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Mito y realidad del Estado (página 2)




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CAPITULO V

LA
IDEALIZACION DEL ESTADO

1. El Estado como
objetivación del ideal jurídico

Desde otra perspectiva el Estado ha sido
considerado como la condición ideal del derecho, como una
objetivación del ideal jurídico; a esta corriente
pertenecen, entre otros, los representantes del idealismo
alemán desde sus orígnes, en el campo
jurídico con Samuel Pufendorf, Thomasius y Wolf; los
representantes de la escuela
histórica del derecho como Gustavo Hugo, Thivault y
Savigni y los más genuinos representantes de la
filosofía como Emmanuel Kant, Juan Amadeo
Fichte y Jorge Guillemo Federico Hegel.

Tomemos en cuenta que los tres últimos fueron
pensadores que asistieron al preludio y al acto de
representación de la gran revolución
burguesa contra el feudalismo en
Francia
(1789-1798), es decir, que tuvieron conocimiento
de la
Ilustración, de los Enciclopedistas y de las
consecuencias inmediatas de ese drama histórico.
Así mismo es natural, todos los mencionados autores
tuvieron conocimiento y
relación con las ideas e intereses de sus naciones, que se
dirimían entre una nobleza feudal y altanera, y una
burguesía ascendente pero tímida y prudente; que no
quiso tocar los intereses de la nobleza por la vía
revolucionaria, como en Francia,
porque precisamente, esos intereses estaban vinculados con los de
la misma burguesía que tenía en los feudales los
mejores consumidores de sus productos. En
ese contexto, las ideas sobre el Estado se
conducen a darle una configuración ideal.

2. Samuel Pufendorf (1632-1694)

Pufendorf es un ecléctico que reune, en sus obras
jurídicas, el pensamiento de
Hugo Grocio, Baruch Spinoza, Thomás Hobbes y
Renato Descartes. Su
propósito es adaptar las ideas de estos tratadistas al
régimen feudal imperante en Alemania y
justificar así, el absolutismo de
la nobleza. En cuestiones sociales -que el llama morales-, aplica
el método
racionalista de Descartes,
sobre una base matemática; pretende, de esta manera,
elaborar una serie escalonada de axiomas o postulados que aplica
al orden social, al Estado y al
derecho.

Divide el mundo en dos grupos, el de las
cosas naturales, que son perceptibles por los órganos de
los sentidos;
y el de las cosas morales que no son preceptibles por los sentidos sino
por la razón, de las cuales se ocupan las ciencias
sociales o morales. Entre las cosas morales se encuentran
la familia, la
ciudadanía, el Estado, el derecho, etc. Todas estas cosas
morales provienen de Dios y del hombre.

El estado y el derecho no son considerados como
fenómenos históricos. Explica, como todo
jus-naturalista, que el hombre
vivió en estado de naturaleza y que
el Estado nació como una necesidad metodológica, es
decir, como una necesidad de someter al hombre a una
diciplina indispesable para su seguridad. Dice
que la ley fundamental
de la razón es la existencia de una vida pacífica
entre los hombres; y que esa ley es la base
del derecho
natural. En este sentido, está totalmente opuesto a
Hobbes. Pero
admite de éste, el absolutismo
del príncipe, en las relaciones con los súbditos,
para justificar la dominación de la nobleza feudal en
Alemania.

Se opone a las doctrinas medioevales relativas a la
formación del Estado, conocidas como doctrinas
patriarcales, doctrina patrimonial y doctrina teológica, y
busca un fundamento filosófico más racional para
justificar el aparecimiento del Estado y el absolutismo de los
príncipes alemanes; encontrando esta solución en su
tesis de que
el fundamento del poder
político, del poder del
Estado, estriba en estos tres elementos: la superioridad, la
independencia
y la ilimitación.

Y explica: en el estado de naturaleza, no
hay leyes divinas
sino sólo el derecho
natural, que es la aspiración a la libertad, la
autoconservación y la independencia;
las cuales tienen un carácter
eterno e inmutable. Estima que estos tres signos están
vinculados entre sí y que el titular del poder
político, del poder del Estado, el
príncipe, no responde de sus actos porque está
por encima de las leyes. En cuanto
a la forma del Estado se pronuncia por la monarquía porque una sola persona dispone,
con más precisión que muchas sobre las cosas de
interés
general. Admite que el poder del príncipe o monarca, debe
ser absoluto y que sólo el poder del Emperador debe estar
sujeto a limitaciones impuestas por los electores.

Esta opinión la basa en el texto de la
llamada "bula de oro" del año 1356, según la cual,
el emperador debe ser elegido por los electores (y estos eran, en
Alemania, los príncipes o monarcas de los trescientos y
más pequeños Estados Feudales que se mantuvieron
hasta mediados del Siglo XIX).

3. Cristian Thomasius (1655-1728)

Thomasius afirma que la tarea más importante de
su tiempo, es la
de liberar la filosofía y el Estado, de la influencia
religiosa; basándose en el carácter
universal de la razón que se impone sobre la creencia en
lo divino. Sin embargo, sostiene que el Estado debe tolerar todas
las religiones aunque
no debe pronunciarse por ninguna; pero sí, debe combatir
las herejías porque son las que acarrean la violencia.

Refuta la teoría
del origen divino del poder del soberano. Refuta a San Pablo que,
en este sentido, sostiene dos tesis
contradictorias; por una parte dice que "todo poder viene de
Dios" y por otra dice que "El Estado es una institución
humana". En realidad dice Thomasius, si el poder del Estado
viniese de Dios, habría que justificar, en esa forma, el
poder conquistado por los regicidas, los usurpadores y aún
del pueblo insurreccionado que derriba del poder al soberano
hereditario.

Divide la sociedad humana
en tontos e inteligentes. Los primeros deben ser gobernados
porque son los que alteran la paz; los segundos son los llamados
a gobernar, a dar normas de
conducta para
todos; a fin de lograr la paz. Las normas de
conducta
pueden ser morales y conllevan el consejo; y las jurídicas
que llevan el elemento de coacción, o sea el castigo. El
consejo es aplicado por un preceptor; el castigo por un soberano,
división tiene su fundamento, en la situación
histórica de la Alemania del tiempo de
Thomasius; pues existía un verdadero Estado policía
que se adentraba hasta en la vida privada de los súbditos;
y por eso intenta separar de la tutela del Estado la vida
espiritual de los gobernados.

4. Christian Wolf (1679-1754)

Wolf es autor de dos obras fundamentales: "Pensamientos
racionales acerca de los actos y de la abstención de los
actos humanos" y "Derecho natural investigado por el método
científico". Su pensamiento se
apega más que el de Pufendorf y el de Thomasius para
justificar el régimen feudal dominante en Alemania, lo
mismo que el absolutismo del Estado prusiano.

Dice este autor que el Estado tiene un origen
contractual, en cuyo convenio los súbditos se han sometido
voluntariamente a sus soberanos. El Estado debe tener ingerencia
en todas las esferas de la vida social y privada, y de tenerlas
totalmente bajo su tutela y vigilancia. Se pronuncia por un
verdadero Estado Policía que vigila, controla y dirige
todas las actividades de los súbditos. Con esa idea Wolf
expone que la actividad del Estado debe abarcar, desde el
nacimiento y educación moral y
científica de los hijos, hasta que contraigan matrimonio en
edad temprana; desde los precios en los
mercados, hasta
la limitación de los intereses de los prestamistas; desde
la fundación de escuelas y academias hasta la dirección de los más grandes asuntos
públicos; desde preservar la religión y contruir
iglesias, hasta combatir el ateísmo; etc..

En esta concepción del Estado Policía no
hay lugar para la iniciativa y la libertad
individual. El concepto de
derecho en Wolf, es la libertad de acción para cumplir las
obligaciones.
En materia de
derecho civil
justifica el cumplir las obligaciones.
En materia de
derecho penal
justifica el empleo de
torturas cuando no existen otros medios para el
descubrimiento del culpable. Las ideas de Wolf fueron
materializadas en el Código
territorial Prusiano.

5. La ilustración alemana

Pufendorf, Thomasius y Wolf, fueron los ideólogos
de la nobleza feudal dominante en Alemania, partidarios del
régimen de servidumbre y de la esclavitud
feudal.

Oponentes suyos, aunque moderados, son los miembros de
la
ilustración alemana, entre los que se destacan
Teófilo Efraín Lessing (1729-1781), que es
considerado el progenitor; Federico Schiller (1759-1803) y Juan
Wolfgan Goethe (1749-1832) que representando a la tímida
burguesía alemana, predicaban el progreso, la libertad
creadora en el arte, la
filosofía y la investigación científica; criticaban
el despotismo absoluto de la nobleza y lo anacrónico e
injusto del régimen feudal; pero al mismo tiempo, aunque
alaban al pueblo holandés por su gloriosa gesta
revolucionaria de independencia, en el Siglo XVI y la del pueblo
francés en el Siglo XVIII, sostenían que era mejor
entenderse con la nobleza, para buscarle una solución al
problema de la injusticia y de la libertad, y así
transformar el "Estado Policía" de la nobleza feudal en un
Estado ideal de libertad y progreso.

6. La Escuela
Teocrática de Derecho

Fundada por Francisco Josep de Maistre (1754-1821) en
Francia y seguida por el visconde Luis de Bonald (1753-1840),
atribuye un origen divino al poder del Estado e idealiza, de tal
manera, las costumbres, las insitituciones establecidas y en fin,
todas las tradiciones, al punto de declarar que toda
modificación de ellas, todo cambio,
significa un atentado al orden mundial establecido por la
providencia.

  1. De Maistre, dice: "No hay constituciones escritas;
    sólo hay una constitución divina duradera, eterna;
    el hombre
    no tiene poder creador alguno, no es capaz de ser libre de
    formular leyes". Admite que la mejor forma de gobierno
    es la monarquía y que debe ser absolutista;
    sin otra voluntad superior a ella, con excepción de la
    voluntad del Papa como representante de la Iglesia
    Católica. El Papa es infalible y aunque, de hecho
    realmente se equivoque; no puede existir ningún poder
    superior a él que le reclame o le exija cuentas
    por su equivocación; en definitiva, no hay
    apelación contra la decisión del
    papado.
  2. De Bonald explica, particularmente, la
    subordinación del Estado a la Iglesia;
    afirma la impotencia creadora del hombre, pues éste no
    ha inventado ni la sociedad, ni
    la familia, ni
    el
    lenguaje, etc.; todos estos fenómenos tienen su
    origen en Dios; la mejor actitud
    del hombre frente a la vida es la pasividad, la
    resignación, la conformidad y la obediencia; es decir,
    la actitud
    más negativa. Este autor dice que todo está
    organizado "monarquicamente", la divinidad gobierna el mundo,
    el jefe único dirige la
    familia, el alma única gobierna al hombre; el
    Estado es la idealización de la Monarquía
    absoluta.

En resumen, los Corifeos de la Escuela Histórica
del Derecho, al referirse al Estado sostienen, también,
que éste es un producto de la
voluntad popular "de la conciencia
general del pueblo", "del espíritu nacional", que se va
formando históricamente y que aparece como una necesidad
impuesta por la "convicción de la comunidad
nacional".

7. La Escuela Histórica del
Derecho

La Escuela Histórica del Derecho, es otra
corriente que se opone a la consideración objetiva del
derecho y del Estado, y los idealiza desde el punto de vista de
las costumbres y de las tradiciones; en las que ve la
expresión o reflejo del "espíritu del pueblo";
fué sostenida a fines del Siglo XVIII y principios del
XIX en Alemania, por los eminentes jurisconsultos Gustavo Hugo
(1764-1844) que es su fundador; Federico Carlos de Savigny
(1779-1861) y Jorge Federico Puchta (1798-1846).

  1. Gustavo Hugo, en su obra "Manual de
    Derecho Natural como filosofía del Derecho" hace
    aparecer al derecho como algo misterioso que viene de lo alto
    como norma positiva; plantea el problema de cómo se
    origina el derecho, creando en torno a
    él una superstición jurídica; "En el
    derecho -dice-, todo se resuelve mediante una
    regulación desde arriba". Para este autor, la ley
    positiva (la ley formulada por el poder público), no
    es la única fuente de derecho. En todas partes, el
    derecho se forma muy por encima de la voluntad del
    legislador, como lo comprueba la formación del derecho
    consuetudinario, la costumbre, el derecho pretoriano en
    Roma,
    etc.. Sostiene que el derecho evoluciona, conjuntamente, con
    el lenguaje,
    e igual que éste, el derecho se va formando de por
    sí, independientemente de toda influencia, sin la
    influencia de otros elementos y sin la necesidad de las
    órdenes de nadie. Se forma igual que las normas de los
    juegos que
    se producen espontáneamente entre los niños, los jóvenes o los
    adultos. En resumen, la doctrina de Hugo se reduce a sostener
    que todo lo existente es legal; y en consecuencia, los
    hábitos que se van formando en los pueblos, las
    costumbres que van radicándose, las tradiciones que se
    han afirmado, las instituciones que se mantienen, son legales,
    porque así se han afirmado históricamente. De
    modo que la esclavitud,
    la servidumbre, el estado absolutista, etc., son legales,
    porque así lo quieren los pueblos y porque
    existen.

    Este Código, con orientación
    burguesa, vendría a desplazar los compromisos locales
    y a establecer una relación común que
    sustituyera las trabas feudales vigentes aún.
    Sólo Austria y Prusia tenían Código
    Civil; pero el de Austria era una componenda entre la
    burguesía y los príncipes; y el de Prusia era
    un verdadero modelo de
    despotismo ilustrado.

    Aunque Thibaut no era partidario de la
    unificación de Alemania, no obstante, era partidario
    de la unificación del derecho civil y consideraba que
    el Estado legislador podía, con su potestad, crear esa
    legislación, entendiendo como fuente directa del
    derecho, la ley formulada por el legislador.

  2. El jurisconsulto alemán Thibaut,
    publicó en 1814 un folleto con el título: "Sobre
    la Necesidad de un Derecho Civil
    General para toda Alemania", en el que proponía la
    necesidad de crear, para Alemania (desunida entonces, en
    más de trescientos estados feudales), un Código
    Civil común para todos los Estados que
    componían la comunidad
    germánica.
  3. Federico Carlos de Savigni está en contra de
    esta tesis que es considerada como producto de
    la influencia de las ideas revolucionarias, venidas de los
    franceses desde el Siglo XVIII, se opone abiertamente a
    Thibaut, a la omnipotencia del legislador y a las consecuencias
    de la publicación de nuevos códigos pasando por
    alto la historia del pasado.
    Savigny sostiene que el derecho, como el lenguaje,
    tiene un carácter peculiar, definido, que les impone la
    conducta particular de un pueblo dado. En el derecho, como en
    el idioma, como en las costumbres, halla su expresión
    clara, "la convicción general" del pueblo; el derecho no
    es la declaración arbitraria del legislador que hace la
    ley, sino un producto orgánico "del espíritu del
    pueblo", de la "conciencia
    popular". Estas expresiones revelan una idealización del
    derecho y la enunciación de su nacimiento
    hermético.
  4. Puchta, seguidor de Savigny, en sus obras "Derecho
    Consuetudinario" -publicada en 1828- y "Curso de Instituciones" -publicada en 1841-, expuso su
    tendencia nacionalista cerrada; su idea de que el derecho es el
    resultado de la actividad del pueblo, producto del
    "espíritu popular". Escribe: "La originalidad del pueblo
    se manifiesta en su derecho, lo mismo que en su lenguaje y
    en sus hábitos". El derecho es la expresión de la
    "conciencia general del pueblo", de la "voluntad general de
    todos los participantes de la comunidad
    jurídica".

La norma jurídica tiene vigencia en virtud del
reconocimiento que le hace la "convicción general de la
comunidad". Con estas afirmaciones Puchta le otorga un
reconocimiento absoluto al derecho consuetudinario y un rechazo
al derecho creado por el legislador (que era el reclamo
formulado tímidamente por la burguesía de su
tiempo). Extrema su pensamiento en ésta
proposición: "El derecho tiene su propia historia", con lo cual, el
derecho se desarrolla independientemente de toda influencia, en
los hábitos, costumbres y tradiciones del pueblo. De
esta manera idealiza la actividad popular y hace del derecho
una superstición, una mística que considera una
realidad orgánica al "espíritu nacional", a la
"conciencia de la comunidad nacional".

8. Kant

Kant, en su libro
"Fundamentación Metafísica
de las Costumbres", construye su sistema
ético, o moral, de
práctica social, sobre la base de un principio general
universal "apriori" (preestablecido, fuera de la experiencia y
eterno). Este principio es denominado "Imperativo
Categórico" y consiste en ser una norma o sentencia en
forma de mandato que puede ser hipotético o
categórico.

Es hipotético el mandato cuando está
condicionado por el fin apetecido y es categórico cuando
es incondicionado. El mandato fundamental incondicional
(categórico) que obliga a todos los hombres; se formula de
dos modos: 1ª fórmula del imperativo
categórico: "Procede de tal modo que el máximo de
tu voluntad pueda estar, siempre, a la par de los principios
universales de la legislación"; y 2ª fórmula
del imperativo categórico: "Procede de tal modo que la
humanidad, tanto en tu persona, como en
la de cualquier otro, pueda servirte, no solo de medio, sino al
mismo tiempo de fin".

La moralidad consiste en la ejecución de una
acción por respeto a la ley.
La legalidad consiste en la conformidad de la acción con
la ley. Sobre el concepto de
"legalidad" se funda el derecho.

Kant entiende por "legislación jurídica"
aquella legislación o conjunto de normas o leyes que
admite, como motivo de la acción, un impulso diverso de la
idea de deber. Los deberes impuestos por la
legislación son todos deberes externos. La
legislación moral (moralidad) o ética
sólo tiene motivaciones internas, pues el mandato obra en
el ámbito de la propia conciencia.

La legislación jurídica obra por
imposición no puramente moral, sino como fuerza externa
necesaria. De aquí nace el derecho, que considera la
relación externa de una persona con otra, en cuanto sus
acciones
pueden tener consecuencias; las unas con respecto a las otras.
esta es la aplicación de una ley universal, "libertad",
cuya fórmula es: "Obra externamente de manera que el libre
uso de tu albedrío pueda estar conforme con la libertad de
los demás, según una ley universal".

Pero esta ley no se cumple, simplemente por la "buena
voluntad" de los individuos particulares. Ella necesita de la
imposición externa que interviene para impedir, o para
anular el efecto de las posibles violaciones.

Kant divide el derecho en dos categorías: el
derecho innato que consiste únicamente en "el derecho de
libertad"; los demás son derechos que constituyen "el
derecho adquirido".

  1. El derecho innato lo conoce la naturaleza,
    independientemente de cualquier acto jurídico; el
    derecho adquirido se obtiene por la ejecución de actos
    jurídicos, o sea, conforme al derecho: la propiedad,
    la contratación, etc.
  2. El derecho adquirido (que es el derecho respaldado
    por el Estado, o sea, en otros términos, derecho
    positivo, según el lenguaje jurídico adoptado
    con posterioridad a Kant), lo
    divide este filósofo en Derecho Privado que es el que
    define la legitimidad y los límites
    de la posesión de las cosas externas; y Derecho
    Público, que ordena la comunidad que es el
    Estado.

Según este filósofo, la
organización del Estado es el resultado de un convenio
o pacto social, por medio del cual, todos y cada uno de los
individuos de la población, renuncian a su derecho innato de
libertad natural (que es ilimitado y absoluto), a fin de gozar de
ella -de la libertad-, en forma limitada y relativa, como miembro
o miembros de la comunidad estatal. En este aspecto, Kant sigue a
Rousseau; pero
el contrato,
convenio o pacto, lo llama "originario", como un concepto
abstracto, como idea genérica "a priori", que sirve para
explicar la vida social que no es accesible a la historia. Es
decir, ese contrato no es
histórico sino un principio
apriorístico.

Kant define al Estado "como la unión de un
número, mayor o menor, de personas bajo la acción
del derecho (adquirido)". Con esto da a entender que el Estado es
una entidad u organización netamente jurídica;
-dice- "El Estado tiene como fin el triunfo de la idea del
derecho; y su creación, es decir, la creación del
Estado es una necesidad planteada por el imperativo
categórico, o sea, que se fundamenta en el derecho y el
Estado, en esa ley o mandato originario apriori".

Igual que Montesquieu,
considera que el Estado debe dividirse en tres poderes, a saber:
el Poder
Legislativo, el Poder
Ejecutivo y el Poder Jucicial. Igual que Rousseau,
sostiene que la soberanía pertenece solamente al pueblo, y
que el Poder
Legislativo sólo puede ser ejercido por la voluntad
colectiva de éste (del pueblo).

