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Guerra de Malvinas (página 3)




Enviado por marcial_sorazabal



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Capitulo VII

Testimonios:

Doce argentinos muertos por error.

Gustavo Mondini, es un personaje de Las Flores,
simpático, afectuoso, trabajador, bombero y comerciante,
ex soldado combatiente de la guerra de
Malvinas, con el grupo de
Artillería de Defensa 601 de Mar del
Plata.
En el Norland
nos trajeron encerrados todo el viaje, veníamos tres en
camarotes de dos camas.

Me pusieron con un cabo y un PM, ante la duda
agarré la cama de arriba. (Risas) Cada dos horas nos
pasaban 3 cigarrillos por debajo de la puerta, en esta
había una cartulina verde y un papel que
decía : – Quiero ir al baño – Necesito un
médico. – y otras frases escritas en Español e
Inglés.

Recuerdo que me dolía una muela ; pasé la
tarjeta verde por la puerta y al guardia que caminaba por el
pasillo le dije necesito un médico. Me llevaron a enfermería, era como una Clínica
Privada de Bs. As. ; el dentista me echó un atomizador y
hasta el día de hoy jamás volvió a
dolerme.

Con el tema de los gurkhas, ellos usaban unas pastillas
rojas que nosotros le diríamos antidesangrantes se las
ponían en las heridas de balas y dejaban de
sangrar.

Soy Perito Mercantil y había estudiado 4
años de Inglés
y Francés, así que algunas palabras
manejaba.

El oficial inglés a cargo del piso nuestro, me
contó que tenía mujer y tres
chicos y que a la mujer le
faltaban 6 días para tener familia, me dio
una tarjeta personal con su
dirección, me dijo que si andaba por
Inglaterra lo
visitara.

Recuerdo que en el pasillo jugábamos al
policía y ladrón. Me dio su arma y pidió que
lo apuntara. Lo tomé y ante mi sorpresa, dio una vuelta en
el aire, me quito
la ametralladora y quedo apuntándome; luego me
abrazó.

Tendría 40 años y decía que
podíamos ser sus hijos mayores con nuestros 19
años.

Otra de las cosas que nos llamó la atención fue cuando caímos
prisioneros en la Isla; Nos llevaban en grupo y
había que limpiar la ciudad de las cosas que
habíamos tirado para correr más
rápido.

A los soldados nos ordenaron sentarnos y hacían
trabajar a los suboficiales y oficiales. Los cabos gritaban
soldados vengan y los ingleses ordenaban: ¡sentados!
Llegó un momento que parecíamos todos soldados
porque algunos zumbos se sacaron las tiras para no hacerles
caso.

En mi grupo teníamos un solo oficial, el Teniente
Ferrer como persona una
barbaridad, como militar para mí dejó mucho que
desear, tanto, él como los suboficiales.

Anécdotas estúpidas, como estar armando la
casamata y al escuchar explotar una bomba sin saber de donde
venía, nos tiramos cuerpo a tierra, y un
cabo 1° gritarnos : ¡soldados cagones ! ¡Soldados
cagones !, Hay que tirarse al suelo cuando la
bala pegó en los talones y nos bailó como 10
minutos.

Tal es así que un rato después cayo otra
bomba. Permanecimos todos parados y el cabo 1° estaba en el
suelo y un
loco de atrás le gritó ; ¡cabo 1°
cagón! Al ver que estábamos parados, de bronca nos
bailó igual.

Una noche matamos una vaca, para comer alguna vez carne.
La fuimos preparando, la trajimos y le gritamos ¿¡
alto, quien vive!? Y claro, la vaca no contesto y la hicimos
fleco. El Teniente se enojó y se la regaló a los de
Infantería de Marina; dijo que lo habíamos hecho a
propósito. (En eso estaba en lo cierto).

Al otro día le fuimos a pedir a los infantes algo
de la vaca, ya que la habíamos matado nosotros.

Nos ayudó el cabo Orellana, por esa acción
lo degradaron en Malvinas y lo
pusieron en calabozo de campaña.
Recuerdo en otra oportunidad… Nos daban una charla y yo me
levanté, el cabo 1° Salas me dijo, que le pasa soldado
¿tiene miedo? – Le respondí que no, pero, pero para
que me voy a bajonear hablando de muerte y
bombas que no le
hace bien a nadie.

Además, en la montaña yo hablé con
Dios y me dijo que me quedara tranquilo que no me iba a pasar
nada. Que a mí me iba a matar un colectivo. Bueno como en
la isla no hay colectivos me dejó 3 días de guardia
sin ir a la pieza de artillería.

En fin, son experiencias que no te las olvidas nunca.
Cómo cuando el radar dijo enemigo por el corredor
aéreo ¡fuego! Y le tiramos, lo averiamos y cuando el
avión pasó vimos el triángulo amarillo que
llevaba en la cola, era argentino, es mas, el piloto se
dirigió al mar evidentemente para eyectarse y el otro
grupo de artillería que estaba dentro de la ciudad,
pensando que habíamos errado, le dispararon y lo
bajaron.
Teníamos orden que después de las 18 hs, todo
aparato en vuelo que pasara se le tirara así viniera con
la foto de Galtieri en la trompa, porque podía ser el
enemigo camuflado o un aparato secuestrado.
Por esa orden bajamos un helicóptero comando con 10
soldados y 2 oficiales, también argentinos. Fue terrible,
muy malo, muy duro.

La desinteligencia militar, la desinformación, la
desobediencia, sabiendo que después de la 6 de la tarde no
debían volar en ese sector, encima recibimos
felicitaciones de un Teniente Coronel.

Para mí tantos los curas como la Iglesia
dejaron mucho que desear en Malvinas. No
puede ser que dos países no se ponen de acuerdo para hacer
o terminar la guerra, y que
un Papa y otro país que no tiene nada que ver decidan si
la guerra
continúa o no. Aparte los curas en Malvinas te
vendían mercadería por dinero; y
ellos no deben vender ya que están con la caridad del
señor. A partir de lo que vi allá, nunca más
fui a una Iglesia. Creo
en Dios, le agradezco a Dios y a la Virgen el día que me
tocó vivir. Y todas las noches les rezo y les pido por mi
nueva familia,
(señora y dos niños)
y por mamá, papá y hermano. Ninguna noche duermo
sin rezarles un Padre Nuestro y un Ave María.
Cuando la guerra terminó sentí por un lado
alegría, por otro una gran lástima … y
vergüenza. Una vergüenza que nos embargaba a nivel
general, sobre todo por esa gente que hizo su cruzada solidaria,
dando algunos hasta lo que no tenían.

Yo calculo que de aquí de Las Flores me enviaron
más de 30 encomiendas, para que estuviéramos bien.
No recibí ninguna. Mas te digo, lo mas cómico fue
cuando volvimos a Mar del Plata, fui a buscar mi bolso civil, con
la sorpresa que me lo habían robado, tuve que ir a una
batería que tenía bolsas con donaciones y buscar
ropa que me quedara para volver a Las Flores. En mi grupo
éramos 350, de los cuales 347 vivían en Mar del
Plata, un chico en Dolores, otro de Gral. Belgrano y yo de Las
Flores.

Fue fantástico el recibimiento de los
marplatenses, kilómetros de vías de ferrocarril con
carteles, gomas quemadas, gritos de apoyo, gritos de
¡ARGENTINA!
¡ARGENTINA!.

Me impactó un matrimonio de 50
a 60 años, que me preguntaron si me esperaba alguien, les
respondí que no, que era de Las Flores. Me transmitieron
su inquietud por hacerme partícipe de la bienvenida, me
llevaron a cenar y ellos mismos me trajeron al cuartel, eso fue
algo que me llegó mucho, ni me preguntaron de la
guerra…

Recuerdo que quería volver a casa, y cuando me
pagaron el sueldo de soldado de guerra (calculo 10 0 12 veces
más que un soldado normal), no me alcanzaba para llegar a
Balcarce. Se portaron muy bien los choferes de la empresa "El
Rápido", les expliqué que no tenía dinero, les
ofrecí el reloj y cuando les pagara me lo
devolvían. No lo recibieron y me llevaron igual, pero el
micro iba a Junín, as que me dejaron en Azul, allí
ellos hablaron con choferes de "La Estrella" y estos me trajeron
a Las Flores, saliendo de su hoja de ruta me dejaron en la puerta
de mi casa. Cuando mamá me vio (ya sufría de
ciática) les puedo asegurar que corrió más
rápido que yo para abrazarme… en fin ..Fue todo muy
emocionante. Mas tarde cuando el Intendente me vio me
llevó a la Municipalidad a saludar a los funcionarios, la
Directora del Colegio a recorrer las aulas… volver con mis
amigos.

Para mí lo que se hizo en Malvinas fue en vano,
había muchachos que en vida jamás habían
empuñado un arma.

Lo que más me indigna es la cantidad de gente que
murió injustamente, lo que más me duele es el
olvido de otra gente por los que fuimos a Malvinas, y sobre todo
por los muertos que allá quedaron.

Lo que nunca se dijo sobre la batalla
aeronaval

Por Rubén Benítez, Prosecretario de
Redacción de "LA NUEVA
PROVINCIA".

Esta evocación del conflicto del
Atlántico Sur, convocada por "Fin de Semana",
reunió a los siguientes pilotos, protagonistas de los
ataques emprendidos por la aviación de la Armada contra
las fuerzas de tareas inglesas.

Capitán de Corbeta Roberto Curilovic, comandante
de la Segunda Escuadrilla de Ataque de Súper Etendard,
Capitán de Corbeta Carlos Oliveira, segundo comandante de
la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque, aviones A 4 Skyhawk,
Teniente de Navío José Arca, jefe de Logística de la Segunda Escuadrilla de Caza
y Ataque, Teniente de Navío Carlos Alberto Lecour,
departamento Operaciones de la
Base Aeronaval, Teniente de Navío Alejandro Daniel Olmedo,
jefe de personal de la
Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Capitán de Corbeta
Marco Benítez, jefe de operaciones de la
Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Teniente de Navío
Roberto Gerardo Sylvester, jefe del departamento Logística de la Tercera Escuadrilla de Caza
y Ataque, Teniente de Navío Armando Mayora, jefe de
Comunicaciones
de la Segunda Escuadrilla de Caza y Ataque, Capitán de
Corbeta Benito Rótolo, segundo comandante de la Segunda
Escuadrilla de Caza y Ataque.

El diálogo se
desarrolló en los hangares de los Súper Etendard,
en la Base Aeronaval Comandante Espora. Uno da esos aviones, a
pesar de ser tan moderno, constituye ya una reliquia y tiene
grabados en su fuselaje dos siluetas. Dos nombres y dos fechas:
HMS Sheffield, 4-5-82 y ACI Atlantic Conveyor, 25-5-82.
Finalmente rompieron la barrera del silencio. Un mutismo que se
prolongó durante tres años. Entonces nos contaron
su experiencia. ¿Por qué no habían hablado?
¿Fue el peso inhibitorio de la derrota? Venían de
ofrecer una y otra vez la vida en una guerra que, aunque no lo
dicen, consideraban perdida. Una guerra que ellos libraban lejos
de sus ciudades, sin la participación del
pueblo.

Del pueblo recordaban primero la multitudinaria
concentración de Plaza de Mayo ante el enardecido general
Galtieri "Lo vamo a reventar, lo vamo a reventar", gritaba el
gigantesco coro pensando en la victoria. Pero llegó la
derrota. Y esas mismas voces se tornaron hostiles. Aun para
aquellos que no habían dudado en jugarse la vida por la
justa causa patriótica. Ni el reconocimiento; siquiera por
los que murieron. Quizás. Ni piedad por sus
familiares.

Una vez, caminando por un pequeño pueblito de la
sierra de Gredos, en España,
una mujer, una
humilde ama de casa, nos dijo: "Ustedes, los argentinos, tienen
la mejor aviación del mundo". Una conclusión
sorprendente para alguien que vive a 16.000 kilómetros de
donde se desarrolló el conflicto.
Después comprobamos que era una opinión
generalizada. Reconocían a nuestros pilotos un
heroísmo que nosotros ignoramos, sumergiéndolos en
un desprestigio general y vago, propio de toda derrota. Al hablar
con ellos mencionamos el tema del heroísmo, pero lo
rechazan como cualidad que pudiera pertenecerles. Aceptan que tal
vez hayan existido actitudes
heroicas, pero no héroes.

"Son suicidas", es una forma de calificarlos que
escuchamos varias veces. "Somos profesionales", dicen ellos "y no
aceptamos la insensatez. Si alguien que se incorpora a la
aviación da alguna muestra de
irracionalidad, lo separamos de inmediato". Sólo
confían en la disciplina, el
estudio y el entrenamiento
intenso. Conocen el riesgo, aun en
los adiestramientos, lo aceptan y lo vencen con la capacidad
desarrollada. No con la improvisación. Aman la vida. Como
todo ser humano y lo que más temen, en los momentos clave,
es equivocarse; no hacer las cosas como deben
hacerlas.

"El choque mayor que tuvimos fue cuando al regresar
-después que la guerra terminó- nos encontramos con
la decepción de la derrota que advertíamos en toda
la gente, incluso en nuestros familiares".Los pilotos de la
aviación naval tenían al iniciarse las hostilidades
doce aviones de combate, 8 A 4 y 4 Super Etendard. Cuando
concluyó la guerra, el cincuenta por ciento del tonelaje
hundido a la armada británica lo habían conseguido
ellos. Poco más de una docena de hombres, con
limitadísimos recursos,
causó estragos a una de las armadas líderes de la
OTAN.

Las escuadrillas que participaron en la guerra del
Atlántico Sur están en Comandante Espora. Muchos de
sus pilotos viven en Bahía Blanca, pero no los conocemos.
Casi nadie los conoce. No han hablado hasta hoy porque, como
decíamos, se sienten sumergidos en la misma bolsa del
desprestigio y del descrédito general que no
merecieron.

Sólo una vez, para un libro,
auspiciado por la Armada, dieron algunas opiniones. Tres
años después de concluida la última misión
aceptaron por primera vez referirse a los hechos que generaron un
reconocimiento universal unánime, con la excepción,
quizás. De su propio país. En torno a una mesa
convocada por "Fin de Semana", relataron las experiencias vividas
desde que partió la primera misión
hasta que regresó la última. Como principales
protagonistas. Narraron sus experiencias. Las sensaciones y las
imágenes que acompañaron la
acción tienen aún, y la tendrán seguramente
siempre, la nitidez de la vivencia imborrable. Son esas imágenes
vividas en los momentos cruciales que acompañan luego al
ser humano durante toda su existencia.

Con esa espontaneidad que muestra
cómo fue la guerra vista desde el propio campo de batalla
-el aire y el mar-
desde la intimidad de los protagonistas, procuramos transcribir
el relato sin alteraciones.
La participación de la Aviación Naval en el
conflicto Malvinas comienza el 2 de abril. El portaaviones zarpa
antes para llevar a cabo el operativo Rosario. En el mismo van
las escuadrillas de A 4, las escuadrillas de aviones Tracker y la
escuadrilla de helicópteros. Los Súper Etendard no
estaban todavía calificados para operar desde a bordo,
porque hacia poco que habían llegado al país. En
otros buques hay helicópteros que son los que inician las
operaciones del 2 de abril, con el desembarco de personal y
vuelos de exploración por parte de los aviones Tracker.
Los A 4 estaban en cubierta por si era necesario algún
tipo de apoyo. El portaaviones estaba a unas 7O millas, en una
posición no cercana a las islas. Así comenzaron las
acciones de la
Aviación Naval. La primera actuación donde hubo un
bautismo de fuego fue en el desembarco de Gritvyken. (Curilovic)
Recién en navegación, estando a bordo del
portaaviones, tomamos conocimiento
de que se iban a tomar las Malvinas (Benítez). Las fuerzas
aeronavales quedaron divididas en dos grupos. Uno en
tierra y otro
embarcado. Este ultimo compuesto por los A 4 del portaaviones y
los del grupo terrestre por aviones Macchi y por Súper
Etendard, operando desde base terrestre. La escuadrilla Tercera
de Ataque era bastante vieja, veterana, con 10 años en el
país, venía con un desgaste natural
logístico a lo largo de toda su existencia. Cuando se
produce el operativo Rosario contaba con sólo 3 aviones.
Cuando regresa el portaaviones a puerto y se inicia la segunda
zarpada, ya en pleno conflicto, la escuadrilla embarca 8 aviones
en servicio. Lo
cual significó un esfuerzo logístico digno de
mención.

Eran todos los aviones disponibles. No quedaban
más. (Oliveira) — Eso implicó, traer pilotos
que estaban en el extranjero. Volvieron de sus destinos y en
menos de una semana comenzaron a operar.

— Volvimos el 23 de abril y embarcamos el 27 de
abril. (Arca)— Desde el 2 de abril al 1 de mayo hay un
período de gestiones políticas
para solucionar el conflicto. Mientras tanto la flota hace
operaciones para alistamiento de medios, entre
ellos como dice el capitán Oliveira, los aviones en si y
el reequipamiento de pilotos, porque hay que pensar que la Armada
había adquirido los Súper Etendard y los pilotos
estaban saliendo de los A 4. Significaba tal a una
transición. Incluso dos pilotos se hallaban finalizando un
curso que quedaba de Súper Etendard. En ese período
se acondicionan todos los elementos y finalmente, 4 días
antes del 1 de mayo zarpa la flota para operar como tal. Forma
parte de una fuerza de
tareas que se establece en el norte de Malvinas. La otra fuerza de
tareas estaba integrada por el crucero "General Belgrano" y dos
destructores en la parte sur. Todavía no sabíamos
que pasaba. Dependíamos de gestiones políticas.
El 1 de Mayo se recibe la orden de que las fuerzas del sur y del
norte se aproximan a dos fuerzas similares inglesas. Se establece
un contacto bastante cercano, a unas 80 millas. Los aviones
reciben la orden de atacar al amanecer, a una distancia
aproximada de 120 millas. Lo que no nos convencía mucho a
nosotros porque el radio de
acción de nuestros aviones era mayor que el de los
Harrier. Sin embargo, nuestro ataque se iba a producir dentro del
radio de
acción de los Harrier. Con el Harrier ellos tenían
cierta superioridad aérea, lo que nos preocupaba. Pero ya
estaba decidido. Nos afectaba la situación
meteorológica. Parecía una noche de verano en el
Pacífico. Luna, mar planchado, sin viento, al revés
de lo que ocurre siempre en el sur. Nosotros rogábamos que
hubiera viento para despegar a la mañana, porque no
salíamos con todo el armamento si no contábamos con
el viento adecuado. Finalmente a las 2 de la mañana se dio
la orden de repliegue para una mejor oportunidad. El día
anterior había ocurrido la primera incursión de la
Fuerza Aérea desde tierra hacia las islas, con el
resultado que todo el mundo conoce. Hubo acciones
esporádicas que no fueron tan contundentes como se
pintaron al principio. Al día siguiente se produce el
hundimiento del "Belgrano".

Eso nos pone sobre aviso de la gran amenaza submarina
(Rótolo)

– La noche del 1º al 2 de mayo, a las dos menos
cinco, se produce el primer toque de combate real del
portaaviones "25 de Mayo", ante la presencia de dos ecos en los
radares, supuestamente dos Harrier. (Arca)

– El buque con el resto de la flota, inició su
repliegue.

– Después hubo 9 despegues de A4 para interceptar
amenazas sin establecerse combate. Nunca nos encontramos con los
Harrier.

 - ¿Qué sintieron cuando se
enteraron del hundimiento del "Belgrano"?

