- Biografía
- Contexto
histórico - Una educación que brota
de la práctica. - Método
- Algunos términos
claves. - Conclusión
El trabajo que realizaremos sobre Paulo Freire
está motivado por un interés
especial que nos despierta su personalidad.
Para nosotros, se presenta como un hombre capaz
de vivir intensamente su época, de formular un análisis serio de la realidad que le toca
vivir junto a su pueblo, análisis que se puede o no compartir, de
dar a su vida un sentido social y de servicio a los
más necesitados, es decir, de vivir activamente,
crítica y racionalmente como un hombre situado
que busca una verdadera liberación, concreta y
real.
Freire es el tipo de hombres que saben reconocer el
valor de lo
humano y de lo propio. Es el tipo de personalidad
que logra descubrir el misterio que encierra el hombre con
su complejidad que lo dinamiza y con su ser inacabado, siempre en
búsqueda y auto-construcción. Tiene la claridad para
reconocer que, a pesar de su capacidad personal,
el hombre no
está sólo en el mundo, sino que es un ser
eminentemente relacional. Por estos motivos, y por otros que por
razones de tiempo y espacio
no podremos profundizar, nos atrevemos a intentar un acercamiento
limitado a Paulo Freire y a su obra.
El trabajo comienza con una contextualización de
Freire. Ésta tiene por objetivo
mostrarnos la situación en que vivió el autor y
cuáles fueron las circunstancias que motivaron la
creación de su respuesta educativa. En un segundo momento
intentaremos mostrar cómo la obra de Freire es un intento
de respuesta práctica y culturalmente situada que busca
hacer reconocer al hombre su propia dignidad, y la fuerza que
ella contiene una vez que es descubierta.
El tercer momento es la presentación del método
creado por Freire: aquí no entraremos en muchos detalles,
ya que el tema del método
corresponde al trabajo de otro grupo en forma
especial. Lo que intentaremos es mostrar las lineas gruesas que
mueven la metodología de Freire, para luego dar un
breve ejemplo de su aplicación concreta. En el
último momento del trabajo intentaremos hacer una
conexión entre el pensamiento de
Freire y lo que en la actualidad se cree que debe ser la educación. Para
ello utilizaremos los apuntes de clases y especialmente dos de
los escritos más importantes del autor; "La pedagogía del oprimido" y "educación para la
libertad".
Paulo Freire nació un 19 de Septiembre de 1921,
en Recife Brasil.Su padre
Joaquín Freire, era oficial de la policía militar
de Pernambuco. Su madre Edeltrudis Neves Freire, también
era oriunda de Pernambuco. Freire vivió en un ambiente
hogareño bastante cálido donde, según
él mismo, aprendió la forma de trabajar, que
más tarde podrá desarrollar con su propia familia.
También reconoce haber aprendido en su familia de
origen, el respeto y la
importancia de la opinión de los demás. Esta
conducta se ve
reforzada por la actitud de su
padre quien respetaba la creencia religiosa de su madre a pesar
de no compartirla. Más tarde, Freire realiza su propia
opción religiosa inclinándose por el catolicismo,
decisión que también es respetada por su
padre.
En 1931, por dificultades económicas, la familia
Freire se ve obligada a trasladarse a Jaboato, lugar donde
fallece su padre. Con esto la vida de Freire se complica
bastante, conoció el hambre y el sufrimiento, situaciones
que lo llevaron a madurar a temprana edad. Por su experiencia
personal,
comenzó a descubrir la singularidad de la sociedad moderna
y esto lo llevó a buscar el método adecuado para
buscar la transformación de los males de esta sociedad que
oprimía al hombre y no lo dejaba ser cada vez más
hombre, más digno.
A pesar de haber tenido algunos problemas en
la secundaria Freire pudo realizar estudios de derecho,
filosofía e iniciarse en la psicología del
lenguaje.
Además se desempeñó como profesor de
portugués en la escuela
secundaria. Este trabajo le permitió ayudar
económicamente a sus hermanos mayores y a la vez, lo
introdujo en la problemática educacional, vocación
que comienza a descubrir. En relación a su vida de fe se
conoce la existencia de algunas crisis
provocadas en su mayoría por la situación de
incoherencia que vivía la Iglesia de
aquel entonces cuando predicaba una cosa y abiertamente
hacía lo contrario. Su vida de fe se consolida gracias a
la lectura de
autores tan importantes como Maritain y otros. En 1944 contrae
matrimonio con
Elsa María, una obrera de Recife, con quien tiene cinco
hijos. En su hogar intenta desarrollar el mismo ambiente de
diálogo
que vivió en la casa paterna durante su infancia. Su
esposa quien era profesora llegó a ejercer el cargo de
directora de un colegio, lo que influyó positivamente en
que Freire se interesara por la
educación.
En 1946 y 1954 realizó las primeras experiencias
que llevaron a iniciar su método de
analfabetización. En 1961, participa en el movimiento de
cultura
popular de Recife donde es considerado uno de sus fundadores.
Desarrolla un método de alfabetización que no se
conforma con enseñar a leer y a escribir, sino que busca
producir un cambio
efectivo y real en el hombre y en su autocomprensión
personal y en la del mundo que lo rodea. Se plantea como un
método participativo que se auto gesta en la medida en que
el hombre se compromete con él.
