Indice
1.
Concepto de comunicación
2. Desarrollo del
trabajo
3. Bibliografía
1. Concepto de
comunicación
No es fácil hablar de un concepto de
comunicación en el período del
Frente Nacional ya que no existe ningún tipo de referencia
que oriente a cerca de esto.
Los medios de
comunicación de la época no tienen nada de
particular, ya que era muy normal ver el sesgo que existía
en cada uno de ellos. Su ideología partidista respondía al
gobierno de turno
y al pacto de "hacerse pasito" entre ellos que no pudo haber
permitido una fiscalización real de los periodistas que
vivieron el período (1958-1974). Si hubo veeduría
de los medios, pudo
haber existido en los de naturaleza
independiente.
En mi opinión, el concepto de comunicación que primó en el ciclo
del Frente Nacional fue marcadamente político. La ausencia
del discurso
político real y de las funciones de los
partidos como opositores y fiscalizadores de las políticas
de Estado, hace
que el respeto por la
política
como actividad real se pierda por parte de los ciudadanos comunes
y corrientes. La política tradicional
se convierte en el imperativo, logrando que los dos partidos
"reales" sean los dueños del Estado y se
repartan los cargos y los frutos de su trabajo.
La expresión se convierte en colores azul o
rojo, y la que no lo sea no existe; debe concentrarse en el fuero
interno.
El afán de recuperar el control de la
sociedad y la
nación
hace que el país se convierta en un matrimonio de
partidos, cimentado en la reforma constitucional de 1957, que
marca la forma
de hacer comunicación y de emitir la información.
La propaganda
política se convierte en una compra de votos para lograr
clientes que
voten por los candidatos, todo gracias al abstencionismo
electoral.
A raíz del inicio del Frente Nacional, Colombia busca
venderse como el país y la sociedad ideal,
que desarrolla casi completamente una estabilidad
política; esto en comparación con lo que
sucedía anteriormente, cuando si un conservador se
atrevía a hablar con un liberal era excomulgado por serle
infiel a su doctrina.
Es muy importante hablar del manejo de imagen que se
hizo entre partidos. Cuando se firmó el pacto, el
dirigente liberal y su homólogo del partido conservador
aparecieron, de la noche a la mañana como los mejores
amigos y los mejores cristianos por haber dejado atrás los
pasados rencores, pero el que realmente se desangró fue el
pueblo. Por más que hubiera existido un pacto de no
agresión entre dirigentes y políticos de uno y otro
partido, quienes fueron inducidos a la guerra que
desató el período de la violencia no
firmaron un pacto, habían sido las verdaderas
víctimas y los rencores seguían existiendo. Por
este motivo no es raro ver cómo los ancianos y las
personas a las cuales les tocó vivir la violencia
llaman a los conservadores "godos", y siguen guiándose por
los colores para
elegir a sus representantes. Todo fue imagen.
No hubo una comunicación real, y eso se refleja
en todas las consecuencias que este período trajo para la
vida política y democrática de nuestro país;
pues en la
comunicación hay una regla y es que, para que exista
comunicación debe haber confianza y credibilidad entre los
interlocutores
2. Desarrollo del
trabajo
Reseña histórica.
Para hablar de la historia del Frente
Nacional, es necesario dirigirse diez años más
atrás, y llegar hasta la época denominada la
"Violencia", la cual comenzó en 1948 y originó una
gran ruptura entre los tejidos
políticos y sociales del país.
Después del asesinato de Jorge Eliécer
Gaitán, los conservadores buscan disuadir a los adeptos
del partido liberal, ya que como mayoría, podrían
llegar a ganar la elecciones y controlar el poder. No
logran la persuasión de los liberales, y entonces deciden
aniquilarlos físicamente usando la violencia, para
así lograr convertir al partido conservador en un partido
de mayorías.
Este período de la violencia, desconocido en el
exterior deja después de una larga guerra civil
en la que no mueren los políticos ni sus familias, sino
sólo el pueblo, aproximadamente 350.000
muertos.
Después de derrocar la dictadura del
Rojas Pinilla en 1957, una junta militar toma el mando del
país, y se produce un acuerdo entre los dirigentes de los
partidos para lograr que el país se conduzca a
través de la democracia
representativa.
