- Normas generales de bioseguridad
en el Laboratorio de microbiología
clínica. - Clasificación por grupo
de riesgo - Niveles de
contención - Característica de los
niveles de contención - Medidas de contención
para los diferentes niveles - Las cabinas de seguridad ( CBS
) - Normas de seguridad en la
utilización de Equipos - Plan de emergencia en
microbiologia clinica - Eliminación de los
residuos peligrosos en el laboratorio de microbiología
clínica - Almacenamiento, transporte y
envío de material biológico. - Bibliografía de
referencia
Durante el trabajo
diario de la sección de microbiología, se dan situaciones de
potenciales riesgos que
varían según el agente infeccioso y los procedimientos
utilizados. Las Normas de
Bioseguridad pretenden reducir a un nivel aceptable el riesgo inherente
a la manipulación de material peligroso .
El trabajo en el laboratorio de
microbiología es, como en la mayoría de las otras
secciones del Laboratorio Clínico, un trabajo de grupo. La
actitud ante
las practicas seguras de cada uno de los integrantes del equipo,
determinan su propia seguridad,
así como la de sus compañeros y la de la
colectividad del Laboratorio.
El Comité de Bioseguridad de los Laboratorios
Clínicos de la Caja de Seguro Social,
ha elaborado un Manual de
Bioseguridad que marca las pautas
a seguir en la materia.
Por otra parte, el equipamiento y el diseño
del Laboratorio de Microbiología es parte fundamental en
el esfuerzo de protección de los empleados en el ejercicio
de sus labores. También en éste contexto un grupo
de profesionales ha elaborado un protocolo de
normas básicas en la construcción de laboratorios
biológicos.
Sin embargo, las características especiales del trabajo en
la sección de Microbiología, hacen imperante un
Manual que sirva de guía a los microbiólogos en su
trabajo diario. La formación es pues clave en la eficacia de los
programas de
seguridad y ésta debe ser facilitada a todas las personas
que están expuestas a los riesgos del
laboratorio.
Un programa de
seguridad gestionado por profesionales bien entrenados, con un
alto grado de participación por parte de los trabajadores,
puede llevar no sólo a una disminución del
número de lesiones y enfermedades, sino
también a un incremento de la satisfacción del
trabajador y de su productividad.
El propósito de este Manual es describir la
metodología a seguir en un programa de
Bioseguridad en microbiología, tal que sea una guía
para el trabajo seguro en el
laboratorio que envuelve microorganismos potencialmente
peligrosos.
La peligrosidad de un agente está directamente
relacionada con el tipo de microorganismo y la
manipulación a la que es sometido. Por ello es
básico:
1.Conocer los agentes, sustancias y productos
peligrosos que existen en el laboratorio.
2. Conocer la metodología de trabajo del
laboratorio.
3. Conocer el equipamiento del laboratorio.
4. Conocer las medidas a tomar en caso de
emergencia.
5. Conocer las leyes
relacionadas con la seguridad biológica.
6. Respetar y hacer cumplir todo lo anterior.
Para que se produzca un accidente por agente
biológico deben concurrir básicamente cuatro
elementos:
- Un huésped susceptible
- Un agente infeccioso
- Una concentración suficiente de
éste - Una ruta de transmisión apropiada.
De todos ellos, el que mejor se puede controlar en el
laboratorio es la ruta de transmisión.
Las rutas de transmisión más comunes en el
laboratorio son la aérea y la inoculación directa,
muy por encima de todas las demás, aunque la oral, la
percutanea y el contacto directo con la piel o las
mucosas también son posibles.
Siendo imposible determinar a ciencia cierta
si cualquier material biológico está contaminado
con microorganismos del grupo 2 ó 3, ciertas muestras
(respiratorias, etc.) en las que sea posible que exista un
microorganismo del grupo 3 deben manipularse rutinariamente en
las Cabinas de Seguridad Biológica (CSB).
1. MEDIDAS GENERALES
Las siguientes medidas son de obligado cumplimiento en
cualquier área del laboratorio:
- El acceso al laboratorio estará limitado al
personal
autorizado. - No deben entrar en el mismo familiares ni
amigos. - El personal del laboratorio debe implicarse en el
cumplimiento de las normas de - seguridad.
- Todas las áreas estarán debidamente
marcadas con la señal de riesgo biológico y su
nivel de contención. - Las puertas y ventanas deben permanecer cerradas para
mantener la adecuada contención
biológica. - Todas las superficies de trabajo se limpiarán
y desinfectarán diariamente y siempre que se produzca un
derrame. Los residuos y muestras peligrosas que van a ser
incinerados fuera del laboratorio deben ser transportados en
contenedores cerrados, resistentes e impermeables siguiendo las
normas específicas para cada tipo de
residuo. - El laboratorio debe permanecer limpio y ordenado y no
es aconsejable utilizar los pasillos como almacén.
Siempre debe quedar un espacio libre no inferior a
120 cm para poder
evacuar el laboratorio en caso de emergencia.
- El transporte
de las muestras dentro o entre laboratorios se realizará
de tal manera que, en caso de caída, no se produzcan
salpicaduras. Lo recomendable es hacerlo en cajas
herméticas o neveras transportables. Estas cajas o
neveras deberán ser rígidas y resistentes a los
golpes, contar con materiales
absorbentes en su interior y de fácil
desinfección. Se etiquetarán o
identificarán de forma oportuna y no podrán ser
utilizadas para otros fines. Bajo ningún concepto se
deben transportar las muestras a mano. - La ropa protectora, fácilmente ajustable y
confortable, así como guantes, gafas, etc. debe estar
disponible en todo momento. La ropa protectora de las
áreas con nivel de contención 3 (batas) nunca
debe ser usada fuera del área de trabajo y si se quita
debe de ser desechada automáticamente en una bolsa de
material contaminado. Jamás debe volver a ser
usada. - Todo el personal debe poner especial cuidado en
evitar el contacto de la piel con materiales potencialmente
infecciosos. Con este fin deben usarse guantes cuando se
manipulen muestras o cultivos que contengan posibles
patógenos. Los guantes siempre serán desechados
antes de salir del área de trabajo. Jamás se
saldrá de la misma con los guantes puestos, ni con ellos
se cogerá el teléfono, se tocarán las hojas de
examen, maniguetas de las puertas, etc. - Tras quitarse los guantes, se realizará un
lavado de manos. - Se usarán gafas protectoras y mascarillas
faciales si existe riesgo de salpicaduras y/o
aerosoles. - Se pondrá extremo cuidado en minimizar el
riesgo de autoinoculación y de generación de
aerosoles. - Los derrames y accidentes
deben ser informados inmediatamente al Supervisor y al Jefe del
Laboratorio y hacerse constar por escrito. - Nadie podrá trabajar en el área de
tuberculosis
con una prueba de Tuberculina negativa. - Está rigurosamente prohibido pipetear con la
boca. Se realizará pipeteo automático con
material adecuado y cada trabajador será instruido para
manejarlo debidamente. - En la zona de trabajo no debe colocarse material de
escritorio ni libros ya
que el papel
contaminado es de muy difícil
esterilización. - No deberán usarse lentes de
contacto. - El personal con el cabello largo debe llevarlo
recogido. - Comer, beber, fumar y aplicarse cosméticos
esta formalmente prohibido en el área de trabajo del
laboratorio, así como el almacenamiento de comida o bebida. - El personal debe lavarse las manos frecuentemente
durante las actividades rutinarias, tras acabar la jornada
laboral y
siempre antes de abandonar el laboratorio (almorzar). Se
usará un jabón antiséptico y el secado se
realizará con papel. - Las heridas y cortes en las manos, si se han
producido en el Laboratorio, serán comunicados al
responsable de la Sección correspondiente, así
como al Supervisor de Bioseguridad que lo registrará
haciendo constar todas las circunstancias. Las heridas y cortes
deben ser convenientemente vendados y después es
imprescindible ponerse guantes.
C –
CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES BIOLÓGICOS POR GRUPO
DE
RIESGO :
Se refiere a aquél que resulta poco probable
que cause una enfermedad en el
hombre.Ejemplos : B. Subtilis, Naegleria, E. Coli K 12,
Saccharomyces sp.- Agente biológico del grupo 1.
Es aquél que puede causar una enfermedad en
el hombre y
puede suponer un peligro para los trabajadores, siendo poco
probable que se propague a la colectividad y existiendo
generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.Ejemplos : Actinomyces sp, Bacteroides sp,
Enterobacterias, Shigella sp, Candida sp,Cryptococcus neoformans.
. Agente biológico del grupo
3.Aquél que puede causar una enfermedad grave
en el hombre y presenta un serio peligro para los
trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad
y existiendo frente a él generalmente profilaxis o
tratamiento eficaz.Ejemplos : Mycobacterium tuberculosis y bovis,
Histoplasma capsulatum, Neisseria meningitidis , Coccidioides
inmitis, Chlamydia trachomatis. - Agente biológico del grupo
2. - Agente biológico del grupo
4.
