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Antecedentes y la Revolución Industrial




Enviado por tiacosa98



    1. Antecedentes
    2. La revolución
      demográfica
    3. Revolución
      Agrícola
    4. Del Mercantilismo al
      Liberalismo económico
    5. Los avances
      tecnológicos
    6. La máquina de
      vapor
    7. La industria del
      algodón
    8. El capital
    9. Industria
      siderúrgica
    10. La era del
      raíl
    11. De la artesanía al
      sistema de fábricas
    12. Efectos
    13. Los efectos sociales de l
      a Revolución Industrial
    14. La expansión del
      proceso de industrialización
    15. Los obreros de la naciente
      industria
    16. Conclusiones
    17. Opinión
    18. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    La Revolución
    Industrial es el proceso de
    evolución que conduce a una sociedad desde
    una economía
    agrícola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de
    producción mecanizados para fabricar
    bienes a gran
    escala. Este
    proceso se
    produce en distintas épocas dependiendo de cada
    país.

    En la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, se
    detecta una transformación profunda en los sistemas de
    trabajo y de la estructura de
    la sociedad. Es el
    resultado de un crecimiento y de unos cambios que se han venido
    produciendo durante los últimos cien años; no es
    una revolución repentina, sino lenta e
    imparable. Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades, del
    trabajo manual al de la
    máquina. Los campesinos abandonan los campos y se
    trasladan a las ciudades; surge una nueva clase de
    profesionales.

    El concepto
    "revolución
    industrial" abarca dos fases: la primera Revolución
    (siglo XVIII y XIX) y su inevitable continuación, la
    Segunda Revolución Industrial (siglos XIX y parte del
    XX).

    Los cambios que esta Primera Revolución
    industrial produce son de carácter
    irreversible, y alteran definitivamente las estructuras
    sociales y económicas previas.

    REVOLUCIÓN
    INDUSTRIAL

    El país donde, por primera vez se produce esta
    acumulación de cambios, es en Inglaterra a
    finales del siglo XVIII; los niveles de producción y progreso alcanzados por este
    país serán pronto imitados por el resto de
    potencias europeas, pero la incorrecta o incompleta
    combinación de los factores no les permitirá
    alcanzar las cotas inglesas. Por lo que hablar de factores de la
    revolución industrial es hablar del caso inglés.

    La vida social y las actividades económicas
    sufrieron cambios significativos por la aplicación de los
    progresos de la ciencia y
    la técnica en la industria.

    Esta revolución viene a ser un proceso de
    cambio
    constante y crecimiento continuo donde intervienen varios
    factores: las invenciones técnicas (
    tecnología) y descubrimientos
    teóricos, capitales y transformaciones sociales ( economía),
    revolución de la agricultura y
    al ascenso de la demografía. Estos factores se combinan y
    potencian entre sí, no se puede decir que exista uno que
    sea desencadenante.

    Los medios de
    comunicación, los transportes y la metalurgia
    también mostraron grandes avances como consecuencia de
    esta revolución

    Antecedentes

    Algunos de los antecedentes de esta Revolución
    Industrial fueron:

    • Crecimiento de la población
    • Revolución agraria
    • Tecnología, máquina de hilar,
      máquina de vapor
    • Capital
    • Liberalismo económico

    La
    revolución demográfica.

