- Resumen
- Los objetivos
- Las características
ambientales de la zona - El perfil
socioeconómico - Aspectos laborales de la EAP
familiar - Comparación entre
subzonas - Nivel de escolaridad de la
familia - Consideraciones
finales - Bibliografía
A partir del contexto generado por las modificaciones en
el espacio rural de la provincia de Entre Ríos, se plantea
identificar los cambios, en una descripción sincrónica, y la
relación de estos con las condiciones
agroecológicas y económicas de la zona considerada.
Para ello se recurrió a una encuesta y a
entrevistas a
productores de la Zona Productiva Homogénea Nº 5,
definida como el espacio geográfico a investigar. Del
análisis de la información surge una descripción de la composición
familiar, su nivel educativo y su comportamiento
laboral,
identificándose dos grupos
perfectamente diferenciados en los aspectos considerados,
congruentes con dos subzonas, norte y sur, de la ZPH Nº 5.
Los resultados arribados sugieren que la determinación de
las características de las unidades productivas
del estrato inferior de la ZPH Nº 5 y la
identificación de dos conjuntos
diferenciados de dichas unidades, ubicadas en las dos subzonas
mencionadas, están más vinculadas a factores
culturales que a los económicos y agroecológicos.
Por ello, las modificaciones de la estructura
productiva regional han impactado de manera diferente en el
desarrollo
educativo de las familias y su comportamiento
productivo, laboral y
empresarial, originando diferencias entre ambos grupos ubicados
en una misma ZPH.
Palabras claves
Trabajo familiar, región citrícola de
Entre Ríos, niveles educativos familiares
La Provincia de Entre Ríos es heterogénea
en cuanto a su ambiente,
producción, origen y características de su población, su dinámica social y su estructura
agraria. Atento a ello, en trabajos previos en la línea de
investigación de la que forma parte este
trabajo, se han determinado tres estratos de superficies;
inferior, medio y superior.
Para el presente trabajo se ha tomado como universo de
análisis el estrato inferior, por ser el
que abarca a aquellas explotaciones agropecuarias (EAP) que por
la superficie con que cuentan, no alcanzan la rentabilidad
en equilibrio,
considerando la actividad característica, del lugar
geográfico. Según Truffer (1998) este estrato
representa el 84,6% de las EAP y de acuerdo a los datos provisorios
del CNA 2002, la provincia de Entre Ríos ha visto reducido
el número de explotaciones agropecuarias en un 25%
aproximadamente en poco más de una
década
Se entiende por Unidad Económica de Rentabilidad
en Equilibrio
(UEREE) a la unidad productiva con inserción en el
mercado, cuya
superficie es suficiente para retribuir todos los factores de la
producción (considerando cero la renta) y
con una productividad
potencial media generada, con la tecnología usual en
la zona. Bajo estas condiciones la rentabilidad de la unidad
económica se encuentra en equilibrio. En Entre Ríos
el porcentaje de EAP que se encuentran en esta situación
corresponde al 8,79%.
Esta profunda modificación en el espacio rural
entrerriano se traduce en cambios sustantivos en la estructura
familiar, en el nivel educativo de sus miembros y en las relaciones
laborales de la familia
perteneciente al estrato inferior. A partir de este contexto se
plantea identificar esos cambios, en una descripción
sincrónica, y la relación de estos con las
condiciones agroecológicas y económicas de la zona
productiva homogénea Nº 5.
Las Zonas Productivas Homogéneas (ZPH) en la
Provincia de Entre Ríos fueron determinadas por el
Instituto de Tecnología
Agropecuaria (INTA) Esta caracterización se realizó
bajo la hipótesis de una fuerte relación de
las condiciones agroecológicas y económicas, con la
estructura socioeconómica de la provincia. Las ZPH se
determinaron basándose en un análisis de las
condiciones climáticas, edáficas, riesgo de
erosión
hídrica, producción y accesos a los mercados. La
Figura 1, muestra la
ubicación geográfica de la ZPH Nº 5, elegida
para este trabajo, una de las trece ZPH determinadas en la
Provincia.