El golpe militar de estado que se
produce en Brasil en 1964,
además de detener el proceso de
educación de adultos y de la cultura
popular en general, lleva a la cárcel a Paulo Freire por
cerca de 70 días, luego de ser interrogado es trasladado
al I.P.N. de Rio. Freire logra refugiarse en la embajada de
Bolivia en
Septiembre de 1964. Las acusaciones por las que se le quiere
juzgar se basan fundamentalmente en las siguientes: "subversivo
internacional". "traidor de Cristo y del pueblo brasileño;
etc".Estos datos han sido
recogidos a partir de una autobiografía . En ella Freire
recuerda su detención con las siguientes
palabras:
"Lo que parecía muy claro en toda esta
experiencia, de lo que salí sin odio ni
desesperación, era que una ola amenazante de
irracionalidad nos había invadido forma o
distinción patológica de la conciencia
ingenua, peligrosa en extremo a causa de la falta de amor que la
alimenta, a causa de la mística que la anima".El sentido
de exponer brevemente una biografía de Freire
es el de hacer notar que no se trata de ningún hombre
extraordinario, sino más bien de un hombre que realmente a
tomado en serio su historia, la historia de su pueblo, su
vida y la vida de su pueblo, especialmente la del pueblo pobre y
marginado por la sociedad, como algo dinámico y no
terminado. Su construcción se plantea como tarea del
propio hombre.
Para poder
comprender lo que significa Freire y lo que propone como
educación, es fundamental conocer el contexto que ha
vivido, ya que es a partir de él que surgen sus
propuestas. Freire es un autor que plasma sus influencias
intelectuales, llenándolas de un contenido nuevo, donde se
va esbozando su particular manera de ir dialogando con la
realidad. La obra de Freire contiene las ideas nuevas y
revolucionarias que surgen en América
Latina en los años ‘60. Por una parte, da cuenta
de su formación católica imbuido del lenguaje
liberacionista proveniente de las corrientes progresistas del
catolicismo, que hacen surgir la teología de la
liberación. Su filiación existencial cristiana es
explícita y, además, utiliza elementos de la
dialéctica marxista que le entregan una pauta de
visión y comprensión de la historia.
En el período en que escribe, contempla los
traumas y dificultades por los que atraviesa la gran
mayoría de los hombres campesinos del norte de Brasil
(nordeste), producto de
una educación alienante que lleva al pueblo a vivir su
condición de miseria y explotación con una gran
pasividad y silencio. La cultura del pueblo nordestino ha sido
considerada como una visión sin valor, que
debe ser olvidada y cambiada por una cultura, la de las clases
dominantes, valorada como buena, y que es transmitida por todos
los medios
disponibles. El pueblo pobre es tratado como ignorante y es
convencido de ello, lo que produce y explica la pasividad con que
se soporta la situación de esclavitud en que
se vive. Ante esta realidad, Freire plantea que el hombre debe
ser partícipe de la transformación del mundo por
medio de una nueva educación que le ayude a ser
crítico de su realidad y lo lleve a valorar su vivencia
como algo lleno de valor real.
Brasil es un país que a lo largo de toda su
historia ha estado
sometido bajo influencias de otras culturas. El hombre no
había desarrollado una capacidad de crítica que le
permitiera liberarse de su sometimiento cultural. En Brasil, la
colonización tuvo características marcadamente depredadoras,
lo que produjo una fuerte explotación
convirtiéndola en una gran "empresa
comercial", donde el poder de los
señores dueños de las tierras sometía a la
gran masa campesina y nativa del lugar, otorgándoles trato
de esclavos. La educación de los colonizadores
pretendía mostrar a los aborígenes la indignidad de
su cultura y la necesidad de aplicar un sistema educativo
cultural ajeno, que mantuviera esta situación de
explotación e indignidad humana.
El hombre brasileño fue creciendo en un ambiente
de autoritarismo y proteccionismo, con soluciones
paternalistas que surgen del mutismo brasileño, conciencia
mágica, donde en la sociedad no existe el diálogo ni
la capacidad crítica para relacionarse con la realidad.
Las relaciones sociales están divididas por las
diferencias económicas, creándose una
relación de amo y señor. El mutismo
brasileño está marcado por la falta de vivencia
comunitaria y por la falta de participación social. Ya que
no había conciencia de pueblo ni de sociedad, la autoridad
externa era el señor de las tierras, él era el
representante del poder político y todo lo administraba.
Esta forma de dominación impedía el desarrollo de
las ciudades: el pueblo era marginado de sus derechos cívicos y
alejado de toda experiencia de autogobierno y de diálogo.
Este es el pasado de Brasil que va a motivar al autor a crear una
educación que pueda ayudar al hombre a salir de su
experiencia anti-democrática, experiencia anti- humana que
no permite al hombre descubrirse como re-creador de su mundo,
como un ser importante y con poder de mejorar las
cosas.
Freire busca hacer efectiva una aspiración
nacional que se encuentra presente en todos los discursos
políticos del Brasil desde 1920: la alfabetización
del pueblo brasileño y la ampliación
democrática de la participación popular. El
régimen oligárquico, imperante en Brasil hasta
1930, tomó el tema del analfabetismo
y lo convirtió en tema de sus discursos,
transformando la analfabetización en un verbalismo
vacío, carente de acción concreta. El
régimen que viene luego del régimen
oligárquico continúa en la misma línea
demagógica que no busca, en la práctica, un
cambio real y
efectivo, la liberación del hombre, sino más bien
la elaboración de un discurso
atrayente y de moda en su
época.