    El aumento de los censos supuso el estímulo
    indispensable para la industrialización, porque sin
    demanda
    (mercado)
    suficiente no se hubiera producido la fabricación en
    serie. El aumento de la población se debió a varios motivos:
    reducción de la tasa de mortalidad, debida, no a
    aparición de vacunas ni de
    mejores medicamentos principalmente, sino a los avances en la
    higiene, como
    el empleo del
    jabón, el tratamiento de los abastecimientos de agua o los
    modernos sistemas de
    alcantarillado); este aumento de la población habría sido más
    acusado de no ser por algunos frenos poderosos: mortalidad
    infantil elevada ( sólo en los países que iban
    retrasados respecto a la revolución, que sufrían
    plagas de óbitos menores de 5 años); últimas
    hambrunas y epidemias. A pesar de estos frenos el potencial de
    crecimiento era indudable. Tanto, que alteró la hasta
    entonces existente relación población-trabajo en el
    campo, por lo que mucha mano de obra no pudo acceder al empleo en sus
    lugares de residencia (el campo está en fase de
    transformación y emplea menos mano de obra que
    anteriormente) y se vio forzada a la migración
    hacia las ciudades, donde las demandas de obreros y las
    posibilidades de mejora las atraían. El trasvase de mano
    de obra del campo a las ciudades ha de combinarse con las
    migraciones intercontinentales.

    En Inglaterra el crecimiento poblacional fue
    espectacular durante el XVIII. (de 5,000,000 de habitantes a
    10,000,000 en un siglo)

    Revolución Agrícola

    En cuatro pueden resumirse las aportaciones de la
    agricultura a
    la revolución: alimentos,
    mercado, capital y
    hombres. La denominada revolución agraria fue un
    fenómeno de progreso técnico: irrigación,
    rotación de cultivos, abonos, maquinaria. El aumento de la
    producción, especialmente del maíz,
    permitió el abastecimiento de las grandes urbes; el
    crecimiento fantástico de Londres requería
    comida.

    Los cambios empezaron por el tipo de tenencia de
    la tierra: de
    los viejos y tradicionales openfields (tierras no
    cercadas, muchas veces de propiedad
    comunal no muy bien reglada, y con una producción
    destinada al abastecimiento de las necesidades de sus
    cultivadores o propietarios) se pasará al
    enclousure (campos cercados que establecen la propiedad
    privada demostrada legalmente y que destina su producción
    al comercio).
    Este cambio en el
    sistema de
    tenencia provocó:

    • los campos destinados a la ganadería desaparecen (ganadería pasa a estabulada)
    • Los sistemas de rotación y los cultivo
      cambian. Se produce un excedente de mano de obra al contratarse
      más por menos dinero ya
      que realiza más trabajo (mecanización), lo que
      abarata su precio y
      provoca el éxodo demográfico.

    En segundo lugar la fuerza
    económica de los propietarios generó una capacidad
    de compra en las regiones rurales, configurando un voraz mercado
    interior, en una época en la que el mercado exterior
    resultaba inseguro,. Sin mercado no habría habido
    producción, pero tampoco hay producción sino hay
    capitales. Ahí entra de nuevo la agricultura al haber
    demanda, hay
    superávit y ese superávit se reinvierte en el campo
    en forma de mejoras técnicas
    para la propia agricultura, lo cual abarata más aún
    la producción de alimentos.

    Una de las consecuencias en Inglaterra de estos cambios
    es la creación de un mercado interno al que abastecer y la
    desaparición de la dependencia de importaciones
    agrícolas del extranjero. Las grandes innovaciones
    técnicas que el capital
    permite son máquinas
    de sembrar, nuevos tipos de arado, bombas de
    drenaje, cosechadoras mecánicas. A su vez, la nueva
    coyuntura impone nuevos y más especializados cultivos con
    destino a las industrias.

    Del Mercantilismo
    al Liberalismo
    económico

    Desde los últimos años del siglo XVI se
    produjeron en Europa
    importantes cambios en la esfera económica: el comercio
    internacional, que hasta ese momento había estado
    controlado por España,
    Portugal y las ciudades de la península itálica, se
    desplazó hacia el norte de Europa.

    En esos años surgió el mercantilismo,
    doctrina mercantilista o capitalismo
    mercantil; logró consolidarse en el siglo siguiente
    gracias a la alianza entre las monarquías absolutas y los
    comerciantes emprendedores, y continuó vigente durante
    parte del siglo XVIII.

