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Intervencion en crisis relatoria




Enviado por moniduque22



    Dentro de los muchos quehaceres con los que cuenta el
    psicólogo, uno de los mas importantes y de mayor atención en nuestros tiempos es la
    intervención en crisis, ya que
    por las actuales condiciones con las que contamos a nivel mundial
    y nacional, donde el desplazamiento, el secuestro, y la
    violencia,
    entre otros; obligan a que cada vez mas, la población se vea inscrita en situaciones
    para las que no ha sido enseñada a manejar y es
    aquí donde el psicólogo entra a formar parte
    fundamental de todo el arsenal con el que cuenta una población para afrontar dichas situaciones
    de emergencia.

    Actualmente a ido proliferando en todo el mundo la
    preocupación por los efectos Psicosociales de las
    emergencias y desastres, así como los grupos de
    psicólogos que se interesan por intervenir en estas
    circunstancias, conformando los equipos de primera respuesta,
    organizando sociedades o
    grupos de
    intervención locales creando redes nacionales de ayuda
    psicológica.
    Pero para efectos de este escrito, lo primero que hay que hacer
    es delimitar lo que se entiende por crisis o por situaciones de
    crisis, "Peligro y oportunidad" es el doble significado que los
    chinos dan a la palabra crisis, ya que se puede ver como un
    estado de
    desequilibrio pero también un tiempo cuando el
    individuo o la familia
    tienen la oportunidad de crecer, madurar y capacitarse para
    manejar problemas en
    su vida. La intervención en crisis es una estrategia
    diseñada para aprovechar esta potencialidad de
    crecimiento, por medio de intervenciones planeadas durante el
    periodo de crisis.

    Visto de esta forma, las crisis también pueden
    ser tomadas desde perspectivas positivas, cuando se logra captar
    y empoderar a la persona o
    personas que pasan por ellas para sacarle el mejor provecho. Aun
    así, pese a esta definición de intervención
    en crisis, se conocen otras como: "proceso de
    ayuda dirigido a auxiliar a una persona o
    familia a
    sobrevivir un evento traumático, de modo que la probabilidad de
    efectos debilitantes (estigmas emocionales, daño
    físico) se minimiza y la probabilidad de
    crecimiento (nuevas habilidades, perspectivas y opciones en la
    vida) se maximiza". Y es aquí donde creo muy
    personalmente, que del papel que
    cumplan las personas que intervengan en este tipo de situaciones,
    depende el hecho de que para la/s personas implicadas la
    situación de crisis deje secuelas negativas o
    positivas.

    Pasando a los tipos de intervención en crisis que
    se conocen, pienso que es meritorio primero hablar un poco acerca
    de los antecedentes teóricos, con los que cuenta este
    tema; Moos (1976), identifica cuatro influencias teóricas
    en la teoría
    de la crisis. La primera es la de Charles Darwin sobre la
    evolución y adaptación de los
    animales a su
    ambiente. Las
    ideas de Darwin condujeron
    al desarrollo de
    la ecología
    humana, cuya hipótesis característica es que la comunidad humana
    es un mecanismo adaptativo esencial en la relación de la
    humanidad con su medio (Moos 1976). Una segunda influencia se
    origina en la teoría
    psicológica que considera la realización y el
    desarrollo del
    ser human las preguntas básicas conciernen a la
    motivación y el impulso ¡que mantiene activa a
    la gente y con que fin? La idea de freíd de que la
    motivación es un intento por reducir la
    tensión fundamentada en los impulsos sexuales y agresivos
    fue desafiada años mas tarde por teóricos como
    Rogers (1961) y Abraham Maslow (1954),
    quienes hicieron énfasis en la realización y
    crecimiento positiva del hombre.

    El enfoque de Erickson (1963) del ciclo vital del
    desarrollo proporcionó un tercera influencia capital para
    la teoría de la crisis; y por ultimo una cuarta influencia
    la tuvieron los estudios empíricos sobre como los humanos
    lidian con el estrés
    vital extremo.

    Con todo lo anterior, se tiene entonces, como
    dependiendo de la posición teórica desde donde
    separe la persona a intervenir, depende la técnica o
    técnicas que utilice. Aun así, para
    esto en las situaciones de crisis se deben reconocer dos fases
    que son: intervención de primera instancia, que en la
    practica se denomina primeros auxilios psicológicos
    y la intervención en segunda instancia concebida mas bien
    como terapia para crisis. Ambas son importantes para
    determinar una eventual solución a la crisis. La primera
    ayuda psicológica necesita brindarse de inmediato, al
    igual que la asistencia física por aquellos
    que tuvieron el primer contacto con la victima. Esos procedimientos
    toman poco tiempo (minutos u
    horas), y puede proporcionarlos un gran numero de asistentes
    comunitarios. La terapia para crisis, por otro lado, esta
    encaminada a facilitar la resolución psicológica de
    la crisis. Ello toma más tiempo (semanas o meses), y la
    proporcionan terapeutas y consejeros con conocimiento
    específico en técnicas
    de evaluación
    y tratamiento.

