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Revisión del concepto de marketing directo




Enviado por pabloso



    1. Resumen
    2. La situación conceptual
      precedente.
    3. Una propuesta conceptual
      nueva.
    4. Conclusiones.
    5. Bibliografía

    RESUMEN

    ante el creciente interés
    por el conjunto de prácticas comerciales desarrolladas
    bajo el concepto de
    marketing
    directo, tanto en el terreno de la
    comunicación, como en el ámbito de la distribución comercial, motivado por su
    creciente desarrollo en
    el panorama general de marketing, se aprecia la existencia de
    múltiples definiciones. Sin embargo, cada una de ellas
    analiza esta realidad comercial desde perspectivas parciales.
    Así, se aprecian definiciones que sesgan el concepto de
    marketing directo potenciando sus elementos comunicativos y otras
    que destacan, principalmente sus aspectos transaccionales. Como
    consecuencia de la inexistencia de una definición global
    que unifique estas perspectivas se considera prioritario realizar
    un intento de fijar el concepto de marketing directo, como paso
    previo a cualquier otro tipo de investigación en este campo. El presente
    artículo expone los resultados de este intento.

    Palabras Clave: Marketing Directo, Marketing
    relacional, Marketing de relaciones.

    1.
    introducción

    Las altas cotas de desarrollo
    alcanzadas por el ser humano hasta la fecha están
    produciendo que los cambios en las actividades que éste
    desarrolla sean cada vez más rápidos y acelerados.
    Ante este continuo devenir de nuevas situaciones y posibilidades,
    el individuo y la empresa deben
    poner en marcha mecanismos de adaptación y flexibilidad,
    los cuales sólo pueden desarrollarse por medio de un mejor
    y mayor conocimiento,
    obtenido a través de la información.

    Sin embargo, resulta paradójico que frente a este
    frenesí evolutivo se sigan conservando, casi intactos, los
    principios
    esenciales de la relación comercial: la supervivencia del
    individuo y la empresa, y la
    maximización de beneficios.

    En este contexto, tan cambiante en la forma y tan
    estable en el fondo, están tomando posiciones cada vez
    más relevantes prácticas comerciales que hasta
    ahora habían ocupado puestos marginales en el panorama
    comercial mundial. Una de estas prácticas comerciales se
    conoce con el nombre de marketing directo.

    Una de las primeras y más importantes
    dificultades que encuentra toda persona
    interesada en el estudio del marketing directo se refiere a la
    falta de consenso acerca de su definición conceptual y su
    naturaleza. La
    mayoría de los profesionales de marketing tienen una idea
    equivocada o parcial de su significado e importancia.
    Según Vargas Sánchez (1989; 83-100) el problema
    radica en que "nadie sabe, a ciencia
    cierta, que es el marketing directo".

    Las posibles causas de esta confusión
    terminológica-conceptual son:

    • El marketing directo es una herramienta
      estratégica del marketing que implica la
      relación directa e interactiva entre la empresa y
      el cliente.
      De ello se deriva el hecho de que bajo este concepto se
      agrupan actividades comerciales que se podrían
      denominar tradicionales (Venta
      personal,
      venta por
      correo) y actividades comerciales que aprovechan los nuevos
      avances en las Tecnologías de la Información (Venta por ordenador,
      televenta, telemarketing, etc.). De esta disparidad de
      actividades puede manar cierta confusión al estar
      todas ellas, tradicionales y nuevas, bajo un mismo
      concepto.
    • El marketing directo es un instrumento de marketing
      novedoso (Sánchez Guzmán, 1995; 600). Aunque
      incluya actividades tradicionales, su uso estratégico,
      basado en las bases de
      datos, es relativamente nuevo en el panorama del
      marketing general. La falta de madurez de esta disciplina
      y la falta de conocimiento de los profesionales que la
      emplean puede ser causa importante de esta falta de claridad
      conceptual.
    • Predomina un aprovecha- miento puntual y limitado
      de esta forma de marketing. Esto es consecuencia de que para
      realizar acciones
      estratégicas de marketing directo es necesario tener
      una cierta infraestructura en la captación, manejo y
      explotación de la información, y hasta hace
      poco tiempo eran
      pocas las empresas que
      poseían dicha infraestructura. Por ello muchas
      empresas
      han realizado campañas promocionales utilizando
      elementos de marketing directo (por ejemplo mailings o
      telemarketing de emisión de llamadas,
      etc.) sin tener bases de datos propias
      actualizadas, que fueran el origen de esas acciones
      comerciales. La falta de infraestructura ha impedido que
      muchos profesionales conozcan plenamente lo que el marketing
      directo significa y exista una mentalidad que considera
      sólo el aspecto táctico del marketing directo:
      "… y no se dan cuenta que es una nueva manera de entender
      el marketing y la comunicación" (Guardia, 1991; 18)
      .

