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La condición postmoderna




Enviado por fliaparis



    1. Reseña
      biográfica
    2. Desarrollo
    3. Conclusión
    4. Bibliografía

    1-RESEÑA
    BIOGRÁFICA

    El filósofo francés Jean-Francois
    Lyotard(1924-2001), conocido como el Papa de la Postmodernidad, murió a los 73 años
    a causa de una larga enfermedad, en París.

    El científico, nacido en Versalles,
    desarrolló una forma de pensamiento
    basado en una nueva cultura libre
    de elementos marxistas, freudianos y filosóficos, habiendo
    pasado anteriormente por Dios y el marxismo.

    Lyotard, que se desempeñaba como profesor
    universitario, ganó fama internacional con "La condition
    postmoderne" (La condición posmoderna), un estudio sobre
    el postmodernismo en el que hace una crítica a la
    filosofía ilustrada desde presupuestos
    nietzscheanos. En ese estudio, Lyotard dio un carácter
    filosófico al concepto
    teórico, hasta entonces literario y arquitectónico,
    e intentó brindar elementos para la comprensión del
    cambio de
    siglo.

    Sus obras:

    Discurso, figura (1971), Los dispositivos pulsionales
    (1974) y de las obras El diferenciado (1983) y El entusiasmo
    (1986) recibió en 1996 el galardón de la sociedad francesa
    de escritores, la 'Societé des Gens de
    Lettres'.

    La ocasión para la entrega del premio fue la
    publicación de su ampliamente admirada biografía de
    André Malraux, titulada Signe Malraux.

    Antes de ejercer como profesor invitado en Dinamarca,
    Brasil,
    Canadá, Italia y Alemania,
    impartió clases en destacados lugares de la vida
    estudiantil francesa.

    Cabe destacar que Lyotard visitó nuestro
    país en varias ocasiones en los últimos
    años, invitado para dictar conferencias acerca de sus
    ideas estéticas.

    2-INTRODUCCIÓN

    Abordamos el siguiente trabajo intentando descubrir la
    posibilidad que nos ha brindado la obra en cuestión,
    tratando de determinar o apenas intuir espacios que antes no
    habíamos explorado.

    Lyotard, es el filósofo contemporáneo que
    se ha definido por la POSTMODERNIDAD y es dentro de la
    filosofía no solamente la base teórica de la
    postmodernidad sino uno de los representantes más
    serios.

    La condición postmoderna expresa un análisis de la realidad de la cultura
    actual como expresión del análisis del progreso.
    Nos dirá que el avance, el desarrollo
    económico de las sociedades
    postindustriales, hacen que en el ámbito de la cultura se
    geste un nuevo paradigma
    cultural, donde caen desde un punto de vista relativista, todas
    las grandes concepciones o cosmovisiones por las cuales el hombre
    occidental ha vivido.

    Todas estas cosmovisiones, según Lyotard han
    fracasado; y una de éstas a nivel cultural es el marxismo.
    Además hace alusión a la escuela de
    Frankfurt, que ha gestado una visión crítica de la
    sociedad capitalista en su versión totalmente consumista y
    placentera de la vida.

    Considera que los metarrelatos, son narraciones que
    están destinadas al fracaso, no hay verdad porque la misma
    cultura ha evolucionado de tal manera que se centran con una
    pluralidad de verdades y esto hace pensar que no hay una verdad
    fuerte sino que solamente se tienen impresiones subjetivas acerca
    de lo que es la verdad.

    La verdad no está más en el centro de la
    teoría
    sino que la verdad aparece y se manifiesta en los
    márgenes.

    Lyotard, ha identificado la cultura contemporánea
    como" chatarra Postmodernism "o" Postmodernism ecléctico
    "debido a su buena voluntad de absorber una variedad de estilos
    sin importar su procedencia o estado. El
    renombre cada vez mayor del "campo" y del "kitsch" testimonia a
    esta tendencia general. La explosión de la tecnología
    de información, en cibercultura particular y realidad
    virtual, ha aumentado un sentido de la diversificación
    posible de la experiencia.

    El objetivo del
    trabajo de Lyotard en "La condición postmoderna" tiene por
    objeto el saber (el
    conocimiento) en las sociedades más desarrolladas. Y
    tal condición designa las transformaciones culturales que
    han afectado las reglas de juego de
    la ciencia, la
    literatura, las
    artes con relación a la crisis de los
    relatos; entendidos estos últimos como discursos
    legitimadores de ciertas verdades parciales que han permitido un
    alto grado de certidumbre.

    Lyotard ha estructurado la obra en catorce
    capítulos los cuales se esbozarán a
    continuación.

    3-
    DESARROLLO

    3.1. El campo : El saber en las sociedades
    informatizadas

    Lyotard se plantea la siguiente hipótesis: el saber modifica su estatuto al
    mismo tiempo que
    cambian las sociedades y entran en lo que se conoce como la era
    postindustrial y en las culturas en la edad llamada
    postmoderna.

    Este paso comenzó por lo menos desde fines de los
    años cincuenta que para Europa
    señala el fin de su reconstrucción, es más o
    menos rápido según los países y en
    éstos según los sectores de actividad.

    El autor considera que "El saber científico es
    una clase de discurso".

    El saber científico en este tipo de sociedad
    está validado por un discurso, está legitimado por
    el lenguaje,
    por los discursos construidos a su alrededor, por las
    informaciones y los medios que
    informan, por las teorías
    de la
    comunicación y la informática, etc. El saber está
    afectado en sus dos funciones
    principales: la investigación y la transmisión del
    conocimiento.

    Es razonable pensar que la multiplicación de las
    máquinas de información afectó a la
    circulación de los conocimientos como lo ha hecho el
    desarrollo de
    los medios de circulación del hombre primero
    (transporte),
    de sonido e
    imágenes después (media)

    El saber para Lyotard es producido para ser vendido y es
    consumido para ser valorado en una nueva producción. Deja de ser en sí mismo
    su propio fin y pierde su valor de uso;
    además en las últimas décadas el saber se ha
    convertido en la principal fuerza de
    producción, lo que ya modificó la
    composición de las poblaciones activas de los
    países más desarrollados, y es lo que constituye el
    principal embudo para los países en vías de
    desarrollo.

    Así se abre un nuevo campo para las estrategias
    industriales y comerciales y para las estrategias militares y
    políticas, además se corre el
    riesgo de
    plantear con una nueva intensidad el problema de las relaciones
    entre las exigencias económicas y las exigencias
    estatales.

    Así como las naciones han peleado por
    territorios, por materiales y
    mano de obra, así se pelearán en el porvenir para
    dominar las informaciones (los saberes), el
    conocimiento.

    El autor expresa que los flujos de conocimientos
    estarían unos reservados a los "decididores", mientras que
    los otros servirían para pagar la deuda perpetua de cada
    uno con respecto al lazo social.

    3.2. El problema: La
    legitimación

    La legitimación es el proceso por el
    cual el legislador se encuentra autorizado a promulgar una
    ley como
    norma.

    Un enunciado científico debe presentar un
    conjunto de condiciones para ser aceptado como tal.

    Aquí la legitimación es el proceso por el
    cual un legislador que se ocupa del discurso científico
    está autorizado a prescribir las condiciones convenidas
    para que un enunciado forme parte de ese discurso y pueda ser
    tenido en cuenta por la comunidad
    científica.

    EI planteamiento de la información de las
    sociedades más desarrolladas permite sacar a plena
    luz, ciertos
    aspectos de la transformación del saber y sus efectos
    sobre los poderes públicos y las instituciones
    civiles, efectos que resultan poco perceptibles desde otras
    perspectivas.

    El saber científico no es todo el saber, siempre
    ha estado en competencia, en
    conflicto con
    otro tipo de saber, que el autor llamará narrativo, y
    además, interfiere con el problema esencial, que es el de
    la legitimación.

    Desde Platón, la
    cuestión de la legitimación de las ciencias se
    encuentra relacionada con la de la legitimación del
    legislador.