Desde una perspectiva histórica, nos encontramos
frente al momento en que comienza la decadencia de la sociedad
capitalista brasileña, dedicada fundamentalmente a la
producción agraria exportable. La gran
crisis
económica mundial de 1929 y la redefinición del
mercado
internacional, aceleraron el proceso de
transformación de las estructuras,
lo que en el fondo significa: mayor urbanización e
industralización, con el consiguiente aumento de las
migraciones populares hacia las grandes ciudades; desde la
economía
agraria, en el plano hacen su aparición las clases
populares urbanas, se redefinen las alianzas de las clases
sociales a nivel de estado, lo que produce una gran crisis a
nivel de las élites. A pesar de que, desde 1930, se ha
producido la desestructurización del régimen
oligárquico, esto no significa que ha perdido el poder
político y económico, ya que el poder local y
regional de los grandes latifundios sigue siendo una base de
decisión fundamental para la mantención y la
estabilidad del poder nacional.
Hace su aparición en el escenario nacional la
clase popular urbana, sin embargo, las clases rurales, que son
mayoría ya que "abarcan la mitad de la población brasileña",
continúan siendo marginadas del proceso social,
político y económico, etc…, es decir, no
participan de ninguna de las decisiones importantes para el
país.El trabajo de
Pablo Freire está críticamente ligado a este
incipiente proceso de ascensión popular. Su praxis
político-educativa, se desarrolla en Brasil, en medio de
un esquema clásico de dependencia y subdesarrollo.
Freire es quien crea el movimiento de
educación popular en Brasil: con él busca sacar al
hombre analfabeto de su situación de inconsciencia, de
pasividad y falta de criticidad. Su esfuerzo por buscar
contribuir a la liberación de su pueblo se inscribe en una
época en que son muchos los que están buscando algo
similar. En este período podemos identificar numerosos
procedimientos
de naturaleza
política,
religiosa, social y cultural, para movilizar y concientizar al
pueblo, desde la participación popular creciente, por
medio de votos, hasta el movimiento de cultura popular organizado
por los estudiantes. Se desarrolla también todo un
movimiento del sindicalismo
rural y urbano. Aparecen instituciones
como la SUPRA, que agrupaba a clases campesinas para la defensa
de sus intereses, provocando grandes repercusiones políticas.
El movimiento de educación de Freire comienza en
1962, en el nordeste de Brasil, una de las regiones más
pobres. De veinticinco millones de habitantes, quince eran
analfabetos. Durante cuarenta y cinco días él
trabaja con trescientos trabajadores aplicándoles su
método de alfabetización; los resultados
impresionan, por el éxito
alcanzado, profundamente a la opinión
pública. Su método es aplicado en todo el
territorio nacional. La reacción de las élites no
se deja esperar. Los grupos
dominantes, unidos a una Iglesia
católica conservadora, no pueden comprender cómo un
educador católico puede hacerse un portavoz de los
oprimidos, poniendo en peligro, los privilegios de los que han
gozado desde siempre. Desde aquí surgen las acusaciones
que se hacen a Freire de agitador político, comunista y
agitador de las masas al hacerlas tomar conciencia de su
realidad, lo que pone en peligro la estabilidad y la seguridad de la
sociedad fundada sobre los principios
excluyentes de una sociedad opresora.
Este proceso de liberación popular, a
través de una educación para la libertad, fue
detenido a causa del golpe de estado
hecho por los militares, situación que impide la
realización del primer plan nacional de
educación popular. No sólo a causa de sus ideas,
sino sobre todo porque quiso ayudar al hombre a liberarse, Pablo
Freire es exiliado, continuando su búsqueda en torno a la
educación popular en otros países de América
Latina. Con esto nos queda bastante claro que el pensamiento de
Pablo Freire brota desde la misma realidad que le toca vivir en
el nordeste brasileño, que él intenta comprenderla
y liberar al hombre de ella, devolviéndole la capacidad de
reconocer su fuerza
transformadora: fuerza que brota desde los mismos oprimidos,
único camino de liberación real posible.
UNA EDUCACION QUE
BROTA DE LA PRACTICA.
Pablo Freire es un pensador comprometido con la vida, no
piensa en ideas abstractas, sino que piensa partiendo de la
existencia concreta. Su proyecto
educativo, que parte de la praxis, apunta a crear
humanización, a liberar al hombre de todo aquello que no
lo deja ser verdaderamente persona. Es
consciente de que la sociedad que le toca vivir posee una
dinámica estructural que conduce a la
dominación de las conciencias, lo que se traduce en una
pedagogía que responde a los intereses de
las clases dominantes. Los métodos
que esta pedagogía utiliza no pueden servir a la
liberación de los oprimidos, sino que más bien
pretenden impartir entre éstos, la ley del
temor.
Frente a esta situación reacciona afirmando la
necesidad de la humanización del oprimido que debe partir
desde él mismo: es decir es el propio oprimido quien debe
buscar los caminos de su liberación, ya que ésta no
puede venir de aquellos que lo mantienen en esta situación
. "Si admitiéramos que la deshumanización es
vocación histórica de los hombres, nada nos
quedaría por hacer…, la lucha por la liberación
por el trabajo
libre, por la desalienación, por la afirmación de
los hombres como personas, no tendría significación
alguna. Ésta solamente es posible porque la
deshumanización, aunque siendo un hecho concreto en la
historia, no es, sin embargo, un destino dado, sino resultado de
un orden injusto que genera la violencia de
los opresores y consecuentemente el ser menos" .
