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Diagnóstico migratorio




Enviado por Johanna López



Partes: 1, 2


    1.
    Introducción

    2.
    Antecedentes


    4. Geografía
    migratoria

    5. Legislación estadounidense en materia
    de inmigración

    6.
    Migrantes mexicanos en Estados Unidos


    7.
    Remesas

    8. México y
    los efectos sociodemográficos de la
    migración

    9. Estados Unidos y
    los efectos de la migración

    10. Posturas
    nacionales con respecto a la migración


    11. Perspectivas
    futuras de la migración de mexicanos a Estados
    Unidos

    12. Consideraciones
    finales

    13.
    Glosario

    14.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    La migración
    de México a
    Estados Unidos
    es una historia llena
    de esfuerzos por regular el flujo hacia el norte. Uno de los
    rasgos más sobresalientes entre México y Estados
    Unidos es que comparten una de las fronteras terrestres
    más largas entre dos países y, al mismo tiempo, existen
    grandes disparidades entre sus niveles de ingreso.

    En el transcurso del tiempo, cuando ha habido escasez de
    mano de obra como resultado de la guerra o de
    otros factores, el reclutamiento
    unilateral y acuerdos bilaterales han dado como resultado
    movimientos en gran escala de
    trabajadores mexicanos a Estados Unidos. Cuando los trabajadores
    estadounidenses han mostrado preocupación al ver
    amenazados sus puestos, esto ha provocado que los migrantes
    tengan dificultades para emplearse. Ha habido una
    repatriación en gran escala, algunas veces por la
    acción del gobierno de
    Estados Unidos y, generalmente, con ayuda del gobierno mexicano a
    los repatriados.

    En las últimas tres décadas, la
    migración no autorizada entre los dos países ha
    tendido a dominar la agenda política sobre la
    migración de México aEstados Unidos. Durante gran
    parte del periodo de 1975 a 1986, las autoridades estadounidenses
    debatieron cuál sería el mejor método
    para reducir la migración no autorizada. En 1986, el
    Congreso aprobó la Ley para la
    Reforma y el Control de la
    Inmigración (IRCA por sus siglas en
    inglés)
    que adoptó una variación de las propuestas hechas
    por la Comisión Selecta sobre Políticas
    de Inmigración y Refugiados, creada por el Congreso,
    incluyendo sanciones al empleador y legalizaciones en masa.
    Debido a que el mayor grupo nacional
    en la población migrante no autorizada era de
    México, se consideró que ambas disposiciones
    tendrían un gran efecto en los mexicanos.

    La IRCA tuvo importantes consecuencias, previstas e
    imprevistas, para la migración de México a Estados
    Unidos. El tamaño de la población mexicana en
    Estados Unidos aumentó notablemente durante los
    últimos años de la década de 1980 y los
    primeros de la década de 1990 debido a las disposiciones
    de legalización de la IRCA. A Partir de 1987,
    aproximadamente 1.7 millones de migrantes no autorizados que
    habían llegado hacía tiempo y 1.3 millones
    adicionales de trabajadores agrícolas especiales (SAW por
    sus siglas en inglés) solicitaron su legalización
    bajo las disposiciones de amnistía de la IRCA. La mayor
    parte de estas personas ya habían estado en
    Estados Unidos, y durante la década de 1990 sus familiares
    más cercanos empezaron a obtener status legal en
    número considerable. El Servicio de
    Inmigración y

    Naturalización (INS) informa que cerca de 1.6
    millones de mexicanos fueron admitidos como residentes legales de
    Estados Unidos entre 1981 y 1990; adicionalmente 1.5 millones
    fueron admitidos en los años fiscales de 1991- 1995. A
    partir de 1995, el número de migrantes mexicanos que se
    naturalizaron también aumentó de manera
    considerable, debido, por lo menos en parte, a que aquellos que
    legalizaban su condición bajo la IRCA pasaban a ser
    elegibles para la naturalización.

    Las continuas entradas no autorizadas, no sólo de
    mexicanos sino también de otras nacionalidades, llevaron a
    la aprobación de la Ley de Reforma de la
    Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA por sus
    siglas en inglés) de 1996. Basándose, en parte, en
    las disposiciones de la IRCA, la nueva ley aumentó los
    controles fronterizos, ordenó nuevos programas piloto
    para probar formas más seguras de verificación del
    empleo,
    aclaró la "elegibilidad" para los programas de
    prestación de beneficios públicos, volvió
    inadmisibles como migrantes autorizados por periodos de 3 a 10
    años a aquellos que fueran detectados como migrantes
    previos no autorizados y, estableció cambios extensos en
    las disposiciones para el traslado de los migrantes no
    autorizados. Junto con otras dos nuevas leyes: la Ley
    Antiterrorismo y para la Pena de Muerte
    Efectiva de 1996 (ADEPA) y la Ley de Conciliación de la
    Responsabilidad Personal y la
    Oportunidad de Trabajo de 1996 (Welfare Reform Act) o ley de
    reforma al bienestar social, la IIRIRA representa una nueva fase
    en las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos sobre
    asuntos migratorios.

    En las últimas tres décadas también
    hubo diferentes medidas por parte de México. Algunas de
    ellas fueron internas, como el Programa de
    Maquiladoras que se propuso absorber a la mano de obra que
    regresaba del programa Bracero. Sin embargo, la mayor parte de
    las medidas se orientaron a reforzar y ampliar la
    protección consular a los mexicanos en Estados Unidos.
    Incluso durante la segunda mitad de la década de 1990, se
    han abierto más oficinas consulares mexicanas en Estados
    Unidos, se logró que consulados móviles llegaran
    hasta los mexicanos que se encontraban fuera de las grandes
    ciudades, y se ha dedicado más personal a la
    protección de nacionales mexicanos. Los funcionarios
    consulares aumentaron sus visitas a los lugares de trabajo y a
    los centros de detención de migrantes en Estados Unidos.
    Igualmente, los hospitales y las cárceles se incluyeron
    visitas periódicas. Estas visitas ofrecían una
    oportunidad a los funcionarios consulares para asistir a los
    migrantes en sus relaciones con las autoridades y nacionales
    estadounidenses, asesorándolos sobre las leyes de Estados
    Unidos, ayudándolos a recuperar salarios que no
    habían sido pagados, y facilitando a los migrantes a
    establecer contacto con sus familiares en México o en
    Estados Unidos.

    A pesar de la continuidad que se refleja en esas
    iniciativas legislativas y estas políticas de
    protección, el contexto general para abordar los asuntos
    de la migración entre los dos países, ha cambiado
    notoriamente.

    Hasta antes del 11 de septiembre de 2001, los dos
    gobiernos se mostraban dispuestos, como nunca, a trabajar juntos
    para enfrentar problemas
    comunes. Los grupos de trabajo
    binacionales se reunían periódicamente para
    coordinar y cooperar en asuntos que van desde el fortalecimiento
    del cruce de la frontera, a iniciativas contra el contrabando de
    personas. Por lo anterior, la presente investigación tiene por objetivo
    identificar las características más importantes
    acerca de la emigración de mexicanos a Estados Unidos.
    Para ello, se desarrollará, en primer lugar, un apartado
    que contenga los antecedentes más importantes de la
    migración hacia Estados Unidos, provenientes de todo el
    mundo, específicamente de México. Enseguida, se
    determinarán cuales son las causas que originan la
    migración mexicana a Estados Unidos. De esta manera, se
    podrán identificar los estados de la República
    Mexicana que expulsan migrantes, así como las formas de
    entrada hacia EE.UU., y los lugares de destino. Posteriormente,
    se explicará la legislación estadounidense en
    materia de
    inmigración, especialmente desde 1986 hasta la nueva
    legislación, a partir de los acontecimientos del 11 de
    septiembre de 2001. También se mencionarán las
    características de los migrantes mexicanos en Estados
    Unidos, así como sus logros en materia de
    protección de sus derechos. En cuanto al
    aspecto social, se estudiarán los efectos
    sociodemográficos que tiene la migración en
    México. Por último, se analizarán las
    posturas nacionales con respecto a este fenómeno,
    así como las perspectivas futuras de la migración
    de mexicanos a Estados Unidos.

    2.
    Antecedentes

    Evolución del flujo de inmigrantes a Estados
    Unidos

    Estados Unidos de Norteamérica es un claro
    ejemplo de las alteraciones producidas por el movimiento
    migratorio. Entre 1790 y 1950, Estados Unidos recibió
    cerca de 40.000.000 de extranjeros. Asimismo, el ritmo de
    crecimiento natural de la nación
    era notablemente elevado, si bien el índice de natalidad
    no dejó de disminuir: 5% en 1800, 3.5% en 1880 y 2.6% en
    1920. Estos cambios se debían al aumento de las ciudades,
    en las que la fecundidad era inferior a la del campo. Como
    contrapeso, la duración de la vida media aumentaba. En
    todo caso, los índices de crecimiento natural y, por
    supuesto, de inmigración eran superiores a los europeos.
    Ambos factores hicieron surgir una nueva potencia
    demográfica (4.000.000 de habitantes en 1790, más
    de 50 en 1880 y 100 en 1918). A pesar de este importante aumento,
    la densidad de
    población permaneció relativamente baja debido a la
    amplitud de territorios constantemente en progreso con la
    incorporación de nuevas tierras hacia el Oeste. Las
    migraciones interiores hacia el Oeste se vieron favorecidas por
    el establecimiento de los ferrocarriles transcontinentales y por
    la ley que regulaba la concesión de tierras. Paralelamente
    al ferrocarril, los colonos se establecieron a lo largo de los
    itinerarios creando Estados nuevos: Nevada, Montana, Arizona,
    Kansas, Wyoming, Nebraska, etc. También se colonizaron
    Texas y California. De este modo, se construían y se
    diferenciaban grupos humanos cuyas características
    subsisten todavía, pero cuyo origen y relaciones,
    favorecidos por las nuevas comunicaciones, permitían a la
    Federación mantener su unidad a pesar del espacio y de la
    inmigración. La inmigración se produjo de manera
    especial entre 1860 y 1913 (más de 26.000.000 de
    inmigrantes). Durante este periodo, se asistió a cambios
    significativos en cuanto a la procedencia. Así, hasta
    1880, los europeos que se asentaron en Estados Unidos eran en su
    mayoría originarios de los países del Noroeste de
    Europa. A partir
    de esta fecha, aumentó la incorporación de eslavos
    y latinos, sin olvidar el ritmo creciente de los pueblos
    asiáticos. Esta nueva procedencia planteó problemas
    de adaptación, lo que provocó, desde la Primera Guerra
    Mundial, que se limitara el contingente eslavo-latino en
    beneficio de los nórdicos. Estas circunstancias y las
    peculiaridades de Estados Unidos, hicieron que afloraran
    problemas con relación a los respectivos núcleos de
    población. El problema principal, más grave y de
    mayor entidad hasta la actualidad, era y es, especialmente en el
    área sur, el creado por la población de color (el 92,1 %
    de los negros del país, en 1850, habitaba en esos Estados;
    en 1900 era todavía el 89,7 %). En la primera mitad del
    siglo XIX, la mayoría eran esclavos; después de la
    abolición, su condición social no mejoró
    mucho.