    Desde esta visión, el derecho a decidir lo que es
    verdadero, no es independiente del derecho a decidir lo que es
    justo.

    Hay un lazo en común entre el tipo de lenguaje que
    se llama ciencia y ese
    otro que se llama ética y
    política,
    uno y otro proceden de Occidente.

    Lyotard, constata que el saber científico
    así planteado parecía subordinado más que
    nunca a las potencias y que con las nuevas
    tecnologías se expone a convertirse en uno de los
    principales conflictos,
    entonces, la cuestión de la doble legitimación no
    se diluye sino que se plantea con mayor intensidad.

    De esta manera se plantea que saber y poder son las
    dos caras de una misma moneda.

    ¿Quién decide lo que es saber, y
    quién sabe lo que conviene decidir? Esta cuestión
    del saber en la era de la informática es asunto de
    gobierno.

    3.3. El método:
    Los juegos del
    lenguaje

    Al analizar el problema de la legitimación, el
    autor ha preferido un procedimiento:
    poner el acento sobre los actos del habla y especialmente sobre
    su aspecto pragmático.

    Para facilitar la lectura del
    texto,
    Lyotard, realiza un resumen de lo que se entiende por
    pragmática, y lo explica discriminando los enunciados
    :

    ENUNCIADO DENOTATIVO Þ DESCRIPTIVO

    Sitúa al destinador (el que lo enuncia), al
    destinatario (el que los recibe) y a su referente (aquello de lo
    que el enunciado trata) de una manera
    específica.

    Por ejemplo: LA UNIVERSIDAD
    ESTÁ ENFERMA

    DESTINADOR: queda situado y expuesto en la
    posición de sabiente.

    DESTINATARIO: en posición de tener que dar o
    negar su asentimiento.

    REFERENTE: comprendido, como algo que exige ser
    identificado y expresado.

    ENUNCIADO PREFORMATIVO Þ ACTUACIÓN OPTIMA

    Tiene la particularidad de que su efecto sobre el
    referente coincide con su enunciación.

    Por ejemplo: LA UNIVERSIDAD QUEDA ABIERTA.

    DESTINADOR: Debe estar dotado de autoridad para
    pronunciarlo.

    DESTINATARIO: No es tema de discusión ni de
    verificación, para este, que se encuentra inmediatamente
    situado en el nuevo contexto así creado.

    Este tipo de enunciados, al pronunciarlos obtiene un
    efecto inmediato, tanto sobre el referente (universidad) como
    sobre su destinatario(cuerpo de profesores).

    ENUNCIADO PRESCRIPTIVO

    Puede ser modulado en órdenes, mandamientos,
    instrucciones, recomendaciones, peticiones, súplicas,
    ruegos, etc.

    Por ejemplo: HAY QUE PROPORCIONAR MEDIOS A LA
    UNIVERSIDAD.

    DESTINADOR: Está situado en posición de
    autoridad, espera del destinatario la efectividad de lo
    enunciado.

    Desde otro punto de vista; Wittgenstein retoma el
    estudio del lenguaje y centra su atención en algunos juegos del mismo. Esto
    significa que cada uno de esos enunciados deben poder ser
    determinados por reglas que especifiquen sus propiedades y el uso
    que de ellas se pueda hacer.

    Tres observaciones deben hacerse a propósito de
    los juegos de lenguaje.

    Primero, las reglas no tienen legitimación en
    sí mismas, sino que se validan mediante el contrato entre
    los jugadores (el emisor, el receptor). Segundo: sin reglas no
    hay juego; si se modifican las reglas es otro juego el que se
    inaugura. Tercero: todo enunciado debe ser considerado como una
    jugada hecha en un juego mayor. Esta última observación admite que hablar es combatir y
    que los actos del lenguaje se derivan de una agonística
    (ciencia de los combates) general.

    Esta idea de agonística no debe ocultar que el
    lazo social esta hecho de jugadas de lenguaje.

    3.4. La naturaleza del
    lazo social: La alternativa moderna.

    El asunto de la legitimación del saber
    está en los relatos y en los metarrelatos, por eso
    el trabajo de
    Lyotard describe el método de estos relatos encontrando
    las reglas narrativas del juego del lenguaje.

    Si se trata el saber, en la sociedad
    contemporánea, una cuestión es decidir la
    representación metódica que se hace de ella. Y
    ésta es explicada, en el texto, desde la alternativa
    moderna y la perspectiva postmoderna.

    La primera es una solución binaria: la
    sociedad es un todo funcional
    a la que ilustra con el nombre
    de Talcot Parsons y de su escuela; la sociedad está
    dividida en dos
    , con la corriente marxista (todas las
    escuelas que la componen, admiten el principio de la lucha de
    clases, y de la dialéctica como dualidad que produce la
    unidad social).

    Este corte metodológico que determina dos grandes
    modelos o
    tipos de discursos sobre la sociedad proviene del siglo XIX. La
    idea de que las sociedades forman un todo orgánico,
    dominaba el espíritu de los fundadores de la escuela
    francesa; el funcionalismo;
    toma otra dirección cuando Parsons en los años
    50 asimila la sociedad a un sistema auto
    regulado.

    Desde el pensamiento de Comte al de Luhman, que llegan a
    una misma idea de lo social (más allá de los
    cambios que esta ha sufrido): la sociedad es una totalidad unida,
    una "unicidad".

    …"Parsons, formula claramente " La condición
    más decisiva para que un análisis dinámico
    sea válido, es que cada problema se refiera continua y
    sistemáticamente al estado del sistema considerado como un
    todo (…). Un proceso o un conjunto de condiciones o bien
    "contribuye" al mantenimiento
    (o al desarrollo) del sistema, o bien es "disfuncional" en lo que
    se refiere a la integridad y eficacia del
    sistema. Esta idea es también la de los
    tecnócratas".

    De ahí que su credibilidad, se funda en contar
    con los medios para hacerse realidad y de administrar sus
    pruebas.

    La teoría crítica se apoya en un dualismo
    de principio y desconfía de síntesis y
    reconciliaciones,

    es un modelo
    diferente de la sociedad, nace con las luchas que
    acompañan al asedio de las sociedades civiles
    tradicionales por el capitalismo.

    El modelo crítico se ha mantenido y se ha
    refinado de cara al proceso, en minorías como la Escuela
    de Frankfurt o como el grupo
    Socialisme ou Barbarie.

    No se puede saber lo que es el saber, que problemas
    encaran su desarrollo y su difusión, si no
    se sabe nada de la sociedad donde aparece.

    Saber algo de la sociedad, es en principio elegir la
    manera de interrogar, que es también la manera de la que
    ella puede proporcionar respuestas.

    Esta elección o decisión parece
    difícil entre homogeneidad o dualidad intrínsecas
    de lo social, funcionalismo o criticismo del saber.

    Lyotard distingue dos tipos de saber, uno positivista
    que encuentra fácilmente su explicación en las
    técnicas relativas a los hombres y a los
    materiales y que se dispone a convertirse en una fuerza
    productiva indispensable al sistema, otro crítico o
    reflexivo o hermenéutico que al interrogarse directamente
    o indirectamente sobre los valores o
    los objetivos,
    obstaculiza toda recuperación.

    La alternativa parece clara homogeneidad o
    dualidad.

    3.5. La naturaleza del lazo social; La perspectiva
    postmoderna.

    La condición postmoderna asume al lazo social
    como un vínculo múltiple de pliegues cada vez
    más intrincados e incomprensibles: mudables. Y esta
    característica del lazo social obstaculiza
    la consolidación de los grandes relatos de la historia y de la ciencia, ya
    que rompe en su comprensión con la dualidad.

    Las funciones de regulación y de reproducción, se les quitan a los
    administradores y serán confiadas a
    autómatas.

    La clase dirigente será cada vez más la de
    los decididores. Deja de estar constituida por la clase
    política tradicional, para pasar a ser una base formada
    por jefes de empresas, altos
    funcionarios, dirigentes de los grandes organismos profesionales,
    sindicales, políticos, confesionales.

