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Los pueblos indígenas




Enviado por galazmarcelo14



    1. Hipótesis
    2. Los pueblos americanos antes de
      la invasión
    3. La colonización
      ibérica
    4. La creación del
      indio
    5. Pensamiento político de
      los aborígenes en América
      latina
    6. La desaparición del
      indio
    7. Las bases de la
      indianización americana
    8. La opinión aborigen sobre
      la conquista
    9. Conclusión
    10. Bibliografía

    INTRODUCCION:

    "Si a las tribus que invadieron Europa desde el
    este se los llamó "bárbaros y vándalos",
    términos que quedaron en el habla como signos de
    destrucción, qué es lo que tendría que
    decirse de los Pizarro, los Almagro, los Pedro de Alvarado,
    capaces de todas las traiciones, mendacidades, felonías,
    crímenes signados por la deslealtad, el faltar a la
    palabra empeñada, el abuso de confianza, la
    perfidia.

    El militar, el cura, el proletariado y el funcionario
    fueron el cuadriunvirato que exterminó a las
    civilizaciones y los modus vivendis del continente conquistado y
    dejó una herencia
    permanente que significó autoritarismo, atraso, miedo y
    pecado. Todo lo demás fue rebasado por el mismo continente
    hollado, como los increíbles vegetales de sus selvas que
    eran capaces antes, hasta que los gases letales
    del consumismo de la postrera civilización de los
    países centrales la redujera y esclavizada, de cubrir
    ciudades y cultura."
    (1)

    A través de esta investigación, se tratará por medio
    de la hipótesis, de demostrar cómo con la
    invasión del continente, por parte del conquistador
    europeo, el aborigen se transformó en indio, y hoy es
    él mismo quien creará al nuevo indígena
    americano.

    La importancia de este problema reside en la
    comprensión de las luchas que llevan a cabo los
    movimientos indígenas para lograr mantener su cultura y
    costumbres sin que el sistema
    imperialista disfrazado de globalización se lo impida. Para esto,
    recurren a los valores y
    virtudes de las antiguas grandes civilizaciones, de las cuales
    descienden y son legítimos herederos de su legado
    cultural.

    Al llegar el invasor europeo a un continente casi virgen
    y tomar contacto con los aborígenes que lo habitaban, se
    inició el proceso de
    estructuración del indio, primero como ser infrahumano,
    casi animal, como inferior después (dogma que persiste en
    la actualidad en la cultura occidental, no así entre los
    pueblos indígenas).

    Ese mismo etnocentrismo llevó al conquistador a
    negar y esconder el desarrollo,
    los pensamientos y virtudes de los pueblos y civilizaciones
    americanas.

    En la creación del indio influyó en gran
    medida la matanza, la esclavitud, la
    infamia en la que el aborigen vivió en los primeros siglos
    de la conquista, sumado al colonialismo, al hambre y a la miseria
    que se sumó después, justificada por la
    hipocresía y el exacerbado etnocentrismo del capitalismo
    occidental.

    Pero es en la actualidad, cuando el antiguo indio
    subordinado del imperio mercantil salvacionista primero, y del
    capitalismo
    después, está de pie luchando por su dignidad,
    elevando la figura de sus ancestros, desistiendo de vivir la
    historia de
    Europa para
    reconstruir en forma continua la propia, luchando por demostrar
    que no son "una raza débil que va extinguiéndose"
    (2) como opinaba Hegel, sino que
    sigue existiendo orgullosa y soberbia.

    Es así como se construirá al nuevo indio
    americano, unido a las diferentes etnias a través del
    panindianismo.

    1. Bayer, Osvaldo. "LA SOMBRA DEL INACAYAL"(fragmento)
      Artículo diario Clarín, abril 1999.
    2. Colombres, Adolfo. La colonización cultural de
      la América indígena. Serie
      antropológica-Ediciones del Sol. Buenos Aires
      (S.F.)

