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San judas Tadeo y Venezuela




Enviado por scorpiko



    Indice
    1. San
    Judas Tadeo y Venezuela

    2. Oraciones

    1. San Judas Tadeo y
    Venezuela

    San Judas Tadeo es uno de los apostoles a los que mas
    devocion se le profesa en America Latina,su Festividad se realiza
    el: 28 de octubre.Frecuentemente la aversion que sienten hacia el
    Judas Iscariote les lleva a obviar la familiaridad con este
    humilde e incondicional discipulo de Cristo.Entre nosotros San
    Judas Tadeo se ha venido a constituir en el "ABOGADO DE TODOS LOS
    CASOS IMPOSIBLES Y DIFICILES".Es una especie de Rita de Cassia en
    masculino.En casi todas las iglesias de nuestro pais existe
    alguna imagen de San
    Judas y es de las mas veneradas por los fieles.En algunos templos
    de la capital,entre
    los que cabe destacar la Iglesia de San
    Pio X,en La Puerta de Caracas,La Chiquinquira,La
    Florida,constantemente se ven fieles a los pies del santo
    apostol. El apostol Judas Tadeo figura en el evangelio como uno
    de los mas callados y humildes del colegio apostolico.Cuando
    Cristo le invito a seguirle lo hizo sin titubear y a partir de
    entonces nada ni nadie le aparto del Maestro.Judas no era tan
    desconocido en el grupo de los
    apostoles.Le unian lazos de amistad y
    sangre con
    casi todos los demas discipulos y con otros personajes cristianos
    de los primeros años de la Iglesia.
    Judas nacio en Galilea.Pertenecia a la tribu de Juda y su
    padre,Cleofas,es el mismo que,con otros discipulos,se dirigia a
    Emaus el dia de la Resurreccion del Señor.Cleofas se
    convirtio en un autentico cristiano.Vivio como tal y defendio la
    fe dondequiera que se movio hasta su muerte.Una
    muerte cruel,puesto que fue martirizado en su propia casa,segun
    nos narra el martirologio romano,el 25 de Septiembre.
    Fue hermano de San Jose,el esposo de la Virgen Maria,y su madre
    fue Maria de Alfeo.Esta mujer tuvo
    tambien otros hijos de importantisima relacion con Jesus,tales
    como Santiago el Menor,apostol,Jose el llamado Justo,Simeon,que
    fue con el tiempo obispo de
    Jerusalen y Salome,madre de Santiago y San Juan.

    2. Oraciones

    Consagración
    San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso,
    deseo honrarte con especial devoción. Te acojo como mi
    patrón y protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo,
    todos mis intereses espirituales y temporales y asimismo los de
    mi familia. Te
    consagro mi mente para que en todo proceda a la luz de la fe; mi
    corazón
    para que lo guardes puro y lleno de amor a
    Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya,
    esté siempre unida a la voluntad de Dios. Te suplico me
    ayudes a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones evitando
    todas las ocasiones de pecado. Obténme la gracia de no
    ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las
    obligaciones
    de mi estado de vida
    y practicar las virtudes necesarias para salvarme. Ruega por mi
    Santo Patrón y auxilio mío, para que, inspirado con
    tu ejemplo y asistido por tu intercesión, pueda llevar una
    vida santa, tener una muerte dichosa y alcanzar la gloria del
    Cielo donde se ama y da gracias a Dios eternamente.
    Amén.

    Oración
    Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor
    Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de
    ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS, hazme sentir tu poderosa
    intercesión aliviando la gravísima necesidad en que
    me encuentro. Por el estrecho parentesco que te hace primo
    hermano de Nuestro Señor Jesucristo, por la privaciones y
    fatigas que por El sufriste, por el heroico martirio que
    aceptaste gustoso por su amor, por la promesa que el divino
    Salvador hizo a Santa Brígida de consolar a los fieles que
    acudiesen a tu poderosa intercesión, obtenme del Dios de
    las misericordias y de su Madre Santísima la gracia que
    con ilimitada confianza te pido a Ti, Padre mío
    bondadosímo, seguro que me la
    obtendrás siempre que convenga a la gloria de Dios y bien
    de mi alma. Así sea.
    Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros.
    (Repetir 3 veces)
    En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
    Amén.

