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Teoría de la Administración I: Paradigmas y debates en torno a la Reforma Administrativa (página 2)




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5. La burocracia

Como dijimos en un principio, este punto de nuestro
trabajo es de suma importancia. Es quizás el centro de
toda la cuestión, ya que el nuclea la mayoría de
las incógnitas y supuestas orientativos o no de la reforma
administrativa. Digo esto porque la burocracia puede
ser entendida como lo dice Garcia Pelayo, como sistema de
gestión: "sistema de gestión y
administración altamente racionalizado y de
máxima eficiencia
técnica, caracterizado por ciertas notas como la
organización jerárquica, la asignación
de funciones en
virtud de una capacidad objetivamente demostrada, la rigurosa
delimitación de competencias de
las diferentes ramas que la integran, la estructuración
con arreglo a normas y a reglas
técnicas objetivas e impersonales". Es esta
la concepción weberiana de la burocracia que
después cuando analicemos el caso de los "vicios de la
burocracia" mostraremos el comportamiento
negativo de esta. También, puede ser considerada
según el autor anteriormente citado como cuerpo o conjunto
institucional "jerárquicamente organizadas y
caracterizadas por ciertas notas estructurales o coyunturalmente
cambiantes". Estas son según García Pelayo las
más importantes:

  • Carecer de propiedad
    sobre el objeto, los medios y el
    producto de
    la gestión, de manera que hay una separación
    entre función
    y propiedad.
  • No ser elegidos por los administrados, sino nombrados
    por la autoridad
    superior.
  • Estar dotados de un específico saber (mostrado
    en el caso típico ideal a través de pruebas
    objetivas, como exámenes, concursos, etc.) y de un
    status jurídico y/o social.
  • Tener como profesión única o principal
    el servicio a
    la organización
    burocrática.
  • Actuar leal y metódicamente, sine ira et
    studio, y sometiendo rigurosamente su actividad a las formas y
    contenidos de unas normas o de unos precedentes, aunque ello
    contradiga sus propios criterios y convicciones.

Estas dos grandes categorías de la burocracia que
describe Garcia Pelayo, sirven para destacar los objetos a
analizar para realizar la reforma teniendo en cuenta los dos
grandes núcleos que diferenciamos al principio: el
administrativo e institucional, y la que refiere a cambios de
índole gerencial-valorativo. Es por eso que tomando como
consigna la pregunta que se hace Groisman, al indagarse sobre que
estrategias
adoptar, sobre ¿Reformar con o contra la burocracia?, es
lo mismo que preguntarse en sentido radical, y pensar, en si la
burocracia a la hora de reformar, es un obstáculo o un
elemento fundamental, en su papel de
agente reformador. Eso es el debate entre
la burocracia como motor y como
obstáculo.

