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La relación entre Fidel y el Che: Una profunda amistad



    1. Resumen del
      trabajo
    2. Inicio de la
      amistad
    3. En la Sierra
      Maestra
    4. La Revolución
      cubana
    5. Otras tierras del
      mundo
    6. Muerte del
      Che
    7. Bibliografía
    8. Anexos

    Resumen del
    trabajo

    En medio de la
    globalización neoliberal imperante en el mundo actual,
    los medios de
    información (a veces de
    desinformación) se pliegan, en su mayoría, a los
    designios del imperio. Cuba es blanco
    frecuente de intrigas y calumnias, y dentro de ella sus
    líderes revolucionarios. El Che ha sido uno de los
    más atacados por la propaganda
    reaccionaria y ultraderechista con el objetivo de
    aminorar su grandeza y de asesinar sus ideas como asesinaron su
    cuerpo; pero no lo logran.

    Trabajos como este se imponen en la lucha por la verdad,
    por demostrar cuales fueron realmente los hechos y valorarlos en
    su contexto histórico. La idea del mismo es demostrar que
    entre Fidel y el Che, amén de la sucia propaganda que
    circula por el mundo, no hubo sino la más profunda y
    sincera amistad. Para
    ello se hace un recuento desde que se conocieron en México
    hasta que se trajeron los restos del Guerrillero Heroico desde
    Bolivia en
    1997; profundizando en aspectos de interés en
    los que se encuentra argumentos para afirmar la confianza que se
    tenían el uno al otro. El trabajo
    refresca además episodios de la lucha por la
    liberación en Cuba y de la propia Revolución, así como valoraciones
    hechas por Fidel o el Che de los mismos con el objetivo de
    demostrar la igualdad de
    criterio e ideales que existió y existe entre
    ellos.

    Recoge además algunos desagradables escritos, que
    aunque no tienen ningún fundamento, se hace necesario
    ilustrar con ellos alguna de la propaganda anticomunista y de
    desinformación que circula en medio masivos como la
    Internet.

    Es de destacar que el cúmulo de
    información a la que se hace referencia, pues se
    trató que la historia quedara contada en
    voz de los propios partícipes de ella. Para lo cual se
    consultaron cartas, escritos
    o discursos
    fundamentalmente de autoría de Fidel y el Che.

    Palabras claves: Fidel Castro, Che
    Guevara

    Temáticas sugeridas: Historia, Política, Biografías.

    INTRODUCCIÓN

    La agresión neoliberal, banalizante, uniformada y
    hegemonista, que nos asiste, intensifica el tradicional enfoque y
    primermundista, que intenta tergiversar sistemáticamente
    la historia y la realidad de nuestros pueblos. El imperio de los
    medios de información, a veces de desinformación,
    maneja los sucesos del pasado y el presente al antojo de sus
    intereses: el dinero, el
    poder…

    Estos monopolios que atentan contra la cultura de
    liberación y los valores de
    los pueblos mantienen fuego abierto constantemente a cualquier
    movimiento
    izquierdista, a las revoluciones, a sus líderes. Cuba es
    blanco favorito de sus ataques: "Para el noventa y
    ocho por ciento de la prensa en el
    mundo, decir algo que mínimamente favorezca o le dé
    la razón a la Revolución
    Cubana, es un pecado que llegan a sentir como traición
    a la conciencia. Cuba
    es rentable por sus pecados, sean reales o no".

    De intrigas y calumnias a muchas figuras han rodeado,
    pero quizás a ninguna como al Che. La prensa ha intentado
    asesinar las ideas del Che, después de su asesinato
    físico. La mayoría de los artículos de esta
    índole se centran en opacar su figura haciendo parecer que
    constituye un mito, una
    leyenda "que fue construida sistemáticamente por la prensa
    al servicio de
    las izquierdas". También plantean que "Guevara fue un
    apóstol de la violencia", "
    fue la negación de la paz".

    Respecto a su muerte
    trataron de representarlo de forma tal que luciera derrotado para
    que el mundo pensara que con él morían sus ideas,
    cuando sabemos que tan sólo mirando la foto del
    cadáver que publicaron los órganos de prensa, el
    Che irradiaba la dignidad y serenidad de siempre. Otra infamia
    manejada es que la decisión de abandonar Cuba y emprender
    la acción revolucionaria en Bolivia, fue consecuencia de
    que "era una presencia incómoda en La
    Habana" debido a sus discrepancias con la URSS y
    Fidel.

    El fracaso de la guerrilla boliviana y la muerte del
    Che pretenden explicarlo por "haber sido traicionados (los
    guerrilleros) y vendidos por Fidel en Bolivia". De desmentir
    estas dos últimas patrañas, fundamentalmente, se
    trata este trabajo.

    En todos los capítulos se hacen referencias, ya
    que se trata de un tema muy polémico, a una buena cantidad
    de entrevistas,
    discursos, cartas y otros artículos con autorías
    del Che y Fidel, fundamentalmente. Esto ha sido posible porque
    perseguimos un objetivo: Demostrar la verdad y rebatir la
    mentira.

    "Si alguna vez se hiciera una compilación acerca
    de la amistad, sin duda habría que situar en la cima la
    que sostuvieron Fidel y Che, pues pocas historias podrían
    reflejar de una manera tan íntegra la relación
    existente entre estos dos grandes hombres a lo largo de
    más de una década, basada en la lucha por las
    más nobles causas, en los principios, la
    lealtad, el respeto y la
    admiración mutuos. Poco expresivos, como alguna que otra
    vez ambos confesaron, solo sus más íntimos
    podrían sustentar tal afirmación, o acaso,
    entresacarla de cartas cruzadas entre sí o con otros, de
    la lectura de
    documentos, de
    discursos o de alguna entrevista
    que, por suerte, abordara el tema.., pues tiene la extraordinaria
    virtud de entregarnos el retrato vivo del hombre que hoy
    recordamos, delineado por los sentimientos más profundos
    del amigo… y hace innecesaria cualquier presentación".

    INICIO DE
    LA AMISTAD

    "Me recuerdo en esta hora
    de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de
    María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la
    tensión de los preparativos."

    Che

    Ernesto Guevara, al graduarse de médico en 1953,
    inicia su segundo viaje por América
    Latina, y es en este viaje en que llega a Guatemala en
    1954, en éste ejercita sus primeras armas
    revolucionarias, oponiéndose a los planes de la CIA contra
    el pueblo guatemalteco. Allí conoce al cubano Ñico
    López, con el cual se informa de lo sucedido en Cuba el 26
    de julio de 1953 y de las acciones
    posteriores del Movimiento 26 de Julio (M-26-7).

    Al ser derrocado el gobierno de
    Jacobo Arbenz, Ernesto emigró a México, donde se
    reencuentra con Ñico y éste le presenta a un
    camarada del quien le han hablado antes, Raúl Castro,
    recién llegado de La Habana. Entre Raúl y Ernesto
    el entendimiento es inmediato. Raúl tiene las ideas muy
    claras sobre la necesidad de una revolución armada, sobre
    el imperialismo
    estadounidense, sobre la inutilidad de las elecciones trucadas.
    Ernesto está encantado; están de acuerdo en todo.
    Los dos muchachos se hacen pronto inseparables. Se ven casi todos
    los días. Raúl cuenta la historia del asalto al
    cuartel Moncada. Le habla de su hermano Fidel, que pronto se
    verá obligado a exiliarse pues su vida corre peligro en
    Cuba.

    Fidel llega a México el 8 de julio de 1955. Y lo
    hace sin solicitar asilo político en la embajada de
    México, sino con un visado de turista y se instala en un
    hotelito barato. Organiza enseguida su cuartel general en casa de
    María Antonia González, una cubana que es la
    providencia de todos los refugiados políticos de Cuba y
    cuyo hermano murió torturado  por los esbirros de
    Batista. En su casa, Raúl presenta su hermano al amigo
    argentino.

    Entre Fidel y el Che el flechazo es total y reciproco.
    Su primera cara a cara dura diez horas
    seguidas.

    En esa fría noche mexicana, el encuentro con
    Fidel marcaría el destino del joven médico
    argentino. Al concluir la reunión, la madrugada los
    encontró intercambiando análisis y opiniones, Ernesto Guevara ya
    formaba parte de la expedición revolucionaria que
    desembarcaría en Cuba para derribar a la tiranía de
    Fulgencio Batista.

    Fidel queda seducido por aquel muchacho inteligente con
    aire de
    estudiante que se muestra tal cual
    es, transparente en su deseo de revolución. De aquellos
    momentos Fidel reconocerá:

    "El Che era de aquellos por quienes todo el mundo
    sentía inmediatamente afecto, a causa de su sencillez, de
    su carácter,
    de su naturalidad, de su espíritu de camaradería,
    de su personalidad,
    de su originalidad.(…) No necesitamos mucho tiempo para
    ponernos de acuerdo y aceptarle en nuestra
    expedición".

    " […] Era estudioso del marxismo-leninismo, autodidacta, muy estudioso,
    era un convencido. Y la vida lo fue enseñando […],
    así que cuando nosotros nos encontramos con el Che, ya era
    un revolucionario formado; además, un gran talento, una
    gran inteligencia,
    una gran capacidad teórica.[…]".

    Para Ernesto, el inmenso mérito de Fidel es el de
    haber superado el discurso,
    empuñando el fusil, organizando un ataque con un
    pequeño ejército, conocido la amargura pero
    tonificante experiencia de la cárcel. Y he aquí que
    aquel hombre generoso, muy poco común, le ofrece la
    posibilidad de entrar también en guerra.

    En carta a sus
    padres el Che expresaba:

    "[…] En tierra azteca
    me volví a encontrar con algunos elementos del 26 de Julio
    que yo había conocido en Guatemala y trabé amistad
    con Raúl Castro, el hermano menor de Fidel. El me
    presentó al jefe del Movimiento cuando ya estaban
    planeando la invasión a Cuba.[…] Charlé con Fidel
    toda una noche. Y al amanecer ya era el médico de su
    futura expedición. En realidad, después de la
    experiencia vivida a través de mis caminatas por toda
    Latinoamérica y del remate de Guatemala, no
    hacía falta mucho para incitarme a entrar en cualquier
    revolución contra un tirano, pero Fidel me
    impresionó como un hombre extraordinario. Las cosas
    más imposibles eran las que encaraba y resolvía.
    Tenía una fe excepcional en que una vez que saliese hacia
    Cuba, iba a llegar. Que una vez llegado iba a pelear. Y que
    peleando, iba a ganar. Compartí su optimismo. Había
    que hacer, que luchar, que concretar. Que dejar de llorar, y
    pelear. Y para demostrarle al pueblo de su patria que
    podía tener fe en él, porque lo que decía lo
    hacía, lanzó su famoso: en el 56 seremos libres o
    seremos mártires y anunció que antes de terminar
    ese año iba a desembarcar en un lugar de Cuba al frente de
    su ejército expedicionario".