– Creo que tomamos realmente conciencia de que
habíamos entrado en un conflicto bélico, de que iba
a ser muy seria la confrontación y que debíamos
prepararnos para lo peor. (Benítez)

– Y tomamos conciencia de
nuestra deficiencia antisubmarina, lo que tiene mucho que ver con
el repliegue de la flota.

-Volvemos a Puerto Belgrano y la Tercera de Ataque se
traslada con todos sus aviones para operar desde Río
Grande, donde ya estaban los Súper Etendard.
(Curilovic)

-Nuestra primera víctima es el teniente Carlos
Alberto Benítez, quien a bordo de un Macchi realiza un
vuelo de reconocimiento en Puerto Argentino y cuando regresa
tiene un accidente con el avión cargado con bombas y
fallece… Fue el 28 de abril. El primer aviador que muere
en el conflicto (Olmedo)

-Conviene destacar las diferentes tecnologías de
los elementos con que hubo que enfrentar a la flota
británica. Teníamos una escuadrilla recién
incorporada, la de Súper Etendard, con aviones de una
tecnología
avanzada. Pero todavía no experimentada. Estaban,
además, los A 4, con tecnología demasiado
atrasada para enfrentar una fuerza de tareas que
electrónicamente estaba a primer nivel. Y los Macchi, que
no tenían ninguna capacidad ni para atacar ni electrónica; eran exclusivamente de
adiestramiento. Eso determina la forma en que
tiene que enfrentar cada una de las escuadrillas a las fuerzas de
tareas, crean en sus propios adiestramientos las diferentes
formas de enfrentar a los buques. A 4 hace sus técnicas
particulares, para bombas, y los Súper Etendard para los
misiles. En los trabajos previos al conflicto, lo más
importante era eso. Rescatar el adiestramiento y
el trabajo de
los distintos cuadros de operación de las escuadrillas en
la preparación de los perfiles de vuelo y las
tácticas a desarrollar para enfrentar a las naves
inglesas, cada uno con las medios
disponibles. (Curilovic)

¿Tenían ya ustedes conciencia de
la gran diferencia entre ambas fuerzas?

-Sí. Y como teníamos buques
británicos, comprados a Inglaterra.
Estábamos actualizados en cuanto al material de que
disponían. Muchos de los perfiles y formas de
aproximación de ataques fueron practicados sobre nuestros
buques. En el caso de Súper Etendard el trabajo fue
exhaustivo en la preparación del material que no
tenía aún capacidad operativa. Ni en Francia
había sido utilizado como avión lanzador de
misiles. (Curilovic)

-La "Sheffield" es la destinataria del primer
lanzamiento pero no la primera misión que cumple el
Súper Etendard. La primera la realiza en la mañana
del 1º de mayo, cuando todas las aeronaves argentinas
reciben la orden de atacar. Tanto la Fuerza Aérea como
nosotros iniciamos el ataque contra las fuerzas
británicas. El Comando de la Aviación Naval ordena
la salida de los cuatro aviones que teníamos en ese
momento con cuatro de los cinco misiles existentes para lanzar
ese misma día. Pero, primero por una falla
logística y, segundo, por falta de tanque de
reaprovisionamiento, porqué teníamos en ese
momento, no pudimos hacer el otro vuelo. El primero sale, pero
tiene que volver por una falla de combustible. El segundo no sale
por falta de tanque de reaprovisionamiento. E1 2 y el 3 de mayo
tenemos alerta, y el 4 de mayo a la mañana nos informan
que ha sido detectado un eco, todavía indeterminado, por
un Neptune que había salido muy temprano y nos ordenan
salir. Íbamos el capitán de corbeta Bedacarratz y
yo, como numeral de él. Despegamos a las 9 y cumplimos
exactamente lo que hablamos hecho durante toda la fase de
adiestramiento. (Mayora)

Con una diferencia. Que no era lo mismo.
¿Qué pensaban mientras se dirigían en busca
del blanco?

-Lo que yo sentía era temor a hacer algo mal.
Habíamos practicado tanto que después de habernos
ejercitado durante años para llegar a eso, tenia miedo de
equivocarme.

No miedo a la
muerte.

-Sí, obviamente. Como todo el mundo uno quiere
vivir, pero había que pasar el momento. De todos modos yo
tenía más miedo a equivocarme, a no cumplir con lo
que debía hacer. Salimos nerviosos. Nos reunimos con el
avión tanque de la Fuerza Aérea; hicimos el
reaprovisionamiento en vuelo Desde el momento en que despegamos
hasta que hicimos el primer contacto con los buques ingleses no
dijimos ninguna palabra entre los dos aviones porque nos
habíamos impuesto un
silencio radiotelefónico estricto. Habíamos
empezado el adiestramiento dividiéndonos por parejas. Nos
conocíamos mucho. No era necesario hablar. Cada uno sabia
perfectamente que es lo que iba a hacer el otro. Después
de reaprovisionarnos cumplimos todas las secuencias que hay que
seguir para lanzar un Exocet, que es bastante
complicado…

¿A qué altura
volaban?

-Con el tanque nos reunimos en altura, hicimos un perfil
de aproximación a la fuerza y luego descendimos a unos 30
metros, más o menos.

¿Es muy riesgoso volar a esa
altura?

-No es sumamente riesgoso. Es una maniobra más
complicada que otras. Es todo cuestión de adiestramiento.
Recibimos la información del Neptune, introdujimos los
datos en
nuestro sistema de
navegación, en el cual se puede poner un punto inercial,
un punto geográfico en medio del mar; se lo puede
introducir en la computadora
del avión y le da todos los datos como para
podo llegar a ese punto. Una vez realizada esa inserción
en el sistema
comparamos los datos, ya que nos habían dado dos blancos,
uno más chico y otro mayor. Tenían muy poca
diferencia en distancia y también en azimut y decidimos ir
al mayor. Terminamos toda comunicación, hicimos un pequeño
cambio de
rumbo para acercarnos al punto y cumplimos con la táctica
que habíamos practicado. Nos elevamos un poquito.
Emitimos. No tuvimos ningún tipo de contacto, volvimos a
rasante, a muy baja altura, nos acercamos una milla mas y
volvimos a ascender. En ese momento tuvimos una detección.
El capitán Bedacarratz encontró dos ecos. Uno en la
proa más chiquito y otro, mayor, unos veinte grados
abierto por derecha. Yo no vi el de la proa. Vi el de la derecha.
Yo pude observar tres ecos. Uno grande con dos chiquitos al
costado. En el radar no se pueden distinguir formas ni colores ni
nombres ni nada por el estilo. Sólo se determina una
marquita que puede ser una isla, un buque o algo que refracte la
energía electromagnética emitida. Uno va hacia ese
punto que reconoce como enemigo gracias a que ellos
también emiten. Si de esa fuente sale una emisión
es señal de que hay alguien adentro. Y por las características de los radares sabemos que
es un buque enemigo. De esa manera se lo reconoce. Cumplimos las
fases de aproximación, a través de la computadora
pasamos los datos al misil y cuando entramos en la distancia de
lanzamiento tuvimos que hacer un giro por derecha, con lo que
quedamos un poco adelantados. Las condiciones
meteorológicas eran muy malas, había 200 metros
desde el agua al
tope de las nubes y apenas unos 2.000 metros de visibilidad, por
lo cual, el capitán Bedacarratz en determinado momento
entró en un chubasco y yo no lo vi. En ese momento,
él lanzó su misil. Cuando salí del chubasco
vi el lanzamiento del misil y le dije ¿lanzó?
Él me respondió: "sí, ya lancé".
Entonces yo lancé el mío. Todo piloto esta
acostumbrado a que cada vez que aprieta un botón salen los
cañones, o los cohetes o las bombas. En cambio en el
Exocet hay un tiempo de
retardo. Se aprieta el botón y, hasta que sale,
transcurren dos segundos. Como uno está automatizado y
cree que es instantáneo el lanzamiento del arma, esos dos
segundos se le hacen una eternidad. Además, era el primer
lanzamiento. Nosotros no sabíamos si iba a andar. Salieron
bien. Yo vi los dos misiles que hicieron una curva descendente,
se nivelaron y parecían una bengala que se alejaba. Se
metieron en una nube y nosotros de inmediato giramos y nos
desplazamos de la zona.

¿Qué es lo primero que dicen
cuando rompen el silencio?

-Como las condiciones meteorológicas eran tan
malas, cuando giramos el capitán Bedacarratz se mete en un
chubasco y yo lo vuelvo a perder. Aflojé un poco el giro y
eso me llev6 a pasar por atrás de él. Como yo
estaba emitiendo radar… Nosotros tenemos un sistema que nos
indica si estamos siendo iluminados por un radar. Entonces
él tuvo la indicación de que en la cola lo estaba
iluminando un radar. Y me avisó: "ojo, que tengo una
emisión, estamos siendo iluminados". Yo le contesté
"no, señor. No se preocupe, que soy yo que estoy pasando
por la cola". "Está bien -me contestó- nos vamos
para abajo y escapamos". Descendimos lo más bajo posible y
nos escapamos de la zona sin ninguna novedad. Estábamos
bastante tranquilos por las condiciones meteorológicas.
Nosotros temíamos una interceptación de Harrier
que, por las condiciones meteorológicas era poco factible.
No obstante, escapábamos pensando que podíamos ser
interceptados. A medida que transcurrían los minutos
veíamos que eso no ocurría. No hablábamos
nada, salvo esa comunicación; y luego avanzamos todo lo
posible hasta que llegó el momento en que el combustible
no era suficiente para volar bajo y rápido, así que
tuvimos que subir. Estábamos fuera y casi con seguridad a
salvo. El tanque empezó a llamarnos para ver cuál
había sido el resultado de la misión. Nosotros no
le contestamos hasta que tuvimos Río Grande a la vista.
Entonces le dijimos que habían sido lanzados dos misiles
en condiciones favorables.

¿Cuándo se enteraron de que
habían hecho impacto?

-Aterrizamos a las 12. Fuimos a almorzar. Estuvimos
haciendo un posvuelo…

¿Qué es un
posvuelo?

-Donde se desarrolla la critica y autocrítica del
vuelo y se sacan experiencias para las futuras misiones. Hicimos
un informe para
inteligencia,
y mientras estábamos en eso llegó el comunicado del
departamento de Defensa inglés diciendo que en la
mañana había sido tocado el destructor "Sheffield"
con dos misiles Exocet. Fue la primera noticia que tuvimos sobre
el blanco al que habíamos lanzado y sobre el resultado del
lanzamiento.

¿Qué hicieron cuando recibieron
la noticia?

-Nos abrazamos. Todo el mundo nos vino a felicitar. Fue
un momento muy especial. Era la primera vez que
combatíamos. Habíamos aprendido y veíamos
que lo que habíamos practicado durante tanto tiempo era
posible realizarlo. Pensamos que éramos un puño
fuerte para el país y que teníamos poder. Y
estábamos orgullosos de ello. (Mayora)

-La gran duda de la escuadrilla era saber si el sistema,
que ni siquiera se había puesto en uso en Francia,
funcionaba. Y con esta operación todas las dudas quedan de
lado. (Rótolo)

-La duda surgió porque en la escuadrilla
había técnicos franceses, pero sólo para una
asistencia técnica del avión en sí, no del
sistema de armas. Eso
motivó comentarios periodísticos donde se
decía que la marina francesa estuvo apoyando
también para la utilización del misil. Lo cual no
fue cierto. (Arca)

¿Pensaron alguna vez que la guerra se
podía ganar o creyeron siempre que se trataba de una
guerra perdida?

-Creíamos que podíamos hacer un forcing
diplomático. Si nosotros lográbamos producir un
nivel de bajas importantes podíamos llevar a un forcing
diplomático. Durante todo el conflicto estuvimos
convencidos de que mañana llegaban más misiles. Esa
fue siempre nuestra mira, porque teníamos muy pocos.
Constantemente se hablaba de que los misiles ya estaban en el
país, "vienen mañana"… Y como
sabíamos que era un arma formidable, teníamos la
esperanza de seguir causando bajas. (Mayora)

-A esta altura, el 4 de mayo, y con el éxito
de la primera misión del Súper Etendard, hay
expectativas. Todavía no hemos podido volar lo suficiente
sobre el enemigo ni hemos visto los buques cara a cara, como para
tener una dimensión exacta sobre el desarrollo de
la guerra. Y si bien había sido hundido el crucero
"Belgrano", el golpe contra la "Sheffield" significa un impacto
grande y provoca expectativas. (Benítez)

-Las pequeñas batallas ganadas, como el
hundimiento de la "Sheffield", las averías de la
"Antílope" y otros buques, nos dan ciertas expectativas de
llegar a un fin exitoso desde el punto de vista bélico,
pero no vislumbrábamos una victoria contundente.
Después esas expectativas se derrumban. (Arca)

-Yo quisiera rescatar dos puntos importantes. Uno de
ellos, que a raíz del hundimiento de la "Sheffield" se
levanta la moral que
estaba decaída por el hundimiento del crucero "General
Belgrano", en el cual todos teníamos amigos, o conocidos.
Entre los británicos la reacción fue inversa.
Tenían la moral alta por
el hundimiento del "Belgrano" y en ese momento pierden el buque
orgullo de ellos. De inmediato reciben la orden de alejarse de la
zona de las islas. Eso los obliga a trabajar de una manera
distinta: no entrando dentro del radio de acción de los
aviones. Además, como se dijo, comprobamos que el sistema
del misil Exocet, funcionaba. Ante lo poco que había
–creo que fue uno de los juegos
importantes de la aviación naval- se resolvió
dosificar el uso para mantener una amenaza latente a lo largo del
conflicto. Ellos sabían perfectamente la cantidad de
misiles que teníamos. (Curilovic)

-El 4 de mayo la flota inglesa se retira y ya no trabaja
al oeste de las Malvinas, sino que lo hace de Malvinas hacia el
Este. Se produce una impasse grande en las acciones
bélicas hasta el día del desembarco, el 21 de mayo
a la madrugada, en San Carlos.(Benítez)

-Yo quiero agregar algo con respecto a la pregunta sobre
si pensábamos que íbamos a ganar la guerra. Creo
que los aviadores navales éramos totalmente conscientes de
la importancia que tenían las fuerzas aéreas en
general y el Ejército en este conflicto, una vez que se
decidió el retiro de los buques, de las unidades de
superficie de la zona de operaciones, o más que el retiro
el repliegue o la demora para que entren en acción.
Más que el hecho de pensar que íbamos a ganar era
la responsabilidad que implicaba armas tan
poderosas como lo son los aviones de ataque, que pueden causar
gran efecto, moral y
logístico.

Esa responsabilidad creo que hacía que nosotros
sintiéramos que teníamos una gran posibilidad de
parar por lo menos el avance inglés. Hasta el día
21 de mayo, yo creo que nosotros estábamos totalmente
convencidos que con nuestras fuerzas aéreas y con la
colaboración del Ejército desde tierra.
Podíamos parar el intento de desembarco. Tanto es
así que el día 21 de mayo la Tercera Escuadrilla de
Caza y Ataque, los A 4 tienen el bautismo de fuego: esa es
nuestra primera misión. Hace doce vuelos durante el
día, de los cuales seis entraron en combate, pero los doce
estuvieron en Malvinas en un esfuerzo muy crítico para
tratar de detener a las unidades de superficie. Se daba todo,
absolutamente todo, con tal de pararlos porque éramos
conscientes de la importancia que tenía el desembarco de
ellos. Y así fue. Después que desembarcaron las
acciones cambiaron notablemente. (Sylvester)

-El 21 de mayo salimos a la mañana con seis
aviones. Volamos sobre Malvinas sin reabastecernos en vuelo por
la urgencia con que desde tierra requerían apoyo
aéreo. Ahí tomamos conciencia de lo enorme que son
las islas. Volando con A 4 después de cruzar 300 millas
sobre el agua, no
teníamos la ubicación exacta de dónde
habíamos recalado. Volamos durante 20 minutos sobre las
islas y nos vimos forzados a regresar por falta de combustible a
Río Grande, con unas condiciones meteorológicas
horribles. De inmediato vuelven a salir otros seis aviones que
poco después van a establecer contacto con el enemigo.
(Benítez)

-Ese día llegaron de regreso los aviones de la
misión anterior. Río Grande era un
espectáculo de película porque estaba
también un escuadrón de Dagger de la Fuerza
Aérea y se oía en todo momento el rugir de los
aviones que despegaban en distintas misiones: se escuchaba desde
el amanecer. Tomamos conciencia de la realidad. Él A 4 es
un avión que navega y tiene ayuda radioeléctrica de
tierra, pero carece de un aviador inercial para recalar en un
punto geográfico. Recala visualmente. Como había
mucha niebla y nubosidad, los pilotos que nos precedieron no
encontraron objetivos y
por falta de combustible volvieron. Entonces sacamos dos
conclusiones rápidas. Una, que debíamos ser muy
cuidadosos en la recalada de la navegación y lejos de la
zona enemiga. Y segundo que, en lo posible, teníamos que
usar tanques de reabastecimiento. No obstante en el segundo
vuelo, por apuro, tampoco usamos el tanque. Partimos el
capitán Philippi –que era ex comandante de la
escuadrilla y se acopló a la misión- el teniente
Arca y el teniente Márquez. En los otros tres aviones
estábamos yo de sublíder, el teniente Sylvester y
el teniente Lecour. Tanto era el apuro que no pudimos salir
juntos, ya que a los aviones había que cargarlos y
colocarles las bombas, que es una maniobra bastante lenta.
Además, nos corría la luminosidad del día,
ya eran las 2 de la tarde. Así que los tres primeros
aviones despegaron seis minutos antes. También nuestros
ataques estaban previstos rasantes, porque no hay otra defensa. A
diferencia del Súper Etendard, el lanzamiento de nuestras
armas es sobre el buque y no a una distancia prudencial. Por lo
que es un buque hoy, no se concibe pasar por encima debido a su
defensa electrónica y misilística.
(Rótolo)

O sea, que ustedes iban con la idea de que las
posibilidades de éxito
se reducían a un diez o un 15 por
ciento
.

-No. Existían posibilidades concretas porque
durante años habíamos hecho ataques sobre buques
similares de nuestra flota. Teníamos valores con
los que a veces vulnerábamos los sistemas
electrónicos. Realizamos un cálculo.
De cuatro aviones dos podían quedar, pero dos pasaban. El
armamento nuestro era muy efectivo. Una sola bomba que le pegara
al buque lo dejaba destruido en un 50 por ciento. Esa era nuestra
posibilidad y nuestra guerra. No había otra. Así
que seis minutos después partió la división
mía, siempre con la prudencia de no hablar. Mi
avión tenía una pequeña ventaja, un sistema
Omega de navegación que depende de antenas ubicadas
internacionalmente en el globo. Pero durante la guerra no las
cortaron, lo que nos favoreció. Hicimos unas comparaciones
con el teniente Sylvester y no hablamos más.
Escuchábamos lo que le ocurría a la primera
sección. (Rótolo)

-Nosotros, como dijo el capitán Rótolo,
habíamos salido unos seis minutos antes. El capitán
Philippi iba de líder,
de número dos el teniente Márquez y de
número tres yo. Hicimos una aviación
escolástica en altura, perfil alto bajo, como se llama,
descendimos a 60 millas de la isla, hablamos por primera vez
cuando yo dije "Señor, ahí están las islas",
y descendimos a menos de 30 metros. Los cerros, las costas de la
isla estaban muy por encima nuestro. Yo diría que
íbamos entre 10 y 5 metros de altura; tanto es así
que a veces el mar salpicaba el parabrisas. La velocidad era
de alrededor de 950 kilómetros por hora. La misión
nuestra era atacar un buque que salía por el canal de San
Carlos, averiado. No existió nunca. Al menos no lo vimos.
Ahí hubiera terminado nuestra misión. Pero
teníamos un objetivo
secundario que eran los veinte buques que estaban desembarcando
en la bahía de San Carlos. Cruzamos a la islas Soledad
iniciando el ataque hacia la bahía de San Carlos. Pasamos
por encima del "Carcarañá", un buque de transporte
averiado por los Harrier, que estaba varado en la costa. En un
momento dado vimos un buque navegando cerca de la orilla, unas
dos o tres millas hacia dentro.