    Los antiguos polos de atracción constituidos por
    los Estados Naciones, los partidos, las profesiones, las
    instituciones y las tradiciones históricas pierden su
    atracción.

    Los juegos del lenguaje son el mínimo de
    relación exigido para que haya sociedad, el ser humano,
    desde antes de su nacimiento, está situado con referencia
    a la historia que cuenta su ambiente y con
    respecto a la cual tendrá que posteriormente
    conducirse.

    En una sociedad donde el componente comunicacional se
    hace cada día más evidente, como realidad y como
    problema el aspecto lingüístico adquiere nueva
    importancia,

    En la teoría de la comunicación, se olvidarían dos
    cosas: los mensajes estan dotados de formas y de efectos muy
    diferentes, según sean, denotativos,
    prescriptivos, valorativos, performativos, etc. Es
    seguro que no
    solo funcionan en tanto que comunican
    información.

    Lo que se precisa para comprender las relaciones
    sociales, a cualquier escala que se las tome, no es
    únicamente una teoría de la comunicación,
    sino una teoría de los juegos, que incluya a la
    agonística.

    En el uso ordinario del discurso, los interlocutores
    recurren a lo que sea, cambian de juego de un enunciado a otro.
    Este no carece de reglas, pero sus reglas autorizan y alientan
    una mayor flexibilidad en sus enunciados.

    En las instituciones, una discusión requiere de
    limitaciones, las cuales operan como filtros, sobre la autoridad
    del discurso y privilegian determinadas clases de enunciados: hay
    cosas que no se pueden decir.

    De ahí que el predominio caracterice al discurso
    de la institución, hay cosas que se pueden decir y maneras
    de decirlas. A sí, los enunciados de mando de los
    ejércitos, de oración de las iglesias, de
    denotación de las escuelas, de narración en las
    familias, de interrogaciones en las filosofías, de
    performatividad en las empresas… La burocratización es
    el límite extremo de esta tendencia.

    Esta hipótesis acerca
    de la institución parte de una visión cosista de lo
    instituido. Actualmente el límite que la
    institución pone al potencial del lenguaje en jugadas
    nunca está establecido, ella misma es el resultado
    provisional y el objeto de estrategias de lenguaje que tienen que
    dar lugar dentro y fuera de la institución. Si ella logra
    desplazar los límites de
    la antigua institución podrán cambiar sus
    enunciados.

    El autor considera que es conveniente, abordar las
    instituciones contemporáneas del saber, de esta
    manera.

    3.6. Pragmática del saber
    narrativo.

    La naturaleza del saber narrativo permite por
    comparación distinguir ciertas características que
    recubre el saber científico en la sociedad
    contemporánea, y ayuda a comprender como se plantea y no
    se plantea la cuestión de la legitimidad.

    El saber general no se reduce a la ciencia, ni siquiera
    al conocimiento.

    La ciencia, sería un subconjunto de
    conocimientos hecha de enunciados denotativos en los cuales
    debería decidir si éstos pertenecen o no pertenecen
    al lenguaje considerado como pertinente por los
    expertos.

    El conocimiento, sería el conjunto de
    enunciados que describen objetos, con exclusión de todos
    los demás enunciados susceptibles de ser verdaderos o
    falsos.

    El saber, no se comprende como un conjunto de
    enunciados denotativos, se mezclan en él las ideas de
    saber-hacer, saber-vivir, de saber-oír, etc.

    El saber es lo que hace a cada uno capaz de emitir
    buenos enunciados denotativos, prescriptivos, valorativos, etc,
    permite buenas actuaciones con respecto a varios objetos del
    discurso: conocer, decidir , valorar, transformar, etc. Uno de
    sus rasgos principales coincide con una formación amplia
    de las competencias.

    Otra característica es la afinidad de un saber
    con la costumbre. Y estos se conceptúan buenos porque son
    conformes a los criterios pertinentes admitidos en el medio
    constituido por los interlocutores del sabiente. Los cuales han
    sido llamados por los primeros filósofos, opinión, a ese modo de
    legitimación de enunciados. El consenso que permite
    circunscribir tal saber del que no sabe es lo que constituye la
    cultura de un pueblo.

    Lo que el saber puede ser como formación y como
    cultura lo autorizan descripciones etnológicas. Desde la
    antropología y la literatura, en sociedades
    en rápido desarrollo detectan en él su persistencia
    al menos en ciertos sectores.

    Se puede apreciar que sea cual sea, el argumento que se
    proponga para dramatizar y comprender la separación entre
    un estado consetudinario del saber y el que le es propio en la
    edad de las ciencias, se armonizan en un hecho, la preeminencia
    de la forma narrativa en la formulación del saber
    tradicional.

    Lyotard, expresa que el relato es la forma por
    excelencia de ese saber, y esto en varios sentidos.

    En primer lugar, los relatos populares cuentan los
    éxitos o fracasos del héroe, los que dan su
    legitimidad a instituciones de la sociedad o bien representan
    modelos positivos o negativos de integración en las instituciones
    establecidas. Esos relatos permiten, definir los criterios de
    competencia que son los de la sociedad y por esos criterios
    valorar las actuaciones que se realizan.

    En segundo lugar, la forma narrativa, admite una
    pluralidad de juegos del lenguaje encuentran sitio en el relato
    enunciados: denotativos, deónticos, interrogativos,
    valorativos, etc. ( Es un entretejido)

    Una tercera propiedad, es
    la relativa a la transmisión de esos relatos. Su
    narración obedece muy a menudo a reglas que fijan la
    pragmática.

    La regla pragmática, es una propiedad que es
    intrínseca a los relatos populares.

    Los puestos narrativos (destinador, destinatario,
    héroe) se distribuyen de modo que el derecho a ocupar uno,
    el de destinador, se funda sobre el doble hecho de haber ocupado
    el otro, el de destinatario, y el de haber sido, contado por un
    relato.

    El saber que transmite esas narraciones determina lo que
    hay que decir para ser escuchado y lo que hay que escuchar para
    poder hablar y lo que hay que jugar para poder ser el objeto de
    un relato.

    Los actos de habla que son pertinentes a ese saber los
    lleva a cabo el locutor, el interpelado y el tercero del que se
    ha hablado.

    El saber que se desprende deja percibir con claridad una
    triple competencia: saber-decir, saber-escuchar, saber-hacer,
    donde se ponen en juego las relaciones de la comunidad consigo
    misma y con su entorno. Los relatos transmiten las reglas
    pragmáticas que constituye el lazo social.

    El cuarto aspecto, de ese saber narrativo es su
    incidencia sobre el tiempo. La forma narrativa obedece a un
    ritmo, es la síntesis de un metro que hace latir el tiempo
    en períodos regulares y de un acento que modifica la
    longitud o la amplitud de algunos de ellos.

    La forma de los refranes, proverbios, máximas que
    son pequeños trozos de relatos posibles o las matrices de
    antiguos relatos y que todavía continúan en
    circulación en el aspecto social contemporáneo, se
    reconocerá en su discurso la marca de esta
    temporalización que alcanza a la regla de nuestro saber
    para que este no se olvide.

    El pueblo es quién los actualiza, no sólo
    al contarlos, sino también al escucharlos y al
    interpretarlos en sus instituciones.

    Los relatos determinan, definen, lo que tiene derecho a
    decirse y a hacerse en la cultura y como son también parte
    de ésta, se encuentran por eso mismo
    legitimados.

    3.7. Pragmática del saber
    científico.

    El autor caracterizará la pragmática del
    saber científico tal y como se desprende de la
    concepción clásica del saber, distinguiendo en ella
    el juego de la investigación y el de la enseñanza.

    Lyotard, explica que en el juego de la
    investigación, una proposición siendo verdadera o
    falsa, se comporta como un grupo de tensiones, (que ejercen sobre
    cada uno de los puestos pragmáticos) que ponen en juego
    al: destinador, destinatario y referente. Esas tensiones son una
    especie de prescripciones que regulan la aceptabilidad del
    enunciado en tanto que "de ciencia".