    Visita Y Oración 
    (para el día 28 de cada mes)
    Honremos a nuestro Protector, San Judas Tadeo, con una buena
    Confesión y una Comunión fervorosa. Así nos
    haremos más agradables a Dios y obtendremos del Santo
    Apóstol más fácilmente la gracia que
    pedimos.
    Bondadoso Protector mío, San Judas Tadeo, que recibiste
    del Salvador la gracia de la vocación al apostolado para
    seguirle más de cerca en la práctica de las
    virtudes y predicar su Evangelio, que tuviste el don de conmover
    los corazones con tus ejemplos y tus enseñanzas, el
    poder de obrar
    milagros, y que diste tu vida en defensa y testimonio de la Fe,
    recibe mis parabienes por estos grandes privilegios, y acepta
    gustoso esta visita que te hago en agradecimiento de favores
    obtenidos y para obtener nuevas gracias por tu mediación.
    Alcánzame un grande amor al Divino Maestro, que me aliente
    en la práctica de la virtud, me consuele en mis
    tribulaciones y sostenga mi esperanza cuando el infortunio y la
    desgracia me acrisolen. No permitas jamás que la falta de
    confianza en la Providencia divina me aparte del amor y servicio de
    Dios. Dame tu protección, S. Judas, y alcánzame lo
    que necesito y pido para mi bien temporal y eterno.
    Amén.
    Rezar tres Glorias en honor de la Santísima Trinidad y
    hacer luego la petición de la gracia que se desea
    obtener.

    3. Novena

    El autor de esta novena es Charles W. Dahm, O.P., y se
    reproduce aquí por cortesía de los frailes
    dominicos del Santuario de San Judas Tadeo de Chicago (USA) a
    quienes agradezco su permiso. Pese a conocerse poco de la vida de
    San Judas Tadeo, esta novena tiene el mérito de iluminar
    aspectos de su vida mediante diversas escenas tomadas de los
    evangelios a las cuales debió asistir como testigo
    privilegiado.

    Inicio
    Aquí, a tus pies, caritativo Apóstol de Cristo, San
    Judas Tadeo, he venido a implorar del cielo la gracia que
    necesito. A ti he recurrido, Protector poderoso de los que se
    hallan en extrema necesidad, ya que nada hallo que me consuele y
    ayude, para que intercedas por mí ante el trono del
    Altísimo. Oh, tú, amantísimo y muy amado de
    Jesús y de María, ten compasión de mí
    y alcánzame del Corazón de tu Divino Maestro la
    gracia que te pido; habla por mí a María, Auxilio
    de los cristianos y Consuelo de los afligidos, para que me
    obtenga, del Niño Jesús lo que necesito. No me
    dejes desconsolado San Judas; sé que eres poderoso en el
    cielo y que deseas el bien espiritual y temporal de tus devotos.
    Agradecido a tus favores, procuraré servir fielmente a
    Dios, seguir tus ejemplos de santidad y propagar tu
    devoción.
    Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria para que el Santo
    Apóstol nos obtenga la fidelidad en el servicio de
    Dios.

    Peticion
    Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo
    de Jesús, el nombre del traidor ha sido causa de que
    fueses olvidado de muchos, pero la Iglesia te honra y te invoca
    como patrón de las causas difíciles y desesperadas.
    Ruega por mí para que reciba yo los consuelos y el socorro
    del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos,
    particularmente (hágase la petición), y para que
    pueda yo bendecir a Dios en tu compañía y con los
    demás elegidos por toda la eternidad.
    Yo te prometo, Apóstol bienaventurado, acordarme siempre
    de este gran favor; jamás dejaré de honrarte como a
    mi especial y poderoso protector y de hacer todo lo posible para
    propagar tu devoción. Así sea.
    Jaculatoria. Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor a
    Jesús y a María, escucha mi oración y
    protege a mi familia, y a cuantos con fervor te
    invocan.