    El mercantilismo defendió la intervención
    del Estado en la
    economía, y proclamó que la riqueza y el poder de los
    países se miden de acuerdo con el oro y la plata que
    éstos posean.

    A fines del siglo XVII, en Francia e
    Inglaterra comenzaron a aparecer severas críticas contra
    el mercantilismo. En Francia
    surgió la doctrina económica conocida como
    fisiocracia.

    Debe entenderse como liberalismo
    económico a las ideas propuestas tanto en Francia como en
    Inglaterra, tendientes a sacudirse la intervención del
    Estado en la vida económica del país y dejar en
    plena libertad las
    acciones
    económicas, para que la riqueza se mantuviera en cada
    Estado, desde luego en beneficio de los sectores que controlaban
    el comercio, la
    industria y la
    banca.

    En Inglaterra se puede considerar como precursor del
    liberalismo económico a David Hume, quien en su obra
    Discursos políticos establecía que el mejor
    camino para fortalecer la riqueza de las naciones era suprimir
    los frenos de cualquier tipo que pudieran detenerla; era
    partidario de incrementar la exportación de productos
    nacionales y de restringir la importación de artículos
    extranjeros.

    El más notable defensor del liberalismo
    económico fue sin duda Adam Smith,
    quien fundamentó ampliamente esa teoría
    en su obra La riqueza de las naciones. Aunque
    aceptó muchas ideas de los fisiócratas franceses,
    entre ellas, la de la libertad
    personal, la
    ley natural y
    la desaparición del Estado como medio regulador,
    difería de los fisiócratas en relación con
    la importancia de la agricultura en la economía nacional,
    pues afirmaba que en la industria y en el comercio se
    fundamentaría la riqueza de las naciones. Sostenía
    que el gobierno
    debía evitar cualquier limitación en el comercio o
    industria particular. Finalmente aseguró que la riqueza de
    las naciones dependía de la mercancía producida, de
    la fuerza de
    trabajo necesaria para elaborarla.

    Los avances
    tecnológicos

    La creciente actividad del sector industrial crea una
    demanda de avances
    tecnológicos sin los cuales no se podría haber
    hecho frente al crecimiento. Los avances iniciales en labores
    agrícolas han de ser vistos desde esta perspectiva de
    demanda, lo que a su vez, al generar un desarrollo del
    sector puntero industrial (textil) genera nueva demanda de
    avances. La necesidad de producir más y más
    rápido genera una búsqueda de soluciones a
    problemas
    cotidianos que, a su vez, generan otras respuestas
    paralelas.

    Los sectores más punteros del desarrollo
    industrial inglés
    son, sin duda alguna, el textil y el
    metalúrgico.

    La máquina
    de vapor

    El empleo de la energía producida por las
    calderas de
    vapor para mover las máquinas
    tejedoras y de hilar marcó el comienzo del extraordinario
    incremento de la producción y, al mismo tiempo, de la
    Revolución Industrial.

    La máquina de vapor producía una corriente
    de vapor que permitía mover una rueda durante largo
    tiempo. Al
    principio esta máquina se utilizó en la industria
    textil y en las minas; más tarde se aprovechó
    también para el desplazamiento de algunos medios de
    transporte,
    como las locomotoras y las embarcaciones. La
    transformación industrial fue posible, en gran parte,
    gracias al uso de dos nuevas fuentes de
    energía: el vapor y el carbón mineral.

    La utilización del vapor se dio gracias al
    invento de la máquina de vapor, la cual fue perfeccionada
    en 1769 por el inglés James Watt.