    Los negros tomaron conciencia de
    pertenecer a América, pero no por ello pasaron a ser
    verdaderos ciudadanos. El desprecio anglosajón se
    manifestó desde la segregación (escuelas,
    transportes, viviendas, etc.) hasta el linchamiento. A pesar de
    contar con una mayor tasa de natalidad, decreció la
    proporción de negros en relación al total de la
    población: 15,7 % (3,6 millones) en 1850, 11,6% (8,7
    millones) en 1900. Esta aparente contradicción se
    debió a que apenas si hubo emigrantes de raza negra y un
    índice de mortalidad mayor: en 1900, un 1.8% para los
    blancos y un 2.8% para los negros. La segunda raza con
    dificultades era la amarilla. En 1892 se había prohibido
    la emigración de chinos. El progreso del "problema
    amarillo", especialmente notorio en la zona costera
    estadounidense del Pacífico, entre 1871 y 1878, fue
    demasiado rápido y provocó la caída de
    salarios, al conformarse con sueldos bajos. Pese a las trabas,
    los japoneses siguieron emigrando a EE.UU. hasta 1907, año
    en que se frenó la emigración.

    Además de las motivaciones económicas y
    laborales, existe un motivo racial en el rechazo de la
    población amarilla por parte de los blancos, solucionado
    de momento con las cuotas establecidas por el gobierno y el
    nacimiento de barrios separados. Por último, por lo que
    respecta a la población autóctona, en 1890
    había aproximadamente 240.000 indios, es decir, menos de
    la mitad que los que había a la llegada de los blancos.
    Este retroceso se explica por una eliminación
    sistemática, aunque muy variada en cuanto a los medios
    utilizados. Un proverbio indio compendia las causas de este
    proceso de
    destrucción: "El hombre
    blanco, el whisky, la viruela, la pólvora y las balas, la
    exterminación". La realidad es que para evitar que
    ocuparan demasiado espacio se les molestó, se les redujo a
    la esclavitud y se
    les expulsó. Los cheroquis, por ejemplo, fueron obligados
    a un éxodo de más de 1.000 kilómetros que
    fueron jalonando de cadáveres. Quedaron algunas reservas,
    pero fueron cada vez más escasas y reducidas.

    Antecedentes de la migración de mexicanos a
    Estados Unidos
    El reclutamiento de trabajadores mexicanos empezó a fines
    del siglo pasado, se incrementó durante la primera
    Guerra Mundial
    y toda la década de los veintes, después hubo una
    baja y se volvió a incrementar durante la segunda Guerra
    Mundial. Una de las causas que dieron origen a la
    emigración mexicana hacia los Estados Unidos fue el caso
    de algunos grupos mexicanos residentes en la frontera quienes
    pasaron a formar parte de Estados Unidos.

    Esto ocurrió por medio de rebelión (en
    Texas), después de una guerra entre México y
    Estados Unidos (Texas y Nuevo México), y por
    adquisición (Arizona y Nuevo México). En el
    período transcurrido entre la batalla de San Jacinto en
    1836 y la compra Gadsden en 1853, Estados Unidos adquirió
    los actuales estados de Texas y Nuevo México y parte de
    Colorado, Arizona, Utah, Nevada y California.

    La población mexicana en Estados Unidos de
    Norteamérica se ha ido conformando a partir de este
    núcleo inicial, que habitaba los territorios incorporados,
    y de los emigrantes provenientes de México, que en
    distintos períodos han venido estableciéndose como
    ciudadanos norteamericanos. Esto asentó las bases de la
    migración mexicana en mayor escala en el siglo XX. En este
    siglo, esta frontera ha influido profundamente en la vida de los
    mexicanos, la cercanía y el fácil acceso a Estados
    Unidos hizo que una gran cantidad de emigrantes presionara
    constante y amenazadoramente sobre los logros económicos
    de los mexicanos ya radicados en este país. Junto a lo
    anterior, la caótica condición de las zonas
    fronterizas, impidió todo control gubernamental de los
    movimientos de población entre los dos países, el
    control formal de este tráfico humano se inició en
    1886, no fue sino hasta 1907 cuando se estableció una
    forma definitiva de control. En 1919 únicamente 151
    inspectores vigilaban toda la frontera. Antes de 1910 es
    estadísticamente imposible analizar a los inmigrantes
    mexicanos. Sabemos que después de 1848, tuvo lugar un
    importante movimiento, al tomar parte miles de mexicanos en la
    fiebre del oro de California.

    Durante los años 1907 y 1908, los ferrocarriles
    mexicanos unieron el interior de México con las ciudades
    fronterizas. En esta forma se facilitó mucho la
    migración. Uno de los primeros estudios sobre este tema
    fue el realizado por el Dr. Manuel Gamio en 1926-1927, a
    petición del Social Research Council. Para Gamio la
    inmigración a los Estados Unidos es fundamentalmente un
    fenómeno económico, resultado lógico de un
    aumento de la demanda de
    trabajo de un país y una reserva disponible de
    trabajadores en el otro. Con gran precisión establece las
    causas determinantes que llevan a los mexicanos a emigrar: las
    malas condiciones de vida, los bajos salarios y el desempleo en
    México. Casi todos los inmigrantes eran trabajadores
    agrícolas y peones endeudados, según la costumbre
    que todavía prevalecía en México y obligaba
    a la gente a permanecer en el país. Fue durante la
    Revolución, después del año
    de 1910, al abolirse este sistema, cuando
    se inició un sustancial movimiento de personas hacia
    Estados Unidos. De 1910 a 1919, aumentó en los estados
    fronterizos la necesidad de mano de obra. Se había
    excluido a los chinos en 1882 y a los japoneses en 1907, y al
    principiar la primera guerra mundial disminuyó la entrada
    de migrantes europeos a los Estados Unidos.

    La Primera Guerra Mundial aumentó la demanda y
    los precios de
    productos
    agrícolas y mineros, provenientes de los estados
    fronterizos. En 1917 se promulgaron varios reglamentos para
    permitir la entrada temporal a trabajadores agrícolas,
    trabajadores de mantenimiento
    de vías o caminos y mineros. Sin embargo en 1919, un
    informe
    mostró que las dos terceras partes de estos obreros
    permanecieron en el país.

    Esta primera ola de migración efectuada de 1910 a
    1920 fue únicamente el principio; la siguiente
    década vio la llegada de migrantes mexicanos en grandes
    números. A los años florecientes de la economía
    estadounidense siguieron otros muy distintos: Sobrevienen los
    años angustiosos de la depresión.
    Los primeros en sentir los rigores del desempleo y la miseria
    fueron sin duda las grandes masas de desempleados pertenecientes
    a las minorías raciales y nacionales, doblemente
    explotadas por el sistema. Millones de negros,
    puertorriqueños y mexicanos se encontraban ante el
    problema de sobrevivir en un país racista. Para los
    mexicanos, la solución no se hace esperar. El gobierno de
    Estados Unidos pensó que la mejor manera de ayudar a los
    desocupados mexicanos, era deshaciéndose de ellos, se
    inicia entonces la famosa "Operación Deportación".
    Emigrantes legales e ilegales, trabajadores temporales,
    residentes permanentes y ciudadanos norteamericanos de origen
    mexicano, fueron expulsados del país como delincuentes. A
    muchos se les aplicó un nuevo método para forzar la
    salida voluntaria: Se les suspendían los pagos de ayuda
    gubernamental y obligados por el hambre, salían hacia
    México.

    Unos años más tarde, las emergencias
    debidas a la escasez de mano de obra durante los primeros
    años de la Segunda Guerra
    Mundial, hicieron que los mexicanos fueran nuevamente
    bienvenidos. Subió la emigración ligeramente pero
    en forma continua, y de nuevo se empezó activamente a
    reclutar trabajadores, esta vez por medio del famoso programa de
    trabajo bajo contrato
    (Contract Labor), denominado de Braceros. Durante algún
    tiempo después de la guerra, se suspendieron estas
    actividades, pero los empresarios agrícolas, lograron
    reunir fuertes argumentos para reanudar el programa de braceros,
    esta vez bajo el pretexto de la Guerra de Corea.

    Para el trabajador mexicano, las formalidades requeridas
    para conseguir entrada legal eran caras e inciertas; en muchos
    casos penetrar ilegalmente era más rápido y barato.
    A los agricultores, les convenía contratar a los ilegales
    porque en esta forma, se ahorraban mucho trabajo administrativo y
    honorarios altos. El programa de braceros terminó a
    finales de 1964.

