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¿Hacia dónde se dirige la hegemonía mundial?



    En el presente artículo, pretendemos analizar e
    investigar, cuál es la dirección de la hegemonía mundial,
    que actualmente posee Estados Unidos,
    así como presentar sus antecedentes y las posibles
    consecuencias en nuestro mundo globalizado.
    En los últimos años, sobre todo a partir del 11 de
    septiembre de 2001, una de las cuestiones que más giran a
    nivel mundial es la posibilidad que Estados Unidos pierda su
    hegemonía mundial y por lo tanto saber qué
    país sería su sucesor.
    Por esto, consideramos importante plantear en este
    artículo de investigación y análisis, tanto los antecedentes de la
    hegemonía de Estados Unidos, ya que de esta manera se
    entenderá mejor cómo ha mantenido su poder, como de
    las consecuencias que han llevado a este país a la
    posibilidad de perder su hegemonía mundial.
    Sabemos que Estados Unidos es un país, que siempre ha
    conseguido sus propósitos, a través de constantes
    conquistas, dividiendo territorios, consiguiendo aliados.
    ¿Pero qué encierra el significado de
    hegemonía, como para poder afirmar que Estados Unidos
    cubre esas características?
    Pues bien de acuerdo con Ana Esther Ceceña, el
    hegemón o líder,
    que en este caso es necesariamente un sujeto colectivo, tiene que
    ser capaz de dirigir por la fuerza y por
    la razón, por convicción y por imposición.
    Es decir, la hegemonía emerge de un reconocimiento
    colectivo que comprende tanto cualidades o preceptos morales que
    adquieren estatuto universal como la energía o fuerza para
    sancionar su cumplimiento. (Ceceña, Esther, Estrategias de
    dominación y planos de construcción de la hegemonía
    mundial, 2003).
    Según Ana Esther Ceceña, el mundo capitalista, su
    expansión y sus límites,
    se construyen sobre la base de la competencia. "La
    competencia y el incremento constante de la ganancia, la lucha
    por el poder, la apropiación ilimitada de recursos de todos
    tipos y la confrontación permanente de horizontes
    políticos y civilizatorios es el motor que
    estimula el desarrollo
    incesante de las fuerzas productivas y de todos los mecanismos
    que contribuyen a fijar las reglas y márgenes del juego del
    poder y a entrar en la arena en condiciones de ganador".
    (Ceceña, Esther, Estrategias de dominación y planos
    de construcción de la hegemonía mundial, 2003).
    La hegemonía sólo es posible mediante un compromiso
    establecido colectivamente que lleva a avalar y compartir las
    reglas de un juego que, si no brinda perspectivas de ganar, por
    lo menos no atenta contra la cohesión social; la
    gobernabilidad está garantizada siempre y cuando se
    juegue, sin cambiar las normas, aun
    sabiendo que el juego no nos pertenece aunque nos incluya.
    (Ceceña, Esther, Estrategias de dominación y planos
    de construcción de la hegemonía mundial, 2003).
    Entonces, por este mismo concepto de
    hegemonía, es que Estados Unidos este perdiendo su
    posición ya que no entra mas en un acuerdo colectivo, al
    contrario, cada vez va en contra del marco jurídico y
    soberano, sobre todo de países pobres, incluso de instituciones
    que se supone guardan el orden a nivel internacional, tales como
    la ONU.

