en el Mercosur
- Justificación del
tema - Cultura del
trabajo.- - Cultura
emprendedora - La perspectiva de la OIT en
materia de ocupación informal. - Proceso de
promoción
"El derecho es la fundamentación de toda organización social: consagrar nuestra vida
a su estudio y perfeccionamiento es colaborar en la obra eterna
de la más armónica realización de
ella"
Con respecto al Mercosur hemos de
hacer una breve referencia de advertencia.
Esta formidable posibilidad estratégica y
prospectiva, no integra protocolos,
países, sino personas, costumbres, idiomas, etnias, y no
debe servir o ser considerado solo para hacer buenos negocios, en
tiempos de vientos económicos favorables, sino todo lo
contrario.
Ha de resolver entonces, favorablemente, con políticas
sociales atinadas, todos aquellos otros problemas que
acosan al hombre de hoy,
integrando posibilidades naturales puesto que, en muchos casos,
el reino mineral o vegetal nos une natural e
históricamente (el hombre lo
ha dividido con una razón u otra o ninguna),
conocimientos, infraestructuras, sabidurías e
inteligencias; fomentando, promoviendo e integrando
latinoamericanos solidarios, fundamentalmente.
Dejando de manifiesto esta advertencia, nosotros, cuando
hablamos de derecho microempresario, hablamos de los fundamentos
de una regulación excepcional para la microempresa,
urbana y rural, la que es precisamente un modo personal de
producir, de dimensiones humanas y económicas reducidas
que actúa productivamente como una estrategia contra
el hambre y la desocupación, reuniendo, recuperando –
reciclando – rehabilitando, los recursos
necesarios para microemprendimientos diversos, que podremos
encontrar en la base misma de una empresa nueva
de mediano o mayor tamaño y escala, de un
trabajo humano, disciplinado y creativo, con capacidad de
iniciativa y espíritu emprendedor.
Es que el trabajo
humano autónomo, en cuanto esfuerzo, tiene un formidable
valor
formativo para el sujeto que lo desarrolla, le reanima porque
mediante él éste obtiene los recursos que
necesita, porque aumenta la masa de bienes y
porque refuerza los vínculos sociales cristalizando sus
virtualidades adaptándolas a la satisfacción de las
necesidades humanas.
Es decir estamos pensando en ese trabajo humano,
disciplinado y creativo, con capacidad de iniciativa y
espíritu emprendedor.
Como señala SS. Juan Paulo II en su Carta
Encíclica Fides et Ratio, "Tanto en Oriente como en
Occidente es posible distinguir un camino que, a lo largo de los
siglos, ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente
con la verdad y a confrontarse con ella."…. "al hombre, cuanto
más conoce la realidad y el mundo y más se conoce a
sí mismo en su unicidad, le resulta más urgente el
interrogante sobre el sentido de las cosas y sobre su propia
existencia.
Por lo demás, una simple mirada a la historia antigua muestra con
claridad cómo en distintas partes de la tierra,
marcadas por culturas diferentes, brotan al mismo tiempo las
preguntas de fondo que caracterizan el recorrido de la existencia
humana."
Estas preguntas están hoy formuladas
también por personas con trabajo, pero fundamentalmente
por personas sin ocupación
En la vida cotidiana se hacen cada día más
evidentes y determinantes los beneficios que proporciona el rol
del trabajo humano en la sociedad
así como las lastimaduras de su precariedad o la fatalidad
de su ausencia.
Desde el Centro de Investigaciones
Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Universidad
Nacional de la República Argentina, con
nuestros Seminarios de Educación Productiva
entendemos que hemos puesto a la Universidad en la
calle, arrimándola a la gente común en el pensamiento de
Unamuno "La Universidad no es nada si no es útil a la
sociedad, y
ésta se negaría a sí misma si no entiende y
ayuda a la Universidad, porque la Universidad debe educar,
enseñar e investigar para ser beneficiosa a la
sociedad".