El Poder Legislativo no debe cometer injusticia contra
ninguno de los ciudadanos; lo cual se garantiza con la
decisión unánime de acordar una cosa que sea buena
para todos y para cada uno de los ciudadanos. Sin embargo, el
Estado no busca, como fin, la felicidad de éstos. Kant es
contrario a la rebelión, a la sedición, a la
guerra civil,
a la revolución; y en sus escritos
recriminó las revoluciones inglesa y francesa por haber
procesado y ejecutado a sus soberanos
legítimos.

9. Juan Amadeo Fichte

Fichte, es uno de los grandes filósofos del idealismo
alemán, que contribuyó, con mucho, al deslinde de
los conceptos del derecho y de la moral. Sus
ideas filosóficas, políticas
y jurídicas sufrieron una completa evolución, a lo largo de su vida,
así: i) Durante el primer período, es partidario y
discipulo de Kant y en materia de política y de derecho
acepta las tesis de éste, pero, contradictoriamente es
partidario de la revolución; ii) En un segundo
período se vuelve reaccionario y es partidario de un
radicalismo burgués, es decir, de dictadura
absoluta; iii) En un tercer período, se acoge a la
concepción de un idealismo objetivo y en
política y
derecho elabora su teoría
del Estado Nacional.

  1. En la formulación de su propio sistema
    (2º período), Fichte asevera que la única
    fuente del conocimiento y de la actividad (del movimiento)
    es el propio sujeto, el yo. Esto es, en consecuencia, idealismo
    subjetivo. El mundo, tanto subjetivo (el sujeto) como objetivo (la
    naturaleza), es el resultado de la actividad del yo. Es,
    además, un idealismo voluntarista, y sobre esta base
    construye su teoría de la ética
    del Estado, del derecho y de la
    educación. La moralidad consiste en las
    manifestaciones del yo, en sus constantes luchas contra los
    obstáculos que le opone el medio social en el que vive.
    La moralidad sólo es concebible en la relación
    con otros seres racionales. Y de estas interrelaciones, nacen
    las leyes de la conducta social.
  2. En esos principios absolutos y abstractos se
    fundamenta la teoría del derecho natural; a los cuales
    da una sustentación idealista subjetiva; hace derivar el
    derecho como resultado de la acción de seres libres
    entre sí. Las relaciones jurídicas que contraen
    estos seres libres; lo hacen en virtud del acuerdo de
    restringir, mutuamente, esa libertad general y absoluta de
    todos. Se puede hablar de derecho sólo cuando los
    propósitos de los hombres se traducen en acciones. Lo
    que no pertenece al ámbito de la conciencia no entra en
    el campo de lo jurídico, sino al de lo moral, esta
    diferenciación es el gran aporte de Fichte al
    derecho.
  3. Para que el derecho exista, es necesaria la
    coerción. La coerción o coacción es una
    presión externa que obliga, a la
    voluntad individual, a obrar de conformidad con sus mandatos.
    De estas proposiciones surge, en el sistema de Fichte, la
    idea del Estado, al que presenta como una organización llamada a asegurar los
    intereses privados de los propietarios; así como para
    salvaguardar las fronteras de la libertad de todos los
    hombres. Es decir que el Estado es la síntesis de la conciliación de
    la voluntad individual con la voluntad general, del interés privado común. En
    consecuencia, la formación del Estado sólo
    puede hacerse mediante un contrato. En resumen, la finalidad
    del Estado estriba en fijar los límites de la libertad de cada
    individuo y en instituir el poder coercitivo.

    Condición necesaria del Estado es educar,
    conforme planes específicos, a la niñez y a la
    juventud;
    los niños deben ser separados de sus padres
    y deben ser cuidadosamente educados en comunidades separadas.
    Los sexos deben de ser educados juntos. En estas comunidades
    es donde los niños deben ser transformados en
    verdaderos hombres, pues en ellos quedará grabada
    indeleblemente la imagen de un
    orden comunitario. En todas estas tesis algunos han creido
    encontrar los inicios de la teoría del Estado
    socialista o del fascista.

  4. El Estado es una totalidad organizada, y que se
    organiza a sí misma; es una unidad viviente, en la cual
    los individuos son propietarios porque son ciudadanos; al
    revés de Kant, que postula que sólo los
    propietarios podrían o debían serlo. Este Estado
    tiende a garantizar a los propietarios; y la seguridad de
    cada individuo y de todo el conjunto. Para lograr estas
    finalidades se requiere una fuerza
    superior a la de cada individuo por separado; fuerza que, a la
    vez, es indispensable, para ejercer la coerción para el
    cumplimiento de los mandatos. Sin embargo, este poder
    coercitivo debe estar sometido a las leyes civiles y
    penales.
  5. Pero el Estado de Fichte no es sólo un Estado
    a secas, conforme a una idea general. Es además, un
    Estado "nacional". En los "Discursos a
    la Nación Alemana" dice: "… que la
    cultura en
    cuestión, la nueva educación, unicamente el alemán
    considerado en sí y por sí es apto para
    recibirla, con exclusión de todas las demás
    naciones europeas; y ello, en virtud de un misterioso
    carácter fundamental del pueblo alemán…".
    Aquí sostienen otros, que Hitler
    encontró las bases ideológicas de su
    teoría del Estado racista alemán.

10. Jorge Guillermo Federico Hegel
(1770-1831)

Hegel, es otro de los más elevados representantes
de la filosofía alemana, su idealismo filosófico es
objetivo, es decir, reconoce que la naturaleza, incluyendo al
hombre y a la sociedad entera, es la materialización u
objetivación del espíritu, de la idea, a diferencia
de Kant, que era ambiguo, o de Fichte, que era subjetivo, es
decir, que el sujeto es el fundamento de todo.

  1. En lo relativo al derecho, hemos visto que Kant y
    Fichte, eran jus-naturalistas, o sea, que aceptaron la
    teoría del contrato
    social de Rousseau, para la justificación de la
    creación u organización del Estado. Hegel, hasta
    1793, fué partidario también de esta
    teoría, al mismo tiempo que de la revolución,
    cuyos efectos habían sido trágicos en Francia;
    pero a aprtir del año 1794, dió un viraje
    totalmente opuesto; con excepción de algunos resultados
    de la revolución, tomando como modelo del
    ideal del Estado, la
    monarquía-burocrática-política del Estado
    prusiano, y rechazando en absoluto la teoría
    jus-naturalista del derecho natural.
  2. En su teoría filosófica, Hegel rechaza
    el agnosticismo de Kant y el idealismo subjetivo de Fichte; y
    desarrolla, sobre bases idealistas, el método
    dialéctico, en todos sus aspectos, como base de investigación y de teoría
    del conocimiento, elaborando, en consecuencia, el
    más consecuente sistema del idealismo objetivo de la
    filosofía alemana.

La filosofía de Hegel se divide en tres
partes:

  1. La ciencia de
    la lógica;
  2. La filosofía de la naturaleza;
  3. La filosofía del
    espíritu.

No vamos a entrar en el análisis de cada una de estas tres ramas
de este sistema; sólo abordaremos, en general, la
última de ellas; que está dividida también
en tres partes, a saber: La ciencia
del espíritu subjetivo, la ciencia
del espíritu objetivo y la ciencia del
espíritu absoluto.

El espíritu subjetivo se manifiesta en los
individuos; el objetivo se manifiesta en la sociedad, en el
Estado, en los pueblos, y en general, en su historia; el
espíritu absoluto se manifiesta en el arte, en la
religión
y en la filosofía. De modo que, para la exposición de la teoría del Estado
y del derecho, de Hegel, tenemos que entrar al conocimiento de
la segunda fase de la Filosofía del Espíritu,
cuya ampliación y desarrollo
total, lo hizo el filósofo en su denominada:
"Filosofía del Derecho y Filosofía de la
Historia".

Hegel, en su filosofía identifica el
pensamiento con la existencia, la idea con la naturaleza, el
sujeto con el objeto, la conciencia con el ser. Para él,
la razón, el raciocinio, es no sólo
análogo a la existencia, sino que se identifican. De
esta manera, el hombre adquiere conciencia de sí mismo
en la historia y el más alto grado de ésta
conciencia es la filosofía.

  1. Sobre la base de la tesis filosófica de que:
    "Todo lo racional es real y todo lo real es racional", es
    decir, sobre la admisión de la identidad
    de lo real con lo racional, Hegel ha refutado el principio
    absoluto del derecho natural de normas vigentes inalterables,
    y ha opuesto a dicho principio, el derecho
    positivo, que es cambiante, conforme la realidad de la
    historia. En este sentido Hegel define el derecho como "la
    existencia efectiva del libre albedrío", que se
    realiza en la evolución a través de una serie
    cambiante de procesos
    ascendentes, en la historia del hombre.

    En cuanto al derecho : la primera fase es la
    posesión, la propiedad que en sus relaciones mutuas
    origina el contrato y la transgresión a la ley
    (Derecho Civil y Derecho
    Penal), que Hegel llama Derecho Abstracto; la segunda
    fase es la moral,
    que requiere la valoración objetiva, por parte del
    sujeto, sobre el bien y el mal; lo cual constituye la
    moralidad; y la tercera fase es el desarrollo
    de la moralidad en las relaciones familiares, en las
    relaciones con los demás individuos de la sociedad y
    finalmente en la
    organización del Estado. No interesa, para este
    ensayo,
    extendernos en el análisis de las dos primeras fases; por
    lo que pasaremos al estudio de la tercera, que es el proceso de
    desarrollo de la "moralidad".

  2. La idea absoluta se materializa en la monarquía
    prusiana por disposicines que Federico III de Prusia
    había prometido a sus súbditos. Pero antes de
    proseguir, cabe hacer aquí estas reflexiones:
    ¿Qué es la materialización de la
    filosofía, o dicho en otros términos, la
    realización de la idea, o el Espíritu en
    actos?, ¿Qué es el Estado?. Veamos. El arte y
    la religión revelan, respectivamente, en sí y
    para sí, lo que es el espíritu, son
    manifestaciones objetivas del mismo. Pero el espíritu,
    efectivamente concreto,
    es la comunidad de las familias, de los individuos, de las
    profesiones; en suma, del Estado. Este es la unidad
    última de ese sistema de construcciones. El Estado es
    la síntesis lógica-ontológica de esa
    actividad estética (arte) y religiosa (moral) del
    espíritu. Pero además, están los hombres
    que viven en sociedad. En la época de Hegel, en el
    primer tercio del Siglo XIX, los conceptos de familia y de
    propiedad
    privada, constituían las ideas básicas, bajo la
    fórmula de la "célula social" la primera y de
    "fundamento de la sociedad" la segunda. Hegel estudia
    entonces en el Código de Napoleón al individuo como padre,
    esposo, hijo, hija, esposa, madre, etc.; y al propietario,
    como contratista, vendedor, comprador, reo, etc.; deduciendo
    de allí las leyes del orden familiar y social.

    Son fundamentales en la sociedad
    civil, las corporaciones para la organización del
    trabajo, de donde se originan las castas o estamentos en que
    se divide la sociedad; y la policía para conservar el
    orden social y prevenir las rebeliones, sediciones o guerras
    civiles generadas por el "populacho" que está formado
    por la clase proletaria.

    La teoría de las corporaciones como origen de
    las castas sirve de fundamento al régimen de castas
    prusiano vigente en el época de Hegel; y sirvió
    de modelo al régimen facista corporativo impuesto en
    Italia por
    Mussolini, imitado después con mezcla de ideología racista, por Hitler en
    la Alemania del Tercer Reich.

  3. La fase superior de la evolución del
    espíritu subjetivo es la moralidad; la unidad de lo
    espiritual (arte, religión), y lo orgánico
    (hombre, cosas), de lo singular (individuos, familias,
    corporaciones, etc.), y lo general (Sociedad, Estado).
    Aquí, los individuos no son elementos aislados, sino
    elementos orgánicamente vinculados al todo
    íntegro (Estado), que dirige la vida de los individuos.
    El individuo se reconoce como parte de este "todo
    íntegro" (Estado), cuyas disposiciones acata y se
    considera obligado a cumplir sus exigencias. En su desarrollo,
    la moralidad experimenta tres momentos o etapas, que son: la
    familia, como unidad natural; la sociedad civil,
    como unidad de muchas familias en sus interrelaciones sociales
    contradictorias; y el Estado, como unidad conciliadora de las
    familias y de sus contradicciones.
  4. El Estado no es resultado de la reunión de los
    elementos de cuya exposición se ha tratado; por el
    contrario, es el fundamento de la familia y de la sociedad
    civil; es antecedente de estos dos elementos, y en lo que
    respecta a los individuos como partes integrantes,
    también son precedidos por el Estado. Hegel reproduce,
    en este sentido, la noción de Aristóteles sobre el Estado que era
    expresada de la siguiente forma: "El estado es un
    íntegro que precede a sus partes".

De este modo Hegel, rechaza la teoría
jus-naturalista del contrato
social, sobre el origen del Estado y de que sea una
institución organizada para procurar la felicidad de los
individuos, ni para proteger la libertad de la persona ni
defender la propiedad. El Estado no sirve sino que impera; no
es un medio sino que un fin en sí mismo, superior a
cualquiera otro fin. La existencia de la autoridad de
Estado, no depende de un capricho; sino que tiene un
carácter incondicional y divino. La idea del Estado se
desarrolla en tres fases: primero el Derecho interno; luego el
Derecho externo o internacional; y finalmente, es la idea
universal, como fuerza absoluta (total) que se opone a los
demás estados aislados y que se manifiesta como
"Espíritu de la Historia
Universal".

CAPITULO VI

EL
ESTADO CAPITALISTA CONFORME LOS POSTULADOS DE LA
RAZON

I. Antededentes históricos

1. Monarquía, aristocracia y
democracia

Antes de abordar el tema de este capítulo haremos
una breve recapitulación respecto de los tipos y formas de
Estado examinados en los capítulos anteriores.

En dichos capítulos aparecen
históricamente dados dos tipos de Estado, los cuales se
evidencian o identifican de conformidad con las formas de
producción económica, que son,
también, dos: la producción esclavista (que algunos
denominan antigua) y la producción feudal. De estas dos
formas de producción surge el "Estado esclavista y el
"Estado feudal" porque tienen como base material, como estructura, la
forma de producción destinada a la explotación del
esclavo (hombre sometido al trabajo, sin ninguna clase de
derechos: no es
persona) y a la servidumbre feudal (el individuo sometido al
trabajo y atado de por vida al feudo, a la tierra). De
estos dos tipos de Estado, surgieron varias forma de Estado, o
sea, modos o figuras que caracterizan la esencia de los gobiernos
o poderes que han sometido a los hombres a la explotación
y a la obediencia. Esas formas estatales son las siguientes: la
monarquía, la oligarquía o aristocracia, y la
república o democracia.

La monarquía es el gobierno de un
solo hombre; en él se conjugan todos los poderes, todas
las potestades, la legislación la
administración y la justicia. El
monarca es el soberano absoluto que en el mundo Asiático
se llama déspota, sátrapa o tirano; que en Grecia y
Roma se le llama
tirano o dictador y que en el medioevo se le nombra el rey
absoluto o el emperador.

Oligarquía o aristrocracia se le llama a un
grupo de
personas o de familias que disponen de las potestades del mando
en un Estado determinado. Esta forma se vió de manera
evidente en la Grecia y la
Roma clásicas lo mismo que en las repúblicas
constituidas en las ciudades Estados de principios del siglo XII
hasta fines del siglo XVI que imperaron en Italia.
También se da el gobierno de la aristocracia o nobleza en
los Estados feudales de la edad Media en
Francia, en España, en
Inglaterra, en
Alemania, etc. , conjuntamente con el rey o con el emperador. En
este gobierno feudal, la nobleza y el clero, ocupan una
posición especial con respecto al monarca pues aunque no
son sus iguales, el monarca ha menester de su consejo, lo cual
justifica la creación de estamentos que eran convocados a
iniciativa del monarca o a petición de la nobleza y del
clero a asambleas o parlamentos nacionales. El resto del pueblo,
sometido a la servidumbre feudal, no tenía ninguna
representación, era el Estado llano, sin derechos
políticos.

La democracia es
el gobierno del pueblo. En la Grecia antigua el pueblo estaba
formado por familias ricas o acomodadas que expresaban su
voluntad en el Agora o asamblea general pública, para los
asuntos de interés general, como para la elección
de gobernantes o para decretar el ostracismo o exilio de
algún ciudadano. Los esclavos, y artesanos no
tenían ninguna representación en esa asamblea, pues
carecían totalmente de derechos políticos y no eran
ciudadanos.

2. La monarquía constitucional

Al iniciar el estudio del Estado moderno tenemos que
referirnos, forzosamente, a sus antecedentes lejanos en la
historia de Inglaterra cuando
en el siglo XII, el rey Juan sin Tierra, de la
dinastía de los Plantagenet fue obligado por los nobles
ingleses a subscribir la Carta Magna en
la que se le exigía el respeto a los
derechos, de los nobles, los cuales deberían de ser
oídos en el Parlamento. Más tarde, en 1648, cuando
se estableció la República, este Parlamento
adquirió una supremacía que hizo vacilar la fuerza
tradicional de las dinastías monárquicas. Esto hizo
posible, en 1688, el entendimiento de la nobleza real y feudal
con los burgueses que habían instaurado la
república bajo la dictadura de
Cromwell, componenda que hizo posible la monarquía
constitucional, o sea una monarquía limitada en sus
alcances de mando, puesto que los actos de gobierno se
habían encomendado, conforme la Constitución, a otros elementos u Organos
del Estado como el Parlamento que votaba las leyes y sancionaba
los actos administrativos y la Justicia
administrada por funcionarios especializados. Había
nacido, pues el Estado moderno, orientado, según los
teóricos o filósofos de tales tendencias, por la
luz de la
razón. Pero también, para tener mayor claridad
sobre este problema, es menester recordar que también los
reyes de Francia, desde los primeros tiempos de sus reinados
feudales ejercidos conjuntamente con los nobles feudales
instituyeron los "parlamentos" o asambleas que se celebraban con
los representantes de esta nobleza; estas asambleas eran
convocados por el rey para tratar los negocios
más importantes del Estado. Más tarde, ya en
tiempos de Luis XIII y Luis XIV a estos parlamentos o asambleas
de nobles se les daba el nombre de Estados Generales. Antes de la
revolución de 1789 la burguesía no tuvo
representación alguna en dichos
cónclaves.

En España a
esas asambleas o parlamento se les llamó Cortes, teniendo
sus antecedentes más lejanos en el siglo XII en
Cataluña, Aragón y Castilla. Los burgueses fueron
admitidos, como representantes de las ciudades a partir del siglo
XVI.

En Alemania, Dinamarca y países escandinavos,
recibieron el nombre de Dietas, así como en Suiza y
Holanda. En estos países tenían
representación los estamentos de la nobleza real, clerical
y feudal. La burguesía tuvo su representación en
Alemania hasta en el siglo XIX.

La burguesía comenzado a dar demostraciones de
ser una clase con poder económico desde el siglo XII en
las ciudades Estados del norte de Italia en que se dieron las
primeras manifestaciones del llamado "proto-capitalismo".
Fue ascendiendo en ese sentido y se produjo su expresión
superestructural con la irrupción de las expresiones
intelectuales, artísticas, literarias y científicas
del Renacimiento en
los siglos XV y XVI y su poder político en algunas
ciudades Estado como en Florencia en donde gobernaron familias
burguesas poderosas como los Médicis, Orsini, Borgis. Pero
estas situaciones políticas
no implicaban todavía ninguna influencia
universal.

A principios del siglo XVII los holandeses hicieron su
guerra de
independencia contra España, logrando su liberación
e instauraron su primera revolución con la
burguesía al frente de dichos movimentos progresistas de
liberación. Posteriormente en el mismo siglo XVII (1648)
se llevó a cabo la revolución republicana inglesa,
que tuvo influencia aún mayor que la de los holandeses;
pero a pesar de ello no llegaban a cubrir el marco de una
influencia universal.

Por otra parte, estas revoluciones terminaron con
arreglo entre las partes involucradas en el conflicto, con
una componenda entre la nobleza y la burguesía para
gobernar con un reparto del poder político mediante una
Constitución o Carta Magna que
limitaba los poderes del rey o monarca y establecía los
poderes del Paralamento.

3. Orígenes del Estado
capitalista

La burguesía, como clase económicamente
poderosa, planteaba, pues, sus propias reivindicaciones;
tenía acosado al Estado feudal, monárquico y
absolutista, mediante los préstamos y el Estado le
mostraba trabas para su consecuente desarrollo
económico, social y político. En consecuencia
ella, la burguesía reinvindicaba, para sí el poder
político. En Inglaterra y Holanda, la nobleza cedía
y admitía compartir con ella el poder. Pero en Francia y
otros países no sucedió. Esa es la razón de
que la lucha en este país fuese más enconada, con
más violencia y
con más floración de elementos teóricos y
doctrinarios, que han servido de guía para los demá
países del mundo en la orientación del Estado
moderno, llamado también Estado Parlamentario (por el
dominio que
ofrece la Asamblea Legislativa), Estado Burgués (por el
dominio que
ejerce la clase burguesa), Estado Capitalista (por el dominio que
ejerce el capital),
Estado Constitucional (por estar basado en una
Constitución) y Estado de Derecho
(por pretender basarse en el imperio de ley o el derecho de la
ejecución de sus actos de gobierno y en normar la vida de
los ciudadanos).