    Oración a la preciosa Sangre de Nuestro
    Señor Jesucristo.
    O Sangre adorable de mi amado Jesús, precio de la
    redención del mundo y fuente de vida eterna que purificas
    nuestras almas, Sangre preciosísima, que intercedes poderosamente
    por nosotros ante el trono de la suprema misericordia, yo te
    adoro profundamente y quisiera reparar con mis adoraciones y mi
    fervor todas las injurias y ultrajes que continuamente recibes de
    los hombres, especialmente en el Santísimo Sacramento del
    altar. Yo te adoro, dulce Jesús mío; imprime en mi
    alma el recuerdo de tu sacratísima Pasión. Haz que
    la memoria de
    tus dolores y sufrimientos infunda en mi alma un horror sumo al
    pecado y un ardentísimo amor hacia ti, para corresponder
    de algún modo el sacrificio que de ti mismo hiciste en la
    Cruz por mi salvación y rescate. Así
    sea.

    Día Primero
    San Judas, el sanador poderoso
    San Judas acompañó a Jesús por las aldeas de
    Israel y fue
    testigo de su poder de sanación. Tal vez el vio a
    Jesús curar a los diez leprosos, sanar a una mujer
    sufriendo hemorragias, resucitar a los muertos. Cuando el pobre
    ciego gritó, "¡Jesús, hijo de David! Ten
    compasión de mí," San Judas probablemente
    oyó a Jesús contestar: "Recobra tu vista. Tu fe te
    ha sanado." (Lc 18:39-42)

    San Judas fue uno de los discípulos a quienes
    Jesús "dio poder y autoridad
    y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. " (Lc
    9:1-2). Los envió de dos en dos, y ellos se quedaron
    admirados porque "Echaban a muchos espíritus malos y
    sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite."
    (Mc 6:13)Tal vez dudamos que Dios quiera lo mejor para nosotros.
    Puede ser que a veces pensemos que nuestro sufrimiento o
    enfermedad es un castigo de Dios por nuestros pecados. Nos
    olvidamos como Jesús trabajaba incansablemente para sanar
    a los enfermos. Cuando Jesús curó al hombre que
    nació ciego, explicó, "Esta incapacidad no es por
    haber pecado él o sus padres, sino para que la obra de
    Dios se manifieste en él." (Jn 9:3)
    San Judas entendió que el deseo del Señor era sanar
    a la gente. Después de la ascensión de
    Jesús, San Judas y los otros apóstoles "salieron a
    predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual
    confirmaba su mensaje con señales milagrosas que los
    acompañaban." (Mc 16:18) Las palabras de Jesús
    durante la última cena se cumplieron en San Judas: "Les
    aseguro que la persona que cree
    en mi hará también las obras que yo hago, y
    hará otras todavía más grandes." (Jn
    12:14)

    Oración
    San Judas, tú fuiste testigo del poder sanador de nuestro
    Señor, Jesús. Tú viste su compasión
    por los enfermos y moribundos. Tú mismo tocaste a los
    enfermos, compartiste los dolores de los afligidos, y animaste a
    los desconsolados. Tú recibiste la autoridad y el poder de
    Jesús para hacer maravillas, curar a los incurables, y
    restaurar a los incapacitados. Te pedimos que intercedas ante
    nuestro hermano, Jesús, para que envíe su gracia
    para sanar a los enfermos y afligidos, para levantar a los
    espíritus caídos, y para infundir esperanza a los
    corazones desesperados. Amén.
    •Compromiso. Prometo que de alguna manera llevaré la
    buena nueva del amor de Dios a una persona enferma.