Para esto se reunieron Laureano Gómez, jefe del
partido conservador, y Alberto Lleras Camargo, jefe del liberal,
y convinieron un acuerdo que permitiera garantizar la estabilidad
de los partidos, sin temor a no acceder a cargos públicos
o a ser derrocados por un golpe de
Estado.
Así se crea el pacto llamado el "Frente
Nacional", fenómeno único en el mundo, creado para
que durara veinte años, pero que en sentido estricto
duró 16 años (1958-1974), y que fue concebido como
un pacto de no agresión entre los partidos, además
de asegurar la paridad en los puestos del Estado. El principio
firmado por los dos dirigentes de los partidos tenía como
premisa: "Sentar las bases para una política conjunta de
los partidos, encaminada a terminar con la dictadura y
devolver al país al pleno imperio de las instituciones", además se buscaba recuperar
la conducción de la sociedad
civil.
En el proceso del
Frente Nacional se da un fortalecimiento de la rama ejecutiva,
disminuyendo así las atribuciones del Congreso y de los
entes judiciales, privilegiando la opción de la
coerción y de la represión para lograr el orden,
todo representado en los militares.
Los presidentes que se repartieron el poder en el
período del Frente Nacional fueron: Alberto Lleras Camargo
(1958-1962), Guillermo León Valencia (1962-1966), Carlos
Lleras Restrepo (1966-1970) y Misael Pastrana Borrero
(1970-1974); entre 1974 y 1982 dos liberales fueron jefes de
Estado (Alfonso López Michelsen y Julio César
Turbay Ayala), pero se mantuvo la paridad de cargos en las
instituciones
judiciales, políticas
y administrativa.
Contexto.
Mientras que el período conocido como la
"Violencia" favoreció un gran retroceso en la
representación de la efectividad del Estado, se considera
que, además de las implicaciones que un sistema como el
Frente Nacional trajo consigo, existieron varios movimientos y
varias situaciones paralelas a este ciclo que contribuyeron con
su desarrollo,
tanto positiva como negativamente.
Este "pacto de no agresión" hecho por los
partidos más importantes y representativos de nuestro
país, si no los únicos, acarreó, como lo
dicen las politólogas Ana María Bejarano y Renata
Segura Bonett, un derrumbe parcial del la figura del Estado, por
su falta de presencia en muchos lugares, así como de
autoridad.
Así, se crean grupos
guerrilleros que crecen en los campos y movimientos de protesta
social que ven totalmente lejos sus intereses de los que promulga
el Estado.
Comienzan las sucesivas reformas administrativas y
constitucionales; la utilización del erario público
para ganar clientela frente a la apatía del electorado,
que fue la más grande en toda la historia del país,
alcanzando el 70%.
Aparece la ANAPO (Alianza Nacional Popular) que se concibe como
una amenaza populista a la paridad de los partidos
políticos (1970-1974). Además, se revelan una
gran cantidad de liberarles y forman un movimiento
disidente que, junto con la ANAPO, trataron de crear
oposición al régimen, el MRL (Movimiento
Revolucionario Liberal), en el cual participaron los antiguos
militantes de la izquierda, del movimiento estudiantil, del
sindicalismo
colombiano y de las organizaciones
agrarias.
Estos dos movimientos no duraron mucho tiempo ni
tuvieron la oportunidad de hacerlo, ya que en el ciclo del Frente
Nacional todo movimiento o pensamiento
que fuera contrario al sistema era
censurado y no existía. Así, el MRL se
integró al liberalismo
oficial.
El Frente Nacional propició, además, una
gran crisis en la
universidad
pública, ya que se comenzó a norte- americanizar la
Universidad
nacional, creó sublevaciones de los estudiantes, que
habían sido claves en el derrocamiento del dictador Rojas
Pinillas, y que a partir del comienzo del Frente, llegaron a ser
tratados como
subversivos.
Los movimientos reivindicatorios obreros fueron
excluidos por el "sectarismo clasista", ya que fueron
considerados enemigos del proceso.
Así el Estado y
los partidos tradicionales ampliaron las exclusiones
políticas, sociales y de expresión, pero,
así mismo, estos sectores discriminados se auto-
excluyeron y se separaron de la política
tradicional.