    El destinador supone que dice la
    verdad.

    El destinatario se supone que puede validar o
    negar el enunciado, lo cual implica que es un destinador
    potencial.

    El referente, se supone "expresado" por el
    enunciado conforme a lo que es.

    El texto expresa, que la regla de adecuación
    presenta un problema: lo que se dice es verdadero porque se
    demuestra, pero ¿qué demuestra que la
    demostración es verdadera?

    La solución científica a esta dificultad
    consiste en la observación de una doble regla. La primera
    es dialéctica, es referente lo que puede ser materia a
    probar. La segunda es metafísica: el mismo referente no puede
    proporcionar una pluralidad de pruebas contradictorias o
    inconsistentes; entonces se apoya en:"Dios", no
    engaña.

    Esta doble regla sustenta lo que la ciencia del siglo
    XIX llama verificación y la del siglo xx
    falsificación. Permite proporcionar al destinador y
    destinatario, el horizonte del consenso. No todo consenso es
    indicio de verdad; pero se supone que la verdad de un enunciado
    no puede dejar de suscitar el consenso.

    La investigación apela a la enseñanza, el
    científico necesita un destinatario que pueda ser a su vez
    un destinador.

    No es sólo la verdad del enunciado es lo que
    está en juego sino su propia competencia. La verdad del
    enunciado y la competencia del que enuncia están sometidas
    al asentimiento de la colectividad de iguales en
    competencia.

    Es preciso, formar iguales. La didáctica asegura esta reproducción.
    Es diferente del juego dialéctico de la
    investigación.

    El destinatario, el estudiante, no sabe lo que sabe el
    destinador, por esta razón tiene algo que aprender. Al
    aprender puede convertirse en experto. Este es introducido
    así en la dialéctica de los investigadores, en el
    juego de la información del saber científico,
    debido a hay enunciados que pueden ser transmitidos tal cual son
    a título de verdades indiscutibles de la
    enseñanza.

    Si se compara esta pragmática con la del saber
    narrativo se aprecian las siguientes propiedades:

    1. El saber científico exige el aislamiento de un
    juego del lenguaje, el denotativo; y la exclusión de los
    demás el criterio de aceptabilidad es su valor de
    verdad.

    Se es "savant" si se puede pronunciar un enunciado
    verdadero a propósito de un referente y científico
    si se pueden pronunciar enunciados verificables.

    2. Ese saber se encuentra así aislado de los
    demás juegos de lenguaje cuya combinación forma el
    lazo social.

    No es un componente inmediato y compartido como lo es el
    saber narrativo. Es un componente indirecto, por lo que se
    convierte en una profesión y da lugar a instituciones. En
    las sociedades modernas los juegos de lenguaje se reagrupan en
    forma de instituciones animadas por profesionales.

    La relación entre el saber y la sociedad se
    exterioriza. Aparece un nuevo problema, el de la relación
    de la institución científica con la
    sociedad.

    3. En la investigación, la
    competencia requerida se refiere sólo al puesto del
    enunciador. Éste no tiene competencia particular en cuanto
    destinatario. Y tampoco tiene competencia como referente.
    Aquí no ocurre como en la narrativa, que un saber ser, es
    lo que el saber dice que es.

    4. Un enunciado de ciencia, nunca está a salvo de
    una «falsificación».siempre puede ser
    desechado, y si está, en contradicción con un
    enunciado anteriormente admitido, no podrá ser aceptado
    corno válido más que si refuta el enunciado
    precedente por medio de argumentos y pruebas.

    5. El juego de la ciencia implica, una memoria y un
    proyecto. El
    destinador de un enunciado científico se supone que tiene
    conocimiento de los enunciados precedentes a propósito de
    su referente (bibliografía) y sólo propone un
    enunciado sobre ese mismo tema si difiere de los enunciados
    precedentes. Esta diacronía que supone la
    memorización y la investigación del nuevo enunciado
    designa en principio un proceso acumulativo, aunque la
    relación de tiempo, sea variable.

    Estas propiedades merecen que se las recuerde por dos
    razones.

    El paralelismo de saber científico y del saber
    narrativo hace que se comprenda, que la existencia del primero ya
    no tiene necesidad del segundo. Uno y otro están
    constituidos por conjuntos de
    enunciados; "jugadas" realizadas por jugadores en el marco de las
    reglas generales; esas reglas son específicas a cada
    saber, y las «jugadas» consideradas buenas en uno y
    en otro no pueden ser del mismo tipo, salvo por
    accidente.

    No se puede considerar la existencia ni el valor de lo
    narrativo a partir de lo científico, ni tampoco a la
    inversa: los criterios no son los mismos en uno que en
    otro.

    Según Lyotard:

    "Lamentarse, de la perdida del sentido en la
    postmodernidad consiste en dolerse porque el saber ya no sea
    principalmente narrativo. Se trata de una inconsecuencia. Hay
    otra que no es menor, la de querer derivar o engendrar (por medio
    de operadores tales como el desarrollo, etc) el saber
    científico a partir del saber narrativo, como si este
    contuviera a aquel en estado embrionario".

    Las especies del lenguaje mantienen entre ellas
    relaciones, y éstas están lejos de ser
    armoniosas.

    La otra razón que puede justificar el recuerdo
    sumario de las propiedades del juego de lenguaje de la ciencia
    afecta precisamente a su relación con el saber
    narrativo.

    El saber narrativo, no valora la cuestión de su
    propia legitimación, se acredita a si mismo por la
    pragmática de su transmisión sin recurrir a la
    argumentación, y a la
    administración de pruebas.

    El científico se interroga sobre la validez de
    los enunciados narrativos y constata que éstos nunca
    están sometidos a la argumentación y a la prueba.
    Los clasifica en otra mentalidad: salvaje, primitiva,
    subdesarrollada, atrasada, alienada, formada por opiniones,
    costumbres, autoridad, prejuicios, ignorancia, ideologías.
    Los relatos son fábulas,
    mitos,
    leyendas,
    etc.

    Esta relación desigual es un efecto
    específico de las reglas propias de cada juego. Se conocen
    los síntomas. Constituyen toda la historia del imperialismo
    cultural desde los comienzos de Occidente. Es importante
    reconocer al garante, que se distingue de todos los demás:
    está dominado por la exigencia de
    legitimación.

    3.8. La función
    narrativa y la legitimación del saber

    El problema de la legitimación ya no es
    considerado un fallo del juego de lenguaje de la ciencia. Sino
    que está legitimado en si mismo como problema, es decir,
    como competencia heurística. Esta manera de tratarlo, es
    reciente. Es de señalar que durante largo tiempo el saber
    científico ha buscado otras soluciones que
    no han podido evitar recurrir a procedimientos
    que se refieren al saber narrativo.

    Hay una relación del saber científico con
    el saber popular, el científico necesita divulgar su
    descubrimiento y lo relata en forma de epopeya en los medios de
    comunicación. De esta forma satisface las reglas del
    juego narrativo, ejerciendo presión
    sobre los usuarios de los medios y sobre su fuero interno.
    El Estado
    puede gastar mucho para que la ciencia pueda presentarse como
    epopeya: a través de ella, se hace creíble, crea el
    asentimiento público.

    No queda, excluido que el recurso a lo narrativo sea
    inevitable; al menos cuando el juego del lenguaje de !a ciencia
    busque la verdad de sus enunciados y no pueda legitimarla por sus
    propios medios.

    Desde sus comienzos, el nuevo juego del lenguaje plantea
    el problema de su propia legitimidad.

    Con Platón, el juego del dialogo, incluye
    en sí mismo las dos funciones la de investigación y
    la de enseñanza. Se retoman ciertas reglas: la
    argumentación con el único fin del
    consenso, la unicidad del referente como
    garantía de ponerse de acuerdo, la paridad entre los
    "compañeros", e incluso el reconocimiento indirecto de que
    se trata de un juego, puesto que de él se encuentran
    excluidos todos los que no aceptan las reglas, por debilidad o
    torpeza.