Freire es muy claro en plantear que la situación
de deshumanización que vive el hombre actual no es la
verdadera vocación a la que está llamado. Su
vocación es la de la humanización y ésta
debe ser conquistada a través de una praxis que lo libere
de su condición actual. "Ahí radica la gran tarea
humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a
sí mismos y liberar a los opresores. … sólo el
poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo
suficientemente fuerte para liberar a ambos". La
liberación necesaria que logre humanizar al hombre, no
caerá desde el cielo, sino que, necesariamente,
será fruto del esfuerzo humano por lograrla. En esta
perspectiva es en la que Freire plantea su proyecto
educativo basado en la praxis concreta y transformadora de la
realidad.
La pedagogía del oprimido es aquella que debe ser
elaborada por el propio oprimido, ya que la práctica de la
libertad sólo puede encontrar adecuada expresión en
una pedagogía en que el oprimido tenga la condición
de descubrirse y conquistarse, en forma reflexiva, como sujeto de
su propio destino histórico . "La pedagogía del
oprimido, como pedagogía humanista y liberadora
tendrá, pues, dos momentos distintos aunque
interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van
desvelando el mundo de la opresión y se van
comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el
segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta
pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la
pedagogía de los hombres en proceso de permanente
liberación"
El método de Freire es fundamentalmente un
método de cultura popular, que, a su vez, se traduce en
una política
popular: no hay cultura del pueblo sin política del
pueblo. Por este motivo, su labor apunta principalmente a
concientizar y a politizar. Freire no confunde los planos
político y pedagógico: ni se absorben, ni se
contraponen. Lo que hace es distinguir su unidad bajo el
argumento de que el hombre se historiza y busca reencontrarse; es
el movimiento en el que busca ser libre. Ésta es la
educación que busca ser práctica de la libertad. El
método de Freire está enraizado sobre su
concepción del hombre. El hombre es como un ser en el
mundo y con el mundo. Lo propio del hombre, su posición
fundamental, es la de un ser en situación; es decir, un
ser engarzado en el espacio y en un tiempo que su
conciencia intencionada capta y trasciende. Sólo el hombre
es capaz de aprehender el mundo, "de objetivar el mundo, de tener
en éste un "no yo" constituyente de su yo que, a su vez,
lo constituye como un mundo de su conciencia" .
"La conciencia es conciencia del mundo: el mundo y la
conciencia, juntos, como conciencia del mundo, se constituyen
dialécticamente en un mismo movimiento, en una misma
historia. En otras palabras: objetivar el mundo es historizarlo,
humanizarlo. Entonces, el mundo de la conciencia no es
creación, sino elaboración humana. Ese mundo no se
constituye en la contemplación sino en el trabajo" El
método de concientización de Freire busca rehacer
críticamente el proceso dialéctico de la
historización. No busca hacer que el hombre conozca su
posibilidad de ser libre, sino que aprenda a hacer efectiva su
libertad, y haciéndola efectiva, la ejerza. Esta
pedagogía acepta la sugestión de la antropología que va por la línea de
la integración entre el pensar y el vivir, "se
impone la educación como práctica de la libertad".
Pero el hombre no sólo está en el mundo, sino que
también está con el mundo. Estar con él, es
estar abierto al mundo, captarlo y comprenderlo; es actuar de
acuerdo con sus finalidades para transformarlo. El hombre
responde a los desafíos que el mundo le va presentando, y
con ello lo va cambiando, dotándolo de su propio
espíritu. En este sentido no se trata de cualquier hacer,
sino de uno que va unido a la reflexión.Si el hombre es
praxis, no puede, por lo tanto, reducirse a mero espectador, o a
un objeto. Esto sería ir contra su vocación
ontológica: "un ser que opera y operando transforma el
mundo en el que vive y con el que vive" .
El hombre y el mundo están en constante
interacción: no pueden ser entendidos fuera de esta
relación, ya que el uno implica al otro. "Como un ser
inconcluso y consciente de su inconclusión, el hombre es
un ser de la búsqueda permanente. No podría existir
el hombre sin la búsqueda, como tampoco existiría
la búsqueda sin el hombre" . Solamente manteniendo esta
interacción se puede apreciar la verdad del mundo y del
hombre, y a la vez comprender que la búsqueda real
sólo se lleva a cabo en comunión, en diálogo
y en libertad . La metodología utilizada por Freire sigue la
misma línea dialéctica: teoría
y método. La metodología surge de la
práctica social para volver, después de la
reflexión, sobre la misma práctica y transformarla.
De esta manera, la metodología está determinada por
el contexto de lucha en que se ubica la práctica
educativa: el marco de referencia está definido por lo
histórico y no puede ser rígido ni universal, sino
que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de
sujetos cognoscentes, capaces de transformar su
realidad.