Este trabajo representa resultados parciales de un
análisis más profundo que implica la
determinación de tipos sociales planteados en el proyecto Tipos
sociales agrarios y modelos
económicos productivos. Por las características
edáficas, ambientales y productivas peculiares de la ZPH
Nº 5, se ha circunscrito el análisis a esta
Zona.
El objetivo del
mismo es realizar una descripción del comportamiento de
los atributos relacionados a la familia, el nivel
de escolaridad de los padres y los hijos. Además, analizar
las condiciones de trabajo y las relaciones
laborales que mantienen los miembros de la familia al
interior de la propia explotación.
El estudio toma como población estudiada a los productores
agropecuarios de la zona que se encuentran por debajo de la
UEREE. Se trabajó sobre una muestra
representativa de los mismos, a los cuales se los
entrevistó y encuestó. El operativo de campo se
desarrolló durante el primer semestre del año
2002.
Las
características ambientales de la zona
La zona productiva homogénea se encuentra en la
región Noroeste de la provincia, la que se reconoce como
la región citrícola entrerriana. El norte de la
misma es límite con la provincia de Corrientes, divididos
por el Río Mocoretá, al este está
próxima a la República Oriental del Uruguay, ambos
territorios separados por el Río Uruguay. En
cuanto a su ubicación en el mapa político de Entre
Ríos, la ZHP Nº 5 abarca casi la totalidad de los
departamentos Federación, Concordia y una porción
del departamento Colón.
Dentro de la zonificación realizada por el
Plan de
Revalúo Parcelario, esta zona limita al oeste con la ZPH
Nº 4, y al sur con la ZPH Nº 9.
El clima es
cálido subtropical sin estación seca. El paisaje
natural tiene dos grande componentes, al noroeste una llanura
ondulada, alterada por la "lomada grande", el resto corresponde a
la franja arenosa del Río Uruguay, con sus terrazas
fluviales. Se presenta en los suelos un
color rojo,
debido al alto contenido de hierro. La
franja oeste corresponde al bioma de la pradera herbáceo
pampeana, modificada por los cultivos, y la región este a
la del bosque en galería, con árboles
como el lapacho, el viraró y el laurel. La denominada
"lomada grande" es una divisoria de aguas. Hacia el oeste corren
los arroyos que desaguan en el Río Gualeguay y al este los
que se unen al Río Uruguay.
Políticamente la ZPH Nº 5 abarca dos
Departamentos, Concordia y Federación. El departamento
Concordia tiene 3357 Km2 de superficie, incluye a la
ciudad de Concordia, cabecera del departamento y la que presenta
mayor densidad de
habitantes en esta ZPH (122624 hab.). Esta está ubicada en
una franja de lomadas y es la segunda ciudad de Entre
Ríos, después de Paraná. El Departamento
incluye también varios municipios de segunda (menos de
5000 hab.) Estos son: Colonia Ayuí (1214 hab.), La Criolla
(1736 hab.), Los Charrúas (2532 hab.) y Puerto
Yerúa (1314 hab.). La población urbana corresponde
al 85,5% y la rural a un 14,5%.
Dentro de las variadas actividades económicas, se
encuentra la minería.
Se explota pedregullo y silicio (canto rodado) y del lecho del
Río Uruguay se extrae arena para la construcción. En Puerto Yerua se encuentran
los principales yacimientos de basalto de Entre Ríos. Sin
embargo, la actividad agropecuaria es la más importante,
siendo la citricultura la que imprime el ritmo económico a
la región. Históricamente, este Departamento se ha
caracterizado tanto por la producción citrícola
(naranja, pomelo, mandarina y limón),con destino al
mercado exterior.
Esta actividad ha promovido el desarrollo de
industrias que
elaboran jugos concentrados, deshidratados, enlatados y
embotellados, también aceites para esencias y comestibles.
Acompaña a la citricultura, la explotación forestal
que ocupa un lugar importante, ya que origina el desarrollo de la
industria de
la madera,
dedicada a la preparación de maderas aserradas,
obtención de rollizos y fabricación de aberturas,
cajones, muebles, celulosa, etc También otras actividades
comprenden la cría de animales vacunos,
avicultura, arroz, horticultura, y en menor medida el
olivo.