    Es aquí donde los tipos de intervención en
    crisis toman lugar; se conocen varios como el tratamiento
    escalonado, donde el terapeuta (o consejero) empieza el trabaj0o
    con la victima directa implicada en la situación de
    crisis, y luego va ascendiendo de forma que pueda abarcar a las
    victimas secundarias que son la familia,
    cónyuge, amigos, etc.

    Se conoce también el modelo
    trabajado des de Jacobson y otros (1968) donde se
    distinguen cuatro niveles en la intervención en crisis:
    manipulación del ambiente
    (enlazar la persona con un recurso de ayuda como un ministro
    religioso, amigo u órgano de asistencia), apoyo general
    (el escuchar con empatía que realizan los vecinos,
    cantineros y otros semejantes), enfoque genérico (trabajo
    breve por personas entrenadas en intervención en crisis),
    y adaptación individual de la intervención en
    crisis a cargo de personas con un amplio entrenamiento en
    psicología
    anormal , teoría de la
    personalidad , teoría de la crisis y áreas
    relacionadas.

    En la estructura
    Linderman (1944), el terapeuta ayuda a la persona a
    aceptar el dolor del luto, es decir ha vivir todo el proceso de
    duelo que implica la situación de crisis donde se pueden
    perder desde viviendas, enseres, animales o
    personas cercanas a la o las victimas. De modo semejante Viney
    (1976)
    define a los practicantes e investigadores como
    ayudantes de los pacientes para recuperar la homeostasis
    perdida por la crisis: lograr el dominio
    cognoscitivo sobre la crisis y realizar cambios conductuales. La
    primera área se apoya en las técnicas que facilitan
    la catarsis o sentimientos de translaboracion. En la segunda
    área el terapeuta asiste a la persona para obtener una
    comprensión de los planes cognoscitivos y las expectativas
    que han sido colados por el incidente e crisis, con la meta de
    desarrollar nuevos conceptos de uno mismo o de los demás.
    En el área final (la conductual), se analizan, ensayan y,
    por último ejecutan nuevas maneras de respuesta y
    enfrentamiento.

    Otro modelo es el
    propuesto por Pasewark y Aibers (1972) que hablan acerca
    de la intervención en crisis como algo que abarca tres
    áreas generales: 1- establecimiento o
    simplificación de la comunidad (entre
    personas en crisis, con otras personas significativas, con las
    agencias de asistencia, etc. 2-Asistir al individuo o a su
    familia en la
    percepción correcta de la situación
    (con un enfoque en los sucesos concretos, su significado y los
    posibles efectos)y, por último, 3- Asistir al individuo o
    a su familia en el manejo de sentimientos y emociones de un
    modo abierto.

    siendo mas especificos, desde la parte cognitiva se ha
    venido trabajando loq ue se conoce como psicologia de emergencia
    donde se reconocen los 10 principios
    básicos de la psicoterapia cognitiva de urgencias (P.C.U)
    que son: 5 de evaluación
    y 5 de intervención:

    1. La evaluación de los significados personales
    implicados en la urgencia a través de la narrativa de la
    historia
    clínica. La secuencia de activación del
    significado:<> Es importante que el terapeuta
    sintonice con el canal en el que comienza el paciente a comunicar
    su experiencia, la modalidad expresada con preferencia
    (cognitiva, afectiva, somática, interpersonal o
    conductual) y que le cuestione inicialmente por datos de esa
    modalidad ("puenteo" de Lazarus, 1983) y que continua completando
    el cuadro de activación de la secuencia de la urgencia por
    las otras modalidades ("rastreo de Lazarus, 1983). Esto es aun
    preferible aún en el caso de que el terapeuta se haga una
    idea de diagnóstico presuntivo de la urgencia, pues
    facilita la sensación de empatía con el sujeto y la
    misma relación terapeútica.

