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Computación cuántica



    Indice
    1.
    Introducción. Límites de los circuitos
    electrónicos.

    2. Características
    cuánticas.

    3. Clasificación de
    problemas

    4. Algoritmo cuántico de
    factorización

    5. Sistemas físicos
    realizables

    6. Inconvenientes
    7. Bibliografía

    1. Introducción. Límites de
    los circuitos
    electrónicos.

    A lo largo de los últimos años ha
    aumentado la densidad de los
    circuitos electrónicos sin cesar, gracias a la
    disminución en el tamaño de los componentes,
    alcanzándose en al actualidad las 0.25 micras para la
    fabricación industrial. ¿Existe un límite
    para este proceso de
    miniaturización? Esta misma pregunta se la plantean los
    físicos desde finales de los 70, y para responderla
    utilizan la teoría
    que domina la naturaleza a esa
    escala: la
    mecánica cuántica.

    En los dispositivos actuales la corriente obedece a la
    física
    clásica, el enorme número de electrones que la
    forman nos hace olvidar estas entidades individuales y
    considerarla como un fluido, además las distancias entre
    unas corrientes y otras son demasiado grandes como para que
    suceda nada ajeno a la teoría newtoniana. Pero traspasado
    un tamaño mínimo los electrones empiezan a mostrar
    su carácter
    individual y el comportamiento
    cuántico propio de las partículas atómicas,
    de manera que independientemente de los aislantes empleados
    algunos electrones saltan entre las distintas líneas de
    corriente por el llamado "efecto túnel",
    produciéndose fugas que no ayudan nada al correcto
    funcionamiento del circuito. Por el momento parece que la
    intervención de la mecánica cuántica en el
    mundo de los microcircuitos no es demasiado beneficiosa, ni
    deseable.

    Por otro lado se habla de dispositivos moleculares y
    atómicos apoyados en diversas tecnologías, como por
    ejemplo: memorias
    consistentes en átomos individuales excitados
    (grabación de un bit) y medidos (lectura del
    estado)
    mediante laser,
    nanomáquinas similares a calculadores mecánicos
    cuyos engranajes serían agregados de moléculas,…
    Estos nanodispositivos permitirán una mayor densidad de
    información y velocidad al
    disminuir el tamaño de los componente, pero ¿es a
    ellos a los que nos referimos cuando hablamos de ordenadores
    cuánticos? No, a pesar de que en su construcción habrá que manejar las
    leyes
    cuánticas.

    El secreto de la computación cuántica no estriba en
    la estructura
    física de los dispositivos, sino en la lógica
    implementada en ellos. Esta lógica no se basa en la
    física clásica y por tanto las peculiaridades del
    mundo microscópico asoman a su través.
    ¿Qué peculiaridades?

    2. Características
    cuánticas.

    1. Cualquier sistema
      físico se encuentra en un estado definido por una
      serie de magnitudes físicas propias del
      fenómeno y que evoluciona con el tiempo. Algo
      muy importante para nuestra discusión es que un
      sistema clásico NUNCA podrá estar en más
      de un estado, pero esta limitación no existe para un
      sistema cuántico.

      Por ejemplo, consideremos una partícula
      encerrada en una caja que dividimos en dos mitades por una
      línea imaginaria, podríamos informar sobre
      el estado
      del sistema caja-partícula diciendo en que mitad
      está la partícula. Si la partícula es
      clásica, y por tanto obedece la ley de
      Newton
      F=ma sabremos en todo momento donde está si
      conocíamos su estado inicial (dado por la
      posición y la velocidad inicial), no siendo posible
      que la partícula posea dos velocidades o posiciones
      distintas en un mismo instante. Sin embargo una
      partícula que obedezca las leyes cuánticas
      presentará una mayor indefinición según
      transcurra el tiempo, llegando a ser imposible saber con
      seguridad
      en que mitad de la caja está, de tal manera que para
      ser exactos habría que hacer cualquier cálculo suponiendo que la
      partícula está simultáneamente en ambas
      mitades. Su posición está indeterminada, y
      también el estado del sistema.

