tanto dispositivos o
      aparatos que garantizan la seguridad (por ejemplo, las
      cabinas de seguridad biológica), como los elementos de
      protección personal (guantes, mascarillas, batas,
      calzado, etc). Actualmente existen equipos de
      protección personal ( EPP ) que ofrecen un
      altísimo grado de protección, pero eso no
      significa que el EPP sea un substituto de una buena
      práctica de trabajo; La utilización de un
      equipo equivocado creará un riesgo adicional al
      operario al inspirar en éste un falso sentido de
      seguridad. El EPP se seleccionará en función del máximo nivel de
      riesgo que se espera encontrar al desarrollar la
      actividad

    3. De los equipo de seguridad (barreras
      primarias):
    4. Del diseño y construcción de las
      instalaciones (barreras secundarias):

    La magnitud de las barreras secundarias dependerá
    del tipo de agente infeccioso que

    se manipule en el laboratorio. Dentro de ellas se
    incluyen la separación de las zonas

    donde tiene acceso el público, la disponibilidad
    de sistemas de
    descontaminación

    (autoclaves), el filtrado del aire de salida al
    exterior, el flujo de aire direccional, etc.

    El diseño y construcción de un
    laboratorio (lo que en Seguridad Biológica se conoce
    como "barreras secundarias") contribuye a la protección
    del propio personal del laboratorio, proporciona una barrera
    para proteger a las personas que se localizan fuera del
    laboratorio (es decir, aquéllas que no están en
    contacto con los materiales biológicos como, por
    ejemplo, personal administrativo del laboratorio, enfermos y
    visitantes del Hospital) y protege a las personas de la
    comunidad
    frente a posibles escapes accidentales de agentes
    infecciosos.

    Las exigencias de cada nivel de contención se
    han enumerado ya, pasando ahora a comentar con más
    detalle algunas de ellas, junto con otras consideraciones que,
    si bien no son obligatorias por ley, sí
    deberían ser tenidas en cuenta a la hora de la evaluación del riesgo.

    a) Localización. Es aconsejable que el
    Laboratorio de Microbiología Clínica se localice
    fuera del tráfico del Hospital y que no sea un lugar de
    paso para otras dependencias en las que no exista
    restricción para su acceso (cafeterías, almacenes,
    bibliotecas,
    aparcamientos).

    b) Acceso de personal. En general, debe ser
    restringido a las personas formadas para el manejo de agentes
    infecciosos. Para un nivel 2 de contención es suficiente
    que la puerta del laboratorio pueda cerrarse con llave, mientras
    que para el nivel 3 la puerta ha de ser doble además de
    recomendarse un cambio de
    ropa.

    c) Lavamano. Debe existir uno en el mismo
    laboratorio. Estará dotado de grifos que puedan accionarse
    sin utilizar las manos y situado preferiblemente cerca de la
    puerta de salida.

    d) Lavaojos. Se recomienda que exista uno dentro
    del laboratorio como equipo de emergencia.

    e) Superficies interiores. Los suelos, paredes y
    techos deben ser impermeables al agua y
    resistentes a diferentes productos químicos, de forma que
    permitan una limpieza a fondo y una posterior
    descontaminación. En el nivel 3 de contención,
    además, todas las penetraciones deben ir
    selladas.

    f) Superficies de trabajo. Las mesas y bancos de trabajo
    deben ser resistentes al calor
    moderado, a disolventes orgánicos, ácidos y
    álcalis.

    g) Señalización. Siempre que el
    trabajo esté en marcha, debe colocarse en la puerta del
    laboratorio la señal reglamentaria de peligro
    biológico.

    h) Presión negativa. Se recomienda que el
    laboratorio se mantenga a una presión
    negativa con respecto al exterior del mismo, es decir, con
    respecto a los pasillos u otras zonas del edificio, de manera que
    exista un flujo de aire desde las zonas menos contaminadas hacia
    las de mayor riesgo de contaminación. Las puertas y
    ventanas del laboratorio han de permanecer cerradas si se quiere
    mantener esa presión negativa. No es aconsejable la
    recirculación de aire.

    i) Filtros HEPA. No existe legislación en
    España
    en cuanto a sistema y
    frecuencia para su comprobación pero, siguiendo
    directrices de otros países, parece aconsejable hacerla
    cada 6 meses o, al menos, no dejar pasar más de 14 meses.
    Deberá realizarla siempre una empresa
    especializada.

    j) Residuos. Además de la normativa
    general que el Hospital establezca, en función de la
    legislación vigente, en materia de residuos biosanitarios,
    en un nivel 3 se recomienda que en el mismo laboratorio (o dentro
    de la instalación) exista algún sistema (por
    ejemplo, esterilización por autoclave) para el tratamiento
    de los residuos producidos. De no ser así, el transporte
    de estos residuos ha de realizarse en envases sellados (ver
    más adelante el apartado específico).

    1. Adiciones al Nivel 4 de
      contención.
      Las características de
      diseño enumeradas se hacen obligatorias en el caso del
      nivel 4 de contención, además de otras, como el
      empleo de cabinas de clase III (o equipo de protección
      similar para los

    operarios), filtro HEPA a la entrada del aire, doble
    filtro HEPA a la salida del aire, etc.

    E-
    CARACTERÍSTICA DE LOS NIVELES DE CONTENCIÓN
    :

    El primer principio de Bioseguridad, es la
    contención. El término contención se refiere
    a una serie de a serie de métodos
    seguros en el
    manejo de agentes infecciosos en el laboratorio.

    El término
    "contención" se
    emplea para describir los métodos que hacen seguro el
    manejo de
    materiales infecciosos en el laboratorio. El propósito
    de la contención es reducir al mínimo la exposición
    del personal de los laboratorios, otras personas y el entorno a
    agentes potencialmente peligrosos.

    Se suelen describir cuatro niveles de contención
    o de seguridad biológica, que consisten en la
    combinación, en menor o mayor grado, de los tres elementos
    de seguridad biológica descritos: técnica
    microbiológica, equipo de seguridad y diseño de la
    instalación. Cada combinación está
    específicamente dirigida al tipo de operaciones que
    se realizan, las vías de transmisión de los agentes
    infecciosos y la función o actividad del
    laboratorio.

    a) Nivel de contención 1:

    Es el nivel de seguridad requerido para los agentes
    biológicos del grupo 1, es decir, los que no producen
    enfermedad en el ser humano sano y de susceptibilidad conocida y
    estable a los antimicrobianos. Es el utilizado habitualmente en
    los laboratorios de prácticas de universidades o centros
    docentes donde se emplean cepas no patógenas (E. coli K12,
    B. Subtilis, Naegleria sp, Saccharomyces cerevisiae, etc.).
    Ejemplos típicos son todos los microorganismos que se
    utilizan en la industria de
    la alimentación para la elaboración de
    quesos, cerveza,
    embutidos, etc.

    FACILIDADES DE LABORATORIO DE NIVEL
    DE SEGURIDAD I

    b) Nivel de contención 2 :

    Es el obligado para agentes del grupo 2 como algunos
    que, perteneciendo a la propia flora habitual del hombre, son
    capaces de originar patología infecciosa humana de
    gravedad moderada o limitada. Deben ser manipulados por personal
    especializado (técnicos de laboratorio, especialistas en
    Microbiología) y son los que con más frecuencia se
    estudian en el Laboratorio de Microbiología
    Clínica: Estafilococos, Salmonella, Toxoplasma, Hepatitis B ,
    etc.

    FACILIDADES DE LABORATORIO NIVEL DE
    SEGURIDAD II

    1. Nivel de contención 3:

    Debe utilizarse cuando se manipulan agentes
    biológicos del grupo 3, microorganismos que cursan con
    patología grave, de difícil y largo tratamiento,
    que pueden curar con secuelas y capaces de producir la muerte. El
    mayor y más frecuente peligro que entrañan
    éstos es la infección adquirida a través de
    aerosoles y por fluidos biológicos. Por ello, las
    principales medidas a tomar en este caso son la correcta
    manipulación y la utilización de cabinas de
    seguridad. En los Laboratorios de Microbiología
    Clínica los ejemplos más típicos de este
    tipo de microorganismos son M. tuberculosis, Brucella, Coxiella
    burneti, St. Louis virus, etc. Sólo pueden ser procesados
    por personal calificado y en una zona con la infraestructura
    recirculación de aire, con gradiente de presión,
    cabinas de bioseguridad, etc. apropiada para

    el Nivel de Contención 3, es decir, con aire
    acondicionado independiente, sin recirculación de
    aire, con gradiente de presión, cabinas de seguridad,
    etc.