La manera en que Freire concibe la metodología
quedan expresadas las principales variables que
sirven de coordenadas al proceso educativo como acto
político y como acto de conocimiento;
éstas son: la capacidad creativa y transformadora del
hombre; la capacidad de asombro, que cualquier persona tiene,
sin importar la posición que ocupe en la estructura
social; la naturaleza social
del acto de conocimiento y
la dimensión histórica de éste. Otras
características del método de Freire
son su movilidad y capacidad de inclusión. Por ser una
pedagogía basada en la práctica, ésta
está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica y reformulación. Si el
hombre es un ser inacabado, y este ser inacabado es el centro y
motor de esta
pedagogía, es obvio que el método tendrá que
seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo
como una constante reformulación.
Transformación de la relación
pedagógica: Según Freire, la educación
debe comenzar por superar la contradicción educador-
educando. Debe basarse en una concepción abarcadora de los
dos polos en una línea integradora, de manera que ambos se
hagan a la vez "educadores y educandos". Es imprescindible que el
educador humanista tenga una profunda fe en el hombre, en su
poder creador y transformador de la realidad. El educador debe
hacerse un compañero de los educandos. Es necesario
comprender que la vida humana sólo tiene sentido en la
comunión, "que el pensamiento del educador sólo
gana autenticidad en la autenticidad del pensar de los educandos,
mediatizados ambos por la realidad y, por ende, en la
intercomunicación" . El pensamiento sólo encuentra
su fuente generadora en la acción sobre el mundo, mundo
que mediatiza las conciencias en comunión. De este modo,
se hace imposible pensar la superación de los hombres
sobre los hombres.
De esta manera, la educación "… ya no puede ser
el acto de depositar, de narrar, de transferir conocimientos y
valores a los
educandos, menos pacientes, como lo hace la educación
"bancaria", sino ser un acto cognoscente. Como situación
gnoseológica, en la cual el objeto cognoscible, en vez de
ser el término del acto cognoscente de un sujeto, es el
mediatizador de sujetos cognoscentes, educador, por un lado;
educandos, por otro, la educación problematizadora
antepone, desde luego, la exigencia de la superación de la
contradicción educador-educandos. Sin ésta no es
posible la relación dialógica, indispensable a la
cognoscibilidad de los sujetos cognoscentes, en torno del mismo
objeto cognoscible" .
De esta manera, el educador ya no es sólo aquel
que educa, sino también aquel que es educado por el
educando en el proceso de educación, a través del
diálogo que se sostiene. Tanto el educador como el
educando son a su vez educando y educador en un proceso
dialéctico. Es así como ambos se transforman en
sujetos centrales del proceso en un crecimiento mutuo;
aquí la autoridad
requiere estar al servicio,
siendo con las libertades y en ningún caso contra ellas.
"Ahora, ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se
educa a sí mismo, los hombres se educan en
comunión, mediatizados por el mundo" .
A su vez, los educandos no son dóciles
receptores, tipo depósitos de almacenaje, sino más
bien se transforman en personas activas, investigadores
críticos, siempre en diálogo con el educador, quien
a su vez es también un investigador crítico. El
papel del
investigador crítico es el de proporcionar, siempre unido
a los educandos, las condiciones para que se de la
superación del conocimiento al nivel de la doxa por
el
conocimiento verdadero.Es fundamental para realizar una
educación como práctica de la libertad negar la
existencia del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del
mundo, y de la misma manera negar la realidad del mundo separada
de los hombres. Como ya dijimos anteriormente, el hombre
sólo puede ser comprendido verdaderamente como un hombre
situado.
A través de una educación para la libertad
"los educandos van desarrollando su poder de captación y
de comprensión del mundo que, en sus relaciones con
él, se les presenta, no ya como una realidad estática,
sino como una realidad en transformación, en proceso. …
La tendencia entonces, tanto del educador-educando como la del
educando-educador, es la de establecer una forma auténtica
de pensamiento y acción: pensarse a sí mismo y al
mundo, simultáneamente, sin dicotomizar este pensar de la
acción. La educación problematizadora se hace
así un refuerzo permanente a través del cual los
hombres van percibiendo, críticamente, cómo
están siendo en el mundo en que y con que están"
.Claramente aparece lo inacabado del proceso de la
educación como algo propio y único del hombre que
corresponde a su condición de ser histórico y de
historicidad. Sólo si el educando puede tomar conciencia
de su verdadera condición puede apropiarse de su realidad
histórica y transformarla. Se trata de una búsqueda
que va en la línea de "ser cada vez más", de
humanizar al hombre. Esta búsqueda de "ser más"
debe ser realizada en comunión con los otros hombres, en
solidaridad
situada.
La alfabetización como camino de
liberación: El ser persona en historia, sociedad y
cultura y el descubrir que su vida se hace historia en cuanto es
sujeto, va entrañando poco a poco el sentido más
exacto de la alfabetización: el sujeto paulatinamente
aprende a ser autor, testigo de su propia historia; entonces es
capaz de escribir su propia vida, es decir, biografiarse,
existenciarse e historizarse. El método de la
alfabetización se ve animado por la dimensión
humana de la educación como práctica de la
liberación. La educación como una dimensión
de la acción cultural, que se inicia en la
alfabetización, se realiza en el reencuentro de las formas
culturales propias del individuo y en la retotalización de
éstas a través de la acción definida como
interacción, comunicación, transformación. En
definitiva, la idea es que la educación reproduce en su
propio plano la estructura
dinámica y el movimiento dialéctico del proceso de
producción del hombre. De esta manera se
entiende la gran riqueza que para Freire contiene el proceso de
alfabetizarse: "… el aprendizaje y
profundización de la propia palabra, la palabra de
aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los
oprimidos que sólo a través de ella pueden
liberarse y enfrentar críticamente el proceso
dialéctico de su historización".