    2. Superposición de estados

      A principios de
      siglo la física dividía el mundo en dos
      modelos
      matemáticos irreconciliables: las ondas (o
      campos) y las partículas materiales. Estos dos mundos respondían
      a leyes físicas diferentes y los fenómenos
      naturales debían inscribirse en uno o en otro.
      Basándose en los trabajos de Einstein sobre los
      fotones (partículas de la luz), de
      Broglie llegó a la conclusión de que la
      representación correcta debe reunir
      características de ambos modelos. Es decir, la luz (y
      otras ondas) responden como partículas en algunas
      ocasiones, y los electrones (y otras partículas) se
      comportan como ondas en ciertos experimentos.
      En general, cualquier sistema físico tomará uno
      u otro camino en función del experimento al que le
      sometamos.

      En este descubrimiento de la física
      cuántica se basa la existencia de los microscopios
      electrónicos y otros aparatos de medida. Y
      precisamente uno de los experimentos más descriptivos
      de las novedades de la cuántica proviene del mundo de
      las ondas: la interferencia (experimento de las dos rendijas
      de Young).

    3. Dualidad onda-corpúsculo.
      Interferencias
    4. Medida y evolución no determinista: Probabilidad.

    Cuando se realiza una medida sobre un sistema para
    determinar su estado, el resultado debe ser compatible con el
    mundo clásico, ya que los aparatos de medida siempre son
    sistemas
    clásicos, independientemente de que antes de la medida el
    sistema cuántico estuviera en una superposición de
    estados, inmediatamente después de la medida el sistema
    estará en un estado puro (como un sistema clásico).
    Usando de nuevo el ejemplo de la caja dividida en dos mitades,
    aunque en los cálculos sea necesario considerar que la
    partícula está simultáneamente en ambas
    mitades cuando realicemos una medida, el resultado será
    que la partícula se encuentra en la izquierda o en la
    derecha de la caja, igual que si fuese clásica.

    Si es así ¿cómo es posible
    reconciliar ambas situaciones? Muy fácil, haciendo
    intervenir la probabilidad. La superposición de estados es
    algo así como la composición de colores puros
    para obtener un color mezcla; en
    el color naranja existe una componente de rojo y otra de
    amarillo, controlada por unos factores porcentuales determinantes
    de su contribución al total. En el caso de la
    superposición de estados también tenemos una
    distinta contribución de dos estados determinada por unos
    factores numéricos, dándonos estos factores la
    probabilidad de que el sistema nos devuelva uno u otro de los
    posibles resultados al realizar la medida.


    3. Clasificación de
    problemas

    La ciencia de la
    computación podría definirse como la disciplina que
    busca algoritmos
    para la resolución de problemas,
    independientemente de las máquinas
    físicas en las que luego se implementen estos algoritmos.
    Fundamentalmente un algoritmo es
    una receta (una serie de pasos ordenados y claros) con la que
    cocinamos los datos de entrada
    para obtener una solución a nuestra pregunta. Supondremos
    a partir de aquí que nuestro problema va estar restringido
    al mundo de los números, ya que es de esperar que
    cualquier problema "no matemático" se podrá
    transformar en un problema "matemático" mediante el
    modelo
    adecuado.

    Para poder apreciar
    que ventajas nos reportarán las características
    especiales del mundo cuántico en la ciencia de
    la computación, primero hay que buscar algún modo
    de "puntuar" los problemas a los que nos enfrentamos. O sea,
    antes de buscar "cómo hacer las cosas", hay que averiguar
    si es posible hacerlo y cuánta dificultad
    presentará.

    Calificaremos no la dificultad del problema, sino la del
    proceso de resolución, la receta o algoritmo que nos
    brinda la solución. Ese procedimiento nos
    dará la solución en un número variable de
    pasos, cuanto más complicado sea la pregunta más
    pasos serán necesarios y más "tiempo" tardaremos en
    terminar el proceso. El tiempo dependerá no sólo de
    la dificultad intrínseca del problema sino también
    de la información inicial contenida en los datos de
    entrada. Esta información se mide por la cantidad de
    cifras de qué consta el dato de entrada. Después
    obtendremos una fórmula que calcule el número de
    pasos necesarios para obtener la solución en
    función de la información contenida en los datos
    iniciales.

