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Los sumideros de carbono y los biocombustibles




Enviado por r-russo



    Su papel en el
    cambio
    climático global.

    1. ¿Cómo actúan
      la vegetación, los bosques y las plantaciones forestales
      como sumideros de carbono?
    2. El tema de los
      biocombustibles
    3. La importancia de los sumideros
      de carbono y los biocombustibles en el cambio climático
      global
    4. Bibliografía

    Introducción

    El cambio climático es uno de los temas
    ambientales más importantes en la actualidad. La
    preocupación sobre los cambios aumenta junto con las
    evidencias que las respaldan y el consenso, que la interferencia
    más importante sobre el ciclo natural de los gases con
    efecto
    invernadero (GEI) es la intervención humana (IPPC
    2001). Los GEI se denominan así por su capacidad de
    atrapar calor solar en
    la atmósfera terrestre. El dióxido de
    carbono (CO2) se reconoce como el más importante junto con
    el metano, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro
    de azufre, según el Protocolo de
    Kyoto que enumera seis GEI producidos por actividades humanas (KP
    1997). Desde principios del
    siglo la concentración de GEI está en aumento y las
    mayores causas identificadas son: a) la quema de combustibles
    fósiles y b) el cambio de uso de la tierra, en
    particular la deforestación.

    Las emisiones de GEI a la atmósfera debidas a la
    quema de combustibles fósiles se estimaron en 6,3
    GtC/año en la década de los años 90 (1 GtC
    es igual a 109 toneladas de carbono); mientras que las
    atribuidas a la deforestación de 16,1 millones de
    hectáreas anuales (FAO 2001) se estimaron en 1,6
    GtC/año. Esto suma 7,9 GtC anuales liberadas a la
    atmósfera. Si continúa el ritmo actual de
    incremento en las emisiones de GEI, esta cifra se elevaría
    a aproximadamente 26 GtC anuales para el año 2100 (USDOE
    1999).

    Sin embargo, el Informe Especial
    del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático
    (IPCC 2001) estimó que la cantidad neta de C en la
    atmósfera aumenta 3,3 GtC/año y que la diferencia
    existente entre el aumento anual total de CO2 liberado a la
    atmósfera y el absorbido por la vegetación
    terrestre y los océanos en aproximadamente partes iguales,
    alcanza las 4.6 GtC anuales. Para aumentar la cantidad
    secuestrada por los ecosistemas
    terrestres se aceptan dos enfoques: (1) protección de los
    ecosistemas que almacenan carbono de manera que la
    fijación pueda ser mantenida o incrementada
    (conservación y manejo de bosques) y (2) la
    manipulación del ecosistema
    (plantaciones forestales en sus diversas formas incluyendo
    enriquecimiento) para aumentar la fijación más
    allá de las condiciones actuales (USDOE 1999). Sin
    embargo, el primero de ellos a pesar de ser biológicamente
    viable, no se incluyó en los MDL según la COP7,
    pero sí se incluyó la reforestación (UNFCCC
    2002).

    Una solución teórica y talvez
    utópica a este problema sería reducir el consumo de
    combustibles fósiles, disminuir las emisiones de GEI y
    aumentar la captura y almacenaje de carbono, a la vez que reducir
    las tasas de deforestación y aumentar la cobertura
    boscosa, ya sea en forma de plantaciones forestales, manejo y
    enriquecimiento de la regeneración natural en bosques
    secundarios, recuperación de pastizales abandonados y
    áreas improductivas y degradadas mediante la
    reforestación con especies forestales nativas.

    ¿Cómo actúan la
    vegetación, los bosques y las plantaciones forestales como
    sumideros de carbono?

    .El término "sumidero", según la
    Convención Marco de las Naciones Unidas
    Sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se define como
    cualquier proceso,
    actividad o mecanismo que absorbe o remueve un GEI, un aerosol o
    un precursor de un GEI de la atmósfera (UN 1992). En el
    caso específico del CO2 atmosférico, este GEI es
    absorbido por las plantas y otros
    organismos fotosintéticos y fijado en la biomasa como
    resultado del proceso de la fotosíntesis. Aunque una parte es
    respirada, otra queda retenida en la biomasa y se conoce como
    carbono fijado, depósito o reservorio de carbono. Por
    tanto, de acuerdo a la CMNUCC se define como Depósito de
    carbono: todo componente del sistema
    climático que almacena un gas de efecto
    invernadero o un precursor de un GEI (UN 1992). En este contexto
    la permanencia o periodo de tiempo en el que
    el C está absorbido en la biomasa fuera de la
    atmósfera es un aspecto crítico y controversial. La
    permanencia depende de varios factores tales como la respiración, los raleos, los incendios y
    plagas, el aprovechamiento maderable, la deforestación y
    el cambio de uso de la tierra, que
    regulan la pérdida de C acumulado.