    Tabla 1
    Principales periodos históricos en la migración de
    México a Estados Unidos

    Periodo

    Situación

    1870 – 1890

    Reclutamiento de trabajadores mexicanos por
    Estados Unidos para trabajar en los ferrocarriles del
    sudoeste y en la agricultura; la Ley Consular Mexicana de
    1871 dispone la protección de mexicanos en el
    extranjero con respecto a la soberanía local;

    1891 – 1917

    La leyes de Estados Unidos restringen la entrada
    de mexicanos (y canadienses); reclutamiento estadounidense
    de trabajadores extranjeros durante la primera guerra
    mundial (incluidos algunos canadienses y bahamenses);
    informes
    consulares mexicanos sobre abusos salariales a trabajadores
    mexicanos en Estados Unidos;

    1920s

    Establecimiento de la Patrulla Fronteriza; la
    entrada no autorizada al país se considera como un
    delito
    menor que conlleva sanciones; y las exclusiones de
    mexicanos por "presunción de indigencia" son
    comunes;

    1929 – 1933

    Repatriación de mexicanos durante la
    Depresión, financiada en parte por grupos mexicanos
    y de ayuda privada con apoyo frecuente de los consulados
    mexicanos;

    1940 – 1946

    Segunda Guerra Mundial; empieza el programa
    Bracero de trabajadores agrícolas, negociado
    conjuntamente por ambos gobiernos (que incluyó
    también un pequeño programa de
    ferrocarrileros hasta 1943);

    1951 – 1952

    En la tercera renovación del programa
    Bracero, México sugiere a Estados Unidos medidas
    contra el empleo de trabajadores no autorizados. Sin
    embargo, Estados Unidos adopta la "Texas Proviso" que
    considera como

    delito grave importar "extranjeros ilegales" pero
    exime de culpabilidad a los empleadores;

    1954

    Las negociaciones para un nuevo acuerdo Bracero se
    interrumpen, aunque Estados Unidos continúa el
    reclutamiento. El gobierno mexicano intenta detener sin
    éxito la migración al
    exterior; Estados Unidos efectúa deportaciones
    masivas de trabajadores no autorizados bajo la
    "Operación Espaldas Mojadas";

    1964

    Termina el programa Bracero;

    1980s

    La Ley de Reforma y Control de la
    Inmigración (IRCA) de Estados Unidos, de 1986,
    impone sanciones a los empleadores que a sabiendas,
    contraten trabajadores no autorizados, y legaliza a dos
    millones de residentes no autorizados. La Comisión
    Asencio de Estados Unidos recomienda el desarrollo
    económico para enfrentar el flujo no autorizado.
    México refuerza y expande su protección
    consular a mexicanos en el extranjero;

    1990s

    El diálogo bilateral sobre
    migración aumenta. Se firma el Tratado de
    Libre Comercio en América del Norte (TLCAN).
    Estados Unidos refuerza el control fronterizo; nuevas leyes
    aceleran la remoción de migrantes no autorizados y
    restringen las prestaciones de asistencia social a los
    migrantes autorizados. Se acuerda la elaboración del
    Estudio Binacional México / Estados Unidos sobre
    Migración.

    Fuente: Estudio Binacional México / Estados
    Unidos sobre Migración, 1997.

    3. Causas de la
    migración Mexicana a EE.UU.

    La problemática del empleo -empleo productivo que
    permita satisfacer las necesidades básicas de la vida
    moderna-, no es exclusiva del sector agropecuario sino que afecta
    a la totalidad de la economía. El sector industrial no
    ofrece oportunidades de empleo suficientes para los
    requerimientos de la población (fuerza de
    trabajo), situación que parte del sector agrícola o
    de los sectores con tecnología atrasada.
    El aparato productivo, se ve altamente restringido en su
    capacidad de empleador, dada la estructura de
    una demanda fuertemente concentrada y dadas las
    tecnologías que se utilizan para satisfacerla. Esta
    sub-utilización de fuerza de trabajo, tanto en el
    ámbito rural como en el urbano, es donde se debe buscar la
    presión
    más esencial y última de emigrar a Estados
    Unidos.

    El modelo de
    desarrollo
    seguido por México ha tenido como objetivo el crecimiento
    y la modernización, en el supuesto de que ello
    sería la solución de otros problemas. Este proceso
    se ha visto dominado principalmente por patrones de sociedades
    avanzadas e industrializadas y por el uso de tecnologías
    desarrolladas gracias al gran capital de
    éstos. Por lo que estas estructuras de
    consumo y de
    producción conducen a una situación
    generalizada de desequilibrio a nivel de factores productivos que
    se traduce en una sub-utilización de la fuerza de trabajo.
    Son estas las condiciones que conducen a la salida de mexicanos
    al exterior. La migración es vista así como
    resultante final y lógico de la problemática del
    empleo derivada del proceso mismo de desarrollo del
    país.

    El problema básico del fenómeno migratorio
    contemporáneo radica en que mientras existen fuerzas
    internas y del sistema internacional, que inducen a emigrar de la
    periferia a los centros del sistema, las puertas se están
    cerrando y no hay a donde ir.

    La Europa del siglo XIX e inicios del XX fue una gran
    expulsora de población conforme la Revolución
    Industrial extendía su influencia y terminaba por
    afianzarse en su camino del Norte hacia el Sur y del Oeste hacia
    el Este. El continente americano fue la principal región
    de destino de millones de europeos. Ciertamente el mundo de fines
    del siglo XX no es el mismo que el de fines del siglo XIX. El
    punto que se quiere destacar es que se tiende a olvidar que la
    emigración está asociada directa o indirectamente,
    al conjunto de procesos y
    flujos que se han dado con la expansión del sistema
    capitalista internacional y al sostenimiento de una
    posición restrictiva en cuanto a la movilidad de la fuerza
    de trabajo y una libertad
    irrestricta para el capital y las mercancías.

    Las explicaciones más generalizadas y difundidas
    de la migración de mexicanos a Estados Unidos en lo que a
    las condiciones de México se refiere, suelen asociar este
    fenómeno a las realidades y circunstancias del
    México rural y agrario o bien a aquellos aspectos que
    hablan de un México tradicionalmente atrasado o no
    desarrollado. Sin embargo existen nuevas propuestas, como la de
    que el éxodo actual de mexicanos al país vecino se
    contempla ligado al proceso de desarrollo del país. La
    liberación del peón de los lazos que lo
    retenían en las haciendas se inició con la
    revolución de 1910 y se continuó con las acciones de
    reparto agrario que siguieron y fueron definitivas durante el
    régimen Cardenista. Lo que surgió de estas nuevas
    condiciones dio como resultado movilidad e incorporación
    de la mano de obra rural, a un mercado nacional
    de fuerza de trabajo. Sobre este fondo la presión
    demográfica, la incorporación al mercado y sus
    efectos se consideran elementos que proletarizaron y marginaron
    al subempleo a amplios segmentos de la población rural. La
    estrategia de
    modernización que se implementó en México
    después de la Segunda Guerra Mundial desarraigó a
    una parte importante de la población del país y las
    separó de los medios tradicionales para satisfacer sus
    necesidades básicas, sin proporcionarle a la vez los
    mecanismos institucionales para garantizar por lo menos un
    mínimo de seguridad
    económica dentro del nuevo orden.

    Las altas metas de producción y mano de obra de
    Estados Unidos propician en el trabajador mexicano la inquietud
    de emigrar para buscar mejores fuentes de
    empleo, que no encuentra en su país.

    Ese elevado nivel de consumo en la producción
    industrial, debe traer consigo, no sólo dólares,
    sino una vida nacional mejor en todos los órdenes y entre
    todos los grupos de la economía, lo cual incluye al
    empleado mexicano, que también sale con una ganancia, ya
    que el salario que se
    les ofrecería sería menor que el de los
    estadounidenses pero mayor al planteado por el gobierno mexicano.
    Asimismo, esta mejor vida nacional de los Estados Unidos
    sería atrayente, ya que el inmigrante contaría con
    mejores lugares para su supervivencia. En Estados Unidos, como en
    todos los países también hay crisis; en
    1974 se da una de sus más fuertes crisis, ya que es cuando
    el país tiene una gran disminución de la inversión, baja producción, su
    población económicamente activa se encuentra en
    paro total. Para la economía capitalista, lo más
    dramático es la caída de la tasa de ganancia, que
    da origen al estancamiento económico. En estos pocos casos
    es cuando el mexicano, tiene necesidad de regresar a su patria a
    reponerse de esta crisis, no ganando lo mismo como lo
    hacía allá, pero tratando de sobrevivir. Los
    indocumentados mexicanos contribuyen al incremento del PIB de Estados
    Unidos, no sólo con la creación de Bienes y
    Servicios,
    sino también con los gastos de unas
    dos terceras partes de sus salarios; el valor agregado
    por el trabajador indocumentado al PIB de Estados Unidos no ha
    sido estimado, pero se calcula que es de varios miles de millones
    de dólares.

    En México existieron factores que contribuyeron
    al aumento sin precedentes de los precios internos, como el
    cambio
    experimentado en los salarios nominales. Las causas de
    variación de la base monetaria han resultado
    primordialmente de la forma de endeudamiento público y de
    una política de mantener reservas internacionales. Es
    importante señalar que la economía mexicana
    había experimentado un notable equilibrio
    dinámico, durante un período considerablemente
    largo, ya que las principales variables de
    comportamiento
    de la economía crecían.

    México y su población se ven, en una
    relación de dependencia hacia Estados Unidos. Un esfuerzo
    extraordinario de millones de trabajadores mexicanos se ha
    traducido, junto con la renta petrolera, en una enorme
    transferencia de recursos al
    exterior, y en una disminución relativa de las inversiones
    productivas internas. Por otro lado, la crisis produce un
    conjunto de coacciones que obliga a la intervención
    pública a buscar la recomposición del sector
    industrial, mediante el recurso creciente a las fuentes externas
    de financiamiento. Otro factor de importancia es la
    devaluación monetaria, porque al devaluarse
    nuestra moneda, el trabajador mexicano busca irse a Estados
    Unidos y cobrar en dólares, que al convertirlos en moneda
    nacional eleva su poder
    adquisitivo. Así, la economía mexicana
    tendrá ciertos aspectos desfavorables tales como: una
    estructura monopolista, una estructura agraria que conlleva a
    disparidades en el ingreso y la riqueza entre la población
    rural; ciudades llenas de vastas masas de desocupados y
    sub-ocupados y, por último, pero no de menor importancia,
    unas intensas relaciones económicas con Estados Unidos en
    las cuales, este último ejerce predominio. Aunque el flujo
    de mano de obra hacia el norte es el principal factor del
    programa fronterizo, existen otros elementos importantes, como:
    el flujo de los salarios de los trabajadores mexicanos en las
    tiendas del lado estadounidense de la frontera; la mayor
    dependencia de este comercio al
    menudeo con relación a las compras de un
    mercado mexicano cada vez más amplio, el flujo de la
    producción agrícola de los estados fronterizos
    mexicanos hacia los Estados Unidos, la contribución de los
    dólares a la economía comercial, la directa
    dependencia tecnológica con respecto a la norteamericana y
    una multitud de empresas y
    actividades ilegales. Así, mientras que la
    emigración se origina en transformaciones profundas de la
    sociedad
    agraria involucrando procesos de mecanización,
    capitalización y comercialización; con el tiempo produce
    cambios socio-económicos, que alientan estas tendencias y
    propician una migración subsecuente. Durante la
    transformación de la agricultura en 1960, los trabajadores
    fueron desplazados, habiéndose dado un libre acceso a
    Estados Unidos a través de las redes de relaciones
    conformadas durante la época del bracerismo, muchos
    trabajadores desplazados consideraron la emigración
    internacional como un ajuste estratégico. Dada la forma de
    operar de las redes sociales y la atracción ejercida por
    salarios altos, algunas unidades domésticas, de manera
    inevitable, emplearon estrategias
    recurrentes o establecidas. Conforme crecía la
    emigración, muchas familias pudieron invertir en métodos de
    producción agrícola de capital intensivo, y
    mientras más aumentaba la emigración recurrente,
    más familias se alejaron del cultivo. De esta manera la
    emigración agravó la baja demanda de trabajo
    agrícola y aceleró el cambio a la agricultura
    comercial. Entre tanto, el ejemplo de los emigrantes exitosos con
    viviendas bien construidas y llenas de comodidades modernas,
    motivó a otros a pensar en la alternativa
    migracional.