    FACILIDADES DE LABORATORIO NIVEL DE SEGURIDAD
    III

    d) Nivel de contención 4:

    Nivel requerido cuando se procesa con certeza o se
    sospecha un agente especialmente patógeno e
    infectocontagioso, exótico o no, que produce alta
    mortalidad y para el que no existe tratamiento y/o es poco
    fiable. Normalmente son microorganismos de dosis infectiva baja
    y alta contagiosidad. Este nivel también puede
    utilizarse para trabajar con animales de
    experimentación infectados por microorganismos del grupo
    4. Ejemplos de este nivel son los arenavirus como el que
    produce la fiebre de Lassa y el virus Machupo, virus Ebola,
    etc. Además, deben incluirse en este nivel de
    contención los microorganismos propios del grupo 3 que
    adquieran propiedades patógenas que los eleven al grupo
    4. Un ejemplo sería Mycobacterium bovis multirresistente
    que puede causar fallecimiento por fracaso
    terapéutico.

     

    LABORATORIO DE NIVEL DE SEGURIDAD
    IV

    Las cabinas de seguridad
    clase III y los trajes de presión positiva, que
    suministran aire a cuerpo completo o trajes de presión
    positiva, suministrados de aire y de cuerpo son necesarios
    cuándo se trabajar con agentes del nivel 4. Además,
    de las facilidades de aislamientos, se requiere
    ventilación especializada, y un sistemas especial de
    administración de desecho.

    En general, la naturaleza
    infecciosa del material clínico es desconocida y al
    Laboratorio de Microbiología suelen remitirse muestras muy
    diversas. Excepto en casos excepcionales (por ejemplo: sospecha
    de fiebres hemorrágicas), el procesamiento inicial de los
    especímenes clínicos y las pruebas
    serológicas pueden realizarse de forma segura en un nivel
    2, que es el nivel recomendado para trabajar con patógenos
    que se transmiten por vía sanguínea como el virus
    de la hepatitis B y el VIH, a lo que habría que
    añadir las precauciones universales que deben ser tomadas
    con todas las muestras de sangre y otros
    materiales potencialmente infecciosos.

    Los laboratorios que realicen trabajos que impliquen la
    manipulación de agentes biológicos de los grupos 2, 3
    ó 4 con fines de investigación, desarrollo, enseñanza o diagnóstico deberán establecer
    medidas de contención que se aplicaran según la
    naturaleza de las actividades, la evaluación del riesgo
    para los trabajadores y las características del agente
    biológico de que se trate.

    F- MEDIDAS DE
    CONTENCIÓN PARA LOS DIFERENTES NIVELES :

    1. Observación preliminar.

    Las medidas que figuran a continuación se
    aplicarán según la naturaleza de las actividades,
    la evaluación del riesgo para los trabajadores y las
    características del agente biológico de que se
    trate.

    Las actividades que supongan la manipulación de
    un agente biológico se ejecutarán únicamente
    en las zonas de trabajo que correspondan según el nivel de
    contención estipulado para los agentes biológicos
    de su grupo específico.

    Así por ejemplo, únicamente en zonas de
    trabajo que correspondan por lo menos a un nivel de
    contención 3 , para un agente biológico del grupo
    3.

    Los laboratorios que manipulen materiales con respecto a
    los cuales exista incertidumbre acerca de la presencia de agentes
    biológicos que puedan causar enfermedad en el hombre, pero
    que no tengan como objetivo
    trabajar con ellos como tales, cultivándolos o
    concentrándolos, deberán adoptar al menos el nivel
    de contención 2.

    Deberán utilizarse los niveles 3 ó 4
    cuando proceda, siempre que se sepa o sospeche que son
    necesarios, salvo cuando las líneas directrices
    establecidas por las autoridades sanitarias indiquen que, en
    algunos casos, conviene un nivel de contención
    menor.

    1. Medidas de
      contención

      Medidas de
      contención

      2

      3

      4

      1. El lugar de trabajo se encontrará
      separado de toda actividad que se desarrolle en el
      mismo edificio

      No

      Aconsejable

      2. El aire introducido y extraído del
      lugar de trabajo se filtrará mediante la
      utilización de filtros de alta eficacia para
      partículas en el aire (HEPA) o de forma
      similar

      No

      Sí, para la salida de
      aire

      Sí, para la entrada y
      salida de aire

      3. Solamente se permitirá el acceso
      al personal designado

      Aconsejable

      Sí, con esclusa de
      aire

      4. El lugar de trabajo deberá poder
      cerrarse herméticamente para permitir su
      desinfección

      No

      Aconsejable

      5. Procedimientos de desinfección
      específicos

      6. El lugar de trabajo se mantendrá
      con una presión negativa respecto a la
      presión atmosférica

      No

      Aconsejable

      7. Control eficiente de vectores, por ejemplo, roedores e
      insectos

      Aconsejable

      8. Superficies impermeables al agua y de
      fácil limpieza

      Sí, para banco de pruebas y mesa de
      trabajo

      Sí, para banco de
      pruebas, mesa de trabajo y suelo

      Sí, para banco de
      pruebas, mesa de trabajo, suelo, paredes y techos

      9. Superficies resistentes a ácidos,
      álcalis, disolventes y
      desinfectantes

      Aconsejable

      10. Almacenamiento de seguridad para agentes
      biológicos

      Sí, almacenamiento
      seguro

      11. Se instalará una ventanilla de
      observación o un dispositivo
      alternativo en las zonas de manera que se pueda ver a
      sus ocupantes

      Aconsejable

      Aconsejable

      12. Laboratorio con equipo propio

      No

      Aconsejable

      13. El material infectado, animales
      incluidos, deberá manejarse en una cabina de
      seguridad biológica o en un aislador u otra
      contención apropiada

      Cuando proceda

      Si, cuando la
      infección se propague por el aire

      14. Incinerador para destrucción de
      animales muertos

      Aconsejable

      Sí,
      disponible

      Sí, en el mismo
      lugar

    2. MEDIDAS DE CONTENCIÓN SEGÚN NIVELES
      DE SEGURIDAD
    3. El laboratorio de mycobacteriología
      :

    La incidencia de tuberculosis entre las personas que
    trabajan con M. Tuberculosis en el laboratorio de
    mycobacteriología, es de 3 a 5 veces mayor que entre el
    personal del laboratorio clínico que no manipula esta
    bacteria. ( Ref. Reid DP: Incidence of tuberculosis among
    workers in medical laboratories. Br. Med. J.
    1957,2:10-14.

    Capewell S, Leaker AR, Leitch AG. Pulmonary
    tuberculosis in health service staff –

    Is it still a problem ?. Tubercle. 1988, 69:113-118 ).
    La frecuencia de infección para personas que manipulan
    M. Tuberculosis es 100 veces mayor que el resto de la población.

    Kubica ( Your tuberculosis laboratory : Are you really
    safe from infection ?. Clinical Microbiology Newsletter 1990,
    12: 85-87. ) describe 13 incidentes en los cuales 80 de 291 (
    27% ) Laboratoristas desarrollaron prueba de tuberculina
    positiva, seguido de un incidente específico., ocho (8)
    de los cuales envuelven pobre dirección del flujo de aire en el
    laboratorio y 5 asociados a fallas en la cabina de
    Bioseguridad.

    El riesgo para los Laboratoristas depende de
    :

    1. Cuan frecuentemente son procesadas muestras positivas
      por M. Tuberculosis.
    2. La concentración de los microorganismos en el
      espécimen.
    3. El número de muestras manejadas por un
      trabajador individual.
    4. Las practicas de seguridad en el
      laboratorio.