    Entendida así la hegemonía, requiere de
    una construcción simultánea en varios planos:
    militar, económico, político y cultural.
    Al término de la Guerra
    Fría, se abrió una etapa de disputa por la
    hegemonía global en las principales áreas del
    desarrollo capitalista: entre Estados Unidos, la Unión
    Europea y Japón,
    donde el primero acumula capacidad militar, económica y
    política,
    pero especialmente ideológica y cultural, con tanta
    iniciativa, que se coloca en la pirámide de la
    dominación del sistema mundial.
    (Holzmann, Guillermo. La Hegemonía de Estados Unidos.
    Diciembre, 2001)
    Así, con Estados Unidos habiendo mantenido una
    década de expansión económica y afirmando su
    poderío militar y cultural. Eso más allá de
    la actual crisis
    recesiva de Estados Unidos. Europa ha
    intentado probar la consolidación de su moneda
    única, y últimamente ya no está tan lejos de
    estabilizar el lugar del euro en la disputa con el dólar y
    de consolidar un mercado en
    crecimiento. Por otro lado, Japón todavía no define
    si pudiera ser otro candidato para tener la posición
    hegemónica mundial.
    No es casualidad, que en la mayoría de los conflictos
    bélicos en el mundo, Estados Unidos, siempre tenga
    intervención y mucho menos que en gran parte de ellos
    Estados Unidos sea el protagonista y a su vez causante, no
    obstante de pérdidas humanas, también de
    invasión en un estado,
    refiriéndonos a sus leyes,
    autoridades e incluso gobernabilidad. (Secretariado de la AIT.
    Irak, Petróleo y
    la hegemonía mundial de los Estados Unidos (I). 2003)
    El estudio de la economía mundial, de
    las relaciones mundiales de dominación y de la
    construcción de la hegemonía en ese mismo nivel
    tiene como uno de sus referentes fundamentales al Estado
    norteamericano. Éste efectivamente aparece como el
    articulador y cabeza del capitalismo
    mundial, y como el portador y garante de los valores
    que, siéndole propios, son presentados, y resguardados,
    como universales. El norteamericano, todavía en nuestros
    días, es el único Estado que tiene la posibilidad
    real de ser representante, globalmente, de un poder
    también global que emerge, entre otros, sus procesos
    económicos, militares y, en cierta medida,
    culturales.

    En el caso de los ataques a Estados Unidos el pasado 11
    de septiembre de 2001, nos cuestionábamos, cuáles
    serían las secuelas de la invasión a
    Afganistán, pues ya no se trataba sólo de una
    guerra contra
    el terrorismo,
    sino también en contra de toda una cultura,
    incluyendo su religión, que es un
    parte esencial de su forma de vida. Así, de acuerdo con el
    Prof. Guillermo Holzmann, si eventualmente EE.UU. cae, pueden
    pasar al menos dos cosas: una, que surja un país, aceptado
    por el resto, que lo reemplace inmediatamente, lo que es
    difícil de pensar. Francia y
    China
    serían probablemente los candidatos. O en su defecto,
    todos los países que están detrás de EE.UU.
    y que son más o menos similares, entran en una batalla por
    lograr la hegemonía de todo el globo. A esto el profesor
    menciona que estaríamos en una época feudal
    posmoderna, por darle algún nombre atípico.
    Aún así, estarán de acuerdo, que bajo estas
    dos posibilidades todavía no se definiría el rumbo
    de la hegemonía, por lo que tendríamos que
    describir las condiciones políticas,
    económicas, sociales y militares de los potenciales
    candidatos. (Holzmann, Guillermo. La Hegemonía de Estados
    Unidos. 2001).

    Pero al mismo tiempo tenemos
    que pensar, en qué tan factible es qué Estados
    Unidos deje su actual posición hegemónica, porque
    no cualquier ente poderoso abandona el poder, al menos que se
    algo inevitable. Al respecto, volvemos a citar al Profesor
    Guillermo Holzmann, cuando menciona que un país pierde una
    posición de poder solamente por dos razones: porque la
    quiere abandonar, lo que es impensable, o bien, porque lo
    derrotan. (Holzmann, Guillermo. La Hegemonía de Estados
    Unidos. 2001). Pero como estamos acostumbrados a ser testigos,
    EE.UU. no va a aceptar una derrota, es por esto que nos atrevemos
    a decir que, origina constantes conflictos bélicos,
    prácticamente bajo cualquier pretexto, y que por lo tanto
    lo de Afganistán es solamente una etapa, de un proceso mucho
    más largo, una guerra para la que se tiene estimada una
    duración de diez años.