  1. Como motor

Pensar a la burocracia como motor, es indagar acerca del
papel de la misma como "agente reformador", es decir el encargado
de llevar a cabo paso a paso, siguiendo el programa de
reforma, a través de pautas y herramientas
proporcionadas por esa "racionalidad técnica", y
posibilitada por la "delegación" de funciones de parte de
los encargados de discutir y consensuar la iniciativa de
reforma.
Este ultimo punto, que refiere a la delegación de
funciones, podemos explicarlo a través de que "no consiste
tanto en poseer los conocimientos sustantivos [para realizar la
reforma] como en detentar las llaves que permiten modificar y
actualizar la complejidad del sistema". Esto último que
nos dice Groisman acerca de "detentar las llaves" es una
proposición que circunscribe un conjunto de factores que
determinan el status que posee la burocracia y posibilita medir
el grado de poder y
muestra lo
imprescindible que es la burocracia, y por ende esta
situación dificulta y a veces imposibilita recurrir a
otros sectores para realizarla, y también llevar a cabo
reformas sin tener como valor
fundamental el consenso, o sea reformas de carácter
unilateral, en materia de
decisión sobre el objeto. Por es que coincido con
Groisman, en su acepción tajante acerca de que "es
necesario que la reforma sea comprendida y asumida por la
burocracia". A mi humilde entender esta forma de ver el
fenómeno, limitada a esa frase, trae como secuela, que la
responsabilidad recaiga enteramente en la
burocracia, y que por lo tanto el poder político, es
inmune ante los embates ante posibles fracasos; y que a la
inversa, en muchos casos en donde la reforma tenga efectos
"positivos" depende de quien y desde donde la miremos, utilizarla
como bandera política
haciéndole perder su esencia de cambio. Deja
de ser una meta alcanzada, para ser un icono político. Esa
es una posible causa.
Por eso, Groisman, no obvia elementos que terminan de definir el
papel de la burocracia como agente que "comprende y asume" la
reforma, y dice que "ello no debe llevar al extremo contrario, en
que las autoridades políticas
no asumen el esfuerzo de plantear los objetivos, los
pasos y las estrategias, porque en tal caso quedan a merced de la
voluntad, del criterio y de los propios funcionarios". Por eso es
necesario el consenso. En palabras del autor, "una acción
convergente, entre poder político, administración y
sociedad
civil".
Por lo tanto cuando analizamos el fenómeno de la
burocracia como motor hay que tener reparo en observar por lo
menos cuatro cosas:

  • El grado de poder que posee la burocracia en
    términos de autonomía decisoria.
  • El grado de consenso interno que existe dentro de la
    misma, entre diferentes corrientes internas que la puedan
    componer.
  • El grado de consenso externo. Esto es, la
    convergencia entre burocracia, poder político y sociedad
    civil.
  • Y obviamente observar la capacitación, el saber técnico y
    especializado, con relación a la dualidad eficacia
    – eficiencia.

Estos instrumentos analíticos nos permiten
definir a la burocracia como motor, o mejor dicho como agente,
tomando como eje el carácter dinámico de la misma
es decir, en su accionar, los componentes que marcan a la misma
dentro del proceso de
reforma: su poder, el consenso y su saber.

  1. Como obstáculo
  2. En este apartado examinaremos entre otros puntos, el
    que considero más importante que son los "vicios de la
    burocracia".
    Para empezar, como dice García Pelayo "la burocracia
    superior ha sido designada peyorativamente como casta o como
    clase, o más precisamente como clase funcional, es
    decir, no sustentada sobre fundamentos patrimoniales, sino en
    el poder y en los privilegios derivados de las atribuciones
    inherentes al ejercicio de la función" Este
    comportamiento clasista y/o corporativo de la burocracia, y
    retomando la perspectiva estructural funcionalista, crea una
    alteración en un subsistema, y que trae aparejado
    efectos corrosivos para el desenvolvimiento del sistema en
    si. Esto es, que a través de la exaltación o e
    abuso del status que le concede la función
    extrapolando al exceso el uso de herramientas propias dela
    función y no de intereses corporativos y
    clasistas.
    Este comportamiento de la burocracia, lleva como repetimos
    anteriormente al choque con otros subsistemas. En este caso
    es probable que colisione con intereses del poder
    político o con intereses de facciones dentro de la
    misma burocracia, lo que tornaría inviable cualquier
    intento de reforma o consenso. Es por eso que la burocracia
    se transforma en un obstáculo, es lo que impide lo
    indispensable: el acuerdo. Además de eso y de
    convertirse en un obstáculo, adquiere el rol de objeto
    de reforma. Se encuentra ahora entre los blancos a reforma no
    para eliminarla, sino para corregir esos vicios, y mutar esos
    intereses al servicio de la comunidad, ni
    del poder político, ni al interior de la misma.
    Poder político
    Consenso
    Sociedad civil
    Burocracia