El proyecto de
ley que
propiciamos, pretende plasmar reclamos actuales y de alta
probabilidad
futura en cuanto a capacitación para la solidaridad, para
la competitividad
(no existe incompatibilidad), para la reconversión, para
la inteligencia
de mercados.
Respetar culturas, psicologías,
sociologías organizacionales como contribuir a consolidar
el frágil equilibrio
entre actividad vecinal, comunitaria y medio
ambiente.
Así las cosas, aún cuando los
microempresarios se desinteresaran del derecho y, los juristas y
legisladores olvidaran el tema, las microempresas
por el solo hecho de actuar en sociedad no pueden eludir el
derecho, el que en su contenido y aplicación debe promover
y asegurar su espíritu y finalidades, actualizando
además los cuerpos normativos, que generalmente son
desbordados por la dinámica social.
Porqué, "Las culturas, estando en estrecha
relación con los hombres y con su historia, comparten el
dinamismo propio del tiempo humano.
Nadie puede ignorar transformaciones y progresos debidos a los
encuentros entre los hombres y a los intercambios
recíprocos de sus modelos de
vida.
Las culturas se alimentan de la
comunicación de valores, y su
vitalidad y subsistencia proceden de su capacidad de permanecer
abiertas a la acogida de lo nuevo.
¿Cuál es la explicación de este
dinamismo? Cada hombre está inmerso en una cultura, de
ella depende y sobre ella influye. Él es al mismo tiempo
hijo y padre de la cultura a la
que pertenece. En cada expresión de su vida lleva consigo
algo que lo diferencia y además su inagotable deseo de
conocer.
En consecuencia, toda cultura lleva impresa y deja
entrever la tensión hacia una plenitud."
"Empresas
rompiendo el cascarón" Ciertamente, las incubadoras, que
nos resultan conocidas son aquéllas utilizadas en el caso
de los bebés prematuros o los huevos, pero también
existen de otro tipo: aquellas que contribuyen a crear y
desarrollar empresas, porque
los gigantes también fueron pequeños En efecto,
dijo Alan L. Carsrud, Ph.D. en el
marco de la crisis
asiática, "serán las pequeñas y medianas
empresas las que =a nivel mundial=crearán nuevos empleos e
impulsarán la recuperación económica". Pero
estas empresas –agrega- enfrentan crecientes
desafíos en el contexto de la globalización económica,
desafíos distintos a los de cinco años
atrás.
El trabajo personal es uno
de los derechos humanos
y haremos justicia si
cada cual cumple sus deberes humanos.
Sin embargo podemos afirmar que la cultura del trabajo
está inmersa en una crisis que
deriva de una confusión y notables asimetrías que
han roto la armonía natural del trabajo humano- economía – naturaleza.
Al respecto debemos señalar una pista
además de aquellas otras que pueden producir en una
detenida, aguda y profunda percepción. Cuál es esta pista: dos
caracteres esenciales tiene el trabajo. El
primero es su carácter
personal, en cuanto a que la energía que opera es
inherente a la persona humana y
propia en absoluto del que la ejerce y para cuya utilidad le ha
sido dado; el segundo es su carácter
de necesario, por cuanto el fruto de su trabajo le es necesario
al hombre para la defensa de su vida, defensa a la que lo obliga
la naturaleza
misma de las cosas, a que hay que plegarse por encima de
todo.
Estos son dos aspectos que son sólo separables
conceptualmente, porque están unidos en la realidad del
trabajo. Su distinción es de suma importancia para
comprender bien con cuánta frecuencia y facilidad se
cometen injusticias en las condiciones del trabajo y en los
salarios que son
fruto del trabajo.
Además, el trabajo tiene un carácter
eminentemente social. Es un aporte al bienestar de la familia y
de la sociedad civil en
que vive cada trabajador. Si el trabajo es una necesidad vital y
por tanto un derecho, es también una obligación
irrenunciable, cuya finalidad inmediata del sustento y desarrollo
personal es inseparable de la finalidad social de satisfacer
el bienestar familiar y de la sociedad
civil.