    Ejemplo 1: Algoritmo de multiplicación de dos
    números (algoritmo de tipo polinómico)
    Se trata del clásico algoritmo de multiplicación de
    números de varias cifras que aprendimos en el colegio.
    Tomando como paso elemental la multiplicación de
    números de una cifra, cuando el dato de entrada tiene L
    cifras el número de pasos será de L2,
    T(L) = L2, como la fórmula es un polinomio
    decimos que este es un problema de tipo Polinómico (tipo
    P)

    Ejemplo 2: Algoritmo de factorización de un
    número (algoritmo de tipo no polinómico)
    Se trata del muy típico problema de encontrar todos los
    factores primos de un número (de interés,
    entre otras cosas, para la fabricación de claves y
    métodos
    criptográficos). El método
    más directo, aunque no el más rápido, de
    factorizar el número N es dividir por todos los enteros
    entre 2 y la raíz del número (N1/2).
    Esta estrategia
    implica un número de pasos T=N1/2 (uno por cada
    división). Nos queda escribirlo en función de la
    cantidad de cifras del número N (L), para eso usamos el
    hecho de que N»
    10L, por tanto, T(L)=10L/2. Justo
    aquí aparece una diferencia fundamental con el caso
    anterior, la función que expresa el número de pasos
    necesarios ya no es un polinomio, sino una exponencial, por eso
    este tipo de problemas se denomina no polinómico o
    exponencial (tipo NP o EXP).

    ¿Qué importante propiedad
    diferencia a los polinomios y las exponenciales para que nosotros
    los usemos como criterio válido de clasificación?
    Ni más ni menos que la velocidad con la que crecen,
    siempre es mucho más rápida una exponencial
    (crecimiento explosivo) que una potencia, no
    importa lo grande que sea el exponente de la potencia. Aunque
    inicialmente (para valores
    pequeños de x) xn sea mayor que 10x,
    llegará un momento en que la tendencia se invertirá
    y el resultado de la exponencial será mucho mayor que el
    de la potencia. Entonces si los datos de entrada son
    suficientemente grandes, un algoritmo P implicará menos
    tiempo que uno NP, y podremos considerar más
    difícil el problema resuelto por el segundo.

    Como ejemplo escojamos números de 60 cifras y
    enchufemos nuestros algoritmos a un ordenador que realice mil
    millones de operaciones
    elementales (multiplicaciones o divisiones) por segundo
    (109). Esta máquina acabará la
    multiplicación de dos números en sólo
    3.6×10-6 segundos frente a los 1021
    segundos (»
    3×1013 años) necesarios para la
    factorización.

    Quizás el lector piense que esto no es grave en
    estos tiempos de gigantescos ordenadores de proceso en paralelo.
    Pero el paralelismo clásico no nos ayuda en este caso. La
    intervención de varios procesadores
    cooperando reduciría el tiempo en un factor igual, como
    mucho, al número de procesadores, y dada la velocidad a la
    que crecen las funciones
    exponenciales eso no nos daría ninguna ventaja, a menos
    que colocáramos en red un número de
    ordenadores que también creciera exponencialmente con la
    complejidad de los datos iniciales. Algo absolutamente
    imposible.