En el Cuadro Nº 1 se visualizan las actividades
económicas en cada Distrito departamental.
Cuadro Nº Actividad económica de Según la zona de | ||
Municipios | Actividad | Industria y |
Concordia | citricultura | Jugos, Aserraderos |
Colonia Ayuí | agricultura (sorgo, maíz, arroz), | viveros, galpón de |
La Criolla | ganadería (bovino), | —- |
Los Charrúas | Citricultura, | —- |
Puerto Yerúa | agricultura (arroz, trigo), | —- |
Cuadro 1: Actividades
Económicas de mayor influencia en Concordia
El Departamento Federación tiene una superficie
total de 3760 Km2. Incluye dos ciudades importantes
como Chajarí y Federación, junto a otros municipios
de segunda categoría. La ciudad más grande es
Chajarí (22959 hab.) seguida por Federación,
cabecera de departamento (10428 hab.). Como municipios de segunda
están Santa Ana (1651 hab.), Villa del Rosario (2257 hab.)
y San Jaime de la Frontera (3426 hab.)
Con características de mayor ruralidad que el
Departamento Concordia, su población se distribuye en
67,9% de tipo urbana y un 32,1% de tipo rural.
Las actividades económicas de Federación
se concentran en la citricultura y en la forestación y sus
respectivas industrias. Estas
actividades han desarrollado un parque industrial de 60 has, a 4
Km. del acceso a Chajarí, sobre la ruta nacional 14, con
gran disponibilidad de energía
eléctrica que permite la radicación de diversas
industrias. En los alrededores de esta ciudad, el principal
cultivo es el arroz, acompañado de melones, sandías
y zapallos. Dentro de la actividad pecuaria, existen
establecimientos dedicados a la producción de aves para
carnes y huevos. La actividad apícola es muy intensa, con
elevada concentración de productores y
colmenas.
El Cuadro Nº 2, muestra las actividades que se
desarrollan en cada Distrito.
Cuadro Nº Actividad económica de Según la zona de | ||
Municipios | Actividad | Industria y |
Federación | citricultura, apicultura, forestación | arena, ripio, madera, empaquetadoras, turismo |
Chajarí | citricultura, ganadería, | arena, canto rodado, citrus, |
Santa Ana | apicultura, citricultura, | canto rodado, fábrica de |
SJ Frontera | ganadería, | madera |
Villa del Rosario | citricultura, | fábrica de cajones, |
Cuadro 2: Actividades
Económicas de mayor influencia en
Federación
Aspectos laborales
de la EAP familiar
Es frecuente, actualmente, el estudio del trabajo
familiar rural y sus estrategias de
subsistencia, tal como lo demuestra la gran cantidad de investigaciones
que se han realizado en torno este
tema.
La mayoría parten del concepto de
familia rural
como esencia de la pequeña empresa
agropecuaria y tienen como objetivo
explicar tanto el proceso de
reproducción del trabajo familiar como los
factores que la condicionan, en su dinámica a lo largo del tiempo. Si bien
los componentes de análisis de la presente investigación son las unidades productivas
más pequeñas – dado que en su gran mayoría,
están vinculadas a una familia que depende
económicamente de ese aparato, que generalmente habita en
ella, y que también desarrolla en ella su actividad
laboral y familiar – hemos vinculado ambos conceptos en una
estrategia de
análisis, considerando unidad productiva-familia, como
conceptos estrechamente relacionados.
Desde la profesión agronómica, no puede
obviarse en los análisis, la importancia que tiene este
proceso en los
programas de
desarrollo tanto locales como regionales, los que no deben
restringirse a la modernización productiva ni a la
perspectiva de rentabilidad económica, sino que deben
cambiar la calidad de
vida en el marco de un entorno sustentable de la
población rural.