    Al salir de aquella noche memorable, la primera cosa que
    Ernesto le contó a Hilda es el extraordinario afecto que
    le ha producido el hermano de Raúl. "Tenía
    razón Ñico en Guatemala cuando nos dijo que si algo
    bueno se ha producido en Cuba desde Martí, es Fidel
    Castro; él hará la revolución. Concordamos
    perfectamente… sólo a una persona como
    él estaría dispuesto a ayudarle en todo". En sus
    Recuerdos de la guerra revolucionaria dirá: "La
    veía (la posibilidad de triunfo) muy dudosa al enrolarme
    con el comandante rebelde, al cual me ligaba, desde el principio,
    un lazo de romántica simpatía aventurera y la
    consideración de que valía la pena morir en una
    playa extranjera por un ideal tan puro." 

    Ernesto y Fidel ya no se separarán. En
    México, a pesar de las mil actividades de cada uno de
    ellos, se ven dos o tres veces por semana, solos o con
    Raúl u otro moncadista. Estudian el proyecto,
    evalúan los riesgos, el
    coste, las necesidades logísticas.

    A parte de los intereses de la lucha, entre ellos ha
    surgido una gran amistad, donde cada uno entra a formar parte de
    los amigos más íntimos del otro. A principios de
    agosto, Hilda descubre que está embarazada, motivo por el
    cual apresuran la boda de éstos para el 18 de agosto de
    1955. Fidel no asiste a la boda por precaución, aunque
    sí lo hace Raúl. Tras la boda Ernesto demuestra su
    habilidad al preparar un buen asado al que todo mundo está
    invitado, comenzando por Fidel, que se les une.

    Los planes de desembarco de la expedición
    constituían un proyecto de gran envergadura que requiere
    tiempo, paciencia y dinero; por
    tal motivo, Fidel parte en el mes de octubre hacia Estados Unidos
    para recolectar fondos entre la colonia de refugiados cubanos.
    Mientras tanto, Ernesto prosigue en el Hospital General sus
    consultas e investigaciones,
    cede a su compañero el trabajo de fotógrafo
    ambulante y cambia su trabajo por otro más rentable:
    vender libros a
    domicilio y a plazos.

    Después del regreso de Fidel, éste se da
    el gusto de cocinar personalmente una cena de fiesta a la cubana
    para celebrar la Navidad, e
    invita personalmente al Che, quien ha entrado enseguida al primer
    círculo de sus amistades.

    El 15 de febrero de 1956, Hilda da a luz una
    niña a la que llaman Hilda como su madre y Beatriz como la
    querida tía de Ernesto. El primero que acude a visitar esa
    maravilla es Fidel, que promete: "Esa niña se va a educar
    en Cuba".

    En enero de 1956 empieza el entrenamiento de
    los combatientes que esperan liberar Cuba, De su larga gira por
    estados Unidos ha traído suficientes dólares para
    poner en marcha la nueva estrategia. Ahora
    pretende una lucha de guerrilla larga, apoyada en una población urbana y rural favorable a los
    guerrilleros. Pero es preciso formar, tanto moral como
    físicamente a los guerrilleros.

    La noche del 20 de julio de 1956, al salir de una de las
    casas de refugio, acondicionadas para los combatientes del
    M-26-7, Fidel es detenido con dos compañeros más.
    Esa misma noche, una docena de miembros del equipo son hechos
    prisioneros. Al día siguiente detienen a Hilda, quieren
    saber, sobre todo, donde está el señor Guevara,
    sospechoso de relaciones comunistas. En Santa Rosa son detenidos
    otros 13 compañeros, entre ellos, Ernesto. Logran escapar
    Raúl Castro y un pequeño grupo que se
    encarga de ocultar las armas tras una colina vecina.

    La detención del líder
    Fidel Castro, algunos expedicionarios y simpatizantes,
    provocó un revuelo en la prensa internacional. Siguieron
    días de incertidumbre para los prisioneros, sobre todo
    para el Che. Su origen argentino, la condición de
    residente ilegal en México y los cargos que pesaban sobre
    él, lo ponían con un pie en el avión que lo
    deportaría a su patria.

    La estancia en la cárcel refuerza más los
    vínculos de amistad nacidos en el campamento de Santa Rosa
    y la estima de los cubanos por aquel compañero llegado de
    otra parte, al que Fidel hace dormir junto a él, que habla
    con un extraño acento, se prepara extrañas
    infusiones (el Mate), se pasea con el torso desnudo y es tan
    sencillo, servicial y devoto de su causa.

    "(…) Aquello demoró el inicio de la
    última parte de la primera etapa. Hubo quiénes
    estuvieron en prisión cincuenta y siete días,
    contados uno a uno, con la amenaza perenne de la
    extradición sobre nuestras cabezas (…) Pero en
    ningún momento perdimos nuestra confianza en Fidel Castro.
    (…) Recuerdo que le expuse específicamente mi caso: un
    extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos
    encima. Le dije que no debía de manera alguna pararse por
    mí la revolución, y que podía dejarme (…).
    También recuerdo la respuesta tajante de Fidel:- ´
    Yo no te abandono’ (…) Esas actitudes
    personales de Fidel con la gente que aprecia son la clave del
    fanatismo que crea a su alrededor, donde se suma a una
    adhesión de principios, una adhesión personal.."

    Liberados, volvieron a la clandestinidad y a la
    preparación de la salida hacia Cuba.
    La confirmación de la existencia de un traidor entre sus
    filas, aceleró las actividades de aprovisionamiento y
    puesta en condiciones del yate Granma.

    El largo derrotero geográfico y político
    de Ernesto Guevara de la Serna, encontraba su destino y el campo
    en el que sembrar las ideas que maduraban en su
    interior.

    En carta escrita a sus padres desde México,
    expresa:"…Eso es una síntesis
    de los acontecimientos pasados; los futuros se dividen en dos:
    los mediatos y los inmediatos. De los mediatos, les diré,
    mi futuro está ligado a la revolución cubana. O
    triunfo con ésta o muero allá (…)"

    EN LA
    SIERRA MAESTRA

    "…La invasión desde la Sierra
    Maestra, a través de inmensas y desprotegidos llanos, y la
    toma de la Ciudad de Santa Clara con unos pocos hombres, dan
    testimonios entre otras acciones de las proezas de que era
    capaz…"

    Fidel.

    La expedición del Granma estuvo sometida a una
    serie de contratiempos durante la travesía, que demoraron
    el viaje, por lo que no coincidió el desembarco con el
    alzamiento de Santiago. El arribo a las costas cubanas se
    efectuó en 2 de diciembre de 1956, por un lugar conocido
    como Belic, en la playa de Las Coloradas, en la costa sur de la
    antigua provincia de Oriente.

    Después de atravesar varios kilómetros
    entre el mangle, el agua y el
    fango hasta la cintura, los 82 expedicionarios, hostigados por la
    aviación de Batista, llegan a tierra firme y no se
    encuentran con los hombres preparados para recibirlos y
    auxiliarlos, ya que éstos se habían reintegrado a
    sus labores habituales debido al retraso de la
    expedición.

    El bautismo de fuego, lo recibieron el día 5 de
    diciembre, en la madrugada. Los expedicionarios fueron
    sorprendidos en un lugar conocido por Alegría de
    Pío, donde resultaron heridos varios compañeros y
    tres muertos. El 8 de diciembre, sucede la jornada más
    trágica: Resultaron asesinados 17 combatientes. Este
    combate, aunque significó un amargo revés, no
    impidió el curso ulterior de la Revolución, e
    inició la lucha guerrillera.

    Corría 1957 y el Ejército Rebelde,
    comandando por Fidel Castro, ganaba en organización. La lucha insurreccional
    contra las tropas del dictador Fulgencio Batista, quien entonces
    gobernaba Cuba, exigía de las fuerzas libertadoras mayor
    movilidad y despliegue. Por ese motivo, el alto mando del
    ejército decide formar una nueva columna y poner al
    frente, con el grado de capitán, a Ernesto
    Guevara.

    El destacamento lo integraban 75 hombres, la
    mayoría sin armas, mal vestidos, y con muy poca
    preparación militar. Sin embargo, luego de una
    práctica de tiro en la que sólo un guerrillero dio
    en el blanco, Che dijo: -"Tengo a la gente lista para el
    combate".

    Eran días difíciles para el
    Ejército Rebelde. Había fracasado la posible
    apertura de un segundo frente en la Sierra Cristal y
    habían sido asesinados Floro Bistel, Salvador Pascual y
    Josué País, tres valerosos combatientes, en
    Santiago de Cuba. Por tal motivo, Fidel envía a Frank
    País – hermano de Josué y uno de los dirigentes del
    movimiento insurreccional en la ciudad- una carta en la que se
    manifiesta el dolor por la muerte de los compañeros
    caídos, la cual iba rubricada por los oficiales del
    Ejército.

    Cuando estaban poniendo los grados de los oficiales,
    Fidel ordenó ponerle al Che "comandante", al lado de su
    firma.

    "De ese modo informal y casi de soslayo
    -recordaría el Che-, quedé nombrado comandante de
    la segunda columna del Ejército Guerrillero, la que se
    llamaría número 4 posteriormente… La dosis de
    vanidad que todos tenemos dentro hizo que me sintiera el hombre
    más orgulloso de la Tierra ese
    día. El símbolo de mi nombramiento, una
    pequeña estrella, me fue dado por Celia, junto con uno de
    los relojes de pulsera que habían encargado a
    Manzanillo".

    Su pujanza y visión combativa, el respeto que por
    él sentía la tropa, su extraordinario valor y
    capacidad para educar a los nuevos soldados, determinaron que
    Fidel depositara en el guerrillero argentino-cubano tan
    importante responsabilidad.

    "Fue así como se ganó los grados de
    Comandante y jefe de la segunda columna que se organizara en la
    Sierra Maestra; fue así como comenzó a crecer su
    prestigio, como comenzó a adquirir su forma de
    magnífico combatiente que hubo de llevar a los grados
    más altos en el transcurso de la guerra", manifestó
    años más tarde el Comandante en Jefe

    La recién creada Columna 4 se estableció
    en la región de El Hombrito, en el occidente de la Sierra
    Maestra, para desde allí lanzar sus operaciones
    contra el ejército batistiano. Fidel le confía la
    tarea al recién nombrado Comandante:

    "(…) Había que prepararse para festejar
    dignamente la fecha gloriosa, 26 de julio, que se aproximaba y
    Fidel me dio mano libre para hacer lo que pudiera, pero con
    prudencia. (…)Era necesario demostrar que vivíamos, pues
    nos habían dado algunos golpes en el llano
    (…)"

    Tras el fracaso de la huelga de
    abril de 1958, el 3 de mayo en los Altos de Monpié, se
    realizó una reunión decisiva en la Sierra para
    reestructurar la estrategia revolucionaria y analizar las causas
    y consecuencias de la mal lograda huelga. El Che asiste a
    ésta reunión:

    "(…) Aunque yo no pertenecía a la Dirección Nacional, fui invitado a
    participar en ella a instancias de los compañeros Faustino
    Pérez y René Ramos Latour (…) La reunión
    fue tensa, dado que había que juzgar la actuación
    de los compañeros del Llano , que hasta ese momento, en la
    práctica, había conducido los asuntos del 26 de
    Julio. En esa reunión se tomaron decisiones en las que
    primó la autoridad
    moral de Fidel, su indiscutible prestigio y el convencimiento de
    la mayoría de los revolucionarios allí presentes de
    los errores de apreciación cometidos."
    Después del fracaso de la huelga, Batista, eufórico
    lanza una ofensiva llamada "F.F." (Fin de Fidel). Esta
    campaña duró dos meses y medio de combates diarios
    y quedó frenada por un secuestro de 49
    ciudadanos norteamericanos, ingenieros y soldados, dirigido y por
    iniciativa de Raúl, que posteriormente fueron entregados a
    la Embajada de Estados Unidos con el compromiso de que cesaran
    los bombardeos.