    En los libros VI y
    VII de La República, la respuesta procede, de un relato
    (la alegoría de la caverna) que cuenta por qué y
    cómo los hombres quieren relatos .

    Los Diálogos de Platón, como el esfuerzo
    de legitimación proporciona las armas a la
    narración, cada uno de ellos adquiere siempre la forma del
    relato de una discusión científica. El hecho es que
    el discurso platónico que inaugura la ciencia no es
    científico, y eso aunque intente legitimarla.

    EI saber científico no puede saber y hacer saber
    lo que es el verdadero saber sin recurrir al relato, que para
    él es el no-saber.

    Aristóteles, ha sido quien ha aislado la descripción de las reglas a las que hay que
    someter los enunciados que se declaran científicos (el
    organon), de la búsqueda de su legitimidad en un discurso
    sobre el Ser (la Metafísica). sugiere que el lenguaje
    científico, está hecho de argumentaciones y
    pruebas, es decir, de dialéctica.

    Con la ciencia moderna aparecen dos nuevos componentes
    en la problemática de la legitimación: para
    responder a la pregunta: ¿cómo probar la prueba? o
    ¿quién decide las condiciones de lo verdadero?, se
    abandona la búsqueda metafísica de una autoridad
    trascendente.

    Las reglas de juego de la ciencia son inmanentes a ese
    juego y pueden ser que establecidas en el seno de
    un debate
    científico y para que dichas reglas sean buenas es
    necesario el consenso de los expertos.

    Esta disposición general de la modernidad a
    definir las condiciones de un discurso se combina con el
    restablecimiento de la dignidad de las culturas narrativas
    (populares), en el Humanismo
    renacentista, la filosofía idealista alemana, la escuela
    histórica francesa.

    La narración, deja de ser un desliz de la
    legitimación. Este recurso explicito al relato en la
    problemática del saber acompaña a la
    emancipación de las burguesías con respecto a las
    autoridades tradicionales.

    El saber de los relatos retorna a Occidente para
    solucionar la legitimación de las nuevas
    autoridades.

    Lyotard expresa:"Es natural que en una
    problemática narrativa, esta cuestión espere la
    respuesta de un héroe: ¿quién tiene derecho
    a decidir por la sociedad? ¿cuál es el sujeto cuyas
    prescripciones son normas para
    aquellos a quienes obligan?

    Este modo de interrogar la legitimidad
    socio-política se combina con la nueva actitud
    científica: el héroe es el pueblo, el signo de la
    legitimidad su consenso, su modo de normativación la
    deliberación. La idea de progreso resulta
    indefectiblemente de esto: no representa más que el
    movimiento por
    el cualel saber se supone que se acumula, pero ese
    movimiento se extiende al nuevo sujeto socio-político. El
    Pueblo está, en debate consigo mismo acerca de lo que es
    justo e injusto de la misma manera que la comunidad de ilustrados
    sobre lo que es verdadero y falso; acumula las leyes civiles
    como acumula las leyes científicas; perfecciona las reglas
    de su consenso por disposiciones constitucionales cuando las
    revisa a la luz de sus conocimientos produciendo nuevos "paradigmas"".

    El modo de legitimación, que reintroduce el
    relato como validez del saber, puede tomar así dos
    direcciones, según represente al sujeto del relato como
    cognitivo o como práctico: como un héroe del
    conocimiento o como un héroe de la libertad. Y en
    razón de esta alternativa, no sólo la
    legitimación no tiene siempre el mismo sentido, sino que
    el propio relato aparece como insuficiente para dar una
    versión completa.

    3.9. Los relatos de la legitimación del
    saber

    El autor examina dos versiones del relato de
    legitimación, una más política, otra
    más filosófica, ambas de gran importancia en la
    historia moderna, en particular en la del saber y sus
    instituciones.

    La primera tiene por sujeto a la humanidad como
    héroe de la libertad. Todos los pueblos tienen derecho a
    la ciencia. El derecho a la ciencia debe ser
    reconquistado.

    Se comprende que este relato imponga una política
    de la enseñanza primaria más que de la Universidad
    y las Escuelas. El mismo razonamiento es válido para el
    establecimiento de instituciones propiamente
    científicas.

    Con el otro relato de leqitlmaci6n, la
    relación entre la ciencia, la nación
    y el Estado da lugar a una elaboración diferente. Su
    influencia será considerable en la
    organización de la enseñanza superior en los
    países jóvenes de los siglos XIX y XX.

    La gran función que las universidades fue por lo
    tanto "exponer el conjunto de conocimientos y hacer que aparezcan
    los principios al
    mismo tiempo que los fundamentos de todo saber", pues "no existe
    capacidad científica creadora sin espíritu
    especulativo". La especulación es el nombre que
    aquí lleva el discurso sobre la legitimación del
    saber científico.

    Las Escuelas son funcionales; la universidad es
    especulativa, es decir, filosófica. Esta filosofía
    debe restituir la unidad de los conocimientos dispersos en
    ciencias particulares, en los laboratorios y en las
    enseñanzas pre-universitarias; sólo lo puede hacer
    en un juego de lenguaje que los enlaza unos a otros como momentos
    en el devenir del espíritu y, en una narración o
    más bien en una metanarración racional. La organización universitaria ha servido de
    modelo a la constitución o la reforma de la
    enseñanza superior en los siglos xix y xx en muchos
    países, empezando por los Estados Unidos.
    Pero, esta filosofía, esta lejos de haber desaparecido.
    especialmente en el medio universitario, propone una
    representación particularmente viva de una solución
    dada al problema de la legitimidad del saber.

    No se justifica la investigación y la
    difusión de conocimientos por un principio de uso. No se
    piensa que la ciencia deba servir a los intereses del Estado y/o
    de la sociedad civil.
    Se desatiende el principio humanista según el cual la
    humanidad se educa con dignidad y libertad por medio del
    saber.

    3.10. La deslegitimación

    En la sociedad postindustrial y en la cultura
    postmoderna la cuestión de la legitimación del
    saber se plantea en otros términos.

    "El gran relato ha perdido su credibilidad"

    Se puede ver en esa decadencia de los relatos un auge de
    las técnicas y la tecnología a partir
    de la Segunda Guerra
    Mundial que ha puesto el acento más en los medios que
    en los fines, o bien , en el redespliegue del capitalismo liberal
    que ha revalorizado el disfrute individual de bienes y
    servicios.

    Es preciso reparar en los gérmenes de la
    deslegitimación y del nihilismo que eran inherentes a los
    grandes relatos del siglo XIX, para comprender cómo la
    ciencia contemporánea podía ser sensible a esos
    impactos antes a que tuvieran lugar.

    El dispositivo especulativo encubre una especie
    de equivocación con respecto al saber. Muestra que el
    discurso denotativo con respecto a un referente no sabe en
    realidad lo que cree saber.

    La ciencia positiva no es un saber y la
    especulación se nutre de su supresión.

    Una ciencia que no ha encontrado su legitimidad no es
    una ciencia auténtica, desciende al rango de ideología o al de instrumento de poder, si
    el discurso que debía legitimarla aparece en sí
    mismo como un saber pre-científico al mismo título
    que un vulgar relato.

    La "crisis" del saber científico, cuyos signos se
    multiplican desde fines del siglo XIX, no provienen de una
    difusión accidental de las ciencias, sino que procede de
    la erosión
    interna del principio de legitimidad del saber.

    Así desaparecen disciplinas, se producen
    usurpaciones en las fronteras de las ciencias, las antiguas
    facultades estallan en instituciones y fundaciones de todo tipo,
    las universidades pierden su función de
    legitimación especulativa y se limitan a transmitir
    saberes considerados establecidos y aseguran a través de
    la didáctica la reproducción de los profesores y no
    la de los savants.