Como referencia teórica para el presente trabajo
se ha tomado, entre otros, la caracterización utilizada
por Neiman y col. (2000) en su trabajo La pluriactividad en
las pequeñas empresas
familiares de la Provincia de Buenos Aires, donde discrimina
a las Explotaciones Familiares como "pluriactivas", en las
que el productor y/o algún otro miembro de la familia
combina el trabajo de
la explotación con otra ocupación relacionada o no
con el sector agrícola, ya sea como asalariados y/o como
cuentapropistas o empleadores, y en "monoactivas",
aquéllas donde la actividad laboral de la EAP se
concentran en el interior de la misma.
Según este autor, desde la visión
económica se plantea que las explotaciones
pluriactivas logran o intentan lograr, a través de
la complementación de las distintas fuentes de
ingreso, objetivos
como: mantener la propiedad de
la tierra
familiar como reaseguro para el futuro, garantizar la
subsistencia si falla algunas de las actividades y obtener un
ingreso estable y, en efectivo, que le permita acceder a
distintos bienes y
servicios.
Esta pluriactividad tiene dos componentes, que pueden tomar
iguales o distintas proporciones: a) que el grueso del trabajo
sea agropecuario (dentro de la EAP) o b) en sentido inverso, es
decir que el trabajo
para subsistencia económica se desarrolle en algún
sector no agropecuario y muy poca dedicación tranqueras
adentro. En los casos de unidades con una producción
limitada y una actividad externa poco rentable, ambos ingresos se
complementan integrándose en una estrategia de
subsistencia de las familias y para mantener o estabilizar la
parcela. En los casos de pluriactivos con una reducida
producción agropecuaria y una actividad externa inestable
o mal remunerada – generalmente para el caso de asalariados
agropecuarios o de cuentapropistas informales -, éstos
ingresan en procesos de
empobrecimiento y descomposición familiar, pasando a
conformar, en algunos casos, los sectores marginales de las
ciudades.
En el caso de la región ganadera de la provincia
de Buenos Aires,
Argentina, el 25%
de las EAP familiares son pluriactivas, mientras que en la zona
analizada el fenómeno de pluriactividad en mucho menor ya
que las actividades predominantes requieren de un gran esfuerzo
familiar, agrupando a toda la familia en un trabajo diario en las
quintas. Esto se refleja en los datos obtenidos
en el campo para la totalidad de la ZPH Nº 5, en donde solo
el 13% de los productores (titulares) trabajan fuera del predio y
en donde además, se observa que la mayoría de las
EAP (87,1%) en alguna determinada época del año
cuentan con mano de obra no familiar asalariada. La mayor
presencia de peones contratados se ve en las distintas etapas de
la producción. Es notable la utilización temporaria
de peones en actividades como: cosecha de frutas,
fertilización de árboles
frutales, podas, etc. Las actividades extensivas, como agricultura,
ganadería o forestación, muestran en bajo
porcentaje la utilización de éstos, por las mismas
características de la actividad.
La demanda de
trabajo fuera de la EAP consiste en actividades como embalaje de
frutas, podas y traslado de citrus, aserradero, leña,
ganadería. Es interesante saber que éstas
actividades laborales no se realizan con dedicación
exclusiva o "full-time". Muy pocos son los productores que
trabajan fuera del predio con esta dedicación. Como
mencionamos antes, el 13% de las EAP son pluriactivas, pero casi
todas realizan su actividad extrapredial con dedicación
parcial o "part-time", dejando la mitad de su tiempo laboral
para dedicarlo a la producción.
La información obtenida a campo permite
afirmar que en las explotaciones familiares capitalizadas,
aquellas que tienen mayor acceso a los mercados, que
realizan empaques de frutas y derivan su producción hacia
la región y otras provincias, cuentan con peones estables,
lo que no ocurre en la generalidad en el estrato observado. Pero
estas son la minoría ya que alrededor del 80% de las EAP
familiares son muy pequeñas y se encuentran integradas a
estas empresas de mayor
porte, siendo el trabajo familiar el preponderante.
Pese a que en la caracterización formulada por el
INTA, la ZPH considerada para el estudio se plantea como
homogénea, la información analizada muestra que, en
el interior de la propia zona aparecen diferencias bien marcadas.