    La exposición en el laboratorio es
    especialmente mayor debido a los aerosoles, por lo que los
    procedimientos rutinarios en el laboratorio de
    mycobacteriología constituyen el mas serio de los
    peligros encontrados por el personal del
    laboratorio.

    M. tuberculosis es el microorganismo representativo de
    los agentes trasmitidos a través de aerosoles y que
    requieren un nivel de Bioseguridad 3 ( BL-3 ), por lo que hay
    que hacer énfasis en las barreras primarias y
    secundarias para proteger al personal en áreas contiguas
    a la potencial exposición de aerosoles con el agente
    infeccioso.

    El laboratorio BL-3 debe estar separado del resto del
    laboratorio, por una antesala con un juego doble
    de puertas. Debido a la potencial trasmisión de
    aerosoles, el movimiento
    de aire en el laboratorio, debe ser unidireccional ( Del
    área limpia al área BL-3 ) y el aire del nivel
    BL-3 debe tener un ducto de salida fuera del edificio, sin
    posibilidad de recirculación.

    Todos los procedimientos en el nivel BL-3 debe
    realizarse dentro de la cabina de

    seguridad, con la apropiada indumentaria y equipo. Esta
    cabina debe ser certificada por

    personal calificado, al menos 2 veces al año.
    Igualmente hay que mantener un control

    sobre el recambio de los filtros HEPA , ya que la
    acumulación de suciedad, causa una

    rápida disminución de la eficiencia de la
    cabina.

    Control médico: El personal del
    laboratorio debe ser monitoreado con la prueba de

    tuberculina. Debe mantenerse un récord de la
    aplicación de la prueba de tuberculina,

    con la medición de la zona de
    induración.

    Si la prueba de tuberculina sale positiva, se debe
    realizar inmediatamente una

    radiografía de tórax. Igualmente mantener
    récord de la radiografía.

    Si ocurre un caso de conversión del test de
    tuberculina, se debe realizar un nuevo test a

    todo el personal del laboratorio a los 3 meses hasta no
    encontrar caso de conversión.

    No se recomienda la vacunación rutinaria de la
    vacuna de BCG, sin embargo, cuando

    los trabajadores están asignados en área
    de alto riesgo de infección con cepas

    multirresistentes de M. Tuberculosis, se recomienda
    considerar la inmunización con

    BCG al personal que tiene una reacción de
    tuberculina de < 5 mm de induración con

    una dosis de 5 TU de PPD tuberculina.

    G- LAS CABINAS DE
    SEGURIDAD :

    Son cámaras de circulación forzada que,
    según sus especificaciones y diseño, proporcionan
    diferentes niveles de protección. Son fundamentales en un
    Laboratorio de Microbiología Clínica y se
    clasifican según el nivel y tipo de
    protección.

    Una Cabina de Seguridad Biológica es una barrera
    primaria cuando se trabaja con agentes peligrosos o infeccioso,
    sin embargo ellas no proveeen un completo aislamiento, por
    ejemplo en el control de aerosoles. Es necesario incrementar las
    practices de seguridad cuando se trabaja con una de éstas
    cabinas.

    En principio es necesario distinguir entre las campanas
    de extracción de gases, las
    cabinas de flujo laminar y las cabinas de Seguridad
    Biológica.

    La campana de gases (o vitrina extractora de
    gases) es un recinto ventilado que captura los humos y vapores
    procedentes de la manipulación de los productos
    químicos en el laboratorio. Si bien constituye un equipo
    muy útil en la contención del riesgo
    químico, no ofrece protección alguna frente a
    riesgos biológicos.

    Las cabinas de flujo laminar son recintos que
    emplean un ventilador para forzar el paso del aire a
    través de un filtro HEPA barriendo la superficie de
    trabajo. El flujo de aire puede ser vertical u horizontal. Estas
    cabinas ofrecen protección únicamente al material
    que se maneja en su interior, pero nunca al operador, por lo que
    no son recomendables para el trabajo en un Laboratorio de
    Microbiología Clínica. Son, sin embargo, un
    instrumento de trabajo imprescindible en las denominadas "zonas
    limpias".

    Las cabinas de Seguridad Biológica (
    CSB ) son recintos ventilados diseñados para
    limitar al máximo el riesgo del personal de laboratorio
    expuesto a agentes infecciosos. Ello es especialmente importante
    si se tiene en cuenta que muchas de las operaciones realizadas en
    un laboratorio implican la formación de aerosoles. Estos
    equipos tienen como objetivo principal proporcionar una zona de
    trabajo que minimice la probabilidad que
    una partícula transportada por el aire tiene de escapar
    hacia el exterior de la cabina y contaminar así al
    operario y a la zona que le rodea. Además, algunas de
    ellas, ofrecen protección al material que se
    manipula.

    La capacidad de las cabinas de seguridad para proteger
    al personal y el ambiente de
    una exposición potencialmente peligrosa, especialmente por
    aerosoles, depende principalmente del apropiado funcionamiento de
    la cabina. Ninguna cabina debe ser utilizada en el manejo de
    microorganismos peligrosos, a menos que se demuestre por
    exámenes apropiados, que la misma cumple con las
    mínimas especificaciones de seguridad.

    Cuando una CSB es utilizada por personal debidamente
    formado y consciente de la

    limitaciones de ésta, se convierte en un equipo
    de contención muy efectivo para reducir el posible escape
    de contaminación biológica. Sin embargo, es
    conveniente tener muy en cuenta que una cabina no es nunca un
    substituto de una técnica microbiológica
    adecuada.

    1. LOS FILTROS HEPA :

    Las CSB disponen de dos sistemas que impiden la salida
    de contaminación: las barreras de aire y los filtros. Las
    barreras de aire se crean permitiendo que éste fluya en
    una sola dirección y a una velocidad
    constante dando lugar a una verdadera "cortina" de aire que se
    conoce como flujo de aire laminar. Es, por definición, un
    flujo con ausencia de turbulencias. Los filtros HEPA
    (acrónimo del término High Efficiency Particulate
    Air) , hechos generalmente de láminas de fibras de
    borosilicato, tienen como finalidad atrapar las partículas
    contenidas en este flujo de aire y los empleados habitualmente
    son los HEPA, que retienen con una eficacia del 99,97%
    partículas de hasta 0,3 micras de diámetro o
    más.

     

    2. CATEGORÍAS DE CABINAS DE
    SEGURIDAD

    Las CSB se dividen en tres categorías: clase I,
    clase II y clase III.

    1. Estos filtros proveen protección al personal
      y el ambiente, pero no al producto.
      Es similar en movimiento del aire a una cabina de química, pero con un filtro HEPA en el
      sistema de escape de aire, para proteger el
      ambiente.

      Son cámaras cerradas con una abertura al
      frente para permitir el acceso de los brazos del operador. El
      aire penetra por este frontal, atraviesa la zona de trabajo y
      todo él sale al exterior a través de un filtro
      HEPA. La velocidad del flujo de aire es de unos 0,40 m/s (75
      PiesLineal/Minuto).

      Son apropiadas para manipular agentes
      biológicos de los grupos 1, 2 ó 3. La mayor
      desventaja que presentan es que no proporcionan
      protección al material con el que se trabaja, no
      evitando por lo tanto que éste se pueda
      contaminar.

        

    2. Cabinas de clase I.

      Se diferencian principalmente de las de clase I en
      que, además de al operario y su entorno, ofrecen
      protección al producto frente a la
      contaminación. La superficie de trabajo
      está bañada por aire limpio que ha atravesado
      un filtro HEPA certificado. La salida del aire se produce a
      través de otro filtro HEPA, por lo que el aire es
      libre de contaminación y puede recircular dentro del
      laboratorio o salir a través del tubo de escape al
      exterior del edificio ( Clase II tipo B ). El filtro HEPA es
      efectivo para atrapar agentes infecciosos y
      partículas, pero no retiene gases o químicos
      volátiles.

      Son equipos válidos para el manejo de agentes
      biológicos de los grupos 1, 2 ó 3. Existen
      varios tipos de cabinas de clase II, A, B1,
      B2 y B3, según sus
      características de construcción, flujo de aire
      y sistema de extracción.