4. Teóricos del Estado moderno antes de la
Revolución
Francesa. La ilustración.

La ideología de la burguesía en el
siglo XVIII antes de la revolución de 1789 iba dirigida
contra las normas feudales absolutistas del llamado "viejo
régimen" imperante. El movimiento
revolucionario burgués, en Francia, se denomina la
Ilustración o la Enciclopedia, siendo llamados sus
promotores, los ilustrados o los enciclopedistas, los cuales, en
general proclamaban una lucha a muerte contra
la superstición y el oscurantismo medioevales, contra los
privilegios de la nobleza feudal y la conquista del poder
político. Tal movimiento comienza con una crítica
aguda e implacable contra la Iglesia Católica, a las
monarquías feudales y a todas sus instituciones. Su
postulado o dogma principal era el dominio de la Razón
como facultad superior para la dirección de todos los designios humanos, y
como Idea madre que sustituía todas las creencias que
falsamente habían justificado, en el pasado, todas las
desgracias de la humanidad.

Veamos lo que dicen en concreto los
principales teóricos del Estado Moderno de antes y
después de la gran revolución democrática
burguesa de 1789. Antes de la revolución los siguientes:
Voltaire,
Montesquieu,
Rosseau, Holbach, Helvecio, Diderot.

5. Voltaire

Francisco María Arouet, más conocido por
el pseudónimo de Voltaire
(1694-1788) pertenece a la vieja generación de
enciclopedistas. Su ideología era moderada:

  1. Voltaire cree que con la eliminación de la
    Iglesia Católica, feudal, fanática,
    supersticiosa y oscurantista y con la unión "de los
    reyes con los filósofos se podría llevar
    adelante el progreso de Francia y de la
    humanidad".

  2. Proponía hacer la paz con la monarquía
    constitucional e incluso admitía la existencia de la
    monarquía absolutista siempre que esta se dispusiera a
    hacer un gobierno "ilustrado", o sea que quedara eliminada la
    arbitrariedad real, la omnipotencia de la iglesia
    católica feudal y que se eliminaran las trabas que
    impedían el desarrollo del capitalismo
    y el progreso de la burguesía. Voltaire representaba a
    la fracción burguesa que no pretendía el poder
    político sino que solo exigía las condiciones
    mejores para su desarrollo
    económico.
  3. Sin embargo, opinaba contradictoriamente, que la
    religión era necesaria para mantener sumisas a las
    masas. Y decía: "Si dios no existiera, habría
    necesidad de inventarlo".
  4. Voltaire era partidario de las ideas del Derecho
    Natural. "Las leyes naturales, decía, son leyes de la
    razón, que la naturaleza proporciona a la humanidad".
    "Ser libre, tener en torno suyo a
    iguales, tal es la vida auténtica, natural, del hombre",
    escribía.
  5. En cuanto a sus ideas sobre el Estado, Voltaire era
    partidario de un Estado absolutista ilustrado, de forma
    monárquica. Considera que un "rey ilustrado", dotado de
    buena voluntad, podrá llevar a cabo reformas sociales
    que abarcarían la libertad de pensamiento, de prensa, de
    conciencia, de trabajo, de comercio, de
    unión familiar; una igualdad
    jurídica entre los hombres, la supresión de los
    privilegios feudales, la abolición de las instituciones
    feudales, el desarrollo de la propiedad privada, etc. En fin el
    programa
    económico-social propuesto por la fracción
    burguesa moderada que representaba. No obstante, Voltaire, en
    sus "Cartas
    Filosóficas" o "Cartas sobre
    los Ingleses" expresaba su simpatía por el
    régimen parlamentario y proponía para Francia un
    régimen de monarquía constitucional que
    reemplazaría el "absolutismo ilustrado"; y que esa
    "monarquía constitucional" debería instalarse
    como una "reforma" política necesaria y sin
    revolución. Sin embargo, opinaba que la forma primaria
    del Estado había sido la República; pero que a
    causa de la violencia y las conquistas, o de fuerza de
    algún jefe militar se había impuesto la
    monarquía.

6. Montesquieu

Otro ideólogo enciclopedista moderado es el
filósofo Carlos Luis de Secondat, barón de
Montesquieu (1689-1755) .

  1. En "Cartas Persas" (1721) critica mordazmente las
    prácticas y los hábitos de la Francia absolutista
    de su tiempo. Escribió también "Consideraciones
    sobre las causas de la grandeza y de la decadencia de los
    romanos" (1734) y "El Espíritu de las leyes", siendo
    esta última la más importante de sus obras (1748)
    y a la que nos referimos en estas anotaciones.
  2. El Espíritu de las leyes, según este
    autor, se halla condicionado por la situación
    geográfica, la situación económica, la
    religión, la densidad de
    la población, por las instituciones
    políticas: estas son las que condicionan la existencia
    del derecho de los pueblos de cualquier parte.

    Estas formas son mantenidas por principios o fuerzas
    que le dan vitalidad a su existencia. Esos principios son:
    para la democracia es la virtud, el amor al
    bien común; para la aristocracia es la mesura, la
    medida adecuada en los actos de gobierno; y para la
    monarquía es el honor, que es la "tendencia a la
    honra, pero conservando su independencia". El titular del
    principio del honor es la nobleza, de modo que la
    monarquía feudal es inimaginable sin la presencia de
    la nobleza.

  3. Reconoce Montesquieu tres clases de Estado: la
    democracia, en la que el poder está en manos de un
    número restringido de personas y en el que, cuanto menos
    sea el número de personas carente de derechos
    políticos tanto más sólido y estable es el
    gobierno, siendo, en este sentido, que la mejor aristocracia es
    la que más se aproxima a la democracia; y la
    monarquía en que el poder está concentrado en una
    sola persona, la que, según este autor, es guiada por
    las leyes y apoyada por la nobleza. Estas son las tres formas
    correctas de Estado. La forma incorrecta es el despotismo
    (satrapía, tiranía, dictadura), en ningún
    momento el autor hace distinción alguna de esta en
    relación con las monarquías absolutistas que se
    han reseñado en los regímenes esclavista y
    feudal.
  4. Montesquieu la daba una preponderancia exagerada
    tanto a las condiciones geográficas (el suelo y el
    clima) como
    a la fuerza de las instituciones políticas para influir
    sobre "el espiritu" de las leyes. En su forma de concebir el
    Estado moderno sostenía que las instituciones
    fundamentales de éste se debían repartir sus
    fuerzas, de manera que se rompiera la concentración
    tradicional en uno solo o en unos pocos, de modo que el poder
    resultase dividido aunque no se alterara la indivisibilidad del
    gobierno y del Estado. En este sentido, distingue dentro del
    Estado, tres poderes: el legislativo, ejecutivo y el judicial,
    los cuales deben estar en manos de diferentes Organos del
    Estado.

Esta es la llamada "separación de poderes" que
implica un régimen de "frenos y contrapesos" que limitan
los alcances o facultades de cada uno de los poderes y grantiza
a la vez, el ejercicio de las libertades y el cumplimiento de
la legalidad que es el dominio de las leyes dentro del Estado.
La legalidad es la garantía de la libertad.

Montesquieu sigue en algunos aspectos y especialmente
en este de la separación de los poderes del Estado, a
John Locke,
el tratadista inglés; y su ideal político se
ajusta a las realizaciones concretas de la monarquía
constitucional inglesa de su tiempo, cuyas instituciones trata
de reproducir en sus proposiciones.

7. Rousseau

Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) es ilustrado realmente,
enciclopedista: sus conocimientos son tan amplios que
irrumpió en el campo de la educación (creando
la Pedagogía Individual y el Estudio directo
de la Naturaleza), de la psicología (creando
la psicología
individual); en el de la sociología, el derecho, etc. , y hasta en
el de la música en que
aportó todo un método de solfeo y de teoría
musical basado en los números arábigos. En el campo
de la sociología, el derecho y la política
escribió un famoso tratado que se llama "El Contrato
Social", en donde expone ideas de esa índole. Rousseau es
el representante radical de la pequeña burguesía de
su tiempo y proponía un programa
político más atrevido y fuerte que el de los dos
autores antes estudiados.

  1. Con respecto a ese menosprecio de la cultura y de la
    civilización Rousseau idealiza las costumbres
    primitivas patriarcales y propone un "retorno a la
    naturaleza", un retorno a la vida primitiva, llena de
    sencillez y de cordialidad.

    Esta es la idea básica de su programa
    educativo que se encuentra reseñado en su libro
    "Emilio" o "La Nueva Educación" (el cual fue muy
    atacado por el clero de su tiempo).

  2. La primera tesis de Rousseau es que la cultura (la
    ciencia y el arte) además de traer utilidades a los
    hombres, los corrompe. Todos los vicios proceden de la ciencia
    y del arte; se pronuncia contra el
    conocimiento, considerándolo como nocivo e
    inútil; para él la literatura, el
    arte, la ciencia, la cultura en general no procuran la
    felicidad del género
    humano, sino que, por el contrario, afianzan la opresión
    de unos contra otros y todas las desgracias de la sociedad. De
    este modo concluye que la fuente de todo mal es la riqueza:
    ésta y el lujo, dice, le dan auge a la ciencia y al
    arte, lo cual engendra la ociosidad y los vicios, como signos
    distintivos de la civilización. Esta incrementa la
    desigualdad y la miseria.
  3. La segunda tesis de Rousseau consiste en explicar el
    origen de la desigualdad de los hombres, tesis en la que repite
    los argumentos anteriores; pero además, explica el
    origen y necesidad de la existencia del Estado. Sostiene que en
    la época primitiva, o Edad de Oro, o "Estado de
    Naturaleza", los hombres vivían con sencillez y en
    libertad y se consideraban iguales entre sí. No
    había más desigualdad que la física, motivada
    por la edad, el sexo, la
    salud, etc. ;
    pero nunca por las diferencias económicas o de sangre.
  4. No obstante los vicios que engendra la
    civilización, Rousseau sostiene que el hombre es
    susceptible de perfeccionamiento. Este, en su historia ha
    demostrado que es capaz de elaborar cosas útiles tales
    como herramientas de trabajo, metales para
    construir esas herramientas, trabajar y hacer producir
    la tierra.
    Esa dinámica hizo posible la riqueza y
    ésta, a su vez, la propiedad privada de la tierra que
    motivó la cizaña y las luchas sociales, de
    donde se hizo necesaria la existencia del Estado como
    elemento mediador para dirimir las disputas entre los
    hombres. Sostiene que el primer hombre que se apropió
    de la tierra fundó la propiedad privada y la sociedad
    civil y en consecuencia el Estado.

    Esta última desigualdad engendra el
    despotismo, que es el punto extremo de la desigualdad; por
    una parte la plenitud del poder en un solo individuo; por
    otra parte, la igualdad
    de todos porque no tienen ningún derecho.

  5. Según Rousseau el Estado nace para
    salvaguardar la propiedad privada. De esta situación
    surgen las guerras, las
    conquistas territoriales, la esclavización de los
    débiles, los asesinatos, etc.. Para poner alto a estas
    calamidades, los fuertes inventan el poder del Estado es decir,
    que el Estado es una consecuencia de los inventos y
    de la confabulación de los ricos. Con el Estado se
    acrecienta la desigualdad entre los hombres.
  6. Para destruir el despotismo, Rousseau propone la
    creación de una forma de Estado basado en un "contrato
    social" que establezca un régimen democrático.
    Este consistiría en que los hombres, sometiéndose
    voluntariamente al poder del Estado, continuarían a la
    vez siendo libres; de las condiciones de este contrato, el
    pueblo tiene derecho a participar en la legislación que
    es la más alta forma de libertad política; esta
    participación en la legislación es la
    expresión de la voluntad comunista, a su vez, es la
    expresión de la voluntad de la mayoría.
    También la condición del contrato social
    involucra el derecho de "insurrección".

Este autor creía que con la implantación
de un régimen republicano democrático se
operaría una milagrosa transformación de la
sociedad, en la cual los hombres se regenerarían y
volverían a su estado de naturaleza,
desaparecería toda opresión y despotismo, la
explotación del hombre por el hombre, y estarían
aseguradas las condiciones necesarias para la libertad, la
igualdad y las prosperidades sociales.

8. Paul Holbach (1723-1789)

Holbach fué un ilustrado enciclopedista
francés que escribió varias obras de mucha
importancia referentes al Estado y al derecho: Sistema de la
Naturaleza, Moralidad Universal, Política Natural y
Sistema Social.

  1. En filosofía fue un representante del materialismo
    metafísico mecanicista, oponiéndose al idealismo
    y a la religión, con una oposición más
    avanzada que la de Rousseau que admitía una
    religión ciudadana dentro del Estado democrático.
    Sin embargo, este autor no ve en sentido materialista los
    problemas
    sociales, el Estado y el derecho, a los cuales
    aplicó concepciones idealistas y moderadas, sin ser
    partidario de la revolución.
  2. Es antifeudal y progresista, pero explicaba el
    desarrollo
    social no en las causas materiales
    de la producción sino en las "opiniones sociales". Dice
    que "el hombre es un producto del ambiente y
    que éste (el ambiente) es
    un producto de la opinión" (lo cual no deja de ser un
    círculo vicioso). "La opinión gobierna al mundo",
    dice. La humanidad es infeliz a causa de sus
    extravíos.
  3. Holbach niega la existencia de un "estado de
    naturaleza", sosteniendo que tal tesis ha sido inventada. En
    cuanto a la teoría del Estado, estima que su base es el
    "contrato social", siendo éste el conjunto de
    condiciones explícitas e implícitas que vinculan
    a los hombres entre sí dentro de la
    sociedad.
  4. Este autor define el gobierno como fuerza establecida
    por la voluntad general para dirigir los actos de todos los
    miembros de la sociedad y obligarles a servir a los fines de
    ésta. Estos fines son: La seguridad, la felicidad y la
    conservación del todo y de sus partes. En este cuadro de
    categorías desempeñan un papel
    importante: la equidad como principio básico para
    establecer la filantropía, la compasión, la
    beneficencia y otras virtudes; la propiedad burguesa y la
    libertad.

9. Claudio Helvecio (1715-1771)

Helvecio igual que Holbach es materialista
metafísico, abanderado de la burguesía progresista
y opositor al antiguo régimen feudal y
absolutista.

  1. Para Helvecio el hombre es una máquina en
    movimiento por la sensibilidad física. . . sobre
    esta idea construye sus teorías respecto de la política:
    la sensibilidad física es la causa de nuestros
    pensamientos, sentimientos y pasiones y la fuente de esta
    sensibilidad es el interés y la necesidad.
  2. El origen de la sociedad, según este autor,
    está en que el hombre vivía aislado como
    individuo igual que Robinson Crusoe, pero necesitando la
    cooperación de los demás se alió a ellos
    por necesidad, convivencia y por el interés. . . Dice
    que la desigualdad en la distribución de los bienes y el
    lujo como efectos de ella, dan por resultado una sociedad de
    explotadores y que esta situación no podrá ser
    resuelta por medio de las ingenuas maneras propuestas por
    Holbach. Sin embargo, admite la existencia de la desigualdad,
    la propiedad privada y sus consecuencias como la
    explotación y la miseria.
  3. Helvecio señala que el origen del Estado se
    encuentra en la desigualdad de la distribución de los bienes; y
    que el despotismo se origina en la tendencia de cada hombre a
    ser déspota. Este autor odia el despotismo, al feudalismo, al
    clero y a la nobleza. Pero no es partidario de la
    revolución, porque considera que el gobierno puede
    lograr la eliminación de las diferencias sociales
    mediante constantes y sutiles cambios sociales y la adopción
    de buenas leyes que rijan el

orden social.

Niega la inmutabilidad y eternidad de las leyes del
derecho natural basada en la equidad absoluta. Defiende la
propiedad privada, la persona humana, la libertad de
pensamiento, la seguridad y la necesidad de castigar a los que
transgraden estos principios. Dice: "Los hombres se unieron
para proteger su propiedad"… "Las diversas leyes fueron
siempre diversos modos de asegurar a los ciudadanos ese
derecho".

10. Dionisio Diderot (1715-1784)

Diderot es el más notable e inteligente de los
enciclopedistas franceses, el verdadero organizador y director de
la enciclopedia de las ciencias, de
las artes y de los oficios, la cual sirvió para demoler la
ideología del régimen feudal y clerical que
sostenía el absolutismo y la aristocracia.

  1. Su filosofía era el materialismo
    mecanista o metafísico, siendo más consecuente en
    sus concepciones que Holbach, Helvecio y de la
    Mettrie.
  2. Dice que el mecanismo del Estado debe estar al
    servicio de
    la sociedad, pues los hombres se unieron en sociedad para
    adquirir mayor felicidad. Es adversario de la monarquía
    y del despotismo, pero no es partidario de la
    revolución. Contra la monarquía ofrece el punto
    de vista de que la verdadera fuente del poder político
    es el "acuerdo del pueblo" representado por asambleas de
    ciudadanos.

Diderot, como casi todos los enciclopedistas franceses,
era un representante ideológico de la burguesía
industrial y comercial, la cual estaba interesada en los cambios
sociales sin revolución; es decir, en lograr que el
régimen feudal fuera transformado en su legislación
y en el cambio de los
hábitos sociales, mediante reformas paulatinas que
auspiciaran el desenvolvimiento y desarrollo de la nueva clase
que ya se imponía económicamente frente a la
nobleza feudal.

11. Teóricos del Estado moderno después
de la Revolución
Francesa. El liberalismo.

Ninguno de los enciclopedistas de que hemos hecho
relación asistió al acto histórico de la
gran revolución burguesa de 1789, la cual se
desenvolvió con la toma de la Bastilla, la
instauración de la Primera República (1792-1794),
la Convención (1794), el Directorio (1795), el Consulado
(1796-1804) y la instauración del primer Imperio
(1804-1814) en los que sucesivamente tuvieron destacada
actuación Dantón, Robespierre y Marat en el
período republicano y Napoleón
Bonaparte durante el Consulado y el Imperio, que
terminó con la abdicación de Napoleón I en 1814, siendo éste
desterrado a la isla de Santa Elena.

Después de la caída del Imperio
francés la coalición de toda la Europa feudal
antirrevolucionaria se reunió en el Concreso de Viena
(1814-1815) en donde estableció un nuevo orden europeo,
lográndose un entendimiento entre la familia real, la
nobleza y el clero con la burguesía triunfante en lo
económico y en lo político. La coalición de
los Estados monarco-católicos se llamó la Santa
Alianza (Rusia, Austria-Hungría, Francia, Prusia, etc.) De
este modo se llevó a cabo la restauración de la
dinastía real en el trono de Francia, ya sometido a una
Constitución, pero se le devolvieron todos sus privilegios
a la nobleza y al clero. Fue el período de
dominación política de la burguesía
comerical e industrial con la estorbosa presencia de la nobleza y
del clero, gobernando la familia Borbón hasta
1830.

Esta situación duró hasta la
revolución de julio de 1830, en que la dinastía de
los Borbones fue destronada por la de los de la casa de Orleans,
teniendo entonces su influencia decisiva la burguesía
financiera que limitó en mucho los privilegios de la
nobleza y del clero e impuso su poder político y
económico a los comerciantes, industriales, agricultores,
durando este estado de cosas hasta la revolución de
febrero de 1848 en que se estableció la segunda
República (1848-1851) luego se instaló por un
golpe de
Estado el Tercero Imperio (1851-1871) .

A la vez que esto acontecía, como consecuencia
necesaria del desarrollo industrial (la famosa revolución
industrial que primero se operó en Inglaterra y luego
en Francia, lo mismo que el auge del comercio) se
engendra y crece en el seno de la sociedad burguesa triunfante,
la clase proletaria que poco a poco va tomando conciencia de
sí y que pronto va a plantear sus específicas
reinvindicaciones "Para sí". Esto preocupaba gravemente a
la burguesía en particular y a todas las clases
reaccionarias en general.

Bajo estas condiciones, la burguesía tuvo sus
ideologos, entre los cuales se destacaron, en lo referente a la
teoría del Estado y el Derecho, los defensores del
liberalismo
Benjamín Constant en Francia; Jeremías Bentham y
John Stuart Mill, en Inglaterra; Augusto Comte
en Francia, como defensor del positivismo y
de la solidaridad
social; y en Alemania Guillermo Humbolt (defensor del
liberalismo) y Lorenzo Stein como defensor de la monarquía
constitucional como estado "de derecho".