    En definitiva, se impone comenzar el análisis del marketing directo en España,
    realizando un intento de aportar luz en esta
    confusión terminológico-conceptual, ya que la
    importancia que este fenómeno esta adquiriendo en la
    actualidad, y su proyección futura, aconsejan empezar su
    estudio por el principio, por su base. Clarificar delimitar y
    pulir el concepto facilitará la comprensión de este
    sistema de
    pensamiento y
    acción que es el marketing directo.

    2. LA
    SITUACIÓN CONCEPTUAL PRECEDENTE.

    La expresión marketing directo empezó a
    utilizarse con cierta frecuencia a partir del cambio de
    denominación de la principal revista del
    sector, que pasó de The Reporter of Direct Mail
    Advertising a Direct Marketing en mayo de 1984. Posteriormente
    muchos clubes cambiaron de nombre, y la Asociación de
    Miembros de Marketing Directo no fue tal hasta 1984, que se
    denominó Direct Marketing Association (DMA). En España
    cuando se constituyó la Asociación en 1977 se
    llamó Asociación de Venta por Correspondencia y de
    Marketing Directo (AVPC), pasando a denominarse en 1989
    Asociación Española de Marketing Directo (AEMD).
    (Allet; 1991)

    Como refleja lo anteriormente expuesto se han utilizado
    multitud de términos para referirse a la relación
    directa entre el comprador y el vendedor sin la existencia de un
    establecimiento. Se le llama venta directa, venta por
    correspondencia, venta telemática, marketing de respuesta directa,
    telemarketing, venta a distancia, etc. Sin embargo todos estos
    términos no son plenamente descriptivos y se limitan a
    reflejar algunas de las características, o el medio utilizado para
    la realización de las transacción
    comerciales.

    Las aportaciones conceptuales realizadas por los
    estudiosos de esta materia se
    expresan a través de gran cantidad de definiciones.
    Éstas reflejan las distintas perspectivas desde las cuales
    puede estudiarse este fenómeno. Según esto, pueden
    apreciarse tres grupos en las
    definiciones aportadas.

    1. También "… supone emplear medios de
      comunicación directa (correo, teléfono, televisión y red informática) para hacer proposiciones
      de venta dirigidas a segmentos de mercados
      específicos, generalmente elegidos a través de
      sistemas
      informáticos de bases de
      datos".(Santesmases, 1992; 408).

    2. El primer conjunto de definiciones se formulan desde
      la óptica de la distribución comercial. Se podría
      considerar que esta es la perspectiva clásica a la hora
      de abordar el tema del marketing directo. Entre las
      aportaciones más valiosas se pueden destacar las de
      Parley (1973; 23), Vargas Sánchez (1989), Stanton
      (1992;409) y Santesmases (1992). Estos autores definen
      marketing directo como: " … el conjunto de actividades por
      las que el vendedor efectúa la transferencia del bien o
      servicio al
      comprador dirigiendo sus esfuerzos a una audiencia cualificada,
      y utilizando uno o más medios con
      objeto de solicitar una respuesta de un cliente actual
      o potencial, bien sea por teléfono, por correo, a través de
      anuncios en diarios, revistas, radio, televisión, o por visita personal".(Vargas Sánchez,
      1989;85).
    3. El segundo grupo de
      definiciones hacen un mayor hincapié en el tipo de
      comunicación utilizada. Se pueden
      destacar las aportaciones de Kobs (1986;197), de Pasavant
      (1989, 14) y de Lambin (1993, 209) .