    En cuanto al otro procedimiento de legitimación,
    el dispositivo de la emancipación, su
    característica es fundar la legitimidad de la ciencia, la
    Verdad, sobre la autonomía de los interlocutores
    comprometidos en la práctica ética, social y
    política. Esta legitimación crea un problema entre
    un enunciado denotativo con valor cognitivo y un enunciado
    prescriptivo con valor práctico, la diferencia es de
    conveniencia y de competencia.

    En esta deslegitimación la ciencia juega su
    propio juego, no puede legitimar a los demás juegos del
    lenguaje. La prescripción se le escapa.

    En esta difusión de los juegos del lenguaje, el
    que parece disolverse es el propio sujeto social. El lazo social
    es lingüístico, pero es un tejido indeterminado donde
    se entrecruzan un número indefinido de juegos de lenguaje;
    que obedecen a reglas diferentes.

    Nuevos lenguajes vienen a añadirse a los
    antiguos, de este estallido se puede sacar una impresión
    pesimista: nadie habla todas las lenguas, carecen de metalenguaje
    universal.

    Los savants, se han convertido en científicos,
    las tareas de investigación desmultiplicadas se convierten
    en tareas divididas en parcelas que nadie domina y la
    filosofía especulativa o humanista sólo anula las
    funciones de legitimación.

    La era postindustrial ha deslegitimado el gran relato
    historicista o los parciales relatos legitimadores con el
    sistemas
    binario por método.

    3.11.La investigación y su legitimación
    por la performatividad.

    El autor examinará la pragmática de la
    investigación.

    Ésta se encuentra afectada por dos importantes
    modificaciones:

    • El enriquecimiento de las argumentaciones
    • La complicación de la administración de las
      pruebas.

    En lo que respecta al enriquecimiento de las
    argumentaciones, Aristóteles, Descartes,
    Stuart Mill, entre otros han intentado fijar reglas por medio de
    las cuales un enunciado con valor denotativo puede conseguir la
    adhesión del destinatario.

    La investigación científica no tiene
    demasiado en cuenta esos métodos.
    Puede usar y usa lenguajes cuyas propiedades demostrativas
    parecen desafíos a la razón de los
    clásicos.

    El uso de esos lenguajes, está sometido a una
    condición pragmática, la de formular sus propias
    reglas y pedir al destinatario que las acepte.

    Al satisfacer esta condición, se define como un
    conjunto de postulados en los que se basa una teoría
    científica, la que comprende la definición de los
    símbolos que serán empleados en el lenguaje
    propuesto, la forma que deberán respetar las expresiones
    de ese lenguaje, para poder ser aceptadas y las operaciones que
    se permitirán con esas expresiones.

    Pero ¿Cómo se sabe lo que debe contener
    ese conjunto de postulados?

    Debe existir un metalenguaje determinante si un lenguaje
    satisface las condiciones formales de un conjunto de postulados,
    ese metalenguaje es el de la lógica.

    Lyotard expresa, que se impone una precisión :
    Que se comience por fijar los postulados para obtener enunciados
    que sean aceptables dentro de ella, o que el científico
    comience por establecer hechos y por enunciarlos y que busque
    esos postulados del lenguaje de los que se ha servido para
    enunciarlos, no constituye una alternativa Lógica sino
    Empírica.

    Una cuestión más pertinente para la
    legitimación es: ¿ Por medio de qué
    criterios define el lógico las propiedades requeridas por
    un postulado?

    ¿Existe un modelo de lengua
    científica? ¿Ese modelo es único? ¿Es
    verificable?

    Las propiedades requeridas por la sintaxis son: La
    consistencia, la complectud sintáctica, la decidibilidad,
    y la independencia
    de axiomas unos con respecto a otros.

    Para el lógico, la metalengua utilizada para
    describir un lenguaje artificial(axiomática) es la lengua
    natural, o lengua cotidiana, esta lengua es universal; puesto que
    todas las demás lenguas se dejan traducir a ella, pero no
    es consistente con respecto a la negación: permite la
    formación de paradojas.

    A causa de esto la cuestión de la
    legitimación se plantea de otro modo cuando se declara que
    un enunciado denotativo es verdadero, se presume que el sistema
    axiomático en el cual es decidible y demostrable ha sido
    formulado, es conocido por los interlocutores y aceptado por
    ellos como satisfactorio.

    Pero otras ciencias pueden hacer observaciones
    análogas:

    Deben su estatuto a la existencia de un lenguaje cuyas
    reglas de funcionamiento no pueden ser demostradas, sino que son
    objeto de un consenso de los expertos. La exigencia es una
    modalidad de la prescripción.

    La argumentación exigible para un enunciado
    científico , está subordinado a una "primera"
    aceptación de las reglas que fijan los medios de la
    argumentación.

    Dos propiedades destacables de ese saber: La
    flexibilidad de sus medios, la mutiplicidad de sus lenguajes, su
    carácter de juego pragmático; la aceptabilidad de
    las jugadas que se hacen, depende de un contrato establecido
    entre los compañeros.

    A esta nueva disposición corresponde un
    desplazamiento de la idea de la razón. El principio de un
    metalenguaje universal es reemplazado por el de la pluralidad de
    sistemas formales y axiomáticos capaces de argumentar
    enunciados denotativos, esos sistemas que están descritos
    en un metalenguaje universal pero no consistente.

    El otro aspecto de la investigación, el que
    concierne a la administración de la prueba.

    Presenta problemas en lo que se refiere a qué
    debe probar la prueba. Se pueden publicar los medios de la
    prueba, de modo que los científicos puedan asegurarse del
    resultado repitiendo el proceso que ha llevado a él. Queda
    que administrar una prueba es constatar un hecho.

    ¿Pero que es una constatación?

    Como los sentidos
    confunden, intervienen las técnicas y estas obedecen a un
    principio. Son juegos en los que la pertinencia no es la
    verdadera, ni la justa, ni la bella, sino la eficiente: una
    jugada técnica es buena cuando funciona mejor y cuando
    gasta menos que otra.

    Los juegos del lenguaje científico se convierten
    en juegos ricos, donde el más rico tiene oportunidades de
    tener razón. Estableciéndose la ecuación
    entre riqueza, eficiencia y
    verdad.

    Es aquí donde la ciencia se convierte en una
    fuerza de producción, es más el deseo de
    enriquecimiento que el de saber.

    El Estado y/o la empresa
    abandona el relato de legitimación idealista o humanista
    para justificar el nuevo objetivo; en la dicusión de los
    socios capitalistas de hoy en día, el único
    objetivo creíble es el poder. No se compran savants,
    técnicos y aparatos para saber la verdad, sino para
    incrementar el poder.

    Esta forma de legitimación de la ciencia por el
    poder y el derecho por medio de su eficacia y su
    autolegitimación, pasa por la producción, la
    memorización, la accesibilidad y la operacionabilidad de
    las informaciones.

    La performatividad se beneficia con la complejidad de
    los argumentos porque obliga a sofisticar los medios de prueba.
    Los fondos de investigación por parte de los Estados, las
    empresas y las sociedades mixtas obedecen a esta lógica
    del incremento del poder.

    Los sectores de la investigación que no pueden
    defender su contribución, son destinados a la
    decadencia.

    "El criterio de la performatividad es invocado
    explicitamente por los administradores para justificar la
    negativa a habilitar centros de investigación".

    Adquiere forma la legitimación por el poder. Este
    no es solamente la buena performatividad, también es la
    buena verificación y el buen veredicto. Legitima la
    ciencia y el derecho por medio de su eficacia, y esta por
    aquellos. Se autolegitima como parece hacerlo un sistema regulado
    sobre la optimización de sus actuaciones.

    La performatividad de un enunciado, sea este denotativo
    o prescriptivo, se incrementa en proporción a las
    informaciones de las que se dispone al respecto de su referente.
    Así el incremento del poder, y su autolegitimación,
    pasa ahora por la producción, la memorización, la
    accesibilidad y la operacionabilidad de las
    informaciones.