Se refiere a aquél que causando una enfermedad
grave en el hombre supone un serio peligro para los
trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la
colectividad y sin que exista generalmente frente a él
profilaxis o tratamiento eficaz.
Ejemplos : Virus de Lassa,
Machupo y Ebola.
La Seguridad Biológica se fundamenta en tres
elementos:
- Las técnicas
de laboratorio. - El equipo de seguridad ( Barreras
primarias) - El diseño de las instalaciones internas (
Barreras secundarias). - El diseño estructural del edificio
especializad ( Barrera terciaria )
- De las técnicas de laboratorio:
El elemento más importante para contener los
riesgos biológicos es el seguimiento estricto de las
prácticas y técnicas microbiológicas.
Como parte de estas prácticas está el desarrollo
o adopción por parte de cada laboratorio
de un Manual de Seguridad Biológica en la que se
identifican los riesgos que pueda sufrir el personal y que
especifique los procedimientos que puedan minimizar esos
riesgos.Tal y como su nombre indica, las llamadas barreras
primarias son la primera línea de defensa cuando se
manipulan materiales biológicos que puedan contener
agentes patógenos. El concepto de barrera primaria
podría asimilarse a la imagen de una
"burbuja" protectora que resulta del encerramiento del
material considerado como foco de contaminación. El ejemplo más
claro de contención primaria lo constituyen las
cabinas de seguridad biológica.Cuando no es posible el aislamiento del foco de
contaminación, la actuación va encaminada a la
protección del trabajador mediante el empleo de
prendas de protección personal. En la mayoría
de las ocasiones se practica la combinación de ambos
tipos de medidas, tal como puede ser el empleo de la cabina
junto con guantes y mascarilla. Todo ello sin olvidar que la
máxima contención del riesgo biológico
sólo se da cuando, además, se emplean las
técnicas de trabajo correctas unidas a un
diseño del laboratorio acorde con el nivel de
riesgo.Se incluyen en este apartado tanto dispositivos o
aparatos que garantizan la seguridad (por ejemplo, las
cabinas de seguridad biológica), como los elementos de
protección personal (guantes, mascarillas, batas,
calzado, etc). Actualmente existen equipos de
protección personal ( EPP ) que ofrecen un
altísimo grado de protección, pero eso no
significa que el EPP sea un substituto de una buena
práctica de trabajo; La utilización de un
equipo equivocado creará un riesgo adicional al
operario al inspirar en éste un falso sentido de
seguridad. El EPP se seleccionará en función del máximo nivel de
riesgo que se espera encontrar al desarrollar la
actividad- De los equipo de seguridad (barreras
primarias): - Del diseño y construcción de las
instalaciones (barreras secundarias):
La magnitud de las barreras secundarias dependerá
del tipo de agente infeccioso que
se manipule en el laboratorio. Dentro de ellas se
incluyen la separación de las zonas
donde tiene acceso el público, la disponibilidad
de sistemas de
descontaminación
(autoclaves), el filtrado del aire de salida al
exterior, el flujo de aire direccional, etc.
El diseño y construcción de un
laboratorio (lo que en Seguridad Biológica se conoce
como "barreras secundarias") contribuye a la protección
del propio personal del laboratorio, proporciona una barrera
para proteger a las personas que se localizan fuera del
laboratorio (es decir, aquéllas que no están en
contacto con los materiales biológicos como, por
ejemplo, personal administrativo del laboratorio, enfermos y
visitantes del Hospital) y protege a las personas de la
comunidad
frente a posibles escapes accidentales de agentes
infecciosos.
Las exigencias de cada nivel de contención se
han enumerado ya, pasando ahora a comentar con más
detalle algunas de ellas, junto con otras consideraciones que,
si bien no son obligatorias por ley, sí
deberían ser tenidas en cuenta a la hora de la evaluación del riesgo.
a) Localización. Es aconsejable que el
Laboratorio de Microbiología Clínica se localice
fuera del tráfico del Hospital y que no sea un lugar de
paso para otras dependencias en las que no exista
restricción para su acceso (cafeterías, almacenes,
bibliotecas,
aparcamientos).
b) Acceso de personal. En general, debe ser
restringido a las personas formadas para el manejo de agentes
infecciosos. Para un nivel 2 de contención es suficiente
que la puerta del laboratorio pueda cerrarse con llave, mientras
que para el nivel 3 la puerta ha de ser doble además de
recomendarse un cambio de
ropa.
c) Lavamano. Debe existir uno en el mismo
laboratorio. Estará dotado de grifos que puedan accionarse
sin utilizar las manos y situado preferiblemente cerca de la
puerta de salida.
d) Lavaojos. Se recomienda que exista uno dentro
del laboratorio como equipo de emergencia.
e) Superficies interiores. Los suelos, paredes y
techos deben ser impermeables al agua y
resistentes a diferentes productos químicos, de forma que
permitan una limpieza a fondo y una posterior
descontaminación. En el nivel 3 de contención,
además, todas las penetraciones deben ir
selladas.
f) Superficies de trabajo. Las mesas y bancos de trabajo
deben ser resistentes al calor
moderado, a disolventes orgánicos, ácidos y
álcalis.
g) Señalización. Siempre que el
trabajo esté en marcha, debe colocarse en la puerta del
laboratorio la señal reglamentaria de peligro
biológico.
h) Presión negativa. Se recomienda que el
laboratorio se mantenga a una presión
negativa con respecto al exterior del mismo, es decir, con
respecto a los pasillos u otras zonas del edificio, de manera que
exista un flujo de aire desde las zonas menos contaminadas hacia
las de mayor riesgo de contaminación. Las puertas y
ventanas del laboratorio han de permanecer cerradas si se quiere
mantener esa presión negativa. No es aconsejable la
recirculación de aire.
i) Filtros HEPA. No existe legislación en
España
en cuanto a sistema y
frecuencia para su comprobación pero, siguiendo
directrices de otros países, parece aconsejable hacerla
cada 6 meses o, al menos, no dejar pasar más de 14 meses.
Deberá realizarla siempre una empresa
especializada.
j) Residuos. Además de la normativa
general que el Hospital establezca, en función de la
legislación vigente, en materia de residuos biosanitarios,
en un nivel 3 se recomienda que en el mismo laboratorio (o dentro
de la instalación) exista algún sistema (por
ejemplo, esterilización por autoclave) para el tratamiento
de los residuos producidos. De no ser así, el transporte
de estos residuos ha de realizarse en envases sellados (ver
más adelante el apartado específico).
- Adiciones al Nivel 4 de
contención. Las características de
diseño enumeradas se hacen obligatorias en el caso del
nivel 4 de contención, además de otras, como el
empleo de cabinas de clase III (o equipo de protección
similar para los
operarios), filtro HEPA a la entrada del aire, doble
filtro HEPA a la salida del aire, etc.
E-
CARACTERÍSTICA DE LOS NIVELES DE CONTENCIÓN
:
El primer principio de Bioseguridad, es la
contención. El término contención se refiere
a una serie de a serie de métodos
seguros en el
manejo de agentes infecciosos en el laboratorio.
El término
"contención" se
emplea para describir los métodos que hacen seguro el
manejo de
materiales infecciosos en el laboratorio. El propósito
de la contención es reducir al mínimo la exposición
del personal de los laboratorios, otras personas y el entorno a
agentes potencialmente peligrosos.
Se suelen describir cuatro niveles de contención
o de seguridad biológica, que consisten en la
combinación, en menor o mayor grado, de los tres elementos
de seguridad biológica descritos: técnica
microbiológica, equipo de seguridad y diseño de la
instalación. Cada combinación está
específicamente dirigida al tipo de operaciones que
se realizan, las vías de transmisión de los agentes
infecciosos y la función o actividad del
laboratorio.
a) Nivel de contención 1:
Es el nivel de seguridad requerido para los agentes
biológicos del grupo 1, es decir, los que no producen
enfermedad en el ser humano sano y de susceptibilidad conocida y
estable a los antimicrobianos. Es el utilizado habitualmente en
los laboratorios de prácticas de universidades o centros
docentes donde se emplean cepas no patógenas (E. coli K12,
B. Subtilis, Naegleria sp, Saccharomyces cerevisiae, etc.).
Ejemplos típicos son todos los microorganismos que se
utilizan en la industria de
la alimentación para la elaboración de
quesos, cerveza,
embutidos, etc.
FACILIDADES DE LABORATORIO DE NIVEL
DE SEGURIDAD I
b) Nivel de contención 2 :
Es el obligado para agentes del grupo 2 como algunos
que, perteneciendo a la propia flora habitual del hombre, son
capaces de originar patología infecciosa humana de
gravedad moderada o limitada. Deben ser manipulados por personal
especializado (técnicos de laboratorio, especialistas en
Microbiología) y son los que con más frecuencia se
estudian en el Laboratorio de Microbiología
Clínica: Estafilococos, Salmonella, Toxoplasma, Hepatitis B ,
etc.