    Esta es la tríada del consenso. Aunque en el
    proceso unos adquieren mas relevancia, la iniciativa puede
    venir de cualquiera de estos tres componentes. Es más
    aunque la sociedad civil no posea el mismo rol en importancia
    que el poder político, es en última instancia
    el beneficiario o perjudicado indirecto de cualquier
    alteración. Esta a su vez le puede imponer o presionar
    a este para reformas ciertos aspectos, y el poder resistirse,
    o sino intentar llevarla a cabo. Y aquí puede chocar
    con los intereses corporativos y clasistas de la
    burocracia.
    Por esos es necesario que la reforma sea consensuada desde la
    base entre por lo menos dos actores de esta tríada,
    para lograr dinamizar el proceso y salvar diferencias, las
    que están o pueden llegar a aparecer. En especial
    sobre este tema de la burocracia como obstáculo, a mi
    entender, para evitar este tipo de "lock out" de la misma,
    encarar reformas de tipo valorativa con caracteres de las
    corrientes garantista (circunscribir el accionar de la
    burocracia a la ley), pero a
    su vez incorporarle flexibilidad y nuevos mecanismos, lo que
    propicia la corriente contractualista. O sea darle un marco
    instrumental, a través de nuevas modas de
    gestión de carácter flexibles y adaptable a
    situaciones, y que aporten mecanismos que le den
    previsibilidad a la reforma para no chocar con
    obstáculos como el que describimos.
    Otro aspecto vinculado con este tema es el tema de la
    corrupción. Según Pegoraro, la
    corrupción "es una desviación de la conducta
    de un funcionario público, que se aparta de las normas
    establecidas para ponerse al servicio de intereses
    privados".
    Este comportamiento esta íntimamente vinculado al
    comportamiento clasista – corporativo. Es insalvable a
    veces la ecuación, de que al tener un status, al
    utilizar a los medios proveídos por la función
    como poder, al tener menos control,
    haya más corrupción, parece ser una formula
    perfecta. Este estilo de comportamiento cerrado y abusivo,
    tiene como vicio a la corrupción. No solo me apropio
    de recursos
    tanto materiales
    como inmateriales, sino que el funcionario "pone sus
    intereses personales por sobre los de las personas y los
    ideales que está comprometido a servir" . Este
    obstáculo impide que el interés sea la reforma, y posibilita
    que la reforma genere intereses, estos son: poder, dinero,
    status, prestigio; desvirtuando el contexto y el fondo de la
    misma. Es por eso que aquí también hay que
    introducir sobre todas las cosas reformas que corresponden a
    la corriente garantista, y al modelo de
    responsabilización.

  3. La importancia de los funcionarios
    políticos

Existen dos actores por excelencia y fundamentales ante
la implementación de un Programa de Reforma
Administrativa. Como explica en uno de sus escritos Iacoviello,
cuando se pretende realizar alguna modificación en las
pautas de trabajo y de comportamiento de las distintas organizaciones y
sus agentes, comienza a desatarse un conflicto en
torno a las
estrategias de Recursos
Humanos, las cuales son primordiales para todo cambio que se
pretenda efectuar en la estructura
burocrática del Estado.
Como dice este mismo autor, en cuanto a los funcionarios
políticos:

  • tratan con grandes corrientes de opinión e
    intereses a gran escala,
  • los políticos son designados sobre la base
    de la confianza política y luego por su experiencia en
    el área,
  • tienen un alto grado de ingreso
    lateral,
  • son designados por un período,
  • tienen control sobre los recursos.

A partir del análisis de estos caracteres, podemos
observar que el proceso de decisión en estas
temáticas sobre la
Administración y su posible reforma, es un asunto
"político", y que indudablemente debe ser considerado
desde ese ámbito. Cuando digo esto, trato de hacerlo con
cuidado para no contradecirme con lo expresado al principio,
cuando citando a Settembrino no coincido con la idea de que no
hay discusión ideológica sobre la concepción
del Estado. Una cosa es la concepción ideológica o
no sobre el papel del Estado, y otra muy distinta es la idea de
que en toda reforma se mezclan cuestiones políticas.
Aquí debemos separarlo de lo político, ya que
cuando hablamos de reforma, del papel que cumplen sus
funcionarios, y en especial sus funcionarios "políticos",
nos estamos refiriendo al "poder", a lugares y cuotas de poder,
que pueden (muchas veces) no admitir o sobrepasar discusiones
ideológicas acerca de un Programa de Reforma
Administrativa, su contenido, sus impulsores, etc.

