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Globalización vs. utopía: Construcción y destrucción del ideario humano




Enviado por madvisualskillz



    Construcción y
    destrucción del ideario humano

    1. Globalización, un
      término ambiguo y abarcador
    2. De la caída del muro a la
      unificación del globo
    3. En busca de la "aldea
      global"
    4. Integración mundial,
      ¿Positiva o negativa?
    5. Nuestro tiempo,
      ¿Globalizado?
    6. Utopía.Tomás Moro y
      su sociedad perfecta
    7. Utopía, deseo de la
      humanidad
    8. Pensar globalmente, actuar
      localmente
    9. Convergencia.Durmiendo con el
      enemigo
    10. Conclusión
    11. Bibliografía

    Introducción

    "La
    globalización es una de esas palabras
    engañosas

    que forman parte de las nociones
    instrumentales que,

    bajo el efecto de las lógicas
    mercantiles y a espaldas de

    los ciudadanos,se han adaptado hasta el
    punto de

    hacerse indispensables para establecer
    la
    comunicación

    entre ciudadanos de culturas muy
    diferentes."

    -Armand Mattelart, La
    mundialización de la comunicación

    La globalización es un fenómeno que nos
    afecta en todos los ámbitos. Aunque es un término
    relativamente joven, ha adquirido un protagonismo tan grande que
    es piedra angular de nuestas discusiones retóricas
    actuales.

    Las comunicaciones
    están estrechamente ligadas con este concepto, ya que
    constituyen uno de los motores para su
    origen y desarrollo.
    Esto no nos debe parecer extraño porque actualmente, como
    diría Héctor Sepúlveda, "es imposible
    analizar la realidad sin los medios" de
    comunicación y éstos son una
    influencia sustancial en nuestra vida.

    Las utopías son tan antiguas como la humanidad
    pues representan lo que anhelamos. Encontramos pensamientos
    utópicos en todas las áreas de nuestra vida, que se
    encamina a la sociedad
    global.

    Exposición del proceso

    El tema asignado es uno muy abarcador. Por lo
    tanto, recurrimos inmediatamente a diversas fuentes de
    información para empaparnos de todo lo relacionado con
    globalización y utopía. Le
    adjudicamos especial importancia a los textos de los
    teóricos de la
    comunicación, ya que es nuestra área de
    especialización.

    A diferencia de la forma en que normalmente los
    estudiantes tratan las actividades en grupo,
    dividiéndose el trabajo
    para luego conglomerarlo, realizamos todo lo concerniente al
    proyecto
    juntos, desde comprar los libros para la
    referencia hasta redactar el
    trabajo.

    Comenzamos por leer los textos y anotar las ideas
    más importantes. Luego recurrimos a la Internet para buscar otras
    visiones y enlazarlas con lo leído. Entrevistamos al
    economista Juan Lara, catedrático del Departamento de
    Economía
    de la Universidad de
    Puerto Rico, para
    aclarar los conceptos y recibir opiniones "locales" acerca de
    la
    globalización. Después de haber buscado,
    leído y anotado la información que consideramos suficiente,
    procedimos a esquematizar la investigación para redactar el escrito, en
    el cual nos basamos para preparar nuestra presentación
    para los compañeros de clase.

    Descripción de la
    investigación

    Esta investigación presenta los rasgos generales
    de los conceptos de globalización y utopía.
    Pretende que el lector pueda entender en qué se basan los
    términos, sus orígenes, desarrollo,
    acepciones y actualidad teórica.

    Se ha dividido la investigación en tres partes:
    la primera describe el fenómeno de la
    globalización; la segunda expone los elementos de la
    utopía; y la tercera muestra la
    convergencia que existe entre estos dos conceptos.

    El objetivo de la
    investigación es comparar y contrastar la
    globalización frente a la utopía para descubrir
    cómo se conectan y, en segundo plano pero no menos
    importante, observar la influencia de la comunicación en estas
    situaciones.