Mi primera intención es ir al ataque, pero el
capitán Philippi ordena mantenerse en el mismo rumbo,
hasta llegar a 90 grados del buque. (Arca)

¿Estaban ya detectados por el
buque?

-No teníamos indicación para saberlo,
carecíamos del instrumental que posee el Super Etendard.
Si un misil nos lleva por delante lo advertimos cuando
explotamos. De todos modos supimos que el buque nos había
detectado porque empezó a realizar maniobras evasivas. Se
fue hacia fuera del canal. Desde que lo vimos transcurrió
un minuto, un minuto treinta, sin que nos lanzara ningún
proyectil. ¿Por qué no lo hacía? Porque
nosotros estábamos pegados a la costa y el sistema de
ellos no les permitía discernir entre el blanco y la
costa. (Arca)

Intencionalmente ustedes estaban pegados a la
costa.

-Claro. Nos mimetizábamos con la costa, bien
bajos. El sistema de armas de ellos no discernía el
blanco.

-Conviene aclarar que los buques tienen sus
máximas capacidades, cuando el sistema de armas
está diseñado para trabajar en aguas abiertas.
Cuando están cerca de la costa sus radares ven limitadas
sus capacidades por los ecos que representan las costas. Eso
estuvo a favor de nuestros aviones y los de la Fuerza
Aérea. En aguas abiertas las posibilidades de
supervivencia del avión son nulas. (Curilovic)

-Estando en posición giramos hacia el buque, que
era la fragata "Ardent". Cuando asomamos el avión en
el agua,
empiezan a tirarnos, y nos forman una pared de fuego entre el
buque y nuestro avión. Era algo que yo no había
visto nunca. Sólo en las películas. Mientras
avanzábamos iban explotando las granadas y se veía
el efectos de los impactos en el agua.
(Arca)

¿Qué pensaba usted en ese
momento?

-En ese momento uno no es tan razonable, más bien
está automatizado para actuar de acuerdo con el
adiestramiento que tuvo en su vida. Por eso uno defiende tanto la
posición del piloto que está formado. Comprobamos
que no improvisa absolutamente nada. Hace exactamente lo que
aprendió.

¿Desaparece el instinto de
conservación que a veces lo obliga a uno a actuar de una
manera que no es lógica?

-Yo creo que estamos tan adoctrinados con nuestro
adiestramiento que no permite otra cosa que cumplir con los
objetivos que
nos hemos trazado al comienzo. Y ese objetivo era
el combate. Era el lanzamiento de las bombas. No permite otro
tipo de razonamiento. De todos modos cuando salimos a volar
siempre pensamos "a mí no me va a tocar". Y cada uno
piensa lo mismo. (Arca)

-Suicidas no somos. Somos profesionales. Siempre uno
trata de buscar esa pequeña posibilidad para uno o para el
grupito… (Rótolo)

-Lo más importante del adiestramiento que
nombró Arca es que en todos los casos la Aviación
Naval lo hace, por supuesto, sobre el mar, con operaciones sobre
el portaaviones, volando rasante, diurno, nocturno, contra
buques. O sea, que el propio adiestramiento tiene tal riesgo que lo
habitúa al peligro.

-Mientras a uno no lo tocan, uno ve. Es un espectador
maravilloso de lo que pasa. Hay una gran tensión antes de
empezar la misión. Se tienen en cuenta los cálculos
de riesgo que cada uno hace personalmente. Pero una vez cerrada
la cabina, e iniciado el vuelo, uno se sentía como
siempre, consideraba todo normal. Y si no lo tocaban, lo
único que hacía es seguir para delante hasta
cumplir con la tarea. (Rótolo)

 Arca prosigue su relato:

-Estábamos en medio del fuego enemigo. Nos
tiraban hasta con 12,7 desde el puente (lo supimos después
por publicaciones). Es decir, nos tiraban con todo lo que
tenían. Entramos los tres aviones. Primero el
capitán Philippi; por el giro hacia dentro entré yo
segundo y el teniente Márquez, tercero. Entre avión
y avión debíamos llevar una diferencia de 14
segundos, pero la necesidad del combate y la urgencia con que se
presentó el buque fuimos uno tras otro aproximadamente en
siete segundos. El capitán Philippi disparó sus
cuatro bombas sobre el buque. Las veo salir, se abren las cuatro
bombas que son frenadas para permitir que el avión se
aleje; y la última, mientras el buque avanza a toda
velocidad,
pega en la popa y explota. Mi esperanza era que el capitán
Philippi errara, para no tener que agarrar todo lo que saltara
para arriba. Pero no fue así. Yo me tragué todo.
Pasé en medio del fuego del capitán Philippi, a
trescientos pies, y tiré mis bombas. Yo había
alertado al capitán Philippi de su impacto. Y el teniente
Márquez que viene detrás de mí me dijo:
"otra en la popa". Una de las cuatro que yo tiré
también pegó en la popa. Salimos los tres aviones y
volvíamos escapando por el mismo lugar, separados por unos
500 metros, cuando el teniente Márquez ve los Harrier. Ese
fue un baldazo de agua fría, porque sabíamos que
debíamos entrar en combate con ellos. A los 10 o 15
segundos, el teniente Márquez desaparece. Después
nos enteramos que había explotado en el aire. El piloto
que le tiró con sus cañones dijo que su
avión se había desintegrado en el aire. Uno de los
Harrier casi llega a nivel mío. Yo lo veo ahí.
Dispara el misil y le pega en el tubo de chorro al capitán
Philippi. En ese instante vi los piques de los cañones en
el agua. El capitán se eyecta y yo empiezo a combatir con
el otro Harrier, sin armas. Mis cañones estaban trabados y
había tirado las bombas. Me impactó unos diez tiros
mientras yo trataba de evadirlo. El combate duró pocos
segundos, tal vez 30, y con el avión totalmente averiado
me voy a Puerto Argentino, perseguido por dos Harrier que estaban
haciéndome intercepción porque yo iba hablando
requiriendo pista y pidiendo que me ubicaran porque estaba
totalmente fuera de control. Desde
abajo observan cuando los dos Harrier me disparan nuevamente. De
Puerto Argentino me piden que eyecte. Yo no eyecto. Cuando
intento aterrizar no puedo hacerlo porque me faltaba uno de los
trenes de aterrizaje. En definitiva eyecto sobre el agua y soy
rescatado por uno de los helicópteros del
Ejército.

¿Cuánto tiempo permaneció
en el agua?

-Treinta minutos, y tuve principio de congelamiento de
pies y de manos. Eso demandó un trabajo médico
continuo de 24 horas para volverme a la normalidad. Salí
colgado del helicóptero porque no tenía medios de
rescate, agarrándome con los brazos, ya que el
helicóptero puso los esquíes casi adentro del agua.
Yo me monté en caballito invertido y salí del agua
así… Estuve ocho días en Puerto Argentino, con el
bombardeo constante.

¿Tenia familia aquí, en el
continente?

-Tenía mi señora y tres chicos. El
día 24 de mayo pude hablar con mi señora desde
Puerto Argentino y ese día coincidió con el
cumpleaños de mi hijo. Yo no me acordaba,

Debe haber sido un momento muy
emocionante.

-Sí, porque ella se enteró de que los
aviones habían sido derribados, lo que ocasiona el
problema sentimental que cualquiera puede imaginar. Cuando
escuchó mi voz se tranquilizó. Lo único que
yo tenia era una fractura en el brazo. El éxito que
habíamos tenido en esa misión era muy redituable
para la escuadrilla. (Arca)

Mientras todo esto ocurría, los pilotos que
habían quedado en tierra vivían momentos de
incertidumbre y preocupación, pues ninguno de los tres A 4
que habían partido en la misión retornaba dentro
del tiempo previsto.

-Estábamos en un vehículo de comunicaciones
en el que interceptábamos los mensajes de los aviones
cuando regresaban. Creo que fue la tarde más angustiosa
que hemos pasado. No sabíamos nada de lo que estaba
ocurriendo, hasta que recibimos las comunicaciones de la segunda
sección que regresaba. Cuando el capitán
Rótolo se comunica con el aeródromo de Río
Grande, aproximadamente a 160 o 170 millas, tenemos la seguridad de que
la primera escuadrilla había sido derribada, porque en ese
momento ya debería estar aterrizando. Esa noche nos
enteramos de que un piloto había eyectado en Puerto
Argentino y que estaba bien. No sabíamos quién era.
De los otros dos no teníamos noticias. Al otro día,
a la mañana, supimos que el que estaba en Puerto Argentino
era Arca, y cinco días más tarde tuvimos noticias
de que Philippi estaba vivo.

-¿Cómo se había salvado?

-Hizo una supervivencia en el agua y logró llegar
a tierra, donde se unió a una familia de kelpers, estuvo
dos días con ellos, hasta que por radio se comunicó
con Puerto Argentino y un helicóptero lo fue a buscar.
(Arca)

-Primero se había refugiado en una cabaña
y para comer tuvo que matar un cordero.

-Nosotros íbamos atrás y escuchamos las
comunicaciones. Como recordará habíamos partido
seis minutos más tarde. Escuchamos cuando dijeron que ya
estaban rasantes sobre el agua para no ser detectados. Otro dijo
"qué ancho es el estrecho", un detalle que nos
sorprendió; escuchamos también la detección
del buque y tras el ataque intuimos que habían sido
derribados. Uno dijo "me eyecto"; otro gritó "Harrier", y
se perdieron las comunicaciones. Nosotros estábamos
descendiendo y nos dijimos "eso es lo que hay. Eso es lo que nos
espera". Realizamos el mismo trayecto que ellos
recostándonos un poco más sobre tierra. Atravesamos
una bahía, encolumnados, protegiéndonos, bien
rasantes. Sabíamos que arriba había Harriers. Desde
la bahía descubrimos tres buques en el canal. Les pregunto
a los demás si estaban conmigo, en una forma un poco
jocosa; yo no los veía, ellos venían atrás.
Les designo el blanco y nos largamos hacia ese blanco. El fuego
era intenso. Nos tiraban todos los buques. En ese momento uno a
lo que aspira es a no fallar y a que no lo toquen. No puede
pensar mucho más, porque todo sucede muy rápido. Yo
lanzo mis bombas y trato de escapar, cuando veo un buque
atravesado que también me estaba tirando, así que
cambio el escape y me voy por detrás de las islas.
(Rótolo)

-Yo iba siguiendo al avión líder
cuando vi que le estaban tirando. Recién me di cuenta de
los buques que estaban al costado. No noto que me tiren. En el
momento en que atravieso la columna de humo descubro al
líder que se me está viniendo encima. No
sabía que ocurría. "Quiere atacar otra vez",
pensé, en lugar de escapar, "se enloqueció".
Entonces oí que me decía "para acá no, que
nos están tirando". Nos metimos en la costa y enfilamos
por unos cañadones. En ese instante -después de
haber arrojado las bombas- es cuando uno deja de ser un
autómata y vuelve a tomar conciencia de que tiene que
sobrevivir. En ese momento se siente un paria porque no tiene
municiones, está en un terreno que no conoce, con poco
combustible. (Lecour)

-Además, estábamos a 8.000 metros de
altura, es decir, que podíamos ser detectados por
cualquier unidad de superficie. Cualquier buque próximo
nos podía derribar con toda facilidad. Carecíamos
de defensas. (Sylvester)

-Para nosotros ése fue un día importante,
ya que era nuestro bautismo de fuego. A la mañana, como
los aviones fueron y volvieron, todo parecía normal. No
había entrado todavía en la realidad de la crudeza
que tiene la guerra. El primer impacto lo sentí en vuelo
al oír la voz del capitán Philippi avisando que se
eyectaba. Entonces me di cuenta de que las cosas eran distintas a
un adiestramiento normal. En ese instante, no sé por
qué, rompí el silencio electrónico. Lo
llamé a Arca y también a Márquez. Tuve la
impresión de que estaban todos derribados, y
comprendía la crudeza del lugar donde íbamos a
entrar. Estábamos recalando en la Gran Malvina y
allí decidió el capitán Rótolo seguir
a la isla Soledad. Según el capitán Philippi eso
fue lo que nos salvó y nos permitió atacar. Nuestro
camino estaba previsto por el estrecho, no por la isla Soledad.
Según supimos después, mientras el capitán
Philippi nadaba hacia la costa, vio pasar varias veces los
Harriers patrullando el estrecho. Marchábamos sobre tierra
con idea de llegar a la bahía de San Carlos, que era donde
se estaba desembarcando. Pero tuvimos que cruzar la bahía
Ruiz Puente, ubicada un poco antes, y tuvimos que atacar a los
buques que estaban ahí, porque no quedaba otra
alternativa. Había cuatro buques. Tres al costado y uno en
la proa del avión líder. Yo, como iba tercero, vi
el ataque desde una cómoda platea.
Notaba sobre todo los piques de la artillería en el agua;
vi pasar muchos disparos al costado del capitán
Rótolo: no tantos al lado mío. Observé
cómo el capitán Rótolo atacaba al buque
volando a baja altura y según nuestros procedimientos.
Todas las bombas que lanzó él explotaron. El
lanzamiento fue muy bueno, pero con la mala suerte de que el
buque quedó horquillado, con unas bombas antes y otras
después. Es impresionante el efecto que producen las
bombas, el humo, los fragmentos que se elevan de un modo
sorprendente. Mucho más alto que nuestras alturas de
lanzamiento. Las bombas de Lecour, que fue el segundo que
tiró, horquillaron la nave nuevamente. Una pegó muy
cerca del buque y lo encerró. El buque para mí
desapareció en una bola de humo y de fragmentos. Estimamos
que era un fragata tipo 21. En la numerosa nómina
de buques averiados que tuvo la flota inglesa no logramos nunca
averiguar cuál era… Yo atravesé esa nube de humo
y cuando estaba encima empecé a divisar la sombra del
barco que intentaba salir con todo timón hacia la
izquierda, es decir, hacia el lado opuesto en el que había
caído la bomba. Hice mis lanzamientos, cuyo efecto no pudo
ser verificado, pues no venía nadie detrás de
mí. En el escape nos habíamos quedado casi sin
combustible y no podíamos volar a baja altura; así
que nos alejamos a casi 8.000 metros de altura y con la seguridad
de que podíamos ser interceptados. Aterrizamos en
Río Grande con muy poco combustible. Dos aviones estaban
averiados, presumiblemente por las propias esquirlas de nuestras
bombas. (Sylvester)

¿Fue casi milagroso el
regreso?

-No. Milagroso, no. Pero tuvimos mucha suerte. La suerte
que no tuvieron los tres que nos antecedieron. Sabiendo lo que le
habla ocurrido a ellos, nosotros estábamos esperando
permanentemente ser derribados, hasta que nos alejamos un poco de
las Malvinas. (Sylvester)

-Esa suerte es la que no tuvimos nosotros. Ni bien
salimos de los buques y nos disponíamos a escapar y
descansar, teníamos encima a los Harrier.
(Arca)

-Hubo una comunicación en el momento de escapar
del capitán Rótolo, que nos hizo reír mucho,
no en ese instante sino después. "¿Estamos todos?",
Preguntó. Escuché que Lecour respondía "yo,
sí". Enseguida agregué "yo, también". Y
Rótolo exclamó "¡qué suerte!". Le
salió del alma. (Sylvester)

-Demuestra lo que pensábamos. No teníamos
muchas esperanzas. Además de las defensas de los buques
ellos atacaban desde las lomas y, como era el último
ataque del día, ya no podíamos aprovechar el factor
sorpresa.

-Lo que tiene que quedar claro es que esto no fue obra
de la casualidad. Nosotros hicimos en las Malvinas lo que
hablamos practicado durante toda la vida en tiempo de paz.
Volamos como volamos siempre, utilizamos la técnica de
ataque que teníamos prevista y tiramos el armamento
apropiado para ese tipo de unidades de superficie. No fue
casualidad que una unidad nuestra terminara de hundir a la
"Ardent", atacada previamente por la Fuerza Aérea, como ha
sido reconocido. Y que otra tenga responsabilidad en el
hundimiento de la "Antílope". (Sylvester)

El 22 de mayo las operaciones aéreas quedan
suspendidas por mala meteorología tanto en Río
Grande como en Islas
Malvinas. Nos quedaban solamente cuatro aviones por los
derribos y las averías sufridas el día anterior. El
23 a la mañana tuvimos una misión ante un buque que
presumiblemente se estaba acercando a Río Grande, a unas
150 millas. El capitán Castro Fox estaba a cargo de la
Tercera de Ataque. Estaba sin vuelo debido a un accidente muy
grande que tuvo a bordo del portaaviones. No podía cerrar
la cabina por un defecto en un brazo.

Se la cerraban desde afuera. Zubizarreta era el segundo
comandante, el capitán Oliveira y yo integrábamos
el grupo. Fue un falso contacto, así que tuvimos que
volver nuevamente a pre-vuelo. Nos enteramos de que probablemente
atacaríamos el puerto de San Carlos, lugar de desembarco
inglés. Después de una división cae 4 A4 de
Fuerza Aérea, llegaríamos nosotros y luego los
Dagger de la Fuerza Aérea. Despegamos pasado el
mediodía. A raíz de la experiencia del día
21 solicitamos hacer reaprovisionamiento en vuelo. Habla una
pésima meteorología. Creo que fue una verdadera
casualidad poder
encontrar al tanque y reabastecernos. Cien millas antes
estábamos rasantes y recalamos en San Jorge. Por el oeste
entrábamos al puerto de San Carlos. Primero nos informaron
que allí había cuatro buques. Después nos
confirmaron que eran alrededor de doce. Uno de nuestros aviones
tuvo un problema de combustible y se vio obligado a regresar a
Río Grande.

Así, que nuestra misión continuaba
sólo con tres aviones. Durante la aproximación nos
comunicábamos con una nave de Fuerza Aérea que
estaba a 40.000 pies y que era la que dirigía la maniobra
de las tres secciones de ataque. Cuando empezamos a navegar
rasante le pedimos informes sobre
la primera sección. Queríamos saber qué
había encontrado. Ya sobre las islas escuchamos la primera
comunicación de un numeral dé la Fuerza
Aérea. No lo entendíamos bien. Después
salió el número 3 diciendo "El número 2 no
viene, el número 4 está perdiendo combustible por
todos lados y pide tanque". O sea, que uno había sido
derribado, otro estaba en una situación critica y el
tercero probablemente, el que daba las comunicaciones, regresaba
bien. Así que mí primera impresión era que
al llegar a San Carlos encontraríamos una gran humareda.
Cuando íbamos a saltar un morro para caer sobre el canal
escuchamos al capitán Castro que nos dijo "Buena
suerte".