Lejos de la vida política estaban los nuevos
escritores, contemporáneos al movimiento, que buscaron
generar una narrativa joven y diferente en las ópticas y
en los medios
expresivos, frente a los otros escritores, más antiguos,
como Gabriel García
Márquez y Manuel Mejía Vallejo, entre
otros.
Esos escritores con nombres como Isaías
Peña Gutiérrez, Roberto burgos, Germán
Santamaría, Hugo y Roberto Ruiz, Enrique Posada, Policarpo
Varón, Arturo Álape, entre muchos más, y que
extrañamente no figuran dentro de la historia oficial de
nuestro país y de sus movimientos literarios, usaron
lenguajes atemperados heredados por Juan Rulfo con
los que, según Peña Gutiérrez, "se
adentraron en las dimensiones invisibles de la Violencia",
época que les tocó vivir, y frente a la que
relacionaron el pacto del Frente.
La época de la "Violencia" trajo consigo una
cultura de la
que nacieron leyendas,
fantasmas, modos de pensar y de vivir, los cuales se reflejaron
en la literatura.
Dentro del desarrollo de la literatura pesó el
hacho de que, en todo el período del Frente Nacional, el
país se hubiera mantenido en estado de sitio, figura
política que, además de reprimir y entorpecer el
desarrollo normal del país, reprimió las formas de
expresión, asunto que no les permitió a los
literatos de esta época ser más francos, sinceros y
críticos.
Por el contrario de la narrativa, la poesía
esquivó los temas sociales y de coyuntura; y de la
violencia vivida después de 1958 sólo quedan coplas
de campesinos que tuvieron que soportarla en carne
propia.
El Nadaísmo, movimiento surgido en 1958, buscaba
provocar a la burguesía de la época,
rebelándose en sus cuentos y
poemas frente
a las creencias religiosas, políticas y culturales de la
época, venidas todas de una tradición. La esencia
del movimiento la explicó uno de sus integrantes,
Jotamario: "El nadaísmo nació en medio de una
sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a
cacuchas de regimiento, apestaba a sotanas sacrílegas,
apestaba a factorías que lanzaban por sus chimeneas el
alma de sus obreros, apestaba al pésimo aliento de sus
discursos,
apestaba a incienso de sus alabanzas pagadas, apestaba a las
más sucias maquinaciones políticas, apestaba a
cultura de
universidad, apestaba a literatura rosa, apestaba a jardín
infantil, apestaba a genocidios, apestaba a miserias, apestaba a
torturas, apestaba a explosiones, apestaba a pactos".
Frente a estos hechos que marcaron a los diferentes
escritores, la poesía
y la literatura de los años setenta, fueron marcadamente
apolíticas y apartidistas, todo esto, frente a la
ilegitimación de estas figuras.
Aunque la violencia después del 58 no fue de
partidos, se comenzó una lucha entre los militares y los
grupos
guerrilleros, asunto que generó aún más
desplazamiento del campo a la ciudad, e impulsó el
crecimiento de los cordones de miseria y de los barrios
marginales en las grandes ciudades, asunto que aún sigue
siendo un flagelo de descomposición social en nuestras
ciudades hoy en día.
Como conclusión a este apartado, y frente al contexto del
país en ese entonces, el pacto del Frente Nacional
buscó menguar la confrontación que había
existido entre políticos tradicionales azules o rojos, y
lo logró; pero abrió aún más la
grieta social, lo cual produjo nuevas enemistades.
Análisis.
Las implicaciones que le trajo el Frente Nacional a la vida
cotidiana y política de los colombianos, además del
abstencionismo electoral que generó la competencia
interpartidista por la repartición del poder y del
control
social, la ilegitimación de la política y de las
instituciones estatales cooperó para que, como pasa ahora,
comenzara a implantarse un sistema ciudadano de apatía
hacia la política, además de la ineficacia de la
democracia.
El Frente Nacional ha sido considerado como el "lunar
negro" de la historia de Colombia, ya que
por su proceso de crecimiento clientelista, los entes
representativos del Estado como lo son el Congreso, el Concejo y
las Asambleas, se convirtieron en el escenario ideal para el
crecimiento de la corrupción. A esto contribuyó
también el hecho de que todo el protagonismo se lo hubiera
llevado el Ejecutivo, y que no hubiera permitido que el Congreso
y los otros entes representativos cumplieran con su papel;
además de la real inhabilidad de hacerlo, porque en un
matrimonio
bipartidista no podría haber existido en realidad
algún tipo de oposición. Así, la
incredulidad de la sociedad colombiana en el Estado y en la
política se convirtió en una constante.