    GLOBALIZACIÓN

    Globalización, un término ambiguo y
    abarcador

    La globalización es uno de los conceptos
    más utilizados hoy día en la retórica
    intelectual y popular mundial. A pesar de esto, es imposible
    construir una definición total, precisa y ampliamente
    aceptada del término, porque simplemente es una palabra de
    uso muy extendido y, por tanto, es difícil trazar una
    línea absoluta de su significado.

    Ciertamente, estamos hablando de un fenómeno sin
    precedentes, que se manifiesta en múltiples aspectos de la
    raza humana. Es importante que se entienda que la
    globalización no es un sistema, ni un
    régimen. Observamos que la globalización es un
    proceso
    evolutivo dentro de la historia global. La
    mayoría de los estudiosos consideran que es un conjunto de
    fases y, más aún, un intento de unificar el mundo
    por medio de un orden común global. A través de la
    globalización, se trata de homogeneizar todos los aspectos
    de la vida humana, con el fin último de crear un sistema perfecto
    y armónico en el que todos los individuos comparten una
    visión común del mundo.

    Cada rama del saber y cada teórico le dan su
    propio giro al concepto de
    globalización. Las múltiples acepciones,
    dependiendo de los distintos campos de estudio, provocan la
    ambigüedad que nos impide dar una definición clara
    del término.

    Economía sin barreras

    Esto se explica si tomamos en cuenta que la
    mayoría de los autores que escriben sobre el tema son
    economistas, que perciben el mundo como unidad operativa y ven el
    concepto como la homogeneización del consumo, donde
    los protagonistas son las empresas
    transnacionles. "El consenso globalizador monta su visión
    en varias premisas centrales: intensificación del
    intercambio comercial, creciente importancia de los servicios en
    el mismo que, junto a los flujos de información, da lugar a la
    desmaterialización de los bienes,
    desterritorialización de la actividad económica,
    difusión generalizada de la tecnología y
    movilidad de los factores de producción." (Catalá Olivares 2000).
    Se considera que vivimos en una fábrica global, donde el
    modo de producción y organización capitalista rompen fronteras:
    dejan de ser internacionales o multinacionales para convertirse
    en globalizadas.

    Se propone que la globalización funge como una
    unificación financiera del mundo, es decir que el
    intercambio monetario mundial ha adquirido un matiz global,
    amparado en la circulación de órdenes de compra y
    venta de valores
    bursátiles. Hace 20 años la economía financiera
    (venta y compra de
    divisas y valores de "la
    bolsa" de todo tipo) representaba un 5% de la economía
    mundial y el otro 95% estaba ocupado por la economía real
    (la economía del sector primario de la agricultura,
    del sector secundario de la industria o
    del sector terciario de los servicios, o
    sea la que crea bienes
    concretos y palpables y la que crea trabajo). Actualmente, los
    números se invierten; el 95% de la economía es
    financiera y el 5% es real. Así, la mayor parte de la
    economía es pura especulación, pues no crea empleos
    ni bienes; es una simple circulación de flujos
    financieros. Esta característica de la economía global
    surge como consecuencia de la revolución
    que ha habido en la comunicación.

    Néstor García Canclini argumenta que "la
    globalización es un conjunto de estrategias para
    realizar la hegemonía de macroempresas industriales,
    corporaciones financieras, majors del cine, la
    televisión, la música y la informática, para apropiarse de los
    recursos
    naturales y culturales, del trabajo, del ocio y el dinero de
    los países pobres, subordinándolos a la
    explotación concentrada…" (1999; 31).

    Algunos exponen que la globalización económica pone a la
    política
    bajo la autoridad de
    la dictadura del
    mercado. Otros
    sostienen que a partir de ésta es que surgen nuevas
    alternativas políticas
    que reordenan los procesos
    económicos para reintegrarlos al control
    político.