    Durante aquellas diez semanas, el Che se movió
    como nunca, atento sobre todo a proteger a Fidel. No dejó
    de acudir de una urgencia a otra, respondiendo a los muchos
    mensajes que le mandó Fidel. Consigue lo imposible,
    obtiene de sus tropas pasmosas hazañas, llevándolas
    a veces hasta el límite del agotamiento.

    En la reunión de Monpié, se abordó,
    además, el asunto de los códigos secretos. Luis
    Buch sería el encargado de los contactos políticos
    en el exilio y el único poseedor de las claves en el
    extranjero. Al día siguiente de la reunión fue el
    Che el que confeccionó una clave para cifrar los mensajes
    hacia otros países: "Con la paciencia que lo caracterizaba
    terminó el original del código
    y sacó una copia. Cuando partimos yo llevaba el duplicado
    del código y el original se quedó en la Sierra",
    evocó Buch.

    De la etapa transcurrida en la Sierra Maestra, queremos
    profundizar en algunos aspectos, que pueden ayudar a comprender
    aparentes incomprensiones entre Fidel y el Che.
    Ya se ha mencionado acerca de la formación marxista del
    Che, considerado un comunista por el resto de sus
    compañeros; Fidel en cambio,
    comprendía perfectamente que, en medio del ambiente
    macartista y anticomunista que reinaba en su país (Cuba) y
    en el mundo, era un absurdo hacer declaraciones de fe
    marxista-leninista. No había que hacer declaraciones,
    había que actuar y demostrar lo justo de sus
    planteamientos revolucionarios. El Che quizás, en ese
    entonces, no conocía el pensamiento
    más profundo de Fidel.

    Al respecto nos parece significativo recordar que el Che
    estuvo un tiempo convencido de que Fidel había apoyado el
    Pacto de Miami (…) y que se trataba de un líder
    burgués radical. Veamos lo que escribía a Daniel
    (René Ramos Latour) –dirigente urbano del Movimiento
    26 de Julio- en diciembre de 1957, cuando ya Fidel se
    había manifestado públicamente contra el mencionado
    pacto:

    "…Consideré siempre a Fidel como un
    auténtico líder de la burguesía de
    izquierda, aunque su figura está realzada por cualidades
    personales de extraordinaria brillantez que lo colocan muy por
    arriba de su clase. Con ese espíritu inicié la
    lucha: Honradamente sin esperanzas de ir más allá
    de la liberación del país, dispuesto a irme cuando
    las condiciones de la lucha posterior giraran hacia la derecha
    (…) toda la acción del Movimiento. Lo que nunca
    pensé es el cambio tan radical que dio Fidel en sus
    planteamientos con el Pacto de Miami. Pareciéndome
    imposible lo que después supe, es decir, que se
    tergiversaba así la voluntad de quien es auténtico
    líder y motor
    único del Movimiento, pensé lo que me
    avergüenzo de haber pensado".

    Sólo conociendo este documento pueden entenderse
    algunas palabras de la carta de
    despedida del Che a Fidel antes de marcharse de Cuba. Allí
    escribe el párrafo
    siguiente:

    "Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber
    trabajado con suficiente honradez y dedicación para
    consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de
    alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los
    primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con
    suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
    revolucionario".

    En entrevista realizada a Fidel, éste responde a
    la pregunta:

    ¿Por qué en su carta de despedida la
    referencia a no haber reconocido antes la calidad de
    líder de Fidel?

    "¿A qué se puede deber esto? Primero, Che
    era muy callado; él no era expresivo, no expresaba esas
    cosas. Sentía las cosas, pero no las decía. Incluso
    por ahí han aparecido algunos versos muy fraternales que
    él escribió sobre mí; alguien los
    recordó. El, naturalmente, era un poco escéptico
    con relación a América
    Latina, a los políticos latinoamericanos, y él
    puede haber pensado que tal vez nuestra Revolución
    podía terminar como terminaban otras revoluciones. Pero en
    realidad nunca me dio la menor impresión de dudas. Siempre
    fue extraordinariamente fraternal y respetuoso conmigo.
    Podía tener un poco de desconfianza del Movimiento, puede
    haber visto que nuestro Movimiento era heterogéneo, que
    había gente de muchos sectores diferentes. El ya
    tenía una buena formación revolucionaria, una buena
    formación marxista, era muy estudioso. Se había
    graduado de médico, hacía investigaciones, era muy
    riguroso en el estudio de las cuestiones del marxismo, y era en
    ese sentido un poco escéptico. Yo creo que si él
    escribió eso debe haber sido un exceso de honradez, porque
    en realidad yo tuve que actuar, muchas veces tuve que coordinar
    muchos factores, tuve que fomentar la unidad por encima de la
    reserva que unos compañeros y otros se tenían,
    tener paciencia en mis relaciones con ellos. Para Che, que era
    impulsivo, muy valiente, muy audaz y a veces temerario, tuve
    siempre consideraciones especiales.

    Se convirtió en uno de los
    más singulares ejemplos de combatiente y de
    revolucionario
    Che se convirtió en un gran símbolo para el mundo
    entero, del hombre ejemplar, revolucionario, heroico. Se
    convirtió, yo diría, en uno de los más
    singulares ejemplos de combatiente y de revolucionario del Tercer
    Mundo, e incluso del mundo industrializado. Y no era
    injustificada esa idea y esa
    imagen que se
    hiciera del Che".

    LA REVOLUCION CUBANA

    "…Tengo la más profunda
    convicción que si se ignora ese pensamiento,
    difícilmente se pueda llegar muy lejos,
    difícilmente se pueda llegar al socialismo
    verdadero (…) estoy absolutamente convencido de que ignorar
    esas ideas sería un crimen".

    Fidel

    Una gran proeza, hecha por el Che, que respondía
    a las órdenes de Fidel de extender la lucha armada al
    occidente, fue sin duda la invasión a las
    Villas.

    El 3 de agosto de 1958, desde las Mercedes, sale la
    Columna No. 8 "Ciro Redondo", bajo el mando del Comandante
    Ernesto Che Guevara.
    Cruzaron la Provincia de Camagüey y penetraron en las Villas
    a 45 días de su salida, luego de una heroica marcha dando
    un golpe decisivo a la dictadura de
    esa región con la toma de Santa Clara. Acción en la
    que el Che demostró una vez más su habilidad como
    estratega. Mientras tanto el Ejército Rebelde ponía
    cerco en Santiago de Cuba. Con sus tropas desmoralizadas, al
    mando de una oficialidad corrompida e incapaz, con una ayuda
    yanqui que tampoco podía vencer al Ejército
    Revolucionario, el dictador Batista y sus cómplices
    huyeron del país llenos de pánico en la madrugada
    del primero de enero de 1959. El día 2 de enero el Che
    ocupa la fortaleza de La Cabaña.

    El 9 de febrero de 1959, el Consejo de Ministros declara
    al Che, ciudadano cubano de nacimiento por sus extraordinarios
    méritos alcanzados en la lucha por la liberación.
    Ya hubo un precedente con el héroe nacional de la independencia,
    Máximo Gómez.

    "Al triunfo de la Revolución, había muchas
    tareas que hacer de todas clases y problemas que
    resolver de todo tipo: políticos, de unión de
    fuerzas, problemas estatales, problemas de la economía, todo eso.
    Che, de quien nadie sabía qué tremendo soldado era,
    como te decía era el médico, y empieza a destacarse
    desde los primeros combates y termina siendo un gran jefe
    militar. Tanto él como Camilo cumplieron una función
    muy importante en la guerra, que fue la invasión del
    centro, en condiciones difíciles… Más tarde a Che
    se le asignó la responsabilidad del Ministerio de Industrias;
    trabajó con un gran método.
    Ejerció distintos cargos. Cada vez que hacía falta
    un hombre serio para un cargo importante, Che se prestaba para
    ese trabajo. Se le había nombrado con anterioridad
    Presidente del Banco Nacional en
    un momento en que aquellos técnicos, especialistas en
    bancos pero
    inconscientes políticamente, abandonaron el país y
    se fueron. Después se hicieron bromas y anécdotas,
    que si se había preguntado por un economista y que Che se
    ofreció y le preguntaron: "¿Tú eres
    economista?" "No, yo soy comunista". Porque empezaba esta lucha
    dentro del país, y los elementos de derecha acusaban a Che
    de comunista y todo ese tipo de cosas. Pero Che siempre tuvo una
    gran autoridad. Cada una de las tareas que se le dio la
    cumplió estrictamente, con brillantez, trabajó
    mucho, adquirió sus propias experiencias de la construcción del socialismo en la industria
    nacionalizada, en la
    organización de la producción, en los controles de la
    producción, en el trabajo voluntario; fue uno de los
    pioneros en el trabajo voluntario. En casi todas las actividades
    participó, era muy consecuente en todo lo que hacía
    y era ejemplo en todo lo que hacía. Muchas de las ideas
    del Che, ¡muchas de las ideas del Che!, tienen una gran
    vigencia".

    La ley más
    importante que llevaría a cabo la Revolución, y que
    estaba planteado en el programa del
    Moncada era la Ley de Reforma
    Agraria. Por tal motivo se crea a la par del Gobierno
    Revolucionario el Instituto Nacional de la Reforma Agraria
    (INRA), presidido por Fidel. Al regreso del Che de una gira por
    algunos países del tercer mundo, Fidel le asigna la
    misión
    de Director del Departamento Industrial del INRA, puesto de
    segundo orden, pero de gran importancia porque desde el INRA se
    decide las nuevas inversiones en
    todos los sectores de la economía, desde la
    construcción de carreteras a la de alojamientos, concede
    los créditos, tanto al sector privado como al
    público.

    El Che no es un experto, pero los expertos son escasos
    en Cuba. El nombramiento del Che es un discreto modo de hacerle
    entrar en el aparato del Estado,
    convirtiéndolo en realidad en su brazo derecho. Un
    número dos.

    A mediados de febrero se comienza a elaborar la Ley de
    Reforma Agraria por una comisión que dirigía Fidel
    y de una manera muy discreta. El Che formaba parte de éste
    grupo y las reuniones se hacían siempre en su casa. Es de
    resaltar la confianza depositada en el Che al participar en la
    elaboración de un proyecto en que sólo un
    reducidísimo número de compañeros
    participaron.