    Kaninnen (2000) afirma que la mayoría de los
    depósitos de C en la vegetación (62%) están
    localizados en bosques tropicales de baja latitud, mientras que
    la mayoría del C del suelo (54%)
    está localizado en los bosques templados de alta latitud.
    Dicho autor también revisó que en los
    trópicos, el C que está en depósitos
    epígeos (superficiales) varía entre 60 y 230 t/C/ha
    en bosques primarios, y entre 25 y 190 t C/ha en bosques
    secundarios (Cuadro 1), que en bosques tropicales, el C
    almacenado en el suelo varía entre 60 y 115 t C/ha y que
    en los sistemas
    agrícolas o ganaderos, los depósitos de C en el
    suelo son menores (Cuadro 2).

    Cuadro 1. Depósitos superficiales
    de C en los bosques tropicales.

    Tipo de Bosque

    Almacenamiento de Carbono (t
    C/ha)

    Primario

    Secundario

    Bosque Nuboso

    230

    190

    Bosque Estacional

    140

    120

    Bosque Seco

    60

    25

    Fuente: Kanninen, 2000 con datos de Brown y
    Lugo, 1992 y Brown et al. 1989.

    Cuadro 2. Depósitos de Carbono
    en suelos
    tropicales.

    Uso del Suelo

    Almacenamiento de Carbono
    (t/C/ha)

    Bosque Tropical

    60 – 115

    Agricultura (maíz)

    – inicial

    35

    – después de 50 años

    9

    Agroforestería (árboles con cultivos)

    – inicial

    8.9

    – después de 9 años

    24.1

    Fuente: Kanninen (2001)

    Cuando se habla de fijación de carbono, es
    importante tener claro el concepto de
    depósito que es una cantidad acumulada a través del
    tiempo y el de sumidero que es una tasa de captura expresada por
    unidad de tiempo.

    La fijación de carbono, cuando se comercializa,
    es un valor agregado
    a la rentabilidad
    del proyecto porque
    modifica el flujo de caja
    y la tasa interna de
    retorno (TIR), ya que genera ingresos antes
    que el resto de las actividades de beneficio (Russo,
    2002).

    De acuerdo a un estudio realizado por el ex ministro de
    Ambiente y
    Energía de Costa Rica, Dr.
    René Castro, la reforestación en los países
    en desarrollo del
    Sur para crear sumideros de carbono es una oportunidad rentable
    para las naciones del Norte industrial, dado que la inversión para sembrar árboles en
    Estados Unidos
    que absorban la emisión industrial de gases causantes del
    efecto invernadero asciende a cien dólares por tonelada de
    carbono, mientras en Costa Rica sería la mitad.
    También el autor estimó que los proyectos
    destinados a fijar carbono atmosférico en programas de
    reforestación podrían ascender a más de
    US$3.500 millones en los próximos 20 años para
    América
    Latina y el Caribe (Castro 2000, citado por Pratt
    2000).

    El tema
    de los biocombustibles

    La bioenergía es energía obtenida de la
    biomasa, que tanto puede ser producida de cultivos establecidos
    con dicho propósito, de bosques o plantaciones
    energéticas, o de subproductos forestales y
    agrícolas (BIN 2002). Dicha energía puede
    recuperarse por combustión directa como en el caso de la
    leña y el carbón o transformando la biomasa en
    otros combustibles, que por su origen se denominan
    biocombustibles. Tal es el caso del alcohol
    (bioetanol) , obtenido a partir del bagazo resultante de la
    cosecha de la caña de azúcar
    o de la producción de maíz (Marland y
    Turhollow 1991) y del biodiésel, obtenido como subproducto
    de la producción de aceites vegetales de soya, girasol o
    maíz, de aceite quemado de cocina o a partir de grasa
    animal. Químicamente es un éster mono
    alquílico que se obtiene a través de un proceso
    denominado transesterificación, en el cual los aceites y
    grasas reaccionan con metanol e hidróxido de sodio como
    catalizador para producir ácidos
    grasos con cadenas de 16-18 carbonos. El biodiésel tiene
    una cantidad de energía similar al diésel de
    petróleo
    (128,000 vs. 130,500 BTU), pero tiene mayor punto de encendido.
    Esto lo hace un combustible más limpio que el
    diésel regular y pueda ser utilizado por cualquier tipo de
    vehículo diesel solo, o en solución como aditivos
    para mejorar la lubricidad del motor. El uso de
    biodiesel presenta ciertas ventajas, ellas son, su alta
    biodegradabilidad, balance neutro en términos de
    generación de nuevas emisiones de GEI y bajas emisiones de
    monóxido de carbono, ozono, material particulado y
    dióxido de azufre en relación a la
    utilización de combustibles convencionales derivados del
    petróleo (BDC 2001).