    HIPÓTESIS

    Hace quinientos años el europeo crea,
    dialécticamente, al indio. Hoy es el indio el que se crea
    a sí mismo, negando a la cultura occidental y reafirmando
    la propia previa a la invasión de América.

    LOS PUEBLOS
    AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN

    Los pueblos que habitaban América antes de la
    conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades
    urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agricultura
    simple o se dedicaban a la caza y la
    recolección.

    Los mayas, aztecas e
    incas
    construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicas
    agrícolas y organizaron estados teocráticos.
    También inventaron un calendario de 365 días
    (mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto
    que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más
    se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el
    año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con
    200.000 habitantes.

    Hasta la invasión, los aborígenes se
    aseguraban los alimentos y los
    bienes
    necesarios para vivir a través de relaciones de
    reciprocidad y redistribución. La primera,
    consistía en la práctica de la solidaridad y
    ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se
    ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la
    redistribución, consistía en el cobro de fuertes
    tributos en
    productos y en
    trabajo que eran contabilizados para determinar en que zonas
    sobraban o faltaban alimentos para
    luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas.
    Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos
    aborígenes americanos.

    LA
    COLONIZACIÓN IBERICA

    Al llegar el invasor ibérico con toda su
    maquinaria bélica y su ideología despectiva de pseudosuperioridad,
    comienza a construir al "indio" como ser inferior,
    bárbaro.

    Por lo general, antes de la conquista de América,
    el conquistador hacía suya la cultura del conquistado, al
    mismo tiempo que
    enriquecía la de éste. Todo lo contrario
    ocurrió en América, el conquistador y el
    conquistado se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de
    sintetizar. El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco
    asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no
    quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha
    sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer
    su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como
    "demoníaca".

    Los europeos no pudieron desarraigar la cultura
    aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses y otras
    expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó
    otra estrategia: la
    cristianización.

    Los ibéricos intentaron buscar una
    justificación filosófica y moral para la
    conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: "Algunos
    seres desde el momento en que nacen, están destinados, uno
    a obedecer y otros a mandar". Según esta visión, no
    todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza.

    Aristóteles afirmaba: "La naturaleza…
    hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los
    esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras
    penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos
    duros". O sea, que los indios sabían hacer, estaban
    capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo
    debía decir era el europeo.

    Ante todo esto, la iglesia
    católica creía que los errores paganos
    debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a
    toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan
    Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con
    la conversión forzada de los indios, mientras que otros
    como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la
    persuasión como único medio para la
    evangelización. Pero nadie reconoció en aquella
    época el derecho de los indígenas a mantener su
    propia religión.

    Juan Guinés de Sepúlveda decía que
    los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya
    que viven fuera de la "ley natural",
    debido a su comportamiento. Dicha ley establece que
    lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta
    superioridad de los españoles será el derecho a
    dominar y a conquistar al indígena.

    Sepúlveda también afirmaba que los
    aborígenes estaban mucho más abajo que lo humano,
    cercano a lo animal. Decía que eran débiles,
    cobardes, tímidos y carecían de virtud.

    Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas,
    que creía que, si bien el indio era débil,
    también era un hombre y como
    tal, ante los ojos de Dios, era igual que un español,
    por lo cual este último debía cuidarlo y
    educarlo.

    Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en
    América fue un verdadero genocidio seguido de un fuerte
    etnocidio, muy importante para la construcción del indio como ser
    inferior.

    Es relevante tener en cuenta que en 1.492, la cultura
    ibérica no era necesariamente moderna y racionalista, ni
    tampoco quienes manejaban el aparato colonizador; ni los
    invasores, eran precisamente una luminaria, sino más bien,
    estaban influenciados por la religión y la
    intolerancia que se desprendía de ésta, debido a lo
    cual sólo podían mirar a los indios a través
    de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser
    convertidos a la religión verdadera, pero a cambio de su
    oro y sus tierras. En caso de la más mínima
    resistencia se
    recurría a la violencia.

    Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que
    los conquistadores justificaban a través de la
    religión la explotación, la esclavitud y los
    malos tratos.