12. Benjamin Constant (1767-1830)

Benjamín Constant fue un descollante escritor que
sostuvo a cabalidad los ideales de la burguesía
victoriosa.

  1. Comenzó a escribir en tiempos del Directorio,
    reflejando el temor del gobierno de las masas y el temor del
    retorno al feudalismo y a los privilegios del absolutismo y de
    la nobleza e influencia del clero. Ocupó un asiento en
    el tribunado durante el Consulado; pero opuesto a
    Napoleón (que era el Cónsul) salió del
    país, exiliado. Durante la restauración fue
    miembro de la Cámara Baja y jefe del Partido
    Liberal.
  2. En su obra "Discurso
    sobre las constituciones y sus garantías" (1814) hace
    la defensa de la monarquía constitucional como
    fórmula política transaccional entre la
    burguesía y la nobleza.

    Estos derechos inalienables e innatos del individuo
    -o del hombre- son: la libertad individual que es la
    inmunidad contra las detenciones arbitrarias, de pronunciar
    la opinión propia, de elegir el oficio o
    profesión que se quiere, de trabajar donde quiera y en
    lo que quiera, de disponer de su propiedad incluso el abusar
    de ella, de trasladarse de un lugar a otro sin dar cuenta a
    nadie de sus actos ni de los motivos de éstos, de
    reunirse donde quiera y con quienes desee y de ejercer el
    culto religioso que le parezca. La propiedad no es un derecho
    innato sino un derecho adquirido; pero, en realidad es el
    determinante de los demás derechos.

  3. Conforme las ideas de la clase que defiende, rechaza
    o limita la soberanía popular la cual queda reducida
    a las libertades individuales y sin ninguna intervención
    en la política estatal, se limita a los derechos
    inalienables de los individuos.
  4. Sostiene que si la democracia tiene la
    intención de inmiscuirse en la esfera de lo patrimonial,
    es decir, de la propiedad, hay que pronunciarse contra la
    democracia. En este sentido se opone al principio de Rousseau
    relativo a la soberanía ilimitada del pueblo, pues
    considera que interfiere sobre el poder de la riqueza, pues en
    nuestros días, dice, las personas privadas son
    más fuertes que el poder del Estado. El regimen de la
    burguesía que él pregoniza es el de la riqueza
    que domina el poder: el régimen de la burguesía.
    Por eso se opone a la idea democrática del poder del
    pueblo; y este poder no importa en manos dequien se
    encuentre.

Para limitar la soberanía del pueblo y del
poder estatal, sostiene la idea de "la no intervención
del Estado en el terreno de lo económico" y que debe
haber una ilimitada libertad en la concurrencia y en la
competencia
de los empresarios: es la política de "dejar hacer" y de
"dejar pasar" del liberalismo económico o
político que deja al Estado nada más que de
observador o de vigilante de las actividades de los empresarios
burgueses: el Estado policía. Y para limitar la
intervención popular tiene en vista la estructura
del parlamento o asamblea burgués, al cual considera no
como un Organo de la representación del pueblo sino como
la forma de la organización de la oponión de los
industriales, comerciantes, agricultores, banqueros, etc.; es
decir, de la burguesía, o como él expresa: .
."como representantes de ciertos intereses
sociales".

13. Jeremías Bentham

Después de la restauración de 1660, en
Inglaterra, se entabló entre la burguesía y la
nobleza la lucha por la preeminencia de una de ellas sobre la
otra en cuanto a derechos políticos, ya que en lo
económico la burguesía había demostrado su
superioridad.

Esta contienda se dirimió en favor de la
burguesía en el año de 1688 cuando Guillermo III de
Orange transó con los capitalistas y terratenientes. Desde
entonces cobra mayor auge el mercantilismo
en Inglaterra que había nacido desde principios del siglo
XVI con su secuela de conquistas coloniales en abierta competencia con
los colonialistas españoles, franceses, portugueses,
daneses y otros países europeos… Más tarde, a
mediados del XVIII (1750) se opera en Inglaterra la "revolución
industrial" y entonces la burguesía inglesa se vuelve
más exigente en cuanto a su cuota de participación
en el poder, pretendiendo mayores concesiones en los derechos
políticos. Es esta etapa de su desarrollo, tiene como
representantes ideológicos a Jeremías Benthan y a
John Stuart Mill como portavoces del liberalismo
(económico y político) y del utilitarismo en
Inglaterra.

Jeremías Bentham (1748-1830) comenzó a
escribir desde muy joven con buen éxito
expresando la ideología de la clase dominante de su
tiempo.

  1. En cuanto a la teoría de la moral, el derecho
    y el Estado toma como principio rector la utilidad. El
    hombre busca satisfacciones y evita lo nocivo; busca la
    felicidad y huye del sufrimiento; busca lo útil para
    sí. Es un axioma que todo ser racional trata de obtener
    para sí la mayor y mejor cantidad de placeres. Este es
    el único principio, por el se guían y deben
    dirigirse todos los hombres. Todos los impulsos de la actividad
    humana se reducen a uno solo fundamental: la
    satisfacción de sus intereses personales. De esta manera
    se obtiene la subordinación de todas las relaciones
    existentes, a la utilidad.
  2. Defiende "la no intervención del Estado" en la
    vida económica de las personas. La actividad
    gubernamental debe estar limitada en la mayor medida posible.
    La libertad de los hombres debe ser tal de que ellos mismos
    sean responsables de sus propios daños. La libertad de
    contratar debe ser ilimitada. La única
    preocupación del legislador debe ser la de procurar "la
    mayor seguridad" de los ciudadanos y de la
    propiedad.
  3. Se opone a la teoría del derecho natural, a la
    del contrato social y a la de los derechos naturales de los
    individuos, reputándolos como simples ficciones.
    Solamente existe el derecho positivo (la ley dada por el
    Estado, por la burguesía) de donde se derivan todos los
    derechos. Afirma que los llamados derechos naturales y la
    "Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano"
    de la revolución francesa, son fuente de la
    anarquía social.

14. John Stuart Mill (1806-1873)

Mill fue tambien defensor de las ideas del liberalismo
inglés
en la época de la revolución industrial y
aún de la iniciación de la era imperialista del
capitalismo inglés. Sus obras representativas son: "De la
Libertad" y "Gobierno Representativo" y "Del Utilitarismo",
además de tratados sobre
economía,
lógica y filosofía.

  1. Defiende la teoría de "la utilidad" de
    Bentham, pero le hace dos agregados sustanciales: propone
    valorar no sólo "la cantidad" de los goces y deseos,
    sino también "la calidad" de los
    mismos. De esta calidad hay que
    darle preferencia a los deseos o goces "superiores" y un
    rechazo a los "inferiores" tomando en cuenta que en ello
    está en juego la
    dignidad humana. Esto, en cierto modo implica apartarse del
    principio utilitarista en la forma burda expresada por
    Bentham.
  2. De conformidad al espíritu del iberalismo
    burgués propone dar a los individuos "completa libertad
    de acción", "completa libertad de realizar sus opiniones
    en la vida efectiva, sobre la base de su propio temor". Esta
    libertad se desenvuelve en la libertad de pensamiento, de
    prensa, de
    elegir oficio o profesión, de comercio, de producir, de
    vender, de comprar, de fijar los precios de
    las mecancías: es decir, la libre concurrencia en el
    mercado.
  3. Se opone a la intromisión del gobierno en la
    actividad industrial y en general, en la actividad
    económica, que se privatiza de los individuos. Dice que
    la libertad, las instituciones empresariales y hasta la
    libertad individual desaparecerían si fueran objeto de
    la dirección oficial.
  4. Se opone a la actividad política de las masas
    y para contrarrestarla propone dos medidas de control que
    son a la vez dos principios rectores: el orden y el progreso de
    la forma de gobierno. El orden es la obediencia y además
    la protección de todos los bienes existentes. El
    progreso es el movimiento del avance, el incremento del
    bienestar social y del desarrollo de las facultades
    intelectuales y morales de la población.
  5. Propone el sistema representativo (el parlamento, la
    asamblea elegidapor sufragio universal) como medio para
    suavisar o eliminar las contradiciones de clase. De esta manera
    se lograrámantener un "equilibrio"
    entre los intereses contradictorios de las clases
    sociales. Sin embargo, dice que cuanto menor desarrollado
    es un pueblo tanto más incapacitado para ejercer el
    gobierno representativo, con lo cual excluye la
    participación de las masas obreras y
    campesinas.

15. Guillermo Humbolt (1765-1835)

Humbolt fue un defensor, en Alemania, de los principios
del liberalismo económico y político con las mismas
consideraciones doctrinarias expuestas por Benjamín
Constant, Bentham y Stuart Mill. Solo que en el país
teutón, en donde la monarquía prusiana
ejercía presión,
la situación fue menos propicia para la burguesía,
la cual se desenvolvío con más lentitud que en
Francia e Inglaterra.

16. Augusto Comte
(1798-1857)

Compte es un ideólogo francés creador de
la filosofía del positivismo,
corriente idealista que trató de armonizar el materialismo
con el idealismo. Escribió dos obras fundamentales que
son: "El curso de la Filosofía Positiva" (6 tomos
1830-1842) y "Sistema de Política Positiva" (1851-1854, en
4 tomos) .

  1. Comte fundó la Sociología y dice que
    ésta es la ciencia que se dedica al estudio de todos
    los fenómenos sociales en general y cuyas leyes son
    aplicables a todos los tiempos y a todos los pueblos. Divide
    la Sociología en dos partes: la estática, que estudia las condiciones
    de la existencia de los fenómenos sociales; y la
    dinámica, que estudia el movimento
    sucesivo de los fenómenos sociales que expone la
    teoría del orden y del progreso de la
    sociedad.

    La sociología tiene como misión
    fundamental de comprobar con sus leyes la inmutabilidad del
    orden y el carácter natural de las relaciones del
    orden capitalista. La ley general era la de los tres
    estadios: la era teológica que dio origen al orden
    teológico, el orden racional y la era cientifica o
    positiva que produjo el orden industrial, que es el
    definitivo y absoluto de la humanidad.

  2. Comte es un ideólogo seguidor de las ideas de
    Kant en Filosofía, un agnóstico que predica que
    solo puede ser conocido el fenómeno, ignora la necesidad
    objetiva de la existencia de la naturaleza y confunde en cada
    problema aislado la tendencia materialista e
    idealista.
  3. El orden y el progreso son dos categorías
    esenciales en la concepción sociológica de
    Compte. En el concepto de orden desarrolla la idea de la
    conservación del régimen social existente: las
    clases
    sociales, la producción, la competencia, la
    concurrencia y las relaciones capitalistas, cuyas leyes son
    eternas. El progreso es el desarrollo de la sociedad burguesa,
    pacífico, sin revoluciones que la perturben. A este
    respecto afirma que el desarrollo
    social obedece al desarrollo del espíritu de la
    humanidad, con lo cual demuestra su filiación idealista
    pura.
  4. Sostiene Compte que con el triunfo del positivismo,
    la sociedad europea se verá liberada, al mismo tiempo de
    "la república anárquica" (de la soberanía
    popular) y de la "aristocracia reaccionaria"; y se
    establecerá la "sociocracia", o sea el "orden
    armónico" en la convivencia social. En este sentido
    propone considerar que debe formarse una "unidad
    armónica" donde cada individuo es como una de las partes
    y la sociedad un todo orgánico en el que todas las
    partes constituyentes deben realizar su función
    definida, con ésto consagra Compte el individualismo
    burgués; pero reconoce la existencia de las clases
    aunque no considera inevitable la lucha entre proletarios y
    capitalistas, por el contrario, propone la "paz social" en
    forma de "solidaridad
    social".
  5. La solidaridad y la armonía, dice, constituyen
    la "ley fundamental" del universo. Toda
    sociedad se caracteriza por la existencia de un objetivo
    común y representa un "todo
    armónico".

17. Lorenzo Stein (1815-1890)

Stein, profesor alemán, fue defensor de la idea
de un Estado que está por encima de la sociedad y lo
considera como un ente destinado a armonizar y servir de
árbitro en todas las luchas sociales, en todos los
conflictos y
contradicciones sociales.

  1. En su concepción de la sociedad le atribuye un
    "valor
    universal" a la sociedad civil en la que impera la propiedad
    privada. Presenta las relaciones capitalistas como eternas,
    inmutables e inherentes a todos los tiempos y a todos los
    sistemas de
    vida de los pueblos. Reconoce la existencia de las clases
    sociales y la lucha de clases, reputando superiores a los
    propietarios e inferiores, a los obreros o proletarios. Por
    esta razón los propietarios, como superiores, tienen el
    poder político en sus manos y mandan a los
    obreros.
  2. Presenta al Estado como factor que organiza la
    sociedad civil; y éste no cumple su misión
    si sirve sólo a una de las clases. El Estado, dice, es
    una organización que está por encima de las
    clases y está llamado a armonizar los intereses de
    éstas y fundamentar la "paz social".
  3. Está contra la monarquía absoluta.
    Elogia la monarquía constitucional porque está
    limitada y sometida al Derecho: es la encarnación de la
    verdadera esencia de la soberanía "sobre clasista"; la
    que está por encima de todos los intereses particulares;
    previene contra la opresión de una clase por otra;
    concibe que realizar los intereses comunes conducen la vida
    entera del pueblo hacia una "unidad
    armónica".

II. Doctrina actual del Estado Moderno

Desde el punto de vista de la Teoría General del
Estado, éste, como formación política
consta, esencialmente, de tres elementos, a saber: la
población, el territorio y la potestad, o sea, el poder
político.

1. Población

La población es un conjunto de hombres,
numéricamente estable, políticamente organizados o
sea social y jurídicamente diferenciados de otros grupos estatales.
De esta manera, el Estado es una comunidad humana, una
colectividad social que se sobrepone a otras colectividades de
interés privado o de interés público local
dentro del ámbito de su dominio
jerárquico.

La población constituye la nación,
y ésta se define como el conjunto de hombres y de
poblaciones (pueblos) que forman un Estado y que son la sustancia
humana del Estado. En este sentido jurídico exacto, la
palabra nación designa la masa organizada de los
nacionales constituidos en la unidad indivisible del Estado. En
este sentido jurídico, la nación no es solamente un
elemento del Estado, sino que es, por excelencia, el elemento
constitutivo del mismo Estado puesto que se identifica con
él.

2. Territorio

El segundo elemento del Estado es el territorio, el cual
es la base material del asentamiento de la población y
para la convivencia comunitaria. En el territorio la
nación realiza su coexistencia, su unidad
permanente.

Este territorio debe ser independiente, es decir, un
suelo en el
cual elgrupo que lo posee como dueño y lo habita debe
imponer su propia potestad y a la vez, rechazar toda otra
potestad ajena al grupo
nacional. Dentro del territorio la potestad del Estado se
extiende y se aplica tanto a los nacionales como a los
extranjeros.

La relación jurídica que existe entre el
Estado y el territorio no es de propiedad, sino de imperio, de
soberanía territorial, es decir, una potestad de
dominación estatal. El territorio del Estado es un
elemento constitutivo de éste y no constituye su patrimonio:
es, en consecuencia, parte de su ser y no de su hacer.

El territorio comprende el suelo, el subsuelo, el
espacio aéreo, el mar territorial y el zócalo
continental correspondiente.

3. Potestad soberana

El tercer elemento constitutivo del Estado es la
potestad soberana.

Es la potestad pública que ejerce
autoritariamente sobre todos los individuos que forman parte de
la colectividad nacional, su voluntad soberana. Esta potestad
soberana debe su existencia a una determinada organización
de la comunidad nacional. Esta organización da por
resultado las siguientes determinaciones: en primer
término la realización de la unidad nacional cuyo
fin esencial es la creación de una voluntad nacional
única capaz de realizar las gestiones y acciones
necesarias para salvaguardar los intereses generales; en segundo
lugar,la organización de un poder coercitivo que permita a
esa voluntad nacional unificadda imponerse con fuerza
irresistible a los individuos que se le opongan, o dicho de
manera más integral, a los individuos que forman la
nación incluyendo nacionales y extranjeros. Esta potestad,
voluntad soberana de dirección y dominio se ejerce en dos
sentidos: por una parte, se relaciona con la comunidad
aglutinándola en un solo bloque nacional; por otra parte,
determina la formulación de preceptos imperativos y
obligatorios, y a la vez obliga a los individuos al cumplimiento
de estos preceptos.

En contraposición con esta doctrina, algunos
autores afirman que el verdadero elemento constitutivo del
Estado, en lo que atañe a su "potestad pública",
emana de los Organos que la poseen y la ejercen de hecho y que de
ninguna manera nace de ella misma ni de la organización de
la comunidad. Sin estos Organos, dicen estos juristas, la
potestad estatal no tendría realidad efectiva. Seidler es
uno de los principales sostenedores de esta posición. Sin
embargo, hace estas observaciones que lo contrarían: por
una parte sostiene que el pueblo y el territorio son elementos de
determinación del Estado en cuanto a su "identidad
material"; y por otra, los organos sólo determinan su
"forma gubernamental", de tal modo que los Organos pueden variar
y hasta cambiar completamente sin que la identidad del Estado se
vea por esta circunstancia modificada en lo
mínimo.

Por ello se ha objetado que la existencia del Estado es
independiente de la existencia de tales Organos, los cuales
pueden ser distintos en un momento determinado. Sin duda alguna
la "potestad estatal" no es más que una consecuencia de la
organización dada a la comunidad nacional; y, en
consecuencia, los Organos del Estado son reciprendarios de esa
potestad. Pero mientras que la existencia de los Organos es
pasajera y eventual, la potestad estatal es permanente, no
cambia, es fija como la voluntad nacional que la sustenta. Por
esta razón, la mayoría de los autores sostiene que
la "potestad estatal" es un elemento constitutivo del Estado,
considerando que los Organos sólo son formas de
organización indispensables o necesarias para darle
movilidad a dicha potestad.

4. Concepto de Estado moderno

Partiendo de lo expuesto y tomando en cuenta los hechos
que constituyen los "Estados", el concepto de Estado puede
definirse de la siguiente manera: "Estado es una comunidad de
hombres fijados sobre un territorio propio y que posee una
organización de la que resulta para el grupo, considerado
en sus relaciones con sus miembros, una potestad superior de
acción, de mando y de coacción". El tratadista
mexicano Adolfo Posada lo define así: "El Estado es una
organización social constituída en un territorio
propio, con fuerza para mantenerse en él e imponer dentro
de él un poder supremo de ordenación e imperio,
poder ejercido por aquél elemento social que en cada
momento asume la mayor fuerza política". El tratadista
francés Henry Capitant dice: "El Estado es un grupo de
individuos establecidos sobre un territorio determinado y sujeto
a la autoridad de
un mismo gobierno". Finalmente, el tratadista argentino Rafael
Bielsa en su obra "Derecho
Constitucional" se expresa así: "El

Estado puede concebirse, en general, en dos sentidos, en
razón de sus elementos constitutivos, a saber:

  1. En sentido material; como el pueblo que constituye
    una unidad jurídica dentro de un territorio determinado,
    unidad organizada bajo el imperio de la ley, con el objeto de
    realizar fines públicos de orden jurídico y
    social;
  2. En sentido formal, considerado como
    organización jurídica de la sociedad, es decir,
    como el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un
    ordenamiento político y administrativo, con un sistema
    jerárquico de normas y de Organos".

Lo expuesto nos proporciona los elementos indispensables
para elaborar un concepto "material" del Estado, el cual resulta
completamente de acuerdo con la realidad. Pero el jurista no se
conforma con el reflejo de los hechos y necesita hacer una
abstracción general de las "relaciones de derecho" o
"consecuencias jurídicas" que se derivan de esa realidad,
de esos hechos. Desde este punto de vista jurídico, las
definiciones apuntadas resultan limitadas; y esta
limitación resulta de la circumstancia de que solamente
indican los elementos que constituyen el Estado y no determinan
lo que es el Estado "en sí", su "esencia", su "ser", lo
que contribuye a que "el Estado sea lo que es".

Desde el punto de vista jurídico, la esencia
propia del Estado se configura por dos elementos espirituales o
ideales que lo hacen permanecer siempre tal cual es: a) la unidad
de la comunidad; y b) la

potestad estatal.

La "unidad estatal" se constata en el hecho de que, a
pesar de la multiplicidad o pluralidad de sus miembros, lo mismo
que de los cambios que experimentan estos en el devenir del
tiempo, esa unidad se encuentra retrotraída a la voluntad
original de su formación y a la voluntad constante de su
permanencia. De esta "unidad estatal" o "unidad nacional" surge
la imangen de la "personalidad
del Estado", el Estado como "persona jurídica".