    De acuerdo a un estudio del Consejo Nacional de
    Población, hay muchos factores que estimulan y sostienen
    la migración de mexicanos a Estados Unidos para trabajar
    temporalmente o para establecerse en ese país. A
    diferencia de la percepción
    predominante en algunos sectores de la sociedad estadounidense,
    que concibe que las causas de la migración se originan
    principalmente en México, en nuestro país existe
    consenso en torno a la idea
    de que ésta responde a la interacción de factores
    de naturaleza
    económica, social, cultural y demográfica que
    operan en ambos lados de la frontera. La estructura del complejo
    sistema migratorio está conformado, entre otras, por las
    siguientes fuerzas: la insuficiente dinámica de la economía nacional
    para absorber el excedente de fuerza de trabajo; la demanda de
    mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial
    y de servicios de Estados Unidos; el considerable diferencial
    salarial entre ambas economías; la tradición
    migratoria hacia el vecino país del norte; y la
    operación de complejas redes sociales y familiares que
    vinculan los lugares de origen y destino, las cuales facilitan la
    experiencia migratoria de los mexicanos en Estados
    Unidos.

    Los factores que estructuran el complejo sistema
    migratorio entre ambos países se pueden concentrar en tres
    grandes grupos:
    1. Los factores vinculados con la oferta-expulsión de fuerza de trabajo en
    México
    2. Los factores asociados con la demanda-atracción en
    Estados Unidos
    3. Los numerosos factores sociales que ligan a los migrantes con
    la familia,
    los amigos, las comunidades de origen y las de destino, y que son
    determinantes para reducir los costos y riesgos asociados
    con el movimiento migratorio a Estados Unidos.
    Los factores de oferta-expulsión en México
    desempeñan un papel tan
    fundamental como la disponibilidad de empleos en Estados Unidos
    en la sustentación de la migración de México
    al norte. Los factores de ofertaexpulsión parecen haberse
    vuelto más importantes desde mediados de la década
    de 1980, como resultado del crecimiento rápido de la
    población en la década de 1970, de las crisis
    económicas recurrentes en México, de las
    devaluaciones del peso y de las políticas mexicanas
    tendientes a la modernización económica, tales como
    la privatización de industrias
    paraestatales que ha resultado en despidos de trabajadores y la
    reestructuración del México rural que hizo que la
    agricultura en pequeña escala fuera menos
    provechosa.

    Esto significa que los mexicanos migran a Estados
    Unidos: (1) dentro de redes bien establecidas, así como
    (2) mediante nuevas redes que se están desarrollando para
    llevar migrantes al país vecino desde regiones que no
    tienen una tradición de esa migración, como las
    zonas urbanas de México y los estados sureños. Con
    frecuencia, los amigos y parientes establecidos en Estados Unidos
    proporcionan financiamiento, asesoramiento, techo y empleos a
    migrantes no autorizados que acaban de llegar. Los miembros de
    familias establecidas en Estados Unidos usan las políticas
    de unificación familiar para que sus cónyuges e
    hijos se reúnan con ellos y obtengan, con el tiempo, el
    status de migrante autorizado.

    En el lado de la demanda-atracción en los
    mercados de
    trabajo estadounidenses, los empleadores se están
    ajustando a salarios mínimos más altos y a una
    competencia
    más global. En el lado de la oferta, Estados Unidos sigue
    teniendo una considerable fuerza de trabajo poco calificada. Las
    reformas recientes a los programas de bienestar social pueden
    aumentar el número de trabajadores poco calificados de
    Estados Unidos que busquen empleo, sobre todo en sectores en
    donde se concentran los trabajadores nacidos en México
    (nueve de cada diez trabajadores mexicanos en Estados Unidos
    tienen empleos que no son agrícolas, a menudo en las
    industrias que requieren mano de obra poco
    calificada).

    De acuerdo a los resultados del Estudio Binacional
    México – Estados Unidos sobre Migración, hay
    dos conclusiones básicas sumamente importantes, tanto por
    el carácter
    binacional de los planteamientos como por el enfoque
    interdisciplinario que sugirió para los próximos
    años:

    • El catalizador de gran parte de la migración
      laboral actual
      no autorizada de mexicanos ha estado tradicionalmente en
      Estados Unidos; sin embargo, con el paso del tiempo, un
      conjunto más vasto y complejo de factores reproducen ese
      flujo.
    • Las tendencias que actualmente parecen ir en aumento
      y diversificar los flujos migratorios de México a
      Estados Unidos, pueden amortiguarse o incluso revertirse en los
      quince años próximos si las tendencia
      demográficas y económicas se
      sostienen.

    Cabe recordar que este Estudio Binacional se
    concluyó en 1997. Es decir, esta perspectiva arrojada en
    el Estudio, no se ha cumplido, ya que seis años
    después, no sólo no se ha revertido el proceso
    migratorio, sino que sigue habiendo la misma tendencia en el
    flujo.

    La migración de mexicanos a Estados Unidos
    está inicialmente motivada sobre todo por factores de
    carácter económico, pero actualmente no son los
    únicos que la sustentan. En efecto, hoy las redes de
    familiares y amigos, los agentes laborales y reclutadores
    vinculan el crecimiento de la industria, el
    empleo y el dinamismo económico en diversas regiones de
    Estados Unidos con un número creciente de comunidades
    mexicanas que envían migrantes al vecino
    país.

    Debido a que la migración es un proceso
    dinámico, la importancia atribuida y el peso
    específico asignado a cada factor tiende a variar con el
    tiempo en la decisión de migrar. Tan sólo en el
    periodo 1970 – 1996, las tasas acumuladas de
    emigración de México a EEUU por edad aumentaron a
    medida que crecían las remesas per cápita y el
    diferencial salarial, y disminuyeron conforme la dinámica
    de la economía mexicana tendió a mejorar y las
    condiciones de desempleo abierto en EEUU relativas a las de
    México empeoraban.

    4. Geografía
    Migratoria

    Estados de la República Mexicana expulsores de
    migrantes
    Alrededor de las tres cuartas partes de los indocumentados,
    proviene de las regiones rurales y semi-urbanas. Los estados
    mexicanos que aportan mayor número de migrantes, son
    Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas y Michoacán. En
    términos generales, se considera que los estados ya
    mencionados, no son precisamente los económicamente
    más subdesarrollados, ni los más cercanos al
    territorio estadounidense; de ahí que la
    emigración, se deba además de a la tradición
    de hacerlo desde hace muchos años.

    En el mapa A.1, se puede observar el grado de intensidad
    migratoria de México a Estados Unidos por entidad
    federativa en el año 2000, de acuerdo al Consejo Nacional
    de Población.

    En cuanto a la distribución regional de la
    emigración internacional, en el Cuadro 1 se observa que,
    en términos absolutos, únicamente tres entidades
    del país (Jalisco, Michoacán y Guanajuato)
    concentraron la tercera parte de los emigrantes a Estados Unidos
    durante el quinquenio 1995-2000. Estas tres entidades se
    encuentran en el Centro-Occidente de México, región
    que históricamente ha concentrado la emigración
    hacia los Estados Unidos.Sin embargo, otras entidades del
    país, como es el caso del estado de Morelos, empiezan a
    tener una mayor presencia en el flujo migratorio hacia el vecino
    país, no tanto por el volumen absoluto
    de sus emigrantes, sino por el porcentaje que los migrantes
    representan en la población residente. En el mismo Cuadro
    1 se observa que los migrantes de Morelos representaron casi el
    3% de la población residente de la entidad en el
    año 2000, superado únicamente por los estados de
    Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y Durango.

    Cuadro 1
    Emigrantes a Estados Unidos entre 1995 y 2000 y su
    participación porcentual en la población residente
    de 2000, según entidad federativa de
    residencia.

    Estado

    Emigrantes

    %

    1995-2000

    TOTAL/PROMEDIO

    1,569,157

    100

    Zacatecas

    65,631

    4.2

    Michoacán

    165,502

    10.5

    Guanajuato

    163,338

    10.4

    Durango

    42,307

    2.7

    Morelos

    44,426

    2.8

    Nayarit

    26,303

    1.6

    Aguascalientes

    25,766

    1.6

    Hidalgo

    60,817

    1.9

    Jalisco

    170,793

    10.6

    San Luis Potosí

    61,757

    3.9

    Guerrero

    73,215

    4.7

    Colima

    12,581

    0.8

    Querétaro de Arteaga

    24,682

    1.6

    Chihuahua

    49,722

    3.2

    Oaxaca

    55,839

    3.6

    Puebla

    69,775

    4.4

    Sinaloa

    34,662

    2.2

    Tamaulipas

    32,665

    2.1

    Veracruz

    78,347

    5.0

    México

    127,425

    8.1

    Coahuila

    21,581

    1.4

    Baja California

    22,613

    1.4

    Tlaxcala

    8,541

    0.5

    Nuevo León

    33,066

    2.1

    Distrito Federal

    59,368

    3.8

    Sonora

    13,676

    0.9

    Baja California Sur

    2,36

    0.2

    Yucatán

    5,839

    0.4

    Campeche

    2,192

    0.1

    Quintana Roo

    2,496

    0.2

    Chiapas

    9,275

    0.6

    Tabasco

    3,597

    0.2

    Fuente: Censo 2000

    Formas de entrada
    Es ampliamente conocido que la mayoría de los trabajadores
    indocumentados mexicanos son (entrants without inspection), es
    decir que ingresaron al territorio estadounidense, sin haber sido
    inspeccionados por las autoridades de migración. Es usual
    que el mexicano que desea ingresar a Estados Unidos lo haga por
    medio de un "pollero", "coyote" o "enganchador", a quien
    deberá pagar una cantidad importante que varía de
    acuerdo a los siguientes factores:
    a) el punto de cruce,
    b) la relación del "coyote" con las autoridades
    fronterizas, (tanto de un país como del otro), y,
    c) la distancia que haya que recorrer.