      Una primera diferencia entre tipo A y tipo B es que
      las de clase II tipo A están diseñadas para que
      el aire extraído desemboque en el mismo laboratorio o
      fuera de éste vía una conexión de tipo
      canopy y las de tipo B deben disponer de un conducto
      hermético de salida, exclusivo para ellas, con un
      extractor y un sistema de alarma apropiado. Las IIA y las
      IIB3 mantienen ambas una velocidad de 0,40-0,50 m/s (75-100
      p/m) y en ambas también se recircula un 70% del aire.
      Cuando la IIB3 se conecta al exterior mediante conducto
      hermético, entonces se puede emplear para
      manipulaciones que impliquen muy pequeñas cantidades
      de productos tóxicos y
      radionucleidos. 

      Las restantes cabinas del tipo B, es decir II B1 y
      II B2, se diferencian principalmente en la velocidad del
      flujo y la proporción de aire que se recircula. En
      estos dos tipos, la velocidad mínima es de 0,50 m/s
      (100 p/m), siendo la cantidad recirculada del 30-50% en las
      de clase II tipo B1 y del 0% en las de tipo B2. Tanto unas
      como otras son adecuadas para el trabajo con pequeñas
      cantidades de tóxicos y radionucleidos.

    3. Cabinas de clase II.
    4. Cabinas de clase III.

    Es designado para trabajar con microorganismos asignados
    al nivel 4 de Bioseguridad y máxima protección al
    trabajador y el ambiente. Constituyen el máximo nivel de
    seguridad. Son recintos herméticos en presión
    negativa y, por ello, su interior está completamente
    aislado del entorno. Se opera en ellas por medio de unos guantes,
    con trampa para introducir el producto, el aire entra a
    través de un filtro HEPA y se expulsa al exterior a
    través de dos filtros HEPA. Se recomiendan para el manejo
    de agentes de los grupos 1, 2, 3 ó 4.

    El aire de escape pasa a través de 2 filtros HEPA
    o un filtro HEPA y un incinerador de aire, antes de descartar al
    exterior. Usualmente utiliza una presión negativa de 0.5
    pulgadas de presión de agua.

    CABINA DE SEGURIDAD CLASE
    III

    3. DUCTOS DE SALIDA:

    Las cabinas de clase II y muy especialmente aquellas de
    clase III , es necesario adicionarle un ducto de salida de aire
    al exterior del edificio. Ejemplo de estos ductos es el
    siguientes : 

    El ducto de escape de los filtros HEPA de las cabinas
    Clase II o III , es descargado directamente al exterior o a
    través del sistema de escape del edificio.

    4.. RECOMENDACIONES GENERALES
    a) Instalación de la cabina:

    1. Debe situarse lo más lejos posible de las
    rejillas de aire acondicionado, campanas de gases, puertas y
    zonas de mucho tráfico de personas, que claramente
    interfieren en el flujo laminar.

    2. Las ventanas del laboratorio han de permanecer
    siempre cerradas.

    3. Debe existir al menos 0,3 m entre la salida de aire
    de la cabina y el techo del laboratorio.

    4. Se instalará sobre una superficie
    sólida y nunca móvil. Si es posible, en un recinto
    cerrado o en una zona de acceso restringido.

    b) Al iniciar el trabajo:

    1. Poner en marcha la cabina durante 5-10 minutos, a
    fin de purgar los filtros y "lavar" la zona
    protegida.

    2. Comprobar que el manómetro situado en la
    parte superior del frontal se estabiliza e indica la
    presión adecuada (varía con el modelo de
    cabina).

    3. Apagar la luz
    ultravioleta (si estuviera encendida) y encender la luz
    fluorescente.

    4. Limpiar la superficie de trabajo con un producto
    adecuado (por ejemplo, alcohol
    etílico al 70%).

    5. Antes y después de haber trabajado en una
    cabina deberían lavarse con cuidado manos y brazos,
    prestando especial atención a las uñas

    6. Se aconseja emplear batas de manga larga con
    bocamangas ajustadas y guantes de látex. Esta
    práctica minimiza el desplazamiento de la flora
    bacteriana de la piel hacia el interior del área de
    trabajo, a la vez que protege las manos y brazos del operario
    de toda contaminación

    7. En determinados casos, además es
    recomendable el empleo de mascarilla.

    c) Durante la manipulación:

    1. Todo el material a utilizar (y nada más) se
    sitúa en la zona de trabajo antes de empezar. De esta
    forma se evita tener que estar continuamente metiendo y sacando
    material durante el tiempo de
    operación.

    2. Es aconsejable haber descontaminado el exterior del
    material que se ha introducido en la cabina.

    3. Este material se coloca con un orden lógico,
    de manera que el material contaminado se sitúa en un
    extremo de la superficie de trabajo y el no contaminado ocupa el
    extremo opuesto de la misma.

    4. Según el tipo de manipulación y el
    modelo de la cabina, la zona de máxima seguridad dentro de
    la superficie de trabajo varía. En general, se recomienda
    trabajar a unos 5-10 cm por encima de la superficie y alejado de
    los bordes de la misma. Especial atención se
    prestará a no obstruir las rejillas del aire con
    materiales o residuos.

    5. Una vez que el trabajo haya comenzado y sea
    imprescindible la introducción de nuevo material, se
    recomienda esperar 2-3 minutos antes de reiniciar la tarea.
    Así se permite la estabilización del flujo de aire.
    Es conveniente recordar que cuanto más material se
    introduzca en la cabina, la probabilidad de provocar turbulencias
    de aire se incrementa.

    6. Mantener al mínimo la actividad del
    laboratorio en el que se localiza la cabina en uso, a fin de
    evitar corrientes de aire que perturben el flujo. El flujo
    laminar se ve fácilmente alterado por las corrientes de
    aire ambientales provenientes de puertas o ventanas abiertas,
    movimientos de personas, sistema de ventilación del
    laboratorio.

    7. Evitar los movimientos bruscos dentro de la cabina.
    El movimiento de los brazos y manos será lento, para
    así impedir la formación de corrientes de aire que
    alteren el flujo laminar. 8. Al igual que en el resto del
    laboratorio, no debe utilizarse el mechero Bunsen, cuya llama
    crea turbulencias en el flujo y además puede dañar
    el filtro HEPA.

    9. Cuando deban emplearse asas de platino es aconsejable
    el incinerador eléctrico o, mejor aún, asas
    desechables.

    10. Si se produce un vertido accidental de material
    biológico se recogerá inmediatamente,
    descontaminado la superficie de trabajo y todo el material que en
    ese momento exista dentro de la cabina.

    11. No se utilizará nunca una cabina cuando
    esté sonando alguna de sus alarmas.

    d) Al finalizar el trabajo:

    1. Limpiar el exterior de todo el material que se haya
    contaminado.

    2. Vaciar la cabina por completo de cualquier
    material.

    3. Limpiar y descontaminar con alcohol etílico
    al 70% o producto similar la

    superficie de trabajo.

    4. Dejar en marcha la cabina durante al menos 15
    minutos.

    5. Conectar si fuera necesario la luz ultravioleta
    (UV). Conviene saber que la luz

    UV tiene poco poder de penetración por lo que
    su capacidad descontaminante es

    muy limitada.

    e) Limpieza y desinfección de la
    CSB

    1. Se llevará a cabo una desinfección
    completa en las siguientes situaciones: a) en caso de que se haya
    producido un vertido importante; b) antes de cualquier
    reparación; c) antes de iniciarse los chequeos
    periódicos; d) siempre que se cambie el programa de
    trabajo; e) cuando se substituyan los filtros HEPA y f) al
    cambiarla de lugar (incluso dentro del mismo
    laboratorio).

    2. Se realizará con vapores de
    formaldehído y siempre por personal debidamente entrenado
    y con las prendas de protección personal
    adecuadas.

    3. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que una buena
    limpieza de la zona de trabajo es una garantía de ausencia
    de polvo y otros contaminantes. La limpieza tiene por objeto
    eliminar la suciedad que se halla adherida a las superficies y
    que sirve de soporte a los microorganismos. Al limpiar se elimina
    también la materia orgánica, contribuyendo de forma
    decisiva a la eficacia de la posterior
    descontaminación.