La subzona norte, comprende las localidades de Chajarí,
Colonias Santa Ana, La Florida, La Alemana, Villa Libertad,
Villa del Rosario, Sánchez Sauce, La Argentina,
Racedo, Ensanche, Flores y Federación, y la subzona sur
incluye a Concordia, Puerto Yerua, Colonia Yerua, Calabacilla,
Estancia Grande, Nueva Escocia y Ubajay y Colonia Arroyo
Concepción.
En la subzona norte, el trabajo en las EAP es realizado
por la misma familia, compensado con peones en algunos casos; en
cambio, en la
región sur, es notable el alto porcentaje de EAP (95%) que
contratan peones. Esto marca una notable
diferencia con el resto de las ZPH de la Provincia,
fundamentalmente agrícolas y ganaderas, en las cuales la
demanda de
mano de obra contratada es muy baja.
A partir de la
información obtenida respecto del comportamiento
económico de la EAP, interesó profundizar en la
actividad laboral de los hijos de las familias productoras de la
zona, entendiendo que este conocimiento
es de suma importancia para el desarrollo rural de la
región, ya que estos jóvenes representan el
recambio generacional en el corto o mediano plazo, y hacia ellos
deben enfocarse los esfuerzos, tanto en lo técnico
productivo como en el aspecto social.
En un número importante de las familias de los
productores de la ZPH Nº 5, los hijos ya han conformando
micro empresas, que se caracterizan en su mayoría por
compartir los recursos con
la empresa
familiar, incluso el trabajo, que realizan junto con sus padres y
otros familiares, sin percibir haberes diferenciados entre
ellos. En algunos casos, la unidad productiva se
encuentra en un proceso de cambio
generacional, ya que el titular de la EAP está dejando de
lado la responsabilidad productiva económica y
están dando lugar a que uno de sus hijos ocupe su espacio.
De esta forma, muchos de los jóvenes se encuentran
dedicados al manejo de la explotación agropecuaria
familiar, dejando de lado otras oportunidades, como por ejemplo,
el estudio. No obstante, considerable es la cantidad de
jóvenes (aproximadamente el 24%) de toda la zona que se
encuentran realizando estudios universitarios, ya sea en ciudades
de Entre Ríos como de otras provincias, tal como se
detalla más adelante.
Retomando el aspecto laboral, el 85% de los hijos
varones adolescentes y
jóvenes trabajan en el interior de la unidad familiar, a
diferencia de las jóvenes que alcanzan solo el 33
%.
En el Gráfico Nº 1 vemos esas diferencias.
De él se desprende que los hijos varones, son los que
toman la continuidad de seguir explotando la micro empresa
familiar.
Gráfico Nº 1: Hijos
trabajadores y no trabajadores de las EAP
La población de la Provincia de Entre Ríos
tiene un índice de masculinidad de 96.3, lo cual indica
que hay una mayor proporción de mujeres que de varones.
Sin embargo en el ámbito rural, según el Censo
Poblacional 2001, el índice de masculinidad se eleva a
1,47, lo cual indica una proporción significativamente
superior de hombres. Asimismo, cuando se observan las
proyecciones poblacionales del INDEC, notamos que los porcentajes
de mujeres en cada estrato se reducen, a excepción de las
mujeres mayores de 65 años. De ello es posible concluir,
tal como fue percibido a campo, que las jóvenes emigran a
las ciudades, ya sea en busca de capacitación o de trabajo, quedando solo
las mayores en el campo.
Este fenómeno no es homogéneo en toda la
zona considerada, ya que encontramos diferencias significativas
en las subzonas citadas anteriormente. Como se muestra en el
Gráfico Nº 2, el porcentaje de hijas mujeres
trabajadoras es notablemente superior en la zona norte que en el
sur, mientras que el de los varones es similar en ambas subzonas
y supera el 80%, de donde es posible afirmar que los
jóvenes varones permanecen en la explotación
familiar, en muchos casos haciéndose cargo de la misma,
tal como se señaló en párrafos
previos.
Gráfico Nº 2 Distribución de los hijos/ as
trabajadores
No fue el propósito de la investigación
avanzar sobre las causas por las cuales las mujeres
jóvenes emigran a las ciudades y no quedan en el
establecimiento paterno, pero es posible establecer a manera de
hipótesis que al
factor cultural presente en esta conducta puede
sumarse factores expulsores en el medio rural y factores de
atracción en el medio urbano como es la nutrida presencia
y oferta de
estudios superiores y de trabajo que existe en las ciudades
principales de la zona.