FACILIDADES DE LABORATORIO NIVEL DE
SEGURIDAD II
- Nivel de contención 3:
Debe utilizarse cuando se manipulan agentes
biológicos del grupo 3, microorganismos que cursan con
patología grave, de difícil y largo tratamiento,
que pueden curar con secuelas y capaces de producir la muerte. El
mayor y más frecuente peligro que entrañan
éstos es la infección adquirida a través de
aerosoles y por fluidos biológicos. Por ello, las
principales medidas a tomar en este caso son la correcta
manipulación y la utilización de cabinas de
seguridad. En los Laboratorios de Microbiología
Clínica los ejemplos más típicos de este
tipo de microorganismos son M. tuberculosis, Brucella, Coxiella
burneti, St. Louis virus, etc. Sólo pueden ser procesados
por personal calificado y en una zona con la infraestructura
recirculación de aire, con gradiente de presión,
cabinas de bioseguridad, etc. apropiada para
el Nivel de Contención 3, es decir, con aire
acondicionado independiente, sin recirculación de
aire, con gradiente de presión, cabinas de seguridad,
etc.
FACILIDADES DE LABORATORIO NIVEL DE SEGURIDAD
III
d) Nivel de contención 4:
Nivel requerido cuando se procesa con certeza o se
sospecha un agente especialmente patógeno e
infectocontagioso, exótico o no, que produce alta
mortalidad y para el que no existe tratamiento y/o es poco
fiable. Normalmente son microorganismos de dosis infectiva baja
y alta contagiosidad. Este nivel también puede
utilizarse para trabajar con animales de
experimentación infectados por microorganismos del grupo
4. Ejemplos de este nivel son los arenavirus como el que
produce la fiebre de Lassa y el virus Machupo, virus Ebola,
etc. Además, deben incluirse en este nivel de
contención los microorganismos propios del grupo 3 que
adquieran propiedades patógenas que los eleven al grupo
4. Un ejemplo sería Mycobacterium bovis multirresistente
que puede causar fallecimiento por fracaso
terapéutico.
LABORATORIO DE NIVEL DE SEGURIDAD
IV
Las cabinas de seguridad
clase III y los trajes de presión positiva, que
suministran aire a cuerpo completo o trajes de presión
positiva, suministrados de aire y de cuerpo son necesarios
cuándo se trabajar con agentes del nivel 4. Además,
de las facilidades de aislamientos, se requiere
ventilación especializada, y un sistemas especial de
administración de desecho.
En general, la naturaleza
infecciosa del material clínico es desconocida y al
Laboratorio de Microbiología suelen remitirse muestras muy
diversas. Excepto en casos excepcionales (por ejemplo: sospecha
de fiebres hemorrágicas), el procesamiento inicial de los
especímenes clínicos y las pruebas
serológicas pueden realizarse de forma segura en un nivel
2, que es el nivel recomendado para trabajar con patógenos
que se transmiten por vía sanguínea como el virus
de la hepatitis B y el VIH, a lo que habría que
añadir las precauciones universales que deben ser tomadas
con todas las muestras de sangre y otros
materiales potencialmente infecciosos.
Los laboratorios que realicen trabajos que impliquen la
manipulación de agentes biológicos de los grupos 2, 3
ó 4 con fines de investigación, desarrollo, enseñanza o diagnóstico deberán establecer
medidas de contención que se aplicaran según la
naturaleza de las actividades, la evaluación del riesgo
para los trabajadores y las características del agente
biológico de que se trate.
F- MEDIDAS DE
CONTENCIÓN PARA LOS DIFERENTES NIVELES :
- Observación preliminar.
Las medidas que figuran a continuación se
aplicarán según la naturaleza de las actividades,
la evaluación del riesgo para los trabajadores y las
características del agente biológico de que se
trate.
Las actividades que supongan la manipulación de
un agente biológico se ejecutarán únicamente
en las zonas de trabajo que correspondan según el nivel de
contención estipulado para los agentes biológicos
de su grupo específico.
Así por ejemplo, únicamente en zonas de
trabajo que correspondan por lo menos a un nivel de
contención 3 , para un agente biológico del grupo
3.
Los laboratorios que manipulen materiales con respecto a
los cuales exista incertidumbre acerca de la presencia de agentes
biológicos que puedan causar enfermedad en el hombre, pero
que no tengan como objetivo
trabajar con ellos como tales, cultivándolos o
concentrándolos, deberán adoptar al menos el nivel
de contención 2.
Deberán utilizarse los niveles 3 ó 4
cuando proceda, siempre que se sepa o sospeche que son
necesarios, salvo cuando las líneas directrices
establecidas por las autoridades sanitarias indiquen que, en
algunos casos, conviene un nivel de contención
menor.
Medidas de
contenciónMedidas de
contención2
3
4
1. El lugar de trabajo se encontrará
separado de toda actividad que se desarrolle en el
mismo edificioNo
Aconsejable
Sí
2. El aire introducido y extraído del
lugar de trabajo se filtrará mediante la
utilización de filtros de alta eficacia para
partículas en el aire (HEPA) o de forma
similarNo
Sí, para la salida de
aireSí, para la entrada y
salida de aire3. Solamente se permitirá el acceso
al personal designadoAconsejable
Sí
Sí, con esclusa de
aire4. El lugar de trabajo deberá poder
cerrarse herméticamente para permitir su
desinfecciónNo
Aconsejable
Sí
5. Procedimientos de desinfección
específicosSí
Sí
Sí
6. El lugar de trabajo se mantendrá
con una presión negativa respecto a la
presión atmosféricaNo
Aconsejable
Sí
7. Control eficiente de vectores, por ejemplo, roedores e
insectosAconsejable
Sí
Sí
8. Superficies impermeables al agua y de
fácil limpiezaSí, para banco de pruebas y mesa de
trabajoSí, para banco de
pruebas, mesa de trabajo y sueloSí, para banco de
pruebas, mesa de trabajo, suelo, paredes y techos9. Superficies resistentes a ácidos,
álcalis, disolventes y
desinfectantesAconsejable
Sí
Sí
10. Almacenamiento de seguridad para agentes
biológicosSí
Sí
Sí, almacenamiento
seguro11. Se instalará una ventanilla de
observación o un dispositivo
alternativo en las zonas de manera que se pueda ver a
sus ocupantesAconsejable
Aconsejable
Sí
12. Laboratorio con equipo propio
No
Aconsejable
Sí
13. El material infectado, animales
incluidos, deberá manejarse en una cabina de
seguridad biológica o en un aislador u otra
contención apropiadaCuando proceda
Si, cuando la
infección se propague por el aireSí
14. Incinerador para destrucción de
animales muertosAconsejable
Sí,
disponibleSí, en el mismo
lugar- MEDIDAS DE CONTENCIÓN SEGÚN NIVELES
DE SEGURIDAD - El laboratorio de mycobacteriología
:
La incidencia de tuberculosis entre las personas que
trabajan con M. Tuberculosis en el laboratorio de
mycobacteriología, es de 3 a 5 veces mayor que entre el
personal del laboratorio clínico que no manipula esta
bacteria. ( Ref. Reid DP: Incidence of tuberculosis among
workers in medical laboratories. Br. Med. J.
1957,2:10-14.
Capewell S, Leaker AR, Leitch AG. Pulmonary
tuberculosis in health service staff –
Is it still a problem ?. Tubercle. 1988, 69:113-118 ).
La frecuencia de infección para personas que manipulan
M. Tuberculosis es 100 veces mayor que el resto de la población.
Kubica ( Your tuberculosis laboratory : Are you really
safe from infection ?. Clinical Microbiology Newsletter 1990,
12: 85-87. ) describe 13 incidentes en los cuales 80 de 291 (
27% ) Laboratoristas desarrollaron prueba de tuberculina
positiva, seguido de un incidente específico., ocho (8)
de los cuales envuelven pobre dirección del flujo de aire en el
laboratorio y 5 asociados a fallas en la cabina de
Bioseguridad.
El riesgo para los Laboratoristas depende de
:
- Cuan frecuentemente son procesadas muestras positivas
por M. Tuberculosis. - La concentración de los microorganismos en el
espécimen. - El número de muestras manejadas por un
trabajador individual. - Las practicas de seguridad en el
laboratorio.
La exposición en el laboratorio es
especialmente mayor debido a los aerosoles, por lo que los
procedimientos rutinarios en el laboratorio de
mycobacteriología constituyen el mas serio de los
peligros encontrados por el personal del
laboratorio.