    ¿Qué nos aporta la física
    cuántica en este punto? Sencillamente cambia la ciencia
    matemática
    de la computación desde sus mismos cimientos.
    La computación se basa en el concepto de bit,
    la unidad más pequeña de información (una
    respuesta si/no). Un bit de información aparece codificado
    en cualquier sistema físico que tenga dos estados posibles
    (un interruptor eléctrico, una llave de paso, una
    estantería con dos niveles, una caja dividida por la mitad
    en la que se mueve una partícula clásica,…).
    Pero, ¿si es un sistema cuántico? Entonces el
    sistema no esta obligado a encontrarse en un estado único
    y definido, puede estar a la vez en el estado 1 y en el 0,
    contribuyendo cada uno de ellos con un factor distinto. Este
    nuevo objeto capaz de agrupar los dos posibles estados
    clásicos es lo que se llama qubit. (quantum bit, bit
    cuántico en inglés)
    Con un sistema que conste de n qubits (registro
    cuántico), y si el estado cuántico esta
    adecuadamente preparado tendremos una mezcla de 2n
    estados clásicos (reaparece la función
    exponencial). Así, cuando realicemos una operación
    sobre este registro, estaremos operando simultáneamente
    sobre todos los estados clásicos de los que se compone el
    estado cuántico real del registro. Este paralelismo
    cuántico absolutamente masivo es lo que da potencia a la
    computación cuántica. Un algoritmo capaz de sacar
    partido de esta característica no es de tipo P, ni NP sino
    de un nuevo tipo llamado QP (Quantum Polynomical,
    polinómico cuántico). ¿Cómo es un
    algoritmo cuántico?

    4. Algoritmo cuántico
    de factorización

    Basándonos en las características de los
    fenómenos cuánticos expuestos en el párrafo
    titulado Características cuánticas podemos imaginar
    la peculiar forma en que operaría un ordenador
    cuántico. En vista de esas propiedades veremos que no
    cualquier algoritmo o técnica matemática
    sacará ventajas de una máquina
    cuántica.

    El algoritmo que se va a describir fue desarrollado por
    Shor en 1994, y fue el primero de su especie. Antes de poder
    describir el mecanismo que permite acelerar la
    factorización de un número tenemos que explorar las
    propiedades de un grupo de
    funciones empleadas en el algoritmo.

    Algoritmo cuántico: Factores y funciones
    modulares.
    Decimos que dos números a y b son iguales módulo
    otro número c cuando los dos nos dan el mismo resto al
    dividir por c, así por ejemplo 7 módulo 5 es igual
    a 2 (en notación matemática, 7 mod 5 = 2).
    Está nueva operación es define a las funciones
    modulares. Para la factorización estudiaremos las
    funciones modulares del siguiente tipo: f(x) = ax mod
    N. Estas funciones son periódicas y su periodo r
    está relacionado con los factores de N, exactamente
    Máximo Común Divisor (M.C.D.) de la pareja de
    números ar/2± 1 y N nos da dos de los
    factores de N.

    ¿Seguro?
    Sí, vamos a verlo en un ejemplo concreto con
    números sencillos. Pongámonos como objetivo la
    factorización de 15, y tomemos el valor de la
    base de la potencia de la función modular igual a 11.
    Sustituyendo los valores
    consecutivos de x en la función 11x mod 15
    obtenemos la serie 1,11,1,11,1,11,… El periodo de la serie es
    r=2 y 11r/2=11. Ahora La transformada de Fourier se
    utiliza para analizar una función y hallar las frecuencias
    de las oscilaciones cuya suma reconstruirían la
    función original (lo mismo que hace un sintetizador para
    formar sonidos de cualquier tipo a partir de oscilaciones
    electrónicas)

    Función original (x)® Función transformada
    (frecuencias)

    Si pretendemos reconstruir una función
    periódica a partir de la suma de las oscilaciones de
    frecuencia definida, estas oscilaciones cumplirán dos
    propiedades:

    • La oscilación de frecuencia más baja
      tiene el mismo periodo que la función original, y el
      resto son múltiplos de esta, es decir, la
      oscilación de frecuencia más baja nos da el
      armazón básico de la función original, y
      el resto de las oscilaciones se dedican a describir los
      detalles.
    • Al sumar las oscilaciones para reconstruir la forma
      de la función está claro que lo importante es el
      desplazamiento relativo, pero no el desplazamiento general, por
      eso el desplazamiento l no aparece en las
      oscilaciones.

    calculemos el máximo común divisor de 10 y
    15, y de 12 y 15, lo que nos da 3 y 5 respectivamente. Y estos
    dos números son los factores de 15.

    Este camino, por sí mismo, no es un atajo; aunque
    el mecanismo para encontrar el M.C.D. de dos números
    (algoritmo de Euclides) se puede realizar en un tiempo
    polinómico con un ordenador clásico, el proceso de
    hallar el periodo de la función modular es tan costoso en
    tiempo como el sistema de factorizar mediante divisiones
    sucesivas.