    Por cierto hablando de pretextos EE.UU., a raíz
    de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono,
    decide declarar la guerra al terrorismo. Esta guerra tiene cuatro
    ejes fundamentales, definidos por EE.UU., a través de los
    cuales debe ser evaluada. Uno diplomático, asociado al
    apoyo internacional que EE.UU. logre en esta lucha. Todo ese
    apoyo no es incondicional, sino negociado. El segundo es el
    económico, orientado a lograr identificar, neutralizar y
    eliminar cualquier tipo de transacción económica o
    financiera que esté orientada al mantenimiento
    de grupos
    terroristas. El tercero, es el de inteligencia,
    generar bases de datos
    mundiales que permitan reunir toda la información acerca de grupos terroristas.
    Finalmente, el eje militar, que es el que hoy día aparece
    con mayor fuerza por los medios de
    comunicación.

    Quizás, el mayor éxito
    de EE.UU. está en el ámbito de la inteligencia. Ha
    logrado que países como China, Rusia, Francia, entre
    otros, entreguen información para ubicar a grupos
    terroristas. Por otro lado está el todavía latente,
    conflicto en
    Irak, que comenzó bajo el pretexto estadounidense que, el
    régimen de Saddam Husein, poseía armas mortales
    que ponían en peligro la humanidad. Obviamente, bajo este
    tipo de excusas se tuvieron que analizar otras condiciones del
    país, y pues se encontró que Estados Unidos
    también conseguiría acceso a los enormes campos
    petrolíferos de Irak, que poseen la segunda reserva
    más importante de petróleo del mundo. Colin Powell,
    Secretario de Estado de Estados Unidos, ha dicho que el
    petróleo de Irak será "mantenido en confianza
    para el pueblo iraquí", pero no dijo nada sobre quien
    será pagado por extraer el petróleo del suelo y donde
    irá este después. Es decir, el cambio de
    régimen beneficiaría a las compañías
    petrolíferas de Estados Unidos y Reino Unido, mientras
    que, si el régimen sobrevive, los pozos de petróleo
    serán perforados por las compañías rusas,
    chinas, francesas e iraquíes. Pero principalmente, tiene
    que ver con otro vecino de Irak, Arabia Saudita. Ya que Arabia
    Saudita es la mayor nación
    productora y exportadora de petróleo y tiene las mayores
    reservas de crudo en el mundo. La producción petrolífera es muy
    barata. De ser un aliado de los Estados Unidos, con un reino
    autocrático capaz de ajustar la producción de
    petróleo arriba o abajo de acuerdo con las cambiantes
    necesidades americanas y de la economía mundial, Arabia
    Saudita se ha convertido en un socio inestable y en el que no se
    puede confiar.

    Si los Estados Unidos triunfan con este escenario, no
    simplemente se están asegurando sus propias necesidades
    presentes y futuras de petróleo, sino también el
    control de los
    competidores como Francia, Alemania,
    Rusia y China. Francia, Rusia y China ven que sus propios
    proyectos
    petrolíferos son expulsados del Oriente Medio, los Estados
    Unidos no solamente mantendrán, sino que reforzarán
    esta hegemonía. De esta forma podemos ver que el medio
    más sólido de Estados Unidos para fortalecer su
    hegemonía es su poder militar, sin embargo, habrá
    algún país o países que implementen otra
    política, y esta puede ser de lado
    económico.

    La seguridad
    internacional ha empeorado y nos hemos alejado de una
    solución en el conflicto palestino-israelí,
    clave para una reestructuración de todo el Oriente Medio,
    sin duda la región del mundo con mayor valor
    estratégico en la actualidad. El hecho es que el
    terrorismo se extiende a nuevos países (Irak,
    Pakistán, Marruecos, Arabia Saudita), por lo tanto, si a
    la larga Estados Unidos perdiera esta guerra, como la
    Unión Soviética después de 10 años
    perdió la de Afganistán, el perjudicado esta vez
    sería Occidente, tomado el concepto en el sentido
    político. (Sotelo, Estados Unidos en la
    construcción de Europa, 2003, 1).
    En el colmo de la arrogancia, el Gobierno de
    Estados Unidos llegó a proclamar que "el que no
    esté conmigo está contra mí", cuando en
    realidad se puede estar muy bien contra la política de la
    actual Administración y no sólo respetar
    como se merece al pueblo norteamericano, sino incluso compartir
    la idea de que sin la hegemonía de Estados Unidos no cabe
    hoy por hoy un orden mundial que funcione. Pero aceptar lo obvio
    no debe implicar que se renuncie a criterios propios y se deje de
    criticar lo que sea erróneo o reprobable, y la guerra de
    Irak ha sido lo uno y lo otro. (Sotelo, Estados Unidos en la
    construcción de Europa, 2003, 2).

