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Agrotecnología de la caña santa o zacate limón




Enviado por rsoto



    La explotación de la caña santa tiene como
    finalidad la producción intensiva del sistema
    aéreo (hojas y seudotallos), que es donde se acumula el
    aceite esencial en mayor proporción y calidad; de esta
    forma adquieren gran importancia los nutrientes que se requieren
    para producir los mayores rendimientos. Como lo que se cosecha es
    su masa vegetal para su empleo en la
    producción de fitofármacos o para la
    obtención de su aceite esencial , es importante compensar
    las pérdidas de los elementos nutritivos del suelo con el fin
    de mantener la producción de la plantación y
    mitigar el impacto ambiental
    negativo que provocan las exportaciones que
    hace el cultivo de estos nutrientes.

    Lemongrass Research Station Odakkali, (1972) indica que
    usualmente no fertilizan el cultivo, sino que aplican los restos
    de la masa vegetal después de destilada, en forma de
    compost y 1.87 t.ha-1 de cenizas como
    aplicación basal durante la preparación del
    suelo.

    Estudios sobre el efecto de los fertilizantes en el
    lemongrass realizados por Gupta y Jain (1978) arrojaron que el
    nitrógeno, aplicado en dosis bajas acelera el desarrollo y
    aumentan el rendimiento en masa vegetal. Aplicaciones de
    nitrógeno con fósforo y potasio fueron efectivas
    para incrementar el rendimiento en biomasa y el contenido en
    aceite esencial.

    Saha et al. (1980) señalan que el lemongrass
    plantado sobre un suelo cuyos contenidos en
    P2O5 son de 22,7 kg.ha-1,
    K2O de 17 kg.ha-1y un pH de 5,8; la
    aplicación de 40 kg.ha-1de
    P2O5 y K2O, como fondo durante
    la preparación del suelo y 40 kg.ha-1de
    nitrógeno en forma de Urea a un mes de la
    plantación, es recomendable para garantizar un buen
    desarrollo inicial de la plantación.

    Un estudio más completo fue realizado por Prasad
    y Rao, (1986) sobre un suelo de bajo contenido de materia
    orgánica, deficiente de nitrógeno y deficiente en
    fósforo, amarillo y de reacción ácida, donde
    evaluaron cuatro niveles de nitrógeno: 0, 20, 40 y 60
    kg.ha-1.año-1. El nitrógeno
    fue aplicado en dosis fraccionada durante la época de
    lluvia cada año. Una dosis basal de 40 kg.ha-1
    de P2O5 y 20 kg.ha-1 de
    K2O fue aplicada cada año antes de las lluvias;
    obteniendo como resultado que con el incremento de las dosis de
    nitrógeno se elevó significativamente el
    rendimiento de masa vegetal en todos los años,
    individualmente y en todo el período. Observaron
    además que el rendimiento declinó gradualmente en
    los años en todos los niveles de
    nitrógeno.

    Con relación a los oligoelementos, se conoce que
    aunque las necesidades de hierro de los
    vegetales cultivados son relativamente pequeñas, porque
    las exportaciones sobrepasan pocas veces algunos centenares de
    gramos por hectárea, las deficiencias de hierro en las
    plantas de C.
    citratus reducen significativamente la biomasa y el rendimiento
    en aceite esencial, (Rao et al, 1996), aspecto a considerar en el
    manejo nutricional del cultivo.

    Estudios recientes realizados en Cuba por
    Rafaela Soto et al,(2002) sobre un suelo Ferralítico Rojo
    compactado ligeramente ácido, con contenidos de bajo a muy
    bajos de materia orgánica, alto de potasio y de mediano a
    bajo de fósforo asimilable, donde se estudiaron niveles de
    aplicación de N (0, 50, 100, 150 y 200
    kg.ha-1.año-1 ), de P (0, 25, 50, 75
    y 100 kg.ha-1.año-1 y el efecto de
    la inoculación de diferentes cepas de micorrizas, dieron
    los siguientes resultados:

    El nitrógeno, elemento de extraordinaria
    importancia en las plantas, por ser constituyente de una gran
    variedad de compuestos
    orgánicos y funcionales (Clavel et al.1991; Gil, 1995
    y Taiz y Zieger, 1998), no influyó en la altura de las
    plantas, ni en el ahijamiento ya que no fueron significativas las
    diferencias entre los niveles de N estudiados ni la
    interacción niveles- cosechas.