    La relación de la ciencia y de la técnica
    se invierte. La complejidad de argumentaciones parece entonces
    interesante sobre todo porque obliga a sofisticar los
    métodos de probar, y porque la performatividad se
    beneficia de ello. La gestación de los fondos de
    investigación por parte de los Estados, las empresas y las
    sociedades mixtas obedece a esta lógica del incremento del
    poder.

    Los sectores de la investigación que no puede
    defender su contribución aunque sea indirecta, a la
    optimización de las actuaciones del sistema, son
    abandonados por el flujo de los créditos y destinados a la decrepitud. El
    criterio de performatividad es invocado explícitamente por
    los administradores para justificar la negativa a habilitar
    cualquier centro de investigaciones.

    3.12.La enseñanza y su legitimación por
    la performatividad.

    En cuanto a la transmisión del saber, es decir la
    enseñanza, considera el autor, adecuado describir la
    manera en que el predominio del criterio de performatividad la
    afecta.

    La cuestión de la transmisión se subdivide
    pragmáticamente en una serie de preguntas:
    ¿quién transmite? ¿qué? ¿a
    quién? ¿con qué apoyo?

    Una política universitaria está
    constituida por un conjunto coherente de respuestas a esas
    preguntas.

    Cuando se adopta la teoría de
    sistemas, se hace de la enseñanza superior un
    sub-sistema del sistema social, y se aplica el mismo criterio de
    performatividad a la solución de cada uno de esos
    problemas.

    Lo que se pretende obtener es la contribución
    óptima de la enseñanza superior a la mejor
    performatividad del sistema social.

    La enseñanza deberá formar competencias de
    dos tipos:

    • Las destinadas a afrontar la competición
      mundial.
    • Deberá continuar proporcionando al sistema
      social las competencias correspondientes a sus propias
      exigencias, que son el mantenimiento de su cohesión
      interna.

    En el contexto de la "deslegitimación", las
    universidades y las instituciones de enseñanza superior
    son solicitadas para que fuercen sus competencias y no sus
    ideas.

    La transmisión de los saberes ya no parece como
    destinada a formar una elite para guiar a la nación en su
    emancipación, sino que proporciona al sistema los
    jugadores capaces de asegurar su papel en los
    puestos pragmáticos de los que las instituciones tienen
    necesidad.

    El estudiante ya no es un joven salido de las "elite
    liberales", sino que es un usuario que tiende a dividir las
    funciones de la universidad en dos tipos de servicios:

    Por la función de Profesionalización, la
    enseñanza superior se dirige a jóvenes salidos de
    las elites liberales a los que se les transmite la competencia
    que la profesión considera necesaria.

    Pero añaden destinatarios de los nuevos saberes
    ligados a las nuevas técnicas y tecnologías
    (jóvenes pero no activos).

    Además de las dos categorías que se
    reproducen, la profesión y la técnica, los
    demás jóvenes de la universidad, no son
    contabilizados en las estadísticas de empleo. Son
    excedentes con respecto a las disciplinas que se encuentran
    (letras y ciencias humanas).

    Pertenecen en realidad, a la nueva categoría de
    destinatarios de la transmisión del saber.

    Con esta función profesionalista, la Universidad
    comenzó a desempeñar un nuevo papel en el marco de
    la mejora de las actuaciones del sistema: el del reciclaje o
    la
    educación permanente.

    EI nuevo curso de la transmisión del saber es
    conflictivo. Aunque lo que interesa al sistema, y a sus
    "decididores", es alentar la promoción profesional, experimentar con los
    discursos, las instituciones y los valores, las
    que son acompañadas por desórdenes en el curriculum, el
    control de
    conocimientos y de la Pedagogía, de recaídas
    sociopolíticas, aparece como poco operaciona1 y que no se
    le da crédito, en nombre la seriedad del sistema.
    Entonces la responsabilidad se confiará a las redes
    extrauniversitarias.

    El principio de performatividad, tiene por consecuencia
    global la subordinación de las instituciones de
    enseñanza superior a los poderes.

    Desde el momento en que el saber no tiene un fin en si
    mismo, como realización de una idea su transmisión
    no es responsabilidad exclusiva de los ilustrados y de los
    estudiantes.

    "Entonces, ¿que es lo que se transmite en la
    enseñanza superior? Tratándose de
    profesionalización y desde un punto de vista
    funcionalista, lo esencial de lo que se debe transmitir esta
    constituido por un conjunto organizado de
    conocimientos.

    Ya no es indispensable que un profesor dicte una clase
    magistral y las preguntas sean contestadas por un ayudante en
    sesiones de trabajo.

    Al ser los conocimientos traducibles a un lenguaje
    informático, y al igual que la enseñanza
    tradicional es asimilable a una memoria, la didáctica
    podrá ser confiada a maquinas como a bancos de
    datos de
    terminales inteligentes puestos a disposición de los
    estudiantes.

    La pedagogía no se vería afectada, siempre
    hay algo que enseñar a los estudiantes: no los contenidos,
    sino el uso de terminales, es decir, de nuevos lenguajes y un
    manejo del juego del lenguaje de la interrogación
    ¿Cómo formular la pregunta para
    evitar errores?

    La pregunta planteada por el estudiante profesionalista,
    por el Estado o por la institución de enseñanza
    superior, no será ¿ es eso verdad? Sino, ¿
    para qué sirve?

    En el contexto de la mercantilización esta
    pregunta significa: ¿ se puede vender? Y en el contexto de
    argumentación del poder será ¿es
    eficaz?

    Pareciera que la disposición de una competencia
    preformativa, debería ser el resultado vendible y eficaz
    por definición. Y dejaría de ser la competencia en
    otros criterios, como verdadero / falso, justo e
    injusto.

    Desde este punto de vista , lo que se anuncia no es el
    fin del saber, sino que los bancos de datos serán las
    Enciclopedias, los cuales exceden la capacidad de cada
    utilizador. Constituye la "Naturaleza" para el hombre
    postmoderno.

    La velocidad es
    una de sus propiedades, donde está permitido representar
    el mundo del saber postmoderno como regído por un juego de
    información completa y en ese sentido los datos son, en
    principio, accesibles a todos los expertos: no hay secretos
    científicos.

    Si la enseñanza debe asegurar la
    reproducción de competencias y su progreso, entonces la
    transmisión del saber no se limitará a las
    informaciones, sino que implicará aprendizajes de los
    procedimientos capaces de mejorar la capacidad de conectar campos
    (interdisciplinaridad), lo que la organización tradicional
    de los saberes trató de aislar, ya que la
    usurpación por parte de una ciencia del campo de otra
    sólo puede provocar confusiones en el sistema.

    La idea de la interdisciplinaridad pertenece en
    propiedad a la época de la deslegitimación y a su
    empirismo.

    La valoración del trabajo en equipo
    pertenece a la imposición del criterio preformativo en el
    saber(equipos interdisciplinarios).

    "La deslegitimación y el dominio de la
    performatividad son el toque de agonía de la era del
    profesor, este no es más competente que las redes de
    memoria para transmitir el saber establecido y no es más
    competente que los equipos interdisciplinarios para imaginar
    nuevas jugadas o nuevos juegos".

    3.13 La ciencia postmoderna como investigación
    de inestabilidades

    La pragmática de la investigación
    científica, trajo al primer plano la invención de
    jugadas nuevas e incluso de nuevas reglas de juegos de lenguaje.
    Al subrayar este aspecto del actual estado del saber
    científico. Se podrá decir paradójicamente
    que está a la búsqueda de vías de salida de
    la crisis, siendo la crisis la del determinismo. El determinismo
    es la hipótesis sobre la que reposa la legitimación
    por medio de la performatividad: definiéndose ésta
    por una relación input/output es preciso suponer que el
    sistema en el cual se hace entrar el intput está en estado
    estable: obedece a una "trayectoria, regular de la que se puede
    establecer la función continua y derivable que permita
    anticipar adecuadamente el output.