M. tuberculosis es el microorganismo representativo de
los agentes trasmitidos a través de aerosoles y que
requieren un nivel de Bioseguridad 3 ( BL-3 ), por lo que hay
que hacer énfasis en las barreras primarias y
secundarias para proteger al personal en áreas contiguas
a la potencial exposición de aerosoles con el agente
infeccioso.
El laboratorio BL-3 debe estar separado del resto del
laboratorio, por una antesala con un juego doble
de puertas. Debido a la potencial trasmisión de
aerosoles, el movimiento
de aire en el laboratorio, debe ser unidireccional ( Del
área limpia al área BL-3 ) y el aire del nivel
BL-3 debe tener un ducto de salida fuera del edificio, sin
posibilidad de recirculación.
Todos los procedimientos en el nivel BL-3 debe
realizarse dentro de la cabina de
seguridad, con la apropiada indumentaria y equipo. Esta
cabina debe ser certificada por
personal calificado, al menos 2 veces al año.
Igualmente hay que mantener un control
sobre el recambio de los filtros HEPA , ya que la
acumulación de suciedad, causa una
rápida disminución de la eficiencia de la
cabina.
Control médico: El personal del
laboratorio debe ser monitoreado con la prueba de
tuberculina. Debe mantenerse un récord de la
aplicación de la prueba de tuberculina,
con la medición de la zona de
induración.
Si la prueba de tuberculina sale positiva, se debe
realizar inmediatamente una
radiografía de tórax. Igualmente mantener
récord de la radiografía.
Si ocurre un caso de conversión del test de
tuberculina, se debe realizar un nuevo test a
todo el personal del laboratorio a los 3 meses hasta no
encontrar caso de conversión.
No se recomienda la vacunación rutinaria de la
vacuna de BCG, sin embargo, cuando
los trabajadores están asignados en área
de alto riesgo de infección con cepas
multirresistentes de M. Tuberculosis, se recomienda
considerar la inmunización con
BCG al personal que tiene una reacción de
tuberculina de < 5 mm de induración con
una dosis de 5 TU de PPD tuberculina.
Son cámaras de circulación forzada que,
según sus especificaciones y diseño, proporcionan
diferentes niveles de protección. Son fundamentales en un
Laboratorio de Microbiología Clínica y se
clasifican según el nivel y tipo de
protección.
Una Cabina de Seguridad Biológica es una barrera
primaria cuando se trabaja con agentes peligrosos o infeccioso,
sin embargo ellas no proveeen un completo aislamiento, por
ejemplo en el control de aerosoles. Es necesario incrementar las
practices de seguridad cuando se trabaja con una de éstas
cabinas.
En principio es necesario distinguir entre las campanas
de extracción de gases, las
cabinas de flujo laminar y las cabinas de Seguridad
Biológica.
La campana de gases (o vitrina extractora de
gases) es un recinto ventilado que captura los humos y vapores
procedentes de la manipulación de los productos
químicos en el laboratorio. Si bien constituye un equipo
muy útil en la contención del riesgo
químico, no ofrece protección alguna frente a
riesgos biológicos.
Las cabinas de flujo laminar son recintos que
emplean un ventilador para forzar el paso del aire a
través de un filtro HEPA barriendo la superficie de
trabajo. El flujo de aire puede ser vertical u horizontal. Estas
cabinas ofrecen protección únicamente al material
que se maneja en su interior, pero nunca al operador, por lo que
no son recomendables para el trabajo en un Laboratorio de
Microbiología Clínica. Son, sin embargo, un
instrumento de trabajo imprescindible en las denominadas "zonas
limpias".
Las cabinas de Seguridad Biológica (
CSB ) son recintos ventilados diseñados para
limitar al máximo el riesgo del personal de laboratorio
expuesto a agentes infecciosos. Ello es especialmente importante
si se tiene en cuenta que muchas de las operaciones realizadas en
un laboratorio implican la formación de aerosoles. Estos
equipos tienen como objetivo principal proporcionar una zona de
trabajo que minimice la probabilidad que
una partícula transportada por el aire tiene de escapar
hacia el exterior de la cabina y contaminar así al
operario y a la zona que le rodea. Además, algunas de
ellas, ofrecen protección al material que se
manipula.
La capacidad de las cabinas de seguridad para proteger
al personal y el ambiente de
una exposición potencialmente peligrosa, especialmente por
aerosoles, depende principalmente del apropiado funcionamiento de
la cabina. Ninguna cabina debe ser utilizada en el manejo de
microorganismos peligrosos, a menos que se demuestre por
exámenes apropiados, que la misma cumple con las
mínimas especificaciones de seguridad.
Cuando una CSB es utilizada por personal debidamente
formado y consciente de la
limitaciones de ésta, se convierte en un equipo
de contención muy efectivo para reducir el posible escape
de contaminación biológica. Sin embargo, es
conveniente tener muy en cuenta que una cabina no es nunca un
substituto de una técnica microbiológica
adecuada.
1. LOS FILTROS HEPA :
Las CSB disponen de dos sistemas que impiden la salida
de contaminación: las barreras de aire y los filtros. Las
barreras de aire se crean permitiendo que éste fluya en
una sola dirección y a una velocidad
constante dando lugar a una verdadera "cortina" de aire que se
conoce como flujo de aire laminar. Es, por definición, un
flujo con ausencia de turbulencias. Los filtros HEPA
(acrónimo del término High Efficiency Particulate
Air) , hechos generalmente de láminas de fibras de
borosilicato, tienen como finalidad atrapar las partículas
contenidas en este flujo de aire y los empleados habitualmente
son los HEPA, que retienen con una eficacia del 99,97%
partículas de hasta 0,3 micras de diámetro o
más.
2. CATEGORÍAS DE CABINAS DE
SEGURIDAD
Las CSB se dividen en tres categorías: clase I,
clase II y clase III.
Estos filtros proveen protección al personal
y el ambiente, pero no al producto.
Es similar en movimiento del aire a una cabina de química, pero con un filtro HEPA en el
sistema de escape de aire, para proteger el
ambiente.Son cámaras cerradas con una abertura al
frente para permitir el acceso de los brazos del operador. El
aire penetra por este frontal, atraviesa la zona de trabajo y
todo él sale al exterior a través de un filtro
HEPA. La velocidad del flujo de aire es de unos 0,40 m/s (75
PiesLineal/Minuto).Son apropiadas para manipular agentes
biológicos de los grupos 1, 2 ó 3. La mayor
desventaja que presentan es que no proporcionan
protección al material con el que se trabaja, no
evitando por lo tanto que éste se pueda
contaminar.- Cabinas de clase I.
Se diferencian principalmente de las de clase I en
que, además de al operario y su entorno, ofrecen
protección al producto frente a la
contaminación. La superficie de trabajo
está bañada por aire limpio que ha atravesado
un filtro HEPA certificado. La salida del aire se produce a
través de otro filtro HEPA, por lo que el aire es
libre de contaminación y puede recircular dentro del
laboratorio o salir a través del tubo de escape al
exterior del edificio ( Clase II tipo B ). El filtro HEPA es
efectivo para atrapar agentes infecciosos y
partículas, pero no retiene gases o químicos
volátiles.Son equipos válidos para el manejo de agentes
biológicos de los grupos 1, 2 ó 3. Existen
varios tipos de cabinas de clase II, A, B1,
B2 y B3, según sus
características de construcción, flujo de aire
y sistema de extracción.Una primera diferencia entre tipo A y tipo B es que
las de clase II tipo A están diseñadas para que
el aire extraído desemboque en el mismo laboratorio o
fuera de éste vía una conexión de tipo
canopy y las de tipo B deben disponer de un conducto
hermético de salida, exclusivo para ellas, con un
extractor y un sistema de alarma apropiado. Las IIA y las
IIB3 mantienen ambas una velocidad de 0,40-0,50 m/s (75-100
p/m) y en ambas también se recircula un 70% del aire.
Cuando la IIB3 se conecta al exterior mediante conducto
hermético, entonces se puede emplear para
manipulaciones que impliquen muy pequeñas cantidades
de productos tóxicos y
radionucleidos.Las restantes cabinas del tipo B, es decir II B1 y
II B2, se diferencian principalmente en la velocidad del
flujo y la proporción de aire que se recircula. En
estos dos tipos, la velocidad mínima es de 0,50 m/s
(100 p/m), siendo la cantidad recirculada del 30-50% en las
de clase II tipo B1 y del 0% en las de tipo B2. Tanto unas
como otras son adecuadas para el trabajo con pequeñas
cantidades de tóxicos y radionucleidos. - Cabinas de clase II.
- Cabinas de clase III.
Es designado para trabajar con microorganismos asignados
al nivel 4 de Bioseguridad y máxima protección al
trabajador y el ambiente. Constituyen el máximo nivel de
seguridad. Son recintos herméticos en presión
negativa y, por ello, su interior está completamente
aislado del entorno. Se opera en ellas por medio de unos guantes,
con trampa para introducir el producto, el aire entra a
través de un filtro HEPA y se expulsa al exterior a
través de dos filtros HEPA. Se recomiendan para el manejo
de agentes de los grupos 1, 2, 3 ó 4.