El trabajo es pues, una realización de la
libertad
personal, una forma de subvenir las necesidades personales, y una
contribución al bien común. El hombre
tiene el derecho de trabajar y hacer, en tales condiciones, que
su trabajo pueda cumplir con sus finalidades esenciales y las
Instituciones
pertinentes garantizar de eso mismo.
Con J. Delcourt, coincidimos en que, como consecuencia
de la profundidad de la crisis actual, las empresas se han
embarcado en reestructuraciones económicas y
recategorizaciones exigidas por los cambios tecnológicos,
que las llevaron a deshacerse de personal. Todo esto ha conducido
a la necesidad de volver la mirada sobre los trabajadores y
repensar la implicación de estas medidas sobre los mismos.
En efecto, las políticas
de rediseño y reingeniería arrojaron como resultado
despidos y descalificaciones que tornan más acuciante la
exigencia de mayor democratización dentro y fuera de
la
empresa.
Al mismo tiempo, la tensión del público se
ha concentrado sobre la empresa y el
empresario. Para hacer frente a esta crisis del empleo,
algunas naciones desarrolladas han retornado hacia la empresa, sin
duda porque el crecimiento del empleo en el
sector
público no podía ser una buena
solución.
A partir de este dato, una nueva cultura de empresa se ha
desarrollado en algunos países (como Bélgica,
Canadá, Francia, Nueva
Zelandia), en la cual la necesidad no pasa por la
reducción de empleo y la precarización de la
estabilidad sino sobre todo, por las profundas transformaciones
de las estructuras y
las calificaciones y por la flexibilidad implícita en los
inevitables rediseños dentro y fuera de las empresas, lo
mismo que por las mutaciones tecnológicas.
Este retorno a la empresa y a la racionalidad
económica, tiene alguna cosa de paradojal dentro de la
medida en qué, siguiendo a Andrë Gorz, uno puede
considerar que justamente el triunfo de esta razón
económica es lo que ha provocado el divorcio del
trabajo y de la vida, de la producción y de las necesidades, de la
economía y
de la sociedad.
Con todo ello, además de la precarización
creciente del trabajo y su legislación, también se
generaron expresiones creativas las que, de la informalidad
están avanzando hacia sistemas
más estructurados a la vez que crece el reconocimiento de
los gobiernos locales, particularmente, y, la insinuación
de estructuras
supramunicipales como actores de desarrollos
regionales.
Aún en las mismas empresas involucradas en esta
crisis, surgieron microempresas
internas y satelitales que canalizaron tercerizaciones y
subcontrataciones.
Esto crece a medida que se valora el estilo con el que
los protagonistas sociales gestionan los recursos locales
habiéndose advertido que es clave para los desarrollos
locales lo cualitativo y no lo cuantitativo de la innovación.
No es casual por cierto que los municipios además
de sus áreas de infraestructura y servicios
estén incorporando áreas de desarrollo
económico local y regional a través de entes
intermunicipales y recursos semejantes.
En efecto, el desempleo
crecerá y sólo a partir de programas y
proyectos
debidamente elaborados y evaluados, podrá esperarse
crecimientos en la ocupación.
Cada microempresa es un proyecto
productivo, parte de un proyecto y debe ajustarse al mismo con
las reformulaciones necesarias y oportunas.
La decisión política será
decisiva para impulsar planes, programas y
proyectos con
sentido humanitario-laboral,
proyectos que comtemplen idiosincrasias y posibilidades
autóctonas impulsándolas decididamente.
En este sentido, resulta impostergable para
nacionalizar, regionalizar y corporizar el impulso productivo del
país, herramientas
financieras tales como "El Project Finance".
Estamos hablando de un recurso crediticio que en el
derecho anglosajón se vincula con auspicios monetarios
asignados para la evolución, y la ejecución de un
proyecto concreto en
donde se prioriza la potencial rentabilidad
del mismo y no la solvencia concreta de los asistidos, personal y
anterior a este crédito
calificado, por lo qué, claro está, la
elaboración, la ingeniería del proyecto será de la
mayor importancia –proporcional- para una evaluación
exitosa.