    Se calcula que la suma requerida es de $350 y $500
    dólares por persona.
    Si el aspirante no utiliza los servicios del "coyote", es porque
    seguramente tiene conexiones con otros mexicanos que se
    encuentran ya en Estados Unidos, quienes le ayudaran a penetrar y
    conseguir trabajo en ese país.

    Lugares de Destino
    Los estados preferidos, por los mexicanos indocumentados, son los
    del sur, especialmente California (50%), Texas (21.2%) e Illinois
    (7.9%), California se considera uno de los estados mas ricos y
    donde hay gran cantidad de trabajos agrícolas, en Texas se
    pagan los salarios más bajos y en Illinois se ofrecen los
    empleos de clasificación mas alta.

    Los nuevos destinos
    Muchos migrantes que se han ubicado en el centro, el norte y el
    noreste de Estados Unidos, explican su elección por una
    especial combinación del conocimiento
    que tienen de la saturación migratoria de algunas
    regiones, con la existencia de importantes cantidades y calidades
    de capital social (parientes, vecinos, amigos) en otras
    distintas. Si en ambos tipos de lugar se tienen contactos, a
    través de ellos se puede saber en dónde es
    más posible obtener trabajo y vivienda, por
    ejemplo.

    Entre los nuevos destinos, partes importantes del norte
    (Wyoming, Idaho, Washington State), noreste (Nueva York, Nueva
    Jersey, Washington D. C.) y centro (Alabama, Nevada) de Estados
    Unidos, han empezado a recibir cantidades importantes de
    migrantes mexicanos. Ahora bien, cabe precisar que esos nuevos
    destinos son muy poco significativos en la cuantificación
    general de la población mexicana en aquel país, en
    donde los estados de California y Texas siguen alojando a la
    inmensa mayoría de la migración mexicana. Sin
    embargo, pueden llegar a ser de una importancia
    considerable.

    En general, la tendencia es que la acción de las
    redes lleve a que la mayor parte de quienes migran desde un mismo
    origen se dirijan a un destino común. Sin embargo, es
    posible encontrar, aun en poblaciones pequeñas,
    migraciones hacia distintos puntos. En la mixteca poblana, por
    ejemplo, es común oír hablar del caso de una
    población cuya cabecera municipal está dividida en
    cuatro secciones, que son popularmente identificadas por el lugar
    al que migran sus habitantes (Nueva York, Chicago, Los Angeles,
    Baja California).

    En el mapa A.2 se puede observar la distribución
    de los migrantes mexicanos en los condados de Estados Unidos, en
    el que claramente se distingue que las regiones en las que tienen
    una mayor presencia los connacionales son California y
    Texas.

    Mapa A.2
    Distribución de mexicanos en Estados Unidos

    Fuente: Censo de Población de Estados Unidos de
    América, 1990.

    Cuadro 2
    Población mexicana en 21 ciudades
    estadounidenses

    CIUDAD

    POBLACIÓN

    POBLACIÓN MEXICANA

    %

    Alburquerque

    384.736

    70.145

    18.2

    Chicago

    2.783.826

    348.040

    13.7

    Chula Vista

    135.163

    45.182

    33.4

    Corpus Christi

    257.453

    119.864

    46.5

    Dallas

    1.006.831

    183.430

    18.2

    Denver

    467.610

    74.555

    15.9

    El Paso

    515.342

    340.871

    66.1

    Houston

    1.630.672

    357.508

    21.9

    Las Cruces

    62.126

    25.319

    40.7

    Los Angeles

    3.485.398

    925.141

    26.5

    Miami

    358.548

    1.981

    0.5

    Nueva York

    7.322.564

    55.698

    0.76

    Phoenix

    983.403

    177.534

    18

    Sacramento

    369.365

    47.884

    13

    San Antonio

    935.927

    483.307

    51.6

    San Diego

    1.110.549

    193.080

    17.3

    San Francisco

    723.959

    38.326

    5.2

    San José

    782.225

    171.200

    21.8

    Santa Ana

    293.742

    174.797

    59.2

    Santa Fe

    55.993

    8.622

    15.3

    Tucson

    405.390

    107.857

    26.6

    Fuente: Información aparecida en la página web
    de 11tv (URL: http://www.oncetv.ipn.mx), el 12 de septiembre de
    2000.
    Nota: Si bien existe información que indica claramente las
    tendencias respecto a la ubicación de las comunidades
    hispanas, es difícil obtener estadísticas actualizadas que clasifiquen a
    los latinos de acuerdo con su origen y lugar de
    residencia.

    5. Legislación
    estadounidense en materia de inmigración

    Aunque de manera inicial en los años setenta,
    pero luego ya decididamente durante los ochenta, se dio un cambio
    importante en los patrones migratorios como efecto de dos
    influencias: una, las políticas migratorias seguidas por
    Estados Unidos y, otra, los avatares del desarrollo
    económico de México. En 1995, con la Enmienda al
    Acta de Inmigración de Nacionalidad de 1952, se dieron
    cambios importantes en las políticas migratorias de
    Estados Unidos al abolir las cuotas de inmigración por
    países, las cuales habían prevalecido hasta los
    años veinte. Además, se abrió la
    inmigración procedente del Pacífico y se le dio
    prioridad a la reunificación familiar como base para
    permitir la inmigración legal. Unos años más
    tarde, en 1980, se modificó también la ley de
    refugiados, permitiendo una mayor cobertura al ampliar la
    definición de refugiado.

    A partir de los años sesenta, las cifras de
    inmigración aumentaron notablemente en comparación
    con las décadas pasadas, ya que el número de
    inmigrantes de todas las nacionalidades, entre 1961 a 1980, fue
    de 7.8 millones, o el equivalente a 221% de aumento en
    relación con el número de inmigrantes entre 1941 y
    1960. La proporción de mexicanos inmigrantes entre 1961 y
    1980 fue de 14%, mientras que en los años 1941-1960
    había sido solamente de 10%.

    El número de inmigrantes a Estados Unidos entre
    1981 y 1990 (sin considerar la legalización de IRCA) ha
    sido el mayor de los últimos 60 años, ya que desde
    la década de 1911-1920 no se registraba una cifra igual.
    En Estados Unidos existía, además, una
    preocupación especial por el tema de la migración
    indocumentada ya que, al dejar de existir el Contrato Bracero,
    las necesidades de la agricultura se satisfacían
    fundamentalmente con este tipo de mano de obra, aparte de que,
    durante los primeros años de los ochenta, los inmigrantes
    indocumentados de otros países también aumentaron
    de forma considerable.

    Aunque se especuló mucho sobre el número
    de indocumentados que había en Estados Unidos al inicio de
    los ochenta, las cifras mejor apoyadas calculaban alrededor de
    dos millones de personas, número suficiente para que,
    aumentado con el amarillismo de los medios de
    comunicación, llegara a causar gran inquietud tanto
    entre políticos, como entre el público en general,
    sobre todo si se considera que una alta proporción
    estaría concentrada en zonas muy circunscritas del
    suroeste del país.

    Estos hechos llevaron, finalmente, a tomar varias
    medidas de política migratoria para lograr más
    adelante la aprobación de una nueva ley de reforma a la
    inmigración, mejor conocida como IRCA (Immigration Reform
    and Control Act), cuyo objetivo principal era la
    legalización de la población extranjera que se
    encontraba indocumentada hasta el año 1982. También
    proveía, bajo ciertas condiciones, la legalización
    de un tipo especial de trabajador temporal para la agricultura,
    denominado Special Agricultural Worker (SAW). En el cuadro 3 se
    pueden observar las fechas y leyes históricas que
    afectaron la historia de la inmigración hacia Estados
    Unidos.

    Fechas Históricas Significantes que
    afectaron la Historia de Inmigración Americana
    Acta de Naturalización de 1790
    Estipuló que "cualquier extranjero, que sea una
    persona blanca libre, puede ser admitido para volverse un
    ciudadano de Estados Unidos."
    Acta de Pasajeros de 1819
    Congreso requirió que los capitanes de barcos
    mantengan un libro
    con detalles de la información de los pasajeros y
    que les proporcionen mejores condiciones humanas a las
    personas a bordo.
    1875 La Corte Suprema declaró que la
    regulación de inmigración es responsabilidad
    del Gobierno Federal.
    1882 El Acta de Exclusión de los Chinos
    prohibió que ciertos trabajadores inmigren a Estados
    Unidos.
    El Acta de 1882 Esta Acta general de Inmigración
    coleccionó 50 centavos de impuesto
    por cada inmigrante y negó la entrada a iditos,
    locos, convictos, mendigos, anarquistas y personas con
    enfermedades contagiosas, de esta manera
    excluyendo a cualquiera que pudiera convertirse en una
    cargo público.
    1885 y 1887 Las leyes de Trabajo de Extranjeros Contratados
    prohibieron a ciertos trabajadores inmigrar a Estados
    Unidos.
    1891 El Gobierno Federal asumió la tarea de
    inspeccionar, admitir, negar, y procesar todas las
    aplicaciones de los inmigrantes que buscan admisión
    a Estados Unidos.
    1892 El 2 de Enero, una nueva estación de
    inmigración Federal fue abierta en la Isla Ellis en
    la Bahía de Nueva York.
    1903 Esta Acta reiteró las provisiones de 1891
    acerca de las fronteras de tierra y
    pidió reglas para cubrir la entrada así como
    la inspección de extranjeros cruzando la frontera
    mexicana.
    1907 El Acta de Inmigración de 1907
    reorganizó los estados fronterizos con
    México, (Arizona, Nuevo
    México, y una gran parte de Texas) en el Distrito
    Fronterizo Mexicano para dirigir el tráfico de
    inmigrantes a Estados Unidos.
    1917 El Acta requirió que los inmigrantes deban
    poder leer y escribir en su lengua
    natal.
    1917 – 1924 Una serie de leyes fueron promulgadas para
    limitar el número de nuevos inmigrantes. Estasleyes
    establecieron el sistema de límites e impusieron requerimientos
    de pasaporte. Extendieron las categorías de
    extranjeros que no serían permitidos entrar a cubrir
    todos los Asiáticos excepto por los Japoneses.
    Acta de 1924 Redujo el numero de visas de
    inmigración y las distribuyeron en bases de origen
    nacional.
    El Acta de Registro de
    Extranjeros de 1940 requirió que todos los
    extranjeros (no ciudadanos estadounidenses) dentro de
    Estados Unidos se registren en el Gobierno y reciban una
    Tarjeta de Recibo de Registro Extranjero (la predecesora de
    la "tarjeta verde.")
    El Acta del Paso de Seguridad Interna de 1950 le dio
    más valor a la Tarjeta de Recibo de Registro
    Extranjero. Inmigrantes con estado legal reemplazaron sus
    tarjetas
    con lo que generalmente se conoció como la "tarjeta
    verde" (Forma I-151).
    Acta de 1952 Estableció el sistema de
    inmigración moderno. Creó un sistema de
    límites el cual impone límites basadas por
    país. También estableció el sistema de
    preferencia que dio prioridad a miembros de familia y
    gente con habilidades especiales.
    Acta de 1968 Eliminó la discriminación de inmigración
    basada en raza, lugar de nacimiento, sexo y
    residencia. También oficialmente abolió
    restricciones en inmigración oriental.
    Acta de 1976 Eliminó la preferencia en el
    tratamiento para los residentes del Hemisferio
    Occidental.
    Acta de 1980 Estableció una póliza general
    gobernando la admisión de refugiados.
    Acta de 1986 Se enfocó en restringir
    inmigración ilegal. Legalizó cientos de miles
    de inmigrantes ilegales.
    También introdujo el programa de multas para los
    empleados que ocupan trabajadores ilegales. También
    aprobó leyes para prevenir el fraude
    de matrimonios falsos.
    Acta de 1990 Estableció un límite anual para
    ciertas categorías de inmigrantes. Su objetivo fue
    ayudar a negocios
    en los Estados Unidos a atraer trabajadores extranjeros con
    especialidades; así extendió las
    categorías de la clase de negocio para favorecer a
    personas que pueden hacer contribuciones educativas,
    profesionales o financieras. Creó el Programa de
    Inversionista Inmigrante.