  1. La importancia de los funcionarios de
    carrera

Si nos referimos en este apartado a los funcionarios de
carrera, a esa franja de empleados o "agentes" que trabajan y
hacen carrera en la estructura de la Administración
Pública, nuevamente citando a Iacovello, podemos decir
que:

  • los funcionarios de carrera tratan con intereses
    más específicos y organizados,
  • son designados (supuestamente) sobre la base de
    mérito, es decir, teniendo en cuenta sus antecedentes
    y habilidades específicas,
  • tienen ingresos
    estables, pudiendo incrementarlos, para ello deben ser
    reclutados para los puestos jerárquicos mediante una
    carrera interna progresiva,
  • a diferencia de los funcionarios políticos,
    hacen carrera de por vida (no por un período),
    teniendo una red de contactos
    tanto externamente como internamente,
  • cuentan con una red de regulaciones que
    protegen su estabilidad (poder), aunque su mayor fuente se
    asocia a las habilidades y conocimientos sobre la
    Administración.

Se puede observar y analizar sobre este tema, que
aquello que escribimos y afirmamos sobre la "gestión por
resultados" en la cual se requiere la definición y
consecución de un mínimo de criterios para poder
decidir, implementar y evaluar un Programa de Reforma
Administrativa, tiene vinculación sobre esto, ya que uno
de esos criterios que colocábamos era el de la
"conjunción entre los funcionarios y los agentes de la
Administración Pública".
Tanto los funcionarios como los empleados de la estructura
burocrática del Estado necesitan de los elementos y las
herramientas de acción de las cuales disponen uno y otro.
Aquí se vislumbra el poder y los instrumentos de los
cuales cada actor dispone para enfrentar estos cambios ante una
reforma.
Ambos tienen sus herramientas de poder, ambos disponen de los
medios necesarios para llevar adelante un Programa de Reforma
Administrativa, y son concientes que se lograrán los
objetivos definidos al comienzo si son también ambos
quienes tendrán beneficios y réditos o costos y
desventajas ante el resultado que se llegue.
Debemos tener en cuenta principalmente, una cuestión que
muy bien Kliksberg plantea: "el viejo paradigma,
centrado en los aspectos administrativos-formales del manejo de
personal no
incluye políticas específicas en otros planos de
mayor relevancia…".
Ante esto, y como primer disparador para el contenido que
tendrá la, puedo decir muy simplemente que todo Programa
de Reforma Administrativa necesitará del apoyo, el trabajo, y
el beneficio final de todos y para todos los actores que sean
involucrados, lo cual sin lugar a dudas deberá desterrar
esos aspectos tradicionales y obsoletos del viejo paradigma, y
rever todo el sistema administrativo vigente (recursos, procedimientos,
personal, capacitación, estructuras,
etc).

6. La reforma y sus
planos

Como vimos anteriormente el fenómeno de la
reforma administrativa puede abordarse desde distintos enfoques,
como proyecto o
programa, como problema: y en este caso lo abordaremos desde un
aspecto dinámico fundamental: como cuestión, en el
sentido de la discusión emprendida desde sectores y
espacios políticos, y sectores y espacios relacionados con
la tecnología o mejor dicho con la
técnica, todos ellos en relación entre reforma y
viabilidad desde ciertos puntos de vista. Cabe aclarar que
ninguna de las dos es excluyente de la otra. La reforma necesita
resolver de manera clara esta transición y tensión
que existe entre estos dos polos, el político y el
técnico, y entre sectores dentro de ambas
esferas.