    Un gobierno
    mundial

    El concepto de globalización alcanzó su
    apogeo tras el derrumbe de los sistemas
    políticos del mundo comunista. Existían dos polos
    económicos y políticos: los Estados unidos de
    América
    y la Unión de Repúblicas Socialistas
    Soviéticas. La bipolaridad mundial terminó con la
    globalización; aunque muchos creen que, tras la
    caída del muro, se pasa a la unipolaridad mundial por la
    actitud
    hegemónica de los Estados Unidos.
    Si un país tiene más poder que
    otros, no vivimos la globalización.

    La globalización política sugiere la
    democratización mundial bajo un mismo régimen. La
    homogeneización política es descrita por Octavio
    Ianni con estas palabras: "El mundo ya no es exclusivamente un
    conjunto de naciones, sociedades
    nacionales, estados-naciones, en sus relaciones de
    interdependencia, dependencia, colonialismo, imperialismo,
    bilateralismo, multilateralismo… han sido subsumidos formal o
    realmente por las configuraciones y los movimientos de la
    globalización." (1997; 3).

    Las finanzas y las
    compañías multinacionales debilitan el poder de los
    estados nacionales, contribuyendo a la sociedad global.
    Con la globalización, nos vamos haciendo cada vez
    más "iguales" y nos convertimos en ciudadanos del mundo y
    no de nuestros respectivos países.

    Las fronteras se desdibujan

    La "aldea global" implica que el mundo está
    unificado en una misma masa consonante. La globalización
    desvanece las barreras geográficas. A través de las
    telecomunicaciones, se trascienden las
    delimitaciones territoriales, uniendo al mundo mediante ondas y cables.
    "Espacio ya no es solo el lugar geográfico, sino
    también el virtual de la comunicación". (Mires
    2000; 48).

    La comunidad
    global

    La comunicación es el elemento básico de
    una comunidad. El
    mundo de las comunicaciones
    ha sido uno de los gestores más significativos para la
    globalización. La industria de
    la comunicación afecta directamente el proceso de
    interrelación de economía, política, y
    cultura que
    hace posible el fenómeno de la globalización, por
    esto las comunicaciones tienen un papel
    protagónico en la construcción de la globalidad. "El movimiento
    hacia una cultura
    mediática global tiene varias fuentes, de
    las cuales destacan el tremendo incremento de la capacidad de
    transmitir, con bajo coste, sonidos e imágenes
    (en movimiento),
    más allá de las propias fronteras y por todo el
    mundo, superando los límites de
    tiempo y
    espacio, y el crecimiento de los negocios
    mediáticos mundiales (y de los mercados
    mundiales para los productos
    mediáticos), que proporcionan el marco de la
    organización y la fuerza motriz
    de la globalización." (McQuail 2000; 183).

    La aceleración de los flujos comunicacionales, a
    causa de la invención de la web, los
    sátelites y la telefonía móvil, redujeron el
    tiempo y la
    dificultad al intercambiar información. "La posibilidad de
    enviar mucha información para comunicar" (Ramonet,
    en-línea) hizo posible que el mundo comunicacional se
    eclipsara en una revolución
    digital de eficiencia,
    logrando lazos culturales y sociales entre individuos de todo el
    globo.

    La comunicación como vehículo de
    intercambio de flujos informacionales, funciona como transporte de
    imaginarios, simbolismos y visiones, primordialmente de la
    sociedad capitalista, promoviendo así este ideal de una
    aldea global. Tal como postula S. Caballero: "El papel de los
    medios de
    información en el proceso de transnacionalización
    cultural ha sido definido por la determinación de los valores
    transversales que integran los objetivos de
    la producción capitalista: mantener en funcionamiento el
    sistema productivo mediante la instauración de la norma
    acrítica del consumo;
    sostener la estructura del
    poder político que consolida el orden económico y
    la desigualdad social; reforzar una cosmovisión atomizada
    de lo social en el control de las
    actitudes y
    valores; y reducir la capacidad crítica de los
    comunicadores en función de
    patrones ideológicos de corporativismo profesional."
    (2000, citado en Álvarez, en-línea).