    Cuadro 3

    Ley Simpson – Rodino (IRCA)

    La primera Ley en materia de migración tiene su
    fundamento en la XIV Enmienda, Sección primera de la
    Constitución de los Estados Unidos y fue
    promulgada en 1940, pero fue sustituida en 1952., por la Ley de
    Inmigración y Nacionalidad. Durante tres décadas,
    se presentaron varios intentos fallidos para reformarla, siendo
    uno de los últimos el proyecto Simpson
    Mazzoli, que fue introducido para su discusión en marzo de
    1982, pero fue hasta el 6 de noviembre de 1986, en que fue
    aprobada la Ley de Reforma y Control de Inmigración
    (IRCA), comúnmente conocida como la Ley Simpson Rodino. La
    filosofía que se traduce de dicha Ley es la de "recuperar
    el control de sus fronteras".
    Las reformas constituyen modificaciones a siete títulos de
    la Ley:
    I Control de la inmigración ilegal
    II Legislación
    III Reformas a la inmigración legal
    IV Reformas al Congreso
    V Asistencia a las entidades federativas, para los costos de
    encarcelamiento de extranjeros ilegales.
    VI Comisión para el estudio de inmigración
    internacional y cooperación para el desarrollo
    económico,
    VII Competencia federal para las aportaciones y exclusiones de
    extranjeros convictos de delitos

    El título primero se desagrega en tres apartados,
    que son:
    – Empleo
    – Vigorización de las medidas de control,

    • Verificación del estatus
      migratorio.
    • Esto se traduce en sanciones para las personas que
      contraten los servicios de extranjeros que no tengan su
      documentación migratoria en orden;
      medidas para el reforzamiento de las actividades en SIN
      (Servicio de Inmigración y Naturalización), pero
      "muy especialmente de la patrulla fronteriza", así como
      rígidas penalizaciones a quienes introduzcan o
      transporten ilegales hacia los Estados Unidos. Es ahora cuando
      se declara ilegal la contratación de personas que
      carezcan de documentos
      legales de migración, no así en la ley de l952,
      conocida comúnmente como Ley Walter- McArran, en la que
      se decía que era ilegal trabajar sin documentos en los
      Estados Unidos, pero en ningún caso se sancionaba a los
      empleadores que abusaban de su condición.

    Actualmente se menciona que toda persona que pretenda
    contratar a un extranjero debe comprobar que éste posee la
    documentación necesaria; y debe guardarla en sus archivos y
    exhibirla a las autoridades competentes cuantas veces le sean
    requeridas. Con respecto a la discriminación, ésta
    no la constituye el hecho de que un patrón prefiera a un
    nacional, en lugar de un migrante, en condiciones iguales; pero
    para esto se establece un Consejo Especial a fin de analizar
    cualquier queja de discriminación en relación a
    prácticas ilegales de empleo con motivo de una
    situación migratoria.

    El segundo título de la ley, es sin duda el
    más relevante, pues se refiere a la regularización
    de la población migrante indocumentada. Esto se
    podrá realizar siempre y cuando aquel extranjero que haga
    solicitud, haya vivido de manera ininterrumpida hasta antes del
    1o. de enero de 1982. La residencia temporal se podrá
    cambiar por la definitiva después de 18 meses de la
    entrada en vigor de la misma ley, solo después de que
    comprueben un mínimo conocimiento de inglés, de
    historia, y del gobierno de Estados Unidos.

    Sin embargo, el trabajador mexicano se distingue del
    resto de la migración internacional, pues el patrón
    de conducta de
    éste, es de permanencia temporal; de hecho el promedio de
    estancia del migrante mexicano es de cuatro a cinco meses, ya que
    regresa a su lugar de origen para estar con su familia; este es
    un aspecto que la IRCA simplemente ignora. "De ahí que
    hubiera sido más razonable la celebración de un
    acuerdo bilateral mexico-estadounidense, en el cual se pactaran
    visas de entrada y salida para los trabajadores
    mexicanos…".

    El tercer título, que comienza
    refiriéndose a los trabajadores agrícolas,
    establece la implantación del programa H2A, y nos dice que
    cuando no exista un número suficiente de trabajadores, se
    podrá solicitar la internación de éstos,
    siempre y cuando no afecte negativamente el nivel de salarios y
    en las condiciones generales de trabajo; la consideración
    se dará bajo la autorización del Secretario de
    Trabajo, ya sea a través de asociaciones de productores o
    individualmente por cada patrón. De aquí se
    establece una Comisión Consultiva que funge como mecanismo
    de consulta con el Gobierno Mexicano y pueda asesorar al
    Procurador General. A juicio de algunos funcionarios del CONAPO,
    se debe evitar el contacto con la comisión, por el
    supuesto de que es un acuerdo que debió plantearse antes
    de la aprobación de la ley y no aposteriori.

    Para los casos de naturalización, a estos se les
    niega el servicio de seguro social
    por un período de cinco años. Esto, entre otras
    cosas constituye lo más relacionado con los trabajadores
    migrantes que se estable en los textos de la IRCA. Pero a juzgar
    por la persistencia de los flujos migratorios hacia Estados
    Unidos, se puede afirmar que la legislación IRCA
    está muy distante de haber alcanzado su propósito
    principal de acabar con la entrada de migrantes indocumentados.
    Se podría adelantar la hipótesis de que tal legislación no
    se hizo para eliminar la entrada de migrantes indocumentados,
    tanto como para responder políticamente a las razones
    ideológicas que estuvieron detrás de las propuestas
    más restrictivas, como la resumida en la frase: "We have
    lost control of our borders". Un país que ha perdido el
    control sobre sus fronteras se preocuparía cuando menos de
    colocar una indicación oficial de donde esta la frontera
    en el punto de cruce de indocumentados más intenso de toda
    la frontera norte, como es el caso del Cañón
    Zapata. En ese lugar no hay ninguna indicación oficial de
    la ubicación de la frontera internacional.

    Propuesta 187
    Otro aspecto de carácter jurídico que implica al
    movimiento migratorio, lo representa en términos actuales
    la comúnmente conocida como propuesta 187, la cual
    encuentra su principal expositor en Pete Wilson. En lo que
    respecta a esta iniciativa, que se refiere a la negación
    de los servicios sociales (Educación, Salud, Vivienda, etc.),
    tanto a los migrantes ilegales como a su progenie, podemos
    afirmar que representa una frustración de parte de los
    ciudadanos del sur de Estados Unidos, con la inhabilidad del
    Gobierno Federal para dar cumplimiento efectivo a las leyes de
    migración. Esta Ley supone una obstaculización para
    el establecimiento de los trabajadores migrantes y sus familias.
    Pero dado que para su economía, la afluencia de mano de
    obra barata la afecta favorablemente, es más conveniente
    tenerlos por períodos cortos a que lleguen a ser una carga
    para el gasto social. Por su parte, algunos estadounidenses, al
    igual que los inmigrantes están en contra de la
    aprobación de esta Ley. La juez federal de distrito,
    Mariana Pfaelzer16, afirmó que ese estado "carece de
    autoridad para
    poner en práctica su propio esquema, para reglamentar la
    inmigración o para idear reglamentos que sean paralelos a
    las leyes federales de inmigración o que pretendan
    complementarlas". El abogado Fred Kuments, representó a
    varios niños
    inválidos que serían afectados por la
    polémica iniciativa, al momento que agregó: "La
    propuesta 187 ha sido efectivamente anulada por las cortes
    federales".
    Estas acciones, entre otras, denotan la inconformidad de los
    demás estadounidenses ante la iniciativa, que
    generó gran polémica cuando en noviembre de 1994,
    fue aprobada en un referéndum por la población
    californiana. En esta misma fecha el gobierno mexicano
    resintió el efecto de la población norteamericana
    para sus connacionales, mismo que durante las últimas
    décadas no ha querido dar solución a la
    situación migratoria; y esto supone que busca seguir
    manteniendo la "puerta trasera", abierta para que miles de
    mexicanos, puedan seguir integrando el mercado
    estadounidense.