    En una de estas noches de reuniones se produjo un
    incidente en el que se discutía el límite
    máximo de tierras que establecería la ley; algunos
    compañeros, dentro de ellos Fidel, planteaban que
    debía ser de 30 caballerías, y los más
    conservadores, que debía ser de 100 caballerías,
    haciéndola menos radical. El ambiente fue
    caldeándose y de pronto Fidel se puso de pié y
    soltó esta afirmación electrizante: -"Pues yo, si
    fuera por mí, ¡nacionalizaba todas las tierras de
    Cuba!. El silencio acogió estas palabras. Los
    compañeros abismados, recordaron que la
    nacionalización, según el marxismo-leninismo
    sería la medida más drástica que
    podía adoptarse, y desde luego, todos sabían,
    incluso Fidel, que las condiciones históricas de Cuba no
    permitían dar ese paso. El Che asintiendo con la cabeza
    apoyaba la expresión de Fidel, viéndose
    quizás representado en sus ideales, y entre sonrisas,
    exclamó – "Bueno, Fidel, si por ti fuera… claro, y
    una cosa quiero decirte, si hay que subir otra vez a las lomas
    para pelear, desde luego, cuenta conmigo…" Se detuvo y entonces
    añadió: -"pero si no fuera necesario…" Una
    carcajada general disipó entonces la
    tensión.

    La ley fue aprobada por el Consejo de Ministros y
    firmada en la Sierra Maestra el 17 de mayo de 1959.

    El Che impulsaría, además, una segunda
    reforma agraria que, por ley de 13 de octubre de 1963,
    limitó la superficie máxima de las propiedades
    privadas a 5 caballerías (67 hectáreas). Hasta
    entonces los medianos propietarios que disponen de 67 a 400
    hectáreas, suponen el 56% de las superficies cultivables.
    Ahora el 60% de las superficies son del Estado, lo que permite
    una mayor especialización de ciertas granjas en la
    producción azucarera.

    A finales de mayo de 1960, el Che pide a las tres
    compañías petroleras instaladas en Cuba: Standard
    Oil y Texaco (EE.UU.) y Shell (angloholandesa) que deben refinar
    petróleo
    soviético y les comunica que el Estado
    cubano no está en condiciones de pagar una deuda de 50
    millones de dólares. Las compañías se niegan
    y el 29 de junio, Fidel ordena la intervención de las tres
    multinacionales. La respuesta por parte de EE.UU. no se hace
    esperar: Pone fin a las compras de
    azúcar
    cubano para ese año (700.000 toneladas), cuando Cuba
    exportaba a ese país el 80% de su producción de
    azúcar.

    Un mes más tarde de esa decisión, Fidel se
    encierra con el Che tres días y tres noches en las
    oficinas del INRA para preparar la respuesta: De allí
    salen los decretos de nacionalización del 7 de agosto de
    1960. Se nacionalizan 36 grandes propiedades azucareras, la
    United Fruit, dos refinerías de petróleo (Esso y
    Texaco), las compañías eléctricas y de
    teléfonos… Todas pertenecientes a empresas
    estadounidenses. En total, más de 750 millones de
    dólares; las tres cuartas partes de los bienes que
    EE.UU. posee en la Isla. Las indemnizaciones son ilusorias al
    estar subordinadas a la compra anual de más de 3 millones
    de toneladas de azúcar a un precio fijado
    por encima de la cotización mundial.

    A partir de este momento la CIA intentó eliminar
    a Fidel, Raúl y al Che, con la ayuda directa de la mafia.
    Tad Szule cuenta que en algunas comparecencias ante una
    comisión del Senado, el jefe de la división del
    hemisferio occidental de la CIA reconoció que "si los tres
    principales jefes no son eliminados de un solo golpe esta
    operación puede prolongarse y el actual gobierno
    sólo podrá ser derribado por el uso de la fuerza."

    El 21 de febrero de 1961, Fidel transforma el
    Departamento Industrial del INRA en un verdadero Ministerio de
    Industria y coloca a la cabeza un hombre de su confianza, el
    Comandante Ernesto Che Guevara.

    El Che estuvo al frente también, de otras
    actividades que requerían una confianza absoluta. Dentro
    de estas tareas estuvieron los primeros acuerdos comerciales con
    la URSS, es de suponer que debido a la campaña
    anticomunista desarrollada por el imperialismo, aún en
    nuestro país, existía cierto rechazo , de una parte
    de la población cubana, hacia el bloque socialista; y por
    ende, estas negociaciones se realizaron con la mayor
    discreción, donde solamente Fidel, Dorticós,
    Raúl, el Che y quizá algún que otro
    compañero tuvieron acceso a la información de lo
    discutido y pactado.

    Del 17 de agosto al 7 de septiembre de 1962, el Che
    realiza un viaje muy discreto a la URSS, con el pretexto de una
    misión económica, pero el verdadero objetivo es de
    índole militar: establecer el protocolo que
    organizaba la instalación de cohetes soviéticos en
    territorio cubano. Acompañado por el jefe de las milicias,
    el comandante Emilio Aragonés, visita a Nikita Jruschov en
    su dacha de Crimea, sin que ningún comunicado mencione la
    visita.

    La introducción de los cohetes nucleares se
    realizaría de forma secreta, en desacuerdo con la
    política de Cuba, pues la Revolución no deseaba
    ocultar ese paso. Aviones de espionaje norteamericanos detectaron
    la instalación de los misiles y esto produjo que el
    presidente Kennedy estableciera una cuarentena y un cerco naval a
    la isla a partir del 22 de octubre. Al día siguiente, el
    Gobierno Revolucionario decreta la alarma de combate. El Che
    formaba parte de la comisión que presidía Fidel y
    que también integraba el representante soviético en
    las conversaciones URSS-Cuba, Anastas Mikoyan.

    El Che, como jefe del ejército occidental, ha
    sido encargado de la defensa de la provincia de Pinar del
    Río, en la cual se instalaba las rampas de lanzamiento y
    cohetes. Establece su cuartel general en la Cueva de "Los
    Portales", municipio La Palma.

    La URSS inicia negociaciones con EE.UU. a espaldas de
    Cuba y acuerdan retirar los cohetes del territorio cubano a
    cambio de no agredir a la isla, entre otras solicitudes. La
    indignación se apoderó del pueblo cubano y
    especialmente de sus líderes. Fidel planteó, como
    única salida digna de aquel triste desenlace,
    añadir al acuerdo suscrito por Kennedy y Jruschov una
    solicitud de Cuba compuesta por cinco puntos, los cuales se
    resumían en: Cese del bloqueo económico, cese de
    actividades subversivas y de infiltración, cese de ataques
    piratas y cese de las violaciones del espacio aéreo
    cubano; todas estas operaciones ideadas o apoyadas desde el seno
    del gobierno de los EE.UU; y un último punto que
    exigía la retirada de la base naval de Guantánamo
    de las tropas norteamericanas y la devolución del
    territorio. Estos puntos llegaron demasiado tarde a la negociación.

    El desempeño de Fidel durante la crisis fue
    extraordinario, con extrema cautela y valentía. El mismo
    Che lo reconocería en su famosa carta de
    despedida:

    "He vivido días magníficos y
    sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo
    en los días luminosos y tristes de la Crisis del
    Caribe.

    Pocas veces brilló más alto un estadista
    que en esos días, me enorgullezco también de
    haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de
    pensar y de ver y apreciar los peligros y los
    principios."

    A los pocos días de la retirada de los misiles,
    el Che expresó:

    " (…)El hecho de que Cuba tuviera cohetes
    atómicos, sirvió de pretexto para que todos se
    pusieran de parte de los Estados Unidos: Playa Girón no ha
    hecho el efecto contrario. Ellos saben bien que estas son armas
    defensivas, saben también quien es el agresor. Sucede que,
    aunque no lo digan, todos también conocen el verdadero
    peligro de la Revolución cubana (…)
    Es el ejemplo escalofriante de un pueblo que esta dispuesto a
    inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de
    cimiento a las sociedades
    nuevas y que, cuando se hace, sin consultarlo, un pacto por el
    cual se retiran los cohetes atómicos, no suspira de
    alivio, no da gracias por la tregua; salta a la palestra para dar
    su voz propia y única; su posición combatiente,
    propia y única, y más lejos, su decisión de
    lucha, aun cuando fuera solo, contra todos los peligros y contra
    la mismísima amenaza atómica del imperialismo
    yanqui."

    Posterior a la negociación en carta enviada por
    Fidel a Jruschov, manifestándole la indignación de
    nuestro pueblo, se puede apreciar la unidad de criterios entre el
    Che y Fidel con respecto al tema:

    "Le expresé, que la moral de
    nuestro pueblo era muy alta y que la agresión seria
    resistida heroicamente. Al final del mensaje le reiteré de
    nuevo que esperábamos con serenidad los
    acontecimientos.

    El peligro no podía impresionarnos, porque lo
    hemos sentido gravitar sobre nuestro país durante mucho
    tiempo y en cierto modo nos hemos acostumbrado a
    él.

    Los hombres soviéticos que han estado junto a
    nosotros saben cuan admirable ha sido la actitud de
    nuestro pueblo durante esta crisis y qué honda hermandad
    se creó entre los hombres de uno y otro pueblo entre las
    horas decisivas. Muchos ojos de hombres, cubanos y
    soviéticos, que estaban dispuestos a morir con suprema
    dignidad, vertieron lágrimas al saber la decisión
    sorpresiva, inesperada y prácticamente incondicional de
    retirar las armas.

    Usted quizás no conozca hasta que grado el pueblo
    cubano se dispuso a cumplir con su deber con la patria y con la
    humanidad"..

    Años más tarde, Oscar Pino Santos, se
    entrevista con el Che y abordan el tema de la crisis de octubre,
    de esta conversación nos cuenta:

    "Yo observé que lo que más me había
    impresionado de aquellos acontecimientos fue la forma en que se
    condujo Fidel. Muy particularmente le recordé los cinco
    puntos que había levantado cual bandera, a nombre de la
    nación
    cubana como la única solución digna, inteligente y
    definitiva; en medio de tan compleja y peligrosa
    situación.

    Che asintió a esta apreciación mía
    con gestos de animada aprobación.

    Entonces dijo con expresiones de sincera
    admiración:

    – `¿Y sabes cómo elaboró aquellos
    cinco puntos?…En un instante…Sacó un pedazo de
    papel del
    bolsillo y los escribió uno tras otro sin dudar ni
    reflexionar un momento…¡Lo sacó literalmente del
    bolsillo, chico, lo sacó del bolsillo!´

    Yo, tiempo después, cuando me llegaban versiones
    de la supuesta rivalidad entre Fidel y Che, recordaba aquel
    episodio".

    Otro compañero que nos narra acerca de las
    magníficas relaciones de trabajo y amistad que siempre
    tuvieron el Che y Fidel es Luis Buch, que ha inicios de la
    revolución ocupó el cargo de Ministro de la
    Presidencia, por tanto estuvo cerca de estas dos
    figuras:

    "El Che era muy sincero, quizás demasiado.(…)
    Denotaba una cautela y una desconfianza ideológica muy
    hondas, lo que no dejaba de ser positivo, porque evidencia una de
    las características que debe tener un
    líder: la capacidad y el instinto de analizar
    profundamente, desde un inicio, a las personas que giran a su
    alrededor o pertenecen a la dirección de la
    organización revolucionaria.