    Toda esta violencia y
    esta masacre terminó por convertir a los aborígenes
    en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la
    pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por
    estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y
    el poder, sino
    también por una construcción de los indios por los
    españoles, como seres inferiores, a medio camino entre lo
    humano y lo animal, como pregonaba Sepúlveda.

    LA CREACIÓN DEL
    INDIO

    A lo largo de 500 años de conjunción con
    agentes culturales europeos, los pueblos americanos resultaron
    profundamente afectados, sus sociedades
    fueron remoldeadas desde la base, se vio alterada su
    composición étnica y degradada su cultura. De esta
    forma, se logró la transformación de una
    multiplicidad de pueblos autónomos, poseedores de
    tradiciones auténticas en unas pocas sociedades de cultura
    alienada.

    Los europeos al invadir América introdujeron una
    carga de conceptos y preconceptos (algunos ya mencionados)
    referidos a sí mismos y a los demás pueblos. Estos
    últimos, además de perder su riqueza (acumulada por
    siglos) y de convertirse en mano de obra esclava, sufrieron la
    degradación de asumir como imagen propia la
    visión despectiva de los europeos que los consideraban
    racialmente inferiores. A través de esta visión, se
    explicaba el atraso de los pueblos indígenas derivando de
    sus características innatas como la pereza, la
    falta de ambición, etc.

    Estos son los motivos por los cuales los
    aborígenes se acostumbraron a verse a sí mismos
    como pueblos infrahumanos destinados a un papel
    subalterno, debido, según los europeos, a la
    pérdida de virtudes resultante del mestizaje, al clima tropical,
    etc.

    De esta forma, el invasor colonialista impone su
    dominio y a la
    vez se autodignifica degradando la imagen
    étnica del aborigen.

    La iglesia
    católica del imperio salvacionista ibérico tuvo
    gran relevancia en la construcción del indio como ente
    cultural alienado, ya que la religión cristiana se mezcla
    en él con creencias africanas y aborígenes,
    formando cultos sincréticos. Estos llenaban
    satisfactoriamente su cometido de dar a conocer al
    indígena la gloria de la vida eterna ultraterrena, para
    consolarlo ante la miseria de su destino terreno y a la vez
    justificar el dominio europeo,
    induciéndolos a una actitud pasiva
    y resignada.

    Todas estas justificaciones de la dominación
    colonial y cultural constituyen la más pesada herencia dejada
    por la civilización occidental y cristiana a los pueblos
    conquistados. Actuaron en conjunto como cristales deformadores
    que le han impedido a estos pueblos crear una imagen
    auténtica del mundo y una visión genuina de
    sí mismos.

    PENSAMIENTO
    POLÍTICO DE LOS ABORIGENES EN AMERICA
    LATINA

    En la actualidad, los aborígenes luchan por
    rescatar su identidad y
    darse a conocer al mundo. Para esto, forman organizaciones
    políticas que se autodenominan indias o
    indígenas, o bien adoptan el nombre del grupo
    étnico al que representan. Todos estos grupos pregonan
    una identificación pan-india opuesta
    a occidente y a las políticas
    indigenistas de los gobiernos latinoamericanos, ya que
    éstos tienen como objetivo la
    integración de los indios en un modelo de
    estado
    nacional napoleónico, que no refleja el carácter
    pluriétnico de las sociedades englobadas en él. Por
    lo tanto, estas tentativas integradoras responden a la necesidad
    capitalista de consolidar y ampliar el mercado
    interno.

    El Movimiento
    Indigenista Latinoamericano se crea en 1.940 con la
    realización del primer Congreso Indigenista
    Interamericano. En él, se reconoce la existencia del
    pluralismo étnico y la necesidad consecuente de
    políticas especiales para los pueblos indígenas.
    Éstas deben tender a la incorporación integral de
    los indígenas en la vida nacional y estimular el desarrollo de
    las culturas indias.