La "potestad estatal" perfila definitivamente y de modo
pleno el concepto de Estado. Porque dentro del Estado existen,
además de él, otras unidades corporativas, otras
formaciones corporativas de derecho
público o sociedades de
derecho privado que constituyen también personas
jurídicas o morales, tales como los municipios o
municipalidades, las fundaciones y las sociedades
anónimas, entre otras, las cuales tienen, a su vez, su
organización, su unidad y su derecho que les da la
capacidad para ser sujetos de obligaciones y
facultades.

Entonces, lo que distingue al Estado de todas estas
otras personas, es la capacidad de que está dotado para
imponerse sobre todos los individuos que componen la
población estatal. Esta capacidad de imponerse es la
potestad estatal que sólo él puede ternerla. A esta
potestad se llama en la terminología jurídica
"soberanía"
.

De lo expuesto en las definiciones que citamos: "En
sentido formal el Estado se considera como una
organización jurídica de la sociedad, es decir,
como el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un
ordenamiento político y administrativo, con un sistema
jerárquico de normas y de Organos; y en sentido material
el Estado es un conjunto de individuos asentados en un territorio
unificado por la voluntad de realizar un destino
común".

Jan Dabin, filósofo y jurista belga, dice: El
Estado es una agrupación política por excelencia.
"El Estado es el ente de derecho en el cual se resume
abstractamente la colectividad nacional". "El Estado es la
personificación de la nación". "El Estado es la
persona política organizada de la
nación".

La doctrina alemana concibe la
personalidad jurídica del Estado como un ser
jurídico enteramente distinto no solamente de los
individuos "uti singuli" que componen la nación, sino
aún del cuerpo entero nacional de los
ciudadanos.

El Estado, de cuya naturaleza material hemos hablado al
referirnos a los tres elementos que lo constituyen: y de cuya
esencia hemos expuesto los fundamentos que la configuran al
destacar su personalidad
jurídica y su potestad o soberanía, tiene su "causa
final" o teleológica cuando se encamina a realizar
determinados propósitos, esos propósitos o
finalidades son, para unos "el bien común", en general, y
para otros, la justicia (dar a cada quien lo que le pertenece en
derecho) , la seguridad, el orden, la paz, en definitiva, el
bienestar y la felicidad.

Para realizar estos fines el Estado moderno se organiza
en tres poderes, según la doctrina moderna que proviene
del Estado francés originado en la revolución
francesa de 1789. Esos tres poderes son el Poder Legislativo cuya
función
es la de elaborar las leyes o normas generales que regirán
los destinos de la nación y del Estado; el Poder
Ejecutivo que se encargara de darle cumpliento a las leyes
por medio de la gestión
administrativa contando con facultades para desarrollar dichas
leyes por medio de la función reglamentaria; y el Poder Judicial
que tiene la facultad o función jurisdiccional o sea la
facultad de administrar justicia de conformidad a las
leyes.

Todo lo expresado se refiere a un concepto del Estado
Moderno, el cual dentro del sistema capitalista se halla
materializado en la forma dicha, tanto en los regímenes
monárquicos constitucionales como en los regímenes
republicanos. Sobre otras formas de Estado en la época
contemporánea hablaremos en las páginas
siguientes.

CAPITULO VII

EL ESTADO
RACISTA

I. Teóricos del Estado Racista

1. Antecedentes

Algunos autores sostiene que la ideología racista
se remonta hasta los más lejanos tiempos de la antiguedad,
poniendo, por lo menos, como punto de arranque la conquista y
colonización de los pueblos de la India
realizada por los arios, que en lenguaje sáncrito
significa "noble". Los arios, de origen caucásico,
procedían del norte y basados en sus tradiciones lo mismo
que en la belleza y fortaleza de su raza implantaron en la tierra
conquistada un régimen de castas que perduraría
desde unos 1,200 a unos A.C., más o menos, hasta
principios del siglo XX de nuestra era.

Tambien apoyan su opinión en la conducta del
pueblo judío a través de su azarosa historia en la
que se aprecia la idea de que considerándosel "pueblo
escogido del Dios único" para erigirse en "dueños y
señores del mundo", siempre han rehusado mezclarse con
otros pueblos o razas, manteniendo, además de la pureza de
su sangre, sus
tradiciones religiosas y civiles, a pesar de todas sus
vicisitudes.

Pero la idea del Estado Racista y nacionalista adquiere
en el mundo moderno y contemporáneo una clara
orientación no sólo de supremacía racial
sino también de una decisiva orientación
política encaminada a la dominación imperialista de
los llamados pueblos inferiores.

La teoria del Estado racista se fundamenta en la
concepción de las diferencias biológicas y
psíquicas de las diversas especias de la raza

humana, lo cual da la base para la construcción de una comunidad "nacional" o
sea, de un Estado Nacional, exclusivo y propio de la raza;
formado o constituido sólo por elementos de la raza
dominante. En este sentido se dan históricamente clases de
"tendencias ideológicas del Estado racista" claramente
definidas en sus proyecciones históricas. Estas dos
concepciones ideológicas del racismo estatal
las denominamos nosotros de la siguiente forma: a) El Estado
racista puro; y b) El Estado racista mesiánico. Ambos
sustentan el principio de la supremacía racial y el
propósito de la dominación de los demás
pueblos de la tierra. El segundo, además sustenta la idea
de esta predestinado por naturaleza y por Dios para cumplir el
designio de la dominación mundial.

Ejemplo del Estado racista puro los tenemos en el
régimen de casta de la India y en el
régimen surafricano del "Apartheid"; y del Estado racista
mesiánico en el Estado hebreo antiguo, en el Estado
sionista moderno y en el Estado del Tercer Reich Hitleriano.
Hablaremos, en síntesis del Estado del Apartheid y del
Estado Nazi.

2. Spencer

Otros de los fundamentos de la teoría racista
están considerados en las doctrinas de la biología cuyas
consquistas en el siglo pasado dieron gran impulso al conocimiento
científico del hombre en cuanto ser natural. Entre
esas doctrinas es bastante divulgada la de la herencia que
tiende a demostrar la imposibilidad de la evolución de la
especie humana y la ineluctable ley de la desigualdad de los
hombres, y, por ende, de la desigualdad social. Pero así
mismo, utilizan la doctrina de Darwin sobre la
lucha por la existencia para demostrar que en esta lucha
predomina el más fuerte biológicamente, como el
capaz para resistir y para imponer ante los otros, de modo que
también, en esta forma quedan justificadas las guerras de
conquista y de agresión en contra de los pueblos que
están destinados a vivir ineluctablemente sometidos a los
conquistadores. A esta aplicación de las doctrinas de
Darwin se le da
el nombre de "Darwinismo social".

Es también utilizada la teoría organicista
del sociólogo filósofo inglés Herber
Spencer, quien concebía a la humanidad "como un organismo
viviente". En este sentido se hace hincapié en concebir el
Estado como una especie de organismo gigante, al cual se le
aplican todas las leyes propias de un organismo viviente; y todo
para justificar una política exterior de agresión,
conquista y colonización. Las doctrinas de Spencer han
sido aceptadas y desarrolladas por el biólogo sueco Keller
en una obra titulada "El Estado como vida".

3. Malthus y su influencia

Otra corriente utilizada por los racistas es la doctrina
de Malthus quien expuso hace unos ciento cincuenta años
que existe una ley biológica, natural, que consiste en que
la población tiende a crecer o desarrollarse más
rapidamente, en progresión geométrica, que la
elaboración de alimentos, cuyo
desarrollo es más lento, en progresión
aritmética, de modo que las crisis
sociales, la falta de alimentos para
las masas trabajadoras, no obedece a una ley social sino a una
ley natural y biológica, a la cual no puede controlar
ningún régimen político social. Malthus
agregaba que debía de limitarse las uniones matrimoniales
para limitar los nacimentos y que las epidemias y las guerras
eran beneficiosas para la humanidad. Sobre las teorías
de este autor, los racistas sostienen la necesidad de guerra de
exterminio de la población inferior, de los pueblos
atrasados. Así lo expone el escritor norteamericano
William Vogot, en su libro "El Camino de la Esclavitud" en donde
sostiene que existe lo que el llama "ley de la fertilidad
consumida de la tierra", la cual exige que los excedentes de la
población humana, vuelvan al seno de la tierra para
devolverle a ella su perdida vitalidad o fertilidad. Para este
fin recomienda el exterminio de las poblaciones de la
Unión Soviética, la de China y la del
Japón,
y como consecuencia, la ocupación de los territorios por
los imperialistas norteamericanos (Vogot proclama sin ambages el
desencadenamiento de una guerra mundial en
la que se empleen los medios de
exterminio masivo y es indudable que este exterminio va
encaminado a diezmar o a destruir completamente a los pueblos de
las razas inferiores).

4. Gobinneau

El aristócrata francés conde José
Arturo de Gobinneau (1816-1882), es uno de los primeros
expositores de las teorías sobre el Estado nacionalista y
racista, en el transcurso del siglo XIX. Ya hemos visto las
teorías filosóficas de Fichte y de Hegel sobre el
Estado nacionalista, que fueron expuestas por ellos a fines del
siglo XVIII y principios del siglo XIX, las cuales, juntamente
con la teoría sobre "el espíritu del pueblo" que
preconiza la Escuela Histórica del Derecho sentaron las
bases ideológicas del Estado nacionalista y racista de la
monarquía feudal prusiana. El conde de Gobinneau es autor
de varios libros y
ensayos,
destacándose en su producción la obra titulada
"Experiencia sobre la desigualdad de las razas", en cuatro tomos,
en la que trata de explicar que la marcha de toda la historia
humana obedece a las peculiaridades de las razas y de los
pueblos. Factor importante en esta distinción es el
concepto de "pureza" de las razas y de "mezcla" de las razas,
comprendiendo en su conjunto a estos dos conceptos bajo el nombre
de "química de
razas".

Para Gobinneau existió en los tiempos primitivos
una raza humana única que él denomina
"Adánica", desconocida hasta hoy por todos los estudiosos
de la Antropología. Según nuestro entender
el nombre lo ha tomado de Adán, el primer hombre existente
en la tierra, según el Génesis (primer libro de la
Biblia, escrito por Moisés) por lo que pensamos que este
autor elaboró sobre esta base su famosa tesis. Esa
supuesta raza humana única, sin divisiones como las que
posteriormente surgieron era totalmente "pura". Según este
autor, más tarde aparecieron las razas amarilla y negra
con las que se formó un conjunto de tres razas humanas
principales, cuya mezcla ha dado origen a las anteriores
divisiones de la humanidad.

Gobinneau sostiene que la pureza de la raza influye de
manera decisiva en las cualidades físicas y
psíquicas de las razas y de los pueblos; cuanto más
pura es la sangre de una raza ésta es más perfecta;
cuando es pura, los miembros de una raza tienen un mismo modo de
pensar y de actuar, sus costumbres y tradiciones son constantes,
sus instituciones son inmutables.

Atribuye este autor a la "mezcla de razas" los cambios
en la historia, las revoluciones, el desarrollo social. Dice que
la democracia es un producto degenerado de esa mezcla y deplora
su acrecentamiento indeclinable en la Europa de su
tiempo. "La falta de homogeneidad de la sangre, escribe, crea
discrepancias en las concepciones; a consecuencia de la mezcla de
razas, se produce la degeneración, la confución,
elestancamiento morboso". "Se manifiesta, afirma, el
espíritu de frivolidad, el mezquino carácter
voluble".

Clasifica basado en su juicio personal, a unos
pueblos como "puros" y otros como "impuros" o "mezclados".
Señala a la raza blanca como la más pura, la cual
se distingue entre todos, por su belleza, inteligencia,
valor, sentido
del honor y conciencia de los grandes valores
ideales de la vida. Sostiene que el sitio más importante
de la tierra es el lugar ocupado por los hombres blancos. Dice
que los Esclavos constituyen los grupos humanos más
seniles, más exhaustos, más degenerados; mientras
que los "germanos", a pesar de que no son "arios puros", son en
la actualidad los mejores representantes de la raza blanca
superior.

5. Gumplowicz

El jurisconsulto y sociólogo polaco, natural de
Cracovia, Ludwik Gumplowicz (1838-1909) , sustentaba ideas
racistas en cuanto a la concepción del Estado, del derecho
y de la historia. Su teoría trata de

presentar los más importantes fenómenos de
la vida social, (como el aparecimiento de las clases sociales, de
la propiedad privada, del Estado, del derecho, etc.) como una
consecuencia de la lucha entre tribus de diferentes razas, como
resultado de la conquista de los pueblos más fuertes sobre
los más débiles, o sea de la dominación de
los racialmente superiores sobre los racialmente
inferiores.

Siguiendo al alemán Rodolfo Von Ihering, sostiene
que el Estado es una organización basada en la fuerza y
que su papel, su
más importante función, está encaminada a
aplastar las pretensiones de las clases dominadas y a la
dominación de las razas inferiores. En su libro "La lucha
de las razas" sostiene que el motor de la
historia son las relaciones entre las razas, que dichas
relaciones son las que dirigen y aceleran todo el progreso de la
historia humana y forman el movimiento eterno de la
evolución de la humanidad; que todas las contradicciones
sociales son el resultado de las luchas entre tribus y razas
antagónicas; que la lucha por la dominación social,
es el factor más importante de la evolución social;
que la violencia, la conquista, es el factor primario en el
desarrollo de la historia; que el crecimiento de la
población obliga a los pueblos a luchar por el
ensanchamiento de las fronteras de sus respectivos estados; que
el sometimiento de unos contribuye al establecimiento de los
superiores y a la formación de determinadas clases
sociales y del Estado. En su obra "Teoría del

Estado" dice que los vencedores forman la clase
gobernante y que los vencidos la clase sojuzgada; que
también el Estado surge como consecuencia de la violencia
y de la conquista; y que la esencia del Estado consiste en ser
"una organización de dominación surgida de modo
natural y predestinada para la salvaguardia de un determinado
orden legal".

Esta teoría del surgimiento del Estado y de las
clases como resultado de la violencia y de la conquista, fue
apoyada por el sociólogo, filósofo y jurista
austriaco Carlos Kausiky, después de haber renegado del
marxismo.

6. Nietszche

Federico Guillermo Nietszche (1845-1900), es otro de los
autores partidarios de las teorías racistas que tanta
divulgación han tenido en las últimas
décadas del siglo pasado y en todo lo que va del presente.
Nietszche es autor de muchas obras en donde da curso a sus ideas,
siendo todas notables y de las cuales citaremos las siguientes:
"Humano, demasiado humano", "Más allá del bien y
del mal", "Así hablaba Zaratustra", "El origen de la
moral", etc.

Nietszche cree en una raza de superhombres y en una de
esclavos; considera que existe una aristrocracia de hombres
selectos y que esa casta son los alemanes; que la casta de hombes
superiores está destinada a mandar y tiene voluntad de
poder. Ataca a la democracia y desdeña al pueblo a quien
llama despectivamente populacho, horda, raza de
esclavos.

La moral cristiana la denomina "moral de esclavos"…
Dice que la ley superior de la vida es la desigualdad de los
hombres; y con base en dicho concepto formula su teoría
del "superhombre" ensalzando desde el punto de vista del
"darwinismo social" al "animal de piel blanca"
que sin duda alguna es una referencia directa al supuesto ario
alemán de "raza pura". También considera a los
japoneses como hombres de raza superior. Al igual que todos los
racistas alaba la guerra considerándola como un medio de
depuración de la humanidad.

7. Chamberlain

Houston Stewart Chamberlain, aristócrata
inglés (1855-1927), ha sido también otro importante
partidario de la doctrina racista y ferviente propagador de sus
principios. Fue tanta la admiración que tuvo por el pueblo
alemán que optó por esta nacionalidad y sus obras
las escribió en idioma alemán. Entre otras puede
citarse "Los Fundamentos del Siglo XIX" en la que habla de la
superioridad racial de los "teutones" del "genio organizador y
regenerador del pueblo teutón" y de la fuerza dominante
del nacionalista alemán. Chamberlain se refiere a una
pretendida "raza nórdica" y distingue al grupo que
él denomina "nórdico teutón", rechazando el
término "ario" por considerarlo aconvencional. La raza
nórdica-teutónica ha regenerado, salvado y
rejuvenecido a la civilización occidental y está
llamada a crear un nuevo mundo con un nuevo orden social. Predica
un desprecio aristocrático contra las razas inferiores que
forman los pueblos atrasados. Entre los pueblos o razas que
más ataca como inferiores es al pueblo judío y en
general a todos los grupos humanos de origen semita.

II. El Estado del Apartheid

1. Orígenes de la Unión Sudafricana y
del Apartheid

La palabra "Apartheid" es un término
inglés generalizado en el lenguaje político, cuyo
significado es apartar, separar… En la práctica
constituye un régimen de excepción practicado en
Rodhessia (ahora Zimbawe, libre de ese régimen) y en la
UNION SUDAFRICANA formada por las provincias (anteriormente
repúblicas) de El Cabo, Orange,Transvaal y Natal, en donde
el poder político está concentrado y detentado
desde hace decenas de años por minorías blancas que
discriminan de una manera radical a los extranjeros y segregan
sin consideración alguna a las grandes mayorías de
las poblaciones de color de
diferentes troncos étnicos (negros, chinos, indúes,
árabes, etc. ).

La Unión Sudafricana es una República que
forma parte de la comunidad británica y su proceso de
formación constituye una de las etapas más
dramáticas de la dominación inglesa en el
continente negro. En el siglo XVII, en el año 1650
comenzaron a establecerce en las costas sureñas de lo que
ahora es el territorio de El Cabo cientos de campesinos
holandeses llamados "Bóers", quienes quedaron
definitivamente instalados en diversos sectores en el año
1652. Fundaron allí prósperas colonias que en poco
tiempo adquirieron fama por su laboriosidad y por el notable
desarrollo de las explotaciones agrícolas y ganaderas, al
punto que atrajeron la atención, la envidia y la avaricia de los
británicos que en ese entonces iniciaron la
formación de su vasto imperio colonial. En 1697 comenzaron
los ingleses a hostilizar a los bóers pero estos se
defendieron con tenacidad y efectividad, logrando consolidarse en
las tierras adquiridas y fundaron repúblicas
independientes que Inglaterra se vió obligada a
reconocer.

Sin embargo, atraídos por la riqueza de los
territorios, muchos extranjeros (entre ellos muchos ingleses), en
el siglo XVIII se fueron estableciendo en la parte sur del
continente y alquilaban sus servicios a
las diversas explotaciones; pero no obstante su asentamiento en
el lugar, siempre fueron considerados por los bóers como
extranjeros y nunca obtuvieron ellos ni sus descendientes los
derechos de ciudadanía ni derechos civiles ni
políticos. Este es el origen del régimen
político del "Apartheid".

Los ingleses organizados comenzaron de nuevo a presionar
a los bóers obligándolos a internarse en el suelo
africano. Así fue como éstos fundaron las
repúblicas del Transvaal, Orange y Natal.

En 1815 el Congreso de Viena concedió a
Inglaterra su potestad sobre el territorio de El Cabo.

En 1849 Gran Bretaña se anexó a Natal y
parte de Zutulandia y luego invadió y se posesionó
de los territorios de Orange y Transvaal. Los bóers,
celosos de su independencia sostuvieron nuevamente una tenaz
resitencia obligando otra vez a Inglaterra a que les reconociera
su status republicano. En 1877 una misión británica
capitaneada por un coronel se apoderó de Pretoria,
capital de la
república de Transvaal y declaró que Transvaal y
Orange quedaban anexados al dominio de la Gran Bretaña;
pero nuevamente, los bóers en una lucha de más o
menos cuatro años hasta 1881 volvieron a quedar
independientes. En 1899 vuelve Inglaterra a querer establecer su
poderío en el Transvaal y Orange iniciándose
así el período que es conocido por "Guerra
anglo-bóers", el cual terminó con la
dominación de éstos, estableciéndose en 1906
su anexión a la colonia de El Cabo y posteriormente, en
1910, la creación de la República denominada
Unión Sudafricana, con una Constitución
análoga a la de Canadá y formada por los
territorios de El Cabo, Orange, Natal y Transvaal. Finalmente por
el Estatuto de Westminter, sancionado en 1931, la Unión
adquirió su pleno status de dominio de la comunidad
Británica; pero ya desde 1920 había recibido de la
Sociedad de las Naciones como protectorado los territorios de
Africa Occidental
que hasta el total desarrollo de la primera guerra
mundial habían sido dominio colonial del Imperio
Alemán.

Pues bien, en esos territorios de 1,300,000
kilómetros cuadrados, habitados por una población
de más o menos 24,000,000 de personas en donde hay una
minoría blanca de aproximadamente tres millones de
personas, el poder político es ejercido unicamente por la
minoría blanca en su mayoría ingleses y holandeses.
Estos practican la política del "Apartheid", del racismo y del
colonialismo.

2. Características del
Apartheid

El "Apartheid" consiste en un régimen en el cual
la población de color

carece de derechos de toda clase: civiles y
políticos. Solo los blancos

tienen todas las ventajas y privilegios resultantes de
la administración autónoma otorgada a
estas colonias del dominio inglés.