En el 81% de los casos es el padre de la familia el que
está al frente de la misma, conformando una
explotación de carácter
individual (70% de las EAP). En algunos casos, donde falta la
figura paterna, la mujer asume la
responsabilidad productiva y económica de
la EAP, e incluso, en algunos casos, lo hacen los
hijos.
El Gráfico Nº 3 muestra los padres y madres
que trabajan o no en la explotación.
Gráfico Nº 3: Padres y
Madres trabajadores y no trabajadores
En general, se observó en el campo que casi la
totalidad de las madres colaboran en todas las tareas que
implican la actividad agropecuaria que lleva a cabo la
explotación familiar, pero de hecho no declaraban su
condición de "trabajadoras". A esto lo sostenían
afirmando que: "…ellas no trabajaban, solo ayudaban en todo lo
necesario, ya que no entendían nada de negocios…".
En este sentido, esta afirmación lleva consigo una
negación por parte de las mismas mujeres a creerse capaces
de considerarse trabajadoras en la explotación familiar y
forma parte de lo que la bibliografía menciona como
"el colectivo invisible", una fuerza
trabajadora, muchas veces verdaderamente articuladora de estos
subsistemas productivos, que permanece oculta por pautas
culturales.
En las actividades citrícolas, ganaderas o
forestales, las mujeres manifiestan ejercer actividades de
gestión
económica o registros, y muy
pocas veces trabajo a campo, siendo un 32% las que no desarrollan
tareas a campo, mientras que en las explotaciones más
pequeñas, con características de empresa familiar
intensiva o de autoconsumo, las mujeres desarrollan actividades
en todos los aspectos de la producción, y fundamentalmente
a campo, representando el 68%. Esto se condice con lo determinado
en diversos estudios que fueron realizados en Argentina e incluso
en toda América
latina, donde las mujeres aparecen como la mano de obra
familiar mas requerida por las explotaciones intensivas, tales
como la crianza de cerdos en pequeña superficie, apicultura,
horticultura como tomate, aromáticas, sandías,
cebollas, frutillas, arvejas, berenjenas, cebollas de verdeo,
zapallitos, y otras actividades como apicultura, avicultura y las
actividades de agroindustria como fabricación de embutidos
y quesería.
Como ya mencionamos en párrafos anteriores,
existen diferencias significativas entre la inserción
laboral en el propio establecimiento familiar de los hijos
respecto de las hijas que habitan en el campo. A su vez se
observa que el de estas últimas es inferior al de las
madres. No se captaron elementos para descubrir los factores que
intervienen en esta conducta, pero es
posible atribuirlas a elementos culturales y
generacionales.
Sin embargo, nuevamente encontramos diferencias entre
las dos subzonas que componen la ZPH. En la subzona norte, las
hijas presentan un porcentaje de trabajo en la EAP similar a las
madres (48%, y 55% respectivamente). Una vez más, estos
datos confirman la existencia de diferencias al interior de la
ZPH observada, que podrían ser atribuidos a factores
culturales y socioeconómicos. En el Cuadro Nº 3 se
compara a padres e hijos trabajadores y madres e hijas
trabajadoras.
Cuadro Nº | Trabajador | No trabajador |
Padre | 81% | 19% |
Hijos | 85% | 15% |
Madre | 55% | 45% |
Hijas | 33% | 67% |
Cuadro 3: Trabajadores y no
trabajadores en la familia
Se ve claramente la igualdad de
porcentajes de padres e hijos trabajadores en las explotaciones
agropecuarias. Es interesante que el porcentaje de los hijos
trabajadores superan, relativamente, el porcentaje de los padres
trabajadores. Esto no ocurre, como vimos, con las
mujeres.