  1. Como cuestión política
  2. Este apartado refiere fundamentalmente, como dijimos
    anteriormente a la viabilidad, en este caso relacionada con
    el consenso. Entendemos por consenso a la posibilidad de
    lograr acuerdos parciales o totales sobre la base de ciertos
    temas o puntos del mismo mediando intereses. En este caso
    relacionado con la reforma administrativa. O sea que esa
    viabilidad política se va a ver condicionada por el
    peso de los diferentes sectores políticos que a
    través, como dijimos anteriormente, de la
    utilización del poder de negociación harán o no posible
    que la reforma se lleve a cabo. En este caso, el debate se
    dará en los órganos respectivos para el
    tratamiento político del mismo. Esto es, comisiones,
    ministerios, reuniones informales, y hasta el mismo Congreso
    o Legislatura.

  3. Como cuestión técnica

Tras haber abordado la cuestión de la reforma
desde su aspecto o espacio político, cabe ahora tratarla
desde la viabilidad técnica, expresada en el concepto de
factibilidad,
o sea en la viabilidad o posibilidad de llevar a cabo la reforma,
medida no desde el consenso político, sino a través
de recursos materiales (dinero, tecnología) y no
materiales (recursos humanos, capacitación). Esta
cuestión no excede los términos del consenso. Es
mas, es necesario consensuar entre los técnicos acerca del
uso de recursos e instrumentos para realizar la reforma que
correspondan con el tipo que se quiere llevar a cabo. Esto es,
que dependiendo del tipo, el alcance y la profundidad, el agente
utilizara aquellas herramientas y recursos adecuados y
necesarios, tratando de no equivocarse en la elección de
los primeros; esto por supuesto para evitar el fracaso y
resultados adversos; y por otro lado no malgastar recursos en
vano, para no desvirtuar y obstaculizar el proceso; y carecer de
ellos en el futuro.

7. Ejes centrales para la
aplicación del programa de refoma
administrativa.

Ya habiendo incorporado al presente trabajo, aquellas
cuestiones centrales que considero debe incluir y/o tenerse en
cuenta en todo Programa de Reforma Administrativa, en este
apartado pretendo volcar los ejes sobre los cuales
debería, desde mi postura, desarrollarse el proceso de
reforma. Cabe destacar, que según la terminología
que utilizan Krieger y Felcman, voy a definir los 5 ejes
estratégicos a partir de la elección sobre los
criterios dicotómicos que se plantearon estos autores.
Primeramente, voy a describir de manera sintética cada no
de los criterios dicotómicos o pareja de ejes
estratégicos, y luego voy a terminar definiendo mi
elección sobre ellos. Los 5 ejes son:

  • Eje Global – Sectorial: "las reformas
    administrativas pueden involucrar conceptual y operativamente
    a toda la Administración (…) sin embargo no debe
    perderse de vista que el sector
    público está compuesto por una gran
    variedad de organizaciones (…), por lo que exige el
    reconocimiento de la especificidad" de cada una de las
    unidades administrativas que componen la
    Administración.
  • Eje Corto – Largo Plazo: podríamos
    para comenzar, citar aquí a Groisman, quien dice: las
    reformas pueden ser encaradas (…) del modo globalista
    inmediatista o mediante pasos sucesivos y graduales". Para
    continuar con el análisis de los autores tomados para
    este apartado, podemos decir: "las reformas administrativas
    son procesos
    complejos. Requieren la modificación de condiciones y
    situaciones largamente cristalizadas. Sus resultados son
    generalmente evaluados en el largo plazo. Sin embargo, tienen
    que lograr el apoyo activo del sistema político y la
    sociedad en general".
  • Eje Elitismo – Participación:
    aquí podemos diferencias dos maneras de encarar
    procesos de reforma, ya sea cerrando las decisiones en un
    grupo
    especialista en el área, o abriéndose a la
    participación de todos los sectores y actores
    involucrados e interesados.
  • Eje Estructural – Psicosocial: "si bien los
    aspectos estructurales no pueden soslayarse, debe reiterarse
    aquí la importancia de no dejar de lado los aspectos
    psicosociales, o si se quiere socioculturales".
  • Eje de los Roles del Estado: aquí se deben
    plantear discusiones iniciales sobre el Estado
    que tenemos y el Estado que queremos, definiendo sus roles,
    algo que es muy conflictivo, por lo que las reformas si se
    realizan, deben hacerse en aquellas áreas donde no hay
    conflicto.