La constante de fondo es el problema de la correcta
interpretación de la realidad. En apoyo de esta labor
viene precisamente el método de la concientización
que busca, mediatizada por la praxis educativa, existenciar las
condiciones del mundo humano, contradicciones que imprimen al
mundo su movimiento y que, al ser percibidas como tales, impiden
la adaptación del hombre a una realidad que los aplasta en
sus potencialidades creadoras. Es entonces, este planteamiento
dialéctico el que permite la esperada
interpretación correcta de la realidad. Luego la
criticidad de los hombres sobre su realidad y su esfuerzo
transformador se encuentran en una directa proporcionalidad.
Freire entiende el quehacer humano como acción y
reflexión, teoría
y praxis. La delimitación de sus objetivos y de
sus métodos y
la determinación de su fuerza de acción vienen
dadas por la teoría que lo informa; es el marco
teórico que informa las modalidades de acción
liberadora y opresora. Surge entonces la teoría de la
acción liberadora desde una matriz
dialógica tendiente a conseguir la humanización de
los hombres; promueve una auténtica formación
valórica que genere un auténtico cambio cultural.
Y, como ya hemos señalado, el punto de partida de la
educación se encuentra en el hombre –
mundo.
Fases del método: Con Freire, nuestro
siglo ve el surgimiento de una nueva metodología
educacional, la de la alfabetización, realizada a
través de un proceso de concientización, es decir,
el proceso mediante el cual el hombre desarrolla más y
más su conciencia crítica, en busca del
afloramiento de la verdadera conciencia reflexiva de la cultura,
la cual aparece en el preciso instante en que el hombre se
historiciza, en que se constituye como conciencia
histórica.
En esta dimensión crítica, podemos
entender la alfabetización como la conquista que hace el
hombre de su palabra, lo que ciertamente conlleva la conciencia
del derecho de decir la palabra. En una de sus obras, Freire
propone el cuestionamiento de los déficit cuantitativos y
cualitativos de la educación en Brasil. La
situación era ciertamente crítica, pues, "el
número de niños
en edad escolar sin escuela, es
aproximadamente de cuatro millones; el de analfabetos, de catorce
años en adelante, es de dieciséis millones; a lo
que se junta la inadecuación de nuestra educación
ya referida" .
Pero, ¿qué método podía
utilizarse para la superación de las actitudes
mágicas o ingenuas del hombre de pueblo frente a su
realidad?, ¿cómo llevar a este hombre a descubrirse
como creador de cultura?, etc…Sin lugar a dudas, el
método a seguir debía ser activo dialogal,
crítico y critizador. No se trata de enseñarles a
repetir palabras, ni tampoco se restringe a desarrollar la
capacidad de pensarlas según las exigencias lógicas
del discurso
abstracto: simplemente coloca al alfabetizando en condiciones de
poder reexistenciar críticamente las palabras de su
mundo.
La experiencia de los así llamados
círculos de cultura, patentiza este hecho, ya que el
alfabetizando, al comenzar a escribir libremente, no copia
palabras, sino que expresa juicios. Por ejemplo en Angicos un
participante escribe: "… el pueblo va a resolver (corruptela
por resolver) los problemas (por
problemas) de Brasil votando conscientemente". Cinco fases
componen este proceso de alfabetización. Antes de comenzar
el grupo "
descodifica varias unidades básicas, codificaciones
sencillas y sugestivas, que dialógicamente descodificadas
van redescubriendo al hombre como sujeto de todo proceso
histórico de la cultura letrada", es decir, se dialoga
para conseguir la aprehensión del concepto de
cultura.
1º Fase: Levantamiento del universo
vocabular de los grupos con los
cuales se trabaja. Exploración, mediante encuestas
informales, del universo de las
palabras habladas en el medio cultural del alfabetizando,
extrayendo aquellos vocablos de más ricas posibilidades
fonéticas y de mayor carga semántica, que
además están cargados de sentido existencial y
contenido emocional. Las entrevistas
traslucen anhelos, frustraciones, incredulidades, esperanzas,
ímpetus de participación, como así mismo
ciertos momentos altamente estéticos en el lenguaje
del pueblo.
2º Fase: Elección de las palabras
seleccionadas del universo vocabular investigado. Las palabras
extraídas del universo vocabular del alfabetizando, una
vez transfiguradas por la crítica (reflexión),
retornan a él en acción transformadora del
mundo.
3º Fase: Creación de situaciones
existenciales típicas del grupo con el que se va a
trabajar. Las palabras utilizadas reciben el nombre de
generadoras, ya que a través de la combinación de
sus elementos básicos propician la formación de
otras. Como palabras del universo vocabular del alfabetizando,
son significaciones constituídas en sus comportamientos,
que configuran situaciones existenciales.
4º Fase: Elaboración de guías
que auxilien a los coordinadores de debate en su
trabajo. Estas guías deben ser meras ayudas para los
coordinadores, jamás rígidas prescripciones que
habrán de obedecer y seguir.
5º Fase: Descomposición de las
familias fonéticas correspondientes a los vocablos
generadores. Se refiere a la codificación plástica
en cuadros, "slides", filminas, etc. , que correspondan a las
respectivas situaciones que, de la experiencia vivida por el
alfabetizando, pasan al mundo de los objetos. El alfabetizando
ahora, "ad-mira", ya que ha ganado distancia para ver su propia
experiencia. Es en este momento cuando él comienza a
descodificar.