Además del trabajo familiar, y como un elemento a
considerar en la futura construcción de tipos sociales, nos
interesó evaluar el comportamiento empresarial o familiar
de la unidad agropecuaria y su inserción en el sistema
económico. Para ello se consideró su
adhesión a las obligaciones
previsionales y el pago de los impuestos
correspondientes a la producción. En este sentido, se
visualiza que el 19% de los productores no concretan esta
obligación que impone el estado a la
actividad. Este porcentaje de unidades productivas fuera de los
circuitos
económicos legales puede considerarse de autoconsumo, sin
embargo, parte de su producción llega al mercado interno,
informal por diversas vías.
El porcentaje restante, 81%, cubren el pago de impuestos, como
también el pago de sus aportes previsionales, y este alto
valor indica
que la mayoría de estas EAP tienen un comportamiento de
pequeña o mediana empresa.
Avanzamos sobre la hipótesis de una estrecha relación
entre este comportamiento y la UEREE, ya en esta zona,
particularmente, las hectáreas promedio en
producción son significativamente mayores que la unidad.
Esta situación genera mayor acceso a los mercados,
ingresos
económicos y una cultura
empresarial que los distingue del productor de autosubsistencia.
No obstante, lo expresado por los productores entrevistados
reveló que la realidad de los pequeños productores
cada día es más desafiante y con más
obstáculos, lo que vuelve dificultoso el cumplimiento de
las obligaciones
tributarias y previsionales.
Ante la hipótesis de una
relación entre la tributación impositiva y la
contratación de mano de obra asalariada, y considerando
cuál ha sido la evolución de esta asociación a lo
largo del tiempo y qué causas influyeron en ella, se
observó que las EAP que realizan aportes previsionales
corresponden a un 81%, mientras que el uso de la mano de obra
utilizada en el trabajo llega al 87%. En un análisis de la
concomitancia de ambas variables se
obtiene en que el porcentaje de explotaciones que aportan y
contratan peones a la vez es del 78%. Solo el 22% de las
explotaciones se comportan de manera diferente. Si bien esto
indica que existe una relación entre el contrato de
peones y el aporte previsional, en las EAP, análisis
estadísticos más profundos permiten afirmar que el
índice de correlación entre ambas variables de
0,54, lo que indica una cierta dependencia entre ambas
variables.
Cuadro Nº | Aportes | ||
SÍ | NO | ||
Contrato de Peones | SÍ | 3,23% | 9,68% |
NO | 77,43% | 9,68% |
Cuadro Nº 4:contrato de
peones y aportes previsionales
Nivel de escolaridad
de la familia
La complejidad de la realidad social no puede explicarse
en términos de relaciones unívocas de variables,
sino que se entraman en una compleja red, donde cada uno de los
atributos del espacio social analizado condiciona y a la vez es
condicionado por otros. En este sentido, se intentó
reconstruir la trama de estas relaciones, en esta etapa
descriptiva, avanzando sobre los posibles vínculos entre
los niveles educativos y el esquema productivo económico y
las formas, empresariales o de economías familiares de
mercado interno o autoconsumo, que asume la unidad.
Se ha observado que existen dos diferencias marcadas:
por un lado vinculadas al género, ya
que las mujeres alcanzan un mayor nivel educativo que los
hombres, y por otra parte relacionadas a la edad,
comprobándose un mayor nivel educativo en los hijos e
hijas, en relación al de sus padres. En el Gráfico
Nº 4 se observan los diferentes niveles de escolaridad entre
los productores responsables de la EAP y las madres, considerando
las distintas zonas (norte y sur) dentro de la misma ZPH que
hemos definido. Una vez más se confirma la diferencia
entre ambas subzonas.
Gráfico Nº 4: Nivel de
escolaridad de padres y madres en las subzonas
A fin de profundizar el análisis comparativo de
las dos subzonas, se consideró el nivel de escolaridad de
los padres e hijos en región norte y en región sur.
Podemos afirmar en el ámbito de la ZPH Nº 5 no se
encontraron analfabetos, siendo el nivel educativo mínimo
alcanzado por la mayoría de los padres y madres de familia
la primaria completa.