    Todo parece indicar, que aún cuando en la
    mayoría de las gramíneas la aplicación de N
    favorece el crecimiento expresado a través de su altura
    (Crespo et al, 1986), en esta especie esta variable no es la que
    expresa su comportamiento
    ante la fertilización nitrogenada. En este sentido Bidwell
    (1995) indica que el crecimiento puede medirse como longitud,
    grosor, o área, a menudo se mide en aumento de volumen, masa o
    peso (fresco o seco) y cada uno de ellos, describe algo diferente
    y rara vez hay una relación simple entre ellos en un
    organismo en crecimiento. Esto sucede, apunta, porque el
    crecimiento a menudo ocurre en direcciones diferentes a distintas
    tasas, quizás ni siquiera relacionadas, así una
    relación linear área- volumen no persiste con el
    tiempo.

    Sin embargo, tanto la altura como el número de
    hijos variaron significativamente entre los diferentes momentos
    en que fueron realizadas las cosechas, los mayores valores para
    ambas variables se
    alcanzaron en los meses comprendidos en el período
    lluvioso, caracterizado en Cuba por una mayor irradiación
    y temperatura,
    entre otros, que favorecen el crecimiento de las
    plantas.

    La respuesta de la caña santa a la
    aplicación de niveles crecientes de N expresada a
    través del IAF (Figura
    6) varió con el período de
    aplicación (lluvioso y poco lluvioso). En ambos
    períodos hay un aumento significativo en el IAF hasta el
    nivel de 100 kg.ha-1.año-1 y a
    partir del mismo se estabiliza hasta el máximo nivel de
    aplicación estudiado, todo parece indicar que estos
    niveles de aplicación produjeron concentraciones en el
    suelo que favorecieron su asimilación por las plantas, que
    pudo haber determinado un aumento de los constituyentes
    nitrogenados relacionados con la fotosíntesis y con ello un incremento de
    los fotoasimilados y de la producción de biomasa. Se
    conoce que la función
    metabólica más importante del N en la planta, es su
    carácter de componente estructural en
    proteínas, ácidos
    nucleicos, hormonas
    vegetales, vitaminas y
    muchas enzimas
    (Vázquez y Torres,1991; Taiz y Zieger, 1998).

    El IAF fue significativamente superior en el
    período lluvioso, donde se dan las condiciones que
    favorecen la absorción de los nutrientes.

    Figura 6. Efecto de niveles crecientes de N sobre el
    índice de área foliar.

    Los valores de IAF obtenidos están dentro del
    rango indicado por Clavero (1993) para los pastos tropicales,
    quien destaca que las gramíneas que tienen hojas cercanas
    a la vertical, durante gran parte de su crecimiento, como ocurre
    en la caña santa, desarrollan índices de
    área foliar elevados y alta eficiencia en la
    intercepción de la luz.

    Con relación al rendimiento en masa vegetal , en
    la primera cosecha, fase de fomento (Figura 7),
    no hubo respuesta a la aplicación del N, siendo
    similar a lo que ocurre en el cultivo de la caña de
    azúcar,
    según refieren Villegas (1994) y Filho et al. (1994) y
    puede ser explicado por lo planteado por Alomá et al.
    (1974) quienes manifiestan que las condiciones físicas
    propiciadas por la preparación del suelo y el hecho de que
    la cepa nueva es más vigorosa, provocan una mayor
    capacidad de absorción de los nutrientes del
    suelo.

    Figura 7. Efecto de niveles crecientes de N sobre el
    rendimiento de masa verde en la fase de fomento.
    Arzola et al (1994) no recomiendan la aplicación de N en
    caña de azúcar en la fase de fomento, ya que no hay
    respuesta del cultivo, dada la mineralización del material
    residual producto de la
    preparación del suelo y el desarrollo radical, que en esta
    fase facilita una mayor exploración del suelo.

    En la fase de explotación del cultivo (Figura 8),
    el rendimiento de masa vegetal se incrementó a partir de
    la aplicación de 100
    kg.ha-1.año-1; esta respuesta de la
    planta a la aplicación de N ha sido encontrada en todo el
    trópico y se atribuye al bajo status de N en el suelo y a
    la gran avidez de las gramíneas por este elemento. (Clavel
    et al 1991, Rocha et al, 2000), componente estructural en
    proteínas, ácidos nucleicos, hormonas y otros, que
    participa en la mayoría de los procesos
    bioquímicos y fisiológicos del organismo
    vegetal.

    Figura 8. Efecto del N sobre el rendimiento de masa
    verde por superficie en la fase de explotación.
    La eficiencia de utilización del N por las plantas (EUN),
    alcanzó los mayores valores para los tres años
    evaluados en el nivel de aplicación de 100
    kg.ha-1.año-1 y disminuyeron con el
    incremento de los niveles de N (Tabla 3). En otras
    gramíneas como en el caso del género
    Cynodon la mejor eficiencia de utilización es obtenida con
    el uso de 100 a 200 kg.ha-1.año-1.
    (Rocha, 2000).

    Tabla 3. Eficiencia de la utilización de N.
    (E.U.N.)