    Algoritmo cuántico: Cálculos
    cuánticos

    Sin embargo, los ordenadores cuánticos sí
    serían eficaces en el cálculo de periodos, hasta el
    punto de que se reduce a un tiempo polinómico (T(L) =
    L2) lo que requeriría un número
    exponencial de pasos en una máquina clásica
    (exactamente T(L)=10L/2, como ya hemos visto).
    Supongamos que disponemos de un registro cuántico
    preparado en un estado mezcla de todos los estados
    clásicos (es decir, todos los números capaces de
    ser almacenados en los n bits del registro) y al aplicar la
    función modular sobre él se genera un registro que
    contiene una mezcla cuántica de todos los posibles
    resultados de la función (¡de un solo golpe!).
    Espléndido verdad, pero ¿puede ser así de
    fácil o habrá trampa? A partir de ahora entraremos
    un poco más en detalle: el número que queremos
    factorizar tiene una longitud de L bits y usaremos dos registros
    cuánticos de L qubits cada uno; el primero será el
    de entrada y el segundo el de salida, pues el primero
    contendrá el valor x de entrada de la función
    modular y el segundo su resultado correspondiente. Vamos a
    representar la composición cuántica de estados (lo
    que indica que en caso de realizar una medida cualquiera de los
    valores es un posible resultado) mediante la suma. Así
    antes de aplicar la función:

    Estado[(registro entrada)(registro salida)] = (0)(0) +
    (1)(0) +(2)(0) +…
    Y después del cálculo de la función
    modular:
    Estado[(registro entrada)(registro salida)] = (0)(f(0)) +
    (1)(f(1)) + (2)(f(2)) + —
    Para el caso del ejemplo utilizado en al apartado anterior, el
    estado final sería:
    Estado final =
    (0)(1)+(1)(7)+(2)(4)+(3)(13)+(4)(1)+(5)(7)+(6)(4)+(7)(13)+…

    Por desgracia siempre hay obstáculos, recordemos
    que para obtener el resultado tendremos que realizar una medida
    sobre el sistema y eso significa quedarnos sólo con una de
    las posibilidades (el resultado de una medida debe ser un estado
    clásico, los aparatos de medida no admiten ni mezclas ni
    medias tintas pues son sistemas clásicos), lo que nos deja
    sin la ventaja de la visión global.
    Si realizamos una medida sobre el segundo registro el estado
    después de la medida nos dejará en distintos casos
    a los dos registros: el segundo en un estado clásico
    definido, y el primero en un composición de todos los
    estados que acompañaban a ese estado del primer registro.
    En nuestro ejemplo:
    Si el resultado de la medida es 1, el segundo registro
    estará en (1), y el estado del registro total:
    Estado post-medida = ((0) + (4) + (8) + (12) +…)(1)
    Encontramos un desplazamiento l=0
    Si el resultado de la medida es 4, el segundo registro
    estará en (4), y el estado del registro total:
    Estado post-medida = ((3) + (7) + (11) + (15) +…)(4)
    Encontramos un desplazamiento l=3
    Si el resultado de la medida es 7, el segundo registro
    estará en (7), y el estado del registro total:
    Estado post-medida = ((1) + (5) + (9) + (13) +…)(7)
    Encontramos un desplazamiento l=1
    Si el resultado de la medida es 13, el segundo registro
    estará en (13), y el estado del registro total:
    Estado post-medida = ((2) + (6) + (10) + (14) +…)(13)
    Encontramos un desplazamiento l=2

    Para cualquiera de las series anteriores es fácil
    verificar que la periodicidad es 4, pero debido a las reglas de
    la mecánica cuántica todos los posibles resultados
    de la medida son equiprobables, si nos quedáramos
    sólo con los estados que nos han una determinada medida
    (por ejemplo 4) con tres medidas sobre el primer registro se
    podría determinar el periodo: para el caso del ejemplo, si
    obtuviéramos en estas medidas los valores 19, 3 y 11, el
    periodo sería igual al MCD(19-11,11-3)=4. Aunque este
    camino es factible, es demasiado largo; según el
    número N se va haciendo mayor los valores de l
    también crecen (igual que el periodo r de la
    función modular), de tal manera que el algoritmo de
    factorización deja de ser provechoso.