Avanzábamos encolumnados a una distancia de cien
metros entre avión y avión. A llegar a San Carlos
estábamos a 1.000 pies, demasiado alto para nuestras
técnicas de ataque. Yo sigo al
capitán Castro que pone punta abajo y avanza rasante.
Cuando miro alcanzo a divisar cuatro buques y veo que él
se dirige al mayor, que era un destructor. A mi derecha queda una
fragata tipo 21. Hasta ahí no pasaba nada. El mar
permanecía absolutamente calmo, mucho sol, gaviotas por
todos lados y ni una sola columna de humo. -¿Qué
habla pasado? La misión anterior de Fuerza Aérea se
vio precisada a atacar a un buque en el estrecho y no
había llegado a la bahía. Nuestra primera sorpresa
fue que los buques no tiraban. Los fogonazos venían desde
tierra y se veía a los misiles como una bengala roja. Uno
de ellos pasa entre los dos aviones, el de Castro y el
mío. Traté de ocuparme de mi buque y puse todo el
acelerador para llegar cuanto antes hasta él. Cuando
estuve a distancia traté de tirar, también con mis
cañones. La fragata 21 que yo ataqué tenla su
cañón apuntando al avión de Castro y le
disparaba en forma permanente. Cuando siento que el buque se me
viene encima se me traban los cañones, no sale
ningún tiro y cambio de selector para tomar las bombas. Al
lanzar las bombas se me va la nariz violentamente arriba por el
desprendimiento del peso. En ese momento dejé de ver a
Castro. Tres bombas hablan salido y una quedó trabada.
Entonces escuché al capitán Zubizarreta que
decía "Yo ataco al buque del estrecho". Yo pasé la
cordillera norte de San Carlos. El capitán Castro sigue y
se interna en la isla Soledad. Después regresamos todos en
forma independiente por el mismo camino. Recuerdo que antes de
entrar en combate el temor mayor mío era cometer un error.
Creo que revisé treinta veces los selectores. Cuando ya
estaba en el escenario tuve la sensación de estar
presenciando una película muda.
(Benítez)

¿Desde qué altura lanzaban las
bombas?

-Desde unos treinta metros más o
menos.

¿Veían gente a
bordo?

-No. El buque que yo ataqué no tenía una
sola persona en
cubierta. Me acuerdo que era gris perla clarito. Estaba
brillante, parecía nuevo. Tampoco veía a nadie en
tierra. Solamente los fogonazos. En el regreso me encontré
con Zubizarreta sobre la Gran Malvina. El no había podido
lanzar sus bombas por una falla de armamento. Atrás
venía Castro con un problema de combustible. Nos avisaba
que ascendía a pesar del riesgo de ser interceptado. Al
llegar a Río Grande encontramos muy mala
meteorología, la pista mojada y el viento fuera de
límite. Zubizarreta estimó que no era necesario
largar las bombas. Las quería conservar para un
próximo ataque. Yo aterricé con dificultad en la
pista, pero el avión era controlable. Cuando aterriza
Zubizarreta tiene la desgracia de reventar un neumático,
con todas las bombas abajo, el avión se va de pista,
él eyecta y muere en la eyección. Castro, a pesar
de la falta de combustible, aterrizó sin problemas.
Según el relato de los ingleses y de la Fuerza
Aérea, la "Antílope" sufrió ese día
varios ataques. Mis bombas no estallaron. La "Antílope" es
hundida cuando tratan de desactivar la bomba que tiene adentro el
buque. (Benítez)

Hay un detalle importante. Las bombas de la Fuerza
Aérea, por no ser frenadas tenían una velocidad de
penetración mucho mayor y por eso perforaban el buque y se
iban afuera; como el destructor "Glasgow", que fue perforado de
lado a lado sin explosión. En cambio las nuestras que
tienen una velocidad de penetración menor, perforan y se
quedan. (Mayora)

-Creo que hay que destacar el gesto del capitán
Zubizarreta quien, consciente de que la nuestra es la Marina de
un país pobre, trató de conservar el armamento, a
pesar de las dificultades, para poder utilizarlo en otra
misión. (Sylvester)

¿Creen que las tácticas empleadas
por la aviación durante el conflicto modifican el concepto de la
moderna guerra aeronaval?

-Yo creo que no hubo nada nuevo. Siempre durante los
combates de la segunda guerra los ataques se hicieron volando
bajo. No hubo nada nuevo en cuanto a los ataques convencionales
con bombas. Lo único diferente fue el ataque
misilístico. (Mayora)

-Hay que destacar que el éxito en parte se debe a
que los buques ingleses que atacamos estaban en aguas
restringidas. En aguas abiertas hubiera sido otra cosa. Cuando
empezamos a tomar conciencia de la situación, aunque me
sentí como un pajarito arrojando tres bombas en medio de
tantos buques ingleses, yo creí que la cosa todavía
estaba peleada. Pero cuarenta y ocho horas después del
desembarco, San Carlos ya pertenecía completamente a los
ingleses. Antenas
instaladas, artillería. Ya se habían hecho fuertes
en Malvinas. ( Benítez)

-Aquí conviene hacer una aclaración. Antes
de producirse el desembarco de las fuerzas británicas,
éstas responden a las órdenes que se pueden dar
desde el gobierno. No hay
tanta libertad de
maniobras por parte del comandante. Pero en cuanto se produce la
puesta de pie en tierra o cualquier operación anfibia,
desde ese momento se da libertad de
acción al comandante y ya no queda forma de pararlo
políticamente.

Así que una vez logrado el desembarco cambia el
curso de la guerra. Incluso los británicos publican que a
partir de ese instante se da libertad de acción al
comandante y ya no se puede pensar que haya posibilidades de
soluciones
políticas. (Curilovic)

El día 13, mientras se producían las
acciones de los A 4 hubo una misión de Súper
Etendard que fue atacar un blanco determinado. El primer ataque
de estas máquinas,
realizado el 4 de mayo, fue un ataque convencional como lo
practicamos siempre durante los adiestramientos. Es decir, hay un
avión de exploración que detecta a un buque o a una
fuerza de tareas y guía a las máquinas
al ataque. A partir del 18 de mayo los aviones Neptune, en un
estado
verdaderamente calamitoso, pues eran extremadamente viejos, y
carecían de cualquier tipo de eficiencia en su
capacidad electrónica, dejaron de volar y se perdió
la posibilidad de hacer exploraciones a gran distancia. Quedaba
sólo la exploración dentro del radio de
acción de los aviones Tracker en Río Gallegos. Eso
daba idea y cierta seguridad al vuelo hacia Malvinas. Pero de
Malvinas para allá el vuelo de los Tracker no
servía para tener una situación clara. Entonces
hubo un trabajo importante por parte de la gente que estaba en
Malvinas, aviadores navales y de la Fuerza Aérea. Con un
radar detectaban la salida de aviones Harrier en distintos
puntos, que se acercaban a las islas y luego desaparecían,
volando sobre el mar a baja altura. Esos movimientos daban la
pauta de que el portaaviones estaba cerca. Con
triangulación, con trabajo de estudio, se determinaban
ciertas posiciones probables para la ubicación del
enemigo. Con tales elementos se establecía la partida del
avión de ataque, en este caso los Super Etendard, pues se
había determinado ya fehacientemente que el ataque en
aguas abiertas quedaba determinado a los aviones con una
capacidad de armas denominado stand off, es decir, que lanza
fuera del alcance de las armas del buque. Esa capacidad estaba
dada por el Super Etendard.

El 23 de mayo salió una sección con el
capitán Agotegaray y con el teniente Rodríguez
Mariani a un punto determinado, al sudeste de Malvinas, de Puerto
Argentino. Hacen su navegación, realizan el
reabastecimiento en vuelo, establecen el perfil de ataque, llegan
al punto determinado, no encuentran el blanco con su radar y
regresan. Así estaba dispuesto. Se hacía el vuelo y
si el blanco no aparecía, no se seguía buscando,
dando vueltas o exponiendo el avión o subiendo para tratar
de ver. Se cumplía el perfil como estaba previsto. Era
demasiado caro perder un avión por falta de combustible o
por seguir adelante sin tener realmente conciencia de lo que
había. Así que ellos regresaron. Lamentaban no
haber podido lanzar. Como teníamos una guardia, ese mismo
23 de mayo cambian los pilotos y quedamos el teniente Barraza,
que era mi numeral y yo. El 24 de mayo transcurre sin
vuelos.

El 25 llega una orden con una posición
determinada. En este caso a 110 millas al noreste de Malvinas.
Una de las tácticas usadas fue decir "si una vez le
pegamos un golpe por la izquierda ahora peguémosles por la
derecha". Es decir, no siempre en aproximación por el
mismo lugar. El último ataque había sido por el
sur. Este decidimos hacerlo hacia el norte. Lo importante era
encontrar posiciones como para penetrar sin ser detectado. El
problema era saber si podríamos encontrar el camino, va
que no había exploración aérea.
Sabíamos que un buque radar británico estaba en la
entrada de San Carlos, el que después fue atacado por la
Fuerza Aérea, que lo hundió: el "Coventry". Eso
ocurre a las 15.30, más o menos. Nosotros habíamos
despegado a las dos de la tarde. Como todas las operaciones tanto
nuestras como de la Fuerza Aérea se realizaban con
reabastecimiento en vuelo y teníamos sólo dos
aviones tanques, había que administrarlos muy bien. Eso
implicaba una gran limitación. Muchas misiones se
veían abortadas por indisponibilidad de tanques. Volar con
el Super Etendard y con su equipo electrónico y de
navegación permite obviar todas las dificultades que
tienen los A 4 o los que volaba la Fuerza Aérea, que
carecían de esa información permanente sobre la
ubicación, las distancias a los distintos puntos, los
consumos. Todo estaba calculado en forma electrónica, con
lo cual uno se sentía seguro e
informado. Eso daba seguridad y permitía hacer los
perfiles con cierta comodidad. Tratábamos con nuestro
radar de no ser interceptados por el piquete, el buque radar de
San Carlos, para que no pudiera vectorear aviones interceptores
hacia nosotros.

La última información que teníamos
es que había movimiento
continuo de aviones entre las fuerzas de tareas y San Carlos. Por
casualidad el ataque a la "Coventry" se produce a las 15.30 y
todo el esfuerzo de la aviación británica se vuelca
sobre San Carlos para resguardar la zona. Paralelamente nosotros
estábamos entrando por el norte. A las 16.30 detectamos el
objetivo en el punto que nos habían asignado.
Volábamos a gran velocidad más o menos a 540 nudos;
lo que hace que las distancias se vayan acortando
rápidamente. Mi numeral se había acercado a unos
200 metros para el lanzamiento; lo normal durante la
navegación es mantenerse a una milla. Detectada la fuerza
de tareas por nuestros radares, y enganchado el blanco para dar
la información al misil, comprobamos que se trataba de un
blanco grande, porque había sido tomado a distancia y no
se desenganchó nunca. La propaganda
británica llegó a decir luego que los misiles que
lanzamos estaban dirigidos al "Invencible", que con exitosa
maniobra logró zafar mientras el misil perdido se
encontró con el otro buque. Eso es parte de la guerra
comercial, psicológica. Lo cierto es que la forma en que
funciona el misil contradice tal explicación. Los dos
aviones enganchamos el mismo blanco a gran distancia y se
lanzaron los dos misiles separados aproximadamente cien metros.
Yo veo que el misil de Barraza sale, y noto que el mío
tarda en despegar. Lo que ocurre es que uno hace un descenso
hasta ponerse rasante al agua. A partir de ahí el misil
está todavía por debajo del avión y lleva la
misma velocidad. De inmediato teníamos que romper y salir
de la zona. Mi giro me preocupó porque no sabía
qué pasaba con los misiles. En ese instante pude apreciar
un espectáculo que otros seguramente no pudieron ver: los
dos misiles encendidos, en forma paralela, rasantes en el agua se
iban perdiendo como una bengala. Comprendí que
teníamos un arma actualizada, capaz de enfrentar a los
buques ingleses. Los misiles siguieron su curso e impactaron en
el blanco seleccionado.

La idea era siempre atacar al portaaviones. Pero hay que
tener en cuenta que cuando se ataca a una fuerza anfibia, tal vez
más importante que el buque de guerra es el
logístico. Y eso fue aceptado por los mismos
británicos. Si usted logra hundir los buques
logísticos donde está el personal y el armamento
para desembarcar, podría parar la operación. Pero
seleccionar el buque logístico para nuestro sistema era
imposible. Para los aviones que atacaban en aguas restringidas en
el estrecho de San Carlos antes de llegar a un buque
logístico tenían que pasar por las naves que
estaban adelante. Los británicos formaban un
círculo de embarcaciones de guerra en torno a ellos.
Después tuvimos información de que los dos misiles
habían impactado el "Atlantic Conveyor" destruyendo
importante material, especialmente helicópteros, lo que
dificultó el traslado del grupo que desembarcó. El
camino de regreso era bastante largo. Hicimos tanque nuevamente y
después de más de cuatro horas de vuelo aterrizamos
de noche en Río Grande. El retorno es diferente a todo lo
que se vivió antes porque uno es parte de un
eslabón de una gran cadena que abarca desde el
mecánico, al personal de armamento, el oficial de mantenimiento,
etc. El hecho de efectuar el lanzamiento y encontrarse a la
vuelta con todo ese personal que había vivido la
incertidumbre se traduce en una gran alegría general que
compensa todos los sacrificios que uno pudo hacer. Hasta ese
instante habíamos vivido momentos de incertidumbre y
desazón ya que no sabíamos la suerte corrida por el
capitán Philippi y Márquez durante la misión
de dos días antes. Con este éxito recuperamos un
poco la alegría. (Curilovic)

-A partir del 25 de mayo cambian los pilotos de guardia.
Nos quedaba un solo misil. Los ingleses lo sabían. El
trabajo del radar de Malvinas siguió siendo constante para
detectar operaciones aéreas y determinar la
posición de los portaaviones que después del 4 de
mayo operaban desde muy lejos de las islas, lo cual
dificultó la operación de los Harrier. El 30 de
mayo se ordena el despegue de dos aviones Super
Etendard.

Uno llevaba el misil con el capitán Francisco; el
Capitán Collavino iba en el otro avión para hacer
un apoyo en la información electrónica en el caso
de que se produjera una falla en el primero. La fuerza
aérea participa también en esta operación
con cuatro máquinas A 4 C que atacarían al blanco
una vez que hubiera impactado el misil. Fue un vuelo largo, por
el sur, con dos reabastecimientos en el camino. Los radares
detectan un eco grande al cual Francisco lanza el misil y los
aviones de la Fuerza Aérea siguen su estela en dirección al buque. Dos aviones son
derribados, y los dos que llegan ven impactar el misil y salir
una columna de humo de una nave que definen como tipo
portaaviones y sobre el cual hacen sus lanzamientos de bombas.
Cuando estos dos pilotos regresan, dentro de su estado
anímico por haber perdido dos compañeros y ante la
tensión del vuelo largo y duro, confirman que
habían atacado el portaaviones y que el misil había
impactado.

Se los consulta por separado y se les muestran
fotografías -que a través de distintos
ángulos permiten identificar una nave- y coinciden en la
definición. De todos modos es una incógnita de esta
guerra si las bombas y el misil averiaron al portaaviones.
Nosotros hicimos nuestro propio análisis. Llegamos a la conclusión
que tras la operación la actividad aérea inglesa
disminuye. Eso da indicios de que una de las plataformas
podría estar afectada. Otro elemento de prueba es que el
portaaviones "Invencible" no regresa de inmediato, tarda dos o
tres meses en volver a Inglaterra. Luego entra a su país
dando posiciones diferentes a las que cumplía y horarios
también distintos, para no ser interceptado por
ningún buque ni avión fotógrafo de cualquier
otro país que lo pudiera localizar. Y entra a puerto de
noche. Además, en esa ocasión se establece una
visita para todos los buques que participaron en Malvinas por
parte del público en general, pero no se permitió
acceder al "Invencible". Otro dato importante es que en diarios
internos de la marina inglesa se felicita a la tripulación
de la parte máquinas del portaaviones por haber efectuado
un cambio de turbinas en el mar, en tiempo récord y en
condiciones difíciles. Lo cual en condiciones normales
constituye un episodio sumamente raro. (Curilovic)

Les pedimos a los pilotos que formulen una
conclusión sobre las experiencias narradas. La sintetizan
del siguiente modo:
"La mejor prueba de eficiencia para
una unidad de combate es haber producido en situación de
guerra resultados óptimos, acordes al adiestramiento
realizado en tiempo de paz. Malvinas es un testimonio del
profesionalismo alcanzado por la Aviación Naval, y
representó para sus pilotos el examen más
difícil que se tiene en la carrera de las armas,
dándoles la satisfacción de haber correspondido al
esfuerzo que la Armada realizó para formarlos.

"Independientemente del resultado obtenido y del
desarrollo que
tengan los acontecimientos, no debemos olvidar el sacrificio de
nuestros muertos que fueron amigos, camaradas y compatriotas. En
su memoria debemos
aunar esfuerzos para ser mejores y rescatar lo positivo, mirar al
futuro siguiendo el ejemplo que nos brindaron al dar el capital mayor
de un hombre: SU
VIDA".

Dijeron Los Ingleses:
Los relatos que se agregan a continuación han sido
extraídos de crónicas de guerra británicas y
forman parte del sentimiento auténtico de soldados que
supieron valorar la aptitud de los artilleros
argentinos.

Al igual que un sinnúmero de otras referencias
vinculadas con la valentía y el coraje evidenciado por
soldados de las fuerzas argentinas que participaron en la gesta
de Malvinas, nos permitimos extractar estas notas a modo de
homenaje a quienes modestamente lucharon y expusieron sus vidas
con la templanza propia de nuestros legados artilleros y, por
sobre todo, en reconocimiento hacia quienes murieron en suelo
malvinense.

"Todas las informaciones dejaban entrever que los
argentinos se servían de las elevaciones para
atrincherarse y preparar las mejores posiciones defensivas. El
área quedaba dentro del alcance de los grandes
cañones calibre 155mm que los argentinos desplazaban
constantemente desde una base a otra alrededor de
Stanley".

The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda,
La Guerra de
Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires,
1983, Pag 367 y 368.

"El viernes 11 de junio todavía no se
había respondido a los llamamientos, y el efecto de la
demora, combinados con las noches heladas y bombardeos por parte
de la artillería argentina, empezaban a producir cierta
frustración. Un pelotón de Guardias Escoceses tuvo
que retirarse ante los intensos disparos de la artillería
pesada argentina y el Regimiento de Comandos 42
sufrió las primeras bajas, desde el avance, al verse
alcanzado por los proyectiles argentinos".

The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda,
La Guerra de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires,
1983, Pag 370.
"Los cañones argentinos que estaban
situados alrededor de Stanley, seguían causando estragos
entre las posiciones británicas. Son unos cachorros
endemoniadamente malos y desagradables. Te escupen un proyectil y
estonquea toda la zona".
The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra
de Malvinas, Editorial Hispamérica, Buenos Aires, 1983,
Pag 377.
En relación con los fuegos de
hostigamiento realizados contra los buques ingleses, según
el testimonio del Teniente de la Armada Británica DAVID
TINKER, "…los proyectiles de los cañones argentinos
caían a unas 50 yardas de distancia de nosotros".
Tinker Hugh, La vida y gallarda muerte del
Teniente David Tinker.
"La artillería argentina
tenía cuatro cañones franceses calibre 155mm.
Durante la campaña estos fueron utilizados con poca
munición. Mientras esperábamos en el Monte KENT,
recibimos mas de treinta ráfagas. Durante el ataque al
Monte DOS HERMANAS, aproximadamente 400 proyectiles de alto poder
fueron disparados sobre nosotros en aproximadamente 4
horas".