El aire de escape pasa a través de 2 filtros HEPA
o un filtro HEPA y un incinerador de aire, antes de descartar al
exterior. Usualmente utiliza una presión negativa de 0.5
pulgadas de presión de agua.
CABINA DE SEGURIDAD CLASE
III
3. DUCTOS DE SALIDA:
Las cabinas de clase II y muy especialmente aquellas de
clase III , es necesario adicionarle un ducto de salida de aire
al exterior del edificio. Ejemplo de estos ductos es el
siguientes :
El ducto de escape de los filtros HEPA de las cabinas
Clase II o III , es descargado directamente al exterior o a
través del sistema de escape del edificio.
4.. RECOMENDACIONES GENERALES
a) Instalación de la cabina:
1. Debe situarse lo más lejos posible de las
rejillas de aire acondicionado, campanas de gases, puertas y
zonas de mucho tráfico de personas, que claramente
interfieren en el flujo laminar.
2. Las ventanas del laboratorio han de permanecer
siempre cerradas.
3. Debe existir al menos 0,3 m entre la salida de aire
de la cabina y el techo del laboratorio.
4. Se instalará sobre una superficie
sólida y nunca móvil. Si es posible, en un recinto
cerrado o en una zona de acceso restringido.
b) Al iniciar el trabajo:
1. Poner en marcha la cabina durante 5-10 minutos, a
fin de purgar los filtros y "lavar" la zona
protegida.
2. Comprobar que el manómetro situado en la
parte superior del frontal se estabiliza e indica la
presión adecuada (varía con el modelo de
cabina).
3. Apagar la luz
ultravioleta (si estuviera encendida) y encender la luz
fluorescente.
4. Limpiar la superficie de trabajo con un producto
adecuado (por ejemplo, alcohol
etílico al 70%).
5. Antes y después de haber trabajado en una
cabina deberían lavarse con cuidado manos y brazos,
prestando especial atención a las uñas
6. Se aconseja emplear batas de manga larga con
bocamangas ajustadas y guantes de látex. Esta
práctica minimiza el desplazamiento de la flora
bacteriana de la piel hacia el interior del área de
trabajo, a la vez que protege las manos y brazos del operario
de toda contaminación
7. En determinados casos, además es
recomendable el empleo de mascarilla.
c) Durante la manipulación:
1. Todo el material a utilizar (y nada más) se
sitúa en la zona de trabajo antes de empezar. De esta
forma se evita tener que estar continuamente metiendo y sacando
material durante el tiempo de
operación.
2. Es aconsejable haber descontaminado el exterior del
material que se ha introducido en la cabina.
3. Este material se coloca con un orden lógico,
de manera que el material contaminado se sitúa en un
extremo de la superficie de trabajo y el no contaminado ocupa el
extremo opuesto de la misma.
4. Según el tipo de manipulación y el
modelo de la cabina, la zona de máxima seguridad dentro de
la superficie de trabajo varía. En general, se recomienda
trabajar a unos 5-10 cm por encima de la superficie y alejado de
los bordes de la misma. Especial atención se
prestará a no obstruir las rejillas del aire con
materiales o residuos.
5. Una vez que el trabajo haya comenzado y sea
imprescindible la introducción de nuevo material, se
recomienda esperar 2-3 minutos antes de reiniciar la tarea.
Así se permite la estabilización del flujo de aire.
Es conveniente recordar que cuanto más material se
introduzca en la cabina, la probabilidad de provocar turbulencias
de aire se incrementa.
6. Mantener al mínimo la actividad del
laboratorio en el que se localiza la cabina en uso, a fin de
evitar corrientes de aire que perturben el flujo. El flujo
laminar se ve fácilmente alterado por las corrientes de
aire ambientales provenientes de puertas o ventanas abiertas,
movimientos de personas, sistema de ventilación del
laboratorio.
7. Evitar los movimientos bruscos dentro de la cabina.
El movimiento de los brazos y manos será lento, para
así impedir la formación de corrientes de aire que
alteren el flujo laminar. 8. Al igual que en el resto del
laboratorio, no debe utilizarse el mechero Bunsen, cuya llama
crea turbulencias en el flujo y además puede dañar
el filtro HEPA.
9. Cuando deban emplearse asas de platino es aconsejable
el incinerador eléctrico o, mejor aún, asas
desechables.
10. Si se produce un vertido accidental de material
biológico se recogerá inmediatamente,
descontaminado la superficie de trabajo y todo el material que en
ese momento exista dentro de la cabina.
11. No se utilizará nunca una cabina cuando
esté sonando alguna de sus alarmas.
d) Al finalizar el trabajo:
1. Limpiar el exterior de todo el material que se haya
contaminado.
2. Vaciar la cabina por completo de cualquier
material.
3. Limpiar y descontaminar con alcohol etílico
al 70% o producto similar la
superficie de trabajo.
4. Dejar en marcha la cabina durante al menos 15
minutos.
5. Conectar si fuera necesario la luz ultravioleta
(UV). Conviene saber que la luz
UV tiene poco poder de penetración por lo que
su capacidad descontaminante es
muy limitada.
e) Limpieza y desinfección de la
CSB
1. Se llevará a cabo una desinfección
completa en las siguientes situaciones: a) en caso de que se haya
producido un vertido importante; b) antes de cualquier
reparación; c) antes de iniciarse los chequeos
periódicos; d) siempre que se cambie el programa de
trabajo; e) cuando se substituyan los filtros HEPA y f) al
cambiarla de lugar (incluso dentro del mismo
laboratorio).
2. Se realizará con vapores de
formaldehído y siempre por personal debidamente entrenado
y con las prendas de protección personal
adecuadas.
3. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que una buena
limpieza de la zona de trabajo es una garantía de ausencia
de polvo y otros contaminantes. La limpieza tiene por objeto
eliminar la suciedad que se halla adherida a las superficies y
que sirve de soporte a los microorganismos. Al limpiar se elimina
también la materia orgánica, contribuyendo de forma
decisiva a la eficacia de la posterior
descontaminación.
4. Es conveniente una vez a la semana levantar la
superficie de trabajo y limpiar y descontaminar por debajo de
ella.
5. Nunca se debe utilizar la cabina como almacén
transitorio de equipo o material de laboratorio. Esta mala
práctica conduce a una acumulación de polvo
totalmente innecesaria.
6. Evitar introducir en la cabina materiales que emitan
partículas fácilmente como algodón, papel,
madera,
cartón, lápices…
f) Mantenimiento
de la CSB
1. Semanalmente se limpiará la superficie de
trabajo y el resto del interior de la cabina.
2. Semanalmente se pondrá en marcha a fin de
comprobar la medida que da el manómetro.
3. Mensualmente, con un paño mojado, se
limpiarán todas las superficies exteriores con objeto de
eliminar el polvo acumulado.
4. Mensualmente se revisará el estado de
las válvulas
interiores con que vaya equipada.
5. Anualmente se certificará por una entidad
cualificada.
g) Usos de la CSB en el Laboratorio de
Microbiología
1- Control de aerosoles infecciosos. Se generan
en el procesamiento de muestras o cultivos como:
a.- Manipulación de microorganismos del grupo
de riesgo 3.
b.- Machacamiento de tejidos.
c.- Descontaminación de muestras para cultivo
de Micobacterias.
d.- Procedimientos de identificación de
hongos.
e.- Utilización del vórtex para mezclar
muestras con microorganismos del grupo de
riesgo 3.
f.- Decantación de líquidos en muestras
con microorganismos del grupo de riesgo 3.
2- Protección de muestras o materiales de la
contaminación externa:
a.- Procesamiento de líquidos orgánicos
estériles con microorganismos del grupo de
riesgo 3.
b.- Cultivos celulares.
c.- Preparación de soluciones de
medios y
reactivos que deban ser estériles.
h) Contaminación en la cabina de seguridad
:
En caso de accidente dentro de la cabina de seguridad
que involucre una contaminación importante, es necesario
tomar medidas urgentes y drásticas para hacerle frente a
la contingencia.
1) Desinfección de la CSB.
No parar la cabina, debe continuar trabajando durante
todo el proceso.
Con guantes y bata protectora, extender un
desinfectante (por ejemplo, Virkon®) en cantidad suficiente
para empapar toda la superficie de trabajo e inundar la cubeta
inferior.
En estas circunstancias no se recomienda el uso de
alcohol ya que, debido al gran volumen que se
necesita, puede existir peligro de incendio.
Dejar que actúe el desinfectante antes de
recogerlo todo y empezar la limpieza de la cabina. Depositar
todo lo recogido en una bolsa de autoclave, incluidos los
guantes utilizados y la bata protectora. Dejar funcionando la
CSB durante 10 m más y, a
continuación:
2) Limpieza de la CSB.