    Funcionamiento de la máquina de
    vapor

    La industria del
    algodón

    El primer paso en la transformación del sector
    textil inglés fue el cambio de materia prima:
    de la lana al algodón; los motivos son fáciles de
    entender: una exportación de este producto a
    Europa era impensable dada su abundancia, además, los
    primeros intentos de acelerar las labores y de mecanizar el
    proceso de hilado y tejido de lana demostraron la ineptitud de
    este material para este proceso; la abundancia de algodón
    en las colonias y lo fácil de traerlo de fuera (unido al
    hecho de que nadie podía producirlo como tejido a la
    velocidad que
    las máquinas inglesas lo hacían) le supuso hacerse
    con un producto sin
    competencia; la
    tecnificación al que se sometió el proceso de
    hilado y tejido demostró que se podía acelerar el
    proceso, fabricando más en menos tiempo y abasteciendo la
    demanda del sector comercial.

    Máquina de hilar Jenny, inventada
    por

    James Hargreaves en 1764

    Los primeros procesos
    mecánicos a que se vio sometida la fabricación de
    textiles consistieron en la aplicación de energía
    no humana: norias movidas por agua,
    máquina de vapor, todas ellas imprimían un ritmo a
    la actividad para el cual la lana era inútil; el cambio
    por el algodón era inminente. La posterior introducción de una novedad en cualquiera
    de los dos procesos (hilado – tejido) imprimía la
    necesidad de otro cambio similar en el otro proceso (el acelerar
    el tejer hizo preciso producir hilo a mayor velocidad que
    a su vez dotaba de mayor materia para
    el hilado) Sumemos todos estos avances y observamos cómo
    la productividad
    se ha multiplicado, cómo los precios se han
    abaratado y crecido la oferta de
    productos;
    solo parece haber un punto negro: la mecanización
    está dejando sin trabajo a parte de la mano de obra que se
    ha trasladado desde el campo (con lo cual, al haber mayor
    oferta de mano
    de obra, caen los salarios que se
    pagan a los trabajadores); pero la demanda exterior se
    podía cubrir.

    El
    capital

    A fines del XVII había nacido el Banco de Londres
    y, a su sombra, multitud de pequeños bancos de
    actividad local y regional.

    Las ganancias que el campo estaba produciendo con la
    comercialización de sus productos (de
    consumo e
    industriales) podría no haberse reinvertido y paralizar
    así todo el proceso de la revolución industrial,
    pero la aparición de una activa Banca reorienta
    estos capitales hacia la industria (lo que genera beneficios que
    a su vez son redistribuidos por la Banca hacia el comercio). La
    coyuntura es de abundancia de capitales, por lo que no es
    difícil conseguir capital para invertir. El mantenimiento
    del mercado hará necesaria una especial atención al comercio: las relaciones
    internacionales de Inglaterra en este momento permiten una
    navegación tranquila ( consecuencia del Tratado de
    Utrech), por lo que el comercio exterior
    inglés crece vertiginosamente hasta 1780; hasta 1750 se
    había venido centrando en exportar cereales y tejidos de lana,
    pero la reconversión de la actividad económica va a
    permitir a Inglaterra exportar tejidos de
    algodón (únicos en Europa) e importar
    cereales.

    Industria
    siderúrgica

    El segundo gran sector de crecimiento lo constituyen la
    hulla y el hierro. Desde
    los primeros años del siglo XVII comienza a escasear la
    madera,
    preocupados deciden encontrar otro combustible, buscan y buscan
    hasta que Darby consigue producir acero utilizando
    carbón como combustible. Otro de los grandes avances
    consistió en utilizar la máquina de vapor para
    inyectar aire al fuego,
    aumentando la temperatura de
    la combustión y permitiendo mayor temperatura en
    menor tiempo con menor combustible.

    Así pues el carbón se impone, los centros
    industriales empiezan a establecerse en las cercanías
    minas. Por otra parte, los aperos de labranza, las
    máquinas de todos lo tipos, los raíles de las
    vías férreas… se construyen con hierro. Nace
    así la industria siderúrgica, convirtiéndose
    el hierro el material imprescindible. Así se dan
    constantes innovaciones técnicas, siendo un gran progreso
    la aplicación de la máquina de vapor. El desarrollo
    de este sector cubrió las demandas que la naciente
    industria textil efectuaba.