    Establecen que el marketing directo es: " el
    envío de un mensaje directo al cliente o cliente
    potencial para producir algún tipo de acción
    inmediata" (Pasavant, 1989; 14).

    O también: " Un sistema de
    marketing en el que el productor se dirige directamente a los
    posibles consumidores y/o clientes, por
    la intermediación de uno o varios medios de
    comunicación personales e impersonales, con vistas a
    suscitar una respuesta comportamental inmediata y medible"
    (Lambin, 1991; 369). Nótese que definiciones como la
    anterior se ven alejadas de la realidad empresarial, ya que no
    siempre el usuario del marketing directo es un fabricante. Son
    frecuentes empresas de venta por correo que no producen los
    bienes y
    servicios
    que ofertan, son intermediarios que comercializan estos
    productos
    utilizando el marketing directo. Un ejemplo de ello pueden ser
    El Circulo de Lectores o los catálogos de "La Tienda en
    Casa" del Corte Inglés. Son contradicciones como esta la
    que genera el tipo de confusión descrita al principio
    del artículo.

    Como se puede apreciar estas definiciones consiguen
    poner de relieve un
    aspecto clave del marketing directo, la existencia de una
    comunicación interactiva de emisión de mensaje y
    respuesta. Este aspecto es resaltado por Dubois Y Nicholson
    (1987; 16) cuando dicen: " El Marketing Directo se caracteriza
    por su aspecto interactivo, personal e individual. Permite
    establecer un diálogo permanente con el consumidor
    para provocarle una respuesta inmediata y activa.
    Contrariamente a la publicidad
    clásica que persigue un objetivo
    semejante, el marketing directo aporta al receptor del mensaje
    medios de
    respuesta, un cupón, un teléfono…
    Además, los resultados de una campaña de
    marketing directo son fácilmente medibles,
    contrariamente a las consecuencias de una campaña de
    imagen".
    Esta perspectiva aporta valiosas consideraciones pero sesga en
    exceso las definiciones hacia el lado de la publicidad
    directa, y como dice Guardia (1991; 16) " La única
    relación entre el Marketing Directo y la Publicidad
    Directa es que aquél recurre frecuentemente a
    ésta como forma de contacto con los
    destinatarios".

    Dentro del conjunto de definiciones que consideran que
    el marketing directo es una herramienta comunicativa de la
    empresa,
    aparecen propuestas de conceptualización que utilizan
    elementos de relación y de interacción como ejes
    centrales para su definición. Es en este grupo donde
    se encuentran las definiciones más abstractas. De ellas
    se pueden destacar la de Menal (1991; 25): "El marketing
    directo es contacto, es un diálogo activo con el consumidor";
    la de Bird (1991; 28) " El marketing directo es toda actividad
    de comunicación que tiene como objetivo
    principal crear y explotar una relación directa entre
    una empresa y
    sus clientes y
    prospectos, tratándoles como individuos"; y la de Rapp
    (1991; 72): " El marketing directo es un sistema de
    diálogo entre el producto,
    las empresas productoras y sus consumidores".

    1. Por último se pueden encontrar otras
      definiciones menos complicadas y a la vez más realistas.
      La más destacada de ellas es la que ofrece Ferry (1987;
      18), que establece que "el Marketing Directo es el marketing
      que se realiza a través de una base de datos".
      Si bien esta definición es muy simple, sirve para
      diferenciar las acciones que utilizan esta herramienta de
      marketing en toda su extensión, de aquellas aplicaciones
      de marketing directo que solamente explotan la vertiente
      táctica. Así, por ejemplo, el envío de una
      batería de mailings a una lista de personas que ha sido
      alquilada previamente, cuyo objetivo es la obtención de
      un rendimiento a corto plazo difiere, en mucho, de la
      explotación una relación directa e interactiva a
      medio y largo plazo a través del uso de una base de datos
      enriquecida con cada contacto con el cliente actual o
      potencial.