    Día Segundo
    San Judas, Apóstol de Oración
    Jesús enseñó a San Judas cómo rezar y
    cómo orar con una fe que puede trasladar montañas.
    Su oración fue inspirada por las palabras de Jesús:
    "Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán;
    llamen a la puerta, y se les abrirá." (Lc 11:9-10).A veces
    pensamos que Dios nos ha abandonado o que nuestras oraciones no
    fueron escuchadas. San Judas, al contrario, oraba con la
    confianza inculcada por la enseñanza de Jesús: "Fijense como
    crecen las flores; no trabajan ni hilan. Sin embargo, ni siquiera
    el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como
    una de ellas. ¡Cuánto más Dios habrá
    de vestirlos a ustedes!…. Por lo tanto, no anden
    afligidos….Tu Padre ya sabe lo que necesitan. Pongan su
    atención en el reino de Dios, y
    recibirán también estas otras cosas." (Lc
    12:22-31)Aunque no entendamos totalmente los caminos de Dios, nos
    ponemos en sus manos con mucha confianza, como Jesús mismo
    lo hizo. San Judas estuvo con Jesús la noche en que el
    Señor oró en el huerto. Allí, en su
    agonía de oración, Jesús
    enseñó a sus apóstoles cómo rezar:
    "Padre, si es posible, líbrame de este trago amargo, pero
    que no se haga lo que yo quiera sino lo que tú quieras."
    (Mt 26:39).Cuando somos insistentes pero confiados en nuestra
    oración, permitimos que nuestra oración transforme
    nuestras vidas. Abrimos nuestros corazones al espíritu de
    Dios, aceptando los desafíos que Dios nos envía y
    generosamente comprometiéndonos a imitar a Jesús.
    San Judas entendió las palabras del Señor: "No
    todos los que me dicen: 'Señor, Señor,'
    entrarán en el reino de Dios, sino solamente los que hacen
    la voluntad de mi Padre." (Mt 7:21)

    Oración
    San Judas, por medio de oración alababas a Dios por las
    obras maravillosas de Jesús. Pediste a Dios la fuerza para
    enfrentar los retos de tu apostolado. Pusiste tu confianza en la
    misericordia de Dios, creyendo firmemente que Dios te amaba y
    entendía tus penas y alegrías, tus sueños y
    miedos, tus triunfos y fracasos. Comprendiste que nada es
    imposible para Dios. Te pedimos que ores por nosotros delante del
    Altísimo para que nos llene con su fuerza, entendamos su
    voluntad para nosotros, y con mucha confianza nos coloquemos en
    sus manos amorosas. Amén.
    •Compromiso. Me comprometo de nuevo a orar con más
    confianza para que siempre se haga la voluntad de Dios en
    mí.

    Día Tercero
    San Judas, Paciente en el Sufrimiento
    Como los demás apóstoles, San Judas sufrió
    un martirio por su compromiso de llevar a cabo la misión de
    nuestro Señor, Jesucristo. Aceptó el reto de
    Jesús, "Si alguien quiere ser discípulo mío,
    que se olvide de si mismo, cargue con su cruz cada día y
    que me siga." (Lc 9:23).San Judas compartió sus
    sufrimientos con el Señor. Le escuchó decir,
    "Vengan a mi todos ustedes que están cansados de sus
    trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el
    yugo que les pongo, y aprendan de mi, que soy paciente y de
    corazón humilde; así encontrarán descanso.
    Porque el yugo que les pongo es fácil y la carga que les
    doy a llevar es liviana." (Mt 11:28-30).San Judas creía
    que sus sufrimientos estaban unidos a los de Jesucristo y, por
    eso, tenían valor
    redentor. San Pablo declaró, "Me alegro de lo que sufro
    por ustedes; porque de esta manera voy completando en mi propio
    cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia,
    que es su cuerpo." (Col 1:24).San Judas era humano. Sentía
    dolor como nosotros. Pero se acordaba del sufrimiento de
    Jesús, su sentido de abandono en la cruz cuando
    gritó, "Dios mío, Dios mío, ¿por
    qué me has abandonado?" (Mt 27:46). Estas memorias le
    ayudaron a aguantar el dolor porque él sabia que
    sufría en comunión con el Señor.En nuestros
    sufrimientos reflexionamos sobre los de nuestro Salvador,
    Jesucristo. Le escupieron, fue azotado, coronado con espinas y
    clavado en la cruz donde se quedó colgado por tres horas.
    Tal vez el sufrimiento más doloroso que atravesó su
    corazón fue el rechazo de parte de los líderes del
    pueblo y el abandono por sus amigos. Sin embargo, Jesús se
    mantuvo fiel hasta el final cuando gritó, "Padre, en tus
    manos encomiendo mi espíritu." (Lc 23:46)