    Esta es una cualidad innata en Fidel.

    Por cierto, antes de que el Che ocupara las
    responsabilidades de Estado que ha motivado estas disquisiciones,
    tuve oportunidad de advertir personalmente las magníficas
    relaciones de trabajo y amistad que siempre tuvieron él y
    Fidel.

    En los primeros meses de la revolución. Alguna
    vez tuve que localizar a Fidel para que firmara una nota
    diplomática u otro documento de gobierno que no
    podía demorar. Fidel se encontraba en la residencia de
    Mily Mendoza (…) Pasé a la habitación. En ese
    instante, Fidel discutía apasionadamente con el Che sobre
    la pretensión de éste de asumir la dirección
    del INRA, tanto Fidel como Che eran dos recias personalidades,
    que defendían con vehemencia sus puntos de vista, por lo
    cual era absolutamente normal que sus conversaciones derivaran en
    discusiones aparentes.

    Fidel revisó el documento que yo llevé
    (…) Y me lo devolvió para ponerlo en limpio. Me
    retiré. Cuando volví con el original para que lo
    firmara, ya Fidel y el Che habían terminado la
    discusión y conversaban familiarmente, acostados en
    sentido opuesto sobre la misma cama, boca arriba, mirando al
    techo, haciendo futuro".

    Otra labor que desempeñó el Che que
    requería de la absoluta confianza de los líderes de
    la Revolución fue la de diplomático. El Che fue
    portavoz de la solidaridad y la
    dignidad del pueblo cubano, y como él mismo
    expresara:

    "Que he estado identificado siempre con la
    política exterior de nuestra Revolución y lo sigo
    estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
    responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
    actuaré".

    En diversos foros puso en alto el nombre de Cuba. Dentro
    de ellos, por sólo mencionar algunos, el encuentro del
    Consejo Interamericano Económico y Social (CIES),
    celebrado en agosto de 1961 en Punta del Este, al que Fidel le
    había pedido que asistiera representando a nuestro
    país. En marzo de 1964, representa a Cuba en la 1ª
    Conferencia de
    Naciones Unidas
    para el Comercio y el
    Desarrollo en
    Ginebra. Es mundialmente famoso también su discurso en la
    19ª Sesión de la Asamblea General de la ONU, en diciembre
    de 1964, donde lanza una declaración de guerra de los
    países de tercer mundo, contra lo que llama "La
    Internacional del Crimen", formado por los imperialistas. Estos
    son sólo algunos de los ejemplos en los que en plena
    coincidencia con las ideas de Fidel, el Che alza su voz en nombre
    de Cuba.

    Las responsabilidades de presidente del Banco Nacional
    de Cuba y Ministro de Industrias, le dieron la oportunidad al Che
    de desarrollarse como economista, haciendo aportaciones a la
    economía
    política del socialismo. En diversos escritos aborda
    el tema del Sistema
    Presupuestario y la emulación socialista, así como
    los estímulos morales y la menor utilización de los
    estímulos materiales. Le
    da gran importancia a la planificación y ataca fuertemente al
    burocratismo.

    En la construcción del socialismo le confiere un
    papel fundamental al trabajo voluntario y así lo expresa:
    "La importancia que tiene el trabajo voluntario no se refleja en
    la parte directamente económica que pudiera reportar a las
    empresas o al Estado. Se refleja en la conciencia que se adquiere
    frente al trabajo (…) Los trabajadores voluntarios de vanguardia son
    los hombres que cumplen más cabalmente que nadie los
    ideales del verdadero comunista …"

    Fidel se ha referido a ello:

    "El trabajo voluntario fue una creación del Che y
    una de las mejores cosas que nos legó en su paso, por
    nuestra patria y en su participación en nuestra
    Revolución".

    Posterior a la caída del Che en Bolivia; el
    proceso
    revolucionario cubano entró en un periodo económico
    extremadamente complejo, en la década de los 70´,
    debido fundamentalmente, según Fidel, a una ligera
    pérdida de vigencia y reconocimiento social de alguno de
    los valores y
    principios éticos del pensamiento de Ernesto Che Guevara;
    dentro de ellos, el trabajo voluntario y la consideración
    del trabajo como un deber social.

    En la construcción del socialismo, tanto Fidel
    como el Che, le dan una importancia vital al papel de la juventud y
    esto se demuestra en los escritos o discursos de cada uno. Al
    respecto, el Che plantea:

    "En el momento en que la defensa del país era la
    más importante, la juventud estaba presente (…)
    Además, debemos defender el país
    construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos
    cuadros técnicos para acelerar mucho más su
    desarrollo en los años venideros (…) El estudio a todos
    los niveles, es también hoy una tarea de la juventud; el
    estudio mezclado con el trabajo (…) El joven comunista debe
    plantearse ser siempre el primero en todo, luchar por ser el
    primero (…) Ser el espejo donde se miren los compañeros
    que no pertenezcan a las juventudes comunistas (…) donde se
    puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada
    (…) Junto a eso un gran espíritu de sacrificio (…)
    Estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea (…) La
    exigencia a todo joven comunista es ser esencialmente
    humano".

    "La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud,
    en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar
    de nuestras manos la bandera".

    Fidel, al respecto, plantea:

    "Hay que tener temple para ser un joven comunista, hay
    que tener carácter para ser un joven comunista, hay que
    tener abnegación para ser un joven comunista, hay que
    tener vocación para ser un joven comunista, hay que saber
    cumplir. Si se es estudiante hay que ser inexorablemente buen
    estudiante, si se es trabajador de una fábrica hay que ser
    obrero modelo en esa
    fábrica; hay que ser ejemplo de buen compañero, hay
    que ser ejemplo de sacrificio, hay que ser ejemplo de voluntad,
    han de ser de los primeros en todo, en el trabajo, en el estudio,
    en los deportes, en la
    vida de relación con los demás
    compañeros."

    Referente a la etapa del proceso revolucionario y a la
    construcción del socialismo, el Che, hombre que odiaba los
    halagos personales o para otros, da algunos argumentos sobre la
    valoración del papel de Fidel:

    " Tiene las características de gran
    conductor que, sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza
    y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre
    la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de
    sacrificio que hoy ocupa. Pero tiene otras cualidades
    importantes, como son su capacidad de asimilar los conocimientos
    y experiencias para comprender todo el conjunto de una
    situación dada, sin perder de vista los detalles y su
    inmensa fe en el futuro, y su amplitud de visión para
    prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo
    siempre más lejos y mejor que sus compañeros. Con
    estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de
    aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que
    debilita; su capacidad de dirigir a la cabeza de todos la
    acción del pueblo; su amor infinito
    por él, su fe en el futuro y capacidad de preverlo, Fidel
    Castro hizo más que nadie en Cuba para construir de la
    nada el aparato hoy formidable de la Revolución
    Cubana".

    Y Fidel, expresa:

    "Pienso que muchas de las ideas, ¡muchas de las
    ideas del Che!, tienen una gran vigencia; si hubiéramos
    conocido, si conociéramos el pensamiento económico
    del Che, estaríamos cien veces más alertas,
    incluso, para conducir el caballo, y cuando el caballo quiera
    torcer a la derecha o a la izquierda, dondequiera torcer el
    caballo —aunque sin duda en este caso se trataba de un
    caballo derechista—, darle un buen halón de freno al
    caballo y situarlo en su camino, y cuando el caballo no quiera
    caminar, darle un buen espuelazo. Creo que un jinete, vale decir
    un economista, vale decir un cuadro del Partido, vale decir un
    cuadro administrativo armado de las ideas del Che, sería
    capaz de conducir el caballo por el camino correcto. El solo
    conocimiento
    de su pensamiento, el solo conocimiento de sus ideas, le
    permitiría poder decir: voy mal por aquí, voy mal
    por allá, esto es una consecuencia de esto, una
    consecuencia de lo otro, en tanto, el sistema y los mecanismos
    para construir el socialismo y el comunismo,
    realmente se desarrollen, realmente se perfeccionen, y lo digo,
    porque tengo la más profunda convicción que si se
    ignora ese pensamiento difícilmente se puede llegar muy
    lejos, difícilmente se puede llegar al socialismo
    verdadero; al socialismo verdaderamente revolucionario, al
    socialismo con socialistas, al socialismo y al comunismo con
    comunistas. Estoy absolutamente convencido de que ignorar esas
    ideas, sería un crimen, eso es lo que nosotros planteamos.
    Tenemos suficientes experiencias para saber cómo hacer las
    cosas, y en las ideas del Che, en el pensamiento del Che hay
    principios valiosísimos, de un valor inmenso, que rebasan
    simplemente ese marco que muchos puedan tener de la imagen del
    Che, como un hombre valiente, heroico, puro; del Che como un
    santo por sus virtudes, y un mártir por su
    desinterés y heroísmo, sino del Che como
    revolucionario, del Che como pensador, del Che como hombre de
    doctrina, como hombre de grandes ideas y que con una gran
    consecuencia fue capaz de elaborar instrumentos, principios que,
    sin duda, son esenciales en el camino revolucionario".

    OTRAS
    TIERRAS DEL MUNDO

    "Otras tierras del mundo reclaman el
    concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te
    está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y
    llegó la hora de separarnos".

    Che

    Al conocer a Fidel en México e integrar la
    expedición que saldría hacia Cuba, el Che hizo que
    Fidel le prometiera que una vez alcanzado el triunfo
    revolucionario, lo ayudaría con los medios necesarios y lo
    dejara salir de Cuba para continuar su lucha a favor de los
    oprimidos. Esta promesa el Che se la recordó a Fidel
    varias veces en la Sierra Maestra.

    Una prueba de las intenciones de Ernesto Che Guevara en
    ese entonces es la carta que le dirige a su madre el 15 de julio
    de 1956:

    "… no creo de vos que prefieras un hijo vivo y
    Barrabás a un hijo muerto en cualquier lugar cumpliendo
    con lo que él considere su deber. Además, tras
    haber deshecho algunos entuertos en Cuba, iré a cualquier
    parte, pues es evidente que, encerrado en un trabajo
    burocrático o en una clínica de enfermedades
    alérgicas, estaría jodido."

    A su antiguo amigo Granados le manifiesta:
    "Mírame un poco, detrás de este escritorio,
    mientras otros mueren por sus ideales. Yo no nací para
    dirigir ministerios ni para morir abuelo".

    El Che nunca se adaptó por completo al trabajo de
    funcionario que realizó por servicio a la
    Revolución y por que Fidel se lo pidió. Su nuevo
    matrimonio y
    por que su nueva patria estaba en peligro, retrasó su
    principal objetivo: Marcharse a propagar otros incendios en
    otros países.