    Los índices de producción de hierro
    fundido y acero
    señalan la jerarquía de las potencias industriales:
    la supremacía de Inglaterra, debido a los nuevos procedimientos,
    ya no importaba minerales.

    El ritmo al que el consumo
    crecía incrementó los ritmos de extracción,
    posibilitados, a su vez, por los nuevos avances.

    La era del
    raíl.

    En las fases previas a la gran eclosión de la
    revolución industrial, observamos avances en los medios de
    transporte y
    facilidades para el comercio, abolición de aduanas
    interiores, canales fluviales, exclusas, carreteras de peaje
    construidas por las industrias pero
    sin duda alguna, y de manera emblemática, con una nueva
    fuente de energía la máquina de vapor, que
    pese a que se utilizó en la industria textil y en la
    siderúrgica, tuvo su mayor transcendencia e importancia en
    el transporte. Influyó en los barcos aunque donde
    más se dejó notar fue en el ferrocarril, en cuya
    expansión vemos tres motivos:

    1. Técnica, la construcción de la primera locomotora
      significa una gran conquista de la ingeniería. En 1813 se efectúa
      algunos experimentos
      para transmitir la fuerza del vapor ( consiguiendo mover cargas
      8 kms) 10 años después Stephenson aumenta la
      potencia.
      Así en 1825 circuló el primer tren minero y en
      1830 el primer tren de pasajeros
    2. Financiera, los grandes beneficios obtenidos del
      algodón y en la agricultura presionaban en el mercado en
      busca de inversiones.
      Los experimentos de
      Stephenson canalizaron el dinero
      hacia la construcción de vías
      férreas. En 20 años se construye una red completa,
      obteniendo beneficios e incrementando sus capitales.
      Además el ferrocarril permitió obtener mayores
      ganancias en la agricultura ya que motivó la
      especialización de las regiones.
    3. Industrial, la industria siderúrgica
      encontró su posibilidad de expansión. El consumo
      de hierro y acero aumentó debido a las necesidades del
      ferrocarril. Hacia 1850 la siderurgia inglesa tenía una
      potencia que
      desbordaba su capacidad de consumo. Una parte se destino a EE.
      UU., India y
      algunos países europeos.

    La destrucción del feudalismo y el
    desarrollo del capitalismo en
    Europa, modificaron primero las formas económicas, dando
    preferencia a la industria y el comercio sobre las antiguas
    actividades de carácter
    agrícola. En el siglo XVIII se produjeron tres importantes
    cambios más, que sirvieron para consolidar el sistema
    capitalista:

    • La Ilustración
    • En la política, se
      destruyeron las antiguas formas monárquicas de tipo
      absolutista, para dar paso a la igualdad
      entre los hombres.
    • Y la más importante transformación en
      la técnica de la producción, a la que se le ha
      llamado Revolución Industrial, y por la cual, mediante
      el empleo de las máquinas, se establecieron mejores
      condiciones para la industria, que pudo contar con mayores
      volúmenes de producción con el fin de satisfacer
      la demanda de los amplios mercados
      existentes en aquel entonces.

    De la
    artesanía al sistema de fábricas

    Antes de la Revolución Industrial las personas
    elaboraban en sus casas la mayor parte de los objetos que
    necesitaban, o bien los encargaban a los artesanos que
    tenían sus talleres individuales.

    Con la fundación de nuevas ciudades,
    creció la demanda de los productos elaborados por los
    artesanos y con esto la
    organización de los talleres: cada taller tenía
    un maestro, un oficial y varios aprendices, cuando el oficial
    aprendía a manejar todas las herramientas,
    dominaba la técnica y conocía los secretos de su
    oficio llegaba a ser maestro y podía establecer su propio
    taller. Cuando fueron muchos talleres los que producían el
    mismo artículo, se organizaron en gremios para ayudarse y
    protegerse mutuamente.

