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Utilización de machos enteros o castrados en producción de cerdos




Enviado por calvaradogilis



    1. Revisión
      bibliográfica
    2. Conclusión
    3. Literatura
      citada

    1 INTRODUCCION

    En Chile la
    producción de carne toma cada vez mayor
    importancia, es así como según cifras entregadas
    por ODEPA (2001 b), la producción a aumentado un 46% en
    los últimos 5 años (1996 a 2000), llegando a cifras
    de 261.000 toneladas en el año 2000 y este crecimiento se
    ha mantenido ininterrumpidamente en los últimos 15
    años. No obstante el precio pagado
    a productores ha disminuido en los últimos años
    ODEPA (2001 a), lo que se traduce en un menor margen de ganancia
    para los productores de cerdo.

    Por estas razones los productores deben hacer esfuerzos
    para optimizar los recursos con los
    que cuenta, ya que cualquier mejora en la eficiencia de uso
    de ellos se traducirá en mayores retornos, y la
    utilización de machos enteros para producción de
    carne apunta en esta dirección.

    Es por ello que el presente informe tiene
    como objetivo
    revisar la literatura existente con
    respecto al uso de machos enteros en producción de cerdos,
    analizando sus ventajas y desventajas.

    2 REVISION
    BIBLIOGRAFICA

    2.1 Antecedentes
    generales

    Según lo señalado por CIRIA y GARCES
    (1996) se pueden presentar tres tipos de animales en lo
    relativo al sexo, estos
    son: machos enteros, machos castrados y hembras, presentando
    diferencias importantes entre ellos, esto es en cuanto a consumo de
    alimento, velocidad de
    crecimiento, depósito de grasa y eficiencia de
    conversión de alimentos, entre
    otros. Estas características implican ventajas y
    desventajas al usar machos enteros las cuales serán
    analizadas más adelante.

    La castración se realiza principalmente para una
    facilidad del manejo de los animales y para
    permitir la crianza de sexos mezclados (CAMACHO, 1990). Con el
    fin de minimizar el estrés
    esta debe realizarce antes de las 2 semanas de vida
    principalmente por fácil manejo y fácil cicatrizado
    de la herida (MUÑOZ, 1983). Para efectuar la
    castración se realiza una incisión en cada escroto
    lo suficientemente larga para permitir un buen drenaje y realizar
    desinfección de la heridas (POND y HOUPT,
    1981).

    El uso de machos enteros para la producción de
    carne varia bastante entre países. Así, por
    ejemplo, en Gran Bretaña, Irlanda y España los
    machos enteros representan más del 90% de los machos
    sacrificados y en otros países no son más del 1%
    (DIESTRE, 1996).

    2.2 Producción de carne
    de cerdo con machos enteros o castrados

    En la producción de carne de cerdo existe una
    serie de parámetros que determinan la eficiencia de la
    engorda. Entre ellos se pueden mencionar: ganancia diaria de
    peso, consumo de
    alimento, velocidad de
    crecimiento, depósito de grasa, eficiencia de
    conversión, calidad de canal,
    etc., obteniéndose diferentes respuestas en ellos al
    utilizar machos enteros o castrados (CIRIA y GARCES,
    1996).

    2.2.1 Ganancia diaria de
    peso
    . DIAZ et al. (1990) en un ensayo en
    que se evaluaron 144 cerdos (Hipor ´ Landrace ´ Large White), de 32 kg promedio al
    inicio y con una alimentación a base
    de maíz,
    harina de pescado, harinilla de trigo, ac. grasos y aditivos, no
    encontraron diferencias significativas entre machos enteros y
    castrados en relación a la ganancia diaria de peso, pero
    ambos fueron entre 4 y 5% superiores al grupo de
    hembras (Cuadro 1).

    Sin embargo esto difiere a lo señalado por
    CAMPBELL y KING (1982), quienes encontraron una respuesta
    superior de los machos enteros sobre los castrados (730 contra
    687 g/día). Similar situación fue señalada
    por WODD y RILEY (1982).

    CUADRO 1. Ganancia diaria de peso
    (kg/día), obtenidas con distintos tipos de cerdos y
    diferentes fuentes.