    4. Es conveniente una vez a la semana levantar la
    superficie de trabajo y limpiar y descontaminar por debajo de
    ella.

    5. Nunca se debe utilizar la cabina como almacén
    transitorio de equipo o material de laboratorio. Esta mala
    práctica conduce a una acumulación de polvo
    totalmente innecesaria.

    6. Evitar introducir en la cabina materiales que emitan
    partículas fácilmente como algodón, papel,
    madera,
    cartón, lápices…

    f) Mantenimiento
    de la CSB

    1. Semanalmente se limpiará la superficie de
    trabajo y el resto del interior de la cabina.

    2. Semanalmente se pondrá en marcha a fin de
    comprobar la medida que da el manómetro.

    3. Mensualmente, con un paño mojado, se
    limpiarán todas las superficies exteriores con objeto de
    eliminar el polvo acumulado.

    4. Mensualmente se revisará el estado de
    las válvulas
    interiores con que vaya equipada.

    5. Anualmente se certificará por una entidad
    cualificada.

    g) Usos de la CSB en el Laboratorio de
    Microbiología

    1- Control de aerosoles infecciosos. Se generan
    en el procesamiento de muestras o cultivos como:

    a.- Manipulación de microorganismos del grupo
    de riesgo 3.

    b.- Machacamiento de tejidos.

    c.- Descontaminación de muestras para cultivo
    de Micobacterias.

    d.- Procedimientos de identificación de
    hongos.

    e.- Utilización del vórtex para mezclar
    muestras con microorganismos del grupo de

    riesgo 3.

    f.- Decantación de líquidos en muestras
    con microorganismos del grupo de riesgo 3.

    2- Protección de muestras o materiales de la
    contaminación externa:

    a.- Procesamiento de líquidos orgánicos
    estériles con microorganismos del grupo de

    riesgo 3.

    b.- Cultivos celulares.

    c.- Preparación de soluciones de
    medios y
    reactivos que deban ser estériles.

    h) Contaminación en la cabina de seguridad
    :

    En caso de accidente dentro de la cabina de seguridad
    que involucre una contaminación importante, es necesario
    tomar medidas urgentes y drásticas para hacerle frente a
    la contingencia.

    1) Desinfección de la CSB.

    No parar la cabina, debe continuar trabajando durante
    todo el proceso.

    Con guantes y bata protectora, extender un
    desinfectante (por ejemplo, Virkon®) en cantidad suficiente
    para empapar toda la superficie de trabajo e inundar la cubeta
    inferior.

    En estas circunstancias no se recomienda el uso de
    alcohol ya que, debido al gran volumen que se
    necesita, puede existir peligro de incendio.

    Dejar que actúe el desinfectante antes de
    recogerlo todo y empezar la limpieza de la cabina. Depositar
    todo lo recogido en una bolsa de autoclave, incluidos los
    guantes utilizados y la bata protectora. Dejar funcionando la
    CSB durante 10 m más y, a
    continuación:

    2) Limpieza de la CSB.

    Con alcohol etílico al 70% retirando todos los
    restos de desinfectante.

    3). Riesgo moderado.

    a) Desinfección de la CSB.

    Exclusivamente de la zona de trabajo con Virkon®.
    A continuación se limpia.

    b) Limpieza de la CSB.

    Con alcohol etílico al 70% retirando todos los
    restos de Virkon®.

    A criterio del responsable, si es necesario, se
    practicará una descontaminación general de la
    CSB, incluidos los filtros. Esta acción se realiza en
    función de la peligrosidad del agente y del volumen del
    vertido (seguir las normas de descontaminación de la
    CSB).

    H- NORMAS DE
    SEGURIDAD EN LA UTILIZACIÓN DE EQUIPOS

    1. NORMAS GENERALES

    Los equipos y aparatos nunca deben colocarse en zonas de
    paso, en particular en los pasillos del laboratorio.

    Todos los aparatos con toma eléctrica
    deberán cumplir las normativas de seguridad
    correspondientes. Nunca deben utilizarse en zonas mal aisladas y
    expuestas a la humedad.

    Las fuentes de
    calor (calentadores, termobloques, etc.), sobre todo si se
    alcanzan temperaturas elevadas, deberán estar debidamente
    señalizadas para evitar quemaduras
    accidentales.

    Todos los procedimientos de utilización de
    aparatos deberían contar obligatoriamente con apartados
    relativos a su utilización segura.

    2. NEVERAS

    Un adecuado mantenimiento, limpieza y
    desinfección sistemáticos de los aparatos reduce
    considerablemente los riesgos asociados a su
    utilización. Sin embargo, aun en estas condiciones, hay
    que tener en cuenta lo siguiente:

    • No deben almacenarse cultivos de microorganismos
      patógenos por inhalación en recipientes que no
      estén convenientemente cerrados, especialmente si la
      cámara tiene un sistema de circulación de
      aire.
    • No deben almacenarse reactivos que contengan
      compuestos volátiles inflamables (éter
      etílico, por ejemplo) en neveras que no posean un
      sistema de protección antideflagración. En los
      aparatos de tipo doméstico que se utilizan en el
      laboratorio debe anularse la lámpara de la
      luz.

    3. CONGELADORES

    La congelación es un proceso que mantiene la
    viabilidad de muchos agentes infecciosos, de ahí un
    potencial riesgo y las siguientes recomendaciones:

    • Tratar de identificar en ficheros, listas, etc. el
      contenido de lo almacenado y sus riesgos
      potenciales.
    • El material potencialmente infeccioso debe colocarse
      en tubos, recipientes, etc. bien cerrados. No se
      llenarán completamente, para evitar que rebosen por
      efecto del aumento de volumen tras la
      congelación.
    • Descongelar periódicamente, limpiar y
      desinfectar si fuese procedente.
    • Utilizar guantes para manipular el contenido. Si la
      temperatura
      es baja (por ejemplo -70ºC o inferior), los guantes
      representan una protección adicional.

    4. INCUBADORAS

    La limpieza y la desinfección, periódicas
    y sistemáticas, son el método
    recomendable para reducir los riesgos derivados de la
    contaminación accidental del personal del
    laboratorio.

    5. MICROONDAS

    Los microondas
    cada vez son más populares en el Laboratorio de
    Microbiología y constituyen una nueva fuente de
    accidentes, entre los más frecuentes las explosiones
    cuando se usan para calentar medios con agar, ya que la
    diferencia de velocidad de calentamiento produce burbujas que
    pueden estallar.

    • Las botellas o matraces deben tener el tapón
      aflojado, ya que si está cerrado estallan
      fácilmente.
    • Estar siempre presente, con la ropa y pantalla facial
      adecuadas, y controlar la intensidad del aparato, que
      sólo puede ser la máxima con agua y la
      mínima si se usa con agar.
    • Deberá existir una tabla bien visible de los
      tiempos en cada posición del potenciómetro y de
      las cantidades a emplear.
    • Los microondas interfieren con los marcapasos. No
      deben ser colocados a una distancia inferior a 2 m de las
      personas que sean portadoras de uno de estos
      dispositivos.

    6. AUTOCLAVES

    Los autoclaves deben poseer manómetro y
    termostato, así como válvula de seguridad, sistema
    de desconexión rápido y la purga del vapor ha de
    realizarse a un recipiente estanco y con agua, jamás
    directamente al exterior.

    • No deben usarse si no se conocen perfectamente todos
      los mandos y su fundamento.
    • Usar guantes especiales para protegerse del
      calor.
    • No abrir jamás si el manómetro no
      está a "0" y la purga no ha sido abierta.
    • Controlar una vez al mes su capacidad de
      desinfección mediante esporas, no siendo suficiente el
      método químico. El uso de registros de
      presión y temperatura de cada proceso y la
      instauración de un programa de mantenimiento
      también puede ser una alternativa válida al
      control mediante esporas. El agua debe
      ser cambiada regularmente.