    Por otro lado cada país de la Unión
    Europea se posicionó frente a la guerra sin preocuparse de
    la actitud de los
    demás socios, creemos necesario insistir que la fragilidad
    de Europa radica en que todos los países de la
    Unión, sin excepción, consideran las relaciones
    bilaterales con Estados Unidos más importantes que las que
    mantienen entre sí o con las instituciones comunitarias.
    (Sotelo, Estados Unidos en la construcción de Europa,
    2003, 3).
    Es importante tener muy presente que la integración política de Europa no
    puede llevarse delante sin un consenso mínimo con Estados
    Unidos, entendiendo que la renovación de las relaciones
    con Estados Unidos y una política común europea,
    exterior y de defensa, son procesos interdependientes. (Sotelo,
    Estados Unidos en la construcción de Europa, 2003,
    4).

    Así, la guerra contra Irak parece ser el golpe de
    una hegemonía en decadencia y tal vez, la evidencia de la
    pérdida de relevancia del dólar en cuanto reserva
    de valor y básicamente de moneda única para las
    transacciones mundiales de petróleo. La Unión
    Europea ve fortalecida su moneda, apoyada claro está en
    las bases de lo que es la política doméstica e
    internacional de los Estados Unidos. (Clark "The real reasons for
    upcoming war in Iraq: a
    macroeconomic and geostrategic analysis of the unspoken
    thruth",2003)

    La guerra distanció a EEUU del eje constituido
    por Francia y Alemania y, al mismo tiempo, produjo una fisura en
    la Unión Europea, donde no sólo Gran
    Bretaña, sino además España,
    Italia y
    numerosos países del Este se alinearon con Washington. El
    presidente francés, Jacques Chirac, así como el
    canciller alemán Gerhard Schroeder, abogan por un mundo
    "multipolar", idea a la que también han adherido Rusia y
    China.
    Dentro y fuera de EEUU, se ha identificado el concepto del
    "imperio americano". La estrategia que lo
    sustenta, es impulsada por conservadores como Robert Kaplan, que
    la considera una respuesta a una "realidad imperial". Eric
    Hobsbawm piensa que la política neoconservadora no se
    ajusta a los intereses económicos norteamericanos y que
    puede desestabilizar el mundo y militarizar la sociedad
    estadounidense.
    EEUU busca buenas relaciones entre las grandes potencias pero
    también construir y mantener sus defensas más
    allá de cualquier reto. Sus fuerzas serán lo
    bastante potentes como para disuadir a adversarios potenciales de
    emprender una acumulación de fuerzas militares con la
    esperanza de sobrepasar el poderío de Estados Unidos. El
    objetivo de
    EEUU es llevar la esperanza de democracia,
    desarrollo, mercados libres y
    libre comercio
    a todo el mundo.
    Así, las Naciones Unidas,
    orden internacional, que ha sido el más estable y
    próspero de la historia, se basaba en
    acuerdos por los cuales EEUU hacía que su poder fuera
    seguro para el
    mundo y, en devolución, el mundo acordaba vivir dentro del
    sistema estadounidense. EEUU daba protección y acceso a su
    mercado y su tecnología a los
    aliados de Europa y Asia, que a
    cambio aceptaban el liderazgo
    norteamericano, operaban dentro del sistema político y
    económico convenido y proporcionaban apoyo
    diplomático, logístico y económico.
    Los elementos principales de la estrategia son siete: 1)
    mantenimiento de un mundo unipolar, sin competidores para EEUU;
    2) nuevo análisis de las amenazas globales: los grupos
    terroristas; 3) obsolescencia del concepto de "disuasión"
    -que no funciona con las redes terroristas- y su
    reemplazo por el uso preventivo de la fuerza contra las amenazas
    potenciales; 4) aplicación condicional del derecho de
    "soberanía", que pueden perder los estados
    que brinden apoyo a los terroristas a sabiendas o por incapacidad
    de hacer cumplir la ley; 5)
    unilateralismo y desvalorización de las reglas y tratados
    internacionales y las alianzas de seguridad; 6) acción
    directa y sin restricciones de EEUU ante las amenazas, debido a
    la inadecuada capacidad militar de los otros países; 7) la
    estabilidad internacional no es un fin en sí mismo:
    desestabilizar el Sudeste Asiático puede ser el precio
    necesario para desalojar el régimen de Corea del
    Norte.