    El teórico de la comunicación, Armand
    Mattelart, expone que: "Las redes de comunicación
    en tiempo real están configurando el modo de organización del planeta. Los dispositivos
    de comunicación, al ampliar progresivamente el
    ámbito de circulación de las personas y bienes
    materiales y
    simbólicos, han acelerado la incorporación de las
    sociedades
    particulares en unos conjuntos cada
    vez más vastos, y no han cesado de desplazar las fronteras
    físicas, intelectuales y mentales." (1998; 7). El gran
    desarrollo de las tecnologías de la información y
    la comunicación de los últimos cincuenta
    años ha posibilitado la mundialización de la
    civilización occidental.

    "Macdonalización" del mundo

    Según el antropólogo Claude
    Lévi-Strauss, "la humanidad se está instalando en
    la monocultura" (citado en Mattelart 1998). Las grandes empresas, en su
    afán comercial, han logrado reglamentar nuestra cultura,
    adaptándola a sus intereses particulares y cancelando
    nuestro sentido de idiosincracia, creando una nueva identidad
    común y estándar en todos los individuos: la
    "macdonalización".

    El cambio o
    intercambio cultural constituye un proceso normal en la evolución
    humana; adquirimos costumbres, modos de comportamiento
    y expresión de distintos grupos. La
    fusión
    cultural es natural, pero la homogeneización global
    acelera este desarrollo. La globalización es un componente
    de la cultura contemporánea, "pero no es la única
    lógica
    capaz de modelar los destinos de nuestro planeta" (Mattelart
    1998; 107). Cuando encontramos que la cultura global responde
    solamente a los intereses socioeconómicos de un grupo nos
    topamos con un intercambio desigual y un imperialismo
    cultural.

    Muchos teóricos plantean que el concepto de
    globalización es un eufemismo para no decir
    "americanización". Esto se refiere a la invasión y
    asimilación mundial en torno a un
    centro, que controla todos los aspectos de la vida social: la
    nación
    estadounidense. Lo vemos reflejado en los medios de
    comunicación, donde el idioma imperante es el inglés
    y la información más difundida es la que promueve
    el sueño americano; donde el mayor imperio del mundo
    ejerce su poder para controlar la cultura "massmediática"
    y crear una cultura global.

    De la caída del
    muro a la unificación del globo

    No se puede determinar un significado preciso
    para la palabra globalización; igualmente, tampoco es
    posible determinar la fecha exacta en que comienza. Autores como
    Chesnaux y Wallerstein, la sitúan en el siglo XVI, al
    iniciarse la expansión capitalista y de la modernidad
    occidental. Otros estudiosos colocan el origen a mediados del
    siglo XX, con el surgimiento de las innovaciones
    tecnológicas y comunicacionales, que articulan los
    mercados a
    escala
    mundial.

    Las teorías
    más aceptadas sobre el origen de la globalización
    son las que lo ubican entre finales de los años 80’s
    y principios de
    los 90’s, determinado por la caída del Muro de
    Berlín en el 1989 y la desaparición de la
    Unión Soviética en 1991. Estos dos sucesos perfilan
    un mundo nuevo, de rápidos cambios, donde ha muerto la
    bipolaridad mundial y ya no existe una visión alternativa.
    Con la caída de la URSS, el bloque del primer mundo
    hegemoniza a los demás países bajo su
    visión.

    Estos dos acontecimientos crearon un mundo
    geopolítico nuevo; pero hubo otros factores de influencia
    en este proceso. La globalización suele vincularse con los
    avances en la tecnología de la
    transportación y de la comunicación y las
    consecuencias de éstos en la superación de la
    barrera de la distancia. La invención de la Web (que
    casualmente coincide con la fecha de la caída del Muro de
    Berlín), de los satélites
    y la telefonía móvil, la reducción
    de los costos de
    transporte, la
    apertura de las fronteras, la fragmentación
    geográfica de la producción, la mejoría del
    comercio
    internacional, en general, la financiación global y
    las nuevas alianzas estratégicas entre la
    tecnología y las empresas/instituciones,
    trajeron como consecuencia la explosión de la
    globalización.