    Desde el triunfo de la Revolución, el Che no ha
    dejado de interesarse por todos los movimientos de
    liberación. No se trata de exportar la revolución
    sino de dar apoyo técnico, financiero y militar a los
    revolucionarios decididos a pasar a la acción en sus
    respectivos países.

    Con estas ideas, el Che comienza a realizar varias
    operaciones que preparaban su salida de Cuba y realiza
    declaraciones en el extranjero que dejaban entrever sus
    verdaderas intenciones.

    El 17 de marzo de 1964, cuando viaja a Ginebra para
    participar en la primera Conferencia de las Naciones Unidas para
    el Comercio y el Desarrollo. En el avión habla con el
    embajador de Cuba en Brasil, que se
    encarga de comunicarle el proyecto de llevar a cabo una
    revolución a la cubana en Brasil. El Che escucha con suma
    atención y le responde: "Dile a Brizzola
    que si necesita un buen jefe guerrillero, ofrezco mis servicios". 

    En la 19ª Sesión de la Asamblea General de
    la ONU, pone especial énfasis a la situación del
    Congo belga, donde han asesinado al Primer Ministro Patrice
    Lumumba, hecho encubierto por EE.UU.

    De vuelta a La Habana permanece en Argel tres meses. Le
    pide a Ben Bella la posibilidad de que Argelia acoja en su
    territorio cuadros revolucionarios latinoamericanos entrenados en
    Cuba, algo que el mandatario argelino acepta
    inmediatamente.

    El Che piensa que el continente africano es propicio
    para intentar focos revolucionarios. A partir del 25 de diciembre
    de 1964 realiza un viaje por siete países africanos de
    reciente independencia. Son países que han manifestado una
    intención de ruptura con occidente.

    Inesperadamente interrumpe su gira africana, va dos
    días a Paris y de allí a China, desde
    donde vuelve a África. En Tanzania se entrevista con
    dirigentes congoleños seguidores de Lumumba, Soumialot y
    Kabila.

    Realiza un nuevo viaje a Argel que queda marcado por su
    intervención del 24 de febrero de 1965, en el que dice:
    "la práctica del internacionalismo proletario es un deber
    contra el enemigo imperialista común. El desarrollo de los
    países que se comprometen en la vía de la
    liberación debe ser  pagado por los países
    socialistas".

    En este viaje preparatorio el Che tiene la oportunidad
    de conocer no sólo algunos de los dirigentes de los
    movimientos revolucionarios de Africa, sino que
    conoce además, sus dificultades y preocupaciones. En todo
    momento mantiene contacto con Fidel Castro, quien en una carta
    fechada en diciembre de 1964, le comunica sobre las gestiones que
    mientras tanto se van realizando desde Cuba:

    "… Sergio acaba de reunirse conmigo y me
    informó pormenorizadamente como marcha todo (…) La
    decisión final sobre la fórmula la adoptaremos a tu
    regreso. Para poder escoger entre la alternativas posibles es
    necesario conocer la opinión de nuestro amigo (Ahmed Ben
    Bela). Trata de mantenernos informados por vía
    segura".

    El 14 de marzo de 1965 es fecha clave en la trayectoria
    del Che. Es la última vez que aparece en público.
    Después de la larga ausencia de 98 días de su viaje
    por cuatro continentes, cuando desciende del avión de la
    Cubana de Aviación, nadie es consciente de que pronto
    desaparecerá de la escena pública.

    Cuba había empezado a preparar tropas, formadas
    exclusivamente por negros, para acudir con la mayor
    discreción posible a ayudar a los rebeldes
    congoleños. El Che pide el privilegio de tomar el mando
    del contingente y promete  actuar sólo como consejero
    de los congoleños en su batalla contra los paracaidistas y
    mercenarios occidentales. 

    El Che no entra de inmediato en la clandestinidad. El 22
    de marzo de 1965, ocho días después de su regreso,
    se despide  de sus colaboradores en el gran salón del
    Ministerio de Industria. Menciona, en su alocución,
    reiteradamente El Congo y se despide: "Hasta pronto en los campos
    de caña de azúcar." Esta es la última
    manifestación pública del Che en Cuba. A partir de
    entonces, desaparición
    total.     

    La inesperada salida del Che de Cuba trajo consigo una
    ola de especulaciones en torno al posible
    destino del Che, y sobre todo una ola de infamias alrededor del
    verdadero motivo que obligó al Che a dar ese
    paso.

    Muchos medios de prensa de extrema derecha se atrevieron
    afirmar que la decisión de abandonar Cuba y emprender la
    acción revolucionaria en El Congo y Bolivia fue
    consecuencia de su fracaso en la gestión
    económica, las discrepancias con Fidel y otros dirigentes
    cubanos y fricciones con la URSS.

    Veamos algunos ejemplos de éstas
    calumnias:

    "…Sus causas en el Congo y en Bolivia francamente
    estaban fuera de toda lógica,
    pero esa desproporción no sólo es conmovedora, sino
    también da cuenta del tremendo afán de Guevara por
    incidir en la realidad, aunque parezca una locura decirlo. Pensar
    en encender una revolución por todo el continente
    empezando con cincuenta hombres en Bolivia no es precisamente un
    acto de cordura, ¿o sí?…"

    "..El Che abandonó la isla por diferencias con
    Fidel Castro"

    "…Guevara vivió como lo que fue siempre: un
    violento, tratando de imponer sus ideales utópicos a punta
    de pistola o fusil. Como sería este argentino que Fidel
    Castro lo sacó de Cuba y lo mandó a morir a la
    selva Boliviana…."

    "… El doctor Castro le atribuyó la culpa de la
    ruina económica de la Isla…"

    "Che Guevara era una presencia incómoda en La
    Habana, en vísperas de su desaparición (…)
    comenzó a crear dificultades a raíz de firmarse el
    nuevo acuerdo de Cuba y Moscú para asegurar la
    protección del azúcar"

    " No quería el poder, porque el poder no le
    había salido bien".

    Hasta ahora, durante el desarrollo de éste
    trabajo ya se han dado argumentos que rebaten las mentiras
    anteriores. No obstante, queremos recalcar que el Che , como
    Fidel, cumpliendo su deber de revolucionario criticó los
    errores del Campo Socialista, siempre con un sentido
    constructivo.

    Naturalmente, hubo desacuerdos en algunos puntos de
    vista entre Fidel y el Che, como es lógico, pero
    éstas diferencias, tanto con Fidel como con la URSS no
    fueron antagónicas y mucho menos fueron motivos para que
    el Che se marchara de Cuba.

    Otros a quienes no se les puede considerar amigos de la
    Revolución Cubana ni admiradores del Che, están
    convencidos de la unidad de criterio entre el Che y Fidel, dentro
    de ellos, Regis Debray:

    "puedo dar fe de que jamás hubo ruptura del Che
    con Fidel". Para demostrarlo cita largas conversaciones que
    mantuvo por separado con ambos líderes revolucionarios,
    sobre quienes traza su perfil psicológico. En ese sentido,
    y dentro de una caracterización sumamente crítica
    de Guevara por su supuesta rigidez y frialdad personal, Debray
    sostiene que "hasta el último de sus días el Che
    sólo amaba a su madre, a Fidel y a dos o tres amigos de la
    adolescencia".

    La mayor prueba de las profundas convicciones que
    hicieron que el Che marchara a continuar la lucha, es la carta de
    despedida que le escribe a Fidel:

    "… Siento que he cumplido la parte de mi
    deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio
    y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya
    es mío.

    Hago formal renuncia de mis cargos en la
    Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi
    grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal
    me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden
    romper como los nombramientos.

    Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis
    modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado
    por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora
    de separarnos.

    Sépase que lo hago con una mezcla de
    alegría y dolor; aquí dejó lo más
    puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido
    entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me
    admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi
    espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe
    que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi
    pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado
    de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que
    este; esto reconforta y cura con creces cualquier
    desgarradura.

    Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier
    responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me
    llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último
    pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti.
    Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al
    que trataré de ser fiel hasta las últimas
    consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre
    con la política exterior de nuestra Revolución y lo
    sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
    responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
    actuaré…"

    Con respecto a este paso tan decisivo en la vida del
    Che, Fidel expresa su opinión:

    "Teníamos excelentes relaciones de amistad, de
    confianza, y Che realmente prestaba mucha atención a los
    puntos de vista, a los criterios que yo le daba porque siempre
    mantuvimos una confianza y una amistad profunda hasta el final.
    Pero aquella era su idea. La otra cosa era prohibirle, y eso no
    estaba dentro del tipo de relaciones que teníamos
    nosotros, ni por razones de Estado imponerle un criterio. Lo que
    hicimos fue que lo ayudamos, y ayudamos algo que creíamos
    que era posible; no habríamos podido ayudar algo
    imposible, algo en que no creyéramos, porque habría
    sido nuestro deber decirle: no es posible, no podemos hacer esto,
    no se pueden sacrificar compañeros en esa tarea. Pero fue
    así lo que él hizo. Y yo comparto lo que

    hizo,lo creo."
    "El Che, junto al grupo de hombres que dirige, pretende
    fortalecer lo más posible el movimiento de
    liberación del Congo, lograr un frente único,
    decantar a los mejores y a los que estén dispuestos a
    continuar la lucha por la liberación definitiva de
    África. Trae consigo la experiencia obtenida en Cuba y la
    pone al servicio de la nueva revolución.

    La cruda realidad del Congo, su atraso, la falta de
    desarrollo político ideológico de la gente y contra
    lo cual había que luchar con firmeza y decisión,
    golpea al Che. No faltaron momentos de desalientos y de
    incomprensiones, pero ante estas adversidades se eleva como una
    visión profética de enorme confianza y el amor que el
    sentía por los hombres que deciden crear para sus pueblos
    posibilidades de desarrollo y mayor dignidad"

    Su ausencia del 1º de mayo dio pie a locas
    suposiciones, sobre todo porque Fidel, el 20 de abril,
    declaró a unos periodistas extranjeros que "el comandante
    Guevara está donde mejor sirve a la
    Revolución".

    Entretanto, los rumores de su desaparición
    continúan. La hipótesis más aceptada es la 
    de su muerte y entierro en una fosa común cuando las
    tropas yanquis invadieron Santo Domingo. En esta situación
    los periodistas acosan a Fidel más que nunca. Todos hacen
    la misma pregunta: ¿Dónde está?
    ¿Qué han hecho con él?

    Al salir de la selva se dirige a Dar Es-Salam y se
    encierra en la embajada durante más de tres meses. Se
    encuentra en tal estado de melancolía que desde La Habana
    se autoriza a su esposa, Aleida, a pasar unas semanas con el Che.
    Llegan a Tanzania distintos enviados para trasladar al Che a
    Cuba. Él se niega. Se decide, entonces, enviarlo a una
    ciudad europea amiga. Será Praga.

    Durante su estancia en Praga (marzo-julio de 1966)
    Aleida vuelve a visitarlo, así como varios amigos de
    entera confianza. En este tiempo encargó a Martínez
    Tamayo una nueva misión en Bolivia; que examine la
    posibilidad de instalar un centro clandestino de formación
    de guerrilleros para toda la región. En esta ciudad la
    situación del Che es bien incómoda, no puede salir
    a ningún lugar público por temor a ser reconocido,
    se encuentra prácticamente solo y esto dificulta sus
    planes de continuar la lucha por el continente
    americano.