    Cuando Inglaterra inició el periodo de
    preponderancia industrial sobre todas las demás
    actividades del país, los talleres artesanales no pudieron
    competir con la fábrica ya que ésta producía
    más aprisa y a menor costo el
    artículo que ellos hacían en mayor tiempo y a
    más alto costo. Los
    artesanos cerraron sus talleres y solicitaron empleo en las
    fábricas, en un trabajo inseguro y bajo condiciones
    higiénicas y económicas inferiores.

    La industria textil y poco después la minera y la
    metalúrgica fueron las que iniciaron esta
    revolución industrial.

    Inglaterra fue el país donde se reunieron las
    condiciones que hicieron posible esta revolución. Para la
    primera mitad del siglo XVIII, Inglaterra había logrado
    conjuntar un poderoso imperio con una gran cantidad de colonias,
    las que representaron amplios mercados a cubrir
    por la empresa
    inglesa, que para lograrlo debería incrementar su
    producción. Fue también importante en este proceso
    la creación de compañías mercantiles en
    Inglaterra, pues ellas controlaron las materias primas y los
    mercados coloniales, y, gracias a esta acción, que
    implicó el saqueo de los territorios dominados, se
    acumularon grandes capitales en la metrópoli, con lo que
    se apoyó el proceso de la Revolución
    Industrial.

    En parte, el crecimiento de la productividad se
    produjo por la aplicación sistemática de nuevos
    conocimientos tecnológicos y gracias a una mayor
    experiencia productiva, que también favoreció la
    creación de grandes empresas en unas
    áreas geográficas reducidas. Así, la
    Revolución Industrial tuvo como consecuencia una mayor
    urbanización y, por tanto, procesos migratorios desde las
    zonas rurales a las zonas urbanas. Se puede afirmar que los
    cambios más importantes afectaron a la organización del proceso
    productivo.

    Como la Revolución Industrial se produjo por
    primera vez en Gran Bretaña, este país se
    convirtió durante mucho tiempo en el primer productor de
    bienes
    industriales del mundo. Durante gran parte del siglo XVIII
    Londres fue el centro de una compleja red comercial internacional
    que constituía la base de un creciente comercio exportador
    fomentado por la industrialización.

    Efectos

    Con la industrialización aparecen nuevos grupos
    sociales: empresarios y banqueros como elementos innovadores,
    además de obreros industriales. Es una sociedad más
    compleja, más dinámica. Esta sociedad es denominada
    sociedad de clases. La forman grupos abiertos,
    determinados fundamentalmente por la fortuna. El hombre con
    capacidad puede acceder a cualquier cargo de responsabilidad. En la realidad la igualdad de
    los hombres se redujo al ámbito de los principios
    teóricos, a la igualdad ante la ley. De hecho
    subsistieron grandes diferencias de fortuna y cultura entre
    las clases.

    Se produjo una separación creciente entre capital
    y trabajo. El dueño disponía del dinero y era
    propietario de las máquinas, el proletario
    proporcionaba solo la fuerza de trabajo. A cambio del salario el
    proletario vende su fuerza de trabajo. Ante la competencia entre
    las empresas, se
    invierte en maquinaria, reduciendo al mínimo el coste de
    la mano de obra. Los salarios no eran
    fijos, podían reducirse por multas o por circunstancias
    totalmente ajenas a la vida de la empresa..
    Además, la búsqueda de mano de obra más
    barata provocó el trabajo de
    mujeres y niños,
    que percibían salarios más bajos. La falta de horas
    de sueño, los trabajos inapropiados, la carencia de
    condiciones higiénicas… hicieron estragos; se
    legisló para proteger mujeres y niños y
    reducir horario de trabajo, pero estas legislaciones, en muchos
    casos, no pasaron del papel. Otro
    problema agobiante fue el de los horarios excesivos. El manejo de
    una máquina resultaba menos extenuante que el de una
    herramienta preindustrial, pero el alargamiento de la jornada
    anuló todas las ventajas.