    7. CENTRÍFUGAS

    Los mayores riesgos derivan, sobre todo, de la
    contaminación por los aerosoles generados durante la
    centrifugación de materiales biológicos y, en menor
    medida, de los traumatismos accidentales. Se
    recomienda:

    • Cuando se centrifugue material biológico
      potencialmente infeccioso deben utilizarse tubos cerrados; la
      centrífuga debe disponer de rotores o cestillos de
      seguridad que protejan al operador de los posibles
      aerosoles.
    • La rotura accidental de un tubo y su vertido en la
      cubeta representa una incidencia importante que debe ser
      comunicada inmediatamente al Supervisor o responsable, de forma
      que se proceda a la desinfección segura del
      aparato
    • No se deben utilizar centrífugas antiguas que
      no posean sistema de cierre de seguridad, del que disponen
      todos los aparatos actuales, ni manipular éstas de forma
      que permitan su apertura mientras están en
      funcionamiento.
    • Si el laboratorio dispone de ultracentrífugas,
      el equilibrado cuidadoso del rotor es fundamental.

    I – PLAN DE
    EMERGENCIAS DEL LABORATORIO DE MICROBIOLOGÍA
    CLÍNICA

    Los riesgos en el Laboratorio de Microbiología se
    dividen en riesgos no biológicos, comunes a otros
    laboratorios, y riesgos biológicos o específicos.
    Los no biológicos pueden ser químicos,
    físicos, eléctricos o fuego.
    Entre los riesgos biológicos no se hace referencia a las
    infecciones adquiridas en el laboratorio, ya que la
    mayoría son un proceso que pasa inadvertido. La
    exposición se centrará en la actuación
    cuando se produce un accidente.
    Lo más importante ante un accidente en el laboratorio es
    tenerlo previsto, simular uno como mínimo una vez al
    año, discutir las medidas a tomar y sacar las conclusiones
    pertinentes; en definitiva no dejar nada a la
    improvisación y disponer del material necesario para
    actuar. Es recomendable contar con Estaciones de Seguridad, del
    mismo modo que existen los extintores.
    El Supervisor de Seguridad llevará un registro de
    accidentes, donde se anotarán todos lo detalles del
    percance, así como las medidas practicadas, las personas
    involucradas en el accidente y los procedimientos de
    actuación.

    Los accidentes biológicos se producen
    generalmente por:
    1. Inoculación accidental.
    2. Heridas causadas por animales de laboratorio.
    3. Ingesta accidental.
    4. Derrames y salpicaduras:
        Derrames en la recepción de
    muestras.
        Salpicaduras en cara y ojos.
        Salpicaduras y contacto directo.
        Salpicaduras en la superficie de
    trabajo.
        Salpicaduras fuera de la zona de
    trabajo.
    5. Aerosoles.
    6. Por el aire.
    7. Deliberados y de origen desconocido.

    En el laboratorio de microbiología los accidentes
    potencialmente más frecuentes son las heridas causadas por
    objetos punzantes o cortantes (pinchazo y herida sangrante). En
    este caso se deberán aplicar las medidas bien detalladas
    en los Protocolos de
    actuación después de una exposición
    accidental a productos biológicos probablemente
    contaminados descritos en el Manual de Salud
    Ocupacional.
    Las centrífugas actuales tienen mecanismos básicos
    de seguridad, pero no es infrecuente encontrar todavía
    algunas que, debido a lo antiguo de su diseño, permiten
    ser abiertas antes de su parada completa, hecho inaceptable con
    las normativas actuales. Así pues se pueden producir
    accidentes al frenarlas manualmente, con el consiguiente riesgo
    de lesión por la enorme fuerza
    centrífuga de las mismas.
    El manejo y transporte de las bombonas de gases debe ser
    realizado por personal especializado. Estarán bien
    ancladas para evitar que se caigan.
    En general, no debe utilizarse la luz UV porque no es
    esterilizante, sino sólo descontaminante y produce una
    falsa sensación de seguridad. En la CSB no se puede
    trabajar con ella encendida ya que puede dar lugar a una
    quemadura corneal tremendamente dolorosa. Si ello ocurre, se
    consultará con el Servicio de
    Oftalmología.

    Las quemaduras por vapor procedente de los autoclaves,
    así como las producidas por salpicaduras de los
    microondas, se tratarán tópicamente.

    1. DERRAMES Y SALPICADURAS

    Es uno de los apartados más importantes por su
    frecuencia y porque las medidas a tomar son responsabilidad exclusiva del Laboratorio de
    Microbiología y bajo ningún concepto del personal
    de limpieza. El procedimiento
    empleado, bien protocolizado, debe estar contemplado en el Manual
    de Seguridad. Los derrames y salpicaduras pueden ser de muchos
    tipos: por pérdida de los diferentes envases, generalmente
    porque estén mal cerrados (ya que se supone que son los
    adecuados), por rotura de los mismos, vuelco, etc. y son muy
    frecuentes en la zona de recepción de muestras. Para
    actuar correctamente son muy recomendables las Estaciones de
    Seguridad.

    Lavado. Primero se eliminan los restos groseros
    de cristal, plástico,
    agar, etc., después se lava con abundante agua y un
    detergente acuoso y a continuación se inicia la
    desinfección. Hay que tener en cuenta que cualquier
    sustancia orgánica (agar sangre, restos de
    peptona,

    etc.) es extraordinariamente bloqueante de la capacidad
    oxidativa del hipoclorito sódico y de la capacidad de
    actuación de los iodóforos; por ello, la norma es
    primero limpiar y después desinfectar.

    Desinfección. Se empleará un
    desinfectante preferentemente líquido. Los más
    útiles en el laboratorio son:
    1. Hipoclorito sódico. De elección para suelos,
    cerámica, etc. No debe usarse en
    superficies metálicas. Se utiliza a la dilución
    pertinente para conseguir 50000 p.p.m. de cloro libre. Se vierte
    haciendo un círculo alrededor del derrame, o mejor sobre
    papel absorbente, y se deja actuar 20 minutos.
    2. Iodóforo. Se
    utiliza a la dilución indicada por el fabricante. Adecuado
    en superficies metálicas.
    3. Alcohol etílico al 70%.
    4. Productos detergentes desinfectantes. Agentes como Virkon®
    (peróxido tamponado con surfactante), de fácil
    manejo, no corrosivo, no irritante, especialmente activo en
    presencia de materia orgánica y que cambia de color cuando deja
    de ser activo.

    1. Tubos rotos dentro de la
      centrífuga

    Se exigirá siempre la presencia del Supervisor de
    Seguridad. En ocasiones se puede detectar el accidente antes de
    abrir la centrífuga, si se ha estado
    presente durante el proceso de centrifugación, por el
    cambio de ruido en el
    funcionamiento de la máquina. Como esto no siempre sucede,
    deberá existir un entrenamiento
    para cuando se observe el accidente al abrir la
    centrífuga: cerrar la centrífuga y hacer salir
    inmediatamente a todo el personal prescindible del área.
    Vestirse como en el caso de las salpicaduras (el aerosol puede
    ser importante), cerrar la habitación y:

    1º. Desinfectar la centrífuga por
    fuera.

    2º. Esperar 20 m.

    3º. Abrir la centrífuga muy
    suavemente.

    4º. Colocar todas las muestras no rotas en una
    gradilla o recipiente hermético (bolsa de autoclave) y
    llevarlas a una CSB para manipularlas allí.

    5º. Limpiar, sacar los restos con guantes adecuados
    y meterlos en bolsas de autoclave o de tipo III. Llevar las
    cubetas o cestillos con Virkon® y el rotor, si es posible, al
    autoclave.

    6º. Desinfectar la centrífuga por dentro con
    iodóforo o Virkon® y dejar actuar 20 m.

    7º. Limpiar la cuba con
    alcohol etílico al 70%.

    3. AEROSOLES

    Los aerosoles son la causa más frecuente e
    importante de accidente biológico y su origen es muy
    variado. Muchas veces pasan inadvertidos, por lo que siempre hay
    que dar por hecho que existen cuando se producen derrames o
    salpicaduras.