El Congreso y los demás entes de la rama
legislativa no fueron los únicos que sufrieron el
"autoritarismo" generado por el Frente Nacional; la rama judicial
fue un espacio de la vida gubernamental que no tuvo una responsabilidad real frente a todas las funciones que
debería cumplir en una democracia , por lo cual el Estado
no logra cumplir con su deber de proteger a los ciudadanos, y
ellos lo notan.
El Frente Nacional pone en un hilo a la política
real del país, inclusive a la democracia, ya que por su
sistema no permite la existencia de una oposición real,
como ya lo había expuesto antes, logrando así que
la vida política se convirtiera en una sala de visitas en
la que no había espacio para la discusión de temas
que realmente interesaran a la sociedad, y mucho menos, si eran
intereses que convenían más al matrimonio entre
partidos.
El Frente Nacional se convirtió además en una
contradicción frente a la democracia de nuestro
país, ya que "castró" la posibilidad de elegir un
representante con el que los ciudadanos lograran identificar sus
intereses; son precisamente los partidos
políticos los que legitiman una democracia real por la
efectividad de los ideales en los que está cimentado para
lograr hacerle una oposición leal a los políticos
de turno.
Es muy obvio que, además del problema que
causó el Frente, como Colombia no tiene un proyecto de
nación,
cada representante puede llegar a hacer cosas que pueden no ser
muy adecuadas al contexto de nuestro país, y como no
existe un proceso, esos planes pueden cambiarse y crear en
nuestra sociedad, en la economía y en la
política, un gran traumatismo. Eso es lo que ha venido
pasando desde que se concibe nuestro país, ya que en su
inicio, desde la guerra de independencia,
el proyecto fue
económico (tabaco y café).
¿Acaso fue por el Frente Nacional que
comenzó la crisis de los
partidos políticos en Colombia?. La pregunta puede sonar
estúpida y la respuesta obvia, pero el problema que quiero
plantear va más allá. Actualmente en Colombia
existen 78 "partidos políticos" legales, y cada año
en las elecciones se postulan a concejales, congresistas y hasta
a presidentes, extraños y folclóricos personajes
que, en vez de generar más opciones de elección,
generan en muchos ciudadanos cada vez más apatía
frente a la política y frente a sus deberes de esta
naturaleza,
todo por la falta de seriedad.
Yo no digo que el hecho de que haya candidatos de
movimientos políticos diferentes al liberal y al
conservador quiere decir que no hay seriedad política, y
que los políticos independientes no tienen derecho a hacer
una carrera en el Estado, pues estaría
convirtiéndome en adepto del fenómeno del Frente
Nacional; en mi opinión el hecho de que existan tantos
movimientos que, como debe ser en un partido real, no tienen ni
un proyecto histórico, ni un proyecto político, ni
un proyecto económico, deslegitima aún más
la vida de ciudadano, necesaria para que exista un proyecto de
Estado- Nación que se convierta en un proceso
real.
¿Con el Frente Nacional se acabó el
discurso
político?
Me queda una inquietud: ¿fue acaso el Frente Nacional el
que situación la política en un negocio de
clientelismo?, porque si fue este fenómeno el responsable
de esta situación podríamos concluir que gracias a
él aparecen en vísperas de las elecciones
candidatos, que más que políticos, se convierten en
humoristas y payasos de los habitantes de nuestro país,
que sólo ven en la carrera política, un
negocio.
- Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2002. ©
1993-2001 Microsoft
Corporation. - PEÑA, Isaías. "La literatura del Frente
Nacional". Revista
Mosaico2, Bogotá. Vol. 1 #1. Sept – dic
1984. - BEJARANO, Ana María y SEGURA, Renata. "El
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de enemistad social". Anuario Colombiano de Historia Social y
de la Cultura. # 24. 1997. - El Tiempo,
Bogotá. 6 de agosto de 1978.
Autor:
Natalia Hernández Zuluaga
Medellín, Colombia
Universidad Pontificia Bolivariana
Octavo Semestre
Facultad De Comunicación
Social