    Debido a esta situación, Fidel le escribe en
    varias ocasiones tratando de convencerlo de que regrese a Cuba y
    el Che se niega. Con respecto a esto, Luis Buch
    comenta:

    "Después de renunciar a la ciudadanía
    cubana, a los cargos oficiales y de despedirse de nuestro pueblo,
    el Che no aceptaba volver sobre sus pasos. Una actitud semejante
    es perfectamente comprensible cuando se trata de hombres con
    profundas convicciones".

    Fidel logra convencerlo finalmente con argumentos
    sólidos en una carta fechada en junio de 1966, que por su
    importancia se anexa al trabajo.

    El 19 de julio de 1966 con un pasaporte uruguayo a
    nombre de Ramón
    Benítez, el Che sale de Praga en tren hacia Viena y
    después Ginebra y Zurich. Vía Moscú llega a
    La Habana.   

    Cuando regresa a Cuba, vive en varias casas en La Habana
    y posteriormente se traslada a una finca en Pinar del Río,
    donde permanece desde mediados de julio hasta octubre de 1966. En
    este lugar se realiza el entrenamiento de unos 15 hombres
    cuidadosamente seleccionados que integraran la guerrilla
    boliviana. En este tiempo, el Che recibe muchas, visitas sobre
    todo los fines de semana, de Ramiro Valdés, Celia
    Sánchez, Osvaldo Dorticós y Fidel, que asiste cada
    semana al entrenamiento; entre otros
    compañeros.

    Con el Che, serán 17 los miembros del comando que
    desembarcará en Bolivia por diversas fechas, en grupos de 2
    ó 3, siguiendo itinerarios distintos y con nombres
    falsos.

    El 23 de octubre de 1966, el Che abandona La Habana,
    pasa por Moscú, Praga, Viena y finalmente a
    Ñancahuazú, en el interior de Bolivia. En cada uno
    de los países mencionados cambió de identidad.

    La guerrilla del Che a la que se integraron varios
    bolivianos, se inserta en la selva boliviana, y comenzó su
    lucha. El Che tuvo una entrevista con Mario Monje, secretario
    general del Partido Comunista Boliviano, en la que al definir el
    papel que jugaría cada uno en la lucha por la
    liberación de ese país, Monje no estuvo de acuerdo
    con que ningún extranjero lo dirigiese y exigía la
    entrega del poder militar y político; a lo que el Che con
    palabras firmes y decididas, emplazó a Monje:

    -"Monje, eso es un falso concepto del
    internacionalismo, es igual que si yo me encontrara en Argentina en las
    condiciones en que tú estás conmigo, y llegara
    Fidel. Inmediatamente me subordinaría a él, porque
    sabe más que yo".

    El egocentrismo de Monje no le permitió llegar a
    un entendimiento con el Che y esto trajo consigo que la guerrilla
    boliviana no recibiera el apoyo necesario del Partido Comunista
    en lo adelante.

    MUERTE
    DEL CHE

    "…Que si me llega la hora definitiva
    bajo otros cielos, mi último pensamiento será para
    este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por
    tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser
    fiel hasta las últimas consecuencias de mis
    actos…"

    Che

    Muchos factores influyeron en la derrota de la guerrilla
    boliviana, dentro de ellos podemos mencionar, la falta de apoyo
    del Partido Comunista Boliviano, aunque algunos militantes
    apoyaron; la falta de conciencia política de los
    campesinos bolivianos, que debido a la campaña de
    desinformación esgrimida por los medios del país,
    lejos de ayudar a la guerrilla los delataban; y por supuesto no
    podían faltar las garras del imperialismo, que a
    través de la CIA, le venía siguiendo los pasos al
    Che.

    El Che cae prisionero el 8 de octubre de 1967 y es
    asesinado el día siguiente.

    La muerte del Che trae también consigo una ola de
    publicaciones con un objetivo claro, después de su
    asesinato físico, había que matar el símbolo
    de esa lucha.

    Algunos manejaron el criterio,
    quizás poniendo sus esperanzas en ello, que la muerte del
    Che significaría el fin de las guerrillas en
    América Latina. Otros como Benigno, opinan que Fidel es
    responsable del fracaso de la guerrilla en Bolivia, pues
    según él, Cuba los abandonó en plena
    selva:

    " En la más
    pérfida, calculada y fría forma habíamos
    sido traicionados y vendidos por Fidel en Bolivia. Ya no
    tenía dudas, había comprobado en forma irrefutable
    la traición. Todos habíamos sido manejados como
    peones sin valor, en el tenebroso tablero de
    ajedrez de
    Fidel, en forma cruel e inhumana.

    Y lo más escandaloso es que, después de
    haber enviado al Che a hacerse matar en los bosques bolivianos
    haya hecho del Che una bandera para pedirle a los cubanos que
    trabajen, sabiendo, como sabe, que el pueblo cubano ha tenido
    siempre devoción por Ernesto, y que lloraba su
    muerte."

    El propio Debray, quien ha alentado y apadrinado a
    Benigno, lo contradice revelando cómo el aparato de
    inteligencia cubano estaba inmerso en un plan para sacarlo
    a él mismo, clandestinamente de la cárcel
    boliviana.

    Otros artículos, en torno a la muerte del Che,
    contienen mentiras con argumentos tan pocos sólidos que
    hasta resultan risibles:

    "Un caso mundialmente famoso de "guerra limpia" (luego
    "ensuciada"), fue el del Che Guevara Lynch, nacido en Argentina,
    que emigró a Cuba y actuó como brazo derecho de
    Fidel Castro Ruz para fusilar cubanos. Luego comandó una
    brigada que viajó a Angola a ejecutar a negritos que
    repudiaban al comunismo. Al regreso, victorioso, organizó
    una expedición para hacer que Bolivia se convirtiera al
    marxismo-leninismo y fuera otra Cuba. Hasta ahí todo se
    hallaba dentro de la "guerra limpia", inmaculada, pero luego
    resultó que el Ejército boliviano combatió y
    mató al Che. Y esto figura ya como "guerra sucia" en
    extremo. Por eso al Che se le rinde pleitesía en todo el
    mundo."

    El asesinato del Che fue un duro golpe para el pueblo
    cubano y especialmente para Fidel. Nadie mejor que él para
    sintetizar el dolor que causó su muerte:

    "Me costaba trabajo aceptar la idea de la muerte del
    Che. Muchas veces he soñado, a veces le he contado a la
    gente las cosas que uno sueña, y he soñado que
    estoy hablando con él, que está vivo; una cosa muy
    especial, una persona de la que a uno le cuesta mucho trabajo
    resignarse a la idea de su muerte. ¿A qué obedece
    eso? A mi juicio, es que tiene una presencia siempre permanente
    en todo. Ocurre su muerte a distancia, a muchas millas de
    distancia de nuestro país, y te digo que la idea de la
    muerte del Che era algo a lo que uno no se adaptaba. Me pasaba al
    revés que con otros compañeros, a pesar de que
    muchas veces hemos perdido compañeros en la lucha, hemos
    visto morir compañeros. Te diría que uno tiene la
    impresión de una presencia permanente del Che, por lo que
    simbolizaba, por su carácter, por su conducta, por sus
    principios. Era un gran número de cualidades realmente
    excepcionales. Yo lo conocía muy bien, muy bien desde que
    entré en contacto con él en México hasta que
    salió del país la última vez. Pienso
    realmente con dolor que con la muerte del Che se perdió
    una gran inteligencia. Era un hombre que todavía
    tenía mucho que dar en la teoría
    y en la práctica de la construcción del
    socialismo".
    "Che reunía como revolucionario
    las virtudes de un revolucionario; hombre íntegro a carta
    cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre
    de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente
    en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha.
    Constituyó, por sus virtudes, lo que puede llamarse un
    verdadero modelo de revolucionario.

    Suele, a la hora de la muerte de los hombres, hacerse
    discursos, suele destacarse virtudes, pero pocas veces como en
    esta ocasión se puede decir con más justicia, con
    más exactitud, de un hombre lo que decimos del Che:
    ¡que constituyó un verdadero ejemplo de virtudes
    revolucionarias !

    Pero, además, añadía otra cualidad,
    que no es una cualidad del intelecto, que no es una cualidad de
    la voluntad, que no es una cualidad del corazón,
    ¡porque era un hombre extraordinariamente humano,
    extraordinariamente sensible!

    Trabajador infatigable, en los años que estuvo al
    servicio de nuestra patria no conoció un solo día
    de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le
    asignaron: como Presidente del Banco Nacional, como Director de
    la Junta de Planificación, como Ministro de Industrias,
    como Comandante de regiones militares, como Jefe de delegaciones
    de tipo político, o de tipo económico, o de tipo
    fraternal.

    (…) y es que los escritos del Che, el pensamiento
    político y revolucionario del Che, tendrán un valor
    permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso
    revolucionario en América Latina. Y no dudamos que el
    valor de sus ideas, (…) tienen y tendrán un valor
    universal.

    Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos
    dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su
    carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de
    trabajo. En una palabra, ¡ nos dejó su ejemplo !
    ¡ Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro
    pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro
    pueblo !

    "Si queremos expresar cómo aspiramos que sean
    nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes,
    nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna
    índole: ¡ que sean como el Che ! Si queremos
    expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras
    generaciones, debemos decir: ¡ que sean como el Che !. Si
    queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros
    niños,
    debemos decir sin vacilación: ¡ queremos que se
    eduquen en el espíritu del Che ! Si queremos un modelo de
    hombre, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de
    corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su
    conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha
    en su actuación, ese modelo es el Che !

    "Si queremos expresar cómo deseamos que sean
    nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de
    vehementes revolucionarios: ¡QUEREMOS QUE SEAN COMO EL CHE
    !

    En 1997, a 30 años de la caída del
    Guerrillero Heroico, fueron encontrados los restos del Che y
    algunos de sus compañeros. Estos restos fueron trasladados
    a Cuba, a la llegada de estos, en el aeropuerto, Aleida Guevara
    le expresaba a Fidel:

    "…Ellos sabían que cuando lo decidieran
    podrían regresar a la patria y que nuestro pueblo los
    recibiría con amor y curaría sus heridas y
    sabían que usted seguiría siendo su amigo, su jefe,
    por eso le pedimos Comandante que nos haga el honor de recibir
    sus restos, más que nuestros padres, son hijos de este
    pueblo que tan dignamente usted representa…."

    Días más tarde, el 17 de octubre, en
    ceremonia solemne en Santa Clara, donde los restos de los
    combatientes fueron depositados en el Memorial dedicado a Ernesto
    Che Guevara y sus compañeros, Fidel expresa:

    "…Veo, además, al Che como un gigante moral que
    crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia
    se han multiplicado por toda la tierra.

    Che fue un verdadero comunista y hoy es ejemplo y
    paradigma de
    revolucionario y comunista.