    Existe también otro indigenismo, el practicado
    por las iglesias. Éste es rechazado por los
    auténticos grupos
    indigenistas, ya que la esencia misma del trabajo evangelizador
    ha sido siempre etnocida. Esto sin considerar el papel que
    históricamente han desempeñado las iglesias en
    América
    latina, como arma no siempre espiritual de la conquista, como
    garante del sometimiento de los colonizados y como aliada de las
    clases dominantes. Con esto, no se quiere decir que rechaza el
    cristianismo,
    todo lo contrario, sino que no acepta su autopostulación,
    como portavoz de las culturas indígenas.

    LA DESAPARICIÓN
    DEL INDIO

    El indio surge ( como ya fue mencionado antes) con la
    llegada del europeo a América, antes no había
    indios, sino pueblos diversos con identidades propias. Al indio
    lo crean los occidentales, como ser diferente e
    inferior.

    Los pueblos aborígenes (atrasados), son elegidos
    para ingresar al progreso quemando etapas, gracias a que otro
    pueblo más avanzado logra enderezarles el
    rumbo.

    La categoría de indios es supraétnica, es
    decir, no hace referencia de la diversidad de pueblos que quedan
    englobados bajo esa expresión. La política india actual
    es paniandianista, trata de estructurar a toda la población indígena. La base de esto
    es el reconocimiento de su condición común de
    colonizados, que comparten por encima de las diferencias
    étnicas. Éste es el fundamento del proyecto de
    indianidad, que, dialécticamente, se cumplirá con
    la desaparición del indio. Esto último será
    el resultado de la desaparición del estado
    colonial y cuya consecuencia será el resurgimiento de
    todas las etnias.

    La perduración de los grupos étnicos se
    basan sobre dos factores fundamentales: el lenguaje
    común (que es el pensamiento
    según el cual se organiza la comprensión del mundo)
    y el modo de consumo
    (prolongación de las características étnicas ancladas en
    lo cotidiano).

    La cotidianidad permite crear y reproducir un modo
    distinto de vida en lo cotidiano. Existen hábitos sociales
    en los que las relaciones, los contenidos y los significados
    culturales resultan compartidos. La familia,
    las actividades hogareñas, etc. encuentran entre las
    instancias institucionalizadas que permiten una práctica
    cotidiana diferenciada y hacen posible la permanencia de la
    identidad étnica.

    LAS BASES DE LA
    INDIANIZACION AMERICANA

    El pensamiento
    político indio está en oposición a la
    civilización occidental. Hace legítimo el
    pensamiento propio y no el occidental. Por lo tanto, no hay hi
    hubo conquista, sino invasión. El indio ha resistido y
    luchado contra el europeo, y aún sigue en pie, lo cual
    demuestra que no ha sido conquistado.

    El mestizaje sufrido no conduce a una nueva cultura, ni
    es fusión.
    Las únicas auténticas son las que encarnan los
    pueblos, lo demás es occidente.

    La civilización occidental es colonialista e
    imperialista. América tiene la suya, que es
    legítima, y se opone globalmente a occidente debido a su
    dominio neocolonial.

    Todos los pueblos indios participan de ella. La
    diversidad de culturas y lenguas no impide la unidad
    civilizatoria.

    Quienes afirman que las diferencias étnicas
    dividen, lo hacen como estrategia de
    dominio, a favor de la neocolonización occidental. Ante
    esto, las políticas indigenistas tratan de demostrar la
    existencia de una única y diferente civilización
    india, logrando una unión panindígena.

    Para alcanzar este objetivo, es
    relevante la descolonización de la historia, ya que ésta
    ha sido escrita y enseñada por el colonizador. Pero existe
    otra, la del indio, que es al revés; los héroes de
    la primera son los villanos de ésta, sus méritos
    son su oprobio.

    Si la historia oficial ha sido parte de la
    justificación de la dominación, ésta
    deberá colaborar con la liberación.

    Se aprende a ser indio si se conoce la verdad de lo que
    ocurrió en América. Aún los desindianizados
    pueden encontrar su lado aborigen si se adentran en estos hechos
    y rechazan los relatados por occidente, postulados como historia
    oficial o universal, en la cual se menosprecia y distorsiona a la
    civilización india.