    La "estrategia neoimperial" enfrenta, sin embargo,
    peligros que la vuelven, insostenible. La clave del prolongado
    liderazgo estadounidense ha sido ejercer el poder dentro de
    alianzas y de estructuras
    multinacionales. Pero ahora es dudoso que una estrategia de no
    proliferación basada en la acción unilateral
    funcione en el largo plazo, pues debilitará los mecanismos
    multilaterales -como las inspecciones y las sanciones- que son
    indispensables en casos más complejos que el de Irak.
    (Hobsbawm, After the Winning of the War, Le Monde Diplomatique,
    2003).
    Debido a su superioridad tecnológica, Estados Unidos no
    tiene rivales en el plano militar, pero su economía es una
    porción declinante de la economía mundial, se basa
    en activos en
    disminución y es vulnerable en el corto y el largo plazo.
    El mundo es demasiado complicado para ser dominado por un solo
    Estado.
    En el orden doméstico, el riesgo mayor para
    un país que busca el control del mundo por medios
    esencialmente militares es el peligro de la
    militarización. La principal amenaza a nivel internacional
    es la desestabilización del mundo.
    El "imperio norteamericano" podría no durar por varias
    razones. La más inmediata es que la mayoría de los
    estadounidenses no está interesada en el imperialismo
    ni en gobernar el mundo. La debilidad de la economía
    hará que el gobierno y los electores estén menos
    dispuestos a seguir realizando operaciones
    militares en el exterior.
    Las ideas sobre el orden internacional de Robert D. Kaplan
    parecen haber ejercido influencia sobre la
    administración Bush. Kaplan describe la conflictiva
    región que se extiende desde el centro de Europa hasta el
    Mar Caspio. "El mundo es un mal lugar, con mucha mala gente que
    puede hacernos daño, y el compromiso moral
    más importante para Norteamérica es preservar su
    poder". Además, menciono que "muchos enemigos
    pequeños tienen mayor agilidad y decisión" que
    EEUU. "Uno de los mayores peligros hoy en día es una
    versión bioquímica
    de Pearl Harbor", destacó. "Existe ya el término de
    la guerra asimétrica. No vamos a tener la suerte de tener
    una guerra entre iguales". (Kaplan: "Reagan era todo menos
    conservador", El País, 2001).

    En La Anarquía que Viene, un ensayo
    publicado en 1994 en The Atlantic Monthly, Kaplan había
    pronosticado para las siguientes décadas un mundo agobiado
    por la degradación ambiental y la falta de recursos, el
    exceso de población, la proliferación de
    enfermedades, el
    delito, la
    erosión
    del estado-nación, el choque cultural y étnico, el
    surgimiento de los ejércitos privados. La
    civilización se bifurcaría entre una minoría
    enriquecida y saludable, rodeada de tecnología, y el resto
    de la humanidad sumido en la pobreza y la
    crisis ambiental. (Kaplan, The Coming Anarchy, The Atlantic
    Monthly, 1994, p. 44-76).
    Grandes estados, India, China,
    Nigeria, Brasil, y
    regiones -Medio Oriente, África Occidental, se
    tornarían crecientemente ingobernables. El historiador
    militar Martin van Creveld anticipaba (sugirieron por entonces a
    Kaplan funcionarios del Pentágono) cómo
    serían las guerras del
    siglo XXI. Con la declinación del estado-nación
    llegarían a su fin los conflictos entre estados, que
    habían predominado en los últimos 300 años.
    A medida que el estado
    perdiera el monopolio de
    la fuerza, las guerras del futuro se asemejarían a las de
    Europa medieval.