    La mala práctica es la fuente más
    común de los aerosoles: enfriar asas calientes
    hundiéndolas en el agar, utilizar centrífugas no
    herméticas, centrifugar con tubos abiertos o mal cerrados,
    agitar cultivos con el asa dentro del tubo, pipetear con
    demasiada fuerza, oler las placas, etc.

    Las medidas a tomar para evitar los aerosoles son
    cambiar los hábitos. Deben anotarse todos los incidentes y
    decidir con el Supervisor de Seguridad si se toman medidas de
    profilaxis sobre la supuesta contaminación. En accidentes
    en los que se presume la formación de aerosol, proceder
    siempre con protección del aparato
    respiratorio.

    J-
    ELIMINACIÓN DE LOS RESIDUOS PELIGROSOS EN
    EL

    LABORATORIO DE MICROBIOLOGÍA
    CLÍNICA

    1. GENERALIDADES

    La gestión
    de residuos debe ser considerada como una parte muy importante de
    la seguridad en el Laboratorio de Microbiología. Muchos de
    los desechos que se generan pueden estar contaminados por
    microorganismos o contener sustancias químicas
    tóxicas y

    peligrosas. En menor medida, el personal del laboratorio
    puede estar expuesto a los efectos de las radiaciones
    ionizantes.

    Los casos de infecciones o intoxicaciones en el
    laboratorio son conocidos desde antiguo, lo que hace obligada la
    adopción de medidas de protección para la persona que
    trabaja en este ámbito. La protección debe
    ampliarse con prácticas tendentes a preservar la salud de los
    compañeros de trabajo. Además, aunque la
    visión que aquí se pretende dar está sobre
    todo encaminada a la protección del personal de los
    laboratorios, no debemos olvidar que las actividades que en ellos
    se realizan pueden afectar a la salud comunitaria.

    La mejor manera de racionalizar los residuos es mediante
    una gestión integrada cuyos pilares básicos son la
    minimización, la segregación y la
    eliminación controlada (disposición). El personal
    del laboratorio debe ser consciente de que la puesta en marcha de
    normas de buena práctica en la gestión de los
    residuos repercute poderosamente sobre su salud y la de los que
    lo rodean, a la vez que contribuye a la reducción de
    costes.

    De una forma conceptual, podemos considerar que un
    residuo infeccioso es todo aquel material capaz de producir una
    enfermedad infecciosa. Sin embargo, a diferencia de los residuos
    químicos y radiactivos, los desechos infecciosos y sus
    riesgos asociados no pueden ser identificados de una forma
    objetiva. La posibilidad de contraer infecciones en el
    laboratorio a través de los cultivos
    microbiológicos desechados o tras una punción o
    herida accidental es algo bien conocido. No ocurre lo mismo a la
    hora de evaluar el riesgo que las actividades del laboratorio
    puedan tener sobre la salud de la comunidad. Por ejemplo, no
    existen evidencias epidemiológicas que asocien las
    infecciones en la comunidad con los residuos hospitalarios, de la
    misma manera que no se ha demostrado que los desechos de los
    hospitales tengan más capacidad infecciosa que los
    residuos urbanos generales. Es necesario tener en cuenta aspectos
    epidemiológicos como la vía de transmisión,
    la puerta de entrada, la virulencia del patógeno y la
    susceptibilidad del huésped, entre otros. A pesar de todo,
    la mayor extensión y gravedad de hipotéticos
    brotes, la alarma social que crearía y razones de tipo
    estético obligan a un tratamiento particularizado de los
    residuos infecciosos antes de ser eliminados como residuos
    urbanos.

    2. GESTIÓN DE LOS RESIDUOS
    INFECCIOSOS

    Todo Laboratorio de Microbiología debería
    elaborar un manual o protocolo para la gestión de estos
    residuos, siguiendo las directrices generales contenidas en el
    Plan de Residuos de cada institución. Esta
    recomendación puede ser norma obligada en el caso de que
    el laboratorio pretenda certificarse o acreditarse. Entre los
    diferentes aspectos que debe contener dicho manual se pueden
    citar los siguientes:

    • Estrategias de minimización de los residuos,
      incluyendo la reducción en origen.
    • Segregación de los residuos infecciosos de los
      no infecciosos.
    • Identificación y tipificación de los
      residuos infecciosos y su riesgo relativo.
    • Normas de señalización,
      rotulación, almacenamiento y transporte.
    • Plan de formación de todas las personas
      expuestas a estos residuos.
    • Normas de actuación en caso de vertidos o
      roturas accidentales.
    • Plan de contingencia ante el fallo de las medidas de
      contención habituales.

    3. MANIPULACIÓN DE LOS RESIDUOS
    INFECCIOSOS

    a) Residuos líquidos

    La sangre, líquidos orgánicos,
    secreciones, etc. pueden eliminarse directamente por el
    desagüe con agua abundante, según aceptan diversas
    reglamentaciones específicas y los manuales
    generales. Por lo que se refiere a los líquidos
    infecciosos que genera el propio laboratorio, como los
    sobrenadantes de los cultivos, etc., es aconsejable recogerlos en
    un

    recipiente que contenga una solución de
    hipoclorito sódico recién preparada. Debe
    calcularse el volumen máximo aceptable para asegurar la
    eficacia del desinfectante. Luego podrían ser eliminados
    por los desagües. No obstante, muchos laboratorios someten a
    los residuos líquidos, sangre incluida, a un tratamiento
    en el autoclave, lo que es de mayor importancia si se trata de
    residuos procedentes de las áreas de
    micobacteriología o virología.

    b) Residuos sólidos

    Las formas más frecuentes de tratamiento de los
    residuos sólidos son la incineración y la
    esterilización por autoclave. Por lo que respecta a la
    incineración realizada en los propios hospitales, es una
    actividad cada vez más restringida, debido a la
    contaminación que origina en las zonas urbanas donde
    están implantados. Más frecuente es transferir los
    residuos a empresas
    autorizadas, lo que debe hacerse en recipientes rígidos
    que deberán ser transportados de forma
    regulada.

    La esterilización en autoclave es la manera
    más común de tratar este tipo de residuos en el
    propio laboratorio que los genera. Hay que asegurarse que el
    ciclo del autoclave permite la esterilización en toda la
    masa de los residuos. Los programas para materiales limpios no
    sirven para los desechos, siendo aconsejable prolongar el tiempo
    y aumentar la presión del proceso de autoclavado. La
    utilización de indicadores
    químicos no es suficiente para el control de la eficacia,
    que dependerá del tipo de material, volumen, etc. Las
    suspensiones de esporas de Bacillus tampoco pueden asegurar en
    todas las circunstancias que el tratamiento térmico es
    suficiente en las zonas más internas de la masa de
    material a esterilizar, pues muchas veces no pueden ser colocadas
    en el lugar que sería apropiado. Algunos expertos
    recomiendan no utilizarlas, para evitar una falsa seguridad;
    alternativamente, consideran más apropiado el control
    riguroso sistemático en cada proceso (por ejemplo,
    registros de presión y temperatura) y el mantenimiento
    apropiado del autoclave.

    Para una explicación más detallada sobre
    las medidas de seguridad en el descarte de material contaminado,
    recomendamos las Normas sobre el tema del Manual de Bioseguridad
    del laboratorio clínico.

    K- ALMACENAMIENTO, TRANSPORTE Y ENVÍO DE
    MATERIAL BIOLÓGICO

    1. ALMACENAMIENTO

    El material infeccioso debería almacenarse en
    zonas de acceso restringido para minimizar la posibilidad de
    contaminación del personal o el ambiente.
    El almacenamiento de material en congeladores, especialmente en
    los de nitrógeno líquido, presenta una
    problemática especial. Debido a las bajas temperaturas, si
    los viales que se utilizan para el envasado no son de la calidad adecuada,
    pueden romperse, originando el derrame del material en el
    nitrógeno líquido, con la consiguiente
    contaminación del

    recipiente. En el caso de que esto ocurra debe vaciarse
    el recipiente, dejar que el nitrógeno líquido se
    evapore y proceder a su limpieza y desinfección. Asimismo,
    cuando se maneja el material almacenado en este tipo de
    contenedores de congelación, siempre se deberán
    utilizar gafas o mascarillas de protección para evitar
    salpicaduras del nitrógeno líquido.