Más aún, los empresarios no tienen la
obligación de cancelar el crédito
en la eventualidad –bastante improbable aquí- de que
el emprendimiento no arroje utilidades suficientes para
cubrirlo.
La desocupación y pobreza
crecientes requieren estrategias
alternativas y la microempresa, el microemprendimiento, han
demostrado ser una, respetable y de notable
trascendencia.
En efecto, las reformas estatales, las gestiones
privadas de servicios
públicos, los procesos de
concentración, han puesto en la convulsionada calle de la
desocupación a muchos trabajadores y demasiado dinero por
indemnizaciones, retiros, etc..
Estos, al no ser reorientados, reentrenados de acuerdo a
las exigencias y posibilidades del nuevo contexto
–creciente desocupación- para generar con innovación y creatividad su
propia microempresa, su empresa familiar, su autoempleo; en la
mayoría de los casos fracasaron y vieron diluirse de entre
sus manos sus dineros en desafortunados intentos recurrentes
(kioscos, remises o caracoles).
Es duro admitir que el empleo vitalicio concluyó
y el Estado
protector también.
Así, ante una realidad invertebrada, podemos
observar un Estado en
franca retirada.
Necesitamos sin duda de un Estado
moderador, de un Estado "semáforo" para dejar atrás las
asimetrías donde unos pocos tienen siempre onda verde, los
más, roja y, los media, amarillo extremo.
De caras a un mundo donde se visualiza un espacio
importante para la cultura emprendedora (en la conferencia de la
O.I.T. celebrada en l997 se afirma que en Africa, desde el
año l994, las microempresas constituyen una enorme y
creciente fuente de trabajo; en Alemania,
Italia, Holanda,
Colombia otro
tanto; en Latinoamérica el número de empleos
en las microempresas aumenta a tasas del 10,5% anual =setiembre
96-setiembre 97= cuando paradójicamente, en el mismo
periodo, el conjunto de la economía aumentó en solo
un 5,14% la oferta de
puestos de trabajo) y el desarrollo
local crecerá sin duda el campo para nuevos empresarios,
pequeños y medianos, tercerizaciones y
subcontrataciones.
Aquí se comprende el trabajo humano fruto de la
informalidad urbana y rural, microexplotaciones que por su baja o
nula rentabilidad
inicial, escasa o nula tecnología,
sólo se pueden sostener en el mercado eludiendo
el cumplimiento de las leyes
impositivas, de tasas, servicios y habilitación, laborales
y de la seguridad
social haciendo de esta subremuneración del trabajo su
ventaja comparativa.
En este sentido, es que la distribución de trabajadores informales
podría asociarse más con esquemas de segmentación "vertical" del campo del
trabajo (diversos tipos de empleo, protegido y no protegido en
todas las actividades económicas) frente a los esquemas de
segmentación horizontal (el empleo
desprotegido se encuentra sólo en las actividades
"informales"o rurales y el protegido en las
"formales").
La estimación de la incidencia de la
ocupación informal en argentinas es
sorprendente:
La distribución por ramas de actividad
más tradicionales, desconcentradas y vegetativas revelan
una mayor frecuencia de ocupación informal. Así en
la construcción, confecciones y calzado,
madera y
muebles las incidencias superan considerablemente los promedios,
pero, también en ramas dinámicas se observa una
incidencia considerable: alimentos,
bebidas, tabaco, papel e
imprenta oscilan alrededor del promedio y se mantienen en niveles
estimables en materia de
transporte y
metalmecánica.
La perspectiva de
la OIT en materia de
ocupación informal.
Es preciso aclarar que se entiende y se solicita que no
debía confundirse el empleo ilegal con el "sector no
estructurado de la economía"como afirmaba también
J.Delors en su libro blanco
Crecimiento, competitividad
y empleo. Esta ocupación definida como las "actividades
económicas realizadas al margen de las estructuras
económicas institucionalizadas" (Recomendación
N° l69, 27.1, -l983-84) individualizándose al trabajo
familiar y al "trabajo independiente en talleres individuales
tanto en las áreas urbanas como en las rurales, como
formas de empleo que merecían programas de promoción tendientes a fomentarlos (27.2).