    En un intento de homogeneizar y centrar el concepto de
    marketing directo las asociaciones más importantes del
    sector establecen sus definiciones "oficiales". Así, la
    American Direct Marketing Association y la European Direct
    Marketing Association establecieron una definición de este
    concepto, considerando que: "…el marketing directo es un
    sistema interactivo de marketing que utiliza uno o más
    medios publicitarios para conseguir una respuesta medible y/o una
    transacción en un punto determinado. Este concepto abarca
    todos aquellos medios de comunicación destinados a crear
    una relación interactiva con un detallista individual,
    una empresa,
    cliente, consumidor final o un contribuyente a una causa
    determinada".(En Allet, 1991;12)

    Esta definición permite apreciar las principales
    características que cualifican al marketing
    directo como una de las herramientas
    de marketing más importantes en el contexto comercial
    actual.

    3.- Una propuesta
    conceptual nueva.

    Como se expuso anteriormente, en la formulación
    conceptual del marketing directo existen tres perspectivas
    principales: una perspectiva que considera los aspectos
    comunicativos del marketing directo, otra que hace
    hincapié en la idea de identificar el marketing directo
    como las formas comerciales sin establecimiento y otra que se
    relaciona más con la gestión
    de la información a través de las bases de datos de
    marketing. A tenor de estas tres perspectivas, y coincidiendo
    plenamente con Echebarría (1995, 52-53) en la necesidad de
    aportar una definición que proponga un concepto unitario y
    global, sin alimentar la confusión existente, se propone
    la siguiente definición:

    "El marketing directo es una forma de hacer marketing
    que orienta la actividad de la empresa hacia el
    conocimiento del individuo como cliente (consumidor o miembro
    de una organización), a través del
    establecimiento y gestión
    de relaciones directas e interactivas

    con él, gestionadas por medio de bases de
    datos de marketing, para realizar un intercambio voluntario y
    competitivo de bienes y
    servicios que
    favorezca la obtención de utilidades mutuas
    ".

    Resulta imprescindible justificar a continuación
    los aspectos más relevantes y novedosos de la
    definición propuesta.

    3.1. El marketing directo como forma de
    marketing.

    Hay autores que consideran que el marketing directo es
    sólo una técnica de acción comercial, que
    dista muy mucho de poder ser
    considerada una forma de marketing. Por ejemplo, Sánchez
    Guzmán (1995; 600) expresa esta postura diciendo: "La idea
    de que el marketing directo es una forma de marketing, cayendo
    así en el error de establecer una tipología de
    marketing que en absoluto existe, pues, (…) el marketing es una
    forma general de actuación de la empresa que toma como
    punto de referencia el mercado y en la
    cual se integran las acciones y las técnicas
    idóneas para conseguirlos objetivos que
    se determinen".

    Partiendo de estas palabras que entienden el marketing
    como una forma general de actuación de la empresa se puede
    derivar fácilmente la existencia de formas "particulares"
    de marketing, que desarrollen la filosofía y los objetivos de
    marketing general de una manera específica, siguiendo un
    aspecto formal propio y unos principios
    teóricos particulares pero confluentes con los del
    marketing general.

    Si se considera que el marketing directo es solamente
    una herramienta promocional de la empresa, evidentemente, no se
    puede decir que es una forma de hacer marketing, puesto que se
    está rebajando el marketing, igualándolo a la
    promoción. Pues al igual que el marketing
    no es lo mismo que la publicidad o que la promoción, el marketing directo no es
    sólo una herramienta de comunicación para la
    obtención de una respuesta inmediata. Análogamente,
    tampoco puede ser considerado un conjunto de formas comerciales
    "a distancia" o "sin establecimiento", es mucho
    más.

    Sin entrar en profundidad en el concepto de marketing,
    puesto que éste se considera conocido entre los lectores
    de este artículo, es necesario destacar que el marketing
    directo es una forma de hacer marketing porque desarrolla todas
    las dimensiones que el concepto de marketing tiene, de manera
    particular.