    Liberia, Sierra Leona, Somalía, los Balcanes, el
    Cáucaso, Colombia, eran
    ejemplos tempranos de este escenario, donde el territorio se
    fragmenta en señoríos, las lealtades se estrechan
    al grupo
    inmediato de milicianos, "hay cada vez menos Política", la
    distinción entre guerra y delito se desvanece y los
    civiles sufren toda clase de atrocidades. "La tecnología
    será utilizada con fines primitivos", advertía
    Kaplan. Además, "las entidades que hacen la guerra ya no
    estarán restringidas a un territorio específico.
    Vagos y oscuros organismos como esas organizaciones
    terroristas islámicas sugieren por qué
    tendrán cada vez menos significado las fronteras y
    más los estratos sedimentarios de la identidad y el
    control tribal".

    Casi diez años después de La
    Anarquía que Viene y terminada la guerra en Irak, la
    visión de Kaplan no ha variado sustancialmente. En un
    nuevo artículo (Supremacía Furtiva 2003) presentan
    esencialmente el pasado. El futuro del conflicto militar y de las
    responsabilidades globales de EEUU está mejor ilustrado en
    Colombia. Kaplan da por sentada la realidad imperial
    norteamericana, sin embargo, se concentra en discutir cómo
    debería ser administrada. (Kaplan: Supremacy by Stealth,
    The Atlantic Monthly, 2003. Ver también entrevista a
    Kaplan: The Hard Edge of American Values, The Atlantic Online,
    2003.

    Un mundo administrado por China, por una Unión
    Europea dominada por el eje francoalemán y aliada con
    Rusia, sería infinitamente peor que el actual.
    También si la responsabilidad recayera en las Naciones Unidas.
    "Cuanto más gente está involucrada, más
    mediocres son las decisiones. Las decisiones difíciles
    tienden a ser tomadas por pequeños grupos de personas
    dispuestas a correr riesgos",
    menciona Kaplan.
    Es probable que dentro de dos o tres décadas surjan las
    condiciones para un sistema internacional interdependiente, pero
    hasta entonces "es tarea de Estados Unidos mantener un poco de
    orden y estabilidad".
    ¿Por qué Colombia ("pude haber utilizado Filipinas
    o Nepal", aclara) ilustra el futuro de las intervenciones
    norteamericanas? Por la presencia de esas "organizaciones
    guerrilleras que son una suerte de corporaciones descentralizadas
    divididas en baronías y franquicias"
    y, por esta razón, "muy, muy difíciles de
    derrotar". Porque muestra en
    qué medida el terrorismo en el mundo "está
    interrelacionado con el delito". En Colombia, asegura Kaplan,
    tanto los grupos de derecha como de izquierda, han marginado la
    ideología y hecho de la guerrilla "un
    negocio" construido sobre el narcotráfico, los secuestros, las
    falsificaciones y la confiscación de ingresos
    petroleros a los gobiernos locales.

    Kaplan resume las técnicas
    de "administración del imperio": poner los mejores hombres
    en el terreno, donde se toman diariamente las microdecisiones de
    política exterior; apelar a los inmigrantes o a sus hijos
    (latinos en el comando sur, descendientes de árabes en el
    comando central), aprovechando que EEUU es una sociedad
    internacional; utilizar a los militares para promover la
    democracia ("no alcanza con tener las ideas correctas;
    también hay que tener poder económico y militar
    detrás de ellas, o no se extenderán"); luchar en
    todos los frentes, incluyendo los medios de
    comunicación; hablar en lengua
    victoriana pero pensar en términos
    paganos…