Así se parece sugerir que ésta en la forma
típica de empleo no estructurado
En este estado de reacomodamiento, el esfuerzo personal
con sus frutos de innovaciones, creaciones, productos y
servicios novedosos que rescatan lo autóctono en diversos
microemprendimientos productivos será acompañado
del signo (+) más.
Mancomunar estos esfuerzos institucionalizados en
microempresas, famiempresas o pymes cooperativas o
cámaras serán condiciones dignas de crédito
para instituciones
crediticias nacionales y extranjeras, con avales y
garantías reciprocas, rotativas y el compromiso
contundente de cada municipio, de cada provincia, ofreciendo
razonablemente parte de los fondos de coparticipación para
estos fines que son impulsar la generación de nuevas
fuentes de
ocupación, puesto que para más empleos, más
empresarios, más empresas!
De este modo, debe quedar absoluta y definitivamente
claro que los costos
(evasión impositiva, previsional, precariedad laboral, competencia
desleal, etc.) cuanto los peligros de la informalidad
(establecimientos sin control
bromatológico) del sector microempresario, son para los
países, infinitamente superiores y postergantes que
plasmar una legislación específica y de
excepción que abandone definitivamente burdas
abstracciones y exigencias (habilitación, tasas, impuestos,
intereses) que fueron diseñadas para empresas de mayor
tamaño. Esto será admitir finalmente la realidad de
la microempresa urbana y rural en su potencialidad y efectivas
realizaciones: nuevos puestos de trabajo, aportes al PBI.,
innovación, creatividad
esto es progreso y su aporte implícito a la paz
social.
Con Víctor E. Tockman, con los fundamentos del
Decreto del Poder
Ejecutivo Nacional de instrumentación del Fondo de
Capitalización Social, con Carlos Vicente de Toux. R. en
el Cuarto encuentro de Investigadores sobre microempresas en la
Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia;
coincidimos en que esta fuera de discusión reconocer que
la informalidad (que no es ilegalidad) genera una
situación diferente y por ende requiere y merece un
sistema
regulatorio también diferente.
Las estrategias de
promoción deben principiar por atender las necesidades
más sentidas para luego pasar a atender las necesidades
más reales, procurando que los hombres promovidos asuman
su propio proceso de
desarrollo,
defendiendo las instituciones que actúan en el medio
rural, tratando de abordar, simultáneamente distintas
dimensiones de la vida humana persiguiendo soluciones
integrales
para "poner a cada varón y mujer, nuevamente
de pie".
Tenemos así, dimensiones personales, dimensiones
económicas y dimensiones sociales. En el espacio rural,
habrá que: facilitar la adquisición de la tierra
legítimamente poseída y pacíficamente
trabajada durante años; acceder a los circuitos de
comercialización mejorando calidad, cantidad
y precios de la
producción, e impulsar las
artesanías como estilo de conservación lo
autóctono; adjudicar viviendas dignas; fomentar la huerta
y la minigranja; y desterrar animales
infecciosos, pestes y plagas; sumando a todo esto el intercambio
cultural con excursiones de alumnos y padres a otras dimensiones
paisajistas y urbanas con sus expresiones modernas.
Esto además, evitará el crecimiento del
éxodo rural y el aumento de la pauperización
marginal de las grandes ciudades.