    Tratamientos

    Año I

    Año II

    Año III

    Período poco
    lluvioso

    Período
    lluvioso

    N50

    -0,015

    -0,05

    -0,002

    -0,047

    0,052

    N100

    0,05

    0,18

    0,095

    0,13

    0,18

    N150

    0,005

    0,114

    0,064

    0,075

    0,10

    N200

    0,0009

    0,07

    0,023

    0,028

    0,10

    La EUN cambió en los diferentes años,
    alcanzándose los mayores valores para todos los niveles
    evaluados en el segundo año, lo que pudo estar relacionado
    con las condiciones del tiempo de ese año (1993) que se
    caracterizó por una pluviométrica y temperatura
    superior a la de los restantes años.

    La UEN y el IAF, fueron superiores para todos los
    niveles en el período lluvioso, lo que indica que las
    condiciones ambientales de éste favorecieron la
    absorción del N.

    Los mayores rendimientos se alcanzaron en el segundo
    año de vida de la plantación, lo que al parecer
    estuvo relacionado con las condiciones del tiempo de ese
    año y declinó en el tercero, lo que coincide con
    los resultados de las investigaciones
    realizadas por Prassad y Rao (1986) en esta especie, los que
    indicaron que el rendimiento disminuyó gradualmente en
    todos los niveles de N estudiados.

    Con independencia
    del riego aplicado durante la ejecución del experimento,
    el rendimiento fue significativamente mayor en el período
    lluvioso, en correspondencia con los resultados obtenidos de EUN
    y los IAF, lo que puede atribuirse al aumento de las tasas
    fotosintéticas por el incremento de los recursos
    ambientales (agua,
    temperatura, luminosidad y otros) que propiciaron un uso
    más eficiente de los nutrientes.( Clavel et al.
    1991).

    Los fertilizantes no sólo influyen en los
    rendimientos de masa vegetal, sino que pueden provocar
    variaciones considerables en su composición química. Crespo et al
    (1986), señalan que el fertilizante nitrogenado es el que
    mayor efecto produce. A continuación se ofrecen los
    resultados en este sentido en la caña santa.

    El contenido de N en las plantas respondió a los
    niveles de este nutriente en dependencia del momento en que fue
    aplicado (Tabla 4). En el primer momento que correspondió
    a las cosechas realizadas en el período poco lluvioso, el
    contenido se incrementó significativamente a partir de la
    aplicación de 100
    kg.ha-1año-1 mientras que el segundo
    momento, correspondiente a las cosechas realizadas en el
    período lluvioso, el contenido se incrementó
    significativamente a partir de 150
    kg.ha-1año-1, lo que parece indicar
    que bajo estas condiciones del tiempo, el contenido de N en las
    plantas se incrementa a partir de un nivel de
    concentración más alto. Gil, (1995), señala
    que el aumento de un determinado elemento en el medio puede
    causar o no efectos sobre su contenido en la planta, según
    el estado del
    vegetal. Las medias de los momentos indican que el incremento del
    nivel de aplicación de N, aumenta su contenido en la
    planta.

    Tabla 4.Efecto de niveles crecientes de N sobre el
    contenido foliar de N, P y K.

    Tratamiento

    N%

    P%

    K%

    Momentos

    Momentos

    Momentos

    1

    2

    X

    1

    2

    X

    1

    2

    X

    N0

    0,63 c

    1,41 b

    1,02 c

    0,20

    0,19

    0,19

    1,80

    1,82

    1,80 ab

    N50

    0,70 c

    1,43 b

    1,06 c

    0,17

    0,19

    0,18

    1,60

    1,57

    1,59 b

    N100

    1,18 b

    1,63ab

    1,401 b

    0,18

    0,15

    0,16

    1,86

    1,93

    1,90 a

    N150

    1,62 ab

    1,86 a

    1,74 a

    0,23

    0,17

    0,20

    1,82

    1,93

    1,87 a

    N200

    1,40 b

    1,76 a

    1,58 ab

    0,23

    0,20

    0,22

    1,73

    2,18

    1,96 a

    X

    1,10 b

    1,62 a

    0,20

    0,18

    0,19

    1,76

    1,88

    E.S.X Niveles

    0,061

    0,014

    0,070

    E.S.X Momentos

    0,039

    0,009

    0,044

    E.S.X N x M

    0,087

    0,02

    0,099

    C.V. %

    12,85

    22,14

    10,96

    (Letras diferentes, difieren significativamente,
    según Duncan p< 0,05

    1- Período poco lluvioso 2- Período
    lluvioso
    Paretas (1983) y Rocha et al (2000) apuntan que el incremento de
    los niveles de N, en los pastos aumenta su contenido y que es
    evidente que una importante vía para elevar la
    producción de proteínas en los mismos, es mediante
    la aplicación de fertilizantes nitrogenados, aspecto a
    tener en cuenta para la caña santa, ya que una vez
    sometida su masa vegetal al proceso de
    destilación, mediante el cual se extrae su
    aceite esencial, dicha masa puede ser empleada como alimento del
    ganado vacuno, como señalan Nair (1982) y Rosete y Soto
    (1987).