    Si se considera que el marketing es un sistema de
    pensamiento y
    un sistema de acción que posee tres dimensiones
    fundamentales: (Lambin, 1993)

    • Dimensión Ideológica. (Sistema de
      pensamiento de Marketing). Refleja la función
      del marketing como conjunto de ideas que dirigen la actividad
      de la empresa hacia la satisfacción de las necesidades y
      deseos de los individuos y organizaciones
      mediante la creación y el intercambio voluntario y
      competitivo de bienes y servicios generadores de
      utilidades.
    • Dimensión Analítica. (Marketing
      Estratégico) Es aquella parte del marketing que permite
      obtener información de la realidad que envuelve la
      empresa facilitando la elaboración de ofertas ajustadas
      a las necesidades del mercado y
      consiguiendo adaptar la
      organización a los cambios en el entorno, explotando
      sus potencialidades.
    • Dimensión de Acción. (Marketing
      Operacional). Es la dimensión del marketing que refleja
      que el marketing es un sistema de acción que aporta a la
      empresa una serie de variables-herramientas
      para actuar en el mercado y lograr los objetivos perseguidos.
      Fundamentalmente estas herramientas son las famosas 4P´s
      de McCarthy (1974) (Producto,
      precio,
      distribución y
      promoción-comunicación).

    Figura 1: DIMENSIONES DEL CONCEPTO DE
    MARKETING

    Fuente: Elaboración propia a
    partir de Lambin (1993), pp. 1-10.

    Como puede apreciarse en la Figura 1 la dimensión
    ideológica envuelve a las otras dos dimensiones,
    analítica y operacional, determinando su
    orientación y sus objetivos. La dimensión
    analítica obtiene de los mercados en los
    que concurre y del entorno general, la información
    necesaria a través de los distintos sistemas de
    información que conforman el SIM (Sistema de
    Información de Marketing), que va a permitir elaborar
    la estrategia que
    determina la acción de la empresa a través de sus
    variables
    controlables (marketing operacional): producto, precio,
    distribución y comunicación.

    Teniendo en cuenta estas consideraciones sobre las
    dimensiones del marketing general se pueden establecer una
    "homología", utilizando la terminología de la
    Teoría General
    de Sistemas, entre el marketing directo y el marketing
    general. Esta homología se basa en la existencia de las
    mismas tres dimensiones, orientadas a un fin último
    idéntico: el beneficio empresarial a través de la
    satisfacción de las necesidades y deseos de los individuos
    y organizaciones,
    pero llevadas a cabo de manera diferente.

    Por ello se puede afirmar que el marketing directo
    presenta tres dimensiones: Ideológica, Analítica y
    Operacional. (Ver figura 2).

    Figura 2: DIMENSIONES DEL MARKETING
    DIRECTO

    Fuente: Elaboración
    propia.

    – Dimensión Ideológica del marketing
    directo.

    Es el sistema de pensamiento que orienta la actividad
    desarrollada a través de esta forma de marketing. Se basa
    fundamentalmente en orientar toda actividad de la empresa al
    conocimiento del individuo como cliente, en el sentido de
    procurar la satisfacción de sus deseos y necesidades a
    través de una relación. La palabra clave de este
    pensamiento es la Relación. Entendida como
    intercambio de información directo e interactivo, que
    parte de la empresa y genera una respuesta en el receptor de
    la
    comunicación. Como consecuencia de este tipo de
    comunicación comercial, se crea un flujo de bienes y
    servicios a cambio de una
    contraprestación, generalmente económica. Por
    tanto, el marketing directo se entiende, en sentido amplio,
    compuesto de dos elementos fundamentales en su relación
    con el individuo comprador: una vertiente comunicativa y una
    vertiente distribuidora o transaccional.

    Este tipo de relación está orientada al
    conocimiento del cliente con el ánimo de ofrecerle
    aquellos bienes y servicios que éste puede necesitar en el
    momento en el que éste manifiesta tal necesidad. Realizar
    adecuadamente este proceso aporta
    valor
    añadido a la relación empresa-cliente y favorece la
    satisfacción de ese cliente, condición previa para
    su fidelidad.