    Algoritmo cuántico: Último paso
    Para resolver el último escollo nos armamos con una vieja
    herramienta de la física ondulatoria: la transformada de
    Fourier. En este caso concreto, y para beneficio de las personas
    que puedan obtener información de otras fuentes, o
    para quienes les gusta atesorar nombres raros, la técnica
    se llama exactamente Transformada Discreta de Fourier. Para este
    proceso matemático partimos de un conjunto de puntos, que
    supuestamente se ajustan una función periódica,
    entonces aplicando a los puntos la fórmula que resume esta
    técnica matemática obtenemos el periodo de la
    función sobre la que se sitúan.

    En el mundo de la computación cuántica se
    puede construir una puerta que realice justamente esta
    transformación (cosa nada extraña, pues
    también se sabe como hacer en la electrónica tradicional, tanto digital como
    analógica, y desde hace tiempo se aprovecha para
    cuestiones como la compresión y tratamiento de imágenes
    en el ordenador). Y gracias a la existencia de esta puerta
    lógica, no tenemos más que introducir por un lado
    la función que obtuvimos en el dispositivo (y en el
    párrafo) anterior y esperar a la salida el periodo del
    ciclo de números que representaba esa función, a
    partir del cuál podremos calcular los factores del
    número inicial, que era nuestro objetivo final.

    Algoritmo cuántico: Otros algoritmos
    El algoritmo de factorización que hemos comentado con su
    espectacular rendimiento ya no es el único de los que
    sacarían partido de la mecánica cuántica. En
    1997, Lov K. Grover presento otro algoritmo con especial
    interés para otra de las parcelas típicas de los
    ordenadores: las rutinas de ordenación. Mientras que un
    algoritmo clásico tardaría, a grandes rasgos, n/2
    pasos en ordenar una ristra de n elemento, el algoritmo de Grover
    lo haría en tan sólo Ö n pasos. Si hablamos de 100
    términos, eso implica un factor de 5 entre ambos
    métodos, si hablamos de 1.000.000 el factor ya asciende a
    500. ¿Una ayuda para las bases de
    datos?

    5. Sistemas físicos
    realizables

    Una vez que hemos visto un caso particular de algoritmo
    que aprovecha eficazmente las rarezas del mundo cuántico,
    nos queda encontrar que sistemas físicos podrían
    servir para construir estos ordenadores cuánticos. En la
    literatura
    científica las técnicas
    que se barajan incluyen diversos campos de la física:
    electrones atrapados en pozos cuánticos,
    interferometría atómica Ramsey, o átomos
    acoplados a la radiación
    presente dentro de un resonador óptico de
    precisión, entre otras.

    Igual que los ordenadores clásicos, los
    cuánticos tienen como elementos fundamentales las puertas
    lógicas, con la diferencia de que en el caso
    cuántico existe una mayor diversidad de puertas. Como
    ejemplo, construiremos una puerta tipo CNOT (Negación
    Lógica Controlada) aplicando lo que se sabe sobre los
    dipolos magnéticos, los cuales se comportan como
    pequeños imanes.

    La puerta se compone de dos qubits y realiza una
    negación sobre el segundo qubit si el primer qubit
    está activado. En la siguiente tabla se puede ver el
    funcionamiento de esta puerta:

    Entrada

    Salida

    (00)

    (00)

    (01)

    (01)

    (10)

    (11)

    (11)

    (10)