    En busca de la "aldea
    global"

    Las navegaciones a través de los océanos y
    las aperturas comerciales, dan paso a la
    internacionalización de la economía y la cultura.
    Este proceso da pie a la transnacionalización, donde los
    mercados tienen su empresa base y
    "sucursales" en diferentes puntos del mapa. La
    globalización surge de estos dos conceptos, pero no deben
    confundirse entre ellos. Los movimientos internacionales se basan
    en el contacto entre dos grupos de
    naciones diferentes; mientras que las transnacionales presentan
    una mayor fusión, al
    no estar anclados exclusivamente en una nación;
    finalmente, la globalización busca la
    desterritorialización total y no pertenece a un grupo,
    sino a todos.

    A partir de las influencias económicas de las
    transnacionales y el intercambio de flujos comunicacionales,
    tanto políticos como sociales y culturales, se empieza a
    ver un efecto concreto en el
    mundo. Ya las fronteras no son un probema: las posibilidades de
    poder comunicarte rápida y eficientemente con personas del
    otro lado del mundo, con culturas e idiomas diferentes; el
    comienzo de un intercambio financiero mundial que unifica a
    países separados geográficamente en relaciones
    económicas mundiales; la factibilidad de
    transportar personas, mercancías, información,
    imaginarios… en tiempos cortos, entre países y a
    través de fronteras; la democratización progresiva
    de las naciones del mundo bajo un solo sistema; la
    universalización de los derechos humanos
    y ecológicos; la desaparición de intermediarios
    inútiles; la diversificación del sistema de
    producción y comercio,
    empiezan a perfilar un mundo nuevo, sin fronteras, donde mueren
    las distancias y se unifican las culturas. Esto va haciendo que
    desaparezca el concepto de localidad y que nos preocupemos de las
    situaciones del globo; ya no somos un pueblo, ahora somos un
    mundo.

    Integración
    mundial, ¿positiva o negativa?

    Algunos sectores ven la globalización como la
    nueva cara del imperialismo, otros como un proceso interesante y
    unificador. Igual que la definición del concepto, la
    valorización de la globalización depende de la
    óptica
    con la cual se observa. Los estudiosos se han dividido entre
    críticos y entusiastas de esta tendencia.

    "La visión positiva de la
    transnacionalización reviste varias formas, empezando con
    la noción de que la comunicación de masas
    podría ser el primer <multiplicador de movilidad>
    para la difusión de las prácticas modernas y de la
    democracia."
    (McQuail 2000; 185). La globalización ayuda a vencer las
    limitaciones de espacio y tiempo; a entender otras culturas y
    enriquecernos a través de ellas; y a promover la paz entre
    las naciones.

    Resulta imposible argumentar que toda integración mundial sea beneficiosa para
    todos. Con los intereses privados controlando la
    mundialización se agravan problemas como
    el desempleo,
    la
    contaminación, la violencia y el
    narcotráfico. Otro aspecto negativo es el
    exceso de poder que quedaría en manos de unos pocos. "No
    deja de ser interesante destacar que la mayoría de los
    autores globalistas tienden a presentar la globlización
    como una suerte de catástrofe universal, ocurrida como
    consecuencia del desarrollo capitalista a escala mundial.
    Particularmente, entre los autores de inspiración marxista
    o postmarxista, la globalización aparece como la fase
    superior del imperialismo, que ha conducido al mundo,
    presuntamente, a una situación sin salida." (Mires 2000;
    121).

    Nuestro tiempo,
    ¿globalizado?