    Los contenidos de fósforo en la planta no se
    incrementaron significativamente con la aplicación del N
    en ninguno de los momentos, aunque en el período poco
    lluvioso, se manifiesta como tendencia un incremento de su
    contenido en los niveles de 100, 150 y 200
    kg.ha-1.año-1, respuesta que no es
    similar a lo que ocurre en los pastos en Cuba, ya que en estos el
    contenido de P, disminuye a medida que aumenta la dosis de
    fertilización nitrogenada. (Paretas,1976; Crespo et al,
    1986).

    Para los contenidos de K en las plantas, los resultados
    no permiten inferir un efecto marcado de los niveles creciente de
    N sobre el contenido de K, no obstante, se manifiesta como
    tendencia un incremento del contenido de éste cuando se
    elevaron los niveles de aplicación del N. En este sentido,
    los resultados en los pastos han sido variables. En Cuba se ha
    determinado una disminución del porcentaje de K en las
    gramíneas al elevar la dosis de fertilización
    nitrogenada en suelos
    Ferralíticos Rojos. ( Crespo et al, 1986).

    Los valores de los contenidos de N, P y K en la
    caña santa en las cosechas realizadas son similares a los
    reportados para las gramíneas en Cuba y se corresponden
    con los niveles tisulares requeridos por las plantas,
    según señala Epnstein (1994) citado por Torres
    (2001), quien indica valores de 1,5% para el N, 0,2% para el
    fósforo y un 1,0% para el K. Los contenidos de N
    alcanzados en el período lluvioso en los niveles de 100,
    150 y 200 kg.ha-1.año-1,
    están dentro de los límites
    establecidos para un contenido óptimo (1,5%) en los pastos
    de Cuba. (Paretas, 1983), y como promedio general están
    por encima de los indicados por Yañez (1986) para esta
    especie (0,96 %), para las condiciones de Tabasco,
    Méjico.

    Los contenidos de P, están comprendidos en el
    rango de 0,10 a 0,55 para los pastos en Cuba, y son muy similares
    a los reportados por Yañes (1986); los de K,
    también son semejantes a los determinados para las
    gramíneas en Cuba, los cuales pueden variar desde 0,5
    hasta 2,8%.(Paretas et al,1983).

    Los resultados de las extracciones que hacen las plantas
    de N, P y K, (Tabla 5) indican que el elemento que mayor magnitud
    extrae la caña santa del suelo en las condiciones en que
    se realizó el experimento, es el K, seguido del N y el que
    menos extrae es el fósforo. En este sentido Bidwell
    (1995), señala: "El K es requerido en grandes cantidades
    por las plantas, desconociéndose la naturaleza exacta
    de esta demanda".
    Estudios recientes indican, como señala Torres (2001) que
    el K participa en la extensión celular y en los procesos
    dependientes del turgor celular, influye en la actividad de
    muchas enzimas, es requerido para la síntesis
    proteica; juega roles importantes en el fenómeno de la
    osmorregulación, en el funcionamiento de los estomas, en
    los movimientos de las plantas en el transporte de
    solutos por el floema y en el balance
    catiónico-aniónico.

    En otras gramíneas como Cynodon nlemfuensis,en
    suelos similares, las mayores extracciones son de N seguidos de
    las de K. (Crespo et al.,2000).

    Para los tres nutrientes, las mayores extracciones
    fueron en las cosechas realizadas en el período lluvioso,
    donde se incrementaron significativamente los rendimientos en
    masa vegetal y los contenidos, principalmente de N.

    Tabla 5. Extracciones de N, P y K (kg.ha-1) a
    diferentes niveles de N

    Momento

    N0

    N50

    N100

    N150

    N200

    Media

    Porcentaje de Diferencia Relativa
    (D.R)

    N

    1

    15,10

    16,80

    41,40

    57,30

    47,30

    35,60

    0,00

    2

    60,00

    56,00

    72,10

    90,60

    83,80

    72,50

    +103,65

    Media

    37,35

    36,40

    56,75

    73,95

    65,55

    54,05

    % D.R.

    0,00

    -6,66

    +20,17

    +51,00

    +39,66

    P

    1

    4,8

    4,08

    7,05

    8,14

    7,74

    6,3

    0,00

    2

    7,00

    7,50

    7,40

    8,30

    9,5

    7,94

    +26,03

    Media

    5,90

    5,79

    7,23

    8,22

    8,62

    7,12

    % D.R.