    2. La evaluación del estado
    emocional más predominante y disfuncional:<>
    El estado emocional presente en la urgencia al ser
    inmediato y estar aquí presente en la situación de
    exploración clínica suele ser uno de los motivos de
    consulta más habitual

    3. La evaluación del estado físico y
    somático inmediato:<> Este aspecto de
    la evaluación cubre el tradicional campo de las urgencias
    psiquiátricas, tanto en su vertiente de diagnóstico diferencial de la urgencia
    psíquica con otros trastornos orgánicos como de las
    posibles causas orgánicas o endógenas de la
    urgencia presente.

    4. La
    evaluación de los problemas
    relacionales actuales o desencadenantes:<> La
    evaluación de la secuencia e interacción entre
    creencias y acciones de un
    sistema implicado
    en una urgencia puede hacerse preguntando alternativamente por
    los significados de las acciones de
    los otros a los implicados en la misma (p.e preguntando a cada
    uno de ellos como le hace sentir-hacer la acción del otro
    y que significa para el/ella) mediante el cuestionamiento llamado
    de "preguntas circulares". Este método de
    detección de la secuencia interactiva creencias-acciones
    de varias personas implicadas en torno a un
    problema, ha sido usado tanto por los terapeutas cognitivos
    racionalistas (p.e Hubert y Baruth, 1989) como por los
    constructivistas (p.e Procter, 1987).

    5.La evaluación de los problemas conductuales
    actuales:<> Evaluar la conducta presente
    en la situación de urgencia supone tener en cuenta si esta
    se presenta como un exceso de la conducta
    considerada funcional (p.e conducta de evitación,
    rituales, etc.) o como un déficit de conductas o
    habilidades para el afrontamiento de las situaciones (p.e falta
    de habilidades sociales). En determinadas urgencias como los
    cuadros depresivos o los estados maniacos puede haber un
    déficit o exceso de actividad que interfiere con el
    funcionamiento adecuado del sujeto. Este nivel de actividad suele
    estar relacionado con las otras modalidades (p.e significado de
    pérdida en la depresión
    y descenso de la actividad), y mediante el mismo el sujeto hace
    funcionar sus significados personales en su vida cotidiana.
    Normalmente las actividades del sujeto expresan sus motivaciones,
    intereses o "reforzadores". Por lo tanto, evaluar conductas
    significativas en una urgencia, junto a las contingencias que
    parecen mantenerla genera pistas para acceder a los significados
    del paciente y diseñar la intervención.

    6 La selección
    de procedimientos
    cognitivos de intervención según el orden de
    activación de la urgencia:<> Los
    procedimientos cognitivos tienen como objetivo
    modificar las cogniciones (pensamientos e imágenes)
    disfuncionales y generar significados alternativos a los
    implicados en las urgencias. Aunque en la P.C.U se considera que
    todos los procedimientos multimodales van encaminados a generar
    significados alternativos a los implicados en el malestar,
    considera como propiamente cognitivos a aquellos que se dirigen
    directamente a modificar los pensamientos, imágenes y
    significados personales disfuncionales.

    7 La selección
    de procedimientos de exploración y expresión
    afectiva según el orden de activación de la
    urgencia: Habitualmente las terapias cognitivas han considerado
    las emociones como
    expresiones o productos de
    las cogniciones disfuncionales que había que reducir o
    modificar. Lo más que sé había considerado
    era diferenciar entre emociones disfuncionales derivadas de las
    creencias irracionales y emociones funcionales derivadas de las
    creencias racionales (Ellis y Grieger, 1990). Las terapias
    cognitivas beckianas y ellisianas han considerado que el momento
    más adecuado para el empleo de las
    intervenciones cognitivas era cuando el afecto estaba activado y
    sé hacia presente, pues entonces podía detectarse
    su fuente cognitiva. Actualmente, asumiendo los puntos
    anteriores, sé amplio la cuestión de la afectividad
    a su exploración. El afecto no solo representa algo a
    eliminar, sino también la llave a los significados
    personales más tácitos o inconscientes.

    Las terapias cognitivas constructivistas y
    experienciales (Guidano, 1994; Mahoney y Neimeyer, 1995;
    Greenberg, Rice y Elliot, 1996, etc.) defienden que hay una
    diferencia entre los significados otorgados más
    estructurados verbalmente a las experiencias (que
    derivarían de las creencias más semánticas
    al estilo de la propuesta de Ellis y Beck) y aquellas de nivel
    más tácito, a menudo de carácter
    más nuclear y preverbal. Los significados más
    verbales a menudo conforman las "explicaciones" del sujeto a su
    experiencia emocional, mientras que los preverbales conforman el
    significado emocional profundo de esa experiencia. Por lo tanto
    las técnicas cognitivas semánticas (Ellis, Beck,
    p.e) podrian ser inadecuadas para trabajar con esos
    significados.