    Muchos teóricos exponen que todavía
    no vivimos una globalización real; que carecemos del marco
    conceptual para abordar lo global y que solemos confundirlo con
    lo internacional. El economista Francisco Catalá observa
    que: "La visión de una aldea cibernética así como la de una
    línea de ensamblaje global articulada por corporaciones
    globales no se ajusta a los hechos. Es cierto que alrededor de
    una tercera parte del comercio
    mundial está inscrito en redes de producción
    transnacional, pero es igualmente cierto, como ya se
    consignó, que dicho comercio se concentra eminentemente
    entre los países desarrollados. Esto sugiere que las
    multinacionales suelen estar atadas a una particular base
    nacional." (2000).

    Por lo tanto, nos preguntamos si la globalización
    existe o es sólo una utopía.

    UTOPÍA

    Tomás Moro y su sociedad
    perfecta

    Utopía (latín, isla imaginaria), palabra
    proveniente del latín moderno, formada de las palabras
    griegas ou y topos que unidas significan lugar que no existe.
    Utilizada por primera vez por el escritor inglés
    Tomás Moro, en su obra maestra Utopía
    (1516), que es un tratado filosófico en el que plantea un
    estado
    pefecto, armónico e ideal en el que todos los individuos
    se despojan de sus pretensiones personales y se unen en pro del
    bien común bajo un sistema de cooperación comunal.
    Moro plantea que el hombre no
    es malo por naturaleza, sino
    todo lo contrario; éste postula que las instituciones
    cimentadas en la propiedad
    privada corrompen la ingenuidad humana haciendo a los individuos
    malos, egoístas y ambiciosos. Moro plantea que la
    única forma de gobierno total y
    perfecta es una en la que la política quede subordinada a
    la libertad y en
    la que la felicidad común de los hombres, no como
    individuos sino como un conglomerado, sea el fin último.
    Siguiendo este postulado, Moro nos presenta un lugar en el que la
    razón de todos los males, la búsqueda de
    enriquecimiento, ha desaparecido gracias a la anulación de
    la propiedad
    privada y en donde todos los individuos viven en
    armonía.

    Utopía, deseo
    de la humanidad

    La utopía es la perfección común a
    la que se pretende llegar; es un ideal alejado de la realidad.
    Existen diferentes utopías. La más famosa es el
    comunismo o la
    utopía marxista, que promete que nadie sufrirá de
    necesidades materiales
    pues todos compartirán el bien común. En distintos
    momentos, han surgido postulados de sociedades perfectas, con las
    utopías de distintos grupos: capitalista (libre comercio y
    oportunidad de alcanzar fortuna), democrática (igualdad de
    derechos y
    representación), ambientalista (salvar el medio ambiente
    y conservar los recursos
    naturales, a la par con el progreso
    tecnológico)…

    Michel Chevalier describe la utopía de la
    comunicación: "La comunicación reduce las
    distancias no sólo de un punto a otro, sino también
    de las clases
    sociales. La mejora de la comunicaciones equivale, por
    consiguiente, a <actuar por la igualdad y la
    democracia>" (citado en Mattelart 1998;
    25).

    La utopía del Estado
    Mundial, donde la sociedad civil
    responde a un mismo gobierno y se borra la noción de
    estados nacionales, se ve muy clara en el discurso de la
    globalización, pero no es algo completamente nuevo.
    Napoleón y Hitler intentaron
    unificar el globo mediante la imposición de sus grandes
    ejércitos; Lenin y Stalin lo trataron con la
    creación de microdespotismos; hoy se quiere lograr a
    través de las redes de Internet.

    Actualmente, la utopía más popular es la
    cibernética, que concibe un mundo unido por
    las telecomunicaciones, donde la transmisión de
    información y conocimiento
    forma una sociedad global, liberada y culturalmente
    armónica.