    0,00

    -1,86

    +22,50

    +39,30

    +46,10

    K

    1

    43,20

    38,40

    65,30

    64,30

    58,50

    53,94

    0,00

    2

    67,00

    62,30

    96,00

    94,00

    103,80

    84,62

    +56,80

    Media

    55,10

    50,35

    80,65

    79,15

    81,15

    69,28

    % D.R.

    0,00

    -8,62

    +46,37

    +43,64

    +47,2

    El contenido de aceite esencial en la masa vegetal
    (Tabla 6) no varió de forma significativa por efecto de
    los tratamientos, en ninguno de los dos períodos del
    año. Sin embargo Central Institute of Medicinal and
    Aromatic Plants Lucknow (1985), indica que el contenido en aceite
    esencial es óptimo, cuando se aplican 75
    kg.ha-1 al año y que dosis mayores no influyen
    sobre el mismo.

    Sin embargo, el rendimiento por superficie de aceite
    esencial fué favorecido por la aplicación de N al
    incrementar el rendimiento de masa vegetal y mantenerse
    contenidos similares de éste en todos los tratamientos. El
    mayor rendimiento se alcanzó en ambos períodos con
    la aplicación de 100
    kg.ha-1.año-1 La calidad del aceite
    esencial no fué influenciada por los niveles de N
    aplicados, Pareek y Gupta (1985) indican que en esta especie, la
    síntesis de citral en el aceite esencial es más
    influenciada por el contenido de humedad del suelo, que por la
    fertilidad del mismo.

    Tabla 6. Efecto de los niveles crecientes de N sobre el
    contenido, rendimiento y calidad del

    aceite esencial.

    Tratamientos

    Contenido (%)

    Rendimiento (kg.ha-1)

    Citral (%)

    Período lluvioso

    Período poco lluvioso

    X

    Período lluvioso

    Período poco lluvioso

    N0

    0,63

    0,64

    0,63

    187,9

    177,8

    74,9

    N50

    0,56

    0,63

    0,59

    203,2

    189,2

    76,3

    N100

    0,69

    0,68

    0,68

    281,7

    248,2

    75,3

    N150

    0,64

    0,67

    0,65

    254,4

    234,3

    75,5

    N200

    0,62

    0,67

    0,64

    246,4

    215,7

    73,8

    X

    0,62

    0,65

    234,5

    213,0

    E.S.X Niveles.

    0,041

    1,037

    E.S.X Períodos

    0,026

    E.S.X (N x P)

    0,059

    C.V. %

    18,62

    2,76

    En sentido general, los resultados obtenidos muestran
    que la fertilización nitrogenada no influye sobre la
    altura y el ahijamiento de la caña santa, pero si favorece
    a partir de la aplicación de 100
    kg.ha-1.año-1, el IAF y los
    rendimientos de masa verde por superficie en la fase de
    explotación del cultivo. La mayor eficiencia de
    utilización del N se obtiene con el empleo de 100
    kg.ha-1.año-1. La aplicación
    de N favorece su contenido en la planta, así como el de K
    pero no influye sobre el de P. Para todos los niveles de N
    estudiados, los mayores rendimientos de masa verde se obtienen en
    el período lluvioso. El contenido y calidad del aceite
    esencial no son afectados por los niveles de N estudiados, pero
    si incrementa su rendimiento por superficie.

    El fósforo, al igual que el nitrógeno,
    juega un importante papel en las
    plantas, se halla en los ácidos nucleicos,
    fosfolípidos y glucolípidos, en los fosfatos de las
    bases púricas, pirimidínicas y de los
    monosacáridos (transporte energético) y en la
    síntesis de polisacáridos, tanto estructurales como
    de reserva. Su deficiencia afecta el metabolismo
    vegetal y el crecimiento. (Bidwell, 1995; Gil, 1995; Taiz y
    Zieger, 1998).

    En la caña santa, los niveles crecientes de P
    evaluados no influyeron en las alturas de las plantas , en el
    rendimiento de masa vegetal por superficie, en su contenido en
    las hojas (Tabla 7), ni en su extracción por las
    plantas.

    Tabla 7. Contenido de P foliar y extracción del
    mismo por las plantas.