    FUENTE

    Tratamientos

    Machos Enteros

    Machos castrados

    Hembras

    CAMPBELL y KING (1982)

    0,730 b

    0,687 a

    WODD y RILEY (1982)*

    0,920 b

    0,601 a

    WODD y RILEY (1982)**

    0,748 b

    0,439 a

    DIAZ et al. (1990)

    0,743 b

    0,751 b

    0,712 a

    * Nivel de alimentación
    alto.

    ** Nivel de alimentación bajo.

    Letras distintas horizontalmente indican diferencia
    significativa, P≤ 0,05.

    2.2.2 Consumo de
    alimento
    .
    El Cuadro 2 muestra los
    resultados obtenidos por DIAZ et al. (1990). En el se puede
    apreciar una influencia significativa de los diferentes grupos de cerdos.
    Se observa que los machos enteros consumieron un 13,6% menos que
    los castrados, fenómeno que el autor atribuye al mayor
    apetito de los machos castrados. Este menor consumo
    también lo es con respecto a las hembras, las cuales
    consumieron un 6,7% más que los machos enteros.

    Estos datos son
    coincidentes con los obtenidos por WODD y RILEY (1982), quienes
    con cerdos de igual peso inicial, edad inicio y peso de
    sacrificio, los machos enteros consumieron menos alimento, 145 kg
    contra 191 kg con niveles altos de alimentación diaria, y
    151 kg contra 193 kg con niveles bajos de alimentación
    diaria (kg totales por cerdo consumidos durante el
    estudio).

    CUADRO 2. Consumo de alimento de los cerdos
    según tratamiento, etapas y periodo total
    (kg/día).

    Tratamientos

    Etapas

    Control

    Machos

    Enteros

    Machos castrados

    Hembras

    Recría

    2,18 b

    2,10 b

    2,43 a

    2,29 ab

    Crecimiento

    2,48 y

    2,38 y

    2,72 x

    2,49 y

    Engorda

    2,70 b

    2,59 b

    3,05 a

    2,74 b

    Total

    2,46 yz

    2,36 z

    2,73 x

    2,53 y

    Letras distintas horizontalmente indican diferencia
    significativa.

    a,b: P≤ 0,05; x,y y z: P≤ 0,01.

    FUENTE: DIAZ et al. (1990).

    2.2.3 Eficiencia de
    conversión
    .
    En general se puede decir que la
    eficiencia de conversión es mejor en los machos enteros
    que en las hembras y estas a su vez son más eficientes que
    los machos castrados (CIRIA y GARCES, 1996; BONNEAU Y SQUIRES,
    2000).

    CUADRO 3. Eficiencia de conversión de
    alimento (kg de alimento/kg de peso ganado) de diferentes
    grupos de
    cerdos y diferentes fuentes.

    Eficiencia de conversión
    alimenticia

    (kg de alimento/kg de peso
    ganado)

    FUENTE

    Machos enteros

    Machos castrados

    Hembras

    CAMPBELL y KING (1982)

    2,66

    3,00

    WODD y RILEY (1982)*

    2,44

    3,03

    WODD y RILEY (1982)**

    2,46

    3,25

    DIAZ et al. (1990)

    3,17

    3,64

    3,60

    * Nivel de alimentación alto.

    ** Nivel de alimentación bajo

    En el cuadro 3 se muestra la
    eficiencia de conversión de cerdos según diferentes
    fuentes. Todos
    coinciden en la mayor eficiencia de machos enteros. DIAZ et al.
    (1990) obtuvieron diferencias de un 14% entre los machos enteros
    y los castrados. Al comparar los machos enteros con las hembras
    las diferencias también son significativas y su valor llega
    12% superior para los machos enteros.

    CAMPBELL y KING (1982) alcanzaron mejores eficiencias de
    conversión y la diferencia entre machos enteros y
    castrados fue de un 11% (superior para los primeros). Similar
    situación señalan WODD y RILEY (1982) (Cuadro
    3).

    Esta mayor eficiencia de los machos enteros se
    explicaría por la acción que ejercen los esteroides
    testiculares (DIAZ et al., 1996). Los mismos autores citando a
    Booth (1982), señalan que los testículos
    del cerdo son prolíficos productores de estrógenos
    y andrógenos, los que actuarían en forma
    sinérgica.