    Oración
    San Judas, tú te mantuviste fiel al Señor hasta
    la muerte.
    Entregaste tu vida para que otros pudieran vivir. Aguantaste el
    dolor físico y el abandono espiritual. Pero, te alegraste
    por poder unir tus sufrimientos a los de nuestro Salvador
    Jesús , y así compartiste en la redención
    del mundo . Ahora te pedimos que intercedas con nuestro hermano,
    Jesucristo, para que nosotros también podamos ser fieles
    en nuestros sufrimientos. Ayúdanos a confiar en Dios y
    poner nuestras vidas en sus manos. Amén.
    •Compromiso. Juntaré todos mis sufrimientos y dolores
    a los de Jesucristo para la redención del mundo y
    animaré a otra persona que está
    sufriendo.

    Día Cuarto
    San Judas, Campeón de Justicia y
    Paz
    Al acompañar a Jesús y al escuchar su
    enseñanza, San Judas aprendió cómo luchar
    por la justicia y la paz. El oyó el sermón de la
    montaña cuando Jesús enseñó,
    "Bienaventurados son los que trabajan por la paz, porque
    serán reconocidos como hijos e hijas de
    Dios….Bienaventurados ustedes cuando por cause mía los
    maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias.
    Alégrense y muéstrense contentos, porque
    será grande la recompensa que recibirán en el
    cielo." (Mt 5:9, 11-12).San Judas escribió en su carta, "Les ruego
    que luchen por la fe que una vez fue entregada a los que
    pertenecen a Dios." (Judas 1:3). San Judas sí luchaba por
    todo lo que Jesús trató de establecer. Como
    Jesús, San Judas predicaba la buena nueva a los pobres,
    proclamó la libertad a los
    cautivos, restauró la vista a los ciegos, y liberó
    a los oprimidos. (Lc 4:18).A veces resistimos el reto del
    Señor para luchar por el reino de justicia y paz. Tememos
    la crítica y el conflicto;
    buscamos la comodidad y la conveniencia. San Judas no fue
    así. El trabajó por la justicia con mucho
    entusiasmo porque entendía que sin justicia, no hay una
    paz verdadera.Por su compromiso al reino de justicia y paz, San
    Judas sufrió precisamente como Jesús había
    predicho, "Los odiarán a ustedes por causa mía."
    (Mt 10:22) Sin embargo, él disfrutó de la paz que
    Jesús prometió en la última cena, "Mi paz
    les dejo; mi paz les doy, pero no como dan la paz los del mundo."
    (Jn 14:27)

    Oración
    San Judas, tú muy valientemente predicaste la Palabra de
    Dios en las situaciones más difíciles. Como
    Jesús, tú defendiste a los pobres y oprimidos y
    desafiaste a los ricos y poderosos. Cuando te amenazaron con la
    muerte, no acudiste a la violencia o
    desesperación sino te acordaste de las palabras de
    Jesús sobre la paz y el perdón. Escucha nuestra
    oración por la paz y justicia en el mundo. Pide al
    Señor que nos dé la valentía para defender
    lo correcto. Ora para que seamos constructores efectivos de la
    paz como tú, especialmente donde hay guerra y
    opresión, en nuestras comunidades donde hay violencia y
    conflicto, y en nuestras familias donde hay discusiones y peleas.
    Amén.
    •Compromiso. Prometo levantar la voz y actuar contra la
    injusticia y trabajar por la paz dondequiera que yo
    esté.