A pesar de esta caracterización, encontramos
grandes diferencias de género en
ambas zonas. Así, el 60% de los productores en la subzona
norte han finalizado sus estudios primarios, porcentaje superior
al de la región sur, en donde los que han finalizado este
nivel solo alcanzan el 45%. En las mujeres estas diferencias no
son tan marcadas tanto para los estudios primarios inconclusos
como los terminados; no obstante, persisten las diferencias entre
las dos subzonas.
Es muy pequeño el número de padres y
madres que han completado el nivel secundario, alrededor de un
10%, y en tanto que algunas de las madres han finalizado estudios
superiores, sobre todo un la subzona norte, mientras que ninguno
de los padres lo ha hecho.
En cuanto al nivel de escolaridad de los hijos se
observan valores muy
distintos a los de sus padres. El nivel más bajo de
escolaridad de los mismos es el de primaria incompleta, con un
8%, mientras que el de los padres, en general para la zona, es de
32%. A partir de un análisis de la edad promedio de las
familias es posible inferir que quienes no han concluido su
escuela primaria
es porque aún se encuentran cursando este
nivel.
Las categorías que con más frecuencias
aparecen corresponden a secundario incompleto, universitario, o
terciario incompleto, y dentro de estas clases también
entran aquéllos que están en curso, como puede
observarse en el Gráfico Nº 5, lo que indica que un
alto números de hijos están concurriendo a las
escuelas secundarias, institutos terciarios o
universidades.
El 10% de los hijos son profesionales, incluyendo a los
que están involucrados con la producción de origen
de la familia, o que se han dedicado a otra actividad.
Gráfico Nº 5: Escolaridad
de hijos e hijas
Caracterizaciones finales de
subzonas
Gráfico Nº 6:
Caracterizaciones finales de subzonas
El área geográfica objeto de este estudio
es considerada como homogénea en las variables ambientales
y productivas, de allí su denominación como Zona
Productiva Homogénea Nº 5. No obstante ello, la
extensión del análisis a aspectos sociales y
económicos productivos revelan que en realidad existen
diferencias significativas en el interior de la misma. Un primer
indicio de ello son las diferencias en los perfiles productivos
que presentan el norte y el sur, reflejados en los Cuadros
Nº 1 y 2, donde se observa una mayor incidencia de las
producciones agrícolas ganaderas de la región sur,
con características de menor aprovechamiento e
industrialización de la materia prima
generada por la misma. En el análisis de los atributos
sociales de la ZPH Nº 5 se marcan con mayor énfasis
estas diferencias, generando dos modelos
socioeconómicos productivos diferentes.
La subzona sur se caracteriza por una mayor
pluriactividad de las unidades productivas, con muy baja
contratación de mano de obra, y alta incidencia del
trabajo familiar, fundamentalmente de las madres de familia y los
hijos varones, mientras que las hijas han migrado hacia los
centros urbanos, suponiendo una fuerte tensión de
expulsión. También es posible establecer
diferencias entre ambas subzonas a partir de los niveles
educativos de los productores, significativamente menor en el
sur.
En el norte las unidades productivas presentan un
carácter más empresarial, siendo en
su mayoría monoactivas lo que indica que los recursos
generados por la empresa son
considerados suficientes para el sostén familiar. En
general hay más cantidad de mano de obra contratada y esta
tiene carácter más estable. Los aspectos
impositivos de la empresa se encuentran en orden, y hay mayor
nivel educativo de los productores y de sus hijos y con un
evidente proyecto de
recambio generacional al corto plazo.
Este análisis de carácter preliminar y
descriptivo intenta revalidar la complejidad del diseño
de los programas de
desarrollo y la necesidad de que éstos aspectos que se
relacionan con el esquema productivo familiar sean contemplados
en la construcción de tales programas por parte del
estado.
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Maestría en Metodología de la Investigación
UNER, 1998 (inédito) - Universidad Nacional de la República –
Facultad de Agronomía. R.O.U. Seminario de
Ciencias
Sociales "Análisis de situación de una
región" nivel socioeconómico y ambiente.
Taller de Recursos
Naturales. Clase 13
TENTOR, Gonzalo Fernán
Becario de Investigación
Facultad de Cs. Agropecuarias
Universidad Nacional de Entre Ríos