    Pero la continuidad del movimiento migratorio ha
    implicado al Gobierno mexicano, por decir algo, desde la
    década de los cuarenta, cuando se inició el
    Programa Bracero (1942-1964), por medio del cual se otorgaron
    más de cuatro millones de permisos de trabajo, y su larga
    duración afianzó la institucionalización de
    la migración en las comunidades mexicanas. Ejemplo de esto
    es la asombrosa organización que ha desarrollado la
    comunidad
    mixteca, en los años más recientes, y no
    está por demás que para quienes pudieran dudarlo,
    pueden marcar en California el 1800-Mixteco, para recibir
    asistencia legal en Inglés, Español y
    Mixteco. Por otra parte, hay personas que en algunos estados del
    país desarrollan su vida más conectada a Los
    Ángeles que con las ciudades mexicanas más
    cercanas, como es el caso de Jalisco y Michoacán. Esto es
    el producto de un
    desarrollado sistema de comunicación que durante tres generaciones
    han conseguido los trabajadores migrantes con sus familiares.
    También podemos apuntar a la facilidad con que
    éstos encuentran trabajo del otro lado de la frontera.
    Gracias a que en la época de los años setenta, se
    pronunció de manera desmedida el flujo migratorio, entre
    las comunidades norteamericanas comenzó a gestarse un
    movimiento restriccionista que ahora pretende consolidarse en la
    propuesta 187.

    Legislación de 1996
    El año de 1996 fue de gran actividad en materia de
    legislación migratoria. Esta nueva legislación se
    debe ver en combinación con otras dos leyes que fueron
    aprobadas en 1996, la que trata de la reforma a la asistencia
    social y la que trata del antiterrorismo. Algunos de los
    elementos importantes de estas tres leyes (la Ley de Reforma de
    la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante;
    la Ley de Antiterrorismo y Pena de Muerte
    Efectiva de 1996; y la Ley de Conciliación de la
    Responsabilidad Personal y las Oportunidades de Trabajo de 1996,
    es decir la Ley de Bienestar Social), se resumen en el siguiente
    cuadro.

    Cuadro 4
    Elementos importantes de las legislaciones de 1996

    El número de agentes de la patrulla
    fronteriza se aumenta anualmente durante cinco años,
    disposición que tiene efecto particular sobre los
    migrantes no autorizados provenientes de
    México

    Se erige una nueva barda triple entre San Diego y
    Tijuana

    Al mismo tiempo, se facilita la entrada de
    migrantes autorizados y de visitantes fronterizos desde
    México

    Se eliminan las antiguas tarjetas para cruzar la
    frontera, y se reemplazan con nuevas tarjetas con un
    biométrico

    Se autoriza la remoción expedita sin
    audiencia a los migrantes no autorizados en Estados Unidos,
    a menos de que presenten una demanda de asilo
    creíble o demuestren una estancia continua de dos
    años

    Se elimina la distinción entre
    exclusión y deportación

    Se crean nuevas áreas sobre cuyas
    decisiones administrativas no pueden ser examinadas por los
    tribunales

    Esto incluye la ausencia de revisión
    judicial de las órdenes de deportación
    finales para la mayoría de los extranjeros
    delincuentes

    Además, la definición de lo que se
    considera "delito agravado" se amplía a actos en los
    que incluso se suspenda el encarcelamiento

    Ciertas demandas de legalización por
    "acción de clase" que se encuentran pendientes en
    los tribunales, ya no estarán sujetas a
    revisión judicial

    Las normas
    para la suspensión de la deportación (ahora
    "cancelación de remoción" se vuelven
    más restrictivas, y la condición del
    daño ocasionado por dicha suspensión aumenta
    de "extremo" a "excepcional" y a daño
    "extremadamente inusual" y debe ocasionársele a un
    ciudadano de Estados-
    Unidos, o a un cónyuge, padre, madre o hijo de un
    residente permanente no
    Autorizado

    Se aumentan las penas por violaciones de las leyes
    de inmigración

    Se excluye a los migrantes autorizados de acceder
    al ingreso suplementario de la seguridad
    social (SSI) y a los cupones para la compra de alimentos,
    hasta que obtengan la naturalización

    Los migrantes autorizados que hayan entrado
    después de la promulgación de la Ley de
    Bienestar Social estarán excluidos durante cinco
    años de la mayor parte de los programas federales
    que requieren una investigación previa sobre los
    medios económicos, incluido Medicaid

    La legislación sobre asistencia social es
    enmendada para hacer ciertas excepciones para
    cónyuges maltratadas e hijos de migrantes
    abandonados por sus padres

    Los compromisos bajo juramento de
    manutención a migrantes por parte de sus
    patrocinadores aumentan el nivel necesario de ingresos de
    éstos a un 125% arriba del umbral de pobreza
    y obligan a los fiadores hasta que el migrante se
    naturalice o acumule 40 trimestre empleado

    Los extranjeros se consideran inadmisibles como
    migrantes autorizados por un periodo de 3 años, si
    han permanecido sin autorización en Estados Unidos
    de 180 días a un año; durante 10 años
    si han permanecido en esa condición un año o
    más; y permanentemente, si han estado previamente
    convictos de un
    delito grave con agravantes; se añaden otras causas
    de inadmisibilidad

    Se implementan programas piloto para verificar la
    "elegibilidad" para el empleo

    Las personas que se encuentran en Estados Unidos
    sin autorización no son elegibles para los
    beneficios de la seguridad social o para la
    educación postsecundaria

    Se autoriza al procurador general a celebrar
    acuerdos por escrito con agencias estatales y locales para
    llevar a cabo funciones
    anteriormente exclusivas de los agentes federales de
    inmigración

    Nueva legislación (después del 11 de
    septiembre de 2001)
    Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, han tenido
    (y seguirán teniendo) una impacto significativo en las
    operaciones
    para el sistema de admisiones de inmigrantes a Estados Unidos.
    Primordialmente, esto se debe a que los 19 terroristas que se
    encargaron de los ataques de aquella fecha, ingresaron legalmente
    al territorio estadounidense con visas temporales.

    Desde el 11 de septiembre de 2001, ha habido diversas
    propuestas de inmigración antiterrorista. Algunas de ellas
    se han convertido en leyes, otras han podido ser implementadas
    bajo ninguna legislación, y otras siguen siendo
    todavía meras propuestas.
    En el frente legislativo, el 26 de octubre de 2001, el Presidente
    George W. Bush firmó el USA PATRIOT (Uniting and
    Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to
    Intercept and Obstruct Terrorism Acto f 2001), que significa la
    "Ley que Une y Fortalece a América por medio de la
    Provisión de las Herramientas
    Apropiadas Requeridas para Interceptar y Obstruir el Terrorismo".
    Esta legislación autorizó triplicar el
    número de agentes de la patrulla fronteriza, así
    como inspectores, e inspectores aduanales a lo largo de la
    frontera con Canadá. También autorizó 50
    millones de dólares para cada Aduana para hacer
    mejoras tecnológicas. La ley también
    estipuló que la Oficina Federal
    de Investigaciones
    (FBI por sus siglas en inglés) compartiera su
    información de base de datos
    acerca de criminales con el Departamento de Estado.

    Esta ley también le permitió al Procurador
    General designar, conforme a las nuevas definiciones, a 46 grupos
    como organizaciones
    terroristas, a cuyos miembros y seguidores se les negaría
    la entrada a Estados Unidos, y si ya estaban en territorio
    estadounidense, serían detenidos. Esta legislación
    también estableció que se implementaría un
    programa de monitoreo de visas de estudiantes extranjeros.
    Asimismo, se estableció que habría beneficios
    extensivos para las víctimas del terrorismo.
    El 19 de noviembre de 2001, el Presidente George W. Bush,
    firmó una nueva ley de seguridad en aviación, que
    estableció que en los siguientes dos meses todas las
    aerolíneas comenzarían a utilizar
    transmisión electrónica de las listas de los pasajeros
    que se dirijan a Estados Unidos, para poder corroborar la
    información que se encuentre disponible en las diversas
    bases de datos
    de Estados Unidos.
    También, en noviembre de 2001, el Departamento de Estado
    anunció que se incrementarían las medidas de
    seguridad en la revisión de todas las aplicaciones de visa
    no inmigrante de hombres entre 16 y 45 años de edad
    provenientes de los países árabes o musulmanes.
    Esto ha resultado en incrementar el periodo de espera en otros 20
    días adicionales, mientras se revisan sus nombres y
    datos en las
    bases de datos del FBI. La Ley de Seguridad Fronteriza Reforzada
    y Reforma al Ingreso con Visa de 2002, se firmó el 14 de
    mayo de 2002, instituyendo un número considerable de
    cambios importantes, como respuesta al 11 de septiembre de 2001.
    Las asignaciones fueron autorizadas para contratar a más
    inspectores e investigadores y se hicieron importantes avances en
    la tecnología e infraestructura.

    6. Migrantes Mexicanos En
    Estados Unidos

    Trabajadores temporales mexicanos en Estados Unidos
    De acuerdo al Consejo Nacional de Población, la
    migración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos
    tiene, entre otros determinantes, las diferencias salariales
    entre ambos países.
    La intensificación del flujo migratorio laboral ha
    terminado por consolidar poderosos vínculos en los
    mercados de trabajo de México y Estados Unidos, teniendo
    una importancia cada vez más significativa en las
    economías de ambas naciones, sobretodo en las zonas
    expulsoras y receptoras de población, así como
    impactos decisivos en los ingresos de los familiares de los
    migrantes mexicanos. La migración laboral de
    carácter temporal es una modalidad específica del
    fenómeno global de la migración a Estados Unidos
    que, con frecuencia, antecede a la llamada migración
    definitiva o migración por cambio de residencia.
    La cantidad de mexicanos que trabajan o buscan trabajo en Estados
    Unidos en algún momento del año, pero tienen su
    residencia en México depende, entre otros factores, del
    monto de personas que intentan ingresar al país vecino, de
    la eficacia de la
    patrulla fronteriza estadounidense y de la demanda y condiciones
    de trabajo en ese país. De acuerdo con los datos de la
    Encuesta sobre
    Migración en la Frontera Norte de México (EMIF) que
    se levantó durante el periodo 1993 – 1997, el tiempo de
    estancia de los migrantes laborales no ha sufrido mayores
    variaciones en los últimos años, ubicándose
    en casi seis meses. Al hablar de este tipo de migrantes, se hace
    referencia a la población de migrantes laborales
    temporales de retorno de Estados Unidos que regresaron a
    México no necesariamente por su propia voluntad, sino que
    se incluye también a mexicanos que fueron capturados y
    devueltos por la patrulla fronteriza.