    Día Quinto
    San Judas, Servidor del
    Pueblo de Dios
    San Judas tenía el privilegio de acompañar a
    Jesús diariamente. Aprendía del Señor
    cómo Dios nos ama y cómo debemos amarnos unas
    personas a otras.
    A veces queremos que otros nos sirvan, que hagan lo que nosotros
    queremos y que atiendan a nuestras necesidades. Como San Judas,
    debemos aprender de Jesús quien dijo, "La persona entre
    ustedes que quiera ser grande, deberá servir a los
    demás; y la persona que quiera ser el primero,
    deberá ser su esclavo, como el hijo del pueblo que no vino
    para ser servido sino para servir y para dar su vida como precio
    por la libertad de muchos." (Mt 20:26-28).En la última
    cena Jesús mostró a San Judas y a los otros
    apóstoles cómo deberían servir. Les
    lavó los pies y luego dijo, "Yo les he dado un ejemplo
    para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho." (Jn
    13:15).San Judas no buscaba un premio por hacer el bien.
    Más bien, vivía lo que Cristo enseñó:
    "Cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda,
    deberán decir: 'Somos servidores que no
    hacíamos falta, porque no hemos hecho más que
    cumplir con nuestra obligación' ."(Lc 17:10).San Judas
    cumplió los mandamientos señalados por Jesús
    como los más importantes: amar a Dios con todo su
    corazón, toda su alma, y toda su mente, y a su
    prójimo como a si mismo (Mt 22:27-40). Jesús quiere
    que nos amemos como él nos ama: "Así como yo los
    amo a ustedes, así deben amarse ustedes unas personas a
    otras. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se
    dará cuenta de que son mis discípulos." (Jn
    13:34-35)

    Oración
    San Judas, aunque fuiste elegido por Jesús como uno de los
    apóstoles, aprendiste a no ser orgulloso, ni buscar
    honores o los lugares más altos. Al contrario, te
    humillaste en su servicio a tus hermanas y hermanos. Pedimos que
    nos ayudes a servir con un corazón más generoso y
    sacrificar nuestro propio interés
    por el bien de otros. Intercede por nosotros con nuestro Cristo
    crucificado, quien se humilló en la cruz, quien
    sacrificó su vida para que tengamos vida nosotros. Que lo
    imitemos con una vida de servicio a los demás, una vida
    dedicada y desinteresada. Amén.
    •Compromiso. Prometo cumplir un servicio a los que lo
    necesitan más o a los que no lo esperan.

    Día Sexto
    San Judas, Reconciliador Compasivo
    Aunque fue un apóstol, San Judas era humano como todos
    nosotros, y el perdón no le vino fácilmente. Pero,
    él aprendió de su Maestro, nuestro Señor,
    cómo perdonar. Probablemente fue sorprendido al escuchar a
    Jesús decir, "Amen a sus enemigos y recen por quienes los
    persiguen," para que "sean perfectos, como su Padre que
    está en el cielo es perfecto." (Mt 5:44, 48).Como San
    Pablo, San Judas predicaba que no debemos dejar que el sol se ponga
    sobre nuestra ira. (Ef 4:26) Y si tenemos algo en contra de
    alguien, tenemos que reconciliarnos con esa persona antes de
    presentar nuestra ofrenda en el altar. (Mt
    5:23-24).¿Perdonamos a las personas que nos han ofendido?
    Y cuántas veces debemos perdonarlos? Cuando Pedro hizo a
    Jesús esa pregunta, quizás San Judas oyó su
    respuesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta
    veces siete." (Mt 18:22).Cuando Jesús enseñaba a
    San Judas y a los otros apóstoles como orar,
    explicó, "Si perdonan a otros el mal que les han hecho, su
    Padre que está en el cielo los perdonará
    también a ustedes." (Mt 6:14) Por esta razón
    rezamos con las palabras que Jesús nos
    enseñó, "perdona nuestras ofensas como
    también nosotros perdonamos a los que nos
    ofenden."

    Oración
    San Judas, apóstol de la misericordia y
    reconciliación, ayúdanos a perdonarnos unos a
    otros. Tú comprendes la profundidad de la compasión
    de Dios y nuestra resistencia a
    perdonar. Tú aprendiste de Jesús, el hijo de Dios,
    cómo ser misericordioso. El le enseñó
    cómo perdonar a los que le persiguieron y le dieron la
    muerte. Intercede por nosotros delante de nuestro Dios compasivo
    para que podamos perdonar a las personas que nos han ofendido.
    Ayúdanos a quitar todo vestigio de odio, amargura o rencor
    de nuestro corazón. Que tengamos la fuerza de perdonar
    como Dios nos perdona. Amén.
    •Compromiso. Perdonaré a alguien que me ha ofendido y
    trataré de reconciliarme con esa persona.