Pues bien, nosotros contamos con todo esto cuando
proponemos la microempresa, cuando la justificamos,
mirándola como algo adecuado que requiere de: aprender
haciendo, de olfato empresarial – espíritu emprendedor, de
la promoción de los gobiernos con la infraestructura
básica (de la que deberían prescindir cuanto antes,
integrándose para lograr ventajas de conjunto – de las que
carecerán en aislamiento -para volverse competitivas), de
eliminar los obstáculos más comunes a la
organización, conservación y desarrollo de
microempresas: impuestos,
créditos, habilitación entre otros
que, paradójicamente observamos en el cotejo y
comparación de diversas legislaciones, se han detenido
sólo en lo cuantitativo (consumo de
energía, metros cuadrados ocupados, monto de ventas, numero
de personal, etc.) y no en lo cualitativo, en todo eso a lo que
nos referimos como reincorporación e incorporación
autónoma de energías sociales al aparato productivo
y los aportes a la armonía familiar, a la salud de la población y a la paz social.
Este es el punto.
A partir de aquí Usted podrá consultar las
diversas legislaciones que le vamos a referir, según los
distintos países del Mercosur que
hemos podido relevar vinculadas a la
organización y funcionamiento de la microempresa
urbana y rural, de algún modo, a saber:
Argentina
Art. 75 de la Constitución; arts. 46, ll98 y l624 del
Código
Civil; art. 5 y cc. de la Ley de Contrato de
Trabajo 20744-250l3 art. y sus mod.; Ley 23883; Decreto
P.E.N. 675/97; arts. 7, l5, l7 y cc. de la Ley 13246; Ley 1128l,
Ley 11780, Ley 11742, Ley 12200, Ley 12636, Ley 14384, Ley 14392,
Ley l5336, Ley 23006, Ley 23020, Ley 23265, Ley 24057, Ley 23107,
Ley 23302, Ley 23653, Ley 23877, Ley 24195, Ley 20337 -art.42
inc.b.; Ley 24465, Ley 24467 art.23; Ley 24807; Ley 25.113, Ley
25300 (de fomento a la microempresa) y Ley 24578
(armonización legislativa en el Mercosur).
Resoluciones de la Dirección
General Impositiva Nros. 3935/95 y 4ll0/96, Resols.
Sepyme 22 y 24/01, 02 y675/02; Com. BCRA 3321/01 y 3793/02; Res.
ANSeS 11/99; Leyes 24467, art.
23, 83 y cc.; 24013, 24465, Decretos P.E.N. 675/97; 975/02;
1002/02; 1094/02; Circ. OPRAC 1-542; Res. Min. de Economía
142/02; 513/02
Buenos Aires – Ley 11936
Catamarca – Ley 4778 y 5024 (11/01/01) y Decr.
1161/01
Córdoba – Leyes 8450, 8836.
Chaco-Ley 5100
Chubut – 4889 y mod. Ley 4923
Entre Ríos – Decreto 2.606/94
Jujuy – Ley 4751
Río Negro – Decreto 401/94
Santa Fe – Ley10472
Tucumán – Leyes 7197 y 7200 y Decr.
3547-1/01.
Brasil:
Arts. l70, l79 ss. y cc. de su Constitución Federal, Ley 7256, Ley 8154,
8864, 9317 y 10.034.-
.Chile:
Las Leyes 19.398, 19.686 y 19.749.-
Este país, importante aspirante para sumarse
definitivamente al Mercosur, les reconoce e impulsa fuertemente.
En efecto, a través de instrumentos de fomento tales como
La Corporación de Fomento, CORFO, que anteriormente fue de
reconstrucción y fomento en la época de fuertes
terremotos que
sacudieron el país transandino. Este apoyo se traduce en
promover los esfuerzos de incremento de la competitividad de las
cadenas productivas, cofinanciando la implementación de un
programa que
estimule la creación y consolidación de relaciones
de subcontratación entre grandes y pequeñas
empresas en el sentido de que relaciones estables, basadas en la
confianza recíproca posibiliten procesos de
especialización y complementación productivas que
beneficien tanto a las empresas contratantes como a las
microempresas subcontratadas.