He aquí las características esenciales del
"Apartheid":

  1. Es racista, o sea que discrimina las razas, creen en
    la superioridad racial de la raza blanca sobre las demás
    estructuras
    étnicas y en consecuencia, desprecia, persigue y explota
    a las razas inferiores (de color) a
    quienes no concede ninguna clase de derechos.
  2. Consecuentemente con esta política
    discriminativa de las razas, en el régimen del
    "Apartheid" las razas de color no tienen derechos civiles en lo
    relativo a la propiedad y a lo contractual; lo mismo que no
    tienen ninguna clase de derechos políticos.
  3. Precisamente, en lo que se refiere a derechos
    políticos, los individuos de color no tienen derecho a
    elegir a representantes en el Gobierno, pero si están
    obligados a elegir a representantes blancos.

El racismo y el "Apartheid" ha sido y es practicado
aún en otras partes del mundo, aún en nuestra
América
y en nuestros días. En tiempos de Mussolini y de Hitler
tuvieron una de sus formas más fieras de
expresión.

Los ideólogos del racismo y del Apartheid, en
diferentes países de la tierra, presentan al proceso
histórico de la humanidad, como resultado de la lucha de
razas, de la lucha entre pueblos, considerando la guerra entre
naciones como el factor más importante en el desarrollo
social, económico y político de la humanidad. Estos
teóricos del racismo y el Apartheid proclaman la
desigualdad psíquica de los hombres, poniendo a la raza
blanca como la única capaz de lograr un desarrollo
superior debido a una conformación biológica
diferente de los demás individuos "de color". Esta es la
base ideológica con que alegan la desigualdad social de
los pueblos y el sometimiento colonial de las
naciones.

En la conferencia
mundial contra el racismo, el apartheid y el colonialismo,
celebrada del 20 al 26 de agosto de 1978 en Ginebra, Suiza, por
las Naciones Unidas
se llegó a la siguiente conclusión: El racismo y el
régimen del apartheid son teorías cientificamente
falsas, moralmente inhumanas, sociológicamente injustas e
históricamente caducas…

III. El Estado Nazi

1. Doctrina básica del Estado
nazi

La doctrina del Estado racista puro del Tercer Reich
alemán se encuentra profundamente detallada en la obra
"Mein Kamp" (Mi Lucha) del político austro-alemán
Adolfo Hitler,
quien fue, precisamente jefe del Partido Nacional Socialista
Alemán y jefe del Tercer Reich desde 1933 a
1945.

"Un decreto bien hecho del destino me hizo nacer en
Braumau, sobre el Rhin. Esa pequeña ciudad se encuentra en
la frontera de esos dos Estados alemanes cuya reunión nos
parecía, a nosotros, obra de la joven generación,
que era la obra que deberíamos realizar por todos los
medios posibles. La Austria alemana debería volver a la
gran madre patria alemana… LOS HOMBRES DE UNA MISMA SANGRE
DEBEN PERTENECER A LA MISMO REICH. Por eso la pequeña
ciudad fronteriza de Braumau, se me mostraba como el simbolo de
UNA GRAN MISION"…

Así comienza la obra de Hitler, que
escribió en la prisión de Landsberg del Lech, en
Baviera, cuando cumplía una condena de cinco años
por el fracasado golpe de Estado
en Munich el 9 de noviembre de 1923.

Hitler cree que la misión de toda su vida estaba
ya escrita o determinada en el lugar mismo donde nació: Y
ESTA MISION era la de hacer triunfar contra todas las leyes
falsas y artificiales UNA LEY NATURAL Y SAGRADA: La ley de la
COMUNIDAD DE SANGRE.

Hitler se dice "elegido del Cielo para proclamar la
voluntad racista del

Creador".

Hitler arremete contra todos los altos valores
conquistados por la civilización: "La nación -dice-
es una invención de las clases capitalistas; la patria,
instrumento de la burguesía para la
explotación

de la clase obrera; la autoridad destinada a producir un
material humano de esclavos, y también de guardianes; la
religión, medio de debilitar al pueblo para mejor
explotarlo a continuación; la moral, principio de
estúpida paciencia para uso de borregos"…

"En política -piensa Hitler- triunfa sólo
el que es brutal e intolerante; la masa tiene horror a los
débiles y a los tibios; la masa se somete a las fuertes,
al hombre entero, fanático, que infunde miedo y
terror".

"El terror en el trabajo, en
la fábrica, en los lugares de reunión y con
ocasión de los mítines tendrá pleno éxito
mientras un terror igual no le obstruya el camino (…) Si a la
socialdemocracia se opone una doctrina mejor fundada, ésta
vencerá, aunque la lucha sea dura, a condicion, sin
embargo, de que actue con la misma brutalidad".

Hitler cree que la socialdemocracia, que el marxismo, es
una invención interesanda de los judíos y que la
jefatura de tal movimento está en manos judías con
propósitos inicuos… Por eso, además de predicar
la constitución de un Estado racista alemán,
proclama la destrucción del judícomo la
destrucción del movimiento del proletariado mundial. Todo
el mal viene del marxismo, pensaba Hitler, doctrina de un
judío, forjada para establecer el dominio de los
judíos sobre todos los pueblos: con este designio, el
marxismo rechaza el principio aristocrático, único,
conforme a la naturaleza de la dominación de la raza
más fuerte y de los fuertes; con ese designio nefasto
oponía el mayor número, el peso inerte de la masa,
al derecho eterno de la superioridad de los fuertes; con ese
designio fatal negaba la
personalidad humana, y, sobre todo, reafirmaba la importancia
de la superioridad de los fuertes por la sangre, por la raza, por
la supremacía étnica; con ese designio ocultaba al
hombre la condición primera de su existencia y de su
civilización. Marxismo y judaísmo: he aquí
la doble amenaza que se cierne para acabar con la existencia del
pueblo alemán.

Otro problema fundamental que acomete la teoría
del Estado racista alemán de Hitler, es el del
"Parlamentarismo", o sea, uno de los fundamentos del Estado
moderno. Hitler siente repulsión ante el funcionamiento
del Reichstat en Viena: es un espectáculo lamentable y
risible, gente en masa que se interpela hablando alemán
unos y una lengua eslava
o dialecto otros, es decir, mezcla de razas, o sea,
nacionalidades distintas, por otra parte, se habla de
"Democracia" parlamentaria, lo cual, en sí, es
radicalmente pernicioso: tiene primacía la decisión
de la mayoría sobre el concepto de la responsabilidad del líder,
va contra el espíritu aristocrático de la
naturaleza; la democracia prepara el terreno el triunfo del
marxismo; es un absurdo pensar que el genio pudiese ser el fruto
del sufragio universal. Todo lo extraordinario que se ha
realizado desde que el mundo es mundo, es producto de acciones
individuales.

2. Concepciones y políticas
principales

El Estado Nacional Socialista del Tercer Reich
alemán es una concepción del mundo que puede
reducirse a dos conceptos fundamentales: nacionalista racista y
cuestión social obrera sin lucha de clases.

En cuando a política interior, el Estado
Nacional Socialista, se proponía:

  1. La regeneración racial. Esto implica a la
    distinción tajante entre alemanes y no alemanes. El
    hombre de sangre alemana es el único que puede ostentar
    la ciudadanía alemana, el único que puede ejercer
    las funciones
    públicas del Estado; y los no alemanes son aquellos que
    tiene sangre distinta del teutón o germano, entre ellos
    judíos, los eslavos, etc. Ellos no son ciudadanos en
    Alemania y pueden ser sometidos a la expulsión
    eventual;
  2. Protección de la madre y del niño
    alemán;
  3. Obligatoriedad a la educación
    física y deportiva;
  4. Educación orientada con sentido
    práctico y con la idea de inculcar el concepto de un
    Estado racista, nacionalista y dominador o
    conquistador;
  5. Lucha contra el parlamentarismo, contra el
    judaísmo, el materialismo, contra la mentira
    política voluntaria en la prensa; sustitución de
    la prensa judía por una prensa genuinamente
    alemana;
  6. Sustitución del derecho
    romano universal y materialista por un derecho común
    alemán;
  7. Proclamación de la necesidad de una vigorosa
    centralización del Reich;
  8. Libertad de todo culto religoso en el Estado, bajo
    las condiciones de suprimirlos en el caso de que ponga en
    peligro la existencia del Estado y de que no convenga su
    existencia por contravenir los sentimientos de decencia y de
    moralidad de la raza germánica.

En materia de derecho internacional, el Estado
Nacional Socialista se pronuncia en este sentido:

  1. Reunión en una sola patria de todos los
    alemanes regados por todo el mundo, en diferentes Estados, es
    decir, ostentando diversas nacionalidades (Austria, Polonia,
    Hungría, etc.). Así se forjaría la Gran
    Alemania, sobre la base del derecho de los pueblos a disponer
    de sí mismos;
  2. Igualdad de derechos para la nación alemana en
    relación con las demás naciones;
  3. Supresión del Tratado de
    Versalles;
  4. Restitución de las colonias alemanas a la
    nación alemana para darle cabida a los excedentes de
    población por la vía de la colonización
    (Lorena en Francia, los Sudetes en Checoslovaquia y Africa
    Sudoccidental).

En el plano social, afirma el Estado Nacional
Socialista ser socialista y en lo económico, ser
anticapitalista y se propone los siguientes objetivos:

  1. Creación y protección de una pujante
    clase media sana, en oposición al marxismo que plantea
    la abolición de las clases como una ley del determinismo
    histórico;
  2. Aniquilamiento o destrucción de las grandes
    fábricas y empresas y
    medidas de protección para las empresas
    pequeñas y los artesanos;
  3. Reforma agraria que comprende la apropiación
    gratuita del suelo en interés general y la
    prohibición de toda especulación
    inmobiliaria;
  4. Supresión de todas las rentas adquiridas sin
    trabajo, la abolición de la esclavitud de los tantos por
    cientos y de todos los intereses y la estatización de
    los trust.

De acuerdo a Feder, economista oficial del Tercer Reich,
el Estado Nacional Socialista distinguí a tres clases de
capital: el capital financiero prestamista; el capital acaparador
judío; y el capital bienhechor y creador, puramente
alemán o ario.

CAPITULO VIII

EL ESTADO
FACISTA

1. Elementos teóricos del Estado
Facista

La teoría del Estado Fascista está
expuesta en la obra titulada "El Fascismo", cuyo
autor es Benito Mussolini (1883-1945) quien también fue
Jefe del Pardito Fascista de Italia y Jefe del Gobierno Italiano
desde 1922 hasta el año de su muerte en
1945. La obra consultada es la que el mismo Mussolini redactara
para la Enciclopedia Italiana y cuya edición
española fuera prologada por José Antonio Primo de
Rivera (hijo del dictador español
General Miguel Primo de Rivera) quien fue jefe de la Falange
Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva
Nacional Sindicalista. La obra está dividida en dos
capítulos: en el primero trata Mussolini las "Ideas
fundamentales"
de la doctrina fascista y en el segundo la
"Doctrina Política y Social" del Estado
Fascista.

El capítulo primero comprende los siguientes
temas:

  1. En el Estado no existe ningún concepto que no
    sea fundamentalmente un concepto de la vida, un pensamiento
    vital. La intuición y la filosofía son sistemas
    de ideas que se traducen o bien en una construcción logicista o en una
    fé, o sea, que virtualmente se convierten en una
    concepción del mundo y de la vida.

  2. El fascismo como
    filosofía: el fascismo es práctica y
    pensamiento, acción animada por una doctrina y
    doctrina que ha nacido de un sistema dado de fuerzas
    históricas, al cual se halla íntimamente ligado
    y del que toma su impulso interior. Las contigencias de lugar
    y tiempo determinan en su forma; su contenido
    ideológico encierra verdades axiomáticas que lo
    elevan al rango superior del pensamiento humano.

    El hombre del fascismo es el individuo que a la vez
    es nación y patria. Esto significa la
    compresión de una ley natural que junta al individuo
    aislado con su generación en el doble juego de
    la tradición de las viejas generaciones y con la
    misión histórica que a cada generación
    le toca que cumplir.

  3. Concepción espiritualista: Para el fascismo el
    mundo no es este mundo material en que el hombre es un animal
    egoísta, dedicado al placer momentaneo y gobernado por
    la ley natural de las apetencias sensuales, lo que de esta
    manera vive separado de los otros hombres y guiado
    sólo por sus instintos biológicos.

    El fascismo concibe la vida como la lucha que toca
    al hombre conquistar una existencia digna, estando, en primer
    lugar, la tarea de construir en sí mismo, el
    instrumento físico (de su cuerpo) y psíquico
    (moral, intelectual, político) para edificar la vida:
    es una concepción exacta para los intereses del
    individuo, de la nación y de la humanidad.

  4. Concepción positiva de la vida como lucha: El
    fascismo quiere un hombre activo, un hombre consagrado a la
    acción, con todas sus energías, un hombre viril,
    fuerte y conciente de las dificultades que se le presenten y
    con ánimo dispuesto para eliminarlas y
    superarlas.
  5. Concepción ética: El fascismo aspira a
    una vida seria, austera, consagrada al trabajo con un
    espíritu de religiosidad. La vida debe estar entregada
    por entero a las fuerzas morales y responsables del
    espíritu. El fascismo repudia y menosprecia la vida
    cómoda.

    El fascismo es no solo un sistema de gobierno, sino
    ante todo, un sistema de pensamiento.

  6. Concepción religiosa: El fascismo condiera al
    hombre, desde el punto de vista místico, en su
    relación inmanente con una ley superior, con una
    voluntad suprema y objetiva que trasciende al individuo como
    tal y eleva a miembros conscientes de una sociedad
    espiritual.

    Políticamente el fascismo quiere ser doctrina
    realista y aspira a resolver en la práctica los
    problemas
    que se plantean históricamente, por sí mismo y
    que muestren o sugieran su propia solución.

  7. Concepción histórica y realista: El
    fascismo concibe al hombre únicamente inmerso en el
    proceso espiritual del grupo familiar, de la sociedad y de la
    nación a que pertenece, los cuales verifican su
    proceso histórico en colaboración con las
    demás naciones. En este aspecto es de gran valor la
    tradición en las costumbres, las normas de conducta
    social, en el idioma, en la religión, etc.. El hombre
    es un ser nulo fuera del proceso histórico.

    El fascismo es partidario de la libertad en el
    sentido de que la practique el hombre real y no en el sentido
    que la predicaba de modo abstracto el liberalismo
    individualista… La única libertad de que puede
    hablarse es la libertad del Estado y la del individuo dentro
    del Estado. Para el fascismo todo está dentro del
    Estado: nada material ni espiritual están fuera del
    Estado.

    En este sentido el fascismo es total, totalitario:
    El Estado fascista es la síntesis y unidad de todos
    los
    valores: él intepreta, desarrolla y patentiza toda
    la vida del pueblo.

  8. Anti individualismo y libertad: El Estado fascista
    tiene una concepción anti individualista de las
    relaciones sociales. En ellas el individuo es, en cuanto
    coincide con el Estado, es decir, que el individuo realiza
    como una conciencia y una voluntad universales, en su
    existencia histórica.

    Es contrario al socialismo
    porque éste paraliza el proceso histórico en la
    lucha de clases; se opone al sindicalismo clasista. Para resolver los
    problemas
    señalados por el socialismo y
    el sindicalismo clasistas, ofrece la
    organización del Estado Corporativo en donde los
    intereses contradictorios se concilian en la unidad
    económica y moral del Estado.

  9. Antisocialismo y Corporativismo: Para el Estado
    fascista no hay individuos ni grupos; es decir, el individuo
    solo, aislado, no cuenta; ni tampoco tienen existencia los
    partidos
    políticos, las asociaciones, los sindicatos,
    los gremios, las clases sociales, fuera del Estado. El Estado
    es fuente de los grupos en una unidad económica y moral
    que sirve los intereses generales de la
    nación.
  10. Democracia y Nación: Para el Estado facista
    los individuos constituyen las clases según la
    categoría de los intereses y se indican conforme las
    diferentes actividades económicas interesadas. Pero
    ellos constituyen el Estado, el cual no es ni el número
    ni la suma de los individuos que forman la mayoría de un
    pueblo. Por eso el fascismo es contrario a la democracia,
    porque ésta confunde al pueblo con la mayoría y
    lo equipara a ese nivel. El fascismo concibe el pueblo
    cualitativamente. Como idea moral, poderosa, coherente,
    verdadera, que se encarna en el pueblo mismo como conciencia de
    los pocos, o incluso de uno; como ideal que tiende a realizar
    en la conciencia y en la voluntad de todos. De todos los que
    por naturaleza e historia étnicamente constituyen una
    nación, siguiendo idéntica línea de
    evolución y de formación espiritual, como una
    sola conciencia y voluntad.
  11. Concepto de Estado: El fascismo concibe al Estado
    como voluntad ética universal creadora de la
    nación y del derecho. El Estado le da al pueblo
    conciencia de su unidad moral, una personalidad propia, es
    decir, una verdadera y efectiva existencia.
  12. El Estado ético: La Nación como Estado
    es una realidad ética que vive y existe en cuanto se
    desarrolla. El Estado como voluntad ética tiene dos
    aspectos:
  1. Es autoridad que gobierna y da forma legal y valor
    de vida espiritual a las voluntades individuales;
  2. Es potencia
    que valoriza su voluntad al exterior, haciéndola
    reconocer y respetar, demostrando con los hechos la
    universalidad de todas las determinaciones necesarias de su
    desarrollo.
  1. Contenido del Estado: El Estado fascista constituye la
    más elevada y poderosa personalidad; es una fuerza en
    la que resumen todas las fuerzas de la vida moral e
    intelectual del hombre. Es forma y norma interior: una
    disciplina
    de toda persona. El Estado penetra en la voluntad y en la
    inteligencia… Es el alma del alma.

    1. Es legislador y fundador de
      instituciones;
    2. Es educador promotor de la vida espiritual;
      y
    3. Quiere rehacer el contenido moral del hombre: el
      carácter, la fé.
  2. La autoridad: El Estado fascista se desenvuelve en
    los aspectos siguientes:

Y para realizar esos fines quiere autoridad y disciplina
que penetren en los espíritus y dominen rivalidades. Por
eso, el símbolo y emblema del fascismo es el "fascio
littorio" que representa la unidad, la fuerza y la
justicia.

2. Postulados imperialistas del Estado
Facista

En el Capítulo II, Mussolini comienza haciendo
una síntesis sobre los

orígenes y desarrollo de la doctrina fascista; y
luego, en otros parágrafos comenta
temas que, en parte, son nuevos y en parte, son

repeticiones o aplicaciones de los ya vistos en el
capítulo que hemos

resumido en apretada síntesis. De este
capítulo sólo mencionaremos los nombres de los
temas, por no ser necesario su desarrollo para los fines de este
trabajo. El contenido es el siguiente:

  1. El fascismo es partidario de la guerra y contario al
    pacifismo. Concibe la vida como lucha y como deber.
  2. La política demográfica del fascismo en
    relación al prójimo es la de la dominación
    de éste cuando haya necesidad de la supervivencia del
    fascista.
  3. El fascismo es contrario al materialismo
    histórico y a la lucha de clases.
  4. El fascismo es contrario a las ideologías
    democráticas. La democracia es un absurdo
    filosófico, social y político.
  5. El fascismo siempre va hacia adelante. Jamás
    retrocede en el curso de la historia. Su contenido y su forma
    es una superación de la democracia liberal, cuyo ciclo
    comenzado en la revolución francesa de 1789 está
    definitivamente clausurado por el paso de las conquistas
    sociales.
  6. En relación con el Estado liberal que pone por
    base al individuo, el Estado fascista opone la unidad total de
    la nación; y por eso el Estado fascista es una unidad
    fuerte, poderosa y orgánicamente enlazado con el pueblo
    en lo político, social, cualtural y
    económico.
  7. El Estado fascista considera la religión como
    una de las más grandes manifestaciones del
    espíritu, y por eso reconoce a la Iglesia
    católica como un baluarte de la fé y de la
    espiritualidad.
  8. El Estado tiene una voluntad imperial y exige una
    disciplina de mando. El no es solo una expresión
    territorial, militar o mercantil, sino espiritual y moral. El
    imperio es la tendencia de las naciones a la expansión
    como una manifestación de vitalidad. Por el contrario,
    el sometimiento es un signo de decadencia
    .
  9. Los pueblos que nacen y renacen son
    imperialistas. Los pueblos que perecen son los que renunciaron
    al enfrentamiento y a la lucha que la naturaleza impone a todo
    organismo viviente. El imperio requiere disciplina, coordinación de esfuerzos, deber y
    sacrificio
    .

CAPITULO IX

EL ESTADO
IMPERIALISTA

1. Concepto inicial de imperialismo

La palabra imperialismo
tiene su origen en el vocablo latino "imperium", que quiere decir
"dominio, mando, alteza, autoridad".