(Nota: Error del autor. Se trataban de sólo dos
cañones calibre 155mm, Modelo
Argentino, de fabricación nacional)
Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal
(US Army), Marzo – Abril 1984, Pag 21.
"Los fuegos de las
baterías enemigas fueron muy efectivas. Finalmente tuvimos
muchas dificultades para localizar los cañones enemigos.
Disparamos muchos proyectiles sobre posiciones simuladas.
Demasiado tarde nos dimos cuenta que tirábamos sobre
viejas cubiertas que simulaban ser cañones, cubiertas por
telas de enmascaramiento. Fueron muy buenos para
engañarnos".

Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel
Artillery Jornal (US Army), Marzo – Abril 1984, Pag
21.
"El 2do Batallón del Regimiento de
Paracaidistas, tuvo escasa oposición, pero considerable
dificultad causada por el fuego de la artillería argentina
calibre 155mm"

– Watson, Bruce W Y Dunn, Peter M Military lesson of
the Falklands Island warviews from the Unites States, Arms and
armours press, Londres, 1984, Pag 164.
"El fuego de la
artillería argentina de 155mm comenzó a caer sobre
las posiciones que los argentinos acababan de perder. Los
Infantes de Marina británicos se protegieron entre las
fisuras que presentaban las rocas, mientras
que los proyectiles explotaban alrededor".

– Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in
association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag
157.
"Con la luz del
día el fuego de la artillería argentina se
intensificó bajo la dirección de los observadores
adelantados quienes reglaban el tiro. El terreno lindante el
Monte Dos Hermanas estaba cubierto de cráteres por las
granadas de 155mm".
– Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with
Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165.
"Los
proyectiles de los cañones calibre 155mm se
distinguían de los proyectiles de los obuses calibre 105mm
y de los morteros de 120mm por su fuerte tronar. Cuanto antes
tuviera lugar la siguiente fase era mejor, pues menos tiempo
debieran mis hombres permanecer bajo el fuego de la
artillería argentina".

Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association
with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165.
" Las
tropas británicas enfrentaron a una dura artillería
de 155mm, que dejó tirados a heridos y muertos,
pertenecientes a las unidades de asalto".

– Laurence Charles, corresponsal de guerra del The
Daily Telegraph.

Capitulo VIII

De la
rendición a la caída de Galtieri

La noticia de la rendición de Puerto Argentino
cayó como un rayo sobre Galtieri. Impactando por la
novedad –meses mas tarde confesaría su
desazón porque jamás imaginó una resistencia tan
breve-, no alcanzó a comprender la real dimensión
de lo que había ocurrido. Mascullaba bronca, emitía
juicios escasamente benévolos para con los militares en
las Islas, pero no descubría el meollo de la
cuestión. La decisión de Menéndez terminaba
también con su gobierno.

En estos términos Cardozo kiirschbaum y Van Der
Kooy describen la situación vivida en la cúspide
del poder militar en la jornada del 14 de junio de
1982.

Un precepto histórico-político prescribe
que todo gobierno perdidoso en el campo de batalla debe
inexorablemente alejarse del poder. Esta actitud le
debía corresponder también a los militares
argentinos que habían conducido la Guerra de las
Malvinas.

Pero Galtieri pareció adoptar un camino distinto:
conocida la capitulación, el presidente reunió a
los generales de división, y dirigiéndose a ellos
con un tono eufórico los exhortó a continuar la
lucha armada. Los generales prefirieron mantenerse en silencio.
Galtieri quiso entender que ése era un gesto de
aprobación; los hechos posteriores demostrarían que
fue un comportamiento
preparatorio de la caída. Las cúpulas castrenses ya
no estaban dispuestas a seguir a sus comandantes.

Galtieri preparó el terreno para un golpe de
timón. El 15 de junio, cuando la población conocía la
rendición y cundía el desánimo y la
reprobación por la actuación de los militares, el
presidente, convoco a la población a la Plaza de Mayo. Desde los
balcones de la Rosada dirigía un mensaje. Durante el
día grupos numerosos
se habían congregado frente a ka sede del gobierno para
expresar su repudio a la capitulación: "cobardes",
"queremos fusiles", "no se rindan", eran algunos de los gritos
que los manifestantes proferían con fervor y
rabia.

A la hora señalada para el discurso se
habían reunido unas diez mil personas. El clima era denso.
Pero Galtieri no compareció a la cita. En las ho9ras
previas se había desarrollado una sorda lucha en el seno
del gobierno el ministro del interior y el subsecretario
Menéndez habían presio0nado a Galtieri para que no
difundiera su posición. Quienes concurrieron a la Plaza de
Mayo para escuchar la versión oficial de los hechos del
Sur, recibieron, en cambio, una andanada de bombas de gases
lacrimógenos. Muchos manifestantes, azorados por la
represión, se retiraron del histórico lugar
entonando consignas contra el gobierno, las FF.AA. y la
policía. Por espacio de dos horas, las calles
céntricas se convirtieron en escenarios de corridas,
enfrentamientos con las fuerzas policiales, rotura de vidrieras e
incluso el incendio de varios colectivos de transporte.

A esa misma hora, Galtieri pronunciaba su discurso
frente a las cámaras de televisión, "el aprovechamiento de la
situación, una injuria a la sangre de los que
combatieron, y el derrotismo será una traición".
Para el presidente no había lugar al disenso. No se
podía cuestionar la jefatura militar durante la guerra.
Sin embargo, aun dentro de las FF.AA. había quienes
pensaban lo contrario. Al terminar su mensaje, Galtieri se
reunió con los oficiales de mayor graduación del
ejercito. Arreciaron las criticas. Los generales Calvi, Reston y
Varela Ortiz encabezaron el cue4stionamiento al comandante.
Galtieri los conmino a solicitar su pase a retiro. Pasado un
rato, y también la irritación, hicieron las
pases.

En la madrugada Galtieri tubo otro encuentro. Esta vez
con los integrantes del Estado Mayor. Se repitieron los reproches
y las acusaciones. El general Esposito, jefe de logística,
criticó abiertamente la orientación seguida por la
Junta Militar, que, según su opinión, había
colocado a la argentina junto a naciones enemigas ( Cuba,
Nicaragua, Libia) y provocado la enemistad con el principal
aliado, el gobierno de los Estados
Unidos.

Galtieri rechazo los argumentos. Para el gobierno
norteamericano había dejado de ser un amigo, para
convertirse en el principal sostén del Reino Unido. El
conclave concluyó. El presidente se retiró con la
sensación de que los apoyos cada vez eran menos, y que el
panorama se oscurecía aceleradamente. El día 16
significó otro traspié. Saint Jean había
citado a los dirigentes políticos a la Casa Rosada. Los
integrantes de la multipartidaria y otros partidos menores no
asistieron. El ministro del interior postergo la salida para el
día siguiente. Durante la jornada del 16 hubieron
reiterados conciliábulos entre el presidente de la
Unión Cívica Radical, Carlos Contín, y
algunos militares retirados. Se evaluó la alternativa de
asistir a la reunión convocada por Sait Jean. Finalmente
ante la decisión del MID de no concurrir, el
pentágono político resolvió no responder al
llamado del gobierno. El 17 fue el día final. Galtieri
pidió al general vaquero que asistiera en su lugar a una
reunión de la Junta Militar. Vaquero, por su cuenta,
suspendió ese encuentro, y luego de recabar la
posición de los generales de división, se
dirigió a Campo de Mayo, donde se alojaba Galtieri, para
comunicarle lo aprobado por los jefes castrenses. Se había
decidido la remoción del comandante y se le había
quitado la atribución para designar su reemplazante. El
presidente, decepcionado y desmoralizado, opto por aceptar la
resolución de sus camaradas de armas.

Así concluían los días del gobierno
de Galtieri, y también la historia de una gestión
que durante 74 días, a través de una guerra,
habían ubicado a la Argentina en el centro de la atención mundial.

Quedaban las ultimas palabras de Galtieri
refiriéndose a las relaciones con los Estados Unidos:
"a los norteamericanos…debo decir que les guardo un gran rencor
y que me tienen profundamente decepcionado, porque los
norteamericanos saben muy bien que siendo comandante del
ejercito, es decir, antes de ser presidente, siempre trate de
acercarme a ellos y a su administración de reanudar el mutuo
entendimiento que se había debilitado durante la
administración anterior… Esto es una
traición"

Consecuencias de la Guerra

La derrota de las armas argentinas en la batalla por la
recuperación de Malvinas conllevó una serie de
consecuencias muy concretas para nuestra Patria.

Luego del 14 de junio de 1982, comienza un proceso en la
Argentina que un politólogo francés, Alain Rouquie,
bautizó como "desmalvinización".

Este señor aconsejó una serie de procedimientos
que la última Junta Militar post- Malvinas, el siguiente
gobierno constitucional, amplios sectores de la sociedad
argentina y de los medios de
comunicación social seguirían al pie de la
letra. Se trataba de hacer como si la batalla por Malvinas no
hubiera ocurrido, de borrar toda lección que la misma nos
había enseñado. Como por ejemplo, que los EE.UU. no
eran amigos confiables, sino más bien enemigos de los
intereses de nuestro país.

Se creó la fábula de los "chicos de la
guerra", es decir, que los soldados argentinos eran
inhábiles para defender los intereses nacionales, y se
descargaron las culpas de la conducción política y militar
que llevaron a la derrota sobre los bisoños conscriptos
argentinos. Ante esto, vale recordar que todos los soldados del
mundo, en todas las épocas, fueron y serán
jóvenes en su mayor parte.

Se logró inculcar al pueblo argentino acerca de
que jamás podríamos haber ganado la batalla austral
contra un Imperio como el inglés, desconociendo la
realidad que estuvimos a punto de ganarla, si no fuera por el
apoyo norteamericano. Y desconociendo también que Gran
Bretaña perdió muchas guerras en su
historia. Basten
recordar las conocidas "invasiones inglesas", ganadas por la
decisión del pueblo argentino en inferioridad de
condiciones semejantes.

Se redujo una Gesta Histórica contra un enemigo
también histórico, al hecho de la
especulación política del gobierno
militar, metiendo en la misma bolsa a Videla o Galtieri con los
ex- combatientes y el resto del pueblo argentino.

En fin, se trató de profundizar la derrota de las
armas con la derrota espiritual y cultural.

Sin embargo, Malvinas sigue siendo un sentimiento muy
profundo en nuestro pueblo. Quizá uno de los pocos que nos
hagan sentir unidos como pueblo y como Nación.
Por ello, vale la pena recoger sus lecciones más
importantes.

Nuestros aliados y amigos los debemos buscar en la mayor
parte de las naciones latinoamericanas, como Perú,
Venezuela,
Panamá,
etc., y los países denominados del "tercer
mundo".

Los Estados Unidos jamás serán aliados y
amigos verdaderos de la Argentina. Lo único que puede
unirnos son intereses transitorios, en general en beneficio de
los EE.UU.

Todo país es grande cuando pone el enemigo
"afuera" de sus fronteras, como lo hicieron los propios EE.UU.,
Gran Bretaña, Francia, Alemania,
Japón,
u otros que hoy se proponen como modelos a
imitar.

Malvinas es símbolo de identidad
nacional, de búsqueda de raíces culturales. Ese
es hoy el principal sentido en reivindicar nuestra soberanía en las Islas.

La recuperación de la democracia
argentina le debe más a la sangre derramada
en Malvinas que a los partidos
políticos.

El pueblo debe ser factor principal en cualquier
objetivo nacional que se proponga, ya que la falta de canales de
participación durante el conflicto es otra de las causas
de la derrota.

Un pueblo que olvida su historia y a sus héroes
está condenado al fracaso y a desaparecer como
tal.

Reivindicar la indiscutible soberanía argentina sobre las Malvinas no
implica echar un manto de olvido sobre la político de la
junta militar desde 1976. por el contrario, para dar un sentido
cabal a esta justa reivindicación se requiere como
condición indispensable asumir una posición resulta
y clara de repudio a dicha política. La dictadura no
fue menos dictadura por
el mero hecho de haber ocupado las Malvinas e izado en ellas la
Bandera Argentina.

"Los chicos de la guerra" no, Nuestros
Soldados

"Ya en Malvinas distribuyeron las raciones para diez
días, pero se nos prohibía comerlas alegando que
estas eran para el caso de que nos entráramos en
combate.

Tener estas raciones era como sacarte la lotería;
por su parte, la comida caliente que nos suministraban
consistía en agua caliente con dos o tres fideos. Mi
sección se tubo que quedar en el aeropuerto para carga y
descarga, tuvimos que pasar la noche a la intemperie mientras los
oficiales y suboficiales, por supuesto, la pasaban en las
instalaciones del aeropuerto… ya en las afueras de Puerto
Argentino tomamos posiciones. Cavamos nuestras trincheras, que
eran de 1.2 por 3 metros.

Tratábamos de acondicionarlas porque las características del suelo de Malvinas
hacían que se llenara de agua en un corto tiempo. La vida
allí era muy dura, porque además de las
dificultades de la comida, tampoco conseguíamos agua. Lo
terrible era que frente a estas privaciones vi a
compañeros estaqueados, a la intemperie bajo el
frío, debido a que fueron a pedirle al teniente a cargo
mas comida. El teniente interpreto que habían abandonado
su puesto y los considero como traidores a la patria; por eso los
estaqueo, esta situación se repetía
corrientemente… Teníamos la misma información que
el resto del país, así que la mayoría del
tiempo pensamos que íbamos ganando. Nos enteramos de que
los ingleses habían hecho cabecera de playa, que
seguían avanzando, pero nosotros igual íbamos
venciendo, según nos decían"

Después de la guerra

El duro despertar del exitismo de los argentinos
después del mazazo de la rendición, se preguntan
mil veces por qué se habló de fortaleza
inexpugnable, de soldados bien armados y bien comidos contra una
tropa extranjera y a tientas en el barro, portaviones hundidos,
Exocets que jamás fallan, si de pronto solo tienen una
tierra perdida otra vez, los muertos del Belgrano, los chicos
degollados por los gurkas (Soldados Indoneses contratados por
Gran Bretaña), viendo la cruda realidad, que nada o muy
poco de lo que juntó la solidaridad de
los argentinos había llegado a manos de los soldados, que
la mayoría de ellos habían sido
prácticamente empujados a una muerte segura, sin
instrucción militar, y prácticamente abandonados en
una tierra desconocida e inhóspita. Se viene un
huracán político que arrastra eso sí, a
Galtieri, Anaya, Lami Dozo, y que baja el telón sobre otra
ficción nacional: Los nativos ya no iban a ser los
opulentos sureños que viajan en autos
importados y veranean y compran en Miami, sino remotos
latinoamericanos a los que bancos de todo el
mundo vienen a cobrarle una deuda que no pueden pagar, aumentada
inconmensurablemente por la política militar.

La derrota termino de desprestigiar y debilitar a la
dictadura. La crisis
económica se profundizó y reaparecieron las
protestas populares. Las denuncias por las violaciones de los
derechos
humanos se acrecentaron y comenzaron a desarrollarse grandes
demostraciones, que no solo reclamaban saber el destino de los
desaparecidos, sino su aparición con vida y el juicio a
los culpables. La prensa
comenzó a publicar las denuncias. Bignone dio a conocer lo
que llamó el "Documento final" sobre la lucha contra la
subversión, y estableció una amnistía
general para todas las violaciones a los derechos humanos, es decir,
el, olvido y el perdón de lo sucedido. Esta verdadera
"Autoamnistía provocó el repudio generalizado de la
sociedad, y se
comenzaba a diseñar el camino hacia la democracia.

La vuelta a la democracia.

La actividad política se reavivó y los
partidos conformaron la Multipartidaria, que exigía al
gobierno la inmediata convocatoria a elecciones sin
condicionamientos ni proscripciones,

A fines de1982 convocaron a una inmensa
manifestación popular en la plaza de mayo

El 12 de noviembre el gobierno anunció las pautas
para la concertación con los partidos
políticos. La lista de temas incluidos era amplia, y
tocaba aspectos centrales de la situación del
país:

1- Vigencia del Estado de Sitio

2- Cronograma y ley
electoral

3- Lucha antisubversiva

4- Desaparecidos

5- Plan
Económico

6- Deuda Externa

7- Yaciretá

Por su parte, la Multipartidaria, que poco tiempo antes
había propuesto al gobierno la adopción
de un plan
económico preparado por el frente partidario,
rechazó la concertación

La Iglesia, preocupada por el curso de los
acontecimientos que distanciaban a civiles de militares,
intercedió a favor de un acuerdo. Recurrió a un
juego
semántico. Habló de reconciliación en lugar
de concertación, y ofreció sus servicios para
mediar entre las partes,

La Presión
política iba creciendo. Apremiado por falta de soluciones y
entendimientos con los políticos Bignone trató de
ganar espacio informando del adelantamiento de la fecha de los
comicios para el último trimestre de 1983.

Por otra parte reafirmaba las condiciones para la
concertación.

La Multipartidaria, arrinconada por al intransigencia
del Gobierno, y haciendo lugar a la solicitud de las bases
partidarias que exigían una acción mas decididas,
recurrió a la movilización.

Convocó para el 16 de diciembre a la Marcha por
la Democracia. La manifestación serviría para
entregar al gobierno un petitorio de reclamos, cuyos dos puntos
principales eran la rectificación de la política
socio-económica ya la realización de las elecciones
nacionales en julio de 1983.

La movilización se realizó con una gran
asistencia de público. Mas de 100.000 personas
respondieron al llamado de la Multipartidaria. Adhirieron,
además de los cinco partidos del pentágono, todas
las agrupaciones partidarias, excepto la derecha, incluso las
fuerzas de la izquierda socialista y marxista, Partido Comunista
y Partido Obrero. La fuerte represión en al que
terminó esta marcha no amedrentó a los distintos
sectores sociales que clamaban por una salida
democrática.

El gobierno militar aun diseñaba algunas
tácticas, para condicionar el proceso de
salida electoral. Casi nadie prestaba ya atención a sus
maniobras. Para esa época la gran mayoría de la
sociedad se avocaba a las campañas pre-electorales, y de
una u potra forma, todos querían llegar al 30 de octubre,
para terminar definitivamente con la dictadura.

A la carrera de las afirmaciones

De acuerdo al estatuto de los partidos políticos
cada agrupación para obtener su personería a nivel
nacional necesitaba acreditar un mínimo de 35.000 fichas de
afiliación, y haber sido reconocida en 5 distritos
diferentes. Para las informaciones partidarias tradicionales y
mayoritaria(el radicalismo y el peronismo)
alcanzar y sobrepasar esos requisitos parecía tarea
fácil, pero en el caso del resto de los partidos
políticos constituía un desafió a allanar
los pasos reglamentados. Por eso, a partir de fines de 1982, la
mayoría de las agrupaciones se avocó a las tareas
de reclutamiento
y afiliación de simpatizantes, como camino para participar
en plenitud de derechos en la contienda
electoral de octubre de 1983. trabajaban en este sentido partidos
de larga trayectoria, cuyas actividades habían sido
"suspendidas" por el gobierno militar, y una importante cantidad
de nuevas formaciones. Se realizaban actos proselitistas,
apertura de locales partidarios en barrios, campañas
callejeras de afiliación. Se daban a conocer las
plataformas y las ideas rectoras de cada partido. El mundo
político entraba en ebullición, y la mayoría
de la población participaba, de distinta manera, en esas
actividades.

A fin de abril se dieron a conocer las cifras de
afiliación. En el país había 5610520
ciudadanos enrolados en distintos partidos políticos. La
cifra era enorme. Analistas y estudiosos de la política
sostuvieron que se trataba de cantidades record, no solo para el
país, sino también para el marco internacional. En
general el promedio oscilaba entre el 30% de la población
en condiciones. En algunas provincias la cifra, trepaba aun mas:
en Corrientes alcanzaba un 65%, aunque luego se demostró
que había un gran porcentaje de fichas
múltiples (personas fichadas en dos o mas
partidos).