    ¿Cómo se consigue esto con
    dos dipolos magnéticos? Los dipolos pueden encontrarse en
    dos posible estados: apuntando hacia arriba o hacia abajo, cada
    uno de estos representa un posible valor del qubit. Por otro lado
    el estado de los dipolos puede voltearse dándoles
    energía mediante radiación electromagnética,
    pero no cualquiera sino sólo la de una determinada
    frecuencia (frecuencia de resonancia) que puede ser distinta para
    cada dipolo dependiendo de sus características (masa,
    cargas eléctricas, tamaño,…). Si dos dipolos
    están suficientemente cerca para influirse, aparecen dos
    nuevas frecuencias para las que cambia la orientación de
    un dipolo dependiendo de cual sea la orientación del otro,
    esto es debido a que ejercen mutuamente fuerza
    magnética. Estas 4 frecuencias son distintas entre
    sí, por tanto, si nosotros sometemos el par de dipolos a
    una radiación con la frecuencia a la cual cambia el
    segundo dipolo, este dipolo la absorberá y girará,
    o no, dependiendo de cual sea el estado del otro dipolo. Este es
    justamente el comportamiento que necesitamos, con este sistema se
    puede construir una puerta cuántica tipo CNOT, en donde
    los pequeños dipolos magnéticos serían
    átomos que presentasen este rasgo (existen muchos
    átomos con distintos valores de esta
    propiedad).

    6.
    Inconvenientes

    Pero construir un dispositivo que pueda realizar
    cálculos cuánticos no es fácil, sea cual sea
    el sistema físico que queramos usar. Contra nuestros
    deseos se opone la influencia del medio ambiente
    que rodea el sistema mediante dos procesos:
    decaimiento y decoherencia, dado el origen de ambos. El
    decaimiento consiste en la fuga de energía desde el
    sistema al medio, este proceso obliga a que los estados de
    energía más alta evolucionen emitiendo
    energía hacia los estados de mínima energía,
    con lo cual la mezcla inicial de estados (el factor decisivo para
    la computación cuántica) se convierte en una mezcla
    de sólo los estados de menor energía. La
    decoherencia es un fenómeno más sutil que no
    implica intercambio de energía con el medio ambiente, sino
    una especie de perdida de información, y es responsable de
    que los objetos macroscópicos que nos rodean no tengan el
    extraño comportamiento dictado por la mecánica
    cuántica, pues el medio elimina la mezcla de estados
    típica de la física cuántica como si se
    realiza continuamente una serie de medidas sobre el sistema. Como
    es la mezcla de estados la que da potencia a la
    computación ,cualquiera de estos dos procesos son letales
    para la consecución del cálculo; la solución
    está clara; mantener el sistema tan aislado de la
    influencia externa como sea posible durante el proceso de
    cálculo. ¿Cuánto tiempo significa esto? De
    los dos procesos es la decoherencia el más rápido.
    Este proceso viene caracterizado por un lapso de tiempo
    típico t dependiente del sistema físico, y
    estimando el tiempo mínimo necesario para realizar un
    cambio en el
    sistema telem» h/E
    (dónde E es la diferencia de energía entre los
    estados (0) y (1), esta estimación se basa en el Principio
    de Incertidumbre), obtenemos que el número de operaciones
    que se pueden realizar de forma segura viene dado por el cociente
    de los dos tiempos anteriores, M=t /
    telem. Por último, para terminar algoritmo de
    factorización el número de pasos necesario es, en
    el mejor de los casos, L4 para una entrada de L qubits
    (L» M1/4). Todo esto esta
    agrupado en la siguiente tabla para una serie de sistemas
    físicos:

    Tecnología

    telem

    t

    M

    L

    Núcleos Mossbauer

    10-19

    10-10

    109

    100

    Electrones GaAs

    10-13

    10-10

    103

    1

    Electrones Au

    10-14

    10-8

    106

    10

    Trampas de iones

    10-14

    10-1

    1013

    1000

    Cavidades ópticas

    10-14

    10-5

    109

    100

    Spin electrónico

    10-7

    10-3

    104

    10

    Electrones en pozos cuánticos

    10-6

    10-3

    103

    1

    Spin nuclear

    10-3

    104

    107

    10

    Superconductores

    10-9

    10-3

    106

    10

    Es importante recordar que son
    sólo cifras estimativas, especulando sobre lo que se sabe
    de estos sistemas en el laboratorio, y
    que la construcción de puertas lógicas
    cuánticas sólo se ha acometido en algunas de las
    tecnologías.