    Los andrógenos estimulan el apetito y favorecen
    la retención de N a nivel de ciertos grupos musculares.
    Por otro lado los estrógenos aumentan la ganancia de peso
    y mejoran los índices de conversión, entre otras
    acciones
    (CONCELLON, 1991).

    2.2.4 Rendimiento de la
    canal
    . DIAZ et al. (1990) señalan que los machos
    castrados mostraron un rendimiento de la canal significativamente
    superior a los machos enteros (P≤ 0,0001), los valores
    alcanzados son de 81,48% para machos enteros y 82,87%. Similares
    resultados encontraron ELLIS et al. (1983), donde el rendimiento
    de machos castrados fue superior a los machos enteros tanto en
    canal fría como caliente.

    Por otro lado WODD y RILEY (1982) encontraron similar
    respuesta en los cerdos al utilizar altos niveles de
    alimentación (76,5% para machos enteros y 78,1 para
    castrados). Los mismos autores al utilizar bajos niveles de
    alimentación no encontraron diferencias significativas
    entre ambos grupos.

    2.2.5 Espesor de grasa
    dorsal
    . En general se puede decir que el depósito
    de grasa en machos enteros es menor que en machos castrados y en
    ambos grupos aumenta con mayores pesos de sacrificio (Figura 1)
    (CIRIA y GARCES, 1996). En este sentido DIAZ et al. (1990),
    obtuvieron diferencias significativas (P≤ 0,0001) entre machos
    enteros y castrados al medir la grasa dorsal, 2,45 cm para los
    primeros y 3,27 para los segundos. Este menor engrasamiento ha
    sido registrado por numerosos estudios (WODD y RILEY, 1982; WODD
    y ENSER, 1982; ELLIS et al., 1983; CAMPBELL y KING,
    1982).

    FUENTE: English et al. (1988) citado por CIRIA y GARCES
    (1996).

    Figura 1: Evolución de los componentes de la
    canal según el sexo de los
    animales. M: Macho entero; H: Hembra; MC: Macho
    castrado.

    Esta respuesta de los machos enteros estaría
    explicado por el efecto de los estrógenos producidos por
    los testículos, los cuales por un lado aumentan
    la proporción de músculo y por otro disminuyen la
    proporción de grasa dorsal (CANCELLON, 1991). La tendencia
    de los consumidores por carnes más magras hace que
    ésta característica de los machos enteros tome
    gran importancia a la hora de tomar una decisión si usar o
    no machos enteros (BONNEAU Y SQUIRES, 2000).

    2.2.6 Largo de canal y de
    lomo
    . En relación al largo de canal se aprecia en
    el cuadro 1 que no habría diferencias significativas a la
    hora de usar machos enteros o castrados, fluctuando todos los
    valores
    alrededor de los 80 cm de longitud (WODD y RILEY, 1982; ELLIS et
    al., 1983; DIAZ et al., 1990).

    CUADRO 4. Largo de canal y lomo para machos enteros
    y castrados según diferentes fuentes.

    Largo de canal (cm)

    Largo Lomo (cm)

    FUENTE

    Macho entero

    Macho castrado

    Macho entero

    Macho castrado

    WODD y RILEY (1982)*

    80,00

    80,00

    22,4a

    23,4b

    WODD y RILEY (1982)**

    81,30

    79,50

    22,8

    23,1

    ELLIS et al. (1983)

    80,30

    80,09

    DIAZ et al. (1990)

    80,29

    79,73

    38,73

    38,27

    * Nivel de alimentación alto.

    ** Nivel de alimentación bajo

    Ahora bien, con respecto al largo de lomo, DIAZ et al.
    (1990) no encontraron diferencias significativas entre machos
    enteros y castrados alcanzando los 38,73 y 38,27 cm de lomo
    respectivamente. Por otro lado WOOD y RILEY (1982) obtuvieron
    valores
    inferiores de largo de lomo que no difirieron entre machos
    enteros y castrados con bajos niveles de alimentación,
    pero si fueron diferentes con niveles altos de
    alimentación (Cuadro 4).