    Esta orientación hacia el
    conocimiento del cliente individual mediante el
    establecimiento de una relación se desarrolla de manera
    eficiente a través de lo que se conoce como marketing de
    bases de datos, entendido como lo define el National Center For
    Database Marketing (1995; 2): "Gestión de un sistema
    informático de bases de datos relacional, en tiempo real, que
    incluye datos completos y actualizados sobre clientes,
    potenciales o reales, cuya finalidad es identificar a los
    clientes con mayor capacidad de respuesta para establecer una
    relación duradera de repetición de transacciones,
    desarrollar modelos
    predictivos que nos permitan enviar los mensajes deseados y la
    forma oportunos a la persona adecuada,
    obteniendo con ello la satisfacción de nuestros clientes,
    el aumento de nuestra tasa de respuesta por unidad monetaria
    invertida en marketing, la disminución de nuestros costes
    por pedido, la consolidación de nuestra actividad y el
    aumento de nuestros beneficios".

    Esta orientación hacia la relación
    pretende conseguir el objetivo propuesto por DRUCKER (1975; 86):
    " Se puede admitir que una cierta forma de venta será
    necesaria siempre. Pero el objetivo del marketing es conocer y
    comprender tan bien al cliente, que el producto o el servicio
    esté naturalmente adaptado a sus necesidades y se venda
    por sí mismo. Idealmente, la gestión de marketing
    debe conducir a un cliente que este dispuesto a comprar. Todo lo
    que hay que hacer es que el producto este disponible".

    Por consiguiente, la acción comercial debe
    orientarse hacia el conocimiento del cliente individual,
    ¿Hay mejor manera de conocer al cliente que manteniendo
    una relación directa e interactiva con él
    ?

    En resumen se puede establecer que la orientación
    filosófica del marketing directo corresponde con lo que se
    ha venido a llamar Marketing de Relaciones. Entendido como "el
    proceso social
    y directivo de establecer y cultivar relaciones con los clientes,
    creando vínculos con beneficios para cada una de las
    partes, incluyendo a vendedores, prescriptores, distribuidores y
    cada uno de los interlocutores fundamentales para el mantenimiento
    de la relación (Allet, 1994; 35)"

    Este nuevo enfoque del marketing relacional supone,
    según Alfaro,M. (1995; 7-9), ampliar el campo de
    actuación del marketing general pasando de la mera
    gestión de la oferta a la
    gestión integrada de la oferta en
    relación con los clientes. Esta gestión integrada
    se consigue mediante la vinculación del cliente a la
    empresa proveedora, fomentando su participación en los
    procesos de
    diseño
    y comercialización.

    En definitiva, el marketing de relaciones es "… la
    formulación en un modelo de
    comercialización dirigido a satisfacer a
    clientes, desde la perspectiva individual de cada uno de ellos, y
    que desarrolla los procesos de
    creación de valor a partir
    de ellos" (Allet, 1994; 189).

    En este sentido, el marketing relacional supone
    realizar, en nuestra opinión, lo mismo que Lopez de
    Arriortua (1996) realizó con sus proveedores a
    la hora de reducir los costes en la fabricación de
    automóviles. En este caso, en vez de escuchar al
    "señor trabajador" se escucha al "señor cliente".
    Ello permitirá mejorar las tres "patas" del valor:
    Calidad,
    servicio y coste.

    En definitiva, el marketing de relaciones debe permitir
    evaluar los procesos comerciales que generan valor añadido
    discriminando éstos de otros que no lo generan, buscando
    el desarrollo exponencial de la rentabilidad
    de los procesos comerciales, de manera análoga a lo que
    estas teorías
    han producido en su aplicación industrial. (Lopez de
    Arriortúa, 1997; 13- 20).

    – Dimensión analítica del marketing
    directo.

    La posibilidad de establecer relaciones interactivas y
    continuas en el tiempo con los clientes genera un gran volumen de datos
    susceptibles de ser analizados a través de las distintas
    técnicas estadísticas, de tal forma que se pueda
    obtener una información elaborada y compleja que aporte el
    conocimiento deseado sobre las necesidades y deseos de los
    clientes, revele necesidades insatisfechas, perfiles de clientes,
    oportunidades de negocio, factores de competencia,
    potencialidades de los distintos mercados, etc.

    Toda esta información, permitirá
    desarrollar las estrategias, a
    corto, medio y largo plazo, que posibilitan una mayor fidelidad
    de los clientes y un mayor conocimiento sobre las posibles
    vías de crecimiento de la actividad comercial de la
    empresa.

    – Dimensión operacional del marketing
    directo.