    El documento de la doctrina Bush resalta la necesidad de
    una cooperación sostenida con los aliados de Europa,
    recibe los esfuerzos para crear una identidad de política
    exterior y de defensa más grande de la Unión
    Europea y se compromete a celebrar consultas para armonizar ese
    desarrollo con la OTAN.
    Recordemos que, según Samuel Huntington, en la era del
    choque de civilizaciones una alianza entre Europa y EEUU es
    deseable y natural, porque se funda en la cultura occidental
    compartida. Para EEUU, ni el internacionalismo ni el
    aislacionismo, ni el multilateralismo ni el unilateralismo
    serán lo que mejor sirva a sus intereses, sino una postura
    occidental de estrecha cooperación con sus socios
    europeos. El objetivo de esa cooperación debería
    ser preservar y proteger las cualidades únicas de la
    civilización occidental (no tratar de imponerlas a otras
    civilizaciones, propósito que Huntington considera
    "inmoral" y "peligroso", pues conduce al "imperialismo").
    (Huntington: El choque de civilizaciones y la
    reconfiguración del orden mundial, 2000, pp. 372-374).
    Después de los atentados del 11 de Septiembre, la
    supremacía de EEUU no sólo es mucho menos duradera
    de lo que parece, sino que ya ha comenzado a disminuir. Y el
    retador en ascenso no es China ni el mundo islámico, sino
    la Unión Europea, una organización política emergente que
    se encuentra en el proceso de organizar los impresionantes
    recursos y las ambiciones de sus estados-nación
    separados.
    Por lo tanto, prácticamente nosotros concluimos, que se
    vislumbra un panorama hacia la Unión Europea, como posible
    sucesor hegemónico de Estados Unidos, pues de acuerdo con
    Kapla, estos dos estados ya casi se encuentran al mismo nivel, lo
    que le da más posibilidades a la Unión Europea
    poseer la hegemonía mundial. Sin embargo hay que ver si se
    volvería necesaria una estrecha relación con
    Estados Unidos.

    Bibliografía:

    1. Holzmann, Guillermo. La Hegemonía de Estados
      Unidos. Diciembre, 2001. Review, http://www.uchile.cl/unoticias/n30/hegemonia.html
    2. Secretariado de la AIT. Irak, Petróleo y la
      hegemonía mundial de los Estados Unidos (I). Febrero
      2003. Review en: http://www.iwa-ait.org/iraq-es.html
    3. C. Gambina, Julio. Los rumbos del capitalismo, la
      hegemonía de Estados Unidos y la perspectiva de la clase
      trabajadora. Review, http://www.clacso.edu.ar/~libros/cecena/gambina.pdf
    4. Secretariado de la AIT. Irak, Petróleo y la
      hegemonía mundial de los Estados Unidos (II). Marxo
      2003. Review en:
      http://www.iwa-ait.org/iraq-II-es.html
    5. Estrategias de dominación y planos de
      construcción de la hegemonía mundial recuperado:
      13/octubre/03
      http://www.redem.buap.mx/semcecena.htm
    6. Sotelo, Ignacio "Estados Unidos, en la
      construcción de Europa", octubre 2003, review,
      http://www.elpais.es
    7. W. Clark "The real reasons for upcoming war in Iraq:
      a macroeconomic and geostrategic analysis of the unspoken
      thruth"; febrero, 2003, review
      hhtp://print.indymedia.org/front.php3
    8. Hobsbawm Eric: After the Winning of the War, Le Monde
      Diplomatique, June 2003.
    9. Entrevista a Robert Kaplan: "Reagan era todo menos
      conservador", El País, 25 de marzo de 2001.
    10. Robert D. Kaplan: The Coming Anarchy, The Atlantic
      Monthly, February 1994, Volume 273, Nº 2, pages
      44-76.
    11. Robert D. Kaplan: Supremacy by Stealth, The Atlantic
      Monthly, July/August 2003. Ver también entrevista a
      Kaplan: The Hard Edge of American Values, The Atlantic Online,
      June 18, 2003.
    12. Samuel P. Huntington: El choque de civilizaciones y
      la reconfiguración del orden mundial, Paidós,
      Buenos
      Aires, 2000, pp. 372-374.

     

     

    Autor:

    Adriana Alcántara Ibarra

    Rosa Ileana Arreola Ceballos
    Asael Mercado Maldonado

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