    2.3 Limitaciones en el uso de machos
    enteros

    A pesar de las ventajas de utilizar machos enteros en
    muchos países no optan por utilizar este tipo de animales
    principalmente por la presencia de olor sexual en algunas de las
    canales (5 a 10%) (DIESTRE, 1996; CIRIA y GARCES 1996). El olor
    sexual (boar taint en ingles) es un olor desagradables que es
    frecuentemente percibido durante la cocción de la carne de
    machos adultos, pudiendo afectar también el sabor de la
    carne, a pesar de no tener olor durante la cocción
    (BONNEAU y SQUIRES, 1996).

    Según lo señalado por DIESTRE (1996), los
    principales compuestos que contribuyen a la presencia de olor
    sexual son la androstenona (5a -androst-16-en3-one) y el escatol
    (3s
    -metilindol), no obstante los androstenoles
    (5s
    -androst-16-en-3s -ol y 5s -androst-16-en-3b -ol) y compuestos similares al escatol
    también contribuyen a la aparición de olor
    sexual.

    La androstenona es una feromona masculina producida por
    los testículos, acumulándose en la grasa y las
    glándulas salivales, durante el cortejo y la monta
    ésta es liberada con los mordiscos del macho lo que atrae
    e induce a la hembra a tomar la posición de unión
    (GIERSING et al., 2000; BABOL et al. 1999).

    El escatol se produce por la degradación
    bacteriana del triptófano en los intestinos del cerdo,
    éste es absorbido pasando al torrente sanguíneo y
    depositando en la grasa (GIERSING et al., 2000; BABOL et al.
    1999).

    2.3.1 Concentraciónes
    de androstenona y escatol
    . La concentración de
    estos compuestos en la grasa son muy variables
    entre animales, por ejemplo en la Figura 2 se muestra la
    concentración de androstenona y escatol de 4293 machos
    enteros criados en 6 países europeos. Se puede apreciar
    que los niveles de androstenona van entre 0 y 5,5 ppm
    aproximadamente, además el 74% de los cerdos tienen
    concentraciones entre 0,2 y 2,0 ppm (Walstra et al., 1999, citado
    por BONNEAU y SQUIRES, 2000). En el mismo estudio se analizo la
    concentración en grasa de 225 hembras
    determinándose que el 100% de ellas tenía
    concentraciones inferiores a 0,2 ppm y el 98% inferior a 0,1
    ppm.

    Los niveles de escatol fluctúan entre 0 y 0,55
    ppm, alcanzando un 69% de la población niveles entre 0,05 y 0,2 ppm. El
    100% de las hembras analizadas en el mismo estudio presentaron
    menos de 0,2 ppm, 85% menos de 0,01 ppm y 36% menos de 0,05 ppm
    (BONNEAU y SQUIRES, 2000).

    FUENTE: Adaptado de Walstra et al. (1999), citado
    BONNEAU y SQUIRES (2000).

    Figura 2. Distribución de los niveles de
    androstenona y escatol en 4293 cerdos no castrados, criados en
    6 países europeos.

    2.3.2 Respuesta de los
    consumidores a la carne de machos enteros
    . Por la gran
    variabilidad en los hábitos culinarios de los
    consumidores, la aceptabilidad de la carne de machos enteros
    puede variar mucho entre estudios (DIJKSTERHUIS et al.
    2000).

    En la Figura 3 se observan los resultados de un estudio
    internacional sobre la aceptabilidad de los consumidores (Bonneau
    et al., 2000, citado por BONNEAU y SQUIRES 2000).

    En general el 6,5% de los consumidores estaría
    mas insatisfechos por el olor de la carne de machos enteros que
    de las hembras. En el caso del sabor solo un 3%. La menor
    diferencia entre carne de machos enteros y hembras se
    encontró en el Reino Unido tanto en el olor como el sabor,
    este ultimo (el sabor) compartido con Dinamarca y Holanda
    (BONNEAU y SQUIRES, 2000; Figura 3).

    En general el 6,5% de los consumidores estaría
    mas insatisfechos por el olor de la carne de machos enteros que
    de las hembras. En el caso del sabor solo un 3%. La menor
    diferencia entre carne de machos enteros y hembras se
    encontró en el Reino Unido tanto en el olor como el sabor,
    este ultimo (el sabor) compartido con Dinamarca y Holanda
    (BONNEAU y SQUIRES, 2000; Figura 3).