    Tratamientos

    Concentración
    (%)

    Extracción

    (kg ha-1)

    P0

    0.187

    13.25

    P25

    0.182

    13.92

    P50

    0.18

    13.3

    P75

    0.182

    13.3

    P100

    0.2

    12.69

    E.S.x

    0.02 N.S

    0.74 N.S

    C.V. (%)

    14.5

    11.22

    No se obtuvieron diferencias significativas entre los
    tratamientos para ninguna de estas variables; lo que indica que
    no hay respuesta a la aplicación de P, lo que pudo estar
    determinado por el valor del pH
    del suelo en agua, comprendido en el rango (6,5-7,5) donde
    manifiesta su disponibilidad óptima. (Gil, 1995);
    así como su contenido en P asimilable, que está por
    encima de los 3,5 mg por 100 g. de suelo, límite por
    debajo del cual, Crespo (1979), plantea que se debe esperar
    respuesta a la aplicación de P en los pastos. En este
    sentido, Fixen (1997) señala que son varios los factores
    que influyen en la respuesta de las plantas a la
    aplicación de los fertilizantes fosfóricos, entre
    ellos destaca su contenido en el suelo, su contacto con las
    raíces de las plantas y su concentración en la
    solución del suelo. En otras condiciones, como sucede en
    los suelos latosólicos en Brasil el P es el
    nutriente que más limita el crecimiento de las
    gramíneas. (Moreira et al, 1997 y Morikawa et al,
    1998).

    Paretas (1983), señalan que los estudios llevados
    a cabo en suelos Ferralíticos Rojos, han mostrado poca
    respuesta de los pastos a los fertilizantes fosfóricos,
    por otra parte Villegas (1994), refiere que cuando en la
    caña de azúcar hay respuesta a las aplicaciones de
    P, lo más altos rendimientos se obtienen con niveles no
    mayores de los 50 kg.ha –1.

    La caña santa hizo una extracción similar
    de P en todos los niveles de P estudiados, al no haber respuesta
    del cultivo en cuanto al rendimiento en masa vegetal y mantenerse
    contenidos análogos de concentración de P en las
    hojas. Los valores
    obtenidos para esta variable en la cosecha evaluada, son
    semejantes a los encontrados en Cuba, en los pastizales en suelos
    Ferralíticos sin fertilizar que oscilan entre 13 y 20
    kg.ha -1 al año. (Crespo, 1977 y Paretas, 1976
    citados por Crespo et al., 1986, pero si se asume que estos
    valores para la extracción se mantienen al mismo nivel en
    todas las cosechas que se realizan en el año, la
    extracción alcanzaría valores del orden de 53
    kg.ha-1.año-1 comparables a los
    valores de extracción que hacen algunas especies de pasto,
    como C. nlemfuensis según indican Crespo et al. (2000),
    aspecto a tener en cuenta en el manejo de este nutriente en la
    caña santa, en consideración con la exportación que hace el cultivo del P y la
    necesidad de mantener los niveles de fertilidad del suelo, lo que
    haría recomendable hacer aplicaciones de 50 kg.ha
    –1.año-1, con vistas a
    restituir las pérdidas por este concepto.

    El rendimiento de aceite esencial por superficie (Tabla
    8) tampoco se vió afectado por la aplicación de
    niveles crecientes de P, al no producirse variaciones para el
    rendimiento en masa vegetal y mantenerse contenidos similares de
    aceite esencial en las hojas . De igual modo tampoco se
    afectó la calidad del aceite esencial; los contenidos de
    citral no variaron entre los tratamientos y alcanzaron valores
    comprendidos a los establecidos para un aceite de buena calidad,
    según la Norma Cubana 3522 (1981).

    Tabla 8. Efecto de la fertilización
    fosfórica sobre el contenido de aceite esencial

    y de citral.

    Tratamientos

    Contenido en aceite esencial (%)

    Rendimiento (kg.ha-1)

    Contenido en citral (%)

    P0

    0,526

    169,2

    73,3

    P25

    0,528

    173,9

    75,2

    P50

    0,523

    175,0

    71,3

    P75

    0,521

    174,3

    70,3

    P100

    0,523

    178,9

    74,2

    E.S.X

    0,02

    2,02

    C.V. (%)

    7,69

    5,54

    Los resultados indican que bajo condiciones de riego y
    en un suelo Ferralítico Rojo compactado con contenidos de
    fósforo de 37,48 mg por 100 g de suelo, niveles crecientes
    de P2O5 no influyen sobre la altura de las
    plantas, el rendimiento por superficie de masa verde y de aceite
    esencial, ni en la calidad del mismo.

    "El uso de los microorganismos del suelo es cada
    día una de las alternativas nutricionales que más
    fuerza cobra
    dentro del contexto agrícola mundial, jugando un papel
    importante en los modelos de
    agricultura
    sostenible, donde su uso es imprescindible", (Altieri, 1997).
    Entre estos microorganismos se encuentran los hongos
    micorrizógenos, formadores de la simbiosis con las
    raíces de determinadas especies vegetales. (Ferrer,
    1989).