    Aunque en las ciudades mejoró el material con el
    que se construían las viviendas, en general empeoró
    el hábitat social. Engels denunció las condiciones
    de suciedad y hacinamiento en que vivía el proletariado
    inglés.

    Algo es seguro: en los
    países en los que triunfó la Revolución
    industrial, la estructura
    social y económica preexistente quedó transformada,
    el taller artesanal fue sustituido por la fábrica, y la
    vida, centrada anteriormente en lo rural, pasó a ser
    eminentemente urbana.

    Los
    efectos sociales de l a Revolución
    Industrial

    Como consecuencia de las grandes transformaciones
    económicas derivadas de la
    Revolución Industrial, se produjeron también
    significativos cambios sociales, por ejemplo, la aparición
    de las fábricas y el crecimiento de las
    ciudades.

    La industria doméstica y los talleres artesanales
    desaparecieron por la introducción y la instalación de
    numerosas fábricas. Esto obedeció a que la
    industria tradicional no podía competir contra las
    fábricas.

    El desarrollo de la industria atrajo a miles de
    campesinos, los cuales emigraron del medio rural a las ciudades
    en busca de trabajo. Los centros urbanos crecieron con gran
    rapidez y de manera desordenada.

    A medida que avanzó la urbanización se
    agudizó la separación entre los grupos
    acomodados, que habitaban en barrios confortables, y los obreros,
    condenados por la miseria a apretujarse en hileras de casas
    malolientes. El aire impuro que
    se respiraba en los barrios obreros y la carencia de servicios
    elementales, como agua potable y drenaje, acortaba la vida de sus
    habitantes.

    Así, que las transformaciones ocurridas en
    Inglaterra propiciaron el surgimiento de la clase obrera y de la
    burguesía industrial en la segunda mitad del siglo
    XVIII.

    La
    expansión del proceso de
    industrialización

    Gran Bretaña no fue el único país
    que experimentó una Revolución Industrial. Los
    intentos de fechar ese desarrollo industrial en otros
    países están sujetos a fuertes controversias. No
    obstante, los estudiosos parecen estar de acuerdo en que Francia,
    Bélgica, Alemania y
    Estados Unidos
    experimentaron procesos parecidos a mediados del siglo XIX; en
    Suecia y Japón
    se produjo a finales del siglo; en Rusia y en Canadá a
    principios del
    siglo XX; en algunos países de Latinoamérica, Oriente Próximo,
    Asia central y
    meridional y parte de África a mediados del siglo
    XX.

    En cada caso, el éxito
    del proceso industrializador dependía del desarrollo de
    nuevos métodos de
    producción, pero también de la modificación
    de las técnicas utilizadas para adaptarlas a las
    condiciones imperantes en cada país y de la propia
    legislación vigente, que favoreciera la
    implantación de maquinaria barata gracias a una
    disminución de los aranceles, lo
    que, en ocasiones, podría perjudicar a otros sectores
    sociales, como los campesinos, que veían cómo sus
    productos debían competir con otros más
    baratos.

    Los obreros de la
    naciente industria

    Los trabajadores de las fábricas recibían
    salarios miserables y carecían de protección en
    caso de paro, enfermedad o vejez.
    Además el gobierno no
    ejercía control alguno
    sobre las condiciones laborales: la contratación de
    niños y las jornadas laborales de hasta 14 hora diarias
    eran frecuentes.

    En su obra La Revolución Industrial en Gran
    Bretaña, el historiados británico P. Deane describe
    con muchos detalles el desarrollo de las relaciones de trabajo
    entre los obreros de la naciente industria y los dueños de
    las fábricas.