Con alcohol etílico al 70% retirando todos los
restos de desinfectante.
3). Riesgo moderado.
a) Desinfección de la CSB.
Exclusivamente de la zona de trabajo con Virkon®.
A continuación se limpia.
b) Limpieza de la CSB.
Con alcohol etílico al 70% retirando todos los
restos de Virkon®.
A criterio del responsable, si es necesario, se
practicará una descontaminación general de la
CSB, incluidos los filtros. Esta acción se realiza en
función de la peligrosidad del agente y del volumen del
vertido (seguir las normas de descontaminación de la
CSB).
H- NORMAS DE
SEGURIDAD EN LA UTILIZACIÓN DE EQUIPOS
1. NORMAS GENERALES
Los equipos y aparatos nunca deben colocarse en zonas de
paso, en particular en los pasillos del laboratorio.
Todos los aparatos con toma eléctrica
deberán cumplir las normativas de seguridad
correspondientes. Nunca deben utilizarse en zonas mal aisladas y
expuestas a la humedad.
Las fuentes de
calor (calentadores, termobloques, etc.), sobre todo si se
alcanzan temperaturas elevadas, deberán estar debidamente
señalizadas para evitar quemaduras
accidentales.
Todos los procedimientos de utilización de
aparatos deberían contar obligatoriamente con apartados
relativos a su utilización segura.
2. NEVERAS
Un adecuado mantenimiento, limpieza y
desinfección sistemáticos de los aparatos reduce
considerablemente los riesgos asociados a su
utilización. Sin embargo, aun en estas condiciones, hay
que tener en cuenta lo siguiente:
- No deben almacenarse cultivos de microorganismos
patógenos por inhalación en recipientes que no
estén convenientemente cerrados, especialmente si la
cámara tiene un sistema de circulación de
aire. - No deben almacenarse reactivos que contengan
compuestos volátiles inflamables (éter
etílico, por ejemplo) en neveras que no posean un
sistema de protección antideflagración. En los
aparatos de tipo doméstico que se utilizan en el
laboratorio debe anularse la lámpara de la
luz.
3. CONGELADORES
La congelación es un proceso que mantiene la
viabilidad de muchos agentes infecciosos, de ahí un
potencial riesgo y las siguientes recomendaciones:
- Tratar de identificar en ficheros, listas, etc. el
contenido de lo almacenado y sus riesgos
potenciales. - El material potencialmente infeccioso debe colocarse
en tubos, recipientes, etc. bien cerrados. No se
llenarán completamente, para evitar que rebosen por
efecto del aumento de volumen tras la
congelación. - Descongelar periódicamente, limpiar y
desinfectar si fuese procedente. - Utilizar guantes para manipular el contenido. Si la
temperatura
es baja (por ejemplo -70ºC o inferior), los guantes
representan una protección adicional.
4. INCUBADORAS
La limpieza y la desinfección, periódicas
y sistemáticas, son el método
recomendable para reducir los riesgos derivados de la
contaminación accidental del personal del
laboratorio.
5. MICROONDAS
Los microondas
cada vez son más populares en el Laboratorio de
Microbiología y constituyen una nueva fuente de
accidentes, entre los más frecuentes las explosiones
cuando se usan para calentar medios con agar, ya que la
diferencia de velocidad de calentamiento produce burbujas que
pueden estallar.
- Las botellas o matraces deben tener el tapón
aflojado, ya que si está cerrado estallan
fácilmente. - Estar siempre presente, con la ropa y pantalla facial
adecuadas, y controlar la intensidad del aparato, que
sólo puede ser la máxima con agua y la
mínima si se usa con agar. - Deberá existir una tabla bien visible de los
tiempos en cada posición del potenciómetro y de
las cantidades a emplear. - Los microondas interfieren con los marcapasos. No
deben ser colocados a una distancia inferior a 2 m de las
personas que sean portadoras de uno de estos
dispositivos.
6. AUTOCLAVES
Los autoclaves deben poseer manómetro y
termostato, así como válvula de seguridad, sistema
de desconexión rápido y la purga del vapor ha de
realizarse a un recipiente estanco y con agua, jamás
directamente al exterior.
- No deben usarse si no se conocen perfectamente todos
los mandos y su fundamento. - Usar guantes especiales para protegerse del
calor. - No abrir jamás si el manómetro no
está a "0" y la purga no ha sido abierta. - Controlar una vez al mes su capacidad de
desinfección mediante esporas, no siendo suficiente el
método químico. El uso de registros de
presión y temperatura de cada proceso y la
instauración de un programa de mantenimiento
también puede ser una alternativa válida al
control mediante esporas. El agua debe
ser cambiada regularmente.
7. CENTRÍFUGAS
Los mayores riesgos derivan, sobre todo, de la
contaminación por los aerosoles generados durante la
centrifugación de materiales biológicos y, en menor
medida, de los traumatismos accidentales. Se
recomienda:
- Cuando se centrifugue material biológico
potencialmente infeccioso deben utilizarse tubos cerrados; la
centrífuga debe disponer de rotores o cestillos de
seguridad que protejan al operador de los posibles
aerosoles. - La rotura accidental de un tubo y su vertido en la
cubeta representa una incidencia importante que debe ser
comunicada inmediatamente al Supervisor o responsable, de forma
que se proceda a la desinfección segura del
aparato - No se deben utilizar centrífugas antiguas que
no posean sistema de cierre de seguridad, del que disponen
todos los aparatos actuales, ni manipular éstas de forma
que permitan su apertura mientras están en
funcionamiento. - Si el laboratorio dispone de ultracentrífugas,
el equilibrado cuidadoso del rotor es fundamental.
I – PLAN DE
EMERGENCIAS DEL LABORATORIO DE MICROBIOLOGÍA
CLÍNICA
Los riesgos en el Laboratorio de Microbiología se
dividen en riesgos no biológicos, comunes a otros
laboratorios, y riesgos biológicos o específicos.
Los no biológicos pueden ser químicos,
físicos, eléctricos o fuego.
Entre los riesgos biológicos no se hace referencia a las
infecciones adquiridas en el laboratorio, ya que la
mayoría son un proceso que pasa inadvertido. La
exposición se centrará en la actuación
cuando se produce un accidente.
Lo más importante ante un accidente en el laboratorio es
tenerlo previsto, simular uno como mínimo una vez al
año, discutir las medidas a tomar y sacar las conclusiones
pertinentes; en definitiva no dejar nada a la
improvisación y disponer del material necesario para
actuar. Es recomendable contar con Estaciones de Seguridad, del
mismo modo que existen los extintores.
El Supervisor de Seguridad llevará un registro de
accidentes, donde se anotarán todos lo detalles del
percance, así como las medidas practicadas, las personas
involucradas en el accidente y los procedimientos de
actuación.
Los accidentes biológicos se producen
generalmente por:
1. Inoculación accidental.
2. Heridas causadas por animales de laboratorio.
3. Ingesta accidental.
4. Derrames y salpicaduras:
Derrames en la recepción de
muestras.
Salpicaduras en cara y ojos.
Salpicaduras y contacto directo.
Salpicaduras en la superficie de
trabajo.
Salpicaduras fuera de la zona de
trabajo.
5. Aerosoles.
6. Por el aire.
7. Deliberados y de origen desconocido.
En el laboratorio de microbiología los accidentes
potencialmente más frecuentes son las heridas causadas por
objetos punzantes o cortantes (pinchazo y herida sangrante). En
este caso se deberán aplicar las medidas bien detalladas
en los Protocolos de
actuación después de una exposición
accidental a productos biológicos probablemente
contaminados descritos en el Manual de Salud
Ocupacional.
Las centrífugas actuales tienen mecanismos básicos
de seguridad, pero no es infrecuente encontrar todavía
algunas que, debido a lo antiguo de su diseño, permiten
ser abiertas antes de su parada completa, hecho inaceptable con
las normativas actuales. Así pues se pueden producir
accidentes al frenarlas manualmente, con el consiguiente riesgo
de lesión por la enorme fuerza
centrífuga de las mismas.
El manejo y transporte de las bombonas de gases debe ser
realizado por personal especializado. Estarán bien
ancladas para evitar que se caigan.
En general, no debe utilizarse la luz UV porque no es
esterilizante, sino sólo descontaminante y produce una
falsa sensación de seguridad. En la CSB no se puede
trabajar con ella encendida ya que puede dar lugar a una
quemadura corneal tremendamente dolorosa. Si ello ocurre, se
consultará con el Servicio de
Oftalmología.
Las quemaduras por vapor procedente de los autoclaves,
así como las producidas por salpicaduras de los
microondas, se tratarán tópicamente.