    Un estudio del efecto de diferentes cepas de micorrizas
    comparadas con un testigo absoluto y testigos con aplicaciones de
    mfertilizantes químicos arrojó como aprecia en la
    tabla 9 que los rendimientos en masa seca, en la fase de
    establecimiento manifiestan un comportamiento inestable en los
    tratamientos inoculados con micorrizas, incluso en los controles
    de fertilización, que no difieren apreciablemente del
    testigo absoluto, resultado similar al obtenido en el experimento
    donde se estudió el efecto de niveles crecientes de N a
    nivel de campo.

    En el resto de las cosechas realizadas y para el
    acumulado los mayores rendimientos en masa seca por planta se
    obtuvieron en los tratamientos donde se aplicó N a 50
    kg.ha-1 por corte, los que se diferenciaron de los
    tratamientos inoculados y del testigo absoluto, siendo superiores
    donde se incluyó el potasio, donde se alcanzan los mayores
    porcentajes de incremento con relación al testigo
    absoluto. Dentro de los tratamientos controles, PK,
    alcanzó los menores rendimientos; ello evidencia la
    exigencia de las gramíneas a la aplicación del N
    después de cada corte.

    Por otra parte se manifiesta también que la
    interacción del K con el N es notable, sobre todo con
    aplicaciones sucesivas de este último como ocurre en los
    pastos en Cuba, lo que ha sido señalado por Crespo et al.
    (1986) y por Martha Hernández y Cárdenas
    (1994).

    La inoculación con micorrizas no provocó
    un aumento significativo en los rendimientos con respecto al
    testigo absoluto, sin embargo, se registran incrementos del
    rendimiento acumulado de masa vegetal seca en más de un
    3,7% y hasta un 9,9% en los tratamientos donde se emplearon las
    cepas G. moseae Guira 8,G. fasciculatum –1 y G. amarillo
    Topes- 7, lo que indica la factibilidad de
    inocular los mismos para mejorar esta variable.

    Tabla 9.Influencia en los rendimientos de masa seca (kg.
    planta-1) de la inoculación con MVA en
    Caña Santa.

    Tratamientos

    Cosecha de fomento

    Primera cosecha

    Segunda cosecha

    Tercera cosecha

    Acumulado de tres cosechas

    % de incre –mento

    G.fasciculatum-1

    1,75 bcd

    2,02 d

    1,21 d

    1,01 c

    4,24 e

    8,99

    G.manihoti-2

    2,59 ab

    1,53 d

    1,06 d

    0,98 c

    3,57 e

    G.agregatum-4

    1,97 abcd

    1,71 d

    1,05 d

    1,04 c

    3,80 e

    G.Pelú Topes-5

    2,22 abccd

    1,51 d

    1,09 d

    1,14 c

    3,74 e

    G.amarillo Topes-7

    1,47 cd

    1,61 d

    1,50 d

    0,99 c

    4,10 e

    5,30

    G.moseae Guira-8

    1,19 d

    2,03 cd

    1,36 d

    0,88 c

    4,27 e

    9,70

    G.mosaea UK-12

    2,14 abccd

    1,62 d

    1,28 d

    1,01 c

    3,91 e

    0,5

    G.moseae UK-13

    1,57 cd

    1,33 d

    1,16 d

    0,88 c

    3,37 e

    G.mosaea-14

    2,02 abcd

    1,71 d

    1,13 d

    1,12 c

    3,96 e

    1,7

    Control NPK

    1,61 bcd

    3,90 b

    5,0 b

    4,46 a

    13,36 b

    243,3

    Control PK

    2,30 abc

    2,43 cd

    3,31 c

    0,88 c

    6,62 d

    70,1

    Control NK

    2,87 a

    5,01 a

    7,03 a

    4,79 a

    16,84 a

    332,9

    Control NP

    2,44 abc

    2,92 bc

    4,93 b

    3,38 b

    11,24 c

    188,9

    Testigo absoluto

    2,20 abc

    1,78 d

    1,22 d

    0,89 c

    3,89 e

    E:S. X

    0,228 **

    0,252**

    0,1572**

    0,200**

    0,399**

    C.V (%)

    19,00

    8,58

    3,22

    7,10

    7,70

    Pattaro et al. (2000) en Puerto Rico,
    compararon plantas de C.citratus inoculadas con hongos
    micorrízicos arbusculares con plantas no inoculadas y
    obtuvieron como resultado un incremento en la producción
    de masa vegetal seca por planta de un 33,57%, resultado que,
    citan estos autores, fueron semejantes a los obtenidos por Gupta
    et al (1990) cuando inocularon C.martini con Glomus sp., en las
    condiciones de la India.

    Kothari y Singh(1996) estudiando el comportamiento de la
    citronela de Java
    (C.winterianus Jowitt) a la aplicación de la micorrizas
    G.intrarodices, a la compactación del suelo y al
    suministro de P, obtuvieron como resultado que estos hongos
    incrementaron sustancialmente la biomasa, longitud y contenido de
    nutrientes en las raíces, así como su
    concentración en la planta cuando el suelo tenía
    baja densidad y no
    había recibido aplicaciones de P.