Desde mi posición, primeramente voy a incorporar
algo que Groisman subraya fuertemente: "es esencial que la
reforma esté presidida por valores",
entre otros. Se debe planificar un proceso de reforma donde desde
el inicio todos los actores estén de acuerdo con algunos
valores centrales, valores sobre los cuales todos hayan
trabajado, y entiéndase por estos valores, a pautas de
comportamiento y de trabajo que identifiquen al grupo que
llevará adelante la reforma, de manera que la misma pueda
desarrollarse eficiente y eficazmente.

8.
Conclusión

Este trabajo intento mostrar algunos de los grandes
debates en torno a la reforma administrativa mostrando a sus
actores principales (la burocracia, el poder político y la
sociedad civil), los posibles objetos de reforma, medir a la
misma en torno a alcance y al tiempo de la
misma; así también en términos de recursos
tanto materiales como inmateriales. Sobre la base de estos
recursos teóricos diferenciamos dos grandes modelos de
reforma una de tipo administrativo e institucional, y la que
refiere a cambios de índole gerencial-valorativo.
Pero esto no alcanza para comprender en profundidad lo complejo
que es el tema de la reforma administrativa. No existen modelos
aplicables tal cual su rigidez teórica y formal. A mi
criterio y como dije en el transcurso del trabajo existen modas y
coyunturas. En todo caso para construir un modelo de reforma,
parta y sea, siguiendo a Weber, no solo
una acción con arreglo a fines, que solo se limitan a
formas de análisis en términos de eficacia y
eficiencia; sino también con arreglo a valores. Esta
conjunción de fines y valores moldeara y conformara
aquella correspondencia que debe tener el programa de reforma
administrativa, esto es evidenciar y ajustar al programa a metas,
recursos y valores. Si cualquiera de estos falta, la reforma se
polarizara a los demás ejes. Por ejemplo si faltan
recursos, no se podrá hacer, o será incompleta. Si
no hay metas y objetivos claros, caemos en el error y en los
resultados adversos. Y por ultimo si no esta precedida por
valores, caemos quizás en el error más grave en
términos de proceso: haber hecho una reforma en el
vacío, porque no hay realidad, no hay objeto, no hay
anclaje social ni político para aplicarla. Es una reforma,
esta última, carente de objetividad, de realismo, y
posiblemente sujeta al vicio de intereses sectoriales y
corporativos.
Como vemos, a mi criterio la reforma administrativa es una
conjunción de factores que la delimitan, la componen y la
contextualizan en el terreno de ejecución. Pero toda
reforma esta vinculada aun proceso aun mayor y más
complejo que son los procesos de cambio propios de un mundo
globalizado que exigen reformas políticas, estaduales,
educativas; reformas entendidas como cambios socialmente
endógenos, esto es propio del desarrollo de
los acontecimientos y de la historia. En el caso de la
reforma administrativa, es como explica Ross Schneider: la
reforma administrativa vendría a ser el huésped. O
sea cuando el autor habla de reforma parasitaria, esta diciendo
que ese tipo de reformas que vendrían a ser en este caso
reformas del estado, es como el parásito que es portador
del agente huésped, en este caso la reforma
administrativa. Este tipo de "patología" muestra a esta
última como parte de ese gran proceso. Y es verdaderamente
así. Pero debemos procurar que el huésped no muera.
En tal situación, la reforma del estado, no seria la misma
sería una reforma de tipo superficial que no
comprendería a elementos particulares vinculados a las
formas de gestión y aspectos institucionales vinculados a
la administración.
Queda claro que este fenómeno es muy complejo. La
vinculación entre grandes reformas y reformas más
particulares es un gran dilema. El encontrar vínculos
entre ambos es una tarea como dijimos ardua y difícil.
Como dice Ariznabarreta: "los modelos se presentan como una
tipología de propuestas de problemas y
soluciones a
la institucionalidad administrativa del Estado. La
relación lógica
entre ellos es de parcial complementariedad, pero también
de contradicción en la medida en que su énfasis se
sitúa en la protección de valores diversos". Esto
nos muestra que por más flexibles, amplios y completos que
sean los modelos, siempre están condicionados por
intereses subjetivos y/o valores.
Es por eso que lo ideal es buscar un punto medio, o tratar de
acercarse al mismo y no volcarse a ningún modelo cerrado.
Esta especie de flotación que deben tener los agentes
rescatando las mejores ideas de diferentes modelo, haciendo
juicios valorativos tendientes a la objetividad, imposibilitan,
mejor dicho, hacen menos probables caer en falacias y en errores,
tales como negar la realidad y hacer reformas en el vacío,
lo que en ultima instancia nos llevaría a la nada y a
contestarnos tal cual lo hizo Sócrates:
"solo sé que no se nada".