    Esto se debe a que el colonizador ha querido ocultar la
    grandeza de las culturas indias pasadas y actuales, debido a que
    la superioridad de éstas no se aprecia según las
    escalas de los valores
    occidentales, que privilegian lo material por sobre lo humano. La
    inferioridad que se le atribuye a éstos se basa en lo
    moral y
    ético.

    La vida india contemporánea se presenta, en su
    mundo comunal, llena de valores
    profundos como el amor, la
    honradez, el respeto y la
    solidaridad.
    Según éstos, la
    organización productiva y la tecnología aborigen
    son superiores a las accidentales, si se compara su utilidad ética, y
    no sólo su productividad.

    Gracias a estas virtudes, las políticas
    indígenas no hacen discriminación, sino que trata de
    incorporar a la civilización india al mestizo y al blanco,
    a través de un proyecto de
    indianización opuesto al utilizado por el europeo 500
    años atrás.

    Además de la creación de su nueva
    identidad, los pueblos indios americanos deben luchar contra
    otras miserias como la pobreza, el
    hambre y demás yugos que impone el imperialismo
    globalizado de occidente. Quizás, una posible
    solución sería plantearse su propia modernidad, que
    como señala Adolfo Colombres estaría dada por
    distinguirse de la clase dominante, y podría ser definida
    como "periférica".

    LA OPINIÓN
    ABORIGEN SOBRE LA CONQUISTA

    "El Consejo Internacional Independiente
    Emancipación e Identidad DE América
    Latina 1492-1992, reunido en sesión de trabajo en la
    ciudad de México los
    días 5 y 6 de enero de 1991 declara":

    • Que el 12 de octubre de 1942, que según la
      visión eurocentrista esta considerado como
      descubrimiento y encuentro entre dos mundos, implico el
      inicio de uno de los mayores genocidios, pillajes y saqueos
      de la historia humana, y que la pretensión de celebrar
      su V centenario constituye un acto de arrogancia y desprecio
      frente a los pueblos del tercer mundo.
    • Que estos mecanismos persisten hoy en la
      división de la humanidad conocida como primer mundo y
      tercer mundo. En este ultimo, el 85 % de la especie humana
      esta obligada a trabajar para el bienestar del 15% restante."
      ( 3 )

    ( 3 ) Rigoberta Menchu, Noam Chomsky, etc.
    "DECLARACIÓN DE MÉXICO"
    (fragmento) MÉXICO 1991.

    CONCLUSIÓN

    "Hubo un tiempo en el que
    todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestro dioses velaban
    por nosotros.

    No había enfermedades entonces, no
    había pecado entonces, no había dolores de huesos. No
    había fiebres, no había viruela, no había
    ardor de pecho. No había enflaquecimientos. Sanos
    vivíamos.

    Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos.
    Pero ese tiempo acabo, desde que ellos llegaron con su odio
    pestilentes y su nuevo dios y sus horrorosos perros de caza,
    sus sanguinarios perros de
    guerra de ojos
    extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.

    Bajaron de sus barcos de hierro: sus
    cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y sus
    cabellos amarillos y la ambición y el engaño y la
    traición y nuestro dolor de siglos reflejados en sus ojos
    inquietos, nada quedo en pie, todo lo quemaron, todo lo
    arrasaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y
    seis millones de los nuestros cincuenta y seis millones de
    hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde
    su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde
    como ejemplo de lo que fueron algunas de las mas grandes culturas
    del mundo, que se propague y arda en una llama enorme y alumbre
    por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así que se
    sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y
    esclavizaron a un continente entero para saquear el oro, la plata
    y la tierra. De
    cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron
    nuestros dioses atemorizándonos con terribles castigos,
    como si pudiera haber castigo mayor, que el de haberlos
    confundido con nuestros propios dioses y dejarlos que entraran en
    nuestras casas y templos y valles y montañas.

    Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer
    todavía peleamos por nuestra propia identidad." ( 4
    ).

    Antes de la invasión, el continente americano era
    habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las
    castas sociales. A estas personas que habitaron miles de
    años estas tierras, sin tener ningún tipo de
    contacto con el hombre
    blanco en todo este tiempo (salvo tal vez algunas incursiones
    vikingas en Norteamérica) se los conoce como
    aborígenes.

    Ahora bien, si previamente a la conquista existieron
    seres humanos capaces de organizarse en ciudades-estados
    teocráticos y crear calendarios y alfabetos, no se explica
    la concepción del aborigen acuñada por los
    europeos; sino a través de una óptica
    religiosa intolerante, en conjunto con el verdadero móvil
    de la invasión, que no fue otro que la ambición,
    convirtiéndose el primero en justificación del
    segundo.

    Es así como el conquistador, al expandir por
    América su verdadera y absoluta religión, junto con
    sus sistemas
    cuasifeudales y esclavizantes, impulsado por la codicia
    desmoralizada de la cual está impregnada la
    invasión de América, produce una
    transmutación en el aborigen, cuyo resultado es el indio,
    un ser inferior e infrahumano.

    En esta metamorfosis sufrida por el ser autóctono
    americano, tuvieron gran relevancia las masacres y las enfermedades que diezmaron
    la población, además de las creencias
    religiosas que los inducía a una vida pacífica y
    resignada.

    Pero el invasor no se conformó con degradar al
    aborigen a un plano casi animal , sino que su exacerbado
    etnocentrismo lo llevó también a envilecer la
    cultural autóctona por medio del etnocidio y la
    deculturación.

    Hoy, 500 años después, el indio es
    conciente de lo que le ocurre a sí mismo y a sus hermanos
    en toda América; se da cuenta del lugar que ocupa en la
    sociedad
    occidental y del concepto de
    sí mismo que esta cultura etnocéntrica le impone.
    Él conoce de discriminación, violencia y miseria
    más que nadie; sabe del peso de creerse
    inferior.

    Pero es en la actualidad cuando comienza a reencontrarse
    con sus raíces, comienza a rechazar la universalidad de la
    historia europea para creer en la propia, callada por varios
    siglos. Es precisamente en ésta, junto con la cotidianidad
    de sus costumbres y la repetición de sus ritos
    ancestrales, en donde reside la base de la nueva identidad india.
    Ésta, ya no será de pseudoinferioridad, sino que se
    basará en una escala de valores
    propia de su cultura, que es la continuación de la
    aborigen previa a la invasión.

    Finalmente, el europeo transforma al aborigen (un ser
    humano pensante, racional, con un patrón cultural propio)
    en un ente casi animal, sin capacidad de pensar y gobernado por
    instintos viles, que no es otro que el indio. Esta
    concepción, que tilda a los pueblos americanos
    autóctonos de inferiores, perduró casi cinco siglos
    en la mente de todos los pueblos, y es en la actualidad cuando el
    indio se reconoce como igual, ve en su historia una continuidad
    que no ha sido interrumpida por la invasión y gracias a
    eso, es que puede rescatar parte de su antigua identidad cultural
    para conformar la nueva.

    ( 4 ) Editorial "LA MORALEJA". Octubre 1997

    BIBLIOGRAFÍA

    * Bayer, Osvaldo "LA SOMBRA DEL INACAYAL" (fragmento)
    articulo Diario "Clarín", Abril 1999.

    • Bonfil Batalla, Guillermo "UTOPIA Y REVOLUCION"
      (fotocopia de la catedra "Historia Americana" del profesor Hugo
      Nalli)
    • Chomsky, Noam "NOAM CHOMSKY HABLA DE AMERICA"
      Editorial 21, México 1998.
    • Colombres, Adolfo "AMERICA LATINA: EL DESAFIO DEL
      TERCER MILENIO" Ediciones del sol, Buenos aires
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    Autor:

    MARCELO GALAZ

    AVELLANEDA-SANTA FE-ARGENTINA

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