El radicalismo y el justicialismo predominaban netamente
en los guarismos. La UCR denunciaba casi 1500000 fichas y el
peronismo una
cifra cercana a los 2 millones. Sin embargo, la primer
agrupación reconocida por la justicia
electoral fue el MID, que por esta razón recibió el
privilegio de llevar el numero 1 en su boleta
comicial.

Poco a poco fueron obteniendo su legalidad otros
partidos. El partido Intransigente, el Partido Socialista
Democrático, el Partido Socialista Popular, la Democracia
Cristiana, la Democracia Progresista, el Frente de Izquierda
Popular, el Comunismo,
reunieron los requisitos legales. En la franja de las ocupaciones
nuevas aparecían el MAS (movimiento al
Socialismo),
integrado a partir del ilegalizado Partido Socialista de los
Trabajadores (PTS); el Partido Obrero (PO), cuyo antecedente se
encontraba en Política Obrera, también proscripta
en 1976; el partido para la democracia social, formado por
partidarios del almirante Masera, que finalmente no
consiguió personería nacional. Las fuerzas de
derecha se nuclearon en tres variantes principales: el Partido
Federal liderado por Francisco Manrique; La Unión de
Centro Democrático (UCD) dirigida por Álvaro
Alzogaray; y los distintos partidos provinciales, que durante el
periodo del gobierno peronista anterior habían actuado
bajo la sigla FUFEPO, y que habían sido protagonistas del
intento de formación de un partido oficial aliado a las
fuerzas armadas, durante el período de esplendor de la
dictadura.

El 14 de abril la UCD realizo su primer acto, en la
Federación Argentina de Box. Alzogaray proclamó el
mitín: "la UCD ocupará definitivamente su lugar,
jugará su papel en las
próximas elecciones. Pero, sobre todo, en el desastre que
sobrevendrá, si alguno de los partidos presuntamente
mayoritarios llega al gobierno".

El 18 de abril la Democracia Progresista y el Socialismo
Democrático firmaron un acuerdo para presentar listas
comunes en octubre. Señalaban que "la concreción de
la alianza será precedida por una propuesta
política dirigida a todo el país con el
propósito esencial de crear las condiciones de una nueva
alternativa que deja atrás las clásicas opciones
que tanto daño han hecho a la Republica".

A fines de abril se presento públicamente el
Partido Obrero.

Alrededor de tres mil personas escucharon a los
dirigentes de la nueva agrupación. Claudio Cohan, delegado
de la fabrica Volkswagen, se refirió al pacto
militar-sindical denunciado por Raúl Alfonsin: "Hoy,
aunque se busquen con lupa los inicios de un pacto
militar-sindical, nosotros tenemos en la Volkswagen evidencia
clara de ese acuerdo".

El 24 de junio el Partido Intransigente (PI) se
concentró en el Luna Park. Unos 15000 simpatizantes
corearon una consigna: "Alende no se vende", mientras escuchaban
al veterano líder, quien denunciaba los estertores del
poder militar, que "pretende condicionar el proceso
electoral".

El 1º de julio el MAS realizó otro acto,
esta vez en el Luna Park. Asistieron unas 15000 personas. Eduardo
Esposito se dirigió a los presentes: "El MAS dice que la
Argentina no la arreglamos entre todos. Que la Argentina no la
arreglamos unidos al imperialismo,
la oligarquía, los monopolios, los capitalistas y los
generales. A la Argentina la arreglan unidos los trabajadores y
el pueblo, junto a los pueblos de América
Latina.

El partido Comunista demostró su capacidad de
movilización con un acto efectuado en el Parque Rivadavia,
donde se congregaron mas de 30.000 concurrentes.

Así como resultaba evidente la creciente
adhesión de la población a las reuniones
organizadas por distintas agrupaciones, incluso las mas
jóvenes y desconocidas, la mayoría de los
observadores de la realidad política sabían y
aseveraban que el verdadero campo de definición de los
comicios se ubicaba en la contienda entre peronistas y radicales.
Existía una coincidencia respecto que ninguna fuerza
podría emerger para rivalizar ante las dos formaciones
mayoritarias. Esta seguridad solo aparecía cuestionada por
la falta de datos ya que no había habido elecciones por el
lapso de 10 año, y un numero importante de ciudadanos
jóvenes votaría por primera vez. De todos modos la
evaluación de la experiencia
histórica en el terreno de los modos la evaluación
de la experiencia histórica en el terreno de los sufragios
demostraba que los sectores independientes, y aun los
jóvenes, se inclinaban en forma mayoritaria a favor de las
tendencias con posibilidades de triunfo. Y en nuestro
país, a mediados de 1983, pocos eran los que se
atrevían a pronosticar un resultado que no tuviese a la
cabeza a los partidos de Yrigoyen y de Perón.

Las campañas se definen en las
internas.

Así como se sabía que la puja electoral se
concentraría en la rivalidad justicialista y radical se
dirimía en la etapa previa. En efecto, tratándose
de dos agrupaciones masivas que habían cosechado
afiliaciones que superaban las expectativas, alcanzaba gran
importancia saber que sector interno de cada partido
prevalecía.

Era evidente que tanto el Peronismo como el radicalismo
se habían desarrollado orientaciones internas lo
suficientemente diferentes para definir perfiles disímiles
en la campaña electoral. De ahí la influencia
decisiva que tuvo el desenlace de la lucha en el seno de los dos
partidos. Gran parte del éxito electoral se
relacionaría con los métodos
utilizados para zanjar las opciones internas, y de la unidad o
debilidad emergente del proceso de elección de
candidatos.

En el radicalismo convivían dos sectores
principales: Línea Nacional y Renovación y Cambio.
Un tercer sector, el Movimiento de Afirmación Yrigoyenista
(MAY), liderado por el ex senador Luis León,
carecía del peso propio para terciar en la disputa.
Línea Nacional dominaba el aparato partidario. Sus
dirigentes conducían los órganos nacionales y la
mayoría de los distritos. Pero la muerte de
Balbín había asentado un duro golpe a esta
fracción. Carecía de un referente único, y
los distintos lideres aparecían con ambiciones
simétricas para lidiar los cargos electorales. De ellos,
Fernando De La Rua, que encarnaba el proyecto mas
conservador, contaba con las mejores posibilidades. El caudillo0
del radicalismo bonaerense, García Puente, apostaba todo
su poder a esa candidatura. Sin embargo, otros lideres del
balbinismo no estaban tan dispuestos a sellar la
postulación de De La Rua. Uno de ellos, Juan Carlos
Pugliese, presidente del poderoso comité de la provincia
de Buenos Aires, pensaba dist6into. Convencido de la necesidad de
llegar a un acuerdo con el alfonsinismo, evitar la lucha interna,
proponía la constitución de una formula de unidad:
Alfonsin – De La Rúa. Varios dirigentes de
Línea Nacional pensaban en forma similar. Solo el ex
diputado Antonio Tróccoli mantenía una
posición ambigua, que oscilaba entre el compromiso con
Alfonsin y el impulso a la corriente balbinista con candidatos
propios. La oposición de Tróccoli quebró los
intentos de Pugliese. A principios de
junio volvió al país, tras un largo exilio, el ex
senador nacional Hipólito Solari Yrigoyen. Su llegada
coincidió con la largada de la interna partidaria.
Imposibilitando el acuerdo, los radicales, fieles a su
tradición, fueron a los comicios internos.
Renovación y Cambio, que reflejaba una nueva
acumulación militante producida durante la dictadura
(especialmente en el movimiento juvenil y estudiantil), y una
orientación remozada y agresiva, confiaba en lograr
resultados que le permitieran disputar la dirección de la
UCR, y concomitantemente obtener la candidatura de sus dirigente,
Raúl Alfonsin. El 12 de junio hubo elecciones en Chubut y
Formosa, dos provincias, consideradas de menos
significación.

Los guarismos arrojan claras diferencias a favor del
alfonsinismo. Raúl Borrás y Adolfo Gass,
representando a Renovación y Cambio, trataron de lograr un
nuevo acercamiento con los balbinistas. Sus gestiones fueron
infructuosas. De La Rua acentuó su campaña contra
el alfonsinismo. Pugliese convencido que la puja interna no
tenía marcha atrás, y que en esa lucha la
perspectiva mejor para el yrigoyenismo estaba en las huestas
renovadoras, rompió con la Línea Nacional,
constituyendo un nuevo nucleamiento: el balbinismo autentico. La
suerte comenzaba a volcase a favor de Alfonsin.

La intendencia de las primeras internas se
reafirmó ampliamente en las que siguieron. Alfonsin
ganó en la rioja, con el apoyo de los auténticos;
en Misiones, en Neuquen, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Solo en San Luis y el MAY frenó el imparable avance de
Renovación y Cambio. El 10 de julio con los comicios de
Capital
Federal, Córdoba, Santa Fe y Tucumán, Raúl
Alfonsín obtuvo el dominio virtual
del Comité Nacional, y con esa posición la
seguridad de su triunfo y candidatura. En Santa Fe la victoria
fue concluyente.

Alfonsín, triunfador neto, lanzaba una propuesta
de unidad, para contar con la adhesión de todos los
sectores a su candidatura. Este seria uno de los factores de su
victoria de octubre. El 17 de julio se realizaron las elecciones
en Buenos Aires (provincia).

Una vez mas el alfonsinismo logro una superioridad
aplastante. Con estos comicios concluyo de hecho la interna
radical. Pocos días después De La Rúa y
Perete renunciaron sus pre candidaturas explicitando su
intención de allanar el camino de Raúl
Alfonsín. El 30 de julio, la convención nacional
radical proclamo, como era inevitable, la formula
Alfonsín- Martínez.

En un rápido proceso de menos de 45 días
la UCR había dirimido democráticamente sus
diferencias internas, ofrecía una candidatura atractiva
para el electorado, y en un sentido, a partir de la propuesta del
mismo Alfonsín, galvanizaba sus fuerzas para afrontar
unitariamente los comicios nacionales.

Esta era la situación en el radicalismo.
¿Qué ocurría paralelamente en el peronismo?
Si bien el justicialismo había comenzado el mismo
día que el radicalismo sus elecciones internas el
desarrollo de la puja estuvo sembrado de dificultades. El
peronismo, a diferencia del radicalismo, traía del pasado
heridas nunca cicatrizadas.

La experiencia del gobierno del 73 al 786, la gestión
de Isabel, el lopezreguismo, y los enfrentamientos de la
cúpula sindical durante el gobierno militar,
repercutían sobre la realidad interna de 1983.

En la superficie se presentaron a la lucha 2 tendencias:
una corriente que apoyaba a Italo Luder, y otra que
adhería la postulación de Antonio Cafiero. Del lado
del ex presidente provisional se alineaban los sindicalistas
ortodoxos, el sector político que lideraba robledo, y la
derecha partidaria.

Con Cafiero militaban los sindicalistas de los 25 y el
MUSO (Movimiento de Unidad, Solidaridad y
Organización), que nucleaba a la
fracción política antiverticalista. Intransigencia
y Movilización, el grupo que reivindicaba con mayor
insistencia la experiencia de la JP, apoyaba a
Cafiero.

El vicepresidente del justicialismo, Deolindo Bittel,
parecía proclive a un acuerdo con Cafiero. Sin embargo,
con el paso del tiempo se demostraría su independencia
y orientación propia.

Las internas se desarrollaban en un clima tenso.
Reinaba la confusión. Muchos de los congresales electos no
definían a quien apoyarían en el congreso
partidario. Los afiliados votaban pero entregaban un cheque en
blanco a sus elegidos. Para colmo no se esclarecía la
actitud que
asumiría Isabel desde su exilio. Algunos, guardia de
hierro, el
comando de Organización y la Rama Femenina, apostaban
a su candidatura. Otros la descartaban de plano. Pero Isabel,
desde España, no
daba signos de interesarse por la interna, aunque una
mayoría sostenía que se inclinaba por
Luder.

Se sucedieron los comicios. En San Luis gano Cafiero.
Luder, en San Juan. En La Pampa una lista que adhería a la
corriente de Carlos Grosso. Bittel triunfó en el Chaco.
Bercovich Rodríguez triunfó en Córdoba. En
Santa Fe la victoria fue de Luder, pero sus adversarios
provinciales fueron sostenidos por Robledo y Matera.

El 14 de agosto, en Capital Federal, ganó una
lista de unidad, que superó holgadamente a la de Julio
Guillsn.

En la Provincia de Buenos Aires, Herminio Iglesias
obtuvo una mayoría amplia. El tablero peronista aprecia un
mosaico de tendencias dispares, del que se aguardaban
sorpresas.

El 25 de Agosto sesionó el congreso de la
provincia de Buenos Aires. Herminio Iglesias impuso sus planteos,
provocando el retiro de la delegación cafierista que
impugnó la reunión.

El último día de agosto el herminismo
completó su predominio designando los candidatos por el
distrito: Diego Ibáñez (62), Alberto Melón,
Fernando Donaires (CGT-RA), entre otros. Cafiero fue virtualmente
expulsado, y ninguno de los dirigentes de su sector incorporado a
la nomina.

El 4 de Setiembre el Congreso Justicialista, reunido en
la Capital Federal, proclamó la fórmula peronista:
Italo Luder-Deolindo Bittel. A su vez, eligieron la nueva
conducción partidaria; Isabel fue electa presidente,
Lorenzo Miguel, vicepresidente 1º, Y Carlos Juárez,
vice2ª.

El peronismo terminaba su interna un mes después
que el radicalismo. Pero éste no era el problema
fundamental. A diferencia de la UCR, el justicialismo
emergía quebrado, con un importante sector desplazado
virtualmente de las candidaturas, y de la conducción
partidaria. La lucha había acentuado las heridas internas,
y al desorientación cundía en gran parte d elos
mi9litantes peronistas.

La intolerancia política, las prácticas
antidemocráticas serian apagadas, y muy caro, el 30 de
octubre.

Crisis económica y deuda
externa

El fracaso de Malvinas marca la derrota
total del Proceso. La multitud que había aclamado a
Galtieri, ahora exige airadamente su renuncia. Después de
pronunciar un discurso demencial en el que insinúa que la
guerra continuará, Galtieri debe renunciar.

Tras arduas deliberaciones, los comandantes en jefes
designan como Presidente al General Reynaldo Bignone, que
tendrá a su cargo la difícil liquidación del
Proceso.

Mientras tanto la situación económica
tiende a la catástrofe. El nuevo Ministro de

Economía, José M. Dagnino Patore, declara
que se está en estado de emergencia. La inflación
llegará al 209 por ciento ye l salario real cae,
solo en el primer semestre, un 34 por ciento.

La deuda externa
había llegado a sumas siderales, aumentando
vertiginosamente por los intereses que originaba la
mima.

Los a avatares de la economía se pusieron
de manifiesto mas aún en el período de los
ministros de economía Pastore a
Whebe, con algunos compromisos asumidos que pusieron a nuestro
país totalmente imposibilitado de poder avanzar
económica y por ende socialmente.

Las consecuencias de esos actos desprovistos de una
verdadera intención de salvar nuestro país las
estamos pagando aún en nuestros días, donde
cargamos con el peso de una deuda externa
ilegítima, que ha llevado a nuestro país a un
estado de pobreza
inexplicable teniendo en cuenta nuestras riquezas en todo
sentido.

Contrariamente a lo que muchos creen, fue precisamente
en el Gobierno de la dictadura
militar, donde más se ah empobrecido nuestro
país, ya que como lo señalaremos mas adelante se
han utilizado el dinero no
para invertir en producción y trabajo sino para la
especulación de la patria financiera e invertir en obras
faraónicas como Canchas de Fútbol, Avenidas etc.,
etc, para demostrarle al mundo que éramos derechos y
humanos.

El 24 de agosto d e1982 el economista Jorge Whebe
reemplazó a Dagnino Pastore en el Ministerio de
Economía. La crisis que
alejo a Pastore abruptamente había tenido orígenes
políticos: el ministro se había manifestado
partidario de levantar el bloqueo de los fondos
británicos, para poder negociar en mejores condiciones el
pago de la deuda externa nacional en al reunión mundial
del Fondo Monetario
Internacional (FMI) que se
realizaría en Toronto. Las FF AA. No aceptaban la
modificación de la situación de beligerancia con el
Reino Unido, por lo que rechazaron la propuesta de Pastore,
obligándolo a renunciar.

Ciertamente el debate de la
deuda externa alcanzaba proporciones notorias. Vinculaba dos
temas: el endeudamiento creciente constituía un "espada de
Damocles" contra la economía nacional, provocando el
drenaje de importantes recursos, las
negociaciones de las obligaciones
externas era el terreno elegido por Estados Unidos y Gran
Bretaña para presionar sobre la Argentina para
que

Declarara el cese de hostilidades, a cambio de una
reconsideración de las condiciones de pago de la deuda, a
través del FMI.

Con este panorama el ministro Whebe viajó hacia
el Canadá. Allí insistió con la propuesta de
su

antecesor: levantamiento de las sanciones a Gran
Bretaña, obteniendo como compensación créditos y el refinanciamiento. El FMI se
mostró proclive a conceder un préstamo stand-by (
un crédito
con condicionamientos) de 1.200 millones de dólares. Por
el momento el gobierno nacional desautorizó las gestiones
de Whebe. Pero a principios de
l983 el organismo internacional aprobó un crédito
de 2.200 millones de dólares para que al Argentina pudiera
afrontar y regularizar sus pagos externos.

La firma del acuerdo con el FMI implicó la
anuencia argentina para la puesta en práctica de un plan
de austeridad para la economía nacional: reducción
de los gastos
públicos, devaluación del peso, paralización
de las obras públicas, control de la
política salarial, impidiendo el alza de los
sueldos.

Domingo Caballo Presidente del Banco Central,
lanzó una propuesta para afrontar la deuda externa.
Sostuvo que, primero el país debía colocarse en
condiciones productivas, y luego, comprometer a toda la
dirigencia política en al renegociación de las
obligaciones.

Para Caballo el gobierno militar no debía asumir
individualmente esa decisión, por cuanto las consecuencias
de los acuerdos repercutirían sobre el futuro
económico de la canción , y en ese sentido, era
necesario recoger coincidencias y comprometer responsabilidades
de otros sectores.

El debate
siguió abierto. La inusitada cifrad e casi 50.000 millones
de dólares que nuestro país debía al
extranjero se convertirían en factor relevante de la
herencia
entregada por la dictadura
militar.

En los primeros días de abril de l983 nuestro
país fue anfitrión de un encuentro internacional
para el tratamiento de la deuda Externa. En los salones del
teatro San Martin
se reunieron los "77", o sea, el grupo de naciones acuciadas por
sus obligaciones de pago de intereses y capital por créditos obtenidos en entidades financieras
de los países industrializados. El Presidente Bignone,
abrió al sesión con un llamado a la Unidad de los
países afectados y un pedido de receptividad al tema por
parte de los acreedores"Este problema no es un problema
unilateral de los deudores sino también d de los
acreedores".Dijo.

Al concluir el cónclave se firmó un
documento en el que se denunciaba el problema común del
elevado endeudamiento externo y se alertaba sobre al actitud
desfavorable de los países del Tercer Mundo, del que la
Argentina se consideraba parte, desde las naciones mas
avanzadas.

La actitud asumida por el máximo gobernante
nacional en los foros mundiales despertó distintos
comentarios.

En primer lugar llamaba la atención que la
Argentina hubiera decidido su embocamiento con el

sector de naciones del Tercer Mundo

Esto constituía un viraje notorio con respecto al
alineamiento desplegado desde el 24 de marzo de 1976 de alianza
sumisa hacia los Estados Unidos.