Aplicación concreta del método
(ejemplo): Utilizaremos la palabra "tijolo" (ladrillo) como
primera palabra "generadora", colocada en una situación de
trabajo de construcción. Una vez que se tienen las
palabras más significativas, se somete al proceso de
reflexión, en búsqueda de mayor objetividad, de los
"círculos culturales". Discutida la situación en
sus aspectos posibles, se realizaría la vinculación
semántica entre la palabra y el objeto que denomina (la
palabra se nombra junto al objeto dicho: lo que se busca es la
asociación de la palabra con el objeto). Visualizada la
palabra dentro de la situación, es, posteriormente,
presentada sin el objeto: "tijolo".
Luego viene la pronunciación de la palabra en
forma cortada: ti – jo – lo. Inmediatamente se visualizan los
pedazos y comienza el reconocimiento de las familias
fonéticas.A partir de la primera sílaba "ti" se
ayuda al grupo a conocer toda la familia
fonética que resulta de la combinación de la
consonante inicial con las demás vocales. El segundo paso
es llevar al grupo a conocer la segunda familia, mediante la
visualización de "jo" (se repite la misma
operación), para llegar finalmente a conocer la tercera
familia "lo".Cuando se proyecta la familia fonética, el
grupo reconoce la sílaba de la palabra visualizada; ta –
te – ti – to – tu ; ja – je – ji – jo – ju ; la – le – li – lo –
lu .
Una vez reconocido el sonido "ti" de la
palabra generadora tijolo se propone al grupo que lo compare con
las otras sílabas, lo que hace descubrir que comienzan
igual pero terminan en forma diferente. De esta manera se
descubre que no todos se pueden llamar "ti". Con las dos
restantes sílabas "jo – lo" se sigue idéntico
procedimiento.
Luego del conocimiento de cada familia fonética, se hacen
ejercicios de lectura para
fijar las nuevas sílabas.
El momento central del proceso lo constituye cuando se
presentan las tres familias fonéticas: ta – te – ti – to –
tu ; ja – je – ji – jo – ju ; la – le – li – lo – lu. Lo que se
denomina "ficha del descubrimiento". Luego de realizar una
lectura
horizontal y otra vertical, en la cual se ubican los sonidos
vocales, comienza el grupo, y no el coordinador, a realizar la
síntesis oral. De uno en uno van todos
haciendo palabras nuevas con las posibles combinaciones a su
disposición. Este proceso va creando conocimientos de
palabras que enriquece la posibilidad de decirse diciendo su
mundo. Con este método, la persona cambia su manera de ver
el mundo, se siente partícipe de él y
artífice de su propia vida. Surge lo que Freire llama la
conciencia que no es tan sólo el reconocer la
situación que se vive, sino el compromiso y proceso de
transformación. Es un método que en ningún
caso intenta decir a la persona lo que debe y lo que no debe
hacer, aprender o decir, sino que, por el contrario, transforma
al sujeto que aprende en responsable central de su propio proceso
de liberación y construcción de su propia cultura
(forma de vivir)
Para poder entender bien lo que el autor nos quiere
transmitir es necesario explicar algunos conceptos
claves:
1) Sociedad cerrada: organización de la sociedad que busca
mantener los privilegios de las clases dominantes (elites), a
través de diferentes medios que
cumplan la función de
alienar a la gente. En este tipo de sociedades no
se permite la participación, ni la verdadera democracia, ni
el diálogo liberador que promueve el método de
alfabetización.
2)Sociedad en transición: es el proceso
que vive una sociedad cuando intenta el cambio. Implica una
marcha acelerada que lleva a la sociedad a una búsqueda de
nuevos temas y de nuevas tareas. Paulo Freire no se refiere a
cambios materiales,
sino que apunta.
3) Democratización fundamental: Son los
principios
básicos que hay que desarrollar en una sociedad para que
ella pueda llagar a la democracia
verdadera, propia de la sociedad abierta. Es el proceso de
participación de todos los hombres en todos los niveles de
la sociedad.
4 )Radicalismo: Es la opción de
enrraizamiento del hombre que toma una opción positiva y
crítica, donde no se pierde la libertad. Se trata de
hombres abiertos al diálogo, que aceptan el radicalismo de
otros hombres con posturas diferentes.
5)Conciencia intransitiva: Es la conciencia que
no presenta un compromiso del hombre con su propia
existencia.
6)Conciencia ingenua o mágica: Tiende a
olvidarse de la realidad y a prescindir de ella, limitando
seriamente a la libertad. El hombre con esta conciencia no logra
llegar a la raíz profunda de la realidad, no conoce sus
causas profundas y su explicación de la realidad es de
tipo fantástico.
7)Conciencia crítica: Es la profunda
interpretación de la verdadera realidad, conociendo sus
causas más reales y su funcionamiento. Quien posee esta
conciencia, posee una capacidad de razonamiento y de
diálogo fecundos, tratando siempre de buscar la verdad
para comprometerse en la construcción del
hombre.
8)Concientización: Es el proceso por el
cual el hombre no sólo toma conciencia de su realidad,
sino que lo hace en forma crítica comprometiéndose
con su cambio concreto.