    Tal es la "filosofía" positivista de la
    eficiencia. Se trata, de mostrar con algunos elementos que la
    pragmática del saber científico postmoderno tiene
    en si misma. poca afinidad con la búsqueda de la
    performatividad.

    La expansión de la ciencia no se hace por medio
    del positivismo de
    la eficiencia. Es lo contrario: trabajar con la prueba es buscar
    e "inventan" el contra-ejemplo, es decir. lo ininteligible;
    trabajar con la argumentación, es buscar la
    «paradoja» y legitimarla con nuevas reglas del juego
    de razonamiento.

    Lo que no puede plantearse es nuevamente la
    cuestión de la legitimidad. Pues es la propia ciencia la
    que se plantea esta cuestión y no la filosofía la
    que se la plantea.

    Lo que ya no tiene vigencia no es preguntarse lo que es
    verdadero y lo que es falso, es representarse la ciencia como
    positivista y condenada a este conocimiento sin legitimar, a este
    semi-saber que le atribuían los idealistas alemanes. La
    pregunta:¿De que sirve tu argumento, de que sirve tu
    prueba forma de tal modo parte de la pragmática del saber
    científico que asegura la
    metamorfosis del destinatario del argumento y de la prueba en
    cuestión, en destinador de un nuevo argumento y de una
    nueva prueba y la renovación de los discursos y de las
    generaciones científicas. La ciencia se desarrolla, y
    nadie contesta que se desarrolla desarrollando esta pregunta. Y
    la pregunta en sí misma, al desarrollarse, conduce a una
    metapregunta o pregunta de la legitimación: ¿De que
    sirve tu " de que sirve"?

    El rasgo más llamativo del saber
    científico postmoderno es la inmanencia en si misma, del
    discurso a cerca de las reglas que le dan validez.

    Lo que ha podido pasar a fines dcl siglo XIX, por
    pérdida de legitimidad y caída en el pragmatismo
    filosófico o en el positivismo lógico, no ha sido
    más que un episodio del cual el saber surge por la
    inclusión en el discurso científico del discurso
    acerca de la validez de enunciados con valor de leyes. Esta
    inclusión no es una operación sencilla, ya se ha
    visto, da lugar a "paradojas" asumidas como eminentemente serias,
    y a "limitaciones" del alcance del saber que, de hecho, son
    modificaciones de su naturaleza.

    Se admite que la naturaleza es un adversario
    indiferente, pero no astuto, y se distingue a las ciencias de la
    naturaleza de las ciencias del hombre basándose en esa
    diferencia.

    Eso significa en términos pragmáticos que
    la naturaleza en el primer caso es el referente mudo, con
    respecto al cual los científicos intercambian enunciados
    denotativos mientras en el segundo caso, al ser el hombre el
    referente, es también un "compañero" que, al
    hablar, desarrolla una estrategia,
    frente a la del estudioso: el azar al que este escapa es de un
    comportamiento
    o de estrategia, es decir, agonístico.

    La ciencia posmoderna hace la teoría de su propia
    evolución como discontinua,
    catastrófica, no rectificable, paradójica. Cambia
    el sentido de la palabra saber y sugiere un modelo de
    legitimación que en absoluto es el de la mejor
    actuación, sino el de la diferencia comprendida como
    paralogía.

    3.14. La legitimación por la
    paralogía

    EI recurso a los grandes relatos está excluido,
    el «pequeño relato» se mantiene como la forma
    por excelencia que toma la ciencia. El principio del consenso
    como criterio de validación parece también
    insuficiente, o bien es el acuerdo de los hombres obtenido por
    medio del diálogo, o
    bien es manipulado por el sistema como uno de sus componentes en
    vistas a mantener y mejorar sus actuaciones.

    El problema es saber si es posible una
    legitimación por la paralogía (una jugada
    pragmática de los saberes).

    Desde el principio el autor ha subrayado la diferencia,
    no solo formal, sino pragmática, que separa los diversos
    juegos del lenguaje.

    La pragmática científica se centra en los
    enunciados denotativos, dando lugar a instituciones de
    conocimientos. Pero su desarrollo postmoderno pone en primer
    plano un hecho decisivo: la discusión de enunciados
    denotativos exige reglas.

    paso a la multiplicación de las verdades
    parciales concretados en mínimos discursos validados solo
    parcialmente y por un tiempo finito.

    La actividad diferenciadora, o de imaginación, o
    de paralogía en la pragmática científica
    actual tiene por función hacer aparecer enunciados
    metaprescriptivos (presupuestos) y exigir que los
    compañeros acepten otros.

    La única legitimación concebible a una
    demanda tal,
    dará nacimiento a nuevos enunciados.

    La pragmática social no es simple como la de las
    ciencias, está constituida por la superposición de
    distintas formas de enunciados. El reconocimiento del
    heteromorfismo de los juegos del lenguaje es un primer paso que
    implica la renuncia al terror que supone e intenta llevar a cabo
    a éstos al isomorfismo.

    El segundo paso es el principio que supone que si hay
    consenso acerca de las reglas que definen cada juego y las
    jugadas que se hacen, deberá ser obtenido de los jugadores
    efectivos.

    Los enunciados, entonces, se orientan hacia una
    multiplicidad de argumentaciones limitadas en el espacio y en el
    tiempo.

    Los juegos del lenguaje serán juegos de
    información completa en el momento considerado, pero
    también juegos parciales como para poder tomar posiciones
    de equilibrios mínimas.

    Así aparecen los grandes relatos o metarrelatos
    narrativos o científicos, para dar paso a la
    multiplicación de las verdades parciales concretados en
    mínimos discursos validados sólo parcialmente y por
    un tiempo finito.

    4.
    CONCLUSIÓN

    La idea del fin de los grandes relatos sustentada
    por el pensamiento postmoderno, también está
    arraigada en el pluralismo de las de las sociedades
    contemporáneas. Estas nuevas subculturas surgen por el
    fracaso experimentado por las grandes palabras que movilizaron a
    los hombres de la modernidad occidental en aras de la verdad, la
    libertad, la justicia y la
    racionalidad.

    Estos nuevos sujetos históricos se originan, por
    el desencanto ante conceptos tan firmes y convincentes para la
    sociedad moderna: razón, historia, progreso y
    emancipación. El hombre moderno y universal es sustituido
    por la identidad de
    pequeños grupos que poseen
    una visión fragmentada de la realidad.

    Lyotard, al hablar de la condición posmoderna,
    quiere hacer notar que los sucesos históricos no se
    desenvuelven de la misma manera de como lo hacían en la
    modernidad. Es decir, que si hasta entonces las sociedades
    modernas habían tenido sus relatos de legitimación
    y éstos habían funcionado, el agotamiento de la
    confianza en dichos relatos indicaba que había que
    comenzar a preparar una legitimidad para la sociedad
    futura.

    Los metarrelatos "son aquellos que han marcado en la
    modernidad: la emancipación progresiva de la razón
    y de la libertad, la emancipación progresiva del trabajo,
    el enriquecimiento de toda la humanidad a través del
    progreso de la tecnociencia capitalista, e incluso, al cristianismo
    como la posibilidad de la salvación de las
    creaturas.

    Actualmente los grandes relatos que legitimaban un
    sentido de la historia, han perdido credibilidad.

    BIBLIOGRAFÍA

    Lyotard Jean Francois. La Condición Postmoderna.
    Informe del
    Saber. Trad. Mariano Antolín Rato. ED Catedra SA 1987.
    Madrid.

    Enciclopedia® Microsoft®
    Encarta 2001. © 1993-2000 Microsoft Corporation. Reservados
    todos los derechos.

    Enciclopedia Clarín. ED Enciclopedia
    Audiovisuales SA. 1999

     

     

    LAS PARTICIPANTES DEL GRUPO DE TRABAJO SON:

    NORA LUDUEÑA DE RUBINO Y LILIA SOUZA DE
    PARIS.

    ALUMNAS DEL QUINTO AÑO DE LA
    LICENCIATURA.

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