    Resumiendo
    Como hemos visto la ventaja en la potencia de estas
    hipotéticas máquinas cuánticas proviene del
    paralelismo masivo (exponencial) inherente a la mezcla de estados
    propia del mundo cuántico. Si estos ordenadores fueran
    factibles en la práctica, nos permitirían atacar
    problemas que en los ordenadores clásicos
    implicarían tiempos astronómicos (los problemas que
    se solucionasen mediante algoritmos NP). Para ello hay que
    pensar en algoritmos especiales que aprovechen las propiedades
    especiales de la lógica cuántica, pero ya existen
    varios en la literatura científica.

    Queda por saber si el aislamiento de los sistemas nos
    permitirá escapar al límite impuesto por el
    decaimiento y la decoherencia que destruyen la mezcla
    cuántica de estados. Incluso si estos ordenadores se
    tienen que restringir a sistemas de pocos bits se podrán
    emplear para explorar numéricamente la resolución
    de sistemas cuánticos mucho más amplios (como
    sugirió Feynman). Todos los esfuerzos en este campo
    servirán para despejar muchas dudas sobre los fundamentos
    de la mecánica cuántica (una teoría
    universal joven de sólo 80 años), investigando el
    mundo entre lo cuántico y lo clásico.

    Aparte de las aplicaciones encaminadas a la ciencia
    básica, estos ordenadores podrían usarse en la
    criptografía y el criptoanálisis (ya
    hay quién sueña con reventar complejas claves
    públicas, y quién lo hace con crear sistemas de
    cifrado absolutamente seguros).
    Asimismo se piensa en búsquedas en inmensas bases de
    datos, o simulaciones meteorológicas.

    En todo caso, la evolución en este campo es
    vertiginosa. A principios de los 80, se apuntaban las primeras
    características de estos sistemas, pero sin llegar a
    prosperar la investigación. Años después
    se retomó la línea de investigación,
    obteniéndose los primeros algoritmos capaces de sacar
    partido de estas hipotéticas propiedades en 1994. Hace tan
    solo dos años, los especialistas se dividían en dos
    grupos: los
    que creían en su realización práctica, y los
    que los estudiaban como una simple y sofisticada manera de poner
    a prueba la mecánica cuántica pero sin esperanza de
    ver un dispositivo real. En mayo del 98 apareció en la
    prensa la
    noticia de la construcción del primer sistema de
    laboratorio al que podía llamarse un ordenador
    cuántico. Construido por un equipo a caballo entre el
    M.I.T., la universidad de
    Berkeley y el laboratorio de Los Alamos consistía en una
    puerta lógica de 2 qubits basada en la técnica de
    la Resonancia Magnética Nuclear aplicada sobre una
    muestra de
    cloroformo (CHCl3) a temperatura
    ambiente. Y en la actualidad, estoy dándome prisa en
    terminar este artículo, no vaya a ser que alguna empresa del
    sector anuncie su nuevo coprocesador cuántico para PC…
    Bien, quizás lo último sea un poco exagerado, pero
    no todo lo anterior.

    Nos encontramos en un territorio frontera entre la
    física, la computación y la teoría de la
    información que se empieza a explorar. Y ya se sabe que
    las fronteras son siempre especialmente
    fértiles.

    7.
    Bibliografía

    • Scientific American: Quantum computers with
      molecules
    • http://www.sciam.com/1998/0698issue/0698gershenfeld.html
    • Noticia sobre el primer ordenador
      cuántico
    • http://www.techweb.com/se/directlink.cgi?EET19980504S0062
    • Quantum Information At Los Alamos National
      Laboratory
    • http://p23.lanl.gov/Quantum/quantum.html
    • Página personal de J.
      Smolin: Incluye Tesis sobre
      ordenadores cuánticos y muchos hiperenlaces relacionados
      con el tema
    • http://vesta.physics.ucla.edu/~smolin/
    • Quantum Computation: a tutorial
    • http://chemphys.weizmann.ac.il/~schmuel/comp/comp.html

     

     

    Autor:

    Faustino Lobo Fernández

    21 de abril de1999

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