1. DERRAMES Y SALPICADURAS
Es uno de los apartados más importantes por su
frecuencia y porque las medidas a tomar son responsabilidad exclusiva del Laboratorio de
Microbiología y bajo ningún concepto del personal
de limpieza. El procedimiento
empleado, bien protocolizado, debe estar contemplado en el Manual
de Seguridad. Los derrames y salpicaduras pueden ser de muchos
tipos: por pérdida de los diferentes envases, generalmente
porque estén mal cerrados (ya que se supone que son los
adecuados), por rotura de los mismos, vuelco, etc. y son muy
frecuentes en la zona de recepción de muestras. Para
actuar correctamente son muy recomendables las Estaciones de
Seguridad.
Lavado. Primero se eliminan los restos groseros
de cristal, plástico,
agar, etc., después se lava con abundante agua y un
detergente acuoso y a continuación se inicia la
desinfección. Hay que tener en cuenta que cualquier
sustancia orgánica (agar sangre, restos de
peptona,
etc.) es extraordinariamente bloqueante de la capacidad
oxidativa del hipoclorito sódico y de la capacidad de
actuación de los iodóforos; por ello, la norma es
primero limpiar y después desinfectar.
Desinfección. Se empleará un
desinfectante preferentemente líquido. Los más
útiles en el laboratorio son:
1. Hipoclorito sódico. De elección para suelos,
cerámica, etc. No debe usarse en
superficies metálicas. Se utiliza a la dilución
pertinente para conseguir 50000 p.p.m. de cloro libre. Se vierte
haciendo un círculo alrededor del derrame, o mejor sobre
papel absorbente, y se deja actuar 20 minutos.
2. Iodóforo. Se
utiliza a la dilución indicada por el fabricante. Adecuado
en superficies metálicas.
3. Alcohol etílico al 70%.
4. Productos detergentes desinfectantes. Agentes como Virkon®
(peróxido tamponado con surfactante), de fácil
manejo, no corrosivo, no irritante, especialmente activo en
presencia de materia orgánica y que cambia de color cuando deja
de ser activo.
- Tubos rotos dentro de la
centrífuga
Se exigirá siempre la presencia del Supervisor de
Seguridad. En ocasiones se puede detectar el accidente antes de
abrir la centrífuga, si se ha estado
presente durante el proceso de centrifugación, por el
cambio de ruido en el
funcionamiento de la máquina. Como esto no siempre sucede,
deberá existir un entrenamiento
para cuando se observe el accidente al abrir la
centrífuga: cerrar la centrífuga y hacer salir
inmediatamente a todo el personal prescindible del área.
Vestirse como en el caso de las salpicaduras (el aerosol puede
ser importante), cerrar la habitación y:
1º. Desinfectar la centrífuga por
fuera.
2º. Esperar 20 m.
3º. Abrir la centrífuga muy
suavemente.
4º. Colocar todas las muestras no rotas en una
gradilla o recipiente hermético (bolsa de autoclave) y
llevarlas a una CSB para manipularlas allí.
5º. Limpiar, sacar los restos con guantes adecuados
y meterlos en bolsas de autoclave o de tipo III. Llevar las
cubetas o cestillos con Virkon® y el rotor, si es posible, al
autoclave.
6º. Desinfectar la centrífuga por dentro con
iodóforo o Virkon® y dejar actuar 20 m.
7º. Limpiar la cuba con
alcohol etílico al 70%.
3. AEROSOLES
Los aerosoles son la causa más frecuente e
importante de accidente biológico y su origen es muy
variado. Muchas veces pasan inadvertidos, por lo que siempre hay
que dar por hecho que existen cuando se producen derrames o
salpicaduras.
La mala práctica es la fuente más
común de los aerosoles: enfriar asas calientes
hundiéndolas en el agar, utilizar centrífugas no
herméticas, centrifugar con tubos abiertos o mal cerrados,
agitar cultivos con el asa dentro del tubo, pipetear con
demasiada fuerza, oler las placas, etc.
Las medidas a tomar para evitar los aerosoles son
cambiar los hábitos. Deben anotarse todos los incidentes y
decidir con el Supervisor de Seguridad si se toman medidas de
profilaxis sobre la supuesta contaminación. En accidentes
en los que se presume la formación de aerosol, proceder
siempre con protección del aparato
respiratorio.
J-
ELIMINACIÓN DE LOS RESIDUOS PELIGROSOS EN
EL
LABORATORIO DE MICROBIOLOGÍA
CLÍNICA
1. GENERALIDADES
La gestión
de residuos debe ser considerada como una parte muy importante de
la seguridad en el Laboratorio de Microbiología. Muchos de
los desechos que se generan pueden estar contaminados por
microorganismos o contener sustancias químicas
tóxicas y
peligrosas. En menor medida, el personal del laboratorio
puede estar expuesto a los efectos de las radiaciones
ionizantes.
Los casos de infecciones o intoxicaciones en el
laboratorio son conocidos desde antiguo, lo que hace obligada la
adopción de medidas de protección para la persona que
trabaja en este ámbito. La protección debe
ampliarse con prácticas tendentes a preservar la salud de los
compañeros de trabajo. Además, aunque la
visión que aquí se pretende dar está sobre
todo encaminada a la protección del personal de los
laboratorios, no debemos olvidar que las actividades que en ellos
se realizan pueden afectar a la salud comunitaria.
La mejor manera de racionalizar los residuos es mediante
una gestión integrada cuyos pilares básicos son la
minimización, la segregación y la
eliminación controlada (disposición). El personal
del laboratorio debe ser consciente de que la puesta en marcha de
normas de buena práctica en la gestión de los
residuos repercute poderosamente sobre su salud y la de los que
lo rodean, a la vez que contribuye a la reducción de
costes.
De una forma conceptual, podemos considerar que un
residuo infeccioso es todo aquel material capaz de producir una
enfermedad infecciosa. Sin embargo, a diferencia de los residuos
químicos y radiactivos, los desechos infecciosos y sus
riesgos asociados no pueden ser identificados de una forma
objetiva. La posibilidad de contraer infecciones en el
laboratorio a través de los cultivos
microbiológicos desechados o tras una punción o
herida accidental es algo bien conocido. No ocurre lo mismo a la
hora de evaluar el riesgo que las actividades del laboratorio
puedan tener sobre la salud de la comunidad. Por ejemplo, no
existen evidencias epidemiológicas que asocien las
infecciones en la comunidad con los residuos hospitalarios, de la
misma manera que no se ha demostrado que los desechos de los
hospitales tengan más capacidad infecciosa que los
residuos urbanos generales. Es necesario tener en cuenta aspectos
epidemiológicos como la vía de transmisión,
la puerta de entrada, la virulencia del patógeno y la
susceptibilidad del huésped, entre otros. A pesar de todo,
la mayor extensión y gravedad de hipotéticos
brotes, la alarma social que crearía y razones de tipo
estético obligan a un tratamiento particularizado de los
residuos infecciosos antes de ser eliminados como residuos
urbanos.
2. GESTIÓN DE LOS RESIDUOS
INFECCIOSOS
Todo Laboratorio de Microbiología debería
elaborar un manual o protocolo para la gestión de estos
residuos, siguiendo las directrices generales contenidas en el
Plan de Residuos de cada institución. Esta
recomendación puede ser norma obligada en el caso de que
el laboratorio pretenda certificarse o acreditarse. Entre los
diferentes aspectos que debe contener dicho manual se pueden
citar los siguientes:
- Estrategias de minimización de los residuos,
incluyendo la reducción en origen. - Segregación de los residuos infecciosos de los
no infecciosos. - Identificación y tipificación de los
residuos infecciosos y su riesgo relativo. - Normas de señalización,
rotulación, almacenamiento y transporte. - Plan de formación de todas las personas
expuestas a estos residuos. - Normas de actuación en caso de vertidos o
roturas accidentales. - Plan de contingencia ante el fallo de las medidas de
contención habituales.
3. MANIPULACIÓN DE LOS RESIDUOS
INFECCIOSOS
a) Residuos líquidos
La sangre, líquidos orgánicos,
secreciones, etc. pueden eliminarse directamente por el
desagüe con agua abundante, según aceptan diversas
reglamentaciones específicas y los manuales
generales. Por lo que se refiere a los líquidos
infecciosos que genera el propio laboratorio, como los
sobrenadantes de los cultivos, etc., es aconsejable recogerlos en
un
recipiente que contenga una solución de
hipoclorito sódico recién preparada. Debe
calcularse el volumen máximo aceptable para asegurar la
eficacia del desinfectante. Luego podrían ser eliminados
por los desagües. No obstante, muchos laboratorios someten a
los residuos líquidos, sangre incluida, a un tratamiento
en el autoclave, lo que es de mayor importancia si se trata de
residuos procedentes de las áreas de
micobacteriología o virología.
b) Residuos sólidos
Las formas más frecuentes de tratamiento de los
residuos sólidos son la incineración y la
esterilización por autoclave. Por lo que respecta a la
incineración realizada en los propios hospitales, es una
actividad cada vez más restringida, debido a la
contaminación que origina en las zonas urbanas donde
están implantados. Más frecuente es transferir los
residuos a empresas
autorizadas, lo que debe hacerse en recipientes rígidos
que deberán ser transportados de forma
regulada.