    Al igual que el marketing general cuenta con una serie
    de variables controladas por la empresa que le permiten actuar en
    el mercado para desarrollar las estrategias
    previstas para la consecución de los objetivos prefijados,
    el marketing directo cuenta con otra serie de variables que van a
    permitir a la empresa obtener sus fines.

    Estas variables son (Stone, 1995; Allet,
    1991):

    • La oferta
    • El timing
    • Las listas
    • Los medios
    • La creatividad
    • El fulfillment
    • El servicio al cliente

     A través de esta serie de variables la
    empresa puede elaborar su mix de marketing directo y actuar en el
    mercado. La acción por medio de estos elementos va a
    posibilitar la relación directa e interactiva de tal forma
    que sea previsible y cuantificable en términos de retorno
    de la inversión.

    3.2 El conocimiento del individuo como
    cliente.

    En contraposición con el marketing de masas, el
    marketing directo permite el contacto de la empresa con los
    individuos, humanizando las relaciones comerciales. Se pretende
    conseguir los niveles de confianza y de trato que han sido
    habitual hasta el desarrollo de los sistemas de
    producción en serie. Se fabricaban productos
    standard para mercados de masas, promocionados a través de
    los medios de
    comunicación de masas, donde el individuo recibe el
    nombre de "consumidor", y no es más que un eslabón
    en la cadena de producción-consumo.

    En este contexto se desarrolla el marketing directo
    ofreciendo la diferenciación de la oferta por otros
    elementos que no son el precio. Se busca competir incorporando el
    valor añadido que supone un trato humano y personalizado.
    El individuo recobra su valor dentro del contexto general en el
    que la máxima es "el cliente es el rey". Como se pudo
    apreciar en los resultados de la encuesta
    postal, realizada en la Tesis Doctoral
    origen de este artículo (Sánchez de Ocaña,
    1997; 356) , la mayoría de los encuestados (el 48,2 % para
    las pequeñas empresas, el 95,8 % en el caso de las
    medianas y el 91,7 % en el caso de las grandes) consideraron que
    las relaciones directas e interactivas con los clientes aportan
    un valor añadido adicional a la oferta de la
    empresa.

    En este sentido la definición de marketing
    directo propuesta contempla esta forma de marketing orientada al
    conocimiento del individuo, ya sea éste un consumidor o un
    miembro de una organización. Este matiz pretende
    incorporar la idea expresada por Chias, J (1990) es el
    título de su libro: "El
    mercado son personas", tanto en los mercados de consumo como
    en los mercados industriales. En éstos condicionante, la
    compra es, supuestamente, más racional que en el caso de
    los consumidores, pero aún así se ve fuertemente
    condicionada por los intereses, motivaciones y juicios personales
    de aquellos que deciden la adquisición de un bien o
    servicio (Reyes, 1993; Cap.6). Por ello el marketing directo debe
    estar orientado a la identificación y conocimiento de los
    individuos, aunque éstos pertenezcan a una
    organización cliente.

    4.
    -Conclusiones.

    En el terreno de las relaciones comerciales los cambios
    que se producen son tan acelerados en la forma, que si no se
    orienta la observación conceptual hacia los elementos
    esenciales, con facilidad se aportaran definiciones que
    rápidamente se quedan obsoletas. Aportar una
    definición del marketing directo como una forma de
    marketing, a parte de clarificar estas prácticas
    comerciales emergentes, permite adaptar el concepto de marketing
    directo a la dinámica del marketing general,
    centrándolo en todas aquellas actividades comunicativas y
    distribuidoras que por medio de una base de datos establecen
    relaciones directas e interactivas con sus clientes actuales y
    potenciales, tratándolos como individuos.

    Al observar que el marketing directo centra el
    pensamiento y la acción de marketing en el individuo, y
    que esta perspectiva se está desarrollando con cada vez
    más fuerza; se
    puede empezar a pensar que el crecimiento del marketing directo
    no es sino un indicio de que en realidad está cambiando el
    modelo que
    guía las relaciones entre la empresa y los clientes, a
    escala
    mundial.

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    Pablo Sánchez de Ocaña Ruiz de la
    Prada.

    Universidad Complutense de Madrid.

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