Pero mas significativamente, la toma de posición
del gobierno argentino sobre la deuda externa demostraba
ostensiblemente el grado de deterioro de la economía
nacional después de 7 años de Proceso, una de cuyas
facetas residía en haber multiplicado el monto del
endeudamiento externo .

La promoción de un movimiento internacional
para unificar la posición de los países deudores
comenzó a tomar vuelo. Se habló de la
formación de un "club de deudores"

A pesar de declaraciones y trascendidos a favor de esa
iniciativa la idea no se materializó. En parte porque el
conglomerado de naciones con obligaciones exteriores cuantiosas
constituía un con junto heterogéneo en el que se
encontraba desde algunas naciones con regímenes
socialistas, hasta la dictadura argentina, pasando por su par de
Brasil.

En este último caso surgía una diferencia
evidente con la experiencia argentina. Mientras en Brasil, que
presentaba una deuda que triplicaba a la argentina, gran parte de
los capitales habían sido utilizados para inversiones
productivas, e incluso para el impulso a monumentales obras
públicas, en nuestro m país los créditos
habían redundado en al especulación financiera,
produciendo el enriquecimiento de una pequeña
porción de la población: los acaudalados banqueros
integrantes de la "patria financiera".

Las Organizaciones de
Derechos
Humanos ganan la calle

A fines de septiembre de1982, la Junta Militar
había difundido un documento en el que se asumía,
en parte la responsabilidad por las violaciones a los derechos
humanos, aunque sin reconocerlas explícitamente: "Todas
las operaciones liberadas contra las bandas terroristas fueron
ejecutadas conforme a planes aprobados y supervisados por los
mandos orgánicos de las FF AA".

Se hablaba de la elaboración de un documento, por
el cual los militares darían su explicación final
sobre los sucesos de la lucha contra la guerrilla, y sobre las
denuncias de secuestros, torturas y asesinatos que hacían
las entidades de derechos humanos.

Para la cúpula del poder militar el dilema se
había planteado de una manera no aguardada: pensaban que
la impunidad con que habrían obrado en el pasado
garantizaría el resguardo de quienes participaron
activamente en la represión.

Ahora, que al derrota de las Malvinas había
producido la bancarrota del régimen militar, las
garantía ya no aparecían tan confiables, y muchos
en el seno de las FF AA. Comenzaban a considerar la posibilidad
de juzgamientos ante el advenimiento de un gobierno
constitucional.

Para evitar esa alternativa el gobierno de Bignone
trazó dos rumbos: en primer lugar dar una versión
oficial de esos hechos, "con carácter
de punto final", en segundo término colocar al tema de las
violaciones a los derechos humanos como condicionamiento para la
salida electoral yd el futuro gobierno.

Las entidades defensoras de los derechos humanos
intensificaron su actividad.

Las nuevas condiciones políticas
favorecían su accionar.

Las Madres de Plaza de mayo y los familiares de
detenidos-desaparecidos realizaban campañas
públicas, participaban en los actos partidarios, haciendo
escuchar su reclamo, publicaban solicitadas en los diarios, con
la firma de importantes figuras nacionales y mundiales, en las
que exigían la aparición con vida de los
desaparecidos , el juicio y castigo a los culpables del terrorismo de
Estado".

El 5 de octubre se realizó la "MARCHA POR LA
VIDA", que a pesar de la prohibición oficial,
congregó a mas de 10.000 manifestantes que recorrieron
calles del centro de Buenos Aires, demandando una respuesta al
reclamo por los desparecidos. La movilización causó
un gran impacto. Era la primera vez que se concretaba una
acción masiva por los Derechos Humanos que sacudía
el silencio que los militares querían imponer.

El 9 de octubre se confirmó la muerte del
publicista Marcelo Dupont. Este hecho provocó una gran
reacción, por cuanto el ex-integrante de la Junta Militar,
Emilio Massera, aparecía involucrado ene l hecho. El
hermano del asesinado acusó al almirante, ex – hombre fuerte
del proceso.

A principio de noviembre varios gobiernos europeos
reclamaron por al vida de personas nacidas u oriundas de
países del viejo Continente. La cancillería
italiana pidió por 321 desaparecidos de ese origen. Otro
tanto hicieron los gobiernos de Alemania,
Suecia y Francia.

Entre el 9 y el 10 de diciembre las Madres de Plaza de
mayo organizaron al 2da Marcha de la Resistencia. Se
trataba de una singular expresión de movilización:
durante un día completo las madres caminarían en la
Plaza de mayo para reclamar por los desaparecidos. La Marcha fue
prohibida. Sin embargo, las Madres al no poder entrar a la Plaza
comenzaron su ronda en al Avenida de mayo , ocupando las cuadras
que van desde la calle Bolívar hasta Cachaducho. La ciudad
de conmovió. Miles de personas participaron
espontáneamente, venciendo las amenazas de
represión. Al finalizar el acto se transformó en
una gran concentración de masas: mas de 20.000 personas
marcharon por al Avenida de Plaza de mayo hasta la Plaza de los
dos Congresos.

"Los Efectos Del Horror: De La Supervivencia Hacia
Una Subsistencia En Sombras"

Partamos de pensar con Freud la estética del encuentro en "Lo siniestro";
"Todo lo que debiendo permanecer oculto, secreto, no obstante se
ha manifestado". "Velar lo divino, rodearlo de cierto
misterio…". Entonces y si Dios es Inccte., aquello que de la
genealogía permanece en secreto, tan oculto que no tiene
nombre, funciona como una promesa cumpliéndose ante la
pura percepción: la muerte que la vida adeuda.
Esto es lo que en la guerra se manifiesta, aparece y
súbitamente enfrenta al sujeto, o aún peor, lo que
se muestra desenfadadamente en los cadáveres de los
semejantes o sus pedazos diseminados sembrando horror en el campo
de batalla. Estos serán los contenidos de las pesadillas
del ex-combatiente, retorno al mismo lugar y retorno de los
compañeros muertos; repetición compulsiva donde la
Pulsión de Muerte se presenta con toda su fuerza de
atracción.

Otra de las escenas enfrentó al soldado a la
"duda acerca de que la figura que se le presenta, sea una persona
o un autómata", al respecto definen a los gurkas como
autómatas, ya que a -10º avanzaban en musculosa,
cantando con sus walkman puestos, y tanto pasaban degollando como
saltando a los pozos de zorro, granada en mano.

La muerte produciéndose a la vista en unos y
otros, hace a su "clasificación" en los momentos de mayor
confusión: los hostiles y temidos por un lado… a su lado
los amados e idealizados. Aparición del doble en tanto
"ese prójimo asegurador de la supervivencia se convierte
en un siniestro mensajero de la muerte", y, desde allí
tratará al sujeto como un objeto que deberá ser su
perfecto reflejo y seguidor bajo su sombra. De todos los muertos,
los propios son los que se llevarán el merecimiento
heroico. Aquí nos dirigimos hacia algo que toma valor de
holofrase: "héroes caídos", los que se llevan los
homenajes, la totalidad de las hazañas, y el
reconocimiento, tanto de la fraternidad del Centro de Ex-Soldados
Combatientes, como del resto de la comunidad, y
así el 2 de abril, tomará más que de la
Gesta por la soberanía, el significado de "memoria de los
caídos"; se vuelve difícil invitarlos a
resignificar esa fecha como una celebración por haber
sobrevivido, protagonizado la Gesta heroica, y, poder contarlo.
Si se convierte a los compañeros caídos en dioses,
negarse al heroicismo, es a la vez honrarlos y ampararse de su
envidia.

Cuando un ex-combatiente se aísla, se mantiene en
silencio y soledad, podemos pensar que camina al encuentro con
sus muertos, como también que está
sometiéndose a un ritual de purificación por
haberlos dejado en el abrazo de la tierra
sagrada. El aislamiento en que incurrieron todos los
ex-combatientes a la vuelta a sus casas, no se distancia
demasiado de los rituales de purificación tribales que se
imponen a los miembros que han estado en contacto con los
muertos; al igual que el salvaje, el soldado experimentará
hacia los caídos, profundos sentimientos de ambivalencia;
los deificará y honrará y no dejará de
cargar la "culpa del sobreviviente", que en sus autorreproches
mostrará en todas las formas del pecado: "de pensamiento,
palabra, obra u omisión", fórmula bajo la cual se
hace inevitable sentirse asesino.

Comenta alguien del grupo de RAP: "¿Por
qué yo?, ¿ Por qué volví yo?"; "No
quería que mi familia se alegara porque yo había
vuelto."; este tipo de cuestionamientos, oponiéndose a
celebrar la sobrevida, la plantean como una ventaja no merecida,
apuntando en una segunda vuelta a responsabilizar al Azar (con
mayúscula en tanto Gran Otro), tanto por la vida como por
la muerte, maniobrando así un desvío posible de la
culpa al asentar la negativa a reconocerse allí, salvando
su vida por estar fuertemente apegado a ella; se hace impensable,
anteponer el deseo de vivir del sujeto a la cuestión
azarosa.

La sola mención por parte del analista de la
posible intervención de un deseo de vivir subjetivo
operando contra la suerte, los desconcierta y /o hasta enfurece,
ya que dicha operación es vivida como hecha "contra" la
suerte del otro; así es como en la medida que los
recuerdos traumáticos aparezcan, la Pulsión de Vida
perderá su fuerza de empuje en medio de una vida gris y
pesarosa, que "ningún difunto podría envidiar"; los
muertos seguirán siendo los privilegiados, nada
deberán tener en falta, menos aún la "vida de
regalo" que el sobreviviente se negará a disfrutar
sistemática y ceremonialmente.

Allí donde "lo heroico" no puede Despegarse de la
segunda muerte pierde su valor
significante, simbólico y, dejando de circular entre los
vivos funciona como un siniestro y fascinante polo de
atracción. Donde debiera ser un rasgo significante de la
instancia del Ideal del Yo, adquirido de hecho por el sujeto, se
convierte en lo que de lo no simbolizado ha sido sustraído
al Yo ideal por los compañeros caídos; ellos moran
en el sagrado vientre de la Madre Tierra, y, han obtenido este
privilegio bañándola con su sangre; fantasía
plena si las hay de poseer a la madre de pleno derecho, en un
más allá del costo mortal que
se ha pagado por ello. Podemos comenzar a suponer el fantasma que
presidió la voluntad de ir a la guerra en aquellos que
teniendo la oportunidad de quedarse en el continente la
desaprovecharon, y, que en tanto frustrada, los sigue invitando,
ya sea en sueños como en la vida despierta, a volver al
frente de guerra y/o a volver a las islas; de algún modo
ellos han escatimado la condena de Edipo, y estar dispuestos a ya
no escamoteabla, de aquí que lo siniestro en estos sujetos
operará con mayor tenacidad.

El encuentro con das Ding facilita la vía de
acceso a la ilusión de inmortalidad; el magnetismo que
ejerce esa zona iluminada de un más allá de la
muerte, habitada por esos héroes hermanos, viejos amigos
de la adolescencia,
esos que se ganaron el premio simbólico de "muertos por la
patria", y que allí se hallan ubicables, hará
necesario ir a confirmarles que ellos son el oro, en tanto de
este lado de la "vida de regalo" sólo hay barro. Se
hará necesario también que los muertos no se
arrepientan de estar muertos, honrándolos se expía
la culpa en un gris sobrevivir, despreciando la vida se opera un
rito funerario que se eterniza. A este lugar de absoluta
anhedonia, a este tiempo Otro absoluto e inmóvil,
será convocada la Madre, más mujer que nunca, para
rendirle homenaje, en un acto de Fe y fidelidad.

La fuerza de atracción que ejercerán
aquellos cadáveres será siempre superior a la
conexión con esta vida descolorida, desprendida de
sentido; "lo Real se ha tornado Simbólico, el lazo de lo
Imaginario se ha desprendido", entonces esos cadáveres se
recubren del goce fálico, hacia el que la vida se encamina
a recuperar en un Más allá de la muerte, mientras
el cuerpo ha sido tomado por el goce del Otro.

Para ilustrar juguemos con nuestros conocidos redondeles
de cuerda, recordemos el anudamiento que hace a la constitución subjetiva, y luego veamos lo
que el encuentro operó en ella.

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Nota: La letra griega Fi (Goce fálico) fue
reemplazada por ej en la intersección inferior de los
círculos de Euler

Podemos caer en cuenta que la guerra operó en el
sujeto un desanudamiento de los registros, y
pensar que lo que se desanuda es el registro
Imaginario:

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Para clarificar este desanudamiento del registro
Imaginario, recorramos lo articulado en otros capítulos:
la pura imagen del horror
es pornográfica por desenmarcada, "el espejo no es
infinito, el espejo tiene límites",
aquí está a la vista lo que debiera haber quedado
por fuera del espejo, la continuidad de las escenas horrorosas en
la guerra es ilimitada; ante el hambre el Otro responde con
objetos por fuera de la cultura, lo
crudo y lo cocido se vuelven indiferentes; cuenta un
ex-combatiente: "Al otro día iba a morir, así que
me comí a cucharadas 1 kilo de leche en
polvo"; el cuerpo fragmentado, más bien despedazado, es lo
que del otro se ofrece a la mirada, mientras el cuerpo propio
consiste en una unidad cerrada, des-erotizadas todas sus funciones,
suspendidos los diques de la vergüenza el pudor o el asco,
el cuerpo es "una bolsa que late aún", y, con el que hay
que cargar; en su libro, cuenta
un excombatiente, su encuentro con la comida durante la
rendición: "Había que cuidarla con uñas y
dientes, y mientras defecaba, para no perder el tiempo,
comía simultáneamente; mis compañeros
hacían lo mismo".

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Detengámonos en el desprendimiento de lo
Imaginario y lo que este "cuerpo total" arrastra consigo: una
mirada fascinada entre los cuerpos que estallan, una voz
desencarnada, que no se desprende de ningún sujeto, que
entre el ronroneo del fuego, disipan los gritos desgarrando el
aire; un cuerpo que está vivo por decreto, "verdad de oro"
divina que lo goza, y, una muerte que cobra puro sentido, en
tanto "atravesada y atravesándolo".

El momento eterno de la supervivencia en el frente,
recorta a este cuerpo "hecho bolsa", y, en el mismo acto, tanto
de la vida como de la muerte.

Vayamos ahora a "la muerte embolsando la vida"; donde la
vida y la muerte se juegan en un entrecruzamiento que no toca el
cuerpo, es que la inmortalidad se hace un destino
cierto.

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No es difícil pensar que en tanto no están
incorporadas, de vida o muerte serán todos los asuntos
para el ex-combatiente, aún los más nimios o
cotidianos. Esta subsistencia a "blanco o negro", da un gris
en-ser que expulsa de sí el color y el
brillo.

Un goce Otro se encima a la vida del sujeto,
decretándola por capricho, es la vida de la que por
indiferente, el sujeto no puede apropiarse en su latir, la que ya
fue sacrificada al Otro, vida que recuperará sólo
junto a su heroicísmo y mortalidad.

Un sentido que no se escapa sino que se encima a la
muerte, en una plena ecuación que da por resultado la
inmortalidad; la vivencia del horror ha hecho que se presente al
sujeto lo sin representación. lo que de lo
Simbólico debería circular por fuera de la CIA.,
impacta de lleno en el campo de la percepción, y, en lugar de quedar la muerte
por fuera, es la Ccia. misma la que queda por fuera del campo del
sujeto. El sentido que de la muerte deberá escaparse es el
de haber sido sobrevivida, ya que en esta superposición,
el sujeto hace anclaje en una inmortalidad posible.

Finalmente, cómo entender el goce fálico
encimándose al objeto a, sino en la línea
del Yo como objeto y de la identificación al semejante,
pero del otro lado del espejo, del lado de las sombras,
allí, donde en la oscuridad los cadáveres brillan.
Nada más apropiado para constatar con Freud, en "Duelo
y Melancolía": "La sombra del objeto cayó
así sobre el Yo".

En la vertiente yo-otro encontramos congelándose
en "héroes caídos", como otra "verdad de oro";
verdad que sólo podrá ser recortada por
algún saber acerca del propio heroicismo del sujeto y de
una Pulsión de Vida triunfante, o lo que es peor, tal
corro el mismo Freud nos señala al final del
artículo: "El Yo puede gozar quizá de la
satisfacción de reconocerse como el mejor de los dos, como
superior al objeto" , refiriéndose a la salida por el
trabajo de duelo.

Reflexionemos ahora acerca de estas "sobrevidas
roídas por la muerte", y, donde la dirección de la
cura apuntará a conducir al ex-combatiente a salir de la
sobrevida, en tanto que no es "sobre" ella sino apenas "en" ella
y por un tiempo limitado, por donde se transita, y salir
también de la subsistencia, para descolocar al sujeto de
debajo de la muerte y hacerla existir finalmente.

Despleguemos un poco más la realidad
sombría que habitan.

La compacidad de "héroes caídos" se cruza
en el camino, eso anda mal y mal acaba, es justamente al no
terminar de caer que brillan en la eternidad, en esa eternidad el
sujeto se fascina y se hace reflejo, pero su cuerpo opaco no
puede reflejar el brillo, sólo acoger la sombra de esos
seres y su caída infinita.

Demos un paso atrás en la historia, y, recordemos
a estos chicos que antes de caer en una subsistencia instintiva,
llegan a Malvinas llenos de sueños heroicos, momento de
esplendor que la tragedia desatada sepultará entre la
insignificancia y la indiferencia, lo que no deja de mentar el
paso por el entre-dos-muertes, donde la falta en la cadena se
obtura con este cuerpo, resto del sujeto, que se adelanta a su
fin, e invitemos a los ex-combatientes a reconocer como propio
este recorrido anterior, para que desandando aquél camino
cortado, lo retomen una y otra vez, hasta que hecha la huella,
puedan advertidos detenerse ante la boca de la sepultura y
descreer la promesa de heroica inmortalidad con la que das Ding
los provoca a ocuparla.

Este sujeto entrampado en falsas promesas de abrazos
eternos está condenado al hastío. No queda en el
mundo, en su Umwelt deslucido, otro espacio y otro tiempo que no
sean los del tedio, del que será objeto ese vacío
provocador.

Veamos, sólo vuelve de la guerra quien se
habitúa a sobrevivir, la supervivencia es en sí un
eterno-presente, un tiempo en manos del Otro y una promesa de
inmortalidad; en este no ser para todos, el prójimo que no
sobreviva se convertirá en el semejante, que acaparando
para sí la completud, dejará al sujeto sin la parte
que le corresponde de esa gesta heroica.

Un grupo en supervivencia comparte todo, desde los
objetos de la necesidad hasta la ilusión de inmortalidad,
en lo compacto de un nosotros donde nos salvaremos "yoylosotros",
la decepción aparece cuando alguno de esos otros cae
trágica y heroicamente en mi lugar; recordemos la pregunta
de aquel ex-combatiente:"¿Por qué yo?, ¿Por
qué volví yo?", pregunta que será respondida
en el acto de incorporar la culpa trágica que sobreviene
al sospechar que en realidad era "yo o el otro"; que sólo
puede salvarse uno mismo será el saber acerca del que el
sujeto no querrá saber nada.

Cabe destacar que quien plantea esa pregunta, es alguien
que tomado prisionero, fue destinado a juntar los
cadáveres y/o sus pedazos y cavar fosas comunes para su
depósito. Con qué recubrir ese horror sino con la
cesión de su parte heroica y su propia vida despedazada, a
modo del fino polvo con que Antígona cubriría a su
hermano. Utilizará el sujeto el brillo de su mundo para
cubrir a sus muertos, y, en el mismo acto, del héroe
sólo cargará con la culpa
trágica.