    Día Séptimo
    San Judas, Predicador de la Buena Nueva del Reino de Dios
    Jesús entrenó a San Judas y envió a
    él y a los demás a las aldeas lejanas para predicar
    la Buena Nueva y para trabajar por el reino de Dios.
    Después de la ascensión de Cristo, San Judas se
    dedicó a continuar la obra del Señor y se
    acordó de su mandato, "Vayan, pues, a las gentes de todas
    las naciones, y háganlas mis discípulos;
    bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del
    Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo
    lo que les he mandado a ustedes. Y sepan que yo siempre
    estaré con ustedes hasta el fin del mundo." (Mt
    28:19-20).A veces pensamos que no estamos llamados ni enviados;
    erróneamente pensamos que no tenemos nada que ofrecer al
    mundo o que nos falta conocimiento o
    poder suficiente para cambiar las cosas. Nos olvidamos que por el
    bautizo recibimos una luz y fuimos comisionados igualmente como
    San Judas, "Ustedes son la sal de la sierra…. la luz del mundo
    …. Procuren que su luz brille delante de la gente para que
    viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que
    está en el cielo." (Mt 5:13-16).San Judas sabía
    cómo llevar la Buena Nueva de Jesús a otros.
    Aprendió del Señor que cuando demos de comer a los
    hambrientos o beber a los que tienen sed o vestimos a los
    desnudos o visitamos a los enfermos o encarcelados, estamos
    haciéndolo a Jesús. (Mt 25:31-46).Valientemente San
    Judas anunciaba la Buena Nueva del amor de Dios y con entusiasmo
    predicaba la venida del reino de justicia, paz y amor. Recordaba
    las palabras de Jesús en la última cena: "En el
    mundo, ustedes habrán de sufrir, pero tengan valor; yo he
    vencido al mundo." (Jn 16:33)

    Oración
    San Judas, tú dejaste tu casa y viajaste lejos para llevar
    la Buena Nueva del amor de Dios a todas las naciones. Predicaste
    con entusiasmo todo lo que habías aprendido personalmente
    de las palabras y obras del Señor Jesús. Tú
    valientemente enfrentaste la critica, el rechazo y al final el
    martirio. Pide al Señor que envíe al
    Espíritu Santo para que podamos ser fieles mensajeros del
    amor, perdón y justicia de Dios a este mundo tan
    egoísta, violento e injusto. Ayúdanos a ser la sal
    de la sierra y la luz del mundo por la manera caritativa y
    compasiva que hablamos y tratamos a los demás.
    Amén.
    •Compromiso. Actuaré según mi fe y
    llevaré la Buena Nueva de Jesucristo a otros por mis
    palabras, obras y ejemplo.

    Día Octavo
    San Judas, Abogado en Casos Difíciles
    San Judas fue más que un seguidor de Jesús; era su
    primo y amigo. Su estrecha relación con el Señor no
    solamente cambió su vida sino que lo convirtió en
    un abogado fuerte para nosotros. De Jesús llegó a
    comprender la profundidad de la compasión y la fuerza del
    poder infinito de Dios. Aprendió a no dudar de la
    sabiduría de Dios ni desconfiar de la misericordia
    divina.San Judas entendía que todos queremos estar cerca
    de Jesús, ser su amigo, sentir el calor de su
    amor, y experimentar su poder de curación. San Judas
    escuchó a Jesús decir, "Yo les llamo mis amigos
    porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho.
    Ustedes no me escogieron a mi, sino yo los he escogido a ustedes
    y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto
    permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le
    pidan en mi nombre." (Jn 15:15-16).A veces nos desesperamos del
    amor de Dios o por lo menos dudamos que Dios nos oiga. Nos
    preguntamos: ¿Por qué me va mal?
    ¿Dónde está el Señor cuando lo
    necesito? Venimos a San Judas porque creemos que él es un
    hombre de compasión quien entiende que nada es imposible
    para Dios. Creyó lo que Jesús le había dicho
    en la última cena, "Todo lo que ustedes pidan en mi
    nombre, yo lo haré." (Jn 14:14) El oyó a
    Jesús decir, "…nada es imposible para Dios." (Mc
    10:27)