    La principal diferencia con los combustibles
    fósiles es que la quema de los mismos libera a la
    atmósfera CO2 que ha estado
    inmovilizado por millones de años, resultando en un
    incremento del contenido neto atmosférico de CO2, mientras
    que la quema de biocombustibles libera CO2 que no incrementa las
    emisiones netas de dicho GEI, dado que fue absorbido e
    inmovilizado recientemente por las plantas como parte del ciclo
    atmosférico del carbono (BIN 2002, Boman y Turnbull 1997).
    La eficiencia de
    esta sustitución se expresa en emisiones reducidas por
    unidad de tierra o biomasa usada y en los costos de
    sustitución por tonelada de C. Los costos de
    sustitución se calculan como la diferencia de costos entre
    continuar usando combustibles fósiles a precio actual
    y el uso de biomasa, asumiendo que las tecnologías de
    biomasa se usan cuando se requiere reinversión en
    tecnologías existentes. La sustitución de
    combustibles fósiles por biocombustibles en la
    producción de electricidad y
    calor es menos costosa y brinda mayores reducciones de CO2 por
    unidad de biomasa que la sustitución de gasolina o
    diésel en el transporte
    (Gustavsson et al. 1995, Marland y Schlamadinger
    1995).

    La
    importancia de los sumideros de carbono y los biocombustibles en
    el cambio climático global

    Aunque el tema de los sumideros ha sido fuente de
    divergencias en las COP-6 y COP-7, la Sexta y Séptima
    Conferencia de
    las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas
    Sobre el Cambio Climático, en la última se
    acordó la inclusión de los sumideros, con ciertas
    limitaciones, dentro de los llamados Mecanismos de Desarrollo
    Limpio (MDL), por los cuáles los países
    desarrollados podrían compensar emisiones de GEI con
    fijación de carbono en países no desarrollados
    mediante plantaciones forestales (UNFCCC 2002). Esta
    inclusión de los sumideros dentro de los MDL ha recibido
    objeciones de distinto tipo, entre ellas cuestionamientos basados
    en externalidades, dificultades de cuantificación,
    suplementariedad y permanencia, aún antes de su
    inclusión (Lohmann 2000). De todos ellos, sin duda el
    aspecto más crítico ha sido el de permanencia. Esto
    es porque el problema de la permanencia no surge principalmente
    de debilidades técnicas o
    institucionales, eventualmente subsanables, sino que es parte de
    la naturaleza
    misma de algunos sumideros y particularmente de los bosques. Otra
    preocupación crítica es que los créditos de carbono provenientes de los
    sumideros permitirán a los países industrializados
    continuar utilizando enormes cantidades de combustibles
    fósiles (Greenpeace 2000).

    El uso de biocombustibles como fuente de energía
    renovable puede contribuir a reducir el consumo de combustibles
    fósiles, responsables de la generación de emisiones
    de gases efecto invernadero. Vale decir que reemplazando el uso
    de combustibles fósiles con biocombustibles obtenidos a
    partir de biomasa producida en forma sostenible puede reducir el
    flujo neto de CO2 a la atmósfera. Inclusive, los
    biocombustibles de origen forestal y de desechos agrícolas
    fueron incluidos en la "Lista Positiva" de Greenpeace
    (2000) junto con el biogás.

    Finalmente, si se consideran los lineamientos definidos
    por el del Fondo para el Medio Ambiente
    Mundial (FMAM) para la realización de estudios de
    mitigación del cambio climático se plantean dos
    escenarios de evolución futura del sistema analizado. El
    primero, llamado escenario de base, está asociado con la
    evolución previsible del sistema, según su dinámica actual y en ausencia de acciones para
    reducir las emisiones o incrementar la capacidad de
    absorción de GEI. El segundo escenario, llamado de
    mitigación, por el contrario, supone elegir un conjunto de
    opciones de mitigación del cambio climático (GEF
    1996).

    En este marco, tanto la captura de dióxido de
    carbono por medio de actividades de reforestación con
    especies nativas como el uso de biocombustibles son opciones de
    mitigación del cambio climático, en el primer caso
    porque es una acción para incrementar la capacidad de
    absorción de CO2 atmosférico y en el segundo porque
    es una para reducir las emisiones de dicho GEI.

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    Maryland. 

     

     

    Ricardo O. Russo

    Escuela de Agricultura de
    la Región Tropical Húmeda, Costa Rica

     

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