    El gobierno lo que hizo para detener las primeras
    reacciones de los obreros fue dictar leyes que
    prohibieran la asociación de trabajadores que tuvieran
    como propósito demandar mejores salarios y menos horas de
    trabajo; estas disposiciones no solucionaron los conflictos y
    aumentaron la inconformidad entre los obreros, hasta gestar
    luchas en contra de las máquinas, por considerar que
    éstas los desplazarían. El más importante de
    estos movimientos fue el Luddista, que entre los años 1811
    y 1816 impulsó a los trabajadores a la destrucción
    de los bastidores y telares mecánicos.

    Preocupados por las difíciles condiciones de
    trabajo que debían soportar, algunos obreros organizaron
    asociaciones para defender sus intereses. Las nacientes organizaciones
    solicitaron a los gobiernos de sus respectivos países el
    establecimiento de algunas leyes que
    reglamentaron las relaciones obrero-patronales, el reconocimiento
    del derecho de asociación y la reducción de la
    jornada laboral.

    CONCLUSIONES

    La revolución Industrial, vino para quedarse.
    Después de que éste se llevó a cabo,
    ocurrieron muchos cambios en varios aspectos, así como en
    lo social, lo económico y en lo tecnológico. La
    Revolución Industrial se inició en Inglaterra y se
    difundió por el resto de Europa y, posteriormente, por el
    mundo en general.

    Fue gracias a la tecnología, por
    decirlo así, a la introducción de las
    máquinas a la industria, que se realizó la
    Revolución Industrial, también influyó el
    hecho del crecimiento demográfico, disminuyó la
    mortalidad, la gente se empezó a concentrar en los centros
    urbanos, así que también se puede decir que gracias
    a esta Revolución surgió el urbanismo.

    Otro antecedente de la Revolución Industrial fue
    la revolución agraria, que gracias a esta
    transformación se permitió garantizar el suministro
    de los alimentos y mano de obra necesarias para las ciudades, se
    empezaron a usar las máquinas, la producción de los
    alimentos fue creciendo, también para así abastecer
    a la creciente población.

    La producción de bienes pasó de ser una
    artesanía, que se producía familiarmente, a una
    industria, realizado por más gente, había
    más producción de bienes y era más
    económico.

    Esto sucedió ya que con la fundación de
    nuevas ciudades, creció la demanda de los productos
    elaborados por los artesanos y con esto la
    organización de talleres.

    Así que todo lo que conllevó a la
    Revolución Industrial va muy ligado entre sí, como
    es el crecimiento de la población llevó a que se
    fundaran nuevas ciudades, éstas crecían, se
    elevó la demanda de productos, para esto se
    requería de muchos obreros, por lo que se introdujo la
    tecnología a la industria.

    OPINIÓN

    Pienso que este trabajo ha servido para darse cuenta de
    dónde es que empezó todo el asunto de la
    Administración, ya que sin la Revolución
    Industrial nos hubiéramos olvidado de la administración de, por ejemplo, las
    empresas, la industria, etc.

    Es así que creo importante este trabajo para ver
    todo lo que implicó la Revolución Industrial, la
    falta de organización que le pudo faltar, ya sea por
    los salarios, los horarios, materias primar y demás
    cosas.

    Este trabajo, después de la investigación que implica, lo valoro porque
    así es como pude ver los orígenes de la
    Administración, y tal vez no hubiera sabido algunas
    cosas que aquí descubrí durante la investigación de este trabajo.

    BIBLIOGRAFÍA

    • Historia 2

    Antonio Arteaga Tiscareño

    Editorial Santillana

    México, 1997

    • Historia de la Humanidad de las épocas
      moderna y contemporánea

    Raúl Bolaños Martínez

    Editorial EPSA

    México, 1994

    J. Carlos Guardiola

    Primera Revolución Industrial

    • "Revolución Industrial."

    Enciclopedia® Microsoft® Encarta 2001. ©

    1993-2000 Microsoft
    Corporation. Reservados todos los derechos.

    Yolanda I. Aguilar Hinojosa

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