    FUENTE: Adaptado de Bonneau et al. (2000), citado por
    BONNEAU y SQUIRES (2000).

    Figura 3. Proporción de consumidores
    insatisfechos con el olor y sabor de carne de machos enteros en
    comparación a la de hembras. UK: Reino Unido; SE:
    Suecia, NL: Holanda; FR: Francia; ES:
    España; DK: Dinamarca; DE: Alemania. La
    superficie amarilla representa la diferencia entre la carne de
    macho entero y de hembra.

    Ahora bien, en cuanto a la contribución de la
    andostenoma y el escatol a los problemas de
    olor sexual MATTHEWS et al. (2001) en un estudio realizado en 7
    países europeos, señalan que el escatol contribuye
    mas que la androstenona a los problemas de
    olor sexual de machos enteros (mayor proporción de
    consumidores insatisfechos). En cuanto al sabor, estos tuvieron
    respuesta similares y aditivas (Figura 4).

    ** P<0,01

    *** P<0,001.

    FUENTE: Adaptado de Matthews et al. (2000), citado por
    BONNEAU y SQUIRES (2000).

    Figura 4. Curvas de isorespuesta pára
    porcentaje de consumidores insatisfechos con el olor (26-70%) y
    sabor (18,5-35%) según los niveles de escatol y
    androstenona en carne de machos enteros.

    2.3.3 Control del olor
    sexual
    . Existen varias formas de minimizar los problemas de
    olor sexual, apuntando principalmente a disminuir la
    concentración de androstenona y escatol (BONNEAU y
    SQUIRES, 2000). Bajar la concentración de escatol en la
    grasa es posible criando los animales en piso de rejilla en vez
    de concreto,
    usando alimentación líquida en vez de seca y
    permitiendo acceso ilimitado al agua.
    Además la incorporación de carbohidratos
    solubles en la dieta y quitando la alimentación la tarde
    anterior al beneficio tendría el mismo efecto.

    Una selección
    genética
    en contra de la androstenona tendría una buena respuesta
    para bajar la concentración de esta en la grasa, no
    obstante esto resultaría a la vez en un decrecimiento de
    la producción de andrógenos estrógenos o que
    traería un efecto negativo sobre el desempeño y la madurez sexual; por lo tanto
    BONNEAU y SQUIRES (2000) como un método
    más efectivo el uso de marcadores
    genéticos.

    3 CONCLUSION

    El uso de machos enteros se ve como alternativa
    altamente beneficiosa para los productores por presentar estos
    mejores índices de eficiencia que los machos castrados.
    Tienen una mayor ganancia diaria de alimento, mejor eficiencia de
    conversión (12 a 14% superior), un consumo menor de
    alimento y producción de carnes más magras. Y otras
    ventajas no productivas directamente, como el mayor bienestar de
    los animales y menor contaminación
    ambiental, las cuales cada día toman mayor
    importancia.

    Todas estas características no van en desmedro de
    otras, como el largo de canal y largo de lomo, las cuales no
    difieren entre usar machos enteros o castrados. Aunque el
    porcentaje de rendimiento de la canal es algo menor en los machos
    enteros, los márgenes favorecerían a éstos
    (machos enteros sobre los castrados) al evaluar las ventajas y
    desventajas.

    La principal limitante a utilizar machos enteros
    estaría dada por la disminución de la calidad de carne,
    esto por presencia de olor sexual causada por acción del
    escatol y androstenona principalmente. Este es un problema que
    tiene que ver con el grado de aceptabilidad de los consumidores,
    los cuales rechazarían la carne por mal olor durante la
    cocción y mal sabor al consumirla.

    Ahora bien, esta respuesta de rechazo de los
    consumidores es variable dependiendo de los hábitos
    culinarios que tenga y haría necesario hacer estudios
    locales de aceptabilidad de carne de machos enteros.

    4 LITERATURA
    CITADA

    BABOL, J., SQUIRES, E. y LUNDSTRÖM, K. 1999.
    Relationship between metabolism of androstenone and skatole
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    CHRISTIAN AMANDUS ALVARADO GILIS

    VALDIVIA – CHILE

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