9)Educación liberadora: La que toma en
cuenta al hombre verdadero y real, que parte de él y busca
llevarlo a su plena humanización. El hombre no se libera
sólo, ni es liberado por otro, sino que se libera en
comunión y partiendo desde su realidad.
10)Alfabetización: Método a
través del cual el hombre "se dice" y al hacerlo se
reconoce como cocreador de su vida y de su mundo. Es el momento
en que el hombre se reconoce como lo que realmente es y se
compromete con su humanización.
11)Educación bancaria: Educación
tradicional que no reconoce la dignidad de los hombres, sino que
más bien los cosifica como meros receptores y
repetidores.
12) Educación problematizadora:
Educación que toma en serio al hombre y reconoce el real
proceso educativo del hombre como un diálogo continuo y
respetuoso, donde no hay maestros "y" estudiantes, sino que
solamente existen maestros – estudiantes y estudiantes maestros,
es decir, donde el proceso educativo es una relación
dialéctica constante.
Freire se sabe de una sociedad en transición que
viene saliendo de una situación de sociedad cerrada, que
poseía una conciencia intransitiva, donde no
existía el diálogo a causa del mutismo propio de
las relaciones "Señor – siervo". Este tipo de relaciones
es la que intenta romper el método de Freire
enseñando al hombre a reconocer su propia dignidad y la
posición que cada uno está llamado a ocupar en la
construcción de la liberación y recreación
de la realidad.
Al finalizar la investigación que hemos realizado en torno
a Paulo Freire, consideramos, en líneas generales, que
hemos podido cumplir los desafíos que nos propusimos en la
introducción del trabajo, ya que hemos dado
cuenta de quién es Freire, del contexto en que
vivió y que lo motivó a desarrollar su
metodología de alfabetización, además de
ideas generales que nos plantean el método y las
líneas que lo orientan. Una de las conclusiones
principales a las que hemos podido llegar es que al interior de
la teoría de Freire se presentan con viveza los principios
que sustentan la educación en la actualidad. No
está demás señalar que nos fue posible
visualizar aquellos principios por el estudio previo que de ellos
realizamos en el curso.
El principio de la individualización se presenta
en Freire a través de la valoración del individuo
como ser único, irrepetible, necesario y valioso para el
proceso educativo centrado en el diálogo. En
relación al principio de autonomía, el
teórico hace bastante hincapié en la necesidad del
hombre de alcanzar su libertad y desde ella proyectarse hacia su
perfección, Paulo Freire desarrolla toda su
metodología sobre el eje de la real liberación del
hombre, que no es otra cosa que su humanización
dinámica (en proceso inacabado).
Respecto del principio de socialización, Freire asume verdadera y
honestamente el contexto en que le toca vivir (contexto de
injusticia y marginación de los más por los menos)
y desde él parte la formulación de una
metodología que busca transformar la realidad social en
algo integrador e incluyente, es decir, en un lugar en que el
individuo pueda asumir concretamente su ser y su ser situado para
poder liberarse de todo aquello que no le permita ser cada vez
más hombre.
En este sentido es decidora la frase de Freire en que
señala que el hombre no se libera sólo sino en
comunión con los demás. La creatividad,
principio tan difícil de lograr en la actualidad, queda
salvaguardado por la novedad del método de
alfabetización propuesto por el autor. Éste formula
novedosamente una respuesta apropiada para este contexto
específico con sus necesidades también
específicas. Desde esta metodología se desprende
con claridad la presencia del principio de la actividad ya que es
el propio sujeto quien y desde quien se reconstruye la realidad
que se vive. El sujeto a quien se dirige el método es
aquel que en la realidad hace posible este proceso.
Nos parece que la propuesta de Freire logra ser eficaz
gracias a que este hombre pudo captar la unidad indivisible que
se da entre lo que llamamos la teoría y la
práctica. Fue capaz de desarrollar todo su esfuerzo desde
la propia realidad que vivía su pueblo, realidad concreta
y dolorosa, y proyectar una metodología capaz de responder
educacionalmente a los desafíos que ésta le
planteaba. Su esfuerzo no parte de necesidades supuestas por los
intelectuales o por aquellos que muchas veces creemos saberlo
todo, sino que por el contrario, parte desde la
manifestación concreta de la realidad, que es la
manifestación concreta de los necesitados.
No podemos dejar de destacar el profundo interés
que descubrimos en P. Freire por el ser humano. Todo su esfuerzo
educativo se ve plasmado por un gran humanismo, un
humanismo
cristiano que sabe preocuparse por aquellos que más lo
necesitan por los que son excluidos de todo, incluso de su propia
condición de excluidos.
Esto queda explícito en su opción por
lograr que el hombre alcance su libertad, su verdadera libertad,
y así pueda ser autor y constructor de su vida teniendo
como substrato de toda este obrar la alfabetización, que
es mucho más que un simple enseñar a leer y a
escribir, ya que busca que el hombre pueda llegar a ser persona.
Estas consideraciones nos muestran el referente filosófico
que las sostiene e impulsa; "el hombre siendo y con el mundo"
.Todos estos elementos han ayudado a nuestro enriquecimiento
personal ya que nos ayuda a ampliar la visión de
educación que vamos formándonos como
preparación para nuestra futura labor docente.
Espero les sea de utilidad.
Docente:
Liliana Martínez-
Morón. Bs.As. – Argentina-