    2. TRANSPORTE Y ENVÍO

    No existen regulaciones o recomendaciones
    específicas para el transporte seguro de microorganismos
    patógenos, genéticamente modificados o no. Sin
    embargo, si ampliamos la definición de estos organismos y
    los consideramos como "mercancías peligrosas" o
    "sustancias infecciosas", hay varios documentos
    internacionales relacionados con el tema, como los de la
    Unión Postal Universal (UPU), la
    Organización Internacional de Aviación (OIAC) y
    la Asociación Internacional de Transporte Aéreo
    (IATA).

    A nivel europeo se han publicado, o van a ser publicadas
    próximamente, varias Directivas sobre la normativa para el
    transporte de mercancías peligrosas en/entre los Estados
    Miembros. Estas Directivas, y en general todos los documentos
    internacionales relacionados, están basadas en un texto
    único común, las Recomendaciones del Comité
    de Expertos de las Naciones Unidas
    para el Transporte de Artículos Peligrosos
    (UN).

    Estas recomendaciones clasifican las mercancías
    peligrosas en varias clases, dos de las cuales están
    relacionadas con los microorganismos patógenos,
    genéticamente modificados o no: clase 6.2 (substancias
    infecciosas) y clase 9 (substancias peligrosas misceláneas
    y artículos). En la clase 6.2 están incluidas las
    substancias que contienen, o razonablemente se espera que
    contengan, microorganismos viables, incluyendo bacterias,
    virus, rickettsias, parásitos, hongos, recombinantes
    híbridos o mutantes, de los que se conoce o razonablemente
    se cree que pueden producir enfermedad en humanos o animales
    expuestos a ellos.

    En la clase 9 se incluyen microorganismos modificados,
    no peligrosos para humanos o animales, pero que podrían
    dar lugar a cambios en animales, plantas,
    substancias microbiológicas, así como en el
    ecosistema.
    También se incluyen microorganismos peligrosos para el
    ambiente, los cuales deben de ser transportados en condiciones
    especificadas por las autoridades competentes del país de
    origen.

    Sistema básico de embalaje. De una manera
    general, para el embalaje y transporte de material
    biológico y teniendo en cuenta las peculiaridades en
    función de los microorganismos, un sistema básico
    de embalaje se compone de:

    Recipiente primario estanco, a prueba de
    filtraciones, etiquetado, que contiene la muestra. El
    recipiente debe envolverse en material absorbente.

    Recipiente secundario estanco, a prueba de
    filtraciones, que encierra y protege el recipiente primario. Se
    pueden colocar varios recipientes primarios envueltos en un
    recipiente secundario. Se debe usar suficiente material
    absorbente para proteger a todos los recipientes primarios y
    evitar choques entre ellos.

    Recipiente externo de envío. El recipiente
    secundario se coloca en un paquete de envío que protege al
    recipiente secundario y su contenido de los elementos externos,
    tales como daño físico y agua.
    Los formularios con
    datos,
    cartas y otras
    informaciones de identificación de la muestra deben
    colocarse pegados con cinta adhesiva en el exterior del
    recipiente secundario.

    La Guía para el transporte de substancias
    infecciosas y especimenes diagnósticos, publicada por la
    OMS en 1997, permite un conocimiento
    detallado de los requerimientos específicos para las
    diferentes situaciones que se pueden plantear ante el
    envío de cualquier tipo de material biológico,
    algunos de los cuales se exponen a
    continuación:

    1. Cantidad de substancias infecciosas que pueden
    enviarse en un paquete.

    2. Tipos de etiquetas de riesgo para substancias
    infecciosas y para microorganismos genéticamente
    modificados.

    3. Tipos de etiquetas de riesgo para microorganismos no
    infecciosos.

    4. Etiquetas para envío con dióxido de
    carbono (hielo
    seco).

    5. Información que debe figurar en la
    etiqueta.

    6. Normas para envío con refrigerantes
    (dióxido de carbono y nitrógeno
    líquido).

    7. Ejemplos de formato de los documentos de envío
    (los originales pueden obtenerse de la compañía
    transportadora).

    En los vuelos internacionales está estrictamente
    prohibido que los pasajeros transporten substancias infecciosas
    con ellos o en su equipaje de mano. Igualmente está
    prohibida la utilización del correo diplomático
    para el transporte de este tipo de material.

    Otras posibilidades de transporte de material
    biológico incluyen el traslado de muestras dentro de un
    hospital o centro, de un laboratorio a otro, de un hospital a
    otro de la misma ciudad o a otra ciudad. Los principios en los
    que se basa un transporte seguro son los mismos en todos los
    casos y su finalidad es que la muestra no tenga ninguna
    posibilidad de salirse del embalaje en las circunstancias
    normales de transporte.

    El transporte de material biológico requiere una
    buena colaboración entre el remitente, la
    compañía de transporte y el destinatario, y cada
    uno debe asumir sus responsabilidades para garantizar que el
    producto llega a su destino oportunamente y en buenas
    condiciones.

     

    EMPAQUE DE MATERIAL
    PELIGROSO

    L- BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

    1. Biosafety in Microbiological and Biomedical
    Laboratories. CDC/NIH. U.S. Department of Health and Human
    Services, Public Health Service (4ª ed.). Washington,
    1999.

    2. Prevención de riesgos biológicos en el
    laboratorio. M.C. Martí y cols. Instituto Nacional de
    Seguridad e
    Higiene en el Trabajo. Madrid, 1997.

    3. Laboratory Biosafety Guidelines. M.E. Kennedy (ed.).
    Laboratory Center for Disease Control, Health (2ª ed.).
    Ottawa, 1996.

    4. Primary Containment For Biohazards. Selection,
    Installation and Use of Biological Safety Cabinets. CDC/NIH. U.S.
    Department of Health and Human Services, Public Health Service.
    Washington, 1995.

    5. Seguridad y condiciones de trabajo en el laboratorio.
    M. Bultó y cols. Instituto Nacional de Seguridad e
    Higiene en el
    Trabajo. Madrid, 1992.

    6. Guía para el transporte seguro de substancias
    infecciosas y especímenes diagnósticos. Organización Mundial de la Salud.
    1997.

    7. NCCLS General Laboratory Safety (2ª ed.).
    1991.

    8. Biosafety Guidelines for Diagnostic and Research
    Laboratories working with HIV. WHO AIDS series (9).
    1991.

    9. The United Nations Committee of Experts on the
    Transport of Dangerous Goods (UN ECOSOC). Recommendations on the
    Transport of Dangerous Goods (10ª ed.). 1997.

    10. UN European Agreement concerning the international
    carriage of dangerous goods by road (ADR Agreement, Geneva,
    1957). Edition: 1999. Convention concerning the International
    Carriage by Rail (COTIF).

    11. The International Air Transport Association (IATA).
    "Dangerous Goods Regulations" (40ª ed.). 1999.

    12. The International Civil Aviation Organization
    (ICAO). "ICAO Technical Instructions", made legally binding by
    Annex 18 to the Convention on International Civil Aviation (the
    "Chicago Convention") of which Annex 18 is Safe Transport of
    Dangerous Goods by Air, amplified by Technical Instructions on
    the Safe Transport of Dangerous Goods, 1984. Última ed.:
    1999.

    13. The International Maritime Organization (IMO,
    London). "International Maritime Dangerous Goods Code", made
    legally binding through Regulation VII/1.4 of SOLAS Convention
    (International Convention for the Safety of Life at Sea), 1974.
    ed.: 1995.

    14 The World Health Organization (WHO). "Guidelines for
    the Safe Transport of Infectious Substances and Diagnostic
    Specimens". 1997.

    15. The World Health Organization (WHO). "Laboratory
    Biosafety Manual". 1993.

     

     

     

    Lic. Eric Caballero

    LABORATORIO CLINICO COMPLEJO HOSPITALARIO
    METROPOLITANO

    Dr. ARNULFO ARIAS MADRID, C.S.S

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