    8. La selección de procedimientos de tipo
    médico y sensoriales según el orden de
    activación de la urgencia y su gravedad: Con frecuencia la
    primera medida de intervención de urgencias
    psiquiátricas son los fármacos. Esto es así
    porque es frecuente que el sujeto de la urgencia llegue en un
    estado de funcionamiento personal donde su
    capacidad de decisión está limitada, o por las
    mismas expectativas en los demandantes de la urgencia. No toda
    urgencia, sin embargo debe ser abordada de entrada con
    fármacos o solo con ellos. En los casos donde el sujeto de
    la urgencia pueda exponer sus dificultades o la ansiedad o
    agitación no sea elevada, la escucha del relato del sujeto
    debe ser la primera medida a tomar.

    9. La selección de procedimientos de tipo
    interpersonal según el orden de activación de la
    urgencia: Para los seguidores de la teoría del apego
    (Bowlby, 1971), los terapeutas psicodinámicos breves (p.e
    Strupp y Binder, 1984), los terapeutas interpersonales (p.e
    Klerman, 1984) y los terapeutas cognitivos interpersonales
    (Safran y Segal, 1994) hay una relación entre la
    activación de significados personales relacionados con el
    estilo afectivo y de vinculación-relación del
    sujeto con otras personas con las que se relaciona y el malestar
    o urgencia que presenta actualmente. Estos autores sostienen que
    muchos de los trastornos clínicos, incluidas las urgencias
    psiquiátricas se relacionan directamente con las relaciones
    interpersonales del sujeto con otros significativos y los
    cambios producidos en estas relaciones.

    10. La selección de procedimientos de tipo
    conductual según el orden de activación de la
    urgencia: Los procedimientos conductuales en la tradición
    conductista se dirigen bien al manejo de los antecedentes de
    conductas específicas (p.e el control de
    estímulos), sus consecuencias (p.e procedimientos de
    refuerzo y extinción), la reducción de conductas
    excesivas (p.e reforzamiento diferencial) y el incremento de
    déficits conductuales (p.e el moldeamiento y el
    modelamiento). Las terapias cognitivas usan a menudo los métodos
    conductuales para contrastar los significados personales del
    sujeto. Es frecuente el diseño
    de "experimentos
    conductuales" en la terapia cognitiva de Beck para modificar
    significados personales (p.e la recogida de evidencia de la
    creencia de ser un inepto frente a áreas de manejo
    específico) o las propias interpretaciones subjetivas (p.e
    diarios de actividades de dominio-agrado en
    sujetos depresivos con generalizaciones de pérdida de
    placer). El entrenamiento en
    habilidades de conducta en la terapia cognitiva conlleva no solo
    el manejo de situaciones problemas concretos (p.e habilidades
    sociales en un sujeto con fobia social para el manejo de sus
    relaciones sociales) sino también dirigido a explorar
    nuevos significados alternativos (p.e juego de
    roles, rol fijo, etc.) o para modificar el propio autoconcepto
    negativo. Con respecto a este último, y retomando los
    modelos
    encontrados para el trabajo en
    intervención en crisis, es el que mas se adecua a mi
    parecer ya que teniendo en cuenta mi posición
    teórica desde la cual me apoyo desde el constructivismo ,
    pienso que le brinda a la/las personas que están en una
    situación de crisis acceder como primera medida a personas
    o instancias que le permitan una ayuda y pequeña
    comprensión de lo que le esta pasando, segundo le permite
    que la persona reevalué la forma en la que esta mirando lo
    que le paso, en términos de reevaluar sus constructos en
    base a la nueva situación y al apoyo que esta recibiendo
    de su medio como familia, amigos, etc. Además le permite a
    la persona, aprender a manejar los sentimientos y pensamientos
    que le generan la nueva situación en términos de
    que pueda sacar el mejor provecho a la situación, aunque
    como terapeuta se reconoce que un paciente "nunca regresa" al
    nivel previo de funcionamiento, lo que si se puede hacer es
    ayudar al paciente a traslaborar y resolver de manera exitosa una
    crisis vital, la persona aprende nuevos caminos para salir
    adelante. Y es aquí, y teniendo encuentra lo anteriormente
    expuesto donde el terapeuta posee gran responsabilidad en la medida en que debe formarse
    de una forma integral para poder atender
    este tipo de situaciones ya que nuestro medio social inmediato
    así lo exige.

    monica duque Sepúlveda

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