La esterilización en autoclave es la manera
más común de tratar este tipo de residuos en el
propio laboratorio que los genera. Hay que asegurarse que el
ciclo del autoclave permite la esterilización en toda la
masa de los residuos. Los programas para materiales limpios no
sirven para los desechos, siendo aconsejable prolongar el tiempo
y aumentar la presión del proceso de autoclavado. La
utilización de indicadores
químicos no es suficiente para el control de la eficacia,
que dependerá del tipo de material, volumen, etc. Las
suspensiones de esporas de Bacillus tampoco pueden asegurar en
todas las circunstancias que el tratamiento térmico es
suficiente en las zonas más internas de la masa de
material a esterilizar, pues muchas veces no pueden ser colocadas
en el lugar que sería apropiado. Algunos expertos
recomiendan no utilizarlas, para evitar una falsa seguridad;
alternativamente, consideran más apropiado el control
riguroso sistemático en cada proceso (por ejemplo,
registros de presión y temperatura) y el mantenimiento
apropiado del autoclave.
Para una explicación más detallada sobre
las medidas de seguridad en el descarte de material contaminado,
recomendamos las Normas sobre el tema del Manual de Bioseguridad
del laboratorio clínico.
K- ALMACENAMIENTO, TRANSPORTE Y ENVÍO DE
MATERIAL BIOLÓGICO
1. ALMACENAMIENTO
El material infeccioso debería almacenarse en
zonas de acceso restringido para minimizar la posibilidad de
contaminación del personal o el ambiente.
El almacenamiento de material en congeladores, especialmente en
los de nitrógeno líquido, presenta una
problemática especial. Debido a las bajas temperaturas, si
los viales que se utilizan para el envasado no son de la calidad adecuada,
pueden romperse, originando el derrame del material en el
nitrógeno líquido, con la consiguiente
contaminación del
recipiente. En el caso de que esto ocurra debe vaciarse
el recipiente, dejar que el nitrógeno líquido se
evapore y proceder a su limpieza y desinfección. Asimismo,
cuando se maneja el material almacenado en este tipo de
contenedores de congelación, siempre se deberán
utilizar gafas o mascarillas de protección para evitar
salpicaduras del nitrógeno líquido.
2. TRANSPORTE Y ENVÍO
No existen regulaciones o recomendaciones
específicas para el transporte seguro de microorganismos
patógenos, genéticamente modificados o no. Sin
embargo, si ampliamos la definición de estos organismos y
los consideramos como "mercancías peligrosas" o
"sustancias infecciosas", hay varios documentos
internacionales relacionados con el tema, como los de la
Unión Postal Universal (UPU), la
Organización Internacional de Aviación (OIAC) y
la Asociación Internacional de Transporte Aéreo
(IATA).
A nivel europeo se han publicado, o van a ser publicadas
próximamente, varias Directivas sobre la normativa para el
transporte de mercancías peligrosas en/entre los Estados
Miembros. Estas Directivas, y en general todos los documentos
internacionales relacionados, están basadas en un texto
único común, las Recomendaciones del Comité
de Expertos de las Naciones Unidas
para el Transporte de Artículos Peligrosos
(UN).
Estas recomendaciones clasifican las mercancías
peligrosas en varias clases, dos de las cuales están
relacionadas con los microorganismos patógenos,
genéticamente modificados o no: clase 6.2 (substancias
infecciosas) y clase 9 (substancias peligrosas misceláneas
y artículos). En la clase 6.2 están incluidas las
substancias que contienen, o razonablemente se espera que
contengan, microorganismos viables, incluyendo bacterias,
virus, rickettsias, parásitos, hongos, recombinantes
híbridos o mutantes, de los que se conoce o razonablemente
se cree que pueden producir enfermedad en humanos o animales
expuestos a ellos.
En la clase 9 se incluyen microorganismos modificados,
no peligrosos para humanos o animales, pero que podrían
dar lugar a cambios en animales, plantas,
substancias microbiológicas, así como en el
ecosistema.
También se incluyen microorganismos peligrosos para el
ambiente, los cuales deben de ser transportados en condiciones
especificadas por las autoridades competentes del país de
origen.
Sistema básico de embalaje. De una manera
general, para el embalaje y transporte de material
biológico y teniendo en cuenta las peculiaridades en
función de los microorganismos, un sistema básico
de embalaje se compone de:
Recipiente primario estanco, a prueba de
filtraciones, etiquetado, que contiene la muestra. El
recipiente debe envolverse en material absorbente.
Recipiente secundario estanco, a prueba de
filtraciones, que encierra y protege el recipiente primario. Se
pueden colocar varios recipientes primarios envueltos en un
recipiente secundario. Se debe usar suficiente material
absorbente para proteger a todos los recipientes primarios y
evitar choques entre ellos.
Recipiente externo de envío. El recipiente
secundario se coloca en un paquete de envío que protege al
recipiente secundario y su contenido de los elementos externos,
tales como daño físico y agua.
Los formularios con
datos,
cartas y otras
informaciones de identificación de la muestra deben
colocarse pegados con cinta adhesiva en el exterior del
recipiente secundario.
La Guía para el transporte de substancias
infecciosas y especimenes diagnósticos, publicada por la
OMS en 1997, permite un conocimiento
detallado de los requerimientos específicos para las
diferentes situaciones que se pueden plantear ante el
envío de cualquier tipo de material biológico,
algunos de los cuales se exponen a
continuación:
1. Cantidad de substancias infecciosas que pueden
enviarse en un paquete.
2. Tipos de etiquetas de riesgo para substancias
infecciosas y para microorganismos genéticamente
modificados.
3. Tipos de etiquetas de riesgo para microorganismos no
infecciosos.
4. Etiquetas para envío con dióxido de
carbono (hielo
seco).
5. Información que debe figurar en la
etiqueta.
6. Normas para envío con refrigerantes
(dióxido de carbono y nitrógeno
líquido).
7. Ejemplos de formato de los documentos de envío
(los originales pueden obtenerse de la compañía
transportadora).
En los vuelos internacionales está estrictamente
prohibido que los pasajeros transporten substancias infecciosas
con ellos o en su equipaje de mano. Igualmente está
prohibida la utilización del correo diplomático
para el transporte de este tipo de material.
Otras posibilidades de transporte de material
biológico incluyen el traslado de muestras dentro de un
hospital o centro, de un laboratorio a otro, de un hospital a
otro de la misma ciudad o a otra ciudad. Los principios en los
que se basa un transporte seguro son los mismos en todos los
casos y su finalidad es que la muestra no tenga ninguna
posibilidad de salirse del embalaje en las circunstancias
normales de transporte.
El transporte de material biológico requiere una
buena colaboración entre el remitente, la
compañía de transporte y el destinatario, y cada
uno debe asumir sus responsabilidades para garantizar que el
producto llega a su destino oportunamente y en buenas
condiciones.
L- BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA
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Laboratories. CDC/NIH. U.S. Department of Health and Human
Services, Public Health Service (4ª ed.). Washington,
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Seguridad e
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Department of Health and Human Services, Public Health Service.
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M. Bultó y cols. Instituto Nacional de Seguridad e
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Trabajo. Madrid, 1992.
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Transport of Dangerous Goods (UN ECOSOC). Recommendations on the
Transport of Dangerous Goods (10ª ed.). 1997.
10. UN European Agreement concerning the international
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1957). Edition: 1999. Convention concerning the International
Carriage by Rail (COTIF).
11. The International Air Transport Association (IATA).
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12. The International Civil Aviation Organization
(ICAO). "ICAO Technical Instructions", made legally binding by
Annex 18 to the Convention on International Civil Aviation (the
"Chicago Convention") of which Annex 18 is Safe Transport of
Dangerous Goods by Air, amplified by Technical Instructions on
the Safe Transport of Dangerous Goods, 1984. Última ed.:
1999.
13. The International Maritime Organization (IMO,
London). "International Maritime Dangerous Goods Code", made
legally binding through Regulation VII/1.4 of SOLAS Convention
(International Convention for the Safety of Life at Sea), 1974.
ed.: 1995.
14 The World Health Organization (WHO). "Guidelines for
the Safe Transport of Infectious Substances and Diagnostic
Specimens". 1997.
15. The World Health Organization (WHO). "Laboratory
Biosafety Manual". 1993.
Lic. Eric Caballero
LABORATORIO CLINICO COMPLEJO HOSPITALARIO
METROPOLITANO
Dr. ARNULFO ARIAS MADRID, C.S.S