Necesariamente surgirá la ambivalencia, pero de
ella tampoco querrá nada saber. El tedio en su forma
melancólica, será una eternización de este
dolor, que se ofrecerá en tanto tiempo del rito funerario
que no pudo desplegarse. "El sujeto permanecerá a partir
de allí como un objeto muerto…, se inviste la ausencia
como ausencia de esperanza y, el tiempo potencial se cambia en
tiempo muerto" 9.

Lleno por este objeto perdido, el sujeto seguirá
solo subsistiendo en su mundo gris, y, siempre al borde del
suicidio. Si
ese objeto se aloja en el Super Yo con toda su heroicidad,
reclamará la parte de vida que le fue robada, así
el sujeto se identificará con el cadáver, y,
reacción terapéutica negativa de por medio, se
sumirá en un letargo agónico que sustituirá
el suicidio.

Pensar la vía de la melancolía es pensar
con Freud la situación de estos ex-combatientes, pensemos
que así como en su mayoría no optaron por ser
combatientes, tampoco optaron por dejar de serlo, fueron
combatientes bajo orden y ex-combatientes en el mismo registro.
De ida y de vuelta se pierden "la bolsa y la vida", en tanto el
honor será reservado a los otros, los caídos, que a
diferencia de la marginación a la que ellos serán
condenados, la sociedad guardará en su memoria en tanto
los verdaderos héroes de la gesta de Malvinas, el
"héroe caído" finalmente tendrá la
posibilidad de hallar su lugar en el Otro de la cultura.
Entenderemos aquí los caídos en tanto poseedores de
ese mérito que le falta al Yo del ex-combatiente para
alcanzar su ideal, el sujeto con su tristeza pagará
tributo a sus heroicos compañeros abatidos. El semejante
se ha quedado nuevamente con toda la gloria.

Capturados por sus muertos se colocan en un más
acá de una vida que hay que agotar rápidamente, ya
que aparece como un largo y tedioso preludio del fin. La ausencia
de color, este
transcurrir entre los grises, no será sino un luto eterno
que llevarán, y, la más mínima iridiscencia
será vista como un pecado, deslucida inmediatamente por
conformar una afrenta a estos inseparables compañeros del
alma.

Así la inhibición del placer
recubrirá la emergencia de la angustia, pero lo
hará muy mal y el sujeto deberá alojarse entre el
tedio y la desazón. donde el sujeto se deshace entre sus
deshechos idealizados y una sola sensación lo invade: la
agonía, que sólo interrumpe la huida en la
hiperomnia, el aislamiento, las drogas, el
alcohol, y,
todo hedonismo artificial agregado que lo arroje fuera del
escenario donde actúan los vivos. De allí
intentará también exhilarse abandonando el espacio
terapéutico. Coqueteando con la muerte, permanece vivo a
plena responsabilidad del Azar. Siempre deteniéndose a
mitad de camino en su atopía, intentará hallar la
paz, armonía, respeto y
quietud, con que la guerra debería haberlo
"premiado".

El abandono terapéutico operará tanto en
un sólo acto, como en las reiteradas ausencias, que
provocando el tedio del analista – y doy fe que es la mayor de
las batallas a librar-, intentarán tanto agotar su deseo,
como patear para más adelante el progreso de la cura, en
pos de la eternidad de su tiempo. Diferir es aquí otro de
los modos del hastío, y, en este campo agotarán las
maniobras.

Para recuperar su brillo, es necesario que el sujeto en
tanto protagonista de una guerra, se identifique al héroe
que él mismo fue, para que los muertos puedan enterrar a
sus muertos, para que su vida se vuelva vivible y perdible, tanto
como lo fueron sus hazañas heroicas. Sin verse
héroe no podrá dejar de serlo en este fuera de
tiempo y fuera terreno de entre-las-dos-muertes,
encaminándose al encuentro con su hermano, donde su propia
vida se convierte, toda ella, en un rito funerario.

Cuando la repetición tome finalmente valor Sgte.,
su misma iteración subjetivizada como condición de
vida, podrá diferenciarse constantemente del héroe
que fue, sea para vestir sus ropajes de gala, o para olvidarse de
ello quitando en el mismo acto, el carácter
trágico a su vida. Procesar el duelo desembocará en
la posibilidad de asumir la propia heroicidad, para que
ésta sea un rasgo agregable al Ideal del Yo, pudiendo
permitirse a cuenta de su deseo de vivir, superar a sus
compañeros caídos.

Allí honrar, será poder hablar de los
muertos; al respecto, cuenta un ex-combatiente que a su regreso,
cruza a los padres de un compañero muerto, y, cuando le
preguntan por él, dice: "Viene ahí atrás",
él no sabía que no mentía, el otro
sería su sombra a partir de allí.

A la hora de definir al sujeto como "lo que un Sgte.
significa para otro Sgte.", habrá que nombrarlos "testigos
heroicos". Veamos como: el trabajo de volver Sgte. la palabra
"héroe", será uno de los hilos de sutura de los que
se servirá el analista, en su intento de cerrar un poco
más ese entramado demasiado abierto, por donde amenaza
escabullirse el sujeto, precipitándose a un nuevo
encuentro, y, en está vía no estará de
más escribir algo en su honor.

Poco a poco habrá que arrancarlos del "Auto da
Fe" en el que se consumen, para invitarlos a testimoniar en un
"acto de fe", validado por su protagonismo histórico, a
narrarnos la versión no oficial sin arriesgar su vida en
ello; esto no será sino asumiendo aquello que no quisieron
ver ni oir, serás testigos vivos de la guerra convocados a
ser tutores de una verdad histórica, y, de ella decir su
verdad, para apropiarse y, en vida, del heroicismo que les
corresponde. Entonces, haber atravesado el horror de la guerra y
salir de allí con vida, deberá ser una
hazaña mayor que haber muerto por la patria.

Será el camino entonces de construir un Sgte.
nuevo: "testigo heroico", que pueda por oposición
descongelar al "héroe caído", y, superarlo en un
significar el tiempo de vida, como una sucesión de
batallas que se le ganan a la muerte, a pesar de ser
"ex-combatientes", dejando sólo de ser soldados, la senda
por donde la sutura será posible.

A continuación transcribo una investigación periodística realizada
por Miguel Bonasso

Desde el fin de la Guerra de Malvinas se quitaron la
vida 269 veteranos

Una historia marcada por el suicidio

Murieron después de la última batalla casi
tantos como en combate, y casi el mismo número de los
muertos por el hundimiento del "Belgrano".
Por Miguel Bonasso

En su pieza Ha llegado un inspector, el dramaturgo
inglés John B. Priestley encarna dramáticamente una
tesis
incuestionable: el suicidio no es un mero acto individual, es una
acusación contra "los otros", el recordatorio de que la
sociedad ha perpetrado con alguno de sus hijos el peor de los
crímenes, que es el del olvido. Esa tesis se
potencia con el
número: desde la derrota en Malvinas se han suicidado 269
veteranos de guerra. Poco menos que los 326 jóvenes
compatriotas que murieron en combate. Casi el mismo número
de víctimas que produjo el hundimiento del "Belgrano". Una
tragedia colectiva que debería sacudir la conciencia de
los argentinos.
Si llegara a estas tierras un inspector como el de la obra de
Priestley no necesitaría de muchas indagaciones para
diagnosticar una grave patología social. Se trata de una
gigantesca culpa colectiva.
Hace ya 17 años, durante una entrevista que
este cronista realizó en México, el
ex soldado Miguel Ángel Trinidad tenía entonces 22
años, y el reportaje fue un diálogo
entre dos generaciones mutiladas.
Trinidad, que entonces era secretario general del Centro de Ex
Soldados Combatientes en Malvinas, relató su peripecia
guerrera con minuciosidad, dramatismo y no poco sentido del
humor. Con la madurez del que nació despierto y,
además, ha crecido de golpe. Con el paso de los
años muchos otros testimonios, entre los que sobresale el
del colega y amigo Edgardo Esteban, dejaron ese nudo de amargura
que en la narración de Trinidad marcaba un hito decisivo
en la parábola del veterano: la feroz desilusión
del "regreso a la Patria".
Vale la pena –tantos años después–
recordar un tramo de aquel relato tan cercano a los días
del conflicto:
– "Sin pretender hacerme el trágico y aunque no me lo
creas, para algunos fue más jodida la posguerra que la
guerra. Porque en la guerra, aún con el temor de perder la
vida (que es lo peor que te puede ocurrir) al menos con los
sentimientos (que es lo único que puede sobrepasar al
instinto de supervivencia), uno sentía que, mal o bien,
estaba haciendo algo. Cuando regresamos nos encontramos con una
confusión total en Argentina; con una suerte de querer
todo el mundo quitarle pedazos al cadáver. (El
cadáver era el país). Y en ese momento todo
pretexto servía".
– "A nosotros nos resultó doloroso comprobar, cuando
todavía estábamos en las islas, un día antes
de la rendición, que todo el mundo estaba pendiente en
Buenos Aires del Mundial de Fútbol que se estaba jugando
en España. La Capital Federal vivió la guerra de
manera muy distinta a como la vivió, por ejemplo, el sur
del país. No por culpa del pueblo, sino de los que
mandaban; de los que manipulaban los medios de
comunicación, en suma: del gobierno militar.
– "A la guerra se la confundió con un partido de
fútbol entre Argentina e Inglaterra. Por eso te digo que
me vino bien no encontrarme enseguida en la calle". (Trinidad,
como otros jóvenes soldados fue retenido durante varios
días en un cuartel de la guarnición de Campo de
Mayo. Allí fueron interrogados por oficiales de la
inteligencia
militar y se les advirtió que no comentaran nada de lo que
habían visto durante la guerra. Un capitán
llegó más lejos e inauguró la famosa
"desmalvinización" que alcanzaría su apogeo en la
democracia con una orden disfrazada de consejo: "Ahora vayan a
casa y olvídense de Malvinas").
– "Cuando yo salgo a la calle, por el apuro, salgo de uniforme,
vestido de verde. Yo no esperaba que nadie dijera nada…yo
digo…la ciudad era igual. La gente, algunos me miraban como un
bicho raro. Y yo parecía un indio, porque miraba los
edificios como si los viera por primera vez. Los de mi barrio, te
digo. Y sentí tanta indiferencia en la gente. No hacia mi;
yo no quería que me vinieran a mi. Yo esperaba ver otras
caras. ¡Bueno, se perdió una guerra! Esperaba ver a
la gente cabizbaja. No. Como si nada hubiera pasado".
– "Llego al edificio de departamentos donde vivía. Llego y
en la puerta estaba el portero -con el que me había
peleado antes de Malvinas- y estaba con un vecino. Y el vecino,
que sabía que había estado en la guerra, ni me
saludó. Y
yo, claro, no lo saludé. Recién
sentí el calor de
la familia
cuando mi madre abrió la puerta…".
– "Si eso me hubiera pasado apenas bajaba del avión…no
sé lo que les hacía. Porque no hubiera soportado
ver a la gente así, en su rutina de siempre, cuando
habían muerto tantos…"
Pasaron los años, los ex combatientes se dividieron en
varios centros (según su cercanía o lejanía
respecto de las Fuerzas Armadas), y a la indiferencia de los
vecinos en los primeros días se sumó la incuria
oficial para resolver sus problemas
concretos.
Su causa, legítima, quedó relegada incluso para
muchas organizaciones
sociales y políticas que luchaban contra el statu quo,
porque se los suponía "fachos" y "cercanos a los
milicos".
Hoy muchos de ellos, especialmente los que se han dado cita en la
Plaza de Mayo, reivindican su pertenencia al campo popular, su
enfrentamiento visceral con cualquier aventura golpista o
represiva y su crítica a un gobierno al que ven
arrodillado frente a Gran Bretaña y Estados Unidos.
Pero todos los veteranos merecen que una sociedad, que
empezó a despertar el 20 de diciembre, los rescate esta
tarde de las aguas del olvido.

Instalación de una base aérea
permanente en la Isla de Ascensión:
Para garantizar el puente aéreo entre el reino Unido y las
Islas
Malvinas. El elevado costo de la obra,
según los geólogos, seria un verdadero derroche, si
se tiene en cuenta que hay en dicha isla un volcán en
actividad con una historia de peligrosas erupciones, según
lo destaco a fines de mayo de 1984, el
periódico ingles "The Sunday
Times"

Nuevo aeropuerto en las Malvinas:
A poco de terminada la guerra con la Argentina, las
autoridades inglesas proyectaron la construcción de un nuevo aeropuerto, como
punto de partida de un enclave militar estratégico de
considerables proporciones. Se halla emplazado en las
cercanías (50 Km.) de Puerto Argentino (Stanley para los
ingleses) y su construcción demando una inversión cercana a 400 millones de
dólares.

La nueva pista de
aterrizaje tiene 2.100 metros de largo y permite operar grandes
aviones, incluso los Jumbo 747 y los Tristar. Los autores del
proyecto
afirmaron que el aeropuerto permitirá reducir las horas de
vuelo desde Gran Bretaña hasta las Malvinas de 35 a
18.

La inauguración de las
obras tuvo lugar a fines de 1985.

El gobierno argentino -por intermedio de su canciller-
acuso a Gran Bretaña de "agresión contra el
país, contra América
Latina y contra la paz", al comentar la inauguración de la
monumental obra.

Al día
siguiente de la inauguración de la obra, el gobierno
argentino decidió concurrir a la OEA
solicitando una reunión especial del Consejo Permanente
para considerar ante los representantes de los países
latinoamericanos la gravedad que implica el establecimiento de
una fortaleza en el Cono Sur, como el apéndice de la OTAN,
con el consiguiente riesgo para la paz y la seguridad del
continente americano.

El Consejo
permanente, careciendo de facultades para intervenir en este tipo
de episodios, se limitó a tomar nota de la denuncia y
recibirla con preocupación.

Apoyo de la OEA a la
posición argentina sobre el conflicto por las
Malvinas

La Argentina logro, en diciembre de 1985, al
finalizar la XV Asamblea General Extraordinaria de la OEA, que al
reformar la Carta de
la
Organización permitiendo el ingreso de Belice y Guyana
en 1990, además "impide que ante cualquier intento ingles
de autodeterminación de las Islas Malvinas, estas puedan
aspirar un día a incorporarse a la OEA". Esta
decisión contó con el apoyo de los Estados Unidos y
de los países del Caribe. De ello, se infiere que la
organización de los estados Americanos nunca
reconocerá a las Malvinas como estado
independiente.

Nueva Zelanda reanuda sus relaciones con la
Argentina

En agosto de 1984, los representantes de la Argentina y
Nueva Zelanda ante las Naciones Unidas
firmaron un acuerdo restableciendo las relaciones
diplomáticas entre ambos países, que fueron rotas
en ocasión de la guerra de las Malvinas en
1982.

Gran Bretaña y Nueva
Zelanda fueron los únicos países que rompieron sus
relaciones con la Argentina debido a dicha
guerra.

Área exclusiva
pesquera

El gobierno británico
estableció-con relación al conflicto con la
Argentina- una Zona de Exclusión pesquera de 150 millas
alrededor de todo el perímetro de las Islas Malvinas,
dentro de la cual pueden ejercer su actividad previa
autorización inglesa, buques pesqueros de otras
nacionalidades, con excepción de la Argentina. Ello ha
provocado una gran preocupación en el ámbito
nacional -particularmente de parte de empresarios pesqueros y
dirigentes sindicales- dado que los barcos extranjeros pescan
tanto en la "zona de exclusión" con centro en las
Malvinas, como en la zona exclusiva de nuestro país y sus
adyacencias, amenazando con una verdadero depredación del
recurso marítimo en todo ese ámbito de los mares
del sur, que nos pertenece, sin lugar a dudas, por las razones de
soberanía que son de dominio
publico

Conclusión:

Histórica y geográficamente las Islas
Malvinas pertenecen al territorio argentino. Fue esta deuda
pendiente de nuestra soberanía que encendió una
luz de
esperanza a un gobierno que se debilitaba mas y mas por las
desacertadas políticas implementadas que hicieron aumentar
la deuda externa, subir el índice de inflación,
aumentar la especulación de la denominada patria
financiera y hechar por tierra la producción y al industria
nacional y que con una escasa visión política
internacional se decidió a recuperar nuestras islas a
través de las armas, sin tener el mas mínimo
sentido de previsión en cuanto a la formación de
nuestros soldados, y con la ilusión de que EEUU abandone a
su aliado histórico, Gran Bretaña. Ideas como
éstas solo pudieron ser albergadas por un cerebro inundado
de alcohol.

La falta a tratados
internacionales para países en guerra realizadas por
Gran Bretaña, el apoyo de EEUU a ese país, los
crímenes de guerra y todo lo sucio que muestran las
guerras quedan
disminuidas ante la actitud del Gobierno Militar de no escatimar
esfuerzos en poner en riesgo el patrimonio mas
importante que debería tener un país, la vida de
sus ciudadanos.

El pueblo argentino denostó a las autoridades con
tanto entusiasmo como había aprobado la acción del
2 de abril. La guerra evidentemente puso de manifiesto mucho de
lo bueno y d e lo malo del país.

Más allá del importante asunto de la
disputa, la guerra ha sido un catalizador de consecuencias
importantes para el país y algunas que todavía
pueden llegar a ser imprevisibles en el orden interno.

La República perdió al guerra pero no sus
derechos, para Gran Bretaña, seguir en las islas le
resulta altamente oneroso, ya hay algunas voces que se alzan en
las islas exigiendo negociaciones e insinuando algunas
alternativas.

Una de las consecuencias mas importantes de esta guerra,
aunque sea doloroso reconocerlo, ha sido la estrepitosa
caída de la dictadura militar que no tuvo tiempo de
diseñar una salida decorosa del gobierno, lo que
permitió avanzar más rápidamente de lo que
se creía al camino democrático.

Sensatez y Firmeza pueden ser elementos útiles
para que la República Argentina se abra camino en busca de
ganar en el campo de la diplomacia lo que no pudo obtener por el
medio de las armas.

Bibliografía
Consultada:

Raúl A. Rossini. 20 Años de Historia
Política Argentina 1966-1986. Ediciones RR
S.R.L

Bonifacio del Carril. La Cuestión de Las
Malvinas. Hyspamérica.

León Rozitchner. Las Malvinas: de la guerra
"sucia" a la guerra "limpia". Centro Editor De América
Latina (CEAL)

OR Cardozo, R Kirschbaum y E. Van Der Kooy. " Malvinas,
La Trama secreta. Sudamericana Planeta

Eliana de Arraescaeta, Hector Pavón y
Clarín. El Gran Libro del Siglo. Artes Gráfficas
Rioplatenses S.A

Julio Cesar De La Vega. Diccionario
Consultor Político. Librograf Editora.

Julio Cesar De La Vega. Diccionario
Consultor Político. Editorial Libres.

Hugo Gambini. Crónica Documental De Las Malvinas,
Tomo I, II y III. Editorial Redacción S.A.

Gabriel A. Rivas y Daniel Dos Santos. Argentina y el
Mundo, Tomo III. Editorial Sánchez Teruelo S.A

Sandra Elena, Miguel De Luca, Mariano Garreta Leclercq,
Claudio Lutzky, Sergio Trippa, Coordinación: Maria Catalina Nosiglia.
Formación Ética y
Ciudadana del Polimodal. Editorial Estrada.

Diarios: Clarín, Convicción, La Nación,
De Bs As.

Revistas: Somos, Gente, La Semana

marcial sorazabal

Partes: 1, 2, 3
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