    En Cuba, Ojeda et al.(1993) alcanzaron, con
    inoculación de micorrizas en Guinea likonii un incremento
    en los rendimientos acumulados de tres cortes de hasta un 5% con
    las cepas G.sp-6 y G amarillo Topes –7. Para el King Grass
    estos mismos autores encontraron diferencias significativas con
    relación al testigo absoluto al inocular las cepas
    G.amarillo Topes –7, con un aumento de los rendimientos de
    masa seca de un 24,4%.

    En los cultivos de arroz, maíz y
    sorgo la inoculación con la cepa G. fasciculatum
    incrementó significativamente los rendimientos hasta un
    30% con relación al testigo sin inocular.
    (Fernández et al,.1999; Marlen Hernández y Cueva,
    1999)

    La tabla 10 que aparece a continuación muestra los
    parámetros biológicos, porcentaje de
    infección (colonización), densidad visual
    (contenido fúngico comprendido en un peso determinado de
    raicillas micorrízicas) y la razón de dependencia
    micorrízica (beneficio obtenido de la simbiosis), lo que
    según Azcón y Ocampo (1981); citados por Ferrer
    (1989), depende de muchos factores, tales como: las relaciones
    especies- vegetal –hongo, la temperatura, la humedad , la
    fertilidad del suelo y otros factores.

    Los tratamientos que manifestaron determinada
    dependencia coinciden con los que alcanzaron mejores
    rendimientos; Ojeda et al.,(1993) encontraron en gramíneas
    forrajeras una dependencia de 2 a 30%, mientras que en
    leguminosas hasta un 177%. Esto demuestra lo complejo de la
    asociación micorrízica en el efecto de incrementar
    la dependencia.

    Tabla 10. Dependencia micorrízica,
    colonización y densidad visual de infección de la
    Caña Santa inoculada con MVA.

    Tratamientos

    Dependencia micorrízica (%)

    Colonización (%)

    Densidad visual (%)

    G.fasciculatum-1

    8,32

    60,0 a

    3,16

    G.manihoti-2

    40,0 cde

    1,74

    G.agregatum-4

    42,0 cde

    2,34

    G.Pelú Topes-5

    45.6 bcd

    1,56

    G.amarillo Topes-7

    5,21

    58.6 ab

    2,26

    G.moseae Guira-8

    9,06

    52.0 abc

    2,12

    G.mosaea UK-12

    0,6

    42.0 cde

    1,36

    G.moseae UK-13

    37.0 def

    1,45

    G.mosaea-14

    47.6 abcd

    1,80

    Control NPK

    28.0 efg

    1,35

    Control PK

    22.0 g

    1,43

    Control NK

    23.6 fg

    1,89

    Control NP

    28.3 efg

    1,48

    Testigo absoluto

    22.6 g

    1,32

    E.S.x

    3.18

    0,369

    La caña santa alcanza una colonización
    estable en todos los tratamientos inoculados del orden de 37 a
    60%, esto se corresponde con los mayores valores del rendimiento.
    Pattaro et al (2000) en esta especie señalan un valor para
    esta variable de un 62% identificando a los hongos
    simbióticos de los géneros Glomus y Acaulospora.
    Por otra parte,Barthakur y Bordoloi (1990) en un estudio
    realizado sobre la ocurrencia de micorrizas en diferentes
    especies de Cymbopogon en el nordeste de la India, determinaron
    que C.citratus mostró la mayor colonización con un
    valor de 82,2%.

    La densidad visual obtenida es baja lo que coincide con
    los resultados expuestos por Ojeda et al (1993) en
    gramíneas en suelos Pardos de la provincia de
    Cienfuegos.

    Los tratamientos con fertilización mineral,
    así como el testigo absoluto, registraron valores de
    infección que, aunque bajos, demuestran la capacidad de
    las micorrizas nativas de asociarse, de lo que se infiere la
    necesidad de evaluar las poblaciones nativas.

    Los resultados indican que la mayor producción de
    masa seca por planta se obtiene cuando se aplica N y K,
    así como que la inoculación con las cepas G.moseae
    Guira 8, G.fasciculatum-1y G.amarillo Topes-7 incrementan el
    rendimiento de masa seca en más de un 3,7 y hasta un
    9,9%.

     

     

    Autor:

    Dra. Rafaela Soto Ortiz, Ing. Agrónoma,
    MSc.

    Subdirectora. CETAS / Universidad de
    Cienfuegos 
    Cuatro Caminos, Carretera a Rodas, km 4ç
    CP 59430, Cienfuegos, Cuba

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