También poseen los chilenos un convenio entre
CORFO-INACAP para la capacitación empresaria PYME, el FONTEC,
un fondo de desarrollo tecnológico con funciones para
favorecer la asimilación de las funciones y el
desarrollo tecnológico, Estudios de Preinversión
para escalamiento Productivo en Proyectos de Innovación,
Programas de Reconversión Productiva para la
reinserción laboral de extrabajadores del estado chileno o
del sector privado, Promoción y Atracción de
inversión privada a regiones, funciones de
intermediación financiera, Financiamiento
para inversiones
PYME a
través de Leasing, para
bienes de
Capital
Nacionales, Financiamiento
de Inversiones de
Pequeñas y Medianas Empresas, Financiamiento de
inversiones de Pequeñas Industrias,
Financiamiento de Insumos de Producción y Comercialización en el Extranjero,
Líneas de Financiamiento para estudios de pre y postgrado
en la materia, Subsidios a Pequeños y Medianos
Agricultores para Inversiones Financiadas con créditos bancarios, Programa de
Plataformas PYME de compras de
Bonos
Subordinados, Programas de Apoyo al Capital de
Riesgo,
Cupones de Primas de Seguro de
Crédito y de Comisiones de Fondos de Garantía para
Pequeñas Empresas CUBOS.
Paraguay:
Ley 60/90, (incentivos
fiscales); Ley 90/90; Código
Laboral – capacitación; legislación que organiza y
promueve a los maquiladores y contempla a la Empresa Unipersonal
y a la Empresa Unipersonal de Responsabilidad Limitada.
Uruguay:
Ley 10170 (monotributo a las Pymes); Ley 15903
para inversiones en investigación, desarrollo y
capacitación, la Ley 16.201, el Decreto 54/92 y la ley
16.622.
Mercosur: Grupo Mercado
Común (GMC) Resol. N° 90/93 y Resol. 59/98
Mercosur.
La nueva legislación que pensamos tendrá
que contemplar también lo que sostenemos con el Director
del Venture Development Program de la Universidad de California
(UCLA) Dr.Alan Carsrud, esto es, la capacidad de desarrollar
nuevos sectores productivos con incubadoras ya que estas no
sólo permiten apoyar sectores económicos ya
existentes sino que su real importancia es que pueden desarrollar
sectores industriales totalmente nuevos, lo cual otorga un mayor
valor agregado
al portafolio de exportaciones de
un país y permite no ser tan dependiente de un área
de producción determinada.
Por otra parte la minería,
la silvicultura entre otras industrias
tradicionales, no continuarán siendo los principales
motores de la
economía y esta es una cuestión a considerar
debidamente. Otra será la pérdida de empleos o de
valor económico de los empleos en las industrias
tradicionales ( construcción, industria
automotriz). Como consecuencia, advertimos que la pérdida
de trabajos en ciertos sectores industriales de cada país
miembro y el escenario internacional han generado demandas en
otros sectores industriales urbanos y rurales: turismo, sustitución
de importaciones,
artesanías, la industria
apícola, la vitivinicultura, el ganado bovino, la
industria metalmecánica para el agro, etc.
Este "crecimiento de reemplazo" puede ser realizado a
través de las incubadoras, centros de asistencia
empresarial, redes de conocimiento y
el incremento en la transferencia de tecnología desde las
universidades, entidades de investigación patrocinadas por los
gobiernos y corporaciones en franca mancomunión de
esfuerzos.
Un claro ejemplo de benchmark puede ser encontrado en
California entre 1989 y hoy. Hace una década, la
declinación de la industria militar aerospacial existente
en esa área ayudó a fomentar el crecimiento de la
industria de medios de
comunicación, biotecnología y medioambiental.
Dudo si esto mismo se puede esperar del agro, del
turismo y de la
sustitución de importaciones que
en la Argentina del
2002/2003, obedece particularmente a fuertes oscilaciones de su
moneda.
Una esperanza para los países de la región
provendrá principalmente también, de la
expansión de los nuevos campos aludidos en el final del
párrafo
precedente –por ejemplo-, mediante la aplicación de
tecnologías y la creación de nuevos ámbitos
industriales y de servicios (recreación, vejez, tiempo
libre) que absorban la desaceleración en la
creación de nuevos puestos de trabajo en los sectores
más tradicionales.