    Che fue maestro y forjador de hombres como él.
    Consecuente con sus actos, nunca dejó de hacer lo que
    predicaba, ni de exigirse a si mismo más de lo que
    exigía a los demás.

    Siempre que fue necesario un voluntario para una
    misión difícil, se ofrecía el primero, tanto
    en la guerra como en la paz. Sus grandes sueños los
    supeditó siempre a la disposición de entregar
    generosamente la vida. Nada para él era imposible, y lo
    imposible era capaz de hacerlo imposible.

    ¿Qué hacía un hombre del gobierno
    de Estados Unidos allí donde estaba herido y prisionero el
    Che? ¿Por qué creyeron que matándolo dejaba
    de existir como combatiente? Ahora no está en La Higuera
    pero está en todas partes, donde quiera que haya una causa
    justa que defender. Los interesados en eliminarlo y desaparecerlo
    no eran capaces de comprender que su huella imborrable estaba ya
    en la historia y su mirada luminosa de profeta se
    convertiría en un símbolo para todos los pobres de
    éste mundo, que son miles de millones. Jóvenes,
    niños, ancianos, hombres y mujeres que supieron de
    él, las personas honestas de toda la tierra,
    independientemente de su origen social, lo admiran.

    Che está librando y ganando más batallas
    que nunca ¡gracias, Che, por tu historia, tu vida y tu
    ejemplo!"

    BIBLIOGRAFÍA

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      Suárez, R. 2002. Otros pasos del Gobierno Revolucionario
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    20. www.guevarahome.org

    ANEXOS

    Carta de
    despedida a Fidel.

    Habana

    "Año de la Agricultura"
    Fidel:
    Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te
    conocí en casa de María Antonia, de cuando me
    propusiste venir, de toda la tensión de los
    preparativos.

    Un día pasaron preguntando a quien se
    debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del
    hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era
    cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es
    verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del
    camino hacia la victoria.

    Hoy todo tiene un tono menos dramático porque
    somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he
    cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución
    cubana en su territorio y me despido de ti, de los
    compañeros, de tu pueblo que ya es mío.

    Hago formal renuncia de mis cargos en la
    Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi
    grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal
    me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden
    romper como los nombramientos.

    Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber
    trabajado con suficiente honradez y dedicación para
    consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de
    alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los
    primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con
    suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de
    revolucionario. He vivido días magníficos y
    sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo
    en los días luminosos y tristes de la Crisis del
    Caribe.

    Pocas veces brilló más alto un estadista
    que en esos días, me enorgullezco también de
    haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de
    pensar y de ver y apreciar los peligros y los
    principios.

    Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis
    modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado
    por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora
    de separarnos.

    Sépase que lo hago con una mezcla de
    alegría y dolor; aquí dejó lo más
    puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido
    entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me
    admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi
    espíritu. En los nuevos campos de batalla llevare la fe
    que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi
    pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado
    de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que
    este; esto reconforta y cura con creces cualquier
    desgarradura.

    Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier
    responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me
    llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último
    pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti.
    Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al
    que trataré de ser fiel hasta las últimas
    consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre
    con la política exterior de nuestra Revolución y lo
    sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la
    responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal
    actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada
    material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido
    nada para ellos pues el Estado les dará suficiente para
    vivir y educarse.

    Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro
    pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden
    expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar
    cuartillas.

    Hasta la victoria siempre. ¡Patria o
    muerte!

    Te abraza con todo fervor revolucionario,

    CHE

    Carta escrita por Fidel y enviada al
    Che a Praga.

    junio de 1966

    Querido Ramón:

    Los acontecimientos han ido delante de mis proyectos de
    carta. Me había leído íntegro el proyecto de
    libro de tu
    experiencia en el C. (Congo) y también , de nuevo, el
    manual sobre
    guerrillas, al objeto de poder hacer un análisis lo mejor
    posible sobre estos temas, sobre todo, teniendo en cuenta el
    interés práctico con relación a los planes
    en la tierra de Carlitos (Carlos Gardel). Aunque de inmediato no
    tiene objeto que te hable de esos temas, me limito por el momento
    a decirte que encontré sumamente interesante el trabajo
    sobre el C. y creo que vale realmente la pena el esfuerzo que
    hiciste para dejar constancia escrita de todo.
    (…)

    Acabo de leer tu carta a Bracero (Osmany Cienfuegos) y
    de hablar extensamente con la Doctora (Aleida March).

    En los días en que aquí parecía
    inminente una agresión yo sugerí a varios
    compañeros la idea de proponerte que vinieras; idea que
    realmente resultó estar en la mente de todos. El Gallego
    (Manuel Piñeiro) se encargó de sondear tu
    opinión. Por la carta a Bracero veo que tú estabas
    pensando exactamente igual. Pero en estos precisos instantes ya
    no podemos hacer planes en ese supuesto, porque, como te
    explicaba, nuestra impresión ahora es que de momento no va
    a ocurrir nada.

    Sin embargo, me parece que, dada la delicada e
    inquietante situación en que te encuentras ahí,
    debes, de todas formas, considerar la conveniencia de darte un
    salto hasta aquí.

    Tengo muy en cuenta que tú eres particularmente
    renuente a considera cualquier alternativa que incluso poner por
    ahora un pie en Cuba, como no sea en el muy excepcional caso
    mencionado arriba. Eso, sin embargo, analizado fría y
    objetivamente obstaculiza tus propósitos; algo peor, los
    pone en riesgo. A mi me
    cuesta trabajo resignarme a la idea de que eso sea correcto e
    incluso de que pueda justificarse desde un punto de vista
    revolucionario. Tu estancia en el llamado punto intermedio
    aumenta los riesgos, dificulta extraordinariamente las tares
    practicas a realizar; lejos de acelerar, retrasa la
    realización de los planes y te somete, además, a
    una espera innecesariamente angustiosa, incierta,
    impaciente.

    Y todo eso, ¿Por qué y para que? No media
    ninguna cuestión de principios, de honor o de moral
    revolucionaria que te impida hacer un uso eficaz y cabal de las
    facilidades con que realmente puedes contar para cumplir tus
    objetivos.
    Hacer uso de las ventajas que objetivamente significan poder
    entrar y salir de aquí, coordinar, planear, seleccionar, y
    entrenar cuadros y hacer desde aquí todo lo que con tanto
    trabajo solo deficientemente puedes realizar desde ahí u
    otro punto similar, no significa ningún fraude, ninguna
    mentira, ningún engaño al pueblo cubano o al mundo.
    Ni hoy, ni mañana, ni nuca nadie podría
    considerarlo una falta, y menos que nadie tú ante tu
    propia conciencia. Lo que sí sería una falta grave,
    imperdonable, es hacer las cosas mal pudiéndolas hacer
    bien. Tener un fracaso cuando existen todas las posibilidades del
    éxito.

    No insinúo ni remotamente un abandono o
    posposición de los planes ni me dejo llevar de
    consideraciones pesimistas ante las dificultades surgidas. Muy al
    contrario, porque creo que las dificultades pueden ser superadas
    y que contamos más que nunca con la experiencia, la
    convicción y los medios para llevar a cabo los planes con
    éxito, es por lo que sostengo que debemos hacer el uso
    más racional y óptimo de los conocimientos; los
    recursos y las
    facilidades que se cuenta. ¿Es que realmente desde que se
    engendró la ya vieja idea tuya de proseguir la
    acción en otro escenario has podido alguna vez disponer de
    tiempo para dedicarte por entero a la cuestión para
    concebir, organizar y ejecutar los planes hasta donde ello sea
    posible? (…)

    Es una enorme ventaja en este caso que tú puedes
    utilizar esto, disponer de casas, fincas aisladas,
    montañas, cayos solitarios y todo cuanto sea absolutamente
    necesario para organizar y dirigir personalmente los planes,
    dedicando a ello ciento por ciento de tu tiempo,
    auxiliándote de cuantas personas sean necesarias, sin que
    tu ubicación la conozcan mas que un reducidísimo
    número de personas. Tú sabes absolutamente bien que
    puedes contar con estas facilidades, que no existe la más
    remota posibilidad de que por razones de estado o de
    política vayas a encontrar dificultades o interferencias.
    Lo más difícil de todo, que fue la
    desconexión oficial, ha sido logrado, y no sin tener que
    pagar un determinado precio de calumnias, intrigas, etc.
    ¿Es justo que no saquemos todo el provecho posible de
    ello? ¿Pudo contar ningún revolucionario con tal
    ideales condiciones para cumplir su misión
    histórica en una hora en que esa misión cobra
    singular relevancia para la humanidad, cuando se entabla la
    más decisiva y crucial lucha por el triunfo de los
    pueblos? (…)

    … ¿Por qué no hacer las cosas bien
    hechas si tenemos todas las posibilidades para ello? ¿Por
    qué no nos tomamos el mínimo de tiempo necesario
    aunque se trabaje con la mayor rapidez? ¿ Es que caso
    Marx, Engels,
    Lenin, Bolívar, Martí no tuvieron que someterse a
    esperas que en ocasiones duraron décadas?

    Y en aquellas épocas no existía ni el
    avión ni el radio ni los
    demás medios que hoy acortan la distancia y aumenta el
    rendimiento de cada hora de la vida de un hombre. Nosotros en
    Méjico, tuvimos que invertir 18 meses antes de regresar
    aquí. Yo no te planteo una espera de décadas ni de
    años siquiera, solo se meses, puesto que yo creo que en
    cuestión de meses, trabajando en la forma en que sugiero,
    puedes ponerte en marcha en condiciones extraordinariamente
    más favorables de las que estamos tratando de lograr
    ahora.

    Sé que cumples los treinta y ocho el día
    14. ¿Piensas acaso que a esa edad un hombre empieza a ser
    viejo?

    Espero que no te produzcan fastidio y
    preocupación estas líneas. Sé que si las
    analizas serenamente me darás la razón con la
    honestidad que te
    caracteriza. Pero aunque tomes otra decisión absolutamente
    distinta, no me sentiré por eso defraudado. Te escribo con
    entrañable afecto la más profunda y sincera
    admiración a tu lúcida y noble inteligencia, tu
    intachable conducta y tu inquebrantable carácter de
    revolucionario íntegro, y el hecho de que puedas ver las
    cosas de otra forma no variarán un ápice esos
    sentimientos ni entibiará lo más mínimo
    nuestra cooperación.

     

     UNIVERSIDAD AGRARIA DE LA
    HABANA

    "Fructuoso
    Rodríguez Pérez"

    FACULTAD DE
    MECANIZACIÓN AGROPECUARIA

     Autores:

    Pedro L. Hernández Piedra

    Nacionalidad Cubana.

    Estudiante de Ingeniería en Mecanización
    Agropecuaria (5to año) Universidad Agraria de La
    Habana.

    Cecilia Martínez Bernabé

    Nacionalidad Salvadoreña.

    Estudiante de Ingeniería en Mecanización
    Agropecuaria (3er año) Universidad Agraria de La
    Habana.

    Becaria Extranjera en Cuba.

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