En la historia política tradicionalemente ha
significado: estado gobernado por un emperador; estados sometidos
a una soberanía común; y, por extensión,
Estado de gran potencia,
aún cuando el mandato no sea ejercido por un emperador.
Estas definiciones, aunque adecuadas etimológicamente para
expresar el concepto de dominación superior, no se
ajustan, en su totalidad a los procesos de
cambios de la historia
universal, ya que justamente el vocablo tiene significado
doble:

  1. En el sentido tradicional, que es el contenido en las
    definiciones apuntadas, significa "política exterior"
    caracterizada por las conquistas coloniales, el militarismo y
    el sojuzgamiento de otros Estados; por la vía militar,
    son ejércitos permanentes al servicio del
    Estado imperial;
  2. En sentido económico, el término
    imperialismo
    significa "la fase superior y final del capitalismo", cuyas
    características generales son: la concentración
    de la producción y el capital en pocas manos y la
    sustitución de la libre competencia o concurrencia por
    el dominio de los monopolios.

Examinemos a grandes rasgos estas dos
acepciones.

2. El imperialismo en la acepción de la
política exterior

Es sabido que en su origen los Estados eran constituidos
por pequeñas ciudades que con el crecimiento de los
trabajos manuales y del
comercio se fueron agrandando y creciendo en importancia
económica y poder político, por lo cual se vieron
obligados a extender su radio de
acción expandiéndose por medio de la conquista y la
dominación militar de otras ciudades-estados, territorios
y poblaciones, a quienes imponían sus leyes, sus
costumbres y tradiciones. Esta fue la forma de cómo se
constituyeron los antiguos imperios (Egipto, la
India, China,
Babilonia, Caldea, Asiria, Persia, Macedonia, Grecia, Roma, etc.)
que pertenecieron a la forma de producción esclavista; los
medievales de los merovingios y carolingios de forma feudal, en
Francia, etc. Y el español,
británico,portugués, frances, holandés,
danés, alemán, etc. en la época
moderna.

Esta secuencia histórica nos sugiere la idea de
que todo el proceso económico como forma estructural y
político como forma subordinada a aquella estructura
culmina en su fase superior en la figura del imperio luego a la
economía
aldeana, enseguida a la empresa local
y nacional y finalmente a la conquista de otros mercados de donde
surge la "colonización" de otros territorios
terminándose por el sometimiento de éstos y de sus
habitantes.

En la época del capitalismo, en sus inicios, se
dio la forma de producción manufacturera que dio origen a
la llamada "acumulación primitiva de capital", la que
sirvió de base para el afianzamiento de las grandes
fortunas o capitales que dieron fundamento a la era mercantilista
del capitalismo.

La necesidad de más amplios mercados que los
nacionales de la Europa que recién se despertaba de su
sueño medioeval, hizo que, las potencias marítimas
de entonces (España, Portugal, Inglaterra, Francia, etc.)
se dieran a la tarea de conquistar territorios en todo el mundo
cuya parte occidental había sido descubierta por Cristobal
Colón en 1492. En Africa, Asia, Oceanía,
Australia, Europa y América
se enseñoreaban las grandes potencias marítimas de
entonces ávidas de dominios coloniales para
adueñarse de sus riquezas, llegando muchas de ellas con
criterios racistas hasta el exterminio de la población
nativa como sucedió en los territorios del Canadá y
Estados
Unidos, colonizados por los ingleses.

De la manufactura
pasaron los países avanzados Europeos, a la
revolución industrial (1748 en Inglaterra y 1820 en
Francia) lo que amplió y desarrollo la producción,
hizo más activo el comercio y amplió la necesidad
del crédito
y volvió indispensable la función de los bancos para el
otorgamiento de los créditos, es decir, de los
préstamos. Esto último ocurría ya a
principios del segundo cuarto del siglo XIX (1825).

Ya a principios del último cuarto del siglo
mencionado (1876), el capitalismo estaba definitivamente
desarrollado, de modo que los grandes monopolios o grandes
asociaciones capitalistas como los trust, los cartels, consorcios
y oligopolios quebraban con la competencia a las pequeñas
y medianas empresas de toda clase y volvían con más
exigencia los ojos hacia los dominios coloniales de las potencias
rivales. Había nacido en la historia, una nueva era
imperialista cuya dominación se confirmó con la
guerra hispanoamericana (1898) y la guerra anglo-bóers en
Africa (1877-1906). A diferencia de los anteriores imperios,
ahora no se trataba de la simple colonización de tierras o
de sometimiento de poblaciones indígenas por la mano
militar; se trataba de una nueva forma imperial: el dominio del
capital financiero.

Se ve, pues, que aún cuando muchos Estados se
llaman democráticos, ya sea como monarquías
constitucionales como en Inglaterra, Francia, Holanda,
Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, España,
Portugal o monarquías absolutas como las de, Austria,
Alemania, Rusia Zarista, Japón o
repúblicas constitucionales como los Estados Unidos de
América, etc. Estos estados han sido y son imperialistas
porque han tenido y conservan extensos territorios dominados
conforme la idea tradicional y además por la
penetración en otros por la exportación del capital financiero en forma
de emprésitos.

3. El imperialismo en la acepción
económica

En relación con la segunda acepción
hagamos un esbozo de lo que es el imperialismo en su
conceptuación contemporánea, es decir, como etapa
superior y última del capitalismo.

  1. La concentración es el cremiento del capital
    por la capitalización de la plusvalía producida
    por la explotación del trabajo no pagado al
    obrero.

    La centralización es la reunión de los
    diversos capitales individuales en uno solo: esta
    reunión es el "monopolio". Los monopolios tienen
    diversas formas y reciben los nombres de consorcios, trust,
    cartel y oligopolios. Es el capitalismo desarrollado al
    máximo.

    Marx demostró la tendencia histórica
    del capitalismo hacia la "acumulación", observando
    desde sus inicios, como hemos indicado, la
    "acumulación primitiva del capital", anunciando de
    esta manera, el advenimiento del capital financiero
    monopolista, concentrado en pocas empresas y éstas, a
    su vez, apuñadas en pocas manos de
    propietarios.

    Marx hizo la apreciación de contradicciones
    que evidencian que el capitalismo, en su evolución, se
    niega a sí mismo: por una parte afirma la propiedad
    individual (la propiedad privada), pero al concentrarse en
    pocas manos niega aquél principio; y luego, este
    monopolio (como propiedad privada) lleva en sí la
    fatalidad de su destrucción al verificarse su
    expropiación por las masas que instaurarán de
    manera definitiva, la propiedad social.

  2. En su análisis sobre la sociedad capitalista,
    Carlos Marx y
    Federico Engels, demostraron que la libre concurrencia
    engendra la concentración y la centralización de la producción;
    y que estas dos últimas, en su fase final de
    desarrollo, conducen al "monopolio". La libre concurrencia consiste en
    la facultad que tiene todo individuo o empresario de competir
    en el mercado
    interno con los demás individuos para buscar la
    ganancia en su negocio. Esta libre concurrencia o competencia
    surgió en el seno de la sociedad feudal que
    había llegado a una forma de monopolio
    de la riqueza en manos de la nobleza: los artesanos, en las
    ciudades medievales, lanzaron su grito de libertad, lograron
    la autonomía de las ciudades y conquistaron, a base de
    luchas sociales, el triunfo de la burguesía como clase
    económicamente dominante estableciendo el
    régimen capitalista cuya base inicial fue esa
    libertad: la libre concurrencia.

    Dice Lenin: "El imperialismo es el capitalismo al
    llegar a la fase de su desarrollo, en que se instaura el
    régimen de los monopolios y del capital financiero, en
    que la exportación del capital adquiere una
    importancia considerable, en que comienza el reparto del
    mundo por los trust internacionales y se pone fin a la
    distribución de todo el territorio del planeta entre
    las principales potencias capitalistas".

    El imperialismo, es, pues, la etapa monopolista del
    capitalismo, y a la vez, su fase superior y última,
    como una consecuencia lógica e histórica del
    proceso acumulación, concentración y
    centralización del capital. Pero dentro del
    capitalismo coexisten la libre concurrencia o competencia en
    el mercado y la tendencia a la acumulación
    (concentración y centralización monopolista) lo
    cual da lugar a una intensa y feroz lucha en el mercado, de
    las empresas entre sí y con los monopolios, lo mismo
    que estos contra aquellas y con otros monopolios nacionales y
    con los de otros países desarrollados. Cada monopolio
    trata de dominar y conquistar, en lo posible, el mercado
    nacional y el internacional. Este proceso trae por
    consecuencia las guerras por el reparto de territorios
    (Anglo-Boers, Hispanoamericana, de los Balcanes, Primera y
    Segunda Guerra Mundiales); la agudización de las
    crisis
    industriales y económicas (las crisis
    sociopolíticas, etc.).

  3. Las ideas de Marx y Engels
    fueron desarrolladas por Vladimir Illich Ulianov o
    Nicolás Lenin, quien en su obra "El Imperialismo, fase
    superior y última del Capitalismo" enuncia las
    características de esta etapa así como sus
    consecuencias políticas y sociales en la sociedad
    contemporánea.
  4. En la fase imperialista o monopolista del
    capitalismo, tiene dominio hegemónico el "capital
    financiero" que se opone al capital agrario, industrial y
    comercial. El capital financiero es el destinado a
    préstamos o empréstitos; es el capital usurario o
    usurero, el capital que devenga "intereses". A estos intereses
    se les da el nombre jurídico de "frutos civiles" igual
    que la renta de los alquileres.

Los bancos sirven
de intermediarios para llevar a cabo la contratación de
los préstamos (capital prestado, intereses, plazos,
forma de pago, garantías, etc.). Los bancos, como
representantes o intermediarios de los prestamistas, a la vez
que verifican los préstamos, operan como organizadores
de la industria y
del comercio de cada país y esta organización del
conjunto de la producción es cada vez más fuerte
cuando más sólida es la concentración
bancaria.

La política del capital financiero persigue
tres finalidades:

  1. La creación de un territorio
    económico tan vasto como sea posible
  2. La defensa de ese territorio contra la concurrencia
    extranjera por medio de barreras aduaneras;
  3. La transfromación de ese territorio en campo
    de explotación por los monopolios del
    país.

Esta política del capital financiero ES EL
IMPERIALISMO.

  1. Las consecuencias de esta política del capital
    financiero son las siguientes:
  1. La expansión del territorio económico
    por los consorcios, monopolios, trust, cartels u oligopolios
    (es decir las asociaciones monopolistas) de la nación
    y las regiones agrarias como mercados de materias
    primas;
  2. Incremento de los mercados de venta;
  3. Incremento de la esfera de inversiones de capitales;
  4. El aplastamiento de la concurrencia extranjera por
    medio de una férrea política aduanera
    nacionalista y proteccionista;
  5. La obtención de
    plusvalía;
  6. Poner en movimiento al ariete del "dumping" o
    sea el boicot a la mercancía rival nacional o
    extranjera (el abaratamiento de la mercancía hasta con
    pérdida de costos
    para quebrar en la competencia al contrario). Todo el
    engranaje del sistema contribuye a acrecentar y a afianzar
    los beneficios de las empresas
    monopolísticas.
  1. En este rol están involucrados como Estados
    imperialistas todos los países altamente desarrollados o
    industrializados, aunque se denominen "repúblicas
    democráticas" en su estado actual como los Estados
    Unidos de América, Francia, Italia, Alemania Occidental,
    Austria y Portugal; o monarquías constitucionales como
    Inglaterra, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia,
    Japón, etc.. Son Estados imperialistas y su
    política es de la explotación de los pueblos
    mediante el saqueo de sus materias primas, la de mantenerlos en
    el atraso industrial y económico y la de
    imposición de una política neocolonialista de
    sumisión al yugo de la metrópoli imperialista por
    medio de un sistema militarista que reprime las libertades de
    los individuos y de los pueblos.

CAPITULO X

LA DOCTRINA
ANARQUISTA DEL ESTADO

I. Antecedentes históricos

1. Notas Preliminares

No había sido considerada en el plan de temas
estudiados en "Mito y
realidad del Estado", la doctrina elaborada por los
filósofos del anarquismo, entre los cuales se encuentran
sobresalientes figuras de la Filosofía, la
Sociología, la Literatura y otras ciencias.

Decimos que nunca entró en nuestros
cálculos el estudio del Estado conforme las ideas
anarquistas, porque éstas no constituyen un cuerpo
sólido de doctrinas científicas, siendo su
pretensión inmediata la disolución o
destrucción del Estado para darle vigencia a la vida
individual más caprichosa y desorganizada, lo cual resulta
ser una de las más imposibles utopías imaginadas
por el cerebro
humano.

Es tan escasa la importancia que se le concede al
anarquismo en la Filosofía Política o en la
Historia de las Ideas Políticas que no es tratado como un
cuerpo de doctrina uniforme, sino de manera particular, en cada
uno de sus partidarios, siendo pocos de ellos los que elaboraron
algunas exposiciones un tanto vagas acerca de la
concepción filosófica del Estado.

Nosotros trataremos de hacer una breve imagen de este
problema con el fin de dejar completo el enfoque del tema del
Estado.

2. Antístenes

A nuestro juicio el más lejano y puro antecedente
histórico del anarquismo se encuentra en la
filosofía individualista de Antístenes de Atenas
(444-365 A.C.) que fue discipulo de Gorgias, el sofista enemigo
de Sócrates.
Después de la muerte de
Gorgias se quedó predicando en el Gimnasio "Cynosargos"
(templo del perro blanco) de donde procede el nombre que se le
dio a esta escuela: la escuela de los cínicos (de los
perros). Pero
también tal nombre coincidía con el género de
vida que predicaba Antístenes y sus seguidores, pues en
sus expresiones hablaban de una vida sencilla como la del perro,
y en general, libre y desfachada como la de cualquier animal.
Antístenes escribió un libro llamado "Sobre la
Naturaleza de los Animales" en
donde se señalaba muchos modelos de
vida o ejemplos para delinear la conducta humana,
la cual debía regirse por sí sola, en atención solo de sus instintos
naturales.

En otros escritos suyos aludía personajes
históricos que vivieron con

sencillez, como Ayax y Ulises; y entre los personajes
míticos de la era heroica cita a Hércules, el
personaje fabuloso que soportando fatigas desmedidas logra
realizar proezas admirables convirtiéndose para los
secuaces de la escuela cínica en un verdadero
símbolo por la sencillez de sus constumbres y la fortaleza
de sus empeños. Así el sabio cínico debe
vencer los placeres y los dolores y por encima de ellos afianzar
la fuerza de su ánimo.

En otro aspecto de su doctrina, Antístenes afirma
que no hay más realidad que la corpórea, en
oposición a la teoría de las ideas de Platón.
Para los cínicos lo que el hombre debe buscar es la
felicidad y ésta se encuentra en la práctica de la
virtud. La virtud es completa por sí misma: no existe nada
fuera de ella. Según ellos, lo que los hombres llaman
"bienes", son "males", porque en la realidad las cosas los
apartan o los distraen con sus placeres y encanto de la virtud.
El hombre debe procurar libertarse de las necesidades que lo
esclavizan, es decir, de la sencillez y de la fortaleza de
ánimo individual.

El hombre debe libertarse de toda vinculación
social y bastarse así mismo en la vida. Respecto de la
religión la escuela de Antístenes sostenía
que "según la ley hay muchos dioses; pero según la
naturaleza sólo hay uno". En esto seguía a Sócrates.

El ideal de la escuela cínica es el desdén
y la renuncia de toda costumbre, hábito, contrato,
convención y uso humanos y el retorno total a la
naturaleza, a la limpia, pura y sencilla vida natural. El ideal
social de los cínicos era una vida comunitaria, sin
familia, en donde existiera la comunidad de las mujeres y los
hijos no distinguiesen padres sino que fueran todos reconocidos
como pertenecientes al grupo.

El ideal económico era la pobreza y el
político era el cosmopolitismo,

o sea, la comunidad universal o fraternidad
humana.

La práctica de la escuela cínica se
extendió por las ciudades-estados

griegos, manifiestamente por medio de pandillas de
mendigos que pululaban con sus signos distintivos, la capa, la
alforja y el bordón.

El movimiento fue consumiéndose a través
de los años y no dejó huellas en el pensamiento
filosófico más que las que había formulado
Antístenes, pues los discipulos de éste
desatendieron la indicación de Sócrates de amar a
la pobreza para ser
libre en la investigación científica.

Los más notables seguidores de esta escuela son
Diógenes de Sínope y Crates de Atenas.

3. Diógenes

El más fiel seguidor de Antístenes fue
Diógenes de Sínope (413-323

A.C.) que llevó su conducta personal a los
extremos de lo absurdo por su radical individualismo. Este
filósofo opinaba que la felicidad sólo
podría encontrarse viviendo conforme a la naturaleza, en
completa libertad, sin sujeción a la ley, sino acomodado
únicamente a las leyes naturales, como los animales, como el
perro. De allí que su doctrina sea llamada "doctrina
cínica" o cinismo que significa desvergüenza.
Predicaba el desprecio de la riqueza y las convenciones sociales
como la familia, la sociedad, el Estado, etc.. Era hijo de un
acaudalado prestamista; su padre además era un intendente
de finanzas,
tareas en las cuales fue instruido el filósofo. Acusado
éste de malversación de fondos, huyó de su
país, Sínope, y desde entonces adoptó una
vida errante por distintas partes de Grecia.

Se le atribuye una existencia sin leyes, despreocupada,
sin familia, sin amigos, sin relaciones sociales,
considerándolo unos como un despreciable lépero u
otros como un asceta. Entre las anécdotas que se
encuentran de él, anotaremos las siguientes: Se masturbaba
ante la gente para demostrar que no era necesario tener mujer;
vivía, o mejor dicho, dormía dentro de un tonel;
andaba descalzo en todas las estaciones del año;
pedía limosna a las estatuas de los dioses, para demostrar
que éstos no tenían poder y que no se fijaban en
las tribulaciones de sus adoradores; rompió el huacal con
que bebía agua cuando
vió que junto a él un mendigo lo hacía con
la palma de las manos; pidió a sus discipulos que su
cadáver fuera arrojado a un barranco para que los buitres
lo devoraran.

4. Crates de Tebas

Otro seguidor antiguo de la escuela cínica fue
Crates de Tebas era hijo de un acaudalado hombre de negocios; y
él por sí mismo había acumulado una buena
fortuna. Habiendo adoptado la doctrina de la escuela
cínica renunció a sus comodidades y adoptó
la vida mendigante de los cínicos, en la cual fue
acompañado por su mujer Hiparquia
hasta el fin de su vida.

III. El Anarquismo en la Literatura

En los dominios de la literatura las ideas
anárquicas han tenido su repercusión e impotancia.
Célebres escritores se han extrovertido através de
sus personajes, dejando entrever el trasfondo de su conciencia
individualista, o por lo menos, los perfiles de sus ideas sobre
el gobierno y la justicia entre los hombres.

1. Miguel de Cervantes

La primera de estas celebridades de la literatura
universal que ha exteriorizado en sus obras el anarquismo, es
Miguel de Cervantes Saavedra y las obras en que expone esta clase
de ideas son "La vida del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la
Mancha", "Trabajos de Persiles y Segismundo" y "Pedro
Urdemales".

El problema de la justicia, de las leyes y del gobierno
en las obras de

Cervantes Saavedra, ha preocupado a la Real Academia
Española de la Lengua, al
eminente sabio español Marcelino Menéndez y Pelayo,
al abogado Niceto Alcalá Zamora, uno de los presidentes de
la Segunda República Española y a otras eminencias
del pensamiento jurídico y literario de España y de
América.

Don Quijote era un personaje que hacía la
justicia por sus propia mano y por su propio arbitrio.
Corregía o intentaba corregir todo entuerto ya fuera
contra un particular o contra cualquier autoridad siempre que lo
creyese oportuno y necesario.

Para la Real Academia y para Menéndez y Pelayo
don Quijote es
un "anacrónico defensor individualista de la justicia",
siendo el término individualista sinónimo de
"defensor privado". Don Quijote hizo
sus correrías en tiempos en que ya había
legislación con jueces y magistrados y príncipes
que la aplicaban. Alcalá Zamora encuentra cuatro puntos
esenciales en la "flaqueza judicial" de Don Quijote.

Esos cuatro puntos esenciales son:

  1. Falsa apreciación de las cosas debido a su
    extravío mental (falta de lógica
    jurídica);
  2. Sustitución de la justicia pública
    por la justicia privada;
  3. El desconocimiento de la prueba objetiva para
    decidir la pertenencia del derecho, imperando la voluntad
    subjetiva del caballero de la Mancha; y
  4. La coacción ilusoria, es decir, la falsa
    creencia que tenía el manchego de que su voluntad se
    imponía porque su fuerza era temida y obedecida por
    todos.