Ahora bien, en cuanto a nuestro proyecto de ley para la
microempresa urbana y rural, la mejor utilización de la
Ley 24578 dada para la cooperación y asistencia en materia
del derecho civil,
comercial, laboral y administrativo en el ámbito del
Mercosur, tendrá una utilidad sin
precedentes.
El fenómeno homogeneizador a escala planetaria
potenciado por las innovaciones
científico=tecnológicas -que deberán ser
aprovechadas en común y sinérgicamente-
impactará también en el campo del derecho y, el
derecho comparado en sus conclusiones ha de ser de la mayor
importancia para alcanzar un derecho común, -en un
sincretismo ético y solidario- que según nuestro
proyecto sirva de referencia en el Mercosur.
La existencia de las Resoluciónes 90/93 y 56/98
del Mercosur para las MPYMES., es ya un precedente de
valía y será necesario galvanizarlo para poder,
oportunamente, compilarlo gradual y progresivamente, con la
mundialización del derecho y la justicia.
Explorar posibilidades de integración con la Comunidad Europea
para impulsar la microempresa, compatibilizar legislaciones
(consultar: WWW Europa eu
int/eur-lex/de/index.html) ha de
satisfacer nuestras pretensiones y los objetivos de
nuestro proyecto de
investigación.
A modo conclusivo, este trabajo que aquí
elaboramos tiene su justificación mayor en la labor
realizada: haber reunido la legislación que intentó
tratar la microempresa, de alguna manera, en el Mercosur,
recopilar este material para los docentes e investigadores, para
los emprendedores y sus cámaras, para los organismos
públicos, privados e internacionales pertinentes,
poniéndolo a su disposición, creando un estado de
opinión, de debate y
unificar así, una propuesta concreta, profunda que
amalgame autónomamente criterios distintos para potenciar
la exigencia legislativa ante el Congreso Nacional y
Supranacional como el Parlamento Latinoamericano, absolutamente
impostergables.-
Finalmente, cuando determinamos como objeto del proyecto de
investigación a estas empresas `mínimas` y los
minifundios, al investigar y escribir, puedo intuir que lo
experimentado como original de estas empresas `íntimas`,
resulta ser a menudo lo mas sólidamente anclado en la
común condición de los seres humanos, en su
espíritu practico de innovación, creatividad y
emprendedor.
Entonces, ayudar a desarrollar aptitudes emprendedoras
en esa condición es lograr actitudes
creativas productivas arregladas a las mudables exigencias de las
expectativas y demandas circundantes.
Ofrecer la oportunidad de la dignidad, de la autoestima, de
subvenir por sí mismo a las necesidades propias y
progresar, hacen de la perspectiva y prospectiva microempresaria
algo mucho más humano, estratégico y
trascendente.
Y, al advertir la realidad microempresaria, al dotarla
de autonomía, sustentabilidad y lógica
propias, reflejan un esfuerzo compartido de aproximaciones
investigativas conclusivas.
En síntesis,
resultados siempre provisorios y subjetivos de mi
investigación, sólo pueden ser considerados como
frutos de ayudas y oportunidades semejantes a las que, en mi caso
particular, me he sumado modestamente en una propuesta compartida
y ofrecida.
La difícil tarea de mi investigación, la
responsabilidad implícita, consisten
principalmente en ayudar a desarrollar una libertad que a
cada ciudadano pueda permitirle "ponerse de pie por sí
mismo" y emprender el desarrollo de su natural potencialidad en
su propia dirección para encontrar finalmente, cada
uno, cada cual, el valor y el significado de su singular
existencia en pos de un desarrollo
personal y social.
Roberto Fermín Bertossi
Docente e Investigador de la Universidad Nacional de
Córdoba, Rep. Argentina.
Director del Proyecto de Investigación para la
ley de la Microempresa Urbana y Rural.
Profesor de Administración I para la carrera
universitaria de Técnico Superior en Administración Cooperativa y
Mutual.
Premio Adepa – Faca Mención especial en
abogacía, l990