    "Existe un marcado contraste entre el discurso
    utópico sobre las promesas de un mundo mejor, alcanzado
    por la mediación de las técnicas y
    la realidad de las luchas, por el control de los equipos e
    instrumentos de la comunicación; así como por la
    hegemonía respecto a normas y sistemas."
    (Mattelart 1998; 28). Hay una gran diferencia entre lo que estas
    utopías nos proponen y nuestra realidad social.

    Los posmodernos atacan a las utopías porque
    piensan que la humanidad no debe buscar lo irrealizable, mientras
    que los marxistas consideran que la vida sin utopía no
    tiene razón de vivirse, ya que el ser humano siempre debe
    buscar un ideal; o como expresa el cantautor catalán Joan
    Manuel Serrat: "sin utopía la vida sería un ensayo para
    la
    muerte".

    Pensar globalmente,
    actuar localmente

    Las Organizaciones No
    Gubernamentales (ONG)
    representan la comunicación alternativa y son la respuesta
    de los sectores marginados al poder de los medios de
    información masiva. Éstas comenzaron como grupos
    minoritarios, pero ya se han diversificado y se han dado a
    conocer en los principales planos de la comunicación
    internacional, usando los medios cabalmente para convertir sus
    causas en acontecimientos. "El modo de actuar de las organizaciones no
    gubernamentales desestabiliza a las grandes sociedades hacia las
    que apuntan y les obliga a pensar en la gestión
    de lo irracional", señala Mattelart (2000;
    398).

    El término globalización se ha convertido
    en la consigna de las ONG, quienes
    se oponen al Fondo Monetario
    Internacional, el Banco Mundial,
    la
    Organización Mundial de Comercio, el Libre Comercio de
    América
    Latina y otras entidades como éstas porque entienden
    que promueven la explotación de los pobres por los
    poderosos. Esto se da porque el globalismo motiva la toma de
    conciencia acerca
    del medio ambiente, la
    contaminación, la calidad de
    vida y otros problemas que
    afectan el globo.

    CONVERGENCIA

    Durmiendo con el enemigo

    La globalización y la utopía son
    términos que se conectan; pueden parecer contrarios y a la
    misma vez son análogos. Algunos ven la
    globalización como el fin de las utopías; la
    globalización terminó con la utopía marxista
    porque llevó a la caída de la URSS. También
    porque se considera a la globalización como el fin de la
    historia o del
    mundo ya que al unificarse la humanidad bajo un mismo orden
    social, político, geográfico, económico y
    cultural, no son necesarias las utopías; estaríamos
    viviendo en un mundo perfecto. Así, nos encontramos con el
    otro extremo de la globalización: la máxima
    utopía.

    La globalización es una utopía donde se
    busca que la humanidad sea una sola sociedad, conectada
    globalmente por las telecomunicaciones, con una producción
    capitalista global, donde todos somos iguales y nos beneficiamos
    de los progresos económicos y los avances culturales que
    produce la aldea global. Dentro de la sociedad global florecen
    nuevas utopías.

    CONCLUSIÓN

    Globalización versus
    utopía

    La globalización es un concepto
    polisémico, que no está claramente definido. Como
    diría Jesús Martín Barbero: "todo depende
    del lugar desde el cual se mira" y las múltiples
    acepciones que tiene la globalización se crean de acuerdo
    al punto de vista del teórico y al campo de estudio al que
    pertenece éste. Todas las definiciones tienen un elemento
    en común: el espacio global.

    En el mundo perfecto y utópico de la
    globalización no existirían barreras,
    estaríamos consumados en una misma cultura global,
    operaríamos bajo un mismo sistema económico, se
    estandarizarían los conceptos morales y de
    aceptación social, y las relaciones
    interpersonales serían armoniosas.

    La globalización, como proceso, construye y
    destruye nuestros imaginarios sociales. Nos encontramos ante un
    fenómeno ambiguo, que a la misma vez que condena las
    utopías es, él mismo, una
    utopía.

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    Obtenido el 17 de octube de 2003

    Por:

    Mariana Muñiz Lara

    Jorge L. Suárez
    Rodríguez

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