Estos elementos son rasgos de un verdadero anarquismo
que se ejemplifica en los casos de la liberación de los
galeotes, la defensa del joven Andresillo que era azotado por su
patrón Haldudo; la aprobación que hace como neto de
justicia cuando el capitán de los bandidos distribuye el
botón entre los ladrones, etc..

2. Escuela Picaresca y otros literatos
anarquistas

  1. Toda la Escuela Picaresca trata de personajes "sin
    Dios y sin ley" que buscan el provecho propio a costa de
    acciones desvergonzadas en contra de toda persona y sin respeto
    ni conocimiento de autoridad alguna. "Pedro Urdemales", de
    Cervantes; "Guzmán de Alfarache", de Mateo
    Alemán; "El Buscón" de Francisco de Quevedo, etc.
    todos son personajes anárquicos.
  2. Julio Verne (1828-1905) que realmente era
    anarquista, expresó sus ideas, fundamentalmente, en su
    obra "Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino" y en "La Isla
    Misteriosa" en donde pinta al Capitán Nemo como un
    verdadero anarquista que huyo de la sociedad y se gobierna
    según sus propias intenciones y
    propósitos.
  3. Daniel De Foe (1660-1731) el escritor
    Inglés, en su novela
    "Robinson Crusoe" expone también un ideal anarquista al
    relatar que aquél individuo pudo vivir sólo,
    lejos de la sociedad corrompida, durante treinta y cinco
    años, en una isla lejana.
  4. Otros literatos afiliados al anarquismo son: Eugenio
    Sue, autor de "El Judío Errante"; León Tolstoi,
    creador del anarquismo basado en las ideas del cristianismo; Eliseo Reclús, sabio
    geógrafo Frances; Juan María Guyeau,
    filósofo francés partidario del individualismo
    voluntarista del pensamiento Nietzchiano, etc..

IV. El Anarquismo Político

1. Etimología y fundamentos
filosóficos

Ante todo veamos el significado de la palabra
"anarquismo". Este vocablo, de estricta procedencia griega,
significa "sin gobierno, sin autoridad, sin poder" (a: sin;
arkeo: poder). Lo contrario del anarquismo es el "sinarquismo"
que quiere decir "con poder", del griego (sin: con; arkeos:
poder).

Los fundamentos filosóficos del anarquismo
político descansan en dos ideologías opuestas: Una,
el individualismo racionalista francés preconizado por los
teóricos de la Ilustración o Enciclopedistas; y
otra, el idealismo alemán, derivado de aquél, y
cuyo máximo desarrollo tuvo su expresión en la
doctrina de la dialéctica Hegeliana.

Veamos estas dos ideologías.

2. El racionalismo
individualista francés

El racionalismo
francés se basa en un concepto moral "a priori":
el

Hombre, a diferencia de todos los otros seres de la
naturaleza, está dotado de RAZON; y de ésto se
desprende que, sea cual fuere su origen o cualesquiera que fuesen
sus capacidades y su situación social, está
facultado por la naturaleza a gozar de ciertos derechos
inalienables e imprescriptibles, anteriores y posteriores a toda
organización política.

Esta es la concepción racionalista del derecho
natural y universal, sobre la cual descansa la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

Pero el individuo, sujeto de estos derechos, es de una
naturaleza contradictoria: es, al mismo tiempo, sociable y
egoísta. Como ser sociable busca la relación con
sus semejantes y tiene por ideal el altruismo, el sacrificio por
la comunidad; como egoísta, busca el provecho propio, el
desdén de los derechos ajenos. Aquí se origina la
lucha social de todos contra todos dando como lógica
consecuencia el sacrificio de las libertades individuales. Se
crea enstonces el Estado con base en el Contrato Social, en cuya
justificación y explicación Juan Jacobo Rousseau
admite que los hombres se reunieron para convenir "una forma de
asociación que defienda y proteja con toda la fuerza
común a la persona y los bienes de cada asociado y por la
cual cada uno, al unirse a todos, NO OBEDEZCA, sin embargo, "MAS
QUE A SI MISMO Y PERMANEZCA TAN LIBRE COMO ANTES" (Las
mayúsculas son nuestras). El racionalismo individualista
llevaba en sus propias entrañas la noción viva del
anarquismo.

3. El idealismo absoluto alemán

La influencia del idealismo absoluto alemán,
globalizado en la corriente sistematizada de Jorge Guillermo
Federico Hegel, en la construcción del anarquismo se
percibe claramente en el alemán Max Stirner, en el
francés Pedro José Prudhon y en el ruso Miguel
Bakunín.

Según la concepción hegeliana, la realidad
objetiva, la naturaleza, no es más que una creación
del Espíritu. Esto quiere decir, que la naturaleza y el
hombre, el objeto y el sujeto, que aparecen separados, u
opuestos, o independientes el uno del otro, se reencuentran en
unidad esencial que es la idea absoluta o el Espíritu. De
este Espíritu todo emana, todo surge y todo vuelve a
él después de ese tiempo de prueba que es la
historia del mundo. Ese Espíritu infinito es la suma de
todos los espíritus finitos y es superior a éstos.
Pero ese Espíritu sólo se realiza gracias a la toma
de conciencia progresiva de los espíritus finitos, o sea
el Espíritu humano que ha logrado tener conciencia plena
de sí mismo. Hay pues, en el sistema hegeliano, un
equilibrio
entre dos tesis fundamentales acerca de la constitución o
naturaleza del Ser: la inmanencia, que significa que el ser es
uno en sí mismo; y la trascendencia que implica que este
ser se multiplica por sí mismo.

El ala izquierda hegeliana, se afilió al
inmanentismo o monismo del cual se derivaron tres líneas
ideológicas extremas y divergentes: La corriente sostenida
por Luis Fehuerbach en "La Esencia del Cristianismo",
que sostiene que el Espíritu se humaniza, se hace hombre,
a lo cual Bruno Bauer añade en su "Crítica Pura",
que ese Hombre hace Espíritu humano; La corriente
establecida por Max Stirner en su obra "El Unico y su Propiedad"
en la que sostiene la tesis del Yo único que es en donde
se eslabonan los argumentos fundamentales del anarquismo; y la
línea establecida por Marx y Engels que
superaron el monismo idealista con la estructuración de la
filosofía del materialismo
histórico y del materialismo dialéctico, cuya
tesis general estudiaremos en el siguiente capítulo de
esta obra.

El alemán Max Stirner, seudónimo de Juan
Gaspar Schmidt (1806-1856) representa el individualismo
anárquico libertario en contra del universalismo de Hegel
que pretendía absorver completamente al individuo. Esta es
la tesis fundamental de Stirner: "la única realidad y el
único valor es el individuo o sea, el egoísmo
absoluto". El individuo es "único e irrepetible", es la
medida de todo. Subordinarlo a la religión (a Dios), a la
sociedad (al Estado), al hombre mismo (la cultura), etc..
Someterlo a cualquier ideal que lo aliene, es sencillamente
contraponerlo a algo que lo sometería a la
esclavitud.

3. Anarquismo y liberalismo

El anarquismo político surge como una
reacción adversa al liberalismo proclamado y establecido
por la Revolución Francesa de 1789. El liberalismo, como
doctrina política, sostiene que el individuo es un
fí en sí mismo y que todas las demás formas
sociales y políticas sólo han sido creadas para
contribuir al total y pleno desarrollo de aquél; y
dencansa tal ideología, en los "principios eternos de la
libertad, la igualdad y la fraternidad".

Pero los fundadores del anarquismo ven que esa libertad
proclamada con tanta altisonancia, es un espejismo: por una
parte, el libre juego de la competencia aplasta a los que no
están suficientemente preparados para defenderse y a
quienes no se les concede oportunidades para obtener esa
preparación; y por otra, si bien la conservación de
la propiedad privada garantiza la independencia de quienes la
poseen, en sentido contrario reducen a la dependencia y hasta la
esclavitud a los que nada tienen. En consecuencia, lo que impera
en la sociedad liberal es la esclavitud económica y no la
proclamada libertad individual. En cuanto a los otros principios
se pone de relieve en el
flujo de la vida social, que impera la más injusta
desigualdad entre los hombres y una enconada lucha de clases en
vez de relaciones fraternales entre ellos.

Como se expone, el liberalismo padece de nacimiento de
una contradicción insalvable, que dio origen a tres
posiciones ideológicas completamente diferentes, aunque
adversas al sistema liberal: el anarquismo cuyo punto de vista
acabamos de exponer; el de la reacción
contrarrevolucionaria representada por Joseph de Maistre y otros;
y la orientación revolucionaria marxista. Estas dos
últimas son tratadas, con alguna extensión, en
otros capítulos.

La doctrina anarquista reprocha a la Revolución
Francesa no haber llegado hasta las últimas consecuencias
de su programa: en vez de construir una sociedad justa,
humanitaria e igualitaria, fortalece, por el contrario, la
absurdidad del Estado. En sentido inverso, los anarquistas
sostienen que la vida social jerarquizada se ha de oponer a los
principios reconocidos por el liberalismo, los cuales, aplicados
en el dominio político, deben gobernar igualmente a la
sociedad entera: la Sociedad debe ser modelada a semejanza del
Estado, sin el estorbo de este aparato.

V. El Concepto Anarquista del Estado

1. Max Stirner

Stirner divide en dos partes su obra capital "El Unico y
su Propiedad": La primera parte bajo el título de "El
Hombre"; y la segunda con el de "YO". En esta obra al referirse
al Estado, expone: El Estado y el Derecho sobre el cual descansa,
se opone al Yo. El Estado es considerado como una
institución sacrosanta, de esencia superior, estática,
inmóvil e invariable: su reino está asegurado
sólo en la medida en que se le considere como permanente y
eterno. Por eso, el Estado es un obstáculo, una traba,
para el dinamismo del Yo, que por el contrario, está en
perpetuo movimiento y cambio y eternamente vivo y creador. Dice
textualmente: "El Estado tiene un solo objetivo: limitar,
dominar, sujetar al individuo, subordinarlo a algo general,
sólo puede subsistir en la medida en que el individuo no
es todo; no es más que la manifestación evidente de
la "limitación" de "mí mismo", de mi
restricción, de mi esclavitud.

Jamás un Estado se propone obtener la libre
actividad del individuo; su fín permanente es la actividad
que se refiere a su porpio designio". Y resumimos estas ideas
sobre el mismo tema: Nosotros no nos dejamos engañar por
el Estado; vemos en él un fantasma; el Estado es "Mi
creación"; no le pidamos ningún derecho; contemos
nosotros sólo con nuestra propia potencia. Con frase
patética dice: "No exijo derecho alguno; por eso no estoy
obligado a reconocer ninguno. Lo que soy capaz de conquistar, lo
conquisto; y lo que no conquisto, escapa de mi derecho; no me
vanaglorio de mi derecho inalienable, ni me consuelo con
él". En resumen, Stirner niega el Estado, niega la
Sociedad porque imponen deberes y obligaciones y se pronuncia por
su destrucción o transformación en
"asociación libre" en donde se desarrolle el numen creador
del Yo".

2. Proudhon

Pedro José Proudhon (1809-1864), no es el
más brillante de los teóricos anarquistas; pero
sí uno de los que más llegaron al sentimiento
popular, sobre todo con aquella su famosa expresión de que
"la propiedad privada es un robo".

En efecto, al referirse en su libro sobre ese tema,
expone que el derecho de ocupación es injusto y
bárbaro puesto que excluye, en beneficio del primer
ocupante, el derecho del que llega de último. La propiedad
ni siquiera puede valorarse como "utilidad pública",
puesto que siempre va acompañada de un cortejo de miserias
que dañan a la sociedad en general y a los individuos en
particular: huelga,
sobreproducción, quiebras y ruinas… Pero también
ataca la propiedad colectiva o comunista y se pronuncia por el
derecho de "posesión", o sea una especie de "propiedad
relativa" que excluye toda explotación mediante un
riguroso control de la
Sociedad.

Para Proudhon, el faro luminoso que guía a la
Sociedad y al individuo, es la JUSTICIA, la cual es "inmanente",
sin referencia alguna con cualquier autoridad superior que
pretenda imaginarse; no está supeditada al individuo ni a
la Sociedad, sino que reviste un halo trascendente; es concebida
como emanación de la divinidad, es religiosa.

La condena del Estado es un resultado de la
aplicación rigurosa de la

Justicia. El individuo, o los individuos, libres y
respetuosos de sus libertades, contratan libremente conforme sus
principios e intenciones.

El Estado, en cambio, construido sobre normas
jurídicas que le son propias y que escapan al poder de los
individuos, CARECE DE TODA BASE LEGAL. Toda autoridad es
opresión, todo poder superior es dominación
absoluta; la autoridad es la sujeción del individuo, ya
sea defendida por conservadores o socialistas, siempre
dará el mismo resultado. "El gobierno del hombre por el
hombre es la servidumbre". En síntesis, Proudhon exalta
"la libertad absoluta del individuo".

3. Bakunin

El ruso Miguel Bakunín (1814-1876) es otra de las
grandes figuras del anarquismo europeo y mundial. Se caracteriza
por predicar y practicar "la acción violenta en vez de la
crítica pasiva contra la sociedad y el Estado".

Bakunín es abiertamente ateo, el más
radical de todos los anarquistas. Se declara enemigo personal de
Dios. Sin embargo, en su obra "Drama del humanismo ateo"
afirma que la religiosidad contribuyó a sacar al hombre de
la esclavitud animal; pero ahora es necesario liberarlo de la
esclavitud religiosa. En esta obra sobrepasa el pensamiento o
tesis sostenida por Luis Feurbach quien afirma en "La esencia del
Cristianismo": "El giro de la historia se producirá en el
momento en que el hombre tome conciencia de que el único
Dios del hombre es el hombre mismo". "Homo hominideus". Este
concepto es rebasado por Bakunín cuando amplía: "Si
Dios es el hombre, es esclavo; ahora bien: el hombre puede y debe
ser libre: por lo tanto, Dios no existe".

El Estado ha surgido de la religión. Si los
representantes de la divinidad sobre la tierra han sido
investidos de un poder absoluto y casi divino para dominar y
sujetar a los hombres, derivándose de allí el poder
opresivo del Estado sobre los mismos súbditos, es
indudable que el Estado es una institución nefasta y
abominable. No obstante, reconoce que, igual que la
religión, sirvió para sacar al hombre de la
animalidad; pero ahora es una institución obsoleta que hay
que destruir.

Dice Bakunín: El Estado no es una
institución absoluta, definitiva; "es

una institución histórica, pasajera, una
forma transitoria de la sociedad".

El Estado lleva en sí mismo todos los males
inherentes a la alienación. Por una parte, esclaviza y
envilece a los gobernados; por otra, desmoraliza y corrompe a los
gobernantes. La disolución del Estado se realizará
en nombre de la libertad.

Mientras las teorías anarquistas de Stirner y de
Proudhon son contemplativas, teóricas, más bien
reflexiones filosóficas, la de Bakunín es exlatada,
altisonante, románticamente conducida a la violencia y a
la destrucción: al terrorismo
individualista. Para Bakunín la Revolución es "como
desencadenamiento de todo lo que hoy se llama malas pasiones y
destrucción de lo que en la misma lengua se denomina orden
público".

4. Concepto anarquista del "contrato
social"

El anarquismo rechaza toda autoridad como contraria a la
libertad individual; en consecuencia, rechaza la autoridad del
Estado. Y para sustituir el apremio, coacción o
coerción que éste emplea para mantener el orden
social, la teoría anarquista propone: La vida social debe
descansar sobre relaciones jurídicas voluntarias, o sea,
sobre un contrato libremente convenido entre los interesados. Las
clausulas de este contrato deben ser provechosas para todos los
individuos de la comunidad y por lo tanto ser cumplidas por todos
con entera libertad.

No es igual que el "Contrato Social" de Rousseau. Este
no es más que una ficción que ha conducido a la
alienación del individuo puesto que en virtud de
él, cada ciudadano ha enajenado totalmente su libertad y
en general todos sus derechos. En el contrato anarquista los
individuos no pierden su libertad, según lo afirma
Proudhon en su obra "Idea general de la revolución en el
siglo XIX".

Según la teoría anarquista del "Contrato
Social", al extenderse éste se llegará a la
FEDERACION (o federalismo), que
es una especie de subsunción de todas las voluntades, por
medio de la cual se fundirá, disolverá o se
reemplazará la organización del Estado.

Para concluir sobre este punto hagamos una breve cita de
"El Anarquismo", de H. Arvón, que sintetiza con bastante
claridad los alcances de la idea del "Federalismo
anarquista": "Una infinidad de contratos que se
engrendran unos a otros y se equilibran tanto más
fácilmente puesto que no son inmutables ni definitivos,
sea en el plano profesional o en el general, o aún en el
plano nacional y hasta en el internacional; he allí una
estructura en apariencia caótica e incoherente; pero que
gracias al mantenimiento
del principio de la autonomía de la voluntad individual en
todos los estratos, culmina en una unión libremente
consentida, cuya existencia está por cierto mejor
garantizada que la de unión impuesta". Y entresacamos
otros párrafos del mismo autor: "El federalismo, en vez de
sojuzgar la voluntad individual tal como lo hace el Estado, la
multiplica al infinito. Esas federaciones sucesivas,
federación corporativa, federación comunal, etc..
Se parecen a los círculos concéntricos que se
forman como cuando una piedra cae en el agua. Todos
tienen el mismo punto central: hasta la federación
más amplia nace de la voluntad autónoma del
individuo".

Dice Proudhon "Si pues el contrato que hago con algunos
pudiera hacerlo con todos; si todos pudieran renovarlo entre
sí; si cada grupo de ciudadanos, comuna, cantón,
distrito, corporación, compañía, etc.
formada por un contrato semejante y considerado como persona
moral, pudiera luego, y siempre en los mismos términos,
tratar con cada uno de los demás grupos y con todos,
sería exactamente igual como si mi voluntad se repitiera
al infinito. Estaría seguro de que una
ley así forjada en todos los puntos de la
República, con millones de iniciativas diferentes, no
sería nunca otra cosa que MI LEY".

VI. El movimiento anarquista y el
marxismo

1. El movimiento anarquista

Dadas las características limitadas de esta obra,
nos es imposible estudiar otros aspectos del anarquismo ni
siquiera considerar a otros de sus más destacados
representantes en la teoría y en la
acción.

Temas o aspectos con el antisocialismo,
antidemocratismo, antimarxismo, anticristianismo, las
concepciones morales como la ayuda mutua y el egoísmo,
etc. del anarquismo exceden los límites de este ensayo. Y, por
lo tanto, tratar autores como Tolstoi, Nietzche, Gandhi, Pedro
Alexander Kropotkin, Malatesta, Enma Goldman, etc. sólo
podían caber en un "tratado" sobre la teoría de
referencia.

Para finalizar, pues, haremos una corta
exposición sobre el movimiento del anarquismo y un enfoque
global que el marxismo hace sobre el mismo.

El movimiento político anarquista nace en la
misma época que el movimiento socialista científico
preconizado por Marx y Engels: son ramas del mismo árbol
genealógico, de la filosofía hegeliana. Pero ambos
movimientos son opuestos: el anarquismo tiende a la
exaltación del individuo, el socialismo a la
exaltación de la colectividad.

La Primera Internacional de Trabajadores se fundó
el 28 de septiembre de 1864 en el local de Saint Martin Hall de
Londres, con el nombre de "Asociación Internacional de los
Trabajadores", con fuerte influencia de la delegación de
los obreros franceses que estaban muy inclinados a las ideas de
Proudhon; pero este predominio de los proudonianos, en el
transcurso de los años fue perdiendo su poder ante las
ideas de los analistas marxistas hasta llegar a su
extinción, en sucesivos congresos en los que el punto
fundamental que se discute es sobre la "propiedad individual"
propuesta por los anarquistas y la "propiedad colectiva"
propugnada por los socialistas.

La tesis de los socialistas se impone en el Congreso de
Bruselas (1868) en donde se acordó rechazar
definitivamente la noción de la propiedad privada
individual y sustituir el método de "la redención
en la asociación libre y la cooperación bajo todas
las formas" por la lucha social organizada contra los enemigos de
la clase trabajadora.

En el año de 1868 ingresa Miguel Bakunín a
la Internacional que era dominada por la tendencia marxista. Se
entabla desde entonces una dura confrontación entre esta
tendencia y la de Bakunín. Marx preconizaba el
análisis científico sobre las condiciones sociales
y económicas para determinar la orientación de la
clase obrera hacia la lucha de clases y la toma del poder;
Bakunín creía en la fuerza de la pasión.
Esta lucha terminó con la expulsión de
Bakunín y de su partidario James Guillaume en el Congreso
de La Haya (1872) y con la transferencia de la sede de la
Internacional a Nueva York, quedando dominada por la línea
marxista.

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