    Oración
    San Judas, tú eres el primo hermano y amigo de
    Jesús. Al acompañarle en sus viajes y verlo
    curar a los enfermos, aprendiste a sentir su compasión
    infinita y a experimentar su gracia salvadora. Tú
    creíste que él tiene las palabras de la vida eterna
    y el poder sobre toda enfermedad y la muerte. Intercede por
    nosotros ahora para que sintamos el cariño de su amistad,
    el calor de su presencia, y el poder sanador de su
    espíritu. Ya que nada es imposible para nuestro Dios,
    pidamos que él nos cure de toda clase de enfermedad del
    cuerpo y del alma. Amén.
    •Compromiso. Prometo animar a alguien que se encuentra en
    una situación desesperada.

    Día Noveno
    San Judas, Fundador de la Iglesia
    Como uno de los doce apóstoles, San Judas es un fundador
    de la Iglesia de Jesucristo. Dondequiera que San Judas viajara,
    trató de organizar comunidades en las cuales "todos los
    creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto
    tenían…repartían sus bienes de
    acuerdo a lo que cada uno necesitaba. Acudían al templo
    con mucho entusiasmo y con un mismo espíritu y
    compartían el pan en sus casas, comiendo con
    alegría y sencillez." (Hechos 2:44-46).San Judas
    creía en la unidad e igualdad en la
    Iglesia. Como San Pablo, entendía que "todos somos partes
    del Cuerpo de Cristo." (1 Cor 12:27). Porque todos somos iguales
    en Cristo, San Judas profesó con San Pablo que "Ya no hay
    diferencia entre judío y griego, esclavo y libre, hombre y
    mujer, porque unidos a Cristo Jesús, todos somos uno
    solo." (Gal 3:28).Jesús prometió a los
    apóstoles enviar a su Espíritu, el Abogado, "para
    introducirlos a la verdad total." (Jn 16:13). En
    Pentecostés, recibieron al Espíritu "como un viento
    fuerte del cielo, "comenzaron a hablar en lenguas y realizar
    maravillas de curación. (Hechos 2:24). Ellos vencieron su
    miedo y predicaron con sabiduría y fuerza.El Señor
    nos llama a todos para ser miembros activos de
    nuestras comunidades parroquiales, compartiendo nuestros dones y
    poniendo nuestros talentos al servicio de los demás.
    Debemos superar nuestro miedo y egoísmo para reforzar el
    Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Jesús deseaba mucho
    que todos fuéramos uno como él y su Padre son uno.
    Que trabajemos todos por la unidad e igualdad entre todos los
    creyentes en Jesucristo.

    Oración
    San Judas, tú viajaste lejos para llevar la Buena Nueva de
    Jesucristo a todas las naciones. Tú reuniste a la gente en
    comunidades de fe para que pudieran vivir el evangelio del
    Señor, compartiendo sus vidas y recursos, uniendo
    sus corazones y mentes en Cristo. Tú reconociste la
    dignidad de todos, la diversidad de dones, y la igualdad entre
    todos los hijos e hijas de Dios. Intercede con el Señor
    para que envíe a su Espíritu a cada uno de nosotros
    y a nuestros líderes de la iglesia para que podamos forjar
    una unidad e igualdad entre tanta división y discriminación en nuestras comunidades
    eclesiales. Ayúdanos a vencer nuestro miedo o
    egoísmo para poner nuestros dones al servicio de nuestras
    hermanas y hermanos en nuestras iglesias locales.
    Amén.
    •Compromiso. Prometo hacer algo para ayudar reforzar la
    Iglesia local, o sea, mi parroquia.

     

     

     

     

    Autor:

    Carlos Goncalves

    Guatire/Venezuela
    (Bueno…lo que queda de ella!)

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