9. Bibliografía utilizada y
consultada

ARIZNABARRETA, Koldo. " Reivindicación de la
reforma administrativa: significado y modelos conceptuales" en la
Revista del
CLAD "Reforma y Democracia".
No. 18. Octubre 2000. Caracas.
GARCIA PELAYO, Manuel: "Burocracia y Tecnocracia", Editorial
Alianza, Madrid, 1974.
GROISMAN, Enrique: "Criterios y Estrategias para la Reforma
Administrativa", en EL BIMESTRE, Diciembre de 1988.
HIRSCH, Joachim: "GLOBALIZACIÓN: Transformación del
estado y democracia", Edición especial conferencia
realizada en Córdoba en Marzo año 1997
IACOVIELLO, Mercedes: "El juego
político y las estrategias de Recursos Humanos en las
organizaciones públicas". Cuadernos del CEPAS (Centro de
Estudios de Política, Administración y Sociedad),
Nº4, Septiembre de 1996.
KLITGAARD, Robert. "Ajustándonos a la realidad". Editorial
Sudamericana, Buenos Aires,
1994.
KRIEGER, Mario y FELCMAN, Isidoro: "Programa de Reforma
Administrativa".
OSZLAK, Oscar: "Quemar las naves", en APORTES, Revista de la
Asociación de Administradores Gubernamentales, Año
6, Nº 14, 1999.
PEGORARO, Juan: "La corrupción como cuestión social
y como cuestión penal", Revista Delito y
Sociedad, Nº13, 1999.
ROSS SCHNEIDER, Ben. "La política de reforma
administrativa: dilemas insolubles y soluciones improbables" en
la Revista del CLAD "Reforma y Democracia", Nº 20, Octubre
2000. Caracas.
SETTEMBRINO, Hugo: "Análisis de la Estrategia de
Reforma de la Administración Pública", Facultad de
Ciencias
Económicas de la UNCPBA, 1986.
Paginas Web
Consultadas
Instituto Nacional de la Administración Pública
(Asociación Civil) de México:
www.inap.org.mx
Centro Latinoamericano de Administración para el
Desarrollo (CLAD): www.clad.org.ve
Centro Latinoamericano de Economía Humana:
www.claeh.org.uy
Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales: www.clacso.edu.ar
Facultad Latinoamericana Ciencias Sociales: www.flacso.edu.ar
Centro de Estudios de Política, Administración y
Sociedad: www.ag.org.ar/cepas

 

 

 

Autor:

Jordán Mularz

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