    En esta misma encuesta se pudo obtener la
    información con respecto a los salarios de los
    trabajadores mexicanos en Estados Unidos. En ella se advierte que
    el salario promedio percibido por los trabajadores temporales, en
    su último mes de trabajo en Estados Unidos, ha ido
    aumentando en términos nominales desde 1993 hasta 1997,
    pasando de aproximadamente 800 dólares apoco más de
    900. Asimismo, en 1993 el primer cuartil se ubicaba en 500
    dólares, mientras que en 1997, ascendió a 600. El
    valor mediano y el tercer cuartil también aumentaron de
    1993 a 1997: de 700 a 800 y de 1000 a 1040 dólares,
    respectivamente.
    El promedio de los salarios de los trabajadores temporales
    está determinado por algunos factores:

    Esquema 1
    Factores que determinan el nivel salarial de trabajadores
    temporales mexicanos en EEUU

    • Sexo. Existe una significativa diferencia en
    cuanto a la remuneración mensual que perciben los hombres
    y las mujeres, siendo bastante inferior el salario promedio
    percibido por los migrantes del sexo femenino: poco menos de 600
    dólares (en 1997), es decir, aproximadamente ganaron dos
    tercios del salario que ganaron los hombres (931
    dólares).

    • Edad. En 1997, los trabajadores de mayor edad
    percibieron salarios medios superiores a los más
    jóvenes. Los migrantes temporales que tenían
    más de 45 años percibieron aproximadamente 970
    dólares mensuales en promedio, y los del grupo 35-44
    años, poco más de mil; por su parte, los promedio
    de remuneración mensual en los grupos de edades 25-34 y
    12-24 fueron de alrededor de 880 y 830 dólares,
    respectivamente. Estas diferencias pueden deberse a
    características asociadas con la edad, tales como la
    capacitación y experiencia laboral, la
    condición de autorización para trabajar en Estados
    Unidos y la
    experiencia migratoria laboral previa.
    • Escolaridad. No se apreciaron diferencias importantes
    entre los trabajadores sin escolaridad, con primaria incompleta y
    con primaria completa. En cambio, sí aparece una
    diferencia en la categoría de escolaridad superior a
    primaria completa; allí se ubican se ubican los promedios
    salariales superiores (1010 dólares en 1997).
    • Jefatura de hogar. Las estimaciones fueron superiores para
    los trabajadores jefes de hogar en comparación con los no
    jefes. En 1997, los jefes de hogar ganaron casi 150
    dólares mensuales más que los demás
    migrantes. Estas diferencias se podrían explicar, en parte
    por la mayoría de edad promedio de los jefes de hogar que
    puede ir de la mano con una mayor experiencia migratoria y
    laboral, y de la autorización para trabajar.
    • Sector de actividad en Estados Unidos. En 1997, el sector
    con un mayor promedio salarial fue el sector secundario, con poco
    más de 970 dólares; mientras que el nivel del
    sector servicios y el sector primario fueron de aproximadamente
    890 dólares.
    • Experiencia migratoria. Los trabajadores temporales que
    contaban con experiencia migratoria laboral previa percibieron un
    salario medio superior que sus compatriotas sin experiencia;
    siendo la diferencia casi de 200 dólares: cerca de 980
    dólares para los migrantes con experiencia y
    aproximadamente 770 dólares para el resto.
    • Autorización para trabajar en EEUU. El hecho de
    contar con autorización o no (los documentos) para
    trabajar en Estados Unidos, es un factor determinante en la
    remuneración percibida. En 1997, la diferencia entre los
    trabajadores temporales documentados y los indocumentados fue de
    aproximadamente 200 dólares.

    Tradicionalmente el indocumentado mexicano ha
    desempeñado labores en el sector agrícola,
    usualmente se le contrata en el campo donde los salarios son
    pobres, se requiere de baja calificación y se
    desempeñan labores sucias y difíciles. Asimismo
    algunos sindicatos han
    señalado que para algunas cosechas en especial de
    cítricos (la peor pagada y la más dura que se lleva
    a cabo), utilizan por lo general fuerza de trabajo ilegal, debido
    principalmente a que el personal local prefiere obtener el
    seguro de
    desempleo a tener que desempeñar tareas de este tipo. Sin
    embargo a partir de la década de los setentas ha ido
    aumentando la importancia de empleos en otros sectores, esta
    situación se atribuye a que varios trabajos de
    índole agrícola se han eliminado debido a la
    creciente mecanización del campo, a que las tierras se han
    destinado para uso industrial y residencial; ya que hay
    más plazas de baja calificación disponibles en el
    comercio, la industria, la construcción y los servicios.

    Protección de los derechos de los migrantes
    Lo que vuelve vulnerable a un indocumentado es justamente su
    condición de migrante no autorizado dentro del territorio
    estadounidense. Esta situación genera que algunos
    empleadores e incluso, autoridades, violen sus derechos humanos.
    Debido a esta situación, el gobierno mexicano se ha
    pronunciado en contra de la violación tanto de estos
    derechos como de los derechos laborales de los trabajadores
    migrantes, emprendiendo una serie de acciones para la
    protección de los derechos de los migrantes:
    • La creación y puesta en operación de nueve
    grupos de protección a migrantes, llamados Grupo Beta.
    • El fortalecimiento del Programa Paisano (que brinda
    información, asesoramiento y apoyo a los migrantes que
    regresan al país, acerca de sus derechos y obligaciones
    de carácter fiscal al
    traspasar las fronteras).
    • La capacitación de más de mil agentes
    migratorios en materia de derechos humanos, tarea ejecutada por
    la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
    La violencia en
    el trayecto hacia y en la frontera misma, se cuenta entre los
    efectos más negativos de la migración entre los dos
    países, y está relacionada en gran parte, aunque no
    exclusivamente, con los movimientos no autorizados. Los migrantes
    son víctimas de una variedad de delitos, desde
    ataques y abandono por parte de los "coyotes", hasta el robo, la
    violación e incluso el asesinato. Las muertes registradas
    y no registradas que se relacionan con intentos por cruzar la
    frontera son preocupantes. También inquietan los ataques
    violentos de los "coyotes" y otros individuos a funcionarios que
    son responsables de las operaciones fronterizas en ambos
    países.

    Asociaciones de los migrantes
    Uno de los fenómenos que más ha influido
    recientemente en la visión del uso productivo de las
    remesas es el surgimiento y desarrollo de las organizaciones de
    migrantes latinoamericanos en Estados Unidos. Estas
    organizaciones no son nuevas. Hay muchas que datan de los
    cincuenta y los sesenta, aunque la mayoría de las
    actualmente existentes tiene una edad menor a 20 años. En
    sus inicios, las organizaciones tradicionales operaron como
    grupos informales o como clubes sociales o deportivos.

    Fue en la década de los noventa cuando las
    asociaciones de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos
    cobraron auge, en parte debido al rápido crecimiento de
    las corrientes migratorias en esos años, pero sobre todo
    como respuesta al endurecimiento de las leyes migratorias de ese
    país. "En el decenio de los noventa los diferentes tipos
    de asociaciones se renovaron y multiplicaron, buscando muchas de
    ellas obtener su personalidad
    jurídica de acuerdo con las leyes estatales de los Estados
    Unidos… La tendencia a organizarse sobre bases más
    técnicas y permanentes tuvo un auge sin
    precedentes. Hasta el presente la mayoría de las nuevas
    agrupaciones ha estado más bien orientada hacia la defensa
    de los derechos humanos de sus miembros o a darles
    asesoría y apoyo para regularizar su situación
    migratoria, pero se multiplican los ejemplos de organizaciones
    que están tratando de desarrollar actividades
    asistenciales o comunitarias, o de reorientarse en esta dirección".

    En algunas regiones de larga tradición
    migratoria, hay ejemplos verdaderamente destacados de redes
    organizativas, como es el caso de los clubes zacatecanos en
    México, de los cuales hay más de 100 en diversas
    ciudades de Estados Unidos, agrupados en federaciones como la del
    Sur de California y en una Confederación de Clubes de
    Zacatecanos, como organización de tercer nivel.

    Pese a que los núcleos y las organizaciones de
    migrantes en Estados Unidos se han convertido en una de las
    fuerzas económicas, sociales y políticas más
    importantes de la sociedad civil
    latinoamericana, no hay un conocimiento apropiado y actualizado
    de su alcance y diversidad. Su rápido dinamismo ha
    rebasado los intentos aislados y ocasionales por
    estudiarlos.

    En la misma circunstancia están otros
    fenómenos no menos importantes a que han dado lugar las
    corrientes migratorias latinoamericanas en aquel país. Por
    ejemplo, existe ya una gran red de negocios en
    rápida expansión, propiedad de
    pequeños y medianos inversionistas de origen
    latinoamericano. En Nueva York, por ejemplo, hay cientos de
    negocios de empresarios dominicanos, mexicanos y
    salvadoreños, especialmente en las áreas de la
    ciudad con predominio de población hispana. Muchos de esos
    empresarios han comenzado a buscar oportunidades de
    inversión en sus países de origen. Otro
    fenómeno que no se ha analizado a fondo es el desarrollo,
    en diversas ciudades de Estados Unidos, de un gran mercado para
    diversos productos latinoamericanos, sobre todo para ciertas
    comidas y alimentos típicos de tipo industrial o casero,
    como quesos, galletas, dulces, etc. Alrededor de este mercado se
    han establecido importantes cadenas de negocios y de
    introductores, con repercusiones importantes en la
    economía de los países de origen de los
    productos.

    Matrículas consulares: detonadores de
    remesasç
    Durante décadas, los consulados mexicanos han emitido una
    tarjeta de identificación muy simple, conocida como
    "matrícula consular", a los ciudadanos mexicanos que
    viven, legal o ilegalmente, en Estados Unidos. De acuerdo con un
    estudio realizado por el Pew hispanic Center en el 2002, durante
    los primeros nueve meses del 2002, se emitieron 740,000
    matrículas consulares en Estados Unidos.
    El propósito inicial de estas matrículas fue ayudar
    a los oficiales a identificar a las personas que estuvieran
    inmiscuidas en algún accidente (o crímenes). Sin
    embargo, desde el 2002, las matrículas consulares son cada
    vez más aceptadas como documento de identificación
    para las operaciones bancarias en Estados Unidos. Hasta finales
    del 2002, 66 bancos, 801
    departamentos de policía en 13 estados de EE.UU.), ya
    aceptaban la matrícula como un documento de
    identificación válido.
    Hasta el momento, únicamente el gobierno mexicano emite
    este tipo de documento de identificación a sus ciudadanos
    en el exterior. Muchos gobiernos de países
    centroamericanos están considerando seriamente emitir
    tales documentos, lo que le permitiría a la
    población inmigrante a abrir cuentas bancarias
    y a utilizar a los bancos para transferir fondos (remesas) de
    manera barata y transparente.

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